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Antecedentes históricos
y marco conceptual actual

R. Segarra Echebarría

R Síntesis conceptual

✓ E
 ntre los principales avances de la psiquiatría contemporánea destacan su creciente integración en el núcleo esen-
cial de las neurociencias, así como el hecho de acuñar un discurso científico-psicopatológico-nosológico común,
consensuado y (en la medida de lo posible) libre de dogmatismos e intereses sectarios.
 a intención del presente capítulo es abrir una ventana a la reflexión pausada, a la huida de lugares comunes y dis-
✓ L
cursos preconfigurados, a ventilar los crecientes hechos contrastados (evidencias) disponibles en el ámbito de los
programas de intervención sobre primeros episodios psicóticos, y separarlos de artificios, de ejercicios especula-
tivos, interpretativos, no siempre inocentes ni inocuos, objeto de debate enconado en la prensa tanto especializada
como generalista.
✓ E s el año 2013. No contamos aún con una definición operativa y satisfactoria (desde el prisma epistemológico) del
concepto «psicosis». Así se comprende la dificultad a la hora de delimitar nosológicamente la esquizofrenia, pa-
radigma de las «psicosis crónicas». Resulta incluso cuestionable hablar de «primeros» (la mayor parte de los
­pacientes que evaluamos han experimentado síntomas psicóticos con anterioridad, en muchos casos claramente
sintomáticos y disfuncionales), y/o de «episodios» (atendiendo al espectro esquizofrénico, un 20 % de los pacien-
tes no presentarán un curso episódico, deviniendo directamente en estados defectuales graves).
✓ U
 na parte amplia de este capítulo analiza las principales aportaciones y controversias derivadas de la implemen-
tación de programas de intervención psiquiátrica sobre los trastornos psicóticos desde el pródromos, de los mo-
delos (arbitrarios) propuestos para operativizar su estadiaje, así como de su inclusión en el apéndice de investiga-
ción del DSM‑5, la cual, pese a no otorgarle carta de naturaleza nosológica, augura serias e impredecibles
implicaciones, en el ámbito terapéutico y en el de la organización asistencial. Pues bien, parafraseando a Una-
muno, el autor pretende que estos hechos queden escritos.

Whatever I hope to believe, Cualquier referencia a la visita y a las sensaciones de


I never imagined quien escribe estas líneas resulta espuria. No obstante,
The pitfall of consolation quiero comenzar la introducción de este libro con la
siguiente anécdota.
Gift Songs. John Burnside Hablaré primero de los «datos objetivos»: la visita al
Machu Picchu la efectuamos en dos etapas. La primera,
de las 10:00 a las 13:00 horas, con un guía local, quien nos
n UN SENTIDO HOMENAJE A LOS NARRADORES explicó (éramos tres personas) con orgullo y docta amabi-
DE «BONITAS HISTORIAS» lidad múltiples detalles y aspectos íntimos, tanto de los
pobladores del recinto, unas 700 personas en su momento
Hace apenas unas semanas (marzo de 2013) tuve la álgido, como de su día a día, de la arquitectura antisís-
oportunidad de viajar a Perú. Aprovechando la coyuntura, mica, la presunta organización política y social en castas,
hice una escapada relámpago a la ciudad más representa- el desarrollo experimental y sostenido de la agricultura, el
tiva del imperio Tahuantinsuyo, cuyo primer inca, Pacha- estudio astronómico y el estudio meteorológico, entre
cútec, aparentemente «impresionado» por la geografía otras actividades.
local, mandó construir. Se trata obviamente del santuario En segundo lugar me centraré en la «interpretación de
histórico del Machu Picchu. La ciudad se encuentra en el los datos» y en su cuota de subjetividad: para nuestro anfi-
distrito de Urubamba, en el departamento de Cuzco (la trión, la ciudad-santuario constituía un pretendido rudi-
capital, Cuzco, dista de ella unos 140 kilómetros), rodeada mento universitario, donde ciertas personas, de ambos
por el río Vilcanota-Urubamba. sexos y escogidas por el inca, estudiaban las diversas disci-
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plinas antes mencionadas. Al final de la visita, con una hermano de Francisco (conquistador del Perú).1 Fue un
media sonrisa, el guía nos advirtió de que si algún día repe- lugar conocido por los españoles desde muy temprano
tíamos la visita, probablemente otro guía nos explicaría como zona de residencia y producción agropecuaria, según
con similar amabilidad y conocimiento los mismos conte- demuestran los documentos de pago de tributos de los
nidos. Pero que, casi con toda seguridad, no coincidiría en indígenas.
su interpretación del sentido último de la urbe. Y nos dijo, Se desmiente así la repetida idea de que el santuario fue
basándose en la ausencia de tradición escrita incaica, que un espacio de refugio, misterioso y desconocido por el
era probable que cualquiera de las múltiples explicaciones virreinato del Perú. La población local siempre supo de la
vertidas sobre dicho lugar tuvieran una parte de verdad y existencia de la urbe, de forma que el papel de Bingham
una parte de fantasía. Su fantasía era, precisamente, pensar (advenedizo de dudosa reputación, que a lo largo de su
que se trataba de un pueblo docto y adelantado, que cons- vida fue cambiando la versión oficial del presunto descu-
truía recintos universitarios y mantenía una cierta igualdad brimiento, y cuya intervención mantiene aún enfrentados
de género. «¿No les parece bonito?», concluyó. Dicho lo al Gobierno de Perú y a la Universidad de Yale por el expo-
cual, se fue. lio al que fue sometida la ciudad), ayudado desde el prin-
Por último, la «contextualización de los hechos»: la cipio por moradores locales, fue transmitir al mundo en
segunda parte de la visita, entre las 13:30 y las 17:30 de la 1913 a través de la revista National Geographic su exis­
tarde, la hicimos por nuestra cuenta, prácticamente en tencia.
silencio. En ella pudimos recrearnos en la belleza del lugar, Los conquistadores españoles no prestaron mayor aten-
imposible de captar fotográficamente, hacer senderismo ción a la ciudadela, no por secretismo de los indígenas para
hasta el Collado del Inca, reflexionar, sentir, emocionarnos proteger la ciudad sagrada, sino por desinterés (más allá del
y, sobre todo, simultáneamente ordenar las ideas. Estas concepto impositivo y tributario, que no pasaron por alto).
cuatro horas, que bien pudieron no haber existido (había Al fin y al cabo, la batalla final (siempre «en nombre de la
una opción de bajar al pueblo de Aguas Calientes a pasar evangelización») se libró en Cuzco (circunstancia que
la tarde en un resort), nos ofrecieron la suficiente pausa y explica en parte el abandono precipitado del Machu Pic-
perspectiva como para dimensionar la experiencia emocio- chu), donde además abundaban el oro y las mujeres vírge-
nal y cognitiva, valga la redundancia, que estábamos expe- nes del inca.
rimentando. A los seres humanos nos gustan las historias, la magia,
Y aun compartiendo con Pascal la idea de que el corazón la mística, la fantasía, la leyenda. Más que la cruda reali-
tiene razones que la razón no entiende, si nos atenemos a dad. Necesitamos rellenar las líneas de puntos, no siempre
la prosa de los hechos podemos afirmar que, cuando baja- de forma objetiva o desinteresada. La hipótesis (interpre-
mos de la Montaña Antigua y durante los dos días siguien- tativa) de la universidad de Machu Picchu es una metáfora
tes, leyendo la abundante y reiterativa bibliografía especia- perfecta, incluso sin obviar nuestro desconocimiento sobre
lizada, quien más o quien menos tuvimos claros ciertos la motivación última de quien nos la transmitió (estética,
aspectos: pecuniaria, cínica, humorística, o meramente recreativa, al
A fecha de hoy los expertos en la materia desconocen la estilo del «realismo mágico»). Es así, resulta euforizante,
función de la ciudad de Machu Picchu, si bien las hipóte- ansiolítico, en ocasiones oneroso, muchas veces lucrativo.
sis más plausibles son: que fuera por su posición estratégica La empresa más antigua y poderosa conocida lleva unos
una ciudadela avanzada para la vigilancia y defensa de dos mil años explotando los márgenes del conocimiento,
Cuzco; que constituyera un centro de culto y ceremonias así como los temores atávicos del ser humano, y su princi-
a mayor gloria del inca (mausoleo); e incluso que deviniera pal argumento explicativo es la «fe» (que no deja de ser un
fortaleza defensiva (retaguardia) frente a los conquistado- «don»; nada de cabos sueltos).
res, como alternativa al propio Cuzco, dado lo escarpado Pero no debemos perder la perspectiva. Al margen de
del terreno. motivaciones y dogmatismos particulares y/o corporativos,
En ningún caso se baraja la hipótesis de un centro de ciertos planteamientos resultan especulativos, y cuando
estudios o equivalente, mucho menos adscrito a la paridad nos ceñimos a los datos objetivos las leyendas se desarman
de sexos, hacia la que los incas no parecían especialmente y desmoronan. Ni la nostalgia ni la culpa sepultan necesa-
sensibilizados (hay cosas que desafortunadamente cambian riamente su vacío. Ni falta que hace.
poco).
La construcción y abandono de la ciudad se produjo en n ANTECEDENTES HISTÓRICOS: EN TIERRA
un plazo de menos de 100 años (1450-1540 d. C.), y su DEL «PADRE DEL EXISTENCIALISMO»
misteriosa «desaparición», hasta el supuesto «descubri-
miento» de Hiram Bingham, es una leyenda falsa. Hay Hace casi once años se celebró en Copenhague la 3rd
registros de la existencia del Machu Picchu en los archivos International Early Psychosis Conference, cuyo título era lo
de la iglesia de los jesuitas en Cuzco, basados en los textos suficientemente alegórico: Bridging the future. La IEPA
de los conquistadores, desde mediados del siglo xvi. En (International Early Psychosis Association) fundada en 1998,
una publicación reciente en un diario peruano, el Dr. reunía de nuevo a todo su elenco de primeros espadas.
Rafael Varón Gabai concluye que Machu Picchu pertene- Fluía un notable entusiasmo por el ambiente, un halo
ció en su época a la encomienda de Hernando Pizarro, de optimismo, una ventana con vistas a un futuro en el
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Capítulo 1. Antecedentes históricos y marco conceptual actual 3

que, con alta probabilidad, iba a ser posible modificar el Y al igual que en la segunda parte de mi visita al Machu
curso evolutivo natural de las psicosis, nada menos, inter- Picchu, en este caso han sido necesarios casi tres lustros de
viniendo de forma precoz y sistematizada en el «redescu- lectura, reflexión, empirismo, investigación, conversacio-
bierto» (al igual que Machu Picchu, nunca había desapa- nes, transversalidad, para poder afrontar la tarea de un tra-
recido) «período crítico» (adaptación ad hoc de una idea bajo como éste, en el que se compilan y cuestionan algunos
perfilada décadas atrás por Bleuler). Se hablaba sin des- de los pilares básicos de los programas de intervención
canso del DUP (duration of untreated psychosis, o tiempo temprana sobre las psicosis, al tiempo que se pretende
de psicosis no tratada), y de su potencial neurodegenera- hacer un ejercicio de posibilismo realista respecto a dónde
tivo y/o neurotóxico sobre el cerebro, así como sobre la estamos, la solidez del terreno que pisamos, así como el
necesidad imperiosa de implementar programas a nivel vaticinio de un futuro más o menos optimista y/o, cuando
mundial que acortaran dicho DUP, y sentaran las bases menos, objetivo.
para que los pacientes psicóticos asistieran a un viraje dra- Me mostraré prudente a la hora de analizar el presunto
mático, a mejor, de su pronóstico clínico-psicopatológico origen de las motivaciones (sinónimo de intereses) de los
y funcional. Había poco margen de error. Los datos esta- principales transmisores de las ideas que se vertieron en
ban ahí, y su lectura (interpretativa) dictaba el camino a Dinamarca (lo mismo me sucede con el guía peruano), así
seguir. ¡Ah!, y había dinero, mucho dinero. Saltaba a la como de su evolución y adaptación a lo largo de este
vista, y no resulta un dato menor. En el origen, todo con- tiempo (creo haber aprendido más del ejercicio alquimista
flicto de interés suele albergar una intrahistoria. de tornar la necesidad en virtud, del poder del marketing
Han pasado 11 años. Durante éstos he tenido la opor- corporativo, y de los resortes financieros que apuntalan
tunidad de asistir a más reuniones de la IEPA (cada vez con los programas asistenciales bajo la excusa de la investiga-
menos afán), en las cuales, en ausencia de la magia y el ción, que de la propia naturaleza de los trastornos psicó-
entusiasmo seminal, han crecido exponencialmente el ticos), si bien no eludiré emitir alguna opinión al res-
negocio corporativo y el merchandising (es posible comprar pecto.
una camiseta con las siglas y el logo de la asociación, aun- Para concluir este apartado, me vienen a la memoria dos
que no dispongamos de una definición científicamente viñetas que he ojeado recientemente de Andrés Rábago, el
convincente del concepto de psicosis). Me he doctorado Roto (Premio Nacional de Ilustración 2012), uno de mis
con una tesis centrada en la dudosa capacidad pronóstica filósofos de cabecera:2
del marcador de riesgo denominado DUP. He puesto en
marcha y dirijo una Unidad de Primeros Episodios Psicó- En la primera, un señor de cierta edad, enfundado en bata
ticos desde el marco del Hospital Universitario de Cruces y pantuflas, lee con detenimiento una publicación, sentado en
(Bizkaia). He participado, y aún lo hago, en múltiples pro- un sillón orejero, en lo que parece ser su domicilio, mientras
comenta con cierta acritud:
yectos y estructuras de investigación (BioCruces-HRI,
—¡Qué gran verdad es la propaganda!
CIBERSAM, UPV/EHU, GV/EJ, etc.), que hacen que la
diapositiva inicial de mis charlas tenga más logos y siglas En la contrapágina un operario, con casco blanco, revisa un
que colores un poncho peruano. He participado de la for- conjunto de antenas parabólicas y/o de telefonía situadas en el
mación y remodelación de equipos de investigación. He tejado de un edificio, al tiempo que exclama:
publicado (poco, al parecer nunca es suficiente, indepen- —¡Lo llamamos opinión, pero es sólo eco!
dientemente de la calidad del producto y/o de la coheren-
cia curricular del «publicante»; por cierto, a buenas horas
llega el editorial de Bruce Alberts, publicado en Science, De forma más cruda, Ben Goldacre en sus libros Mala
2013, 340: 787, y titulado Impact factor distortions; como ciencia y Mala farma 3,4 entremezcla algunas de las claves y
si para dicho viaje hicieran falta alforjas), he dirigido tesis, cuestiones que pretendo poner encima de la mesa. El
organizado y participado en reuniones nacionales e inter- hecho de repetir una afirmación cientos de veces no la con-
nacionales. He vivido momentos de ilusión, de zozobra, de vierte necesariamente en verdad. Y el hecho de que deter-
asombro, de frustración, de recomposición; en una pala- minados principios se demuestren equívocos, o cuando
bra, he trabajado y aún lo hago en el ámbito de las fases menos inexactos, no suele conllevar (más bien lo contrario)
iniciales de las psicosis, rodeado por personas (¡ay!, las per- en un plazo de tiempo razonable una reflexión profunda
sonas) y por instituciones (¡ay!, las instituciones). de la naturaleza del suelo que pisamos, atendiendo a la
Y para mi sorpresa, algunas de las historias que escuché responsabilidad personal, profesional, académica, corpora-
ensimismado en aquella reunión celebrada en la ciudad tiva, científica e incluso política que nos atañe, sino que
natal de Søren Kierkegaard (azote de Hegel), y que marca- fortalece ciertas corrientes de opinión interesadas y precon-
ron a fuego mi posterior devenir profesional, me recuerdan figuradas que, lejos de ahondar en la crítica veraz, retroali-
la hipótesis (interpretativa) del guía del Machu Picchu mentan el propio sistema del que se nutren a través de un
sobre el papel de la ciudad inca como centro universitario complejo entramado de ecos. Insisto, vivimos rodeados de
y paritario. Como me suele decir mi hijo cada vez que auténticos prestidigitadores que convierten la necesidad en
intento torearle con la realidad (sucede a menudo, no espa- virtud.
bilo), «tú y tus bonitas historias». Por si alguien se ha per- Pues bien, las motivaciones que subyacen a la génesis de
dido, lo recalca con notable sorna. dichas corrientes de opinión y de las «verdades oficiales» en
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el mundo de la ciencia (por lo menos en el ámbito de la abrir una ventana a la reflexión pausada, a la huida de lati-
psiquiatría, el que yo practico) no escapan a los intereses guillos, de lugares comunes y de discursos cerrados, cuyo
variopintos de los profesionales (¡ay, los profesionales!), las origen no siempre es inocente ni inocuo, sin restar un ápice
sociedades científicas, los institutos biosanitarios, los de valor a los hechos contrastados de los que disponemos
gobiernos varios y sus localismos múltiples, sus artificios y que, afortunadamente, con la ayuda de todos, día a día
de gestión y su cortoplacismo hiriente e interesado, el van aumentando.
mundo universitario (¡ay, la universidad!), los colegios pro- Pues bien, como diría el maestro Unamuno, «queda
fesionales, la industria farmacéutica, alimentaria y/o bio- escrito».
tecnológica, los editores de las principales revistas del IBEX
científico (quería decir factor de impacto, como sugiere n MARCO CONCEPTUAL ACTUAL
Alberts), etc. Sin la participación de todos ellos (es decir,
nuestra), este trabajo no hubiera visto la luz. Cuando nos centramos en el ámbito conceptual de los
Procuraré aplicar a este capítulo un esquema similar al primeros episodios psicóticos desde el prisma de la psiquia-
de mi visita al Perú: presentación de los datos, de sus posi- tría, conviene destacar que en más del 90 % de los casos
bles interpretaciones, e intentaré contextualizar finalmente hablamos de un grupo de trastornos que cubren el llamado
cada apartado propuesto. «espectro esquizofrénico» (cluster que engloba trastornos
Pero antes de comenzar quisiera, a través de una escueta como la esquizofrenia, el tras­torno esquizofreniforme, el
declaración de intenciones, ponerme una venda antes de trastorno psicótico breve, el trastorno esquizoafectivo,
experimentar la herida. A saber: no soy un ácrata. Eso sí, el trastorno por ideas delirantes, el trastorno esquizotípico
me decanto por Albert Camus (sorprendentemente –y, de personalidad y las psicosis atípicas). El resto del porcen-
seguro, a su pesar–, todo un referente para el movimiento taje, notablemente inferior, obedece principalmente a tras-
anarquista) en detrimento de Jean-Paul Sartre. Camus tornos del espectro afectivo (depresión unipolar con sínto-
siempre fue crítico con los desmanes del socialismo auto- mas psicóticos, trastorno afectivo bipolar), más ciertas
ritario, algo que irritaba sobremanera a Sartre. El cénit de formas de psicosis breves y/o atípicas5 (Tabla 1-1), y suele
su controversia llegó con la publicación en mayo de 1951 excluirse (salvo contadas ocasiones) de los estudios de pri-
de una devastadora crítica por parte de Francis Jeanson meros episodios por su menor representatividad y por su
(discípulo de Sartre) de la novela El hombre rebelde, de potencial de confusión a la hora de interpretar los resulta-
Camus, en Les Temps Modernes (publicación bimestral fun- dos últimos.
dada por el propio Sartre, Simone de Beauvoir y Maurice Nótese aquí que las denominadas «psicosis tóxicas»
Merleau-Ponty), que supuso una división en la «intelectua- (serán tratadas específicamente en un capítulo de este libro,
lidad» francesa que perdura en la actualidad. Sartre no sobre todo las vinculadas al uso/abuso de cannabis) quedan
parecía creer en una tercera vía, a pesar de que reconoció englobadas en cualquiera de los escenarios diagnósticos
las atrocidades del estalinismo: o se estaba con la URSS o
con el capitalismo, el cual sumía a la mayor parte de la
humanidad en la pobreza, la ignorancia y la explotación. Tabla 1-1. Prevalencia de los trastornos psicóticos
Camus, igualmente socialista, sorprendido por la virulen- aplicando distintos criterios nosológicos
cia de su antiguo amigo, se mantuvo siempre fiel al huma- Clasificación Diagnóstico N %
nismo y nunca justificó medios inicuos ni dictadura
alguna. El autor de El hombre rebelde consideraba que el DSM‑IV‑TR Esquizofrenia 358 54,2
régimen soviético no era mejor que el capitalismo, y ni T. esquizofreniforme 61 9,2
siquiera que los sistemas fascistas. Se mostró firme en su T. psicótico breve 57 8,6
antidogmatismo, algo que ayudaría notablemente a la evo-
T. delirante 27 4,1
lución de su pensamiento. Frente al «realismo» de los
seguidores de Sartre, Camus insistía en un acercamiento Psicosis atípicas 32 4,8
entre ética y política, y en la denuncia de toda dominación T. esquizoafectivo 37 5,6
como fórmula para buscar y encontrar modos políticos T. del humor con síntomas 88 13,3
alternativos que, sin abandonar la ética, otorgaran un psicóticos
mayor horizonte a la razón.
CIE-10 Esquizofrenia 419 63,5
Creo firmemente que uno de los principales avances de
la psiquiatría contemporánea descansa en el hecho de con- T. psicóticos agudos 66 10,0
transitorios
tar con un discurso científico, nosológico y psicopatoló-
gico consensuado, común y, en la medida de lo posible, T. delirante 27 4,1
libre de dogmatismos y de intereses bastardos. En este sen- Psicosis atípicas 23 3,5
tido, la intención del presente capítulo introductorio no es T. esquizoafectivo 66 10,0
echar por tierra toda una serie de conceptos y propuestas
que en buena medida alimentan el debate, controversia y T. del humor con síntomas 61 9,2
psicóticos
avance de nuestra disciplina, la psiquiatría, cada vez más
integrada en el ámbito de las neurociencias. Sólo pretendo Modificado de Peralta y Cuesta, 2009.5

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mencionados, dentro de un modelo general para las psico- dimensiones sintomáticas de las fases iniciales de las psicosis.
sis de tipo estrés-diátesis (vulnerabilidad). Pero, como anticipo, ¿podemos defender la catalogación de
Pues bien, centrémonos un momento en la propia jerga determinados síntomas como negativos?; ¿no resultan un
que aplicamos a la hora de denominar esta área temática. artefacto semántico que engloba síntomas cognitivos y/o
O, dicho de otra forma: ¿qué entendemos realmente por afectivos (me vienen a la mente la alogia, el empobrecimiento
un primer episodio psicótico? del lenguaje, la apatía, la abulia, el retraimiento emocional
y/o social, etc.?) Una pregunta más: ¿se pueden separar real-
¿Primeros? ¿Episodios? ¿Psicóticos? mente, más allá del ámbito académico, cognición y afectivi-
dad? La neurobiología parece indicar que no es tan sencillo.8,9
Según relata Paco Giménez,6 en el año 1973 Vujadin Pues bien, volviendo al tema de la definición de las psi-
Boškov entrenó por primera vez en España, concretamente cosis antes propuesta, habrá quien opine conmigo que
al Real Zaragoza Club de Fútbol. Era por entonces un merece un hueco en el Olimpo del desdén epistemológico.
desconocido entrenador yugoslavo, con cierta experiencia Y sin embargo, la mayor parte de nuestros compañeros
en Italia (de ahí su acento y su recurso de usar la lengua psiquiatras parecen cómodos frente a semejante termino-
italiana para ir entendiéndose en lo básico tras su llegada a logía, de curso académicamente legal y corriente, aunque
tierras aragonesas), que en un solo año dejó un excelente algo erosionada de tanto uso. En apariencia resulta
sabor de boca entre el público de La Romareda. El Zara- (incluso) científicamente operativa, en base a una posibili-
goza se convirtió en un «matagigantes», un bloque casi dad de reproducir y cuantificar la intensidad de los presun-
invencible en casa pese a la modestia de su plantilla, ya que tos síntomas psicóticos, así como su duración. Es como si
acababa de subir de Segunda División. Goleaba con facili- resultara prioritario medir el grado (intensidad) de las psi-
dad, y el ofensivo sistema táctico de Boškov ofreció grandes cosis frente al conocimiento real de su naturaleza y de sus
tardes a la (por entonces exigente) afición zaragocista. Pues dimensiones sintomáticas.
bien, en una de sus primeras ruedas de prensa, y ante la Más recientemente, Vicente Molina, en su muy reco-
pregunta de cómo podía explicar lo sucedido sobre el mendable trabajo La psicosis. Ideas sobre la locura,10 afina
terreno de juego, su respuesta fue breve pero contundente: más el concepto de psicosis, por lo menos huyendo de
latiguillos, lo cual es de agradecer. Además lo hace desde
«Fútbol e fútbol, e gol e gol». dos puntos de vista diferenciados.
El más próximo al discurso tradicional (ortodoxo). En
Saltó la bomba. Ante el éxito inmediato de «tamaña apariencia no difiere sustancialmente de la definición ante-
reflexión», Boškov utilizó en adelante y de forma recu- rior –de hecho mantiene el mismo tono elusivo–, aunque
rrente (a causa de su escaso manejo del idioma español) la la selección terminológica resulta mucho más cuidadosa:10
misma frase, que acabó convirtiéndose (apocopada y redu-
cida a su primera parte) en un mito de los tópicos que «La psicosis es un síndrome clínico caracterizado por una
rodean al fútbol mundial. Boškov llamó la atención tanto significativa pérdida de contacto entre la realidad objetiva
por su fútbol como por su peculiar discurso, y fue fichado (externa y relacional) del paciente y sus correspondientes repre-
de inmediato por el Real Madrid, necesitado de revulsivos sentaciones mentales. Los componentes principales de las psi-
en todos los ámbitos. Una vez en la capital de España, su cosis son los delirios, las alucinaciones y los trastornos de la
frase «fútbol es fútbol», ya castellanizada con motivo de los forma del pensamiento (el modo en que se asocian unas ideas
progresos idiomáticos del preparador balcánico, tomó con otras) y de la conducta. No es mucho como definición pero
es lo que hay».
carácter de máxima de gran pensador.
«Esos síntomas principales se acompañan de otros depen-
Pues bien, a mí particularmente la definición habitual
diendo del cuadro en que la psicosis se dé».
del concepto «psicosis» o «episodio psicótico» se me antoja «La psicosis es, pues, un estado compartido por muchos
susurrada al oído de la «oficialidad académica psiquiátrica» cuadros, posiblemente los más graves de entre los problemas
por el anciano «maestro» serbio (a fecha actual, creo que psiquiátricos».
sigue vivo). Baste un ejemplo:
Y un punto de vista más personal, indudablemente más
«El término episodio psicótico hace referencia a un conjunto
sofisticado, acorde con los paradigmas dimensionales y
de trastornos caracterizados por la presencia de síntomas positi-
neurobiológicos actuales de los trastornos mentales, y con
vos (delirios y alucinaciones), negativos, cognitivos y afectivos».7
alguien que reflexiona sobre lo que escribe:10
El extracto proviene de un tratado de psiquiatría español
«La psicosis resulta uno de los posibles conjuntos de resul-
reciente, y habrá quien sugiera que poco hay que reprochar tados de los múltiples modos de alteración del complejo (y no
al respecto, ya que puede encontrarse repetido hasta la exte- predecible ni necesariamente anormal) sistema nervioso de rela-
nuación a lo largo de numerosos textos de ámbito nacional ción entre el ser humano y su entorno».
e internacional. No voy a entrar en este momento a analizar «Alteraciones cuantitativas de relación entre los sistemas
el doble pleonasmo final de la definición (síntomas negati- inhibitorios y/o excitatorios pueden dar lugar, bajo ciertas con-
vos-afectivos-cognitivos, como si fuera sencillo categorizarlos diciones, a simbolizaciones poco relacionadas con la realidad
y diferenciarlos). Este punto se tratará en el apartado de externa».
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6 Abordaje integral de las fases iniciales de las psicosis

«Sin duda hay más fuentes de desequilibrio de dicha fun- respuestas al tratamiento, se irá haciendo posible recons-
ción». truir la esquizofrenia como un grupo de entidades biológi-
«Lo que parece subyacer a las psicosis en el cerebro son camente válidas.11 Menos da una piedra.
pequeñas desviaciones estadísticas entre grupos, no presentes en También resulta difícil utilizar el apelativo «primeros».
todos los sujetos. Su efecto neto (de una o de cualquier combi- Nuevamente adaptamos la realidad a nuestros intereses. La
nación de ellas) será probablemente una menor eficiencia de la
función cerebral subyacente a la cognición, que puede incre-
mayor parte de los pacientes que evaluamos han experi-
mentar la posibilidad de productos mentales aberrantes o al mentado síntomas psicóticos con anterioridad; en muchos
menos poco relacionados con la realidad objetiva compartida». casos, de forma claramente sintomática y disfuncional. Y
no me refiero sólo a aquellos casos con un DUP prolon-
gado (frecuentes en función del entorno sociofamiliar y
Nótese que se refiere principalmente a la cognición, sanitario en que nos desenvolvamos; de hecho, cuando se
como eje central, necesario y vertebrador, del resto de las cuantifica la variable DUP en estudios controlados, con-
dimensiones sintomáticas y/o psicopatológicas propias de viene utilizar la mediana de la muestra, en vez de la media,
los trastornos psicóticos. Este aspecto, en mi opinión, resulta dada la dispersión de resultados); ni siquiera a los casos de
crucial, siempre y cuando se considere seriamente (endofe- síntomas psicóticos aislados, esporádicos y sin connotación
notípicamente), y no al estilo «cosmético» del DSM‑5. patológica en población general, variantes de la actividad
Pues bien, en una reunión entre colegas hace años, mien- cognitiva dimensional normal. Me refiero a que resulta
tras me encontraba exponiendo nuestro modelo organiza- muy difícil establecer cuándo empezó el cuadro en sí, más
tivo de atención a los primeros episodios de psicosis desde aún precisar cuándo fue la primera vez que se produjeron
el Hospital Universitario de Cruces, uno de los presentes los síntomas (si no son verbalizados ni actuados, pertene-
me lanzó la primera (también fue la última) cuestión: cen al ámbito de la intimidad personal), incluso si tenemos
en cuenta aspectos de personalidad, funcionalidad premór-
«¡Hum…! Hablas todo el rato de las psicosis…, pero…, ¿tú bida, y del período prodrómico, al igual que cuesta deter-
qué entiendes por psicosis?». minar cuántos episodios han existido antes de que seamos
capaces de detectarlos por vez primera.
Reconozco que no esperaba ni por asomo semejante Por último, ni siquiera podemos hablar estrictamente
abordaje. Creo recordar que, al margen de mi reacción del término «episodios». De hecho, si atendemos al espec-
vegetativa, recurrí a todo un abanico de tópicos y de argu- tro esquizofrénico, no todos los pacientes presentan un
cias de explorador de «lugares comunes» para balbucir una curso episódico. Entre un 14 % y un 24 % de los pacientes
presunta respuesta, e intuyo que ésta fue una de las razones (según estudios) devienen directamente desde el «primer
por las que no hubo más preguntas ese día. Desconozco la episodio» hasta estados defectuales crónicos y graves, sin
motivación que llevó al colega a efectuar la pregunta, la solución de continuidad; y ello, una vez más, sin conside-
escena completa recordaba un sketch de Faemino y Can- rar el período premórbido y/o prodrómico de éstos.12
sado, pero sin duda dio en el clavo. Volviendo, por tanto, al título de este subapartado,
Tanto es así que cuando hablamos de «primeros episo- ¿podemos hablar con propiedad de «primeros episodios
dios de psicosis» lo hacemos con aparente soltura, natura- psicóticos»? Visto lo expuesto, la pregunta, cuando menos,
lidad y cotidianidad. Nos apoyamos en un discurso pre- invita a una cierta prudencia reflexiva.
configurado y retroalimentado por múltiples artículos, Existen, no obstante, notables esfuerzos más o menos
textos, editoriales, ponencias, datos y estudios que allanan actuales por establecer modelos dimensionales de los tras-
el camino. Pero si nos detenemos unos segundos en anali- tornos psicóticos, en base al análisis factorial de sus mani-
zar fríamente la realidad, observaremos que: festaciones psicopatológicas más sólidas (según cada autor).
En 2013 no contamos aún con una definición cohe- En este sentido, la esquizofrenia y las psicosis afectivas
rente, operativa y satisfactoria (dentro de un marco episte- deben entenderse como entidades prototípicas, ubicadas
mológico) del concepto «psicosis». Como mucho, pode- en los polos extremos de un conti­nuo. Por cierto, ser parte
mos aventurar que, en función de la gran cantidad de de un continuo no significa ser iguales, ya que a lo largo de
factores causales involucrados en las psicosis biológica- éste pueden encontrarse ciertos nodos alrededor de los cua-
mente válidas, éstas resultarán finalmente el producto de les se agrupan un número significativo de casos. De hecho,
un enorme número de combinaciones fenomenológica- el modelo del continuo tiene dos variantes, una más radi-
mente continuas. cal, que considera que la variación se produce en una
Partiendo de tal premisa, no sorprende la dificultad a la misma enfermedad, la enfermedad psicótica, y otra más
hora de delimitar nosológicamente un constructo tan men- matizada, que considera que el continuo de varia­ción
tado como la esquizofrenia, paradigma de las «psicosis cró- acontece entre dos enfermedades, la esquizofrenia y las psi-
nicas», la cual no parece una entidad patológica única, ni cosis afectivas, que tienen rasgos tanto comunes como
siquiera un síndrome circunscrito. Los abordajes epistemo- específicos.5,13
lógicos actuales de este concepto a lo más que llegan es a Un estudio reciente muestra un elevado índice de
consolarse suponiendo que, conforme sus dimensiones comorbilidad entre la esquizofrenia y el trastorno bipolar,
psicopatológicas vayan relacionándose con fenotipos inter- siendo así que si un individuo ha sido diagnosticado de un
medios y con factores etiológicos con distintos cursos y trastorno bipolar, hacia los 45 años de edad presenta un
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Capítulo 1. Antecedentes históricos y marco conceptual actual 7

riesgo de ser diagnosticado de esquizofrenia veinte veces ceptos sumamente controvertidos, resulta un auténtico
superior al observado en la población general.14 El DSM‑5 ejercicio de resiliencia.19
juega a ello, en mi opinión de un modo simplista e impos- Pero no quiero dejar pasar la oportunidad de recalcar
tadamente naïve. Afortunadamente afloran propuestas que ambos abordajes de las psicosis, el psicopatológico-
interesantes y novedosas,15 en las que tampoco hemos de dimensional y el de estadios, desde luego contando con el
obviar un cierto afán (humano) de trascender académica- máximo interés científico, fracasan en el mismo punto: si
mente, pretendiendo rebautizar conceptos como el de bien parece obvio que muchos pacientes presentan un sus-
esquizofrenia (Van Os y su salience dysregulation syn- trato neural asociado a sus psicosis, con una clara interfaz
drome),16 lo cual supone, pese a su posible pertinencia, una biología-ambiente, actualmente no existe una identifica-
vuelta al fondo de armario y al recurrente concepto de ción fehaciente de éste, en ninguno de los subtipos parti-
«psicosis única», cuyo más ilustre representante en el culares de las psicosis. Más aún, ninguna de las clasificacio-
siglo xix fue Griesinger, sin olvidar a Leonhard y, en nues- nes psiquiátricas actuales, ni siquiera los abordajes
tro medio, al notablemente avanzado (dado el país y la dimensionales psicopatológicos, y menos aún los diferentes
época) Bartolomé Llopis, refundador del concepto a estadios del curso evolutivo de éstas, incluyen datos bioló-
mediados del siglo xx. gicos concluyentes (específicos) en los que apoyarse (por
No lo puedo negar: a mí el debate en torno a la psicosis cierto, resultarían potenciales dianas terapéuticas y/o mar-
única me evoca el concepto de psiquiatría vintage. Sin con- cadores de estado y/o riesgo), más allá de pequeños enjua-
tar con conclusión sólida alguna, en uno u otro sentido, se gues aproximativos18,20 (Tabla 1-2). Y como señala el per-
establecen bandos. ¡Asombroso! Y los llamamos escuelas. sonaje de la marquesa de Merteuil en la obra de Chordelos
Ni Kraepelin llegó a tanto, cuando hace cerca de cien años de Laclos Les liaisons dangereuses, no se aplaude a un tenor
estableció un sistema categorial del que, en muchos aspec- por aclararse la garganta.
tos, al final de su vida él mismo dudaba, al no poder des- El lenguaje descriptivo de las conductas y estados men-
cartar una continuidad entre las psicosis afectivas y las tales, y también la propia conceptualización parcelaria y
psicosis esquizofrénicas.17
También observamos esfuerzos por establecer modelos
de estadiaje del curso evolutivo de las psicosis (en este caso Tabla 1-2. Modelo de estadiaje de riesgo de viraje a una
la cuna se establece en las antípodas) que, sorprendente- psicosis en función del momento de evaluación
mente y en ausencia de evidencia contrastada (debiéramos y de los determinantes biológicos
permanecer enclaustrados un tiempo [cuarentena] en el Momento Factor
reino de las hipótesis y de la investigación, no en el del Ejemplos
de la evaluación de riesgo
proselitismo), lejos de desalentar a sus promotores, los ha
En cualquier Genes DISC1
animado a diversificar la idea (negocio) extrapolándola a
momento (regula migración
otros campos nosológicos como el del trastorno afectivo neuronal, formación
bipolar. Surgen en este sentido estadiajes que abocan al de sinapsis
paroxismo académico (estadio 0, 1a, 1b, 2 [el equivalente y su activación)
al de primer episodio psicótico]), 3a, 3b, 3c, 4, por ejem-
Historia familiar 50 % concordancia
plo,18 en un intento tardío por competir con Akiskal y su monocigotos
cruzada bipolar más allá del trastorno tipo II, todo ello TP esquizotípico
envuelto en un halo de supuesta sensatez y de tufillo moral,
Sexo Perfil de riesgo
aludiendo a la máxima de todo programa de intervención
bimodal mujeres
sanitaria: «es mejor prevenir que curar» (si fuera tan simple,
nada que objetar). Cultura Estatus de inmigrante
Hablaremos más adelante de este asunto, sin duda espi- Entorno Urbanicidad
noso, e incluso en otros capítulos de este libro (al hablar de ambiental
los pacientes en estado mental de alto riesgo o ultra high Distal al inicio de Desarrollo fetal Malnutrición materna
risk [UHR]), y del «síndrome de síntomas psicóticos ate- la enfermedad
Desarrollo Bajo coeficiente
nuados», inicialmente bautizado como «síndrome de riesgo cognitivo intelectual
de desarrollar una psicosis» por parte del grupo de trabajo
Abuso precoz Consumo marihuana
correspondiente del DSM‑5, opción finalmente rechazada
de drogas < 13 años
por sus excesivas e infundadas connotaciones pronósticas;
por cierto, daría para todo un análisis antropológico el Proximal al inicio Cambios del Síntomas psicóticos
debate en torno a la ubicación de dicho síndrome en el de la psicosis estado mental atenuados
Síntomas básicos
eje I del DSM‑5, o como finalmente ha sido consensuado
y anunciado (abril de 2012), en su apéndice de investiga- Biomarcadores Disminución sustancia
ción futura. El viraje conceptual de algunos de los «padres gris cortical
de la criatura», haciendo nuevamente de la necesidad vir- Incremento liberación
de dopamina
tud, y asumiendo como propias las críticas vertidas por
profesionales más prudentes en cuanto al manejo de con- Adaptado de Heckers S, 2009.17

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8 Abordaje integral de las fases iniciales de las psicosis

fragmentada de la vida psíquica, están necesariamente suje- mente heterogéneos, sin reparar en sus cimientos de arcilla,
tos al cambio y a los avatares sociopolíticos, académicos y hipnotizados por el diseño de la cúpula majestuosa de
científicos contemporáneos. La psiquiatría, y, por ende, la acero y cristal cuyos planos en cada país han sido genero-
psicopatología deben considerarse disciplinas vivas, y samente financiados y encargados a mayor gloria de arqui-
someterse y adecuarse periódicamente a una revisión que tectos (psiquiatras) oficiales (afines a cada sistema organi-
las compatibilice e integre con las técnicas de investigación zativo coyuntural. ¿No existe un cierto paralelismo con el
más novedosas de cada época; en el caso que nos ocupa, efecto Guggenheim-Bilbao, de infausto resultado en otras
con las disciplinas neurocientíficas y la investigación tras- latitudes próximas a la urbe vasca? Auditorios fantasma,
lacional (abordajes endofenotípicos, aún en fase prác­ museos fantasma, ciudades de las artes, de las ciencias y de
ticamente embrionaria, dado que no existe especificidad la cultura fantasma, aeropuertos, estaciones de AVE fan-
diagnóstica alguna en cada uno de los endofenotipos estu- tasma, festivales fantasma. Y, por qué no, programas de
diados, tanto para la esquizofrenia como para el trastorno intervención precoz, macrobecas y macroestructuras de
bipolar). Pero todo ello de forma sosegada, eficiente y investigación en primeros episodios de psicosis ¿fantasmas?
coherente.21 Programas, por cierto, que han crecido desproporcionada
Insisto: ¿resulta excesiva una invitación a la prudencia y acríticamente durante los últimos años en España, a la
reflexiva? sombra de la presunta bonanza económica y de los localis-
mos consuetudinarios, cuando dudosamente lo harían en
De vocación, aguafiestas: una visión crítica el momento presente, en base a un mínimo análisis coste-
del DUP efectividad.
Les invito a leer de nuevo el segundo párrafo del texto
En su último y premiado texto Todo lo que era sólido,22 de Muñoz Molina recogido arriba. O, si lo prefieren, recu-
Antonio Muñoz Molina (por cierto, semanas después de rrir a las palabras de Juan Gelman:23
escribir estas líneas se ha hecho público su reconocimiento
como nuevo premio Príncipe de Asturias de las Artes y las «La piedra está al sol, la cubren / de ideas que velan / su
Letras, 2013) señala, analizando los últimos 35 años de la relación con la verdad».
historia española, que nada es para siempre, que cualquier
derecho (o idea) puede desaparecer, y que por este motivo Durante la década de los años noventa del pasado siglo,
no hay destino escrito, fatalismo objetivo o razón para ver y a partir de los resultados del estudio pionero de Falloon,24
pasar la catástrofe. se desata un creciente interés por el desarrollo de progra-
El autor jienense apela con urgencia a una rebelión ciu- mas de intervención precoz sobre las psicosis, focalizados
dadana, llama a un idealismo práctico y racional con vistas básicamente en el acortamiento del DUP, factor pronóstico
a que reaccionemos, cada uno desde nuestro ámbito, y determinante de un peor curso evolutivo (clínico y funcio-
contagiemos con nuestro ejemplo una responsabilidad nal). La idea es simple: un mayor DUP implica, secunda-
cívica que hemos de exigir, de manera contundente, a riamente a la acción de mecanismos biológicos neurodege-
nuestros gobernantes. El paralelismo con el ámbito que nerativos, un peor pronóstico clínico, evolutivo y funcional
nos ocupa (la psiquiatría) es evidente, y ha sido sugerido de los pacientes psicóticos (preferentemente del espectro
con anterioridad en este capítulo. esquizofrénico), de modo que una intervención tardía
Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención sobre las psicosis se asocia, según este modelo, a una mayor
de la obra de Muñoz Molina es la siguiente reflexión: prevalencia de síntomas psicóticos negativos, y a una peor
respuesta de los síntomas positivos a los tratamientos anti-
«Se podía ser cualquier cosa menos aguafiestas [...]. De toda psicóticos, cuando menos a corto plazo, independiente-
la presunta efervescencia de creatividad popular no quedaría el mente de la edad y del ajuste premórbido del individuo.
menor rastro en el momento mismo en que el dinero que se Numerosos estudios acompañan estas ideas, y avalan el
dedicaba a ella se hubiera destinado a fines más útiles». DUP como factor pronóstico independiente.25-27 Se pos-
tula como objetivo que, en condiciones óptimas, el DUP
¿Acaso no estamos viviendo momentos similares en la no debe exceder las 12 semanas.28 Los datos, una vez más,
psiquiatría actual (en este caso me centro en el ámbito de no engañan. Poco importa que la asunción de este modelo
los primeros episodios de psicosis, por no mezclar temas)? (interpretativo) valide explícitamente el modelo neurode-
¿No parece que estemos digiriendo los excesos de una larga generativo de la esquizofrenia, así como la presunta acción
etapa de fiesta e imprevisión? ¿No tenemos cara de resaca, «tóxica» del episodio psicótico sobre el cerebro de los
de burbuja estallada? No aludo, como pretenden algunos, pacientes, mediada a través de diferentes (e inespecíficos)
al hecho de haber vivido por encima de nuestras posibili- mecanismos neurobiológicos, como los niveles de N-acetil-
dades. No lo creo así, la responsabilidad es multidimensio- aspartato (medición indirecta de tejido neuronal viable), la
nal y, por tanto, compleja. Pero sí veo cierto que nos hemos acción del glutatión, del glutamato, del BDNF y del estrés
empeñado en dar por buena la construcción de un edificio oxidativo, entre otros.29-32
ambicioso, sin una función definida de antemano, con Pues bien, ¿no resulta precipitado este salto? ¿Qué espa-
réplicas precipitadas a lo largo de medio mundo (denomi- cio queda para la hipótesis del neurodesarrollo en el marco
nado «occidental»), en países económica y sociocultural- de los trastornos psicóticos? Más aún: en caso de asumir un
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