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La novela es existencialista porque trata temas como la existencia del ser y se logra detallar
sentimientos tales como: la angustia, la desolación, la soledad, la tristeza y la no satisfacción con
la vida, como le sucedía a Juan Pablo Castell. Considera Castell que la vida no es satisfactoria y
está llena de sufrimientos al no tener el poder y el control de nuestras vidas. La incapacidad de
Castel de tener a su amada a su lado por siempre y que lo ame como el cree amarla.
El personaje Juan Pablo Castel tenía sentimientos de desolación, tristeza, no se entendía con el
mundo, no era feliz, siente angustia por no encontrar paz interior. Creía haber encontrado el
sentido a su vida cuando conoció a esta mujer, pero luego se dio cuenta que no la podía tener
para él, entonces nunca sintió satisfacción ni felicidad completa. En el existencialismo podemos
ver como una de sus características principales es mostrar que la vida.
Citas:
Que el mundo es horrible, es una verdad que no necesita demostración. Bastaría un hecho para
probarlo, en todo caso: en un campo de concentración un ex pianista se quejó de hambre y
entonces lo obligaron a comerse una rata, pero viva.
El suicidio seduce por su facilidad de aniquilación: en un segundo, todo este absurdo universo se
derrumba como un gigantesco simulacro, como si la solidez de sus rascacielos, de sus acorazados,
de sus tanques, de sus prisiones no fuera más que una fantasmagoría, sin más solidez que los
rascacielos, acorazados, tanques y prisiones de una pesadilla.
La vida aparece a la luz de este razonamiento como una larga pesadilla, de la que, sin embargo,
uno puede liberarse con la muerte, que sería, así, una especie de despertar. ¿Pero despertar a qué?
Esa irresolución de arrojarse a la nada absoluta y eterna me ha detenido en todos los proyectos de
suicidio. A pesar de todo, el hombre tiene tanto apego a lo que existe, que prefiere finalmente
soportar su imperfección y el dolor que causa su fealdad, antes que aniquilar la fantasmagoría con
un acto de propia voluntad. Y suele resultar, también, que cuando hemos llegado hasta ese borde
de la desesperación que precede al suicidio, por haber agotado el inventario de todo lo que es
malo y haber llegado al punto en que el mal es insuperable, cualquier elemento bueno, por
pequeño que sea, adquiere un desproporcionado valor, termina por hacerse decisivo y nos
aferramos a él como nos agarraríamos desesperadamente de cualquier hierba ante el peligro de
rodar en un abismo.
Esta reflexión sobre el suicidio ilumina el existencialismo del protagonista. Por un lado, Castell
insiste en que lo absurdo del mundo desaparecerá, llevando su personalidad a un lugar
desconocido: la muerte. Sin embargo, por otro lado, el pintor no puede adoptar esta
"sustitución" porque tiene miedo de esta ignorancia absoluta a punto de morir. Luego admite
que su espíritu está apegado a lo que se sabe, no importa lo que piense, no será bueno.