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Tarea 1: Proyecto de Vida.

Facultad de Medicina
Departamento de Nutrición Humana
Nutrición y Dietética
Fundamentos de Administración
José Fernando Dueñas León

Universidad Nacional de Colombia


9 de marzo de 2020
Bogotá – Colombia
Fundamentos de administración
Nutrición y Dietética
2020-1

PROYECTO DE VIDA
¿Quién soy yo?
Mi nombre es José Fernando Dueñas León. Nací en el municipio de Cumbal en el departamento de
Nariño en el año 1998. Actualmente tengo 21 años. Cuando cumplí dos años de edad, con mi
familia nos trasladamos al municipio de Ipiales, en donde realicé mis estudios de colegio hasta el
grado décimo, pues para realizar el grado undécimo me fui a vivir al municipio de Córdoba en el
mismo departamento. Un año más tarde, regresaría a Ipiales a para estudiar mi técnico auxiliar en
enfermería.
Menciono el cambio de residencia que realicé para terminar mi bachillerato porque desde que tuve
esa experiencia, el destino me comenzaría a llevar por diversas partes en donde cada una, me
permitiría vivir una experiencia diferente que aportaría elementos sustanciales que me convirtieron
en quien soy ahora. Así, primero fue Córdoba, en donde terminé satisfactoriamente el colegio, pero
a la vez donde también empecé una vida, en cierta manera, independiente, pues este cambio me
implicó salir de mi hogar. Lastimosamente no fui admitido en ninguna universidad cuando terminé
el colegio, por lo cual inicié mi técnico auxiliar en enfermería. Sabía que este técnico era apenas el
inicio de mi vida profesional, razón por la cual no me desesperé por encontrar trabajo apenas lo
terminara ni en dejarlo como mi única herramienta de la que yo podía valerme para construir mi
proyecto de vida. Sin embargo, una vez culminado, y puesto que tampoco entré a una universidad,
comencé a trabajar con un operador del ICBF en el desarrollo de la política de primera infancia en
Pasto. Días después, llegaría a mi vida la Orden de la Compañía, con la cual inicié el proceso de
discernimiento para llegar a ser Jesuita. En este punto, las situación económica en mi hogar no era
favorable, pero a pesar de eso, me embarqué en el camino del proceso que implicaba querer ser
Jesuita. Así, al año siguiente, inicié mi proceso de discernimiento con esta Orden en Bogotá. Aquí
descubriría que mi vocación estaba orientada al servicio, pues el contacto con el otro y el propiciar
acciones que de una u otra manera propendan por su bienestar me confortaba y me consolaba. El
proceso continuó y fui admitido en el Noviciado de la Compañía de Jesús, a donde llegaría
después de vivir un año en Bogotá.
Esta experiencia de Noviciado me permitiría encontrarme conmigo mismo y reflexionar sobre lo
que había sido mi vida y hacia dónde me gustaría orientarla; sin embargo, fue este proceso de
discernimiento que me permitió concluir que mi elección de vida no correspondía a la de un
Jesuita; si bien el estilo de vida y el impacto social que uno logra tener desde ahí es muy alto y
sumamente significativo, además de que sí me sentía identificado con ese carisma, simplemente
descubrí que no quería seguir buscando ese fin desde esa opción. De esta manera, y después de
confirmar que mi vocación era el servicio, pero desde otra opción de vida, salí de la Compañía de
Jesús con la certeza de estudiar una carrera de las Ciencias de la Salud, de preferencia Medicina.
Regresé a Ipiales y comencé a trabajar en otro operador del I.C.B.F., en el mismo campo que
cuando lo hice en Pasto: en el apoyo al componente de Salud y Nutrición, que básicamente se
resume en velar por el estado nutricional óptimo de los niños de determinados hogares infantiles,
por medio de la revisión de sus medidas antropométricas, el cuidado de los alimentos y el fomento
de hábitos de vida saludables en apoyo conjunto con docentes y padres de familia. Ahora, sabía
que igual, estas experiencias laborales sólo eran un “Mientras tanto”, pues yo seguía con el deseo
ferviente de continuar con mis estudios. Un año después ingresaría a la Universidad Nacional de
Colombia al programa de Nutrición y Dietética.
Me es difícil, sino imposible, hablar de quién soy yo, sin remitirme a estos episodios de mi vida,
pues fue a lo largo de ellos que descubrí quién soy realmente, así, me defino como una persona
con alta sensibilidad por los demás, por su entorno, y por la realidad del mundo. Siento que la vida
lo conduce a uno por las experiencias que uno tiene que vivir, claro, prestando atención a ellas y
con disposición para asumirlas y aprovecharlas. Me gusta el arte, la música, compartir con mi
familia y tener amigos honestos con los que pueda lograr un crecimiento recíproco y me molesta el
hecho de que el mundo pierda su sentido, su horizonte; y las personas decidan vivir su vida en
función de ellas mismas, pues si se nos dio una oportunidad de vivir, qué mejor forma de
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aprovecharla que aceptando las oportunidades que nos regala, aportar a un cambio y vivir en pro
de los demás.
¿Cuál es el objetivo de mi vida?
Siento que el objetivo de mi vida es el servicio, la ayuda a los demás. Lo definiría más bien como
mi vocación. Pues cuando propicio por el bienestar de las personas me siento pleno porque se
gesta un complemento recíproco entre el otro y yo.
¿Cuál es el motivo principal para estudiar Nutrición y Dietética?
También describí aquellas experiencias en la primera pregunta, pues para responder a esta, debo
remitirme también a mi historia de vida. En un primer momento, desde que estaba en el colegio, mi
sueño era estudiar Medicina, de hecho, una de las razones para cursar mi técnico auxiliar en
enfermería fue la de que este me sirviera como fundamento para cuando yo entrara a estudiar
Medicina; sin embargo, las cosas nunca se dieron así. Ahora, las dos experiencias en las que yo
ejercí mi técnico tampoco fueron en el ámbito clínico, sino con primera infancia, desde un enfoque
mucho más social, pues fue aquí en donde yo conocí la carrera de Nutrición y Dietética.
Por otra parte, mi experiencia como aspirante y novicio Jesuita me permitió conocer que mi
vocación es altamente social y dada al servicio. Ahora, cuando ingresé a la Universidad Nacional
de Colombia, llegué con la intención de estudiar un semestre y luego cambiarme a Medicina (típico
sueño de primíparo ingenuo); pero lo que estudié ese semestre, lo que vi que tenía para ofrecerme
la Nutrición y Dietética hizo que mi sintiera inmediatamente identificado con ella. Además, parte de
m técnico incluía una práctica en un hospital, y en este momento sentí que lo que no quería era
volver a un hospital en donde posiblemente trabajaría por el resto de mi vida.
De esta manera, sentí que yo me estaba incursionando en el campo de la Nutrición y Dietética
desde hace mucho tiempo, pero un deseo erróneo me cerraba el pensamiento a esa opción.
Identifiqué en la Nutrición y Dietética un enfoque social que me permitiría trabajar por los demás,
no desde un ámbito netamente clínico, sino desde un campo mucho más social que era el que yo
buscaba que me permitiera el trabajo con comunidades, con personas vulnerables y desde una
especificidad que promueve esta carrera al centrarse en la prevención de la enfermedad y la
promoción de la salud desde el cuidado en la alimentación, lo cual, a su vez, está relacionado con
la actividad física también, esenciales para que desde una integralidad se propicie el bienestar de
las personas.
¿Cómo me veo en 10 años, para dónde voy?
En 10 años me veo como Nutricionista Dietista egresado de la Universidad Nacional de Colombia,
con una doble titulación con Trabajo Social en la misma universidad; realizando una maestría en
Salud pública o en Soberanía y Seguridad Alimentaria. Ya con esta formación académica, mi
proyección de vida involucra:

 La creación de una fundación para prestar servicios de educación inicial a primera infancia.
 El trabajo comunitario desde el I.C.B.F., o una O.N.G., a nivel internacional desde donde
se promuevan los derechos de los niños, particularmente, en materia de una alimentación
saludable y una adecuada Nutrición.
 El trabajo en una comunidad de algún lugar remoto como el Amazonas, Chocó, Putumayo
o un departamento alejado de la “Civilización y el desarrollo”, pues son estas comunidades
las más vulnerables en materia de derechos humanos.
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