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Coronavirus, política y organización:

El coronavirus y la emergencia sanitaria es real, bajo ningún término creo qué se pueden
negar. En estos momentos como nunca debemos tener capacidad de interpretar la realidad
que nos rodea y el sentir de mucha gente, y de muchos militantes.

En el sentido de interpretar la realidad política, debemos dejar de pensar en conspiraciones


y analizar cómo la emergencia sanitaria incide directamente en la economía y eso, por
consiguiente en el sistema político y en la sociedad toda.
Con un gobierno que ya asume con una coalición que tiene múltiples debilidades (y una
oposición casi inexistente), en un contexto de recesión y con objetivo de aplicar un ajuste
feroz sobre la clase trabajadora (sujeto político que debemos ponderar).
En este sentido, el gobierno continúa aplicando medidas “neoliberales” para salvaguardar
las ganancias capitalistas y que la crisis generada caiga mayormente sobre la clase
trabajadora, ya sean obreros o funcionarios, aunque cayendo mayormente sobre los
trabajadores informales (más de 200.000 por lo menos, en una situación que ya antes de
esto era muy precaria y hay que denunciar).

En este sentido, podríamos (y eventualmente tenemos que) hacer más análisis profundo de
lo que implica la crisis producida por el virus, pero en este momento y a futuro, para cuidar
nuestra salud, lo central sería plantear algunos temas que pueden preocupar a los
diferentes núcleos y por tanto a la organización a corto y mediano plazo, a modo de tomar
postura, línea y acción política:

1) Para empezar con algo que, palabras más palabras menos, sería de consenso: que la
crisis no caiga sobre los trabajadores y los pobres, que la paguen los empresarios, los
capitalistas y el gobierno de turno.

2) Exigir medidas para la detención del virus pero garantizando solvencia económica.
Elaborar por ejemplo una batería de medidas que incluya que los trabajadores (o los
trabajadores por debajo de tal monto) no paguen las tarifas de los servicios esenciales ni de
alquileres, por al menos un mes, etc.
Aquí hay qué hacer la salvedad de tener presentes si apuntamos a exigirle al Estado, a
impulsarlo desde mecanismos de protesta oficiales como el pit cnt, o apuntar a la
desobediencia del pueblo, por decir algunos que se me ocurren, es decir, hay muchas
aristas y hay que tener presentes nuestras limitaciones.

3) Centrar en todo momento que la crisis se enfrenta con el pueblo organizado.


Apuntar y convocar a organizarnos en los espacios que podamos y darle difusión a los
espacios y sindicatos que ya se están organizando para sobrellevar la crisis, siempre
sabiendo que no podemos esperar ni rogarle todo al Estado o al gobierno porque siempre
es contraproducente. A efectos de resumirlo en una frase: Contra la crisis del capitalismo y
los estados (acelerada por el virus), oponer resistencia y organización. Organizarse en la
medida de lo posible y autocuidarse, en los barrios y en los sindicatos (por ejemplo) ante la
acción nefasta del Estado que no es ausente, sino que toma la postura de atacar al pueblo
aún más. Apostar a la solidaridad y el autocuidado de la clase trabajadora como principal
forma de combate y denuncia de atropellos represivos, sin dejar de exigir por todos los
medios posibles que definamos, que hay que tomar medidas que preserven la salud y el
bolsillo del pueblo trabajador.

4) Momento para poner sobre la mesa más que nunca las contradicciones y mezquindades
capitalistas y lo que pueden provocar en una crisis de esta magnitud.

5 más bien interno) Cuidar la unidad de la orga y poder respetar a aquellos compañeros que
por distintos motivos sienten que deben hace la cuarentena o no pueden estar al cien por
ciento en este complicado momento, es una situación inédita y nuestra orga no cuenta con
la suficiente capacidad (no sólo económica y política, sino organizativa) para abarcar todo ni
para poder militar con los cuidados necesarios, hay que pensar que podemos hacer para
actuar y preservarnos, recordando además que, superada esta coyuntura, el momento que
sigue va a ser peligroso y complicado, pero posiblemente mucho más fértil para el tipo de
política que podemos llevar a cabo y para el desarrollo de línea política en perspectiva
revolucionaria, socialista y transformadora.
Sin embargo, en este último sentido, es necesario rediseñar y pensar formas de acción para
ahora y de cara al futuro, probablemente sea una etapa aún peor de crisis, y no sabemos
hasta que punto seguirá restringida la militancia pese a la superación del virus, como sea,
hay muchas cosas que rediseñar en nuestra forma y contenido, y este no deja de ser el
momento para hacerlo.

6) Asumir que la crisis es global y pensar en política también desde esa perspectiva...

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