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UNIVERSIDAD DE CALDAS

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES


DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA Y SOCIOLOGÍA
PROGRAMA DE ANTROPOLOGÍA

INFORME PRESENTADO AL CABILDO INDÍGENA


EMBERA-CHAMÍ DE QUINCHÍA, RISARALDA

CARTOGRAFÍA SOCIAL
RECORRIDOS POR EL TERRITORIO TRADICIONAL DE LA
PARCIALIDAD EMBERÁ CHAMÍ, MUNICIPIO DE QUINCHÍA,
RISARALDA

SITIOS SAGRADOS, PATRIMONIALES, E HISTÓRICOS

ESTUDIANTES
Maria Isabel Fonseca Tobasura
Sebastián Gómez Arias
Maira Alejandra Ladino Betancourth
Camilo Andres Niño Mendez
Andrea Carolina Ortega Valenzuela
Yorely Viviana Quiguantar Cuatin
Jesus David Quintero Serna
Gentil Mauricio Sànchez Guapacha
Johan Sebastian Silva Gonzalez
Luis Miguel Tamayo Granada
Marco Fidel Valencia Buitrago
Juliana Velasquez Mejia

PROFESORES
Cesar Moreno Baptista
Mauricio Pardo Rojas

MANIZALES
JUNIO DE 2017

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CONTENIDO

ESPACIO Y LUGARES SAGRADOS EMBERA-CHAMI EN QUINCHIA . 4


MEMORIA COLECTIVA Y PLAN DE VIDA ........................................... 5
CONTEXTO HISTÓRICO DE LA PARCIALIDAD INDÍGENA EMBERÁ-
CHAMÍ DEL MUNICIPIO DE QUINCHÍA. ................................................... 6
RECORRIDO VEREDAS BUENA VISTA, PORVENIR, HUISANA,
CARTAGÜEÑO Y POMESIA ....................................................................... 13
VEREDA BUENAVISTA ........................................................................... 14
VEREDA CARTAGÜEÑO ......................................................................... 16
VEREDA POMESIA.................................................................................... 18
VEREDA EL PORVENIR ........................................................................... 19
VEREDA HUISANA ................................................................................... 20
RECORRIDO VEREDAS VILLANUEVA, ENCENILLAL, E ISAMBRÁ . 24
VEREDA VILLANUEVA .............................................................................. 25
VEREDA ISAMBRÁ ................................................................................... 30
RECORRIDO VEREDA MANZANARES, VEREDA EL LIMÓN, VEREDA
LAS CRUCES, CORREGIMIENTO DE NARANJAL ................................. 34
VEREDA MANZANARES ......................................................................... 36
VEREDA EL LIMÓN. ................................................................................. 38
VEREDA LAS CRUCES ............................................................................. 40
CORREGIMIENTO DE NARANJAL ......................................................... 44
BIBLIOGRAFIA ............................................................................................. 45

2
MUNICIPIO DE QUINCHÍA. PARCIALIDAD EMBERÁ CHAMÍ
VEREDAS INDÍENAS

3
ESPACIO Y LUGARES SAGRADOS EMBERA-CHAMI EN
QUINCHIA
Los miembros de la parcialidad embera-chamí de Quinchía, Risaralda, tienen una imagen de
su territorio configurada por un conjunto de lugares naturales (cerros, ríos, piedras, lugares
arqueológicos) que se reconocen colectivamente como expresión externa del espacio que ellos
habitan. La red de lugares sagrados opera como un ordenador que estructura la unidad espacial.
Los centros de mayor jerarquia son: 7 cerros: el cerro Gobia, el cerro Batero, el Cantamonos,
el Clavijo, el Opirama, el cerro Punta de Lanza, y el cerro Paramillo y los dos ríos: el rio
Quinchía y el rio Opirama, “es lo más sagrado que existe en el municipio porque eso es lo que
nos ha dado pues la capacidad de resistir, la capacidad de orientarnos, la capacidad de
fortalecernos cultural y ambientalmente”, señala uno de los líderes de la comunidad.
Cerros, fuentes de agua, lugares naturales y “ser embera” encarnan una matriz social, que en
términos de José Velazco, plantean una concepción de la existencia de espacios sagrados,
inseparable de un tiempo mítico, cuya lógica interna de explicación y obedece a una concepción
propia del mundo y de la vida (1993: 47). En esta perspectiva se comprende el significado que
los embera-chamí de Quinchía, encuentran en lo espacial, como ámbito de lo que permite
pensar las construcciones territoriales.
Para los embera-chamí cada sitio sagrado se relaciona con la fertilidad, de ahí que se asocian
a las fuentes de agua y la producción de la tierra, de esta manera se afirma que la característica
de lo sagrado se manifiesta en lo territorial. El lugar sagrado se piensa como una dimensión
con vida propia, pues se consideran “encantados”, habitados por deidades sobrenatuales que
lo cuidan. La naturaleza se imagina como hierofonía, es decir, como una manifestación
sobrenatural que protege, orienta y da sentido. De esta forma los cerros conectan el cosmos con
la vida terrenal.
El respeto y cuidado que los embera expresan por la naturaleza, muestra que en su tradición el
espacio preexiste desde tiempo atrás con un valor sagrado de complejas dimensiones que
relaciona la totalidad del cosmos (Le Bourgtegat & Castilh, 2004) con el ser humano y la
naturaleza. Como señala pablo Duque (2009) “debe entenderse, entonces, que el territorio
sagrado es el reconocimiento de un vínculo entre el hombre y la totalidad cósmica de la que se
considera parte, relación que es manifestada en el espacio que le rodea, y que está definida por
criterios de comunicación trascendente” (p. 74).
Visto lo «sagrado» desde una perspectiva cultural, los lugares «lugares sagrados» se pueden
definir empíricamente como “puntos geográficos que en sí mismos tienen una relación con la
divinidad meramente coyuntural o meramente referencial o pre-dispositiva” Velasco
(2003:29). La conservación y el respeto que se tiene por el lugar, evidencia una continuidad
que le da la connotación de lugar sagrado, al final, las mismas características naturales le
imprimen su connotación.
En términos de Velasco (1993) el espacio sagrado se entiende, de una parte, “como una
correlación de variables creadas y habitada por deidades y ancestros” (p. 48); en esa misma

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perspectiva, la concepción de la existencia de espacios sagrados, es inseparable de un tiempo
mítico, pues encarna una “lógica interna de explicación que obedece a una concepción
teocéntrica del mundo y de la vida” (p. 47).
Segun Martos y Martos (2013), “los lugares míticos son lugares de poder que impactan en la
comunidad y que por eso mismo se convierten en santuarios, lugares, de culto o de memoria
para aquellas” (p.87)
Así pues, entender el paisaje sagrado como un sistema de símbolos y significados compartidos,
supone un trabajo permanente de actualización de la memoria, de recuperación de las herencias
míticas y de reelaborarla activamente. “Dicho de otro modo, el territorio es un inmenso
palimpsesto donde es posible reescribir y, en este caso investirlo de una sacralidad” (Martos &
Martos 2013: p.86).
Simbólicamente la sacralidad de los lugares se ve, expresada, como ya se dijo, por la reverencia
que se traduce en preservación de la flora y la fauna de los sitios. El conjunto de coordenadas
de la topografía simbólica refieren a una dimensión cuyo espacio se expresa como territorio
embera-chami.

Memoria Colectiva y Plan de Vida


A pesar de los cambios histórico-sociales y político-administrativo para los embera-chamí de
Quinchía, la consagración de su espacio generación tras generación constituye un compromiso
y una responsabilidad colectiva por mantener la identidad cultural. Así es que en la proyección
del Plan de Vida la recuperación de la memoria colectiva sobre la ancestralidad de los lugares
sagrados en el territorio, constituye una tarea central de la comunidad1, pues “es uno de los
elementos vitales que dan fuerza a los derechos colectivos de los pueblos indígenas, puesto
que comprende un conjunto de valores propios de una comunidad que se afirma y consolidan
con el transcurso del tiempo, con el actuar de los antepasados y sus formas, lo que les permite
tener vigencia en la actualidad” (Silva, 2005:1).
La red de lugares sagrados al funcionar como un dispositivo que ordena y estructura el espacio
como un conjunto indisociable de referentes físicos y acciones sociales, se crea una simbiosis
entre ellos (Montañez & Delgado, 1998:121, citando a Milton Santos). De esta manera, se
entiende el territorio como una construcción social.
De lo anterior se deriva que el sentido de pertenencia, de identidad, de conciencia territorial,
“solo adquiere existencia real a partir de su expresión de territorialidad” (Montañez &
Delgado, 1998:123). Aplicado todo esto al tema que nos ocupa; cerros, fuentes de agua, lugares
naturales y la gente embera-chamí se funden en una matriz social que se afirma simbólica y
territorialmente en un tiempo mitológico que ha de recuperarse y actualizarse. “Así la mitología
se acerca a la conceptualización de los sistemas simbólicos que representan las concepciones
de las formas reales establecidas en la geografía y evidenciadas en la sacralización de

1
El Art. 84 numeral 3 de la Constitución Política del Estado señala: "Mantener la posesión ancestral de las tierras
comunitarias". Este precepto nos entrega dos nociones básicas al momento de hacer un esfuerzo por
comprender la diversidad, fundamentada en lo multiétnico y pluricultural, y su consecuente garantía de ciertos
derechos: la ancestralidad y las tierras comunitarias (Silva, 2005:1)

5
espacios específicos, (piedras, árboles, lagunas, montañas) que conforman la estructura del
espacio y territorio sagrado”2.
La territorializacion del espacio sagrado implica una movilización específica de la memoria.
Para Halbwachs (2004a; 2004b), por ejemplo, no hay memoria colectiva que no se desarrolle
dentro de un marco espacial, igualmente la memoria no es individual sino colectiva. En esta
perspectiva “la memoria debe ser reconstruida y explicitada permanentemente siendo
sostenida por el entono social, ya que si el individuo recuerda es porque hay un grupo que
permite que el recuerdo se actualice…los recuerdos se ajustan y organizan alrededor de los
recuerdos de un grupo, que es el soporte legítimo y necesario de la memoria” (Galera,
2010:3).
Hasta en las sociedades contemporáneas señala Hervieu-Leger (2005) las colectividades que
se enmarcan dentro de prácticas con contenido sagrado como las religiosidades debe establecer
hilos de memoria entre el pasado y el presente, y de la selección de recuerdos que den cuenta
de su identidad.

CONTEXTO HISTÓRICO DE LA PARCIALIDAD INDÍGENA


EMBERÁ-CHAMÍ DEL MUNICIPIO DE QUINCHÍA.

En el actual territorio de Quinchía, Departamento de Risaralda, existen dos organizaciones


indígenas reconocidas oficialmente como cabildos por las políticas multiculturalistas
enmarcadas en la Constitución Política de 1991. Una de estas organizaciones es la Parcialidad
Indígena Emberá-Chamí, que está conformada por hijos y nietos descendientes de la anterior
comunidad indígena perteneciente al gran resguardo colonial de Quinchía, el cual estaba
adscrito a la provincia de Umbra (Actuales municipios de Anserma, Guática, Riosucio y
Quinchía), territorio habitado por ocho resguardos de tipo colonial en el siglo XVll (Tachiguí,
Guática, Tabuyo, San Lorenzo, Cañamomo-Lomaprieta, La montaña, Supía y Quinchía)
(Usma, D., 2017). La conformación del Resguardo de Quinchía:

“Corresponde a la organización de los pueblos indígenas, que en la provincia de Umbra efectuó


en 1627 el oidor Doctor Lesmes de Espinosa y Saravia, y en el cual se incorporaron pobladores
del Valle de Chamburucua en sus asentamientos de Opiramá, Mápura, Taudía, Aconchara,
Guacuma (Guaqueramáes), Tapasco e Irruas (Irras), lo mismo que habitantes de origen Pirza,
localizados en los alrededores del Carambá (cerro de Batero y parcialidad de la Escopetera)”
(Ibid., pp.127).

Según el libro Historia de Guacuma escrito por Alejandro Ugarte, Merardo Trejos y Fernando
Uribe: (Ugarte, Trejos, Uribe, 2013)
“el 27 de marzo de 1627 El oidor Lezmes de Espinosa... mandando a reducir los indígenas
Opiramáes, Mápuras y Quinchías en un solo sitio llamado Quinchía viejo en la actualidad,
estableció los límites del resguardo” (p.95).

2En: http://www.alberdi.de/ESPACIO%20%20Y%20TERRITORIO%20SAGRADO-
Jair,actu,02.06.07.pdf

6
“En 1740 el título de parcialidad es quemado en el incendio de Quinchía Viejo” se pierde la
evidencia de haber un resguardo unificado y ancestral, los límites de este se hacen difusos. En
1810 la provincia de Popayán integraba el territorio conocido como Ansermanuevo donde se
alojaba el resguardo de Quinchia.
Desde principios del siglo XlX, la Corona Española y los integrantes del sector minero
intentaron en repetidas ocasiones la disolución de los resguardos indígenas de la provincia de
Umbra, ya que el territorio que ocupaban éstos eran ricos en oro y otros minerales.
“el 17 de septiembre de 1869 se expide bajo el gobierno del Cauca la ley 252 que permite
vender tierras en posesión de los resguardos (Ugarte, Trejos, Uribe, 2013). Lo cual hace que
la venta tierras fragmente aún más el territorio.
En 1873 se expide bajo el estado soberano de Cauca, la ley 44 que pretende la repartición de
tierras de los resguardos existentes, disolviendo así gran parte del territorio ancestral Guacuma,
actual Quinchía:
Ugarte, Trejos, Uribe, (2013) Afirman que:
“ Hacia el año de 1842, Manuel y Tiburcio Tapasco, ambos indígenas, secundados por José
Miguel Trejos, Martín Arce, Ignacio Garcia, Manuel Pio Arce, Clodomiro Calvo y Francisco
Vinasco, se decidieron a organizar el caserío en la planicie que baña que baña la quebrada de
Lavapié, y unas dies cuadras más o menos de distancia del punto donde hoy se encuentra la
cabecera… actualmente se llama Quinchía Viejo, por la razón de haber sido fundada en ese
lugar… (p.99).
Pero en el año de 1851 algunos líderes indígenas de las nacientes parcialidades procuran la
legalidad del caserío enviando una solicitud a las autoridades de Cartago y ese mismo año es
aprobada por Juez de Anserma Silverio Rivera y por el comisario José Evaristo, bajo el auto
del 24 de marzo de 1851 otorgando la entrega legal del terreno, según límites indicados por los
títulos.
Los líderes en su inexperiencia se acogen a la ley 89 1890, donde justifican la prudencia de
conservar sus usos y costumbres, sin embargo y gracias a procesos de hibridación generados
por la colonización, esclavización y mestizaje, estos líderes y muchos de sus cabildantes no
poseían gran parte de su tradición ancestral.
Continúan los autores del libro Historia de Gaucuma:
“En el año 1923, el alcalde de Quinchía envía una nota al gobierno departamental: la división
y el exterminio de la parcialidad son de imperiosa necesidad en este municipio para su progreso
material…”(Ugarte, Trejos, Uribe, 2013);
Las tierras eran de uso colectivo de los indígenas, pero para el año de 1928 ya había incursión
de gente externa al municipio interesada en las tierras; uno de los personajes más recordados
es Horacio Tobón, quien le hacía todo tipo de préstamos a los indígenas y cuando estos no le
podían pagar se veían obligados a entregar como forma de pago parte de sus tierras, por eso
este señor llegó a ser dueño de gran parte de las tierras del municipio, lo cual generó un gran
desplazamiento de los indígenas.
Para el año 1927, ya se habían creado los cabildos en el país, y en el año 1948, el senador Otto
Morales propuso emitir la ley 55, la cual derogaba los resguardos en Quinchia y Riosucio, pero
en este último no se lograron disolver pero declara que no seguirán aplicándose a la Parcialidad
Indígena de Quinchía, en el Departamento de Caldas las disposiciones de la Ley 89 de 1890, y
se dictan otras disposiciones, además dentro de esta ley se hace referencia al artículo 3.º Los
terrenos de la citada Parcialidad, ya adjudicados a los indios censados por su Cabildo, pasarán
a ser propiedad de los poseedores, siempre que los hayan adquirido mediante actas expedidas
por el Cabildo con la aprobación del Alcalde del Distrito; sin embargo, tras los diversos
procesos de mestizaje, colonización etc.. provoco desarticulación de cada comunidad con la
perdida de las tradiciones ancestrales características de las comunidades indígena asentadas en
Quinchia.

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Una vez disueltos los resguardos a causa de la Ley 55 de 1948, el territorio de Quinchía se
fragmentó ocasionando la desaparición de las tierras comunales debido a la venta de pequeñas
parcelas a campesinos llegados principalmente de Antioquia por efectos de la bonanza cafetera
(Díaz, B., comunicación personal, 2017). Al respecto, José Eduardo Rueda (citado en Mueses,
C., 2011:220) expresa que:
“los gobiernos liberales de Santos, López y el conservador de Ospina emprendieron serias
campañas para disolver los resguardos. Tal determinación se gestó desde el departamento o
sección de tierras y aguas del Ministerio de la Economía Nacional, y se enmarcó dentro de la
política de parcelación y aprovechamiento de los terrenos baldíos que adelantó, desde 1942, ese
ministerio y que tuvo su mayor efectividad a partir del decreto/ley 918 del 20 de abril de 1944,
con el cual se pretendió trazar un plan de colonización de baldíos en forma progresiva y
científica”.
Los movimientos sociales, y en nuestro caso, los movimientos indígenas surgidos en la década
del 70, lograron impulsar reivindicaciones basadas en reclamaciones de “igualdad de
oportunidades sociales, políticas, económicas, culturales y educativas” (García, R. & Sales, A.,
1997:1), todas con efectos radicales en el nacimiento y configuración de las constituciones
multiculturalistas en América Latina. Acompañados de otros procesos identitarios que se
fraguaron bajo ese contexto de lucha reivindicativa, una población significativa del municipio
de Quinchía, después de más de 50 años de incertidumbre y desconocimiento de su ascendencia
indígena, lograron retomar aspiraciones para conformar una nueva organización indígena,
amparada en la Ley 21 de 1991, la cual “aprobó el convenio 160 de la OIT, sobre pueblos
indígenas y tribales. Ley que con la constitución de 1991 son fundamento legal de la existencia
de cabildos, parcialidades y resguardos indígenas” (Usma, D., 2017:210).
En 1967 se constituye el departamento de Risaralda y solo queda con los resguardos de Mistrató
y Pueblo Rico. Entre los años 1968 a 1970 se empiezan a crear comités en cada vereda y para
1974 ya se habían creado las juntas de acción comunal y desde ahí ya se fueron deslegitimando
con más fuerza los resguardos.
La nueva organización indígena parte del año 1991 con la nueva constitución. Las comunidades
de Cartagüeño, Pomesia y Buena Vista fueron quienes inicialmente se organizaron y arrancó
el proceso de construir nuevamente el resguardo. Inicialmente se desplazaron a otras
comunidades a conocer cómo estaban organizadas.
La idea de conformar nuevamente un cabildo en el municipio de Quinchía, surgió en 1995
cuando mayores indígenas de varios lugares del país se reunieron en Batero con sus
pobladores:
“La organización parte de la constitución de 1991, hubo una reunión en Batero con
comunidades indígenas y campesinos del cauca y la guajira. Esos líderes dicen que a partir
de la constitución pueden volver a ser indígenas y pueden organizarse para que salgan
adelante como resguardo, y a partir de esto se inició un trabajo con líderes de Cartagüeño,
Pomesia, Buenavista, Miracampo y así empezó el proceso. Primero se asesoraron con los
líderes de escopetera pirza, tuvieron casi un año de reunión por las comunidades para
recuperar el cabildo, eso era lo que contaban los abuelos y padres” (Becerra, H., comunicación
personal, 2017).
Posterior a ese primer encuentro y en ese mismo año, se realizaron varias reuniones en
diferentes zonas rurales, y para diciembre del mismo año ya se contaba con varios líderes
pertenecientes a la parte oriental del municipio. Esta iniciativa se extendió a otras veredas como
Cruces, Encenillal, Insambra, Villanueva, entre otras. Para 1996, se comenzó un proceso de
reuniones generales dentro de las comunidades de Naranjal, Cartagüeño, Pomesia y
Buenavista, lo que generó el nombramiento de Arnualio Guarumá como primer gobernador del
cabildo en Septiembre del mismo año, ratificado por más de 1.000 personas que participaron e
hicieron presencia en la vereda Buenavista; las asesorías legales fueron impartidas por líderes
de Bonafont y Riosucio que habían adelantado procesos homólogos con sus respectivas

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poblaciones. Fruto del esfuerzo de líderes y lideresas de la comunidad, en el año de 1997, se
obtuvo el reconocimiento legal de la parcialidad indígena Emberá-Chamí.
Ahora bien, el conflicto armado interno colombiano, ha salpicado la población de Quinchía,
dejando un saldo importante de víctimas de desplazamiento y muerte de líderes comunales,
tanto indígenas como campesinas, sumado a ello el terror sembrado entre los habitantes de la
comunidad en general. El grupo indígena Embera Chamí, ha sido golpeado por dichos
acontecimientos, pues después de la guerra bipartidista, la presencia del EPL en veredas como
San Juan, Las Cruces y el corregimiento de Naranjal, entre otras, pusieron su cuota para el
exterminio parcial de habitantes indígenas en dichas zonas. Para algunos habitantes de la vereda
Las Cruces, es doloroso siquiera mencionar el tema, se niegan a recordar lo vivido en aquella
época e insinúan la posibilidad de herir susceptibilidades de los allí presentes. Seguidamente,
la presencia de Paramilitares del Bloque Central Bolívar se hizo sentir, en el año 2002,
perpetrando asesinatos en San Juan, el corregimiento de Naranjal y Buenavista. Seguidamente,
en el año 2003, se da una oleada de asesinatos selectivos en el municipio de Quinchía. Todos
estos actos como lo manifiestan los comuneros, obligaron a muchos de sus iguales a
desplazarse hacia otras regiones, quienes abandonaron sus hogares y raíces. Igualmente narran
la forma como invadían sus hogares en busca de “favores” y la imposibilidad de ellos para
negarse a “prestarles” sus servicios. La comunidad indígena Emberá Chamí, manifiesta como
dichos actos violentos han amenazado su permanencia como grupo indígena y su interés por
recuperar lo que años atrás era su resguardo.

ACTIVIDADES GENERALES SOBRE LA HISTORIA Y EL TERRITORIO

Lunes 17 de abril
Tras la llegada al municipio nos reunimos con todos los representantes de cada cabildo menor
y hubo una presentación previa por todos los asistentes a dicha reunión antes de empezar con
el orden del día. Con la ayuda de seis Mayores de la comunidad y personas pertenecientes al
cabildo se logró hacer un recuento histórico de los distintos procesos que se han llevado a cabo
para su conformación.
Se realizó una reunión en la biblioteca del municipio, designada para la realización de la
cartografía social en compañía de habitantes de las diferentes veredas.
Dando paso al inicio de dicha actividad, se inició con una armonización por parte del jaibaná
Ovidio Largo, y algunos de los integrantes de la comunidad hicieron un recuento histórico
sobre la conformación de esta y la influencia del estado en su proceso.
El gobernador Arley Guapacha hace una introducción al tema etnohistórico presentado los
líderes, sabedores y los integrantes del cabildo y coordinadores de la construcción del plan de
vida: Bety Mirley Ladino, Barlan Morales, Gregorio Antonio Largo, Yenni Andrea Bartolo,
Juan Leiva, Hugo Becerra Arce y el taita Ovidio Largo; Se parte del reconocimiento de las
comunidades prehispánicas que habitaron el territorio de Quinchia: Opiramaes, Guaqueramaes,
Tapasco e Irruas.
Tras lo anterior se empezaron a discutir varios temas ligados principalmente a lo que es
actualmente la colectividad y la forma en la cual esta se conformó, la creación del municipio
de Quinchía y la distribución territorial desde el pasado hasta hoy.
Con la presentación pudimos observar, aparte de la historia que se nos fue comentada durante
toda la estadía en el cabildo, la forma en la cual el territorio esta distribuido y el modo en el
cual todos tienen participación activa en la toma de decisiones que competen al cabildo en
general. A continuación, con los gobernadores menores de cada cabildo a los que iríamos en
los dos días siguientes, nos dispusimos a realizar una cartografía social en la cual tuvimos un

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marco más amplio sobre lo que haríamos durante las visitas a cada vereda, marcamos en este
mapa los sitios sagrados, las quebradas, los cultivos y los apellidos que fueron un gran
distintivo a la hora de referenciar las particularidades de cada cabildo.
La memoria de los sitios sagrados, expresaron, es uno de los principales aspectos para la
construcción del plan de vida, por lo cual se busca su reconocimiento y cuidado de los mismos.
La contextualización de la historia fue de manera amplia resaltando los hechos que marcaron
la memoria tanto individual y colectiva de las personas que conforman el resguardo. Aclaran
que lo que buscan es la reivindicación del derecho a través de la constitución y el
reconocimiento del territorio como resguardo, se describió brevemente como se desarrolla la
tenencia de tierras en el pasado y en el presente. Se quiere fortalecer la identidad a partir del
vínculo de recuerdos con el territorio su defensa y sentido de pertenencia a través del mismo.
El papel de la violencia contra la población juega un papel importante dentro de la memoria de
la comunidad porque a partir de ella también se crearon espacios simbólicos y recuerdos que
de alguna manera son significantes y reconocidos como lugares que representan cierta etapa de
la historia de la creación del cabildo. Aclararon que todo gira en torno al territorio la
recuperación y restitución del mismo donde se planea hacer un trabajo colectivo por y para la
comunidad y la estrategia aquí es la compra de tierra a personas que no hagan parte del cabildo
para ampliar y sanear el resguardo. Es el territorio donde se crea historia donde se guardan
todas las simbologías, características y cosmovisión de la comunidad indígena.
En esta reunión se evidenció también lo organizada que está esta comunidad en cuanto la
creación del plan de vida que como ellos denominan "Es la carta de navegación de las
comunidades indígenas"(Arley Guapacha en comunicación oral; 2017) resaltaron diversos
aspectos a tener en cuenta en cuanto a la creación de este documento y la fonna en la cual estos
visualizan su comunidad a futuro; esta visión de la comunidad fue un referente muy adecuado
para orientar el registro etnográfico en las diversas veredas .
La comunidad destaca cuatro factores principales que han atacado y acabado a las comunidades
indígenas. El primero es el conflicto armado que, en el municipio, llevó a que las personas no
se quisieran reconocer como indígenas, porque imperaban los intereses subversivos; el segundo
es la política, es decir el clientelismo; tercero la religión, pues pertenecer a algunas religiones
les genera dificultad para mantenerse en el cabildo, y por último, las multinacionales que en
este momento amenazan con acabar con su territorio.
Seguidamente para la cartografía social se señala que se necesita de parte de la comunidad y
los líderes indígenas, reconocer los lugares más representativos de las veredas, como
Ensenillal, Villa nueva, Insambrá. tanto el gobernador quien nos acompañaba decía que existen
varios lugares donde hay objetos en cerámica de los indígenas que habitaban Quinchia y que
algunas de ellas han sido guaqueados, además que para los sitios sagrados es característico del
territorio ubicarlos en las partes altas, cerros, peñas, etc. y que algunos de estos lugares
especialmente el cero Opiramá existen guardianes quienes juegan con los habitantes
desaparecindolos si ellos tienen malas intenciones, también se nombra los cerros Batero donde
se encuentro el dios Xixaraca (el dios del bien), y la piedra cuicuiva que para la comunidad se
tornó importante y así mismo cada cerro como Gobia, Canta Monos y Punta Lanza.
La pérdida de identidad cultural puede ocasionar un completo olvido de la madre tierra, por lo
cual la defensa del territorio se da desde las diferentes cosmogonías y desde un legado cultural
e histórico. el pensamiento de los pueblos indígenas se debe entender desde la unión de
diferentes contextos en tiempo y espacio y no como expresiones separadas por matices y
situaciones, este pensamiento debe entenderse desde la unión de las diferentes perspectivas
por y desde el conocimiento ancestral de las comunidades para así dar sentido a territorio y
sitios sagrados.
La narrativa de estos sitios y todo lo que ella muestra dentro de su historia y sus experiencias
mágico religiosas hace parte de la construcción simbólica que las comunidades han tejido.

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Dentro de la comunidad Emberá Chamí Quinchía se encuentran diferentes representaciones
dentro del territorio, las cuales se pretenden defender de forma comunitaria, para poder
reconocerse como resguardo ante el estado, es por ello que pretendemos realizar un documento
de carácter etnográfico prospectivo que nos dé información relevante sobre algunos de los sitios
que se consideran como sagrados por parte de la comunidad Emberá Chamí del municipio de
Quinchía Risaralda, teniendo en cuenta aspectos económicos, políticos, culturales e históricos.
Don Juan Leiva decía que todo el territorio que ahora es Quinchia era netamente indígena, pero
llegaron los colones y los dividieron.
También se mencionaron dentro de la cartografía los nacimientos de agua sal, como lugares
donde hubo asentamientos y así mismos lugares que fueron importantes para la actividad
económica además que son lugares de purificación, Lugares de descanso para los jais.

Jueves 20 de abril
El recorrido y reconocimiento del territorio estuvo a cargo de los líderes y lideresas del cabildo
indígena Emberá-chamí en compañía de los equipos de trabajos conformados por estudiantes
y profesores de la Universidad de Caldas (quienes tenían a cargo las zonas 1,2 y3). Los sitios
visitados son representativos para la comunidad debido a la fuerte relación medioambiente-
hombre que tienen, pues les provee de alimento, salud, riqueza, entre otros beneficios:
Quinchía viejo: Aquí fue donde se fundó Quinchía, que posteriormente fue trasladado a donde
es actualmente el municipio de Quinchía. Se ha encontrado registro arqueológico en este lugar,
lo que lo vuelve símbolo de identidad para la comunidad en general.
Camino real y acueducto: Mucha historia ronda por estos caminos, pues según los habitantes
es lugar de espantos y apariciones. La importancia de estos caminos radica en que era por donde
transitaba el comercio entre los plobadores.
Minas de sal y muralla de piedra: Varias minas de sal se han encontrado en distintas veredas,
tanto en el territorio Emberá-chamí como en el Karambá. Además, cerca de una de las minas
de encontraron varias murallas de rocas que son objeto de interés por parte de la comunidad,
pues estas estructuras pueden reforzar su identidad.
Rio Quinchía y cascadas de cueva loca: Son lugares sagrados para la comunidad, pues son
sinónimo de vida y riqueza.
Cerro Batero: Lugar emblemático para todos los pobladores de las zonas circundantes a este
cerro, ya que es epicentro simbólico que los conecta cos su pasado indígena, con su ancestros
y mayores.
Seguidamente para la cartografía social se señala que se necesita de parte de la comunidad y
los líderes indígenas, reconocer los lugares más representativos de las veredas, como
Ensenillal, Villa nueva, Insambrá. tanto el gobernador quien nos acompañaba decía que existen
varios lugares donde hay objetos en cerámica de los indígenas que habitaban Quinchia y que
algunas de ellas han sido guaqueados, además que para los sitios sagrados es característico del
territorio ubicarlos en las partes altas, cerros, peñas, etc. y que algunos de estos lugares
especialmente el cero Opiramá existen guardianes quienes juegan con los habitantes
desaparecindolos si ellos tienen malas intenciones, también se nombra el cerro Batero donde
se encuentra el dios Xixaraca (el dios del bien), y la piedra Cuicuiva que para la comunidad se
tornó importante y así mismo cada cerro como Gobia, Canta Monos y Punta Lanza.
Don Juan Leiva decía que todo el territorio que ahora es Quinchia era netamente indígena, pero
llegaron los colones y los dividieron.
También se mencionaron dentro de la cartografía los nacimientos de agua sal, como lugares
donde hubo asentamientos y así mismos lugares que fueron importantes para la actividad
económica además que son lugares de purificación, Lugares de descanso para los jais.

Viernes 21 abril

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En horas de la mañana en compañía del exgobemador Barlan Díaz y la Gobernadora del cabildo
menor El Pencil Beatriz Ladino, nos dirigimos a la casa de la cu'ltura a revisar el mapa
topográfico del municipio de Quinchía en general para hacer una comparación sobre las
cartogratias que se realizaron en el transcurso de la semana y puntualizar información sobre los
sitios que se referenciaron en las diferentes veredas o Cabildos Menores.
En aquel lugar se encontraba una maqueta del todo el municipio de Quinchia, por lo cual lo
primero que se hizo fue ubicar el recorrido con ayuda de Betty y Maritza. Se observó también
un álbum fotográfico donde representaban hechos importantes que se realizaron en el
municipio, como también fotografías de petroglifos que están ubicados en las diferentes
veredas; cada fotografía contaba con una descripción especifica de lo que la imagen mostraba.
Uno de los principales temas tratados durante la revisión del mapa fue la presencia e influencia
de las multinacionales mineras que actualmente hacen presencia.. en el municipio y resultan en
una amenaza constante sobre el territorio Emberá Chamí dada la brutalidad con la cual se
intervienen los suelos y la facilidad para adquirir licencias mineras, de ahí la importancia del
plan de vida.
Si bien, en este municipio hay explotación minera, esta se hace de forma artesanal en algunas
veredas, aunque en todos los cerros del municipio hay oro, en unos hay mayor porcentaje y es
donde se explota actualmente. Hay varias multinacionales como la Minera Quinchia, quienes
tienen intereses en hacer explotación a cielo abierto en el sector de San Juan y La Cumbre,
donde hay 20 nacimientos de agua. También existen intereses en la zona de Miraflores por
parte de la multinacional Miraflores SAS quienes tienen intereses en las zonas de Pomesia y
Cartagüeño, en esta zona se quiere hacer explotación por debajo del suelo, esta zona ha sido de
tradición barequera.
El cabildo se ha organizado para evitar que estas multinacionales entren a su territorio, por eso
en las veredas que son indígenas el cabildo solo ha permitido hacer exploración, prospectiva,
pero bajo la supervisión de personas del cabildo y con profesionales que ellos mismos han
elegido, pero que han sido financiados por estas multinacionales. Ellos han hecho consultas
pero algunas veredas como Carambá no ha querido participar, pues creen que no hay garantías
en la consulta, aunque desde el cabildo se aseguran las garantías. El cabildo intenta resguardar
su territorio, pero hay que tener en cuenta que no todas las veredas son indígenas y que las que
sí lo son no están habitadas solo por indígenas y gran parte de las personas del municipio
incluyendo la administración municipal ven la explotación minera sólo en términos
económicos y consideran que representa progreso para la comunidad, pero no se tienen en
cuenta los daños ambientales y sociales que esto trae. Se hace la comparación con el
corregimiento de Irra donde hay todo tipo de problemáticas sociales como la prostitución,
drogadicción, violencia, etc., y se teme que Quinchia pueda llegar a tener un panorama parecido
al de este corregimiento. Desde el cabildo se hacen actividades de sensibilización con los
habitantes y, sobre todo, se hace un trabajo con los niños y jóvenes para enseñarles la
importancia de cuidar su territorio, de proteger sus recursos y evitar problemáticas sociales.
Gracias a la organización y a las acciones del cabildo han logrado tener una autoridad sobre el
territorio ya que en cada procesos a realizar se debe hacer una consulta con el cabildo para
plantear las normas y límites y requisitos que las empresas tienen con la comunidad, consulta
que de una u otra forma les da cierta autonomía con la cultura material que se puede encontrar
dentro del territorio; sin embargo, la preocupación de ellos es la participación del estado y las
decisiones que le mismo toma frente a la obtención de recursos y explotación de minerales
dentro del territorio indígena. “es triste saber que el estado es dueño de todo el subsuelo y
nosotros solo de la capa de encima” (Betty Ladino. 2017).
Se nos comentó, relacionado a lo anterior, la forma en la cual los indígenas están abandonando
su vida campesina y el trabajo de la tierra optando por la nueva forma económica que de alguna
forma está atacando el territorio; si bien la minería es un trabajo que físicamente es muy

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exigente y que resalta por su riesgo y rudeza, la forma en la cual este trabajo es remunerada
resulta muy atractiva para quienes optan por este modo económico transformando su vida y la
relación con la tierra.
Durante esta visita se habló también sobre la división política en la cual se encuentra distribuida
la comunidad sobre el municipio de Quinchía y se resolvieron diversas dudas que fueron
surgiendo durante la conversación que allí se sostuvo.
Dentro del territorio existe cierta rivalidad entre el cabildo y las juntas comunales, tal vez
porque el objetivo final no es el mismo entre estas organizaciones o simplemente se buscan
diferentes intereses de acuerdo a las personas que las conforman.

RECORRIDO VEREDAS BUENA VISTA, PORVENIR,


HUISANA, CARTAGÜEÑO Y POMESIA

Imagen 1: El color rojo señala la ruta saliendo de la zona urbana de Quinchía hasta Miracampo,
Buenavista Cartagüeño. El color verde señala la ruta Cartagüeño – Sausagua.

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VEREDA BUENAVISTA
Anteriormente era llamada Mandeval y ahora Vereda Buenavista, no se tiene un dato que
refiera la razón del cambio de nombre, aunque lo que dicen las personas es porque resultaba
desagradable para la comunidad.

Sitios sagrados: los sitios sagrados que se ubicaron en la vereda son tres: La Escuela, porque
es un sitio de reunión de la comunidad; La capilla, porque es el lugar para celebrar las
costumbres católicas; y La cancha, porque es el lugar de esparcimiento y deporte. La primera
escuela se construyó cerca de la carretera principal que conecta con las demás veredas, en
materiales típicos de la región como la guadua, elementos utilizados para construcciones en
época del Resguardo Colonial. Otros lugares como el Cerro Paramillo y el Cerro Gobia son
también sagrados y se divisan en toda la vereda, ambos sitios son muy importantes para la
comunidad al tener varios nacimientos de agua, la cual es usada para el consumo vital de los
habitantes de la zona. En lo alto del cerro Paramillo se encuentra un sitio sagrado al cual no
referencian un nombre específico, y cerca de Buenavista existe un sitio llamado “La Curisera”,
y según los pobladores estos eran lugares donde la gente se encontraba en las travesías de
vereda a vereda (caminos que acortaban tiempo).
El río Quinchía ha tenido un papel fundamental para la comunidad, Barlaan Díaz mencionó
que durante muchos años hubo una hidroeléctrica que abastecía de energía a todo el municipio,
pero que entre los años 1980 y 1982 fue vendida a la CHEC, empresa que cerró definitivamente

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la instalación. También realizaban labores de pesca, que en los últimos años han ido
desapareciendo por la contaminación del río y la deforestación de sus alrededores.

Conflicto Armado: inició en el año 1982 y su máxima expresión de algidez fue en el año 2002.
Varias familias se desplazaron a causa de esta problemática a zonas urbanas del pueblo, y otras
personas a otros departamentos. En el caso de la Señora Adiela Ramirez, durante cuatro meses
se vio obligada a abandonar su territorio, en un primer momento hacia la zona urbana de
Quinchía y luego hacia el Departamento del Valle del Cauca, y aunque retornó a su territorio
del que fue despojada al igual que otras familias, la zozobra y el miedo siguieron presente, en
especial cuando deben pasar por los lugares que fueron testigos de los peores oprobios a los
que fueron sometidos sus líderes asesinados (Osvaldo Morales, William Ruiz y Aníbal
Vinasco) , sus vecinos, amigos y familiares. Estos lugares mencionados por varios pobladores
son la cancha y la carretera principal de la vereda.

Registro arqueológico: se tiene conocimiento de la existencia de “guacas” que no cuentan con


ningún protocolo o peritaje arqueológico de recolección y análisis. Conocen que debajo de la
antena de Comcel se encuentra una guaca, a la cual no han podido acceder, además, cuando las
personas encuentran vasijas o algún artefacto, lo conservan en sus casas o lo venden en el
pueblo.

Gobierno propio: en términos políticos, la relación entre la comunidad indígena Emberá-


Chamí y la Alcaldía Municipal de Quinchía es tensa, pues la comunidad acusa que no quieren
reconocer su pasado indígena y que solo los buscan cuando hay campañas electorales:
“Venimos de sangre indígena y la tradición se sigue, son los fundadores de por acá” (Ramirez,
A., comunicación personal, 2017). La elección de los líderes y lideresas del cabildo se hace
con la activa participación de la comunidad, se realizan reuniones regulares para socializar los
temas más importantes de la vereda y para celebrar fechas importantes como día de la madre,
semana santa y navidad.

Aspectos socioeconómicos: la vereda cuenta con cultivos de café, plátano, yuca, fríjol, Guineo
y banano. Además, la comunidad tiene huertas y trapiches que trabajan las familias en conjunto;
existe una asociación de mercado que funciona como tienda con productos locales, su nombre
es Multiactiva Buenavista.

Familias: Conformada por 17 familias pertenecientes al cabildo Emberá-chamí. Siendo las


más representativas la familia Becerra, Rendón y Muñoz

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VEREDA CARTAGÜEÑO
Sitios sagrados: Se identificó la cancha, ya que al igual que en Buenavista es un sitio de
reunión para la comunidad, y además en esta se encontró registro arqueológico como vasijas,
narigueras, entre otros objetos. Aunque el cerro Gobia y el Batero no están en el territorio son
sitios sagrados para los habitantes de la vereda: cuentan que en estos sitios hay espíritus.
Refieren que los nacimientos de agua son fuente de vida, por tanto son sagrados.

Aspectos socioeconómicos: Es una comunidad muy unida, tienen una huerta comunitaria en
la cual cada familia tiene dos eras de tierra y el producido es para su consumo. Cuentan con un
acueducto regional llamado Altabor. La mayoría de casas son propias, pero no tienen escritura,
son por herencias. En la misma familia hay personas indígenas y no indígenas

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Registro arqueológico: han encontrado vasijas, narigueras y demás objetos que han sido
guardados, vendidos o desaparecen sin un registro claro.

Conflicto armado: una de las problemáticas de la zona fue el conflicto armado alrededor del
año 2004, cuando asesinaron a Joaquín Gutiérrez y Harvey Aricapa, personajes reconocidos en
la vereda. Estos actos violentos incrementaron el desplazamiento a la zona urbana “muchas
familias se fueron por el miedo” (Arce, E., comunicación personal, 2017). Los grupos que allí
hicieron presencia fueron el EPL, la FARC y el Ejército Nacional: la población recibió
hostigamiento por parte de los tres grupos armados.

Aspectos socioeconómicos: las familias cuentan con trapiches tanto familiares como
comunitarios, en los cuales producen panela para el comercio en el pueblo como para el
consumo familiar. También practican pesca en el rio Batero y rio Quinchía, además crían
cerdos y gallinas para el comercio y para el consumo familiar. Cultivan Cacao, caña, ganado,
frutales, minería artesanal de oro y algo de café.

Gobierno propio: las familias postulan un líder, el cual representará a la comunidad ante la
parcialidad indígena, y la guardia indígena de igual manera se postula para que vigilen el
territorio.

Familias: Cartagüeño está conformado por 26 familias de las cuales 19 hacen parte de la
comunidad Embera-Chamí, las familias más representativas son la Arce, Cumba, Uchima, y
Bernal.

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VEREDA POMESIA

Sitios sagrados: como tal un sitio sagrado especifico, pero se destacan los caminos ancestrales;
la caseta de la escuela, porque es el lugar reunión de la comunidad; la cancha, porque es el
lugar de esparcimiento de los niños donde es usual que jueguen futbol; y el Alto molador.

Conflicto armado: fue lugar de enfrentamiento entre el ELN, las FARC y el Ejercito, la época
más álgida fue durante el 2004-2005, los insurgentes se resguardaban en las montañas, mientras
el Ejercito se quedaba en la escuela y/o en la casa de algunas personas de la vereda. El líder
Rogelio Becerra fue asesinado durante esta época, este hecho tuvo lugar en la tienda de la
vereda, lo cual tuvo como consecuencia el desplazamiento de muchos habitantes hacia la zona
urbana. Estos enfrentamientos se daban por el lugar llamado cruz de lecho.

Registro arqueológico: se han encontrado cerca de la escuela jarras y oro, pero de nuevo, no
hay registro de este material.

Aspectos socioeconómicos: la caña se procesa en los trapiches familiares y lo producido se


vende en el pueblo de Quinchía. Además, se cultiva café, caña, cacao, banano, plátano, y
mango.

Familias: la vereda está conformada por 19 familias que pertenecen al Cabildo, y las más
representativas son la familia Arce, Bartolo, Aricapa, Buenavista y Becerra.

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VEREDA EL PORVENIR
Sitios sagrados: se identificaron cinco lugares: la caseta, porque es allí donde se reúnen a rezar
y hacer oraciones las personas de la comunidad; los nacimientos de agua, ya que proporciona
agua a toda la comunidad y durante muchas generaciones ha sido de donde se saca este preciado
líquido; el charco Raniro., porque aún se hacen integraciones y paseos entre las familias allí,
es un espacio de encuentro de días específicos como los domingos; a estos sitios esto se le
suman unos caminos ancestrales de herradura que atraviesa la vereda y la mina de sal que queda
por la cueva del diablo.

Aspectos socioeconómicos: en esta vereda se encuentra un acueducto (el manejo de aguas de


nacimiento) y éste mismo tiene una junta para su manejo. Antes había una huerta comunal
ubicada dentro de la vereda, pero se movió de lugar, y ahora hay una huerta medicinal (de
plantas medicinales). en esta vereda cultivan naranja, plátano, banano y café.

Familia: lo conforman 14 familias indígenas y aproximadamente 5 no indígenas, en palabras


de las personas con quienes se realizó la actividad se dice que el porvenir es una vereda muy
pequeña, por lo tanto, todos son muy unidos y trabajan conjuntamente para la mayoría de las
cosas; la familia más destacada es la Bartolo.

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VEREDA HUISANA
Sitios sagrados: la reserva natural que compró la CARDER para reserva de agua, se dice que
es el lugar de espíritus; la mina de carbón de Juan de Dios Vélez. Los caminos tradicionales
tienen una gran importancia, comunican a las veredas entre sí y con la cabecera municipal, la
mayoría de estos caminos están en medio de los cultivos, “Los caminos son importantes porque
van a dar al pueblo” (Bartolo, Y., Comunicación personal, 2017). “Toda la gente caminaba por
aquí” (Díaz, B., comunicación personal, 2017), haciendo referencia al camino que de
Miracampo conduce a Buenavista.

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Aspectos socioeconómicos: Dentro de la vereda Huisana, cuyo nombre corresponde según sus
habitantes, al ave denominada comúnmente como Güísa (Garrapatero Común - Crotophaga
Aní), existe actualmente una reserva forestal a cargo de la CARDER, debido a que es
considerada de suma importancia para la protección de microcuencas; de allí 21 familias
indígenas y no indígenas, toman el servicio de acueducto comunitario. Su biodiversidad
muestra una variada selección de especies, que van desde el conejo sabanero, cusumbos,
serpientes, guacharacas, hasta, árboles de manzanillo, nacedero, yarumo, guadua y laurel, entre
otros. La vereda basa actualmente su economía en el café y plátano, pero es innegable los
diversos productos agrícolas distintos a los mencionados, los cuales aprovechan las diferentes
familias, en contraposición al mercado agroindustrial presente en los depósitos, graneros,
despensas y supermercados del casco urbano, que en últimas son de uso recurrente para la
obtención del resto de productos de la canasta familiar, tales como carne, granos, útiles de aseo,
etc. En las fincas, encontramos desde huertas caseras, yuca, maíz y caña, hasta gallinas y pollos,
dispuestos para el consumo interno de los cabildantes y campesinos. Las tierras, en su mayoría,
han sido heredadas de una generación a otra, por lo que la apuesta por cultivos propios ha sido
relativamente fácil, y les ha permitido encontrar la fuente económica de subsistencia; como
dueños de sus parcelas, en algunas temporadas del año, logran generar estrategias de empleo
para otros habitantes de la comunidad que no gozan de títulos inmobiliarios. En algunas
ocasiones la comunidad elabora productos de aseo caseros.

Gobierno propio: la gobernación del cabildo es asumida por Carmenza Melchor, elegida
desde diciembre, es una mujer que posee según sus coterráneos, las características fieles de una
lideresa, pues según ellos, debe tener interés en el proceso organizativo y político, activa,
transparente y clara en sus directrices, además es ideal, por el hecho de tener carrera como
tesorera dentro del cabildo veredal. Su función principal, es la de asistir a asambleas
convocadas por el cabildo mayor, acompañada de otros gobernadores menores, recibir la
información y los acuerdos a los que se llega en dicha reunión para compartirlos posteriormente
con sus compañeros cabildantes, con el fin de tomar postura frente a lo que se dice.

Familias: la vereda está compuesta por 12 familias que conforman el cabildo menor de ese
territorio, y las familias más representativas son la Aricapa, Arce, Bartolo, Vélez, Melchor,
Montoya, Ladino y Jiménez.

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Vereda Buenavista, cartografía social Huisana y Porvenir

Vereda Buenavista, cartografía social Buenavista

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Vereda Cartagüeño, cartografía social Cartagüeño

Equipo de trabajo Zona 1

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RECORRIDO VEREDAS VILLANUEVA, ENCENILLAL, E
ISAMBRÁ

UBICACIÓN RECORRIDO VILLANUEVA, ENCENILLAL E ISAMBRÁ EN EL MUNICIPIO

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VEREDA VILLANUEVA
La salida fue en horas de la mañana desde la casa del cabildo, nos dirigimos en Jeep hacia la vereda de
Villanueva en compañía de Betty, Maritza, dos mayores sabedores y dos representantes de la guardia
indígena. Desde el lugar en el que nos encontrábamos en casa de doña Ofelia se podía observar la parte
posterior del cerro de Opiramá.
Durante todo el recorrido del día martes 17 de abril visitamos tres nacimientos de agua salada
característicos de la vereda Villa Nueva .

Sitio Sagrado #1

Nacedero de Agua de Sal


Primer Nacimiento de Sal.
Los senderos se encontraban en mal estado por las constantes lluvias, lo cual causó dificultad en el
desplazamiento. las rutas para los nacimientos de agua no eran específicas, por lo cual buscábamos los
lugares con mejor acceso. Después de caminar entre los cultivos asociados de (café, plátano y caña) y
una pequeña quebrada, llegamos al primer nacimiento de agua de salada, lo primero que se hizo fue
limpiar el lugar, quitar del maleza que habían caído dentro del nacedero, este nacimiento era uno de los
más grandes de aquel lugar, sin embargo los habitantes de aquel sitio no le daban la mayor importancia
al reconocimiento y el mantenimiento del mismo, lo expresaron los mismos integrantes del cabildo y
los mayores que en ese momento nos acompañaban, aclararon que uno de los objetivos planteados era
lograr que todos y cada uno de los sitios fueran reconocidos, respetados y conservados.
Una de las historias que don Juan Leiva nos relata es acerca del cerro Opiramá pues los nacimientos de
agua se encuentran alrededor de éste, Él cuenta que hay una peña blanca en forma de batea y que existía
allí un encanto de una culebra para proteger las riquezas que se escondían en esa zona. Los indígenas
que habitaban Quinchía tenían varios dioses, La diosa Míchua: señora de valor y de la guerra, el dios
Xixaraca: espíritu del bien, Tamaraca o genios maléficos; Tamaraca habitaba el cerro Opiramá y sus
alrededores, además existían espíritus protectores como los duendes, que también dominaban estos
territorios, el señor Trejos,uno de los sabedores de la comunidad nos contó un relato:
“el abuelito mío, el papá de mi mamá tenían tierra de ahí de esas peñas para abajo, en la época
que mi mamá estaba pequeñita se la llevaban por allá, como siempre se acostumbra, ¡sí! por
allá, mandaban a los niños y traían un calabazadito de agua, bueno, entonces en esa época
cuando ella era muy pequeña la mandó la abuelita, la mamá de ella la mandó, me trae un
calabazadito de agua y ella se fue a traerlo y dentro de ese trayecto que ella fue, miró una
gallina, ¡que gallina va a haber por ahí!, si eso era montaña, la gallina con una parvada de

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pollitos pequeñitos, así como cuando salen, escarbaban y picaban, comida también buscaban,
todos amarillitos. Entonces resulta que ella pasó y los miró, recogió el agua y volvió y se fue y
volvió estaban ahí escarbando, ya se fue y le dijo a la mamá de ella: ¡mamá vea yo me encontré
una gallina tan linda con un poco de pollitos escarbando y comiendo chapul!, como ella ya
tenía el conocimiento de lo que podía ser eso por ahí, dijo: ¿ en dónde, en dónde, en dónde
está?, camine vamos a ver y ya no encontraron nada se desapareció. Y ella, mi mamá también
fue raptada por el duende en ese tiempo, también se la llevó, casi que no la rescatan, y como
se le presentó, todo lo que hablábamos ahora, como se le presentó en una viejita muy allegada
a nosotros, muy allegada, como uno a veces tiene personas mayores que dicen ah! Fulanita,
que viene a cada rato aquí, y aquí la queremos mucho es muy amable con ustedes y todo eso,
ya la tenían en cuenta, y ese duende se le presentó como esa viejita y se la llevó y se la llevó y
la enredó y ya casi que no la encuentran – ¿pero la rescataron viva?- sí, si la rescataron pero
sudaron mucho atrás de ella”.
Los relatos aquí contados nos ayudan a crear un contexto en el cual los habitantes de esa vereda generan
apropiación del territorio y por medio de este crean su identidad a partir de creencias y cosmovisiones
que son propias de la comunidad.
Sitio Sagrado #2
Segundo Nacedero de Agua Salada.

Camino al segundo nacimiento, encontramos un trapiche, estaban allí dos hombres haciendo los tajos
de panela, uno de ellos Jesús Antonio Trejos, brevemente nos explicó el proceso, la producción de la
misma se realiza sólo dos veces por semana, por la complejidad de la elaboración. De casualidad nos
encontramos a un señor de aproximadamente 70 años, interrumpimos su camino y quisimos conversar
con Él, la primera pregunta fue referida al conocimiento de los nacimientos de agua salada que por la
vereda se encontraban; la respuesta fue negativa, ya que los diferentes caminos comunes que hay no
permiten el fácil acceso o la vista de los mismos. las siguientes
preguntas fueron referidas al proceso de obtención de la sal:
-¿entonces de dónde sacaban la sal?
- de allá de una bomba que pasaba acá
- ¿secaban la sal o cómo era el cuento de la sal?
- se hacía así como hacen con la panela, en últimas la cortaban y ya iban empacando en hojas
de caña brava y la amarraban, pues medio me acuerdo que ese señor revolvía eso y hervia y
hervia así y cuando ya iba cortando eso y después mandaban a los caballos con la carga de
sal y después se devolvían con cargas de carbón natural, eso era bonito eso, blanquito también
esa sal.
Nos dirigimos a la casa cerca al trapiche, contaba don Jesús que cerca del nacimiento de agua había
como un trapiche donde se procesaba la sal, al acercarnos a éste nos enseñó unas latas de hierro, éstas
eran las que usaban para decantar la sal. Preguntabamos
- ¿Usted sabe quién sacaba la sal?

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- Los indígenas de antes, eso contaba mi abuelo, pero yo no me acuerdo.
Después de estas pequeñas intervenciones por parte de los comuneros de la vereda retomamos el
camino, a la llegada observamos que esta vez el nacimiento era más pequeño, en esa zona se practicaba
la ganadería, inmediatamente Betty nos aclaró que ese sitio había sido un asentamiento donde se podían
distinguir claramente los sitios específicos como la cocina y el sitio de preparación de la sal. Cerca de
allí se encuentra una cascada, el tercer nacimiento estaba allí dentro de ella, esta vez eran dos muy
pequeños ubicados de forma vertical, nos detuvimos poco tiempo a observarlos. La jornada de la tarde
estaba destinada a reconocer lugares donde se practicaba la minera realizada tanto por población
indígena como mestiza.
Durante el camino Betty intervino para mencionar algo
significativo del lugar donde nos dirigiamos: ”cerca a unos
cultivos de plátanos se encontraban vestigios de cerámica
antigua, pero que no sabían exactamente dónde estaban
ubicados, además que durante el proceso de prospección del
territorio, por parte de algunos comuneros de la vereda
realizaron constantemente guaquería, y justamente a la mina
que nos dirigimos la guaquería fue significativa, ya que dentro
de ésta el oro ya estaba procesado y lo que se encontró fueron
lingotes, que fueron robados por personas externas a la
comunidad, seguidamente nos dirigiamos a otra de las minas
representativas ubicada junto a la quebrada de Opiramá y a otra
quebrada que no tiene nombre, lugar con pocas historias pero
que fue importante, ya que en el camino había un triturador
donde anteriormente se usaba para sacar polvo de oro. Le
preguntamos a Don Juan Leiva lo siguiente:
- ¿de quién es el terreno donde está ubicada esa estructura?
- Era de mi mamá, y pasó a manos de mis hermanos y luego
lo vendieron a mestizos porque no tenían cómo hacer producir
el terreno, entonces lo vendieron, por eso yo conozco todos
estos sitios y la piedra de agua una que
Sitio sagrado # 3
Tercer Nacimiento Agua Salada

se parece a la piedra de la vereda el Naranjal y que vamos a ver después, yo la encontré, cuando estos
terrenos eran de mi mamá, y cuando sembraba café por eso conozco muy bien estos lugares.
Sitio Sagrado # 4
Piedra de Agua

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(Imagen #3) Tomada por grupo
Piedra de Agua.
Después de aquel relato continuamos nuestro camino, cruzamos la quebrada Opiramá para después
poder observar la “piedra de agua”, la cual estaba cubierta de maleza; los integrantes de la guardia
indígena procedieron a limpiarla, quitaron la vegetación que la cubría y empezamos a observar cómo el
agua emanaba de la roca. Las personas que nos acompañaban empezaron a relatar los poderes curativos
que tenía esta agua sobre las personas, pero especialmente hacia los bebés, puesto que algunos niños no
lograban dormir y al bañarlos con dicha agua podían hacerlo, esta tradición ha pasado de generación
en generación y aún se practica, Betty nos decía que “fue bueno encontrarla y que la intención que
tiene el cabildo es resguardar y preservar estos lugares sagrados, dar conocimiento a la comunidad de
que estos lugares existen y que pueden visitarlos, además que son parte importante de la historia del
pueblo indígena Embera Chamí de Quinchía”.

Para finalizar el día 18 de abril en horas de la noche se realizó un encuentro con indígenas de la vereda
Villa Nueva y Ensenillal, se trabajó a modo de grupo focal, aunque inicialmente se mostraron tímidos
los participantes y manifestaron no tener conocimiento de algunos aspectos de su comunidad, a medida
que la conversación se tornaba más amena nos dimos cuenta que conocen muchos aspectos históricos
y de gran relevancia, tanto en el proceso de conformación de su territorio, como en la conformación del
cabildo indígena.
Grupo focal

(Imagen #4) Tomada por grupo


Grupo focal.
Don Nicodemo Trejos y su hermano recuerdan a su padre, uno de los personajes importantes de la
comunidad ya que él fué quien donó el terreno para la escuela de Insambrá, además nombran a líderes
que hicieron parte del proceso para la conformación del cabildo. La comunidad hacía referencia algunas
historias y mitos que surgieron dentro del territorio, por ejemplo, la presencia de duendes cerca a los
ríos y cerros considerándolos como espíritus protectores del territorio que relacionan como parte de su
cosmovisión, sin embargo; ignoran la existencia de los dioses de la comunidad ( Xixaraca, Tamaraca y
Michua).
Para las comunidades indígenas Embera es importante los Tambos, lugares significativos donde la
comunidad se reunía para evocar danzas, historias y además que eran lugares donde la comunidad
habitaba, pero que hoy en día se ha perdido esta tradición.
A pesar de que en otras veredas actualmente se trabaja en las minas, en esta zona esta actividad no se
ejerce, porque según cuentan las personas los proyectos iniciados no tuvieron éxito, pues no se encontró
minerales de forma significativa, lo cual no representaba una actividad económica rentable, lo que
obligó a que los campesinos intensificar la producción agrícola, pues nunca la había abandonado por
completo. Las actividades de este día finalizaron con la actividad del grupo focal.

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MAPA RECORRIDO VEREDAS VILLANUEVA, ENCENILLAL E ISAMBRÁ

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VEREDA ISAMBRÁ
El recorrido inició conociendo lo que ellos denominan como la muralla del guadual, la cual es una
estructura de roca superpuestas intencionalmente, el lugar fue recientemente reconocido por la misma
comunidad como posible potencial arqueológico, teniendo en cuenta que en el municipio de Quinchía
no ha habido ninguna investigación de tipo arqueológico; según las cabildantes que nos acompañaban,
ellos lo asocian a un lugar de sacrificio por estar al pie de una montaña y junto a una laguna; también
lo asocian como lugar de posible vivienda.
Lugar Arqueológico Ensenillal
Muralla de Guadual.

(Imagen #5)
Tomada por grupo

Cerca de allí habita la señora Eudiges Tascón, indígena chamí proveniente de Irra, quien es la única
persona de la zona que es hablante de la lengua nativa, a pesar de que por los distintos procesos de
discriminación e imposición del idioma español no habla su lengua perfectamente, la entiende por
completo y sus hijos también entienden la lengua gracias a que su abuelo materno es un Jaibaná y habla
la lengua perfectamente, además de haberles transmitido algunas prácticas como el uso de la medicina
tradicional.
Eudiges Tascón

El recorrido continúa con el ascenso a los cerros los cuales en todo el territorio son considerados como
lugares sagrados, el primero es la piedra de cuicuiba la cual la consideran sagrada en un sentido
religioso, pues es de gran altura y las personas sienten que una forma de contactarse con Dios es por
medio de lo que les brinda la naturaleza. En la cima de la piedra está construida una cruz característica

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de la religión católica, la cual fue puesta ahí por una familia de la zona, como forma de agradecimiento
por una bendición recibida.
Sitio Sagrado #5
Piedra Cuicuiba.

(Imagen #7)
Tomada por grupo
En el mismo cerro existen unas cuevas que se utilizaron en época de violencia como refugio y también,
según las personas que nos acompañaban indicaron que pudo ser una zona ritual de sus ancestros, por
las características físicas que presenta, además de tener una carga simbólica importante para el guia que
nos acompañaba.

El segundo cerro llamado El Peñol es característico de la comunidad porque se ha encontrado material


cerámico, por lo cual el cerro ha sido susceptible de la práctica de guaquería y también, se habla de que
era un cementerio indígena, porque se encontraron ajuares funerarios en esta zona. Actualmente se
adecua en la punta del cerro como lugar de ceremonias católicas, por los Capunias, que son hombres
indígenas que no se autodefinen como tal, pero que al hacer parte del territorio generan significados a
partir de estos sitios.
Sitio sagrado # 6
Cerro del Peñol

(imagen #8)
Tomada por el grupo
Cerro del peñol

CONCLUSIÓN
De lo anterior podemos concluir que los habitantes de las veredas Villanueva, Ensenillal e Insambrá,
en su mayoría, se reconocen como indígenas adscritos al Cabildo Central Embera Chamí de Quinchía
y se han censados bajo el mismo. Muchos de ellos, no conocen la importancia de los sitios sagrados que
se encuentran en las veredas; este desconocimiento no es generalizado, se puede ver que son las

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generaciones actuales las que poco o ningún conocimiento tienen sobre la importancia de estos sitios.
Por otro lado la conservación de los sitios de Piedra de Agua, Cuicuiba, el Peñol y los diferentes
Nacimientos de Agua Salada es un asunto que corresponde a una labor conjunta, por un lado de quienes
tienen el conocimiento que le aporta valor simbólico y ritual cada uno de los sitios y por otro lado de
quienes desconocen; pues atender a los relatos históricos de los mayores hace parte fundamental de ese
valor simbólico que mencionamos antes.
La institución Embera también tiene un un reto sobre la conservación de los sitios sagrados, pues en
ella recae la tarea de mostrar que el conocimiento de los mayores, en memoria de los que portan dicho
conocimiento, es de gran importancia para la institución como memoria histórica; de esta manera se
podría generar con el tiempo un poco más de interés por parte de las nuevas generaciones sobre la
conservación de los sitios sagrados y sobre las raíces ancestrales que los vinculan a los mismos. Ya que
el mismo territorio ha sido para la comunidad un lugar importante donde se desarrolla todas sus
expresiones culturales, espirituales y materiales y a pesar de las trasformaciones como comunidad y
como resguardo se concibe desde su pensamiento salvaguardar, respetar y cuidar la relación con el
territorio y especialmente los lugares sagrados, los representantes del cabildo se han apropiado del ser
indígena, de tal forma que pretenden trasmitir el conocimiento tradicional siguiendo el vínculo con sus
raíces.

Cueva Manantial de Agua Salada

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Mina de Oro. Rumbo a Insambrá

Paisaje Parte Baja del Cerro Opiramá

Muestra de Cultivo de Café Quinchía

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Trapiche Panelero. Rumbo Nacedero de Sal #3

Trapiche Panelero. Rumbo Nacedero de Sal #3

Plantaciones de Plátano. Ensenillal

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RECORRIDO VEREDA MANZANARES, VEREDA EL LIMÓN,
VEREDA LAS CRUCES, CORREGIMIENTO DE NARANJAL

Mapa generado en la cartografía general, los líderes de las comunidades Emberá Chamí, señalaron
los sitios sagrados para ellos en las veredas de Las Cruces, Manzanares, Yarumal, El Limón y el
Corregimiento de Naranjal.

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Mapa realizado por la comunidad de la vereda Manzanares, en la realización de la cartografía social. En este se hallan
señalados sitios históricos y sagrados, nacimientos de agua y cultivos presentes en la zona. Asimismo ubicaron las viviendas
de los habitantes de la zona.

VEREDA MANZANARES
En la vereda Manzanares son de especial importancia los nacimientos de agua, particularmente
en los puntos que intersectan con la carretera, son las fuentes de fertilidad y presentan gran
precariedad debido al terreno tan quebrado y empinado y los amenzantes niveles de
deforestación.
La celebración más concurrida de esta localidad es la de la Cruz de Mayo, la cual se celebra
anualmente el día tres de dicho mes. El recorrido de esta procesión por la vereda marca un
trayecto de devoción de gran significación para los pobladores locales.
Las cañadas de las pequeñas quebradas y algunos sitios de la carretera son referidos desde
generaciones atrás como lugares de aparición de duendes y espantos, lo cual confirma la
importancia cósmica de los cursos de agua.

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CERRO MORROQUERO.
Entre los sitios sagrados está “El Cerro Morroquero” (Fotografía 1), ubicado en cercanías a la
vereda Manzanares, desde allí hay un buen avistamiento del lugar, está rodeado por la reserva
de la CARDER.

Fotografía 1. Cerro Morroquero, ubicado cerca a la vereda Manzanares, en Quinchía Risaralda.

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Mapa generado en la cartografía social de El Limón, la comunidad Indígena Emberá Chamí, señalaron
sitios sagrados, nacimientos de agua, cultivos presentes en el territorio y marcaron la distribución de las
viviendas.

VEREDA EL LIMÓN.

EL ALTO DEL TIGRE


El Alto del Tigre; se ubica en el cordón del cerro Paramillo (Fotografía 2), este es llamado por
la comunidad indígena Emberá Chamí, como sitio de pagamento, hasta allí se desplazan a
realizar rituales, igualmente hacen ofrendas a sus deidades y a pesar de estar permeado por la
religión católica, aún lo reconocen como parte del legado de sus mayores y herencia espiritual.

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Fotografía 2. Vista panorámica tomada desde El Salto del Tigre, sitio sagrado de la comunidad indígena Emberá
Chamí, este se encuentra ubicado en cercanías a El Limón, Quinchía Risaralda.

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Mapa 4. Mapa cartográfico de la vereda Yarumal (Izq) y Cruces (Dcha). Ubicación de sitios sagrados,
cultivos y viviendas de los habitantes de las zonas.

VEREDA LAS CRUCES


El gobernador mayor del cabildo indígena Emberá Chamí, hace referencia a la zona conocida
por los habitantes como “El Caguancito”, pues es el sitio donde se resguardaron los grupos al
margen de la ley, entre ellos EPL, Paramilitares y FARC, durante el período de conflicto
armado en Quinchía; todos ellos aprovecharon las condiciones naturales que conforman aquel
municipio ubicado, pues para muchos líderes de la comunidad es un punto geográfico
estratégico.

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Para la comunidad de Las Cruces éste era un corredor para los Paramilitares, que les permitía
el desplazamiento hacia Buenavista, situación a la que atribuyen el destierro de varias familias
de esa comunidad; entre los relatos de los líderes de la misma, existe la negación de querer
volver a sus tierras, pues el conflicto armado marco intensamente la vida de muchos residentes
de la zona.

LA CURICERA
Otro sitio marcado por la comunidad indígena es “La Curicera” (Fotografía 3), una gran roca
ubicada en la zona de El Limón. Actualmente dispone de unas escalas para permitir su ascenso
con más facilidad hacia la cima, igualmente se halla “adornada” por una cruz en su parte más
alta. Esta gran roca hace parte de un abrigo rocoso, considerada por ellos como “cueva”.
Relatan los líderes de la comunidad, que sus mayores llegaban al lugar a realizar rituales
espirituales y además se internaban en la cueva, a través de la cual lograban cruzar hacia el otro
lado de la zona, sin embargo, para la comunidad Emberá Chamí actual el ingreso ha sido
imposible.

LA HUELLA DEL XIXARACA


El Xixaraca es un dios supremo que simboliza el bien (Ugarte, Largo y Uribe 2013), y su
presencia dentro de la comunidad indígena fue marcada en forma de huella. “La huella del
Xixaraca” (Fotografía 4), conocida también como la “pata del diablo”, se halla en la zona del
corregimiento de Naranjal. Esta es una impronta de pie como humana gigantesca sobre las
rocas (Ugarte, Largo y Uribe 2013), que se encuentra cerca a la escuela de Mápura. Esta es
para la comunidad una deidad alrededor de la cual las cuatro tribus se juntaban a tributarle y a
quienes sus antepasados obedecían; un poco más allá se encuentra otra huella más pequeña
gravada en otra roca, que dicen, pertenece al hijo de la deidad. La comunidad Emberá Chamí,
expresa que Xixaraca se retiró gracias a las acciones de los misioneros y la imposición de la
religión católica a sus ancestros. El médico tradicional Emberá Chamí, busca su regreso a
través de la realización de rituales.

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Fotografía 3. Esta fotografía corresponde a la parte alta de una roca ubicada en la vereda Las Cruces, es llamada por
sus habitantes la Curicera.

PETROGLIFOS
En cuanto a los petroglifos, la comunidad expresa, que eran una forma, para sus ancestros, de
limitar el territorio, “limitante de linderos” (Fotografía 5). “El petroglifo actuaba como
elemento distanciador y conciliador. Ponía una distancia entre el Jaibaná, elegido para ser el
poseedor de la sabiduría y la población restante, el cual debía permanecer al margen de su
práctica pero no de su conocimiento ni de su beneficio.” (Ugarte, Largo y Uribe 2013). Algunos
son conocidos por la comunidad Emberá Chamí, como “La iniciación”, asimismo están
expuestos en fotografías, en el museo de la casa de la cultura del municipio de Quinchía.
Manifiestan la necesidad de preservarlos y realizar un estudio arqueológico del arte expresado
en forma de jeroglíficos, realizados por sus ancestros. Según Ugarte, Largo y Uribe (2013), los
petroglifos se hallan en distintas veredas del municipio, gravados sobre las rocas, entre ellas,
Batero, Mareta, El Guayabo, Sardinero, Mápura, Naranjal, Cruces, Opiramá y Punte lanza.

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Fotografía 4. Esta es la llamada
Huella del Xixaraca, deidad
reconocida por la comunidad indígena
Emberá Chamí, se ubica cerca de la
escuela de Mápura

Fotografía 5. Esta fotografía corresponde a uno de los petroglifos existentes en el territorio de Quinchía, Risaralda,
realizados por las comunidades indígenas antiguas presentes allí.

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Mapa de cartografía social realizada en el Corregimiento de Naranjal. Se hallan ubicados los sitios
sagrados, cultivos en la zona y distribución de las familias por el territorio.

CORREGIMIENTO DE NARANJAL

PIEDRA DE AGUA
Otro punto importante para la comunidad Emberá Chamí, es “La Piedra de Agua”, en ella
realizan rituales en su mayoría con niños, es una roca cóncava que permanece con agua hasta
en tiempos secos. El agua es utilizada para curar a los niños, pues cuando lloran demasiado,
asumen una enfermedad; para curarlos les dan un baño en la roca o llevan el agua a sus casas
para bañarlos y así el niño es liberado de sus dolencias.
Existe un discurso general en las distintas veredas que conforman el cabildo, y a su vez, un
lenguaje homogéneo sobre su entorno, el considerar cada nacimiento, quebrada y rio como sitio
sagrado. Esto sustenta la idea de la conservación autóctona, en donde los saberes ancestrales
son determinantes para la preservación de recursos naturales, principalmente hídricos; además,
son herramientas de contraofensiva a las dinámicas de la mega minería y la sobreexplotación
agrícola que se viene sintiendo en Quinchía.

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COMUNICACIONES PERSONALES
Ramírez, A. (18 de Abril de 2017). Comunicación personal. (J. Velásquez. Mejía,
Entrevistador)
Arce, E. (17 de Abril de 2017). Comunicación personal. (J. Velásquez. Mejía, Entrevistador)
Becerra, O. (18 de Abril de 2017). Comunicación personal. (M. Valencia. Buitrago,
Entrevistador)
Arce, P. (18 de Abril de 2017). Comunición personal. (M. Valencia. Buitrago, Entrevistador)
Bartolo, Y. (21 de Abril de 2017). Comunicación personal. (M. Valencia. Buitrago,
Entrevistador)

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