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Socoroma
- Pascual Corvo-
A Oscar Miranda lo conocí cuando trabajaba en la desarmaduría de androides o al menos
eso recuerdo. En esa década vivencie probablemente los días más erráticos de mi vida.
Fue durante una tibia tarde de febrero o marzo de 2024, aun lo recuerdo debido a la
imponente presencia de “La China Roja” como la llamaban en las calles, la nueva droga
de moda resultante de la mezcla entre el subidón de la cocaína y el espacial transe que
promete el éxtasis, la cual, había costado la vida de no pocos Chilenos y de varios
hermanos míos, latinoamericanos, miserables e hijos del exilio. Los que no vimos la
disolución completa con la asiática compañera, nos dejó a varios en la calle hechos polvo
o trabajando a préstamos ya sea en boliches de baja estofa y en oficios mal remunerados
en programas gubernamentales para “pagar de forma legal y asalariada” nuestra
rehabilitación y póstuma reinserción a la sociedad.
Esta última era mi situación y luego de haber estado 12 años pegado en la china me dejé
llevar por sus misteriosos y orientales efectos cayendo en una espiral sin retorno,
perdiendo definitivamente a mi familia y bueno, mandando al pedo mi vida. Doce años
pegado en vanas ilusiones cósmicas y efímeras, doce años de mi vida arrojados al
porvenir y a un fundido en negro que aún no visualizaba hasta el 2024. Haya sido como
haya sido, los programas de rehabilitación adaptados por el ministerio anti drogas de
José Antonio Kast fueron distribuidos a varias comunas marginales, los que, con su
nanotecnología ofrecían un tratamiento efectivo pudiendo lograrse una sobriedad rápida y
eficaz en muchos de los casos .Sin embargo, el efecto sonambulezco que dejaba de
forma secundaria el tecnológico tratamiento te tornaba un tanto anhedonico y por si fuera
poco, este estado letárgico te dejaba hasta los huevos para realizar cualquier actividad.
Pese a mis adversidades y lloriqueos, en aquellos años mi situación económica era algo
precaria y bueno, debía encontrar pronto un empleo que me diera la guita suficiente para
pagar el piso y subsistir unos meses hasta que apareciera un laburo más acorde a mis
capacidades. Fue así y gracias a la buena intención de los vecinos del block, que fui
referido por medio de un contacto para trabajar en la desarmaduría o como mejor era
conocido ”El basurero” me abrió sus puertas a lo que más tarde me llevaría al edén y a mi
escurridiza reinserción.
De esta forma, una buena mañana me acerqué a la entrada del basurero, en donde, fui
escoltado por toneladas de modernos edificios grises, con fachadas de cristales
policromáticas y de última generación imponiéndose en el paisaje ”el revival” del
funcionalismo en lo que respecta a mega construcciones. Estas instalaciones hacían gala
de los años de gloria y modernización de la ciudad de Santiago de Chile, en donde, el
auge de la raza empresarial dotó de progreso la urbanística de la urbe. Lo que fue en mí
ya casi inexistente país, en su segundo gobierno la momia hija de puta de Cristina viuda
de Kirchner no hizo más que el resto de los presidentes argentinos: robar, robar y seguir
robando como un eterno tango. Pero no seguiré extendiéndome con elucubraciones
arquitectónicas (tema que me apasiona) ni con mis jodidas apreciaciones políticas hasta
unas buenas páginas más.
Al llegar a la entrada del basurero dos ciborgs me escoltaron hasta las inmediaciones del
establecimiento llevándome a una amplia bodega llena de montículos de chatarra droide
ubicada tres subterráneos más abajo , luego de pedirme mi código obtenido por medio del
portal del gobierno ”rehabilitateconKast.gob” me delegaron con los supervisores
asignados al cargo. Tras ser asignado a mi montículo respectivo, me detuve a observar la
fauna que habitaba aquel lugar: todos estábamos demás, hijos del like y del touch,
jugando el juego interminable de la inmediatez y que sin embargo, teníamos claro que
debíamos pagar el precio de trabajar en un trabajo de mierda para costear la anhelada
reinserción. Los variopintos rostros de los pibes no reflejaban más que un prolongado
hastío, sin poder ocultar la imborrable carga orgánica que les generaba el moderno
tratamiento para combatir a la china roja. Pese a prometer un efecto rápido, sus síntomas
físicos eran similares a los de una quimioterapia dejando un ánimo zombie en el personal
del basurero, que se traducía en profundas ojeras y pálidos rostros en la mayoría del
contingente.
Oscar Miranda era un tipo curioso de pies a cabeza, descripción la cual, queda algo
grande y forzada desde su origen: Oscar, o” El Chico Oscar” como lo solían llamar sus
coetáneos no pasaba del metro cuarenta y pico .Sin embargo, su estatura no restringía lo
misterioso y enigmático de su presencia. Oscar se caracterizaba por vestir siempre con
botines de militar y con una jardinera de mezclilla, la cual, se preocupaba por llevar
inexplicablemente limpia en un lugar tan sucio como el basurero. Sumada a esta
indumentaria, el chico lucía siempre una barba al ras y bien cuidada, rematando con un
corte de pelo al cepillo y con hábil degradado. Quizás lo que más me intrigaba del chico
Óscar , no era su apariencia en sí, que ya le daba un aire distintivo y algo fantasioso e
impropio de este mundo, sino que, la forma en que ocupaba el lugar. A diferencia del
resto del grupo con quienes compartíamos y respetábamos nuestra individualidad e
historias, Oscar siempre se mostraba distante y observador de todos nosotros. Para
sorpresa de todos, su actitud en temas tan mundanos como el desempeño laboral captó
la atención no solo de nuestra cuadrilla, sino que, de casi todo el personal de la planta.
Nadie entendía como Oscar se las arreglaba para desarmar y categorizar los droides con
sus respectivas unidades con tanta rapidez y habilidad, siendo su productividad en una
jornada laboral la equivalente a la de 10 hombres de estatura y peso promedio. Esta
destreza le valió la aprobación de los supervisores y el reconocimiento personal del
Gitano Enzo, otorgándole en muchas oportunidades el beneficio de retirarse temprano del
basurero. Para colmo, terminada su jornada al chico Oscar no se le asomaba ninguna
gota de cansancio y agotamiento, luciendo su clásica jardinera como recién salida del
envoltorio.
– Oye chico reculiao, que wea te creí haciéndote recagar trabajándole al cuico culiao del
Kast, vo creí que ese weon te va a rehabilitar si le desarmay robots má rápido ? ¿Sapo
culiao? –
El ataque de Denny hacia el Chico fue arrojado de forma estratégica, ya que fue en una
hora previa al almuerzo, en donde, estaba la mayoría del personal congregado en las
rotativas de ensamblaje terminando compulsivamente las últimas líneas productivas de la
mañana, de modo que, si Denny planificó exponer al chico este era el momento indicado.
Cuando las puteadas de Denny se hicieron escuchar , todos los ojos de nuestra cuadrilla
buscaron a Oscar , quien estaba sentado en posición de loto en lo alto del montículo
fumando como de costumbre un cigarro corriente mientras desatornillaba la pesada
cabeza de un oxidado droide de carga. En muy pocos segundos las demás cuadrillas se
acercaron formando un círculo alrededor del chico y del desafiante Denny emprendiendo
una rápida y fortuita algarabía motivados quien sabe, quizás por lo alienante del trabajo
en el basurero o por los duros efectos de abstinencia que el tratamiento provocaba en sus
mentes y cuerpos .El asunto es que la masa de obreros con sus arengas daban muestras
de un ferviente deseo por presenciar un rápido combate entre ambos colegas. Juanito,
Tioté y yo nos hicimos paso entre la multitud con no menor dificultad entre el tumulto.
- Apuesto una ronda de cervezas a toda la cuadrilla a que el chico golpea a ese
maleducado Denny – Respondió un entusiasta Tioté, haciendo uso de un español
aun con ribetes de creolé pese a llevar ya algunos años viviendo en el país.
En ese momento, todos los ojos de la masa se dirigieron al unísono hacia la pequeña
figura de Oscar quien se levantó de un golpe desarmando su posición de loto,
procediendo a erguirse plácidamente sobre su metro cuarenta y pico. Acto seguido, lanzó
con calma la colilla de su recién acabado cigarro y la aplastó contra un brazo de droide
que asomaba entre la pila de desperdicios. Mientras yo presenciaba este acto, afiné mi
vista y miré hacia el rostro del chico Oscar quien se erguía heroicamente en esos seis
metros de chatarra acumulada y reparé en un rasgo que no había distinguido
anteriormente: el rostro del chico estaba curtido por una frialdad inexplicable, una dureza
férrea que se transmitía casi al instante en que uno lo miraba a los ojos. El chico Oscar
avanzó hacia la orilla del montículo y arrojó una gélida mirada hacia Denny.
Se hizo un tenaz silencio, para luego ser interrumpido por las carcajadas del entusiasta
público resonando con estrepito en todo el lugar.En un principio no comprendí que había
ocurrido, ya que producto del gentío no lograba observar del todo bien pero luego vi que
muchos dedos apuntaban hacia abajo, a la figura de Denny en específico. La alegre risa
del negro Tioté se hizo sentir y capturando mi atención me dijo con tono burlón:
Mientras Tioté reía escandalosamente, pude colarme más adelante entre el público y lo vi
con mis propios ojos: Denny yacía temblando y con sus pantalones mojados, formando
una posa en el suelo.
El kilombo ocurrió de una manera fugaz, entre que Denny provocó al chico Oscar y en
que este último lo atemorizó y el cacique se orinó encima, no pasaron más que algunos
minutos. Acto seguido, la guardia del lugar no tardó en llegar y con sus lumas eléctricas
separaron rápidamente al tumulto y volvió todo nuevamente a su lugar.
Esa tarde, durante el almuerzo aun no era capaz de unir y dar un total significado al hecho
que todos presenciamos durante la mañana tornándose todo muy confuso para mí. La
lógica fue brutalmente burlada: Un hombre silencioso, nada imponente y de un metro
cuarenta (si es que y siendo generosos llegaba quizás al metro cuarenta y cinco) terminó
por ganar el combate contra un hostil ex miembro de una barra brava , y ¡la concha de mi
hermana ! esa mirada fría que otorgaba el chico Oscar, como Denny se meo del miedo en
el momento en que el chico lo miro directamente a las cuencas… .Era información difícil
de procesar y bueno, francamente todo parecía muy absurdo.
- Lo siento Juanito, no dormí bien y los efectos del tratamiento me han tenido algo
dopado el día de hoy, viste? – Me atreví a responder sin entrar mucho en detalle,
ya que no me gusta transparentar mi sentir cuando aún no tengo la total claridad
de los hechos. Esto es claramente un rasgo controlador y medio paranoide que me
quedó asimilado en mis tiempos más oscuros como adicto, en donde, en mis pics
más altos de euforia bajo los efectos de la china tendía a sincerar todo lo que
pasaba en mi mente , causando varios kilombos dañándome a mí y a mucha
gente. Y si, en esos momentos era muy cauteloso con lo que decía y con lo que no
decía, sincerándome con otros solo cuando estaba seguro.
- También nos acompañaran Enzo y quizás vaya Oscar – Agregó motivado Juanito.
Vos sabés a lo que me refiero, Pibe. Debemos volar de aquí y emprender nuestro
propio camino. Tu familia ya está lista con el negocio familiar y gracias a la
administración del Nono, no dependen ya de nuestros servicios y podemos
comenzar a vivir nuestros propios sueños y seguir apoyándolos y visitándolos pero
ya nosotros haciendo nuestras vidas juntos ¿Qué me decís?
Que piba más espectacular era Lucía, como la deseaba. Con unas medidas de
infarto, una mirada de tintes melancólicos que contrastaba con lo salvaje de su
corta cabellera castaña y con el ojete más espectacular que jamás probé en la
vida. Pero todo esto que describo más arriba no era nada comparado con su
corazón: Lucía tenía muy buenos sentimientos y también me amaba a mí y a mi
familia, eso para mí, un hombre por naturaleza práctico y criado en los buenos
valores familiares que se nos inculcaban en el Chaco, se resume a la perfección.
El asunto ya estaba pactado, y sho la había elegido a ella para continuar nuestros
caminos juntos.
¡Vos lo has dicho mi Roli! me encanta la idea, vámonos el próximo mes, la próxima
semana, en los próximos días. Mientras tú trabajas, yo montaría una mini cafetería
y compraría muchísimos libros para leer. Y en las noches, te esperaría con un
perrito al calor de una gran chimenea, para luego cenar y hacer el amor.
Luego de decir esto Lucía me abrazo con fuerza y determinación, como el herrero
que se arrima al metal más duradero y mejor forjado. Yo le respondí
recepcionandola en mis brazos y acercando su castaña cabeza hacia mí pecho.
La oscuridad de nuestra habitación contrastaba bien con nuestros jóvenes
cuerpos, y la leve y acompasada respiración de Lucia no tardó en llegar pasados
unos minutos. Al rato, yo aún seguía despierto, y con Lucía durmiendo a mi lado.
Qué lugar más prestigioso – Exclamaba el gitano Enzo, siempre destacando por
su elocuencia y aires de juglar, mientras empezaba a repartir el pitcher vaso por
vaso. Estábamos todos ya instalados, a excepción del chico Oscar que dijo que
llegaría más tarde al boliche. La ansiedad por beber las heladas birras nos venció
y comenzamos a beber olvidándonos del chico hasta un buen rato.
- Y fue así, estimados, que Philip K.Dick pudo escribir sobre los tiempos que
estamos experimentando hoy gracias al contacto con una fuerza desconocida. El
gringo k.dick no hizo más que estar echado en su sofá escuchando música de un
viejo equipo y de repente ¡paf! , entró un rayo de luz violeta por su ventana que le
penetró la frente, estimulándole esta experiencia a escribir hechos que ni el mismo
imaginó plasmar con su pluma: Sociedades que viven en constante paranoia,
androides que son casi idénticos a los humanos y con una inteligencia emocional
de punta, y lo más importante, escribió muchos escritos en donde no paraba de
cuestionar que era y que no era real.
Luego de que el gitano terminó de dar su acalorada prédica, observé que muchos
curiosos acercaron sus mesas y se levantaron de ellas para escuchar de cerca la historia
del escritor gringo. Con Tioté nos miramos y con una sonrisa cómplice, nos dimos cuenta
del arrastre que tenía el gitano y como este era capaz de articular una historia tan añeja
de una forma tan entretenida ,hecho el cual , llamó la atención de más de un obrero que
asistió esa noche al club.
Hasta este punto, la velada en el bar iba muy animosa y yo, pese a estar algo melancólico
aquella noche, no paraba de reír molestando al gitano junto a Tioté – Dejá ya de hacerte
el canchero, gitano chupa pija y lléname la jarra – Atiné a decirle, a lo cual, el gitano
respondió de buen humor llenándome el vaso con más birra. Sin embargo, queridos
lectores, por más que intentaba disfrutar no lo lograba. En mi afán de pasar desapercibido
con el grupo de amigos y a esas horas de la noche, camaradas, no paraba de blufear
haciéndome el simpático (lo que a uno con este sonsonete argentino no le resulta difícil)
pero la verdad era que estaba hasta los huevos. Aproveché el entusiasmo que impregnó
el ambiente luego de la exposición de Enzo, y viendo que el grupo se reunió con otras
mesas y compañeros del basurero a iniciar nuevas conversaciones, me alejé del grupo
acercándome a la barra.
Un detalle que me dio regocijo luego de reubicarme es que en donde ramón , aún se
seguía escuchando buena música : Enanitos verdes, Sumo, Patricio rey y Sus Redonditos
de Ricota, Las Pelotas, GIT ,Babasonicos, Indio Solari ,Virus, y por supuesto , los típicos y
archicoreados de Soda Stereo se hacían escuchar con alta presencia. Temas y bandas
que me evocaban los mejores años de mi juventud y lo que fue mi vida en La Argentina,
mis primeras pibas y por qué no, mí caída más grande: el perder a Lucía por boludo.
Mientras en el wurlitzer sonaba un rolón de los héroes del silencio (que no recuerdo en
estos momentos) la nube de cigarro y el bullicio estimulaban el deseo de todos los
asistentes al club que éramos casi en totalidad obreros del basurero. Lamentablemente,
luego de que el barrio francés entró en crisis hace algunos años por diversos conflictos
entre los privados que solventaban en gran parte el comercio con las pibas y algunos
puticlubs, la situación se puso violenta emigrando casi toda la población de putas del lugar
luego de que algunas colegas fuesen asesinadas por mafias infiltradas en el barrio rojo.
José Antonio Kast no pudo bancarse esta situación – Aunque tampoco creo que le haya
importado un pedo la muerte de unas cuantas putas – , estando él y su gobierno más
interesados en cubrir la crisis social y los devastadores efectos que estaba provocando el
cambio climático en el país. Fue así que el barrio francés hoy en día era más que todo un
punto de reunión para hordas de obreros y parias del sector obrero industrial de Quelicura
que todas las noches buscaban un refugio para colocarse algunas chinas para calmar el
síndrome de abstinencia y borrarse un rato de la tediosa cotidianeidad.
De esta forma, mi deseo y el de muchos no podía más que ser saciado por”las
comadrejas” y esta noche ya comenzaban a repletar el lugar. Los colegas las recibieron a
los vítores y rápidamente empezaron a llenar el ambiente. Curvas perfectas, rostros
sensuales y cuerpos de infarto .Eran las pibas más buenas que podías imaginar, salvo por
un detalle: No eran pibas en realidad. La maravilla de la tecnología artificial había creado
a las”comadrejas”, chicas de la mejor calidad ofrecidas por el gobierno para saciar el
deseo del contingente del sector industrial y por módicas sumas.
Como en el mejor far west, los laboriosos colegas iban rápidamente eligiendo a sus
compañeras para saciar el instinto y Ramón con sus asistentes, ya estaban habilitando los
privados en el segundo piso .Yo estaba observando todo aún desde la barra, desde mi
panóptico personal cambiando ahora la birra por un cargado fernet que le había pedido al
cantinero.
Que increíble es el avance de la tecnología, estas comadrejas eran de infarto y las habían
creado en todos los colores: morenas, rubias, coloradas .Una en particular captó mi
atención, la cual, se sentó discretamente en una silla frente a la barra en donde yo estaba
bebiendo mi fernet. Ella vestía con un look algo pin up, conservando un estilo salvaje –
Cualidad presente en la memoria ram de muchas de las comadrejas para capturar
clientes más fácilmente –Pero sería otro el detalle que terminaría de capturar mi atención.
No fueron sus pechos, ni su rostro. La silueta que se formaba entre la caída de su corta y
oscura melena, la que, bajaba por lo contorsionado y elegante de su cuello, desembocaba
de una forma única en sus anchos hombros, dejando mucho espacio a la imaginación. De
pronto, la comadreja cruzó su mirada con la mía. Sentí lo eléctrico de sus focos , una
mirada perdida en el vacío que sin embargo me contemplaba con meditación y que al
mismo tiempo me provocaba con su iris azulado, que exaltaba de forma sobrenatural con
las luces de la improvisada disco que ya empezaba a terminar para dar paso en definitiva
al descargo del deseo.
- Que te pasó querido, está todo bien? – Me preguntó Juanito acompañado de Tioté
quien me pasó un vaso llenó de piscola. No me di cuenta, pero había transcurrido
harto rato en el que me adentré en mi propio kilombo. Las mesas se habían
desocupado bastante y casi la totalidad del local yacía en el segundo piso
garchando y disfrutando de una grata noche en compañía de las irresistibles
comadrejas.
¿Y Rolinga, a qué hora subes tú? Te veo entusiasmado con esa niña a la que tanto miras
– Me dijo un observativo Tioté –
Las palabras de Tioté me quedaron dando vueltas, bebí unos tragos de piscola y cuando
volví a observar a la comadreja esta me devolvió una sonrisa y cha estaba: Esa sonrisa
de niña, el cómo su oscura melena caía sobre sus hombros… no hacía más que
evocarme el aún vivo recuerdo de Lucía.
No sigas haciéndote el interesante, esa comadreja quiere acostarse contigo ,hombre, que
esperas para hablarle , yo te la pago – Me decía con insistencia Tioté , mientras se miraba
de reojo con Juanito con gesto de duda y algo de preocupación ante lo flotante de mi
actitud.
Déjenme decirles que los acontecimientos en un bar del barrio francés pasan de la forma
menos esperada, y en ese año, el 2024 , todo daba espacio a la sorpresa. En ese mismo
instante en que Tioté me motivaba a ligar con la comadreja, unos gritos se comenzaron a
escuchar desde la mesa en la que inicialmente nos reunimos.
Todo ocurrió muy rápido: La piba que a estas alturas sería una versión improvisada de
”Helena de Troya” voló de las piernas del gitano , desapareciendo en la masa.
Inmediatamente, Ramón se abalanzo sobre un ebrio y aún garcheta gitano asestándole
un combo en la nariz, cayendo al suelo. Inmediatamente, Tioté, Juanito y yo corrimos
hasta Ramón a vengar a nuestro amigo y supervisor caído siendo interrumpidos por
colegas de otras cuadrillas a quienes distinguí con facilidad, en donde, uno de ellos algo
corpulento y con aires de rudo quiso servir de aval ante la situación.
- Eh amigos, paremos el weveo y no nos enfrentemos entre nosotros ¿ok?. La
situación es sencilla de resolver y el dueño de casa no hizo más que defender su
honra. Les aconsejo que lo mejor es que se retiren ahora ya del bar para evitar
mayor conflicto – Justo cuando terminó de entonar ”conflicto” , Tioté levantó
ágilmente una de sus alargadas y negras piernas similar a las de los maratonistas
y le asestó al pobre tipo la que ha sido la mejor patada en las pelotas que jamás
haya visto.
Lo que siguió no fue muy distinto a la más básica y tradicional pelea de bar, los asiduos al
club y los más cercanos a Ramón comenzaron a atacarnos y yo que no era muy hábil
recibí varios puñetazos y un corte en la cabeza producto de un botellazo, lo que me dejó
mordiendo el polvo. Desde el suelo, observaba como Tioté lanzaba más derechas e
izquierdas, mientras Juanito hacía lo que podía para intentar defenderse y lanzar
oportunos golpes cuando le era posible. Desde el suelo y algo mareado producto del
golpe y la caída a lona, pensaba en Lucía y en lo cerca que la tuve al mirar a esa
comadreja hace algún rato ¿Podría una comadreja parecerse a Lucía?
De pronto me acordé del gitano Enzo esperando que recobrara el conocimiento, pero al
mirar a su esquina el yacía en un sueño profundo y claramente en peores condiciones
que yo.
Justo cuando la situación no podía empeorar más, Juanito se vio enfrentado contra dos
tipos recibiendo una patada de uno de ellos y siendo rematado con un suplex sobre una
de las mesas del local, volándola en pedazos producto del impacto.
Cuando agarré impulso para levantarme del suelo y ayudar a un enfurecido Tioté en su
venganza contra los que tumbaron a Juanito, múltiples disparos se sintieron en la
entrada, desatándose el pánico y la huida de casi todo el público del puticlub incluyendo a
algunas comadrejas que aún se encontraban en el local. Al observar con mayor detalle a
la entrada, pude distinguir entre la neblina de la noche a una pequeña figura con rostro
soberbio empuñando un revolver en cada mano: El chico Óscar había llegado a nuestro
rescate.
¿Están todos bien, mijitos ? – exclamó un salvador Óscar luego de localizarnos con su
mirada a todos los de la cuadrilla.
Inmediatamente , tanto Tioté y yo nos recobramos para auxiliar al gitano y a Juanito que
fueron los que resultaron más afectados luego de la pelea, sin antes habernos asegurado
de que no había ningún curioso dispuesto a atacarnos por sorpresa. Afortunadamente,
luego de los balazos percutados por el petizo Óscar el local quedo casi desierto salvo por
algunos caídos que aun yacían en el suelo tras el combate y algunas comadrejas que se
ubicaron en el segundo piso para resguardarse ,evitando exponerse a dañar sus íntimos
circuitos. Pude distinguir entre el harem del segundo piso a la comadreja que me miraba
minutos atrás mientras tomaba mi fernet. Su mirada se clavó nuevamente en la mía, y
sentí el deseo una vez más. Ella río, con esa misma risa tan propia de Lucía mientras se
apretaba el labio superior con sus dientes. Antes de que me decidiera ya a avanzar hasta
el segundo piso a concretar lo que era evidente, recordé que la comadreja no era Lucía y
que nunca lo sería. En cambio, tan solo era una hojalata capaz de leer la mente, y de
interpretar nuestros instintos para replicarlos en su programa de conducta para seducirnos
hábilmente a nosotros los hombres de modo que puse punto final y me acerqué a la salida
auxiliando a mis amigos que estaban lesionados.
Ya montados en el cacharro del Chico, nos dirigimos hacia una posta ubicada en la plaza
de Quelicura. Pese a lo imprevisto de la situación y sin saber aún cual era el estado real
del gitano y de Juanito (este último se quejaba muchísimo de su dolor en la espalda)
quedaba espacio para algo de humor, causándome mucha gracia ver como el chico Óscar
se las ingeniaba para manejar el trasto sin restricciones. Tres cojines apilados uno en
uno, le ayudaban a alcanzar una altura más o menos decente para poder alcanzar un
manubrio adaptado a lo corto de sus brazos. Ustedes se preguntaran, ¿Y cómo el chico
Óscar lo hacía para pasar los cambios y el freno?. Fácil, ajustadas a sus zapatos el chico
tenía dos prótesis una en cada pie que le permitían tener mayor alcance para tales
propósitos.
Una vez que llegamos a la posta , ingresaron sin tanta demora al gitano Enzo , el cual,
estaba un poco más recobrado y consciente con algunos hematomas en la cabeza ,
próximo a hacerse un screening y Juanito fue instalado en una silla de ruedas para ser
derivado directamente al sector de urgencias. Todo indicaba que Juanito probablemente
tenía una fractura o desgarro producto del impacto recibido en la mesa.
Te queremos agradecer Óscar por su intervención , sin ti esa pelea de bar pudo
haber terminado de peores formas – Expresaba un condescendiente Tioté hacia
Óscar en una clara señal de agradecimiento , mientras nos sentábamos en la sala
de espera.
Unos horas después, la hermana del gitano llegó a la urgencia y esperó con nosotros un
rato a que le informaran sobre el estado de Enzo. Pasados unos minutos, el médico
informo que afortunadamente el screening que le realizaron al gitano no había arrojado
traumatismos comprometedores en la región del cráneo y que solo necesitaba tener algo
de reposo. El médico solo autorizo la visita de una persona a la sala en donde estaba
Enzo y nosotros con el chico Óscar y Tioté nos despedimos de la hermana pidiéndole que
nos informara de Enzo apenas estuviera en mejor estado para ir a visitarlo. Por su parte,
nos informaron de urgencias que Juanito requería de más exámenes en la región de la
columna para evaluar de mejor forma cuál era su estado. Tioté nos agradeció la compañía
y nos sugirió a mí y a Óscar descansar ya que mañana debíamos trabajar temprano por la
mañana.
¿Andas en auto, mi niño? – No me di cuenta de que ya eran las 4 de la mañana y
en tres horas más entrabamos al laburo.
Como no tenía carro para trasladarme y considerando de que quedaba muy poco para
entrar a trabajar, y que el chico Óscar vivía cerca de nuestro lugar de trabajo le acepté la
invitación a quedarme en su block ubicado en Socoroma.
Socoroma, amigos míos, solo es conocido por dos cosas: Sus putas (que si son reales y
no como las artificiales comadrejas) y por ser uno de los centros de mayor tráfico de
drogas acá en Santiago , produciéndose y comercializándose principalmente la china roja
y los x –rays , muy populares estos últimos hoy en día en la juventud.
¿Y cuánto tiempo que llevas viviendo allí Óscar? – Le pregunté al chico mientras
emprendíamos el viaje, motivado por iniciar una conversación con él, hecho el cual, no fue
nada de fácil debido a que Óscar acostumbraba a ser muy callado.
Más menos 6 años mijito, desde que nació Ricardito, mi niño. Luego de su nacimiento nos
mudamos con su mamá a Socoroma para darle un mejor pasar – Mientras decía esto,
Óscar programó su lista poniendo unos temas bastante particulares por decir lo menos
.Desde su tracklist empezaron a sonar canciones de programas infantiles conocidos en
aquellos años a través de diversos portales de streaming, y debo reconocer que empecé
a confundirme respecto a todo en realidad. Me costaba encajar las piezas del
rompecabezas: Primero en el basurero vi en Óscar a un hombre trabajador y riguroso,
que ante la más desagradable amenaza se las arregló sin recurrir a la violencia. Luego en
el bar, entró de la nada percutando dos pistolas de dudosa procedencia salvándonos el
lomo a la cuadrilla completa y ahora acompañaba nuestro viaje a su casa con una
selección de música infantil. Que personaje más amorfo era ese chico Óscar, sin duda,
siempre estaba listo para sortear las situaciones más imprevistas y bueno, si le gustaba la
música infantil, quizás era un gusto algo excéntrico o alguna especia de cabala.
He visto tu mirada mijito, se hacia dónde apuntas y puedo ver que es lo que te hace falta
– Comenzó a decirme el chico, dirigiendo su serio ceño hacia mi observando por primera
vez un rostro más cercano y no tan distante.
¿A qué te refieres, Óscar? – Le respondí yo, sin sentir un dejo de intriga y extrañeza y
quizás hasta algo de pánico. Ustedes entenderán que la música infantil de fondo y el
extraño carácter de Óscar, y el hecho de pasar de estar muy callado durante casi todo el
viaje para luego iniciar este imprevisto diálogo podrían haber alarmado a cualquiera. Y sí,
había algo en su lenguaje que me intrigaba aún más – ¿Qué era esa mierda de mijito?
¿Mi niño?. Claramente, había algo muy extraño en Óscar lo que me motivó
inconscientemente a estar alerta y receloso.
Se lo que te falta, lo pude notar en tus ojos y en como mirabas a la comadreja en aquel
bar de donde los rescaté – Cuando dijo esto último Óscar entonó una risa , como una risa
de niño siendo una de las pocas veces en las que lo vi reír.
¿A qué te refieres Óscar? Andá ya al grano boludo, mirá que con tanto misterio un poco
más y te mando al pedo ¿Me captas? – Nunca me ha simpatizado que se inmiscuyan en
mis cosas sin haber construido una confianza previa y si bien estaba consciente de que
Óscar nos había salvado la vida a mí y a mis amigos, no me ponía de buen humor toda
esta inexplicable situación que se había desatado camino a su block.
- Me refiero Argentino a que te falta una verdadera mujeraza, no como las eléctricas
comadrejas que habían en el sucio bar de Ramón y yo te la voy a dar – Sentenció
el chico Oscar, mientras me miraba con aires de optimismo.
No me pregunten porqué, pero cualquiera que hubiese estado ante tan curiosa situación
hubiese optado por abandonar el lugar y la situación rápidamente. Quizás lo fuerte de mi
tratamiento antidrogas me ayudó a acallar mis sentidos básicos de supervivencia y la
expresión en Óscar me transmitió cierta determinación que no había visto antes, además,
el chico sin conocerme en profundidad supo leerme en detalle. Era cierto que necesitaba
de alguna chica, una mujer real con la cual compartir la noche y sentir su cuerpo, mierda
que si la necesitaba. De cualquier modo había pasado meses de sequía, y quizás era
cierto que Óscar tenía alguna amiguita con quien vencer este plazo. No tenía mucho que
perder.
Al caminar por los pasadizos que nos llevarían finalmente a su block, pude observar el
respeto con el que el chico Óscar era tratado en su población. A esas horas de la
madrugada se mezclaban dos faunas irreconciliables: La honesta clase obrera que ya se
dirigía camino al basurero y hacia otras dependencias gubernamentales a iniciar su plan
de rehabilitación o a retomar su jornada laboral. Por su parte , los llamados ”Corredores”,
en su mayoría jóvenes saboteadores del stablishmen y del sueño latinoamericano
propuesto por la nueva ultraderecha, criaturas de la noche que calentaban sus cuerpos al
calor de un barril de keroseno mientras comenzaban desde ya a comercializar sus drogas
y objetos contrabandeados. Ambas razas se acercaban y saludaban al chico Óscar con
mucho respeto , algunos palmoteándole la espalda y algunos le regalaban al chico objetos
de valor rindiéndole tributo con reverencias .
Mientras subíamos las escaleras, me di cuenta de que poco a poco nos alejábamos del
tumulto matutino llegando a un piso bastante tranquilo siendo la paz solamente
interrumpida por la presencia de un gato blanco, el cual, estaba posado en un masetero
en la ventana del que sería el pórtico del departamento del chico Óscar. Este último abrió
las tres chapas de seguridad y entramos a su departamento. El lugar estaba iluminado
con una uniforme luz tenue, la que iluminaba a un bien decorado living el que pese a no
disponer de tantos lujos, lo recibía a uno de la mejor forma dando una muy buena
impresión.
El chico Óscar me invitó a tomar asiento en un cómodo sillón persa, mientras iba a la
cocina a buscar algo para tomar. Un detalle que no había notado al principio, es que a mi
costado derecho habían dos piezas , en donde , por los detalles del cielo del techo y la
estructura fiscal de estas viviendas (había tenido un profesor de la facu que trabajó en
estos proyectos sociales mostrándonos algunos planos) se podía distinguir que la primera
habitación era la original , en donde, era fácil notar que la segunda habitación había sido
ampliada de una forma bastante rudimentaria e improvisada. Pero este no fue principal
detalle que saltaba a la impresión de uno, el asunto es que en vez de tener puertas,
ambas habitaciones tenían esas cortinas de estilo árabe que parecen colgantes , dejando
entrever luces violetas desde el interior.
Me acerqué un poco más hacia una de las cortinas y pude ver a una pareja garchando,
acompañando sus gemidos con una suave música oriental.
¿Acaso el chico Óscar había improvisado su propio puticlub en este antro? El solo hecho
de reflexionar esta muy posible hipótesis, me hizo reír y bajó mi ansiedad previa a llegar al
departamento.
Cuando el chico Óscar volvió de la cocina, traía consigo una botella de ron y otra de Coca
- Cola y dos vasos cada uno con una cantidad suficiente de hielo.
Justo cuando el chico colocaba los bebestibles en la mesa de centro, mi visual se percató
de un leve movimiento en una de las cortinas. De pronto , una guapa mujer que oscilaba
entre los 45 y 50 se aproximó desde una de las habitaciones hacia nosotros vestida con
minifalda, ajustado escote y con unas ceñidas calzas.
- Te presento a Carmen mijito , trátala con pasión y déjate llevar por su encanto. Lo
despertaré más rato para irnos a trabajar.
Dicho esto, el chico se desapareció por una de las habitaciones que estaban al costado
izquierdo y no supe más de el hasta el amanecer.
- ¿Así que eres Argentino? – Me empezó a platicar una entusiasta Carmen mientras
se sentaba al lado mío , en ese cómodo sillón persa
- Sí – Atiné a responderle – Aunque en realidad, llevo mucho tiempo en el país por
lo que no sé si me queda mucho de argentino.
- Jajajajaa – Se carcajeo elegantemente Carmen, mientras cogía la botella
inclinándose a servir dos roncola . Hasta ese momento no me había percatado,
pero tenía muy buenas caderas y algo en ella, además de su escote, lo
incentivaban a uno ir más allá.
- Eres chistoso, amigo Argentino . La verdad eres una sorpresa para mí, de todos
los clientes con los que estado nunca había estado con uno de tu especie y eso
me agrada. Cuéntame más de ti, que cosas te gustan hacen.
Es increíble lo variable del talento. Yo, por ejemplo, siempre he tenido facilidad para
imaginar paisajes y construcciones , para luego llevar todo ese kilombo a un papel.
Carmen tenía un encanto natural para hacerlo a uno sentir genuinamente bien .De rasgos
inequivocablemente latinos, con unos ojos oscuros que emanaban sabiduría y años de
experiencia en el rubro, luego de hacer un improvisado prolegómeno su aguileña sien no
tardó en acercarse a mí y yo procedí a cruzar mi brazo derecho hacia su provocadora
melena crespa. No pasó mucho rato para que fuésemos directo a su habitación para
disponernos a sellar algo nuevo, que para mi sorpresa, sería durante muchos años más.
Las generosas nalgas de Carmen ahora reculaban a un ritmo cada vez más frenético y
compacto, teniendo que hacer grandes esfuerzos para no irme de una vez. El corolario de
la situación llegaría instantes después cuando Carmen me dijo con suaves palabras”
Échate para atrás Argentino y déjate llevar” en las que pude sentir su aliento, que era una
mezcla bastante agradable entre un sencillo perfume de frutas cítricas y el propio olor del
sexo y sudor de Carmen , que emanaba un dulzor único.
Al recostarme hacia atrás, Carmen se montó sobre mí y empezó a brincar de una forma
descontrolada y genuina. Poco a poco, la vida iba cobrando más sentido para mí, y
mirando hacia el espejo que estaba incrustado en el techo era testigo de mi propia
salvación. Mientras miraba hacia el espejo, tenía otro ángulo de los hechos y veía como
Carmen, quien ahora estaba sobre mí se entregaba a realizar su labor. La forma en que
se enculaba sobre mí no era solo con morbo y garbo, si no que, con el más profundo
sentimiento. Nos observé una vez más en el espejo y la notable figura que formamos ella
y cho: Un flaco , exiliado del Chaco, enjuto al que la vida había aporreado un buen tanto y
Carmen , una curvilínea , con cuerpo de venus y entregada a dar la mayor de las alegrías
a un ser humano algo azotado . Por un momento renuncie al control y me fui dentro de
Carmen teniendo bien en claro lo siguiente: Ya no estaba más solo, y los días de mi
naufragio habían terminado.
- Que buen momento el que tuvimos anoche - Me decía una meditabunda Carmen,
mientras mirábamos al horizonte y a los primeros rayos de luz que asomaban
entre el interminable paisaje de blocks y megaedificios.
- Sabes qué tiempo que no me sentía así con alguien y menos con un cliente – Al
escuchar estas palabras de la boca de Carmen, no pude evitar sentir una leve
satisfacción y al mismo tiempo racionalicé rápidamente la situación.
- Yo también lo pasé bárbaro anoche piba, pero tú te esforzaste mucho en que esto
fuera así, a fin de cuentas es tu arte, ¿A esto te dedicas no? – Me atreví a decirle
sin tapujos.
- Claro que es mi trabajo Argentino, pero esto va más allá de todo eso. Sentí una
conexión especial anoche estando contigo, todo fluyó de forma natural y no sé, me
hiciste sentir mujer en todo sentido - Solo bastaron esas palabras para que me
dejara de cuestionamientos y prejuicios, escuchando a Carmen con más atención.
- Estoy algo cansada de este rubro, ya a mi edad una ya no da la medida para
satisfacer a la clientela y aunque te parezca sorpresivo, ustedes los hombres cada
vez más prefieren a las comadrejas. Fueron diseñadas para complacerlos,
adaptándose a sus gustos y además no envejecen, son eternamente jóvenes – En
ese momento, Carmen empezó a llorar y sin dudarlo la abracé. Mientras la
contuve, me dijo al oído que le gustaría verme nuevamente digitando su número
de contacto en mi móvil subcutáneo. Luego se despidió de mí y se fue a duchar.
Luego de que Carmen se fue de la habitación revisé si su número había sido ingresado
con éxito y me quedé fumando algunos cigarros más mientras contemplaba como seguía
despuntando la mañana, ya con menos arreboles y con más ruido abajo en las calles. Al
cerrar la ventana, un viento pausado y agradable acaricio mi cara.
- La verdad es que bien , ella supo entregar su servicio con calidad y total entrega.
De verdad debo agradecerte el ofrecimiento Óscar, había pasado mucho tiempo
sin estar con una mujer real y las comadrejas ya me estaban aburriendo - No me
fue difícil expresarme con el chico, era cierto que le estaba muy agradecido por
haberme dado la oportunidad de intimar con Carmen . Si no hubiese sido por la
cortesía de Óscar, era muy probable que Carmen y yo nunca nos hubiésemos
topado.
- Yo lo sabía mi niño, sabía que Carmen era para ti y tu para ella. Que alegría haber
seguido mi corazonada – Cuando me dijo estas palabras , el chico me dirigió una
mirada directa y que me decía que había un propósito más allá de una simple
garcha con Carmen. Luego retomo su mirada en el volante y seguimos
avanzando.
- Y bueno che ¿Cuánto te debo por Carmen? - En ese momento estaba dispuesto
a pagar cualquier suma que me dijera el chico.
- No me debes nada, la casa invita ¿O acaso a un chupa chupa como ese es justo
ponerle precio?- Me respondió un lujurioso y bromista Óscar , causándome risa la
forma en que me respondió. Había pensado en preguntarle que había de esas
pibas, de Carmen y la otra chica que estaban en su apartamento. De donde las
conocía, si acaso efectivamente había montado un puticlub casero , lo que era una
tendencia en muchos residentes cercanos al barrio industrial. Pero el rollo no nos
dio ,ya que, acabábamos de llegar al basurero y el ambiente estaba tenso
observándose algunas patrullas policiales en la entrada.
Nunca olvidé la expresión del flaco Olmedo al subir al vehículo policial : Se le veía
resuelto y con aires de líder , con los huevos suficientes para afrontar la detención por
expresarse. Y si amigos míos, aunque medios oficiales digan lo contrario no fueron
pocos los que inspirados en la revolución cayeron en la censura y en las garras del
dios emperador kast siendo algunos borrados de las memorias de nosotros y de la
eternidad para siempre.
-Hola Argentino, ¿Cómo estás? ¿Tienes algo que hacer después de la pega? Te
quiero invitar a cenar después del trabajo . Estaré acompañada con mi hijo y mis
sobrinos, pero luego llegará mi hermana y se los llevará ¿Qué me dices? te
puedes quedar en el depa .
Acepté la invitación de Carmen y me apunté para llegar al block a eso de las 21:00. Me
llamó la atención lo directo de su invitación, pues Carmen sonaba como la dueña del
depa.
Al cortar la llamada, el chico Óscar estaba atento desde una distancia no menor adonde
yo estaba. Me acerqué a él a compartir la invitación que me había hecho Carmen.
- No mijito, hoy no llegaré al block. Me quedaré afuera, quizás vaya donde algún
amigo o adonde algún familiar a pasar la noche – Se limitó a responder el chico,
mientras notaba algo de ansiedad en su mirada.
- Pero chico, y pese a los problemas que hayan tenido tú y Carmen en su relación
¿De verdad eres capaz de aguantar, sentir , o saber que tu mujer se prostituye con
con otros hombres y bajo tú mismo techo? – Le pregunté a Óscar, sin lograr
camuflar mi asombro o como dicen acá ”Sin pasar piola con mi cartuchismo”.
- En realidad no Argentino , fue un trato económico que hicimos con Carmen luego
de que vino la gran crisis del 2020. Tu sabrás que la situación económica del país
no estaba para nada bien en ese año , y con la poca plata que yo sacaba en ese
entonces y más mi adicción , Carmen tuvo que hacerse cargo de la casa y yo lo
asumí. Además, así podía pasar más tiempo con Ricardito , nuestro hijo con
Carmen - Agregó Óscar, transmitiendo sinceridad al contarme sus decisiones
familiares.
- Además, yo no te llevé a mi block por nada mi niño . Como te habrá dicho Carmen,
ella ya está cansada del rubro y quiere retirarse. Por lo que necesita a un buen
compañero a su lado – Mientras me decía esto el chico agregó un tono algo pícaro
para enfatizar algo que no alcancé a oír bien – y claramente no lo soy yo.
En ese momento comprendí dos cosas: La primera fue la generosidad, la cual, algunos
seres de esta delgada y angosta faja de tierra llamada Chile aun no pierden y se
preocupan de propagar. Como alguna vez escuché de niño en una canción de este país ”
Y verás cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero” el estribillo finalmente se
correspondía con la realidad.
Y lo segundo que aprendí, fue la sabiduría de hombres como Óscar que son capaces de
lograr cierta apertura y sorprendernos con su actuar , derribándose los prejuicios, las
cadenas y aquellos ribetes patriarcales que aún nos amarran a muchos hombres de hoy.
Ya camino al block , tomé el aerodeslizador 314 ,el cual, se adentraba de forma más
directa a los suburbios socorominos. Antes de abordar el transporte pasé a comprar una
botella para acompañar la cena con Carmen. Le había pedido al tendero una botella de
fernet a lo cual me arrepentí al instante, y pedí en su lugar una botella de un buen vino.
Después de todo, mi paladar comenzaba a disfrutar más del vino.
Llegué al block a eso de las 20: 45 y me encontré con unas calles desiertas , y con un
paisaje bastante oscuro y baldío. Tampoco vi a ninguno de los corredores que habíamos
visto el otro día con el chico, probablemente a estas horas aún anduvieran haciendo de
dealers. Mientras seguía con estas cavilaciones, subí las escaleras para llegar al
departamento y al tocar el timbre me abrió un pibecito de no más de 9 años, el que tenía
un balón en sus pies y comenzamos a jugar. Carmen se asomó enseguida y me saludó,
se veía guapísima con un traje negro ,el cual, tenía un elegante escote , sus labios
pintados de color rojo y su melena estaba húmeda y desordenada , lo que le daba un look
más silvestre.
-En realidad no me arrepiento de nada Rolinga , todo esto ha sido para sacar adelante a
mi familia y a mí misma – Me dijo una resuelta Carmen , mientras ahora era ella quien con
una mirada pensativa y ojos algo escrutadores , llenaba las copas mirándome fijamente y
preparándose para preguntarme.
- Sé que al igual que Óscar, tú has sufrido de adicción . ¿ Cómo ha sido el proceso y que
significó para ti? – che piba , ahora eres lokera? - Le respondí haciéndome el chistoso , a
lo que ella respondió con una mueca graciosa.
-No tontito , me refiero a que te ves bastante rehabilitado para seguir aun participando del
basurero. He tenido oportunidad de conocer a otros compañeros de Óscar y los he visto
muy zombies – Mientras decía esto , no pude evitar pensar en el cacique Denny cuando
insultaba a Óscar diciéndole que su mujer lo corneaba y que probablemente conoció a
Carmen en alguna otra oportunidad. Esta situación me causo gracia, aunque la disimule,
bebiendo unos apresurados sorbos de mi copa y preparándome para continuar la
conversación.
- Y bueno , quizás tengas razón, dentro del último tiempo he estado limpio y libre de la
china y del alcohol , solo tomando zumos , sorbetes y agua mineral así que puedes
seguir proyectando tu figura paterna en mi – Carmen respondió con un – que pesado – y
me dio un sutil pellizco en el brazo.
Fuimos avanzando en la conversación, llenamos más copas distendiéndose más el
ambiente y de pronto llegamos a lo gastada que estaba la relación entre ella y el chico
Óscar.
- Debo ser sincera contigo Rolinga y decirte que con Óscar nuestra relación nunca
fluyó. Fue más que todo un contrato, yo estaba muy desesperada y él se portó
bien, no te diré lo contrario, fue muy preocupado en ese sentido. Me ofreció su
departamento y yo con una colega empezamos a atender clientela, pero con el
paso del tiempo Óscar se volvió adicto a la china y se botó a cafiche. Y no sé,
como que Óscar tenía algunos gustos medios extraños.
- Sus gustos eran medios anormales Roli , no quiero que te formes una mala
impresión de él y por ahora prefiero reservármelo por si no te molesta , quizás él te
lo cuente algún día . A mí nunca me hizo daño , tenlo claro por si te pasas ese
rollo , pero el que el chico tuviera estos gustos me hizo alejarme de el en un plano
sentimental y desde allí que nuestra relación ha sido más que nada comercial
Esta segunda garcha fue más íntima, y más disfrutada. De alguna u otra forma durante la
cena Carmen fue abriendo su corazón y yo decidí escuchar con atención a sus alegrías ,
padecimientos , historias trágicas y males de familia y esto selló aún más nuestros
encuentros. Mi etapa previa de adicto me ayudó a comprender mejor con la cara oscura
de la vida ayudándome esta vivencia a empatizar mejor con la gente y bueno, con una
piba tan guapa y profunda como Carmen esto también iba a ser preciso.
Eso sí, tomamos harto vino y la sed me despertó a eso de las 3 de la mañana. Me levanté
de la cama con cuidado y sin despertar a Carmen quien se encontraba en un sueño
profundo. Al dirigirme a la cocina por algo para beber, sentí algunos ruidos extraños que
provenían de la habitación cercana a la entrada del departamento. El sonido captó
rápidamente mi atención sin ser posible el evitar ponerme en alerta y para serles sinceros,
experimenté algo de temor. No me atemorizó el hecho de sentir ruidos, pese a que según
lo que me comentó Carmen solo quedábamos ella y yo luego de que su hermana se
llevara a los niños. Óscar y su amiga esta noche tampoco alojarían en el block. Tampoco
me atemorizaba el pensar en un probable ataque de ladrones, ya que llegado el caso, no
me acobardaría y me creería capaz de defender a Carmen y a mí.
Lo que me atemorizaba era una risa estentórea, ronca y como de payaso que se dejaba
escuchar. Lo más extraño era que esa primera risa apayasada era acompañada por una
segunda risa , una risa más aguda y mucho más infantil .Quizás que espectáculo o rito se
estaba montando en aquella habitación - pensé por un instante - temiendo y dudando si
acercarme o no a la habitación . El hecho en sí era muy bizarro y la hipótesis más
probable era pensar que algunos de los corredores se habían pasado de listos y habían
decidido tomarse esta habitación, pudiendo haber escalado hasta la ventana de nuestro
depa a través de las escaleras colgantes del block y hacer algún ritual en contra del
gobierno, situación bastante común en los jóvenes de hoy que recurrían al ocultismo y
tomaban contacto con otras fuerzas para enfrentar al Dios Emperador kast y a su tropa de
fanáticos.
Junté valor y comencé a acercarme a la habitación, desde la cual salía una débil luz . A
medida que me acercaba las risas se sentían más fuertes y extrañas, comenzando a
sentirse con más presencia algunos susurros de la voz más adulta. La voz me comenzaba
a sonar familiar y empecé a distinguirla algo confundido. Finalmente, aparecí en el umbral
encontrándome con el siguiente circo:
¡Qué boludez estás haciendo pelotudo, explícame ahora o te rompo el orto a patadas
ahora mismo! – Le dije al chico de forma alarmada ante lo chocante de la escena,
tratando de asimilar el cuadro que tenía ante mí. Óscar se desarmó inmediatamente,
interrumpiendo su perverso trance dejando el vaso en la mesa y deshaciéndose en
explicaciones, aunque sin perder lo frío en su expresión.
-No es lo que parece mijito, no pienses mal, se lo juro que no. El pequeño que estás
viendo no es un niño, no se le ocurra pensar mal de mí. Yo jamás haría algo así –
respondió un agitado aunque sereno chico Óscar. Esta vana explicación y su tono más
imperturbable que alarmado me molestó aún más ¿Que no es un niño, enano de mierda?
Pues yo veo un niño, ¡Pedófilo y la conchadetuhermana! , llamaré a los pacos ahora
mismo – Le respondí, ya enceguecido por lo infame de la situación y pensando que Óscar
me tomaba el pelo. De pronto, el escolar que estaba bailando en el poledance , el cual,
permanecía algo estático y con una mirada vacía tomando palco de mi salida de madres
se recobró y me miro directamente. Pude observar inmediatamente algo mecánico y
eléctrico en sus pupilas, que me hacían recordar a la comadreja que conocí en el bar de
Ramón.
- Tranquilo Rolinga, es un androide con prototipo de niño. Lo mandé a fabricar a la
factoría en donde diseñan a las comadrejas. No hay nada ilegal aquí mijito, es
puro metal, gomas y látex- Me respondió un diplomático chico Óscar.
- Mis pelotas , enano pervertido , sea o no sea de carne y huesos tenías a un niño
bailándote un poledance y no quiero ni pensar hacia donde te iba a llevar todo esto
,me das asco – Justo cuando me iba a lanzar sobre el chico Óscar, Carmen
apareció en escena y me puso su brazo encima de mi hombro .
- Detente por favor, no vale la pena, a esto me refería con que Óscar tenía gustos
algo raros . Me dio vergüenza decírtelo y no esperaba que lo descubrieras por ti
mismo de esta forma – Carmen logró calmarme un poco con estas palabras , y
decidí irme inmediatamente al living a enfriarme. Oscar me miraba con ojos
desafiantes, pero solo se limitó a guardar silencio. Carmen lo hechó
inmediatamente de la casa luego del anterior espectáculo y esa fue la última vez
que lo vi , ya que el poco tiempo que seguí trabajando en el basurero el chico no
asistió más a trabajar borrándose del mapa .Incluso hablando con el grupo de
amigos del basurero, ninguno de ellos ni de la cuadrilla tuvo antecedentes de su
paradero. Fue como dicen las viejas acá en Chile : ”Como si se lo hubiese tragado
la tierra”.
Ya han pasado algunos años, y bueno, es increíble como la vida lo pone a cada uno en su
lugar…
¿Qué opina señor emperador, de haber salido reelecto por tercera vez
consecutiva, cuál es su sensación? – Le preguntaba zalameramente la periodista.
Bueno Mónica , como tu bien sabes a Chile le sigue haciendo falta dios .Yo me
comprometo con las familias de Chile y con la ciudadanía a velar una vez más por
recuperar los valores familiares que caracterizaron al antiguo Chile de siglos
pasados. Aunque esto signifique volver a fortalecer el orden público y sitiar por
duodécima vez el país. – Respondía un conservador y siempre buen orador kast,
mientras Evelyn Matthei y Joaquín Lavín, ambos ministros de peso en su extenso
imperio, le aplaudían y levantaban las manos para arengar a la masa que
celebraba en las calles.
Señor Kast, perdón, quise decir emperador kast – Se corrigió la periodista con algo
de nerviosismo- ¿Cómo piensa solucionar la delincuencia barrial que sigue hoy
existiendo en el sector industrial?. Famosos han sido los últimos incidentes de
asesinatos ocurridos en el barrio francés y la toma del basurero por toda la
población de adictos en rehabilitación, ocasionándose un peligroso alzamiento e
instalándose el temor en la comuna de Quelicura.- Esta pregunta hecha por la
periodista no me cabe duda que estaba pauteada al igual que toda la entrevista .
Sabido era que todo el kilombo de la prensa trabajaba a favor de kast y su imperio,
dándole facilidades para que sacara a relucir su hábil oratoria y extasiara así, a las
grandes masas de fanáticos . Pan y circo una vez más.
Me vinieron a la mente las caras del gitano, de Tioté, de Juanito y por supuesto de
Óscar. Sentí un remordimiento grande, llegando a cuestionar seriamente mi
reacción hacia el chico cuando lo descubrí gozando con el baile de poledance que
le preparó el replicante de niño.
Cierro los ojos y dejo correr la sinestesia, vienen algunas imágenes, se mezclan
otras y me relajo con las guitarras que inician la canción .Y sí, mi encuentro con el
Chico Oscar fue como una invitación a soñar, a soñar con mi propia realización
enseñándome que no es justo arrepentirme de lo de ayer, entendiendo que las
estrellas ahora me iluminan y me sirven de guía, sintiéndome tan fuerte que nadie
me puede tocar. Ni un puto imperio, ni un puto emperador. Siento un impulso, y
me recobro de la imaginería:
¡Las pelotas! Cuanto le debía al chico Óscar. Mi cruce con él fue en realidad el
comienzo de todo, el fin de mi adicción, mi encuentro en el amor con Carmen. Fue
como un enano de esos que te esperan al final de un arcoíris y que con una olla
repleta de monedas de oro te premian a tener suerte de por vida. Ni el mismo kast
sería capaz de reconocer el valor en el chico, ni mucho menos su generosidad y
particularidad. De pronto imagino al chico corriendo de block en block , preparando
seguramente algunas barricadas en la plaza de Quelicura para luego volver a la
toma del basurero a reunirse con sus corredores que tanto lo admiraban, para
continuar la revolución contra el imperio y despertar una mañana más esquivando
balas y prejuicios ,entre Parinacota y Socoroma.