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Entre Parinacota y

Socoroma

- Pascual Corvo-
A Oscar Miranda lo conocí cuando trabajaba en la desarmaduría de androides o al menos
eso recuerdo. En esa década vivencie probablemente los días más erráticos de mi vida.
Fue durante una tibia tarde de febrero o marzo de 2024, aun lo recuerdo debido a la
imponente presencia de “La China Roja” como la llamaban en las calles, la nueva droga
de moda resultante de la mezcla entre el subidón de la cocaína y el espacial transe que
promete el éxtasis, la cual, había costado la vida de no pocos Chilenos y de varios
hermanos míos, latinoamericanos, miserables e hijos del exilio. Los que no vimos la
disolución completa con la asiática compañera, nos dejó a varios en la calle hechos polvo
o trabajando a préstamos ya sea en boliches de baja estofa y en oficios mal remunerados
en programas gubernamentales para “pagar de forma legal y asalariada” nuestra
rehabilitación y póstuma reinserción a la sociedad.

Esta última era mi situación y luego de haber estado 12 años pegado en la china me dejé
llevar por sus misteriosos y orientales efectos cayendo en una espiral sin retorno,
perdiendo definitivamente a mi familia y bueno, mandando al pedo mi vida. Doce años
pegado en vanas ilusiones cósmicas y efímeras, doce años de mi vida arrojados al
porvenir y a un fundido en negro que aún no visualizaba hasta el 2024. Haya sido como
haya sido, los programas de rehabilitación adaptados por el ministerio anti drogas de
José Antonio Kast fueron distribuidos a varias comunas marginales, los que, con su
nanotecnología ofrecían un tratamiento efectivo pudiendo lograrse una sobriedad rápida y
eficaz en muchos de los casos .Sin embargo, el efecto sonambulezco que dejaba de
forma secundaria el tecnológico tratamiento te tornaba un tanto anhedonico y por si fuera
poco, este estado letárgico te dejaba hasta los huevos para realizar cualquier actividad.

Pese a mis adversidades y lloriqueos, en aquellos años mi situación económica era algo
precaria y bueno, debía encontrar pronto un empleo que me diera la guita suficiente para
pagar el piso y subsistir unos meses hasta que apareciera un laburo más acorde a mis
capacidades. Fue así y gracias a la buena intención de los vecinos del block, que fui
referido por medio de un contacto para trabajar en la desarmaduría o como mejor era
conocido ”El basurero” me abrió sus puertas a lo que más tarde me llevaría al edén y a mi
escurridiza reinserción.

De esta forma, una buena mañana me acerqué a la entrada del basurero, en donde, fui
escoltado por toneladas de modernos edificios grises, con fachadas de cristales
policromáticas y de última generación imponiéndose en el paisaje ”el revival” del
funcionalismo en lo que respecta a mega construcciones. Estas instalaciones hacían gala
de los años de gloria y modernización de la ciudad de Santiago de Chile, en donde, el
auge de la raza empresarial dotó de progreso la urbanística de la urbe. Lo que fue en mí
ya casi inexistente país, en su segundo gobierno la momia hija de puta de Cristina viuda
de Kirchner no hizo más que el resto de los presidentes argentinos: robar, robar y seguir
robando como un eterno tango. Pero no seguiré extendiéndome con elucubraciones
arquitectónicas (tema que me apasiona) ni con mis jodidas apreciaciones políticas hasta
unas buenas páginas más.

Al llegar a la entrada del basurero dos ciborgs me escoltaron hasta las inmediaciones del
establecimiento llevándome a una amplia bodega llena de montículos de chatarra droide
ubicada tres subterráneos más abajo , luego de pedirme mi código obtenido por medio del
portal del gobierno ”rehabilitateconKast.gob” me delegaron con los supervisores
asignados al cargo. Tras ser asignado a mi montículo respectivo, me detuve a observar la
fauna que habitaba aquel lugar: todos estábamos demás, hijos del like y del touch,
jugando el juego interminable de la inmediatez y que sin embargo, teníamos claro que
debíamos pagar el precio de trabajar en un trabajo de mierda para costear la anhelada
reinserción. Los variopintos rostros de los pibes no reflejaban más que un prolongado
hastío, sin poder ocultar la imborrable carga orgánica que les generaba el moderno
tratamiento para combatir a la china roja. Pese a prometer un efecto rápido, sus síntomas
físicos eran similares a los de una quimioterapia dejando un ánimo zombie en el personal
del basurero, que se traducía en profundas ojeras y pálidos rostros en la mayoría del
contingente.

La cuadrilla de trabajo a la que fui destinado constaba de 6 personas contándome a mí y


a nuestro supervisor de área con el que tratábamos al que llamaban Enzo. Este último, un
tipo cordial y de estilo agitanado a la usanza de Camarón De La Isla, se esforzaba por
mantener un buen trato con nosotros pese a lo disímil del ánimo de todo el grupo
manteniendo la buena camaradería y potenciando los recursos de todos. El resto del
grupo estaba compuesto por Denny, el más tocado por la adicción a la china del grupo.
De prominentes ojeras y con rasgos de cacique, encarnaba a cabalidad y de forma algo
caricaturesca el estado zombie ocasionado por el consumidor promedio, me miró con
ojos de garrero inmediatamente Enzo nos presentó. Los otros miembros del grupo eran
Juanito y Tioté, ambos autoexiliados de sus países de origen que eran Venezuela y Haití
respectivamente. Se conocieron en Chile mientras trabajaban en una cocinería, se
enamoraron y se hicieron pareja al poco tiempo. Ambos llevaban la bandera multicolor en
alto haciendo gala de la diversidad y del amor libre. Esta pareja no cayó en manos de la
china roja e ingresaron al basurero simplemente para juntar algo más de ingresos, en este
sentido, ellos eran una de las pocas excepciones dentro de la desarmaduría, en donde,
casi la totalidad de la fuerza laboral estaba compuesta por adictos en vías de
rehabilitación. En medio de este grupo, se asomaba algo distante pero impoluto Oscar
Miranda.

Oscar Miranda era un tipo curioso de pies a cabeza, descripción la cual, queda algo
grande y forzada desde su origen: Oscar, o” El Chico Oscar” como lo solían llamar sus
coetáneos no pasaba del metro cuarenta y pico .Sin embargo, su estatura no restringía lo
misterioso y enigmático de su presencia. Oscar se caracterizaba por vestir siempre con
botines de militar y con una jardinera de mezclilla, la cual, se preocupaba por llevar
inexplicablemente limpia en un lugar tan sucio como el basurero. Sumada a esta
indumentaria, el chico lucía siempre una barba al ras y bien cuidada, rematando con un
corte de pelo al cepillo y con hábil degradado. Quizás lo que más me intrigaba del chico
Óscar , no era su apariencia en sí, que ya le daba un aire distintivo y algo fantasioso e
impropio de este mundo, sino que, la forma en que ocupaba el lugar. A diferencia del
resto del grupo con quienes compartíamos y respetábamos nuestra individualidad e
historias, Oscar siempre se mostraba distante y observador de todos nosotros. Para
sorpresa de todos, su actitud en temas tan mundanos como el desempeño laboral captó
la atención no solo de nuestra cuadrilla, sino que, de casi todo el personal de la planta.
Nadie entendía como Oscar se las arreglaba para desarmar y categorizar los droides con
sus respectivas unidades con tanta rapidez y habilidad, siendo su productividad en una
jornada laboral la equivalente a la de 10 hombres de estatura y peso promedio. Esta
destreza le valió la aprobación de los supervisores y el reconocimiento personal del
Gitano Enzo, otorgándole en muchas oportunidades el beneficio de retirarse temprano del
basurero. Para colmo, terminada su jornada al chico Oscar no se le asomaba ninguna
gota de cansancio y agotamiento, luciendo su clásica jardinera como recién salida del
envoltorio.

El recelo y la envidia hacia el Chico Oscar no tardaron en llegar al campo de trabajo.


Denny, quien gozaba de un amplio dominio del coa tras haber pasado gran parte de su
vida siendo un reconocido portavoz de una desaparecida barra brava no tardó en putear
al pequeño personaje:

– Oye chico reculiao, que wea te creí haciéndote recagar trabajándole al cuico culiao del
Kast, vo creí que ese weon te va a rehabilitar si le desarmay robots má rápido ? ¿Sapo
culiao? –

El ataque de Denny hacia el Chico fue arrojado de forma estratégica, ya que fue en una
hora previa al almuerzo, en donde, estaba la mayoría del personal congregado en las
rotativas de ensamblaje terminando compulsivamente las últimas líneas productivas de la
mañana, de modo que, si Denny planificó exponer al chico este era el momento indicado.

Cuando las puteadas de Denny se hicieron escuchar , todos los ojos de nuestra cuadrilla
buscaron a Oscar , quien estaba sentado en posición de loto en lo alto del montículo
fumando como de costumbre un cigarro corriente mientras desatornillaba la pesada
cabeza de un oxidado droide de carga. En muy pocos segundos las demás cuadrillas se
acercaron formando un círculo alrededor del chico y del desafiante Denny emprendiendo
una rápida y fortuita algarabía motivados quien sabe, quizás por lo alienante del trabajo
en el basurero o por los duros efectos de abstinencia que el tratamiento provocaba en sus
mentes y cuerpos .El asunto es que la masa de obreros con sus arengas daban muestras
de un ferviente deseo por presenciar un rápido combate entre ambos colegas. Juanito,
Tioté y yo nos hicimos paso entre la multitud con no menor dificultad entre el tumulto.

- Nunca me gustó ese mamahuevo – expreso un malhumorado Juanito

- Apuesto una ronda de cervezas a toda la cuadrilla a que el chico golpea a ese
maleducado Denny – Respondió un entusiasta Tioté, haciendo uso de un español
aun con ribetes de creolé pese a llevar ya algunos años viviendo en el país.

A mí en lo personal de carácter algo más introvertido y no muy amigo de estos


espectáculos, la situación me puso algo ansioso por decir lo menos. Si Oscar se ponía los
guantes y decidía bajar de ese montículo de mierda informática a enfrentar a Denny tenía
todas las de perder, ya que este último casi lo triplicaba en estatura y muy probablemente,
tenía más calle y riñas en el cuerpo que el chico. Pero había algo, llámenlo un detalle,
cualidad extraña, un sentido oculto, algo en la expresión del chico Óscar – sentido oculto
el cual más tarde, y mediante mi sorpresa, me traería tiempos de alegría nuevamente a mi
vida - que me hacía dudar de mis pensamientos y de la evidente victoria de Denny.

Mientras me hallaba absorto en estos pensamientos, Denny volvió a lanzar su segunda


arremetida verbal contra Oscar:

-Oye enano reculiao, baja a dar cara o eri maricón?

-Tu mujer te cornea y se vende a toda la pobla.

Uuuuuuuuuuuuuuuuuuh! – Exclamó en un gran y sincronizado coro la masa aglomerada


alrededor del espacio ocupado por el chico y Denny.

En ese momento, todos los ojos de la masa se dirigieron al unísono hacia la pequeña
figura de Oscar quien se levantó de un golpe desarmando su posición de loto,
procediendo a erguirse plácidamente sobre su metro cuarenta y pico. Acto seguido, lanzó
con calma la colilla de su recién acabado cigarro y la aplastó contra un brazo de droide
que asomaba entre la pila de desperdicios. Mientras yo presenciaba este acto, afiné mi
vista y miré hacia el rostro del chico Oscar quien se erguía heroicamente en esos seis
metros de chatarra acumulada y reparé en un rasgo que no había distinguido
anteriormente: el rostro del chico estaba curtido por una frialdad inexplicable, una dureza
férrea que se transmitía casi al instante en que uno lo miraba a los ojos. El chico Oscar
avanzó hacia la orilla del montículo y arrojó una gélida mirada hacia Denny.

Se hizo un tenaz silencio, para luego ser interrumpido por las carcajadas del entusiasta
público resonando con estrepito en todo el lugar.En un principio no comprendí que había
ocurrido, ya que producto del gentío no lograba observar del todo bien pero luego vi que
muchos dedos apuntaban hacia abajo, a la figura de Denny en específico. La alegre risa
del negro Tioté se hizo sentir y capturando mi atención me dijo con tono burlón:

-¡El Indius Denny se Orinó en sus pantalones! ¡Es un masisi! jajajajaja

Mientras Tioté reía escandalosamente, pude colarme más adelante entre el público y lo vi
con mis propios ojos: Denny yacía temblando y con sus pantalones mojados, formando
una posa en el suelo.

¡Meón, meón , meón, meón, meón! – Coreaba ahora escandalosamente la muchedumbre.

El kilombo ocurrió de una manera fugaz, entre que Denny provocó al chico Oscar y en
que este último lo atemorizó y el cacique se orinó encima, no pasaron más que algunos
minutos. Acto seguido, la guardia del lugar no tardó en llegar y con sus lumas eléctricas
separaron rápidamente al tumulto y volvió todo nuevamente a su lugar.

Esa tarde, durante el almuerzo aun no era capaz de unir y dar un total significado al hecho
que todos presenciamos durante la mañana tornándose todo muy confuso para mí. La
lógica fue brutalmente burlada: Un hombre silencioso, nada imponente y de un metro
cuarenta (si es que y siendo generosos llegaba quizás al metro cuarenta y cinco) terminó
por ganar el combate contra un hostil ex miembro de una barra brava , y ¡la concha de mi
hermana ! esa mirada fría que otorgaba el chico Oscar, como Denny se meo del miedo en
el momento en que el chico lo miro directamente a las cuencas… .Era información difícil
de procesar y bueno, francamente todo parecía muy absurdo.

- ¿Qué no lo escuchas cariño? – Me decía Juanito, en un tono algo preocupado


mientras me descolgaba por fin de mis pensamientos

- Lo siento Juanito, no dormí bien y los efectos del tratamiento me han tenido algo
dopado el día de hoy, viste? – Me atreví a responder sin entrar mucho en detalle,
ya que no me gusta transparentar mi sentir cuando aún no tengo la total claridad
de los hechos. Esto es claramente un rasgo controlador y medio paranoide que me
quedó asimilado en mis tiempos más oscuros como adicto, en donde, en mis pics
más altos de euforia bajo los efectos de la china tendía a sincerar todo lo que
pasaba en mi mente , causando varios kilombos dañándome a mí y a mucha
gente. Y si, en esos momentos era muy cauteloso con lo que decía y con lo que no
decía, sincerándome con otros solo cuando estaba seguro.

- Pagaré mi apuesta compañero, finalmente el que se orino fue el indius Denny


jajaaja así que están todos invitados después del turno a beber cervezas al ¡Barrio
Francés! y si nuestro heterosexual amigo se anima, le pagaré un privado con una
comadreja jijiji – La invitación de Tioté subió bastante mis ánimos, su generosidad
y la de Juanito hacían que me sintiera cómodo con estos pibes y en familia, siendo
su amistad un apoyo constante en mi rehabilitación . Ellos dos habían hecho una
alianza inquebrantable, una confederación Haitiano – Venezolana como ellos la
llamaban. Dos errantes que tuvieron que abandonar países destruidos por la
historia, la política y el cambio climático. Llegaron a Chile buscando mejores
oportunidades y bueno, se equivocaron. Pero el destino les tenía preparado
reunirse en el amor y en la unidad y ese era el mensaje que propagaban este par
de alegres apóstoles.

- También nos acompañaran Enzo y quizás vaya Oscar – Agregó motivado Juanito.

Según lo que nos alcanzó a comunicar Enzo en el pasillo antes de sentarnos a


almorzar, recursos humanos se encontraba en ese instante realizando un sumario
a Denny, en donde, se encontraba también el chico dando su testimonio. El gitano
aceptó alegre la invitación al Barrio Francés y la extendería a Oscar.

Antes de proseguir con la historia, no puedo continuar sin detenerme a


comentarles aunque sea de una forma somera acerca del Barrio Francés.Ubicado
en el corazón de Parinacota, un barrio que al día de hoy vive en la clandestinidad y
que queda a 10 kilómetros alejado del sector industrial en donde se encuentra
ubicado el basurero. En sus inicios, el barrio francés se consolidó como el primer
barrio rojo del país. Esta fue una de las muchas propuestas innovadoras del
gobierno propuestas por el dios emperador José Antonio Kast y asesorado por la
imaginación de Joaquín Lavín, en un principio , funcionó sin trabas legalizándose
así el libre ejercicio de la prostitución y la vivencia de la bohemia con todas las de
la ley, creándose hasta un ministerio sexual para avalar tan alta política pública
.Esta medida nos tomó a todos por sorpresa , algo que era impensado para un
neo-pinochetista como Kast .Pero más tarde comprendí que el plan de Kast, era
anexar a un solo sector la bohemia y la lujuria de la ciudad proyectando en el
barrio francés a la ”Sodoma” chilena. Para mí, un pibe de 20 años fue un
descubrimiento adentrarme en el barrio francés meses después de su
inauguración, chicas de todas las nacionalidades y dispuestas a entregarlo todo en
sus servicios sorprendían desde sus vitrinas diariamente a todos los curiosos
invitándolos a que se adentrasen en sus cantinas y puticlubs. Lo más alto era
entrar a múltiples bares temáticos que te invitaban no solo a satisfacer tus deseos,
sino que también, te bombardeaban con los más atractivos espectáculos y
sustancias vanguardistas. En fin, el barrio francés estaba bárbaro y había llegado
para quedarse.

Mi familia, emprendedores por naturaleza, tampoco desaprovecharon la


oportunidad y se subieron al carro viniéndose casi todos de la Argentina. Nada
más pasados unos meses luego de la apertura del bohemio barrio , arribaron a
Chile y con la pasta que tenían juntada por aquí y por allá , montaron una humilde
pero vistosa trattoria cercana al barrio francés llevando el nombre de nuestra
familia : ”Copello’s Pizza”. El negocio familiar fue prosperando rápidamente,
demostrándose una vez más que el olfato de negociante del nono era ya una
marca registrada. Y como buenos descendientes de italianos, toda la familia
fuimos ocupando un puto puesto: el nono como recepcionista, mi madre y la nona
en la cocina junto a más empleados, el tío Lucas como garzón junto a Lucía, mi
novia de ese entonces, y yo que siempre he tenido habilidades numéricas me
instalé en la caja.

La vida esos meses fue en un principio tranquila y esforzada, adscribiéndome en


piloto automático a conseguir” el sueño americano” a la chilena: De lunes a viernes
por las mañanas hasta después de almuerzo trabajaba en la concurrida trattoria
junto a mi familia, para luego irme en modalidad vespertina a la facultad de
arquitectura, en donde, me encontraba terminando mi carrera. Al llegar a casa por
las noches nos reuníamos en nuestra habitación con Lucia y garchabamos con
alegría celebrando nuestro buen momento a nivel personal, para luego cenar y
compartir nuestra dicha al ritmo de un buen rock rolinguero , saboreando el buen
fernet que se servía de forma exclusiva en nuestro negocio, y leyendo a poetas
malditos de siglos pasados.

¿Qué querés hacer después de terminar en la facu, Rolinga? – Me solía preguntar


Lucía, en un tono juguetón, después de que terminábamos nuestra segunda
garcha post – cena y luego de que nos arrellanábamos en nuestra cama a oscuras
y al ritmo de la música.

¿Y bueno boludita, porqué la pregunta, eh? – Le respondía yo a Lucía tomando su


pregunta por la cornisa.

Vos sabés a lo que me refiero, Pibe. Debemos volar de aquí y emprender nuestro
propio camino. Tu familia ya está lista con el negocio familiar y gracias a la
administración del Nono, no dependen ya de nuestros servicios y podemos
comenzar a vivir nuestros propios sueños y seguir apoyándolos y visitándolos pero
ya nosotros haciendo nuestras vidas juntos ¿Qué me decís?

Que piba más espectacular era Lucía, como la deseaba. Con unas medidas de
infarto, una mirada de tintes melancólicos que contrastaba con lo salvaje de su
corta cabellera castaña y con el ojete más espectacular que jamás probé en la
vida. Pero todo esto que describo más arriba no era nada comparado con su
corazón: Lucía tenía muy buenos sentimientos y también me amaba a mí y a mi
familia, eso para mí, un hombre por naturaleza práctico y criado en los buenos
valores familiares que se nos inculcaban en el Chaco, se resume a la perfección.

El asunto ya estaba pactado, y sho la había elegido a ella para continuar nuestros
caminos juntos.

–Bueno bebé, respondiendo a tu pregunta debo decir lo siguiente – Le respondí


en un tono travieso e intrigante, mientras mis dedos se deslizaban lentamente por
los bordes de sus ancas y ella respondía con graciosas risitas al roce. El
agradable realce que nos produjo el fernet comenzaba a cobrar sus efectos,
mientras la cálida noche radiactiva comenzaba a abrirse paso por la ventana y un
pulcro, aunque leve viento empezó a soplar hacia nosotros.

¿Qué me querés decir, Rolinga? ¡Pues decilo ya y no me impacientes más,


pelotudo! – Me dijo una inquieta y aún argentinizada Lucía, justo en el momento en
que me lanzaba un mordisco en la pierna cobrando de esta forma su venganza
hacia mí por atreverme a dilatar nuestro diálogo.

Bueno boludita, terminando la facu pienso postular a un empleo como arquitecto


en provincias, me gusta el sur de estos chilotes. Aún existen lugares que la
radiación no ha alcanzado, y se están levantando bastantes proyectos
inmobiliarios que me permitirían instalarme y hacerme carrera. Podríamos irnos
juntos tu y yo Lucia, y comenzar una vida nueva allá – En ese momento, comenzó
a entrar más viento por la ventana con un ritmo un poco más frenético.

¡Vos lo has dicho mi Roli! me encanta la idea, vámonos el próximo mes, la próxima
semana, en los próximos días. Mientras tú trabajas, yo montaría una mini cafetería
y compraría muchísimos libros para leer. Y en las noches, te esperaría con un
perrito al calor de una gran chimenea, para luego cenar y hacer el amor.

Luego de decir esto Lucía me abrazo con fuerza y determinación, como el herrero
que se arrima al metal más duradero y mejor forjado. Yo le respondí
recepcionandola en mis brazos y acercando su castaña cabeza hacia mí pecho.
La oscuridad de nuestra habitación contrastaba bien con nuestros jóvenes
cuerpos, y la leve y acompasada respiración de Lucia no tardó en llegar pasados
unos minutos. Al rato, yo aún seguía despierto, y con Lucía durmiendo a mi lado.

De pronto, una moderna música que no era ni el sobreexplotado trap ni las


rolingueras rolas que yo tanto seguía desde mis años en el Chaco, se hacía
escuchar tras la ventana. Que sonido más espacial y sintético era el que
escuchaba, era un ritmo nuevo, claro está. Pero por alguna razón, daba la
impresión de que era bailable por los tambores y sintetizadores que se hacían
escuchar. Sentí la curiosidad por saber más y con habilidad me separé de los
brazos de Lucía, dejando así nuestro lecho dirigiéndome hacia el marco de la
ventana y observar de donde venía esa música. Ya en la ventana, pude observar
calles más abajo un iluminado barrio francés que se levantaba como un único amo
dentro de una oscurecida ciudad. Los modernos letreros de los bares y puticlubs,
similares a los tentáculos de un cracken, se encargaban de distribuir el particular
neón por todas los rincones más apartados. No tardé en darme cuenta que el eco
musical provenía de allí. Luego, el pesado viento entró una vez más por la
ventana, pero esta vez me dio de lleno en la cara.

Al llegar al barrio francés, pedimos una mesa en el”Bar de Ramón”. Un desolado y


antiguo club, que pese al paso de los años, se mantenía en pie hasta el día de hoy
.Si décadas atrás había atraído a la subcultura motoquera de Quelicura , hoy se
había ganado el aprecio de muchos trabajadores del basurero que día a día
llenábamos el bar después de terminada la faena.

Qué lugar más prestigioso – Exclamaba el gitano Enzo, siempre destacando por
su elocuencia y aires de juglar, mientras empezaba a repartir el pitcher vaso por
vaso. Estábamos todos ya instalados, a excepción del chico Oscar que dijo que
llegaría más tarde al boliche. La ansiedad por beber las heladas birras nos venció
y comenzamos a beber olvidándonos del chico hasta un buen rato.

Al cuarto pitcher , la mayoría de los del grupo estábamos compartiendo el éxtasis


de la bebida haciendo expresa nuestra buena camaradería después de días de
convivencia en el basurero, y bueno: El gitano se hallaba ensimismado en una
interesante conversación con Juanito respecto a los detalles de la vida de Philip
K.Dick – un extrañísimo escritor del siglo pasado, del cual, nunca había escuchado
hablar –, en donde , el gitano comenzó a contar una inquietante historia del
escritor en cuestión elevándolo al status de un ”profeta de la ciencia ficción”. El
gitano le decía a Juanito que Philip K, vaticinó muchos de los procesos que
estamos viviendo hoy escribiendo en los años 50s y 70s. –Todo esto, Enzo lo
decía con una verborrea única muy similar a la de los calabreses, dominando los
tiempos y cautivando a las demás mesas cercanas a la nuestra con las anécdotas
de tan desconocido escritor.

- Y fue así, estimados, que Philip K.Dick pudo escribir sobre los tiempos que
estamos experimentando hoy gracias al contacto con una fuerza desconocida. El
gringo k.dick no hizo más que estar echado en su sofá escuchando música de un
viejo equipo y de repente ¡paf! , entró un rayo de luz violeta por su ventana que le
penetró la frente, estimulándole esta experiencia a escribir hechos que ni el mismo
imaginó plasmar con su pluma: Sociedades que viven en constante paranoia,
androides que son casi idénticos a los humanos y con una inteligencia emocional
de punta, y lo más importante, escribió muchos escritos en donde no paraba de
cuestionar que era y que no era real.

Luego de que el gitano terminó de dar su acalorada prédica, observé que muchos
curiosos acercaron sus mesas y se levantaron de ellas para escuchar de cerca la historia
del escritor gringo. Con Tioté nos miramos y con una sonrisa cómplice, nos dimos cuenta
del arrastre que tenía el gitano y como este era capaz de articular una historia tan añeja
de una forma tan entretenida ,hecho el cual , llamó la atención de más de un obrero que
asistió esa noche al club.

Hasta este punto, la velada en el bar iba muy animosa y yo, pese a estar algo melancólico
aquella noche, no paraba de reír molestando al gitano junto a Tioté – Dejá ya de hacerte
el canchero, gitano chupa pija y lléname la jarra – Atiné a decirle, a lo cual, el gitano
respondió de buen humor llenándome el vaso con más birra. Sin embargo, queridos
lectores, por más que intentaba disfrutar no lo lograba. En mi afán de pasar desapercibido
con el grupo de amigos y a esas horas de la noche, camaradas, no paraba de blufear
haciéndome el simpático (lo que a uno con este sonsonete argentino no le resulta difícil)
pero la verdad era que estaba hasta los huevos. Aproveché el entusiasmo que impregnó
el ambiente luego de la exposición de Enzo, y viendo que el grupo se reunió con otras
mesas y compañeros del basurero a iniciar nuevas conversaciones, me alejé del grupo
acercándome a la barra.

Un detalle que me dio regocijo luego de reubicarme es que en donde ramón , aún se
seguía escuchando buena música : Enanitos verdes, Sumo, Patricio rey y Sus Redonditos
de Ricota, Las Pelotas, GIT ,Babasonicos, Indio Solari ,Virus, y por supuesto , los típicos y
archicoreados de Soda Stereo se hacían escuchar con alta presencia. Temas y bandas
que me evocaban los mejores años de mi juventud y lo que fue mi vida en La Argentina,
mis primeras pibas y por qué no, mí caída más grande: el perder a Lucía por boludo.

Instalado en la barra comencé a observar el fluir de la noche. Él gitano compartía con


más gente y reían a carcajadas mientras pedían más birras, al mismo tiempo en que
hacia pequeños altos en su verborrea para mirarle el culo a la mesera que servía en
nuestra mesa, y esta última le sonreía con una mirada que lo invitaba a emprender la
conquista. Juanito por su parte , se acercaba desde la barra en dirección a Tioté con dos
piscos sours sentándose coquetamente a su lado, con ánimos de quien desea compartir
desde la exclusividad en medio de la fiesta con su pareja.

Mientras en el wurlitzer sonaba un rolón de los héroes del silencio (que no recuerdo en
estos momentos) la nube de cigarro y el bullicio estimulaban el deseo de todos los
asistentes al club que éramos casi en totalidad obreros del basurero. Lamentablemente,
luego de que el barrio francés entró en crisis hace algunos años por diversos conflictos
entre los privados que solventaban en gran parte el comercio con las pibas y algunos
puticlubs, la situación se puso violenta emigrando casi toda la población de putas del lugar
luego de que algunas colegas fuesen asesinadas por mafias infiltradas en el barrio rojo.
José Antonio Kast no pudo bancarse esta situación – Aunque tampoco creo que le haya
importado un pedo la muerte de unas cuantas putas – , estando él y su gobierno más
interesados en cubrir la crisis social y los devastadores efectos que estaba provocando el
cambio climático en el país. Fue así que el barrio francés hoy en día era más que todo un
punto de reunión para hordas de obreros y parias del sector obrero industrial de Quelicura
que todas las noches buscaban un refugio para colocarse algunas chinas para calmar el
síndrome de abstinencia y borrarse un rato de la tediosa cotidianeidad.

De esta forma, mi deseo y el de muchos no podía más que ser saciado por”las
comadrejas” y esta noche ya comenzaban a repletar el lugar. Los colegas las recibieron a
los vítores y rápidamente empezaron a llenar el ambiente. Curvas perfectas, rostros
sensuales y cuerpos de infarto .Eran las pibas más buenas que podías imaginar, salvo por
un detalle: No eran pibas en realidad. La maravilla de la tecnología artificial había creado
a las”comadrejas”, chicas de la mejor calidad ofrecidas por el gobierno para saciar el
deseo del contingente del sector industrial y por módicas sumas.

Como en el mejor far west, los laboriosos colegas iban rápidamente eligiendo a sus
compañeras para saciar el instinto y Ramón con sus asistentes, ya estaban habilitando los
privados en el segundo piso .Yo estaba observando todo aún desde la barra, desde mi
panóptico personal cambiando ahora la birra por un cargado fernet que le había pedido al
cantinero.

Que increíble es el avance de la tecnología, estas comadrejas eran de infarto y las habían
creado en todos los colores: morenas, rubias, coloradas .Una en particular captó mi
atención, la cual, se sentó discretamente en una silla frente a la barra en donde yo estaba
bebiendo mi fernet. Ella vestía con un look algo pin up, conservando un estilo salvaje –
Cualidad presente en la memoria ram de muchas de las comadrejas para capturar
clientes más fácilmente –Pero sería otro el detalle que terminaría de capturar mi atención.
No fueron sus pechos, ni su rostro. La silueta que se formaba entre la caída de su corta y
oscura melena, la que, bajaba por lo contorsionado y elegante de su cuello, desembocaba
de una forma única en sus anchos hombros, dejando mucho espacio a la imaginación. De
pronto, la comadreja cruzó su mirada con la mía. Sentí lo eléctrico de sus focos , una
mirada perdida en el vacío que sin embargo me contemplaba con meditación y que al
mismo tiempo me provocaba con su iris azulado, que exaltaba de forma sobrenatural con
las luces de la improvisada disco que ya empezaba a terminar para dar paso en definitiva
al descargo del deseo.

- Que te pasó querido, está todo bien? – Me preguntó Juanito acompañado de Tioté
quien me pasó un vaso llenó de piscola. No me di cuenta, pero había transcurrido
harto rato en el que me adentré en mi propio kilombo. Las mesas se habían
desocupado bastante y casi la totalidad del local yacía en el segundo piso
garchando y disfrutando de una grata noche en compañía de las irresistibles
comadrejas.

¿Y Rolinga, a qué hora subes tú? Te veo entusiasmado con esa niña a la que tanto miras
– Me dijo un observativo Tioté –

Las palabras de Tioté me quedaron dando vueltas, bebí unos tragos de piscola y cuando
volví a observar a la comadreja esta me devolvió una sonrisa y cha estaba: Esa sonrisa
de niña, el cómo su oscura melena caía sobre sus hombros… no hacía más que
evocarme el aún vivo recuerdo de Lucía.

No sigas haciéndote el interesante, esa comadreja quiere acostarse contigo ,hombre, que
esperas para hablarle , yo te la pago – Me decía con insistencia Tioté , mientras se miraba
de reojo con Juanito con gesto de duda y algo de preocupación ante lo flotante de mi
actitud.

Déjenme decirles que los acontecimientos en un bar del barrio francés pasan de la forma
menos esperada, y en ese año, el 2024 , todo daba espacio a la sorpresa. En ese mismo
instante en que Tioté me motivaba a ligar con la comadreja, unos gritos se comenzaron a
escuchar desde la mesa en la que inicialmente nos reunimos.

¡Gitano conchadetumareee, quien te crei vo pa jotearme a mi pierna! – Gritaba de forma


descontrolada y angustiosa el dueño del local, Ramón. De manera automática, nuestras
cabezas voltearon en dirección al áspero grito del cantinero y vi la siguiente escena: El
gitano Enzo se había cambiado tácticamente de lugar y ahora se encontraba sentado en
una oscura esquina que se ubicaba imperceptiblemente entre el segundo piso y la entrada
al abandonado baño de pibas. Por supuesto, el gitano no estaba solo: Con un poco de
esfuerzo visual, distinguí que sobre sus piernas tenía sentada a la mesera ,con la falda
subida hasta la cintura y próximo a emprender esa palabra que tanto me gusta de los
chilenos conocida como el ”correr manos” que es mucho más gráfica y elegante que el
argento ”gatillazo”. Enfrente de este singular cuadro, se veía de forma algo cómica la
obesa silueta del dueño de casa, Ramón.

Todo ocurrió muy rápido: La piba que a estas alturas sería una versión improvisada de
”Helena de Troya” voló de las piernas del gitano , desapareciendo en la masa.
Inmediatamente, Ramón se abalanzo sobre un ebrio y aún garcheta gitano asestándole
un combo en la nariz, cayendo al suelo. Inmediatamente, Tioté, Juanito y yo corrimos
hasta Ramón a vengar a nuestro amigo y supervisor caído siendo interrumpidos por
colegas de otras cuadrillas a quienes distinguí con facilidad, en donde, uno de ellos algo
corpulento y con aires de rudo quiso servir de aval ante la situación.
- Eh amigos, paremos el weveo y no nos enfrentemos entre nosotros ¿ok?. La
situación es sencilla de resolver y el dueño de casa no hizo más que defender su
honra. Les aconsejo que lo mejor es que se retiren ahora ya del bar para evitar
mayor conflicto – Justo cuando terminó de entonar ”conflicto” , Tioté levantó
ágilmente una de sus alargadas y negras piernas similar a las de los maratonistas
y le asestó al pobre tipo la que ha sido la mejor patada en las pelotas que jamás
haya visto.

Lo que siguió no fue muy distinto a la más básica y tradicional pelea de bar, los asiduos al
club y los más cercanos a Ramón comenzaron a atacarnos y yo que no era muy hábil
recibí varios puñetazos y un corte en la cabeza producto de un botellazo, lo que me dejó
mordiendo el polvo. Desde el suelo, observaba como Tioté lanzaba más derechas e
izquierdas, mientras Juanito hacía lo que podía para intentar defenderse y lanzar
oportunos golpes cuando le era posible. Desde el suelo y algo mareado producto del
golpe y la caída a lona, pensaba en Lucía y en lo cerca que la tuve al mirar a esa
comadreja hace algún rato ¿Podría una comadreja parecerse a Lucía?

De pronto me acordé del gitano Enzo esperando que recobrara el conocimiento, pero al
mirar a su esquina el yacía en un sueño profundo y claramente en peores condiciones
que yo.

Justo cuando la situación no podía empeorar más, Juanito se vio enfrentado contra dos
tipos recibiendo una patada de uno de ellos y siendo rematado con un suplex sobre una
de las mesas del local, volándola en pedazos producto del impacto.

Cuando agarré impulso para levantarme del suelo y ayudar a un enfurecido Tioté en su
venganza contra los que tumbaron a Juanito, múltiples disparos se sintieron en la
entrada, desatándose el pánico y la huida de casi todo el público del puticlub incluyendo a
algunas comadrejas que aún se encontraban en el local. Al observar con mayor detalle a
la entrada, pude distinguir entre la neblina de la noche a una pequeña figura con rostro
soberbio empuñando un revolver en cada mano: El chico Óscar había llegado a nuestro
rescate.

¿Están todos bien, mijitos ? – exclamó un salvador Óscar luego de localizarnos con su
mirada a todos los de la cuadrilla.

Inmediatamente , tanto Tioté y yo nos recobramos para auxiliar al gitano y a Juanito que
fueron los que resultaron más afectados luego de la pelea, sin antes habernos asegurado
de que no había ningún curioso dispuesto a atacarnos por sorpresa. Afortunadamente,
luego de los balazos percutados por el petizo Óscar el local quedo casi desierto salvo por
algunos caídos que aun yacían en el suelo tras el combate y algunas comadrejas que se
ubicaron en el segundo piso para resguardarse ,evitando exponerse a dañar sus íntimos
circuitos. Pude distinguir entre el harem del segundo piso a la comadreja que me miraba
minutos atrás mientras tomaba mi fernet. Su mirada se clavó nuevamente en la mía, y
sentí el deseo una vez más. Ella río, con esa misma risa tan propia de Lucía mientras se
apretaba el labio superior con sus dientes. Antes de que me decidiera ya a avanzar hasta
el segundo piso a concretar lo que era evidente, recordé que la comadreja no era Lucía y
que nunca lo sería. En cambio, tan solo era una hojalata capaz de leer la mente, y de
interpretar nuestros instintos para replicarlos en su programa de conducta para seducirnos
hábilmente a nosotros los hombres de modo que puse punto final y me acerqué a la salida
auxiliando a mis amigos que estaban lesionados.

Ya montados en el cacharro del Chico, nos dirigimos hacia una posta ubicada en la plaza
de Quelicura. Pese a lo imprevisto de la situación y sin saber aún cual era el estado real
del gitano y de Juanito (este último se quejaba muchísimo de su dolor en la espalda)
quedaba espacio para algo de humor, causándome mucha gracia ver como el chico Óscar
se las ingeniaba para manejar el trasto sin restricciones. Tres cojines apilados uno en
uno, le ayudaban a alcanzar una altura más o menos decente para poder alcanzar un
manubrio adaptado a lo corto de sus brazos. Ustedes se preguntaran, ¿Y cómo el chico
Óscar lo hacía para pasar los cambios y el freno?. Fácil, ajustadas a sus zapatos el chico
tenía dos prótesis una en cada pie que le permitían tener mayor alcance para tales
propósitos.

Una vez que llegamos a la posta , ingresaron sin tanta demora al gitano Enzo , el cual,
estaba un poco más recobrado y consciente con algunos hematomas en la cabeza ,
próximo a hacerse un screening y Juanito fue instalado en una silla de ruedas para ser
derivado directamente al sector de urgencias. Todo indicaba que Juanito probablemente
tenía una fractura o desgarro producto del impacto recibido en la mesa.

Te queremos agradecer Óscar por su intervención , sin ti esa pelea de bar pudo
haber terminado de peores formas – Expresaba un condescendiente Tioté hacia
Óscar en una clara señal de agradecimiento , mientras nos sentábamos en la sala
de espera.

Mientras Tioté expresaba su más sincero agradecimiento, me sorprendía como a Óscar le


resbalaban estas palabras mostrando un semblante más bien desierto de emocionalidad.
No se malentienda, no es que el chico fuera como dicen acá los chilenos ”Un levantado
de raja ” ni mucho menos, simplemente, daba la impresión de que el chico Óscar
guardaba algo que lo congojaba , vaya a saber uno que sería en esos momentos.

Unos horas después, la hermana del gitano llegó a la urgencia y esperó con nosotros un
rato a que le informaran sobre el estado de Enzo. Pasados unos minutos, el médico
informo que afortunadamente el screening que le realizaron al gitano no había arrojado
traumatismos comprometedores en la región del cráneo y que solo necesitaba tener algo
de reposo. El médico solo autorizo la visita de una persona a la sala en donde estaba
Enzo y nosotros con el chico Óscar y Tioté nos despedimos de la hermana pidiéndole que
nos informara de Enzo apenas estuviera en mejor estado para ir a visitarlo. Por su parte,
nos informaron de urgencias que Juanito requería de más exámenes en la región de la
columna para evaluar de mejor forma cuál era su estado. Tioté nos agradeció la compañía
y nos sugirió a mí y a Óscar descansar ya que mañana debíamos trabajar temprano por la
mañana.
¿Andas en auto, mi niño? – No me di cuenta de que ya eran las 4 de la mañana y
en tres horas más entrabamos al laburo.

Como no tenía carro para trasladarme y considerando de que quedaba muy poco para
entrar a trabajar, y que el chico Óscar vivía cerca de nuestro lugar de trabajo le acepté la
invitación a quedarme en su block ubicado en Socoroma.

Socoroma, amigos míos, solo es conocido por dos cosas: Sus putas (que si son reales y
no como las artificiales comadrejas) y por ser uno de los centros de mayor tráfico de
drogas acá en Santiago , produciéndose y comercializándose principalmente la china roja
y los x –rays , muy populares estos últimos hoy en día en la juventud.

¿Y cuánto tiempo que llevas viviendo allí Óscar? – Le pregunté al chico mientras
emprendíamos el viaje, motivado por iniciar una conversación con él, hecho el cual, no fue
nada de fácil debido a que Óscar acostumbraba a ser muy callado.

Más menos 6 años mijito, desde que nació Ricardito, mi niño. Luego de su nacimiento nos
mudamos con su mamá a Socoroma para darle un mejor pasar – Mientras decía esto,
Óscar programó su lista poniendo unos temas bastante particulares por decir lo menos
.Desde su tracklist empezaron a sonar canciones de programas infantiles conocidos en
aquellos años a través de diversos portales de streaming, y debo reconocer que empecé
a confundirme respecto a todo en realidad. Me costaba encajar las piezas del
rompecabezas: Primero en el basurero vi en Óscar a un hombre trabajador y riguroso,
que ante la más desagradable amenaza se las arregló sin recurrir a la violencia. Luego en
el bar, entró de la nada percutando dos pistolas de dudosa procedencia salvándonos el
lomo a la cuadrilla completa y ahora acompañaba nuestro viaje a su casa con una
selección de música infantil. Que personaje más amorfo era ese chico Óscar, sin duda,
siempre estaba listo para sortear las situaciones más imprevistas y bueno, si le gustaba la
música infantil, quizás era un gusto algo excéntrico o alguna especia de cabala.

Pero más sorpresas no tardarían en llegar. Cuando estábamos adentrándonos en la


población de Socoroma, yo ya me había rendido a entablar más dialogo ya que este se
daba en forma forzada y Óscar solo se limitaba a responder concisamente a mis
preguntas. De pronto y de la nada, el chico Óscar comenzó a decirme:

He visto tu mirada mijito, se hacia dónde apuntas y puedo ver que es lo que te hace falta
– Comenzó a decirme el chico, dirigiendo su serio ceño hacia mi observando por primera
vez un rostro más cercano y no tan distante.

¿A qué te refieres, Óscar? – Le respondí yo, sin sentir un dejo de intriga y extrañeza y
quizás hasta algo de pánico. Ustedes entenderán que la música infantil de fondo y el
extraño carácter de Óscar, y el hecho de pasar de estar muy callado durante casi todo el
viaje para luego iniciar este imprevisto diálogo podrían haber alarmado a cualquiera. Y sí,
había algo en su lenguaje que me intrigaba aún más – ¿Qué era esa mierda de mijito?
¿Mi niño?. Claramente, había algo muy extraño en Óscar lo que me motivó
inconscientemente a estar alerta y receloso.
Se lo que te falta, lo pude notar en tus ojos y en como mirabas a la comadreja en aquel
bar de donde los rescaté – Cuando dijo esto último Óscar entonó una risa , como una risa
de niño siendo una de las pocas veces en las que lo vi reír.

¿A qué te refieres Óscar? Andá ya al grano boludo, mirá que con tanto misterio un poco
más y te mando al pedo ¿Me captas? – Nunca me ha simpatizado que se inmiscuyan en
mis cosas sin haber construido una confianza previa y si bien estaba consciente de que
Óscar nos había salvado la vida a mí y a mis amigos, no me ponía de buen humor toda
esta inexplicable situación que se había desatado camino a su block.

Estábamos ya inmersos en el distrito Socoromino y Oscar detuvo el carro en seco

- Me refiero Argentino a que te falta una verdadera mujeraza, no como las eléctricas
comadrejas que habían en el sucio bar de Ramón y yo te la voy a dar – Sentenció
el chico Oscar, mientras me miraba con aires de optimismo.

No me pregunten porqué, pero cualquiera que hubiese estado ante tan curiosa situación
hubiese optado por abandonar el lugar y la situación rápidamente. Quizás lo fuerte de mi
tratamiento antidrogas me ayudó a acallar mis sentidos básicos de supervivencia y la
expresión en Óscar me transmitió cierta determinación que no había visto antes, además,
el chico sin conocerme en profundidad supo leerme en detalle. Era cierto que necesitaba
de alguna chica, una mujer real con la cual compartir la noche y sentir su cuerpo, mierda
que si la necesitaba. De cualquier modo había pasado meses de sequía, y quizás era
cierto que Óscar tenía alguna amiguita con quien vencer este plazo. No tenía mucho que
perder.

Al caminar por los pasadizos que nos llevarían finalmente a su block, pude observar el
respeto con el que el chico Óscar era tratado en su población. A esas horas de la
madrugada se mezclaban dos faunas irreconciliables: La honesta clase obrera que ya se
dirigía camino al basurero y hacia otras dependencias gubernamentales a iniciar su plan
de rehabilitación o a retomar su jornada laboral. Por su parte , los llamados ”Corredores”,
en su mayoría jóvenes saboteadores del stablishmen y del sueño latinoamericano
propuesto por la nueva ultraderecha, criaturas de la noche que calentaban sus cuerpos al
calor de un barril de keroseno mientras comenzaban desde ya a comercializar sus drogas
y objetos contrabandeados. Ambas razas se acercaban y saludaban al chico Óscar con
mucho respeto , algunos palmoteándole la espalda y algunos le regalaban al chico objetos
de valor rindiéndole tributo con reverencias .

Mientras subíamos las escaleras, me di cuenta de que poco a poco nos alejábamos del
tumulto matutino llegando a un piso bastante tranquilo siendo la paz solamente
interrumpida por la presencia de un gato blanco, el cual, estaba posado en un masetero
en la ventana del que sería el pórtico del departamento del chico Óscar. Este último abrió
las tres chapas de seguridad y entramos a su departamento. El lugar estaba iluminado
con una uniforme luz tenue, la que iluminaba a un bien decorado living el que pese a no
disponer de tantos lujos, lo recibía a uno de la mejor forma dando una muy buena
impresión.
El chico Óscar me invitó a tomar asiento en un cómodo sillón persa, mientras iba a la
cocina a buscar algo para tomar. Un detalle que no había notado al principio, es que a mi
costado derecho habían dos piezas , en donde , por los detalles del cielo del techo y la
estructura fiscal de estas viviendas (había tenido un profesor de la facu que trabajó en
estos proyectos sociales mostrándonos algunos planos) se podía distinguir que la primera
habitación era la original , en donde, era fácil notar que la segunda habitación había sido
ampliada de una forma bastante rudimentaria e improvisada. Pero este no fue principal
detalle que saltaba a la impresión de uno, el asunto es que en vez de tener puertas,
ambas habitaciones tenían esas cortinas de estilo árabe que parecen colgantes , dejando
entrever luces violetas desde el interior.

Me acerqué un poco más hacia una de las cortinas y pude ver a una pareja garchando,
acompañando sus gemidos con una suave música oriental.

¿Acaso el chico Óscar había improvisado su propio puticlub en este antro? El solo hecho
de reflexionar esta muy posible hipótesis, me hizo reír y bajó mi ansiedad previa a llegar al
departamento.

Cuando el chico Óscar volvió de la cocina, traía consigo una botella de ron y otra de Coca
- Cola y dos vasos cada uno con una cantidad suficiente de hielo.

Justo cuando el chico colocaba los bebestibles en la mesa de centro, mi visual se percató
de un leve movimiento en una de las cortinas. De pronto , una guapa mujer que oscilaba
entre los 45 y 50 se aproximó desde una de las habitaciones hacia nosotros vestida con
minifalda, ajustado escote y con unas ceñidas calzas.

- Te presento a Carmen mijito , trátala con pasión y déjate llevar por su encanto. Lo
despertaré más rato para irnos a trabajar.

Dicho esto, el chico se desapareció por una de las habitaciones que estaban al costado
izquierdo y no supe más de el hasta el amanecer.

- ¿Así que eres Argentino? – Me empezó a platicar una entusiasta Carmen mientras
se sentaba al lado mío , en ese cómodo sillón persa
- Sí – Atiné a responderle – Aunque en realidad, llevo mucho tiempo en el país por
lo que no sé si me queda mucho de argentino.
- Jajajajaa – Se carcajeo elegantemente Carmen, mientras cogía la botella
inclinándose a servir dos roncola . Hasta ese momento no me había percatado,
pero tenía muy buenas caderas y algo en ella, además de su escote, lo
incentivaban a uno ir más allá.
- Eres chistoso, amigo Argentino . La verdad eres una sorpresa para mí, de todos
los clientes con los que estado nunca había estado con uno de tu especie y eso
me agrada. Cuéntame más de ti, que cosas te gustan hacen.
Es increíble lo variable del talento. Yo, por ejemplo, siempre he tenido facilidad para
imaginar paisajes y construcciones , para luego llevar todo ese kilombo a un papel.
Carmen tenía un encanto natural para hacerlo a uno sentir genuinamente bien .De rasgos
inequivocablemente latinos, con unos ojos oscuros que emanaban sabiduría y años de
experiencia en el rubro, luego de hacer un improvisado prolegómeno su aguileña sien no
tardó en acercarse a mí y yo procedí a cruzar mi brazo derecho hacia su provocadora
melena crespa. No pasó mucho rato para que fuésemos directo a su habitación para
disponernos a sellar algo nuevo, que para mi sorpresa, sería durante muchos años más.

Ya en su cama, Carmen me invitó a recostarme y entre risas y besos ella comenzó a


acariciarme y pude comprender por mí mismo lo que alguna vez me dijeron algunos
compatriotas que también buscaron probar suerte en Chile respecto a sus mujeres, y sí,
yo lo estaba comprobando ahora: La piba chilena no duda, ni escatima en esfuerzos al
momento de dar su afecto sin el mayor desengaño ni recelo, ella simplemente lo da y más
nada. Este simple detalle, me hizo recobrar mi confianza comenzando a deslizar mis
manos por sus piernas sintiendo las cosquillas que le producían mis caricias hasta subir
hasta sus pechos deslizando suavemente mis dedos hacia el seguro de su sostén,
intentando disimular mi ansiedad por ser delatado en mi prolongada sequía amatoria,
propósito el cual, fue funesto ante una experimentada Carmen, la que, finalmente me
descubrío. Apoyando sus manos en las mías y guiándome hacia el seguro que custodiaba
el sello del amor, Carmen me rescató del naufragio para juntos abrir paso a sus montes y
fluir.

Quizás es evidente, pero sí, me entregué a Carmen como un herido de guerra se


entrega a pasar por la última trinchera para luego lanzarse a campo traviesa. Y así fue,
nuestros dos sexos se encontraron, y de misionero inauguré nuestra alianza penetrando a
Carmen de un puro envión extasiándome con los gemidos que brotaban desde sus
carnosos labios. En el ir y venir pude notar lo concentrado de su rostro, y las pequeñas
grietas que ya delataban su próximo paso a la cincuentena, pero sin hacerle perder la
gracia ni su encanto. Luego, Carmen quiso cambiar de postura, y como una bella can, me
solicitó que la abordara como el mejor amigo del hombre. Ya en este rol, el éxtasis era
exclusivo para nosotros, y mientras ella se decidía a deslizarse a un ritmo elegantemente
acompasado, el recuerdo de Lucía era cada vez más desplazado por la figura que
representaba ahora Carmen - Que garcha más espectacular , reflexionaba desde mi
instinto , que por cierto , tanto extrañaba - Algo nuevo se gestaba en mi mente , algo
distinto pero demasiado manifiesto para negarlo. La mujer que tenía frente a mí, hacía
que el recuerdo de Lucia se viera cada vez más borroso , saltándose de cuadro en cuadro
, de nuestro lecho a la trattoria y de la trattoria a la Argentina , hasta ser colocada
nuevamente en el lugar que le haya dado la vida.

Las generosas nalgas de Carmen ahora reculaban a un ritmo cada vez más frenético y
compacto, teniendo que hacer grandes esfuerzos para no irme de una vez. El corolario de
la situación llegaría instantes después cuando Carmen me dijo con suaves palabras”
Échate para atrás Argentino y déjate llevar” en las que pude sentir su aliento, que era una
mezcla bastante agradable entre un sencillo perfume de frutas cítricas y el propio olor del
sexo y sudor de Carmen , que emanaba un dulzor único.

Al recostarme hacia atrás, Carmen se montó sobre mí y empezó a brincar de una forma
descontrolada y genuina. Poco a poco, la vida iba cobrando más sentido para mí, y
mirando hacia el espejo que estaba incrustado en el techo era testigo de mi propia
salvación. Mientras miraba hacia el espejo, tenía otro ángulo de los hechos y veía como
Carmen, quien ahora estaba sobre mí se entregaba a realizar su labor. La forma en que
se enculaba sobre mí no era solo con morbo y garbo, si no que, con el más profundo
sentimiento. Nos observé una vez más en el espejo y la notable figura que formamos ella
y cho: Un flaco , exiliado del Chaco, enjuto al que la vida había aporreado un buen tanto y
Carmen , una curvilínea , con cuerpo de venus y entregada a dar la mayor de las alegrías
a un ser humano algo azotado . Por un momento renuncie al control y me fui dentro de
Carmen teniendo bien en claro lo siguiente: Ya no estaba más solo, y los días de mi
naufragio habían terminado.

Un amanecer provisto de bellos arreboles y de una bandada de metálicos drones de


vigilancia del gobierno dieron la bienvenida a un nuevo día. Carmen y yo no dormimos ni
una pepa y luego de esperar los primeros destellos de la mañana haciendo cucharita, nos
encontrábamos ahora apoyados en la ventana hacia un rato compartiendo un cigarro.

- Que buen momento el que tuvimos anoche - Me decía una meditabunda Carmen,
mientras mirábamos al horizonte y a los primeros rayos de luz que asomaban
entre el interminable paisaje de blocks y megaedificios.

- Sabes qué tiempo que no me sentía así con alguien y menos con un cliente – Al
escuchar estas palabras de la boca de Carmen, no pude evitar sentir una leve
satisfacción y al mismo tiempo racionalicé rápidamente la situación.

- Yo también lo pasé bárbaro anoche piba, pero tú te esforzaste mucho en que esto
fuera así, a fin de cuentas es tu arte, ¿A esto te dedicas no? – Me atreví a decirle
sin tapujos.

- Claro que es mi trabajo Argentino, pero esto va más allá de todo eso. Sentí una
conexión especial anoche estando contigo, todo fluyó de forma natural y no sé, me
hiciste sentir mujer en todo sentido - Solo bastaron esas palabras para que me
dejara de cuestionamientos y prejuicios, escuchando a Carmen con más atención.
- Estoy algo cansada de este rubro, ya a mi edad una ya no da la medida para
satisfacer a la clientela y aunque te parezca sorpresivo, ustedes los hombres cada
vez más prefieren a las comadrejas. Fueron diseñadas para complacerlos,
adaptándose a sus gustos y además no envejecen, son eternamente jóvenes – En
ese momento, Carmen empezó a llorar y sin dudarlo la abracé. Mientras la
contuve, me dijo al oído que le gustaría verme nuevamente digitando su número
de contacto en mi móvil subcutáneo. Luego se despidió de mí y se fue a duchar.
Luego de que Carmen se fue de la habitación revisé si su número había sido ingresado
con éxito y me quedé fumando algunos cigarros más mientras contemplaba como seguía
despuntando la mañana, ya con menos arreboles y con más ruido abajo en las calles. Al
cerrar la ventana, un viento pausado y agradable acaricio mi cara.

De vuelta en la habitación, me comencé a arreglar esperando la alarma del chico para


irnos al laburo. De pronto, tuve la sensación de sentirme observado notando la presencia
de unos ojos que me miraban. Miré directamente hacia la puerta que estaba entreabierta,
y se despegaron rápidamente sin poder percatarme en ese momento de quien me
espiaba. Luego llegó el chico y bajamos salimos del departamento para irnos al basurero.

Ya en su auto e improvisando el desayuno el chico sacó dos panes y me convidó uno

-Acá está el desayuno mijito , disfrútelo – Me decía Óscar mientras me pasaba el


pan. Esta mañana observé al chico con un semblante distinto al que
acostumbraba. Este era un chico completamente nuevo: Pese a seguir no tan
comunicativo se le veía alegre , dichoso y ya no con esa distancia con la que
acostumbraba a impregnar el ambiente . De pronto, e inesperadamente el chico
comenzó a hablar

- ¿Y cómo lo pasaron ayer con Carmen mijito?- Me preguntó con curiosidad el


chico.

- La verdad es que bien , ella supo entregar su servicio con calidad y total entrega.
De verdad debo agradecerte el ofrecimiento Óscar, había pasado mucho tiempo
sin estar con una mujer real y las comadrejas ya me estaban aburriendo - No me
fue difícil expresarme con el chico, era cierto que le estaba muy agradecido por
haberme dado la oportunidad de intimar con Carmen . Si no hubiese sido por la
cortesía de Óscar, era muy probable que Carmen y yo nunca nos hubiésemos
topado.

- Yo lo sabía mi niño, sabía que Carmen era para ti y tu para ella. Que alegría haber
seguido mi corazonada – Cuando me dijo estas palabras , el chico me dirigió una
mirada directa y que me decía que había un propósito más allá de una simple
garcha con Carmen. Luego retomo su mirada en el volante y seguimos
avanzando.
- Y bueno che ¿Cuánto te debo por Carmen? - En ese momento estaba dispuesto
a pagar cualquier suma que me dijera el chico.

- No me debes nada, la casa invita ¿O acaso a un chupa chupa como ese es justo
ponerle precio?- Me respondió un lujurioso y bromista Óscar , causándome risa la
forma en que me respondió. Había pensado en preguntarle que había de esas
pibas, de Carmen y la otra chica que estaban en su apartamento. De donde las
conocía, si acaso efectivamente había montado un puticlub casero , lo que era una
tendencia en muchos residentes cercanos al barrio industrial. Pero el rollo no nos
dio ,ya que, acabábamos de llegar al basurero y el ambiente estaba tenso
observándose algunas patrullas policiales en la entrada.

Al bajarnos del cacharro, notamos que en la entrada al basurero estaba la policía


deteniendo a los que parecían ser dos trabajadores del basurero. Efectivamente, al
acercarnos aún más , pude distinguir que uno de los esposados eran el flaco Olmedo y
otro compañero de su mismo grupo. El motivo de la detención, fue haber escrito un mural
en el portón de la desarmaduria en contra del gobierno que rezaba:

- ”Abajo el estado opresor y neo pinochetista , su tecnocracia viola al obrero


alienado condenándolo a la drogadicción y a pagar injustamente su rehabilitación.
¡ Muerte a José Antonio Kast y a toda su descendencia! ¡Libertad a los caídos del
imperio ! ¡Ahora y siempre! ”.

Nunca olvidé la expresión del flaco Olmedo al subir al vehículo policial : Se le veía
resuelto y con aires de líder , con los huevos suficientes para afrontar la detención por
expresarse. Y si amigos míos, aunque medios oficiales digan lo contrario no fueron
pocos los que inspirados en la revolución cayeron en la censura y en las garras del
dios emperador kast siendo algunos borrados de las memorias de nosotros y de la
eternidad para siempre.

Ya en el basurero se respiraba un aire algo tenso producto del incidente protagonizado


por el flaco en la mañana. Pero a medida de que avanzaba el día, la jornada comenzó a
ser bastante amena. Para mí y sé que algunos me encontraran razón, todo cambia con un
buen polvo. Secretás endorfinas, andás con mejor ánimo y el hecho de andar más
garcheta te da más motivación al laburar. El chico Óscar como de costumbre trabajaba
con entusiasmo y en esta jornada en particular, con mucha más energía de la habitual. No
paraba de pasar de un lado para otro acomodando la basura correspondiente en su sitio,
para luego comenzar a categorizar las piezas de los droides con una rapidez brutal. En
esa jornada ni el gitano ni Juanito llegaron a trabajar, en donde, Tioté quien llegó un poco
más tarde nos informó del estado de salud de los camaradas: El gitano había tenido una
contusión producto de los golpes que recibió, nada grave. Por su parte, quien se llevó el
trago más amargo fue Juanito quien producto del wrestling que recibió en la mesa
consiguió una fractura en una vértebra más una trizadura en una de sus muñecas – Que
gitano más hijo de puta pensé . Por dárselas de canchero con la camarera en donde
Ramón había puesto su interés, Juanito terminó pagando el mayor precio. Una mezcla
entre absurdo y risa me embriagó y comencé a reír al instante.

Rato después mi antebrazo comenzó a vibrar, y apareció en mi pellejo la pantalla de mi


móvil integrado . Tenía una llamada entrante de Carmen.

-Hola Argentino, ¿Cómo estás? ¿Tienes algo que hacer después de la pega? Te
quiero invitar a cenar después del trabajo . Estaré acompañada con mi hijo y mis
sobrinos, pero luego llegará mi hermana y se los llevará ¿Qué me dices? te
puedes quedar en el depa .

Acepté la invitación de Carmen y me apunté para llegar al block a eso de las 21:00. Me
llamó la atención lo directo de su invitación, pues Carmen sonaba como la dueña del
depa.

Al cortar la llamada, el chico Óscar estaba atento desde una distancia no menor adonde
yo estaba. Me acerqué a él a compartir la invitación que me había hecho Carmen.

- Che Óscar, Carmen me acaba de llamar invitándome a cenar al block. ¿Llegarás


tú también a cenar? – Le pregunté a Óscar temiendo pasarlo a llevar con haber
recibido la invitación primeramente de parte de Carmen e intrigado quizás por
saber más sobre cómo conoció a Carmen o por saber cuál era su nexo con ella y
la otra piba que trabajaba en su block

- No mijito, hoy no llegaré al block. Me quedaré afuera, quizás vaya donde algún
amigo o adonde algún familiar a pasar la noche – Se limitó a responder el chico,
mientras notaba algo de ansiedad en su mirada.

- Eh chico , contame un poco acerca de donde conociste a estas pibas , me refiero


a Carmen y a la otra chica con la que trabaja en el departamento – Finalmente ,
aproveché la ocasión para indagar sobre los pormenores de como Óscar había
montado el puticlub.

- Bueno mijito, Carmen es mi mujer y la otra chica es su amiga. Llevamos algunos


años conviviendo pero hace un par de años la cosa no viene bien – Cuando decía
esto , no pude evitar sentir cierta extrañeza respecto a la situación que el chico me
contaba. Admito que nunca he sido un pibe tan abierto de mente y sé que soy más
bien tradicional, y ese es el kilombo que me monto. Pero ¿Cualquier hombre
estaría dispuesto a vivir bajo el mismo techo con su mujer, sabiendo que esta
última trabaja de sexoservidora?

- Pero chico, y pese a los problemas que hayan tenido tú y Carmen en su relación
¿De verdad eres capaz de aguantar, sentir , o saber que tu mujer se prostituye con
con otros hombres y bajo tú mismo techo? – Le pregunté a Óscar, sin lograr
camuflar mi asombro o como dicen acá ”Sin pasar piola con mi cartuchismo”.

- En realidad no Argentino , fue un trato económico que hicimos con Carmen luego
de que vino la gran crisis del 2020. Tu sabrás que la situación económica del país
no estaba para nada bien en ese año , y con la poca plata que yo sacaba en ese
entonces y más mi adicción , Carmen tuvo que hacerse cargo de la casa y yo lo
asumí. Además, así podía pasar más tiempo con Ricardito , nuestro hijo con
Carmen - Agregó Óscar, transmitiendo sinceridad al contarme sus decisiones
familiares.
- Además, yo no te llevé a mi block por nada mi niño . Como te habrá dicho Carmen,
ella ya está cansada del rubro y quiere retirarse. Por lo que necesita a un buen
compañero a su lado – Mientras me decía esto el chico agregó un tono algo pícaro
para enfatizar algo que no alcancé a oír bien – y claramente no lo soy yo.

En ese momento comprendí dos cosas: La primera fue la generosidad, la cual, algunos
seres de esta delgada y angosta faja de tierra llamada Chile aun no pierden y se
preocupan de propagar. Como alguna vez escuché de niño en una canción de este país ”
Y verás cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero” el estribillo finalmente se
correspondía con la realidad.

Y lo segundo que aprendí, fue la sabiduría de hombres como Óscar que son capaces de
lograr cierta apertura y sorprendernos con su actuar , derribándose los prejuicios, las
cadenas y aquellos ribetes patriarcales que aún nos amarran a muchos hombres de hoy.

Esa tarde cuando terminamos el turno, le di nuevamente las gracias a Óscar y el me


devolvió una mano fraterna, con una fuerza extrañísima e incomprensible para lo pequeño
de su estatura y proporciones. Algo en su expresión me decía y me daba a entender que
esta sería la antesala a una despedida, algo que posteriormente se concretaría aunque de
la forma menos esperada.

Ya camino al block , tomé el aerodeslizador 314 ,el cual, se adentraba de forma más
directa a los suburbios socorominos. Antes de abordar el transporte pasé a comprar una
botella para acompañar la cena con Carmen. Le había pedido al tendero una botella de
fernet a lo cual me arrepentí al instante, y pedí en su lugar una botella de un buen vino.
Después de todo, mi paladar comenzaba a disfrutar más del vino.

Llegué al block a eso de las 20: 45 y me encontré con unas calles desiertas , y con un
paisaje bastante oscuro y baldío. Tampoco vi a ninguno de los corredores que habíamos
visto el otro día con el chico, probablemente a estas horas aún anduvieran haciendo de
dealers. Mientras seguía con estas cavilaciones, subí las escaleras para llegar al
departamento y al tocar el timbre me abrió un pibecito de no más de 9 años, el que tenía
un balón en sus pies y comenzamos a jugar. Carmen se asomó enseguida y me saludó,
se veía guapísima con un traje negro ,el cual, tenía un elegante escote , sus labios
pintados de color rojo y su melena estaba húmeda y desordenada , lo que le daba un look
más silvestre.

- Te presento a Ricardito, mi hijo – Dijo Carmen, a lo que el niño se acercó a darme


la mano para luego volver a su posición y seguir practicando tiros al arco. Desde
luego yo era el arquero, y el pibe comenzó a practicar con entusiasmo sus tiros.
Carmen por su parte estaba preparando a sus dos sobrinos que eran pequeños.
Su hermana pronto vendría a buscar a los pequeños y a su hijo , este último tenía
rasgos similares a los del chico Óscar pero con el pelo de su madre. El timbre no
tardó en sonar, los pibes se fueron y comenzamos nuestra velada con Carmen.
La cena estaba más que bárbara: Carmen preparó un bistec en su punto con papas
salteadas y muchas ensaladas y sho no paraba de vibrar al disfrutar tan suculenta
comida. Había pasado mucho tiempo sin que disfrutara de una comida decente y
preparada con afecto. De hecho, desde mis tiempos en la trattoria que no disfrutaba de
una comida casera y eso era mucho rato.

Procedí a llenar las copas y comenzamos a acompañar la comida hablando de más


detalles acerca de nuestras vidas. Carmen estaba muy interesada por saber de mi vida en
la Argentina cuando aún no llegaba a Chile , escarbamos en mi infancia , adolescencia
repasando más de alguna anécdota personal y estallando en risas . Mientras no paraba
de hablar desde mi narcisismo propio de argento, notaba como a Carmen le brillaban sus
bellos ojos negros y sentía el interés real que ella sentía por los detalles de mi historia. Le
pedí que me hablara también de ella, de su vida, y que era lo que le apasionaba. Me
confesó haber vivido una infancia algo dura , en donde , luego de la adicción al alcohol de
su padre todo se fue a la mierda quedando ella y su hermana a cargo de una madre
despechada y con un cáncer a cuestas. Carmen me contó y con mucha emoción, que su
gran sueño era haber sido fotógrafa, pero que la crisis y la enfermedad de su madre la
obligaron a ella y a su hermana a ejercer la prostitución , ya que con el auge del sector
industrial y el basurero , las mujeres cada vez más fueron escaseando en la zona ,
volviéndose el oficio más antiguo del mundo en una opción rentable en toda la comuna de
Quelicura.

-En realidad no me arrepiento de nada Rolinga , todo esto ha sido para sacar adelante a
mi familia y a mí misma – Me dijo una resuelta Carmen , mientras ahora era ella quien con
una mirada pensativa y ojos algo escrutadores , llenaba las copas mirándome fijamente y
preparándose para preguntarme.

- Sé que al igual que Óscar, tú has sufrido de adicción . ¿ Cómo ha sido el proceso y que
significó para ti? – che piba , ahora eres lokera? - Le respondí haciéndome el chistoso , a
lo que ella respondió con una mueca graciosa.

-No tontito , me refiero a que te ves bastante rehabilitado para seguir aun participando del
basurero. He tenido oportunidad de conocer a otros compañeros de Óscar y los he visto
muy zombies – Mientras decía esto , no pude evitar pensar en el cacique Denny cuando
insultaba a Óscar diciéndole que su mujer lo corneaba y que probablemente conoció a
Carmen en alguna otra oportunidad. Esta situación me causo gracia, aunque la disimule,
bebiendo unos apresurados sorbos de mi copa y preparándome para continuar la
conversación.

- Y bueno , quizás tengas razón, dentro del último tiempo he estado limpio y libre de la
china y del alcohol , solo tomando zumos , sorbetes y agua mineral así que puedes
seguir proyectando tu figura paterna en mi – Carmen respondió con un – que pesado – y
me dio un sutil pellizco en el brazo.
Fuimos avanzando en la conversación, llenamos más copas distendiéndose más el
ambiente y de pronto llegamos a lo gastada que estaba la relación entre ella y el chico
Óscar.

- Debo ser sincera contigo Rolinga y decirte que con Óscar nuestra relación nunca
fluyó. Fue más que todo un contrato, yo estaba muy desesperada y él se portó
bien, no te diré lo contrario, fue muy preocupado en ese sentido. Me ofreció su
departamento y yo con una colega empezamos a atender clientela, pero con el
paso del tiempo Óscar se volvió adicto a la china y se botó a cafiche. Y no sé,
como que Óscar tenía algunos gustos medios extraños.

- Con extraños te refieres a? – Pregunté con curiosidad, evocando al mismo tiempo


todo lo misterioso e indescifrable que traía consigo la figura del chico Oscar a mi
memoria.

- Sus gustos eran medios anormales Roli , no quiero que te formes una mala
impresión de él y por ahora prefiero reservármelo por si no te molesta , quizás él te
lo cuente algún día . A mí nunca me hizo daño , tenlo claro por si te pasas ese
rollo , pero el que el chico tuviera estos gustos me hizo alejarme de el en un plano
sentimental y desde allí que nuestra relación ha sido más que nada comercial

No me cabía ninguna duda: Lo enigmático, esa cualidad extraña que permanecía en el


chico Óscar era percibida también por Carmen. Con estos detalles que acababa de
contarme, uno podía hipotetizar que era muy probable que el chico Óscar fuese un trolo o
quizás simplemente algún tipejo con alguna parafilia o fetiche como esos que se logran
ver en películas de serie b y que son muy comunes hoy en día.

Mientras meditaba acerca de lo enigmático del chico, Carmen se me acercó y sentó en


mis piernas al ritmo de una agradable música , y comenzamos a jugar en una prolongada
previa hasta llegar a su pieza y encontrarnos una noche más en el deseo , la copula , y
más tarde en el sentimiento.

Esta segunda garcha fue más íntima, y más disfrutada. De alguna u otra forma durante la
cena Carmen fue abriendo su corazón y yo decidí escuchar con atención a sus alegrías ,
padecimientos , historias trágicas y males de familia y esto selló aún más nuestros
encuentros. Mi etapa previa de adicto me ayudó a comprender mejor con la cara oscura
de la vida ayudándome esta vivencia a empatizar mejor con la gente y bueno, con una
piba tan guapa y profunda como Carmen esto también iba a ser preciso.

Eso sí, tomamos harto vino y la sed me despertó a eso de las 3 de la mañana. Me levanté
de la cama con cuidado y sin despertar a Carmen quien se encontraba en un sueño
profundo. Al dirigirme a la cocina por algo para beber, sentí algunos ruidos extraños que
provenían de la habitación cercana a la entrada del departamento. El sonido captó
rápidamente mi atención sin ser posible el evitar ponerme en alerta y para serles sinceros,
experimenté algo de temor. No me atemorizó el hecho de sentir ruidos, pese a que según
lo que me comentó Carmen solo quedábamos ella y yo luego de que su hermana se
llevara a los niños. Óscar y su amiga esta noche tampoco alojarían en el block. Tampoco
me atemorizaba el pensar en un probable ataque de ladrones, ya que llegado el caso, no
me acobardaría y me creería capaz de defender a Carmen y a mí.

Lo que me atemorizaba era una risa estentórea, ronca y como de payaso que se dejaba
escuchar. Lo más extraño era que esa primera risa apayasada era acompañada por una
segunda risa , una risa más aguda y mucho más infantil .Quizás que espectáculo o rito se
estaba montando en aquella habitación - pensé por un instante - temiendo y dudando si
acercarme o no a la habitación . El hecho en sí era muy bizarro y la hipótesis más
probable era pensar que algunos de los corredores se habían pasado de listos y habían
decidido tomarse esta habitación, pudiendo haber escalado hasta la ventana de nuestro
depa a través de las escaleras colgantes del block y hacer algún ritual en contra del
gobierno, situación bastante común en los jóvenes de hoy que recurrían al ocultismo y
tomaban contacto con otras fuerzas para enfrentar al Dios Emperador kast y a su tropa de
fanáticos.

Junté valor y comencé a acercarme a la habitación, desde la cual salía una débil luz . A
medida que me acercaba las risas se sentían más fuertes y extrañas, comenzando a
sentirse con más presencia algunos susurros de la voz más adulta. La voz me comenzaba
a sonar familiar y empecé a distinguirla algo confundido. Finalmente, aparecí en el umbral
encontrándome con el siguiente circo:

En una cama matrimonial, el chico Óscar yacía sentado en la cama y semidesnudo,


tapando la mitad de su cuerpo con las sábanas y tomando un trago observando
extasiado como un niño de la edad de Ricardito bailaba con uniforme de escolar en una
barra de poledance. Por su puesto, mi reacción fue espontanea:

¡Qué boludez estás haciendo pelotudo, explícame ahora o te rompo el orto a patadas
ahora mismo! – Le dije al chico de forma alarmada ante lo chocante de la escena,
tratando de asimilar el cuadro que tenía ante mí. Óscar se desarmó inmediatamente,
interrumpiendo su perverso trance dejando el vaso en la mesa y deshaciéndose en
explicaciones, aunque sin perder lo frío en su expresión.

-No es lo que parece mijito, no pienses mal, se lo juro que no. El pequeño que estás
viendo no es un niño, no se le ocurra pensar mal de mí. Yo jamás haría algo así –
respondió un agitado aunque sereno chico Óscar. Esta vana explicación y su tono más
imperturbable que alarmado me molestó aún más ¿Que no es un niño, enano de mierda?
Pues yo veo un niño, ¡Pedófilo y la conchadetuhermana! , llamaré a los pacos ahora
mismo – Le respondí, ya enceguecido por lo infame de la situación y pensando que Óscar
me tomaba el pelo. De pronto, el escolar que estaba bailando en el poledance , el cual,
permanecía algo estático y con una mirada vacía tomando palco de mi salida de madres
se recobró y me miro directamente. Pude observar inmediatamente algo mecánico y
eléctrico en sus pupilas, que me hacían recordar a la comadreja que conocí en el bar de
Ramón.
- Tranquilo Rolinga, es un androide con prototipo de niño. Lo mandé a fabricar a la
factoría en donde diseñan a las comadrejas. No hay nada ilegal aquí mijito, es
puro metal, gomas y látex- Me respondió un diplomático chico Óscar.

- Mis pelotas , enano pervertido , sea o no sea de carne y huesos tenías a un niño
bailándote un poledance y no quiero ni pensar hacia donde te iba a llevar todo esto
,me das asco – Justo cuando me iba a lanzar sobre el chico Óscar, Carmen
apareció en escena y me puso su brazo encima de mi hombro .

- Detente por favor, no vale la pena, a esto me refería con que Óscar tenía gustos
algo raros . Me dio vergüenza decírtelo y no esperaba que lo descubrieras por ti
mismo de esta forma – Carmen logró calmarme un poco con estas palabras , y
decidí irme inmediatamente al living a enfriarme. Oscar me miraba con ojos
desafiantes, pero solo se limitó a guardar silencio. Carmen lo hechó
inmediatamente de la casa luego del anterior espectáculo y esa fue la última vez
que lo vi , ya que el poco tiempo que seguí trabajando en el basurero el chico no
asistió más a trabajar borrándose del mapa .Incluso hablando con el grupo de
amigos del basurero, ninguno de ellos ni de la cuadrilla tuvo antecedentes de su
paradero. Fue como dicen las viejas acá en Chile : ”Como si se lo hubiese tragado
la tierra”.

Hoy en la mañana se ha informado en el noticiero la toma del basurero por parte de un


grupo armado, volviéndose inestable la situación en la comuna de Quelicura
rumoreándose que el Dios Emperador Kast actuará con medidas radicales en la zona.
Cuando supe de esto, fue inevitable no acordarme de mis duros años viviendo en
Santiago con una adicción a cuestas y sobreviviendo más que viviendo. Por fortuna, pude
rodearme de gente positiva y que me ayudó a salir de mi kilombo, encontrándome
finalmente con Carmen , mi luz interior. Me tranquilizó saber que tanto el gitano , Juanito y
Tioté están bien y lejos del basurero , viviendo en otras ciudades al igual que yo.

Ya han pasado algunos años, y bueno, es increíble como la vida lo pone a cada uno en su
lugar…

No esperaba recordar tanto de aquellos años mientras me rehabilitaba y encontraba mi


verdad personal. Hoy me encuentro felizmente en pareja con Carmen, fuimos padres de
unos bellos gemelos, yo adopté a Ricardito y hace algunos meses que nos encontramos
residiendo en el sur de Chile, específicamente en Valdivia, viviendo una vida tradicional y
tranquila. No les negaré que tuve suerte y poco tiempo después que me mantuve
trabajando en el basurero y gracias al apoyo de Carmen , logré concretar finalmente mi
rehabilitación pudiendo volver a ejercer como arquitecto y con el tiempo, logré pertenecer
a una prestigiosa firma inmobiliaria a nivel nacional .Hoy fueron las elecciones
presidenciales y José Antonio kast fue nuevamente reelecto , venciendo a su contrincante
por la más alta mayoría que se haya registrado en los últimos 30 años de elecciones.
Paro de hacer unos planos, salgo de mi oficina y me dirijo al sillón del living a hacer un
break .Al encender el proyector me encuentro con la transmisión oficial de la celebración
de la nueva victoria presidencial del emperador, en donde una periodista lo entrevista

¿Qué opina señor emperador, de haber salido reelecto por tercera vez
consecutiva, cuál es su sensación? – Le preguntaba zalameramente la periodista.

Bueno Mónica , como tu bien sabes a Chile le sigue haciendo falta dios .Yo me
comprometo con las familias de Chile y con la ciudadanía a velar una vez más por
recuperar los valores familiares que caracterizaron al antiguo Chile de siglos
pasados. Aunque esto signifique volver a fortalecer el orden público y sitiar por
duodécima vez el país. – Respondía un conservador y siempre buen orador kast,
mientras Evelyn Matthei y Joaquín Lavín, ambos ministros de peso en su extenso
imperio, le aplaudían y levantaban las manos para arengar a la masa que
celebraba en las calles.

Señor Kast, perdón, quise decir emperador kast – Se corrigió la periodista con algo
de nerviosismo- ¿Cómo piensa solucionar la delincuencia barrial que sigue hoy
existiendo en el sector industrial?. Famosos han sido los últimos incidentes de
asesinatos ocurridos en el barrio francés y la toma del basurero por toda la
población de adictos en rehabilitación, ocasionándose un peligroso alzamiento e
instalándose el temor en la comuna de Quelicura.- Esta pregunta hecha por la
periodista no me cabe duda que estaba pauteada al igual que toda la entrevista .
Sabido era que todo el kilombo de la prensa trabajaba a favor de kast y su imperio,
dándole facilidades para que sacara a relucir su hábil oratoria y extasiara así, a las
grandes masas de fanáticos . Pan y circo una vez más.

Bueno Mónica, si no te acomoda decirme emperador no hay problema, solo dime


José – Respondió un improvisado y lúdico kast , a lo cual su comando y equipo se
carcajearon , respondiendo también con risas automáticas el resto de la audiencia.

Respondiendo a tu pregunta querida Mónica, la solución es bastante fácil. Si bien


en algún momento tuve planes de hacer el primer barrio rojo nacional en la
comuna de Quelicura , desafiando tal vez muchos de mis principios , ocurrió la
mala fortuna de que no se pudo realizar con éxito debido a otras contingencias
que atender de más importancia para el país, como los desastrosos efectos que
ha ocasionado el cambio climático en chile o el propagar los valores cristianos que
tanto nos hacían falta. Además, y desde los valores de familia que sustentan mi
gobierno fue un error acceder ante tal medida populista planteada por la oposición.
Yendo al grano, la solución que tengo para Quelicura es ejecutar mañana mismo
un plan de toque de queda a nivel comunal , en donde , nuestras fuerzas militares
capturen a los insurrectos corredores que han desestabilizado los valores de paz
que hemos logrado como gobierno . Estos muchachos, lamentablemente, no han
tenido la posibilidad de conocer el afecto de una madre y un padre y nosotros ,
como gobierno , le daremos una lección y corrección a estos pobres niños sin
rumbo. Bienvenidos nuevamente a este imperio familiar - Al terminar su discurso ,
la masa explotó en aplausos y Lavín prosiguió respondiendo a más preguntas
relacionadas al nuevo programa de gobierno , en ese momento me decidí a
apagar el proyector.

Ya había tenido muchísimo con el discurso de kast , y como ustedes imaginaran ,


me vino rápidamente a la mente mi bronca por haber tenido que romperme el orto
en el basurero para pagar mi rehabilitación. Si en algún momento simpaticé con el
dios emperador , hoy estaba lejano a eso ¿ Qué gobernante en su sano juicio
destina a ex adictos a pagar su rehabilitación y su pase a la vida civil haciendo
trabajos forzados?

Me vinieron a la mente las caras del gitano, de Tioté, de Juanito y por supuesto de
Óscar. Sentí un remordimiento grande, llegando a cuestionar seriamente mi
reacción hacia el chico cuando lo descubrí gozando con el baile de poledance que
le preparó el replicante de niño.

Después de todo y considerando los detalles de la escena ¿Que mierda me


importaba como disfrutaba sus kilombos el chico Óscar? – Mientras me acercaba
al bar esquinado que siempre quise tener y finalmente pude comprar con mi paga
de arquitecto, me prepara un whisky en las rocas y el reflejo del espejo me hizo
autoanalizarme – Asomaban mis primeras canas, había cambiado radicalmente
mis hábitos alimenticios por una dieta más higienista y cuidada, y comenzaba a
vestirme bien, de forma sofisticada – Que ridículo me veía, pensé para mis
adentros. Ridículo, y viviendo una vida burguesa, acercándome quizás a poseer
algunos de los valores del hijodeputa de Kast.

Finalmente me acomodé en un sillón cercano a una gran chimenea que mandé a


instalar hace poco , estando en compañía de mi perro .Acabo de colocar una lista
de música programada, y está sonando un rolón de Héroes del Silencio titulado
”Maldito Duende”.

Cierro los ojos y dejo correr la sinestesia, vienen algunas imágenes, se mezclan
otras y me relajo con las guitarras que inician la canción .Y sí, mi encuentro con el
Chico Oscar fue como una invitación a soñar, a soñar con mi propia realización
enseñándome que no es justo arrepentirme de lo de ayer, entendiendo que las
estrellas ahora me iluminan y me sirven de guía, sintiéndome tan fuerte que nadie
me puede tocar. Ni un puto imperio, ni un puto emperador. Siento un impulso, y
me recobro de la imaginería:

¡Las pelotas! Cuanto le debía al chico Óscar. Mi cruce con él fue en realidad el
comienzo de todo, el fin de mi adicción, mi encuentro en el amor con Carmen. Fue
como un enano de esos que te esperan al final de un arcoíris y que con una olla
repleta de monedas de oro te premian a tener suerte de por vida. Ni el mismo kast
sería capaz de reconocer el valor en el chico, ni mucho menos su generosidad y
particularidad. De pronto imagino al chico corriendo de block en block , preparando
seguramente algunas barricadas en la plaza de Quelicura para luego volver a la
toma del basurero a reunirse con sus corredores que tanto lo admiraban, para
continuar la revolución contra el imperio y despertar una mañana más esquivando
balas y prejuicios ,entre Parinacota y Socoroma.

-15 de Junio, Valdivia, 2034-

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