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¿Qué es Socialismo y capitalismo?

El socialismo y el capitalismo son dos sistemas sociales, políticos y


económicos de relación antagónica en cuanto al manejo de los bienes y los
mecanismos de producción en una sociedad.

Ambos términos son de uso común en los debates sociales y políticos


contemporáneos, y representan popularmente los dos modelos contrapuestos
de dirección de las sociedades: uno centrado en la acumulación de capitales
(capitalismo) y el otro en la conducción social de la producción (socialismo).

La pugna entre estos dos modelos deriva de los tiempos de la Guerra Fría,
en que se opusieron dos bloques políticos y económicos en el mundo: el
comunista, orquestado por la U.R.S.S. y el capitalista, por E.E.U.U y los países
aliados (Francia, Inglaterra).

Fuente: https://www.caracteristicas.co/socialismo-y-
capitalismo/#ixzz64VQFVw69
1. Orígenes

El socialismo se origina en el contexto de la Revolución Francesa.

El capitalismo como sistema de organización socioeconómico nació en la


Europa del siglo XVI, en el marco del surgimiento del mercantilismo y el
reemplazo de la antigua aristocracia feudal por la burguesía.

El socialismo se origina en el contexto de la Revolución Francesa, con el


pensador francés Francois Babeuf, y tendrá distintas acepciones y
transformaciones a lo largo de los siglos: el socialismo utópico inglés, primero
en considerar al proletariado como una clase social independiente, y el
filosófico, heredero del humanismo francés.

2. Conceptos
En el capitalismo, las clases pudientes controlan los medios de producción.

El capitalismo es un sistema de ordenamiento de la producción de


bienes en el cual las clases pudientes controlan los medios de producción y se
benefician de la plusvalía generada por los trabajadores, es decir, controlan el
excedente una vez cubiertos los costos de producción, acumulando la riqueza
monetaria para reinvertir en diversas maneras.

El socialismo es un modelo que socializa el control de los medios


de producción, entregándole buena parte de los mismos (si no toda) a los
propios trabajadores para que el reparto de las riquezas sea equitativo entre los
involucrados y no se produzca la “explotación del hombre por el hombre”, como
la llamó Carlos Marx.

3. Diferencias entre capitalismo y socialismo

Las diferencias fundamentales entre capitalismo y socialismo tienen que ver


con la propiedad privada: en el capitalismo el modelo de propiedad
privada permite que el dueño de los medios de producción concentre la
plusvalía, mientras que el socialismo propone una propiedad social o estatal que
tenga el cometido de satisfacer las necesidades de los trabajadores antes que
generar riqueza.

4. Tipos de capitalismo

El mercantilismo va de la mano con el imperialismo y los intereses del Estado.

Existen muchas formas de capitalismo, desarrolladas a lo largo de los años en


que este sistema se ha mantenido en vigencia. Podemos hablar de,
fundamentalmente:

 Mercantilismo. Una forma de capitalismo temprano y nacionalista,


surgida en el siglo XVI y que va de la mano con el imperialismo y los
intereses del Estado.
 Libre mercado. También llamado “laissez faire” (del francés “dejar
hacer”) es un sistema capitalista de mínima intervención estatal, en el que
la oferta y la demanda regulan las características de la economía.
 Economía social de mercado. Semejante al de libre mercado, pero con
mínimas intervenciones estatales para brindar servicios básicos
protegidos a la población, manteniendo sin embargo la mayor parte de
las empresas como propiedad privada.
 Capitalismo corporativo. Forma de capitalismo en que las empresas y
los grandes capitales corporativos trasnacionales ejercen el dominio
económico, manejando el Estado a favor de su crecimiento.
 Economía mixta. Una suerte de capitalismo intermedio, que cree en la
propiedad privada y en la autorregulación del mercado, pero corrige los
posibles “fallos” del mismo a través de políticas de protección pública.

5. Tipos de socialismo

Del mismo modo, en sus numerosos intentos de aplicación, se han teorizado


varios tipos de socialismo:

 Socialismo utópico. La primera corriente socialista surgida en el siglo


XVIII y XIX en Europa, surge como alternativa a las terribles
condiciones de trabajo y vida a que el socialismo de la época sometía a
los trabajadores urbanos y a los campesinos.
 Socialismo científico. Con este nombre distinguió Carlos Marx sus
propuestas elaboradas junto a Friedrich Engels, del resto de las doctrinas
socialistas de la época. Se llama así porque propuso el materialismo
histórico como una doctrina de estudio “científico” de las sociedades.
 Socialismo democrático. También llamado “socialdemocracia”,
persigue la construcción democrática de un sistema más justo, que logre
reformar paulatinamente los mecanismos políticos y socioeconómicos.
 Socialismo cristiano. Un intento por imponer el socialismo desde
la religión cristiana y sus valores morales. Muchos afirman que desde las
épocas primeras del cristianismo, ya esta ideología se profesaba.

6. Políticas
El socialismo muchas veces ha conducido a dictaduras.

 Capitalismo. Ha demostrado una enorme adaptabilidad a los más


diversos regímenes políticos y de organización social, si bien las
democracias liberales parecen ser los escenarios ideales para su
realización plena y su mayor generación de riquezas.
 Socialismo. Tiende hacia la centralización del poder económico, social y
político en modelos unipartidistas, que puedan tomar las
decisiones pertinentes y mantener la estabilidad del sistema. Esto ha
conducido a menudo a dictaduras y regímenes autoritarios.

7. Críticas

Ambos sistemas han sido objeto de numerosas críticas de sus detractores.

 El capitalismo ha demostrado no ser un modelo naturalmente justo, ni


mucho menos, de manejo de riquezas: ha ocasionado no sólo enormes
desigualdades sociales, márgenes de pobreza y por lo tanto de violencia
y de miseria urbanas y rurales, sino además daños ecológicos sostenidos.
 Al socialismo se le reprocha su tendencia hacia el autoritarismo, su
capacidad para abandonar la democracia en la persecución de
la justicia social y económica, tanto como su manejo económico que
tiende al reparto y la redistribución más que a la generación de riquezas.

8. Modelo de sociedad

Según Karl Marx la construcción de clases crea luchas de ascenso a la riqueza.

El capitalismo construye sociedades de clases, que Carlos Marx definió como


en una perenne “lucha de clases”, en la que los sectores inferiores aspiran al
ascenso y los superiores intentan impedírselo para no perder sus privilegios
obtenidos.

El socialismo, en cambio, persigue una sociedad sin clases sociales, en la que


el reparto sea equitativo y no existan sectores privilegiados.

Puede servirte: Marxismo.


9. Economía

El socialismo se apega a la planificación y control de la economía.

Las economías del socialismo y capitalismo operan, en teoría, de manera


muy distinta, ya que el primer modelo se apega a la planificación y control de
la economía, mientras que la segunda permite el “libre” ocurrir de la economía,
basándose en la oferta y la demanda para su autorregulación.

10. Comunismo

En teoría, el socialismo sería un régimen de transición hacia el comunismo: una


verdadera sociedad de justicia económica y social y equitativa repartición
de la riqueza. Pero hasta ahora no existe evidencia de la posibilidad real de
alcanzar dicho sistema.

Fuente: https://www.caracteristicas.co/socialismo-y-
capitalismo/#ixzz64VbIM9LM
1.- El capitalismo es cooperación
Muchas veces se ataca al capitalismo porque, claman, es una descarnada
competencia, una especie de lucha física como las típicas del mundo animal.
Nada más lejos de la realidad. El capitalismo es en realidad una competencia
cooperativa o, dicho de otro modo, una competencia por ser más eficaz en la
cooperación. Cuanto más sirves a los demás, más triunfas en el capitalismo
liberal. Es lo que generalmente se ha denominado la soberanía del consumidor
como característica inequívoca del libre mercado. En última instancia, todos
somos consumidores. El socialismo sin embargo niega y prohíbe tal
cooperación. Imponiendo desde arriba las decisiones políticas de turno, no
permite que los individuos lleguen libremente a acuerdos voluntarios entre sí.
Preferir la cooperación a la imposición es preferir el capitalismo.
2.- El capitalismo es optimismo
Creer en el capitalismo es creer en el mundo de las oportunidades. Es creer
que se puede hallar en casi todo horizonte posibilidades de creación, de
expansión, de construir y elevar los estándares de vida y la condición humana
misma. Es creer que el Universo nos puede ofrecer ilimitadas fuentes de
progreso y avance, que los recursos no están dados porque esos ‘mismos
recursos’ pueden reordenarse y reinventarse para conseguir cosas mejores,
más rápidas, más potentes y más deslumbrantes hoy que ayer y mañana que
hoy.
3.- El capitalismo es creer en la gente
El manido concepto de ‘pueblo’ por el socialismo sólo adquiere verdadero
significado, sentido y poder en el marco del capitalismo de libre mercado. El
capitalismo cree que somos nosotros todos y cada uno de los individuos los
que debemos tomar las decisiones, pues el llamado mercado no es más que la
red de las constantes decisiones de todos los miembros de la sociedad. El
socialismo sin embargo cree que el hombre común no es quién para tomar
decisiones y que debe delegarlas en una burocracia. De ahí que con lógica el
socialismo sea una ideología de arrogancia y desprecio a esa gente, ese
pueblo.
4.- El capitalismo protege el planeta
Ninguna catástrofe ambiental es mayor que la que han producido los
regímenes comunistas en el planeta. Las estadísticas muestran una clara
correlación entre el bienestar socio-económico y las mejores condiciones
ambientales. No hay que olvidar que una de las bases del respeto y el
capitalismo es la propiedad privada. La llamada Tragedia de los comunes,
donde todo es de todos, explica por qué la propiedad común es
ambientalmente mucho más desastrosa siempre que la privatización. Nadie
tiene incentivos para cuidar algo que no es suyo. El capitalismo es enemigo de
la polución.
5.- El capitalismo es un antídoto contra las guerras
Que en la era del capitalismo se han reducido las guerras en comparación con
eras anteriores es un hecho. También hay que advertir que es mucho más
probable que los países menos liberales y capitalistas se enfrenten entre sí que
los que no lo son. Australia no declararía la guerra a Nueva Zelanda ni
Holanda a Alemania. Ya decía Frédéric Bastiat que donde no cruzaran las
fronteras los bienes lo harían los soldados. Un sistema de cooperación como el
capitalismo es el revulsivo perfecto de un sistema de violencia. A diferencia
del socialismo cuya base es la violencia del poder político sobre la sociedad.

EN UN mundo rodeado de pobreza y opresión y desbastado por la guerra TODD


CHRETIEN nos explica por qué debemos tomar parte en la lucha por una nueva
sociedad.

Todd es integrante de la Organización Socialista internacional (ISO) y fue


candidato en el a_o 2006 al senado de los EE UU por el partido Verde en el
estado de California.

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SI UD. está leyendo este artículo, es más que probable que piense que el mundo
está patas para arriba.

No le entra en la cabeza que Bush sea presidente, y es más, seguro que habrá
comprado uno de esos calendarios que cuentan por lo que falta para que se vaya
(511 días, 510 días, 509 días, etc.).

Estará tocando madera, haciendo tripas corazón o cruzando los dedos de que no
sea tan torpe de atacar a Irán. También sabe ahora que ni aun borracho debe
apostar por dinero a que Bush no hará cosas estúpidas. Lo primero que le viene
a la mente cuando ve una foto de Bush seguro que rima con hijo de su madre.

Quienquiera que sea elegido nuevo presidente Ud está casi seguro que peor que
Bush, imposible, A estas alturas tiene una sensación amarga en el estómago, las
posibilidades de que cambien las prioridades del sistema que lo tiene a mal traer
son escasas.
Si tuviera que hacer una lista de los problemas más importantes que aquejan al
mundo, no sabría en que orden colocarlos pero sí cuales incluiría en el paquete:
la ocupación de Irak, el recalentamiento del planeta, los 2 millones de presos en
la cárceles de EE UU, el tratamiento desigual hacia las mujeres, las redadas
contra las familias de inmigrantes, los 47 millones de personas sin cobertura
médica, el gran capital empresario desbocado.

Lo peor de todo es sentir que algo se debería hacer para cambiar este desastre,
pero la tarea pareciera tan abrumadora, que resulta difícil imaginar un resultado
positivo.

Pero tranquilo, ud no está solo, millones de personas sienten lo mismo.

Lo bueno es que Bush y sus compinches andan a la deriva, y la marea


republicana que nos inundó después de la caída de las torres, el 11 de
septiembre, está cediendo. Cualquier encuesta seria nos muestra que decenas de
millones de norteamericanos se inclinan hacia la izquierda en sus opiniones
sobre Irak, cuidado de la salud, derecho al aborto, proteger al medio ambiente
y derechos sindicales. Hoy por hoy ser un ejecutivo de gran empresa (CEO) o
integrante del gabinete de Bush es considerado una cochinada.

Por otro lado, lo malo, es que los ricos y poderosos controlan aun los medios de
comunicación, hacen y deshacen con sus dineros la "democracia
norteamericana", han equipado enormes ejércitos de policías, aumentado la
prisiones y pisoteado las libertades y derechos civiles.

Hay una pregunta que salta de inmediato: ¿Qué podemos hacer al respecto?
Veamos algunas ideas con las que podemos comenzar.

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El capitalismo no siempre existió

La mayor parte del tiempo desde que el ser humano trasciende la naturaleza,
digamos unos 100.000 años, el hombre ha vivido en pequeñas y pacíficas
comunidades, en donde la cooperación, mutua dependencia y colaboración
fueron la base de subsistencia.

Digamos que es solo a partir de los últimos 5.000 años que el desarrollo
tecnológico permitió que hubiera sobrantes de alimentos y otros productos más
allá de las necesidades inmediatas. Primero fue la domesticación de animales y
la agricultura, luego la industria y hoy en día las computadoras. Esta
sobreproducción o excedente hizo posible que una pequeña minoría empezara
a vivir a costa del trabajo de otros.

A fin de mantener sus privilegios, de no trabajar y disfrutar de la riqueza creada


por otros, empezaron por crear cuerpos policiales de uno y otro tipo. Ya se con
los esclavos de Grecia y la antigua Roma, los plebeyos aztecas, los siervos de
Europa o los actuales trabajadores asalariados, es decir desde la aparición de la
sociedad de clases, ha habido ricos y pobres o mejor dicho, es que hay ricos
porque otros son pobres.

El capitalismo que empezó a desarrollarse en algunas comarcas de Europa hace


unos quinientos años y solo en forma reciente terminó de borrar del planeta todo
vestigio de antiguas sociedades autóctonas en donde existía la cooperación, no
se diferencia del Imperio Romano, en donde los que trabajaban eran pobres y
los que no, ricos. Julio César se sentiría muy a gusto si integraría el Senado
norteamericano: en pocas palabras "como en casa".

Sin embargo, el capitalismo es diferente. La despiadada competencia entre los


ricos ha posibilitado avances tecnológicos nunca vistos, a niveles inimaginables
en los primeros tiempos. Hoy en día cualquier multinacional controla más
riqueza que el más rico de los faraones egipcios o emperador de la China.

De hecho, el capitalismo a creado tanta riqueza que no habría necesidad ni razón


para que alguien en la tierra no tenga suficiente alimento, alojamiento,
educación, asistencia sanitaria y satisfacción y plenitud en la vida.

Esto no era así ni siquiera hace cien años. Antes las hambrunas y las plagas se
debían a que la agricultura era incapaz de producir suficientes alimentos si las
condiciones climáticas eran perjudiciales durante uno o dos años. Las medicinas
y los remedios no habían alcanzado el grado de desarrollo suficiente para
permitir curar las enfermedades.

En la actualidad, las hambrunas y las plagas son causadas por los monopolios
de la agroindustria y el gobierno norteamericano al acaparar alimentos o al
subsidiar a los agricultores para que no siembren con el objeto de mantener alta
las ganancias y los precios. Es para no creer que fortunas del orden de los 10.000
millones de lo que pagamos en impuestos sean usados todos los años a fin de
sostener el precio de la leche, aun cuando en 20% de los niños norteamericanos
viven bajo el nivel de pobreza.
Lo mismo ocurre con los laboratorios farmacéuticos. Un ejemplo: Los remedios
contra el SIDA no son perfectos pero aun así pueden mejorar la calidad de vida
de los infectados por el VIH, además de prevenir la propagación del virus. Sin
embargo las grandes corporaciones farmacéuticas norteamericanas insisten en
cobrar miles de dólares anuales por paciente por esas drogas imprescindibles.

¿Porqué? Lucro.

El gobierno brasilero a demostrado que se pueden fabricar las mismas drogas


por solo el 10% del precio de lo que cobran las compañías estadounidenses.
Estas compañías se amparan en leyes internacionales de "propiedad privada" y
de "derechos de patentes" para que estas drogas de precio accesible no
sean comercializadas en los mercados mundiales.

Todos los años las Naciones Unidas informan que alrededor de 6 millones de
niños menores de 5 años mueren debido a la desnutrición o enfermedades
fáciles de prevenir, en la mayoría de los casos debido a la proliferación de aguas
contaminadas. En otras palabras, cada año, el capitalismo es responsable de la
magnitud de un Holocausto en razón de su codicia y negligencia.

Y todo perfectamente legal. Bush podrá ser torpe como una mula, pero por lo
general los grandes capitalistas y sus personeros han desarrollado numerosas
artimañas para proteger sus puestos.

El racismo, sexismo, la discriminación contra los homosexuales y los


inmigrantes, son una muestra del arsenal a su disposición. Los medios y los
políticos del sistema apoyan estas ideas a más no poder.

Cuando estaba por comenzar la invasión a Irak, la mayoría de la opinión pública


se oponía a la guerra. A fin de empezarla, Bush y sus secuaces republicanos
como así también los más prominentes demócratas, lado a lado con Fox News
y aun el New York Times, tuvieron que inventar y repetir a cara de piedra, una
y otra vez, mentiras que ud recordará: armamentos de destrucción masiva;
Saddam y la supuesta conexión con al-Qaeda; los musulmanes son irracionales,
etc. Igual que en el libro escrito por Jorge Orwell, 1984 transformaron la mentira
en verdad.

Vea como ahora los medios se ensañan con la película Sicko de Michael Moore.
La CNN está trasmitiendo un informe en el que ataca a la película de Moore
diciendo que es pura propaganda, a la vez que acepta millones de dólares en
concepto de publicidad de las mismas compañías de seguros médicos (HMO)
que el film critica. Una joyita de "periodismo objetivo".

Utilizan la misma táctica para fomentar el sexismo, la homofobia y el racismo.


Lamentablemente muy a menudo se salen con la suya en eso de dividir a dos
para conquistar a cada uno, según palabras del abolicionista afro-
norteamericano Fredrick Douglas.

En síntesis, los poderosos tratan de convencer a la gente para que odie a


cualquier semejante de distinto grupo étnico al suyo, para que degrade a la
mujer, para que culpe a los inmigrantes por la falta de trabajo y buenas
oportunidades, y desviar así la atención y que no señalemos a los verdaderos
culpables que nos explotan y oprimen a todos nosotros.

El capitalismo es fundamentalmente un sistema injusto que pone el lucho por


encima de la gente.

Ud se sorprenderá al saber que muchas personas están perfectamente al


corriente de esto, esa es la razón por la cual esta élite tiene que emplear tanto
tiempo y esfuerzo en tratar que nuestras mentes se ocupen de otra cosa.

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