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Tema
El Inculpado
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sabias cátedras que nos brinda.
INDICE
DEDICATORIA ………………………………............................2
INTRODUCCION ……………………………………………… 4
INCULPADO …………………………………………………..9
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EL INCULPADO
I. INTRODUCCION
revisión de los términos usados para identificar a los sujetos pasivos del proceso penal
connotación peyorativa que socialmente tiende a considerar que quien forma parte del
proceso como imputado o inculpado posee un cierto grado de culpabilidad que, con el
objeto de examen.
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EN EL ÁMBITO PENAL
Los otros vocablos que designan a esa misma persona en el proceso penal tienen un
significado más preciso y lo identifican con una concreta posición en cada uno de los
períodos en que va discurriendo el procedimiento. La utilización de cada uno suele
coincidir temporalmente con el transcurso de la fase del proceso a que se asigna.
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participación en el hecho aparentemente delictivo apuntan hacia su persona, le atribuyen
su comisión indiciariamente, de manera que las autoridades encargadas de investigarlo,
ya sean policiales o judiciales, son quienes se lo atribuyen. Esa denominación, junta a la
de “encausado”, se mantiene indistintamente durante toda la sustanciación del proceso,
al menos, hasta que se abre el juicio oral y pasa a ser "acusado", por haberse formulado
escrito de acusación contra él.
"Procesado", otra de las designaciones que se aplica al implicado en el juicio penal tiene
un sentido más preciso, pues se aplica a aquel contra el que se dirige formalmente el
proceso al haberse confirmado los indicios racionales de criminalidad que determinan
que se haya dictado auto de procesamiento. Precisamente desde que se dicta ese auto se
adquiere la condición de "procesado". Esa denominación se diferencia de la anterior en
que no designa al implicado indefinido en el proceso, sino que designa al que ha
adquirido un carácter especial que le otorga su naturaleza de "procesado". Otra
diferencia característica de esta denominación es que remite hacia un procedimiento
penal determinado, el ordinario, y a la fase de instrucción del mismo, el sumario, pues
únicamente en esta clase y fase del procedimiento se puede dictar el auto de
procesamiento y adquirir el imputado la condición de procesado. En este procedimiento
de sumario ordinario, el "investigado" se convierte en "procesado" desde que se dicta el
auto de procesamiento, adquiriendo un status de mayor garantismo de sus derechos.
Por último, el "acusado", otra de las denominaciones que se emplean para designar al
presunto culpable en el curso del procedimiento, también tiene un significado
específico, pues remite hacia la fase final del proceso, la preparatoria y de celebración
del juicio oral, cuando las partes acusadoras han formulado sus escritos provisionales de
acusación y han dirigido la acción penal contra una persona determinada, que, desde ese
momento, pasa a ser "acusado". Hasta el momento en que se formula acusación, no se le
llama con tal nombre.
También se usan otras expresiones para designar al presunto autor del hecho punible,
como es la de "reo", que aunque tiene un significado más generalizador que las
anteriores, suele aplicarse a la situación del sujeto a que se refiere en la fase del juicio
oral o de ejecución de sentencia, teniendo una mayor similitud
con "acusado" o "penado", que con las restantes que se han mencionado anteriormente.
Ese significado tan genérico puede haber influido en que haya caído en cierto desuso,
siendo cada vez menos utilizado en el lenguaje jurídico del proceso penal, donde se
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sustituye por los demás términos que ofrecen un significado más concreto a cada fase y
posición del implicado en el curso del proceso.
EN EL RÉGIMEN DISCIPLINARIO
Hay una diferencia sustancial entre ambas esferas, pues mientras en la administrativa o
disciplinaria predomina el término genérico, en la penal, prevalecen las denominaciones
específicas en detrimento de aquella denominación generalizadora y menos
comprensiva de las condiciones específicas en que se encuentra el "inculpado" en las
distintas fases o períodos del proceso.
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II. COBERTURA LEGAL
La propia imprecisión del término se aprecia en el empleo del mismo por nuestras leyes penales,
que lo aplican sin orden, ni concierto, en sustitución de cualquiera de los otros más concretos,
como si se tratara de una denominación genérica semejante a cualquiera de ellos.
Y debido a esa ambigüedad técnica, las diferentes reformas de nuestras leyes procesales tienden
a prescindir de su uso, utilizando en su lugar las expresiones más apropiadas para designar a
aquel contra quien se dirige el proceso en cada uno de sus períodos, máxime cuando en la
última reforma se tiende a dar una nueva nomenclatura a los
términos “investigado” y “encausado”. Esta es la tendencia que se desprende claramente de las
últimas reformas de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, en cuyos artículos 503 y 504 LECrim,
se prescinde de llamar "inculpado" al destinatario de la medida, sustituyendo esa denominación
en los nuevos textos por otra más actualizada.
No obstante, son varios los preceptos legales que siguen hablando del "inculpado", aunque
muestran la confusión entre los vocablos se manifiesta en diversos preceptos de la legislación.
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La utilidad que comporta el uso del término por su carácter omnicomprensivo, que abarca todo
el espectro terminológico de denominaciones del presunto responsable de un hecho delictivo, ha
dado lugar a que se emplee, casi con exclusividad, en la normativa reguladora del proceso en la
gran mayoría de los países de habla hispana de Suramérica.
Al tratarse de una denominación genérica, que comprende todos los vocablos que designan a
aquel contra se dirige el proceso penal, todas las medidas y derechos que garantizan su posición
en el procedimiento y su derecho de defensa le resultan aplicables. El efecto esencial de su
nueva situación es la de estar amparado por el conjunto derechos y garantías que enumera
el artículo 24 de la Constitución Española.
En relación con su status personal de sometido a un proceso penal destaca el deber de los
organismos públicos de garantizar el ejercicio de sus derechos, que se traduce en que se le dé
conocimiento de los hechos que se le atribuyen y de las circunstancias personales y objetivas
concurrentes en los mismos.
Y llegado el punto culminante del proceso, el juicio oral, que su celebración se acomode a los
principios rectores del mismo, con exquisito respeto de la publicidad, contradicción,
inmediación y oralidad, sin detrimento u obstaculización del derecho de defensa.
Los derechos que le concede la ley por su condición de inculpado merecen todo el respeto de los
operadores jurídicos, porque en tanto ostente esa condición, está amparado por el principio
constitucional de presunción de inocencia
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IV. CUÁNDO SE ADQUIERE LA CONDICIÓN DE
INCULPADO
Desde el momento en que se dirige el procedimiento contra alguien determinado, se convierte
en inculpado.
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V. EXTINCIÓN DE LA CONDICIÓN DE INCULPADO
Esa condición derivada de su sometimiento al proceso sancionador puede cesar por dos
circunstancias diferenciadas:
la designación de inculpado.
comprensiva que estas otras, que tienen un sentido más particularista, aunque no sea
infracción.
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