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La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que tiene como

característica principal que la persona se dé atracones de comida recurrentes


seguidos de conductas compensatorias inapropiadas para controlar el peso
(vómitos autoinducidos, uso excesivo de laxantes y enemas, diuréticos, estar en
ayunas, hacer ejercicio de manera compulsiva, etc.), tener la sensación de perder
el control respecto a la ingesta de alimentos (no poder controlar la cantidad o el
tipo de comida que se está ingiriendo) y una preocupación extrema por la silueta y
el peso corporal. Esta enfermedad comienza cuando la persona decide adelgazar
debido a la insatisfacción que siente con su cuerpo. En la mayoría de los casos
inicia una dieta y no obtiene los resultados deseados y el vómito se le presenta
como una idea perfecta para comer sin engordar. La bulimia nerviosa afecta más a
mujeres que a hombres e inicia generalmente al final de la adolescencia o al
principio de la edad adulta.

Existen dos tipos de bulimia nerviosa

Purgativa: La persona utiliza como método compensatorio la provocación del


vómito, el uso excesivo de laxantes, diuréticos o enemas.

No purgativa: La persona recurre a métodos compensatorios como el ejercicio


físico intenso o el ayuno pero no se provoca el vómito ni utiliza en exceso
diuréticos, laxantes o enemas.

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de bulimia se incluyen los
siguientes:

Biológicas. Por un lado, numerosos estudios científicos localizan genéticamente


el trastorno en el cromosoma 10 de las personas afectadas, con una alteración en
los niveles o en la actividad de sustancias neurotransmisoras en ellas (serotonina,
noradrenalina, dopamina). Por otro lado, suele haber una susceptibilidad en estos
enfermos demostrada seguramente a través de otros casos familiares o
circunstancias determinadas en su ambiente personal. Las personas con
familiares de primer grado (hermanos, padres o hijos) con un trastorno alimenticio
pueden ser más propensas a desarrollar un trastorno alimenticio, lo que indica un
vínculo genético posible. Tener sobrepeso durante la niñez o la adolescencia
puede aumentar el riesgo.

Problemas psicológicos y emocionales. Los problemas psicológicos y


emocionales, como la depresión, los trastornos de ansiedad o el consumo de
sustancias, una baja autoestima puede conducir a una excesiva preocupación por
el aspecto físico, lo que lleva a realizar dietas restrictivas que están
estrechamente ligados a los trastornos alimenticios. Las personas con bulimia
pueden tener sentimientos negativos sobre ellas mismas. En algunos casos, los
eventos traumáticos y el estrés ambiental pueden ser factores que contribuyen a la
enfermedad.

Dietas. Las personas que siguen dietas que no siempre producen los resultados
deseados, alternadas con episodios de consumo incontrolado de comida, que
provocan un desequilibrio metabólico. Suelen tener sentimientos de culpabilidad
a consecuencia del atracón, y su preocupación por engordar genera otras
conductas como el vómito autoinducido y el abuso de laxantes. Muchas personas
con bulimia restringen de forma grave las calorías entre episodios de atracones, lo
cual puede desencadenar en una necesidad de comer compulsivamente otra vez y
luego purgarse. Otros desencadenantes para los atracones incluyen estrés, una
mala autoimagen corporal, alimentos y aburrimiento.

Estereotipos sociales: la persona puede sentirse también presionado por los


patrones de belleza considerados ideales por la sociedad, y por la necesidad de
ser delgado y atractivo para sentirse aceptado. Experiencias de rechazo social o
un fracaso sentimental pueden hacerle creer que perder peso es un requisito
indispensable para tener éxito.

Cambios en la vida: Provocan que la enfermedad se desencadene en un


momento determinado o ante cierto tipo de circunstancias que pueden tornarse
estresantes. Entre estos factores se encuentran los siguientes:

 Los cambios propios de la pubertad


 Una enfermedad somática previa
 Recibir comentarios negativos de parte de familia y/o amigos debido al
incremento de peso
 Experiencias vitales importantes, como: cambio de residencia, separación
de los padres, muerte de un ser querido, nacimiento de un hermano(a), etc.
 Las primeras experiencias sexuales

Influencia cultural: es el desencadenante principal de los trastornos alimenticios,


la influencia cultural del modelo actual de belleza, de extrema delgadez, en la
actualidad se ha establecido como ideal de belleza, el cual se ha convertido en
una meta que es necesaria alcanzar, incluso aunque esta sea prácticamente
imposible para la mayoría de las personas, lo cual es difundido a través de los
medios de comunicación, que incita a comenzar con las dietas adelgazantes.
Consecuencias de salud de la Bulimia Nerviosa

Los ciclos recurrentes de atracones y purgaciones de la bulimia pueden afectar


todo el sistema digestivo y llevar a un desbalance químico y electrolítico en el
cuerpo que puede afectar las funciones del corazón y otros órganos principales.
Algunas de las consecuencias médicas de la bulimia incluyen:

 Desbalance electrolítico que puede llevar a latidos cardíacos irregulares y


posible falla cardíaca y muerte.
 El desbalance electrolítico es causado por deshidratación y pérdida de
potasio, sodio y cloro por parte del cuerpo por resultado de las purgaciones.
 Ruptura gástrica potencial durante los períodos de atracón.
 Inflamación y posible ruptura del esófago debido al vómito frecuente.
 Caries dentales y destrucción de los dientes debido al contacto con los
ácidos estomacales durante el vómito frecuente.
 Movimientos intestinales irregulares y constipación crónica como resultado
del abuso de laxantes.
 Úlceras pépticas y pancreatitis.

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