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Génesis y

morfología
del suelo

Clima y suelo
Factores Formadores de
Suelo
Génesis y morfología de los suelos
La superficie de la Tierra constituye, con sus 149 millones de kilómetros
cuadrados el 29 % de la superficie del planeta, que en total alcanza los 510
millones kilómetros cuadrados principalmente cubiertos por agua.

La palabra suelo tiene sus orígenes en la palabra latina "solum" de igual


significado, el Solum es considerado como la parte del perfil que debe su
desarrollo a los factores formadores de suelo (incluye horizontes de
eluviación e iluviación) y a otras formaciones. No incluye así, al horizonte C
ya que se asemeja al material originario, es decir, horizontes poco
edafizados.
Dentro de los diversos recursos naturales, el suelo es sin duda uno de los
más importantes, por ello la necesidad de preservar y mantener su
productividad, desarrollando prácticas agrícolas adecuadas y de ese modo
lograr que se establezca un equilibrio entre la producción de alimentos y el
incremento del índice demográfico (De la Fuente Silva, 2006).

Así como el aire y el agua son importantes para la vida, el suelo es el tercer
factor destacado. Si es utilizado de manera eficaz y eficiente, pensando en
su sustentabilidad, puede ser considerado como un recurso renovable.
Funciona como un elemento de enlace entre los factores bióticos y
abióticos y se le considera como principal hábitat para el desarrollo de las
plantas. La producción agropecuaria es posible gracias al soporte y aporte
que brinda el suelo, por lo que es necesario comprender las características
físicas y químicas que posee para propiciar la productividad y el equilibrio
ambiental (sustentabilidad). (De la Fuente Silva, 2006).

Los suelos se encuentran formados por la combinación e interacción de


cinco factores: el material originario, el clima, el relieve, el factor biótico
(flora y fauna) y el factor humano. A su vez, cuatro principales elementos

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los componen y poseen una composición volumétrica de: materia mineral
45%, materia orgánica, agua 25 % y aire 25%. (Gráfico 1).

Gráfico 1 Componentes volumétricos del suelo

Dentro de los constituyentes minerales (inorgánicos) de los suelos


normalmente encontramos pequeños fragmentos de roca y minerales de
varios tipos, siendo los más importantes las partículas inorgánicas de grava,
arena, limo y arcilla.

En lo que refiere a la materia orgánica del suelo, ésta se forma por la


acumulación de las plantas destruidas y resintetizadas parcialmente y de
los residuos animales. Se puede dividir a la materia orgánica del suelo en
dos grandes grupos (De la Fuente Silva, 2006):

 Aquellos tejidos originales junto con sus equivalentes que se


encuentran más o menos descompuestos.

 El humus, considerado como el producto final de la descomposición


de la materia orgánica.

Para el suelo, el contenido de agua es una característica esencial, ya que


por un lado es retenida dentro de los poros con grados variables de
intensidad, según la cantidad de agua presente, y por otro junto, con sus
sales disueltas el agua del suelo forma la llamada solución del suelo,
esencial para abastecer de nutrientes a las plantas que en él se desarrollan.

En lo que refiere al aire del suelo, decimos que no es continuo y que se


ubica en los poros separados por los sólidos. Tiene generalmente una
humedad más alta que la encontrada en la atmósfera. Si la humedad
relativa es la óptima está próxima a 100%. En lo que refiere al contenido de
anhídrido carbónico es, por lo general, más alto y el del oxígeno más bajo
que los de la atmósfera.

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La actividad del suelo se encuentra en la arcilla y el humus; estos dos
constituyentes existen en el llamado estado coloidal. Controlan las
propiedades químicas y físicas, las que actúan como centros de actividad a
cuyo alrededor ocurren reacciones químicas y cambios nutritivos.

El suelo como medio natural para el crecimiento de las plantas terrestres,


cubre la tierra como un continuo, excepto en pendientes rocosas, en
regiones permanentemente heladas, en playas muy salinas y donde quiera
que haya desaparecido está cubierta.
El suelo, considerado como “individuo” de este continuo, es un
componente tridimensional y dinámico del paisaje, que sostiene plantas y
posee una combinación única de características internas y externas. Existen
muchas clases de individuo – suelo, tantas como combinaciones
significativas entre los factores pedógenicos haya.

El clima, a una escala global, es el factor determinante en la formación del


suelo, puesto que la composición química de las rocas silíceas es bastante
parecida, es el que rige la intensidad de la alteración y la redistribución de
los elementos liberados, ya que actúa de vehículo para el transporte de los
elementos.

A escala regional o local encontramos, por el contrario, que las variaciones


climáticas se atenúan y es el material original el que funciona como factor
condicionante del tipo y comportamiento del suelo, con fuerte incidencia
de la vegetación inducida y los efectos producidos por las modificaciones
del relieve, aunque el efecto de éste se manifieste a escala local.

El factor tiempo influye en gran medida en la formación, existiendo suelos


más jóvenes, maduros y viejos. Consideramos al principio del tiempo como
aquel momento en que una superficie se ve estabilizada; es una función
independiente de la edad geológica del material original. La estabilización
de la superficie se rige por la geomorfología aunque ésta, en cierto modo,
está influida por el suelo y la vegetación que se encuentra posibilita su
estabilización.

Las modificaciones que se generan en los suelos provocan cambios en la


vegetación, y los cambios en ésta modifican el sustrato orgánico
(principalmente materia orgánica) que sirve como punto de partida para
los procesos bioquímicos del suelo que se llevan adelante a través de los
microorganismos cuya calidad y cantidad viene regida por las condiciones
físico-químicas del suelo. Si se encuentra un suelo permeable, este se
encuentra bien aireado y soporta una actividad biológica aerobia, ideal
para la formación de sustancias húmicas estables, a la vez que al mismo
tiempo mantiene una velocidad de descomposición de igual medida a la
del depósito de restos consiguiendo un equilibrio en su calidad y cantidad.
Cuando las condiciones son totalmente opuestas, predominará
principalmente la vida anaerobia, que produce compuestos de menor
estabilidad, una descomposición más lenta y, en consecuencia, una

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Mientras el proceso de formación del suelo es llevado adelante, al mismo
tiempo el suelo se va destruyendo. La destrucción se lleva a cabo por
procesos principalmente erosivos. Si existe un equilibrio entre formación y
erosión, el suelo alcanzará su madurez, que puede tener diferentes grados
según las condiciones y estado evolutivo del suelo en el tiempo que este
equilibrio se hubiese alcanzado.
Al predominar los procesos formadores, el espesor del suelo y su
complejidad se incrementarán, pero no de una manera indefinida, ya que
en la zona superficial, predominantemente de contenido orgánico, una
mayor acumulación de restos vegetales genera un incremento en forma
paralela a la actividad biológica transformadora hasta llegar al equilibrio.
En la zona inferior, en donde predomina el contenido mineral, los
procesos de alteración decrecen en su actividad al incrementar la
profundidad, cesando cuando la interacción órgano-mineral desaparece y
sólo ocurren procesos geoquímicos, más propios de una meteorización del
material que de una edafización; generalmente por debajo de dos metros
el material existente deja de considerarse como suelo.

Si los procesos erosivos predominasen, el suelo irá perdiendo su espesor,


llegando al sustrato mineral, iniciándose un nuevo episodio edafogenético
y un nuevo ciclo de modelado geomórfico.

Se considera al suelo como un cuerpo dinámico intermedio entre lo


inanimado y lo vivo, semejante a lo primero en su composición primaria y
en la naturaleza de sus constituyentes principales, y a lo segundo en la
intensa actividad formadora y destructora que posee y mantiene en
continua evolución. El equilibrio que existe entre el proceso de formación y
de destrucción es tan precario como en los seres vivos y de muy alta
susceptibilidad ante las modificaciones del ambiente. Con suma facilidad el
hombre puede modificar estas condiciones, a la vez que no resulta fácil
predecir los efectos de una acción determinada, esto provoca que enormes
cantidades de suelo se pierdan por erosión año a año. Grandes áreas de
suelo que contienen condiciones desfavorables para soportar vegetación,
se recuperan para uso agrícola, ganadero o forestal.

Meteorización de Minerales y Rocas


La meteorización se refiere a los fenómenos que tienen lugar en la
superficie terrestre y que provocan cambios en el grado de consolidación y
en la composición de las rocas.

La meteorización tiene 2 aspectos uno físico y otro químico.

 La meteorización física provoca el desmenuzamiento de la masa


rocosa consolidada en fragmentos no consolidados o clasto.

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 La meteorización química genera cambios en la composición
mineral. De allí que a la primera se la denomina desintegración y a
la segunda descomposición.

¿Cuál sería el efecto de la meteorización? Uno de los más importantes


efectos, es la disminución del tamaño de las partículas minerales del
material originario durante la meteorización. ¿Cómo se lleva a cabo? Esta
disminución del tamaño de las partículas es llevada a cabo parcialmente
por las acciones físicas que involucren expansión y contracción térmica,
congelamiento e hinchamiento del agua absorbida en las fracturas,
pulverización, etc. y parcialmente por las reacciones químicas que
involucran la ruptura de la celda unidad, provocando fracturas y cambios
en ciertos planos de la estructura del cristal. Esto induce a la absorción del
agua y de sustancias orgánicas, las cuales pueden provocar un
hinchamiento y ruptura de las partículas; esta disminución en el tamaño de
las partículas induce a una más grande actividad químicas en los minerales,
dado que las reacciones químicas son más rápidas cuanto mayor sea la
relación entre la superficie y la masa de la partícula.
Los glaciales, el agua, la gravedad, el viento, son agentes que, al poner en
movimiento las rocas, favorecen su desmenuzamiento y pulverizaciones.

Procesos de meteorización
Procesos Físicos:

 Fragmentación de las rocas por dilatación superficial


(descamamiento):

Debido a la baja capacidad calórica y a la lenta conductividad


térmica las rocas expuestas a la radiación diurna se calientan,
elevándose marcadamente su temperatura de la superficie con
respecto a la del interior de la masa, que permanece estable. Este
delgado espesor que se calienta y que durante la noche se enfría, se
dilata y contrae diferencialmente con respecto al resto de la masa,
lo que tiende a provocar tensiones que posteriormente conducen a
la desfoliación o al descamamiento de la roca.

 Fragmentación de las rocas heterogéneas por dilatación


diferenciales en su masa:

En las rocas heterogéneas, formadas por minerales que difieren en


su coeficiente de dilatación, con cada cambio en las temperaturas
se producen cambios en los volúmenes de dilatación en forma
heterogénea. Esto ocasiona fuertes tensiones diferenciales que
provocan grietas y rupturas fragmentando la roca original en clastos
menores, llegando a estar formados por un solo mineral. Como en
los ciclos climáticos prolongados, a pesar de la baja conductividad

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calórica de las rocas, los cambios de temperatura pueden alcanzar
importantes profundidades. Este proceso puede provocar
fragmentaciones a niveles bastantes profundos.

 Fragmentación de las rocas porosas o fisuradas por congelamiento


del agua:

El agua que puede poseer ciertas rocas agrietadas o porosas al


congelarse, puede provocar la disgregación de las mismas. Esta
disgregación por efecto del hielo se debe a que, al congelarse, el
agua aumenta un 9% su volumen inicial (1 cm3 de agua = 1,09 cm3
de hielo). El hielo es un fenómeno corriente en las montañas
nevadas, su acción es intensa y rápida y sobre todo eficaz por su
repetición. Las presiones desarrolladas debido al aumento del
volumen del agua por solidificación equivalen a 150 Kgf/cm2.

 Fragmentación de las rocas por el crecimiento de las raíces:

Las raíces de las plantas superiores pueden ejercer una acción


mecánica de fragmentación de las rocas, pues al introducirse en
grietas las agrandan al engrosarse la raíz, pudiendo compararse su
acción a la de una cuña de madera. Estas presiones están en el
orden de los 10 a 15 kgf/cm2.

 Astillamiento y pulverización de las rocas y sus fragmentos:

El viento: el aire en movimiento arrastra polvo y arenas, y produce


la erosión de las rocas en relieve; ejerce un efecto de desgaste
semejante al de un chorro de agua.

El agua: la acción mecánica del agua se lleva a cabo por el agua de


escurrimiento y las corrientes de agua, consiste en una
fragmentación cada vez mayor de las partículas minerales
transportadas.

El hielo: Es un agente erosivo y de transporte de gran capacidad y,


después del agua, es el más importante y espectacular agente físico
de meteorización. La acción abrasiva de los glaciares arrastra bajo
su propia masa rocas desintegradas y minerales. No sólo afecta a
las rocas sólidas subyacentes, sino que también pulveriza y mezcla
los materiales sueltos que han sido arrancados a medida que se
desplaza sobre la tierra.

Procesos Químicos:

La meteorización química es el cambio de la composición química de las


rocas bajo la influencia de los agentes atmosféricos y el agua.

Las reacciones que tienen lugar son:

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 Hidrólisis: Se refiere al ataque del ión hidrógeno sobre la estructura
del cristal; el resultado es el reemplazo de un catión por el hidronio
sobre la estructura del cristal; el resultado es el reemplazo de un
catión por el hidrógeno, con la consecuente desintegración de la
estructura. Un ejemplo simple está indicado en la ecuación de
hidrólisis del feldespato ortoclasa.
De esta manera se libera ión potasio, que es soluble y puede ser
absorbido por el suelo o por las plantas, o bien, ser desalojado por el
agua de drenaje. El compuesto de aluminio y silicio puede
reorganizarse y formar el mineral amorfo alófono o bien cristalizar
formando arcilla caolinita, Al2Si2O5(HO)4.

KAlSi3O8 + H2O  HAlSi3O8 + K+ + HO-

 Hidratación: Se refiere a la incorporación de moléculas de agua u


oxidrilos a los minerales, a menudo sin una modificación o
descomposición del mineral. Esto ocurre generalmente en la
superficie o en las caras de los grandes minerales, pero en algunos
casos de sales simples, pueden penetrar en los minerales con algún
cambio en sus propiedades. Un ejemplo de este último puede ser la
hidratación de la anhidrita para formar yeso:

CaSO4 (anhidrita) + 2 H2O  CaSO4 . 2 H2O (yeso)

 Carbonatación: El CO2 presente en la atmósfera terrestre puede


solubilizarse en el agua de lluvia. También el CO2 que segregan
raíces de las plantas durante su respiración puede hacerlo,
acentuando de ese modo la hidrólisis del agua.

La acción del CO2 se ejerce fundamentalmente sobre dos terrenos:

- La alteración de los silicatos

Al2CaSi2O8 (anortita) + CO2 + 2H2O  Al2Si2O5 (HO)4 (caolinita) +


CaCO3

- La solubilización de los carbonatos en las rocas calcárea la acción


del CO2 favorece la solubilización, en estado puro la caliza tiene una
solubilidad del 0,013 g/L, pero en presencia del CO2 puede llegar a 1
– 1,8 g/L.

CaCO3 + CO2 + 2H2O  2 (HCO3)- + Ca2+

 Solubilización: La disolución se produce por efecto del agua y es


favorecida por la presencia del CO2 que se encuentre en solución en

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ella. Este mecanismo permite la movilización de ciertos compuestos
que pueden pasar a formas disponibles para las plantas. En otros
casos el agua puede contribuir a lavarlos, es decir, eliminarlos de las
zonas de influencia de las raíces. Es importante en el caso de
compuestos tóxicos para las plantas o en el caso de compuestos
que traen aparejados condiciones físicas desfavorables para los
suelos.

 Óxido – Reducción: La oxidación es una reacción importante que


ocurre en las rocas bien aireadas y en el material de suelo donde
hay un tenor de oxígeno alto y una baja demanda biológica. La
oxidación del hierro es un proceso en los minerales que contienen
el ión ferroso como parte de su estructura. El cambio de tamaño y
carga de este elemento para convertirla a la forma férrica causa la
rotura de la estructura del mineral. Ejemplo de esto ocurre en la
mica biotita, que contiene grandes cantidades de Fe2+.

Esto mismo puede ocurrir en el grupo de los minerales


ferromagnesianos, como los anfíboles y piroxenos. El hierro
desplazado o liberado por esta desintegración de minerales
primarios que se une con oxhidrilos o con oxigeno y forma óxido de
hierro. El manganeso es similarmente liberado por la oxidación de
los minerales primarios.

La reducción ocurre cuando el material está saturado en agua, o se


encuentra por debajo del nivel freático o el suministro de oxigeno
es insuficiente o es alta la demanda biológica de oxígeno. Este
efecto es la reducción del hierro a la forma ferrosa que tiene
descendentemente por el agua. Lo mismo ocurre con el
manganeso, que puede pasar de la forma oxidada, mangánica, que
es insoluble, a la forma reducida, manganosa que es algo soluble.

Intensidad de la Meteorización
La meteorización está afectada por las condiciones climáticas. Las
temperaturas extremas favorecen la desintegración física de minerales y
rocas. El agua favorece en mayor medida los procesos químicos.

La meteorización es en general más rápida en regiones de alta


temperatura, más aún si está presente una humedad suficiente como para
favorecer la descomposición química. Las rocas y minerales son más
fácilmente meteorizables cuando están presentes en partículas más
pequeñas que cuando están en fragmentos más grandes. Esto ofrece una
mayor superficie para el ataque químico.

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Hemos visto que según su composición química se divide a las rocas en
ácidas, intermedias, básicas y ultra básicas, estando esto en relación con el
contenido de cuarzo. En general las rocas ácidas son más resistentes que
las básicas a la meteorización, ya que estas últimas tienen mayor cantidad
de minerales ferromagnésicos que son de más rápida descomposición.

Factores formadores
La edafología es la ciencia que estudia cómo se ha formado un suelo
partiendo desde un material originario, sobre el que han actuado una serie
de factores formadores que originan a su vez una serie de procesos,
encontrando como resultado final al suelo, con todas sus propiedades. Este
hecho se esquematiza en la Figura 1. (Vázquez Piqué & Tapias Martin,
2008)

Fig. 1 Factores Formadores, procesos y formación de suelo.

Hace unos cien años el edafólogo ruso Dokuchaev propuso utilizar cinco
principales agentes formadores para describirlos, que actuaban juntos en
la formación del suelo en un lugar determinado. Estos eran: el material
originario o roca madre, el clima, el tiempo, el factor biótico que se refiere
a los animales y vegetales y al relieve. En el proceso de la formación del
suelo, el clima y los organismos actúan sobre el material originario durante
un periodo de tiempo mientras que la topografía influye en las relaciones
agua-suelo y en la manera en que la gravedad puede afectar la formación
del suelo (Vázquez Piqué & Tapias Martin, 2008).

A mediados de los años ‘50, un edafólogo norteamericano, Hans Jenny,


consideró el mismo número de factores formadores y mostró como están

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funcionalmente relacionados en forma de ecuación: s = f' (d, o, r, p, t,…).
Donde “s” indica las propiedades del suelo que dependen del clima “d”,
organismos “o”, relieve “r”, material parental “p” y tiempo “t”.
Representando con puntos suspensivos a otros agentes formadores como
por ejemplo el ser humano. Este esquema se indica en la Figura 2.

Fig.2 Factores formadores de suelos; Fuente: (Vázquez Piqué & Tapias Martin, 2008).

Material Originario

Debe distinguirse el material originario o material madre de la roca


originaria o roca madre. La roca originaria es aquella que por
meteorización deriva el material originario. (AGROS ARGENTINA, 2003)

Material originario es la masa no consolidada a partir de la cual se ha


desarrollado el solum. El solum es el suelo genético desarrollado por la
acción de los procesos formadores de suelos (incluye a los horizontes
principales A, E, B, y a los horizontes de transición).

El origen y naturaleza del material originario, determinan o influyen sobre


características edáficas de interés agronómico. Estas características,
heredadas del material madre, afectan principalmente a la velocidad de
evolución del suelo, a su permeabilidad y a su fertilidad química.

En una primera clasificación los materiales originarios pueden ser


separados en: sedentarios y transportados (AGROS ARGENTINA, 2003).

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Materiales Sedentarios: son aquellos que resultan de la meteorización de
rocas consolidas y permanecen en el lugar en que se han formado, o han
sufrido escaso transporte. Si permanecen en el lugar de su formación, se
llaman residuales. Si han soportado escaso transporte bajo los efectos de
la gravedad, acumulándose en la base de las pendientes, reciben el nombre
coluviales.
El espesor alcanzado por un material originario residual depende de la
intensidad de la meteorización y del tiempo que ella ha durado; es de
décimas de mm en las rocas cubiertas por líquenes y alcanza decenas de
metros en zonas tropicales húmedas, particularmente en los casos en que
las rocas originarias son basaltos (rocas básicas) con altas proporciones de
Olivino y, por ello, fácilmente meteorizables (AGROS ARGENTINA, 2003).

Comúnmente, las rocas consolidadas están compuestas por unos pocos


minerales, que pueden no contener, o contener en muy bajas
proporciones, algunos de los elementos necesarios para la nutrición de las
plantas; en consecuencia, esas carencias o deficiencias son heredadas por
los materiales originarios residuales y, por consiguiente, por los suelos que
sobre ellos evolucionan. Igualmente, los suelos pueden heredar excesos de
componentes tóxicos para las plantas (AGROS ARGENTINA, 2003).

Cuando las rocas son ricas en minerales muy resistentes (como el cuarzo)
de grano grueso, los materiales originarios residuales que resultan y los
suelos que evolucionan sobre ellos, heredan características físicas
relacionadas con el tamaño de los granos, entre ellas, alta permeabilidad y
baja capacidad de retención de agua.

Las características heredadas son la razón por la que, en muchas áreas


cuyos suelos han evolucionado sobre materiales originarios residuales, se
observan notables coincidencias entre los mapas de suelos y los mapas
geológicos. Sin embargo, la regla más general, es que cualquiera sea la
composición del material originario, los suelos que evolucionan sobre ellos,
en condiciones de clima y vegetación comparables, tienden a alcanzar un
estado de equilibrio (madurez) en el que las principales características de
los suelos son similares e independientes del material originario. Las
diferencias persisten en cuanto al tiempo que requieren para alcanzar ese
estado, el que sí depende del material originario. Cuanto más fácilmente
meteorizables sean los minerales que lo componen, más rápidamente
alcanzaran la madurez.

Los materiales originaron coluviales están constituidos por los trozos y


fragmentos de rocas que caen por las pendientes y se depositan en la base
de estas; generalmente son pedregosos y de bajo interés agrícola.

Los materiales originarios transportados están compuestos por partículas


derivadas de la meteorización de rocas yacentes en diversos lugares,
partículas que luego han sido transportadas y depositadas en puntos a
veces muy distantes de los lugares procedentes. En esos casos, esos

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productos de meteorización de las rocas se encuentran mezclados con
cenizas volcánicas (AGROS ARGENTINA, 2003).

Según haya sido el agente de transporte se clasifican en:

 Con transporte hídrico,

 Con transporte eólico, y

 Con transporte glacial.


Los materiales que han sufrido el transporte hídrico se clasifican de
acuerdo al ambiente de sedimentación en:

 Aluviales,

 Marinos, y

 Lacustres.

Son materiales originarios aluviales aquellos que han sido transportados


por corrientes de agua y depositados en las llanuras de inundación, en el
lecho de las corrientes, formando islas, o en las deltas. Los materiales
depositados provienen de la erosión hídrica que ocurre en áreas situadas
en distintas cuencas; esta situación da lugar a depósitos estratificados, con
capas que difieran en su composición mineralógica y química. Otra causa
de esterificación radica en las variaciones de la velocidad de la corriente, lo
que genera marcadas diferencias granulométricas entre los sucesivos
estratos.

Las estratificaciones del material originario complican la evolución de los


suelos, y les transmiten características heredadas que incluyen barreras
para la circulación del agua y para el desarrollo radical.

En los deltas las corrientes son más lentas, y por esa razón los sedimentos
son de grano más fino y homogéneo. Están integrados por material
proveniente de todas las subcuencas, parte de ellos removidos de
sedimentos de depósitos río arriba, luego redepositados mezclados en el
delta. La mezcla significa mayor probabilidad de presencia de todos los
elementos necesarios para el crecimiento vegetal, y por esa razón los
suelos de los deltas suelen poseer buena fertilidad química, pero por lo
homogéneo de su granulometría, pueden presentar problemas de orden
físico (AGROS ARGENTINA, 2003).

Son materiales originarios marinos, los que derivan de sedimentos


depositados en el fondo de los mares. Incluyen materiales que presentan
diferencias muy acentuadas. Aquellos que se han formado a expensas de
organismos marinos, poseen una composición química que depende de la
clase de organismo. Los hay compuestos por espículas de esponjas, por
restos de radiolarios y por restos de diatomeas; son esencialmente silícicos.
Otros han resultado de la acumulación de restos de foraníferos, de algas

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calcáreas o de conchas; son netamente calcáreos (AGROS ARGENTINA,
2003).

Los sedimentos marinos que se forman en los litorales, en su mayor parte


están constituidos por materiales provenientes de la erosión continental.
Las corrientes de agua que desembocan en el mar después de atravesar un
delta, sólo llevan en suspensión materiales muy finos, con predominancia
de arcilla coloidal. En aguas no salinas, los coloides pueden mantenerse
largo tiempo en suspensión, pero cuando entran en contacto con las aguas
salinas, los coloides floculan y sedimentan. De este modo resultan
materiales originarios arcillosos y salinos.

Las corrientes de aguas pueden desembocar en lagos. En esos casos, de la


sedimentación de los materiales que transportan, resultan los materiales
originarios lacustres.

En las playas con aguas agitadas, tanto marinas como lacustres, las costas
se erosionan. Las partículas finas se mantienen en suspensión en las aguas
en movimiento y pueden ser transportadas a zonas más climas en donde se
depositan; en las playas persisten sedimentos compuestos por arenas y
gravas.

De los sedimentos transportados por el viento, o sea que han sufrido un


transporte eólico, el que presenta principal importancia es el loess.

El loess consiste en la acumulación de polvos que, transportados por el


viento, fueron depositados sobre superficies secas, en las que fueron
fijadas por una vegetación de estepa con predominio de gramíneas. En la
mayor parte de los casos el loess proviene del desgaste de rocas muy
diversas y de erosión eólica de otros sedimentos; también participan en los
polvos las cenizas volcánicas.

La gran diversidad de rocas sedimentos y materiales volcánicos de los que


provienen los materiales que componen el loess, contribuye a que en él
estén presentes todos los elementos que las plantas necesitan y por esa
razón, los suelos evolucionados sobre loess, generalmente poseen buena
fertilidad química.

En los vientos responsables del transporte, en la mayor parte de los casos


ha predominado una dirección; por ello es común que la granulometría del
sedimento, sea más gruesa cerca de la fuente de origen de los polvos y se
vaya haciendo más fina a medida que el lugar de deposición se aleja de esa
fuente. Cuanto más largo es el trayecto volado, más finas son las partículas
que persisten suspendidas en el aire.

La formación del loess pampeano puede ser descripta del siguiente modo:
las partículas finas producidas durante una muy prolongada alteración de
las rocas de las sierras, fueron levantadas y elevadas a gran altura por los
torbellinos, allí las tomaron las corrientes atmosféricas que soplan
constantemente del oeste y las transportaron hasta la pampa. Sobre ellas

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cayeron como lluvias de polvo meteóricos mezclados con vidrios volcánicos
provenientes de la cordillera, llegaron a la pampa siguiendo el mismo
camino. Una vez depositados, los polvos fueron fijados por la vegetación
con sus restos agregaron partículas de sílice amorfa (fitolitos) que
contenían en sus células.
El loess pampeano presenta diferencias importantes con los loess
existentes en otros continentes o regiones. En el loess europeo predomina
el cuarzo clástico, en cambio en el loess pampeano predominan los
silicatos provenientes de la descomposición de rocas feldespáticas.

Estos silicatos contienen grandes reservas de potasio; por otra parte, de los
datos obtenidos, se deduce que el loess pampeano contiene importantes
reservas de fósforo. Estas reservas, gradualmente pueden pasar a formas
utilizables por las plantas y en nuestro juicio, allí radica la explicación de
por qué en los suelos de la región pampeana no se observan respuestas a
la fertilización con fósforo y con potasio. En cambio, en los suelos
desarrollados sobre loess europeo y norte americano, la fertilización con
esos nutrimentos, es una práctica habitual.

Otra diferencia importante se encuentra en los contenidos de carbonato de


calcio, mientras que el carbonato de calcio en el loess de Alemania está en
proporciones que alcanzan el 25 – 30 % y en E.E.U.U. al 15 – 25 %, en el
loess pampeano ese contenido varía entre un 3 % y un 10 %. La presencia
de carbonato de calcio favorece la floculación de los coloides orgánicos e
inorgánicos e impiden que migren transportados por el agua que percola a
través del suelo, con ello se retarda la evolución del suelo y éste puede
permanecer más tiempo en estado juvenil. La carbonatación y
solubilización del carbonato de calcio, aceleran la lixiviación del calcio por
aguas de lluvia. Una vez eliminado el carbonato de calcio de un cierto nivel
del suelo, puede iniciarse la migración de los coloides y progresar la
evolución a ese nivel.

Luego de que el carbonato de calcio ha sido eliminado del espesor del


perfil, se acentúan la migración de coloides y, si éstos se acumulan dentro
del espesor penetrado por las raíces, pueden dar origen a horizontes
impermeables, difícilmente atravesados por las raíces, que presentan
signos de senilidad. A nuestro juicio el bajo contenido de carbonato de
calcio en el loess pampeano, ha llevado la evolución de los suelos hasta un
punto tal, que en muchos de ellos presentan características físicas que
corresponden a senilidad.

La lixiviación completa del carbonato de calcio al desencadenar nuevos


procesos, produce un cambio fundamental en la evolución del suelo. Por
esta razón, al loess descalcificado se lo considera como un material madre
diferente del loess primitivo y se lo llama lehm.

En la región pampeana; los suelos de áreas de importancia, se han


desarrollado sobre materiales sedimentarios resultantes de un transporte

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mixto, eólico-hídrico. A esos materiales originarios se los denomina limo –
loessicos. Es indistinto que el polvo haya caído directamente sobre las
aguas, o que luego de haberse depositado en ambientes secos, caído
directamente sobre las aguas, o que luego de haberse depositado en
ambientes secos, de allí lo tomaran las aguas de lluvia caídas durante los
períodos húmedos (cataclimáticos) y lo redepositan en el nuevo ambiente.
También es indistinto que las aguas que participaron en el transporte o
sedimentación correspondiesen a ríos, arroyos, lagunas o pantanos.
Dado su origen, los loess y limo – loéssicos presentan muchas
características idénticas o muy parecidas. Sin embargo se pueden
distinguir, porque mientras el loess se extiende en mantos continuos,
homogéneos y sin estratificación, consecuencia del hecho que el aporte de
los materiales no fue continuo o de que al sedimentar en el agua, ellos
sufrieron una clasificación por tamaño o por pesos específicos.

Otra diferenciación deriva de la disolución de los carbonatos de calcio y de


potasio. En ambientes anegados, las partículas de carbonato se solubilizan
más rápidamente, movilizándose en formas solubles para luego
recristalizar en núcleos, que crecen cementados a las demás partículas con
formación de concreciones. Las raíces de las plantas acuáticas, al consumir
agua establecen una corriente hacia ellas, esas corrientes transportan a los
bicarbonatos de calcio y de magnesio y el consumo de agua, causa que
ellos se concentren alrededor de la raíces y se precipiten como carbonatos
las concreciones así originadas, son radiciformes.

Luego, cuando los cambios del clima o modificaciones de las condiciones


de desagüe transforman el ambiente de húmedo a seco, esas
características diferenciales, permiten identificar a los limo loéssicos.

En cuanto a las características químicas, los limos loéssicos que han sido
transportados por las aguas durante un tiempo más o menos largo, son
más lavados que el loess y se han empobrecido en algunos componentes
más fácilmente solubilizables. Aquellos que se depositaron en aguas algo
salinas, también resultan salinos.

Los depósitos lacustres glaciales, tienen mucha importancia en Norte


América, donde cubren extensas superficies. Durante los periodos
glaciales, el espesor de las masas de hielo alcanzo hasta 3 y aún 5 Km. El
peso de esa masa significo en la base, presiones del orden de 300 a 500 kgf
/ cm2, capaces de ocasionar el quebramiento de las rocas. Las presiones de
esa magnitud imponen al hielo un comportamiento viscoso, con la
consecuencia que la masa de hielo se desliza en la dirección de la
pendiente arrastrando a las rocas y sus trozos y fragmentos., los que, por
estar tan fuertemente presionados, con las rocas se desgarran en un lago,
los materiales arrastrados se depositaron formando acumulaciones, cuyo
aspecto sobresaliente es la variabilidad, reflejo de las modificaciones de las
condiciones imperantes en el lugar y en e tiempo de deposición.

16
Características heredadas de los suelos por el material madre

Los suelos considerados normales, en su evolución tienden a un estado de


equilibrio dinámico o madurez. El clima y la vegetación asociada, son los
principales factores que determinan las características que el suelo
presenta en ese estado. Por esa razón, los suelos maduros de una dada
región climática, presentan como rasgo común un conjunto de
características, independientemente de los materiales madre sobre los que
han evolucionado. Pero aún en estado maduro, difieren en otras
características, entrándose las diferencias relacionadas con la naturaleza
del material madre. Esas diferencias pueden tener importancia en relación
con el crecimiento vegetal. Por estar inducidas por el material madre, se las
reconoce como características heredadas (AGROS ARGENTINA, 2003).
En los suelos evolucionados sobre materiales madres residuales, es común
que se presenten carencias, deficiencias o toxicidades como características
heredadas.

En los suelos aluviales, la estratificación es una característica heredada que


se presenta con frecuencia.

Las características heredadas son manifiestas en los estados juveniles del


suelo, un caso muy ilustrativo lo ofrecen los materiales madres calcáreos.
Son el caso de un material esencialmente compuesto por carbonato de
calcio al que, impurezas lo acompañan minerales de arcilla y otros silicatos.
La meteorización disuelve el carbonato de calcio, el suelo se mantendrá
ligeramente alcalino y por ello los silicatos no se descomponen por
hidrólisis o lo hacen con suma lentitud. La presencia del calcio en la
solución del suelo, mantiene floculados a los coloides y éstos no migran. La
evolución del suelo está detenida o es muy lenta (AGROS ARGENTINA,
2003).

Una vez lixiviado el carbonato de calcio, la evolución del suelo se acelera,


pero entonces lo hace sobre un material originario que es muy distinto al
primitivo y está compuesto por las impurezas del material primitivo.
(AGROS ARGENTINA, 2003).

17
Referencia bibliográfica
AGROS ARGENTINA (2003) “Curso de Operador del sistema productivo
agropecuario con método biológico. Módulo 4: Fertilidad del suelo y nutrición de
las plantas”. Recuperado el 6 de septiembre de 2011 de
http://www.lineaverdebio.it/-/modulos_pdf/4/M%C3%B3dulo_4.pdf

De la Fuente Silva, L. (2006) “El suelo”. Recuperado el 7 de septiembre de 2001 de


http://www.monografias.com/trabajos6/elsu/elsu.shtml

Vázquez Piqué, J. & Tapias Martin, R. (2008) “Edafología y Climatología Forestal”.


Universidad de Huelva. Recuperado el 6 de septiembre de 2011 de
http://www.uhu.es/03010/

50
Factores
influyentes en la
formación del
suelo

Clima y suelo
Clima
Por su influencia directa o indirecta, el clima es el principal factor
determinante de las diferencias entre los suelos. Su acción directa afecta al
tipo y velocidad de la meteorización de las rocas, a la remoción, transporte,
redeposición de los productos la alteración de los minerales y de la
descomposición de la materia organice e índice en las perdidas por erosión
hídrica y eólica (AGROS ARGENTINA, 2003).

Indirectamente, el clima actúa por intermedio de la vegetación cuyo tipo y


masa guardan intima relaciones con él.

De los elementos del clima que nos presentan mayor interés por su
incidencia en el desarrollo de los suelos es la temperatura y las
precipitaciones (lluvia). En ciertas ocasiones se puede tener en cuenta el
viento, pero en este curso solo se verá temperatura y lluvia.

2
Temperatura

La regla de Van`t Hoff establece que cada 10ºC de aumento de la


temperatura la velocidad de las reacciones químicas se acelera en 2 a 3
veces. Esto influye en las reacciones de composición y descomposición,
como resultado del balance de las aceleraciones, aumenta la velocidad de
las transformaciones que se producen en el suelo. Con dicha regla se ve
cómo aumenta la disociación del agua a medida que se eleva la
temperatura. Entonces la disolución de los carbonatos alcalinotérreos y la
descomposición de los silicatos y siloaluminatos por hidrólisis, son
reacciones de alteración de los minerales que presentan mayor
importancia en la meteorización de las rocas y materiales madres. Ellas son
favorecidas con el aumento de la concentración de hidrogeniones y con un
aumento de temperatura, al promover una mayor disociación el agua
incrementa pronunciadamente la concentración de hidrogeniones, de
hecho acelera marcadamente la meteorización de las rocas y materiales
madre. La temperatura también influye en la solubilidad de los
compuestos, la cual aumenta con la temperatura.

La solubilidad de la sílice amorfa en el rango de pH de 2 a 9 cambia muy


poco, pero depende en modo importante de la temperatura. Ya que a 10
ºC es casi nula su solubilidad y a 25 ºC aumenta a 130 mg / L. Lo que ocurre
es que la sílice resultante de la descomposición de los minerales
silicatados, en las áreas frías se acumula en los horizontes superficiales,
mientras que en los trópicos húmedos, ella es eliminada del perfil. La
eliminación se produce en forma de ácido silícico monomolecular, que es
lixiviado a medida que se forma. En las áreas frías su baja solubilidad
retarda el lavado y permite que se polimerice, en esta forma su
insolubilidad aumenta.

En los óxidos de hierro o de aluminio, las altas temperaturas causan lo


contrario, disminuyen su solubilidad por pasar a ser óxidos hidratados. En
condiciones secas, pero con alta temperatura, la solubilidad disminuye aún
más, ya que pasan del estado hidratado a anhídrido por deshidratación.
Cuando las condiciones de temperatura y humedad permiten que los
óxidos se mantengan hidratados, éstos permanecen en estados coloidales
lo que permiten su transporte en suspensión.

Una temperatura más alta además de aumentar la meteorización, causa


otro efecto que es aumentar la profundización de la misma, por ejemplo se
ha visto que en los Alpes, norte de E.E.U.U., los materiales originarios
residuales raramente superan el metro de profundidad y en los trópicos hay

3
que perforar en algunos casos hasta 40 metros para encontrar a la roca
alterada.

Las reacciones químicas de naturaleza biológica también se ve afectada por


el aumento de temperatura, puesto que los fenómenos biológicos
comprenden un encadenamiento de reacciones de síntesis y de
descomposición, las diferencias que existen entre las aceleraciones para
cada reacción, por lo general se combinan de modo tal, que la velocidad
con la que evolucionan el proceso global presenta un máximo para
temperatura óptima. Por otra parte, los seres vivos tienen límites de
tolerancia, sobrepasados estos, se inactivan o les causa la muerte,
provocando la merma o la detención de la evolución de los procesos.
Una vez alcanzada la madurez, si el suelo se conserva virgen, su contenido
de materia orgánica y nitrógeno se mantiene constante. Existe un
equilibrio dinámico entre el aporte que hace la vegetación, por la
descomposición producida por la fauna y la flora del suelo y por la
oxidación fotoquímica. En cuanto al nitrógeno, también hacen aportes los
microorganismos que lo fijan tomándolo del aire. El aumento de la
temperatura, acelera a los procesos que contribuyen a los aportes de
materia orgánica, pero también lo hace con los que provocan la
descomposición.

Precipitaciones

Al referirnos a precipitaciones, hablamos principalmente de la lluvia. Ésta


interviene en la evolución de los suelos, participando en los procesos
químicos (hidrólisis, carbonatación, solubilización) y actuando como agente
de transporte en la movilización de solutos y coloides.

El agua de lluvia no es completamente pura, ya que contiene gases del aire,


incluyendo dióxido de carbono, amoníaco y gasas nítricos, por lo cual tiene
un pH ligeramente ácido. Una consecuencia de la presencia del CO2 es que
la alteración de los minerales por carbonatación o por hidrolisis, se acelera.

Cuando el agua de lluvia penetra en el suelo se enriquece aún más de


dióxido de carbono, ya que la atmósfera del suelo contiene mayor
proporción de ese componente que la existente en el exterior, como
consecuencia de la respiración de las raíces y de la actividad microbiana,
con todo esto se acelera aún más la alteración de los minerales.

El agua de lluvia, como percola a través del espesor del suelo, arrastra
productos de las reacciones que ocurren eliminándolo así del medio,
permitiendo el progreso de las reacciones siguientes, es decir que cuando
un producto de la alteración de los minerales es eliminado, las siguientes
reacciones químicas progresan. Las reacciones de carbonatación, hidrólisis
y de lavado, provocan la desaparición de los carbonatos, la pérdida de

4
bases y la captura de hidrogeniones por los acidoides silicatados, por todo
ello, el suelo tiende a una mayor acidez.
El agua que circula en el suelo transporta y trasloca a los compuestos
solubilizados y partículas coloidales que se mantienen en suspensión. La
traslocación sigue el movimiento de las aguas (figura 3) y puede ser
descendente, si es la lluvia, ascendente si es por evaporación y la absorción
de agua por las raíces en todas direcciones. Del agua de lluvia que llega al
suelo una parte se pierde por escurrimiento, y el resto infiltra al suelo. De
lo que infiltra una parte se pierde por evaporación, otra es consumida por
las plantas y el excedente se drena a niveles inferiores, perdiéndose por
percolación que es el responsable del lavado. Este lavado del perfil sólo
tendrá lugar cuando el balance hídrico sea positivo, pero esto no se refiere
al balance anual; sólo con que en ciertos periodos sea positivo, puede
ocurrir lavado. Es por esto que hasta en zonas áridas, pueda haber pérdidas
por lavado.
La facilidad con la que son lavados los compuestos y la profundidad hasta
las que son traslocados, es modificada por los siguientes casos:

 Temperaturas bajas favorecen la insolubilización de la sílice.

 La presencia de ácidos húmicos de bajo peso molecular y aptitud


quelante, solubiliza al hierro y al aluminio.

 Condiciones reductoras solubilizan al hierro, pues este pasa de la


forma férrica a la ferrosa, que es más soluble; igual ocurre con el
manganeso.

Se considera al clima como un complicado concepto que contiene a la


temperatura, precipitaciones, humedad, evapotranspiración, duración del
día y otras variables atmosféricas de importancia. La influencia del clima
como factor formador del suelo puede ser resumida en:

a) Acción sobre la disgregación física de la roca en función de la:

 La acción mecánica que genera la lluvia, el viento, el granizo, etc.

 La oscilación térmica o gradiente térmico nocturno y diurno


principalmente

 La acción del hielo principalmente en el proceso de gleización

b) Acción sobre la alteración y composición química de los elementos ante


una presencia determinada de agua y una temperatura que favorezcan o
no, las reacciones químicas subsiguientes.

c) Acción sobre la evolución en el contenido de materia orgánica,


determinando mejores o peores condiciones para la vida de aquellos
microorganismos encargados de la descomposición de los restos vegetales.

4
d) Accionar favoreciendo o no las migraciones, al definir el sentido e
intensidad de las corrientes de agua a través del perfil del suelo.

Fig. 3 Destino de la precipitación del agua

Relieve

El relieve se refiere a la configuración de la superficie del terreno. Su


principal influencia en la evolución de los suelos, es por diferentes
mecanismos y procesos:

 Escurrimiento superficial responsable de la erosión hídrica, que


reduce la infiltración del agua y el lavado.

 El escurrimiento interno lateral, trasloca los elementos solubilizados


disminuyendo las cantidad de los mismos en el perfil de las partes
más altas y aumentándolos en las partes más bajas.

 Por consecuencia de ambos escurrimientos, la posición en el relieve


determina el grado de hidroformismo del suelo.

¿Cómo afecta el relieve a la formación del suelo? Los efectos del micro
relieve se ven en el relieve a nivel (figura 4) y cómo las lluvias normales se
infiltran en su totalidad en el punto a donde caen. Se supone que el suelo
ha sufrido un lavado intenso que ha favorecido la migración de arcilla, lo
que se ha acumulado, diferenciando 2 horizontes. Uno es el horizonte A
rico en materia orgánica y pobre en arcilla y el otro el horizonte B o Bt
enriquecido en arcilla iluvial. El límite entre ellos es claro

5
Fig. 4 Influencia del relieve en el hidromorfismo

En el relieve que se presentan irregularidades (Fig.4 b), en los que se


forman los micro lomos (ML) y micro fosas (MF), a causa de la pendiente, el
agua que cae escurre hacia las zonas más bajas. Entonces el suelo en las
partes altas evoluciona en un ambiente más seco que en el caso del
terreno a nivel, el lavado y la traslocación de la arcilla son menos intensos.
El resultado de esto es un perfil con un horizonte A menos espeso y más
bajo contenido de materia orgánica por una menor disponibilidad de agua,
con un horizonte B menos enriquecido con arcilla.

En las zonas bajas (microlomos) es más húmedo, ya que reciben por


escurrimiento de las zonas más altas el agua que cae de las lluvias.
Entonces el suelo evoluciona a un ambiente más húmedo y los procesos
son más intensos. En esta zona se obtiene un horizonte A más rico en
materia orgánica y un horizonte B rico en arcilla. La zona marcada como
MFF recibe más agua por lo cual sus procesos son más intensos. Aquí se va
a apreciar una acumulación mayor de arcilla de lavado en el horizonte B, y
transformándose en un Bt, es decir, una ganancia iluvial de arcilla. Al
ocurrir esto el horizonte se vuelve impermeable, disminuyendo la
percolación del agua por el perfil, provocando anegamiento. En la zona del

6
anegamiento se producen procesos anaeróbicos que producen la
reducción del hierro y el manganeso los cuales se solubilizan y son lavados
del perfil, dando horizontes más claros pobres en arcillas y nutrientes,
surgiendo horizontes E, que siempre van a estar por debajo de un A y por
encima de un Bt.
Estas diferencias ¿cómo afectan? En el suelo va a afectar el crecimiento y
desarrollo de los cultivos, provocando plantas más grandes, verdes, más
fuertes en zonas bajas por tener mayor humedad y nutrientes,
encontrando plantas más chicas y verdes amarillentos en zonas altas.

Cuando analizamos la variación de los perfiles a lo largo de una pendiente


(Fig.5 a), podemos apreciar cómo una parte del agua infiltra al suelo y una
parte escurre superficialmente. Se observa que el efecto del agua que
infiltra muestra un moderado lavado del horizonte superficial y un
enriquecimiento de carbonato de calcio en el horizonte que le sucede,
quedando un perfil con un horizonte A, seguido de un material originario
enriquecido en calcio, denominado Ck.

En la parte media de la pendiente se suma el escurrimiento de la parte alta


con el del escurrimiento local, la capa del agua que corre sobre el suelo, se
engrosa. La carga hidrostática va aumentando y se infiltra mayor cantidad
de agua. A medida que se desciende por la pendiente, el suelo evoluciona
en condiciones de mayor humedad, el lavado del horizonte A es más
intenso, algo de arcilla dispersa y es traslocada a una posición inferior,
dando lugar a la aparición de un horizonte enriquecido en arcilla u
horizonte B. El carbonato de calcio también es transportado hasta una
mayor profundidad, el horizonte Ck aparece a mayor distancia de la
superficie.

En condiciones naturales, existe una cubierta sobre el suelo que frena la


velocidad del escurrimiento, pero así igual provoca un arrase de material,
conocida como erosión normal. Cuando la pendiente es suave, esa erosión
normal es más benéfica, que perjudicial. La acción indefinida de los
procesos en un mismo espesor de material madre, conduce a suelos con
horizontes A excesivamente lavados, Ck demasiado enriquecidos en calcio,
B con contenidos de arcillas elevados que lo impermeabilizan. Todas
condiciones no favorables para el crecimiento vegetal, con lo que la
erosión normal permite que se establezca un equilibrio en el que hay
compensación entre las pérdidas del material por erosión y la
profundización del perfil, el que incorpora material originario nuevo. El
horizonte A pierde algo de material en su parte superior, pero el límite
inferior descienden la misma medida, incorporando material que antes
correspondía al B. Igual ocurre con el B, cuyo límite inferior invade
progresivamente al material que pertenece al C. Las características del
perfil permanecen constantes, pero el perfil desciende muy lentamente
revivificándose con la incorporación de nuevo material madre. Ese estado
de equilibrio corresponde a la madurez.

7
En la parte baja del relieve la superficie es a nivel, no hay escurrimiento o
es muy escaso, al que cae en esa posición se le suma la que recibe por
escurrimiento de las partes más altas. Entonces el suelo evoluciona en
condiciones de mucha mayor humedad. Los procesos son más intensos, los
horizontes de mayor espesor, el B más enriquecido en arcilla y más
impermeable. No hay erosión normal, ya que recibe material de las partes
más altas y el horizonte A se hace más espeso. Que el horizonte A cada vez
tenga más espesor es beneficioso, pero es perjudicial que el horizonte B
por el enriquecimiento de arcilla se haga más impermeable, ya que en este
lugar se recibe más agua y por la impermeabilización, provoca
anegamiento, provocando el efecto de reducción de elementos y la posible
formación de horizontes E. Al no existir una erosión normal, los procesos
afectan indefinidamente en un mismo espesor del material originario y las
características del perfil se intensifican incesantemente. El estado de
madurez es sobrepasado y se hacen manifiestos de signos de senilidad.
En condiciones de cultivo, (Fig.5 b), se encuentra una cubierta vegetal
menos densa o ausente en algunos periodos, no le brindó la misma
protección contra la acción del escurrimiento como en el caso anterior,
encontrando menos obstáculos y adquiriendo más velocidad, causando
más arrastre de material, provocando una mayor erosión. Al tener una
pérdida acelerada de material de las partes altas, que ya no son
compensadas por el avance del perfil en profundidad, va erosionando y
disminuyendo la cantidad de material presente, ya que se destruyó el
equilibrio. Esto es causado por la intervención del hombre que destruyó las
mejores condiciones resultantes de la acción en conjunto de factores
formadores de suelos pedogénicos, cuya concreción necesitó siglos o
milenios.

En la parte baja de las pendientes el escurrimiento se frena y el agua


deposita a los materiales erosionados de las partes altas. Allí el suelo puede
quedar sepultado bajo una capa de partículas desagregadas, que forman
una costra espesa, con condiciones poco favorables para el crecimiento
vegetal.

8
Fig. 5 Erosión normal (a) en terreno virgen y erosión acelerada (b) en suelo cultivado

Factor Biótico
En el suelo encontramos innumerable cantidad de seres vivos, aunque, por
número, la mayoría de ellos pertenecen al reino vegetal, no se debe
menospreciar la importancia que tiene la baja presencia de aquellos del
reino animal. Ambos son tan minúsculos que no pueden ser observados
más que con la ayuda de un microscopio electrónico mientras que el
número de macro organismos existentes en el suelo es relativamente
menor. Por otra parte, el papel que juegan las plantas y animales en la
formación del suelo es fundamental ya que sin vida no se puede hablar de
verdadero suelo.

Fauna
Intervienen numerosas especies y tamaños que cubren con una amplia
escala, desde los microscópicos hasta los cavadores de más de un metro.
Se alimentan de vegetales y sus restos, de otros componentes de la fauna y
sus restos. Con sus deyecciones sólidas entregan al suelo materia orgánica
elaborada, que es tomada por otros componentes de la fauna o la flora
microbiana. El resultado final es el humus, cuya calidad y propiedades
influyen de modo muy importante sobre las propiedades y
comportamiento del suelo.

Los componentes de la fauna del suelo mezclan al humus con las partículas
minerales provocando contactos suficientes íntimos como para que se

9
establezcan ligaduras que conducen a los complejos órgano – minerales;
particularmente a los arcillo-húmicos. Estos complejos contribuyen a
entramar a toda partículas, en una estructura porosa que lo hace mullido,
facilita la penetración de las raíces, permite la circulación del agua y del
aire, le da capacidad para almacenar agua utilizable por las plantas y lo
hace más fácil de trabajar.

Construyen galerías que presentan gran importancia en la renovación del


aire y el drenaje, y para hacerlas muchas veces desmenuzan capas
compactas y transportan los materiales extraídos hasta la superficie.

Dentro de la fauna, las lombrices juegan un papel muy importante, son


activas en los suelos de bosques, particularmente en los de textura
mediana y pesada, donde la vegetación es del tipo que le apetece. También
son muy activas en suelos de pradera, pero disminuye su actividad a
medida que aumenta la aridez del clima. Son muy efectivas en la mezcla de
la materia orgánica con la mineral del suelo y en desarrollo de una
estructura migajosa.

En muchas áreas forestales y de pradera, la capa superficial prácticamente


consiste en excrementos de lombrices y alcanza a más de 10cm, llegando
en algunos casos hasta 50cm. Estas capas reciben el nombre de mull de
lombrices y la deposición de las lombrices suelen alcanzar de 20 a 50
toneladas por hectárea.

Se alimentan con restos vegetales, los que al atravesar su tacto digestivo,


son descompuestos y elaborados por la flora intestinal, al mismo tiempo,
las sustancias orgánicas transformadas son íntimamente mezcladas con
partículas minerales no arcillosas, con ello se forma agregados muy
estables, en las que las partículas minerales no arcillosas, están ligadas por
los complejos arcillo – húmicos de carácter coloidal. Transportan materia
orgánica a profundidades que alcanzan entre 60 a 90 cm. Las galerías que
construyen esta recubiertas por un complejo coloidal arcillo – húmico, los
cuales las raíces de las plantas usan para obtener una penetración rápida
de raíces especialmente en capas densas.

Se ha demostrado en la estación experimental de Rafaela que en un suelo


decapitado, Bt muy arcilloso, considerado de muy baja productividad, se le
incorporó una buena masa de abono verde, habían proliferado una gran
cantidad, la estructura del suelo había mejorado notablemente y con los
cultivos posteriores, la productividad fue excelente.

También las hormigas juegan un papel importante, ya que se alimentan


directamente o indirectamente de fragmentos y restos vegetales y
animales y lo hacen a través de los hongos que cultivan. También generan
galerías, gracias a las hormigas excavadoras que alcanzan cuatro o más
metros de profundidad, en estas cámaras almacenan los fragmentos
vegetales y cultivan el hongo del que se alimentan.

10
Con sus excrementos y con los restos de los hongos, se convierten en
humus quedando incorporados al suelo, produciendo una mezcla con la
materia orgánica con la parte mineral que contribuye a crear condiciones
para formar agregados.

Los organismos que componen el suelo, son muy variados pero; ¿qué
función cumplen? Lo importante a destacar es su principal acción, que es
la de elaboración del humus y de mezclar la materia orgánica con la
mineral.

Este proceso, esquematizado en la figura 6, remarca la importancia de los


organismos en las distintas etapas del cierre del ciclo de la materia
orgánica sobre el suelo. La primer relación significa el proceso de
humificación que implica tanto la descomposición del material original
como la mayor o menor síntesis de los productos de esta descomposición.
Así una parte del material de partida es directamente mineralizado, como
se indica en la segunda relación. Luego en el humus se integra, asimismo,
una mayor o menor cantidad de nitrógeno atmosférico incorporado por los
microorganismos fijadores. El humus es, pues, un complejo de compuestos
orgánicos más o menos polimerizado de naturaleza coloidal que,
lentamente, sufre una mineralización progresiva sin perjuicio de que
alguno de los iones finales vuelva a ser reincorporado al humus en un
proceso de nueva fijación. Todas estas labores son realizadas por medio de
microorganismos del suelo.

Fig. 6 Ciclo de la materia orgánica y papel de los organizamos de suelo

11
Vegetación
Es el factor biótico más importante, ya que su intervención es
indispensable para la formación del suelo, “sin plantas no pueden formarse
suelos”.

Las propiedades de los materiales, más directa y rápidamente afectadas


por las plantas eran: Los contenidos de carbono orgánico y nitrógeno total,
pH y la densidad aparente. Todas estas propiedades cambiaban muy
rápidamente durante los primeros estadios de la colonización del material
por las plantas. El contenido de carbono al comienzo aumentaba
rápidamente y luego continuaba más lentamente. Aparentemente, tendía
a un porcentaje estacionario aunque continuando un progresivo
enriquecimiento hacia mayor profundidad. El nitrógeno total mostraba una
forma de variación similar a la del carbono. En todos los sistemas en las
etapas pioneras y tempranas de la sucesión se producía ese rápido
incremento de nitrógeno. Los cambios de pH eran pronunciados en todas
las secuencias y muy rápidos en las primeras etapas.

La densidad aparente es modificada en una forma muy importante por la


presencia de vegetación. La principal causa de esta variación es la
presencia de raíces y de restos de plantas, con la microflora asociada.
Como ellas están concentradas en el horizonte superficial, los efectos más
pronunciados se observan en él, provocando que se vuelva mullido y
después tiende avanzar en profundidad.

Cuando una masa de partículas se acumula, dan lugar a la aparición de la


vegetación, que va transformando en un sistema que puede absorber y
almacenar parte de la energía que recibe de la radiación solar y
nutrimentos. La fecundación del material originario ocurre cuando el
viento transporta hasta el material fragmentos de líquenes. Éstos son
asociaciones de hongos y algas, donde el hongo le da raíces para poder
extraer los nutrientes minerales de la masa, no sólo a los de forma soluble
sino que agrede a los minerales contribuyendo a su alteración. Las algas
cumplen la función de la fotosíntesis, que produce los compuestos
orgánicos necesarios para formar sus cuerpos y el de los hongos, entonces
a este nivel se ha logrado alcanzar un sistema que puede acumular energía
y nutrimentos. La energía almacenada en forma de materia orgánica puede
ser utilizada por los insectos y microorganismos que se alimentan de los
líquenes muertos, con la instalación de los líquenes nace el suelo.

En una primera etapa los líquenes pueden adherirse directamente a las


rocas, sin que antes hayan producido la alteración de las mismas, ya que
ellos al agredirlas participan en su alteración, contribuyendo a
desintegrarlas. Cuando ellos mueren, la materia orgánica y los nutrimentos
que ella contiene quedan sobre la superficie y se mezclan con los
productos de la desintegración de las rocas. El resultado es un hábitat

12
mejorado, aún para los propios líquenes y para los insectos y
microorganismos que lo acompañan.

Los elementos liberados por la desintegración de las rocas y los minerales,


pueden ligarse químicamente con la materia orgánica. Las partículas
resultantes son la primera manifestación de lo que constituye el rango más
característico de la formación del suelo, que son prototipos simples de los
complejos arcillosos que se encuentran en los suelos más desarrollados.
Cuando se ha acumulado suficiente suelo, los musgos reemplazan a los
líquenes y el espesor del suelo continúa aumentando. Los musgos tienen
aptitud para agredir y penetrar en las rocas y contribuyen al fisuramiento.
Los microorganismos (hongos, bacterias, algas, actinomicetes) ya existían
en la piedra desnuda, pero ahora por la presencia de residuos orgánicos
que ellos descomponen permite su multiplicación, participando también en
la alteración química de los minerales. Los productos obtenidos son sílice
amorfa y minerales de arcilla como la montmorillonita y beidelita.

Cuando aparecen pastos alpinos, alrededor del 30% de los minerales


presentes en el suelo son de neoformación, se producen por síntesis
dentro de los vegetales, entre ellos la montmorillonita.

En las primeras etapas de la colonización aún no están presentes las


bacterias fijadoras de nitrógenos, así que el nitrógeno proviene del agua de
lluvia y lo almacenan en sus cuerpos, mejorando así el hábitat. Después
aparecen las fijadoras de nitrógeno y contribuyen al enriquecimiento del
suelo.

Con la introducción de los pastos, la fauna se activa y comienza la


formación de los verdaderos agregados, con ello se mejora aún más el
hábitat del suelo para los insectos y otros animales pequeños los que
multiplican rápidamente y aportan a la formación de un mejor estado del
suelo. Las condiciones son más propicias para las formas de vida vegetal
más elevada y aparecen las plantas superiores, arbustos y árboles, los
cuales con sus raíces interviene en la hendidura y fragmentación de las
rocas.

Los árboles al comienzo aparecen espaciados, a diferencia de los pastos


continuamente están aportando al suelo restos vegetales que restituyen
buena parte de los nutrimentos minerales extraídos, los árboles al
construir su madera, ramas, raíces estables y su follaje conservan sin
devolución una mayor parte de los nutrientes minerales extraídos y
pueden ocasionar una marcada declinación de la fertilidad del suelo, con
ello eliminan la competencia de especies más exigentes en nutrimentos.
Esto ocurre hasta que la población de árboles se ha incrementado en
forma tal que su follaje cubre toda la superficie, entonces se alcanza un
estado en el que las pérdidas por lavado y las exportaciones por los árboles
se ve compensado por el retorno derivado de la caída de las hojas y restos
vegetales.

13
El cierre del follaje contribuye a una mayor retención de humedad que el
suelo es capaz de almacenar, no sólo porque la sombra atenúa la
evaporación, sino porque se forma sobre la superficie una capa de hojas y
restos que aumentan la infiltración y reduce la evaporación. La especie de
árbol que participe en el proceso también influye ya que si son robles los
que participan, éstos extraen más calcio de la profundidad del suelo,
depositándolo en superficie, cosa que un pino no hace. Entonces los suelos
de robles son más ricos en calcio, menos ácido y lavados, en relación a un
suelo con pinos.

Tiempo
El suelo transcurre a lo largo del tiempo por diferentes etapas de
desarrollo desde su origen, senilidad y muerte, pero el tiempo y el
desarrollo no guardan relaciones generales. Una cosa es la edad del suelo y
otra la etapa de desarrollo.

La presencia de carbonatos alcalinotérreos en el material originario,


mantiene en el medio, condiciones de ligera alcalinidad, que frena la
hidrólisis y la alteración de los otros minerales, retardando la evolución del
suelo. Estos carbonatos lo que hacen es mantener la solución del suelo en
una concentración de iones divalentes suficientes como para mantener
floculados a los coloides orgánicos o minerales impidiendo su migración en
suspensión y estabilizando el perfil del suelo. Por ello, mientras el suelo
conserve al material alcalinotérreo se mantendrá en etapas juveniles. Una
vez lavado los minerales alcalinotérreos, se produce la acidificación del
suelo, la alteración de minerales y la migración de coloides se hace posible
y el suelo prosigue su desarrollo. En condiciones normales alcanza un
estado de equilibrio con las condiciones de clima y vegetación, que
corresponde a la madurez.

Cuando el relieve es a nivel no se alcanza un estado de equilibrio. Esto


resulta de la ausencia de una erosión normal. Los procesos continúan
indefinidamente afectando un mismo espesor del material originario. El
horizonte B, recibe cada vez más arcilla del horizonte A. En este proceso lo
que sucede es que esa arcilla eluvial se va acumulando en B haciéndolo
cada vez menos permeable al agua y la arcilla se va acumulando en el
límite superior de B (ganancia iluvial). Este límite se hace cada vez más
brusco paralelo a la superficie. Esto causa dos efectos, uno que tiende a
aumentar el espesor del horizonte A y otro que tiende a provocar el
ascenso del horizonte B.

La impermeabilización de B, hace que el agua que desciende por el perfil al


llegar a ese límite brusco, se disminuye o se detenga ese descenso y se
acumule ahí. Allí permanece una capa de agua que anega la parte inferior
de A por un período más o menos largo, hasta que completa su drenaje.

14
Ese tiempo de anegamiento crea condiciones reductoras, provocando
formas reducidas del hierro y manganeso que se vuelven solubles y por
ende movilizados por la circulación del agua. El hierro y el manganeso son
lavados del perfil y el horizonte pierde color. La permanencia del agua
acentúa la disolución y favorece el lavado. La reducción del hierro y el
mayor lavado de los elementos alcalinotérreos favorecen la desagregación
de los grumos y dispersión de coloides, estos migran al horizonte B
haciéndolo más arcilloso y más impermeable.

El resultado es un suelo en el que su horizonte A está muy lavado, ha


perdido demasiados coloides y ha disminuido su capacidad de retener
adsorbidos algunos elementos minerales necesarios para la nutrición de las
plantas. Entonces a este horizonte pobre y decolorado se lo conoce como
horizonte E, al que le sucede un horizonte Bt. Estas características no
permiten una buena penetración de raíces, ni el intercambio de oxígeno
necesario para la respiración de las raíces y de los microorganismos útiles,
esto indica que se ha pasado la madurez y estamos en signos de senilidad.
Esto suelos son comunes en la región pampeana y ocurre en lugares donde
se acumula agua por desagües deficientes.

El número de años requeridos para que se forme un suelo depende de la


naturaleza del material originario, del clima, del relieve y de la vegetación.
Si el material originario es residual y está formado a partir de una roca, la
evolución del suelo no podrá ser más acelerada de lo que es la
meteorización de la roca y la meteorización dependerá del clima y de la
resistencia de los minerales que lo componen. Pero si el material originario
es sedimentario la evolución es mucho más rápida. La temperatura, las
lluvias, el relieve, la resistencia a la meteorización de la roca originaria y el
grado de desmenuzamiento del material originario, influyen
marcadamente en la velocidad de la evolución.

Factor Humano
El hombre ejerce su influencia sobre los procesos formadores del suelo
principalmente a través de la actividad agropecuaria a través de la
aplicación de riego, fertilización y la siembra de distintos cultivos.

Podemos destacar como las más importantes a las siguientes:

1. Sustitución de especies arbóreas naturales por forestales.

2. Tala abusiva, desmonte y transformación del bosque en matorral.

3. Transformación del bosque en parque o pradera semipermanente para


ganadería.

4. Incorporación de cultivos de uso agrícola.

15
En general, la influencia del hombre trae como consecuencia un mayor
efecto de los factores climáticos en la evolución del suelo. Así la roca
madre y el relieve, a igualdad de otras circunstancias, poseen mayor
influencia en la pedogénesis (formación del suelo) de un suelo modificado
por la actuación humana que en la de un suelo virgen.

La actividad el hombre puede considerarse como una degradación,


entendiendo a este concepto en el sentido genético pero no
necesariamente en el sentido negativo. Es factible encontrar naturalmente
acciones humanas que no degraden al suelo sino que tiendan a ayudarlo
tampoco en su evolución natural o a mantenerlo en equilibrio con el medio
ambiente.

Es necesario aclarar dos conceptos que se suelen confundir; ellos son


tecnología y mecanización.

Al hablar de tecnología agrícola nos referimos a la correcta aplicación del


conjunto de conocimiento que se posee con relación al arte de producir
cosechas. Es eminente racional y procura la mayor producción, con los
mejores resultados económicos, compatibles con la conservación de la
capacidad productiva de los suelos.
La mecanización es la aplicación de la maquinaria para aumentar la
potencia con que actúa el hombre o para facilitar esa acción.

Se ha señalado que el hombre por mal manejo del suelo, sin la maquinaria
deterioraba o arruinaba un cierto número de hectáreas, al disponer de la
máquina y seguir con la misma metodología de trabajo, su acción es
negativa, ya que se intensifica y afecta un número mayor de hectáreas. En
cambio, si el hombre utiliza la máquina en forma racional, aplicando
tecnología, multiplica su potencial productivo sin dañar el suelo.

16
Referencia bibliográfica
AGROS ARGENTINA (2003) “Curso de Operador del sistema productivo
agropecuario con método biológico. Módulo 4: Fertilidad del suelo y nutrición de
las plantas”. Recuperado el 6 de septiembre de 2011 de
http://www.lineaverdebio.it/-/modulos_pdf/4/M%C3%B3dulo_4.pdf

De la Fuente Silva, L. (2006) “El suelo”. Recuperado el 7 de septiembre de 2001 de


http://www.monografias.com/trabajos6/elsu/elsu.shtml

Vázquez Piqué, J. & Tapias Martin, R. (2008) “Edafología y Climatología Forestal”.


Universidad de Huelva. Recuperado el 6 de septiembre de 2011 de
http://www.uhu.es/03010/

17
Perfiles y
horizontes

Clima y suelo
Perfil del suelo: horizontes
Un perfil de suelo es la exposición vertical, de horizontes o capas
horizontales, de una porción superficial de la corteza terrestre. Los perfiles
de los suelos difieren ampliamente de región a región, en general los
suelos tienen de tres a cinco horizontes y se clasifican en horizontes
orgánicos (designados con la letra O) y horizontes minerales (con las letras
A, B, C).

El material que compone al suelo, sus propiedades físicas y químicas, y la


diferenciación que existe entre los horizontes son los rasgos
predominantes que sirven para definir las clases taxonómicas. Si se desea
analizar los distintos horizontes, se encontrará como un requisito
importante el hecho que se posea un espesor suficiente para influir en el

2
comportamiento del suelo, que podrá verse modificado con las condiciones
climáticas reinantes y del factor biótico en que se encuentra, que
determinarán su relación con el resto.

La terminología utilizada en la descripción de los horizontes es la expuesta


en la "Guía para la descripción de perfiles de suelos" (FAO, 1990). Los
colores se establecen siguiendo las "Cartas de suelo de Color de Munsell"
(KIC, 1990).

La descripción y definición de los grupos de suelos se basa en las


características y propiedades del suelo junto con la presencia de
determinados horizontes.
Se entiende por "características del suelo" aquellos parámetros simples
que pueden ser observados en el campo o medidos en el laboratorio. Entre
ellos tenemos el color, la textura, la estructura, los rasgos de actividad
biológica, la distribución de poros y las concentraciones edáficas de
materiales, como pueden ser manchas, nódulos o revestimientos; todos
ellos derivan de la observación detallada, incluso con ayuda de técnicas
microscópicas. Los medios analíticos nos proporcionan otras características
como la reacción, la capacidad de intercambio iónico, las bases cambiables
o la presencia y naturaleza de sales solubles.

Consideramos las "propiedades del suelo" como un conjunto de


características que indican la presencia, presente o pasada, de
determinados procesos edafogenéticos. Un ejemplo lo constituirían las
propiedades vérticas, que son una combinación de textura arcillosa. Los
horizontes son cuerpos tridimensionales situados más o menos paralelos a
la superficie de la tierra. Su espesor puede variar desde unos centímetros a
varios metros. Sus límites pueden ser graduales, claros o abruptos. La
extensión de un horizonte varía desde un metro hasta varios kilómetros,
pero nunca es infinita, desaparece o cambia de forma gradual hacia otro
tipo de horizonte.

Un perfil corresponde a la formación y evolución del suelo bajo la


influencia de estos factores y procesos formadores de suelos, conduciendo
éstos a la diferenciación de capas o estratos sucesivos que se distinguen
entre sí morfológica y químicamente, llamados horizontes y al conjunto de
estos se lo denomina perfil. Dado que el suelo es un componente
tridimensional y dinámico del paisaje, tiene ancho, largo y profundidad,
pero como un perfil corresponde a un punto de la superficie terrestre
(descripto bidimensionalmente), sus características no pueden describir
adecuadamente al individuo – suelo. Esta dificultad se resuelve
expresándolo por un rango de perfiles que se define como perfil modal.

Este perfil modal se confecciona asignándole a las características de cada


horizonte los valores o cualidades que aparecen con mayor frecuencia
(valor modal), especificando un rango de variaciones, por ejemplo, el

3
horizonte A tiene un pH de 5.5 con máximos de 6.8 de pH y mínimo pH de
5. El perfil modal puede coincidir con un perfil real o ideal.

Describir un perfil consiste en la descripción de sus horizontes


constituyentes, por lo general un horizonte se diferencia de los adyacentes
por caracteres apreciables a campo sin embrago, a veces hace falta contar
con datos que se obtiene en laboratorio.

Nomenclatura de horizontes
Descripción del Individuo - Suelo

Para poder describir un perfil es necesario conocer sus caracteres externos


e internos.

Caracteres Externos:

La descripción del paisaje y características externas del lugar geográfico


donde se va a realizar el estudio morfológico de un suelo.

Dicha descripción comprende 2 partes, la primera de ellas incluye


específicamente la información sobre el lugar o área en estudio, mientras
que la segunda se refiere a características generales del suelo en
consideración.

Información sobre el lugar o área en estudio

 Ubicación:

Hay que ubicar con la mayor precisión posible el lugar de observación,


pudiéndose hacer uso de coordenadas geográficas, distancia a poblaciones
o vías de comunicación dentro de las cartas del IGM (Instituto Geográfico
Militar). También hay que colocar el nombre del establecimiento y
potreros. En zonas montañosas ubicar la altura sobre el nivel del mar. En
caso de usar fotografía aérea señalarse el número de mosaico, recorrido y
aerofotografía.

 Relieve:

La forma del relieve es uno de los rasgos externos propios del suelo. El
término relieve significa altura relativa de un punto y se lo define como las
elevaciones o irregularidades de un área considerada. Si es de escasa
superficie, se habla de microrrelieve.

Se pueden conocer 4 tipos de relieve:

4
Relieve pronunciado o excesivo: corresponde a elevaciones como sierras o
colinas, con escurrimiento muy rápido y de mayor erosión. Símbolo con
letra P.

Relieve normal: Es propio de áreas altas con inclinación y escurrimiento


medio. Símbolo con letra N

Relieve subnormal: Incluye las áreas chatas con lento o muy lento
escurrimiento. Frecuente con claypanes, duripanes y napas freáticas
cercanas. Símbolo con letra S.

Relieve cóncavo; Propio de áreas bajas con escurrimiento nulo o muy


lento, los suelos presentan exceso de agua la mayor parte del tiempo. Se
ubican suelos hidro y halomórficos. Símbolo con letra C.
En casos intermedios se usan símbolos combinados.

 Posición:

En relieves normales o pronunciados se hace la indicación de donde se ha


hecho la observación, como ser loma, media loma, pie de loma, bajo, etc.

 Pendiente:

Se refiere a la inclinación de la superficie en estudio y se define en función


del gradiente, forma y longitud. Se distinguen siete clases:

0: Áreas planas. Pendiente menor a 0.5%. Escurrimiento muy lento. Releve


S o N/S.

1: Áreas muy suavemente onduladas o suavemente ondulado. Gradiente 0


– 1% Relieve N/S a N. Escurrimiento muy lento a medio.

2: Área suave a moderadamente onduladas o inclinadas. Gradiente 1 – 3%.


Escurrimiento medio a rápido.

3: Áreas fuertemente onduladas o inclinadas. Gradiente de 3 – 10%.


Escurrimiento rápido

4: Áreas fuertemente inclinadas o colinadas. Gradiente 10 – 25%


Escurrimiento muy rápido.

5: Áreas escarpadas o muy colinadas. Gradiente 25 – 45%

6: Regiones montañosas o muy escarpadas con gradiente mayor a 45%.

La forma de la pendiente puede ser plano inclinado, convexo, cóncavo,


convexo – cóncavo irregular, etc. Para su longitud se clasifican en
pendientes cortas menos de 50 metros, medianas de 50 metros a 500
metros y largas de 500 a 2000 metros. La que tienen más de 2 Km reciben
el calificativo de muy largas. Se puede completar el informe dando la
dirección de la pendiente. Ej., Sureste – Noroeste.

5
 Vegetación y Uso:

Es importante describir la vegetación natural y/o cultivada existente en el


suelo en estudio.

Si nos referimos a la presencia de vegetación natural debemos describir su


composición, grado de cobertura y correlación de límites con las
condiciones edáficas. Es conveniente marcar las especies vegetales según
su nombre científico y vulgar.

Si se trata de cultivos hay que precisar el tipo de cultivo, destino y estado


general. En caso de cultivos agrícolas puede hacerse referencia a su
manejo, historia cultural del potrero y rendimientos posteriores. En
explotaciones ganaderas se menciona el tipo de pastura usada, manejo y
toda la referencia a receptividad y rendimiento que se conceptúe de
interés en relación al suelo. Toda fertilización o corrección del suelo, así
como operaciones de drenaje o aterrazamiento debe anotarse con
precisión.
Características generales del suelo en estudio:

 Drenaje:

Es la velocidad y rapidez con la que el agua es eliminada del suelo por


escurrimiento superficial o por pasaje a través del suelo a las napas
subterráneas. El drenaje natural que posee el suelo se resume en las
observaciones de escurrimiento y permeabilidad, en una clasificación
bastante sencilla de aplicar.

Incluye las siguientes clases:

0: Suelos muy pobremente o mal drenados; permanece agua en superficie


por bastante tiempo. Frecuentemente encharcados.

1: Suelo pobremente drenado. El agua sale lentamente del suelo, que


permanece mojado por significativos períodos de tiempo. A menudo
presenta moteados de gleización inmediatamente debajo del horizonte A,
o en la parte inferior de este horizonte.

2: Suelo imperfectamente drenado. El agua sale lentamente del suelo, que


permanece mojado por significativos períodos de tiempo. A menudo
presenta moteados de gleización inmediatamente debajo del horizonte A,
o en la parte inferior de este horizonte.

3: Suelo moderadamente bien drenado. El agua se retira con cierta


lentitud, por lo que el perfil puede aparecer húmedo por cierto tiempo no
muy prolongado. Suelos zonales con algún horizonte de lenta a
moderadamente lenta permeabilidad o a nivel freático relativamente alto
cierta época del año. Puede haber débiles moteados en B o C.

6
4: Suelo bien drenado. El agua se retira con facilidad pero no con rapidez.
Suelo de textura media con escaso y/o débiles moteados en el C. Sin
síntomas de hirdoformismos en el solum.

5: Suelo algo drenado. El agua se retira con rapidez. Generalmente suelos


arenosos o poco desarrollados de permeabilidad rápida y / o escurrimiento
rápido.

6: Suelo excesivamente drenado. El agua se retira con mucha rapidez por la


lata porosidad o por ser escarpados. Prácticamente no tienen humedad.
 Profundidad de napa:

Si son conocidos, deben incluirse los datos de la napa freática: presencia,


profundidad en metros y, si hay aguas subterráneas más profundas.
Indicar, además, la calidad del agua.

 Pedregosidad y rocosidad:

El grado de pedregosidad externa del suelo se debe a la textura del suelo y


a la aparición de distintos tamaños de rocas presentes en las capas
superficiales del suelo y registrar si están expuestas o no.
 Material Originario:

Anotar el tipo de roca del que se trata, con las características más
destacadas que presente, utilizado la nomenclatura adecuada. Ej.:
sedimentos marinos, sedimentos loéssicos, etc.

 Erosión:

El observador debe precisar el tipo de erosión presente si es eólica o


hídrica y la intensidad del proceso. La apreciación del grado de erosión bajo
los términos de ligera, moderada, severa y grave. Si no hay síntomas de
erosión, se usa la expresión 0.

 Caracteres internos:

Requiere practicar la descripción morfológica del perfil. Para ello debe


procederse a efectuar la identificación y descripción de las características
de cada uno de los horizontes que lo forman.

Identificación y medición de horizontes

El reconocimiento del perfil de un suelo implica, fundamentalmente, la


descripción de los distintos horizontes que lo forman y que, normalmente,
se puede diferenciar entre sí por características visuales apreciables en
campaña.

7
El perfil edáfico incluye, además de los horizontes genéticos, a las capas
orgánicas naturales que pueden cubrir la superficie y el material originario
o capas subyacentes que influyen en el desarrollo del perfil considerado.
Para el reconocimiento del perfil se debe llegar a una profundidad que
tope con una capa rocosa o, en su defecto, hasta 1,5 metros a 2 metros de
profundidad. La descripción objetiva del perfil y de las capas de horizontes
es la información básica en el que se apoya todo estudio de suelos y no
puede ser nunca suplida por las posteriores tareas de análisis de
laboratorio.

Al realizar la descripción del perfil se procede primariamente a obtener


una impresión visual general del mismo, para luego localizar los distintos
horizontes, midiendo sus espesores y observando las características de los
respectivos límites.

 Profundidad, espesor y límite de los horizontes:

Al describir el perfil del suelo se debe incluir para cada horizonte o capa, el
espesor en centímetros y la profundidad de cada uno de sus límites
superior e inferior, a contar desde su superficie como las características de
ellos.

El pasaje de un horizonte a otro se diferencia por su límite. Este límite


puede ser desde abrupto, claro, gradual a difuso. Otra cosa a destacar es su
forma, es decir, a la configuración que adquiere en el plano tridimensional
que separa a dos horizontes, pudiendo ser suave, ondulado, irregular y
quebrado. Una vez identificados, se hacen marcas y se procede a la
medición de cada horizonte y se determina la profundidad de cada límite.
Horizontes Principales y Capas

Los horizontes genéticos no son necesariamente equivalentes a los


horizontes de diagnóstico utilizados en la Taxonomía de Suelos. La
designación de los horizontes genéticos expresa un juicio de tipo
cualitativo al respecto de los cambios que se cree que tomaron lugar en el
suelo; siendo que, los horizontes de diagnóstico, están definidos en forma
cuantitativa por las características usadas para diferenciarlos. Un horizonte
que funciona como diagnóstico puede involucrar a varios horizontes
genéticos, y los cambios expresados por la designación de los horizontes
genéticos no pueden ser suficientes para justificar el reconocimiento de
diferentes horizontes de diagnóstico.

Los horizontes principales y capas se representan mediante las letras


mayúsculas O, A, E, C, y R. Estas letras constituyen los símbolos básicos a
los cuales se agregan otros caracteres para complementar la designación.
La mayoría de los horizontes y capas se simbolizan con una sola letra
mayúscula, pero algunas transiciones exigen 2.

8
 Horizontes y Capas

Horizontes o capas O:

Capas dominadas por material orgánico, integrado por material coprógeno,


marga o tierra de diatomeas. La fracción mineral en este material solo
constituye un pequeño porcentaje del volumen total y generalmente tiene
menos de la mitad del peso de la capa. Algunos sólo se constituyen por
capas orgánicas. Algunas capas O están constituidas por hojarasca (piso
forestal) no descompuesto o parcialmente descompuesto (tales como
hojas, agujas, ramas pequeñas, musgos y líquenes), que han sido
depositados en la superficie. Pueden estar sobre suelos minerales u
orgánicos. Otras capas O consisten de materiales orgánicos que fueron
depositados bajo condiciones de saturación y tienen diferentes etapas de
descomposición.

Horizontes A:

Horizontes minerales que han sido formados en la superficie o abajo de un


horizonte O, que exhiben la eliminación de toda o gran parte de la
estructura original de la roca y muestran una o ambas características:

1. una acumulación de materia orgánica humificada íntimamente asociada


con la fracción mineral y no dominados por características de los
horizontes E o B.

2. propiedades resultantes de su cultivo, de pastoreo o por tipos de


disturbios similares.

Horizontes E:

Se refiere a horizontes minerales, siendo la principal característica la


pérdida de arcilla silicatada, hierro o aluminio o alguna otra combinación
de estos minerales, permaneciendo una concentración de partículas de
arena y limo. Exhiben una eliminación de toda o la mayor parte de la
estructura original que existía en la roca o material original. Estos
horizontes son más claros que el horizonte B en lo que refiere al color.

Contienen por lo general menos contenido de materia orgánica que el


horizonte A. Un horizonte E se encuentra por lo general cerca de la
superficie, debajo de un horizonte O, o de un A y encima de un horizonte B.
Su formación se genera por periodos de anegamiento, causando
anaerobiosis, dando una solubilización de elementos y posterior lavado de
los mismos, perdiendo arcilla y nutrientes.

Horizontes B:

9
Horizontes que se han formado abajo de un horizonte A, E u O y están
caracterizados por la destrucción de toda o la mayor parte de la estructura
de la roca madre y por:

1. Concentración iluvial de arcilla silicatada, hierro, aluminio, humus,


carbonatos, yeso o sílice, solos o en combinación;

2. Concentración residual de sesquióxidos (Al2O3, Fe2O3).

3. Concentración residual de óxidos;

4. Revestimientos de sesquióxidos que hacen al horizonte conspicuamente


menor en luminosidad, intensidad mayor o matiz más rojizo en los
horizontes supra y subyacentes, sin aparente iluviación de hierro.

5. Alteración que forma arcillas silicatadas o libera óxidos o ambos y que


forma una estructura granular, en bloques o prismática si las variaciones de
volumen cambia acompañado de cambios en el contenido de humedad.

Todos los tipos de horizontes B son o fueron originalmente horizontes


subsuperficiales.

Horizontes C:

Horizontes o capas, excluyendo a la roca dura, que están poco afectados


por procesos pedogenéticos y carecen de las propiedades de los horizontes
O, A, E, o B. Los suelos que se forman a partir de materiales ya
meteorizados y si éstos no reúnen las exigencias para A, E o B se
denominan C. La dificultad de excavación en estos materiales es baja o
moderada.

Capas R:

Lecho rocoso fuertemente cementado o endurecido como el granito,


basalto, cuarcita y caliza o arenisca consolidada. La capa R es tan
coherentemente húmedo que no es posible su excavación con pala aunque
puede ser astillada, desmenuzada o raspada. Algunas capas R se pueden
desmoronar con equipo pesado. La roca madre puede tener grietas, pero
éstas son generalmente tan pocas y tan pequeñas que no permiten
penetrar a las raíces. Las grietas pueden estar recubiertas o rellenas con
arcilla u otro material.

Horizontes Transicionales y Combinación de Horizontes

Existen 2 clases de horizontes de transición y para cada caso se emplean


convecciones específicas:

10
 Horizontes dominados por propiedades de un horizonte mayor que
tiene propiedades subordinadas de otro. Se usan dos letras
mayúsculas como símbolo para estos horizontes de transición; por
ejemplo: AB, EB, BE, o BC. El primero de esos símbolos indica al
horizonte mayor cuyas propiedades dominan en el horizonte
transicional. Un horizonte AB, por ejemplo, tiene características de
ambos, un horizonte suprayacente A y un subyacente B, pero es
más parecido al A que al B.

 Horizontes que se encuentran mezclados. Las dos letras


mayúsculas que designan tal combinación de horizontes están
separadas por una barra (/), como E/B, B/E, B/C. La mayoría de las
partes individuales de uno de los horizontes componentes está
rodeada por el otro. La primera letra corresponde al horizonte que
ocupa más del 50 % del volumen del horizonte.
Símbolos Sufijos

Se usan letras minúsculas como sufijos para designar tipos específicos de


horizontes mayores y capas (Fig. 7). El término “acumulación” es utilizado
en muchas definiciones para indicar que el horizonte deberá tener más del
material en cuestión que el que se presume que ha estado presente en el
material parental. Los símbolos de los sufijos y sus significados son como
siguen:

11
Fig. 7 Simbología y sufijos de la nomenclatura de suelos

Caracteres diferenciales de horizontes: color, textura,


estructura, consistencia.
Los diferentes horizontes que constituyen un perfil de un suelo
determinado, se diferencian entre sí en una o más de las siguientes
propiedades: Color, textura, estructura, consistencia, concreciones panes
y cementaciones, reacción de pH, materia orgánica e biológica y
salinidad.

El color es uno de los factores que nos transmite información sobre la


composición del suelo. Los suelos jóvenes suelen tener unas características
parecidas a las de la roca madre, mientras que los suelos viejos no tienen
por qué parecerse a ésta. La forma más conveniente de medir un color es
mediante su comparación con una carta – patrón de colores, la más
utilizada la Carta de Munsell.

La carta de Munsell consiste en 175 cuadritos coloreados,


sistemáticamente montadas por matiz, luminosidad e intensidad, las tres
variables simples se combinan para dar todos los colores. EL matiz es el
color dominante del espectro y está relacionado con la longitud de onda
dominante de la luz. La luminosidad se refiere a la relativa iluminación del
color y es función de la cantidad total de luz que refleja la muestra.
12
Referencia bibliográfica
AGROS ARGENTINA (2003) “Curso de Operador del sistema productivo
agropecuario con método biológico. Módulo 4: Fertilidad del suelo y nutrición de
las plantas”. Recuperado el 6 de septiembre de 2011 de
http://www.lineaverdebio.it/-/modulos_pdf/4/M%C3%B3dulo_4.pdf

De la Fuente Silva, L. (2006) “El suelo”. Recuperado el 7 de septiembre de 2001 de


http://www.monografias.com/trabajos6/elsu/elsu.shtml

Vázquez Piqué, J. & Tapias Martin, R. (2008) “Edafología y Climatología Forestal”.


Universidad de Huelva. Recuperado el 6 de septiembre de 2011 de
http://www.uhu.es/03010/

11
Características de
los distintos
horizontes

Clima y suelo
Caracteres diferenciales de
horizontes: color, textura,
estructura, consistencia.
Los diferentes horizontes que constituyen un perfil de un suelo
determinado, se diferencian entre sí en una o más de las siguientes
propiedades: Color, textura, estructura, consistencia, concreciones panes
y cementaciones, reacción de pH, materia orgánica e biológica y
salinidad.

El color es uno de los factores que nos transmite información sobre la


composición del suelo. Los suelos jóvenes suelen tener unas características
parecidas a las de la roca madre, mientras que los suelos viejos no tienen
por qué parecerse a ésta. La forma más conveniente de medir un color es
mediante su comparación con una carta – patrón de colores, la más
utilizada la Carta de Munsell.

La carta de Munsell consiste en 175 cuadritos coloreados,


sistemáticamente montadas por matiz, luminosidad e intensidad, las tres
variables simples se combinan para dar todos los colores. EL matiz es el
color dominante del espectro y está relacionado con la longitud de onda
dominante de la luz. La luminosidad se refiere a la relativa iluminación del
color y es función de la cantidad total de luz que refleja la muestra.

2
La intensidad es la pureza relativa del color del espectro y aumenta con la
disminución del griseado.

Dentro de cada hoja los colores están dispuestos verticalmente según


saltos visuales iguales y son sucesivamente más claros hacia arriba, su
luminosidad aumenta en ese sentido. La intensidad incrementa
horizontalmente hacia la derecha, los colores son más grises hacia la
izquierda. La nomenclatura del color consiste en el nombre del color y la
correspondiente dotación de Munsell o símbolo del color.
El color del suelo cambia con su humedad, a veces el cambio es bastante
grande. Los colores más húmedos son más oscuros. La diferencia en la
luminosidad se da en los suelos ricos en materia orgánica. Por eso la
apreciación de los colores de los suelos debe hacerse de dos formas
distintas una seca al aire y la otra a capacidad de campo. Ej., de cómo
queda un color de suelo con su descripción de Munsell es 5 YR 4/4; 3/4
en Húmedo y en seco sólo varió en un punto la luminosidad, el resto
permaneció invariable.

Las descripciones hechas para uso técnico o de series de suelo deben


incluir los símbolos de color y los nombres respectivos, tanto en seco como
húmedo especialmente cuando sean significativamente diferentes.

Cuando hablan de horizontes moteados se refieren a la presencia de


manchas con lunares o motas de color. Esto ocurre por haber tenido en
algún momento de su de evolución el drenaje impedido o materiales
originarios no totalmente meteorizados. Se debe marcar del moteado su
contraste si es débil, preciso o sobresaliente, esto se refiere a la intensidad
del color que presentan. Se debe marcar también la abundancia, que se
mide en porcentaje en función de la superficie que ocupe, y por último el
tamaño refiriéndose al diámetro de las motas.
La Textura hace referencia al tamaño de las partículas que componen el
suelo, en proporciones porcentuales en que se encuentra las partículas
primarias del suelo en función de su tamaño, específicamente considerada
los porcentajes de arcilla, limo y arenas de menos de 2 mm de diámetro.

En base a la composición mecánica se establecen agrupaciones


denominadas clases texturales, delimitadas por porcentajes, máximos y
mínimos, de partículas primarias de distintos tamaños.

A partir de la clasificación americana (figura 8) se admite 12


denominaciones texturales principales dependientes de la composición
mecánica. Obteniendo combinaciones como Arenoso, Arenoso – Franco,
Franco – Limoso, Franco – Arcillo – Limosos, etc. Todas las combinaciones
se pueden ver el triángulo de clasificación textural, al que se entra por los
porcentajes de los elementos que contenga el suelo y se determina qué
textura tiene ese suelo.

3
Fig. 8 Triángulo de clases Texturales
Si en un suelo encontramos elementos que tienen un diámetro mayor a
los 2 mm se debe tener en cuenta de agregar el uso de adjetivos para
aclarar el tamaño y forma de dichos fragmentos, siempre y cuando
encontremos más de un 20 % o más de fragmentos en el suelo. Se puede
encontrar por Ej. Suelos que se denominan gravillosos por tener elementos
de 2 mm a 4 mm o de 16 a 64 mm se denomina guijarrosos.

Por pedregosidad se entiende a la proporción relativa de piedras con más


de 25 cm de diámetro dentro del suelo o sobre él. Se establecen distintos
grados de pedregosidad, cuyo uso se justifica en suelos que puedan ser
utilizados desde el punto de vista agrícola – ganadero. Van de 0 a 5 los
grados de pedregosidad, se divide en porcentaje de presencia y se dice que
es 0 cuando tiene menos del 00.1 % y es 5 cuando tiene más del 90 %.

 La Estructura del suelo, se refiere a la agrupación de partículas


primarias formando partículas secundarias conocidas como
agregados y que constituyen la unidad estructural de un horizonte.

Debe distinguirse el agregado estructural de otras concentraciones


de partículas como de terrones o concreciones. Un agregado puede
definirse como un agrupamiento natural de partículas primarias,

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donde la fuerza de atracción entre ellas es superior a la del medio
externo. Al describir la estructura de un horizonte se debe tener en
cuenta tres cualidades, las cuales combinadas dan el nombre de la
estructura correspondiente.

Tipo de estructura: caracteriza la forma y ordenamiento de los agregados.

Clase de estructura: caracteriza el tamaño de los agregados

Grado de estructura: caracteriza la distinción y grado de resistencia de los


agregados visibles.

Clasificación por tipo:

 Granular: agregados en forma esferoidal, con partículas dispuestas


alrededor de un punto y limitadas por superficies curvas o muy
irregulares, que no se acomodan a la forma de los agregados
vecinos. Agregados relativamente no porosos.

 Migajosa: Similar al anterior, pero con agregados porosos.

 Laminar: Llamada platiforme, las partículas se disponen en un plano


generalmente horizontal, formando láminas. Presentando caras
horizontales.

 Bloques angulares: Agregados con aspectos de poliedros regulares


con sus tres dimensiones de tamaño similares. Caras planas, con la
mayoría de los vértices agudos.

 Bloques Subangulares: similar al anterior con la diferencia que


presenta caras mixtas redondeadas y planas, con vértices
principalmente redondeados.

 Prismática: agregados en forma de prismas, con su dimensiones


horizontales limitadas y considerablemente menores que la vertical.
Caras verticales bien definidas y vértices angulosos. Borde superior
recto.

 Columnar: Agregado igualmente prismático pero en un extremo


superior (cabeza) redondeado.

Si no se encuentra alguna disposición en el horizonte se dirá que es un


horizonte sin estructura. El grado expresa la cohesión dentro del agregado
y de la adhesión de los agregados entre sí, es decir la resistencia que opone
al ser deshecho por presión.

El grado de resistencia o permanencia de los agregados y la proporción del


material agregado y desagregado nos muestran a campo un buen indicador

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de la estructura. El grado de estructura varía con la humedad del suelo, se
debe especificar el grado de humedad al establecer la estructura para que
sirva de referencia.

Una estructura débil se refiere a agregados pocos definidos, pobremente


formados, apenas observables. Al perturbarlos, el material se rompe en
una mezcla de agregados enteros, muchos rotos u material sin agregación.
Una estructura moderada son agregados precisos y bien formados,
moderadamente durables y evidentes, aunque no muy claros en el suelo
desplazado. Cuando se lo perturba, se rompe en una mezcla de muchos
agregados enteros bien netos y precisos, algunos rotos y poco material
disgregado. Y por último, tenemos la estructura fuerte que son agregados
muy durables y evidentes que se adhieren débilmente a los demás
agregados. Soportan el desplazamiento y quedan separados cuando el
suelo es desplazado. Cuando se remueve el suelo en casi su totalidad los
agregados son enteros, algunos rotos y casi anda de material disgregado.
Se entiende como consistencia del suelo a ciertas características del
material constituyente que se expresan por su grado de cohesión y
adherencia o por la resistencia que posee a la deformación o ruptura. El
material tiene en su totalidad una determinada consistencia independiente
del tamaño de la masa, o que ésta se encuentre en condiciones naturales o
perturbadas, que tenga o no agregación o que esté húmeda o seca.

La consistencia incluso está en cierto modo relacionada con la estructura


del suelo, referida a la forma, tamaño y definición de los agregados
naturales que resultan de las variaciones en la fuerza de atracción dentro
de una masa del suelo, siendo que la consistencia se ocupa en cambio de la
intensidad y naturaleza de las fuerzas.
Consistencia en función de la humedad

Existen cuatro formas consideradas esenciales de consistencia en los suelos


(excluyendo el estado viscoso):

 a) Pegajosa, manifestada por el grado de adherencia y pegajosidad


a otros objetos.

 b) Plástica, se manifiesta por la elasticidad y capacidad de ser


moldeada.

 c) Blanda o suave, se caracteriza por la friabilidad.

 d) Dura o rígida.

El suelo es duro y muy coherente a bajo contenido de humedad, debido al


efecto de cementación que ocurre entre partículas secas. Si el suelo es
trabajado, por ejemplo, a través de un arado de discos o cincel con estas
condiciones se producen terrones. Si el contenido de humedad aumenta,

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se adsorben moléculas de agua sobre la superficie, lo cual decrece la
coherencia impartiendo friabilidad a la masa del suelo.

Esta zona que posee una consistencia friable representa el rango óptimo de
humedad del suelo, para el laboreo que se puede realizar sobre el suelo
para preparar la cama de siembra o de semillas. Por otra parte, si el
contenido de humedad se incrementa, la cohesión de las micro capas o
films de agua alrededor de las partículas hace que el suelo permanezca
unido y el suelo se vuelve plástico.

Ante este alto contenido de humedad los suelos son fácilmente enlodados;
algunos suelos exhiben pegajosidad dentro del estado plástico, otros la
presentan recién cuando se aproximan al estado viscoso.
Friabilidad

Se refiere a la facilidad que posee el suelo de desmenuzarse. El rango de


humedad en los cuales los suelos se encuentran friables, está relacionado
con el rango de humedad en la cual la condición es óptima para la labranza.
Los suelos están aptos para el laboreo cuando son friables y mullidos: los
gránulos individuales están blandos y la cohesión es mínima.

Existe suficiente humedad entre las partículas individuales como para


minimizar la cementación como efecto dominante en la zona de
consistencia rígida.

Plasticidad

La plasticidad puede ser definida como la propiedad que habilita a las


arcillas para cambiar de forma cuando están sujetas a una fuerza
deformante superior a las fuerzas cohesivas y mantener esa forma cuando
la fuerza deja de ser aplicada. Dicha forma se mantiene después que el
agua es removida. En el caso de los suelos con alto contenido de arenas
pueden ser moldeados cuando están mojadas pero el moldeado no
perdura cuando se secan: por lo tanto las arenas no son plásticas. Los
suelos se vuelven más plásticos cuando se incrementa el contenido de
humedad, pasando a ser más resistentes y exhibir considerable cohesión,
pudiendo ser moldeados.

Concreciones

Son sustancias químicas endurecidas en formas de granos o nódulos de


diversos colores, tamaño y forma.

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Las concreciones indican fenómenos de disolución y precipitación en el
suelo, debido a repetidos humedecimientos y movimientos de agua en los
perfiles, seguidos por desecaciones. Es más común encontrar concreciones
en los suelos hidrométricos que en suelos perfectamente drenados, con
excepción de las de calcáreo, que se pueden encontrar tanto en los bien
drenados, como en los imperfectamente drenados.

Concreciones de carbonato de calcio existen con formas redondeadas o


con aspecto ramificado. Sus tamaños pueden variar de pocos mm hasta de
10 cm, por ejemplo en el loess suele haber en abundancia llamadas
tosquitas, estas concreciones no son exclusivamente de carbonato de
calcio, puesto que también contienen una cantidad variable de carbonato
de magnesio, junto con otros materiales del suelo. La presencia de
concreciones de calcáreo se comprueba con ácido clorhídrico diluido, una
efervescencia en la concreción indica que está formada por carbonatos.
Otro tipo de concreción llamadas pisolitas, que son de hierro – manganeso,
semejantes a manganeso.
La presencia de concreciones negras formadas por manganeso se
comprueba con efervescencia de agua oxigenada al 5%. Una efervescencia
fuerte y violeta indica la presencia de bióxido de manganeso en las
concreciones. Una efervescencia leve es debido a la materia orgánica y no
debe confundirse.

También suelen existir concreciones formadas por la adhesión de partículas


del cemento sílico y otras debido al aluminio o titanio.

Cuando hay presencia de panes y cementaciones, se hace referencia a una


capa de consistencia dura y quebradiza conferidas por ciertas sustancias
cementantes, como carbonato de calcio, yeso, sílice, sales u óxidos de
hierro u aluminio. Estos son los que forman la tosca, o caliche.

Son panes de horizontes compactados o cementados. Pueden ser


genéticas, es decir, formadas durante el actual ciclo de meteorización y
edafización o ser relictos de ciclos anteriores. Entre ellos se incluyen los
duripanes, fragipanes y los claypanes.

La cementación puede verse afectada por el humedecimiento del suelo,


cuando la capa persiste inalterable dura, aún con prolongadas mojaduras,
la cementación es irreversible y se habla de un duripan y se simboliza con
m. Cuando se altera notablemente se habla de un fragipan, al
humedecerse se hacen moderadamente frágiles siendo de cementación
reversible.

Al hablar de la reacción del suelo nos referimos al pH del suelo. Este se


determina con muestras a campo y después en laboratorio a través de las
muestras obtenidas de los horizontes. Este nos determina la solubilidad de
los nutrientes, determinado así el crecimiento y desarrollo de los diferentes
cultivos, ya que a diferentes pH, hay diferentes elementos solubles.

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La Materia orgánica y la biología del suelo se deben destacar en la
apreciación del perfil, identificando la distribución y tipo de materia
orgánica que tiene el suelo. Si se encuentra materia orgánica iliviada sobre
un horizonte B se lo denomina Bh. La presencia de raíces, su abundancia y
profundidad deben indicarse en los horizontes ubicados por ellas. Por su
tamaño las raíces se pueden clasificar en muy finas, medianas y gruesas.

Otro aspecto a tener en cuenta es la presencia de animales en el suelo


como ser insectos, lombrices, ácaros, milipedios, crustáceos, roedores, etc.,
así como los aspectos visibles de su acción.

Respecto a la Salinidad y alcalinidad, se hace una determinación


aproximada muy gruesa, pero se debe determinar en laboratorio, ya que
esto afecta la evolución del suelo, debido a que con una alta salinidad se
mantiene floculado el suelo con buena agregación y sin sal se encuentra
disperso. Esta variable también influye en el crecimiento y desarrollo de
las plantas, ya que en un ambiente muy salino no podrían sobrevivir, a no
ser que sean especies adaptadas.

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Referencia bibliográfica
AGROS ARGENTINA (2003) “Curso de Operador del sistema productivo
agropecuario con método biológico. Módulo 4: Fertilidad del suelo y nutrición de
las plantas”. Recuperado el 6 de septiembre de 2011 de
http://www.lineaverdebio.it/-/modulos_pdf/4/M%C3%B3dulo_4.pdf

De la Fuente Silva, L. (2006) “El suelo”. Recuperado el 7 de septiembre de 2001 de


http://www.monografias.com/trabajos6/elsu/elsu.shtml

Vázquez Piqué, J. & Tapias Martin, R. (2008) “Edafología y Climatología Forestal”.


Universidad de Huelva. Recuperado el 6 de septiembre de 2011 de
http://www.uhu.es/03010/

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