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Julián Andrés Cruz Moreno - Marly Lorena Mora Cárdenas - Johana Pérez Contreras
Tendencias mundiales y buenas prácticas desde la perspectiva en torno a la gestión financiera pública: Las
principales tendencias en materia de GFP que se registran en nuestra región abarcan cambios que, en
general, se encaminan a potenciar la mayor transparencia, eficiencia y calidad del gasto público y están
basadas en estándares internacionales.
Gestión de Tesorería: Cuenta Única del Tesoro (CUT): Cuenta Única del Tesoro (CUT), que consiste en una
estructura unificada de las cuentas del gobierno que facilita la consolidación de sus saldos de efectivo y la
optimización de su uso, lo cual permite que los ministerios de Finanzas supervisen los flujos de caja del
gobierno y mejoren el control y el seguimiento presupuestario.
Gestión activa de caja: Otra tendencia importante en la gestión de la Tesorería consiste en fomentar una
buena coordinación y complementariedad entre las políticas de la Tesorería y las del Banco Central, para
concertar una gestión activa de caja con la política monetaria.
Sistemas Integrados de Administración Financiera (SIAF): Los SIAF son sistemas informáticos que
automatizan los procedimientos financieros necesarios para registrar los recursos públicos recaudados y
aplicarlos a la concreción de los objetivos del sector público.
De una manera amplia, el presupuesto puede definirse como un instrumento financiero en el que se refleja
el conjunto de gastos que se pretenden realizar durante un período de tiempo determinado y el detalle de
los ingresos que se prevén obtener para su financiación.
El presupuesto representa una técnica utilizable tanto en el entorno privado como público. Sin embargo, si
en la primera el presupuesto tiene una naturaleza meramente orientativa, en la segunda es plenamente
vinculante y limitativa para el gestor público.
• La necesaria intervención del Estado en la economía De este modo, el presupuesto se configura como un
instrumento propio de la Hacienda Pública y en él aparecen reflejados los bienes y servicios que ésta
adquiere, así como sus transferencias al sector público y sus ingresos fiscales. En tanto que “esqueleto del
Estado”, su vinculación con la política económica es esencial. La importancia del presupuesto rebasa los
límites del sector público de la economía, puesto que afecta de forma fundamental al funcionamiento global
de todo el sistema económico.
En cuanto a herramienta de gestión nos permite identificar el costo beneficio de los objetivos públicos
previstos, al tiempo que permite el control y evaluación del desarrollo presupuestaria comprobando el
grado de cumplimiento de las previsiones en él contenidas.
En definitiva, el presupuesto da respuesta a tres preguntas: ¿Qué bienes (o servicios) producir? ¿Cómo
producirlos? ¿Para quién? Partiendo del concepto de presupuesto, antes señalado, se han diferenciado
tradicionalmente tres perspectivas o conceptos posibles, que responden a diferentes efectos del mismo:
Económico
Político
Jurídico
SISTEMA DE ADQUISICIONES
Este componente está conformado por dos indicadores: marco legal e institucional del sistema de
adquisiciones y sistema electrónico de adquisiciones.
En este contexto, es de interés resaltar, por ejemplo, en Ecuador la nueva Ley Orgánica del Sistema Nacional
de Contratación Pública de 2009 y su reglamento de 2011, por medio de los cuales se eliminan los
tratamientos de excepción y se reduce la discrecionalidad de la autoridad, y en Paraguay la implementación
de Ley 3.439 de 2007, mediante la cual se crean la Dirección Nacional de Contrataciones, el Sistema de
Información de Contrataciones Públicas, el Sistema de Información de Proveedores del Estado y el sistema
electrónico para la adquisición de bienes y servicios estandarizados mediante la modalidad de Subasta a la
Baja Electrónica.
En la actualidad, este marco legal debería también promover y facilitar el desarrollo, la implementación y la
adopción de sistemas electrónicos de adquisiciones.
Para que un sistema de adquisiciones públicas funcione con eficiencia y transparencia, el Estado debe contar
con un ente rector, es decir: una entidad o unidad que se encargue de regular y supervisar el sistema. La
existencia de esta unidad permite dar transparencia, incrementar la eficiencia en las compras y
contrataciones de las diferentes instituciones del gobierno, y promover la competencia entre compradores y
proveedores.
La expansión de los sistemas “transaccionales” de e-compras gubernamentales no ha sido sustantiva.
Las ganancias de eficiencia y la mayor transparencia que brindan los sistemas electrónicos de adquisiciones
crecerán en la medida en que haya cada vez más procesos que se puedan realizar vía Internet. Si bien se
observa que en la región hay un mayor número de países que cuentan con su versión de e-compras, pocos
han pasado desde el estado de prestar exclusivamente un servicio informativo a otro más avanzado, de
realización sustancial de transacciones por la vía electrónica.
Refleja la preocupación de los países por fortalecer sus sistemas de control, tarea en la cual también los
organismos internacionales han contribuido de forma entusiasta por medio de sus programas de asistencia a
los países.
Se observa que en el periodo en estudio han tenido lugar las tendencias que se detallan a continuación.
El control interno es un proceso integral que está diseñado para enfrentar los riesgos y para dar una
seguridad razonable de que, en la consecución de la misión de la entidad, se alcanzarán objetivos
gerenciales, como una ejecución ordenada, eficiente y efectiva de las operaciones; un cumplimiento de las
obligaciones de rendición de cuentas; y una salvaguardia de los recursos para evitar pérdidas, mal uso y
daño.
Durante el último quinquenio se ha avanzado en la región para dotar a las entidades del gobierno central de
unidades de control interno para la revisión de los datos de los sistemas de información financiera, los
inventarios y los sistemas de contabilidad, y se han comenzado a llevar a cabo auditorías internas periódicas
para la revisión de cumplimiento de los procesos de control interno, entre otras actividades.
Una de las subregiones que mejor evidencia estos progresos es Centroamérica, donde se destacan, por
ejemplo, El Salvador y Honduras.
Existe una preocupación mayor por dar respuesta a las observaciones que emanan de la auditoria externa
Uno de los propósitos principales de los exámenes de la auditoria externa es mejorar la gestión de la
institución auditada en sus aspectos financieros y de desempeño. Para procurar que esto ocurra, uno de los
requisitos que se debe cumplir es que las instituciones auditadas envíen una respuesta formal por escrito a
las observaciones de la auditoria, detallando las medidas que se tomaran como consecuencia de la auditoria.
Este es un aspecto sobre cuya necesidad hay ahora mayor conciencia, y alrededor de un tercio de los países
analizados puso en marcha algún tipo de mejora al respecto.
Las mejoras directas de la gestión que se deriven de las prácticas modernas de auditoria tienen que
complementarse con una apropiada rendición de cuentas a la ciudadanía.