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Dice Doris Lessing: La primera cuestión es el lenguaje.

objetivas, las contradicciones, la dialéctica y demás (…) Sin


No digo nada nuevo si afirmo que el comunismo degradó embargo, la herencia de un lenguaje yermo y vacío podemos
el lenguaje y, con el lenguaje, el pensamiento. La jerga rastrearla todavía en algunas áreas del mundo intelectual y,
comunista es fácilmente reconocible. Pocas personas habrá en concreto, en ámbitos de la sociología, la psicología y la
que no hayan bromeado en su juventud con las condiciones crítica literaria.

Domingo 17 de mayo de 2020

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HOMENAJE >> CENTENARIO DE GUSTAVO DÍAZ SOLÍS

Relatos como serpientes


Víctor Bravo

I
Entre 1940 y 1963 Gustavo Díaz Solís
(1920 – 2012) publica cuatro libros de
brevísima extensión (Marejada, 1940;
Llueve sobre el mar, 1943; Cuentos de
dos tiempos, 1950; y Cinco cuentos,
1963). Sus textos han sido recogidos en
Gustavo Díaz Solís (1920-2012) fue narrador, ensayista, traductor y profesor universitario.
posteriores antologías de su obra (Ca- Presidió el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos. En 1995 fue reconocido
chalo, 1965; El niño y el mar, 1967; Arco
secreto y otros cuentos, 1973; Ophidia con el Premio Nacional de Literatura
y otras personas, 1997). Recibió el Pre-
mio Nacional de Literatura en 1995. que, que va creciendo hasta la última guía, en la distancia, ya es irremedia- rrativa el inesperado cierre en breví- imponiendo o fabricando el destino de
Libros de cuentos de una cautivan- línea del texto, como un arco que se blemente el enemigo. El cazador desvía simo texto. la hija del hacendado, lejos de todo in-
te intensidad, aquella que se alcanza tensa hacia la venganza que se realiza, el objeto de su caza, que era acaso un terés vital, en fábulas poco auténticas
en expresiones singulares del género. según se desprende de la expectación, ciervo, y matará una gran serpiente, y III respecto a las idealizaciones de, por
Obra breve e intensa que atraviesa en la siguiente línea del texto. Límpido entonces la selva toda, como un cuer- Podríamos decir con Valéry que la fra- ejemplo, Cheíta en “Detrás del muro
las resonancias estéticas y literarias cuento como muchos de Borges, en los po enemigo, irá contra él y el pantano se es un relato y el relato una frase; está el campo”, quien asumirá la muti-
de América y Venezuela: la naturale- que la venganza es diseño y perfección se tornará como una gran boca inten- de este modo es posible afirmar que lación de su deseado destino. Situación
za y sus ámbitos de alteridades, de be- ejecutoria del relato, para asombro y tando tragarlo y el guía con el mache- el lenguaje al decir el acaecer se tras- de carencia extrema, pozo de la pobre-
lleza y acecho, tal como se desprende delicia del lector. te tratando de asesinarlo. Es escena de forma en un relato, que no es sino el za, imposición de jerarquías, muerte
de la obra de Horacio Quiroga; tal co- En “La efigie” no ocurre un proce- espléndida sabiduría narrativa la del orden como relato de ese acaecer. El de los derechos en el brillo de los pri-
mo se huracana desde la obra de José so de humanización sino de sacraliza- escape del cazador de la boca del pan- acaecer cumpliéndose y cumplido al- vilegios donde en una orilla se celebra
Eustasio Rivera; tal como se enhebra ción de la serpiente, en ese cuento al- tano sobre el cadáver del indio que se canza en la representación del rela- la fiesta de los trajes y las risas y en la
en la obra de Gallegos desde la pure- canza su gravitación de absoluto para hunde. Aún el cuento nos dará esa úl- to, sentido y destino. La conciencia otra se ahogan las ensoñaciones. Así,
za salvaje, la desolación y la crueldad; la destrucción del otro. tima línea narrativa de la inminencia reflexiva y el relato crítico de la mo- en el centro de estos cuentos, en dolo-
así la extraviada y obcecada aventura El cazador en busca de su presa por el que coloca al cazador frente al ritual dernidad realizan un distanciamiento roso realismo, aparecen las relaciones
a El Dorado de los momentos estelares camino, visible en un instante y borra- indígena: ante la serpiente muerta, el (irónico, paradójico, humorístico) pa- de dominio y la callada crueldad de los
de Uslar; así la callada lucha de muti- do en el otro, penetra en la selva detrás cazador da un paso adelante, quizás ra poner en evidencia las incongruen- destinos humanos. Así la mutilación
lada ilusión y crueldad de las escenas del guía, indio taimado y silencioso. El ante su propia muerte. cias que son revelación de los engaños racial en el negro y en el indio; así la
de los campos petroleros en atmósfe- lector lo sabe, el cazador no: el indio es El relato en Díaz Solís, enhebran- del poder y de los rostros descarnados expoliación y la exclusión. Pobreza y
ras narrativas de Ramón Díaz Sán- adorador de la sagrada serpiente. Una do su principio de composición para de la verdad, y de que el acaecer es en destino. Brillo apenas de ilusión de vi-
chez. Díaz Solís es hijo de su época na- escena es suficiente para hacer brotar crear atmósferas como cuerpos vivos realidad, como intuyera Pascal, “una da ante el látigo, ante el muro y el pre-
rrativa, y el cuidado labrado de estos el rencor silencioso del guía: en un mo- que protegen y tragan, que mutilan o aventura informe”. cipicio. Ante los cuerpos amontonados
textos los hace alcanzar, como en las vimiento repentino del ramaje de un sacralizan, coloca al personaje en una El principio de composición de uno desde siempre, como escaleras para el
obras de los autores señalados, expre- árbol asoman dos pequeñas serpientes. situación intensa y fatal, haciendo de y otro de los textos de Díaz Solís nos ascenso de los privilegiados.
sión con valor de universalidad, las El cazador hace amago de disparar y el la promesa de una intencionalidad na- reproduce la relación amo y siervo, La vida como aventura informe.
dos más altas realizaciones de la es-
tética, siendo esta, la estética, el más
humano de los milagros, si los hay.
El niño
II
Brevísimos cuentos los de Díaz So-
y el mar*
lís, impulsados algunos de ellos, co-
mo “Detrás del muro está el campo”, Antonio López Ortega
o “Todo esto antes era agua”, hacia la
respiración de la novela, de allí quizás Si tuviéramos que resumir en tres
la creación de atmósferas narrativas líneas de fuerza que animaron la
propias de este género; pero a la vez, cuentística de Díaz Solis, diría que
como en el dibujo de una paradoja, ha- una es la espacialidad marítima (tan
cia su contención: relato de atmósfe- clara en “El niño y el mar”), otra es la
ras propias de la novela en situación recreación histórica (“Llueve sobre el
de contenida expectación, donde el re- mar” y “Hechizo”) y una tercera es la
lato, de pronto, concluye en confluen- refiguración paisajística o ambiental
cia de intensidad y brevedad. El relato (con piezas tan hermosas o intrigantes
en un movimiento, en una situación como “Cachalo” o “El cocuyo”). La
de intensidad e inminencia, es uno de primera quizás tenga que ver con el
los encantos del relato de Díaz Solís, referente biográfico, pues la marítima
ante el lector. Güiria, situada a pocos kilómetros de
Y la Naturaleza está allí, contun- la legendaria Macuro, primer punto
dente, gravitando con sus ramajes y continental que pisa Colón en su tercer
piedras siderales, delineando y bo- viaje de 1498, ha debido de ser para
rrando los caminos por donde una 1920 poco más que un caserío. La
pareja tropezándose en el deseo o un narración casi minimalista, de precisión
cazador pasan. Se reconoce la selva cinematográfica, que despliega Díaz
emergiendo, en correspondencias de Solís en “El niño y el mar”, responde a
brillo y talento, de las páginas de Qui- sus vivencias de infante en un espacio
roga, en tensión de acecho y muerte, sin fin, sin limitaciones, en el que cada
en el brote como fiebre del sentimien- nuevo día fijaba al azar una aventura
to que, según nos ha dicho Blanchot, distinta, un tejido de relaciones entre
es el más entrañablemente humano: Natura y el infante silvestre. El niño
el del estremecimiento. Así como en simboliza en este hermoso relato la
Quiroga, el acecho y la inminencia de unidad frente a la multiplicidad que
la muerte alcanzan la más reiterada puede representar el mar, la pequeñez
de las representaciones en los cuentos frente a un rostro de mil caras,
de Díaz Solís. finalmente la individualidad frente
En hermosa frase, Heidegger nos dice a una otredad que todo lo contiene:
que la piedra es “sin mundo”, el animal belleza y horror, armonía y desazón,
“pobre de mundo” y el hombre “con- vida y muerte y reconcentrados en el
figurador de mundo”. En la narrativa esfuerzo de un niño que solo aspira
de Díaz Solís animal y hombre, como a cazar a un cangrejo “airado”. La
ocurre de antiguo en los ámbitos crea- tensión que se logra en esta breve
dores del relato, establecen los vasos pieza, las imágenes de un mar que
comunicantes que la metamorfosis re- llega hasta olerse, la infinita soledad
tórica permite y propicia. Hace de la del infante frente a su propio empeño
piedra el hábitat palpitante de alacra- de afirmación, lo convierten en una
nes en acecho, por ejemplo, o guarida pieza única, memorable por sus
de la serpiente, con su sigilo que viene imágenes irrepetibles y su minuciosidad
de antiguo, atravesando los horizontes descriptiva.
simbólicos de los hombres y de los dio-
ses, al acecho sinuoso que humanizán- *Fragmento del ensayo “Gustavo Díaz
dose en el imaginario de Díaz Solís se Solís: un arco secreto”, publicado en
torna mortal en “Ophidia”. Impecable Cuadernos Hispanoamericanos, número
manejo de la tensión del acto de ata- 742, abril de 2012.
Gustavo Díaz Solís / Foto de Archivo

Esta edición PDF del Papel Literario se produce con el apoyo de Banesco
2 Papel Literario el nacional Domingo 17 De mayo de 2020

HOMENAJE >> CENTENARIO DE GUSTAVO DÍAZ SOLÍS

La centuria
de un moderno
“Harían, entonces, sugería en sus integrantes una fuerte criollista del siglo XIX. En ese senti-
formación dentro de los valores artís- do, sus personajes y conflictos siguen
bien los aspirantes ticos del criollismo. siendo los de aquellos que habitan esa
Esta renovación (que en los años “tierruca” de la que Manuel Vicente
a escritores, los cuarenta se asemeja a una revolu- Romero García hizo tanta apología.
estudiosos, los ción silenciosa) no es el resultado de
una solución de continuidad. Tal vez
Con todo, eso no es lo relevante (de
hecho, el beneplácito de la lectoría se
diletantes y hasta los sin estar conscientes de ello, muchos debió a su semejanza con la obra de
de estos creadores llevan consigo el Uslar Pietri y Meneses, la cual llegó
curiosos en volcar testigo que antes portaron la van- a ser en algunos casos idéntica). Lo

sus ojos a uno de guardia venezolana en 1928 con la


revista Válvula y algunos autores di-
verdaderamente importante es que
se incorpora a una camada nutrida
los exponentes que vorciados tanto del criollismo como
del modernismo (Arturo Uslar Pietri,
de narradores (los nombres de Oscar
Guaramato y Antonio Márquez Salas
mejor encarna los José Rafael Pocaterra, Rufino Blanco son obligatorios en esta ocasión) que
Fombona, Carlos Eduardo Frías, Ju- despoja el discurso literario de la re-
valores escriturarios lio Garmendia, Ramón Díaz Sánchez tórica paisajística empleada como em-

vigentes en nuestro y un largo etcétera).


Pero creo que, además de los facto-
blema de la nacionalidad por sus ante-
cesores y, en cambio, emplea un estilo
tiempo” res ya expuestos, hay uno que sinte-
tiza una nueva tendencia en la forma-
directo y ágil que privilegia a los pro-
tagonistas sobre el resto de los com-
ción de los escritores venezolanos en ponentes narrativos, hazaña demarca-
el futuro. Hablo de la presencia de da previamente por Blanco Fombona
Omar Osorio Amoretti una sociedad pacífica, que crece sin y Pocaterra.
conocer el azote de las guerras civiles A lo anterior hay que sumarle que

E
s un hecho: no todo tiempo y que, gracias a una progresiva insti- relatos relevantes de esta publicación
pasado fue mejor. El cuestio- tucionalización del país, puede pres- como “Marejada”, “Tambores”, “Mo-
namiento, otrora polémico, cindir de la función pública a la que richal” y “Cuento gris” realizan una
ha devenido en lugar común. estuvieron ligados sus antecesores. indagación de lo menudo, lo intras-
Hoy habría que afinarlo y decir, ade- Díaz Solís se alejó en la medida de lo cendente y lo efímero en una tradi-
más, que no todo tiempo pasado es posible de esta tradición para ejercer ción que todavía dentro del sistema
siempre pasado. Porque hay even- las labores icónicas del escritor en la literario hegemónico aspiraba a una
tos en la historia que, sin importar nueva era democrática: la escritura, narrativa en búsqueda de conflictos
los años de distancia, resuenan con la docencia y la traducción literaria. grandes y potentes dentro de sus his-
nuestro presente, lo legitiman, lo torias. Contra esta vieja tentativa los
explican. La formación de una estética: escritores tenían viva la experien-
La incorporación de la modernidad las lecturas cia de Meneses con la publicación de
narrativa en Venezuela no fue un fe- Nunca tuvo tanta razón aquella idea Campeones en 1938.
nómeno reciente, lineal, abrupto ni de que los lectores buenos existen
mucho menos individual. Se trató, gracias a sus lecturas como en el ca- Segundo momento de su
por el contrario, de un proceso colec- so de Gustavo Díaz Solís. Más aún: a cuentística (1950-1968)
tivo, con manifestaciones graduales estas se debe el parteaguas que ha- Con la publicación de Cuentos de dos
no exentas de contratiempos, con es- brá de ocurrir en los años cincuenta tiempos (1950), Cinco cuentos (1963) y
casa difusión y, por sobre todo, con en su poética narrativa. Así, una pri- Ophidia y otras personas (1968) Díaz
muchas décadas de desarrollo. Gus- mera fuente formativa estuvo en los Solís, más que desterrar las formas
tavo Díaz Solís (1920-2012) fue parte escritores iberoamericanos. Muchos creativas anteriores, incorpora unas
de esa hermandad de creadores pre- de estos los conoció el autor en vida. nuevas, sin duda mucho más novedo-
sentes a lo largo de nuestra historia De Venezuela, Rómulo Gallegos, Ar- sas y modernas. Dichas formas con-
contemporánea. A un siglo de su na- turo Uslar Pietri, Julián Padrón, Gui- sisten, por una parte, en darle más
cimiento, conocer su legado nos per- llermo Meneses y los números de la protagonismo a los personajes que al
mitirá rastrear aquellos rasgos que revista Fantoches; de Latinoamérica, acontecimiento (lo que no debe leerse
contribuyeron a la formación de una Horacio Quiroga, Pablo Neruda; de como un estancamiento o negación
literatura moderna en el país, una cu- España, Azorín, Antonio Machado de la anécdota), para además deve-
ya estética aún vive dentro de nues- y Federico García Lorca. Es la fauna nir en relatos donde lo psicológico es ferencialidad nacionalista como de luces es un gesto, bandera de cual-
tra comunidad cultural. literaria propia de una nación donde el rasgo estético predominante. sus consabidas exigencias en el pla- quier mentalidad ansiosa de tildarse
no existe la industrial editorial ni mu- Ciertamente, aquí tampoco el au- no ideológico. Así, pues, concurrimos revolucionaria e innovadora.
Factores condicionantes de su cho menos la de traducción (lo que, tor está pisando tierra virgen: Julián a una manera diferente de entender Adicional a esto, encontramos que en
desarrollo literario: la época dicho sea de paso, explica el poliglo- (1888) de José Gil Fortoul y Confiden- lo literario, ya no ligado a su vocación la obra de Gustavo Díaz Solís hay un
Para el momento en que Díaz Solís tismo de cierta élite cultural del mo- cias de Psiquis (1896) de Manuel Díaz pública por vía de la construcción de predominio de lo formal por encima de
publica su primer libro de cuentos, mento). Aún deberá pasar un par de Rodríguez hacen de este aspecto un símbolos transmisores de una inter- los contenidos trabajados. Esto no se
Marejada (1940), han ocurrido una décadas más para que, una vez apren- componente importante de su trama. pretación o mensaje de carácter pú- traduce llanamente en un conocimien-
serie de acontecimientos significati- dida la lengua inglesa, se acerque a Más aún: es una tendencia por parte blico, sino de un arte que acentúa su to de la lengua con la cual producía
vos bajo los cuales habrá de formar- una segunda fuente creativa (Edgar de la mejor generación de su momen- autonomía y defiende, como lo hicie- aquellos mundos ficticios sino en que,
se como escritor. Desde el punto de Allan Poe, William Wordsworth, T. S. to (Oscar Guaramato, José Fabbiani ron en su momento escritores como a diferencia de las concepciones cultu-
vista político, está la muerte del dic- Eliot, Samuel Taylor Coleridge, D. H. Ruiz, Julián Padrón, José Salazar Oscar Wilde, que este no tiene atri- rales del pasado, la gran literatura ya
tador Juan Vicente Gómez (1935), sin Lawrence), que habrá de brindarle Domínguez, el primer Meneses); sin butos morales y que, en el fondo, la no se hace solo con buenas intenciones.
duda la figura más icónica de la dicta- otro modelo narrativo, sin duda di- embargo, Díaz Solís va más allá que buena literatura es aquella que está De una época donde la patria, el amor y
dura liberal regionalista (1899-1945). verso y mucho más atractivo de cara mucho de estos, pues lo asocia con el bien o mal escrita. la lucha entre el bien y el mal en todas
Este hecho, aunado a la relajación de a lo escrito al menos hasta los años principio estético de la sugerencia, sus vertientes conformaban los ejes te-
las prácticas represivas por parte de cincuenta. pregonado fugaz pero furiosamente Aportes a la narrativa venezolana máticos donde gravitaban los artistas,
sus sucesores, cambió la expectativa por la generación de Válvula. No de moderna Díaz Solís ingresa a otra donde se pug-
de la sociedad con relación a su fu- Primer momento de su cuentística otra manera puede entenderse esa Con “Llueve sobre el mar” y “Arco na por hacer de los recursos narrativos
turo, marcado ahora por el esperado (1940-1950) fascinación, desarrollada a partir de secreto”, estamos ante cuentos indis- objetos estéticos en sí mismos más que
optimismo que dan los cambios re- La primera faceta de su producción entonces hasta el final de su vida, por pensables para conocer los aportes de vectores de ideas legitimantes de dicha
pentinos de tiranías prolongadas. La narrativa puede rastrearse con la eso que llamó la “tendencia a la in- este escritor a la historia de la litera- cualidad.
experiencia de la generación de La publicación de los libros de cuen- dirección” buscada en cuentos como tura venezolana. En estos está el ge- Dicho esto, aspectos como la econo-
Alborada puede dar fe de ello. tos Marejada (1940), Llueve sobre el “Ophidia”, “El niño y el mar” y en es- noma de toda su producción. Harían, mía narrativa (en la cual, como decía
En el plano cultural esto tuvo su co- mar (1943) y Cuentos de dos tiempos pecial “Arco secreto”, que lo hará ga- entonces, bien los aspirantes a escri- Poe sobre la trama, nada falta ni nada
rrelato, materializado en la aparición (1950). Es el periodo en el cual tra- nador en 1947 del Concurso de Cuen- tores, los estudiosos, los diletantes y sobra), la construcción sugerente de
de grupos y revistas orientados, por baja como funcionario público du- tos del diario El Nacional. Esta se hasta los curiosos en volcar sus ojos a la prosa y la incursión en lo menudo
una parte, a incorporar en la crea- rante el gobierno de Isaías Medina verá reflejada en asociaciones insóli- uno de los exponentes que mejor en- en disfavor de los eternos metarre-
ción las estéticas dominantes en Eu- Angarita a su vez que adquiere re- tas dentro del relato las cuales están carna los valores escriturarios vigen- latos confluyeron en lo mejor de su
ropa y, por otra, a difundir lo mejor nombre en el campo literario vene- cargadas de una riqueza semántica tes en nuestro tiempo. producción cuentística, la cual con-
que había en todas las áreas del sa- zolano por su cuento “Llueve sobre creativa y original. Como muchos que conformaron la tribuirá con el tiempo a visibilizar el
ber. En todos los casos hay un afán el mar”, que lo hace ganador del II Tomemos una muestra. “Pero más primera camada de creadores moder- gran viraje que llevaba a cabo la lite-
en la élite letrada por renovar lo esta- Concurso de Cuentos Nacionales de adentro, en lo secreto de la sangre, los nos, se distanció de la retórica cos- ratura en Venezuela. Visto desde este
blecido y ajustarse a los nuevos tiem- la revista Fantoches, factor principal impulsos tendían, seguros, sus arcos tumbrista decimonónica en aras de prisma, era cuestión de tiempo para
pos que corren, como quedó demos- en la construcción de la conciencia innumerables”, dice uno de los pasa- una narración estilísticamente más que el impacto de “La mano junto al
trado con la experiencia de la Revista literaria nacional, según testimonio jes más emblemáticos de ese famoso ágil y directa, con mucha más acción muro” (1951) de Guillermo Meneses
Nacional de Cultura (1938), el grupo del escritor. De la gama de libros ex- relato. Aunque de marcado tono su- y muchas menos descripciones de la y la ebullición de la segunda oleada
Viernes (1940) y finalmente los repre- puesta, solo tomaré el primero para rrealista, lejos están de cumplirse geografía autóctona, esas que, como vanguardista en la década de los 60
sentantes de Contrapunto (1948). Pa- exponer los rasgos más distintivos de las máximas de Breton pues, toman- recordó cierta vez Mariano Picón Sa- (El Techo de la Ballena, Tabla Redon-
rece que Díaz Solís no fue indiferente esta etapa. do en cuenta la tradición narrativa las, había que leer con un diccionario da, en HAA, etc.) se hicieran sentir,
a esta dinámica, toda vez que durante Con Marejada estamos ante un pro- en la que actúa Díaz Solís, el empleo en la mano. Esto nos habla, además, esta vez no como una revolución si-
sus años universitarios formó parte yecto que, aunque heterogéneo (rasgo de este lenguaje le permite desvincu- de un rechazo a la tradición en favor lente, cauta, clandestina, sino como
de un grupo llamado Vide, cuya voz, que mantuvo a lo largo de su carrera lar el carácter petrolero de la trama y de una renovación de los elementos una verdadera y definitiva explosión
a todas luces de naturaleza popular, como narrador), refrenda la tradición sus tensiones sociales tanto de la re- compositivos del relato, lo que a todas de la modernidad.
el nacional Domingo 17 De mayo de 2020
Papel Literario 3

ARCHIVO >> RELATO PUBLICADO EN 1968

Ophidia
“La mujer
logró
interesarme.
Debo confesar
que tenía
gracia. No sé
si las flexiones
de sus brazos
me obligaban
Gustavo Díaz Solís la sorpresa y los comentarios. Otras a Ophidia; cómo estaba aferrada mi a asociar la Miré hacia abajo. Nada había. Ma-
veces, de noche, el hombre salía. En- vida a la suya, bruscamente abolida.
imagen de los leza adentro una lucecita saltaba en

M
i vida está detenida al tonces botaba un gran chorro de luz Quise morir. Pero cómo es de cier- la oscuridad.
margen de su vida apa-
gada. Refugiado en la
por la frente.
Cierto día Ophidia me dejó antes
to que la muerte no prospera donde
hay demasiadas fuerzas sosteniendo
movimientos Desconcentrado, comencé a buscar
el descenso.
oquedad de este árbol, al del alba para regresar al árbol de la vida. Así, en aquellas tristes ho- de Ophidia, Entonces percibí que entre la pa-
abrigo del relente de la madrugada sus padres. Hacía tiempo que no ras, mi inmensa energía no me dejó red y la puerta había una gruesa ra-
que desciende de lo alto de la selva, iba por allá y pensó que saliendo a perecer. Mi aflicción era rechazada o si en su ya de luz.
evoco sus gestos que ya no podrán
repetirse. Hace frío y la humedad
esa hora hallaría algunos conejos
que llevarles. (Los pobres estaban
por esa vasta posibilidad vital que
caracteriza a los seres de mi espe-
andar había Sin vacilaciones me deslicé hasta
el suelo. Traspuse la pequeña dis-
pesa en el aire y en la niebla que se
desplaza despacio entre el ramaje. El
tan viejos que podían subsistir du-
rante todo el invierno con un par de
cie. Probé mudar de paisaje.
Imaginé huir a una comarca de-
algo de las tancia y me asomé por la rendija.
Con la cabeza empujé poco a po-
suelo está mojado, y por el brillo de conejos). sierta donde no hubiese espiral de voluptuosas co y me arrastré pegado a la pared
las hojas carnosas la luz huye de la Esforzándome por traer a mi me- liana ni redondez de árbol que me hasta que tuvo fin. Creo haber vis-
sombra verde. moria los hechos de aquel amanecer, trajese su recuerdo. Intenté la eva- contorsiones to de soslayo que la mujer, sentada,
¡Ah, qué hermosa era Ophidia!
En el duermevela retorna su perfil
recuerdo que aún estaba semidormi-
do cuando por el aire un gran ruido
sión. Pero al llegar a la margen del
gran río me faltaron fuerzas —¡in-
de mi jugaba con unos hilos de colores.
Crucé y me hallé en una estancia
exacto, sus ojos donde crepitaba una
diminuta y misteriosa astronomía.
subió como un humo muy rápido.
Después Cazadora me contó que
creíble!— para cruzarlo. Torné,
pues, al cotidiano ambiente. Visité
desaparecida afortunadamente oscura. Allí pude
orientarme.
Ya no podré olvidar su fina boca que ese día el hombre regresó a la caba- los sitios que habían sido de nuestra compañera” El corazón me brincaba en la
aun en los momentos de abrirse des- ña arrastrando el cadáver de Ophi- predilección. Trepé, torturándome, espalda.
mesuradamente para dar asilo al ali- dia. Esa vez no entró de súbito. Esa nuestros árboles favoritos. Verifiqué Resolví ocultarme para poder reco-
mento era tan graciosa; ni su cuerpo vez flanqueó con sigilo la cabaña, y las sinuosas huellas que habíamos ña de una gran claridad amarilla. brar todos mis sentidos. Pensé con
pardusco adornado de cruces rojine- por la puertecilla lateral se introdu- trazado, sobre las cuales comenza- Yo no podía observar con precisión, regocijo que el hombre tenía nece-
gras. Persiste en mis sentidos la sua- jo en la estancia. ba a cerrarse la hierba. Experimen- pues la prudencia me aconsejaba sariamente que entrar allí durante
vidad de su vasto pecho amarillo, la Cazadora entonces se deslizó té no sé qué placentero dolor en el instalarme entre las ramas de un la noche. Con esfuerzo pude enro-
quietud de sus maneras, su personal rápidamente. dolor de revivir los días placenteros. árbol que se alzaba en el patio. Con llarme todo debajo de la cama. El
garbo al arrastrarse, la inefable ele- El hombre limpió del cuerpo de Y en toda aquella peregrinación de todo, conocí algo de la apariencia de recuerdo de Ophidia me estimulaba
gancia con que iniciaba el ascenso a Ophidia el barro que había recogido congoja me acompañó —aguda es- la compañera del hombre. Me llama- como una convicción.
los árboles. en la travesía y lo dispuso en tal for- quirla— la idea de la venganza. ron la atención sus ojos, que eran co- Después oí pasos. Eran pasos de la
Hace un momento ha partido Ca- ma que un extraño podía creer que Todavía estaban allí. Para el ase- mo diez veces los de Ophidia. Care- mujer, menudos, nerviosos. El recin-
zadora, mi pequeña y fiel amiga. Y estaba dormida. sino la muerte de Ophidia fue se- cían no obstante, de la vivacidad de to se llenó de luz. La mujer movíase
en el insomnio me he puesto a repa- Luego salió afuera de puntillas y guramente un hecho más, recuerdo estos, de su encantadora fiereza. El de aquí para allá. Deteníase breve-
sar este amargo suceso de mi vida. solo se alejó por la vereda que con- a la deriva en el pasado. Cómo era hombre miraba mucho a su mujer y mente y recomenzaba.
Cazadora ha acercado a mí su gesto ducía a la cabaña para devolverse a posible que una aberración de pers- extendía hacia ella repetidas veces Arriba de mí, la cama se hundió
de consuelo y, como siempre, ha re- poco, silbando distraídamente. pectiva hubiese convertido la más las manos y los brazos. A mi enten- un poco. Sentí crujir las maderas. Vi
petido parte de la triste historia. La Lo que sucedió después es ridículo. hermosa realidad de mi vida en ra- der la finalidad de tales movimien- muy cerca los pies de la mujer.
parte que yo no vi. Aquel hombre valióse para su placer zón de bastarda, irracional compla- tos era poner su piel en contacto con Finalmente la estancia quedó a os-
Aún parece que vivieran allí aque- del más abominable procedimien- cencia. Aquellas horas fueron de la piel de su compañera. Advertí en curas otra vez y se hizo un amplio
llas gentes. Habían construido una to. No estuvo satisfecho con quitar interior consulta. Medité sobre la esto cierta analogía con nuestros silencio. Torné a sosegarme.
cabaña en la linde de la selva. Eran la vida a Ophidia, sino que preparó importancia que tenía este desco- hábitos. Recordé el rostro de aquella mu-
un hombre y una mujer. El hombre, aquella farsa. nocimiento de las distintas especies La mujer logró interesarme. Debo jer. Yo había estado viéndolo tantas
alto, rubio. La mujer, baja y muy La mujer entró a la estancia. Vio el con relación a sus respectivos ciclos confesar que tenía gracia. No sé si noches que manchó indeleblemen-
blanca. Curioso que hicieran tal cuerpo de Ophidia. Rayó de un grito vitales. Cómo una intervenía vio- las flexiones de sus brazos me obli- te mis pupilas. ¡Por cierto que ella
contraste. Ophidia y yo teníamos el aire y trató de ganar la puerta. Pe- lentamente en el ciclo de otra, sin gaban a asociar la imagen de los quería a aquel canalla! Acaso tan-
mucho parecido. ¡Acaso por esto ro antes de que pudiera hacerlo vino reparar en las consecuencias de su movimientos de Ophidia, o si en su to como Ophidia me quiso a mí. Ah,
pude amarla tanto! Pero el hombre al suelo, tomada de una parálisis de intervención. Cavilando de esta ma- andar había algo de las voluptuosas pero aquel hombre no podía querer
y la mujer eran distintos. Él tenía pánico. nera llegué a la conclusión pavorosa contorsiones de mi desaparecida como yo a mi compañera desapare-
una voz estentórea que hacía eco. Entonces ocurrió algo extraordi- de que la creación era la obra de un compañera. cida. Caí de nuevo, inevitablemente,
Ella, una voz suave que resbalaba nario. . poderosísimo e inspiradísimo inep- Una noche mientras vigilaba, otro en mi congoja, en la pena de mi so-
en las cosas. El hombre saltó de su escondrijo. to, puesto que no parecía haber otra hombre, pequeño, llegó a la puer- ledad irremediable. Me entristecí.
Vivían una extraña vida. La mu- Entre risotadas deslizó melosas pa- manera de subsistir sino por la des- ta de la cabaña. Yo nunca le había Estuve a punto de abandonar la ca-
jer salía poco. No he podido expli- labras a su mujer. Ella se fue sose- trucción de los demás y la incorpo- visto. El recién llegado golpeó en la baña. Pero la urgencia de vengarme
carme cómo lograba alimento den- gando poco a poco y el color habi- ración del organismo de otros seres puerta con los nudillos. La puerta prevaleció.
tro de aquella cabaña. Seguramente taba de nuevo su rostro. Mientras a nuestro propio organismo. Y por se abrió. El hombrecito penetró en Me conforté con el pensamiento
se lo llevaba el hombre, como hace- tanto el hombre la acariciaba proli- debajo de estas convicciones recu- la luz interior. La puerta tornó a ce- de que, antes de entregarme defini-
mos nosotros con nuestros familia- jamente. Por último, allí mismo, rea- rría el rencor. rrarse. Poco después abrióse de nue- tivamente a mi dolor, debía propor-
res cuando están demasiado viejos. lizó con ella un precipitado acto lle- La necesidad de tomar venganza vo y salieron el desconocido hom- cionar al asesino el más grande que
El hombre era muy de vida afuera. no de ruidos y movimientos. circulaba ya en mi sangre —hielo brecito y el hombre. yo podía proporcionar. ¡Pero era tan
Tanto, que en varias ocasiones casi Esto lo supe después de una lar- en el hielo. Era una oportunidad incompara- fácil para mí estrangularlo! Para él
nos topamos en la selva. Entonces yo ga espera en la que filtrábase la an- Necesitaba explorar, analizar las ble ... serían, cuando más, unos pocos mo-
me apresuraba a subir a un árbol. gustia. Comencé a estar urgido de circunstancias. Tenía que acercar- Avanzaron. Detuviéronse casi de- mentos de horrible miedo, de angus-
O quedaba inmóvil en la hojarasca. venganza. me a la cabaña. Y así lo hice duran- bajo del árbol donde me hallaba aga- tia, de dolorosa impotencia, cuando
Desde arriba veía su cabeza redon- Entonces el árbol fami- te varias noches. zapado. El hombre se acercó las ma- mis anillos quebraran sus huesos
da, poblada de pelos amarillos. Des- liar y las noches lóbre- Desgraciadamen- nos a la cara. Hizo una pequeña luz frágiles, aplastaran sus débiles mús-
de abajo me aporreaba el ruido sóli- gas de la estación llu- te, aquella gen- y luego exhaló humo por la boca. culos, exprimieran la vida. El dolor
do que hacía al desplazarse. viosa fueron de especial te no parecía Ya estaba pronto a saltar. Y no pu- que yo deseaba para él debía acom-
Al hombre gustábale sorprender a soledad. Un total desgano dejarla a esa de, ¡no pude hacerlo...! Inesperada pañarlo conscientemente, irrevoca-
su mujer con rarezas que hallaba en anuló todas mis normales ape- hora. De- parálisis inmovilizó mi cuerpo. Pa- blemente. Debía ser como este que
sus incursiones a la selva. Frente a tencias. Supe en aquella imprevista bían de te- recía estar vivo en piedra. Temí caer. desde la muerte de Ophidia yo su-
su asombro, él soltaba la risa escan- conjunción, cuánto había mer la oscu- Y entonces, sin previa sensación de fría. Sí, ¡eso era! Tal vez la venganza
dalosa, desproporcionada. amado ridad, porque alivio, se me aflojaron los músculos, perfecta era esa. Era producir en él
Cazadora conoce bien estos deta- apenas invadía como si lo que me mantenía rígido un dolor exactamente igual al mío.
lles que yo nunca he podido veri- llenaban la caba- se hubiese derretido suavemente. Era otorgarle la contrapartida exac-
ficar, porque ella vivía en el ma- ta de mi propio dolor.
deraje de la cabaña. Desde su Entonces vi todo claro, como una
discreto mirador pudo ver có- pista en la noche.
mo se desarrollaba la vida Distendí lentamente mis anillos
de aquellos seres y tam- y subí, subí a la cama.
bién todo lo que después La mujer estaba inmóvil. Dor-
ocurrió... mía. Un pedacito de piel anula-
El hombre a veces ba el brillo de los ojos. Extra-
entraba en la selva y ñamente, esta vez no me hizo
abatía las aves con un recordar a Ophidia.
arma que proyectaba Experimenté hacia aquella
fuego y ruido en el ai- mujer un absurdo agradecimien-
re. Asimismo alcanza- to. Ella hacía posible esta cabal
ba otros animales en venganza.
su carrera. Parecía que Árbol de aire, el recuerdo crece en
su principal propósito era el silencio y en la soledad.
matarlos para mostrar los
cadáveres a su mujer. Cazado-
ra me ha contado que precisamen-
te las aves más hermosas eran lanza-
das a la maleza después que pasaban Cobra, de Dibujos de animales, insectos y reptiles de Malaca (c.1805-18)
4 Papel Literario el nacional Domingo 17 De mayo de 2020

BIOGRAFÍA >> Del lado de la luz por María Matilde Suárez y Carmen Bethencourt

José Gregorio Hernández,


científico y creyente
El vigilante de San Miguel, Estado Sucre (1994) / Ricardo Armas©

William Rodríguez Campos


“La vida de Hernández no puede interpretarse como la de quien do a tal tarea. Ellas se deciden por
una investigación documental y de

U
no de los más equilibrados
juicios sobre esta obra la ha
decide su autónomo desarrollo; sino como la de aquel que, tendido archivos (privados y públicos), y por
unas entrevistas finales en las que
hecho Simón Alberto Con- éticamente al otro, se hace persona en la realización del otro” agrupan las más disímiles posturas.
salvi (El Nacional, 18 de Tanto las preguntas hechas, no pre-
marzo de 2001). Se trata, en efecto, de viamente elaboradas, como el modo
la mejor biografía sobre el Siervo de sobre la vida y obra de José Gregorio “diversas unidades temáticas” estas Si solo encontráramos la vida de de preguntar y de seguir atentamen-
Dios. La mejor –pensamos– no solo Hernández se trata. Ni apología ciega convergen como “miríadas ordena- José Gregorio en esta obra, ya sería te la respuesta del entrevistado, re-
por haber integrado armónicamente ni denigración a posta. En este aspec- das de información”. bastante. Pero el cimero valor de este velan no solo inteligencia, sino cono-
todo lo anteriormente producido alre- to el libro hace un evidente ejercicio de Hernández, ubicado en su época, libro consiste en que la vida del emi- cimiento e interés sincero.
dedor de Hernández; sino por haber erudición. Con especial delicadeza, pe- aparece como un ser humano con nente médico sirve de punto focal Un lustro de investigación le ha de-
escogido un modo, un enfoque y un ro con claridad se estudian las diversas unos condicionamientos familiares, para otear la historia regional y ve- dicado las autoras a la producción del
desarrollo del todo atrayentes para los posturas alrededor de los oficios de la sociales e históricos que, a la vez, le nezolana del XIX, la situación de la texto y en las notas al final de cada
más variados lectores. No es un pane- jerarquía eclesiástica durante el Proce- impulsan a superarlos poderosa y Educación en la época, el estado de capítulo, ellas recogen más de diez
gírico ni una ingenua hagiografía. so de beatificación de Hernández. creativamente para hacer producir las Ciencias médicas, los efectos de la años de la investigación de otros. La
Consiste en una obra, bellamente Cada capítulo tiene un arranque una vida plena de realización y ayu- Guerra Civil, etc. bibliografía final, más de quinientas
ilustrada, en la que el “médico de los sorprendente y novedoso. Esto man- da. Esto último es de destacar. La Un aspecto novedoso tratado por el obras, entre revistas, libros, folletos,
pobres” aparece como hombre de su tiene al lector abierto y curioso al vida de Hernández no puede inter- texto y que ha arrojado nuevas luces periódicos, etc. es impresionante.
época, científico y creyente. Estas tres desenlace. El desenlace, por buena pretarse como la de quien decide su en la comprensión de la compleja fi- José Gregorio Hernández Cisneros
dimensiones se equilibran de un modo fortuna, se produce serena y natu- autónomo desarrollo; sino como la de gura y obra de Hernández, es la re- –reza el epílogo– se ha constituido pa-
tan armónico que solo una lectura mal ralmente como la narración de una aquel que, tendido éticamente al otro, lación con su familia y, en especial, ra creyentes o no en “el lado lumino-
intencionada podría hallar “parcialis- vida en forja. se hace persona en la realización del con su padre. Figura clave para com- so de la vida cotidiana”.
mos”. El recurso a la abundancia de En fin, se trata de un libro escrito otro. Esto dice de la cultura y religio- prender la vocación, carácter y vida
detalles en todas las dimensiones, evi- con mucho tacto en el que descubri- sidad de Hernández: populares. Así de Hernández. *José Gregorio Hernández: Del lado de
ta cualquier interpretación sesgada. mos, tras la lectura de más de qui- es el venezolano. Alejandro Moreno Además, resulta del mayor valor la luz. María Matilde Suárez y Carmen
Equilibrio es también la clave cuando nientas páginas, cómo y por qué a (p. 427) lo destaca en la entrevista que el enfoque investigativo escogido Bethencourt. Fundación Bigott. Caracas,
de examinar las tesis interpretativas pesar de haber dividido el libro en concedió a las autoras. por las autoras y el tiempo dedica- 2000.

El vuelo detenido de la lectura). Seguidamente, en “La “Tirano paludismo” es desolador:


pesadilla” se espera una lluvia cruel “Deshilvanar pensamientos aquí,

La revolución palúdica
y espesa. Las mujeres invocan a San- mientras se camina por la llanura
ta Bárbara bendita, y entre otras su- sin matas de sombra. El Llano, don-
persticiones, el ambiente que prelu- de las fuerzas humanas ejercidas so-
dia un intenso aguacero también trae bre los elementos mantienen al hom-
consigo la sensación de que algo malo bre vertical. Vertical sobre el caballo
Mario Morenza Angarita Arvelo la define como un va a pasar. Se habla de desaparecidos. y la tierra. Vertical sobre el horizon-
sistema de meros “tableros ideológi- Se habla de hombres que han salido te” (p. 131). Esta ecuación en el plano
Julián Padrón publicó La guaricha cos”, y sostiene que La guaricha no a bregar y no han vuelto. Tiempos de cartesiano de la llanura será drásti-
en 1934, novela que, si bien transita es una novela contemplativa, sino un guerra se avecinan, dicen, como si la camente revertida. Llega el paludis-
los terrenos del criollismo, se detec- libro “preocupado, adjetivo y subjeti- naturaleza cifrara el porvenir en su mo y se expande negativamente de-
tan, entre las nuevas formas de la vo, indagación amorosa y patriótica comportamiento meteorológico. jando una estela de muerte: “Es que
vanguardia, exagerados contenidos de los estratos más escondidos e in- En “Entonces las morocotas eran el paludismo está en el aire del Llano.
de realismo social. Mariano Picón Sa- tactos de la montaña. Sus referencias redondas y rodaban” se produce un Viene uno a caballo, le ataca el frío y
las ubica a Padrón en un contexto ar- y descripciones tienen notable valor flashback y se enfoca en las aventu- se cae de la bestia. Y al que le da pri-
duo y hostil, que pese a su prematura documental”. Sin embargo, concluye ras y desventuras de la juventud de mera fiebre, se queda para siempre
muerte fue capaz de captar la cosmo- que la novela, a medida que avanza, José Mayo, sus peleas y pesares junto en el Llano” (p. 35). “La voz llevaba el
gonía de su tiempo: “Hacerse una cul- desdibuja su estructura, como si la Julián Padrón / Wikipedia a sus cinco hermanos, sus inicios en la rumbo de la costa” es un episodio in-
tura entre los tabús y las represiones montaña, además de condicionar la ludopatía, su incipiente relación con quietante. Junto a sus hombres, José
del medio fue el signo angustioso de vida de los personajes, también hu- aquella mujer” resume la existencia Tilde y aquel accidente a caballo que Mayo se refugia monte adentro en la
esa generación”, escribe. biera desarticulado la trama. de la pareja. De allí, pasamos a “La casi le cuesta la vida. Después de este montaña. Repentinamente, se descu-
Desde la “Primera sugerencia de En el capítulo “La llamada del mon- loma de la virgen”, capítulo de transi- punto, la calma reinante se desvanece bren cercados de pura y espesa sel-
la montaña” se nos describen las te”, José Mayo abandona su rancho ción, de composición sencilla, despro- y la narración adquiere un matiz de va: un presidio vegetal, con la incer-
faenas de los campesinos, sus exan- para construir otro en la loma. Se de- visto de la carga imaginativa y sim- lucha armada y barbarie. Se instaura tidumbre de qué habrá más allá, de
gües riquezas, los dominios de un mora quince madrugadas y quince bólica del anterior. “Antonio Ramón un nuevo Gobierno que trastorna to- qué se van a encontrar en la batalla.
patrón que representan un nervio soles. A su regreso, lo espera Tilde, Guardajumo” se enfoca en el carácter dos los ejes de la sociedad. Estos cam- José Mayo teme, duda. Y así llegamos
tan intolerable como invisible. Todo su compañera. Pasan la noche y, a la y travesuras del personaje homónimo. bios llegan acompañados de terror y, a “Sangredrago” y su desenlace entre
esto desencadena el espasmo de una mañana siguiente, van a asentarse en Primero, su fama como diablillo; se- por añadidura, funcionarios crueles sangre y fuego, el caos vaticinado: el
revolución social que jamás se cris- el nuevo rancho. La frase: “El mundo gundo, el incidente con la niña Come- como Cancio Guarisma, especialista holocausto signado por el clima. Ese
taliza por la simple razón de que no gira alrededor del rancho. El mundo tierra (esto da un toque humorístico, en abusos de poder y vejaciones, con- porvenir gris y letal que se congestio-
hay mucho interés en gestarla y que de aquel campo, de aquel hombre, de lo que refresca los lapsos soporíferos diciona la tranquilidad del pueblo. naba en la línea del horizonte.
el nacional Domingo 17 De mayo de 2020
Papel Literario 5

NARRATIVA >> MARIANA ENRÍQUEZ Y Las cosas que perdimos en el fuego NOVELA >> GABRIEL RODRÍGUEZ LICEAGA

Arder lo real
“Lo que se percibe en la narrativa de este texto de relatos de Mariana
Internet: carril
de avance narrativo
“El sentido del humor de Liceaga es
Enríquez es una nueva relación con el terror en la literatura, esto es, un revoltijo de sarcasmos, metáforas y
un terror que no está muy interesado en seguir las marcas estéticas picardías mexicanísimas”
de un género, sino de una escritura que piensa el terror en la forma
contemporánea del desamparo y la criminalidad” Alejandro Arras nuestra cotidianidad envuelta de
mensajes de WhatsApp, memes, vi-
Los primeros capítulos de La felici- deojuegos, futbol, raperos, etc. Al
dad de los perros del terremoto (2020) interior se aprecia un espejo en re-
de Gabriel Rodríguez Liceaga tie- ferencia a esto, en donde un perso-
nen como desenlace el mismo tweet. naje asiste a un taller literario y es
Una serie de influencers comparten destrozada por el maestro:
el mensaje: “Oigan, ¿y si manda- “Por ejemplo, checa este verso en
mos a Biuti Full a darle un concier- el que pones arrobas en lugar de le-
to a los esquimales? Voten aquí”. La tras ‘a’. Yo entiendo que este es el
empresa de refrescos, Pepsi, elabo- mundo en el que viven ustedes hoy:
ra una campaña publicitaria que lleno de cuestiones electrónicas y
consiste en que usuarios de inter- tecnicismos. Sin embargo, ¿no te
net voten por cualquier ciudad en sientes un poco boba cuando tecleas
el mundo para enviar a un afama- la palabra ‘Wikipedia’ o ‘chatear’?
do reggaetonero a dar un concierto. En doscientos años cuando analicen
El chiste se viraliza, la propuesta se tu trabajo poético van a tener que
hace realidad. De ahí en adelante, incluir demasiados pies de página;
la estructura de la novela logra dar además, son palabras en inglés a las
paso hacia su escenario idílico: Ko- que cuesta demasiado trabajo expri-
diak, Alaska. mirles ritmo, ¿Luciana, verdad?”.
¿Cuántas veces se describió en Dos capas conforman la ingeniería
la literatura del siglo XX la propa- de la novela. La primera columna
gación de un chisme por medio de está compuesta por una narración
un periódico? ¿Cómo corren los ru- en tercera persona que describe la
mores en los pueblos y ciudades vida de los personajes, hecha de
francesas de las novelas de Balzac inventarios, de una especie de me-
o Maupassant? La originalidad en moir fragmentado, pero sobre todo
la literatura no radica solo en rein- sobrevuela el clásico humor del au-
ventar nuevas estructuras narrati- tor; su marca distintiva. El sentido
vas, sino también en la manera de del humor de Liceaga es un revoltijo
adaptar nuestro entorno contempo- de sarcasmos, metáforas y picardías
ráneo en palabras. Rodríguez Licea- mexicanísimas. En cuanto a la se-
ga mezcla tradición y prosa atenta a gunda columna la integra un epis-
su entorno inmediato. Por tradición tolario escrito por un maltratador
me refiero al conocimiento de la his- de animales que recuerda, en tono,
toria de la literatura, que se puede al misántropo protagonista de La
entender en el conjunto de lecturas conjura de los necios (1980) de John
Mariana Enríquez / Flor Cosin© que conllevan a la universalidad del Kennedy Tool, y, en forma, a la con-
lector. En sus libros hay adaptacio- figuración narrativa establecida en
Xenia Guerra lidad contadas sin temblores ni or- mas, sino en la indiferencia naturali- nes estructurales de escritores co- la novela Boquitas Pintadas (1969)
namentos, con la ingenuidad infantil zada frente a la violencia en y hacia mo Flannery O’Connor o Jaroslaw de Manuel Puig.

L
a destreza narrativa de un ni- de una voz narrativa espontánea y las mujeres. La transmisibilidad de Iwaszkiewicz. En una entrevista Las mejores novelas acerca de
ño produciendo la experien- dispuesta a elidir cualquier atisbo una tensa calma en la escritura que realizada por la revista Chilango, el internet serán escritas por perso-
cia de un adulto. Así parecen melodramático frente al desoculta- piensa la atmósfera de saciedad fren- autor dice que el tweet multiplica- nas que aún no han nacido. Rodrí-
construirse los doce relatos miento, porque la ingenuidad infan- te al terror como fenómeno físico en do es una adaptación de Rojo y ne- guez Liceaga se adelantó en la fila,
de Las cosas que perdimos en el fue- til poco tiene que ver con la estupi- la fractura del orden porque, más allá gro (1830), donde una noticia pasa abriéndose paso a la historia de la
go (2016) de la escritora argentina dez. Los narradores que construye de la destrucción del otro, los cuerpos de mano en mano hasta llegar a un literatura mexicana. Me cuesta tra-
Mariana Enríquez. En este texto el Enríquez se encargan de volver ino- se disciplinaron para asumir la pro- obispo. En otra charla cuenta que bajo encontrarle una categoría, jun-
extrañamiento no pretende ser un perante el horror como espectáculo pia autodestrucción: en El señor presidente (1943) de Mi- to a otros novelistas o cuentistas vi-
artificio que moviliza las historias del lenguaje para aprehenderlo co- “Silvina participó de su primera guel Ángel Asturias acontece algo vos de la literatura en español. La
porque en ellas lo extraño constela mo enigma en el mismo lenguaje que hoguera en un campo sobre la ruta similar. “Confundimos materia pri- felicidad de los perros del terremoto
como una naturaleza de lo torcido, nos exige el juego abierto de saltar 3. Las medidas de seguridad toda- ma con obra de arte, autenticidad es signo de un México nuevo y del
lo oscuro, lo animal. Condiciones su brecha entre la explicación y lo vía eran muy elementales; las de las con sensacionalismo” decía Em- que todavía no sabemos mucho.
adjetivas que tanto nos pertenecen explicado. En la posibilidad de caer autoridades y las de las Mujeres Ar- manuel Carballo, pero no hay no- La portada que eligió Random
como sujetos aun con todas las acro- se instalan los relatos de Las cosas dientes. Todavía la incredulidad era velista, ni pintor, ni cineasta, que House para la primera edición es
bacias institucionales o clínicas que que perdimos en el fuego. alta; sí, lo de aquella mujer que se sobreviva al paso del tiempo sin co- de un gusto atroz y esto puede ahu-
quieren borrarlas en lo normal. Lo que se percibe en la narrativa había incendiado dentro de su pro- nocer los grandes momentos que yentar a cierto tipo de lectores, pe-
La voz narrativa en cada uno de de este texto de relatos de Mariana pio auto, en el desierto patagónico, acontecieron en su oficio. ro, pensándolo detenidamente, los
los relatos expone lo que va a su- Enríquez es una nueva relación con había sido bien extraño: las prime- El asunto de escribir respecto a lo colores chillones, la tipografía co-
ceder sin el tradicional suspenso el terror en la literatura, esto es, ras investigaciones indicaron que inmediato rara vez funciona, en la mo de caja de pizza y el perro en-
ni expectativas de las historias de un terror que no está muy intere- había rociado con nafta el vehículo, mayoría de los casos requiere de la señando la cola pareciera una ex-
terror, la tensión que producen los sado en seguir las marcas estéticas se había sentado dentro, frente al vo- sazón de varios años, como señala tensión más de las burlas e ironías
relatos está en la posibilidad de que de un género, sino de una escritu- lante, y que ella misma había dado Christopher Domínguez Michael en que Liceaga narra al interior de las
lo que se está narrando no esté su- ra que piensa el terror en la forma el chasquido al encendedor. Nadie el caso de una de las mejores nove- páginas.
cediendo, pero sucede. contemporánea del desamparo y la más: no había rastros de otro auto las del siglo XIX, Guerra y Paz (1864) Quienes recién hallen la obra del
“Era el chico del patio del vecino. criminalidad. –eso era imposible de ocultar en el de Lev Tolstoi, donde tuvieron que autor de La felicidad de los perros
Tenía marcas de la cadena en el to- En el relato homónimo del libro el desierto–, y nadie hubiera podido pasar varias décadas para lograr del terremoto, gracias a que esta es
billo, que en unas partes sangrado y terror no lo produce el rostro quema- irse a pie. Un suicidio decía, un sui- su cometido; desde la invasión na- la primera ocasión en que lo acoge
en otras supuraba infección. Cuan- do y deforme de la mujer que mendi- cidio muy extraño, la pobre mujer poleónica de Rusia en 1812 hasta la una editorial de difusión masiva, se
do escuchó su voz, el chico sonrió ga en el metro de Buenos Aires ni las estaba sugestionada por todas esas fecha de su publicación. En el caso sobresaltarán al leer sus libros de
y ella le vio los dientes. Se los ha- hogueras que las mujeres encienden quemas de mujeres, no entendemos de La felicidad de los perros del te- cuentos: Perros sin nombre (Premio
bían limado y tenían forma trian- para protestar quemándose a sí mis- por qué ocurren en Argentina, estas rremoto funciona ejemplarmente, Bellas Artes de Cuento San Luis Po-
gular, eran como puntas de flecha, cosas son de países árabes, de la In- como funcionaron en su momento tosí, 2012) o ¡Canta, Herida! (Premio
como un serrucho. El chico se llevó dia” (p. 191). novelas como Los de debajo (1915) de Nacional de Cuento Agustín Yáñez,
la gata a la boca con un movimiento Uno de los procedimientos más Mariano Azuela, La noche de Tlate- 2015). Cuentos de un rigor estilístico
velocísimo y le clavó los serruchos usuales del discurso hollywooden- lolco (1971) de Elena Poniatowska, o formidable, que han recibido la ad-
en la panza. Eli gritó y Paula vio la se ha sido el terror como imágenes Se está haciendo tarde (1973) de José miración de otros destacados escri-
agonía en sus ojos mientras el chico de lo irreal por pertenecer al mundo Agustín. tores contemporáneos, tales como
escarbaba su vientre con los dien- de la imaginación. Sin embargo, ¿no Esta es la primera novela de Ro- Antonio Ortuño, Aniela Rodríguez
tes, se hundía en las tripas con nariz es la imaginación un hilo tenso del dríguez Liceaga en que internet o Eduardo Antonio Parra. Me uno al
y todo, respiraba dentro de la gata pensamiento, ese que produce lo re- fluye más allá de un acontecimien- entusiasmo del novelista Juan Pablo
que se moría mirando a su dueña, al? Mariana Enríquez reconoce que, to circunstancial. Aquí internet sir- Villalobos, que escribió en su cuenta
con ojos enojados y sorprendidos. entre la imaginación y lo real, el hilo ve como carril por el que se avanza: de Twitter en 2018: “En el vuelo que
Paula no huyó” (p. 152). en tensión está ardiendo. El fuego de las palabras fluyen imaginándolas me extrajo de los pasillos y salones
Los narradores de los diferentes la consumación humana de deseos, sobre un monitor en el que das clic de la FIL vine leyendo este libro de
relatos se explayan a contar lo que temores, culpas, vergüenzas. Los re- y pasas de imagen en imagen. Inter- cuentos —(¡Canta, Herida!) 2015—
usualmente se nos presenta elípti- latos de Las cosas que perdimos en el net está al centro de la novela, como de Gabriel Rodríguez Liceaga. Estu-
co por escabroso de una manera ex- fuego arden por el estallido de múl- la púa de un trompo. Hasta el día de vo dentro del programa de escritores
plícita y concreta porque como po- tiples imágenes en una narración hoy había leído novelas de autores mexicanos emergentes ‘ocho talen-
sibilidad de lo real no necesita ser donde lo inimaginable no puede sino contemporáneos con poquísima tos al ruedo’, pero a mí me parece un
anunciada para presentarse. La de- rendirse ante esos destellos de ilumi- noción de tradición —salvo algu- autor totalmente emergido, que ca-
presión, las prácticas de narco bru- nación sobre lo posible. nas excepciones— y muchas ganas mina por el agua”.
jería, la juvenil desidia sociopolíti- de abordar los asuntos inmediatos,
ca, las desapariciones fantasmales, *Las cosas que perdimos en el fuego. particularmente los que se refieren *La felicidad de los perros del terremoto.
las deformaciones físicas y otras fic- Portada de Las cosas que perdimos Mariana Enríquez. Editorial Anagrama. a redes sociales. Liceaga no teme Gabriel Rodríguez Liceaga. Random
ciones con toda su potencia de rea- en el fuego España, 2016. al escribir frases que se refieren a House Mondadori. México, 2020.
6 Papel Literario el nacional Domingo 17 De mayo de 2020

ENSAYO >> INTERPRETACIONES DE LA PANDEMIA

La repugnante
Carlos Colina

N
o me referiré a las supuestas
limitaciones del título y de
la ilustración (Soto van der
Plas,2020) del libro digital
editado bajo el sello ASPO, por Pablo
Amadeo, y que compila intervencio-

sopa de Wuhan
nes de algunos pensadores contem-
poráneos en relación con las even-
tuales consecuencias de la pandemia
COVID-19. Eso es lo más baladí de la
Sopa de Wuhan.
Al consumir esta sopa textual no
apetece continuar después de cierto
punto. La cacofonía ideológica satu-
ra al poco tiempo. No utilizo la defi-
nición de repugnancia del DRAE sino
más bien la acepción coloquial más
corriente, cuando de comida se trata.
No llega a provocar náuseas. Es sim- “La izquierda clásica convive y reproduce
plemente insípida. Le faltó cocción.
La izquierda clásica convive y repro-
siempre una letanía hegemónica y el
duce siempre una letanía hegemónica reciclaje de las mismas recetas. A la
y el reciclaje de las mismas recetas. A
la sopa de Wuhan le faltaron los me- sopa de Wuhan le faltaron los mejores
jores ingredientes; el tempo necesa-
rio de la distancia temporal metafóri- ingredientes; el tempo necesario de la
ca para la reflexión y la intervención
del pensamiento vivo y diverso. La iz-
distancia temporal metafórica para la
quierda tradicional es desde hace mu- reflexión y la intervención del pensamiento
cho tiempo pensamiento muerto, en
donde las rupturas epistemológicas vivo y diverso”
son sustituidas por las continuidades
dogmáticas.
El primer artículo canónico sobre
la epidemia del COVID-19, del filóso-
fo romano Giorgio Agamben (26-02-
2020), muestra de manera evidente
la primera falencia aludida anterior-
mente; la necesidad del tempo para la
reflexión y la investigación y, de esa
manera, evitar los errores más bá-
sicos, que en un nivel superficial de Judith Butler /
análisis parecerían tener más origen Wikipedia
psicológico (negación) que interdis-
ciplinar. “No hay ninguna epidemia
de SARS-CoV2 en Italia” (Consiglio
Nazionale delle Ricerche), se trata de
una gripe cualquiera y la limitación
de la libertad impuesta por los go-
biernos ha sido por una necesidad de
seguridad inducida por esas mismas
instancias que ahora supuestamente
acuden a nuestro auxilio. En su se-
gundo artículo titulado “Contagio”
(11-03-2020), Agamben denuncia que
vayamos a ser tratados como el unta-
dor durante las plagas que azotaron Paul Preciado / Wikipedia
a Milán en el siglo XVI; o como el po-
tencial terrorista, tal como se concibe
hoy al ciudadano corriente por parte migo externo e invisible. El pánico las nuevas células de biovigilancia ci-
de las políticas que pretenden comba- sería un síntoma de este fenómeno. bernética. Para el autor, la telerrepú-
tir ese flagelo. Byung-Chul Han plantea que Žižek blica hogareña establece una suerte
Que el intelectual esloveno Slavoj se equivoca doblemente cuando afir- de prisión blanda. Existen dos gran-
Žižek haya dicho que el coronavirus ma el fin del capitalismo y conjetura des estrategias frente al COVID-19,
es un golpe mortal al capitalismo y de que el virus podría tambalear al una que recurre a técnicas disciplina-
que podría conducir a una reinven- régimen chino. Por el contrario, el ca- rias de espacialización del poder (y de
ción del comunismo no es nada ex- pitalismo continuará con más pujan- control arquitectónico) semejantes a
traordinario, tampoco lo es que sus za y el gigante asiático aprovechará la las aplicadas en la peste y otra que
afirmaciones sean por lo menos to- oportunidad para promocionar y ven- recurre a la biovigilancia digital de
leradas en los ámbitos académicos e der su estado policial digital como un los individuos a través de sus dispo-
intelectuales. En el artículo publica- Slavoj Žižek / Simon Plestenjak© modelo de éxito contra la pandemia. sitivos móviles. Con la pandemia ha
do en Russia Today, con un extenso El intelectual avizora el peligro de es- surgido una nueva (dis)topía de la co-
título, se evidencia una falacia bási- cado y genere que un virus, que en vacunación, causan innumerables te modelo “nos llegué” a Occidente en munidad inmune y una nueva forma
ca: relacionar cooperación y solidari- principio no discrimina, lo haga por epidemias. general y a Europa en particular. El de controlar el cuerpo. En anteriores
dad global con el comunismo, cuando la intermediación de las desigualda- “Por ejemplo, el punto inicial de la virus, en sí mismo, no suscitará nin- trabajos he resaltado los importantes
pueden ser posturas típica y autén- des sociales. Prevé para el año próxi- epidemia actual se sitúa muy pro- guna revolución; somos nosotros, en aportes de Preciado a la teoría queer
ticamente socialdemócratas. Nunca mo un vergonzoso escenario donde bablemente en los mercados de la tanto “seres racionales”, quienes de- y a la categoría de tecno-género, pe-
hemos entendido por qué si el tota- algunos proclamen su “...derecho a provincia de Wuhan. Los mercados bemos repensar y colocar cortapisas ro también sus dislates sociológicos
litarismo de derechas no tiene eco en vivir a expensas de otros, volviendo chinos todavía son conocidos por su al “capitalismo destructivo” (111). y antropológicos. De hecho, intenta
la prensa, como debe ser, porqué el a inscribir la distinción espuria entre peligrosa suciedad y por su inconte- Como siempre, además de su cono- rescatar aquí su dislocada categoría
totalitarismo de izquierdas sí, y de vidas dolorosas e ingratas, es decir, nible gusto por la venta al aire libre cida elegancia discursiva, Han reci- de era farmacopornográfica. En rea-
mucho calado. ¿Cómo puede ser ele- aquellos quienes a toda costa serán de todo tipo de animales vivos amon- cla y actualiza de manera heterodoxa lidad, el autor extrapola las medidas
gante decir que se debe reinventar el protegidos de la muerte y esas vidas tonados. Por tanto, el virus se en- la línea más clásica y reductora de la de coyuntura epidemiológica para
horror? ¿Podríamos reinventar el na- que se considera que no vale la pena contró en algún momento presente, teoría crítica marxista. En sus re- caracterizar a la sociedad. Por otra
zismo? Nunca. Leeremos su libro de que sean protegidas de la enfermedad en una forma animal legada por los flexiones entremezcla elementos no- parte, no hay menciones a las posibi-
dogmatismo exprés, no. y la muerte…” (Butler: 62). A diferen- murciélagos, en un ambiente popular vedosos con un reciclaje de elemen- lidades emancipadoras y libertarias
En contraposición al primer artí- cia de su brillante y profunda produc- muy denso y con una higiene preca- tos de otros autores. No son raros los de las nuevas tecnologías.
culo de Giorgio Agamben, el filósofo ción en la teoría queer, en el artícu- ria” (Badiou, 2020:71). ecos frankfurtianos, baudrillardia- Aunque partícipe de análogos mar-
burdigalense Jean Luc Nancy (2020) lo combina afirmaciones sensatas Cabe señalar, aunque solo sea de nos y virilianos. El llamamiento de cos conceptuales e ideológicos, Ro-
justifica los continuos estados de ex- propias de una socialdemócrata con paso, que por lo menos dos tercios alerta sobre el modelo chino es por berto Esposito matiza un poco el
cepción por la felizmente denomina- otras del activismo panfletario de la de los virus tienen origen en los ani- lo menos incoherente, cuando en otro análisis. El autor defiende también
da excepción viral. Hasta un nivel más rancia militancia izquierdista males salvajes y que su tráfico inter- texto daba como un hecho la vigencia al “paradigma” de la biopolitica (in-
biológico de análisis, es una afir- marxista. nacional nos coloca ante el riesgo de de sociedad de la transparencia (2013) munológica) pero llama la atención
mación palmaria. No obstante, sus Según el filósofo francés Alain Ba- nuevas pandemias. Estamos ante un y de la vigilancia en occidente. sobre su carácter históricamente di-
corolarios analíticos son de cierta diou (2020), la situación pandémica problema ecológico que amerita una El filósofo transgénero Paul Precia- ferenciado. No se pueden homologar
ingenuidad o servilismo: “Hay una actual no es ni excepcional ni estric- respuesta biotecnoética global. do (2020) intenta actualizar, una vez eventos disímiles. En el análisis hay
especie de excepción viral –biológica, tamente novedosa e indica que “… El ensayista y filósofo coreano más, la biopolítica foucaltiana, es de- que separar el largo plazo y la coyun-
informática, cultural– que nos pande- la única crítica seria en materia pre- Byung-Chul Han (2020) es enfático cir, las distintas técnicas con las cua- tura actual. Lo que sucede en Italia
miza. Los gobiernos no son más que dictiva dirigida a las autoridades es al afirmar que “Europa está fraca- les el poder ha gestionado la vida y tiene más que ver con la descompo-
tristes ejecutores de la misma, y des- la de no haber apoyado seriamente, sando” en el control de la pandemia la muerte de las poblaciones. Para el sición de los poderes públicos y con
quitarse con ellos es más una manio- después del SARS-1, la investigación y que “Asia ha manifestado mayor filósofo español, en la “sociedad disci- el potencial reforzamiento del poder
bra de distracción que una reflexión que habría puesto a disposición del eficacia” a través de la vigilancia plinaria moderna” se maximizaría la ejecutivo que con un dramático con-
política”. Aquí cabría señalar el uso mundo médico los verdaderos me- digital del Big Data, concomitante vida en función del interés nacional. trol totalitario. Hablar de riesgo de-
ideológico y propagandístico de las dios de acción contra el SARS-2”. con su autoritarismo, obediencia Las agresivas políticas de frontera, mocrático es desproporcionado. Es-
políticas y de las medidas concretas. Para Badiou, la pandemia es com- y disciplina de raigambre cultural estatales y supraestatales se han des- posito indica: “…evitaría poner en
Desde la filosofía posestructuralis- pleja porque es un punto de articu- (confusionismo). Ahora bien, luego plazado al cuerpo y al domicilio pri- cualquier relación las cárceles espe-
ta, la estadounidense Judith Butler lación entre determinaciones natu- de que entre nosotros la sociedad vado, bajo la forma de confinamiento. ciales con unas cuantas semanas de
(2020) alerta sobre la posibilidad de rales y sociales. La existencia en el aparentemente había abandonado En la nueva coyuntura, los cuerpos cuarentena en Bassa”.
que la producción y distribución de la mundo de zonas con un sistema mé- el paradigma inmunológico, actual- son los nuevos enclaves del biopoder
vacuna siga la racionalidad del mer- dico precario y la indisciplina en la mente se ha reactivado con este ene- y nuestros apartamentos constituyen (continúa en la página 7)
el nacional Domingo 17 De mayo de 2020
Papel Literario 7

La repugnante
sopa de Wuhan
(viene de la página 6)

En Preciado, Byun Chul Han y Ro-


berto Esposito hay una escasa dife-
renciación entre coyuntura de ex-
cepción viral y statu quo corriente, y
entre mecanismos de vigilancia en un
régimen totalitario e instrumentos
de control en un sistema democráti-
co. La vigencia actual o potencial de
los derechos humanos en general, de
los derechos digitales en particular,
y la agencia de la ciberciudadanía,
tampoco son considerados. En Oc-
cidente, también la red de redes es
la Internet de las libertades, lo que
evidencia una multivalencia digital
ausente en los países del socialismo
real. Paradójicamente, la biopolitica
carcelaria es una noción válida, pero Byun Chul Han / elmundo.com
únicamente para estas últimas nacio-
nes y no para la ambivalencia socio- Roberto Esposito / MINERVA©
técnica de Occidente. Por otra parte, obligado a una saludable desacelera-
es ya una perogrullada decir que la el narcotráfico. Castells señala ati- ción de nuestras actividades. El au-
generalización y simplificación de la nadamente que todo se ha adecuado tor parafrasea a Bergson e indica que
cláusula lingüística “el capitalismo” a una lógica de red porque vivimos un desafío político, ético y existencial
no puede subsumir la diversidad so- en una red global de redes globales, es recuperar el tiempo interior (vi-
ciopolítica y económica occidental. cada nodo se comunica a múltiples vido) por sobre el tiempo exterior o
De seguidas, cambiemos de menú y nodos que a su vez amplifican las co- cronometrado.
recomencemos con un segundo plato nexiones a otros tantos nodos, lo que Como colofón de este artículo, po-
que tampoco tiene buen gusto, a pe- se llama small world phenomenon, en demos decir que el reto libertario nos
sar de que incorpora, por lo menos, que un solo nodo puede generar una convoca a tareas gigantescas, difí-
un ingrediente muy valioso. Para el gigantesca estructura dependiendo ciles de enumerar: rediseñar radi-
filósofo británico John Gray, una lec- de su velocidad de conexión. calmente más la democracia liberal;
ción del virus es que evidenció la re- De manera autocrítica, el ministro educar para una ciudadanía glocal;
versibilidad del progreso, una idea de universidades español, señala la reinventar una globalización soste-
con la que hemos convivido por tanto falta de preparación y previsión para nible, equilibrada y plural; impulsar
tiempo. Efectivamente, a veces expe- la pandemia. Ahora bien, un sistema la evaluación democrática (biotec-
rimentamos la sensación de que vivi- global interdependiente no necesita noética) de la ciencia y la tecnología
mos una Edad Media global. Por otra obligatoriamente un gobierno global en general y de las actuales políticas
parte, la mayoría de sus acotaciones sino una gobernanza global. Nuestra y medidas sanitarias en particular.
parecen meras proyecciones ideoló- infraestructura de vida es la sanidad La democracia digital es otra mega
gicas; políticas y nacionales. A la “hi- y requiere cooperación global. No tarea a fomentar, de manera que la te-
perglobalización” de las últimas dé- obstante, la desunión ante este pro- lemática se quede en nuestras casas,
cadas le seguirá la desglobalización blema es evidente y se debe a la au- no solo para la educación, la salud,
(sic) y la reinstauración de un estado sencia de una identidad europea, tal el teletrabajo y el tiempo libre, sino
hobbesiano, en la línea tradicional in- como señalan sus estudios. también para la agencia ciudadana.
glesa. En consecuencia, la apelación El autor catalán señala los peligros Nos toca además reformular los de-
a la solidaridad global sería entonces que atraviesa la democracia liberal, rechos humanos en clave no antro-
“pensamiento mágico”. que venía arrastrado una crisis im- pocéntrica, tomando en cuenta, por
La carta sigue y, de hecho, se re- portante, pero que había asegurado una parte, el enfoque ecológico que
imprimirá por mucho tiempo con cierta civilidad a la vida institucional le asigna centralidad a la vida y, por
distintos colores. Para Gilles Lipo- de las naciones. “Históricamente, en otra parte, los procesos de ciborgi-
vetsky (2020) nos dirigimos a una todas las situaciones de emergencia, zación propiciados por la robótica
sociedad de mayor control como los estados restringen los derechos de Manuel Castells / Wikipedia y la IA.
respuesta a la crisis. En una era de la gente, por necesidad o, en algunos
hiperindividualismo la persona de- casos, aprovechando la situación. Y
manda una gran libertad para go- los ciudadanos lo aceptan por convic- aplicaciones de seguimiento, el éxito
bernar su vida, pero esa individua- ción o por miedo. Pero hasta un cierto de sus políticas parece relacionarse Referencias
lidad se verá frenada en nombre de límite que es peligroso sobrepasar” más con las pruebas exhaustivas y la Agamben, Giorgio (26-02- 2020). “La invención de una epidemia”. En VVAA (marzo
la seguridad. En esta respuesta a la (06-04-2020). Por otra parte, los esta- cooperación voluntaria de una pobla- 2020). Sopa de Wuhan. ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio), pp.
epidemia, el autor resta importancia dos podrían ceder a la tentación de ción bien informada. Una población 17-19. (en adelante;SW.)
a las preocupaciones sobre la vul- resucitar las fronteras y los contro- automotivada y consciente puede re- ________________ (11-03-2020). “Contagio”. Sopa de Wuhan, pp. 31.33.
neración de la privacidad a través les de todo tipo, derribando la utopía emplazar a una vigilancia severa que Badiou, Aain (2020). “Sobre la situación epidémica”. Sopa de Wuhan, pp.67-78.
del big data. Por otra parte, señala liberal de ciudadanos del mundo. El aplica castigos sistemáticos. Según Butler, Judith (2020). El capitalismo tiene sus límites. Sopa de Wuhan, pp. 59-65.
la inoperancia del sistema sanitario orden liberal podría ser la primera Harari, debe recobrarse la confianza Castells, Manuel (21-03-2020). “Tiempo de virus”. Disponible en: https://www.
y la falta de previsión de los políticos víctima de la pandemia (21-03-2020). de las personas en la ciencia y usar la lavanguardia.com/opinion/20200321/474278473999/tiempo-de-virus.html
occidentales por haber subestimado Para el historiador y escritor israelí tecnología para empoderar a los ciu- Castells, Manuel (06-04-2020), “Enfrentamos desunidos la más grave amenaza
este enorme problema. El filósofo Yuval Noah Harari (05-04-2020), es- dadanos. Como muchos futurólogos que ha tenido la humanidad”. Disponible en: https://www.lavanguardia.com/
posmoderno parisiense cuestiona el tos períodos de crisis son momen- y autores de best sellers, combina ni- vida/20200406/48329582092/enfrentamos-desunidos-la-mas-grave-amenaza-
capitalismo no regulado, pero plan- tos de “experimentación social” y veles de conocimiento, información que-ha-tenido-la-humanidad-ningun-estudiante-va-a-perder-el-curso-por-
tea que la alternativa es un nuevo ca- de aceleración histórica de ciertos y análisis desiguales y asimétricos. razon-de-la-epidemia.html
pitalismo integrador de verdadera procesos. Lo que hagamos o dejemos El autor se suma a la exhortación a la Chul Han, Byung (2020). “La emergencia viral y el mundo de mañana”. Sopa de Wuhan,
responsabilidad social, en donde no de hacer configurará nuestro futu- cooperación mundial en el área sani- pp. 97-111.
se tome en cuenta, exclusivamente, ro. Se plantean dos disyuntivas: “… taria y económica. ________________(2013). “La sociedad de la Transparencia”. Barcelona. Pensamiento
el enriquecimiento cortoplacista de La primera es entre vigilancia tota- Finalmente, Morin (2020) afirma Herder.
sus accionistas. “…Lo que hay que litaria y empoderamiento ciudada- acertadamente que es necesario fa- Esposito, Roberto (28-02-20). “Cuidados a ultranza”. Disponible en: https://
cuestionarse entonces es el sistema no. La segunda es entre aislamiento vorecer una consciencia planetaria ficciondelarazon.org/2020/03/13/roberto-esposito-cuidados-a-ultranza/
de producción y consumo, que causa nacionalista y solidaridad mundial”. auténtica con una base humanística Gray, John (12-04-2020). “Adiós globalización, empieza un mundo nuevo”. Disponible en:
el calentamiento climático, la regre- Con la inacción, corremos el riesgo que incentive la cooperación. La in- https://elpais.com/ideas/2020-04-11/adios-globalizacion-empieza-un-mundo-
sión de los bosques, la agricultura in- que se normalicen y generalicen los terdependencia resultante de la glo- nuevo.html
tensiva, la desaparición de especies. instrumentos de vigilancia masiva balización de los años noventa desató Harari, Yuval (05-04-2020). “El mundo después del coronavirus”. Barcelona. Disponible
De hecho, se ha roto el equilibrio na- y se pase de una vigilancia epidér- un resultado paradójico: egoísmo y en: https://www.lavanguardia.com/internacional/20200405/48285133216/yuval-
tural de las especies, empobrecién- mica, interesada en que cliqueamos ultranacionalismo, en lugar de cata- harari-mundo-despues-coronavirus.html
dose la biodiversidad, con lo cual se con nuestros dedos, a una vigilan- lizar esa conciencia planetaria. En Lipovetsky, Gilles (06-04-2020). “Los medios deberían reducir la dimensión emocional de
ha potenciado la aparición de nuevos cia hipodérmica, interesada en que realidad, el gran mercado mundial la información del coronavirus: genera pánico”. Disponible en: https://www.expansion.
virus, como en el pasado reciente las ocurre dentro de nuestra fisiología y ha sido incapaz de generar la frater- com/fueradeserie/personajes/2020/04/06/5e81c54de5fdea1c1a8b45a6.html
vacas locas y la gripe aviar. nuestras emociones. Esta vigilancia nidad entre los pueblos. No obstante, Morin, Edgar (11-04-2020): “Vivimos en un mercado planetario que no ha sabido suscitar
Desde la península Ibérica, Manuel biométrica tendrá una alta capaci- la red planetaria de investigadores fraternidad entre los pueblos”. Disponible en: https://elpais.com/cultura/2020-04-11/
Castells (23-03-2020) nos indica que la dad predictiva y manipulatoria, en muestra un esfuerzo relevante hacia edgar-morin-vivimos-en-un-mercado-planetario-que-no-ha-sabido-suscitar-
globalización ha dinamizado la eco- el marketing propiamente comercial un bien común universal. fraternidad-entre-los-pueblos.html
nomía mundial y ha mejorado el ni- y en el campo político. El problema En consonancia con el pensamiento Nancy, Jean Luc (2020). “Excepción viral”. Sopa de Wuhan, pp. 29-30. Disponible en:
vel de vida de una cuarta parte de la aparente está en que, ante el dilema complejo, Morin apunta que las crisis https://ficciondelarazon.org/2020/02/28/jean-luc-nancy-excepcion-viral/
población, pero se ha dado de manera entre salud e intimidad, la gente suele pueden propiciar tanto regresiones Preciado, Paul (2020). “Aprendiendo del virus”. Sopa de Wuhan, pp. 163-185.
incontrolada, interconectando cual- elegir la primera. No obstante, es un como suscitar la imaginación creati- Soto van der Plas, Christina (2020). “El oportunismo del pensamiento crítico en
quier proceso, verbigracia, el terro- falso dilema que se le ofrece a la gen- va tal como ocurrió con el New Deal. TIERRA ADENTRO”. Disponible en: https://www.tierraadentro.cultura.gob.mx/
rismo, el cambio climático y las epide- te, porque se puede disfrutar de las De lo que se trata es de redescubrir el-oportunismo-del-pensamiento-critico-sobre-sopa-de-wuhan/
mias, en otrora localizadas. Nosotros dos cosas. A pesar de que Corea del los auténticos valores: amor, frater- Žižek, Slavoj (2020). “Coronavirus es un golpe al capitalismo al estilo de Kill Bill y podría
podríamos agregar con propiedad: Sur, Taiwán y Singapur emplearon nidad y solidaridad. La pandemia ha conducir a la reinvención del comunismo”. Sopa de Wuhan, pp. 21-28.

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