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Apuntes de lenguaje

Fuente:

BALLY, Charles: El lenguaje y la vida. Buenos Aires: Losada, 1962, 4ª edición.


Traducción de Dámaso Alonso.

Premisas y apuntes del libro de Charles Bally

1. El lenguaje camia inconsciente y colectivamente desde las clases bajas o el


pueblo. El cambio no proviene desde las clases altas o eruditas.

Sin embargo, poco a poco se impone la convicción de que a


lengua no existe más que en los cerebros de los que la hablan, y
de que son leyes del espíritu humano y de la sociedad las que
explican los hechos lingüísticos. 19

2. El lenguaje es usado por los hablantes para sus interrelaciones humanas


cotidianas. Su función es social.
3. Al estar asociado con las emociones y la creatividad, el lenguaje pierde sentido
en algunas expresiones como “un espacio de tiempo”. Estas frases, sin embargo,
funcionan muy bien en la comunicación cotidiana, pues han pasado a formar
parte de la lengua “normal” de la población.

4. Además del aspecto subjetivo del lenguaje, los enunciados tienen un valor
teleológico e informativo.

El lenguaje refleja también, desde luego, el lado positivo de la


vida, esa aspiración, esa necesidad perpetua de realizar un fin.
Esta es la razón de ser de otro rasgo del lenguaje espontáneo, su
carácter activo, es decir, esa tendencia que impulsa a la palabra a
servir a la acción. 25

5. El lenguaje se encuentra en constante cambio. La subjetividad de algunos


hablantes alteran las expresiones canónicas, y la sociedad consagra, en algunos
casos, dichos cambios.
6. En síntesis, el lenguaje no está regido por el intelecto o la razón; está
determinado a los impulsos del hablante, cuyo pensamiento (subjetivo) usa la
lengua para manifestarse.
7. En la dimensión apelativa del lenguaje “la lengua aparecerá como un arma que
cada interlocutor maneja con miras a la acción de imponer su pensamiento
personal”. 29
8. Al hablar, imaginamos la edad, sexo, clase social y poder de nuestro oyente. De
acuerdo con ello moderamos nuestras expresiones, las cuales pueden ser
prudentes o agresivas, lo que redundará en estructuras gramaticales específicas
para cada caso.
9. La vida, rica y multiforme, la afrontamos con la inteligencia, y esta no se rige
por la lógica necesariamente. La inteligencia que crea la lógica y el lenguaje
inconsciente y colectiva.

Inconscientemente elegimos en la conversación las palabras


nuevas que nos parecen más comprensibles y más expresivas:
inconscientemente forjamos a veces palabras nuevas que
analogías oscuras nos hacen encontrar; inconsciente también es el
trabajo espontáneo de comprensión del interlocutor. 34

10. El lenguaje se puede describir y analizar desde una perspectiva sincrónica o


diacrónica. Se prefiere la descripción del objeto como es, no como “debería ser”.
11. Aparte de la acción creadora del ser humano, la lengua se ve alterada por las
“leyes de la fonética”: pescao, cuchío, oe. En el caso del inglés, la lengua se ve
alterada y simplificada con la desaparición de los morfemas verbales. Esto, a su
vez, requiere del uso imprescindible de los pronombres, lo que genera nuevas
construcciones sintácticas: el lenguaje está en constante degradación reparación.

El lenguaje es una construcción que se hace y deshace sin cesar, y


las supervivencias del pasado alternan con las creaciones nuevas.
58

12. Cuando el lenguaje se hace fin y no medio, entonces surge el estilo.

13. Sobre la lengua literaria:

La lengua literaria es una forma de expresión que se ha vuelto


tradicional; es un residuo, una resultante de todos los estilos acumulados
a través de las sucesivas generaciones, el conjunto de elementos literarios
que la comunidad lingüística se ha asimilado, y que forman parte del
fondo común, aun permaneciendo diferenciados de la lengua espontánea.
41

Como la lengua literaria vive en el pasado, es naturalmente arcaizante. 41

La lengua literaria tiene, sobre todo, valor social; es símbolo de


distinción, de buenas maneras intelectuales, de educación superior. 41

En ciertas sociedades, la lengua literaria ha tenido carácter claramente


esotérico (por ej., la poesía de los escaldos escandinavos): la lengua
religiosa suele ser una lengua extranjera, la lengua de las cancillerías es
en general arcaica, etc. 175

14. El literato intelectualiza la lengua, hecho no natural.


15. Las llamadas “incorrecciones del lenguaje” son parte natural del cambio;
obedecen a las alteraciones fonológicas y a la emoción. Hay que estudiarlas sin
prejuicios.
16. El antropocentrismo y fe en el progreso, nos hace pensar que la lengua
evoluciona. Se llega a considerar, incluso, que la lengua se corresponde con el
grado de civilización del pueblo que la habla. También es incorrecto pensar que
una lengua ha evolucionado más que otras, dado el avance en la literatura, dado
que el lenguaje no persigue en sí un ideal estético.

La primera condición que la lógica impone al lenguaje es


la de ser claro y evitar la ambigüedad. 58

“Ningún idioma, sea el que sea –dice Meillet–, da la idea,


ni de cerca ni de lejos, de lo que ha podido ser una lengua
primitiva.” Las tribus colarias de la India, todavía en tal
punto de barbarie que casi ignoran la alfarería y el uso de
los metales, tienen una lengua rica e ingeniosa, abundante
en matices expresivos. El progreso lingüístico no sigue,
pues, la curva de la cultura. 80

17. La norma de nuestra lengua materna la asumimos como la mejor y la más


correcta.
18. Si alguien hablase siempre en forma lógica, donde cada palabra o frase es
precisa, y obedece a una idea, entonces surgiría la risa con respecto a él, dado
que su habla carecería de toda originalidad y afectividad. Provocaría sueño.
19. El lenguaje científico, unívoco, es ininteligible a las personas “normales”. Si la
lengua ordinaria aprende un término, este se carga de afectividad.

Dar a los objetos nombres exactos y no equívocos es propio de la ciencia,


de la técnica, no del lenguaje corriente. 61

20. En el habla coloquial, los tecnicismos ganan o pierden significados: infinito,


ilimitado, tangente, microscópico, ácido.
21. La expresividad origina la alteración de la sintaxis: ¡qué bonito! reemplaza a
“Eso es un objeto bonito”. También origina cambios en el uso y aplicación de
las categorías gramaticales: Llegó rápido utiliza un adjetivo en vez de un
adverbio. Este uso ya es generalizado en español.

En latín vulgar, -ment triunfa de sus competidores,


precisamente porque toma un valor cada vez más lógico y
gramatical; y, por fin, se hace puramente sufijal en el
francés -ment (clairement). 68

22. La “evolución” de la lengua implica entonces, una tendencia expresiva, que


enriquece la lengua con matices afectivos; y otra intelectual y analítica, que
eliminar lo redundante de las ideas.
23. Dado el cambio fonético, el artículo asegura la transmisión del número. Por
ejemplo, en el habla coloquial, la expresión Los niños juegan, la “s” plural es
imperceptible.

24. Sobre la función del lenguaje:

¿Cuál es la función social del lenguaje? Sin duda, la de permitir a


todos los miembros de una comunidad entenderse en toda la
extensión del dominio lingüístico. Para ello hace falta que la
lengua se lleve a un alto grado de unificación, y la verdad es que
todas las lenguas civilizadas tienden a ese fin. 73

25. Las formas sociales de cortesía no son comunes en todas las lenguas: “Los
romanos y los griegos tuteaban a todo el mundo, hasta a sus magistrados,
emperadores y dioses” 75
26. Las lenguas tienen distinta naturaleza: “el francés obliga a analizar, a disolver lo
que el alemán expresa con un procedimiento sintético”. 89
27. La fonología expresiva deberá atender las sensaciones, emociones y
sentimientos en el hablante oyente a partir de los sonidos, repeticiones,
asonancias, pausas, etc.
28. Bally plantea la especialización de la sintaxis, fonología lexicología en aspectos
emotivos netamente hablando.

29. Sobre la lengua escrita. El lenguaje escrito es más individual, no cuenta con
gestos ni mímicas, carece de entonación, está descontextualizado, está lleno de
neologismos y arcaísmos, es acrónico en tanto que no tiene tiempo preciso en la
historia de la lengua.

La lengua escrita siempre es la manifestación de estados de espíritu, de


formas de pensamiento que no hallan expresión en la lengua ordinaria.
113

El que escribe se ve privado de todos los medios de explicación que el


lenguaje vivo le proporcionaría: la entonación expresiva y la mímica, que
son para el que habla un comentario perpetuo de sus palabras. En la
conversación, la situación está casi siempre dada; las cosas de que se
habla están a la vista o pueden fácilmente evocarse. 114

En primer lugar, ese carácter consciente y artificial de la lengua escrita


explica por qué, separándose de la lengua popular, obedece a un ritmo
caprichoso y sigue una marcha irregular, retrocediendo gustosa hacia
formas arcaicas (comp. El latín de la Edad de Plata), dejándose influir a
veces por lenguas extranjeras (acción del griego sobre el latín),
permaneciendo casi siempre fija en una inmovilidad relativa. Cuando es
muy acentuado su divorcio de la lengua usual, entonces se tiene la prueba
de que la lengua escrita es una lengua especial, cultivada por una minoría
cerrada; en cambio, cuando las dos corrientes van juntas, la sociedad es
más coherente. 178

La lengua escrita se debe, no a condiciones naturales, sino a la evolución


social y política. 218

30. La lengua hablada, por su parte, es socializada; el hablante se solidariza con el


receptor, por lo que se adapta a él. Atendiendo a la lengua hablada es que
podemos conocer la verdadera cultura de un pueblo: “La preeminencia de la
lengua hablada en lingüística no es objetable”. 118.

31. La afectividad

La afectividad es la manifestación natural y espontánea de las


formas subjetivas de nuestro pensamiento: está indisolublemente
ligada a nuestras sensaciones vitales, a nuestros deseos, a nuestras
voliciones, a nuestros juicios de valor. La afectividad es –lo que
viene a ser los mismo- la señal exterior del interés personal que
sentimos por la realidad. 125

He pretendido demostrar, en efecto, que la expresividad


lingüística, al obedecer a la tendencia sintética de la afectividad,
aplica sobre un concepto de una percepción o una representación,
de manera que lo vela o lo apaga a la vez que lo evoca, y que esa
expresividad disminuye, en proporción, el papel de los signos
arbitrarios. 148

Pero en todas las lenguas, la expresividad es la gran enemiga del


discurso desarrollado linealmente, porque acopla a cada
significante uno o más valores no manifestados y sin embargo
inherentes al signo. 157

La expresividad, por instinto, busca lo inédito, lo imprevisto; es


cosa descontada que la regularidad de las formas, de las
relaciones sintácticas y del orden de palabras produce repeticiones
fastidiosas, engendra la monotonía y adormece la atención.

Se sabe que en el origen de todos los signos arbitrarios cuya


etimología es conocida se encuentran, ya expresiones figuradas,
ya palabras con significantes evocadores, cuyos elementos
musicales han sido abolidos por la acción de las leyes fonéticas.
164

32. Los niños hablan con palabras-oraciones. Cuando un niño señala al perro y dice
“guau”, no está nombrando al animal, sino que está queriendo decir que el perro
dice guau.
33. Las fuerzas del lenguaje son la concentración y la diversificación.
34. El sujeto hablante es activo, inconsciente de sus “errores”. El oyente lo
comprende y decide asimilar o no las innovaciones del hablante.
35. La reflexión y el análisis sobre la lengua misma son también actores del cambio.
36. La tendencia actual es que la lengua escrita y hablada se asemejen cada día más.
37. La lengua escrita es prácticamente extranjera para el niño que la aprende.
38. La gramática tiende a simplificarse.
39. La lengua es esencialmente social, se le impone a los individuos para que a
través de él entienda el mundo.
40. Tipos de presión lingüística: imperativa o normativa, la sugestión y la
autosugestión. La presión imperativa se da en la escuela con la ortografía y las
normas del “buen hablar”. Básicamente, se le impone una nueva lengua al niño.
En este aspecto, entran a tallar la religión, la tradición y la escuela. Los
manuales suelen falsear los hechos, nos hablan de formas extrañas de cómo se
debe o no decir una frase. Buscan la unidad, pero no entienden que el lenguaje
en sí es plural. Es tan grave la imposición de las normas, que existen sanciones
para el que “habla mal”, como la desaprobación en el colegio o la burla social.
41. La lengua es un mecanismo que estanca la sociedad. Los cambios sociales casi
no afectan al lenguaje.
42. Hay casos en que la ortografía es un verdadero tormento. La ortografía del
francés, por ejemplo, no se condice con la su fonética actual, sino con la que
tenía en el año 1200. (v. 205)
43. La normativa obedece a criterios sociales y no lingüísticos. Debemos tener en
cuenta que “a todo signo corresponden normalmente muchos valores, y todo
valor está expresado regularmente por muchos signos”. Un factor para acatar las
reglas es que estas provienen del grupo de poder, que goza de más prestigio. Así,
el prestigio social se convierte en prestigio lingüístico.
44. Existen modas que hacen variar las lenguas. Estas pueden ser sintácticas,
fonéticas, léxicas, etc.
45. Cuando se ha asimilado la presión y la persona cree que es una obligación hablar
correctamente, entonces tenemos la presión “autosugestiva”. El hablante se
corrige y pide disculpas por las “barbaridades” que ha dicho.

La lengua se rodea de una aureola y se le rinde culto: la “moral


lingüística” se convierte en religión de la lengua. Y esto es tan
general y necesario que hasta el esperanto ha dado lugar a una
misma esperantista. 216

46. Hay mitos lingüísticos como que la lengua que hablamos es la mejor y que por ser el
idioma merece más respeto que las otras variantes.

La lengua está profundamente engranada en la vida social, y esa


unión íntima es la responsable de las ideas erróneas sobre la vida
del lenguaje: todos la sufrimos casi tanto como la utilizamos. 220.

46. La lengua que se les impone a los alumnos en la escuela resulta impuesta, sin
espontaneidad, y muy normativa, más apegada al pasado y a la irrealidad que al
presente y la realidad.
32. Sobre la lengua y el habla

Si la lengua es el acervo de los signos y de las relaciones entre los


signos, en cuanto que todos los individuos les atribuyen unos
mismos valores, el habla es el funcionamiento de esos signos y de
esas relaciones encaminado a expresar el pensamiento individual;
es la lengua en acción, la lengua “actualizada”. 126

33. El habla implica no solamente la participación de palabras, sino de un contexto


fijo, ya que la persona hace uso de sus extremidades y músculos faciales para
señalar determinados elementos de la realidad que complementan la oración, v. gr.,
mira allá, ve hacia la derecha.

34. Los cambios de la lengua se ven en la hipóstasis o el cambio de categoría de una


palabra: ¡qué niño (infantil, inmaduro) eres!

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