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Nicole Rojas
Constanza Rojas
Josefa Fuentealba
Conocer la evolución de este elemento anatómico es de suma utilidad, es por esto que se
inicia la paleoneurología, ciencia que investiga la evolución del sistema cerebral de las
especies extintas. Al inicio se creía erróneamente que la evolución humana era lineal,
gradual y progresiva. No obstante, luego se comprendió que seguía caminos discontinuos y
complejos, ya que existen largos periodos en los que no se muestran cambios y otros en los
que las transformaciones ocurren con gran rapidez. Junto con lo anterior, la evolución no
siempre recorre hacia la mejoría absoluta, ya que las necesidades de las especies cambian
continuamente, por lo que un camino evolutivo unidireccional carecería de lógica.
En zoología suele calcularse el volumen cerebral en relación al tamaño del animal. Pero en
paleontología no se dispone del cuerpo completo, sólo de fragmentos del esqueleto. Otros
tipos de mediciones se relacionan con el metabolismo o gasto energético, sin embargo, en
paleontología se consideran aportes estrictamente teóricos.
El sistema arterial posee una mayor variabilidad entre individuos, tanto en forma como en
posición de vasos sanguíneos. Pero la mayor diferencia reside en la complejidad de este
sistema, la cual es mucho mayor en nosotros que en las especies extintas.
Antes se decía que a cada región cerebral le correspondía un aspecto cognitivo. Hoy
sabemos que los procesos cognitivos se basan en la integración de varias redes neurales,
por lo que no es aconsejable relacionar funciones cognitivas a zonas cerebrales. Las áreas
de Broka y Wernicke, asociadas al lenguaje, presentan un patrón entre humanos modernos
y especies extintas. Suponiendo que poseen el aspecto cognitivo específicamente
relacionado, podríamos decir que debido al mayor ancho de estas áreas en los
humanos modernos, poseemos mayor capacidad de simulación, interacción entre vista y
actividades manuales, además estas áreas presentan una interfaz entre el mundo externo e
interno, generando un sistema de coordenadas exterior e interior. Otras áreas parietales se
vinculan con memoria y cálculo. Las frontoparietales con la inteligencia y velocidad mental.
A pesar de las incógnitas que deja el estudio endocraneal, se pueden extraer algunas
conclusiones fisiológicas como el metabolismo y la termoregulación (el cerebro es el
órgano que más energía consume y dicho gasto calórico va ligado a la funcionalidad
cerebral), los cuales dependen del tamaño y geometría del encéfalo.