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¿Te imaginas que toda Alemania decidiera hacer las maletas y venir de visita a

España? Entonces, te puedes hacer una idea bastante aproximada de la cantidad


de turistas extranjeros que visitaron España en 2019. Fueron casi ochenta y
cuatro millones, poco más que la población total que reside hoy en el país
germano, que es la más numerosa de la Unión Europea.

Les ofrecere algunas estadisticas: el año pasado el país recibió 83,7 millones de
viajeros, un 1,08% más que un año antes, lo que constituyo su séptimo récord
consecutivo.

El año se cerró de forma positiva en la llegada de turistas pese a los síntomas de


agotamiento del modelo de turismo de sol y playa. Prueba de ello es que se
registraron descensos en los meses clave, en verano. En concreto, hubo caídas en
seis meses: mayo, julio, agosto, septiembre, octubre y diciembre. Este techo que
prácticamente ha ocurrido en los meses centrales del año se explica, entre otros
factores, por la saturación en los principales destinos del litoral, donde literalmente
no caben más turistas.

La realidad de algunos puntos de sol y playa es preocupante. En temporada alta,


parecen no caber más viajeros ni estas zonas están dispuestas a que quepan. De
hecho, en los últimos años se han registrado episodios de turismofobia que
preocupan por el daño que le hace a la imagen del sector. Es un problema serio en
algunos territorios que afecta a los recursos básicos y se tendrá que plantear la
capacidad de las zonas y considerar limitar el turismo"

Ahora bien, este análisis nos permite comprender las enormes implicaciones que
tiene para España su gran atractivo turístico. Las económicas son tal vez las más
evidentes ya que los turistas extranjeros se aportaron al PIB del
país aproximadamente un 12,3%.

Sin embargo, el turismo no solo representa ganancias económicas o nuevos


puestos de trabajo. La visita de tantas personas cada año pone a prueba la propia
resiliencia del país.

Si, porque hay que tener en cuenta aspectos muy importantes como el impacto
medioambiental de esta actividad tanto en las comunidades como en el patrimonio
nacional. Es por esta razon que el turismo en Espana apuesta cada vez más por un
desarrollo sostenible como opción para asegurar su futuro.

Ahora bien, que es el desarrollo sostenible? El desarrollo sostenible es aquel que


tiene en cuenta las cosecuencias actuales y futuras en los ambitos económicos,
sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la
industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas.

Para lograr sus propósitos, el turismo sostenible busca el equilibrio entre las tres
principales dimensiones de esta actividad: la económica, la sociocultural y la
medioambiental.
Para lograr este objetivo, se deben implicar todas las partes involucradas en la
actividad: desde las empresas a los turistas, pasando por las propias comunidades
que se visitan.

En Andalucía, por ejemplo, sus hoteleros apuestan fuertemente por la


biodiversidad, haciéndola compatible con el sol, la playa y las ciudades
monumentales. Además, el sector turístico en España apuesta cada vez más por
la calidad en su oferta, una estrategia a la que los turistas responden de manera
positiva.

Conseguir un turismo de calidad y sostenible es una tarea en la que deben


implicarse todos. Lograr la satisfacción de los turistas, así como el bienestar de
comunidades y ecosistemas, no solo es un objetivo deseable, sino también
alcanzable.

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