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IGLESIA BAUTISTA LUZ Y VIDA

Pastor Esteban Díaz, 2018

EL BAUTISMO COMO UN PASO DE COMPROMISO

Sabemos que el bautismo es una ceremonia que tiene como principal propósito representar aquello que ocurrió
en nuestro interior cuando el Señor Jesucristo nos dio nueva vida. Entrar al agua es una forma de ilustrar que
nuestra vida sin Cristo quedó sepultada, y salir de las aguas, que despertamos a una vida nueva. Pero uno de los
significados de igual importancia, y que de hecho permiten poner en práctica esa nueva vida que el bautismo
significa, es que el bautismo representa un compromiso.

1A. En los tiempos del Señor Jesucristo era común observar a personas no judías interesarse por la fe de los
judíos. Algunos de ellos llegaban al extremo de convertirse a la fe judía, y para eso existía un ritual conocido
como tevilah, mediante el cual eran sumergidos en agua. Es posible que tuvieran en mente a Naamán,
aquel gentil convertido al judaísmo, quien después de haber sido sumergido en las aguas del Jordán por
indicaciones del profeta Eliseo, no solo alcanzó su propia sanidad, sino la misericordia de Dios. Los
prosélitos, personas no judías que reconocían a Jehová como verdadero Dios, daban testimonio de
abandonar su antigua vida (paganismo) mediante éste ritual de iniciación.
1B. En cada ciudad, y dentro de los templos, había una piscina llamada mikveh, en la que eran sumergidos
los prosélitos antes de permitirles participar en los rituales judíos. Existían reglas estrictas para el
diseño de éstos lugares. Todo pecador nacido fuera del pueblo de Dios debía ser purificado.
2A. ¿Pueden comprender ahora la manera en que los religiosos de Israel tomaron el bautismo celebrado por
Juan? Nunca antes un judío había llevado a otros judíos a celebrar un tevilah en las aguas del Jordán. Pero
eran éstos tiempos en los que Dios estaba llamando a Israel a una reconciliación con Él. El pueblo de Israel
debía considerarse a sí mismo un pueblo que había deshonrado a su Dios. Con relación a su pecado eran un
pueblo más sumido en la oscuridad de su pecado.
3A. El profeta Juan era un hombre preparando el camino al propio Dios (Lc. 3:2-6) Si algún gentil de lejanas
tierras hubiese llegado a Jerusalén, buscando al preciado pueblo del verdadero Dios, y con verdadero
arrepentimiento hubiese entrado a las aguas del mikveh, Juan lo hubiese llamado desde el Jordán para
decirle:”todavía te faltan algunos metros más, acércate un poco y mira: he ahí el cordero de Dios que quita
el pecado del mundo” (Jn. 1:29) El bautismo de Juan era una manera de acercar a las personas al ministerio
del Señor Jesucristo para volverlos sus discípulos (Juan 1:35-40; Hechos 19:4)
4A. A partir de ahí, el bautismo en las aguas del Jordán, siguió siendo una señal de compromiso con el Hijo de
Dios; una manera revolucionaria de representar la unión de una persona con los seguidores de Jesucristo
(recuerden que la forma oficial era en una piscina autorizada) Y una de las demandas del Señor para
seguirlo es el compromiso de ser sus siervos incondicionales (Lucas 9:23)
5A. Pensar en el bautismo como una manera de comprometernos con Dios a veces es mal interpretado, porque
algunos piensan que de esa manera se completa la salvación. Pero el compromiso es una prueba de que
somos salvos, no un valor agregado. El bautismo no salva, el bautismo nos prepara para vivir nuestra
salvación.
1B. Por otro lado, una persona que afirma ser salva, pero que no está dispuesta al compromiso, tendría
que analizar con suma seriedad su relación con Dios. Porque, aunque nosotros no sufrimos los dolores
de la cruz, cuando el Espíritu Santo llegó a nuestra vida experimentamos la muerte espiritual alcanzada
en esa cruz (Romanos 6:3) Morimos. Y al igual que un árbol muerto, nuestras hojas comenzaron a caer,
y el color de nuestras ramas comenzó a ceder, hasta que todo sucumba por su propio peso. Nos vamos
dando cuenta del cambio que Dios va haciendo en nosotros, pues aquellas cosas que nos
caracterizaban van quedando atrás de manera que nos referimos a ellas como nuestra antigua vida
(Efesios 4:22-24) Eso significa que el pecado deja de tener dominio sobre nosotros. Al igual que un
muerto, nos separamos de aquellos con quien compartíamos la vida (no aislamiento), no pasamos
desapercibidos (hedor) y no tenemos metas que seguir (propósitos diferentes)
2B. Y del mismo modo, aunque no experimentamos el milagro de la resurrección ese día, si hemos gozado
de una resurrección interior (Romanos 6:4) Significa una vida nueva (Efesios 4:25-32) Una vida que
nunca terminará, sino que irá en crecimiento, y no porque dependa de nosotros, sino porque depende
de lo que Dios logró por medio de Jesucristo.
3B. Eso significa el bautismo. Cuando alguien entra a las aguas, debemos tener en mente al Señor bajo las
cadenas de la muerte por causa de nosotros; y al salir de las aguas debemos recordar que estas
cadenas no pudieron retenerlo para siempre, sino que logró su propósito.
4B. Cuando alguien entra a las aguas, debe tener en mente que su vida anterior, aquella que vivió sin
comprender su relación con Dios y en la que vivió para sí mismo, ha quedado atrás y está próxima a ser
destruida por completo, y que al salir de las aguas, representa que la nueva vida irá tomando dominio
hasta la completa maduración. Y que la única manera de conseguirlo es mediante el compromiso que
hacemos con Dios y sus mandamientos, al entrar en relación con su pueblo (Mateo 28:19-20)

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