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Los Grandes Violines y la Música Instrumental

Al ser desplazada la familia de las violas por la familia de los Violines, estos instrumentos tendrán mayor
importancia y aceptación en los grupos o ensambles instrumentales del siglo XVII. En el siglo XVII, es
decir en el Barroco Temprano además, se producen los muy famosos Violines Italianos en Cremona y
Brescia, salidos de los talleres de Andrea Amati (1520-1611); sus dos hijos, Antonio, Girolamo y su
nieto Niccolló; así como también, de su alumno el genial Antonio Stradivarius (1644-1737), cuyos
violines gozan de extrema perfección; Carlo Bergonzi (1638-1747) y los alumnos de Stradivarius,
Andrea Guarnieri, sus hijos Pietro Giovanni y Giuseppe, y su sobrino Giuseppe Antonio Guarneri
(1698-1744), creador del famoso Guarnieri del Gesù; Alessandro Gagliano (1660-1725), Lorenzo
Guadagnini (1695-1760); Francesco Ruggieri, sus hijos Giovanni Battista, Pietro, Giuseppe, Guido y
Vincenzo.

Surgen también, destacados fabricantes de violines en Brescia, Mittenwald y el Tirol (Gagliano,


Duiffopruggar, Stainer, Glass, Hopf, Klotz, Villaume). Aparecen en la segunda mitad del siglo XVII y se
destacan, los primeros grandes violinistas o virtuosos e importantes compositores representantes de la
Escuela Bolognesa: Giovanni Battista Vitali (1644-92) violinista y destacado compositor, autor de un
oratorio Ovvero La Caduta di Monmouth, el cual fue presentado en Módena el mismo año de la
decapitación (1685) de James Scott, duque de Monmouth (1649-1685) hijo natural de Charles II, luego de
haber sido derrotado por James II en Escocia. Vitali es también el autor de la famosa Ciaconna en sol
menor, la cual ha trascendido hasta nuestros tiempos dentro del repertorio violinístico.

Giovanni Battista Bassani (c.1657-1716) desarrollo nuevas técnicas, gracias al perfeccionamiento del
arco ocurrido entre 1670 y 80, cuando aparece el usa del tensor para las cerdas. Compositor de oratorios,
óperas y varias obras instrumentales; se cree fue maestro de A. Corelli y Giuseppe Torelli (1658-1708)
autor de numerosos Concerti da Camera, publicados en 1686, para dos violines, viola bajo y
clavicémbalo; varios Concerti Grossi publicados en 1709 y otras obras para cuerdas con solos de violín.
Se destacaron también como violinistas y compositores para este instrumento, Giovanni Legrenzi (1626-
1690), el florentino Antonio Veracini (c.1650-¿?), Pietro Locatelli (1693-1764), Evaristo Felice
Dall’Abaco (1675-1742), Giuseppe Dall’Abaco (1710-1805) y muchos otros.

En Alemania, el conocido cantor de Sto. Thomas de Leipzig, Johann Kuhnau (1660-1722) transplanta la
estructura de la Sonata de violín a la Sonata para Clave, en su famosa obra Neue Klavierübung (Nueva
práctica del clave); este trabajo resulta tan exitoso que de inmediato es seguido por otro: Frische
Klavierfrüchte, oder Sieben Sonaten von guten Invention (Fruit for the Clavier, or Seven Sonatas of Good
Invention). Aparecen también en Inglaterra otras colecciones: Fitzwilliam Virginal Book y Phartenia con
obras escritas por Thomas Tallis, William Byrd, Juhn Bull, Orlando Gibbons, Thomas Morley, John
Blow y Henry Purcell.

El gusto cada vez más creciente, por la ópera y el grado de perfección que se logra en la fabricación de
los instrumentos prepara el terreno para un mayor desarrollo de la Música Instrumental y la consecuente
aparición y auge de un novedoso conjunto o agrupación instrumental que adquiere un repertorio propio e
independiente de la música vocal, se trata de la llamada Música Pura, la cual va a contribuir al
perfeccionamiento y desarrollo de los nuevos instrumentos, se trata de:

La Orquesta de Cámara del Siglo XVII.

En efecto, el estreno de la primera gran ópera de Claudio Monteverdi, tuvo lugar en la Corte del Duque
de Mantua en 1607, se trató de La Favola d´Orfeo; en ella el autor utilizó una orquesta mucho mayor y
novedosa, con diez violas da braccio, tres violas bajas, cuatro trombones y dos claves además de otros
instrumentos de viento y de cuerdas. Aplica efectos como el trémolo y logra conmover al público con la
sonoridad de su orquesta. A fines del siglo XVII y comienzos del XVIII, no existía todavía un modelo
único universalmente adoptado para la conformación de las Orquestas, aunque si había antecedentes de
grupos orquestales similares a los que desarrollaría el preclasicismo y el clasicismo.

El Barroco Pleno
Este período ubicado, como hemos señalado, entre 1630 ó 40 y 1680 ó 90, se caracteriza por el gran auge
de la Ópera, el Oratorio y la Cantata y la aparición de la ópera en Francia. Coincide este período con la
llegada a Francia del violinista, director y compositor Jean-Baptiste Lully (1632-1687), originario de
Florencia y luego, a partir de 1646, radicado en Francia, al servicio de Mademoiselle de Montpensier, La
Grande Mademoiselle prima del rey, para dirigir la orquesta de cuerdas de la señora. En 1652, pasó al
servicio del joven rey Luis XIV, quien apenas contaba 14 años y fue uno de los catorce integrantes de la
orquesta-ballet Les Violons du Roy.

La Opera Francesa

En la magnífica corte francesa, la ópera comienza a desarrollarse un poco más tarde; Luis XIII y su hijo
Luis XIV fueron grandes aficionados a la música. En 1642, a la muerte del cardenal Richelieu (1585-
1642), asume el cargo de Primer Ministro de Luis XIII el cardenal de origen italiano Julio Mazarino
(1602-1661), quien había sido recomendado por Richelieu para que le sustituyera. En 1646, Mazarino
invita a París al romano Luigi Rossi (1598-153) para que termine su ópera Orfeo; y en 1660 encarga a
Pietro Francesco Cavalli (1602-76), para que estrene su ópera Serse (Jerjes) en el matrimonio de Luis
XIV; y presente sus óperas en Francia.

Las óperas del veneciano constituyen un suceso en París, sin embargo, la ópera francesa representada en
ese momento por Robert Cambert (1628-77) autor de la música de la ópera en cinco actos Pomone, con
libretos de su asociado, el abad poeta Pierre Perrin, en franca hostilidad con la corriente italiana, dará
más realce a la acción que al sentimiento, no se abandona a las fluctuaciones emocionales del drama y
pondrá énfasis en la incorporación predominante de la danza y el ballet. Antes de morir en 1661, el
Cardenal Mazarino produce la naturalización francesa de Jean-Baptiste Lully quien permanecía en
Francia desde 1646, y su posterior nombramiento como Maestro de Música de la Chapel Royal y
compositor de la música de cámara del rey. Desde entonces, Lully brillará como árbitro del acontecer
musical en Francia. Al año siguiente (1662), es nombrado Maestro de Música de la Familia Real.

Diez años más tarde, en 1671 y con permiso real se constituye la Académie Royale de Musique u Ópera
Nacional; su estreno se hace el 3 de marzo del mismo año con la ópera Pomone del organista de la Iglesia
de Saint-Honoré, Robert Cambert. Desde el comienzo de su reinado en 1661, Luis XIV de Francia había
mostrado una gran predilección y gusto por la danza y el ballet; de hecho, él mismo, era buen bailarín.
Para estos fines Jean-Baptiste Lully, quien conocía bien y practicaba la danza, contó con los servicios del
destacado maestro de ballet Pierre Beauchamp (1636-1705), el cual es contratado en 1650 y designado
como Superintendente del Ballet Real; cargo que ocupó en la Academia Real de Danza hasta la muerte de
Lully en 1687.

Para lograr un ambiente más adecuado y resaltar la importancia de la danza, se contratan también, los
servicios del decorador y escenógrafo italiano Giacomo Torelli.

Es importante recordar que ya desde el año 1588, se conocían en Francia, los principios artísticos para el
movimiento y colocación de las piernas y los pies en las distintas danzas de corte más usuales. Estos
fueron expuestos en la obra Orchesographie, del tratadista Thornot Arbeau (n.1519). De esta base de
principios técnicos y casi un siglo más tarde, partió Pierre Beauchamp para formular las posiciones de la
danza clásica e inclusive, se suele afirmar que fue él quien además, introdujo los Tours en l´air del ballet.

En 1672, Lully sustituye a Robert Cambert y a su libretista Pierre Perrin en la dirección y administración
de la Académie Royale de Musique. Lully presenta su primera ópera Cadmus et Hermione en 1673; a
partir de esta fecha, obtiene un permiso real para ejercer el monopolio de la producción de óperas. Logra
imponerse como el primer clásico de la ópera francesa con una buena cantidad de obras, entre ellas:
Alceste, Thésée, Atys, Isis, Psyché, Amadis de Gaule y Achille et Polyxène (1687).

Con libretos escritos por Jean Baptiste Poquelin Molière (1622-1673) desde 1664, Thomas Corneille
(1625-1709) y más particularmente, con el poeta Philippe Quinault (1635-1688), creó una forma
específica de ópera francesa: comédies-ballets y tragédies lyriques, en las cuales un elemento esencial
para complacer la preocupación real era la incorporación de la danza.
Lully fue el más importante compositor francés de su período y ejerció gran influencia en el desarrollo de
la Overture Francesa con introducción lenta, seguida de una sección en fuga de características muy
brillantes y fastuosas. Escribió la música de sus comedias-ballets; un nuevo espectáculo que conjugaba la
comedia, la música y la danza; también compuso música religiosa para la Capilla Real, incluidos
numerosos motetes: seis Grandes motetes, entre ellos Dies irae para la Misa de Requiem, para doble coro;
Te Deum, y un Miserere, que era composición favorita del Luis XIV. Y catorce Pequeños motetes, entre
los cuales destacan los Salmos para las Vísperas Dixit Dominus, Anima Christi y un Regina coeli. Su
Música Instrumental incluye varios grupos de danzas y dieciocho Trios pour le coucher du Roi; obras
instrumentales, Suites de Symphonies et trios y obras ceremoniales. En 1687 se lastimó un pie con el
bastón con que dirigía un Tedeum para celebrar la mejoría del rey, y murió por envenenamiento de la
sangre. La autoridad pujante de Lully orienta la composición de los músicos franceses del momento; sin
embargo, a su muerte sigue un período de decadencia en el cual se trata de continuar el estilo del maestro.

Henri Du Mont (1610-1684) y Pascal Colasse (1649-1709), son los mejores exponentes de esta
corriente. También Marc-Antoine Charpentier (1634-1704), autor de varias óperas, misas y cantatas,
había intentado rivalizar con Lully pero sólo logró parecer como un seguidor e imitador.

Muerto Lully se destaca la figura de, André Cardinal Destouches (1662-1749), este compositor logra
obras dotadas de un complejo sentido armónico e interesantes disonancias. Serán las figuras de André
Campra (1660-1744), autor de L´Europe Galante, Le Carnaval de Venise, Tancrède, y Jean-Philippe
Rameau (1683-1764), quien devuelve la unidad dramática a la ópera francesa (Hippolyte et Aricie, Les
Indes galantes, 1735, Castor et Pollux, 1737, etc.), los autores de Óperas y Óperas-Ballets, que obtendrán
éxitos más grandiosos y duraderos.

Campra además, fue Maestro de Capilla de Notre-Dame de París (1694), desarrolla también y da nueva
vigencia, al género parecido a la Cantata pero de menores proporciones y que venía cultivándose desde el
Renacimiento; se trata del Motete, al cual nos hemos referido anteriormente, pero esta vez, acompañado
por un grupo orquestal, se trata pues, del Motete Orquestal. Estas composiciones lograron gran
aceptación y popularidad por parte de numerosos feligreses

La Opera Alemana

La ópera llega a los germanos a través de Viena, Salzburgo y Praga; el norte protestante mantuvo
reservas frente a ella y el nuevo sentido de diversión.

No fue sino en 1678 cuando apareció el primer teatro alemán de ópera como empresa privada sin
subvención: el Theater am Gänsemarkt (Teatro del Mercado de los Gansos) de Hamburgo. Allí,
Reinhard Keiser (1674-1739), dirigio el Teatro de Ópera y escribió para él más de un centenar de obras;
en su orquesta por cierto, tocaba un joven violinista de Halle, llamado Georg Friedrich Händel.

En Viena se destacan como compositores de óperas Johann Joseph Fux (1660-1741) y Johann Caspar
Kerll (1627-1693).

El genio germano gusta de darse a la ensoñación y a la especulación metafísica; de ahí que su Drama
Lírico no sea Opera, o sea, unión armónica de poesía y música dramáticas, ya que el equilibrio se rompe
a favor de la fantasía y el simbolismo.

Muy pronto, Alemania recibió la influencia de la ópera italiana que se había extendido por todas las
cortes europeas. Sin embargo, en los primeros momentos, los compositores alemanes no mostraron gran
interés por cultivar este género de música profana.

Será Heinrich Schütz (1585-1672), discípulo de Giovanni Gabrieli en Venecia, el más importante de los
compositores alemanes precedentes a J. S. Bach; quien compone también y estrena en el Castillo de
Hartenfels, cerca de Torgau en 1627 la primera ópera en alemán, Dafne, sobre una traducción del libreto
de Ottavio Rinuccini realizada por Martin Opitz y en ocasión de las bodas de la hija del Elector con el
Landgrave de Hesse-Darmstadt. Más tarde, en 1644 se estrena la ópera Seelewig del compositor
Sigmund Gottleb Staden (1607-1655).
Sólo años más tarde, comienza a desarrollarse el arte lírico alemán en el Teatro de Hamburgo, donde
descolla el director y compositor Reinhard Kaiser (1674-1739) quien le da un importante impulso.
Johann Theile (1646-1724), alumno de Schütz, autor de las óperas Adam und Eva y Orontes. Destacaron
otros compositores; entre ellos Johann Friedrich Fasch (c.1688-1758), autor de tres óperas, cantatas
sacras, motetes y Pasiones, además de excelentes partituras de música instrumental. Georg Philipp
Telemann (1681-1767) autor de las óperas Der gedultige Socrates, Der neu-modische Liebhaber Damon,
y otras. Y en Hamburgo, Johann Mattheson (1681-1764).

La Ópera Inglesa

Tiene sus orígenes en las tentativas de aproximar el arte musical al arte literario en el siglo XVI
(Mascaradas o Masks) de James Shirley (1596-1666) y otros autores, presentadas luego, en forma de
Masques con música por Matthew Locke (c.1630-77) con su Cupid and Death (1653). Luego destacan
Pelham Humfrey (c.1647-1674), quien fue enviado por el rey Charles II a estudiar en París bajo la tutela
de Lully y llevó esa influencias de vuelta a Inglaterra, hacia 1667,donde enseñó a Purcell; y John Blow
(c.1649-1708) en cuya obra prevalece la influencia de la escuela italiana. La figura central de la ópera
inglesa de sus inicios es Henry Purcell (1650-1695) oriundo de una familia francesa. En Chelsea,
presenta su ópera Dido and Æneas (1689). Compuso también, más de cuarenta obras para el Teatro, entre
ellas destacan, The Fairy Queen, King Arthur, The Prophetess, The Tempest, y muchas más. Purcell se
destaca también como compositor de obras instrumentales entre ellas, ocho Suites, piezas para clave,
órgano, obras para grupos de cámara, anthems, himnos, etc.

Pero entre los propulsores más importantes hay que nombrar a Georg Friedrich Haendel (1685-1759), el
alemán de escuela italiana, residenciado y nacionalizado en Inglaterra. Autor de las óperas: Agripina,
Rinaldo (1711), Admeto, Alcina, Alessandro, Giulio Cesare, Scipione, y muchas más. En 1728 surge en
Inglaterra la Opera de los Mendigos (The Beegar´s Opera), la cual constituía una sátira del arte
operístico italiano y expresaba la animadversión contra todo arte extranjero; ubicada en el bajo mundo
criminal, con gran comicidad por parte de los ejecutantes y basada en la recopilación de canciones
populares, danzas, baladas y melodías de moda, arregladas por el músico berlinés residenciado en
Inglaterra, Johann Christoph Pepusch (1667-1752) para el dramaturgo John Gay (1685-1732); esta
modalidad, suerte de precursora de las modernas comedias musicales tuvo un éxito tan clamoroso en el
gusto popular inglés, que pudo arruinar el teatro lírico dirigido por Hændel.

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