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Gregg Thompson
SelectBooks, 2017
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Cualidades
Aplicable
Bien estructurado
Inspirador
Reseña
El experto en coaching Gregg Thompson ofrece una visión optimista de un mundo y un lugar de trabajo en
el que los líderes bien intencionados y desinteresados ponen las carreras y aspiraciones de otros por
encima de las propias. Esto lo dejará ansioso porque sencillamente no quiere encontrar a muchas de las
personas que él describe, pero también esperanzado porque esta descripción honesta
del coaching excelente lo ayudará a identificar a quienes tienen el potencial para guiar a otros y notar su
increíble poder para mejorar el trabajo y la vida de las personas. Cuando los encuentre, aférrese a ellos,
desarróllelos y ayúdelos a prosperar. Si busca ser coach, el camino es desafiante, el viaje largo y las
recompensas increíbles. getAbstract propone que, si ya es coach, utilice el Modelo 3C de Thompson, que se
compone de carácter, conexión y conversación, para mejorar su coaching o, quizá, para darse cuenta de
que tal vez no deba ser coach después de todo.
Ideas fundamentales
Esfuércese por crear una cultura de coaching en la que el coaching formal e informal permeen toda
la organización.
El coaching solo funciona cuando su cliente –el Talento– establece la agenda, quiere que usted sea
su coach y quiere cambiar.
Acepte la emoción en el coaching. Maneje las suyas y ayude a sus clientes a manejar las propias.
Como coach, no sea empático, enseñe, tutele, aconseje ni ofrezca terapia. Deje que los clientes
encuentren sus propias soluciones y asuman su propio cambio.
Resumen
El Talento
Si es coach, piense en sus clientes como el Talento. Esto lo pondrá en el estado mental correcto para
observar la regla de oro del coaching: poner los intereses de sus clientes por encima de los propios.
Como coach, su función es ver a través de las fachadas de sus clientes para entenderlos a profundidad y
aceptarlos, pasar por alto sus errores y disfrutar de sus fortalezas y potencial. Sus clientes necesitan
conversaciones abiertas y honestas. También necesitan confiar tanto en usted que reciban bien la
retroalimentación negativa porque esta estimula su crecimiento.
“Dentro de la cultura del mundo empresarial, el coaching ha subido vertiginosamente en popularidad para
convertirse en el proceso de desarrollo de recursos humanos de más rápido crecimiento de la actualidad”.
Si es el coach correcto, se apasiona tanto por el éxito de sus clientes –como sea que lo defina– que todas
las conversaciones se centran solo en ellos. Apoya a sus clientes incondicionalmente en el cumplimiento de
su potencial. Esa persona extraña –el coach experto– cambiará la vida de los clientes. Sus clientes deben
buscar ayuda y deben invitarlo a que los guíe y los instruya, pero no deben pedirle que haga cualquier cosa
por ellos. Solo ellos tienen la responsabilidad de su capacidad para el cambio, de sus decisiones y sus
acciones. Necesitan que los guíe, pero no que los aconseje.
El ascenso del coach
Hoy día, muchas organizaciones necesitan líderes en todos los niveles que puedan impulsar el cambio
rápido. Cada vez más, los empleados exigen respeto y autonomía. Buscan trabajo con propósito en
organizaciones planas. Lamentablemente, muy pocas empresas están a la altura de estas expectativas y la
mayoría se encuentran con empleados desconectados. Sobresale un antídoto: líderes que
proporcionan coaching. Estos líderes aprenden a soltar el control y a inspirar y confiar en una fuerza laboral
comprometida y productiva.
“El coach líder no es un juez desapasionado que enumera los incontables defectos del Talento ni es una
porrista ciega que dispensa aplausos indiscriminadamente”.
En años recientes, el coaching se ha vuelto más popular que cualquier otra técnica de desarrollo, aunque
muchas empresas lo aplican de manera inapropiada. El coaching eficaz se centra en los clientes. Pretende
mejorar su desempeño al tiempo que respeta sus agendas. Cuanto más pueda una empresa hacer de cada
líder un coach eficiente, más fluidamente se adaptará al actual ambiente empresarial de rápido
movimiento. Todos se benefician del coaching y cualquiera puede ser coach, desde cualquier nivel o
posición. Enseñe coaching para crear una cultura de coaching llena de líderes que la adopten como un
componente clave de su esencia personal. Una actitud sin prejuicios, positiva y agradecida permea una
cultura de coaching. Las personas valoran aprender, los empleados comparten un espíritu de camaradería y
los líderes mantienen su palabra y ofrecen retroalimentación honesta.
El coach
Convertirse en un gran coach significa aprender con sus clientes. Descubra quiénes son, sus valores,
ambiciones y esperanzas. Obtenga su conformidad para hacer lo que se requiera para estimularlos a
alcanzar sus objetivos, aun cuando el trayecto resulte difícil. Haga preguntas inquisitivas. Una buena
pregunta genera más valor que cualquier consejo. Guíe a los clientes a conversaciones para compartir ideas
y experiencias clave para sus desafíos, establezca conversaciones sobre responsabilidad, confianza,
optimismo o admisión de errores. No confunda el coaching con la amistad. Debe hacer que sus clientes
sean responsables, así que siempre dígales la verdad. Sacúdalos cuando sea necesario con
retroalimentación fuerte, sin crueldad y siempre con el mejor interés. No ofrezca soluciones o consejos
como podría hacer un consultor. En cambio, anime a la gente a llegar a sus propias respuestas.
No “arregle”
“La integridad comienza cuando empezamos a aceptar quiénes somos realmente. Llegar a aceptarse a sí
mismo y ser honesto respecto a sus verdaderos valores libera importante poder personal”.
Los clientes deben hacer sus propios cambios con usted como su guía. Cree confianza con integridad y
empatía. El coaching eficaz ocurre solo cuando los clientes controlan la agenda. No acepte la creencia
convencional de que las personas se resisten al cambio; lo anhelan casi universalmente. Los buenos líderes
reconocen y aprovechan esta necesidad, pero abordan los compromisos competitivos de cada persona: la
necesidad de pertenecer, de sentirse competentes y de autonomía. Estas necesidades y el temor de no
satisfacerlas afectan a todos. Estos sentimientos están en conflicto con el cambio y pueden causar que las
personas se atoren. Aborde estas necesidades y temores para quitarlos del camino. Utilice el Modelo
del coach experto 3C compuesto por el carácter, la conexión y la conversación.
No intente suprimir sus valores y creencias cuando dé coaching. Compártalos abiertamente, pero nunca los
imponga. Promueva los valores universales de integridad, compasión, servicio y honor. Desarrolle una
filosofía de coaches en la que guíe a los clientes a vivir bien sus vidas, evitar dañar a otros y ayudar a los
demás a vivir bien. Ignore la creencia del coaching común que dice que deje sus valores en la puerta.
Dar coaching sin valores no tiene propósito. Demuestre sus valores y esté a la altura de ellos en todas las
circunstancias. Asegúrese de que sus clientes sepan que quiere decir lo que dice y nunca les dé ninguna
razón para dudar de sus valores.
“Hoy día, más personas de negocios ilustradas de todo el mundo reconocen que no es posible ni deseable
dejar nuestras emociones fuera de los negocios”.
Para que pueda ser un coach eficiente, sus clientes deben confiar plenamente en usted. Las personas que
son incapaces de recibir coaching simplemente no encontrarán a alguien en quien confíen lo suficiente para
compartir sus vulnerabilidades más íntimas. Gánese el derecho de ser coach demostrando autenticidad,
integridad, humildad y confianza. Admita sus errores y muestre que se preocupa genuinamente por sus
clientes. Busque incansablemente la autenticidad. Sus clientes permitirán que sea su coach solo en la
medida en que vean que es genuino y sincero.
“El trabajo número uno del coach es facilitar y profundizar el aprendizaje del Talento”.
Domínese antes de proporcionar coaching a otros. Esto significa tener la disciplina y la autoconciencia para
actuar de acuerdo con sus valores y en los mejores intereses de su Talento. Conózcase a sí mismo, agrádese
y crea en sí mismo antes de dar coaching. Puede ayudar a otros solo si acepta quién es usted. Gane
autoestima al vivir sus valores. Esto le permite demostrar vulnerabilidad, admitir errores, mostrar
humildad, respetar a la gente y escucharla, todos ellos rasgos esenciales del coach experto.
Dé coaching únicamente porque quiere ayudar a otros, no porque quiera que se desempeñen mejor para
usted ni tampoco para exhibir sus habilidades. Concéntrese en ayudar a sus clientes a cumplir sus objetivos.
No proponga los objetivos que cree que deben tener.
“Cuando sea capaz de dar coaching eficazmente a una persona que no le agrada en particular, sabrá que
está funcionando en el nivel de coach experto”.
Cree autosuficiencia mientras brinda coaching a sus clientes para que alcancen su potencial. Ayúdeles a
sobrepasar sus capacidades y éxitos, si tienen ese potencial y deseo. No busque gratitud. Espere críticas. No
pierda de vista la recompensa que supone ayudar a otros a mejorar. No cree limitaciones al definirse a sí
mismo como un tipo específico de coach. Ya sea que se llame a sí mismo coach ejecutivo, de liderazgo o de
vida, la gente traerá todo su ser a la conversación, así que sea coach de la persona completa.
“El coaching es una actitud y un compromiso para tener una influencia positiva en las vidas de otros.
Cuando dominamos este arte, no es algo que apagamos y encendemos a voluntad; es una manera de ser”.
Reconozca el poder y la omnipresencia de la emoción. Rechace la idea de que la emoción no tiene cabida
en el trabajo. La emoción impregna todas las decisiones y acciones, y el coaching la requiere. Gran parte
del coaching implica ayudar a las personas a manejar sus emociones y aprovechar su poder. Fortalezca su
inteligencia emocional estudiándose primero a sí mismo: ¿qué le interesa, le gusta o le enfada? Preste
atención a las emociones sutiles que le afectan, como ese leve resentimiento o inquietud. Domine sus
emociones al reconocer qué las desencadena. Conozca sus “botones rojos”, ya que los clientes podrían
presionarlos accidentalmente y ello provocar una reacción reflexiva y potencialmente destructiva de la
confianza a menos que controle sus reacciones.
“Los grandes coaches entienden que hacer una pregunta provocadora es mucho más valioso para el Talento
que lo que podría ser cualquier cantidad de consejos”.
Aprenda a detenerse y pensar antes de reaccionar, pero no ignore su intuición. La neurociencia sigue
descubriendo más sobre la importancia de la mente subconsciente en el pensamiento y la toma de
decisiones. Cuanta más experiencia obtenga como coach, más debe confiar en sus instintos y compartirlos
con su Talento. Cree conexiones emocionales al compartir sus experiencias y su historia personal, y
describir cómo se siente realmente.
Guíe a sus clientes para que le compartan sus sentimientos. Esto crea la confianza que hace tan poderoso
al coaching. Maneje sus estados de ánimo, pero cuando beneficie a sus clientes, exprese enojo genuino por
sus transgresiones, en particular sus infracciones de carácter, valores y responsabilidad. Muestre a sus
clientes que pueden controlar sus reacciones a lo que otros dicen y hacen, y que ellos eligen sus respuestas
emocionales y pueden cambiarlas.
“Los líderes sabios y los grandes coaches aceptan que hay emoción en cada tarea humana –negocios,
familia, deportes y política– y que esta afecta a todos”.
Acepte su temor a fracasar como coach. Utilícelo para señalar lo que verdaderamente importa para que
pueda reunir el coraje para perseverar. A medida que practique conscientemente el coraje, su valentía
crecerá. Piense en los logros que ha hecho en su vida y que surgieron solo porque actuó con valentía. No se
preocupe de lo que piensen los demás; tenga el valor para actuar como cree que debe hacerlo.
“Para buscar deliberadamente el potencial más alto de los demás, el gran coach pasa por alto
intencionalmente sus defectos y limitaciones”.
Un imperativo fundamental del coaching requiere que acepte y aprecie a sus clientes por sí mismos: ese
axioma hace que el coaching funcione. Las organizaciones persiguen una indagación apreciativa al buscar lo
que es correcto en lugar de buscar problemas. Se enfocan en soluciones y expanden lo que funciona en vez
de abordar lo que no funciona. Esta mentalidad positiva y sana hace toda la diferencia en el cambio
organizacional y funciona de maravilla en el coaching frente a frente. Su primer efecto poderoso proviene
del reconocimiento de sus clientes, de ver su potencial y sus fortalezas, así como de conocerlos, pero no
juzgarlos.
Exija que sus clientes estén a la altura de su potencial. Establezca expectativas altas, ya que sus
expectativas, altas o bajas, se convertirán en profecías autocumplidas. Sus expectativas para sus clientes se
convertirán en las expectativas de ellos mismos. A medida que vivan a la altura de ellas, los demás los
tratarán de manera diferente; los compañeros les prestarán más atención y mostrarán más respeto, lo que
cumple la profecía. La ciencia llama a esto el “efecto Pigmalión”.
“La mente contiene todo lo importante para el coach: memoria, conciencia, personalidad, valores,
aspiraciones. El coach apunta a la mente para profundizar el pensamiento y el sentimiento”.
Con las expectativas altas viene la responsabilidad. Haga responsables a sus clientes de lograr su potencial.
No permita que culpen a las circunstancias. Demuestre responsabilidad usted mismo. Sea dueño de sus
acciones y utilice el lenguaje de la responsabilidad.
Corrija a los clientes que hablan en términos de “tener que hacer cosas” en lugar de querer hacerlas y
decidir actuar. Nunca permita que sus clientes se quejen o reclamen o se vean a sí mismos como víctimas.
Mantenga sus conversaciones en el nivel de compañeros iguales. No caiga en una relación padre-hijo. No
resuelva los problemas de las personas por ellas. Guíelas, pero insista en que lo hagan por sí mismas.
“En última instancia, la prueba del éxito de cualquier coach es si hay un desempeño visiblemente más alto y
un desarrollo acelerado de quienes están recibiendo el coaching”.
No puede dar coaching a su potencial o al potencial de sus clientes si no los ama. No todos a los que les
dé coaching le serán simpáticos, pero debe tenerles una consideración incondicional –similar al amor– si
quiere acercarse a ellos lo suficiente para cambiarlos. Escuche a sus clientes atentamente desde su corazón
y mantenga la conversación centrada en ellos. Trate de dejar cada conversación de coaching sin
remordimientos, sin que nada importante se haya quedado sin decir y sin asuntos clave que explorar.
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