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El plan de Pedro Sánchez: extractivismo electoral y Más País

Albert Noguera Follow @@AlbertNogueraF1 03/10/2019 - 21:37h

A medida que avanzan los días parece más evidente el interés de Pedro Sánchez por
sabotear un pacto de gobierno con Unidas Podemos y provocar elecciones. La coyuntura
que se le abría, con la sentencia del procés entre otros temas, podía ser fuente de
conflictos y rupturas en el interior de un gobierno de coalición pero, en cambio, una
oportunidad en el marco de una campaña electoral. En esta, el PSOE cree tener el
escenario perfecto para matar dos pájaros de un tiro: en la esfera derecha del tablero,
llevar a cabo una estrategia de extractivismo electoral que le permita ampliar diputados a
costa de Ciudadanos. Y, en la esfera izquierda, debilitar, con la entrada en juego de Mas
País, la capacidad negociadora de Unidas Podemos.

Extractivismo electoral y ampliación de diputados a costa de Ciudadanos

El extractivismo es una estrategia económica basada en la explotación de recursos


naturales que incluye un aspecto material y otro cultural. A nivel material, implica organizar
la economía nacional del país extractivizado según las necesidades de desarrollo de otros
países. Los habitantes del primero trabajan para el desarrollo, el consumo y la
acumulación de los ciudadanos de los segundos. Y, a nivel cultural, el extractivismo se
caracteriza por el desprecio y la idea de que la vida de la gente del país subordinado no
vale nada y se puede consumir mediante la explotación intensiva de su trabajo. ¿Le
importa lo más mínimo a la gente del norte con móviles las vidas que mueren en las minas
africanas del coltán con el que se fabrican sus teléfonos? El consumo de vidas humanas se
convierte en medio para la acumulación de los receptores, sin existir sentimiento de culpa
por ello.
La relación del PSOE con Catalunya durante la campaña opera como una especie de
extractivismo en lo político, un extractivismo electoral aplicado en dos pasos:

En primer lugar, se crea un "afuera". Los ciudadanos suelen pensar la democracia como
organización de la vida política interna, sin tener en cuenta lo externo. Esto permite que se
presente a Estados Unidos y muchos otros países del norte como democracias porque se
estructuran internamente de acuerdo a una lógica liberal-democrática, a pesar de que
externamente saqueen y bombardeen países en función de sus intereses económicos.
Hoy, en España, la diferencia entre lo doméstico y lo exterior no está separada por
océanos, sino dentro de la península. El falso relato que asocia independentismo con
terrorismo, inventado por el PSOE y amplificado por los medios de comunicación estas
últimas semanas, sirve para tirar una línea o frontera imaginaria que divide el adentro y el
afuera de la "democracia constitucional".

En segundo lugar, una vez creado el afuera, el Gobierno organiza su política respecto a
Catalunya según su propia necesidad de desarrollo electoral, esto es, alrededor de la
represión, el estado de excepción y la vulneración de derechos básicos, en tanto que ello
le sirve para extraer valor y acumulación electoral de votos hasta ahora de Ciudadanos.
Catalunya se convierte así para el PSOE en un territorio extractivizado, transmisor del valor
de españolidad que necesita para acumular votos a costa de Ciudadanos. Todo ello con el
desprecio absoluto y mediante el dolor y consumo de vidas de personas encarceladas y
acusadas de terrorismo, y el de sus familias.

Más País y la aniquilación de Unidas Podemos

Por otro lado, en la esfera izquierda del tablero, Sánchez ve en la entrada en juego de Más
País una oportunidad para debilitar la capacidad negociadora de Unidas Podemos.

Podemos y Más País son lo mismo, pero no son iguales. Marx definió el tiempo de lucha
política, al menos, en dos sentidos: como tiempo plus-valor y como tiempo histórico. Por
un lado, la lucha en el tiempo plus-valor hace referencia al uso del conflicto y/o
negociación de los sectores populares para disputar el porcentaje de plusvalía, esto es, la
cantidad de tiempo trabajado y no pagado por los empresarios. El reconocimiento de
derechos sociales como la doble paga, seguridad social o pensiones, servicios públicos,
etc. guardan relación con la disputa de plusvalía. Estos no son más que una reducción de
tiempo plus-valor de los empresarios que se asigna, en forma de salario directo, indirecto
o diferido, a los trabajadores, para la mejora de sus condiciones de vida. Por otro lado, la
lucha en el tiempo histórico hace referencia al uso del conflicto para propiciar la ruptura
con viejo régimen monárquico y su sustitución radical por un nuevo sistema socio-político
republicano.

Hace ya algunos años que la disputa por el tiempo histórico que, tímidamente, abrió el
15-M, se ha cerrado del todo en la política española. Tanto Podemos como Más País han
renunciado a él y sólo se mueven en el tiempo plus-valor o la reivindicación de derechos
sociales, aunque de manera diferente. Existen distintas maneras de garantizar derechos
sociales.

Una opción es garantizarlos de manera complementaria con el Ibex y la Iglesia. Esto es, el
Estado garantiza derechos sociales pagando en el mercado los bienes que necesitan los
sectores populares y no pueden sufragar o entregando directamente dinero a éstos para
que acudan al mercado a comprarlos (ej. escuelas concertadas, ayudas para pagar la
factura de electricidad, gas, etc.). El Estado garantiza derechos sociales actuando como
organización de intermediación entre ciudadanos y mercado o ciudadanos e Iglesia. El
gasto público implica, en este modelo, un buen negocio para la Iglesia y las empresas
privadas. Por el contrario, la otra opción es garantizarlos de manera competitiva con el
Ibex y la Iglesia, estos es, por ejemplo, creando una empresa pública de energía. El gasto
público deja aquí de generar oportunidades de inversión al sector privado.

El PSOE y las élites económicas saben que Errejón es más fiable y no causará tantos
obstáculos como Unidas Podemos a la hora de implementar derechos sociales de manera
compatible con el Ibex. Además, a Iñigo, Catalunya "le queda muy lejos" y no tiene en sus
filas diputados que pronuncien las palabras tabú "presos políticos" y "referéndum". En
este sentido, el PSOE sabe que la entrada de Más País en el Congreso no sólo incorpora
un tercer actor en la negociación de un supuesto gobierno "progresista", sino que una
victoria de Errejón en la batalla Pablo-Íñigo en la circunscripción de Madrid, cambia
radicalmente la correlación simbólica de fuerzas desde la que Iglesias puede negociar. En
estas circunstancias, Pablo difícilmente podría no tragar y dar sus votos a un pacto entre
los otros dos.

En resumen, parece evidente que la no investidura y convocatoria de nuevas elecciones


ha sido una estrategia del PSOE para perpetrar su plan: poder ampliar diputados, en la
esfera derecha, a costa de Ciudadanos mediante una estrategia de extractivismo electoral
en Catalunya. Y la aniquilación de la capacidad negociadora de Unidas Podemos, en la
esfera izquierda, con la entrada en juego de Mas País de la que sin duda, tenía
conocimiento. En política, no siempre las jugadas salen bien, pero si esta le sale a
Sánchez, se finaliza una etapa y se abren nuevos retos para la izquierda republicana
española. Estaremos ante la muerte, ahora ya sí definitiva, de Podemos como artefacto útil
para nada y la necesidad de repensarse en nuevos instrumentos, formas de organización y
figuras.

#política

El plan de Pedro Sánchez: extractivismo electoral y Más País

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