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La propiedad es la suma de derechos que uno o varios hombres tienen sobre las cosas,
lo cual anuncia que los objetos así poseídos constituyen su propiedad o propiedades la
razón por la que hay distintos tipos de pertenencia:
La propiedad es la suma de derechos que uno o varios hombres tienen sobre las
cosas, lo cual anuncia que los objetos así poseídos constituyen su propiedad o
propiedades.
Bienes inmuebles macro étnicos de índole comunal: Conformados por los
predios, caminos, puentes, canales, pozos, edificios y árboles locales y bien
focalizados.
Bienes inmuebles estatales: Tierras, caminos, puentes, tambos u hospederías,
pozos, canales, bosques, plantaciones de coca, asentamientos urbanos (llactas),
almacenes, guarniciones, armas, templos, acllahuasis, talleres; aparejos de
trabajo agrícola, minero, ceramista, textil y de metalistería.
Objetos rituales: En una sociedad como la andina, donde todos los actos de la
vida caminaban enlazados a lo mágico y religioso, tenían una serie numerosa de
cosas muy estimadas por sus vínculos con lo cabalístico y las divinidades, con
más fuerza que su valor intrínseco económico.
LA HERENCIA
Ñaupa A. (1592). “sobre el trueque de tierras y pastos por cuatro indios plateros entre
los pueblos de Carania y Guaquis, en Yauyos, en tiempo de Túpac Inca Yupanqui. Este
documento prueba que ciertas comunidades podían ensanchar sus heredades
enajenándolas a otras mediante el trueque con seres humanos”.
Según Atoc A. indio anciano que ha vivido y se ha criado en puna, “dijo como testigo
que desde que nació saue y ha visto los mojones de las tierras y pastos del pueblo de
Carania. Asimismo ha oído decir a los indios más antiguos de aquel tiempo y, en
especial a su abuelo, como las tierras, mojones y pastos eran del cacique y común de sus
indios del pueblo de Carania”.
San Miguel G. “Las tierras de pastores y el ganado seguían casi el mismo modelo de
los terrales agrícolas. Por lo tanto, hubo pastos y ganados del Estado, del sapainca, de
las divinidades y de ayllus.”
Gutiérrez P. “Allí vivían señores que tenían cientos de cabezas de camélidos,
disfrutándolos como de su propiedad particular; por lo que, es incontestable, que se les
consideraba ricos.
Los curacas también tenían su patrimonio personal, consistente en chacras que les
donaba el Estado, en cuyo caso la concesión se ubicaba en terrenos cercanos o en los
de otras etnias. En el caso de los señores de Picoy y Yaucha (quebrada del medio y
alto Rímac), recibieron parcelas de tal condición en el valle de los huancas (Jauja-
Huancayo), Quinua (Ayacucho) y Vilcas Huamán.
II. EL TRABAJO
El poder estatal, que se arrogaba todas las facultades, al mismo tiempo que tomaba
hogares y a veces ayllus íntegros para convertirlos en yanas o en piñas, también
levaba muchachas para concentrarlas en unos edificios singulares, para entrenarlas y
tecnificarlas en manufacturas que beneficiaran al Estado. A estas muchachas se las
denominaba acllacuna o acllaca (o acllas, castellanizado).