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El Orgullo vs.

La Humildad
OBJETIVOS:

 Aprender que es el orgullo y cuáles son sus características.


 Aprender a como ser libre del orgullo.
 Aprender que es la humildad, reconocer que Jesús es ejemplo de humildad para
nosotros, conocer los beneficios de humillarnos ante Dios y saber a quienes debemos
confesar nuestras faltas.

El orgullo es un problema que debe ser atacado desde la raíz, pues es uno de los obstáculos
más grande que impide que Dios traiga un avivamiento a la iglesia. Esta generación esta
llamada a alcanzar la condición de humildad. Muchas personas incluso caen en pecado y no
se vuelven a levantar por causa del orgullo que guardan en su corazón.

En esta clase conoceremos que es el orgullo y cuáles son sus características, para que lo
saquemos totalmente de nuestras vidas. Aprenderemos como vivir en humildad para que
Satanás no tenga autoridad sobre nosotros, y así Dios pueda establecer Su voluntad en
nuestras vidas y traer avivamiento a nuestra iglesia.

¿Qué es el orgullo?

Ser orgulloso es vivir para uno mismo, creyéndose mejor que los demás, es tener exceso de
estima propia. El orgullo también se describe como arrogancia y soberbia. Una persona que
camina en orgullo, puede caer en cualquier pecado. El orgullo fue el pecado que llevo a
Satanás a rebelarse contra Dios.

¿Cuáles son las características de una persona orgullosa?

Una persona orgullosa suele ser autosuficiente, perfeccionista, egoísta, competitiva,


rencorosa, caprichosa y ambiciosa. El primer pecado que ocurrió en el universo no fue
cometido por un ser humano en la tierra, sino por un querubín en el cielo. Este era llamado
Lucifer, pero cuando se rebelo contra Dios se convirtió en Satanás.

Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios. Allí estuviste, y en
medio de las piedras de fuego te paseabas.   Perfecto eras en todos tus caminos desde el día
en que fuiste creado hasta que se halló en ti maldad. A causa de tu intenso trato comercial,
te llenaste de iniquidad y pecaste, por lo cual yo te eché del monte de Dios y te arrojé de
entre las piedras del fuego, querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu
hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra, y
delante de los reyes te pondré por espectáculo. Ezequiel 28:14-17

La expresión "se enalteció tu corazón" significa que el orgullo inundó el corazón de


Lucifer, lo cual es maldad. Por eso hoy, una de las tácticas principales de Satanás es
inducirnos a caer en el orgullo. El espíritu de Satanás que alimenta el orgullo, la arrogancia
y la soberbia se llama Leviatán. El nombre "Leviatán" significa
"rey sobre los hijos del orgullo"; es decir que Satanás es el rey de toda persona orgullosa y
arrogante (Job 41:34).

¿Cuál es el peligro de ser orgulloso?


Dice la Biblia que "Dios resiste a los soberbios" (1 Pedro 5:5). Esto significa que no hay
forma que las cosas les salgan bien a las personas orgullosas.

¿Cómo podemos ser libres del orgullo?


Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos
de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. 1 Pedro 5:5

El único remedio contra el orgullo es la humildad. No podemos pedirle a Dios que nos haga
humildes. Dios busca que nosotros mismos nos humillemos.

“La persona que camina en orgullo puede caer en cualquier pecado”

La Escritura dice también que el orgullo viene antes de la destrucción, por lo tanto, el único
remedio es humillarse. Si usted tolera el orgullo en su vida y no lidia con él, éste lo
arrastrará a la destrucción y la de su familia. Dios nos dará la gracia, nos enviará Su
Espíritu Santo para tocarnos y asistirnos. Sin embargo nosotros tenemos la decisión final.

Ser humilde no tiene nada que ver con las emociones. La humildad es una decisión tomada
por voluntad propia, y expresada o manifestada por medio de una acción.

¿Qué es ser humilde?


Es reconocer sin exagerar ni tampoco minimizar lo que somos como personas en Cristo.
Por ejemplo, si usted es un buen predicador y lo reconoce, no es pecado, pero si se cree el
mejor predicador, cae en el pecado de orgullo. Por tanto, la humildad no significa
degradarse, creerse menos, o estimarse poca cosa, sino ser conscientes de nuestro valor
como personas, sin exagerar.

¿Qué dijo Jesús acerca de ser humilde?


Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.
Lucas 14: 11. Ésta es una ley espiritual universal que tiene aplicación para todos, sin
excepción.

¿Quiere ser exaltado?


Entonces humíllese, porque si se exalta a sí mismo será humillado. Cuando enfrente una
situación en que la gente lo rechaza, lo confronta, lo humilla o lo avergüenza, no se queje ni
murmure, antes bien, regocíjese porque tiene una gran oportunidad para humillarse. Cuanto
más bajo usted vaya, Dios lo exaltará más.

¿Qué hizo Jesús para humillarse?


Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en
forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando
en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz. Filipenses 2:5-8

Miremos Filipenses 2:6-8 y observemos lo siguiente al leer esos versos:


1- "Se despojó a sí mismo". Jesús se vació, se desinfló, se quitó todo rango.
2- "Tomó la forma de siervo". Jesús siendo Rey decidió hacerse el sirviente más pequeño.
3- "Hecho semejante a los hombres". Jesús se hizo como el más humilde de los hombres.
4- "Estando en la condición de hombre". Jesús no era diferente, en apariencia física, del
resto de los hombres de su época.
5- "Se humilló a sí mismo". Nació como el hijo de un carpintero, no como un príncipe.
6- "Haciéndose obediente". Jesús nunca buscó hacer Su voluntad, sino de la de Su Padre.
7- "Y muerte de cruz". La muerte de cruz era una agonía de vergüenza, reservada sólo para
los peores criminales de la época.
Jesús no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse. Él es el ejemplo que debemos
seguir.

¿Cuáles son los beneficios de humillarnos ante Díos?


1- Provoca que Dios escuche nuestra oración y que actúe (2 Crónicas 7:14).
2- Recibimos la Gracia de Dios (1 Pedro 5:5).
3- Nos trae honra (Proverbios 18:12).

¿Cómo podemos humillamos?


- Confesando nuestros pecados. No podemos recibir perdón por los pecados que no
confesamos. Confesar nuestros pecados es la clave para no permanecer orgullosos
ante la presencia de Dios.

Uno de los grandes ministerios del Espíritu Santo, nuestro Consolador, es traernos
convicción de pecado (Juan 16:7-8). Una vez que tenemos esa convicción podemos
confesar.

Dios nos pone cara a cara con asuntos personales y del ministerio que le son desagradables,
aunque nos esté bendiciendo aun por Su misericordia. El hecho que Dios nos bendiga, no
significa que apruebe todo lo que hacemos. Sólo hay un remedio para lidiar con el pecado
de orgullo: confesarlo. Dios será fiel, nos perdonará y nos limpiará.

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y


limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y
su palabra no está en nosotros. 1 Juan 1:9-10

¿A quiénes debemos confesar nuestras faltas?


- Confesar nuestros pecados a Dios, constituye una humillación vertical.
- Confesar nuestros pecados a los demás es una humillación horizontal.

Ilustración: En la mayoría de los matrimonios, a los hombres se les hace difícil pedirle
perdón a sus esposas. En esos casos, el esposo puede comenzar diciéndole a su esposa algo
así: "Amor, lamento mucho haber sido rudo contigo. Perdóname porque te falté el respeto y
fui insensible. Perdóname por no ponerte atención cuando me hablas...".

Si la esposa fue ofensiva, ella puede empezar diciendo algo similar a su esposo. Lo mismo
aplica entre familiares, amigos, hermanos de la iglesia, etc. Dios nos llama a vivir en paz el
uno con el otro. Si tomamos la decisión de hacer esto, Dios traerá restauración a nuestro
matrimonio y nuestras relaciones.

Y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros.
1 Tesalonicenses 5:13

Es bíblico confesar nuestros pecados los unos a los otros cuando nos ofendemos o herimos,
pero no debemos hacerlo como un ritual sino de corazón. Ésa es la clave, pues el pecado no
confesado es un obstáculo para recibir sanidad. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y
orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
Santiago 5:16

Sólo hay Uno que conoce todo lo que está guardado en nuestros corazones, y no es ningún
ser humano sino el Señor. Si le pedimos que nos haga saber lo que hay en nuestro corazón,
Él lo hará. Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis
pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.
Salmos 139:23-24

Debemos renunciar al orgullo y confesar cualquier pecado que hayamos cometido,


aprendiendo a humillarnos a nosotros mismos bajo la poderosa mano de Dios. Sólo así
veremos la gracia de Dios sobre nuestras vidas.

ACTIVACIÓN:
1- El maestro guiará a los alumnos a renunciar al orgullo y la soberbia, y a tomar la decisión de
humillarse delante de Dios.

2- Luego, le pedirán al Espíritu Santo que les muestre las personas que han ofendido, y que les
ponga el deseo de arrancar el pecado de sus vidas.

3- Finalmente, confesarán sus faltas los unos a los otros, y le pedirán perdón a Dios.

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