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la honestidad? (véanse las voces Con- tuación [ética de]). Esto no es justo.
ciencia e Historia [de la teología moral]). pues, no obstante, y a pesar de los
componentes culturales, el hombre es
l. LA LEYrNCIERTA.-Yasobre este siempre sustancialmente hijo de la
punto clave los moralistas del 600- naturaleza; por tanto valores-normas
700, fundadores de los sistemas morales, más o menos universales los habrá
disienten. según las diversas escuelas. siempre. Pero es preciso reconocer
Es admitido por todos que la certeza que la flexibilidad, la simple proba-
en materia moral no puede ser una bilidad, que ya era tanta en el me-
certeza de tipo demostrativo, v. gr. dioevo, crece para nosotros fuerte-
como la de las matemáticas: difiere de mente, no sólo en extensión. sino
ella por naturaleza y por grados. El también en intensidad, en cuanto que
ingeniero, al construir una casa, admite la incertidumbre se pone como duda
con absoluta certeza que dos y dos son verdadera. No ha de admirarnos esto,
cuatro. La conciencia se puede encon- porque una de las características de
trar. en situación, frente a estas leyes: los sistemas morales probabilistas es
todo acto moral debe tener la tensión precisamente ésta: considerar como
escatológica del Resucitado; todo ma- propio y verdadero estado de duda,
trimonio es indisoluble; no se puede todo estado en el que el agente se
uno apropiar las cosas de otro... El halla entre dos opiniones probables
primer principio tiene una certeza ab- opuestas, aunque la diferencia en los
soluta, aunque no sea certeza matemá- grados de probabilidad sea notable.
tica; el segundo puede no verificarse
por ejemplo en un matrimonio entre 2. DELAINCERTIDUMBRE DELANORMA
dos no cristianos, uno de los cuales EN LA CIENCIAA LA CERTEZA PRÁCTICA
se convierte al catolicismo; el tercer DELACONCIENCIA. PRINCIPIOS REFLEJOS.-
principio es todavía más flexible. Pero Es precisamente en este salto cuali-
cuanto más se particularizan las leyes tativo de la ciencia a la conciencia,
o principios universales. más se des- de la verdad moral teóricamente prác-
ciende de la certeza a la probabilidad. tica a la verdad moral prácticamente-
La casuística, que, por vía de inducción, práctica donde tienen lugar los diversos
particulariza los principios o leyes sistemas morales. San Alfonso hace no-
universales en reglas particulares, por tar: «en lo que atañe al acto concreto
medio de casos típicos presenta estas (operatio), hay que distinguir siempre
reglas casi siempre en estado de «opi- dos verdades: la verdad especulativa de
niones» más o menos probables. Las la cosa (verdad objetiva); y la verdad
tres últimas cuestiones de la teología práctica (prácticamente práctica) por
moral de santo Tomás (2-2ae, 187- la que la acción es honesta». (cf Disser-
189) son ya teología moral casuista tatio scholastico-moralís pro usu moderato
sobre el estado de religión: en 24 opinionis probabílis in concursu proba-
artículos formula muchas reglas ca- bilioris, 1755). Suponiendo que una
suistas, bastante flexibles. En el medio- ley o norma casuistica objetiva tenga
evo el estado religioso presentaba pro- razones para imponerse a nuestra
blemas actuales, y santo Tomás afronta conciencia y tenga razones contrarias
su estudio casuístico; a partir del que dejen al sujeto la autodetermina-
1400 la vida de la laicos evoluciona ción de conciencia, los moralistas afir-
de mil maneras y surge una casuística man que se puede salir de este estado
nueva y crece la flexibilidad de las de incertidumbre objetivo-subjetiva (du-
reglas. Se podrá tener una certeza da especulativa) y llegar a la certeza
relativa, «certitudo probabilis» (2-2ae, subjetiva práctico-práctica, en virtud
70,2). de principios que son «extrínsecos» a la
Hoy, en la era atómico-tecnológica, verdad objetiva de la ley. Estos prin-
la situación no es creada por la natu- cipios se denominan «reflejos» para
raleza, sino por la cultura política distinguirlos de los principios «directos»,
impulsada por las leyes del desarrollo de que emanan de las razones objetivas
la realidad ambiental, social, en la que del acto, examinado en un orden cien-
el hombre es más objeto que sujeto. tífico. Por tanto, cuando la no evidencia
En esta evolución de la realidad la de las razones directas determina un
tipificación de las situaciones en casos estado de incertidumbre, la conciencia
modelos resulta difícil: de aquí que supera ese estado en virtud de los
haya nacido la ética de situación que principios reflejos y emite un juicio
rechaza toda norma apriorística. (Cf Si- de valor sobre el propio acto, en situa-
1017 Sistemas morales
ción, que no excluye en modo ab- la existencia de una ley para estar
soluto todo error práctico-práctico. De obligados al cumplimiento de la misma.
hecho nadie podría obrar sin estar Se puede seguir la libre autodetermi-
seguro de la honestidad de su acción nación sólo cuando se está absoluta-
concreta. mente seguros de que tal ley no existe:
Los sistemas morales tienen por «tutior vel certa».
objeto la proposición de los princi- b) Puesto que tal rigorismo fue con-
pios reflejos. Difieren entre sí por el denado por Alejandro VIII (proposición
concepto de duda, de probabilidad y rechazada: non licet sequi opinionem
por los principios reflejos que proponen, vel ínter probabiles probabilissimam:
pero difieren sobre todo por los presu- Denz 2 303 ), algunos teólogos pro-
puestos metafísicos y antropológicos que pusieron el tuciorismo mitigado. Este
están en la base de sus proposiciones. sistema retrocede un poco del tuciorismo
Hasta ahora, en los diccionarios teoló- absoluto y se queda en el límite marcado
gicos, los diversos sistemas se ilustraban por la proposición condenada y lo
con voces separadas; pero ahora, puesto propone como único límite posible
que se piensa que han sido ya superados para la licitud en el seguimiento de la
con proposiciones sintéticas, habla- libre autodeterminación. Es decir, la
remos aquí de ellos en forma sintética. conciencia debería conformarse siempre
Esta superación no es una minusvalo- con la opinión probable que propone
ración; bajo otras formas los sistemas la ley, a menos que ésta sea contestada
todavía están presentes, en la doctrina por una opinión probabilísima en favor
y en la vida moral, como se deducirá de de la libertad: «tutior vel probabilissima».
cuanto digamos. Estudios monográ- e) El probabiliorismo defiende que no
ficos sobre el tema serán siempre de es necesaria una opinión probabilísima
gran utilidad, más aún, necesarios, favorable a la libre autodeterminación,
para darse cuenta de la historia de la para poder rechazar la opinión opuesta
doctrina moral y de las actuales dis- que está en favor de la ley: basta una
cusiones. opinión más probable, «probabilior», que
la opuesta gue_ está en favor de la
3. DESCRIPCIÓN DE LOSSISTEMAS MO- ley; «tutior ve! probabilior». V. Pa-
RALES. -La gama de los sistemas morales tuzzi, adversario de san Alfonso y dis-
va desde el rigorismo absoluto al cípulo de D. Concina, exigía que tal
laxismo más audaz. Se pueden enu- «probabilíoridad» fuese tan fuerte que
merar hasta siete sistemas morales: redujese la probabilidad opuesta de la
tuciorismo absoluto; tuciorismo mi- ley a una simple probabilidad lógica.
tigado, probabiliorismo, compensacio- d) El compensacionismo. sistema de
nismo, equiprobabilismo, probabilismo compensación, propuesto por Potton
y laxismo. en el siglo pasado, reafirma como
Los cuatro primeros sistemas tienen límite de licitud para la libre autodeter-
como principio fundamental: «en la minación la probabilíoridad; pero ad-
duda se ha de tomar la parte más segu- mite también la validez de la opinión
ra». Por parte más segura se entiende simplemente probable, siempre que exis-
aquí la opinión que propone la ley ta una razón que excuse y compense
o norma objetiva. Se supone que la eventual transgresión de la ley que
cuando se está en duda sobre si una parece más probable.
ley obliga o no, se actúa seguramente En oposición a este grupo de siste-
observando la ley como si fuera cierta. mas que defienden el orden objetivo
San Alfonso no acepta este concepto expresado en leyes, se sitúan los otros
de seguridad moral, como si ésta con- tres sistemas. Estos ponen en primer
sistiera en no exponerse al peligro plano la instancia de la subjetividad,
de la violación material de la eventual que se expresa en la libertad de deter-
ley. El enseña que la verdadera seguridad minar el juicio de conciencia en la
consiste en estar seguros de hacer una elección a realizar «aquí y ahora». El
elección moral concreta, con la que principio general es el siguiente: se
no se ·cometa un pecado formal. y puede seguir la opinión «benigna», a
tal seguridad se obtiene asumiendo menos que la ley se presente con tales
como norma en tal situación la opinión razones que eludan la probabilidad.
que se opone a la ley dudosa (Theologia Con la expresión «opinión benigna» se
mora/is, 1.1, tr.1, n.82). indicaba en 1600-1700 la opinión
a) El tuciorismo absoluto afirma que favorable a la libre autodeterminación.
basta una mínima probabilidad sobre Los tres sistemas sensibles a la ins-
Sistemas morales 1018
de que tal ley existe. Si no se tiene tal Leclercq G., La conscience du chrétien. Essai de
promulgación. la ley es dudosa y con- théologie mora/e, París 194 7. o Para el proba-
siguientemente no obliga. Pero. en bíliorismo y compensacionismo: Hering H. M..
Qu.omodosolvendi su.ntcasus?, en «Angelicum»
virtud del principio de personalidad, la 18 (1941), 311-335.-Janssens M. E.. Notes
promulgación debe hacerse a la con- sur la consciencedouteuse, en «Revue Néoscho-
ciencia de cada uno; no basta la lastique de Philosophie», 22 (1920), 28 7-309;
«inscripción de la naturaleza» en la 23 (1921). 267-289 y 363-377.-Lottin O.,
esencia. En esta doctrina se resume Le tutiorisme du XIII siecle, en «RTAM», 5
sustancialmente todo el sistema de san (1933), 292-301.-Peinador A .• De judicio
conscientiae rectae, Madrid 1941. □ Para el
Alfonso. Esto sirve sólo para decidir equiprobabilismo: N. N., Vindiciae alphonsianae,
la cuestión preliminar: ¿la conciencia París 1874.-Beaudoin R., Tractatus de con-
ha de conformarse a una ley o más scientia, París 1922.-Caigny J. de. Apologetica
bien puede autodeterminarsel Esta cues- de aequiprobabilismo alphonsiano, París 1894.
tión resulta preliminar en uno u □ Para el probabilismo: Deman T., Probabilisme,
otro sentido, y se hace así operante el en DTC, 13, 417-619. Articulo largo y eru-
dito, es un buen instrumento de trabajo, pero
principio de personalidad, según el hay que verlo con espíritu crítíco, porque la
cual tanto el obrar según la ley como historia biene enfocada según la tendencia del
el obrar según la autodeterminación autor, claramente antiprobabilista. -Richard T.,
han de estar animados por el dinamismo Le probabilís'!7-emoral et Ja philosophie, París
de la gracia-caridad, que no es otra 1922.-Id .. Etudes de théologie mora/e, París
cosa que la vida de Cristo en nosotros. 1937.-Rodrigo L., De historicis exordiis et vi-
cibus probabilismi moralis relectio, en <(Miscell.
Esta vida se concreta en nosotros, y Cornil!.» (1953), 53-120.-Rousselot P., Quaes-
tiene su «teología moral» en el Evan- tiones de conscientia, Lovaina ] 9 3 7. -Ter Haar
gelio y en todo el orden normativo que F.. De systemate morali antiquorum probabilista-
emana del mismo. Objetividad y sub- rum, Paderborn 1894. □ Sobre la doctrina de
jetividad se funden en la persona de san Alfonso: Capone D., Dissertazioni e Note di
S. Alfonso su/la probabilitá e la coscienza dal 17 48
Cristo. al 1763, en «St. Mor.», 1 (1963), 265-343:
En la renovación actual de la teolo- ...dal 1764-1769. en «St. Mor.». 2 (1964),
gía moral. se tiende quizás a considerar 89-1 5': ...da/ 1769 al 1777. en «St. Mor.», 3
los «sistemas morales» como expresión (1965). 82-149.-Delerue F.. Le systéme moral
de falsos problemas morales. De cuanto de St. Alphonse de Liguori, Saint-Etienne 1929.-
llevamos dicho se deduce que la forma Gaudé L.. De morali systemate S. Alphonsi M.
de Ligorio historico-theologica dissertatio, Roma
de los mismos ha de ser superada, 1894.-Mondino S., Studio storico-critico sul
pero los problemas que los moralis- sistema morale di S. Alfonso M. de Liguori, Mon-
tas consideraban entonces eran pro- za 1911.
blemas que surgían de las dos concep-
ciones que ya hemos subrayado: sub-
jetivismo y objetivismo, que son la SITUACION
desviación y radicalización de dos
valores que animan la vida moral: (ética de)
objetividad y subjetividad. Estos pro-
blemas, estas concepciones, estos valo- Como ha sucedido con frecuencia en
res están muy marcados en las discu- la historia de la teología, a la etiqueta
siones actuales e incluso en las manifes- «ética de situación» se Je puede asignar
taciones de vida individuales y colectivas. un contenido suficientemente preciso
Es la historia misma que nosotros sólo si partimos de algunos documentos
vivimos: incluso los «sistemas morales» pontificios condenatorios; será mucho
pueden darnos mucha luz, para refle- más difícil definir conceptualmente la ex-
xionar y lograr la solución justa, la presión o delimitar el movimiento teoló-
solución personalista. gico que históricamente le corresponde
como base. La condenación pontificia
D. Capone parece que ha de ser referida más a ten-
dencias latentes. sólo ocasionalmente
BIBL.:o Para los sistemas en general: D611in- expresadas, del pensamiento teológico de
ger 1.-Reusch Fr. H., Geschichte der Moral- los años 50, que a obras y autores con-
streitígkeiten in der rOmíschkatholischenKirche cretos 1 • Por lo menos en el campo cató-
seit dem sechzehntenJahrhundert, l, Nórdlingen lico las reflexiones más interesantes so-
1889, 2-476.-Fuchs J., Theologia mora/is ge- bre el tema de la «situación», como ele-
neralis, Roma 1960.-Furger Fr.. Gewissen und
Klugheit in der katholischen Moraltheologie der mento integrante de la norma moral. se
letzten Jahrzehnte, Estocarda 1965.-Labour- produjeron sólo después que Pío XII
dette M. M., Morales de la conscience et vertu interviniera y casi provocadas por su
de prudence, en «RT», 50 (1950), 209-227.- intervención: tales rellexiones fueron sin