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EL ARTE EN LOS NIÑOS:

Cuando los niños practican actividades artísticas, experimentan el reino de su propia


alma; este sentimiento de verse atrapado en el ámbito anímico debería producirse en
todas las disciplinas, en todas las asignaturas y por eso el arte nunca debería ser una
cosa que tiene lugar separadamente de las clases.

Steiner formulo la tarea educativa del arte con las siguientes palabras: “Los niños
necesitan arte, tanto las artes plásticas como la poesía y la música.”, hay una manera de
estar involucrada en los dos tipos que es adecuada para los niños en los años escolares.
Si somos maestros no tendríamos que hablar mucho de que una forma u otra son “útiles”
para ejercitar determinadas facultades humanas. Al fin y al cabo, el arte existe por el arte.
Los maestros han de estimar el arte con tanta intensidad que no quieran que los alumnos
pierdan la experiencia. Entonces verán como los infantes crecen a través de sus
experiencias artísticas. El arte es lo que despierta su inteligencia a la plena vida.

Si los niños pueden desplegar su impulso volitivo, Se desarrolla con ellos un sentido del
deber, cuando haya que adquirir control sobre la materia, lo harán de una manera libre y
artística.

La posibilidad artística del maestro es el elemento que aporta alma a la escuela; introduce
una atmosfera de alegría en la seriedad de los niños y otorga dignidad a su júbilo. Con
nuestro intelecto nos limitan a comprender la naturaleza, con el sentimiento artístico que
podemos vivenciarla.

Si se enseña a los niños a captar la naturaleza de una manera viva, se convierten en


personas “Capacitadas” y los niños que se implican en arte aprenden a ser personas
creativas; en el primer caso simplemente aplican sus habilidades, en el segundo crecen
con el mismo proceso de su aplicación. Por muy torpe que sea un niño en su modelado o
en su pintura, esta actividad despierta fuerzas anímicas interiores. Cuando los niños se
ocupan del arte, sienten como su naturaleza interior se eleva al plano ideal; alcanzan su
segundo nivel de humanidad paralelo al primero.

Nada de eso puede lograrse si el arte se toma como asignatura separada y aislada y no
como una parte orgánica del conjunto de la educación, porque toda la educación e
instrucción del niño debería formar un conjunto. El conocimiento, la lectura y el
aprendizaje de habilidades prácticas tendrán que llevar una necesidad del arte, igual que
la sensibilidad artística debería llegar a los ámbitos del aprendizaje, de la observación y
de la adquisición de habilidades.

Profesora María Eugenia Vega

Micael

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