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Homo ludens
El libro de bolsillo
Historia
Alianza Editorial/Emecé Editores
TÍTULO ORIGINAL: Homo ludens
TRADUCTOR: Eugenio Imaz
Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la
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sin la preceptiva autorización.
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una exposición viva de esta actitud 19. Parece ser que los
hombres no tienen ningún miedo a los espíritus que, duran-
te la fiesta, deambulan por todas partes y que aparecen a la
vista de todos en sus momentos culminantes. Lo que no tie-
ne nada de extraño, pues son ellos mismos los que realizan
la escenificación de todas las ceremonias: han fabricado las
máscaras, las llevan y las esconden, después de usarlas, de las
mujeres. Hacen el ruido que anuncia la aparición del espíri-
tu, marcan su huella en la arena, tocan las flautas que repre-
sentan las voces de los antepasados y hacen sonar las carra-
cas. En una palabra, su posición, nos dice Jensen, se parece a
la de los padres que saben lo del disfraz de los Reyes Magos
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y lo ocultan al niño . Los hombres mienten a las mujeres
acerca de lo que ocurre en el lugar consagrado y aislado de la
maleza21. El estado de los iniciandos mismos oscila entre la
emoción extática, la demencia simulada, el calofrío de es-
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panto y la comedia infantil para darse importancia . Tam-
poco las mujeres son engañadas del todo. Saben demasiado
quién es el que está detrás de cada máscara. Sin embargo, se
agitan terriblemente si la máscara se les acerca en actitud
amenazadora y huyen con gritos de espanto. Estas expresio-
nes de miedo, dice Jensen, son en parte totalmente espontá-
neas y auténticas, pero, por otro lado, deber tradicional.
«Hay que hacerlo así.» Las mujeres son, por decirlo así, las
comparsas en la fiesta y saben que no tienen que echarla a
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perder .
Como vemos, no es posible marcar el límite en el cual la
seriedad sacra se afloja hasta el punto de llegar a ser futí, gua-
sa, una broma. Entre nosotros, un padre un poco infantil
puede enfadarse de verdad si sus hijos le sorprenden cuan-
do se está vistiendo de rey mago. Un padre kwakiutl de la
Columbia británica mató a su hija porque le sorprendió en
un trabajo de talla para una ceremonia 24. La oscilación de la
conciencia religiosa de los negros loango es descrita por Pes-
chuél Loesche con palabras muy parecidas a las usadas por
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