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“Año de la Diversificación

Productiva y del Fortalecimiento


de la Educación”

LA UNIVERSIDAD Y EL
DESARROLLO
CIENTÍFICO

Asignatura : Cultura Universitaria

Docente : Abog. Guillermo Parillo Mancilla

Nombre :

MORALES-PERÚ
2015-I
Ciclo : III
REFORMA UNIVERSITARIA
Autores internacionales

Sostiene que la reforma no fue más que la consecuencia del fenómeno general
de proletarización de la clase media que forzosamente ocurre cuando una
sociedad capitalista llega a determinadas condiciones en su desarrollo
económico. “Incurriríamos también en un error –agrega–, si la consideráramos
como hasta el momento se ha hecho, como el resultado exclusivo de una
corriente de ideas nuevas provocadas por la Gran Guerra y por la Revolución
Rusa, o como la obra de la nueva generación que aparece y llega desvinculada
de la anterior, que trae sensibilidad distinta e ideales propios y una misión
diversa para cumplir.”
(Hurtado de Mendoza, 1959, pág.108).

En la actualidad, los términos “reforma” y “reformista” son vagos y cubren una


amplia gama de posiciones que van desde el liberalismo finisecular a las
diversas modalidades del marxismo; y dentro de éste, desde la revolución
social burocratizada hasta las explosiones emocionales de raíz individualista.”

(Frondizi. 1972, pág.16).

El drama de la Reforma Universitaria –nos dice uno de sus principales


expositores, Gabriel del Mazo– es el drama de una ansiedad discipular sin
respuesta, o con la indignante falsificación de una respuesta [...] Por eso la
autodocencia fue la única salida en el conflicto.
(Del Mazo, 1955, pág.62)

En síntesis, el Movimiento Reformista surgió como la expresión universitaria de


un movimiento social más general, cuyo centro estratégico estaba formado por
las nuevas clases medias urbanas y en cuyo orden social se integró fácilmente,
aportándole un dinamismo considerable.”
(Graciarena, 1970, pág.68)

“El americanismo de la reforma aparece como una expresión de afirmación


latinoamericana frente al entreguismo y al sometimiento del Continente. Surge
este americanismo como un volver a retomar viejos ideales que fueron
banderas de los fundadores de nuestra nacionalidad.”
(Rodríguez de Magis, 1972, pág.90).
La Reforma de Córdoba y de las demás Universidades latinoamericanas
fueron, pues, nítidas expresiones de una clase social en auge, ciega o
indiferente ante la servidumbre de nuestro campesinado y la Explotación de
nuestra naciente clase proletaria. No obstante el paso de avance que tradujo,
no obedeció a una filosofía revolucionaria, que respondería a nuestras
realidades socioeconómicas y espirituales y acusara un sentido humanístico.
(Jiménez Grullón, 1970, pág.34)

El reformismo habla genéricamente de personas, opone estudiantes a


profesores o jóvenes a viejos, pero elude siempre situar el problema
universitario en el seno de la problemática social.
(Rama, 1973, pág.14)

Por su filiación social, este movimiento de Reforma Universitaria llevaba en su


seno la propia negación, el desgarramiento y el drama. Como ya lo dijimos, dio
algunos cuadros destacados a la revolución socialista, pero éstos, al volverse
comunistas expresaban de un modo dinámico el movimiento de reforma, es
decir, lo negaban, dialécticamente; recogían el aspecto insurgente del
movimiento, pero lo superaban ideológicamente.
(Arismendi, 1966, pág.23)

“El Movimiento reformista no fue revolucionario ni en los hechos ni por propia


confesión [...] En su Manifiesto Liminar de 1918 se puede leer: ‘Se nos acusa
ahora de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada
tiene que hacer con nosotros’ (el subrayado es mío). En su etapa inicial, la
reforma siempre fue consecuente con este principio, nunca pidió o exigió otra
cosa que lo que le era pertinente como movimiento que representaba intereses
de clase media, excepto en lo relativo al cogobierno paritario. Sin embargo, aun
en este terreno, supo ajustarse a las posibilidades que la propia situación
ofrecía y sin dificultades aceptó participar en el gobierno universitario con una
fracción bastante menor que el tercio que reclamaba. Y es que en realidad no
tenía motivos para ser más beligerante y entrar en conspiraciones para derribar
un orden que se había mostrado acogedor y flexible ante lo esencial de las
exigencias reformistas.”
(Graciarena Jorge 1970, pág.17).

“El ideario de la reforma expresado admirablemente en el Manifiesto de


Córdoba, correspondía, como era inevitable, al momento histórico en que ella
se desencadenó y al contexto social latinoamericano, cuyas élites intelectuales
empezaban a tomar conciencia del carácter autoperpetuante de su atraso en
relación a las otras naciones y de las responsabilidades sociales de la
Universidad, para reclamar una modernización que las volviese más
democráticas, más eficaces y más actuantes hacia la sociedad.”

(Ribeiro Darcy, 1971, pág.152)


Autores nacionales
No existe, pues –afirma Luis A. Sánchez– en la demanda por la autonomía
universitaria, atropello a tradición alguna, sino, al contrario, ratificatoria de una
tradición
Y en cuanto a la instauración y funcionamiento del régimen de participación del
alumnado en el gobierno de la Universidad, sostiene que también existe “una
base clásica, histórica y tradicional [...] Fue la República la que rompió este
procedimiento
(Sánchez Luis A., 1949, pág.74-76)

La Reforma Universitaria no es más que una consecuencia del fenómeno


general de proletarización de la clase media que forzosamente ocurre cuando
una sociedad capitalista llega a determinadas condiciones de su desarrollo
económico.
Significa esto que en nuestra sociedad se está produciendo el fenómeno de
proletarización de la clase media y que la Universidad, poblada en su casi
totalidad por ésta, ha sido la primera en sufrir sus efectos, porque era el tipo
ideal de institución capitalista.
(Hurtado de Mendoza Mariano, 1928, pág. 5)

La Reforma Universitaria acusa el aparecer de una nueva generación que llega


desvinculada de la anterior, que trae sensibilidad distinta e ideales propios y
una misión diversa por cumplir. Digámoslo claramente entonces: la Reforma
Universitaria es parte de una cuestión que el desarrollo material y moral de
nuestra sociedad ha impuesto a raíz de la crisis producida por la guerra

(González Julio V., 1928 pág. 4)

“Diferenciar el problema de la Universidad del problema dela escuela es caer


en un viejo privilegio de clase. No existe un problema de la Universidad,
independiente de la escuela primaria o secundaria. Existe un problema de la
educación pública que abarca todos sus compartimentos y comprende todos
sus grados”
(Mariátegui José Carlos, 1925, pág. 62)

Como líder, Haya agita las banderas de la reforma universitaria, impulsa la


creación de universidades populares (de educación obrera) denominadas
Gonzales Prada y se avoca a comprometer al estudiantado con las luchas
obreras. Edita la revista CLARIDAD con el insigne José Carlos Mariátegui.

(De La Torre Víctor Raúl, 1895-1979, Pág. 2)


ACREDITACIÓN
Autores internacionales

La acreditación es un proceso en el cual un grupo externo juzga el nivel de


calidad de uno o más programas específicos de una institución de educación
superior, mediante el uso de estándares preestablecidos.

(Van Vugh, 1993, pág.3)

“Entendemos por acreditación la forma de regulación, cuya finalidad principal


es garantizar que las IES cumplan una serie de estándares, criterios y
compromisos adquiridos con la sociedad en su conjunto. Por lo tanto, la
acreditación no solo debe estar relacionada con el control de la calidad sino
también, con la mejora de los servicios que ofrecen las IES, para dar respuesta
a las demandas de la sociedad. Esto quiere decir que, las IES deben estar
constantemente revisando los servicios que ofertan para adaptarlos a las
constantes demandas y compromisos sociales”

(Martínez, María, 2008, pág. 4)

Procedimiento cuyo objetivo es comparar el grado de acercamiento del objeto


analizado con un conjunto de normas previamente definidas e implementadas
como deseables. Implica el reconocimiento público de que una institución o un
programa educativo satisfacen determinados criterios de calidad y, por tanto,
son confiables. Implica una búsqueda de reconocimiento social y de prestigio
por parte de los individuos que transitan por las instituciones educativas.

(Pallán, 1995, pág.2)

La Acreditación es un concepto que tiene distintas acepciones en distintas


partes del mundo, para mí es una parte del proceso de aseguramiento de la
calidad, es el sello de calidad que se da cuando una agencia, un ente
evaluador logra determinar que un programa, una carrera, una institución
satisfacen ciertos criterios o estándares. Pero eso es como el final de un
proceso. Antes de eso hay todo un trabajo de definición de esos estándares, de
definición de criterios, de identificación de cuáles son las condiciones que
deben satisfacerse.

(Lemaitre María José 2008 pág.4)


Acreditación es el fenómeno o el hecho por parte de una instancia
administrativa, o una red de instituciones que en función de sus estándares, en
función de sus criterios, dan fe del cumplimiento de los niveles de calidad de
esa institución, para el caso de educación superior, la acreditación es un
ámbito en el cual se establecen determinados criterios y estándares y esos
criterios y estándares cuando han sido cumplidos permiten acreditar a
determinadas instituciones. La acreditación es una garantía que un conjunto de
instituciones y personas que dan a otro.
(Rama Claudio, 2008, pág. 5)

La acreditación universitaria es el resultado de un proceso de evaluación y


seguimiento sistemático y voluntario del cumplimiento de las funciones
universitarias de una institución de educación superior (IES), que permite
obtener información fidedigna y objetiva sobre la calidad de las instituciones y
programas universitarios que desarrolla. Permite certificar ante la sociedad, la
calidad de los recursos humanos formados y de los diferentes procesos que
tienen lugar en una institución educativa.

(Rodríguez A., 1996, pág. 6)

Acreditación (de una institución) corresponde a un procedimiento de evaluación


periódica y generalmente confidencial de los recursos y prácticas (incluidas las
técnicas, procesos y procedimientos) de una institución, con el fin de garantizar
la calidad de los productos y servicios a través de la observación de ciertos
estándares previamente establecidos por ciertas regulaciones. Así se puede
decir que una institución está acreditada cuando la organización de sus
recursos y actividades están como un proceso cuyo resultado final cumpla con
los estándares de calidad establecidos para alcanzar esta misma acreditación
(por ejemplo, la evaluación de la conformidad relativamente a  normativos de
calidad).
(Nunes Paulo, 2012, pág.1)

La acreditación hace referencia a una declaración formal, independiente, sobre


si se cumplen o no determinados requisitos
(VROEI-JENSTIJN, 2003, pág.8).
Es evidente que acreditación y evaluación tienen aspectos comunes, ya que la
acreditación es un resultado de la evaluación. Desde este punto de vista,
algunos expertos consideran que la acreditación es una de las finalidades de la
evaluación, junto con las de diagnóstico, pronóstico y selección. En función de
la finalidad perseguida con la evaluación, se enfatizan determinados aspectos y
se utilizan distintas opciones metodológicas.
(EOLA y TORANZOS, 2000, pág. 8)

La acreditación tiene como fundamento el hecho de que los procesos internos


de evaluación y de búsqueda de calidad, aunque necesarios, se muestran
insuficientes. La calidad debe ser demostrada y ello requiere algún tipo de
certificación externa, especialmente si se pretende alcanzar la comparabilidad
o el reconocimiento público. En este sentido, hay que diferenciar la
acreditación, como certificación o garantía de la calidad, de las posibles
consecuencias a las que la misma puede dar lugar (como la concesión de un
determinado status, el logro de financiación, etc.), cuando así lo determina una
ley o un gobierno

(HAUG, 2003, pág. 4)

Autores nacionales

Las universidades tienen la responsabilidad de tomar el reto y orientar sus


acciones a la formación de profesionales competitivos, con visión de futuro.
Esto nos obliga a potenciar la cultura de gestión y establecer las bases
necesarias para un sistema de autoevaluación y acreditación institucional de
las universidades del país.
Dentro de este contexto, la Comisión de Rectores para la Acreditación
Universitaria, conforme a las políticas definidas por la Asamblea Nacional de
Rectores (ANR), busca impulsar y apoyar las acciones de las universidades
con la finalidad de que alcancen sus propósitos y objetivos con los más altos
niveles de calidad. Un camino para el mejoramiento de la calidad del sistema
universitario es la evaluación y acreditación. Su importancia está en que ayuda
a fortalecer y mejorar la educación superior, constituye un instrumento para dar
fe pública de la calidad y excelencia de la universidad.

(Maraví Gutarra Doris, 2003, pág. 95)

La acreditación universitaria consiste en un proceso de reconocimiento formal


de la calidad de un programa o institución, sobre la base de un estándar.
Es una certificación de la calidad de los procesos que se desarrollan en la
institución y sus productos. Se centra en la evaluación institucional.

(Salazar Gallegos Maximiliano, 2003, pág. 105)


La acreditación es el proceso mediante el cual se reconoce pública y
formalmente la calidad de una institución de educación superior o sus
programas con el propósito de fortalecer y mantener la cantidad e integridad de
la educación superior y hacerle merecedora de la confianza publica

(Risco de Domínguez Graciela)

La política educativa de los gobiernos de la región no ha sido la que convenía


al desarrollo de la universidad. Tanto los organismos internacionales como los
especialistas que trabajan en el campo de la educación han comprobado que
en las tres últimas décadas la educación superior en América Latina ha
experimentado cambios cuantitativos, como el crecimiento del número de
instituciones y de alumnos matriculados, que contrastan con los cualitativos
operados, como la tendencia a la disminución de la calidad de la educación
brindada. Para superar esta situación muchos países han establecido sistemas
de evaluación y mejoramiento continuo de la calidad de la educación, entre
ellos el de acreditación.
(García Zárate Óscar Augusto, 2002, pág. 99)

Para enfrentar los desafíos de la era del conocimiento la universidad debe


sustentar su actividad académica en una administración eficiente de los
recursos humanos y materiales que dispone; así como el establecimiento de
políticas dirigidas a lograr un alto nivel de sus trabajos de investigación, de la
calidad profesional de sus egresados y una interrelación activa con la
comunidad con el objeto de prestarle servicios y recoger de ella sus aportes.
Un elemento básico de esas políticas es la autoevaluación y acreditación
universitaria.
(Cuba Sancho Juana, 2003, pág.115)

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