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A los coequiperos del grupo de Mundos simbólicos, por enriquecer las miradas y hacer
parte de esta fisura.
A quienes han sido mis estudiantes, porque su voz ha sido el mejor de los aportes.
Investigación situada. La construcción de teoría en situación de contexto
Napoleón Murcia Peña
Profesor facultad de Artes y humanidades, Universidad de Caldas
Situando los contenidos
Tablas
Figuras
La experiencia hace al maestro y lo que uno hace es lo que uno es, decía mi padre, un
campesino curtido de historias que fabricaba desde sus experiencias y desde las
experiencias de otros para deleitarnos frente al fogón de leña que se apagaba con el último
cuento inspirado siempre en la fantasía de la vida y en una profunda enseñanza. Él
insinuaba desde su saber popular la importancia de reflexionar y estar en relación con lo
que se reflexiona. Desde su práctica social inauguraba escenarios que proponían en sus
historias nuevas experiencias y proyectaban nuevos sueños. Aquí no termina el cuento,
decía cuando cerraba la hoguera el último estallido del fogón que aparecía como por arte de
magia al derramar sobre ella un baldado de agua. Luego, muchos años más tarde, leía en la
obra de Husserl1 la importancia de considerar ese mundo de la vida como epicentro de la
vivencia y la reflexión sobre ella para inducir la conciencia fenomenológica, y me detenía
en Schütz2 para comprender que las realidades del ser humano las construimos desde esa
relación con el mundo social que nos permite hacer consciente el mundo de la vida desde
esas múltiples vivencias, que al ser reflexionadas ayudan a configurar nuestro proyecto de
vida.
Justamente, el propósito del presente texto es mostrar una forma de hacer investigación
social desde esas vivencias que lograron convertirse en experiencia gracias a la constante
reflexión sobre ellas y que en el trajinar de mi práctica social investigativa fueron
configurando una propuesta de investigación desde la cual se han realizado algunas tesis de
maestrías y doctorados y varios trabajos de investigación.
Hay que decir que la práctica de dicha propuesta también generó cuestionamientos respecto
de ella, que ayudaron a complementarla y a dinamizar algunas transformaciones
radicalmente diferentes a las planteadas en los textos iniciales3.
Reflexiones sobre cómo realizar una investigación, que, a la vez que respondiera a esas
realidades fenomenológicas del mundo de la vida, reconociera las dimensiones del mundo
no vivido y la dimensión de la vida del ser humano apenas en proyección y que se sitúa en
una forma de ser de los imaginarios sociales (los imaginarios radical-instituyentes, sobre
los cuales volveré más adelante), me impulsaron a realizar esta propuesta de cómo hacer
1
Principalmente en su obra póstuma sobre el mundo de la vida deja plasmada con profunda convicción la
relación que existe entre el ser humano y el mundo, lo que implica la imposibilidad de comprender al hombre
por fuera del mundo y al mundo por fuera del hombre, (Husserl 1984, 1997, Herrera, 2010).
2
Fenomenólogo social, quien siguiendo la propuesta de Husserl tradujo la intencionalidad del autor orientada
a reconocer que la realidad social es fundamental en el mundo de la vida (Schütz 2003).
3
Un primer ejercicio donde se desarrollaba la propuesta (Murcia y Jaramillo, 1998), llevó a críticas de muchos
amigos, luego de las cuales asumimos una segunda edición (Murcia y Jaramillo, 2008). Las trasformaciones
del primero al segundo texto se centraron en un replanteamiento caso total de la racionalidad desde la cual se
asume la realidad, pues mientras que en el primer escrito se toman en consideración las relaciones entre el
objeto y el sujeto en la construcción de la realidad, en la segunda versión esta racionalidad se centra en las
teorías del lenguaje y fundamentalmente en la teoría de la acción comunicativa de Habermas. La redirección
en esta segunda edición es radical, en el entendimiento profundo de la naturaleza constructiva de las
realidades sociales.
investigación realmente situada en las realidades sociales y en particular en las realidades
de la Escuela.
Sin pretender reemplazar la versión de la propuesta que junto con Luis Guillermo Jaramillo
asumimos como reto y posibilidad, para abordar de forma comprensiva las realidades
sociales desde su particular naturaleza; propuesta desarrollada en el texto “Investigación
cualitativa: la complementariedad”(2009), busco en este texto ubicar, desde muchas
prácticas reflexionadas, un camino ágil y ejemplificado, que facilite a los investigadores
sociales de la educación y tesistas emergentes en general, la elaboración del proyecto, la
recogida de la información, el procesamiento, la interpretación y la presentación de los
resultados. Esta opción de investigación está dirigida a quienes asuman la construcción
dinámica y permanente de las realidades sociales, y en particular aquellos y aquellas, que
busquen construir tránsitos novedosos en la comprensión y trasformación de las realidades,
desde los imaginarios y representaciones sociales.
Un proyecto desde la investigación situada, bien podría ser una tesis, un trabajo de grado o
un proyecto común de investigación que se presenta a cualquier institución y recoge más de
27 años de vivencias en este campo, algunas de las cuales han logrado ser puestas en
situación de reflexión y seguramente han ayudado a configurar mi práctica social
investigativa. Lo curioso de esto es que muchas de las dinámicas que configuraron estas
experiencias no existían antes, pues sus formas y desarrollos fueron planteados en cada
instante junto con el grupo de investigadores del cual hago parte4. Como los nuevos
escenarios que inauguraban las historias inventadas por mi padre, esas historias jamás
palabreadas y que se iban tejiendo en el azar de las expectativas de sus hijos y trabajadores,
quienes escuchaban con cuidado el desenlace sin final, esta historia de la investigación
social en la escuela que quiero contar, esboza, además de lo logrado como experiencia, la
proximidad con algunos asuntos que aún están por decirse o que, por lo menos, no se han
dicho en los círculos naturalizados, hegemonizados de la investigación social.
4
Grupo mundos simbólicos: Estudios en Escuela y vida cotidiana
5
Lacan propone la figura del nudo de Borromeo para representar la forma imbricada e interdependiente como
las categorías de lo simbólico, lo imaginario y lo real, se articulan para dar paso a las realidades del ser
humano. Pese a que cada dimensión presenta su particularidad, al estar siempre ligadas a las otras, si una de
ellas desaparece, desaparecerán las otras (Lacan 1981).
6
En su perspectiva de que las realidades sociales son realidades imaginarias, Castoriadis propone que pese a
ello las dimensiones del mundo no solo son de este tipo, pues existen otras dimensiones como la dimensión
racional y la dimensión ensídica que lo constituyen. Pese a que las otras dimensiones están en el mundo, el ser
humano tiene acceso a ellas solo mediante la dimensión imaginaria, conjugando así las posibilidades siempre
constructivas del ser humano. Ellas se articulan entre sí como los magmas, generando una substancia que es
En esta consideración, la historia que se propone conjuga estas categorías e implican un
trayecto que se juega constantemente entre las vivencias, las reflexiones sobre las
vivencias, las creaciones y las prácticas. No se muestra un texto que deduce procesos desde
la teoría, ni que se queda en las meras vivencias o prácticas, sino que se proyecta como una
historia de vida real, que se juega entre los vericuetos de lo vivido, lo realizado y lo
reflexionado, los vericuetos que tiene que vivir el investigador de carne y hueso en esa
práctica social del mundo de la vida.
Se asume que lo que estudiamos como investigadores sociales son realidades que se
consolidan como objetos discursivos8, y lo hacemos a veces para comprender cómo se han
inconmensurable e indivisible pero que representa en toda su magnitud esa compleja articularidad: el
imaginario social (Castoriadis, 1983, 1996,1989, 2003).
7
Teoría que asume como base las aportaciones de Cornelius Castoriadis, Juan Luis Pintos, Jhon Shotter,
Manuel Antonio Baeza y Charles Taylor, para proponer asuntos como la configuración de los imaginarios
sociales desde una gran base compleja que articula a manera de magma, las realidades del mundo en sus
dimensiones racionales, ensídicas (estas últimas como aquellas realidades posibles de agrupar) y su dimensión
imaginaria, configurada como un conjunto de motivaciones, convicciones y creencias fuerza que, o bien,
están altamente aceptadas y sancionadas por lo social, y definen las prácticas sociales hegemónicas
(imaginario instituido), o que son expresiones únicas y creativas de la entidades psicosomáticas (imaginario
radical) o que se muestran como fuerzas capaces de transformación de las realidades hegemónicas
(imaginarios instituyentes). Desde la perspectiva práctica se asume que los imaginarios sociales no se
muestran como evidencia práctica, pero están siempre en la base de las realidades sociales como
representaciones simbólicas, a las cuales acuden para hacerse visibles. Para investigar los imaginarios
sociales, entonces, es necesario buscar las representaciones simbólicas que están manifiestas en las formas de
ser/hacer, decir/representar de los sujetos. En síntesis, son esas fuerzas que hacen que los actores sociales sean
(hagan y representen) en el mundo de la vida y se proyecten en un mundo aún por venir. Como tal es en ese
ser del actor social donde ellos se buscan como representación simbólica (Murcia 2006, 2011; Castoriadis
1983, 1989, 1996, 1997, 2003; Pintos 2003, 2005; Taylor, 2006; Baeza, 2000).
8
Los objetos discursivos son las construcciones sociales que se generan en el marco de diversas modalidades
enunciativas y en diferentes superficies y que no solo configuran realidades discursivas sino subjetividades.
Como no se trata de los dominios establecidos como hegemónicos, o no por lo menos de su análisis, no se
encuentran en una sola superficie de emergencia sino que aparecen como redes de continuidades y
discontinuidades que aparecen y desaparecen en el marco de las condiciones de posibilidad socio-histórica
que los hace posible. Para su análisis y estudio, Foucault desarrolla la arqueología del saber, que pretende
configurar, de hecho, una nueva forma de hacer historia, la historia desde las emergencias de esas
configurado estas realidades (su génesis), pero también para ver cómo estas
configuraciones se movilizan en la actualidad y se proyectan como posibilidad, bien para
mantener las hegemonías de sus formaciones o bien para modificarlas o transformarlas
radicalmente. Por tanto es una iniciativa que se centra en la defensa de la naturaleza social
de los objetos discursivos que investigamos y la ubicación de estos objetos en situaciones
de realidad evidente.
La palabra Escuela, en realidad, es originaria del griego antiguo σχολή: skhole que significa
tiempo libre dedicado al aprendizaje. O sea, se relaciona con una condición estrictamente
humana, en tanto su intención es mejorar una condición previa, que concilia dos
dimensiones fundamentales en la vida humana, el tiempo y la necesidad de superación. El
tiempo en los griegos era, justamente, kairós, que literalmente significa lapso
indeterminado y oportuno en el que algo importante sucede. Ese algo es el aprendizaje
libre, pegado a los intereses sociales, pero también a esos intereses radicalmente
particulares de cada aprendiz. Por lo cual, el tiempo en esta instancia y perspectiva, es
realmente creación, creación de seres humanos, de esos humanos que llegaremos a ser.
Fue en la adaptación del latín de este vocablo, que ocurre una degradación hacia el vocablo
schola que no es otra cosa que el lugar donde se enseña, el espacio físico, ese recinto que
aísla y enajena de los contextos de la realidad social. Es en la Edad media donde tiene
objeto este reduccionismo, al asumir los claustros como los centros para el aprendizaje de
la lectura, la escritura, la meditación y los oficios religiosos. Estos claustros eran alejados
de las realidades de la vida común, tal era el caso de las schola cantorum, que eran lugares
para la enseñanza de canticos religiosos.
En este texto preferimos la herencia del griego antiguo skhole, puesto que la Escuela, aquí
considerada, es un constructo social que esboza las más profundas significaciones sociales
en procura de una humanidad que se quiere y proyecta, e implica en sí misma creación.
modalidades enunciativas y la aparición, desde ellas, de objetos y de las reglas sociales que permitieron su
configuración (Foucault 1977).
9
En este proceso de reflexión, desde el grupo Mundo simbólicos: estudios en educación y vida cotidiana,
hemos venido desarrollando una propuesta donde se considera la Escuela como no lugar, como posibilidad de
realización de unas significaciones desde las cuales se define, desde las cuales se derivan sus formas de
Buscando dar sentido a lo dicho, lo que se encontrará en el texto son procesos prácticos de
una investigación situada en la Escuela, acogidos desde reflexiones y algunas posturas
críticas sobre otras formas de investigar.
Se asume además, que cuando se hace investigación en situación de la vida real y evidente,
se está construyendo teoría social sobre esa realidad, puesto que se está diciendo la realidad
desde adentro, desde la voz misma del actor social, constituyéndose en el mayor de los
aportes de la investigación social, en un escenario de práctica social cualquiera.
ser/hacer, decir y representar, y por tanto desde las cuales se definen sus dispositivos funcionales que la hacen
posible (Murcia, 2012; Murcia y Jaramillo-Ocampo, 2017).
Capítulo 1
La investigación en situación
Lo que se investiga en la Escuela son las prácticas sociales y, dentro de ellas, las prácticas
pedagógicas, por tanto se supone que, dicha práctica se sitúa en sus contextos particulares
de desarrollo y justificación.
En el entendido que la práctica social es más que una actividad, es mucho más que el
dominio de unas técnicas y recursos y que involucra el conjunto organizado de
convicciones, motivaciones y creencias, o que permite que ese hacer se realice de una
forma determinada y no de otra (Murcia, Jaimes y Gómez, 2016)10: situar un problema es
delimitar esas prácticas sociales en el SER de lo que se va a investigar.
De ahí que, la propuesta que se esboza es una de tantas formas de hacer fenomenología
crítica, puesto que, apoyada en la lógica de la complementariedad, se centra en lo que aún
no ha sido y que, por tanto no se cataloga como conciencia hecha en la experiencia sino
apenas por experienciar. Lo anterior es posible porque la complementariedad parte de
11
Estas consideraciones se generan en la lógica de que las realidades sociales son en la medida de su
significatividad, su existencia en la vida real (objetivación) y su anclaje social (Moscovici, 1986, Cassirer
1971).
reconocer que las realidades sociales son de gran complejidad y, por tanto, es necesario
articular reflexivamente las perspectivas y formas de abordarlas (Murcia y Jaramillo, 2009).
(…) describir la cultura de un grupo dado como la ven los individuos del estudio, mientras
que los sociólogos esperan descubrir las principales influencias del mundo social de un
grupo de individuos, y quienes se llaman a sí mismos fenomenólogos intentan describir
las relaciones entre la experiencia intrapsíquica de un individuo y el mundo que lo rodea
en un momento determinado. (Noerager, 2003, p.248)
Puesto que la educación implica asumir la voz de los hablantes que se sienten concernidos
por el asunto sobre el que viven diariamente, dotando de poder el lenguaje habitual (como
lo propone Skliar, 2017, al referirse a las reducciones de las que ha sido objeto la educación
universitaria al utilizar lenguajes meramente técnicos que limitan el conocimiento del
mundo a ese fragmento de lo relativo a lo laboral), la investigación sobre ella debe,
igualmente, ceder la palabra a sus actores, para que desde sus lenguajes comunes y no
comunes, se puedan comprender sus dinámicas.
Ceder la palabra nos sitúa en las lógicas levinasianas, desde las cuales investigar no puede
ser otra cosa que: seguir la huella del Otro; la huella que en el Otro se traza desde su
condición histórico-social; la huella de eso que dejamos los seres humanos en nuestras
acciones e interacciones, pero que no se marca como surco evidente, sino como poder de
realización, como convicción, motivación, creencia/fuerza que define lo que somos y
hacemos y de la forma como somos y lo hacemos. No es suficiente la presencia del Otro
aunque sí es indispensable para proceder la epifanía de su comprensión, diría Lévinas
(Murcia, 2017).
Entendemos que seguir esta huella implica comprender lo más profundo de sus dinámicas
sociales, o sea, de sus relaciones y formas de relación con el mundo y los otros seres
humanos. Por eso, se requiere que esta investigación se sitúe en escenarios concretos y con
actores concretos que viven, sienten y proyectan la Escuela, desde sus formas de ser/hacer-
la, decir/representar-la. Puesto que investigar la Escuela no es solo llenarla de datos y
estadísticas, posiblemente esa forma de investigar, que es la hegemónica y oficial, sea
necesaria pero, definitivamente, no es suficiente, pues en primer lugar la reduce a lo
meramente funcional, además, la investigación social debe ser un verdadero acto de re-
conocimiento como mutualidad y donación (Ricoeur, 2006), debe ser un asunto ético que
asume al Otro como su responsabilidad. Es un acto de alteridad a la manera que lo muestra
Jaramillo (2017). Efectivamente, el Otro que se investiga, no es el Otro estereotipado que
existe en el investigador o que está naturalizado, es ese Otro que irrumpe frente a un
investigador que desprovisto de prejuicios, se responsabiliza de él, para captarlo tal y como
es, con su radical particularidad y ello implica un reto metodológico básico: situar los
escenarios y actores sociales en análisis.
La teoría que en este tipo de investigación se construye es una teoría situada en los
contextos de justificación y desarrollo, en esos contextos que se experiencian y proyectan
en la vida real y que por tanto, la tienen como base. No es que se induzca la teoría desde las
realidades, desde procesos externos a ella, ni que se deduzca de las literaturas ni teorías
formales. No son deducciones abstractas cada vez más distantes de la realidad evidente,
como se podría pensar la teoría fundamentada, sino que aproxima la realidad evidente,
desde la voz del actor social. Por eso, es la voz del actor la que fundamenta cualquier
referencia a ella.
¿Un proyecto?
Estas preguntas las formulo porque he visto muchos proyectos de investigación que no se
diferencian en nada de los proyectos de desarrollo, además porque fue mi constante
preocupación como investigador, puesto que en ambos casos: se plantea un problema y se
realiza una ubicación del contexto donde este se mueve; se definen aspectos que los
justifican; se formulan objetivos; en muchos casos se plantean apoyos teóricos; se define
una metodología del proceso; y se establece un cronograma y un presupuesto. Entonces
¿qué es lo que define lo diferente entre estos dos tipos de proyectos?
¿Será que es la profundidad en el tratamiento de cada uno de estos aspectos?, ¿acaso el alto
nivel deductivo que hemos impostado en los proyectos de investigación, para lo cual
debemos estructurar sendos marcos teóricos?, ¿o será el nivel de transformación de las
realidades que se supone deben tener los proyectos de desarrollo y extensión? O ¿quizá el
campo o escenario donde se desarrolla el proceso?
Aún no puedo definir con exactitud qué los hace diferentes, pues los componentes son
similares y en todos los casos se supone que debe existir una alta comprensión de la
situación problemática para soportar una adecuada resolución del problema. Lo seguro es
que no se trata de asuntos diferentes, pues tanto los proyectos de desarrollo como los de
investigación, en la actualidad, buscan solucionar problemas.
Sería injusto con los actores de una investigación realizar una intervención asumiendo que
es un proyecto de extensión por el solo hecho de ser intervención, pues muchas
investigaciones se desarrollan como intervenciones sociales, sin embargo, son aceptadas y
reconocidas como investigaciones. Pero además, muchos proyectos de extensión no son
realmente intervenciones sino que se desarrollan como procesos de empoderamiento y
apropiación social de las problemáticas.
Los grandes marcos teóricos definidos como criterio primero, para generar y aprobar un
proyecto de investigación hoy son altamente relativos, pues esto es válido sólo para
aquellos enfoques deductivos convencionales-positivistas12 y no para los estudios sociales e
incluso biológicos que requieren la construcción de teoría emergente. Amselm, Strauss y
Corbin (2002) principales representantes de la construcción de teoría fundamentada,
consideran a propósito que un investigador no puede emprender un proyecto partiendo de
conceptos preestablecidos y diseños bien construidos a menos que continúe y complemente
sus estudios previo. O como proponen Morse y Chapman (2003): la comprensión óptima
requiere que el investigador utilice la teoría sólo con propósitos comparativos cuando esté
resuelto el problema de la emergencia de las categorías desde la realidad. En la
investigación cualitativa, dicen los autores, el desarrollo de la teoría no parte de estructuras
o marcos que clasifican los datos sino de la comprensión y la síntesis de estos.
De forma más general, los procesos de IAP impulsados por Fals Borda (1992) y los
procesos de pedagogía crítica y educación política de Pablo Freire (2007) son ejemplos
contundentes de que la investigación busca trasformaciones de las realidades educativas, así
como las referencias de Habermas (1978, 1984) a lo que se ha denominado investigaciones
crítico-sociales.
No se podría decir que son los escenarios u objetos discursivos donde desarrollamos los
procesos, los que definen las diferencias, pues son varios los estudios de uno y otro lado
que se realizan en lo social. Investigaciones y proyectos de desarrollo que se realizan
directamente con las comunidades no solo comprendiéndolas sino empoderándolas para
figurar trasformaciones duraderas.
Entonces qué define la diferencia entre estos dos procesos. Posiblemente la generación de
conocimiento o el desplazamiento del conocimiento existente. Pero la pregunta es entonces,
¿todas las investigaciones sociales buscan desplazar teorías o generarlas? Quizá
ampliando la revisión se podrían obtener algunas respuestas.
En la versión de Colciencias, el organismo que rige la investigación en Colombia, se
manifiesta que un proyecto es un esfuerzo temporal que se lleva a cabo para crear un
producto, servicio o resultado único. Con esto no se aporta claridad sobre lo dicho, pero
luego se asume la definición más convencional de proyecto científico al decir que la
investigación científica corresponde a:
Titulo, monto solicitado para deducción tributaria, tipo de proyecto, resumen ejecutivo,
identificación y descripción del conocimiento que generará el proyecto de investigación,
planteamiento del problema o necesidad, estado del arte, objetivos del proyecto,
metodología propuesta, trayectoria y capacidad del grupo de trabajo o de las instituciones
que participan en el proyecto, distribución de responsabilidades, bibliografía, impacto
ambiental del proyecto, aspectos de propiedad intelectual, cronograma, resultados,
personal. (Colciencias, 2016, p.16)
En los proyectos definidos por el Ministerio de Educación Nacional (MEN, 2017) se notan
algunos aspectos que difieren del proyecto de investigación científica con el de desarrollo.
Se trata de temas que tienen que ver con la rigurosidad teórica de la investigación científica
frente a la rigurosidad en el plan de desarrollo de otro tipo de proyectos. En la estrategia
educativa los proyectos pedagógicos productivos definen dos etapas para su realización: la
formulación, que implica: identificar la idea de proyecto pedagógico productivo, el cual no
es otra cosa que el problema a solucionar; plantear el objetivo general y los específicos;
definir metas e indicadores de aprendizaje y productivos; definir actividades productivas y
pedagógicas responsables y tiempos para el logro de las metas; definir, cuantificar,
clasificar y analizar los recursos; consolidar el documento con el plan operativo. La etapa
de viabilización implica considerar la viabilidad pedagógica, técnica y de mercadeo,
financiera y ambiental (MEN, 2017). Como se aprecia, la particularidad de este tipo de
proyectos, es que no se centra en la generación de conocimiento, pero sí utiliza el
conocimiento existente, además toma en cuenta las características de los contextos, lo cual
es propio también de las investigaciones participativas. Otra particularidad, es la poca
trascendencia a los antecedentes vistos explícitamente como conocimiento pre-existente.
Para Arias (1999) investigar implica: descubrir algún aspecto de la realidad, y producir un
nuevo conocimiento, que se puede dirigir al incremento de los postulados teóricos de
alguna ciencia (investigación pura, básica) o puede ser de aplicación inmediata para
solucionar problemas prácticos (investigación aplicada). Aunque es una postura estructural,
en tanto en lo social antes que descubrir se configura, la investigación aplicada es
justamente la que debería realizarse en los proyectos de desarrollo.
Algunos autores han intentado ubicar diferencias. Por ejemplo Cruz (2012) asume que
mientras que el proyecto de investigación constituye la culminación de todo un trabajo
planificado, los proyecto de inversión, son documentos que solucionan una necesidad
actual o futura desde los recursos disponibles y maximizan el rendimiento sobre la
inversión. La pregunta que surge ante tal definición es ¿será tan improvisado un proyecto
empresarial que no tiene necesidad de analizar otras formas de inversión o reconocer las
mejores tendencias que existen para poder invertir de la mejor manera? O, acaso ¿se
aprobaría un proyecto de inversión que no esté amparado en una organización seria que
respalde el proceso a desarrollar? Justamente estos aspectos los reconoce Navarro (2009),
quien considera que un proyecto empresarial debe considerar un conjunto de fases que
denomina ciclo de vida. Este debe incluir, además de diferentes puntos de vista sobre al
ciclo de vida de los proyectos, la caracterización que cada autor define para tal propósito.
En general, este tipo de proyectos debe incluir, planificación, seguimiento, control y cierre,
ubicando en cada uno de estos las diferentes tendencias que se están dando para lograr los
mejores resultados. Con esto queda en entre dicho la posibilidad de superficialidad en el
tratamiento de los proyectos de desarrollo.
En síntesis, tanto los proyectos de investigación como los de desarrollo son acuerdos
sociales y por tanto las exigencias en términos de sus componentes cambian según las
instituciones u organismos que propician las convocatorias. Para algunos la rigurosidad con
que se manejen los proyectos de desarrollo, en términos del planteamiento del problema, el
estado del arte y la metodología, definen el éxito del proceso. Para otros, lo importante es
un adecuado plan de actividades y unas metas concretas a cumplir. Algo similar pasa con
los proyectos de investigación. Para muchos, localizados en las tradiciones hegemónicas, el
proyecto de investigación debe tener sendos marcos teóricos, además de los componentes
comunes, otros en cambio, asumen que es suficiente con adecuados estados de arte, y otros
consideran que es suficiente con una pregunta de investigación. En todos los casos, los
objetivos, la justificación y la metodología son importantes, pese a que en este asunto de las
metodologías hay también algunas diferencias que distancian las tendencias, sobre todo
entre los proyectos de investigación.
1.2 Una opción para pensar el proyecto de investigación desde la emergencia de sus
categorías: situar la investigación
Como acuerdos sociales, hay grupos de investigación ubicados en uno u otro extremo de la
lista antes descrita, pero hay también posturas intermedias que se consideran una especie de
complemento entre una y otra, rompiendo con las excentricidades de la excesiva teoría
previa que definitivamente nubla la posibilidad de ver la realidad desde sus categorías
cercanas, o la excesiva tolerancia a cualquier cosa vale en la investigación social, lo cual
termina por convertir los informes en especulaciones o en meras descripciones.
Una de estas posturas intermedias es la que se presenta aquí. Son ideas que han sido
sometidas a la crítica de diversas comunidades académicas. Se parte de una racionalidad
compleja que implica asumir el mundo, el ser humano y sus relaciones como un magma
que se funde para dar un producto único e irreductible y que se resiste a ser fraccionado: el
saber/conocer sobre y en la Escuela.
En esta racionalidad de lo complejo de la vida escolar, en primer lugar, no surte interés
ubicar divisiones entre uno u otro concepto, uno u otro método, sino permitir las
particularidades y posibilidades que se puedan complementar, siempre con la idea de lograr
la mejor aproximación posible a esa realidad multiforme que implica la Escuela: su
ser/hacer, o sea el encuentro comprensivo de sus dinámicas, sus procesos, sus saberes y
conocimientos; su decir/representar, o sea el encuentro con esas formas de alojar la
Escuela en sus lenguajes, discursos y representaciones.
En segundo lugar, el texto no se trata del método para hacer investigación social en la
Escuela, sino de una posibilidad dada desde la práctica reflexiva que esboza unos criterios
tomados desde la realidad cercana a lo que hace el investigador que se enfrenta a estos
retos. No se trata de una salida, pero sí de una fisura hecha en el socavón mismo de la
investigación en la Escuela que posibilita otras miradas y puede propiciar otras figuras. En
el entendido que pensar “no es salir de la caverna ni remplazar la incertidumbre de las
sombras por los contornos recortados de las cosas mismas, la luz vacilante de una llama por
la luz del verdadero sol. Consiste en entrar el laberinto (…)” (Castoriadis, 2005). Es por el
contrario adentrarse en el socavón de lo social, buscando en este algunas fisuras que
permitan comprenderlo desde adentro: caminando en medio de las sombras mismas
otorgadas por el peso de las tradiciones y hegemonías y observando las vacilantes llamas
que proyectan las particularidades de los actores sociales en su radical diferencia y desde
los más profundos confines del sentimiento social13.
En la propuesta que se presenta, los componentes básicos del proyecto pueden ser los
mismos que se asumen en cualquier institución, la diferencia estaría en la forma de acceder
a algunos de ellos:
1. Portada, contraportada
2. Tabla de contenidos
3. Introducción
4. Resumen ejecutivo
5. Planteamiento del problema de investigación
6. Objetivos
7. Justificación
8. Proximidad teórica
9. Trazos metodológicos
10. Posibilidades, proyecciones y productos
11. Cronograma
12. Bibliografía
13
Siguiendo la metáfora del mito de la caverna de Platón, figura propuesta por Castoriadis en la referencia
primera.
Los aspectos técnicos en la mayoría de los componentes de un proyecto son comunes en
todas las perspectivas de investigación, sin embargo, según las instituciones se suprimen o
agregan, siendo los expuestos los más comunes.
Para su tratamiento, en la mayoría de los casos, se siguen las normas APA vigentes, por lo
cual no es recomendable sugerir otro estilo particular. Sin embargo algunos aspectos
pueden cambiar según el enfoque de investigación. En consideración a que estos
requerimientos son del orden técnico, en el presente texto aquellos componentes cuyo
proceso de construcción es común, y por tanto no requieren de un gran análisis, se
describen sin considerar el orden de aparición en el proyecto.
El orden de algunos componentes del proyecto que requieren un nivel profundo de análisis
es el que rige el primer capítulo del texto.
La portada es la identificación inicial del proyecto, por tanto contiene los elementos
básicos de su información: institución, título, autor, tutor, lugar y año. Datos que se ubican
según el estilo seguido. Algunas tesis definen contraportadas en las cuales aparecen
diversos asuntos como dedicatoria de los autores, consideraciones institucionales, acta de
los jurados, entre otros.
La tabla de contenidos es común para todos los proyectos de investigación. En esta deben
aparecer títulos y subtítulos enumerados. Regularmente en las tablas de contenido se ubican
títulos de segundo nivel (subtítulos), pero es permitido que aparezcan otros niveles en la
numeración (según normas APA de tercero o cuarto nivel). Lo importante es que ayuden a
guiar al lector en sus búsquedas. Hoy, Word presenta ayudas que permiten crear tablas de
contenidos siguiendo esta norma. En este aparte, en la mayoría de los trabajos aparece la
lista de tablas y la lista de figuras, en las cuales se identifica cada una de ellas y la página
de localización.
La introducción es uno de los componentes obligados del proyecto. Pese a que aparece
como primer contenido, técnicamente, es lo último que el investigador realiza, pues en ella
se debe esbozar lo que el lector espera encontrar en el proyecto que se presenta.
De forma similar, el resumen ejecutivo se realiza al final del trabajo, pues este condensa los
aspectos generales del problema, su pertinencia y novedad, el propósito del estudio, la
metodología, las líneas teóricas de apoyo y los resultados esperados. Si se incluye en el
informe final, se omiten los resultados esperados y se describe la síntesis de lo encontrado.
En este último caso, el resumen ejecutivo se debe centrar en los resultados y las discusiones
respecto de estos, haciendo síntesis de los aspectos antes mencionados. Un resumen
ejecutivo será la puerta de visibilización del proyecto terminado y por tanto es básico para
la presentación en eventos de socialización de cualquier tipo.
La mayoría de los autores están de acuerdo con que estos se refieren al enunciado claro y
preciso de las metas o propósitos que se persiguen, el qué y el para qué. Dado que es lo que
se persigue en el estudio, son la guía central, por esto deben ser alcanzables y los resultados
deben responder a estos. En la mayoría de los casos se expresan como resultados finales
(Cerda, 2000; Hernández, Fernández y Baptista 1998).
Según Cerda, los objetivos, generalmente, se formulan como generales y específicos: los
generales engloban el conjunto de metas, logros y fines que orientan proyecto, y los
específicos son los medios a través de los cuales se logrará el objetivo general: “señalan
puntualmente las acciones que se llevarán a cabo en el proyecto, los medios que se
utilizarán y el por qué y el para qué se realizarán, y qué logros o resultados se esperan
alcanzar” (Cerda, 1994, pp.25-26).
Para efectos de ejemplificar, se toman como referencia dos estudios realizados por
integrantes del grupo Mundo simbólicos: estudios en Escuela y vida cotidiana.
Bibliografía. Son las fuentes citadas en el proyecto. La forma como se presentan cambia
según las instituciones, sin embargo es común la bibliografía definida en el marco de las
normas APA. Es importante que en la bibliografía se acuda a fuentes recientes, en
particular los estudios que ayudan a situar el problema, aunque en el tratamiento de los
objetos discursivos se puede acudir a autores clásicos.
El planteamiento del problema es un asunto que es común en todos los proyectos pero en la
forma de presentarlo se pueden encontrar algunas diferencias. Dado que en esta propuesta
se definen algunos aspectos particulares, la explicación se realiza con mayor profundidad
que en los otros componentes ya tratados.
O también puede generarse desde las reflexiones que en los procesos de la vida (académica,
científica o cotidiana) se realizan: ¿cómo es que se configura la personalidad del
estudiante?, ¿cómo aprenden los estudiantes de un contexto determinado?, ¿cómo se
debería enseñar si hay condiciones extremas en un contexto?, ¿de qué manera los niños y
niñas configuran su alteridad?, ¿cómo los maestros definen su re-conocimiento?, ¿qué
papel juegan el cuerpo, el discurso y las herramientas didácticas en las relaciones
pedagógicas?, ¿cómo se forma la dimensión política en los estudiantes?, ¿a qué juegan los
niños?, ¿qué es el recreo para los niños?, ¿de qué forma una práctica social determinada
aporta a la construcción de una Escuela diferente? Es ahí donde aparece el problema de
investigación, cuando me dejo conmover por algo que pasa o no en la Escuela, y pienso
solucionarlo acudiendo a una investigación.
¿Cómo buscar una situación problemática en la Escuela? Hay muchas formas de acceso.
Las más expeditas se dan desde las experiencias vividas o desde las reflexiones logradas,
14
La Escuela aquí es entendida como el escenario simbólico, donde tiene asiento el acto educativo y, por
tanto, puede darse en cualquier lugar y con cualquier tipo de actores. (Murcia y Jaramillo-Ocampo, 2017).
15
Utilizo el concepto de objetos discursivos desde las perspectivas de Foucault (2002), en el entendido que
son construcciones sociales que se van consolidando desde los enunciados que las personas realizan en
diferentes contextos y tiempos. Por tanto, son construcciones socio/históricas, puesto que se pueden
evidenciar en diversas superficies de emergencia y enunciados diversos. Como tal, están sujetos a unas
condiciones sociales e históricas que hacen posible su aparición o evanescencia.
etc. Pero si se quiere responder a los requerimientos de los contextos y necesidades de la
vida de la Escuela, la mejor forma es realizando diagnósticos comprensivos.
Este momento, que se denomina aproximación a las realidades situadas, en este caso de la
Escuela, se proyecta desde la función referencial del discurso, que describe el ser de la
realidad en su estado del estar siendo16, sobre la cual se volverá en el diseño metodológico
de este texto. Esta función referencial se puede lograr cuando se generan procesos de
16
Las realidades en la lógica de los imaginarios sociales se muestran en un continuo que implica ese ser
socio-histórico. Dicho continuo se presenta en forma del ser que fue, el ser que está siendo y el ser que esta
por ser. Dicho de otra forma, el ser de las realidades sociales, por su naturaleza sociohistórica, se muestra en
una dinámica que cruza la realidad desde ese imaginario que la hizo posible, que la está haciendo posible,
pero también desde aquel imaginario que pese a no estar siendo, está ahí, en las proyecciones y perspectivas
de las personas y que en términos de Castoriadis definen los imaginarios radical/instituyentes.
observación de primero y segundo orden. 17 La razón desde la cual se realiza esta
aproximación desde la observación de primero y segundo orden esta soportada en las
lógicas de la fenomenología eidética de Husserl y en las perspectivas levinasianas en
cuanto a la importancia de la presencia del rostro en los procesos de comprensión del otro.
Lévinas propone la visitación, que es la presencia misma del rostro en lo que este dice más
allá de la apariencia. Es la exigencia del estar allí pero no para quedarse con lo que se ve,
como manifestación de lo que ahí se presenta, sino para ver ese trayecto subjetivo que
implica el rostro más allá de lo que el cuerpo, como soma, delinea (Lévinas, 2000).
Se trata de situar el estado del asunto a investigar desde la mirada más próxima posible a la
realidad misma. Por eso se sugiere un análisis en profundidad del estado de las
investigaciones y los grupos de investigación, buscando las discusiones respecto de la
naturaleza de esos objetos discursivos que se investigan para entender la forma como se han
estado abordando las realidades de la Escuela y sobre todo para mostrar los vacíos y
potencialidades de estos abordajes.
En consideración a lo expuesto, se debe dar razón de esa dinámica social del objeto
discursivo en términos de cómo es la realidad que vive la Escuela en su dimensión del estar
siendo, y de algunas relaciones de esa realidad con lo que se ha encontrado en otras
realidades, mostrando sobre todo los vacíos que aún existen en la comprensión de la
situación problemática y en la solución del problema. En el planteamiento es importante
además, realizar un análisis sintético de las tensiones teóricas que siguen los investigadores
en el abordaje del objeto discursivo.
En esta racionalidad las tensiones teóricas no pueden ser otras que aquellas devenidas de
los procesos de investigación, en lo que Strauss y Corbin (2002) han denominado la teoría
formal y sustantiva. En este análisis es posible situar reflexivamente esas categorías
institucionales que enmarcan el objeto discursivo, puesto que ella hace parte de la
contextualización de la situación problemática.
Un ejemplo de esta dinámica se puede encontrar en estudio de Betancur (2019), quien parte
de un estudio realizado en su proyecto de maestría donde se lograron esos códigos de
aproximación que permitieron definir una primera mirada de la realidad de la inclusión
desde un campo particular (la educación física), desplegando unos focos situados que
orientarían el proceso posterior en su tesis doctoral. La proximidad teórica la definió como
tensiones teóricas e investigativas desarrolladas desde un título central: La inclusión en la
Escuela: una construcción desde las realidades conversacionales. Es un texto construido por
el investigador en el cual muestra, en primer lugar, cómo existen algunas tensiones en las
formas de investigar la exclusión y los vacíos que en estas formas opacan los estudios
desde la vida cotidiana. Y en segundo lugar, muestra cómo el concepto de exclusión es una
construcción social que se da en el bullicio de la vida cotidiana y por tanto es en estos
conocimientos de tercer tipo de la vida cotidiana donde se debe buscar.
Describir de forma detallada eso que conmueve como investigador hace parte uno de los
componentes fundamentales en el planteamiento del problema en una investigación situada.
Cuando se revisan los criterios de evaluación de las instituciones tomadas como referencia
(guías de evaluación), la descripción de la situación problemática se valora desde la
claridad, la precisión y la evidencia sobre la existencia real del problema.
Un ejemplo síntesis del enunciado tomado desde el diagnóstico comprensivo, realizado por
Betancur (2019) podría ser: en un estudio previo realizado en la institución X, se evidenció
que existen muchas formas de exclusión, algunas relacionadas con las dinámicas de clase
que el maestro utiliza y, otras, incrustadas en los comportamientos de los estudiantes. La
con el contexto. Los formatos revisados corresponden a: Universidad de Antioquía, Universidad de los
Llanos, Universidad Autónoma de Manizales, Universidad Santiago de Cali, Universidad Sur Colombiana,
Universidad Tecnológica de Pereira, Universidad del Quindío, Universidad de Nariño, Universidad del
Magdalena, Universidad Católica de Manizales, Universidad del Cauca y Universidad Industrial de
Santander. De Colciencias se revisó la convocatoria para proyectos de I+D para el desarrollo tecnológico de
base biológica 2017 (en adelante guías de evaluación).
mayoría de estas formas de exclusión son aceptadas por los alumnos y por el mismo
maestro pues se consideran dentro de la normalidad instituida.
En las guías de evaluación revisadas este componente se valora, desde la magnitud del
problema, la necesidad y las pruebas de su existencia real.
En el primer caso del proyecto tomado como ejemplo se muestra la magnitud desde los
resultados del estudio previo, realizado por el mismo autor de la tesis, sobre algunos índices
de inclusión y exclusión dados por organismos del estado, como el MEN y algunas
referencias respecto del problema de la inclusión/exclusión.
En el segundo caso la magnitud del problema se sustenta desde algunas estadísticas que
dejan ver en el departamento de Caldas los escenarios de violencia manifiestos, sobre todo,
en las pandillas juveniles, además se muestran algunos estudios realizados sobre el bullying
escolar y algunas referencias teóricas sobre este asunto.
Muy eventualmente un problema que me conmueve no ha sido visto por otros actores y
organizaciones, en cuyo caso, se deben exponer con claridad los límites de la búsqueda
realizada.
19
Tomado del proyecto: Escuela rural y paz: el cuento en la construcción de paces (Meza y Osorio, 2018).
El estado. Demostrado que existe un problema más allá de mi inquietud particular20, debo
mostrar ¿cuál es el estado de esa situación problemática?, esto es, esbozar una referencia
general (síntesis) del estado del arte, en términos de las principales tendencias
investigativas que se han generado en torno al problema y los vacíos sobre los cuales es
posible avanzar. Este último aspecto es de suma importancia, porque ayuda a definir la
novedad y pertinencia del estudio. Este esbozo general debe mostrar, además, el estado de
las discusiones sobre el asunto21, en términos de las tensiones teóricas que se presentan en
estas investigaciones. Esto con el propósito de fijar una postura crítica frente a lo que se ha
dicho y hecho, postura que configurará la apuesta teórica y metodológica a seguir.
En las guías de evaluación revisadas, se valora este aspecto desde la pertinencia del
problema en la región, el país y el mundo, y la naturaleza, novedad y articulación del
problema con el estado del arte.
En el segundo caso, el estado se expone desde el análisis de algunos estudios que se han
realizado sobre violencia escolar, dejando entrever dos consideraciones centrales. La
primera referida al gran vacío que existe sobre el tratamiento de este problema, articulando
las experiencias familiares y el cuento pedagógico. En segundo lugar se muestra que
existen prácticas significativas de gran valor en la construcción de escenarios de paz. Se
presentan además, de forma sintética, algunas tensiones en la consideración de los
conceptos de violencia escolar, paz y conflicto, tensiones que se definen fundamentalmente
en dos direcciones, una de ellas asociada a los procesos funcionales (bien sean biológicos
psicológicos o meramente cognitivos) y la otra asociada a proceso de construcción social,
en la cual se fundamentarán las autoras del proyecto tomado como referencia para realizar
sus análisis.
20
Aunque posiblemente existan otros problemas, que la evidencia empírica no puede mostrar.
21
Las tensiones teóricas, en esta perspectiva, no buscan delimitar variables, ni hipótesis, mejor establecer un
estado de las discusiones ontológicas respecto de la naturaleza social del objeto discursivo. O sea, cual es el
origen social y sus relaciones con escenarios de la vida.
proponer una forma de ver el problema para abordarlo, bien podría ser desde las ya
aplicadas o una forma definitivamente original.
Siguiendo el ejemplo síntesis del primer caso, el investigador considera que la salida a esta
problemática del concepto instituido de inclusión/excluyente es realizando un estudio
comprensivo, que dé cuenta de cómo en las realidades conversacionales (formuladas por
Shotter, 2001) se configura otro tipo de concepto de inclusión orientado más, hacia la
lógica del reconocimiento y la reificación. En consideración a esta salida el investigador
propone las siguientes preguntas investigativas que orientarán su estudio.
¿Cuáles son las realidades conversacionales (conocimientos de tercer tipo) que se dan en
una institución educativa respecto a la inclusión?, ¿Cuáles de esas realidades
conversacionales asumen la inclusión en los escenarios educativos como reconocimiento?
22
Los esquemas definidos en este texto no son formatos a diligenciar en un proyecto, son solo herramientas
para clarificar el trayecto que se sigue en los estudios situados.
investigar el visto por investigativos. discusiones salida que las hipótesis
asunto otros actores desde las se dará al de trabajo
/ tensiones problema
instituciones teóricas
definiendo
la línea
teórica a
seguir
Justamente, la gran valía que tienen los estudios emergentes es su capacidad para buscar
aquello que aún no se ha visto, para decir eso que aún no se ha dicho de las realidades
sociales, azuzando así la construcción de teorías situadas en las realidades particulares. En
esto están de acuerdo la mayoría de los teóricos de la investigación emergente. “El
laboratorio de la investigación cualitativa es la vida cotidiana y a esta no puede metérsele
en un tubo de ensayo, prenderla, apagarla, manipularla, o echarla por la alcantarilla, de ahí
que la construcción de la teoría suele ser resultado del proceso de investigación, más que
una base para realizarla”, dice Morse (2003, p. 4), la editora de los asuntos críticos en lo
métodos de investigación cualitativa, corroborando lo dicho por Szent Györgyi, en el
sentido en que la realidad que abordan los investigadores cualitativos es contradictoria,
ilógica e incoherente; de ahí que los métodos cualitativos, dice el autor, buscan limar estas
contradicciones, siendo una combinación misteriosa de estrategias para recoger imágenes
de la realidad (Györgyi, citado por Morse, 2003).
En general, en este texto editado por Morse, hay una defensa de la emergencia de las
categorías y los datos, en ausencia de teorías pre-definidas y la flexibilidad de los métodos,
desde investigadores sociales de alta trayectoria como la misma Morse, Katharun May,
Margarete Sandelowski, Linda Chapman, Madeleine Lininger, Marilyn Ray, Marlene Zichi,
Anna Omery, Phyllis Noerager, Joiceen Boyle, Marjorie Muecke, Marthe Carey, Joan
Bottorff, Sally Thorme, Melanie Breher y Holly Wilson entre otros.
25
Nota al margen. Este asunto a investigar en la Escuela es en realidad el objeto discursivo que se pretende
analizar o poner en cuestión en la investigación. Asumir el concepto de objeto discursivo, para referir lo que
se va a investigar en la Escuela, es en sí mismo un reto que implica construcción por parte del investigador,
pues en los términos planteados por Foucault (2002), los objetos discursivos se van consolidando pero a la
vez se van transformando en los mismos enunciados. Es justamente en las diferentes modalidades
enunciativas, donde se van configurando esos objetos que a veces aparecen con regularidad y a veces
desaparecen, por eso la arqueología del saber consiste fundamentalmente en buscar en esas redes las
continuidades y discontinuidades de los enunciados. Lo interesante en esta perspectiva aplicada a la
investigación en la Escuela o sobre ella, es que son los investigadores quienes configuran ese objeto
discursivo de la Escuela, son ellos quienes esculcan en diversos escenarios (superficies de emergencia como
Como se expresó en el planteamiento, en los estudios situados, la comprensión inicial del
objeto discursivo que se va a investigar se hace a partir de una primera aproximación a la
realidad fenomenológica. Esto es, a partir de una primera mirada a la realidad que los
actores sociales experiencian en la Escuela y que se condensa en el planteamiento del
problema.
Lo anterior fundamentado en dos razones centrales: la primera de ellas, que las teorías
válidas en las realidades del mundo de la vida son aquellas que se configuran desde su
proximidad concreta, y la segunda, que los estudios que se han realizado y las dinámicas de
los grupos sobre el asunto a investigar, son los que dan razón de las tendencias y
emergencias que se deben reflexionar para abordar las realidades, para seguir las formas
hegemónicas de solucionar los problemas, o para seguir o generar perspectivas emergentes.
Por esto las proximidades con las formas convencionales de hacer investigación en la
Escuela o sobre ella, nos obliga a tomar una distancia importante en lo relativo a los marcos
teóricos. Porque es en la información recabada como parte del proceso de recolección e
interpretación de la información, donde podremos lograr mayor claridad sobre la naturaleza
del objeto discursivo y por tanto, lo que se debe proponer antes que un marco teórico es un
esbozo de esas posibles tensiones analizadas entre lo que se vive como realidad
fenomenológica, se hace como investigación situada y se dice como realidad
institucionalizada.
La metodología da cuenta de la relación y la coherencia que hay entre la apuesta teórica que
guiará el estudio y el diseño utilizado, respondiendo la pregunta sobre la pertinencia y la
validez del método para el conocimiento que se quiere lograr. Por tanto se trata de resolver
el problema de la coherencia que existe entre lo que se ha pensado como problema y su
naturaleza y el diseño que se construirá para solucionar ese problema.
las prácticas sociales de las comunidades, de los mismos maestros, de los investigadores…) las formaciones
discursivas que se dan y se han dado en torno a la Escuela y desde esta búsqueda van generando claridades
sobre ella. Dichas formaciones discursivas pueden presentarse en diferentes modalidades, en las formas de
ser, hacer pero también en las formas de decir/representar la Escuela.
Entonces, el primer asunto sobre el cual se debe discutir en este aparte es la relación entre
la naturaleza de los objetos discursivos que se estudian en la Escuela y la validez de los
conocimientos que se van a lograr en la investigación en consonancia con el problema que
se va a investigar.
Si bien para muchos teóricos no es tácita esta perspectiva, en la mayoría de los procesos de
evaluación de proyectos se exige coherencia y claridad sobre las relaciones entre el asunto a
resolver, el método utilizado y los conocimientos a lograr. De hecho, en las guías de
evaluación tomadas como referencia (ya citadas) es común encontrar como criterio de
evaluación, la coherencia entre el enfoque y los elementos generales del proyecto, o el
enfoque, las técnicas de recolección, procesamiento e interpretación y los hallazgos.
Como se ha manifestado, esta postura se debe hacer tomando como referencia los análisis
críticos realizados en la proximidad teórica situada, pues es en ella donde se han expuesto
los vacíos y las posibilidades que dejan las comparaciones entre lo que se hace desde los
investigadores, lo que se dice desde las instituciones formales, y lo que se observa en la
realidad cercana.
En el caso de los estudios sobre la Escuela que se toma como ejemplo, se desarrollan
argumentos generales que tienden a mostrar la relación fuerte entre la naturaleza del
problema y el objeto discursivo, y los enfoques y métodos utilizados. Como en todos los
casos se argumentó que la Escuela es un escenario simbólico donde tiene objeto el acto
educativo y dado que los problemas que se están investigando son también de naturaleza
simbólica (desde los imaginarios sociales abordar el problema de la inclusión y el problema
de la construcción de paz), el diseño a utilizar partió de reconocer esas representaciones
simbólicas que construyen las comunidades particulares. Pero los estudios querían ir más
allá de averiguar la mera representación simbólica, y se orientaron hacia la comprensión
profunda de las significaciones imaginarias que las hacen posibles. Entonces, desde las
comprensiones logradas por Betancur (2019), se propuso buscar estas significaciones sobre
la inclusión en las realidades conversacionales de segundo orden y, en el caso de la
investigación realizada por Meza y Osorio (2018), se planteó realizar un estudio desde los
imaginarios sociales pues en su comprensión, la paz en la Escuela se configura como un
imaginario social.
1.6.1 Algunos argumentos que sustentan un diseño emergente en los objetos
discursivos estudiados en la Escuela
Sobre la naturaleza de las realidades sociales a estudiar (como la Escuela) se parte de
reconocer, en primer lugar, su gran complejidad 26 , pue se involucran a la vez: la
acción/interacción, el saber/reflexión, el ser/deseo. Todas son dimensiones que están
definidas desde una gran base de significaciones imaginarias sociales, base desde la cual se
orientan las formas de ser y hacer de las personas y las formas de decir/representar sus
realidades.
Esas dimensiones no se dan de forma aislada en las prácticas sociales de la Escuela, o sea,
no aparece primero una dimensión: la acción y luego la interacción, o al contrario, sino que
todas ellas se presentan imbricadas en cualquier manifestación de los actores sociales de la
Escuela. En un comportamiento agresivo de un estudiante, por ejemplo, está articulada toda
una historia social y psicosomática que lo hace posible y en esta historia hay fuerzas desde
la acción/interacción, el saber/reflexión, el ser/deseo tanto de los ambientes sociales donde
se ha desenvuelto el niño, como también fuerzas internas que lo hacen un ser totalmente
particular.
Las prácticas sociales son sociohistóricas, no porque son herencias sociales, sino porque en
ellas aparece la huella de las trasformaciones constantes que los seres humanos y el mundo
hemos logrado en el tiempo. Por eso una práctica social siempre será creación del sujeto
particular, pero a la vez creación social reconocida en acuerdos temporales. Lo anterior, en
consideración a que en el ser humano particular está imbricado, de forma también
compleja, el saber social, el acuerdo social: como conocimiento de tercer tipo (Shotter,
2001); como saber del colectivo anónimo (Castoriadis, 1996); o como acuerdo social
(Pintos, 2004; Baeza, 2000 y Murcia, 2011).
Cualquier manifestación de la Escuela siempre está imbricada en una gran trama que se ha
venido configurando con los actores sociales desde sus más profundas convicciones,
motivaciones y creencias, y que definen estas formas de ser/hacer, decir/representarla. Por
eso la Escuela es un escenario simbólico donde tiene asiento el acto educativo, que
trasciende estos acuerdos sociales y se proyecta hacia la naturaleza creativa de los seres
humanos. Como se expresa en Murcia y Jaramillo-Ocampo (2017): “un constructo social
definido en el marco de las aspiraciones sociales para formar sus generaciones. Como
escenario simbólico, es configurado por la sociedad, atendiendo a sus más profundas
convicciones y creencias sobre lo que debe ser el ser humano y el mundo” (p.17).
26
Se asume el concepto de práctica social desde Murcia, Jaimes y Gómez (2016), quienes lo proponen como
una expresión de los imaginarios sociales, en consideración a lo cual, una práctica social no es una acción
aislada de las realidades sociales, sino que hace parte de esas dinámicas que se dan en lo social, por tanto, su
estudio debe hacerse desde el reconocimiento y la comprensión de estas dinámicas.
literatura y teoría no tengan validez, la tienen, pero solo en la medida de la confrontación
con sus realidades mismas, tal como se ha expuesto y se ampliará más adelante. No se trata
de partir de las teorías para ver la Escuela, es partir de la Escuela para ver la teoría y
reconfigurarla.
La investigación sobre la Escuela no puede asumirse entonces desde una sola dimensión del
ser humano, pues estaría desconociendo la complejidad de su configuración en términos de:
quién realiza la práctica, qué práctica realiza, por qué, para qué, cuándo, y qué dinámicas
sociohistóricas se presentan en ellas. Lo anterior implica el reconocimiento de la Escuela
como acontecimiento histórico social que se define en una gran trama simbólica.
En segundo lugar, los actores sociales de la Escuela generan sus prácticas desde profundas
convicciones y creencias sobre el mundo y el ser humano. Desde estas definen los acuerdos
funcionales que harán posible la Escuela pensada para soportar el tipo de mundo, sociedad
y ser humano que se requiere en la sociedad imaginada.
En cuarto lugar, pese a que las representaciones que definen el esquema de inteligibilidad
social no son las significaciones imaginarias sociales, están ancladas en estas y por tanto
configuran su trasfondo. Esto significa que para estudiar la Escuela desde sus imaginarios
sociales no es suficiente la configuración de esquemas de inteligibilidad social, sino que se
requiere ahondar en sus significaciones imaginarias sociales.
En quinto lugar, los procesos que se viven en la Escuela como prácticas sociales son
siempre dinámicos y por tanto, lo que se logra con los estudios, son apenas acuerdos
temporales que no podrían universalizarse, aunque sí es posible lograr algunas
generalizaciones en tanto hay situaciones y contextos de similares características.
En sexto lugar, es necesario considerar que un estudio en/sobre la Escuela supone la
consideración de sus actores y por tanto el re-conocimiento de sus prácticas sociales27 como
fuerza anclada en sus más profundas significaciones imaginarias sociales (investigación
situada).
Y por último, la teoría que se construye como producto de este proceso es una teoría
situada, esto es, contexturada desde esas múltiples fuerzas que la influencian y la definen.
27
El estudio de la práctica social implica la proximidad con los procesos de acción comunicativa desde los
cuales es posible organizar los esquemas de inteligibilidad social.
el problema de investigación que, en cualquiera de los casos de la investigación emergente,
es el construccionismo social.
Por lo dicho, la unidad de análisis debe abarcar esas formas de decir/representar el mundo y
el ser humano de los actores de investigación, siempre que en estas se puede decir más allá
de lo que está siendo para referirse a aquello que se siente frente a esto que es y se proyecta
lo que aún no es, como realidad fáctica.
En términos prácticos podría interesar en los actores, entre otros aspectos, sus discursos
cotidianos, sus prácticas pedagógicas, sus hábitos y costumbres o sus hábitus sociales29, sus
procesos de aprendizaje, sus procesos de enseñanza o sus sentidos o percepciones sobre
algo o alguien. Todas estas corresponden a prácticas sociales.
¿Cómo se accede a estas prácticas sociales definidas desde las dimensiones del ser/hacer,
decir/representar? Como la base fundamental de las prácticas sociales está en el acuerdo
28
Es de reconocer que las prácticas sociales siempre reflejan el ser total de quien las realiza. Por eso no se
trata de un simple hacer, es mucho más que eso, es evocación de la naturaleza humana y social de los actores.
Es, entonces, un hacer intencionado, con un propósito y un sentido. Por tanto expresa la humanidad del ser
humano. Esa es la diferencia entre un hacer mecánico o biológicamente definido y un hacer como práctica
social.
29
Foucault (2002) reconoce la unidad de análisis como los monumentos, que son en realidad los archivos
arqueológicos de diferentes tipos en los cuales se buscarán las formaciones discursivas. En Shütz (2008), es la
acción social para realizar en ella “la interpretación subjetiva de sentido, como una tipificación del mundo del
sentido común, la manera concreta en que los hombres interpretan en la vida diaria su propia conducta y la de
los demás” (p.22). En Castoriadis (1989) se trata de las formas de ser/hacer, decir/representar para en ellas
buscar las significaciones imaginarias sociales.
social, el acceso a este solo es posible desde las realidades comunicativas, que en la
práctica analizada y en su contexto se generan. Habermas (1999) diría que ellas se
manifiestan en los procesos de acción comunicativa. Estas realidades se muestran en las
prácticas conversacionales, tal y como lo expresa Shotter (2001), pero también en las
acciones e interacciones sociales, razón por la cual, esas dimensiones de la realidad también
deben ser analizadas con metodologías adecuados para ello, en cuyo caso es posible
articular diferentes métodos según el caso.
Existen muchos métodos y técnicas para acceder a ellos, de las cuales se hablará más
adelante. En este aparte se hace referencia a esas mediaciones que permiten al ser humano
construir su humanidad y por lo tanto sus significaciones sobre el mundo. El lenguaje, es
referido en esta propuesta como el discurso en tanto lenguaje en acción, tal y como lo
expresaría Stubbs consiste en lo siguiente:
El análisis del discurso se refiere al intento de estudiar la organización del lenguaje por
encima de la oración o la frase y, en consecuencia, de estudiar unidades lingüísticas
mayores, como la conversación o el texto escrito. De ello se deduce que el análisis del
discurso también se relaciona con el uso del lenguaje en contextos sociales y,
concretamente, con la interacción o diálogo entre los hablantes. (Stubbs1983, p.17)
En síntesis, en la investigación situada las unidades de análisis deben realizarse sobre las
formas de ser/hacer y decir/representar (que son las prácticas sociales), y para acceder a
estas se acude a las dimensiones del discurso en las cuales se apoyará la recolección de la
información. O sea, la información recolectada debe dar razón de la dimensión referencial,
que busca re-conocer lo que está siendo y lo que fue la realidad que se analiza. Mientras
que la dimensión pragmática re-conoce lo que está por ser, en tanto apenas posibilidad de
proyección y trasformación y de función expresiva del discurso para aproximar las
significaciones sobre ese ser y la posibilidad de llegar a ser, y las motivaciones de estas
significaciones.
La función referencial es la que describe las realidades tal y como ellas se muestran en la
realidad empírica. Es la primera función del discurso ampliamente reconocida. En esta el
lenguaje es considerado por su valor neutro, absoluto y preciso, al dar cuenta de los objetos
que describe. En términos de la validez del conocimiento, solamente es válido aquel
enunciado que se pueda demostrar en la realidad empírica, acudiendo por tanto al método
de verificación, propuesto inicialmente por el positivismo lógico del Círculo de Viena
especialmente por Russel, Wittgenstein y Carnap, tal y como lo analizan Mardones, (1991)
y Murcia y Jaramillo (2008). En esta función se manifiesta el ser de las realidades, bien
como ser que está siendo o bien como realidad que fue. La importancia de esta función en
el estudio de las realidades de la Escuela está en el valor que tiene el estar siendo de la
realidad. O sea el conocer qué está pasando en la Escuela en el momento concreto del
acceso a ella.
Esta función se logra mediante observaciones de primero y segundo orden, esto es, las
observaciones realizadas o vividas de forma directa por el investigador o las observaciones
y vivencias realizadas por los actores tomados como referencia y que son expresadas en sus
discursos sobre ella.
Esta función del discurso se asume en la investigación sobre la Escuela de forma práctica,
en tanto interesa reconocer en los discursos y prácticas sociales las trasformaciones que se
generan o que se proyectan como posibilidad en la Escuela y que son expuestas a través del
discurso.
La función expresiva del discurso es aquella mediante la cual el discurso permite expresar
los sentimientos frente al ser o las transformaciones de ese ser. La función expresiva es el
máximo aporte realizado por Wittgenstein a la filosofía del lenguaje logrado luego de sus
propias autocríticas al positivismo lógico descifrado en el Tractatus, que compila toda su
primera producción en el Círculo de Viena, en el cual el lenguaje ideal es el descriptivo. La
perspectiva crítica del lenguaje se muestra en su obra conocida como Cuadernos azul y
marrón o cuadernos de las investigaciones filosóficas que dejan ver el segundo
Wittgenstein. En estos tratados el autor llega a la conclusión de que el lenguaje además de
describir, también significa, dando apertura a la función expresiva del lenguaje. En esta, el
significado y el sentido de las palabras se define en el lenguaje que está en su uso; o sea, es
en las formas de uso del lenguaje, en los juegos del lenguaje que tienen lugar en la vida
cotidiana, donde es posible comprender ese significado o sentido de ellas. (Wittgenstein,
2005; Karam, 2007).
El acceso a ella es posible solo desde la manifestación del sentido que las personas y grupos
se van formando sobre las realidades que están siendo o que se proyectan ser, por tanto no
es posible observarlas y solo se asumen desde la referencia que los actores hacen a ellas en
sus conversaciones.
En los estudios que se toman como ejemplo, tras argumentar la naturaleza compleja (por su
base en la construcción social que implica representaciones simbólicas ancladas a unas
significaciones sociales) de la inclusión y la construcción de paces y el cuento pedagógico,
se propone un enfoque desde la complementariedad con apoyo en la hermenéutica del
texto, métodos como el análisis del discurso (descritos), la etnografía reflexiva, y la
validación social in-situ como método de amplia participación social, que implica la
propuesta emancipatoria y como posibilidad de empoderamiento social, en lo que se ha
llamado muy actualmente teorías poscríticas, tal y como lo analiza Rodríguez (2012).
Las representaciones simbólicas son, como se refirió antes, las formaciones particulares que
muestran dentro de sí su significación imaginaria, y toda acción e interacción social está
llena de ellas. Por eso, si bien lo que vemos son las acciones e interacciones, es ahí donde
podemos encontrar la dimensión simbólica y sus significaciones imaginarias sociales.
Los discursos cotidianos por ejemplo son la mayor fuente simbólica, pero también se
encuentran reflejadas en las expresiones de cualquier tipo, en las formas gráficas, en las
formas del arte corporal, en los gestos, o en cualquier práctica social.
El método cambia según el interés y naturaleza de la realidad que se quiere estudiar, y con
él las técnicas de recolección y análisis. Cualquier método que permita la proximidad desde
el fenómeno mismo es adecuado, siempre que se tenga claridad de su propósito. Es
importante comprender que en el momento de aproximación a la realidad las técnicas
siempre deben permitir el encuentro con las categorías desde las realidades más próximas al
objeto discursivo, por tanto no pueden sesgar la mirada de las realidades a categorías
previas, sino que deben mostrar el panorama tal y como este es, buscando alejarse de pre-
juicios pre-teóricos. Se propone para el análisis, en este primer momento, como micro
análisis de la información (se explicará posteriormente).
El paso a paso
¿Qué hacer en un proyecto en el momento de aproximación a las realidades?
El primer ejercicio del investigador emergente será siempre buscar en la dinámica misma
de la Escuela, los códigos compuestos sobre los cuales realizará su estudio. Por eso, es un
momento de aproximación a la realidad en situación, y esos códigos deben dar razón de su
dinámica socio/histórica. No importa mucho desde dónde realice esta proximidad, pues eso
depende de la naturaleza problema y del objeto discursivo que vaya a indagar y de las
facilidades generadas por el mismo contexto. Bien podría aproximarse a estas categorías
desde la revisión de los documentos institucionales, en cuyo caso tendría que planear un
trabajo de análisis documental, o bien podría hacerlo desde algunas observaciones a
escenarios particulares de la vida de la Escuela apoyándose para ello en aproximaciones
etnográficas reflexivas, etnometodologías o cualquier método introspectivo-vivencial
(Padrón, 1998) 32 . Lo central en una investigación situada es que esa dinámica
32
A propósito, Padrón (1998), considera una clasificación que asume una categoría clasificatoria de los
programas de investigación que denomina introspectivo vivencial, en la cual el conocimiento se logra desde
los procesos de interacción social con los fenómenos desde múltiples dinámicas de convivencia con los
actores que lo generan. Este enfoque no deviene del empirismo o del naturalismo, pues antes que tomar los
reflejos del objeto o fenómeno, este se incorpora al investigador y al investigado desde la vivencia
experiencial. No es relativo a los métodos de corte inductivo o deductivo, propios del racionalismo y el
empirismo, pues mientras que estos buscan comprobar hipótesis derivadas del reflejo o la teoría formal, los
métodos de corte introspectivo vivencial, buscan comprender las dinámicas relacionales de los fenómenos
sociales. La base general de sus diseños está en la compenetración con la realidad social que se investiga.
socio/histórica se estudia en el contexto real de justificación y desarrollo del objeto
discursivo y no en literatura lejana a este.
Pese a algunas diferencias en cuanto a la forma de situar el problema desde los códigos
llenos de contexto (contexturados) y su comparación con las tensiones dada en los
antecedentes, este momento de la investigación se asemeja al momento de pre-
configuración de la realidad propuesto en el diseño desde el enfoque de
complementariedad, en tanto se basa en la lógica de Nolbert Elías en cuanto que, lo
encontrado en las realidades sociales son configuraciones que se trasforman constantemente
(Murcia y Jaramillo, 1998, p.99). Ampliando lo dicho el procedimiento podría estar
regulado por los siguientes componentes:
Propósito. Configurar los códigos centrales que definen la realidad del problema a
investigar. Este propósito se debe situar de acuerdo con cada problema de investigación y
responde a la pregunta sobre el ¿para qué de este momento?
En el ejemplo tomado como referencia (Murcia et.al, 2012), las unidades de análisis fueron
los discursos escritos sobre el aprendizaje desde la fundación de Manizales, en tres
superficies de emergencia: la iglesia/cristianismo, la educación y la política. Desde ellos se
generó el archivo arqueológico, para buscar en ellos asuntos relativos a la colaboración
(formaciones discursivas). En mi tesis doctoral que buscaba la dinámica de los imaginarios
sobre calidad de la Educación superior desde maestros y estudiantes, las unidades de
análisis en este primer momento fueron las narraciones dadas por los actores en historias de
vida situada o microhistorias sobre sus acciones e interacciones en la universidad (Murcia,
2006).
34
Las referencias de primer orden son las logradas desde la relación directa del investigador con el escenario
de análisis, lo cual se logra en procesos de inmersión en estos escenarios. Entre tanto la información de
segundo orden es la lograda desde las referencias que los actores sociales hacen a la realidad, describiéndola
tal y como ella es desde su experiencia vivida y describiendo el papel desempeñado en ella.
Técnicas e instrumentos de recolección. Una vez definido lo que se va a tomar como
unidad de análisis, es importante precisar las técnicas de recolección de la información. Son
los recursos de los cuales se vale el investigador para acceder a la información. Dada la
complejidad de las realidades sociales en la escuela, las técnicas de recolección deben ser
cuidadosamente definidas de forma que permitan aproximarse de la mejor manera a ese
fragmento de realidad que se desea estudiar.
En los estudios situados se propone que la información general sea recogida tomando como
referencia las funciones básicas del discurso ya desarrolladas. Pero como ya se ha
argumentado, en este momento la información acerca de cómo es la realidad, se buscará
desde la función referencial del discurso la información derivada de las otras funciones
acerca de qué se piensa de ese ser y cómo se trasforma o proyecta trasformar. Se recogerá
en el momento de recolección profunda o saturación que se desarrollará más adelante35.
35
O por lo menos se recogerá de forma intencionada por parte del investigador, pues es evidente que en los
procesos conversacionales originados en el primer momento, sobre el ser de las realidades a estudiar, los
actores seguramente harán uso de las funciones expresiva y pragmática para explicar o justificar lo que la
realidad está siendo y su forma de asumirlo. Por eso, aunque en el primer momento la intención es recoger
información desde una de las funciones del discurso tomadas en consideración, es imposible evitar que se
utilicen las otras.
En otros casos ya descritos, como la tesis doctoral del autor de este texto (Murcia, 2006), se
utilizó como técnica de investigación la microhistoria situada en la vida universitaria, bajo
el método de historias de vida ancladas a la reflexividad etnográfica.
El método de procesamiento y análisis debe permitir la proximidad con los códigos del
texto definido desde la Escuela y alejarse de las interpretaciones previas o ingenuas, lo cual
garantiza trasparencia y validez ecológica en las categorías definidas como focos en este
primer momento.
En todos los casos dados como ejemplo, se procesó la información utilizando el Software
“Atlas Ti” en diferentes versiones, siguiendo el procesamiento categorial emergente. El
método de análisis en los casos dados se realizó desde el “microanálisis” propuesto por
Strauss y Corbin (ya citados).
Se trata de buscar los códigos amplios en otros actores sociales o contextos, e incluso, de
profundizarlas en los actores tomados inicialmente como referencia. Posiblemente sea
necesario consultar en otros escenarios de la vida en la Escuela, haciendo énfasis en las
significaciones sociales del ser, desde los motivos porqué y paraqué de la acción expuestos
desde esa función expresiva del discurso.
El paso a paso
Describir el propósito concreto del momento. Saturar los códigos compuestos que se hayan
definido en el momento anterior
En la mayoría los estudios realizados por el grupo, los escenarios de exploración en ese
momento han cambiado. Por ejemplo, en la investigación sobre aprendizaje colaborativo
(Murcia, et.al, 2012) el escenario, en el segundo momento la constituyeron 11 instituciones
educativas que tenía del programa escuela activa urbana en Manizales, que fue donde se
buscó saturar la información lograda en la aproximación desde el rastreo arqueológico. En
el caso del estudio sobre calidad de la Educación superior el escenario sigue siendo la
misma institución universitaria aunque con diferentes actores sociales, según el estatus que
ocupaban en la Universidad (Murcia, 2006). Entre tanto, en el estudio de Betancur (2019),
el escenario de exploración para profundizar las categorías logradas, estuvo situado en
varios lugares (recreos, clases de diferentes asignaturas, reuniones) de una institución
educativa; mientras que en el caso del cuento pedagógico de Meza y Osorio (2018), los
escenarios de profundidad fueron las mismas instituciones tomadas como referencia aunque
con diferentes actores sociales.
Los actores sociales. Se refiere a estos actores que serán tomados en consideración para
lograr la saturación profunda de las categorías definidas en el momento anterior. Pueden ser
los mismos actores u otros definidos desde el análisis de cada una de las categorías
configuradas.
La unidad de análisis. Es esa unidad o unidades que se tomarán como eje de análisis para
lograr una comprensión profunda de la realidad definida en cada categoría foco. Como en
el caso anterior, en el momento recolección profunda de la información la unidad de
análisis regularmente cambia con relación al primer momento pues se trata de triangular la
información desde diferentes perspectivas.
Tres estudios tomaré como referencia para ejemplificar este aspecto; mientras que la unidad
de análisis en el primer momento del estudio aprendizaje colaborativo (Murcia, et. al, 2012)
era las formaciones discursivas sobre aprendizaje colaborativo derivadas de los
monumentos arqueológicos, en el segundo momento la unidad de análisis estaba
constituida por los discursos de las comunidades educativas sobre el ser de la práctica
pedagógica, sobre las reflexiones relativas a ese ser y sobre las trasformaciones logradas
por los actores sociales en la experiencia. Esto desde el estudio propio de los imaginarios
sociales en sus dimensiones del ser/hacer, representar/decir de la realidad de la Escuela.
De cualquier forma, pese a que las técnicas más utilizadas para la recolección son de corte
cualitativo, esto no impide que se utilicen técnicas cuantitativas, siempre que ayuden a
comprender y/o transformar las realidades (enfoque desde la complementariedad, Murcia y
Jaramillo, 2009) y deben permitir saturar la información desde las dimensiones del discurso
propuestas.
Las técnicas utilizadas aquí estarán más centradas en dar razón de lo visto en el primer
momento, o bien desde otras dimensiones del discurso, desde otros actores sociales o desde
otros escenarios. El propósito es triangular esa información, saturar esas categorías para
comprenderlas en su real profundidad y/o corroborarlas.
En el caso del estudio sobre aprendizaje colaborativo, las técnicas utilizadas fueron los
talleres, las entrevistas en profundidad y las observaciones, bajo el método etnográfico
reflexivo, mientras que en la investigación de imaginarios de maestros y estudiantes sobre
calidad de la educación superior, la técnica utilizada en este momento fue la encuesta
electrónica y el procesamiento meramente estadístico.
Tabla 2.
Esquema síntesis del momento de saturación profunda
Descripción del segundo Descripción del-los Actores Método-s: Técnicas e Método-s de
momento y su propósito escenario de análisis sociales (si instrumentos de recolección de la procesamiento y
opera) información análisis
36
Técnicas e instrumentos de procesamiento e interpretación de la información.
Capítulo 2
El procesamiento y análisis de la información
Hasta aquí hemos definido los componentes que debe tener un proyecto de investigación en
la lógica planteada de los estudios situados en o sobre la Escuela. Pero uno de los grandes
retos a que se enfrenta el nuevo investigador, es el encontrarse con una gran cantidad de
información recolectada, lo cual le lleva a la pregunta sobre cómo procesarla, cómo
interpretarla. ¿Será que cualquier forma de procesamiento es válida o cualquier forma de
interpretación es aceptable?
En este aparte se consideran estos puntos de reflexión y se propone una forma concreta de
procesamiento e interpretación que genere validez ecológica y confiabilidad. Se parte de
considerar que el procesamiento implica en sí mismo análisis e interpretación de la
información, puesto que lograr una categoría es un proceso que se realiza desde la
configuración de códigos generativos que van agrupándose desde sus significados en
códigos mayores hasta lograr categorías que definen los esquemas de comprensión social.
Otro preconcepto que es importante considerar en la investigación situada es la relación que
tienen los problemas que se estudien con el discurso, en tanto este es la base de la
construcción de las realidades sociales, como la Escuela. O sea mediante el discurso se
construye el sentido sobre el mundo y el ser humano, pero además, desde el discurso se
puede mostrar el ser de la realidad, el sentir sobre eso que la realidad de la Escuela es y el
deber ser o proyección de realidades posibles. Habermas (1998, 1999) diría que es desde la
acción comunicativa y Shotter (1993) desde las realidades conversacionales. Este
preconcepto es importante en tanto da razón epistemológica de la validez del conocimiento
que se adquiere, razón por la cual su soporte se realiza en el aparte de la metodología.
• La base desde la cual se realiza el procesamiento debe estar orientada por los objetivos y
preguntas de investigación.
• Los códigos son síntesis propuestas desde la realidad misma y por tanto deben
representarla en términos de su realización. No aparecen como códigos neutros sino que
deben mostrar el ser que fue, está siendo o proyecta ser.
En ellos, los análisis no se realizan por fuera de los contextos donde tiene lugar el relato, en
tanto este representa una situación efectivamente vivida, sentida o proyectada por el actor
social (vida cotidiana). Este es justamente uno de los criterios de la teoría más reciente
sobre análisis del discurso (Iñaquez, Woldak y Meyer, 2003) y que es centro en la
etnografía reflexiva propuesta por Hammersley y Atkinson (1994).
39
El relato es asumido aquí como unidad de análisis que deviene de la interacción del investigador con el
contexto, bien sea desde la observación, desde las entrevistas o desde los estudios de fuentes documentales.
40
Se asume el escenario de desarrollo y justificación porque la vida cotidiana involucra, además de las formas
de hacer/ser, las formas de decir/representar que definen desde las justificaciones y razones y motivos sobre
ese ser/hacer.
En investigaciones situadas lo primero que hace el investigador es examinar los relatos en
su totalidad, o sea, las unidades de análisis41 que fueron asumidas como referencia para
recolectar la información (diarios de campo, videos, grabaciones de audio, talleres, grupos
de discusión…). Examinarlos para dejarse tocar por la información allí contenida,
examinarlos para buscar en cada unidad de comunicación un código que le dé sentido en la
voz de las realidades mismas, desde las preguntas y objetivos buscados en la investigación.
Los códigos primarios son las formaciones discursivas que el investigador va generando
como síntesis de las unidades de análisis. Son síntesis que representan cómo es la realidad,
cómo se es en ella, pero además qué se piensa sobre esta y cómo se proyecta. En palabras
más técnicas, los códigos primarios son reducciones que los investigadores hacen de los
relatos tomados como referencia en las diferentes realidades de acuerdo con las
dimensiones de la práctica social que se haya tomado como eje de búsqueda. El código
primario en los estudios situados debe dar razón muy próxima de lo que se expresa en la
unidad de comunicación, por tanto, no es una abstracción teórica o conceptual, es por el
contrario una síntesis expresada, en lo posible, en palabras de los mismos actores sociales.
El paso a paso
¿Cómo hacer microanálisis?
Como se ha manifestado en la primera aproximación a la realidad, este proceso implica
procesar/analizar la información relativa a la función referencial del discurso, o sea aquel
discurso que nos muestra cómo son las realidades de la vida cotidiana en la Escuela. A esta
función se puede acceder a través de los diarios de campo derivados de las observaciones,
revisiones documentales e incluso entrevistas en profundidad sobre ese ser/hacer de las
realidades. Como es un momento de aproximación, no se requiere utilizar todas las técnicas
mencionadas, pero se recomienda que el método utilizado permita dar razón de la realidad,
desde la realidad misma en términos de lo que ella fue, está siendo y proyecta ser.
En uno de los estudios tomados como referencia cuyo objetivo era comprender la dinámica
de los imaginarios sociales que los maestros en formación configuran sobre la educabilidad
del sujeto, en una de las unidades de análisis se seleccionó la siguiente unidad de
comunicación:
Yo intento ser muy dinámico, pero si es algo que el estudiante tiene que aprender y
que es muy mecánico entonces lo hago con actividades cortas, las hago cambiar
rápidamente, buscando que no sean lineales, entonces ellos se están moviendo todo el
tiempo y cuando menos piensan se ha acabado la clase (P3-LM) 42 . (Jaramillo-
Ocampo, Murcia y Mazenett, 2014, p.54)
En primer lugar, esto es una unidad de comunicación, puesto que, tiene sentido completo y
en segundo lugar nos está comunicando algo sobre el ser/hacer43 de este maestro y de su
desempeño en el escenario de práctica pedagógica. Acudiendo a la función referencial del
discurso, el actor social nos está dando información relativa al cómo desarrolla su clase,
cómo es esa realidad que está siendo. Pero ¿se podría hacer un análisis de lo que lo mueve
al maestro a hacer esto? Posiblemente sí, sin embargo este análisis sería especulativo, pues
la única información que tendríamos hasta aquí sería sobre el cómo realiza su clase. Por
eso, como veremos más adelante, necesitaríamos profundizar en las razones o motivos
además de las significaciones y posibilidades de futuro de estas prácticas para tener noción
de profundidad de esta realidad. Esas dimensiones se buscarán en el segundo momento de
la investigación. Por eso en el primer momento, la codificación debe responder a la
pregunta ¿cómo es la realidad?, vista desde los mismos actores sociales o desde los
investigadores según las observaciones de primero o segundo orden.
En la unidad de comunicación tomada como ejemplo, bien hubiese podido definirse como:
yo intento ser muy dinámico (código natural), que es un código que expresa, en la voz del
actor social la síntesis de lo que se dice en dicha unidad. Pero también se pudo definir desde
la generalidad de lo que el relato expresa: el maestro realiza diferentes actividades. Como
se aprecia, en los dos casos lo que muestra el código es una síntesis del relato. En ambos
casos se está viendo el ser/hacer. Para ejemplificar solo tomaré el código natural: Yo intento
ser muy dinámico, pero si es algo que el estudiante tiene que aprender y que es muy
mecánico entonces lo hago con actividades cortas; las hago cambiar rápidamente,
buscando que no sean lineales, entonces ellos se están moviendo todo el tiempo y cuando
menos piensa se ha acabado la clase (P3-LM) (yo intento ser muy dinámico: D144).
En otra unidad de comunicación seleccionada del mismo actor social se indica: (…)
entonces a qué horas se van aburrir, no les doy tiempo de que se aburran (P3-LM). (…) es
mucho mejor manejar ejercicios de tiempos cortos que alargar tanto los ejercicios o los
tiempos de alguna actividad para evitar que el estudiante se desmotive, se desinterese por
el tema (DP2 LM) (Ibid, p.34). No les doy tiempo para que se aburran: D2.
Como se aprecia, el código primario fue no les doy tiempo para que se aburran (código
natural), pero también podría ser “el maestro busca actividades para que el estudiante no se
aburra”. Si se analizan las dos posibilidades, se encuentra que sintetizan lo mismo: en la
segunda solo se generaliza.
En otro lugar de análisis aparecen las siguientes unidades de comunicación: Cuando llegué
al Colegio los maestros siempre utilizaban clases expositivas, copiando siempre en el
tablero y de vez en cuando preguntando a los estudiantes; muchos se duermen en las clases
y otros se ponen a chatear por el celular, entonces el maestro los regaña o les decomisa el
44
El código corresponde al ser de la realidad (D) y el número a la secuencia del código.
celular45. En coherencia con el micro análisis del ser/hacer, el código natural podría ser:
“cuando llegué al Colegio los maestros siempre utilizaban clases expositivas”, el código
compuesto podría ser: “los maestros utilizan formas convencionales de enseñar”.
Este primer momento del microanálisis tanto del ser/hacer como del decir/representar, debe
llevar a la consolidación de un esquema, desde los códigos primarios definidos, que
muestre en una primera versión de la realidad, cómo es y cómo se es y actúa en ella (una
pre-configuración de la realidad).
En otra unidad de comunicación del trabajo referenciado se dice Para controlar los
alumnos en la clase he utilizado muchísimas herramientas, una ellas es el pito, es el que
más me funciona, he decomisado también celulares; es una forma efectiva de controlar
(P3LM).
En este relato el maestro describe su ser en la Escuela dejando claro un código natural
“Para controlar los alumnos en la clase he utilizado muchísimas herramientas”. Pero este
relato se podría sintetizar también en el siguiente código: El maestro utiliza diferentes
herramientas para controlar a los estudiantes.
Una vez definidos en la unidad de análisis los códigos simples, es importante abstraerlos
del texto general y situarlos en un cuadro que permita al investigador visualizarlos en su
totalidad, lo cual facilitará los análisis que se deben realizar en el proceso posterior. Si el
procesamiento se realiza utilizando el Atlas ti como herramienta, se sacan los códigos con
su respectiva numeración.
En un esquema básico que representa las acciones e interacciones vistas en estas unidades
de comunicación tomadas como ejemplo se podría presentar el siguiente esquema desde los
códigos naturales.
Tabla 4.
Códigos primarios sobre el ser del maestro en formación46
45
Diario de campo de un estudiante de pregrado en ejercicios previos al trabajo de investigación sobre
imaginarios de educabilidad.
46
En este caso, y para facilitar la ilustración, se presenta el procesamiento de forma manual, pero lo
aconsejable es que se realice acudiendo a un procesador como Atlas Ti, en cuyo caso estas gráficas se
muestran como redes semánticas.
47
Los códigos aquí utilizados son re-compuestos para efectos del texto y representan en su orden: D, la
dimensión del ser de la realidad, el número es la serie que identifica la unidad de comunicación seleccionada,
la letra en minúscula el actor social (maestro-m, investigador- i), y el número corresponde a la referencia del
actor (esta referencia corresponde a un nombre que en este caso se omite).
rápidamente, buscando que no sean lineales, entonces ellos se están moviendo todo
el tiempo y cuando menos piensa se ha acabado la clase”
“(…) entonces a qué horas se van aburrir, no les doy tiempo de que se aburran” No les doy tiempo
“(…) es mucho mejor manejar ejercicios de tiempos cortos que alargar tanto los para que se aburran:
ejercicios o los tiempos de alguna actividad para evitar que el estudiante se D2m1
desmotive, se desinterese por el tema”
“Cuando llegué al Colegio los maestros siempre utilizaban clases expositivas, Cuando llegué al
copiando siempre en el tablero y de vez en cuando preguntando a los estudiantes; colegio los maestros
muchos se duermen en las clases y otros se ponen a chatear por el celular, entonces siempre utilizaban
el maestro los regaña o les decomisa el celular” clases expositivas:
D3i1
“Para controlar los alumnos en la clase he utilizado muchísimas herramientas, una Para controlar los
ellas es el pito, es el que más me funciona, he decomisado también celulares, es una alumnos en la clase he
forma efectiva de controlar” utilizado muchísimas
herramientas: D4m2
Pienso en todo el objeto a la vez, con cada uno de sus componentes (…) Estoy en el centro
de mi idea, la aprehendo por entero de una vez, no tengo que restablecer apariencias, no
tengo que hacer aprendizajes. Estoy en el centro del objeto, todo depende de mí, por tanto
el progreso sobre el objeto es infinito (...). Esto es pensamiento, y aquello percepción, por
eso nunca podremos percibir un pensamiento ni pensar una percepción. (Sartre, 1964,
pp.18-19)
No se trata entonces de definir aún las categorías como lo propondrían Strauss y Corbin
(2002), pues esto implica un proceso máximo de abstracción del concepto. Como estamos
apenas en el proceso de aproximación a esa realidad fenomenológica de la práctica social,
sería del todo irresponsable generar deducciones o abstracciones conceptuales con tan poca
información procesada. Sería caer en la trampa de la intuición pre-conceptual que nos
fuerza a agrupar en conceptos abstractos las prácticas sociales. Es común en un
investigador con perspectiva deductivista estar generalizando cualquier cosa que evidencie
en las realidades sociales: ahh, esto hace parte de la evaluación, o esto se refiere a la
violencia en la Escuela, esto tiene que ver con la metodología…, son expresiones intuitivas
derivadas de los pre-juicios teóricos que los investigadores tenemos antes de abordar un
proceso de investigación.
Siendo coherentes, en los estudios emergentes, como la investigación situada, para evitar
las especulaciones abstractas, se debe atender a la epojé derivada de la fenomenología, esto
es, utilizar un método de procesamiento que permita suspender el juicio frente al fenómeno.
Es asumir la actitud fenomenológica a que se refiere Husserl frente a los fenómenos
sociales, que se trata de poner entre paréntesis una actitud de duda frente a lo dado por
hecho (Van Manen, 2016, p.257).
Como se dijo, no se desconoce que la codificación axial es un momento fuerte del análisis
que implica profundidad en la interpretación, pero esto no puede alejar el código definido
de los contextos de aparición, desarrollo y justificación, o sea de los escenarios donde ellos
se generan y de los sentimientos generados en torno a ellos. Por tanto siempre deben estar
soportados en los relatos sobre la realidad y sus sentidos, constituyéndolos en la síntesis de
la evidencia que remite directamente a esa práctica social que se está investigando.
El paso a paso
Como se ejemplificó en el cuadro sobre códigos primarios, procesadas todas las unidades
de análisis que configuran el primer momento, es posible realizar los agrupamientos de
códigos. Esto puede lograrse mediante un listado o un cuadro que permita la visualización
general donde aparezcan todos los códigos primarios encontrados48. Este procesamiento
puede hacerse de forma independiente por unidades de análisis, si ellas permiten establecer
comparaciones o triangulaciones. Por ejemplo, si en el momento de aproximación
considera el investigador que debe tener información sobre el ser del fenómeno desde
diferentes actores según su estatus en la institución educativa, es importante procesar cada
unidad de análisis de forma independiente, para generar luego algunas comparaciones entre
el ser/hacer de estos actores sociales. Pero puede darse el caso de aproximación a la
realidad desde un solo actor social o desde la aplicación de un solo instrumento. Siguiendo
el ejemplo ya reseñado se obtiene lo siguiente.
Lo que sique es buscar los códigos que se puedan articular entre sí, para lo cual se aconseja
tomar código por código e ir confrontando con cada uno de los otros códigos que aparecen
en la lista. Los códigos que se relacionan con el axial definido, aparecerán articulados a este
con la numeración que los identifica o con su nombre. En este caso, en el que solo hay 4
códigos el ejercicio es muy sencillo. Pero hay mayor dificultad cuando la lista de códigos
en mayor. Para nombrar el código seleccionado se pueden realizar cambios menores al
código natural.
Comparados los códigos tomados como ejemplo, los axiales que surgen serían:
Axial 1. “El maestro busca ser muy dinámico” (2,3). Este código aparece relacionado con
el código 2 y 3 pues los tres se refieren a lo que el maestro hace en la Escuela para enseñar
a sus alumnos.
Nota49. Sin embargo, si se analiza la unidad de comunicación 3, este código podría ser un
detonante para que el maestro realice las actividades dinámicas con sus estudiantes, por
tanto, cobraría relevancia en términos de su nivel en el esquema. En el relato el actor está
48
En el caso de procesamientos desde el Atlas ti, el procesador genera estas agrupaciones.
49
Las notas de campo son de enorme ayuda para comprender lo que pasa en los escenarios educativos. Por
eso, siempre que exista esa posibilidad es importante en medio del procesamiento irlas realizando para
facilitar la interpretación posterior.
refiriéndose al ser hegemónico y su práctica social, es una especie de crítica frente a estas
formas de proceder en los procesos educativos.
Axial 2. “Para controlar los alumnos el maestro utiliza diversas herramientas”. Este es un
código que al referirse a lo que el maestro hace para mejorar esas prácticas configura una
nueva idea, por tanto no haría parte del primer gran código axial y pasaría a constituirse en
otro código axial.
Nota. Es coherente este relato con la forma como el maestro enfrente la clase para que no se
aburran los estudiantes, pues busca muchas herramientas, pero en este caso las herramientas
siguen siendo para controlar como se hace en los procesos hegemónicos.
Visibilidad de los códigos. Como se dijo, este procesamiento puede hacerse visible
también mediante un cuadro que muestre claramente estas agrupaciones, en todos los casos
es importante que se vayan realizando notas de campo sobre las comprensiones que se van
logrando.
Tabla 5.
Códigos
Códigos primarios Códigos axiales
Esquema de pre-configuración
Definidos los códigos axiales es necesario dotarlos de una jerarquía en términos de su
importancia y de las relaciones que se logren en esta primera aproximación. Se trata de
ubicar estos códigos en un esquema que represente esa primera mirada sobre el ser de la
realidad que represente eso que hemos comprendido en la primera aproximación en
términos del cómo es y se es en la realidad estudiada, esto para poder situar el escenario de
realización.
Se asume un escenario de realización como el contexto que convoca las prácticas sociales
desde el ser/hacer de la Escuela. Es la síntesis representativa de lo que la práctica social
estudia, lo cual lleva a considerar que ese escenario implica una primera comprensión de
dicha realidad. Es lo que se ha comprendido en la primera entrada sobre cómo es la realidad
que se va a estudiar vista desde las prácticas sociales que se dan en ese contexto. De hecho,
el ser de esta realidad no puede ser sin el hacer de los actores sociales, por tanto el ser/hacer
es un conjunto de situaciones que se evidencian en las realidades.
Hay que aclarar que esta evidencia no es meramente empírica y por tanto no es inductiva,
pues en ella está el sujeto de realización con toda su naturaleza humana y social (bien sea
como actor directo o como investigador), por tanto, antes que un proceso de inducción, lo
que se hace es un proceso de introspección de la realidad, desde la realidad misma (Padrón,
1998).
El esquema entonces debe dar razón de cómo es esa realidad que se vive en la escuela al
tomar en consideración ese fragmento que se quiere analizar. Es necesario recordar que el
ser del fenómeno que se vaya a estudiar implica considerarlo en lo que fue y en lo que está
siendo. Posiblemente en esto que está siendo se estén generando algunas trasformaciones,
lo cual es importante considerar para ser analizado al fijar la atención en la función
pragmática del discurso que tendrá objeto en el momento de saturación profunda.
Sin embargo, estos procesos aparecen acompañados de otros recursos que no están
diseñados solo para el propósito de facilitar el mensaje dado al estudiante o la mera
adquisición del conocimiento, sino que el maestro los ha definido con un propósito
adicional de motivar, controlar, llamar la atención o llamar al orden a sus estudiantes. El
uso de recursos como el pito, y el decomiso de algunos artefactos que alteran el normal
funcionamiento de la clase, es indefectiblemente una herramienta de control y expresa el
poder sobre el alumno. Posiblemente, la generación de múltiples herramientas para hacer
amena la clase tenga como ethos de fondo ese deseo o necesidad de controlar. Por eso, y
recordando el propósito del estudio, que es analizar los imaginarios de educabilidad que
configuran los maestros en formación, lo que el maestro busca con la generación de esas
alternativas didácticas está motivado por el propósito de generar mecanismos de control,
controlarlos para que estén atentos, controlarlos para que hagan lo que él les propone,
controlarlos para que estén quietos o calmados.
Es evidente que se muestran en este esquema dos focos fundamentales a saturar: el primero
relacionado con las dinámicas que genera el maestro en sus clases y el segundo con el
control posible que estas dinámicas ejercen sobre el estudiante. Los otros códigos son
subsidiarios de estos dos códigos axiales.
Esta primera comprensión lleva a preguntarme como investigador: ¿qué peso tiene esta
práctica pedagógica en el grupo de maestros en formación tomados como referencia?, ¿qué
tipo de recursos son utilizados en los procesos?, ¿cómo los estudiantes ven la utilización de
estos recursos?, ¿qué tanta participación reflexiva tienen los estudiantes en los recursos
utilizados por el maestro?, ¿los procesos de evaluación son elaborados de acuerdo con estas
nuevas dinámicas de enseñanza? Pero, sobre todo ¿cuál es el sentido que dan los maestros y
estudiantes a la utilización de estos recursos, y cuáles son las justificaciones en cada
proceso realizado, las razones que mueven a realizarlos y las reflexiones y proyecciones
que tanto el maestro como sus estudiantes trazarían en perspectiva de lo que podría ser, la
mejor clase?
Como se ha explicado al confrontar esta descripción con los estudios realizados y lo
establecido institucionalmente se estaría logrando la primera construcción de teoría situada
sobre el objeto discursivo que se investiga, lo cual se constituye desde ya, en un aporte
significativo para la comprensión de las dinámicas de la Escuela.
Una vez descrito el potencial escenario de realización y tomando como referencia las
preguntas ahí elaboradas, se debe generar el plan de recolección de la información profunda
que permitirá saturar los códigos axiales o focos tomados como referencia.
• ¿Qué información se requiere para saturar de la mejor manera los códigos seleccionados
como códigos foco?
• ¿Dónde se recabará para recoger esta información: si es en los actores, con qué tipo?
• ¿Cómo se recogerá esta información?, ¿qué técnicas e instrumentos se utilizarán?
• Si las técnicas o instrumentos requieren protocolos deben elaborarse en este aparte.
2.2.1 Cómo realizar el procesamiento y análisis emergente para saturar los códigos
axiales
Efectivamente, en el momento de aproximación, y desde la codificación simple y axial, se
ha generado una descripción de los códigos axiales o códigos foco, que representan el
ser/hacer de la realidad a estudiar en la Escuela. Si la información recolectada en el primer
momento se hizo acudiendo a la función referencial (que es lo recomendado, en tanto da
razón del ser de la realidad), en este momento la información recolectada estará orientada a
saturar las otras funciones del discurso (función expresiva y pragmática) para dar razón del
cómo los actores sociales dicen y representan la Escuela.
Pese a que esta aproximación es muy inicial y solo tiene en cuenta una dimensión de las
realidades, le da al investigador una idea para trazar las rutas a seguir en el proceso de
recolección, pero también le ofrece las pautas en el procesamiento, pues este ya no se
realiza buscando en cada párrafo códigos emergentes, sino viendo en las posibles unidades
de comunicación códigos que saturen el código axial ya definido. Puede que lo sature con
nuevas unidades de comunicación que se ubican en los códigos simples ya existentes, pero
puede que surjan nuevos códigos simples que nutren y amplían el código axial.
Como se supone, serán muchos los códigos primarios que enriquecen el código axial
definido, lo cual va generando una comprensión mayor de la dinámica del código axial. O
sea, el saturar debe mostrar la potencia del código central (en términos de su relevancia
social) y el lugar que ocupa en relación con los otros códigos, generando un esquema que
define la categoría. Es un proceso profundo de interpretación.
50
Para efectos del ejercicio se toman al azar algunas unidades de comunicación que permiten saturar los
códigos creados en el microanálisis del texto (Jaramillo-Ocampo, Murcia y Mazenett, 2014).
Tabla 7.
Ejemplo de saturación
Nuevas unidades de comunicación seleccionadas Códigos a
saturar
Bueno sí, vamos a hacer la actividad acuérdense que yo les califico, y eso es un punto positivo Las
para ustedes. Muchos: «ah listo profe». Entonces lo tomo es como una motivación, ellos dinámicas
hacen los talleres y están juiciositos porque saben que si trabajan yo les coloco un punto que genera
positivo, o si se portan mal o no hacen el taller es un punto negativo. La nota como el maestro
motivación (P5-6F-EX)51 en sus
clases
Yo creo que la nota es un mecanismo de control. Sí, es un mecanismo de control para que
ellos hagan algo, o sea, sin eso yo no sé qué estrategia utilizar para motivarlos a que hagan
algo, pues no harían nada porque no tiene nota. La nota es un mecanismo de control (P3-28ª-
EX)52.
El control
Pues al principio pensé llevármeles los celulares, pero solo les recomendaba que los del maestro
guardaran pero nada. Yo dije, ¡cual pesar!, entonces el titular me dijo que se los decomisara sobre el
y para recuperarlos deberían llamar los acudientes, y de una. El decomiso como mecanismo estudiante
de control (P3-21A-PR)53.
Muchachos les voy a explicar lo que vamos a hacer hoy: hoy voy a recoger el trabajo, por lo
tanto, el trabajo que no me aparezca tiene uno; o sea la nota mínima, yo no me voy a
desgastar gritando ni hablándole duro, así que deben colocar atención. La nota como
mencanismo de control (P3-18 A-RE)54
Como se aprecia, se ha saturado el código axial “yo intento ser muy dinámico” con un
código primario “La nota como motivación” y el código axial “Para controlar los alumnos
en la clase he utilizado muchísimas herramientas”. Pero una reiteración que llama la
atención aparece en los nuevos códigos, la nota como mecanismo de control.
Evidentemente, pese a que la búsqueda de estas unidades de comunicación tenía como base
el código axial control y motivación, sin embargo, dan razón de algo que es de gran
importancia para comprender los imaginarios sobre educabilidad que configura el maestro
en formación: la nota como mecanismo de control. La nota se muestra con fuerza en varias
de las nuevas unidades de comunicación de las seleccionadas y propone una connotación de
dominio y control. Pero ¿qué otras cosas podrían mostrar esos imaginarios sobre la nota en
la Escuela? Es importante saturarla para lograr mayor información sobre ella. ¿Cómo
funciona la nota en la Escuela (desde la función referencial)?, ¿qué significaciones existen
sobre ese funcionamiento (desde la función expresiva)?, y ¿se trasforman las formas
51
Estudiante de la Licenciatura en Filosofía y Letras de la Universidad de Caldas. Función expresiva
(Jaramillo-Ocampo, Murcia y Mazenett, 2014, p.109).
52
Estudiante de Licenciatura en Artes Escénicas. Función expresiva (Jaramillo, Murcia y Mazenett, 2014, p.
109).
53
Estudiante de Artes Escénicas Universidad de Caldas (Jaramillo-Ocampo, Murcia y Mazenett, 2014, p.94).
54
Estudiantes de la Licenciatura en Artes Escénicas de la Universidad de Caldas. Función referencial.
(Jaramillo-Ocampo, Murcia y Mazenett, 2014, p.109).
convencionales de asumir la nota en la Escuela (desde la función pragmática)? Por lo
anterior, este es un nuevo código axial que debe ser saturado.
Nota. El análisis de este código nos ubica en la dimensión del significado de la nota (por lo
tanto corresponde a la función expresiva del lenguaje) que pese a estar relacionada con el
código axial 2, o sea “Para controlar los estudiantes en la clase el profesor utiliza diversas
herramientas” pero a la vez permite saturar el nuevo código axial: la nota como mecanismo
de control.
Otra unidad de comunicación seleccionada para saturar este nuevo código axial sería: Las
exposiciones y la participación son algo vital, el estar hablando constantemente, dar la
opinión, los cambios de actitud, la puntualidad, todo eso se tiene cuenta; eso sería el
proceso valorativo de los estudiantes. La nota como proceso integral (P3-22F-EX)56.
Nota: En este caso, el código seleccionado no habla de la nota como mecanismo de control,
pero sí de la nota en los procesos de clase, además muestra lo que significa para el actor
social y por tanto la ubica en la función expresiva del discurso.
En otra unidad de comunicación se muestra: Yo les digo, ¿cómo fue la clase de hoy?, y
entonces ellos me evalúan a mí (…). Es importante ver las perspectivas que tienen los
estudiantes, eso es importante. La evaluación del maestro desde los estudiantes (P1-55EF-
PR)57.
55
Estudiante del programa de Licenciatura en Tecnología e Informática de la Universidad Católica de
Manizales (Jaramillo-Ocampo, Murcia y Mazenett, 2014, p.81).
56
Programa de Filosofía Universidad de Caldas. Función expresiva (Jaramillo-Ocampo, Murcia y Mazenett,
2014, p.189).
57
Corresponde al Programa de Educación Física. Función pragmática (Jaramillo-Ocampo, Murcia y
Mazenett, 2014, p.75).
Nota. Otra unidad de comunicación que ya no expresa el sentido sino lo que se hace en una
clase, como trasformación de los procesos de evaluación, contradice la mayoría de las
referencias. Por tanto es un código altamente novedoso que se da desde la función
referencial/pragmática. Lo que está siendo como posibilidad de trasformar la práctica
social.
Por último, mostramos una unidad de comunicación que habla sobre la nota (lo que se hace
en la universidad, por tanto acude a lo referencial), comparando este proceso con el deber
ser en la Escuela (función pragmática):
(…) la Evaluación acá no es como en la Universidad que es, apruebe uno parciales y listo, lo que
interesa es si uno aprendió, porque uno muchas veces estudia para el momento, sale el parcial y
borrón y cuenta nueva, o la simple: hace el pastel. La evaluación debe interesarse por el
58
aprendizaje. (P2-18BQ-EX)
Esta saturación del código axial emergente se puede operacionalizar en la tabla siguiente.
Nota. Es evidente que en el cuadro de saturación del nuevo código se presenta una gran
tendencia de la nota como control pero aparece una nueva posibilidad de verla como
proceso, y de concebir la evaluación del maestro desde el estudiante en dos códigos
emergentes que rompen con la hegemonía de asumir la nota como mero control.
58
Estudiante de Biología y Química. Expresiva (Jaramillo-Ocampo, Murcia y Mazenett, 2014, p.139).
59
Estudiante del Programa de Tecnología e Informática de la Universidad Católica de Manizales (Jaramillo-
Ocampo, Murcia y Mazenett, 2014, p.81).
60
Programa de Filosofía y Letras Universidad de Caldas. Función expresiva (Jaramillo-Ocampo, Murcia y
Mazenett, 2014, p.189).
61
Programa de Educación Física. Función pragmática (Jaramillo-Ocampo, Murcia y Mazenett, 2014, p.175).
62
Estudiante de Biología y Química. Expresiva (Jaramillo-Ocampo, Murcia y Mazenett, 2014, p.139).
2.2.2 Síntesis de la codificación focalizada
Tabla 8.
Codificación focalizada
Haber Identificar en las Codificar las Situar cada unidad de Buscar Saturar
recogido la unidades de nuevas unidades comunicación en los códigos los
información análisis aquellas de comunicación códigos axiales, bien, axiales nuevos
definida en el unidades de tomando en para saturar códigos emergentes códigos
plan de comunicación cuenta fuente y simples ya definidos axiales
saturación referidas a los funciones del o para soportar el
códigos axiales discurso código axial con otros
tomados como códigos simples
focos emergentes
Por lo tanto no es que los códigos sean formaciones discursivas pequeñas y las categorías
formaciones más grandes, la diferencia real está en el contenido. Los primeros contienen la
realidad del texto/contexto, y las segundas manifiestan una globalización conceptual de
estas realidades, por eso son abstracciones que se pueden generalizar en otras práctica
sociales similares. Es de considerar que las categorías están compuestas por códigos de
diferentes niveles: códigos axiales y códigos simples.
En una categoría se debe reconocer la práctica social investigada como una unidad
compleja que articula las acciones e interacciones de los actores, sus significaciones sobre
estas acciones, y sus motivaciones y proyecciones como posibilidad de realización. Lo
anterior en consideración a que la separación realizada de estas dimensiones (asumidas en
esta propuesta desde las funciones básicas del discurso) en el momento de aproximación y
en el de saturación profunda, es solo una estrategia metodológica que facilita la
profundidad del estudio de cada una de ellas, pero que, finalmente, en las categorías, debe
reflejar la fuerte articulación entre lo que es y se es en la realidad, lo que se dice y siente
sobre ellas y las proyecciones y trasformaciones.
Este es otro aspecto importante de alejamiento con la teoría sustantiva planteada por
Strauss y Corbin (2002), pues no se trata, como lo proponen los autores, de entrecruzar los
niveles dimensionales, cruzando un código que califica con una categoría que abstrae, sino
que se busca que la categoría emerja de las relaciones y comprensiones que se van logrando
en el análisis constante de los códigos sobre el ser de la realidad, que al ser confrontados
con las significaciones sobre ese ser y sus proyecciones de trasformación genera una unidad
compleja y posiblemente conceptual que es la categoría. No es tampoco pasar de la
inducción a la deducción o viceversa, como lo proponen los autores, sino que la
construcción de la categoría implica un proceso de comprensión desde la compenetración
con la vida misma de los actores, expresada en sus relatos desde las funciones básicas del
discurso.
En los estudios situados o contextuados las categorías no son meras abstracciones lejanas
respecto a la realidad, ni devienen de las teorías elaboradas, sino que dependen de las
realidades mismas. Esto por cuanto se entiende que las realidades sociales, como las que se
viven en la Escuela, son comunicativas y que se configuran en la dinámica misma de las
significaciones sociales generando en ellas y desde ellas los parámetros funcionales que les
permite existir o desarrollarse. En consideración a ello, en la realidad de la Escuela se
funde, a manera de magma, lo racional, lo ensídico y lo imaginario para originar una
realidad cualquiera. Un aprendizaje, por ejemplo, no es producto solo de las
interconexiones neuronales, en este hay herencia sociohistórica, herencia genética y
potencial psicosomático que hace del proceso de aprendizaje único y particular.
Acceder a estas realidades no es posible solo desde las teorías elaboradas, o desde la
contemplación pasiva de las realidades. El re-conocimiento se hace desde la interacción
social con la realidad misma, desde la posibilidad de compenetrarse en la comprensión de
esta realidad, la cual ocurre en esa relación de intercambio mutuo con el Otro y lo otro.
Habermas (1998, 1999) lo trabajaría desde la acción comunicativa, Shotter (1993) desde las
realidades conversacionales, Moscovici (1986) desde las representaciones sociales, y
Castoriadis (1986, 1983) desde la compenetración con las significaciones sociales que se
expresan como particularidad y creación en los imaginarios radicales y se consolidan con
gran potencia social como imaginarios sociales instituidos.
La categorización emergente desvanece la relación entre el investigador y el investigado,
buscando dotarlos de estatus como actores sociales, en tanto es la relación con el
investigador la que posibilita la comprensión de sus significaciones más profundas sobre
ese ser/hacer en la realidad de la Escuela. Por eso, y en razón a lo ya expuesto se funda en
las racionalidades del discurso como opción de entendimiento del sujeto en acción. Esto es,
no se trata de ver un acto comunicativo por fuera de los actores que lo exponen y las
situaciones que lo llevan a tal exposición.
No se abstrae la categoría desde la primera impresión que nos da un código, pues ello
equivaldría a un procesamiento ingenuo y muy intuitivo. Por el contrario, las categorías
surgen de la lectura analítica y reflexiva del código axial desde muchos ángulos: desde sus
componentes, los códigos primarios (qué nos dicen estos códigos respecto de las preguntas
de investigación), y las relaciones entre los códigos axiales y las dimensiones del
decir/representar (que insinúan estas relaciones). El requisito entonces para que surja una
categoría es la saturación en profundidad, en tanto esta da muchos elementos de juicio y
desde muchas perspectivas que facilitan y permiten generar abstracciones.
Surge la categoría
Terminado el procesamiento de la información que busca saturar los códigos definidos
como axiales tanto en el microanálisis como en el macro análisis, es importante hacer
visible en un cuadro o esquema síntesis estos resultados de la saturación, no solo para
mostrar la relevancia social de cada uno sino para que el investigador pueda hacerse una
idea general de lo que configura la realidad y pueda continuar con el proceso de
interpretación profunda, visualizando en sus generalidades lo que podría ser una categoría.
Tabla 9.
Ejemplo de cuadro síntesis de la saturación profunda
Aproximación: D2m1; D1m1; D3i1. Saturación profunda: P5-6F-EX Las dinámicas que
genera el maestro en
sus clases
Aproximación: D4m2. Saturación profunda: P3-18 A-RE; P3-21A-PR; P3-28A-EX. El control del maestro
sobre el estudiante
Saturación profunda: P3-18 A-RE; P3-21A-PR; P3-28A-EX La nota como
mecanismo de
Emergentes: P2-18BQ-RE-PR; P1-55EF-PR; P3-22F-EX; P1:16TI-EX) control63
En un análisis muy superficial de la tabla 9, se aprecia que existe en los imaginarios de los
maestros una idea muy fuerte en el sentido que en los nuevos procesos pedagógicos es
necesario generar dinámicas que ayuden a mantener al estudiante motivado (que es la
trasformación), pues a la par de estas dinámicas se controla al estudiante. Muchas de estas
dinámicas tienen que ver con la nota, la cual debe ser también un mecanismo de control.
Tabla 10.
Categorías emergentes
Códigos simples Categoría
s
Códigos primarios Códigos
axiales Recursos
didácticos
Aproximación: D2m1; D1m1; D3i1. Saturación profunda: P5-6F-EX El maestro
busca ser
dinámico
63
Este código aparece en estrecha relación con el código axial. Para controlar, el maestro utiliza diversas
herramientas, donde están los códigos referidos a la evaluación en la saturación profunda ((P3-28ª-EX) (P3-18
A-RE) (P5-6F-EX)).
64
Este código aparece en estrecha relación con el código axial para controlar el maestro utiliza diversas
herramientas, donde están los códigos referidos a la evaluación en la saturación profunda ((P3-28ª-EX)64 (P3-
18 A-RE)64 (P5-6F-EX))
Capítulo 3
La presentación de los resultados
En coherencia con lo dicho, los resultados mostrarán la teoría situada que se ha logrado
configurar a partir de dos escenarios de análisis: la localización de las categorías en un
esquema de inteligibilidad y la dinámica que estas evidencian en términos de sus
desplazamientos vistos desde la lógica de las coordenadas sociales, sobre las cuales se
volverá más adelante.
Es evidente que estos dos escenarios de análisis configuran el sustrato más profundo de la
dinámica social y por tanto se consideran como un aporte real y evidente para la
comprensión de las realidades analizadas y la proyección de su posible trasformación. Por
un lado, el esquema de inteligibilidad mostrará las abstracciones logradas en el análisis
profundo de los códigos y sus relaciones, las formas como se objetiva la realidad en
categorías emergentes y ese anclaje social que estas formas de objetivación presentan en el
escenario sociocultural analizado en el marco de sus significaciones y sus formas de ser y
estar en esa realidad. Por otro lado, las coordenadas sociales mostrarán la dinámica socio-
histórica, desde los desplazamientos que sufren estas categorías al ser situadas como
coordenadas sociales65.
El esquema de inteligibilidad
Con las categorías definidas, y sus códigos saturados, es posible generar ahora un esquema
que represente las relaciones y niveles de relación entre categorías, lo cual facilitará la
generación del concepto. Esto atiende, además, a la lógica como se dinamizan las
realidades sociales, en tanto ellas no se muestran como códigos o categorías independientes
sino como matrices de sentido o esquemas de representación; esquemas que están siendo
socialmente construidos y que fungen como acuerdos sociales sobre lo que debe asumirse
como realidad, tal como lo desarrolla Pintos (2002, 2003, 2005). Mediante estos, las
65
La objetivación, el anclaje y la significación social son tres condiciones fundamentales en la representación
simbólica (Moscovici, en Jodelet 1984, y Cassirer, 1971). La importancia de las representaciones simbólicas
en la comprensión de las realidades sociales está en el hecho de que en ellas se expresan los imaginarios
sociales que son las convicciones, motivaciones y creencias fuerza que definen las realidades de las fuerzas
que establecen las dinámicas sociales. Gracias a los imaginarios, las sociedades y las instituciones como la
Escuela existen.
sociedades definen y acuerdan los límites de lo permitido y posible en (esquemas de
plausibilidad social) pero además, definen los límites de lo que puede ser comprensible para
el grupo social (esquemas de inteligibilidad social).
Imaginarios de educabilidad de
maestros en formación
La evaluación
Es en el concepto donde se muestra de forma articulada la-s categoría-s y sus códigos, tanto
articulando en los hallazgos en el ser y en el significado, como en sus relaciones y niveles
de relación. Para ello se toman en consideración los relatos más significativos, que han sido
definidos como unidades de comunicación y que dieron origen al argumento de la
interpretación que el investigador realiza sobre la realidad. En este argumento es importante
la triangulación con otros actores sociales, escenarios y estudios, para dar validez ecológica
a lo expuesto, además de la comparación con otros hallazgos y teorías, para generar el
análisis reflexivo correspondiente.
Siguiendo el desarrollo del ejercicio planteado como ejemplo el concepto podría resumirse
de la siguiente forma68.
Veamos: ¿cómo este maestro ve los recursos didácticos? Son en su esencia una apuesta
para salirle al paso a los procesos pedagógicos naturalizados y que en sus palabras,
implican orientar clases expositivas. Son apuestas para lograr en el estudiante su atención y
motivación: es mejor manejar tiempos cortos para que el estudiante se motive. Esto
demuestra una profunda convicción del maestro sobre su actividad y dinámica en clase. Si
se quiere, muestra el donarse al Otro en términos de Lévinas en un franco encuentro con la
68
Para efectos del ejercicio, solo tomaremos la emergencia de las categorías recursos didácticos y control, en
el marco de los códigos que aparecen en el esquema, entendiendo que en un ejercicio real debería saturarse
cada uno de acuerdo con las preguntas elaboradas por el investigador en la descripción de los códigos
compuestos o axiales. Solo se introducen análisis básicos para agilizar la aparición de la categoría. Es
importante considerar que el análisis realizado en el cuadro de saturación profunda es la base para la
construcción del concepto.
69
Para efectos del texto se presenta solo una síntesis de lo que podría ser el concepto desde el esquema
propuesto.
70
Para dar sustento a lo expuesto, es posible tomar relatos relevantes (unidades de comunicación) de
diferentes actores donde se exponga el control como objeto central en los recursos didácticos creados. En el
texto tomado como referencia el relato es recurso de apoyo que se omite en este ejemplo.
alteridad. Esta donación al Otro se aprecia también en su posibilidad de realización, pues
asume que en la clase ideal es fundamental el estar felices aprendiendo de todos71.
Es que los recursos didácticos son esas herramientas de apoyo para los aprendizajes. Como
lo manifiesta Abad (2012), permiten el progreso de los procedimientos metodológicos en
los que los docentes desarrollan su práctica en tanto sirven para actualizar los recursos
aportando, además, eficacia y accesibilidad, además, cumplen entre otros, con propósitos
como: que sean atractivos, que alteren el sistema de enseñanza tradicional, y que sean
novedosos.
Pese al gran papel que juegan estas herramientas en los procesos de enseñanza y
aprendizaje, la dimensión justificatoria de su utilidad expuesta por los maestros en
formación deja entrever una categoría de trasfondo: el dominio y control de los estudiantes.
Esta categoría surge como código natural con un gran peso social asociada con la
evaluación y otros recursos de que se vale el maestro para mantener el orden en su clase. En
su significación, la nota aparece de forma reiterada como mecanismo de control, a tal punto
que es naturalizada esta perspectiva en la Escuela.
Efectivamente, pese a que en las realizaciones de la práctica social los recursos son
múltiples y se muestran como medios para motivar a los estudiantes y mejorar el
aprendizaje, en las significaciones se asocia fuertemente con medios utilizados por el
maestro para mantener controlado al estudiante. El pito, la nota, el cambiar la actividad
permanentemente o el recurso dinámico de la clase son mediaciones de las cuales se vale el
maestro para controlar.
Ahí la evaluación es uno más de estos mediadores que se proyecta en los imaginarios
sociales del maestro en formación como una forma efectiva y eficaz para llevar al
estudiante a realizar la tarea, qué sería la educación sin la nota; qué motivaría a los niños
al trabajo, dice un maestro. Pese a ello, en la nota surge un pensamiento radical que se
esboza apenas en pocos relatos: la nota como proceso integral aunque controle, o la
evaluación del maestro por parte del estudiante.
Se utiliza el término coordenada para mostrar el cruce entre las dimensiones que se
pretenden comparar, las condiciones de posibilidad que generaron dicha movilidad y
algunas opciones de transformación en el marco de la lógica o la teoría de apoyo tomada
como base de análisis. Por supuesto, la coordenada permite ubicar el punto donde se sitúa
tal fenómeno definiendo la fuerza social que cada una de las dimensiones consultadas
presenta. Es el reto de organizar la información procesada e interpretada desde una
cartografía social que represente la dinámica de los territorios situados desde el imaginario
social que los hace posibles.
Por eso, la figura desde la cartografía social de Serres (2001, 2003), que imprime a la
geografía social la movilidad propia de las significaciones sociales, es la base central de
referencia de las coordenadas sociales, en tanto la incertidumbre del acuerdo social que
hace posible el ser/hacer, decir/representar, es la que delimita las líneas que les dan forma.
Justamente, la cartografía en Serres (2001, 2003) no acude a las coordenadas ya trazadas e
inmóviles de la geografía convencional, ellas deben responder a sus propias movilidades
definidas desde las acciones e interacciones de la vida social.
De hecho, se asume la perspectiva desde Serres (2001, 2003), en tanto supera la idea inicial
de cartografía social prevista por Paulston y Liebman en lo relacionado con la perspectiva
de representación psicológica individual:
La vida social siempre se configura desde ese marco de relevancias y opacidades que se
otorgan a cada una de las situaciones vividas en las prácticas sociales de la vida cotidiana.
En ella siempre asumimos el mundo de una u otra forma y esa forma implica darle
relevancia a algunos asuntos y opacar otros. Este proceso depende de las convicciones y
creencias, pues ellas nos llevan a centrar la atención en algo o alguien dejando a la vez lo
otro de la realidad por fuera de esa atención. Mientras menos importancia tenga eso que
dejamos por fuera de la perspectiva, más opaca es, y cuanto más interés tenga, se torna más
relevante. Esta perspectiva desarrollada por Juan Luis Pintos, (Pintos, 2002; Pintos y
Galindo, 2003), se constituyen en un aporte central para acceder a las dinámicas mismas de
lo social en términos de sus desplazamientos. Pese a esta consideración, lo más relevante en
lo social representa solo el imaginario instituido, entre tanto lo menos relevante muestra la
emergencia de imaginarios, bien como radical/instituyentes. En el reconocimiento que, en
estos últimos imaginarios, es donde está la potencia y la posibilidad del cambio de las
formas convencionales del ser/hacer, se asume que, pese a su opacidad, son de enorme
importancia cuando se piensa en una eventual trasformación de la Escuela.
De todas formas, la interpretación desde las coordenadas está muy relacionada con el
propósito mismo del estudio, pues si el interés está centrado en analizar lo que está siendo
la Escuela, el análisis puede estar centrado en las mayores relevancias y sus movilidades.
Pero si el centro de interés está en la posibilidad de transformación de lo que está instituido
se pondrá en las aquellas categorías o códigos que revisten poca relevancia social. Sin
embargo, un buen estudio es aquel que muestra tanto lo hegemónico como las emergencias
radicales en las formas de asumir las realidades, pues desde las condiciones que hicieron
posible lo que está siendo, será factible analizar las opciones de proyección de lo que podría
llegar a ser esa realidad.
72
La consideración se hace en tanto se asume que las representaciones pueden ser de tres tipos: racionales,
ensídicas y simbólicas o imaginarias (Castoriadis, 1996, 1998)
Para ello en los estudios situados se propone la recolección, el análisis y la interpretación
desde las funciones del discurso centrándose en el ser/hacer y el decir/representar de las
realidades, esto es, situándonos en las formas de estar en el mundo, donde no solo se actúa
sino que esas actuaciones están en relación con lo que se piensa como significación
profunda y se proyecta.
Básicamente se busca mostrar las dinámicas sociales desde los imaginarios que las
movilizan, es decir, desde imaginarios sociales que, sin lugar a dudas, dejan entrever la
fuerza de algunas representaciones sobre otras, mostrando así el poder de las formaciones
discursivas como representaciones simbólicas, pero sobre todo, el poder de las
significaciones imaginarias sociales sobre estas, como reflexión y posibilidad de
trasformación. Son en realidad cartografías sociales, que tal y como lo propone Herrera y
Flórez (2007) sitúan en un mapa las líneas de poder mostrando las relaciones que se dan en
el espacio social, esto es, las relaciones que mantienen las entidades y personas de un
mismo territorio.
Peso social
Por eso es clave que en la recolección de la información, esta descripción esté referida
desde lo que ella es como realidad hegemónica; esto es, como fuerza social imperante,
como práctica social naturalizada en la vida cotidiana, como práctica común. Pero también
que se puedan mostrar las alteraciones o trasformaciones que ese SER ha tenido. Caso de
las innovaciones educativas o de las prácticas sociales de paz alternativas, las cuales, al ser
documentadas muestran el SER de esa práctica social particular como una contra-versión
de la versión imperante en la vida cotidiana. En este caso, pese a que la función del
discurso está centrándose en la descripción de la realidad, esa realidad está siendo alterada,
se está transformando mediante una experiencia novedosa para el grupo social, por tanto, lo
que se describe es la transformación de una práctica social naturalizada y por tanto se acude
a la función pragmática del discurso.
De ahí que en algunos trabajos realizados por el grupo Mundos Simbólicos, en el horizonte
de posibilidad, la función referencial ha sido tomada como la práctica hegemónica, la
función pragmática como la transformación y la función expresiva como la reflexión dada
sobre la realidad que se describe (Jaramillo-Ocampo, Murcia y Mazenett, 2014). De
acuerdo con esta orientación se recoge la información, pues si en la función referencial se
reconoce la práctica social dominante, la información recolectada debe dar razón de dichas
prácticas dominantes. Así mismo, si en la dimensión expresiva se asume la reflexión sobre
las categorías de lo dado como práctica hegemónica, entonces la recolección debe buscar en
los actores sociales dicha reflexión, igual que sucedería con la función pragmática tomada
como transformación. En mi tesis doctoral las coordenadas sociales se utilizaron para situar
el evento en su escenario socio-histórico, por tanto las coordenadas tomaron la forma
siguiente:
Coordenada: peso social
Justamente la movilidad social de la coordenada está en el peso social que adopta cada una
de ellas, en las funciones o dimensiones tomadas como referencia para el análisis.
El esquema de situación
Para realizar el análisis con el método de coordenadas sociales, es necesario definir desde el
inicio de la investigación el interés que se tiene con relación al papel que cumplirán cada
una de las funciones básicas del discurso tomadas como eje y que guiarán el proceso de
investigación, pues como se ha dicho, fundamentados en esta orientación será posible
lograr una adecuada saturación de la información en cada una de las dimensiones. Por
ejemplo, si en la función referencial el propósito central es buscar información sobre el ser
de la práctica social hegemónica, la saturación será muy fuerte en esta dirección, o si lo
central desde la función expresiva es saber si esta práctica hegemónica se reflexiona y hacia
dónde tienden estas reflexiones, será en este sentido que se saturará la información en esta
dimensión.
Estas preguntas toman en consideración que el papel de la función referencial era describir
la práctica social hegemónica en relación con la práctica del maestro en formación;
mientras que el papel de la función expresiva era mostrar si se reflexionaba esta práctica
social hegemónica y hacia dónde se orientaban estas reflexiones; entre tanto el papel de la
pragmática era si estas prácticas se transformaban.
En cada una de estas dimensiones de análisis se ubican las coordenadas tomando como base
el esquema de inteligibilidad social del momento anterior pero centrado en los hallazgos
desde las funciones básicas del discurso tomadas en consideración. En el estudio seguido,
el estilo del esquema utilizado fue el siguiente.
73
Si bien, no es necesario que las funciones del discurso aparezcan explícitas en cada pregunta, es
indispensable que para una adecuada recolección se realicen preguntas desde cada una de las funciones, desde
el papel que ellas desempeñarán en la investigación.
74
Pese a que el ejemplo que se toma en consideración sigue las lógicas de análisis del proceso realizado por
Jaramillo-Ocampo, Murcia y Mazenett (2014), no se siguen exactamente los mapas ni los relatos planteados
por ellos, dado que se han introducido algunas modificaciones para buscar claridad en este texto.
Figura 6. Coordenada social desarrollo desde la práctica pedagógica de maestros en
formación
Fuente: Jaramillo-Ocampo, Murcia y Mazenett (2014, p.225)
En este esquema las categorías fungen como coordenadas sociales. Cada una de las líneas
de análisis (coordenadas sociales) se mueve en las tres dimensiones definidas por los
investigadores desde las funciones básicas del discurso tomadas en consideración. En la
dimensión referencial se define el ser hegemónico de la práctica pedagógica, en la
dimensión expresiva, se define la reflexión sobre ese ser, y en la pragmática se ubican las
trasformaciones generadas respecto de las prácticas hegemónicas. Estas coordenadas se
cruzan con el peso social que cada una de ellas muestra según la información recolectada.
El paso siguiente es realizar un análisis del esquema de situación, el cual se propone a nivel
general y posteriormente, se desglosa cada una de las coordenadas sociales, en relación con
las dimensiones tomadas en consideración.
Desde la lógica de los imaginarios sociales, en la medida que estas tres dimensiones
guarden proporción se puede referir a un imaginario configurado sea este instituido o
radical/instituyente (Murcia, 2011). Mientras que el peso de la práctica social de la
categoría, constituye la institucionalización del imaginario; así, un imaginario
instituido deberá tener un gran peso en la práctica social y un imaginario
radical/instituyente tendrá muy poco peso en ella. (Jaramillo-Ocampo, Murcia y
Mazenett, 2014, p.34)
Para el ejemplo se transcriben solo unos partes de la descripción realizada por los autores:
Lo que sigue, una vez descritas las tendencias generales que muestran la movilidad de las
coordenadas sociales, es aislar cada una de ellas y realizar su respectivo análisis. En este
momento del análisis es importante la relevancia social que reviste cada categoría, e incluso
cada uno de sus códigos, pues la movilidad social está definida por el nivel de relevancia y
opacidad que va logrando la categoría en cada una de las dimensiones asumidas.
Pese a que este momento del análisis está mediado por la interpretación profunda de lo
encontrado, es de gran importancia recuperar la voz del actor social, pues en su respaldo
está la posibilidad real de situar estos hallazgos en los escenarios de desarrollo y
justificación concretos, reconociendo la relevancia que los actores sociales tienen en el
proceso de validez ecológica de la investigación social. Justamente, la triangulación
(comparación constante), que es una exigencia de este tipo de investigaciones, se genera en
este momento entre la voz del actor social en sus estatus particulares (diversos actores) y en
la interpretación del investigador. Aunque es posible generar algunos apoyos en otros
resultados de investigación o en teóricos, lo central en el análisis desde las coordenadas
sociales es la situación en la realidad de la vida cotidiana. Para el caso, se tomará solo una
coordenada interpretada por los autores en referencia: Formas de control.
Figura 7. Formas de control
Pues en la clase utilizo muchas formas para mantener el muchacho motivado, atento; el
control de la tarea, o el cambio de actividad permanente, por ejemplo, al enseñar la física
lo hago desde muchas actividades de la vida donde se puede reconocer la fuerza o la
potencia, lo importante es poder controlar el proceso que uno lleva, pues así ellos
aprenden mejor (...).
Justamente, las formas de control son la segunda coordenada que se erige como de gran
significancia para los maestros en formación tomados como referencia. La dinámica
general de su movilidad la muestra fuertemente anclada en unos imaginarios instituidos
con muy pocos procesos de reflexión y algunos escenarios de trasformación de esas
prácticas hegemónicas (ibid. p.235).
(…) La mayor relevancia en esta coordenada se encuentra en la categoría “la nota” que
involucra a casi todos los relatos referidos a las formas de control. La nota es para el
maestro en formación la mejor herramienta de persuasión para que el estudiante se motive
y logre la atención que sus procesos requieren; es la medición de su comportamiento en el
aula, la medición de su aprendizaje, la medición de su reconocimiento. La nota es la forma
más efectiva del poder del cual está envestido el maestro en formación, para impugnar,
amenazar, sancionar y reconocer. (Ibid.p.236)
Desde la nota se controla la tarea para motivar: “si por ahí una tarea no me va a dar
resultado, digamos en cuanto a las notas, para que la hago […] entonces siempre me
parece muy importante motivar al estudiante para que haga las tareas: evaluándolas”
(p2-L42); “muchachos les voy a explicar lo que vamos a hacer hoy, hoy voy a recoger el
trabajo, por lo tanto el trabajo que no me aparezca, un uno y no me voy a desgastar
gritando, ni hablándoles duro, así que deben de colocar atención” (P3-A18). (Ibid. p.236)
Las preguntas surgidas desde la reflexión que los actores acumulan, aunque con poca
relevancia acerca de la tarea, el recreo, el deber ser, el papel del control y la libertad y la
misma evaluación y los pequeños pasos hacia el cambio de algunas prácticas, demuestran
el deseo de generar trasformaciones en los imaginarios de Educabilidad pero, además
reflejan las pocas herramientas ontológicas, epistemológicas y de orden metodológico que
están recibiendo en sus procesos de formación y que los ayuden a afrontar la realidad de la
escuela como un escenario multidimensional y polifónico (Murcia, 2011) que requiere una
mirada desde lo más profundo de su naturaleza sociológica. Esta perspectiva se aprecia en
las significaciones que los maestros en formación tienen respecto de la necesidad de
trasformar las prácticas pedagógicas, incluso desde la práctica dada en los procesos de
formación universitaria. (Ibid. p.238)
Como es importante dar la voz al actor social, el análisis debe seguir los relatos
sustantivos, los cuales fungen como la base de sustentación de la realidad vivida, en
consideración a lo cual la coordenada social solo es una referencia que evidencia la
movilidad de las realidades del mundo de la vida (Murcia, Jaramillo-Ocampo y
Guacaneme, 2013; Arcila, Guacaneme y Barbosa, 2013; Murcia y Jaramillo-
Ocampo, 2014).
En una investigación situada los hallazgos son apenas parte del proceso y ayudan al
investigador y las comunidades a tomar posturas frente a la situación para generar
las proyecciones de trasformación. En ese sentido, deben superar la mera
descripción de la realidad, mostrando lo que hace posible que la situación se
mantenga y lo que posibilitaría su trasformación. De ahí el papel fundamental de las
dimensiones tomadas en consideración en el horizonte de posibilidad del esquema
de situación, pues la ubicación de las coordenadas en este puede estar mostrando las
rupturas de lo hegemónico, pero también las fuerzas que comienzan a generarse en
la práctica social y sus posibles focos de insistencia para una posible trasformación.
Es entender que el vivir en el mundo de la vida nos dota de sentidos y que desde
estos sentidos actuamos, por tanto, no es el método lo importante para acceder a la
informaicíon, es, sobre todo el diseño que creamos a partir de la comprensión justa
de esa complejidad.
El mismo texto pretende ser un ejemplo de acogida de esta perspectiva, por eso, en
este no se encuentran fuertes apoyos teóricos que legitimen desde otros una
propuesta, toda vez que, al ser un producto de las prácticas sociales cotidianas en el
campo de la investigación social, es en estas mismas prácticas donde toma su asiento
de validez y legitimidad. Esta perspectiva ha sido utilizada por muchos teóricos,
quienes desde sus programas han trazado los linderos y las posibilidades de su
experiencia que finaliza con una teoría apoyada lógicamente en sus prácticas
investigativas. Como es el caso de Casatoridis quien propone en su programa
desentrañar el papel del imaginario social sobre el cual basa sus teorías. O el caso de
Boyer (2015), quien manifiesta “para ello he escrito un texto que más que utilizar las
autoras como fuentes de referencia, para construir y legitimar mi propio objeto de
estudio, se deja trasportar por la multiplicidad de voces femeninas” (p.100).
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