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NOMBRE DE LA SESIÓN:
El Perú ya no tenía escuadra. Los restos, desmedrados, de su ejército combatían entre sí,
abrumaban a la hacienda pública y a la economía privada: empobrecimiento general del país;
la fuga o la merma de capitales; la depreciación progresiva del papel moneda que las
necesidades de la defensa obligaron a emitir en abundancia; la semiparalización del comercio
exterior durante cinco años; la destrucción de los elementos de movilidad en los puertos; la
ruina dejada en la agricultura por las batallas y combates y otros acontecimientos bélicos y
también por las expediciones de Lynch. El aparato tributario íntegro tenía que ser acomodado
a una situación fiscal de imprevisto o irremediable empobrecimiento.
El Tratado de Ancón; cedía a perpetuidad la provincia más rica del Perú: Tarapacá, que
incluía la totalidad de la riqueza del salitre y parte de la del guano; y, con ello, arrebató al Perú
los medios de atender a sus acreedores extranjeros, y lo obligó a asumir, dentro de su
pobreza, la responsabilidad de una deuda enorme (la deuda externa ascendía acerca de 51
millones de libras esterlinas).
Además, el tratado cedió las provincias de Tacna y Arica por 10 años a la espera de un
Jorge Basadre lo llamo "Segundo Militarismo", pues los caudillos militares vuelven a la
escena política, (se da después de la derrota con Chile, donde los militares se apoderan del
gobierno peruano).
La nación estaba dividida, por los que seguían a Miguel Iglesias (firmo el tratado de Ancón), y
los que seguían al héroe de la resistencia, el general Andrés A. Cáceres.
Ambos se enfrascaron en una guerra civil dado que Iglesias fue aceptado por Chile como
presidente y representaba la derrota del Perú y Cáceres representaba la Resistencia Nacional
ante la derrota que decía Cáceres se pudo haber ganado la guerra y que fuera interrumpido
por la firma del tratado de Ancón por Iglesias.