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Arqueología en dos asentamientos coloniales para la pesca de perlas del siglo

XVI. Segregación como control social en Nuestra Señora Santa María de los

Remedios del Cabo de la Vela y en la Ranchería de la Laguna de San Juan.

Universidad de los Andes


Departamento de Antropología
Facultad de Ciencias Sociales

Tesis para optar por el título de Doctor en Antropología

Presentado por

María Marcela Bernal Arévalo

Director

Dr. Carl H. Langebaek R.

2018
Agradecimientos

La presente investigación fue posible gracias a la financiación del Instituto Colombiano

de Antropología e Historia y a la Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales para

realizar las dos fases de campo y los análisis de varias evidencias aquí presentadas. Asimismo

quisiera agradecer a la Universidad de los Andes y a Colciencias pues han sido estas dos

instituciones quienes en diferentes momentos me otorgaron becas para llevar adelante mis

estudios doctorales. También quisiera reconocer el apoyo de Fulbright Colombia quien me

concedió una beca como investigador visitante en East Carolina University para ampliar mi corto

conocimiento sobre arqueología marítima, así como a los profesores y estudiantes de esta

institución por brindarme otra visión de la arqueología. A mi director de disertación Carl H.

Langebaek, quien ha estado presente desde el inicio de mi carrera como arqueóloga, a él le debo

mi total gratitud por sus constantes consejos no sólo en la formulación y desarrollo de mi

investigación, sino por su presencia como mi mentor en mi vida profesional. A los profesores

Antonio Curet y Luis Gonzalo Jaramillo por sus múltiples recomendaciones y enseñanzas a lo

lago de este doctorado. A Lucero Aristizábal L. quiero expresarle mi especial agradecimiento

por estar ahí no sólo como compañera sino como amiga en cada instante de esta travesía

académica haciéndola más interesante. A Julián Gallego le estoy muy agradecida por su total

apoyo en campo y por la generación de los análisis realizados con el georradar que han resultado

en importantes aportes a esta investigación. Igualmente quiero darle gracias a Andersson

Corredor por el tiempo que se tomó para realizar los análisis de los restos de fauna que sin duda

son una evidencia importante de este estudio. A las comunidades wayuu en el Guajira,

empezando por doña Remedios Fajardo, a José Ángel y a sus hijos en el Cabo de la Vela, a la

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familia Barliza Rosado en Musishi, especialmente a Doña Clara Rosado, a su hija Doña Carmen

Barliza Rosado y a su sobrina Hilduara Barliza por permitirme realizar la etapa de campo en su

territorio. A Wielder Guerra mis más sinceros agradecimientos por la información y contactos

suministrados en la Guajira para llevar a cabo una buena fase de campo. A mi prima Zulay

quisiera no sólo darle las gracias por graficar digitalmente cada uno de los planos y fotografiar el

material que se presenta en el documento, sino por estar siempre lista para apoyarme en

diferentes momentos del doctorado. A toda mi familia y en particular a mis padres, mi hermano

Javier y mi cuñada Magdalena solo tengo sentimientos de gratitud y cariño por su incondicional

apoyo en este camino, con ellos ha sido mas fácil lograr el termino de mis estudios. Finalmente a

mis hijos Federico y Thomas y a mi esposo Hampi todo mi amor y agradecimiento por su eterna

paciencia y apoyo en el desarrollo de este gran proyecto de vida.

3
TABLA DE CONTENIDO

Introducción ................................................................................................................................. 15

Objetivos ....................................................................................................................................... 18

Marco Interpretativo alrededor del Poder y el Control Social ............................................... 19

Poder y Control Social .......................................................................................................................... 19

La Segregación como estrategia de poder y control social ................................................................ 29

Políticas Segregacionistas durante la Colonia .......................................................................... 37

Nociones generales sobre legislación segregacionista para América ................................................ 37

Políticas y prácticas segregacionistas en las Pesquerías .................................................................... 52

Historia del Asentamiento Nuestra Señora Santa María de los Remedios ............................ 61

Constitución ........................................................................................................................................... 61

Estructura Social ................................................................................................................................... 63

Arqueología en Nuestra Señora y en la Ranchería de la Laguna de San Juan ..................... 69

Reconocimiento Superficial en el Asentamiento Colonial Nuestra Señora Santa María de los

Remedios del Cabo de la Vela .............................................................................................................. 76

Corte 1 .................................................................................................................................................... 79

Corte 2 .................................................................................................................................................... 81

Corte 3 .................................................................................................................................................... 82

Corte 4 .................................................................................................................................................... 83

Corte 5 .................................................................................................................................................... 83

Reconocimiento Superficial en la Ranchería para la pesca de perlas en la Laguna de San Juan . 86

Prospección Geofísica con el uso del Georadar en Nuestra Señora Santa María de los Remedios

del Cabo de la Vela y la Ranchería La laguna de San Juan .............................................................. 89

4
Excavaciones .......................................................................................................................................... 92

Selección de las unidades de excavación en Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo

de la Vela ............................................................................................................................................ 93

Unidad de Excavación NS-1 ................................................................................................................. 95

Unidad de Excavación NS-2 ................................................................................................................. 96

Unidad de Excavación NS-3 ............................................................................................................... 100

Unidad de Excavación NS-4 ............................................................................................................... 102

Unidad de Excavación NS-5 ............................................................................................................... 105

Selección de las unidades de excavación en la Ranchería de San Juan .......................................... 108

Analizando la segregación en Nuestra Señora y en la Ranchería de la Laguna de San Juan

..................................................................................................................................................... 117

Evidencias en el área general de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la

Vela ....................................................................................................................................................... 121

Un recuento de los artefactos europeos e indígenas en Nuestra Señora ........................................... 123

La población y su distribución espacial en Nuestra Señora Santa María de los Remedios de Cabo de

la Vela ............................................................................................................................................... 135

Dieta de los pobladores de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela ...... 139

Evidencias en el área general de la Ranchería de La Laguna de San Juan ................................... 149

Un recuento de los artefactos europeos y no-europeos en el área general de la Ranchería de la

Laguna de San Juan .......................................................................................................................... 150

La población y su distribución espacial en la Ranchería de la Laguna de San Juan ................... 157

Dieta de los pobladores de la Ranchería de La Laguna de San Juan ................................................ 159

Interpretaciones sobre la Segregación en las Unidades de Excavación................................ 162

Interpretaciones sobre la segregación en las unidades de excavación en Nuestra Señora Santa

María de los Remedios del Cabo de la Vela ...................................................................................... 165

5
Interpretaciones sobre la segregación en las unidades de excavación en La Laguna de San Juan

............................................................................................................................................................... 172

Consideraciones finales ............................................................................................................. 179

Bibliografía ................................................................................................................................. 190

APENDICE 1. Clasificación y Descripción de la Fauna. Corredor, A. ................................ 196

6
INDICE DE FIGURAS

FIGURA 1. LOCALIZACIÓN DEL ÁREA DE INVESTIGACIÓN NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE

LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA. ................................................................................................. 16

FIGURA 2. ÁREA DE ESTUDIO DEL ASENTAMIENTO ESPAÑOL DEL SIGLO XVI NUESTRA SEÑORA

SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA. .............................................................. 77

FIGURA 3. CORTE 1, ACUMULACIÓN DE PIEDRAS. ......................................................................................... 80

FIGURA 4. CORTE 2, ACUMULACIÓN DE PIEDRAS HACIA LA ESQUINA SUROCCIDENTAL. ................ 81

FIGURA 5. CORTE 3, DETALLE DE LA HUELLA DE POSTE. ............................................................................ 82

FIGURA 6. CORTE 4, DETALLE DE LA HUELLA DE POSTE. ............................................................................ 83

FIGURA 7. CORTE 5, DE LA HUELLA DE POSTE. ............................................................................................... 84

FIGURA 8. ESTRATIGRAFÍA EL SITIO NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL

CABO DE LA VELA. ........................................................................................................................................ 85

FIGURA 9. PLANO DE LA RANCHERÍA PARA LA PESCA DE PERLAS EN LA LAGUNA DE SAN JUAN. 87

FIGURA 10. ESTRATIGRAFÍA DEL ÁREA DE ESTUDIO DE LA RANCHERÍA PARA LA PESCA DE

PERLAS EN LA LAGUNA DE SAN JUAN. ................................................................................................... 88

FIGURA 11. MAPA DE ANOMALÍAS NIVEL 0-30 CM DEL ÁREA DEL YACIMIENTO DE NUESTRA

SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA. ............................................. 90

FIGURA 12. MAPA DE ANOMALÍAS NIVEL 0-30 CM DEL ÁREA DE LA RANCHERÍA PARA LA PESCA

DE PERLAS DE LA LAGUNA DE SAN JUAN. ............................................................................................. 91

FIGURA 13. LOCALIZACIÓN DE LAS UNIDADES DE EXCAVACIÓN EN NUESTRA SEÑORA SANTA

MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA. ............................................................................ 94

FIGURA 14. RASGOS UNIDAD DE EXCAVACIÓN NS-1. ................................................................................... 96

FIGURA 15. RASGOS UNIDAD DE EXCAVACIÓN NS-2. (LÍNEAS INTERMITENTES POSIBLE PATRÓN

DE LA ORIENTACIÓN DE LAS HUELLAS). ................................................................................................ 97

FIGURA 16. DISTRIBUCIÓN DE LAS HUELLAS DE POSTE EN LA EXCAVACIÓN NS-2 Y DE LAS

ANOMALÍAS REGISTRADAS POR EL GEORADAR EN LA CUADRICULA 16. .................................... 99

FIGURA 17. RASGOS UNIDAD DE EXCAVACIÓN NS-3. ................................................................................. 100

7
FIGURA 18. IMAGEN DEL GPR. PROYECCIÓN ACUMULACIÓN DE PIEDRAS SEÑALANDO UN

CAMINO DE UNOS 30 M DE LARGO. ........................................................................................................ 101

FIGURA 19. RASGOS UNIDAD DE EXCAVACIÓN NS-4. ................................................................................. 103

FIGURA 20. RASGOS UNIDAD DE EXCAVACIÓN NS-5. ................................................................................. 106

FIGURA 21. LOCALIZACIÓN DE LAS UNIDADES DE EXCAVACIÓN EN LA RANCHERÍA PARA LA

PESCA DE PERLAS DE LA LAGUNA DE SAN JUAN. ............................................................................. 108

FIGURA 22. UNIDAD DE EXCAVACIÓN SJ-1. ................................................................................................... 110

FIGURA 23. UNIDAD DE EXCAVACIÓN SJ-2. ................................................................................................... 111

FIGURA 24. RASGOS UNIDAD DE EXCAVACIÓN SJ-3.................................................................................... 113

FIGURA 25. RASGOS UNIDAD DE EXCAVACIÓN SJ-4.................................................................................... 115

FIGURA 26. RASGOS UNIDAD DE EXCAVACIÓN SJ-5.................................................................................... 116

FIGURA 27. DISTRIBUCIÓN DE LOS SECTORES EUROPEOS DELIMITADOS POR UNA LÍNEA MORADA

Y NO-EUROPEO (INDÍGENAS Y ESCLAVOS AFRICANOS) DELIMITADO POR UNA LÍNEA

AMARILLA EN EL PLANO DE LAS CUADRÍCULAS DEL SITIO DE ESTUDIO. ................................ 122

FIGURA 28. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO A LA CERÁMICA NO-

EUROPEA BURDA (IZQUIERDA) Y FINA (DERECHA) EN CADA SECTOR. ....................................... 128

FIGURA 29. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO A LA CERÁMICA

EUROPEA DE SERVICIO (IZQUIERDA) Y DE ALMACENAMIENTO (DERECHA) EN CADA

SECTOR. .......................................................................................................................................................... 129

FIGURA 30. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO AL MATERIAL

EUROPEO DE VIDRIO EN CADA SECTOR. .............................................................................................. 133

FIGURA 31. DISTRIBUCIÓN DEL MATERIAL INDÍGENA EN EL ÁREA DE ESTUDIO. ............................. 137

FIGURA 32. DISTRIBUCIÓN DE LA FRECUENCIA DEL MATERIAL EUROPEO EN EL ÁREA DE

ESTUDIO. ........................................................................................................................................................ 138

FIGURA 33. DISTRIBUCIÓN DE LAS DENSIDADES DE RESTOS DE FAUNA MARINA EN EL ÁREA

GENERAL NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA. .... 146

FIGURA 34. DISTRIBUCIÓN DE LAS DENSIDADES DE RESTOS DE FAUNA TERRESTRE EN EL ÁREA

GENERAL NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA. .... 147

8
FIGURA 35. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO A LA CERÁMICA NO-

EUROPEA BURDA (IZQUIERDA) Y FINA (DERECHA) EN LAS CUADRICULAS NO-EUROPEAS Y

EUROPEAS. ..................................................................................................................................................... 153

FIGURA 36. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO A LA CERÁMICA

EUROPEA DE SERVICIO (IZQUIERDA) Y DE ALMACENAMIENTO (DERECHA) EN LAS

CUADRICULAS NO-EUROPEAS Y EUROPEAS. ...................................................................................... 154

FIGURA 37. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO AL MATERIAL

EUROPEO DE VIDRIO EN LAS CUADRICULAS NO-EUROPEAS Y EUROPEAS. ............................... 155

FIGURA 38. DISTRIBUCIÓN DE LA FRECUENCIA DEL MATERIAL EUROPEO EN LA LAGUNA DE SAN

JUAN. ............................................................................................................................................................... 157

FIGURA 39. DISTRIBUCIÓN DE LA FRECUENCIA DEL MATERIAL NO-EUROPEO EN LA LAGUNA DE

SAN JUAN. ...................................................................................................................................................... 158

FIGURA 40. DISTRIBUCIÓN DE LAS DENSIDADES DE RESTOS DE FAUNA MARINA EN EL ÁREA

GENERAL DE LA RANCHERÍA DE LA LAGUNA DE SAN JUAN. ........................................................ 161

FIGURA 41. DISTRIBUCIÓN DE LAS DENSIDADES DE RESTOS DE FAUNA TERRESTRE EN EL ÁREA

GENERAL DE LA RANCHERÍA DE LA LAGUNA DE SAN JUAN. ........................................................ 162

FIGURA 42. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO A LA CERÁMICA NO-

EUROPEA BURDA (IZQUIERDA) Y FINA (DERECHA) EN CADA UNIDAD (EXCAVACIONES

AGRUPADAS) EN NUESTRA SEÑORA. ..................................................................................................... 167

FIGURA 43. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO A LA CERÁMICA

EUROPEA DE SERVICIO (IZQUIERDA) Y DE ALMACENAMIENTO (DERECHA) EN CADA UNIDAD

(EXCAVACIONES AGRUPADAS) EN NUESTRA SEÑORA. ................................................................... 168

FIGURA 44. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO A LA FAUNA MARINA

EN CADA UNIDAD (EXCAVACIONES AGRUPADAS) EN NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE

LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA. ............................................................................................... 169

FIGURA 45. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO A LOS LÍTICOS POR

UNIDADES (EXCAVACIONES AGRUPADAS) EN NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS

REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA. ........................................................................................................ 171

9
FIGURA 46. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO A LA CERÁMICA NO-

EUROPEA BURDA (IZQUIERDA) Y FINA (DERECHA) EN CADA UNIDAD DE EXCAVACIÓN EN LA

LAGUNA DE SAN JUAN. .............................................................................................................................. 173

FIGURA 47. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO A LA CERÁMICA

EUROPEA DE SERVICIO (IZQUIERDA) Y DE ALMACENAMIENTO (DERECHA) EN CADA UNIDAD

DE EXCAVACIÓN EN LA LAGUNA DE SAN JUAN. ............................................................................... 174

FIGURA 48. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO A LA FAUNA MARINA

(IZQUIERDA) Y A LA FAUNA TERRESTRE (DERECHA) EN CADA UNIDAD DE EXCAVACIÓN EN

LA LAGUNA DE SAN JUAN. ....................................................................................................................... 176

FIGURA 49. PROPORCIÓN ESTIMADA Y RANGOS DE ERROR CON RESPECTO AL MATERIAL

EUROPEO DE VIDRIO EN CADA UNIDAD DE EXCAVACIÓN EN LA LAGUNA DE SAN JUAN. ... 178

10
INDICE DE FOTOGRAFÍAS

FOTOGRAFÍA 1. CARACTERÍSTICAS DEL TERRENO DEL ÁREA DE ESTUDIO. ......................................... 70

FOTOGRAFÍA 2 Y FOTOGRAFÍA 3. ÁREA CON CONCENTRACIÓN DE FRAGMENTOS CERÁMICOS

COLONIALES Y LOCALES Y DETALLE DE LA CERÁMICA COLONIAL. ............................................ 72

FOTOGRAFÍA 4. CUADRICULA DE 10 X 10 M..................................................................................................... 76

FOTOGRAFÍA 5. PANORÁMICA DE LA RANCHERÍA PARA LA PESCA DE PERLAS EN LA LAGUNA DE

SAN JUAN. ........................................................................................................................................................ 86

FOTOGRAFÍA 6. CERÁMICA INDÍGENA FINA (PORTACELLI LISA)............................................................ 124

FOTOGRAFÍA 7. CERÁMICA INDÍGENA BURDA (PORTACELLI TOSCA) ................................................... 124

FOTOGRAFÍA 8. CERÁMICA EUROPEA DE SERVICIO (LOZA DELGADA SIN ESMALTAR)................... 125

FOTOGRAFÍA 9. CERÁMICA EUROPEA DE SERVICIO (STONEWARE). ...................................................... 125

FOTOGRAFÍA 10. MATERIAL EN VIDRIO (FRAGMENTOS BOTELLA VERDE) ......................................... 132

FOTOGRAFÍA 11. MATERIAL EN METAL (ESCUDO). ..................................................................................... 134

FOTOGRAFÍA 12. MATERIAL EN METAL (CLAVOS Y ANZUELO) .............................................................. 151

FOTOGRAFÍA 13. ELEMENTOS DIAGNÓSTICOS, FAMILIA CERVIDAE ..................................................... 197

FOTOGRAFÍA 14. SECCIONES DE INCISIVOS, ORDEN RODENTIA ............................................................. 198

FOTOGRAFÍA 15. CABEZA DISECADA, SUPERORDEN SELACHIMORPHA ............................................... 200

FOTOGRAFÍA 16. CONCHA CORRESPONDIENTE, GENERO ANADARA .................................................... 202

FOTOGRAFÍA 17. CONCHA CORRESPONDIENTE A GÉNERO CHAMA ....................................................... 204

FOTOGRAFÍA 18. CONCHA CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE CRASSOSTREA RHIZOPHORAE ...... 205

FOTOGRAFÍA 19. CONCHA CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE PECTEN ZICZAC ................................. 207

FOTOGRAFÍA 20. CONCHA CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE ACMAEA POSTULATA ...................... 209

FOTOGRAFÍA 21. CONCHA CORRESPONDIENTE AL GÉNERO BULIMULUS ............................................ 210

FOTOGRAFÍA 22. CONCHA CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE COLUMBELLA MERCATORI ............ 211

FOTOGRAFÍA 23. CONCHA CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE FISSURELLA BARBADENSIS ........... 213

FOTOGRAFÍA 24. CONCHA CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE HEMITOMA OCTORADIATA ............ 213

FOTOGRAFÍA 25. CONCHA CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE NERITA FULGURANS ........................ 215

FOTOGRAFÍA 26. CONCHA CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE NERITA VERSICOLOR ....................... 216

11
FOTOGRAFÍA 27. CONCHA CORRESPONDIENTE AL GÉNERO ORTHALICUS .......................................... 217

FOTOGRAFÍA 28. CONCHA CORRESPONDIENTE AL GÉNERO PHYLLONOTUS ...................................... 217

FOTOGRAFÍA 29. CONCHA CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE PRUNUM GATTATUM ....................... 218

FOTOGRAFÍA 30. CONCHA CORRESPONDIENTE AL GÉNERO SCONCIA.................................................. 219

FOTOGRAFÍA 31. SECCIÓN DE CONCHA CORRESPONDIENTE AL GÉNERO STROMBUS ..................... 220

FOTOGRAFÍA 32. CONCHA CORRESPONDIENTE AL GÉNERO SUCCINEA ............................................... 220

FOTOGRAFÍA 33. CONCHA CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE TECTARIUS MURICATUS ................. 221

FOTOGRAFÍA 34. CONCHA CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE TEGULA FASCIATA ........................... 222

FOTOGRAFÍA 35. CONCHA CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE TEGULA LIVIDOMACULATA .......... 222

FOTOGRAFÍA 36. CONCHA CORRESPONDIENTE AL GÉNERO VASUM ..................................................... 223

FOTOGRAFÍA 37. CONCHA CORRESPONDIENTE AL GÉNERO VOLUTA ................................................... 224

FOTOGRAFÍA 38. ESPÉCIMEN CORRESPONDIENTE A LA ESPECIE DENDROPOMA ANNULATUS ..... 225

FOTOGRAFÍA 39. VALVAS CORRESPONDIENTES A LA CLASE POLYPLACOPHORA ............................ 225

12
INDICE DE TABLAS

TABLA 1. COMPOSICIÓN APROXIMADA DE LOS HABITANTES DE LAS PESQUERÍAS DE PERLAS DEL

CABO DE LA VELA ENTRE 1540 Y 1570 (VÁSQUEZ Y CORREA, 1989: 44). ........................................ 65

TABLA 2. DIMENSIONES DE LAS HUELLAS DE POSTE EN NS-2. .................................................................. 98

TABLA 3. DIMENSIONES DE LAS HUELLAS DE POSTE EN NS-4. ................................................................ 104

TABLA 4. DIMENSIONES DE LAS HUELLAS DE POSTE EN NS-4. ................................................................ 108

TABLA 5. DIMENSIONES DE LA HUELLA DE POSTE EN SJ-2. ...................................................................... 112

TABLA 6. DIMENSIONES DE LAS HUELLAS DE POSTE EN SJ-5. ................................................................. 117

TABLA 7. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DEL TOTAL DEL MATERIAL CERÁMICO Y VIDRIO

ANALIZADO EN NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA.

.......................................................................................................................................................................... 126

TABLA 8. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DEL MATERIAL CERÁMICO Y VIDRIO POR SECTORES

EN NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA. ................. 127

TABLA 9. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DEL MATERIAL EN METAL POR SECTORES EN

NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA......................... 134

TABLA 10. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DE LOS TAXONES IDENTIFICADOS A PARTIR DE LA

MUESTRA REGISTRADA DURANTE LA RECOLECCIÓN SUPERFICIAL EN NUESTRA SEÑORA

SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA. ............................................................ 142

TABLA 11. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DE LA FAUNA MARINA Y TERRESTRE REGISTRADA

DURANTE LA RECOLECCIÓN SUPERFICIAL EN NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS

REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA. ........................................................................................................ 144

TABLA 12. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DE LA FAUNA MARINA Y TERRESTRE POR SECTORES

EUROPEOS Y NO EUROPEOS EN NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL

CABO DE LA VELA. ...................................................................................................................................... 146

TABLA 13. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DE LOS RESTOS DE FAUNA MARINA Y TERRESTRE

PARA CADA UNO DE LOS SECTORES EN NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS

DEL CABO DE LA VELA .............................................................................................................................. 148

13
TABLA 14. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DEL TOTAL DEL MATERIAL CERÁMICO Y VIDRIO

ANALIZADO EN NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA VELA.

.......................................................................................................................................................................... 151

TABLA 15. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DEL MATERIAL CERÁMICO Y VIDRIO POR SECTORES

EN LA RANCHERÍA DE LA LAGUNA DE SAN JUAN. ............................................................................ 152

TABLA 16. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DEL MATERIAL EN METAL POR SECTORES EN LA

LAGUNA DE SAN JUAN. .............................................................................................................................. 156

TABLA 17. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DE LOS TAXONES IDENTIFICADOS A PARTIR DE LA

MUESTRA REGISTRADA DURANTE LA RECOLECCIÓN SUPERFICIAL EN LA LAGUNA DE SAN

JUAN. ............................................................................................................................................................... 159

TABLA 18. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DE LA FAUNA MARINA Y TERRESTRE REGISTRADA

DURANTE LA RECOLECCIÓN SUPERFICIAL EN LA LAGUNA DE SAN JUAN. ............................... 160

TABLA 19. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DEL MATERIAL CERÁMICO POR UNIDADES

(EXCAVACIONES AGRUPADAS) EN NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL

CABO DE LA VELA. ...................................................................................................................................... 166

TABLA 20. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DE LA FAUNA MARINA (EXCAVACIONES

AGRUPADAS) EN NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA

VELA. ............................................................................................................................................................... 170

TABLA 21. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DE LOS LÍTICOS POR UNIDADES (EXCAVACIONES

AGRUPADAS) EN NUESTRA SEÑORA SANTA MARÍA DE LOS REMEDIOS DEL CABO DE LA

VELA. ............................................................................................................................................................... 170

TABLA 22. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DEL ARTEFACTOS POR CADA UNIDAD DE

EXCAVACIÓN EN LA LAGUNA DE SAN JUAN. ...................................................................................... 173

TABLA 23. FRECUENCIAS Y PROPORCIONES DE FAUNA MARINA Y TERRESTRE POR CADA UNIDAD

DE EXCAVACIÓN EN LA LAGUNA DE SAN JUAN. ............................................................................... 177

14
Introducción
Entre los procesos de cambio cultural y social en el curso de la expansión europea en

América se encuentran las transformaciones de las relaciones de poder que experimentaron las

diferentes sociedades europeas, americanas y africanas (Jamieson 2000; Jordan 2009; Keehnen

2012; Silliman 2005, 2005b; Stein 2005). Estas transformaciones se produjeron a ritmos y

niveles diferentes en el marco de los procesos de formación y desarrollo de las llamadas

sociedades de contacto durante el periodo colonial. Bajo estos parámetros, el presente estudio de

investigación estuvo orientado a reconstruir las dinámicas coloniales a partir de las relaciones de

poder que se dieron en contextos de la vida diaria de los integrantes de dos asentamientos

coloniales del siglo XVI: Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela y la

ranchería de la Laguna de San Juan en la Península de la Guajira en el Caribe Colombiano.

El análisis de las relaciones en sociedades de contacto no puede limitarse al concepto de

dominación y control social como un rasgo general a lo largo de todo el periodo Colonial. Dichas

relaciones pudieron haberse generado por diferentes elementos o situaciones políticas,

económicas, sociales, culturales y religiosas entre otras. En lo que respecta a este estudio, dichas

relaciones de poder se han examinado bajo un marco interpretativo que incluye las políticas y

prácticas segregacionistas que habrían hecho parte de las actividades propias a este tipo de

empresas dedicadas a la pesca de perlas que se realizaron en enclaves como el centro

administrativo Nuestra Señora de los Remedios del Cabo de la Vela y la ranchería o granjería

para la pesca de perlas de San Juan, en Manaure durante el siglo XVI. Estos dos enclaves habrían

sido importantes en el desarrollo de dicha empresa, mientras que en Nuestra Señora se llevaron a

cabo las actividades comerciales y fiscales de la granjería, en las rancherías se realizaron las

actividades propiamente extractivas (Socorro y Correa, 1989: 29).

15
Figura 1. Localización del área de investigación Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la
Vela (Adaptación mapa tomado de: http://www.colombiassh.org/site/spip.php?article47, se han insertado los
sitios del estudio).

La mayor parte de los estudios sobre las relaciones de poder en contextos coloniales se

han concentrado en variables relacionadas con la dominación como fundamento del control de

los distintos aspectos de la vida diaria en las sociedades coloniales. Se suele generalizar que las

políticas de la Corona española construyeron la vida en las colonias bajo estructuras de poder

muy estrictas desde el comienzo; no obstante, el proceso de colonización debe entenderse como

cambiante y diverso donde las relaciones de poder fueron transformándose de una etapa a otra y

de un sitio a otro, llegando a ser mas o menos acentuadas según hubiese sido el caso (Valcárcel,

2013).

16
Aun cuando la dominación se ha documentado como uno de los factores centrales al

desarrollo de cualquier asentamiento colonial, asimismo se han generado conceptos diferentes

(opresión, resistencia, negociación) que pueden modificar las consecuencias de la misma

(Silliman, 2005). La presente investigación, por lo pronto, consideró otras interpretaciones que

pudiesen ilustrar conclusiones alternativas sobre las relaciones de poder en contextos coloniales.

A partir del análisis del material hallado en el asentamiento colonial y en la ranchería se buscó

determinar si existieron conductas de marginalización (segregación), como una de las variables

del control social, entre españoles, indígenas y esclavos africanos basadas en restricciones o

limitaciones evidentes en el acceso a ciertos materiales (artefactos europeos) y a algunos

espacios dentro de la colonia.

De ahí que se tome como premisa en esta investigación que la intensidad y el resultado de

cualquiera que hubiese sido la estrategia para someter a un grupo, en este caso el

segregacionismo, sin lugar a dudas habría estado influenciado por el contexto en el que se dio

dicha disposición. Por ejemplo, las motivaciones para separar espacialmente grupos o miembros

de un grupo o limitarles el acceso a ciertos recursos como alimentos u objetos, tendrían que

haberse transformado, haciéndose mas intensas o menos importantes, según cómo las colonias se

iban estableciendo y adaptando a las diferentes condiciones sociales, políticas y económicas a

través de los años.

Por lo tanto, contrastar un asentamiento como el de Nuestra Señora y la ranchería de San

Juan en términos de relaciones de poder podría poner en evidencia la importancia de hacer

análisis comparativos que demuestren si realmente el control de las sociedades en contacto

habría estado sujeto a diferentes variables (tiempo, espacio, grupos involucrados) o si por el

contrario el efecto y la causa habrían tenido un mismo resultado debido a la imposición de

17
políticas segregacionistas. El hecho de que Nuestra Señora Santa María de los Remedios del

Cabo de la Vela hiciese parte de un sistema social regional, cuya dinámica socioeconómica

incluía a las rancherías, hace que el norte de la Península de la Guajira sea un área de estudio

apropiado para entender las dinámicas de control social que se generaron como resultado de las

interacciones y estrategias desarrolladas por y entre cada uno de los grupos (nativos, africanos y

europeos) involucrados en enclaves con funciones diferentes.

Objetivos
Con el fin de elaborar interpretaciones sobre las relaciones de poder donde no se destaque

o se tenga por sentado el control entre los españoles, indígenas y esclavos africanos se ha querido

presentar los resultados sobre los dos asentamientos de Nuestra Señora y la ranchería La Laguna

de San Juan. En ambos asentamientos se han identificado sectores que probablemente habrían

correspondido a diferentes grupos de poblaciones que han sido relacionados con el acceso que

tuvieron a cierta clase de materiales culturales, alimentos y a ciertos espacios.

Como objetivo general se buscó entender las dinámicas segregacionistas coloniales que

se generaron como resultado de las interacciones y estrategias de poder desarrolladas por y entre

cada uno de los grupos (nativos, africanos y europeos) involucrados en el poblamiento de

Nuestra Señora de los Remedios del Cabo de la Vela, en contextos específicos para cada uno de

los grupos (sectores europeos y no-europeos).

El primer objetivo específico consistió en identificar patrones en la distribución y

estructuras de espacios físicos para obtener una primera idea de las restricciones en el acceso a

diferentes áreas que los españoles, indígenas y esclavos negros tuvieron en el centro

administrativo Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo del la Vela y en la

18
Ranchería de San Juan. En concreto, se busca averiguar si se ejerció algún tipo de control social

que separara o creara divisiones socioculturales visibles sobre la distribución y la construcción

de áreas destinadas a cada uno de los grupos (europeos y no-europeos), y así poder dimensionar

el rol y la importancia social y cultural de éstas para los diferentes grupos.

Como segundo objetivo especifico, se buscó establecer sí el acceso al material cultural,

que se encontró relacionado con prácticas cotidianas, pudo depender de la disponibilidad, la

necesidad, la funcionalidad o de las políticas segregacionistas; es decir que mucho del material

(cerámica, utensilios domésticos de otro material para el hogar, herramientas europeas y no-

europeas utilizadas en diversas actividades, artefactos de ocio y arreglo personal) pudo haber

estado restringido o no a ciertos grupos de poblaciones.

Por último, se tuvo como objetivo evaluar cuáles habrían sido las prácticas alimenticias

(consecución y consumo) de cada uno de los grupos, teniendo en cuenta su posición social y

autoridad dentro de este asentamiento colonial. Esto con el fin, de saber si los alimentos también

hicieron parte de las restricciones socioculturales dentro de normas y dinámicas segregacionistas.

Marco Interpretativo alrededor del Poder y el Control Social

Poder y Control Social

Los estudios arqueológicos que se realizaron en asentamientos coloniales españoles en

América han ilustrado de manera diversa el contacto cultural y sus consecuencias (Deagan, 1995,

1996, 2004; Deagan, K. y José María Cruxent. 2002; Jamieson, 2001; Salamanca, 2009;

Singleton, 2001, Therrien, 2007) y se han concentrado tanto en contextos donde sólo se

involucra o prima uno de los grupos, como en contextos multiétnicos o multiculturales.

19
Por lo general, los trabajos se enfocaron en reconstruir cómo los indígenas respondieron

al contacto europeo y al colonialismo, y cómo los resultados de dichos encuentros influenciaron

los desarrollos culturales en los contextos postcoloniales (Lightfoot, 1995). Los trabajos en esta

línea de investigación, se han interesado en dejar claro algunos conceptos que han sido utilizados

para referirse tanto al tipo de dinámicas que ocurrieron durante el contacto entre europeos,

africanos e indígenas, enfatizando cuatro temas: la diferenciación social, las condiciones de vida,

la relaciones de poder o dominación y la formación de una identidad cultural a partir del contacto

(Bernal, 2017; Deagan, 1983, 1995; Deagan y Cruxent; 2002; Jamieson, 2001; Ewen,1991;

Singleton, 1995; Stein, 2005; Voss, 2008).

Los arqueólogos históricos, desde la década de los 80s, empezaron a interesarse en la

formulación de modelos que fueran algo mas interpretativos para aplicarlos a contextos

asociados a la interacción de los diferentes grupos étnicos y subculturas durante la colonización

europea (Groover, 2000). La explicaciones y temas de interés de la arqueología anteriores a estos

años, giraban alrededor de situaciones coloniales donde el poder o dominación europea era la

que primaba, es decir que parecía no existir alternativa a ver como el europeo llegado a América

desarticulaba la cultura nativa para imponer la propia (Deagan, 1983; McEwan y Mtchem, 1984).

Esta idea del impacto europeo sobre los pueblos americanos se dio por un proceso que algunos

investigadores han llamado aculturación. Herkovits, quien fue uno de los gestores de este

concepto junto con Redfield y Linton, señaló que éste “[…] comprende aquellos fenómenos que

resultan cuando grupos de individuos que tienen culturas diferentes entran en continuo contacto

de primera mano, con cambios subsecuentes en los patrones culturales originales de uno u otro o

en ambos grupos […]” (Redfield, Linton y Hertskovits, 1936 en Aguirre, 1970). Ahora bien,

aunque el autor dejó claro que esos cambios o fenómenos resultantes no iban necesariamente en

20
una sola dirección, es decir de una cultura dominante hacia otra subordinada, sino que podrían

haber sido ambas culturas las que sufrieron dicha aculturación, son muchos los trabajos que han

manejado el concepto de manera unidireccional, en otras palabras fueron los indígenas de

América o los esclavos africanos quienes tuvieron que cambiar su forma de vida cuando se les

impuso la forma de vida europea (Martí Carvajal, 2010). Según Therrien, “[…]por aculturación

se ha entendido el sometimiento de una cultura a otra, perdiendo con ello su autonomía y sus

formas de expresión particulares; en cuanto al mundo material, esta circunstancia se caracteriza

por la primacía de los objetos de la cultura dominante. En la transculturación, aun cuando suceda

en condiciones de sometimiento, existe el traspaso de unos rasgos o manifestaciones entre una y

otra cultura […]” (Therrien, 2007: 24).

Otra de las propuestas, que iba en la misma dirección que la aculturación, fue el modelo

de “conquest culture” y “crystallization” de Foster (1960), quien señalaba que en estas

sociedades en contacto existió una cultura donadora (europea) que transfirió su cultura a una

cultura receptora por medio de un proceso de filtración. Luego que la cultura dominante hubiese

canalizado que rasgos culturales se presentarían a la cultura subordinada, esta última habría

tenido la opción de escoger, aceptar o rechazar algunos de los elementos presentados. A pesar

que hubiese existido un asomo de algún tipo de agencia por parte del nativo, el autor es

categórico en demostrar que la cultura receptora siempre fue quien recibió y no donó (Foster,

1960).

A estas propuestas se le sumaron teorías mas globalizantes, pero igualmente

unidireccionales, como la “teoría de sistema-mundo” de Wallerstein (1979), quien intentó trazar

los orígenes del capitalismo moderno a partir del establecimiento de las relaciones coloniales,

21
donde las naciones-estado de Europa fueron vistas como los centros, mientras que las colonias

americanas se sostenían bajo una categoría de periferia. Estas dos entidades habrían sido

interdependientes, de tal forma los cambios que hubiesen sucedido en cualquiera de los dos lados

habrían influenciando el desarrollo del otro. No obstante, cualquier cambio que derivara de las

relaciones coloniales estaría determinado por el centro, lo que demostraba un total desbalance de

estas relaciones y un desarrollo desigual entre las dos (Keenhen, 2012).

Eric Wolf (1987), es uno de los primeros antropólogos que se percata que la historia de

Europa y de sus periferias como la veía Wallerstein o Frank con su “teoría del desarrollo del

subdesarrollo” y en gran parte parecida a la del primer autor, no tenía en cuenta un amplio rango

de posibilidades en cuanto a los modos de existencia de las poblaciones periféricas (nativas)

antes de la expansión y de cómo estas fueron penetradas, subordinadas y destruidas por el

creciente mercado europeo. El autor aclara la pertinencia de examinar el término periferia y así

poder delinear esas redes entrelazadas de la interacción humana a través de cada uno de los

hemisferios, donde “[…] el mundo de la humanidad constituye un total de procesos múltiples

interconectados y que los empeños por descomponer en sus partes a esta totalidad, que luego

pueden rearmarla, falsean la realidad […]” (Wolf, 1987:15). Al final, este autor, termina por

incorporar a la periferia a ese todo y no sólo como una entidad dependiente de ese centro

europeo. Definiría, entonces, a los no-europeos como parte integral del crecimiento del temprano

mercantilismo-capitalismo europeo moderno.

Es así como para contrarrestar estos postulados que se enmarcaban bajo una mirada

eurocentrista y unidireccional, algunos autores como alternativa propusieron nuevos modelos

donde el indígena y el esclavo africano en América tuvieron una mayor agencia. Con el post-

22
procesualismo esta propuesta le dio mayor énfasis a la agencia no solo del subalterno, sino de la

cultura material que incluía los paisajes y perseguía la idea de identidad (Keenhen, 2012). En

otras palabras, las forma como los diferentes grupos e individuos escogieron actuar en

circunstancias particulares les llevó a crear sus propias identidades y a generar un significado

propio al mundo social y físico alrededor suyo (Given, 2004).

Es así como, los modelos teóricos y patrones de aculturación propuestos por algunos

arqueólogos, quedaron relegados a un segundo plano. Se entendió que las relaciones de poder no

estuvieron predefinidas solo a favor del colonizador dominante sino que se le dio crédito a la

agencia local, dándole énfasis a las interacciones entre culturas (Keenhan, 2012). Es por esto que

varios investigadores decidieron integrar a los no-europeos y su agencia en los nuevos modelos

teóricos como la transculturación, criollización, hibridación, la etnogénesis o el colonialismo,

entre otros, para explicar los procesos de transformación social y cultural de todos los grupos

involucrados durante el contacto y post-contacto en la colonia (Deagan, 1996, 2004; Ewen, 2000;

Groover, 2000; Gundaker, 2000; Lightfoot, 1995; Martí, 2010; Millington, 2007; Rogers, 2006;

Silliman, 2005; Stein, 2005; Voss, 2005).

Interpretaciones como la etnogénesis o el colonialismo han sido de gran ayuda para

entender esos procesos de poder y control social. Por ejemplo, el concepto de etnogénesis que se

refiere al nacimiento de nuevas identidades culturales, permitió señalar un fenómeno histórico

que generó condiciones bajo las cuales los patrones de identificación social existentes perdieron

relevancia dando paso a nuevas identidades, ya fuese por medio del consentimiento o de la

fuerza (Voss, 2008). Para Voss, las prácticas de identificación seguían y reproducían los

23
contornos del poder en la vida social y donde además esas identidades fueron en distintos casos

impuestas, negociadas e incluso transformadas.

Para la autora, el poder y la posición, en esas sociedades coloniales, se adquirían o se

ejercían por medio de la estrategia o de la táctica. Cuando se usaba la estrategia las relaciones

involucradas eran de fuerza y solo fueron posible para los sujetos que actuaron desde un lugar de

poder. Al contrario sucedía cuando la táctica era utilizada, pues se trataba del medio con el que

se valían aquellos sujetos marginados que no tuvieron la base para establecer una estrategia y si

debían aprovechar la oportunidad del momento. En este sentido Voss (2008) conceptualizó a la

etnogénesis como una forma de resistencia de los subalternos a la opresión, donde además esas

nuevas formas de identificación étnica se usaron para afirmar el poder sobre otros y consolidar

instituciones o formas concretas de dominación.

El colonialismo ha sido otra de las interpretaciones que se ha enfocado en el proceso del

desarrollo del poder y control en las colonias. Según Dietler (2007) el colonialismo se refiere a

proyectos y prácticas de control desplegadas en las interacciones entre sociedades vinculadas con

relaciones asimétricas de poder y donde se han dado transformaciones sociales y culturales como

resultado de esas prácticas. El mismo autor subraya que al estudiar el colonialismo se debe tener

presente el amplio rango de estrategias y prácticas empleadas en el esfuerzo de ejercer control

sobre las sociedades alrededor del mundo y a través de la historia, pues de este modo se logra

reconocer la existencia de las variadas y complejas repercusiones que tuvieron esas prácticas.

Por otro lado, tanto Jordan (2009) como Reinhard (2001), se refieren al colonialismo

como un tipo de relación de dominación intercultural, en el cual unas personas controlan a otras

culturalmente diferentes, es decir que se trata de una relación asimétrica donde se obtienen

24
desigualdades económicas, políticas e ideológicas entre los dos. Según Keehnen (2012), el

colonialismo se da en aquellos lugares donde la ambición por ciertos recursos, como el oro o la

plata, lleva a la gente a expandirse geográficamente, estableciendo además de estructuras de

poder alrededor de su explotación una variedad sorprendente de tipos de colonialismo. Sin lugar

a dudas, son interpretaciones diferentes sobre un mismo concepto lo que indica que la evaluación

sobre las relaciones de poder no se puede explicar bajo una sola perspectiva.

Al respecto, Gosden (2004) señala que el colonialismo entonces podría diferenciarse en

tres clases: La primera es el colonialismo dentro de un medio o entorno culturalmente

compartido (shared cultural milieu), donde ciertos objetos de riqueza habrían reunido diferentes

personas que no se adhirieron a identidades específicas, pero que luego dieron paso a la creación

de identidades regionales que fueron algo más fijas y diferenciadas de otras: no se trata de una

colonia formal, sino más bien de algo parecido a un contacto cultural. El segundo tipo, sería lo

que Gosden llamó colonialismo de terreno neutral (middle ground), en esta instancia se supone

que hubo un movimiento de personas que terminaron en el encuentro de distintas culturas, que de

manera igualitaria trataron de llegar a un mejor entendimiento con el otro. Aquí se presume que

ambas partes gozaban de agencia, por lo que las relaciones de poder se consideran en equilibrio,

generando negociaciones y compromisos que dieron paso a formas culturales mixtas y

expresiones de hibridad. De nuevo, en este caso, cada cultura habría traído a escena sus propios

objetos como valor de intercambio, en si se trataba de valores culturales materializados. No

obstante, no siempre se trató de equilibrio y negociación en el intercambio de valores entre

culturas, también se dio el poder desigual. Es precisamente en el tercer tipo donde se propiciaron

estos casos, en el colonialismo tierra de nadie (terra nullius). En estas circunstancias, los valores

habrían sido ignorados, la negociación fue fallida y una de las partes, por lo general la población

25
local, se vio oprimida, mientras que la otra se habría convertido en la dominante. En síntesis,

como Keehnan (2012) lo resalta, el colonialismo no sólo implicó imposición y violencia, sino

también un proceso de negociación entre la forma de vida que se derivó de la lógica cultural

tanto de los locales como de los que llegaron.

Sin lugar a dudas, esta definición de colonialismo sobre el desarrollo de las relaciones

interculturales de las sociedades coloniales a partir de las dinámicas de poder, proporciona un

rango más amplio para explicar las distintas formas de interacción colonial. Se trata de

interacciones, involucrando entrecruzamientos culturales, negociaciones y formaciones de

identidades. Ya no se trata de un colonialismo donde un colonizador o nación ejerce un control

absoluto sobre un grupo de nativos y territorios, sino de un colonialismo que enfatiza las

relaciones interculturales entre las partes que intervienen en ese proceso de colonización

(Silliman, 2005). Para Keenhen (2012), es claro que en el Caribe existió una especie de middle

ground breve que luego dio paso a un terra nullius. Durante la primera etapa la interacción del

poder fue equilibrada, generándose una mezcla e hibridación de la cultura material, pero una vez

el poder de los europeos se consolidó en el Nuevo Mundo, ese equilibrio del poder cambió en

ventaja de estos últimos.

El colonialismo, como dice Silliman, funciona como un marco analítico, que tiene en

consideración diferentes agentes sociales (nativos y colonos), ajustando nuevos y compartidos

terrenos sociales concebidos en un contacto sostenido. El colonialismo, entonces, ya no da por

sentado que los aspectos del poder son propios al dominio del conquistador y del colonizador. El

colonialismo involucra relaciones institucionales y personales de poder donde existen efectos

directos sobre la población local, pero donde, igualmente, se observan las estrategias o

26
habilidades de estos últimos por sobrevivir. Es así como se reconocen los procesos culturales que

por si mismos afectan el poder; tales como la severidad de las reglas coloniales, lo

requerimientos de trabajo, la desigualdad económica y la persecución religiosa, entre otros, y al

mismo tiempo no se niega la agencia de lo local, sus intenciones, resistencias o tradiciones

(Silliman, 2005).

Es indudable que se ejerció poder y control en los espacios coloniales; sin embargo, como

se ha señalado, no es posible determinar un modelo o patrón general para precisar los rasgos

propios de las relaciones de poder en lo que respecta a los integrantes de los encuentros

coloniales (Stein, 2005). Podría sugerirse que cada caso es único a su contexto social; en algunos

eventos seguramente la dinámica de poder se inclinó más hacia la dominación y control por parte

del colonizador hacia el colonizado, mientras que en otros casos las actividades de resistencia

alcanzaron a tener una mayor presencia. No obstante, esta oposición binaria de dominación y

resistencia, no siempre se cumplió. Según otros autores, existe una tercera posibilidad, que puede

contarse como parte de esa gama de realidades coloniales, entendiéndose como resistant

accomodation, donde el agente sometido o subordinado (esclavo o nativo americano) pudo

ajustar las necesidades de sus tradiciones culturales –es decir no renunciando a muchas de ellas-

a la vez que aceptaba ciertos aspectos culturales de los colonizadores (Garman, 1998).

Probablemente, este tipo de dinámicas se dieron con diferente intensidad entre los grupos

presentes en las colonias europeas en América, y probablemente éstas se reflejaron en las

actividades cotidianas de los asentamientos y por tanto en su cultura material.

Es por esto que al estudiar las sociedades de contacto durante la época de la colonia,

existe el riesgo en aceptar las relaciones de poder desde una perspectiva unilineal, perdiendo de

vista diferentes variables que podrían reflejar la verdadera dinámica del control social en estas

27
sociedades de contacto. Es decir, que la explicación podría señalar que el poder y el control

social siempre se habría ejercido desde un sujeto opresor hacia un sujeto sometido, dando como

resultado un único patrón de comportamiento colonial, donde cada grupo estuvo sujeto a un rol

dentro de unas categorías estáticas, como colonizador-colonizado, centro-periferia, o el nativo

como agente pasivo en el desarrollo de la colonia, entre otras situaciones.

Aunque en este estudio se partió de la premisa que en los enclaves como el de Nuestra

Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela existió un alto grado de control social

suponiendo que durante la primera etapa colonial fue necesario dominar a toda costa la fuerza de

trabajo nativa con la cual no habría sido posible el desarrollo de la empresa para la pesca de

perlas y de otras empresas generales, es posible que también se habrían dado espacios o

situaciones donde las normas y prácticas expuestas durante este periodo permitieron cierto grado

de laxitud en algunas de las actividades de indígenas y esclavos africanos. Ahora bien, es posible

que a medida que el contacto y por tanto la colonización avanzaba, el estado de control y de

interacción social y cultural habría cambiado, asumiendo prácticas mas o menos dominantes

entre los grupos involucrados, y por tanto generando nuevos matices sociales. En esa medida, ya

que el presente estudio se encuentra dentro lo que se podría denominar como parte de un periodo

colonial entre temprano y medio, como se expondrá más adelante, las circunstancias del control

social no pueden equipararse a las que se habrían dado más tarde, por lo que no sería práctico

apostarle a una sola explicación sobre las dinámicas de poder y control social durante toda la

colonia.

Factores como el espacio colonizado, la función del enclave (como fuerte, centro

administrativo, puerto, empresa para la extracción o producción de productos), los grupos

28
involucrados, las normas impuestas por la Corona, entre otros, hicieron que la autoridad se

impusiera de diferentes maneras en la sociedad colonial a través del tiempo (Jordan, 2009).

Tomando en cuenta estos y otros aspectos que hicieron parte del funcionamiento colonial, se

intentó reconstruir una de las estrategias por medio de la cual se establecieron controles y

dominaciones en ambos enclaves. Es por esto que durante el curso de este estudio se buscó por

medio del segregacionismo un marco explicativo que pudiese llegar a servir como una de las

interpretaciones para entender, hasta donde fue posible, este tipo de procesos.

La Segregación como estrategia de poder y control social

El uso mas común del concepto de segregación significa separar, marginar o apartar algo

o a alguien de otras cosas o personas; no obstante, puede darse por diferentes motivos ya sean

sociales, culturales, políticos o económicos entre otros. Según Rodríguez (2001), la noción de

segregación, sin llegar a profundizar en ella, “[…] remite a la existencia de diferencias o

desigualdades dentro de un colectivo y a la separación de los sujetos en categorías que tienen

cierto grado de distinción jerárquica o valorativa […]” (p. 13). La segregación, podrá entonces

reflejarse en contextos donde se limita el acceso a recursos o existe la discriminación espacial

entre diferentes grupos sociales o culturales, lo que impide el desarrollo social de alguno de los

grupos que hacen parte de una comunidad.

Aún cuando la noción de segregación es bastante mas amplia, su conceptualización se a

generalizado de tal forma que en muchas ocasiones resulta difusa dando por sentado su

significado y por tanto delimitando su definición en distintas investigaciones que no solo tienen

que ver con sociedades pasadas. Por ejemplo, las acepciones que se hacen sobre el tema, por lo

general, se refieren a la separación residencial, racial, étnica o de clases, resaltando éstas sobre

29
otros tipos de variables segregacionistas. Al leer con detenimiento estos estudios, el alcance de

su explicación va ligado más con nociones recientes que las ciencias sociales y las humanidades

han venido investigando, sobre todo en lo que respecta a la conformación de las ciudades

modernas a partir del siglo XIX.

Los estudios sociológicos sobre separación residencial urbana con frecuencia han

utilizado este concepto de segregación con el fin de entender y determinar el orden del espacio a

partir de las relaciones desiguales entre los integrantes o grupos de diferentes ciudades (Roitman,

2003; Marcuse y van Kempen (Eds.), 2000; Martínez, 2012). Estos estudios señalaron ciertas

implicaciones que se basaron en cálculos realizados sobre las diferencias entre los distintos

grupos socioeconómicos en cuanto al acceso a recursos y oportunidades y como esto condujo a

la fragmentación de la sociedad, generando segregación residencial (Martínez, 2012). A través

de estos estudios, puede deducirse que la segregación no se da siempre como resultado del

dominio de un grupo por parte de otro, con el fin de oprimirlo y obtener beneficios, sino que se

puede generar por motivos como los religiosos o culturales, de tal forma que la separación no es

una imposición sino una elección (Kaplan y Woodhouse, 2005: 742). La segregación, según los

estudios urbanos, en el caso de Latinoamérica, se ha dado más bien porque el individuo no ha

tenido los medios económicos para acceder a ciertos recursos o espacios y por tanto su movilidad

social se ha visto limitada, creándose las llamadas clases sociales. Por el contrario, en Estados

Unidos la segregación urbana ha marginalizado y afectado a diferentes grupos de la población,

no por el status socioeconómico, sino que ha sido más bien una segregación de carácter racial

(Rodríguez, 2001).

Los anteriores son apenas algunos de los ejemplos de las clases de segregación que

pueden llegar a hallarse o se hallaron en cualquier sociedad con grupos sociales y culturales

30
diferentes. A pesar del amplio rango de patrones segregacionistas que pudiese existir, las mismas

disciplinas se han encargado muchas veces de limitar las causas posibles a esta situación. De

acuerdo a Rodríguez (2001) disciplinas como la sociología o la geografía tienen sus propias

definiciones sobre el segregacionismo. El autor menciona que “[…] en términos sociológicos,

segregación significa la ausencia de interacción entre grupos sociales […]” mientras que “[…] en

un sentido geográfico, significa desigualdad en la distribución de los grupos sociales en el

espacio físico” (Rodríguez, 2001: 11). Ahora bien, todas estas explicaciones lo que demuestran

es que la aparición de la segregación ha dependido de variables distintas y por tanto no existe un

único patrón segregacionista sino diferentes clases o pautas, donde “[…] la presencia de un tipo

de segregación no asegura la existencia del otro” (Rodríguez, 2001: 11).

Algunas explicaciones sobre segregación siguen siendo bastante sesgadas, ya que se han

relacionado exclusivamente con la idea de espacio, sin prever otro tipo de situaciones donde la

segregación se ha impuesto. Es como si al hablar de segregación el interlocutor debiera entender

que ésta implica sólo fragmentación espacial entre grupos social y culturalmente diferentes. Es

decir, que las motivaciones para introducir la segregación pueden ser múltiples pero la aplicación

de ésta parecería, según las explicaciones suministradas, estar limitada al uso del espacio,

olvidando que éste puede darse en otras extensiones de la vida cotidiana y en general de la

actividad social, como la comida, el consumo de productos, la posición social, la ocupación o las

relaciones interculturales o sociales, entre otros. El acceso o restricción a cualquiera de estas

variables dentro de un contexto de dominación social y culturalmente jerarquizado,

efectivamente puede generar segregación.

A pesar de existir diferentes dimensiones conceptuales al respecto, es posible extraer

algunos elementos comunes, como la separación, desigualdad, restricción, exclusión y

31
jerarquización, que podrían ayudar a identificar no sólo la clase sino el grado de segregación

generado en una determinada sociedad.

Es así como, en Nuestra Señora Santa María de los Remedios de Cabo de la Vela, la clase

de segregación que allí se presentó, seguramente fue diferente a la que se forjó, por ejemplo, en

el asentamiento colonial San Agustín localizado en Norteamérica (Deagan, 1983), o en cualquier

otro asentamiento colonial que se hubiese fundado en cualquier extremo de la geografía

americana. Por lo tanto, habría sido diferente para un mismo sitio que perduró durante distintos

periodos de ocupación -en este caso colonial- o para distintos asentamientos que coexistieron

dentro de un mismo periodo, lo que probablemente originó procesos de interrelación

sociocultural particulares en cada caso. El ubicar la aparición del segregacionismo dentro de un

determinado contexto histórico permitirá entender las motivaciones y respuestas hacia el mismo.

Otra de las premisas del segregacionismo, que puede llegar a presentarse con frecuencia

en distintos estudios coloniales (Rosenthal, 2013), es su relación con los prejuicios raciales. Se

ha intentado crear cierta conexión inevitable entre la idea de la no mezcla entre grupos

“racialmente” distintos y su separación dentro del espacio colonial. Según Rosenthal (2013), es

posible que la idea de segregación por motivos raciales, hubiese venido de la noción de pureza

de sangre, que se habría institucionalizado en la península ibérica para diferenciar a las personas

que hubiesen tenido alguna clase de antiguo linaje cristiano de los que habrían sido llamados

nuevos cristianos, quienes vendrían a ser los descendientes de los judíos y musulmanes, es decir

los conversos y moriscos. Para el autor, esta segregación tiene en líneas generales un carácter

religioso mas que racial; sin embargo, subraya que se conecta con ideas sobre la herencia

biológica de estos grupos (Rosenthal, 2013: 18).

32
Este principio que se produjo en la península ibérica se habría extrapolado luego hacia las

colonias españolas como complemento a las normas de convivencia entre esclavos africanos,

indígenas y europeos. Según Rosenthal (2017), esta segregación racial de los esclavos africanos

o limitación en poderes en el caso de los indígenas, se debió más por intereses políticos y

económicos:

The conquest of Amerindians' territory –precisely because it was inhabited– presented a

series of juridical problems that directly hinged upon the characterization of this group.

As historian Silvio Zavala explains "[e]l título de primera ocupación del Derecho romano

hubiera bastado a los españoles, jurídicamente, para adueñarse de las tierras de América

si éstas no hubieran estado pobladas" (Las instituciones jurídicas 44; emphasis added).

The fact that the American continent was populated made it necessary to seek legal

justification for dispossessing the indigenous of their land. Initially, the question of

dominium was solved by the first Papal bull Inter Caetera Divinai (1493)… in exchange

for their commitment to bring the Catholic faith to the inhabitants of the newly-found

territories… In a series of subsequent bulls… extended to Spain a right which had been

previously granted to Portugal by the bull Romanus Pontifex of 1455; namely, the right to

reduce to perpetual slavery all pagans encountered by the Portuguese in African

territories who were considered to be "enemies of Christ" (Rosenthal, 2013: 38-39).

Una herramienta útil que los españoles utilizaron para dominar tanto a indígenas como a

africanos, fue al parecer ubicarlos dentro una condición de inferioridad y subordinación,

justificando esta postura sobre el carácter “de no creyente” o de inocencia del individuo en

cuestión. El tratamiento del otro (indígenas y esclavos africanos) como un menor de edad o un

salvaje, le permitiría a la Corona española cumplir con su misión evangelizadora y civilizadora

33
mientras buscaba realmente justificar su empresa expansionista político-económica y por tanto

su intervención y control sobre las recién conquistadas y colonizadas tierras (Sánchez, 2002). Es

así que para lograr controlar unas tierras que ya estaban habitadas y por lo tanto ya contaban con

dueño, fue necesario desde el principio adjudicarle un lugar social a cada uno de estos grupos y a

cada uno de sus miembros con el fin de someterlos a sus propósitos colonialistas.

Cuando un imperio colonial habría intentado reorganizar la vida social de unos grupos

étnicos diferentes a los propios con el propósito de controlar lugares y situaciones necesarias

para su supervivencia, debió implementar estrategias exitosas que pudieron no sólo haber sido

múltiples sino hallarse dentro de un abanico de severidad diversa. La segregación, ciertamente,

fue una de ellas y se impuso en distintos niveles de la vida social y cultural de la colonia.

Por ejemplo, el contexto en el cual se desarrolló una colonia, es decir la función para la

cual fue fundada (religiosa, comercial, administrativa, puerto, defensa o extracción de recursos)

junto con los encuentros y relaciones dadas entre los diferentes grupos, ciertamente determinó en

gran medida el uso y distribución del espacio en ellas (Salamanca, 2009). Según Lefebvre

(1991), la construcción de pueblos, durante la conquista, colonización y pacificación, constó, en

efecto, de un plan que se gestó bajo la autoridad administrativa y política del poder urbano, lo

que habría definido tanto el modo en que el territorio se ocupó como la organización del mismo.

Este plan habría dado como resultado una organización jerárquica del espacio y la imposición de

un alto grado de segregación, que posiblemente permitió o por lo menos restringió de algún

modo la reproducción biológica, social y política de los grupos sometidos.

Asimismo las disposiciones o reglamentaciones coloniales que se implementaron para

mantener el control social sobre los distintos grupos habrían sido diferentes dependido si éstas se

ejecutaron al inicio o al final del periodo Colonial. Por tanto, así como la arqueología

34
prehispánica se ha subdividido en periodos, la arqueología histórica también ha sido diferenciada

cronológicamente en tres etapas - temprana, media y tardía – que se caracterizan por eventos

políticos y sociales particulares que conllevaron estructuras de dominación distintas. De acuerdo

a Bernal:

Esta cronología tiene relación con lo planteado hace unas décadas por Deagan (1997: 6)

cuando llamó la atención sobre la existencia de un llamado “período colonial medio” en

la América Española. Luego de una fase inicial, y por cierto corta, de “encuentro”,

vendría una que se caracterizó por la experimentación y la adaptación del diseño colonial

deseado por la corona a las realidades locales. Durante este período medio se producen

los primeros intentos de formalización de las características sociales y las economías

locales según las condiciones de cada región. Ya en los siglos XVII y XVIII vendría un

período colonial tardío en donde se darían realidades socio-culturales y económicas

distintas. (2017: 17).

Las ordenanzas y leyes que se promulgaron desde el inicio de la empresa expansionista

de la Corona española, fueron el medio a través del cual se llevó a cabo la formalización social.

Parecería que las normas se generaron en un principio por ensayo y error, afianzándose o

modificándose, según los asentamientos españoles se fueron introduciendo y constituyendo con

el paso del tiempo con más fuerza en tierras americanas. Estas normas, además de haber

regulado la actuación de quienes estaban a cargo de esta empresa en América, constituyeron la

base para el manejo de las relaciones entre los diferentes grupos socio-culturales que estuvieron

en contacto por efecto de la misma.

Las políticas segregacionistas, sobre las cuales se hará mención mas adelante, se habrían

incluido muy temprano en la vida legislativa colonial y así como ésta se fue modificando en el

35
tiempo, las pautas segregacionistas también. No obstante, parce que sobre quien o quienes se

impuso la segregación tuvo que ver en muchos casos con los intereses de la parte dominante mas

que con las políticas mismas. La separación o restricción de un miembro o de varios miembros

del grupo con el cual se identificaron social o culturalmente, pudo deberse a factores cómo el

valor o utilidad del mismo como sujeto productivo dentro de cierta actividad económica. A los

individuos sometidos o de menor status en la colonia, se les escogió entre otras razones por

características como el género, la edad, la contextura física (fuerza) o la habilidad para la

ejecución de alguna labor específica. El haber hecho parte del grupo escogido, ciertamente a este

tipo de individuos no los habrían premiado por aquellas particularidades que fueron ventajosas

para el desarrollo de la colonia, sino que habrían sido separados del propio núcleo sociocultural,

llevando a cabo una doble función: el ejercicio del control por medio de la separación y el

aprovechamiento de sus capacidades y condiciones físicas en beneficio del agente dominante.

Hasta ahora se ha visto la segregación como un organismo de separación bajo diferentes

posibles variables; sin embargo, sería interesante ampliar este panorama invirtiendo el sentido

del significado de la segregación, midiendo no el grado de separación sino de integración de los

miembros de cualquier comunidad en diversas esferas de la vida social (van Ham & Tammaru,

2016). Se trata de tomar el discurso segregacionista para determinar por un lado que tan

restringidos se hallaron los miembros de cierto grupo del resto de la sociedad, y por otro, ver si

estos grupos accedieron o participaron en algún dominio del día a día social, del que se supone

no debieron disfrutar.

Por lo tanto, limitar el estudio de la segregación a un área en concreto, como la

distribución de estos grupos dentro del espacio residencial, no reconocería realmente el grado de

interacción entre los diferentes grupos que componen una colectividad. Establecer hasta donde

36
llega la segregación, dependerá de qué tan estricta ha sido la negación o inclusión de los grupos

discriminados o dominados en diferentes niveles de la vida social, económica y política y no sólo

en el nivel más obvio de la segregación, como lo sugieren van Ham & Tammaru, “People might

lead completely segregated lives in one domain, and completely integrated lives in another.

People might share the same spaces, at the same time, but never meet or interact” (2016: 956).

Iniciar un estudio presumiendo que el sometimiento, así como la segregación, de un

grupo se dio en todas las esferas sociales sin distinción durante el periodo colonial, puede ser

aventurado y dar paso a resultados parcializados. No se puede asumir que los imperios

controlaron cada ápice de la estructura sociocultural de los grupos menos aventajados en la

empresa colonizadora. Es claro, como se ha mostrado a lo largo de la historiografía colonial que

existieron variadas estrategias y prácticas para lograr ejercer el control por motivos diferentes;

sin embargo, se cree que al inicio de dicho periodo las estructuras de poder se pudieron haber

establecido alrededor de la explotación de productos, como habría podido ser el caso de los

asentamientos para la pesca de perlas Nuestra Señora Santa maría de los Remedios del Cabo de

la Vela y la ranchería de la Laguna de San Juan.

Políticas Segregacionistas durante la Colonia

Nociones generales sobre legislación segregacionista para América

Desde el comienzo de la conquista a América, la Corona española buscó reafirmar su

poder por medio del ejercicio del control sobre sus súbditos españoles y sobre quienes habitaron

el territorio americano que iba siendo conquistado y colonizado. Como resultado se estableció

una legislación donde se introdujeron entre muchas otras políticas, las segregacionistas. Sin

37
embargo, cuando se ha hecho referencia a dichas políticas, por lo general es haciendo alusión

únicamente a las reducciones o resguardos que se fueron implementando desde mediados del

siglo XVI. En principio, ésta se trató de una política que buscaba separar españoles e indios que

luego fue extendiéndose al resto de la población como los negros, mestizos y mulatos (Mörner,

1963). Si bien la idea central con la formulación de este tipo de políticas fue la de proteger a los

nativos americanos de las difíciles condiciones de trabajo y esclavitud en los centros coloniales,

también sirvió para que la mano de obra indígena no se agotara.

Sin embargo, durante el descubrimiento, conquista y desarrollo de la colonización

existieron diversas políticas segregacionistas, con distintas directrices e intereses, que no siempre

se dieron con el único ánimo de proteger o controlar, como se ha pensado, donde la colonización

habría sido un cumulo de instituciones establecidas para el sometimiento por medio de la

separación. Al repasar la literatura al respecto se aprecia que entre los investigadores –

historiadores y arqueólogos- se halla muy arraigada una sola explicación donde es usual

generalizar sobre una segregación racial originada desde el mismo instante en que los europeos

entraron en contacto con los indígenas y esclavos africanos en América. No obstante, como se

instó en el capitulo anterior, la perspectiva segregacionista es mas amplia de lo que puede

pensarse, sólo es necesario recapitular la transición de las normas de ordenamiento social a

través de los años durante la colonia para darse cuento de esto. Es así como, luego de realizar un

revisión sobre las disposiciones jurídicas que se fueron implementado desde el inicio de la

conquista, se podría, bajo criterio del presente estudio, estructurar o dividir la legislación colonial

en tres momentos que fueron sentando las bases sobre los procesos o criterios de control

articulados con el grado de integración de la población general. Básicamente, podría sugerirse

que se pasó de un periodo de convivencia, regido por la tesis del Buen Ejemplo, a un periodo de

38
separación, bajo la norma del reordenamiento espacial y jurisdiccional de los pueblos de indios y

de los pueblos de españoles, seguido por un periodo fundamentado sobre un sistema legal de

castas, que perduraría hasta el final de la Colonia.

Los mecanismos de control administrativo y jurídico que la Corona incorporó al inicio

del descubrimiento, fueron más una transferencia de los derechos castellanos a las tierras recién

conquistadas que la creación de unas disposiciones nuevas que estuviesen acorde con el hallazgo

de una geografía humana desconocida para el régimen imperial. Aunque la Corona ya habría

experimentado el desarrollo de un legislación que se sustentaba en algunos casos en la

coexistencia de culturas y grupos étnicos diferentes debido a la reconquista sobre los

musulmanes, en América se debieron realizar ajustes a las leyes para poder controlar no sólo a

los nuevos vasallos del Rey sino a los mismos españoles que habrían estado a cargo de la

expansión (Pérez, 2017).

Dado que la iglesia fue uno de los componentes fundamentales de la conquista y

colonización, las primeras poblaciones españolas y contactos culturales se basaron en un

proyecto expansionista y evangelizador, y por tanto el fundamento normativo del mismo se

constituirá bajo un sistema jurídico y doctrinario (Marín, 2010). En ese contexto, se buscó

adaptar las leyes, por lo que se instauró lo que vendría a conocerse como la Teoría del Buen

Ejemplo, que buscaba nada más que establecer un contacto permanente entre españoles y

pobladores nativos con el fin de “acelerar el proceso de hispanización y cristianización” de estos

últimos (Barrios, 1996: 173).

La Teoría del Buen Ejemplo, habría sido expresamente una política de poblaciones

mixtas, donde se instaba en las cedulas reales de los primeros años de la conquista y el

39
establecimiento español en las Antillas (1503), a que "[...] se reparten en pueblos en que vivan

juntamente y que los unos no estén ni andan apartados de los otros por los montes [...] para que

vivan y estén según y de la manera que tienen los vecinos de estos nuestros Reinos […]" como lo

señala Barrios (2001:12). La investigadora destaca que la convivencia entre indígenas y

españoles estuvieron signadas tanto por un regente español civil y uno religioso, quienes

deberían haber procurado el adoctrinamiento cristiano y las enseñanzas sobre las buenas

costumbres provenientes de la península. No obstante, al parecer la cuestión no radicaba

solamente en educar o civilizar a los indígenas a través de la convivencia, lo que parecía no

haber sido suficiente, sino que se animó a "[...] que algunos cristianos se casen con mujeres

indias, y las mujeres cristianas con algunos indígenas, porque los unos y los otros se comuniquen

y enseñen, para ser doctrinados en las cosas de nuestra Sancta Fe Católica y así mismo como

labren sus heredades y entiendan en sus haciendas y se hagan los dichos indígenas e indias

hombres y mujeres de razón [...]" (Barrios, 2001:12).

Básicamente la estrategia legislativas del régimen peninsular fue la de modificar o

promulgar nuevas leyes a medida que las diferentes instituciones españolas y esferas de

gobernabilidad se habrían ido estableciendo en América. Este tipo de implementación jurídica,

que se reconoce como casuística, hizo que se generara una gran cantidad de regulaciones a partir

de casos concretos que luego se intentaron ajustar a todas las regiones conquistadas (Díaz, 2015).

En sentido general esta flexibilidad jurídica lo que favoreció fue una serie de confusiones y

adaptaciones de las reglas, que en últimas beneficiaban en gran medida a los colonizadores

españoles y a sus encomiendas, y no así a los pobladores indígenas que se suponían contaban con

el mismo status jurídico que los peninsulares. La Teoría del Buen Ejemplo se dio bajo este tipo

de orden social que en realidad no prosperó como la Iglesia y la Corona española esperaban. Al

40
contrario, la realidad que fue expuesta tanto por funcionarios españoles como por los frailes de

las diferentes ordenes religiosas, se alejaba no solo geográficamente del Imperio español sino de

sus disposiciones legales.

Los informes que los frailes y funcionarios entregaron a la Corona sobre los hechos reales

ocurridos bajo el marco de la colonización española y evangelización a los nativos americanos,

mencionaban no solamente una serie de abusos y malos tratos por parte de los españoles hacia

los habitantes indígenas sino también el no cumplimiento de la evangelización, supuesta misión

principal en la conquista de nuevas tierras (Barrios, 2001). Es así como la mala interpretación del

llamado buen ejemplo y la confusión que produjo el sistema casuístico de las leyes terminó

promoviendo unos malos hábitos en la forma de actuar de los españoles hacia los indígenas lo

que motivó a la Corona por un lado a emitir cédulas reales que buscaron encaminar el orden

social que se estaba presentando y por otro recopilar leyes y regulaciones con el fin de evitar más

confusiones a partir de las mismas.

Las Leyes de Burgos (1512) y las Nuevas Leyes (1542) son ejemplos de estos nuevos

condicionamientos legales como dice Wilde (1999: 621) que “[…] permitía y limitaban a los

actores en su desenvolvimiento social […]” definiendo las fronteras del orden social. Aunque se

trataban en general de normas para la protección y mejores condiciones de los indígenas, en el

fondo pueden traducirse como la forma de mantener el orden, regular la forma de vida en la

colonia y controlar todo recurso económico incluyendo la mano de trabajo indígena y esclava

africana.

Las Leyes de Burgos (1512) surgen luego de los reproches que religiosos, como fray

Antonio Montesinos, habrían hecho sobre los malos tratos que recibieron los pobladores nativos.

41
Este tipo de declaraciones se pasaron a la Corte quien promulgó una serie de principios sobre los

cuales se dictaron dichas leyes que Pizarro (2013: 40) ha detallado en el análisis de las mismas,

destacando las ideas centrales de la exposición de la Junta de Burgos:

1. Los indios son libres y como tales deben ser tratados (Conclusión 1ª).

2. Los indios deben ser instruidos en la fe católica y en ello debe ponerse toda la

diligencia necesaria (Conclusión 2ª).

3. A los indios se les debe dotar de casa y hacienda propia a criterio de las autoridades

locales. Lógicamente se les debe dar tiempo para que labren y conserven esa hacienda “a

su manera” (Conclusión 5ª).

4. La convivencia – ‘comunicación’ – entre cristianos e indígenas es medio idóneo para la

evangelización de los últimos. [La tesis del ‘buen ejemplo’] (Conclusión 6ª).

5. Los indios pueden ser obligados a trabajar para los cristianos ‘por razón de señorío y

servicio’ que deben al rey de España a cambio de ‘mantenerlos en justicia (sic) y

evangelizarlos’ (Conclusión 3ª).

6. El trabajo debe ser tal que no impida la evangelización; asimismo que sea en provecho

suyo y de la república (Conclusión 3ª).

7. Las obligaciones laborales que se impongan a los indios deben ser tolerables (‘que las

puedan sufrir’) y deben combinarse con descanso conveniente, diario y anual (Conclusión

4ª).

42
8. A cambio de su trabajo los indios deben recibir un salario apropiado en dinero y

especie (Conclusión 7ª).

Como lo ve Pizarro, las Leyes de Burgos a pesar de representar “[…] la primera

regulación sistemática y coherente de las relaciones sociales en la naciente sociedad colonial y

muy particularmente el primer código laboral escrito y conocido del Nuevo Mundo […]” (2013:

33), fue más bien una manera de fortalecer la encomienda, ahora bajo un marco jurídico más

estable, menos casuístico, y que más bien habría traído efectos negativos sobre la protección de

los pueblos indígenas. De los principios anteriormente citados se perfila, entonces, una

reorganización de las disposiciones legislativas que tuvieron en consideración el patrón de

asentamiento de los nativos americanos, el régimen laboral de hombres, mujeres y menores

indígenas, y por tanto las contraprestaciones o sistema de retribución que a éstos les correspondía

(Pizarro, 2013).

Para la época, aun no se había concertado lo que serían los Pueblos de Indios. Sin

embargo, como se ha podido observar tanto en la Teoría del Buen Ejemplo como en las Leyes de

Burgos, el reordenamiento espacial o reacomodación de las familias indígenas cerca de los

centros españoles ya se hacía latente. A través del tiempo este hecho fue una constante,

solamente que al inicio del periodo Colonial la reubicación de los indígenas se habría

considerado una forma de incorporarlos a las diferentes esferas españolas, lo que excluye a la

noción de segregación espacial, por lo menos durante la primera mitad del siglo XVI, como una

de las prioridades de lo europeos para controlar a la población nativa. Lo que se aprecia con esta

reagrupación, es que los intereses de la conquista y por tanto de sus diferentes empresas

lucrativas, estuvieron dirigidos a buscar la manera de agrupar la fuerza de trabajo indígena bajo

43
la institución de la encomienda y a la fijación de un tributo que éstos debían pagar como vasallos

del rey (Herrera, 2014). La legislación incipiente del siglo XVI, sugiere en definitiva que aun

cuando en el papel existía una igualdad jurídica entre españoles e indígenas, en la práctica se

acrecentaba una desigualdad social (Marín, 2010) más por motivos económicos que raciales.

En términos generales, en las Leyes de Burgos se hizo énfasis sobre cómo debía ser el

trato hacia los indígenas bajo el sistema de la encomienda, pero también se hicieron

señalamientos específicos acerca de las obligaciones de éstos, lo que al final hizo que las

condiciones de protección sobre los indígenas hubiesen sido leves comparadas con las

condiciones de explotación de éstos. Realmente, las políticas sobre este tema no fueron muy

diferentes de lo que ya se venía proyectando desde el inicio de la legislación indiana. Es por esto

que las denuncias de frailes como Bartolomé de las Casas, evocando no sólo los malos tratos a

los que se vieron sometidos los indígenas sino el declive demográfico de los mismos,

continuaron presentándose y haciéndose cada vez más fuertes, lo que llevó a la Corona a tomar

medidas al respecto que, en principio, habrían parecido más enérgicas y efectivas, pero que en la

práctica resultó siendo otro recurso para los intereses productivos de las encomiendas y por tanto

una forma de continuar controlando a las poblaciones indígenas.

Las reducciones, sin lugar a dudas, fueron una de las formas mas efectivas del sistema de

encomiendas para controlar la fuerza de trabajo indígena durante los primeros siglos del periodo

Colonial. En principio, como se ha mencionado, se buscó que “…el emplazamiento de los

asentamientos de indios sometidos de manera violenta y forzosa, estuviese dentro del área de

influencia de los centros administrativos ya que la principal fuente de riqueza para el grueso de

los peninsulares era el producto del trabajo que los indígenas podían realizar” (Matienzo,

44
2008:67). Puede afirmarse, entonces, que durante el periodo Colonial Temprano la congregación

de grupos indígenas dentro de una zona restringida, legislativamente no habría sido aún un

espacio reconocido como una entidad política adscrita al sistema administrativo de la Corona,

sino un mecanismo de aprovisionamiento de trabajo indígena. Solo con el tiempo, hacia la mitad

del siglo XVI, se fijaron algunas disposiciones que determinarían la separación espacial entre

españoles e indígenas con mayor rigurosidad. Exactamente “[…] todos estos planteamientos dan

lugar a una nueva Junta que, reunida en Barcelona en 1542, origina la promulgación de las Leyes

Nuevas, que organizan el Consejo de Indias y el gobierno estableciendo, además, la supresión de

las encomiendas y la libertad de los Indios. Aunque hubieron de ser derogadas en algunos

puntos, supusieron un documento fundamental por el que regir esos reinos, reconociendo

implícitamente, de un lado, la república de los españoles y, de otro, la república de los indios”

(Díaz, 2015:10).

Aún cuando se formularon estas nuevas disposiciones, la encomienda continuó siendo,

“[…] pese a todas las mutaciones que sufriría a lo largo de la centuria, […] una forma de

aprovechamiento económico de las comunidades indígenas para beneficio de los colonos y la

Corona, como un dispositivo de control y vigilancia de la población” (Bernal, 2017:139). Es por

esto que las constantes quejas de los religiosos sobre los métodos de vigilancia que se aplicaron a

los pueblos indígenas en el marco de las encomiendas y repartimientos, dificultaron sin dudar,

que la Corona emitiera resoluciones concretas acerca de la división espacial y social entre los

vecinos españoles y los pobladores indígenas.

A lo largo de todo el primer siglo de la colonización, fueron los encomenderos, gracias al

poder que habrían adquirido, quienes evitaron que esta situación se transformara en beneficio

45
para los nativos de las tierras descubiertas y colonizadas. Este escenario cambiará hacia el final

el siglo XVI, cuando la Real Audiencia de Santafé, que había sido creada inicialmente en el

Nuevo Reino de Granda a mediados del siglo con el fin de mediar entre españoles e indígenas

sobre asuntos judiciales, comienza a adquirir fuerza utilizando el sistema de visitas realizadas

“[…] por los oidores con el fin, no sólo de contabilizar la población indígena de cada

encomienda y establecer su potencial tributario, sino también de informarse por testimonios

dados por los mismos indígenas de las acciones, maltratos y comportamiento de los curas

doctrineros, de los encomenderos e incluso de los mismos caciques […]” (Bernal, 2017:139).

Esta institución, además de reforzar la autoridad del rey en estas tierras, fue el mecanismo que

funcionó para limitar la desmesurada autoridad que los encomenderos habrían alcanzado,

sumado a la facultad que tuvo para el ordenamiento territorial y por tanto para la reconfiguración

de políticas de trabajo, asentamiento y propiedad de la tierra tanto de indígenas como de

españoles.

En varias oportunidades, la legislación imperial española instó a la concentración de los

grupos indígenas a razón de vivir nucleados y en policía principalmente para su evangelización.

Como se anotó en líneas anteriores, la idea de congregar a los indígenas en un espacio reducido

se implementó desde el inicio de la conquista; sin embargo, “[…] en la práctica […] los

indígenas continuaban habitando sus antiguas poblaciones en cercanías de sus labranzas,

dispersos y guardando sus propios patrones de residencia […]” (Quiroga, 2009:185). Finalmente,

luego de algunas visitas realizadas por la Real Audiencia a la provincia de Tunja y otros

territorios hacia la década de 1590, se habrían de hacer efectivas las resoluciones que obligaban a

la partición de tierras entre pueblos de españoles y pueblos de indias (Mörner, 1964).

46
Ahora bien, hasta el momento todos los intentos de un orden colonial se basaron sobre la

estrategia de descubrir, poblar y evangelizar a los indígenas que hubiesen ocupado el territorio

concedido a los conquistadores por medio de capitulaciones. El tener que cristianizar a los

súbditos nativos de la Corona, no fue para los españoles en América una verdadera obligación, al

contrario se convirtió en la manera de sacarle provecho a su situación como Machado lo explica:

[…] en las transacciones realizadas durante el primer siglo de la ocupación,

incluso mediante actas notariales, los constituyentes no eran dueños legítimos de las

tierras; legalmente todos eran meros poseedores (salvo si eran pequeñas parcelas cercanas

a las ciudades). Así que ni los indios, que desconocían la propiedad territorial (esa

institución tan cara al liberalismo y el capitalismo), ni los españoles, que ocupaban la

tierra, eran, desde el punto de vista de la legislación española, dueños legítimos de la

tierra. Lo que interesaba al español era, entonces, en los primeros decenios de la

colonización, la explotación del indio como individuo, a través de dos vías: la

apropiación de sus bienes muebles (oro, perlas, esmeraldas, mantas, vituallas y de su

persona si podía venderse como esclavo) y el aprovechamiento de su fuerza de trabajo

[…] (2009: 26).

Así como el reparto de tierras no representó una adquisición real para el español recién

llegado, la vía que hallaron para obtener riqueza, razón principal por la cual viajaron a América,

se basó entonces en la explotación de mano indígena en beneficio propio. Lo que realmente

significó, tanto para la Corona española como para la Iglesia, la dificultad para hacer cumplir las

disposiciones sobre la evangelización y el buen trato a los indígenas, y aún más hizo difícil la

implementación de las legislaciones que restringían el poder administrativo y lucrativo de sus

47
súbditos españoles, ya que éstos últimos tuvieron claro que por ningún motivo perderían el único

privilegio que habrían adquirido, el de la explotación del indígena a cualquier costo, incluso si no

cumplían las reglamentaciones reales.

Una vez los estamentos imperiales y religiosos se percataron de que por la vía del Buen

Ejemplo no se habrían logrado conseguir los resultados esperados, se buscó regular la

convivencia entre unos y otros por medio de su separación como una de las formas para lograr

proteger a los indígenas. No obstante, la separación de los pueblos fue una política de fracaso

durante casi todo el siglo XVI, llegando a ser efectiva sólo hasta finales del mismo cuando se

conformó “[…] el establecimiento, en gran escala, […] de reducciones o congregaciones de

indios […]” (Mörner, 1964: 32), al recomponer el sistema de tierras gracias a la Reforma Agraria

de 1591.

De acuerdo con la transcripción de Machado (2009), sobre la reforma agraria de 1591 que se

habría inscrito dentro de la promulgada Cedula de El Pardo de Felipe II, se establecía que:

[…] toda la tierra que se posee sin justos y verdaderos títulos se me restituya según y

como me pertenece para que, reservando ante todas las cosas lo que os pareciere

necesario para plazas y ejidos, propios, pastos y baldíos de los lugares y consejos que

están poblados, así por lo que toca al estado presente en que se hallan como al porvenir e

al aumento e crecimiento que puede tener cada uno, y repartiendo a los indios lo que

buenamente hubiere menester para que tengan en qué labrar y hacer sus sementeras e

crianzas, confirmándoles en lo que tienen de presente y dándoles de nuevo hasta lo que

les fuere necesario, toda la demás tierra quede y esté libre y desembarazada para hacer

merced y disponer de ella a mi voluntad [...] (p. 31).

48
Esta reforma buscaba corregir sin lugar a dudas la mala administración que se le había dado al

manejo de tierras, pero que asimismo fue el mecanismo con el que “ […] la Corona salía en

defensa de los indios, dándoles mayor importancia a los resguardos para que los naturales

tuvieran cómo defenderse de las pretensiones de explotación por parte de los blancos” (Machado,

2009:31). En esta medida se dio un efectivo inicio a la segregación espacial más que racial

durante el periodo Colonial. Podría decirse que antes de la reforma la concentración de indígenas

en un espacio reducido y separado de los españoles, pero lo suficientemente cerca para su

servicio, significó tan solo un instrumento de lucro y no un motivo de fraccionamiento

sociocultural por prejuicios raciales. El mestizaje es un claro ejemplo de que la noción de

separación por principios raciales no fue la norma en ningún caso, no por lo menos durante el

periodo Colonial Temprano. Con el tiempo las diferencias y por tanto la segregación entre

europeos y nativos se habría hecho evidente de otros modos, pero en un comienzo a los

indígenas se les reconoció como distintos por no hallarse en policía, por no encontrase entre los

parámetros de civilización de los españoles, pero aparte de esto no hubo reparo alguno a la hora

de convivir o incluso unirse en matrimonio entre unos y otros. En los siguientes siglos la

concepción sobre lo indígena y por tanto la relación con éste se iría transformando, como lo

señala Castro, hasta generar lo que serían los fundamentos de la segregación social como la

conocemos hoy:

[…] para mostrar la transformación desde las primeras generaciones de mestizos

que no encontraron muchos problemas para su integración hasta poco después de la mitad

del siglo XVI, pasando por su consolidación como casta y la intensificación de las

restricciones hasta el cambio que, según él, se dio en el siglo XVIII al iniciarse una etapa

en la que las castas perdieron rigidez y se inició el tránsito hacia un sistema de clases

49
sociales. Esa sería la “gesta” del mestizaje que le da el título a su libro. El autor sostiene

que las “diferencias raciales” quedaron amortiguadas cuando los niveles económicos y

culturales se aproximaron y cuando la clase privilegiada se hizo cada vez menos inmune a

las mezclas (2002: p.82).

Aunque cuando Colón llegó a las islas del Caribe encontró una variada gama de culturas,

los indígenas, como si fueran un grupo homogéneo, muy pronto obtuvieron la misma condición

jurídica que los españoles. No obstante, luego se crearon leyes específicas para regir a los grupos

indígenas basados en la distinción buscando crear limites sociales mas que raciales, limites que

fueron difíciles de mantener debido a la capacidad de integración que se dio bajo el contexto del

mestizaje. Se creó así un sistema de estratificación que fue tan voluble como las disposiciones

reales, la cual se estableció bajo la noción de calidad que a su vez estuvo fundamentada en

factores como el color, la ocupación, la riqueza, la limpieza de sangre o el lugar de origen entre

muchos otros. Estas denominaciones recaerían sobre cada miembro de esta sociedad en contacto

que “[…] soportó al orden social y sus vías de control. La traducción de este discurso en

prácticas de segregación, implicó a los no europeos la admisión, de buena gana o no, de su lugar

en el universo de otros. Esta otredad significó a su vez relaciones jerárquicas materializadas en la

distinción de instituciones, espacios y representaciones de la apariencia […]” (Pérez, 2017:141).

Como lo señala Castaño “[…] la sociedad hispanoamericana fue relativamente abierta durante la

época de la conquista, pero en el período de la colonización se fue haciendo cada vez más

cerrada y rígidamente estratificada, hasta convertirse en una sociedad o régimen de castas […]”

(2003:123).

50
En lo referente a la legislación producida para la población negra -esclavos y libertos- es

verdaderamente breve así como la literatura sobre el tema. En comparación con el sinnúmero de

ordenes que se generaron para la población indígena, las disposiciones para la población negra

fue además de escasa bastante concisa por lo menos para el siglo XVI. Básicamente las cédulas

que se emitieron al respecto se relacionan con la protección al indígena. Luego de que la Teoría

del Buen Ejemplo no llegara a buen término sobre el orden social y administrativo sobre los

indígenas, la Corona fue enfática en separar no solo a los españoles de las poblaciones nativas

sino que por medio de nueve cédulas emitidas de 1541 a 1646, sostuvo que “los mestizos y de

ascendencia negra, según la legislación indiana, debían vivir en las ciudades y villas de

españoles, nunca en pueblos de indígenas” (Barrios, 2001:21).

Lo poco que se menciona sobre las condiciones y funciones de las poblaciones africanas

dentro de la sociedad colonial para el siglo XVI, parecen no haber sido tan violentas como se

habría desarrollado durante el siguiente siglo cuando la gran mayoría de ellos se convertirían en

la fuerza de trabajo que reemplazaría a la indígena. Éstos en las pesquerías concretamente en

muchos casos ocuparon el puesto de guardas, capitanes de canoa y en algunas ocasiones se

dedicaron a la pesca de perlas (Vásquez y Correa, 1989), ejecutando realmente estas ultimas

actividades muy raras veces, por lo menos en lo que corresponde al periodo de estudio. Incluso

se advierte que uno de los oficios que algunos de ellos alcanzaron a ocupar fue el de capataz o

mayordomo “[…] encargados de recaudar el tributo y mano de obra en los pueblos de sus amos.

Su papel fue relativamente al inicio de la encomienda […]” (Barrios, 2001:22). De acuerdo con

Vásquez y Correa (1989) las funciones que cumplieron los esclavos negros dependieron de la

variada procedencia de estos sujetos.

51
Políticas y prácticas segregacionistas en las Pesquerías

A medida que la conquista y colonización avanzaba, se establecieron instituciones locales

y se dictaron disposiciones para regular y controlar ciertas situaciones diarias que se fueron

presentando en los pueblos recién fundados. En principio se les permitió a los Cabildos elaborar

sus propias ordenanzas rigiendo aspectos no sólo administrativos y económicos o comerciales,

sino sobre la vida diaria de vecinos, indígenas y esclavos negros. Aun cuando en algunos casos

las leyes habrían sido generales para el desarrollo de las colonias en América, para el caso de los

ostrales y en particular para las rancherías para la pesca de perlas se creó una legislación, si

puede decirse así, algo más precisa en lo que respecta a la administración de dicha empresa,

sobre el establecimiento de las mismas rancherías y en cuanto a las actividades mismas de la

pesca (Tardieu, 2008).

En 1681 se publicó la Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias durante el tiempo

en que Carlos II de España fue rey, obra que se llevó a cabo con el fin poner orden bajo un

conjunto de disposiciones jurídicas que versaron sobre diversos aspectos de la colonización

americana. Estas fueron leyes que se impusieron desde el inicio de la conquista según el

establecimiento de diferentes colonias a lo largo del continente americano y de las islas del

Caribe. Fueron leyes casuísticas y variables que no aplicaban de manera general para todas las

colonias del nuevo territorio y en muchos casos no salvaguardaron los intereses de la Corona, por

lo que ésta se vio en la necesidad de reunir Cedulas Reales, autos, Ordenanzas y en general

disposiciones legales que respaldaran los mandatos de la monarquía española en América. Lo

interesante de la mencionada obra es que existe en ella una sección especifica sobre la pesquería

52
de perlas y su envío hacia España, cuya primera ley en líneas generales permite entrever la

disposición física y social de estas rancherías:

Ley primera. Que en descubrimiento del hostral de las perlas, se forme la

ranchería. Entre las riquezas, que producen el Mar, y Tierra de nuestras Indias, y por

merced, y liberalidad de Dios nuestro Señor goza esta Monarquia, es de grande

estimación la pesqueria, y abundancia de perlas, que en varias partes se han hallado, en

beneficio común, y lustre de nuestros vassallos. Y porque es nuestra voluntad, que en la

formación, buen concierto, y disposición de los sitios, y rancherías haya la orden, que

convenga para el efecto. Ordenamos y mandamos, que en el descubrimiento nuevos

hostrales se dé cuenta al Governador de la tierra en cuyo distrito estuvieré, el que ha de

acudir luego al sitio mas cercano, procurando que sea abundante de agua, y leña. Y en él

haga formar la ranchería, habitaciones, chozas, y bohíos, en la mejor disposición, que

permitiere el terreno, trazándola, como estén los Españoles, Indios, y Negros, bien

acomodados, y no divididos á larga distancia, porque en cualquier accidente se puedan

socorrer: y para abrigo de las embarcaciones, y que estén con seguridad las que no se

pudieren sacar á tierra, elegirán el Puerto, y surgidero, disponiéndolo de forma, que la

ranchería esté muy cerca del desembarcadero (Paredes, ed. 1973, Libro IV, Tit. XXV, ley

I).

En el Titulo XXV del Libro IV de esta recopilación, se mencionan entre otros asuntos

diversas leyes sobre la elección y deberes de los oficiales reales como alcaldes, diputados,

procuradores generales, escribanos, receptores y mayordomos. Asimismo se dispone sobre los

pagos o quinto a la Corona, la cantidad de ostras pescadas y su desbulle, sobre quien puede

53
pescar las perlas, el equipamiento de las canoas con las que se pescan, custodia de las perlas y

remisión de las mismas a España (Paredes, ed. 1973, Libro IV, Tit. XXV). Realmente es muy

breve lo que dice sobre la convivencia de los diferentes grupos culturales en las rancherías. En

general fueron escasas las disposiciones legales sobre las prácticas que debían seguirse en

sociedad en estos enclaves.

Aun cuando las ordenanzas en muchos casos se pronunciaron sobre situaciones

específicas y la publicación de cierta ley en un lugar puntual pudo haber hecho alusión a una

disposición de distinta naturaleza en otro sitio, es posible agruparlas en tres clases generales: las

de carácter político-administrativo, las económicas y las sociales. El primer tipo, y uno de los

que más se aprecian en las ordenanzas y legislaciones en general para el siglo XVI, se refiere

básicamente al establecimiento de las instituciones locales, como los oficios públicos, su

nombramiento, el número de funcionarios, las funciones y responsabilidades. Las económicas

son fundamentalmente las que habrían tenido que ver con el comercio, donde primó la vigilancia

y el control a los comerciantes y empresarios; el registro de mercancías que entraban a las

ciudades, así como el control del peso, medidas y precios de productos; la repartición de solares

entre los vecinos, huertos y áreas comunales entre otras cuestiones. Las ordenanzas de tipo

social, las que menos se registran, “[…] comprenden asuntos tan importantes como las

regulaciones sanitarias; las disposiciones referentes a los gremios; las reglamentaciones de la

vida del esclavo negro, y las medidas de orden público, que en su mayoría se ocupaban de

perseguir el vicio, por solo citar los temas más importantes […]” (Domínguez, 1982:22).

En las Ordenanzas de la Nueva Ciudad de Cádiz, pesquería de perlas anterior al de

Nuestra Señora, se aprecia puntualmente una normatividad de tipo social y económico. Por

54
ejemplo, se establecieron disposiciones sobre la vida del esclavo negro en las poblaciones

coloniales. Estas no trataron, en un comienzo, de regular la situación jurídica del esclavo

africano en las colonias, sino simplemente de vigilar ciertos aspectos de su vida cotidiana que

podrían llegar a afectar la vida del resto de los vecinos, en especial de los indígenas.

Dentro de las ordenanzas emitidas en 1532 para la Isla de Cubagua se halla una particular

orden impuesta a los esclavos negros e indios sobre la limitación de circulación, donde se señaló

que “[…] después de anochecido no salga de casa de sus amos e dueño ningún negro ni indio

esclavo ni lacayo sino fuere con sus amos [u] otro cristiano que vivía con el dicho su dueño […]”

(Domínguez 1982, 55). Asimismo se les prohibió el porte de armas, el consumo de bebidas

alcohólicas, el servicio de indios o indias, o convivir con ellos. Las Ordenanzas para la Isla de

Cubagua y las de la Nueva Ciudad de Cádiz, básicamente se trataron de disposiciones que se

preocuparon por el buen manejo administrativo y comercial más que por las buenas prácticas

sociales entre vecinos y esclavos.

Aunque la legislación indiana no fue clara sobre los limites sociales y de trabajo que

pudieron o debieron existir entre españoles y los demás grupos culturales, los documentos de

cronistas como Fray Bartolomé de las Casas, Gonzalo Fernández de Oviedo, Juan de Castellanos

y la detallada información de las pesquisas que los visitadores oficiales hicieron a las rancherías

con el fin de averiguar acerca de los tratos hacia los indígenas y esclavos africanos, sí permiten

apreciar algunas de las prácticas y condiciones sociales y laborales de quienes vivieron en las

rancherías, teniendo siempre la precaución de hacer una lectura cuidadosa de estos documentos.

Ya para 1542 con las Leyes Nuevas se abolía la esclavitud indígena, se eliminaban las

encomiendas en América y particularmente en las rancherías de perlas donde se tuvo noticia que

55
muchos indios y negros habrían muerto, por lo que se ordenó según se señala en su capitulo 25

que:

[…] ningún indio libre sea llevado a la dicha pesquería contra su voluntad, so

pena de muerte. Y que el obispo y el juez que fuere a Veneçuela hordenen lo que les

paresçiere para que los esclavos que andan en la dicha pesquería, ansí indios como

negros, se conserven y çessen las muertes. Y si les paresçiere que no se puede escusar a

los dichos indios y negros el peligro de muerte, çesse la pesquería de las dichas perlas,

porque estimamos en mucho mas, como es razón, la conservaçión de sus vidas que el

interese que nos pueda venir de las perlas.

Sin embargo, por las características propias que tuvieron las rancherías para la pesca de

perlas, es decir por haberse tratado de una especie de estación de trabajo itinerante cuya fuerza

laboral no se conseguía propiamente en los sitios donde ésta se establecía, resultó fácil dejar de

cumplir con dicha legislación conservando como esclavos a los buzos y en general a todos los

indígenas que fueron traídos de otros lugares para realizar los trabajos propios a dichos enclaves.

Es por esto que más tarde se ordenaron varias visitas oficiales con el objeto de establecer si la

nueva legislación se cumplió o no. Las averiguaciones que se mencionan en cada uno de los

informes que realizaron los visitadores oficiales junto con las regulaciones adicionales que ellos

mismos aplicarían de acuerdo a las conclusiones a las que llegaron después de las visitas, no

reflejaron los verdaderos malos tratos que en muchas ocasiones se manifestaron ya fuese por

parte de algunos “[…] indios libres adquiridos en compra ventas posteriores a 1542 […]”

(Eugenio, 1998), o por las mismas denuncias hechas por figuras importantes como Fray

56
Bartolomé de las Casas, quien tuvo buen conocimiento sobre el tema y al respecto habría escrito

que:

La tiranía que los españoles ejercitan contra los indios en el sacar o pescar de las

perlas es una de las crueles y condenadas cosas que pueden ser en el mundo. No hay vida

infernal y desesperada en este siglo que se le pueda comparar, aunque la del sacar el oro

en las minas sea en su género gravísima y pésima. Métenlos en la mar en tres y en cuatro

y cinco brazas de hondo; desde la mañana hasta que se pone el sol están siempre debajo

del agua, nadando sin resuello, arrancando las ostias donde se crían las perlas. Salen con

unas redecillas llenas a lo alto, y a resollar, donde está un verdugo español en una canoa o

barquillo, y si se tardan en descansar les da de puñadas y por los cabellos los echa al agua

para que tornen a pescar. La comida es pescado, y del pescado que tienen las perlas, y pan

cazabí y algunos maíz (que son los panes de allá), el uno de muy poca sustancia, y el otro

muy trabajoso de hacer, de los cuales nunca se hartan. Las camas que les dan a la noche

es echallos en un cepo en el suelo por que no se les vayan. Muchas veces zabúllense en la

mar a su pesquería o ejercicio de las perlas y nunca tornan a salir, porque los tiburones y

marrajos, que son dos especies de bestias marinas crudelísimas que tragan un hombre

entero, los comen y matan. Véase aquí si guardan los españoles que en esta granjería de

perlas andan desta manera los preceptos divinos del amor de Dios y del prójimo,

poniendo en peligro de muerte temporal y también del ánima, porque mueren sin fe y sin

sacramentos, a sus prójimos, por su propia cudicia. Y lo otro dándoles tan horrible vida

hasta que los acaban y consumen en breves días, porque vivir los hombres debajo del

agua sin resuello es imposible mucho tiempo, señaladamente que la frialdad continua del

agua los penetra, y así todos comúnmente mueren de echar sangre por la boca, por el

57
apretamiento del pecho que hacen por causa de estar tanto tiempo y tan continuo sin

resuello, y de cámaras que causa la frialdad. Conviértense los cabellos, siendo ellos de su

natura negros, quemados como pelos de lobos marinos, y sáleles por las espaldas salitre,

que no parecen sino monstruos en naturaleza de hombres, o de otra especie. En este

incomportable trabajo, o por mejor decir ejercicio del infierno, acabaron de consumir a

todos los indios lucayos que había en las islas cuando cayeron los españoles en esta

granjería, y valía cada uno cincuenta y cien castellanos, y los vendían públicamente, aun

habiendo sido prohibido por las justicias mesmas (aunque injustas por otra parte), porque

los lucayos eran grandes nadadores. Han muerto también allí otros muchos sin número,

de otras provincias y partes (Las Casas, 1552: 113-115).

Estas noticias y por tanto las Nuevas Leyes dieron lugar a las visitas citadas donde como

ya se ha dicho más que juzgar el tratamiento hacia los indígenas justificaron en muchos casos la

labor y condiciones de quienes en la granjería de perlas residían. Se tiene entonces que hacia

1544 el obispo de la provincia de Santa Marta fray Martín de Calatayud fue enviado a Nuestra

Señora de los Remedios del Cabo de la Vela con el fin mencionado. Seguido luego por el

Licenciado Juan Pérez de Tolosa en 1548, cuya visita fue realizada bajo los mismos términos de

verificación del cumplimiento de las Nuevas Leyes ya que el Concejo de Indias no habría

quedado convencido de la información presentada por el obispo Calatayud (Guerra, 2007). Sin

embargo, las apreciaciones de Tolosa no vendrían a ser muy diferentes a las de Calatayud.

Ambos en sus interrogatorios encontraron en líneas generales que los indígenas esclavos que

hallaron tanto en Nuestra Señora Santa María de los Remedios, como en la ranchería de la

Laguna de San Juan y en la del Rio de el Hacha, habrían estado desde hace muchos años en

dichas granjerías y que fueron pocos los indígenas nuevos y por tanto libres que allí se

58
registraron, por lo que la retención de éstos para seguir como buzos estuvo justificada pues según

se juzga los antiguos esclavos –que vendrían siendo casi todos- no tuvieron prohibición alguna

para continuar realizando las faenas de las granjerías. Asimismo concluyeron que los tratos a los

indígenas y las labores que realizaban no significaron un gran riesgo para su vida (Friede, 1955,

Tomos VII y IX).

Realmente estos visitadores no dictaminaron nuevas ordenanzas, simplemente ratificaron

lo que ya se encontraba consignado en las Nuevas Leyes. Calatayud entre lo que habría

pronunciado mandaba que “[…] ningún indio, que nuevamente sea traído a la dicha pesquería,

sea llevado a sacar perlas a lo hondo, donde comúnmente andan las canoas de los otros indios a

sacarlas, hasta que por tres meses a lo menos hayan los dichos indios nuevos andando a sacar

perlas en los bajos del pueblo de la dicha ciudad de Nuestra Señora de los Remedios del Cabo de

la Vela hasta el dicho Cabo, porque allí, por haber poco agua y ostras de perlas en ellas, pueden

avezarse poco a poco […]” (Friede, 1955, VII: 219-220). Es claro que esta primera orden del

obispo de Santa Marta más que velar por el bienestar del indígena nuevo en estas labores,

consintió que se continuara introduciendo nueva fuerza de trabajo, que seguramente no habría

llegado allí por su propia voluntad. Mas adelante prohíbe los malos tratos por parte de los

canoeros hacia los indígenas “[…] mandándoles que no sean osados de castigar a indio alguno

con canalete ni palo ni rebeneque ni guaral ni con otra cosa con que se les pueda herir ni sacar

sangre, sino con unas correas de cuero curtido […] con las cuales solas castiguen a los indios

cuando fuese menester, moderadamente, de manera que más parezca el tal castigo temorizar a los

indios para que hagan lo que deben […]”(Friede, 1955, VII: 221). Aunque parece que hubiese

instado a frenar los malos tratos realmente dicha orden solamente los habría suavizado y a los

ojos de Calatayud fueron necesarios con el fin de conseguir que los indígenas cumplieran con sus

59
deberes. Asimismo prohibió a los canoeros a tener “[…] mando sobre india alguna de la dicha

ranchería de la dicha pesquería de perlas, porque de lo contrario se han seguido muchas ofensas a

Nuestros Señor […]” (Friede, 1955, VII: 222). También advierte sobre la necesidad de proveer

chinchorros para la pesca de peces para el mantenimiento (alimento) de los indígenas, que según

él era el principal agravio que se les hacía, así como que los señores de canoas -dueños de las

granjerías- debían visitar con mayor frecuencia las rancherías ya que con su presencia se

aseguraban los buenos tratos hacia los indígenas además del suministro de necesidades básicas

como el alimento y vestido.

Tolosa como Calatayud realizó demandas similares, sólo que la orden fue algo más

generosa ya que establecía “[…] que se les dé a los dichos indios ordinariamente, entre cuatro

indios un almud colmado de panes de maíz, y que se les dé de pescado o carne una vez al día, lo

cual hayan , ora por vía de pesca de anzuelos o de red o de caza […].” Tolosa a las demandas

que Calatayud hizo solamente habría añadido que los indígenas “[…] todos los días de Pascua y

de Nuestra Señora y los días de fiesta de los apóstoles y otros días solemnes, les hagan ir a misa,

y cada día les hagan decir el Pater Noster y el Ave María, Credo y Salve Regina, y no los hagan

trabajar los dichos días en cosa alguna […]” (Friede, 1955, IX: 296).

Es claro que los dos visitantes oficiales no sólo salvaguardaron los intereses de los

señores de esta empresa de perlas sino los de la Corona, la cual alcanzó a recibir grandes

beneficios económicos -más de 150.000 ducados en 10 años- y por lo tanto su pasividad ante las

contravenciones a las leyes sobre las condiciones de los indígenas en dichas rancherías estuvo

presente hasta bien tarde en el siglo XVI (Guerra, 2007). En general puede sugerirse que no hubo

realmente una normatividad detallada que regulara muchas de las actividades en la ranchería y

60
por lo tanto las políticas restrictivas sobre estos aspectos al parecer, más que haber sido

redactadas como regulaciones, se establecieron bajo el mando de cada amo sobre sus esclavos.

Historia del Asentamiento Nuestra Señora Santa María de los


Remedios

Constitución

No es claro con exactitud quienes habitaron la zona más norte de lo que se llamó Tierra

Firme al arribo de los europeos; sin embargo, se sabe que los conquistadores que decidieron

explorar la península de la Guajira, en busca de áreas para la explotación de perlas, se

encontraron con una gran diversidad de culturas nativas, cuyos sistemas de subsistencia variaban

entre la pesca, la recolección de moluscos, la caza y el cultivo de maíz y cuyos asentamientos

habrían sido transitorios o de trashumancia (Guerra, 2007).

Los documentos etnohistóricos tienen datos concretos sobre la conquista y colonización

en el Cabo de la Vela. En 1499 Alonso de Ojeda, luego de haber entrado en las costas de Paria,

hoy territorio venezolano, se dirigió hacia la península de lo que ahora es la Guajira, avistando

desde su embarcación una punta de tierra que nombró como Cabo de la Vela, pero que los

indígenas de la región llamaban Coquivacoa. Ya para 1533, el gobernador de Santa Marta, Diego

García de Lerma, quien tenía cierto conocimiento sobre la extracción de perlas por parte de los

habitantes en la península, decidió enviar una expedición en busca de dichos ostrales (Sourdis,

2005). Una vez se confirmó que efectivamente allí se dedicaban a la pesca de perlas, los

empresarios extranjeros que estuvieron explotando los bancos de perlas en la isla de Cubagua

(Venezuela) hasta 1537, año en que se agotó su extracción, se desplazaron hacia el Cabo de la

61
Vela para luego fundar el primer poblado español en la Península. Dicho poblado adquirió el

nombre de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela, convirtiéndose no

solamente en centro de extracción de perlas sino en centro administrativo del comercio de las

mismas (Barrera, 2002).

De acuerdo con documentos consignados en el cedulario de la monarquía española, los

vecinos residentes en el asentamiento colonial del Cabo de la Vela “a su costa y con mucho

trabajo y riesgo avian hecho en ella sus casas de tapiería y cubiertas de teja”. Sin embargo, otras

fuentes documentales, como las Visitas a las Pesquerías de Perlas del Cabo de la Vela, sugieren

que se trataba de un asentamiento lejos de parecerse a un centro urbano. Es cierto que debido a la

gran distancia entre Cubagua y el Cabo de la Vela, el emplazamiento colonial pasó de ser una de

las rancherías de la Nueva Cádiz a convertirse en asiento y por tanto en centro administrativo de

la empresa de perlas, pero al parecer, su estructura física no reflejó dicha importancia,

subsistiendo como ranchería a pesar de su título de ciudad. Según Barrera, “La ranchería de

Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela aparecía como un caserío

costero formado por ranchos de varios tamaños, todos construidos de bahareque y cubiertos de

paja y cactos. Una serie de enramadas en donde colgaban unas cuantas hamacas completaba el

cuadro de sus construcciones. Los ranchos más grandes eran utilizados como dormitorio-prisión

de los indios buzos; otros servían para guardar perlas y agua o como habitación de mayordomos

y canoeros. Ciertos ranchos y enramadas correspondían a viviendas de indios de perlas

privilegiados, o hacían las veces de cocina. La ranchería estaba cercada con palos y tablas, lo

cual acentuaba su carácter de enclave en medio de un territorio indígena” (Barrera. 2002: 4-5).

Otros de los establecimientos presentes en esta actividad económica extractiva fueron las

rancherías o granjerías para la pesca de perlas (Figura 1). Adscritos al centro administrativo de

62
Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela se consolidaron como un

enclave importante para el desarrollo de esta empresa. Se trataron de asentamientos temporales

ubicados a lo largo de la costa, que se habrían fundado o abandonado de acuerdo con el

descubrimiento y agotamiento de los bancos de perlas que se encontraban del Cabo de la Vela.

La ranchería habría sido similar a Nuestra Señora, su espacio físico estuvo compuesto por “[…]

varios ranchos de viviendas de los canoeros y mayordomo; el de la iglesia […], el del dormitorio

de los negros, y la cárcel donde se encerraban a los indios en la noche, como dormitorio.

Igualmente la cocina, y la casa de la caja real, donde se hacía el registro y se guardaban las perlas

[…] (Vásquez y Correa, 1989: 35).

La población, aun cuando en un principio parecía haber sido prospera, no permaneció

mucho tiempo en esta región debido a la falta de agua potable y a la hostilidad de los habitantes

nativos. Por esta razón sus habitantes se vieron forzados a trasladarse a orillas del Río de la

Hacha, donde se fundó Santa María de los Remedios del Río de la Hacha en el año de 1547,

conservando la misma estructura administrativa de Nuestra Señora de los Remedios del Cabo de

la Vela. Sin embargo, las rancherías continuaron existiendo a lo largo de la línea de la costa entre

la primera Santa María y la nueva ciudad del Río de la Hacha, trasladándose según agotaban las

existencias de perlas de los bancos (Sourdis, 2005).

Estructura Social

La empresa para la pesca de perlas fue uno de las entidades que hizo que la costa

occidental de la península de la Guajira se poblara de individuos no naturales de esta región.

Prácticamente los nuevos habitantes vinieron en su mayoría desde Cubagua, quienes a su vez

habrían sido no sólo pobladores de distintas áreas de España y otras partes de Europa, sino que

63
los indígenas, quienes en su mayoría fueron destinados a la pesca de perlas y otros tantos a ser

sirvientes, fueron el producto de rescates en diferentes islas del caribe. Asimismo, aunque fue

reducida, no se desconoce la presencia de esclavos negros durante las tres primeras décadas de

esta empresa en la Guajira (1540-1570), quienes se trajeron desde África.

Debe quedar claro, antes de detallar la composición de la población del asentamiento para

la pesca de perlas en el Cabo de la Vela, que no es posible situar este asentamiento español como

un único lugar estático ya que éste se compuso por más de un enclave (centro administrativo y

varias rancherías) que bajo las políticas coloniales habría sido considerado como una unidad. El

carácter móvil de esta empresa sugiere que la población, sobre la cual se hace mención en los

distintos documentos consultados (fuentes primarias y secundarias), se trató de una población

flotante por lo que el número de habitantes pudo fluctuar ampliamente y por tanto dificulta saber

en realidad el tamaño de la misma en el área de estudio. Además hay que considerar que el

rescate de un gran número de indígenas fue ilegal por lo que posiblemente no existe registro de

ellos en las documentos oficiales, y por tanto los datos sobre el número de personas que

residieron en las rancherías para las pesca de perlas no son muy confiables. No obstante, Socorro

Vásquez y Hernán Correa (1989), a partir de varios documentos donde se aprecian algunos

interrogatorios que se hicieron a indígenas y a otros testigos, logran obtener un número

aproximado de quienes habitaron las pesquerías de perlas del Cabo de la Vela entre 1540 y 1570.

A pesar que estas cifras no son confiables del todo sí permiten de cierto modo, como los

investigadores lo mencionan, establecer algunas comparaciones en lo que respecta a la

disminución de los habitantes a través de los años (Tabla 1).

64
Habitantes de las Pesquerías de Perlas del Cabo de la Vela
entre 1540 y 1570
Cantidades por periodo
Habitantes
1540-48 1560 1570

Señores de Canoas (Dueños) 30 13 6


Cura 5 3
Administradores 2 1
Mayordomos 5 4
Canoeros 29 8
Indios 445 163 68
de perlas 120 55
arrieros 2
aguadores 1 2
de servicio 3 3
pajes 1 12 6
Indias 2 15 22
Negros 28 32 10
Criados 4 1

Tabla 1. Composición aproximada de los habitantes de las pesquerías de perlas del Cabo de la Vela entre
1540 y 1570 (Vásquez y Correa, 1989: 44).

Aunque los números no sean exactos sobre quienes realmente habitaron las pesquerías

durante estos años, al comparar los datos globales entre los periodos detallados, se puede

subrayar por un lado la disminución de la población, lo que seguramente tuvo que ver con las

dificultades para habitar dicho medio y por otro el incremento leve de indígenas utilizados en

otros oficios diferentes a la de la pesca de perlas. Este aumento podría haber reflejado la

aplicación de cierto modo de las Nuevas Leyes, donde se ordenaba que los indígenas deberían

ser retirados de los trabajos forzosos donde sus vidas peligraban.

Ahora bien, las rancherías como en el centro administrativo Nuestra Señora Santa María

de los Remedios del Cabo de la Vela estuvieron conformados básicamente por todos los

individuos que se han nombrado en la lista señalada en la Tabla 1. Siendo entonces la ranchería

65
en el Cabo de la Vela la unidad económica básica donde se realizaban las actividades dedicadas a

la extracción de perlas.

La estructura de este enclave tuvo entonces a la cabeza de su organización social y

económica a los señores de canoas quienes fueron españoles ricos que además de ser los dueños

de las haciendas de perlas, ocuparon los puestos políticos y sociales mas importantes de los

asentamientos, como los cabildos (Guerra, 1997). Sin embargo su presencia en las rancherías

habría sido ocasional quedando su administración bajo factores o mayordomos. Los mayordomos

generalmente fueron parientes de los dueños y se ocuparon de la administración de la ranchería

(Eugenio, 1992). Puntualmente se encargó de la vigilancia de los indígenas, velar por su

sostenimiento, hacerles cumplir las mínimas obligaciones católicas, evitar el contacto físico entre

hombres y mujeres, así como responder por la producción perlera y el mantenimiento de los

equipos para la pesca de perlas (Guerra, 1997). Enseguida de los mayordomos dentro de la

autoridad en las rancherías se encontraban los canoeros, cuya función estuvo estrictamente

relacionada con el control de los pescadores durante su faena diaria. Los canoeros, españoles y

de otras nacionalidades, fueron quienes tuvieron un contacto más directo con los buzos

indígenas, y por tanto se encargaron de hacer cumplir no sólo las metas sobre la cantidad de

perlas que debían ser extraídas durante cada jornada sino de mantener el funcionamiento de la

pesca, es decir el rendimiento de los indígenas tanto en tierra como en mar lo que significó la

aplicación de diversos castigos que muchas veces se tradujo en abusos hacia los mismos

indígenas (Guerra, 2007). En uno de los interrogatorios realizados a Pedro Cámara, un indígena

libre que habitó en una de las rancherías, contestaba acerca de los maltratos que los indígenas

recibían en general:

66
Preguntado que si los maltrataba y azotaban los dichos canoeros o los

mayordomos, dijo que el dicho Pedro Gallego los azota y maltrata porque no quieren los

indios sacar perlas como él quiere, y que Juan Beltrán también los azotaba y asimismo

otro que se dice Basco Martín, que solía estar por canoero, y que los géneros de los azotes

que los dichos canoeros dan es una vez amarrándolos y otras por amarrar y que no ha

visto que los azotes ninguno haya muerto, y que el mayordomo, que es Albornoz, les hace

buen tratamiento (Friede, 1955, IX: 275).

En la parte de la estructura social que habría sido controlada por mayordomos y canoeros

se encontraron los indígenas esclavos y naborías y esclavos africanos. Para el periodo de estudio,

sin lugar a dudas, el grupo con mayor población dentro de las rancherías fue la indígena. Estos se

trajeron de las Antillas en su gran mayoría y en menor cantidad de Suramérica, pocos fueron

rescatados de la región circundante al Cabo de la Vela o Rio Hacha. Entre estos se contarían a

los buceadores, a los cuales se les llamó indios de perlas capturados por la vía del rescate y

fueron quienes bajo el trabajo forzado debían extraer las ostras, cargarlas a la canoa y luego en

tierra desbullarlas para conseguir la perla. También estaban los indígenas para el servicio o pajes,

generalmente jóvenes, quienes se dedicaron a realizar diferentes ocupaciones diarias sirviendo a

los españoles y en labores generales dentro de la ranchería, como encargarse del

aprovisionamiento de agua, al cuidado de los animales y a tareas complementarias que consistían

en asistir a los pescadores de perlas (Vásquez y Correa, 1989). De acuerdo a Guerra (2007) los

pajes estuvieron en condiciones muy distintas a las de los buzos quienes eran esclavos. Los pajes

pudieron ser el producto del contacto entre mujeres indígenas y hombres europeos, por lo que en

algunos casos eran considerados libres. Las mujeres indígenas también estuvieron presentes en

las rancherías dado que dentro del sistema de encomiendas fueron obtenidas como esclavas.

67
Éstas trabajaron básicamente en las cocinas de las rancherías haciendo los alimentos para todos

los que allí residían. La convivencia entre hombres y mujeres indígenas desde un principio fue

prohibida pues se pensaba que las relaciones entre éstos habría podido disminuir el desempeño

de los indios de perlas.

Desde el inicio de la conquista los esclavos negros estuvieron presentes en América. Sin

embargo, durante esta primera etapa en las rancherías para la pesca de perlas los esclavos negros

ni habrían sido tantos como los buzos indígenas ni los habrían utilizados para la pesca. Solo

hasta más o menos 1570, fue remplazada la mano de obra indígena por la esclava africana. Como

bien se menciona en los interrogatorios “[…]en la dicha pesquería y granjería de perlas, no ha

visto hay hoy sacar a ningún negro perlas […]” (Friede, 1955, IX: 257). Incluso en las cedulas

reales es claro que existió la necesidad de llevar algunos esclavos negros para realizar oficios

específicos dentro de las pesquerías:

[…] por la presente damos licencia y facultad al concejo del pueblo de Nuestra

Señora Santa Maria de los Remedios o a quien su poder especial para ello oviere para que

destos nuestros reinos y señoríos o del reino de Portugal o islas de Guinea o Cabo Verde

puedan pasar e pasen a dicho pueblo y no a otra parte alguna cien esclavos negros, la

tercia parte henbras, para sus labranzas y grangerias, libres de todos derechos […] (Otte,

ed., 1961b: 206).

Los esclavos africanos fundamentalmente se dedicaron a vigilar a los esclavos indígenas,

a labores de labranza, sementeras, construcción de obras públicas, cría de ganado y a cargar agua

potable y leña, pero en algunos momentos, a pesar de su status de esclavo, alcanzaron oficios que

eran comunes a españoles. Como ya se había mencionado, algunos fueron puestos a vigilar a los

68
buzos, de capitanes de canoas, dirigiendo incursiones para rescatar indígenas e incluso como

mayordomos (Navarrete, 2003: 37).

En breve, la península de la Guajira, durante el contacto, fue habitada por diversos grupos

que se vieron en la necesidad de subsistir de acuerdo a las normas naturales, sociales y culturales

del momento. El periodo de contacto y colonial, indudablemente, trajo consigo efectos

dramáticos en todos aquellos grupos involucrados en el proceso, efectos que pueden traducirse

como cambios sociales, culturales, económicos y religiosos. Cambios que pudieron verse

reflejados en las estrategias de subsistencia y en la apropiación del espacio marítimo y terrestre.

Es por esto que evidencias como la alimentación y las estructuras físicas, podrían mostrar como

los participantes de este encuentro, eligieron ciertos productos y representaciones socioculturales

sobre otras, gracias a la heterogeneidad cultural y al entorno físico al cual se vieron enfrentados.

Lo anterior posiblemente llevó a la creación de un asentamiento en el que diversas culturas

debieron adaptarse al cambio, así fuese en detrimento de muchos rasgos culturales y sociales

propios de cada una de ellas.

Arqueología en Nuestra Señora y en la Ranchería de la Laguna de


San Juan
Con el fin de lograr los objetivos de investigación, fue necesario en primer lugar definir la

localización de las áreas de interés de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de

la Vela (E 01535652–N 01847389) y la ranchería de la Laguna de San Juan (E 01492287–

N01794470). Sobre estos dos sitios no solo se tuvo referencia porque fueron nombrados en

cedulas reales, por cronistas e informes de oficiales reales sino porque se identificaron en sitio, a

partir de evidencias arqueológicas (cerámica colonial y pozos de agua).

69
Para poder realizar un adecuada interpretación de las relaciones de poder y control social

entre los diferentes grupos del asentamiento español del siglo XVI en el Cabo de la Vela, se

creyó pertinente que el estudio involucrara distintos enclaves -el asentamiento español con sus

diferentes áreas y las rancherías- producto de esta empresa de perlas. Por esto se muestreo tanto

el área de la colonia de Nuestra Señora Santa María de los Remedios, como el de la ranchería de

la laguna de San Juan.

Fotografía 1. Características del terreno del área de estudio.

En un principio, el muestreo propuesto en el proyecto constaba de pruebas de pala cada

10 metros, cada una de ellas de 50 x 50 cm con una profundidad hasta donde se registrara el

70
material arqueológico colonial. Estas pruebas serían ubicadas en transectos que debían cubrir el

total del área de cada uno de los sitios. Sin embargo, al tener en cuenta el paisaje del área de

estudio, el cual se trata de una de las regiones “[…] más áridas del país, con tierras barridas por

fuertes vientos que incrementan las condiciones de sequedad y provocan considerable erosión

eólica [...]” y donde su vegetación “[...] es escasa y esparcida” (Gobernación de la Guajira, 2011:

24-25), resultó fácil hallar la evidencia en la superficie por lo que se decidió omitir la realización

de las pruebas de palas.

Este hecho permitió reconsiderar la manera de realizar el estudio en campo, desarrollando

un muestreo con base en una recolección superficial sistemática, que se ha llevado a cabo con

éxito en otros estudios similares a este (Ewen, 1991; Fowler, 2011; Deagan y Cruxent, 2002).

Básicamente se quiso recuperar todo el material en superficie cada 10 metros, de este modo se

estaría proyectando no sólo los limites de las áreas ocupadas durante el periodo colonial propio a

este estudio y la distribución del material sobre el área total, sino que se identificarían áreas

particulares con probables actividades de diferente índole. Es así como la geografía del territorio

guajiro, en particular de las áreas de estudio, (áridas y con fuertes vientos) han permitido que la

evidencia arqueológica, como cerámica colonial, vidrios de botellas, etc., se hallase sobre la

superficie, logrando su fácil acceso para identificar y registrar sin problema contextos

arqueológicos coloniales. No obstante, no se descartaron cortes y perfiles, intervenciones

arqueológicas en general que se realizarían y tendrían presentes en lugares puntuales con el

objetivo de examinar el subsuelo en zonas donde se hubiesen hallado en superficie evidencia

material que señalara la existencia de yacimientos arqueológicos en estratos sub-superficiales

que pudiesen sugerir áreas de vivienda o de actividades concretas. Este tipo de métodos

(sondeos, cortes y perfiles) permitió obtener tanto un registro estratigráfico, como la

71
identificación de ciertas evidencias (muros o cimientos de casas, huellas de postes, pisos etc.)

indicando posibles zonas donde se habrían edificado posibles estructuras para la residencia o el

ejercicio de alguna otra actividad, así como restos de fauna y otro tipo de evidencias que en los

muestreos superficiales habrían sido difíciles de registrar.

Fotografía 2 y Fotografía 3. Área con concentración de fragmentos cerámicos coloniales y locales y


detalle de la cerámica colonial.

Es así como la metodología propuesta inicialmente se reemplazó reconsiderando las

posibilidades de registrar la evidencia material de forma más eficaz, según su densidad y su

distribución. Hay que recordar que el propósito de esta etapa de campo se realizó con el fin de

alcanzar a tener una idea general de la organización espacial e identificar aquellas áreas discretas

en el asentamiento y en las rancherías. Se pensó que la metodología, aquí mencionada,

funcionaría mejor en cuanto a que abarcaba un mayor espacio y recuperaría una mayor densidad

de material arqueológico en superficie, material que podría ser en su gran mayoría la evidencia

existente en los sitios, debido, a las características del paisaje, como se mencionó anteriormente.

72
En síntesis, se sustituyó la manera de recoger la información, mas no su intensidad, pues esta

continuo siendo cada diez metros, comprendiendo el área total hasta no haber hallado más

evidencia.

Dado que la idea del muestreo y de la prospección arqueológica en general es considerada

como “la aplicación de un conjunto de técnicas para optimizar las probabilidades de

recuperación de materiales culturales que caracterizan el registro arqueológico en el ámbito de

un espacio geográfico conceptualmente definido” (Gallardo y Cornejo, 1985: 410) como

complemento a este método de recolección de datos se decidió utilizar la aplicación de métodos

geofísicos por medio de un radar de penetración terrestre (GPR) o georadar1. Este método, como

dicen Bujalesky, Montes y Santiago permiten obtener “interesantes resultados dentro del área

arqueológica, sobre todo en la detección de estructuras soterradas correspondientes a sitios

históricos” (2011:4). Esta técnica de muestreo, junto con la recuperación del material cultural

durante la recolección superficial, según la abundancia y diversidad de los artefactos españoles y

no-españoles asociados a estos sitios, buscó mapear la distribución de los artefactos y rasgos que

habrían indicado áreas concretas dentro cada uno de los enclaves examinados. Esta distribución,

y en concreto ciertos conjuntos de áreas discretas, se cree que pudo llegar a representar diferentes

componentes sociales y económicos. En este caso podrían haber hecho referencia a las dinámicas

de poder y control social que se generaron como resultado de las interacciones y estrategias

desarrolladas por y entre cada uno de los grupos (nativos, africanos y europeos) involucrados en

el poblamiento de Nuestra Señora de los Remedios del Cabo de la Vela, en contextos específicos

1
En este caso se llevó a cabo con la ayuda de Julián Gallego, arqueólogo experto en el uso de
esta técnica y con amplia experiencia en general en equipos geofísicos utilizados en diferentes
estudios arqueológicos.

73
(áreas domesticas) durante el periodo de contacto y colonización, siendo este el al objetivo

general de este proyecto.

Hay que tener presente que los análisis de las muestra registrada se realizaron buscando:

primero, demarcar el área de estudio, hallando los límites del asentamiento colonial y de las

rancherías, es decir que el muestreo iría hasta donde no se registrase más material colonial.

Segundo, determinar la organización espacial de cada sitio y así llegar a reconstruir el mapa tanto

de la ubicación de las áreas discretas (áreas domésticas, áreas comunales o publicas) como la

distribución probable de los diferentes grupos culturales en relación con los artefactos y restos

alimenticios recuperados (Deagan, 1995; Salamanca, 2009).

Gracias a los resultados de la primera fase junto con la aplicación de métodos geofísicos

por medio del radar de penetración terrestre (GPR) o georadar, fue posible ubicar unidades

discretas en cada uno de los enclaves para ser excavadas según pertenecieran a áreas domesticas

a cada uno de los grupos culturales (europeos y no-europeos) o a áreas con actividades

especializadas igualmente propias de cada grupo cultural. Con la identificación de estas unidades

y el plano de distribución de sectores puntuales para cada grupo cultural se realizaron 5

excavaciones en área por sitio, no más grandes de 10 m2.

Con las excavaciones se buscó registrar la distribución de las estructuras y de los

materiales de acuerdo con la abundancia y diversidad de los diferentes artefactos hallados,

europeos o no-europeos. Se consideró que las evidencias además de permitir la identificación de

áreas que hubiesen podido relacionarse con actividades exclusivas a alguno de los grupos

culturales que pudo haber habitado en el enclave, habrían ayudado a determinar las condiciones

de vida que allí se dieron. Por tanto, al comparar las evidencias entre unidades del mismo tipo

(p.e. restos de fauna en unidades domesticas; cerámica utilitaria o exótica, etc.), fue posible

74
determinar hasta cierto punto, la movilidad y restricción en relación a ciertos productos o

espacios que cada grupo tuvo durante la vida en la colonia, demostrando en cierta medida el

grado de control social que se habría reflejado en la idea de segregación.

La recolección superficial sistemática

Como se mencionó anteriormente, con el fin de registrar de manera rigurosa el material

arqueológico que pudiese corresponder al asentamiento colonial de Nuestra Señora de los

Remedios del Cabo de la Vela y a la ranchería para la pesca de perlas la Laguna de San Juan, se

estableció un sistema de cuadriculas de 10 x 10 m, orientadas de norte a sur, sobre cada una de

las áreas de estudio. El número de cuadriculas y distribución dependió de dos factores

principalmente: de la topografía del lugar y de la densidad cerámica. El límite del grid o retícula

del sitio se dio por la disminución y/o desaparición de evidencia arqueológica y por las

pendientes del terreno. En unos pocos casos el intervalo de algunas cuadriculas se vio afectado

por las características del paisajes, como rocas o plantas propias de la región, que impedían una

recolección superficial total; sin embargo, la mayoría del terreno se encontró despejado y con

muy buena visibilidad.

A su vez cada una de estas cuadriculas se subdividió en otras cuatro cuadriculas con el fin

de mantener un mayor control sobre la distribución del material hallado. Es decir, cada muestreo

contó con sub-cuadriculas de 5 x 5 m seguidas una de la otra. Es así como se consideró a cada

cuadricula como una unidad de registro confiable done se logró detectar la densidad y

distribución de cada tipo cerámico para cada sitio de estudio, además de poderse comparar entre

sí. Cada cuadricula y sub-cuadricula recibió un número de lote único, registrando el material

hallado en cada una de la misma manera (p.e. a las 4 sub-cuadriculas de la cuadricula 1 se les

asignó un sub-lote igualmente: 1A, 1B, 1C, 1D).

75
Fotografía 4. Cuadricula de 10 x 10 m.

La retícula de cada uno de los sitios, no solo se georeferenció a partir de un punto cero,

sino que se les realizó un mapa esquemático mostrando la orientación, tamaño y distribución de

cada cuadricula. En general, se recogió casi toda la evidencia arqueológica de cada una de las

cuadriculas, exceptuando algunas muestras de fauna marina dada la abundancia y tamaño de las

mismas, cuya técnica de recuperación será explicada en detalle más adelante así como el análisis

de dicha evidencia.

Reconocimiento Superficial en el Asentamiento Colonial Nuestra Señora Santa

María de los Remedios del Cabo de la Vela

Un total de 70 cuadriculas se extendieron sobre el área de estudio, cubriendo gran parte

de una superficie plana que se encuentra hacia el sur del cerro Ka’ika'ishi, que en español

significa expuesto al sol, sobre su falda a una altura aproximada de 17 msnm. Esto quiere decir

76
que el sitio, sin ser muy grande, habría ocupado unas 0.7 hectárea (7000 m2) de acuerdo a la

distribución y densidades del material registrado. Como se explicó, cada una de estas cuadriculas

se subdividió en cuatro, lo que permitió realizar un total de 280 sub-cuadriculas de 5 x 5 m

(Figura 2). Como resultado se obtuvo un patrón de distribución de la retícula que no fue regular

según se podría haber esperado si se tiene presente la idea de ciudad en cuadricula o

hispanoamericana de la colonia. No obstante, se trató de un patrón que al parecer obedeció a la

geomorfología del terreno, cuestión a la que más adelanta se volverá.

1 10 m
P

P

  

      

           

        

           

          

         

     

Figura 2. Área de estudio del asentamiento español del siglo XVI Nuestra Señora Santa María de los
remedios del Cabo de la Vela.

Las cuadriculas se habrían ido ubicando y añadiendo según se hallaba o no material o si

el terreno lo permitía. Asimismo al ir realizando la recolección por el terreno se habría

enumerado cada cuadricula indistintamente del orden espacial. De tal forma, se dispuso una

primera cuadricula de 10 x 10 m, estacando cada una de sus esquinas y luego encerrándola con

77
pita o metro. Una vez hecha la cuadricula se dividió la misma en las cuatro sub-cuadriculas

iguales de 5 x 5 metros. Una vez ésta estuvo lista, se inicio la recolección del material

arqueológico presente en cada sub-cuadricula. Este procedimiento se habría repetido una y otra

vez hasta llegar a la cuadricula 70, puesto que todo indicaba que con el registro de la evidencia

en esta última cuadricula se habría cubierto el área de ocupación del asentamiento español.

Fotografía 5. Panorámica del área de estudio Nuestra Señora Santa María de los remedios del Cabo de la
Vela.

En cuanto al material arqueológico recuperado, se halló material cerámico local y foráneo, vidrio

colonial, elementos de metal oxidado propio de materiales culturales utilizados durante la

colonia, algunos líticos, en su mayoría desechos de talla y restos de fauna marina y terrestre. Sin

duda alguna, el material que primó en el sitio fue la cerámica local seguida de algunos elementos

coloniales como fragmentos de loza y vidrios de botellas.

Una vez se recuperó toda la cerámica en superficie, se decidió realizar 5 cortes de 1 x 1

m, con el fin de aclarar algunas inquietudes. En primera instancia, se quería ver cómo era la

estratigrafía del sitio y por tanto saber la profundidad a la que se podría encontrar algún tipo de

evidencia arqueológica que correspondiera al presente estudio. Asimismo, se quiso averiguar la

78
frecuencia cerámica que pudiese hallarse bajo superficie y así asegurarse que el material

recolectado superficialmente habría sido en gran parte la evidencia de este tipo en el área. Por

último, se deseaba tener una idea aproximada de lo que podría estar significando la información

arrojada por el GPR, estudio que será detallado brevemente más adelante.

De tal forma se escogieron 5 puntos específicos dentro de las cuadriculas que habían sido

objeto de estudio con el georadar, para excavarse. Cada corte de 1 x 1 m, se controló excavando

niveles artificiales de 10 cm y revisando la tierra que salía de cada uno. Cada corte tuvo

profundidades aproximadas entre 25 y 40 cm, profundidad que no sorprende dada las

características del terreno mencionadas arriba. De tal modo, la excavación se detuvo una vez se

llegó al suelo estéril o en algunos casos una vez se hallaron rasgos que indicaran el piso de

ocupación.

Corte 1

El corte 1 se ubicó cerca a la esquina nororiental de la cuadricula 15, se excavaron tres

niveles artificiales de 10 cm, hasta llegar a los 30 cm. Una vez se bajó el primer nivel, hacia la

esquina nororiental del corte se observó una serie de rocas dispuestas unas junto a las otras. Con

el fin de poder determinar de qué se trataba dicha acumulación se decidió ampliar el corte 30 cm

hacia el costado norte del mismo. Una vez se amplió el corte, se continuó excavando hasta

advertir la base de la acumulación de piedras. La base de las piedras coincidió con la aparición

de un estrato diferente de arcilla, un suelo que podría denominarse estéril. A los 5 cm de

profundidad luego de empezar a excavar el primer nivel de la ampliación, hacia el costado norte

del corte se registró una huella de poste de unos 12 centímetros de diámetro, con una

79
profundidad de 20 cm desde la aparición del rasgo. La localización de la huella se dio

exactamente en la esquina noroccidental del corte 1 (Figura 3).

Figura 3. Corte 1, acumulación de piedras.

80
Corte 2

La excavación del corte 2 se realizó sobre el costado occidental de la cuadricula 1,

exactamente a 3 m hacia el norte de la esquina suroccidental. Se inicia la excavación del corte

bajando niveles de 10 cm hasta los 30 cm donde se advierte una acumulación de piedras, aunque

no tan abundante como la del corte 1, cerca a la esquina suroccidental. Con el fin de hallar la

base de esta pequeña concentración de piedras, se continua la excavación hasta llegar a los 40 cm

de profundidad donde finaliza la acumulación de piedras y se registra un horizonte arcilloso

moteado, bastante compacto (Figura 4).

Figura 4. Corte 2, acumulación de piedras hacia la esquina suroccidental.

81
Corte 3

El tercer corte se ubicó hacía la esquina nororiental de la cuadricula 13. Como el resto de

los cortes, se excavó por niveles de 10 cm hasta los 40 cm, registrando hacia el tercer nivel un

rasgo semi-rectangular cerca al centro del costado oriental del corte. Este rasgo o huella de poste

se detectó exactamente a los 25 cm de profundidad, con unas dimensiones de 14 x 14 cm y una

profundidad de unos 10 cm a partir del rasgo. El horizonte en donde aparece la huella es sin duda

más compacto y arcilloso que el estrato arenoso de los primeros 20 cm (Figura 5).

Figura 5. Corte 3, detalle de la huella de poste.

82
Corte 4

Se decidió que la excavación del corte 4 se haría hacia el costado sur de la cuadricula 12,

a 1.5 m de la esquina suroccidental. Este corte solamente alcanzó una profundidad de 20 cm

dado que hacia el costado norte del corte apareció el rasgo de una huella de poste cuadrada de

unos 15 x 20 cm, la que tuvo una profundidad de 25 cm a partir de la aparición del rasgo (Figura

6).

Figura 6. Corte 4, detalle de la huella de poste.

Corte 5

La excavación del último corte de 1 x 1 m, se hizo hacia el costado suroccidental de la

cuadricula 11. En el corte 5 se registró una huella al parecer de poste semi-cuadrarda

83
aproximadamente de 20 x 20 cm, localizada hacia el costado oriental, que se apreció sólo a los

35 cm de profundidad en el estrato de suelo arcilloso moteado. Esta huella tuvo algunas

particularidades en comparación con los otros rasgos o huellas registradas, ya que las

dimensiones de la misma fueron de mayor tamaño, así como su profundidad que fue de 30 cm a

partir del rasgo (Figura 7).

Figura 7. Corte 5, de la huella de poste.

Con la excavación de los 5 cortes fue posible confirmar la idea de que el material

arqueológico, como cerámica y loza propia al periodo de estudio, estaba en su mayoría en la

superficie. No se alcanzó a registrar más de unos 5 fragmentos cerámicos por corte. Sin lugar a

dudas, las áreas escogidas para los cortes correspondieron con rasgos (huellas de postes y

84
acumulación de piedras) que de acuerdo a los datos del georadar se trataban de alteraciones

bastante evidentes, aun cuando hasta antes de realizar los cortes no se supiera con exactitud en

qué consistían. Por último fue posible determinar las características de la estratigrafía y su

relación con la evidencia cultural, que en general será consistente con todas las excavaciones

realizadas en el área de estudio.

Figura 8. Estratigrafía el sitio Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela.

El primer estrato consintió de un suelo arenoso de color amarillo rojizo (7.5YR 7/6) con

una profundidad entre 10 y 20 cm. El siguiente estrato, se trató de un suelo arcilloso de color

pardo-amarillo claro (10YR 6/4). El último estrato cambio abruptamente, a un suelo color piel

(7.5YR 8/4) muy suelto, plástico, con motas arcillosas blancas que no presenta actividad

antrópica. Hacia los primeros 20 cm en general, es decir en el primer estrato arenoso, se hallaron

pequeños fragmentos de cerámica local tipo portacelli. En el siguiente estrato es donde se

registran los rasgos de las huellas y las acumulaciones de piedras que podrían haber sido parte de

las bases de muros o pisos de algún tipo de estructura para vivienda (Figura 8).

85
Reconocimiento Superficial en la Ranchería para la pesca de perlas en la Laguna de

San Juan

Utilizando la misma metodología de la recolección superficial en el asentamiento español

y centro administrativo Nuestra Señora Santa María de los Remedios, se dispusieron las

cuadriculas de 10 x 10 m y luego se subdividieron en sub-cuadriculas de 5 x 5 m sobre el área

que los españoles fundaron como la Ranchería para la pesca de perlas de la Laguna de San Juan.

Fotografía 5. Panorámica de la ranchería para la pesca de perlas en la Laguna de San Juan.

En este sitio se lograron localizar un total de 25 cuadriculas (Figura 9), es decir que se

puede hablar de un área al parecer no mayor a un cuarto de hectárea (0.25 h). La ranchería según

el material recolectado en campo se encontraba a pocos metros del mar, a una altura de unos 6

86
m.s.n.m. (Fotografía 5). Aunque en esta ocasión el patrón en la distribución de las cuadriculas,

de acuerdo al registro del material y de la topografía, parece haber sido algo menos irregular,

sigue sin ser un área rectangular o cuadrada, como se supone habría sido la disposición de los

asentamientos para la época de la colonia.

20P
1 m







































Figura 9. Plano de la ranchería para la pesca de perlas en la laguna de San Juan.

Considerando el poco tiempo que se tuvo para el resto del trabajo de campo, se tomó la

decisión de concentrarse en la recolección superficial del sitio, optando mejor por la descripción

de un perfil cercano a la cuadricula 1 para determinar la estratigrafía del sitio y ver si se

comportaba de manera similar al de Nuestra Señora. Con esto se podrían comparar tanto los

87
resultados de las áreas alteradas (anomalías) según los datos arrojados con el GPR en ambos

sitios, así como si el estrato cultural y estéril habrían estado presentes de la misma forma.

Figura 10. Estratigrafía del área de estudio de la Ranchería para la Pesca de Perlas en la Laguna de San
Juan.

El primer estrato, al igual que en el Cabo de la Vela, consistió de un suelo arenoso de

color café claro (7.5YR 6/4), con una profundidad aproximada de 10 cm. El siguiente estrato fue

un suelo arenoso cargado de mucha sal, cuya textura no es muy específica debido a esto, su color

era café muy pálido (10YR 8/3) y de una profundidad entre los 10 y los 30 cm. El tercer estrato

que se detectó correspondió a un suelo arcillo-arenoso con alto contenido de sal, de color

amarillo-parduzco con una profundidad entre los 30 y los 50 cm. Los siguientes tres estratos se

88
trataron de unos horizontes de transición (B1, B2 y B3). El último estrato de color oscuro pardo-

amarillo, consistió de un suelo arcilloso con una profundidad que iba desde los 70 cm hasta

aproximadamente los 90 cm -1m (Figura 10). Dado que las características de la estratigrafía

presentada en la ranchería fueron similares a las del Cabo de la Vela y como se observa más

adelante en la descripción de las excavaciones realizadas para este sitio se puede asumir que la

evidencia arqueológica en el sub-suelo se ha comportado de la misma forma: en un primer

estrato arenoso se halló material cultural y en el siguiente estrato con algo de arcilla, se

registraron con mayor claridad los rasgos como las huellas de poste.

Prospección Geofísica con el uso del Georadar en Nuestra Señora Santa María de

los Remedios del Cabo de la Vela y la Ranchería La laguna de San Juan

Como se señaló, otra de las metodologías que se empleó en campo fue el uso del georadar

con el fin de detectar evidencias que durante la recolección superficial no habrían podido ser

identificadas dada la profundidad del muestreo. El uso de dicha herramienta no sólo ahorró

tiempo sino que fue eficaz ya que contribuyó a abarcar una gran área de terreno sin necesidad de

excavarlo en su totalidad. El trabajo en campo y análisis de los datos que arrojó el georadar y que

se exponen en el presente estudio fueron realizados por Julián A. Gallego (2014).

El georadar o GPR permite a través de la emisión de ondas electromagnéticas interactuar

con los diversos materiales de los que se compone el suelo estudiado y de esa forma se generan

unas imágenes o radragramas en los cuales se proyectan las alteraciones existentes en el suelo

(anomalías) de todo tipo; pero es en la interpretación del contexto arqueológico que muchas de

ellas cobran el sentido que permitirá́ al arqueólogo realizar la adecuada formulación de las

excavaciones.

89
Tanto para el yacimiento del centro administrativo español del siglo XVI como en el de la

ranchería para la pesca de perlas se utilizó un Georadar SIR 3000 de la marca GSSI, con antena

de 400 MHz programado con una constante dieléctrica de 4.93 para tipo de suelo árido.

Puntualmente para el asentamiento de Nuestra Señora Santa maría de los Remedios del Cabo de

la Vela se prospectaron en total de 21 grillas de 10x10 m con un interlineado de 1m y patrón de

toma de datos en Zigzag en los ejes X y Y respectivamente para un total de 22 líneas por grilla.

El orden de lectura fue Norte - Sur con números de grilla de 1 a 22 (Figura 11). De esta forma, el

área prospectada cuenta con una gran cobertura de la terraza antrópica y en el cual se encuentra

una alta densidad de anomalías en el subsuelo que apuntaron a una compleja densidad de restos

arqueológicos (Gallego, 2014).

6 8 10

5 12 11 19

4 13 14 18 20 22

3 16 15 17 21 23 23

1 0m 10m

Figura 11. Mapa de anomalías1nivel 0-30 cm del área del yacimiento de Nuestra Señora santa María de
los Remedios del Cabo de la Vela.

90
En la ranchería para la pesca de perlas La laguna de San Juan se prospectaron un total de

8 grillas de 10 x10 m con interlineado de 1m y patrón de toma de datos en Zigzag en los ejes X y

Y respectivamente para un total de 22 líneas por grilla (Figura 12). El orden de lectura también

fue de Norte - Sur con números de grilla de 1 a 22. En esta ocasión le grado de anomalías no fue

tan marcado como en el asentamiento de Nuestra Señora de los Remedios (Gallego, 2014).

10 m

Figura 12. Mapa de anomalías nivel 0-30 cm del área de la ranchería para la pesca de perlas de la Laguna de
San Juan.

91
Según el informe presentado por el investigador Gallego, las evidencias obtenidas

permitieron hacer un análisis sobre el comportamiento electromagnético del subsuelo sugiriendo

por un lado que las zonas en donde no se resaltan anomalías implican una homogeneidad del

suelo, es decir que no hay perturbación por algún tipo material o desorden estratigráfico producto

de la alteración humana o por procesos geomorfológicos externos. Y por otro lado, los datos y

análisis no evidencian una relación directa entre forma y color de la anomalía que indique que

son el mismo objeto arqueológico enterrado; sin embargo, se presentan algunas anomalías que

por sus características de color y forma son similares pero no refirieren al mismo elemento

arqueológico en todos los casos. Ahora bien, las manchas referentes a contextos arqueológicos

presentan patrones geométricos que se encuentran muy bien definidos para lograr identificarlos

sin mayor dificultad, lo que permitió́ tomar estas imágenes como punto de partida para la

interpretación de los datos y clasificar las zonas con potencial arqueológico en relación con los

materiales recuperados superficialmente.

Excavaciones

La excavación de estas unidades que fueron más amplias que los cortes de 1 x 1 m que se

realizaron durante la primera fase en el asentamiento de Nuestra señora Santa María de los

Remedios del Cabo de la Vela, se hizo con el fin de recuperar evidencias culturales como

artefactos, rasgos y restos de fauna que suministraran con detalle información que permitiera

evaluar y comparar la proporción del material europeo o no-europeo en cada una de ellas para

luego comparar los resultados de dichas áreas discretas, que con antelación habrían sido

relacionadas con alguno de los posibles grupos culturales identificados (europeos o no-

92
europeos), con el objeto de evaluar si realmente se dio cierto grado de segregación en alguno de

los aspectos considerados.

Para cada uno de las áreas de estudio se consideró en principio la realización de 5

excavaciones que inicialmente se llevarían a cabo a partir de un corte de 2 x 2 m y de ser

necesario se ampliarían. Únicamente para el yacimiento de Nuestra Señora Santa María de los

Remedios se extendieron 3 de las 5 excavaciones realizadas dadas las evidencias que se

registraron en las primeras cuadriculas de éstas. No obstante, como se presentaran en los análisis,

los diferentes tamaños de las excavaciones estadísticamente podrán compararse para identificar

tendencias como el acceso a cierto tipo de artefactos o restos de fauna según el grupo cultural.

Selección de las unidades de excavación en Nuestra Señora Santa María de los Remedios
del Cabo de la Vela

En primera instancia, como se explica en detalle más adelante, se identificaron aquellas

áreas con mayor concentración de materiales europeos y aquellas con materiales no-europeos.

Una vez se obtuvo esa organización espacial y se identificaron aquellas áreas discretas en el

asentamiento y en la ranchería2, gracias a la clasificación de los materiales, de acuerdo con la

abundancia y diversidad de los diferentes artefactos hallados, ya fuesen europeos o no-europeos,

se pudo determinar el posible grupo cultural que ocupó o realizó algún tipo de actividad en un

área determinada, como ya se ha hecho mención.

2 Los estudios realizados por Salamanca (2009), Deagan (1995) y Deagan y Cruxent (2002), han demostrado que los
sondeos pueden proveer rasgos relacionados con la distribución de casas y patios, así como materiales que de
acuerdo a su tipología y función pueden sugerir actividades en área y patrones culturales específicos.

93
Es así como a partir del análisis del material arqueológico recuperado durante la

recolección superficial de las áreas culturalmente diferenciadas entre europeos y no-europeos y

de las anomalías que gracias a las imágenes del GPR se pudieron observar, se contrastaron los

resultados de ambas metodologías desarrolladas, señalando algunos sectores que parecían ser

propicios para la excavación de posibles unidades de actividad antrópica desarrollada durante la

colonia. Este ejercicio resultó ser más efectivo en el área de estudio de Nuestra Señora Santa

María de los Remedios que en la ranchería de San Juan, ya que, como se mencionó, tanto las

anomalías como la división entre sectores europeos y no-europeos tuvo una mayor demarcación.

Figura 13. Localización de las unidades de excavación en Nuestra Señora santa María de los Remedios del
Cabo de la Vela.

Lo anterior, permitió seleccionar con mayor confianza 5 áreas de excavación en el

asentamiento de Nuestra Señora, gracias a la interpretación de los resultados de las imágenes del

georadar y del análisis material cultural hallado durante la primera fase (Figura 13). Es así que se

94
excavaron dos unidades en los sectores que fueron determinados como europeos, dos en el sector

no-europeo y una excavación que se encontraba en el área que parecía no pertenecer a ninguno

de los grupos culturales, pero donde las anomalías que se presentaron en el georadar hicieron que

ésta área resultara interesante para excavar por la posibilidad de no estar relacionado con un

sector particular y sí con una de las áreas de actividad común a ambos sectores.

Unidad de Excavación NS-1

Está unidad de excavación arqueológica se localizó hacia el extremo este del área de

estudio de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela, exactamente hacia

el noroeste de la cuadricula 24 del reconocimiento superficial. La distribución del material

cultural registrado durante la recolección superficial en dicha área, señalan una alta frecuencia de

elementos de hierro y vidrio, además de fragmentos de cerámica colonial, indicativo de áreas de

actividad propias a grupos culturales europeos. Las imágenes que arrojó el estudio del georadar

parecerían estar mostrando cierto comportamiento de perturbación junto al material

arqueológico, apuntaron a que este sitio tendría características interesantes propias para ser

excavado.

La excavación NS-1 abarcó un área de 4 m2, con una profundidad no mayor a 10 cm

dadas las características del terreno en ésta área en particular. Básicamente, se registró una

concentración de piedras coralinas, que no permitió excavar el área por niveles de 5 cm, por lo

que se decidió bajar un solo estrato de 10 cm, dejando al descubierto en gran parte un horizonte

de arena parda con abundantes rocas de tamaños considerables, que podrían haber sido parte de

un posible piso. No obstante, no fue posible indicar con exactitud si dicho piso habría sido

95
natural o se aprovechó y modificó antrópicamente durante el periodo de tiempo del

asentamiento, con el fin de acondicionar unidades domesticas en el sitio (Figura 14).

B C

A D

Figura 14. Rasgos Unidad de excavación NS-1.

A pesar de las características del terreno así como de la baja frecuencia de material

hallado, se consideró que esta área tuvo materiales especiales registrados durante la recolección

superficial que no se hallaron en las unidades consideradas no-europeas. En general en la

excavación se registraron unos pocos fragmentos cerámicos y restos de fauna marina.

Unidad de Excavación NS-2

La excavación NS-2 se localizó en la cuadricula 16 del reconocimiento superficial, hacia

el extremo suroeste. La frecuencia del material arqueológico, que se clasificó como local o no-

96
europeo, registrado para esta cuadrícula durante la recolección, fue considerablemente alta,

especialmente para la sub-cuadrícula A (n=1160) de esta área donde se realizó puntualmente la

excavación. Asimismo, la lectura de las imágenes emitidas por el georadar (Figura 16) indicaron

algunas anomalías interesantes que coinciden con la alta frecuencia y distribución del material

arqueológico, antes señalado.

F G

NS-2/2

E B C
NS-2/3

NS-2/6
NS-2/1

A D
NS-2/5

NS-2/4

Figura 15. Rasgos Unidad de excavación NS-2. (Líneas intermitentes posible patrón de la orientación de
las huellas).

Esta excavación (Figura 15) se inició con un área de 4 m2 que se amplió luego a 7 m2.

Son tres los estratos que se registraron, el primero se trató de un horizonte de unos 12 cm de

arena bastante suelto de color pardo-amarillo, seguido por una capa de suelo arenoso pardo-

amarillo mas compacto que contuvo unas manchas pequeñas blancas (caliza), horizonte que se

presentó entre los 12 cm y 25 cm de profundidad. El último estrato estuvo compuesto por un

97
suelo areno-arcillosos de color amarillo claro bastante compacto. En los primeros niveles (0 -5

cm y 5 – 10 cm) se halló la mayor frecuencia de material lítico, cerámico y restos de fauna, en

especial se recogieron abundantes restos de ostras de perlas en la cuadrícula C. Además del

material arqueológico, se registraron 6 huellas de poste rectangulares de diferentes tamaño y

profundidades (Tabla 2), que se evidenciaron entre los 5 y 10 cm de profundidad, asociándose al

material cultural. El suelo hallado en las huellas de poste, en general fue arenoso, suelto y de

color ceniza (mas grisáceo), además se registraron en ellas algunos restos de fauna, cerámica y

carbón.

Huella Profundidad Dimensiones

NS-2/1 25 cm 38 cm x 20 cm
NS-2/2 20 cm 14 cm x 16 cm
NS-2/3 22 cm 20 cm x 21 cm
NS-2/4 22 cm 24 cm x 20 cm
NS-2/5 19 cm 19 cm x 15 cm
NS-2/6 17 cm 25 cm x 22 cm

Tabla 2. Dimensiones de las huellas de poste en NS-2.

Debido a la aparición de las huellas de poste, se decidió ampliar la excavación original de

4 m2 con tres cuadriculas más de 1 x 1 m cada una, y así intentar seguir el patrón de las huellas

que se registraron en la cuadrícula B (Figura 15). La excavación finalizó a los 30 cm de

profundidad, donde se registró el estrato areno-arcilloso y fue culturalmente estéril.

Con la ampliación de la excavación no se registraron mas huellas de poste; sin embargo,

sí se apreció una gran cantidad de conchas (bivalvos). En cuanto al patrón en la distribución de

las huellas de poste, fue difícil indicar hacia donde se habría dirigido la posible estructura aún

cuando algunas de estas se registraron cerca y aparentemente en línea. Según estas

98
observaciones, las paredes de esta estructura o estructuras podrían haber tenido una dirección en

sentido noroeste-sureste y otra en dirección noreste-suroeste.

Figura 16. Distribución de las huellas de poste en la excavación NS-2 y de las anomalías registradas por el
georadar en la cuadricula 16.

Ahora bien, si se comparan las huellas de poste registradas en la excavación, junto con las

anomalías del georadar, es posible sugerir cierto patrón en la distribución o dirección de la

posible estructura. Dado que no se excavaron las otras anomalías, debe tomarse esta

interpretación con cuidado. Se aprecia que algunas de las anomalías se superponen sobre las

huellas excavadas, al seguir estos rasgos en particular, se observa cierta proyección lineal de las

huellas tanto en la excavación como en la imagen de georadar (Figura 16). Debe destacarse, que

las huellas en este caso habrían sido rectangulares, y la disposición de las mismas y de las

anomalías fue lineal y no circular como se presentan en varios bohíos prehispánicos.

99
Unidad de Excavación NS-3

La unidad NS-3 corresponde a una excavación arqueológica que se localizó en la

cuadricula 17 del reconocimiento superficial, aproximadamente hacia el centro de la misma. A

diferencia de las otras 4 unidades excavadas, está no se escogió por su correspondencia con uno

de los grupos culturales mencionados, sino por la ausencia de éstos y por las anomalías

presentadas en las imágenes del GPR. Este fue un área que estuvo desprovisto de una alta

frecuencia cerámica, y por tanto estadísticamente no fue posible asociarlo a unos u otros

habitantes, sino que pareciese que hubiese sido un área limítrofe entre estos grupos o un área

posiblemente publica, como una especie de plaza.

B C

A D

Figura 17. Rasgos Unidad de excavación NS-3.

100
La excavación NS-3 constó de 4 cuadriculas de 1 m2, que se descendieron hasta los 40

cm de profundidad (Figura 17). Desde el primer nivel se observó un suelo de arena que a medida

que se iba excavando variaría la compactación y textura de la misma. El primer estrato (0 - 5

cm), constó de un suelo de arena fina, seguido de una capa de arena granular de 5 cm poco

compacta donde se registraron acumulaciones de conchas para alimento y restos de las ostras de

donde se habrían extraído las perlas. Estas se encontraron espacialmente distribuidas por todo el

corte; no obstante, se hallaron mayores concentraciones en las cuadriculas A, B y D. Aún cuando

la acumulación de ostras de perlas fue alta, la presencia de otros elementos no tuvo una

frecuencia alta. Asimismo se registró la agrupación de unas rocas aparentemente acondicionadas

antrópicamente que por su disposición parecería que se trató de un piso.

0m 10m

Figura 18. Imagen del GPR. Proyección acumulación de piedras señalando un camino de unos 30 m de
largo.

101
Ahora bien, al contrastarse este tipo de acumulación con las anomalías similares

presentes en las imágenes del georadar de la misma cuadricula y de otras cuadriculas, es posible

sugerir cierto patrón lineal que podría haber tenido una proyección de unos 30 m de largo,

señalando la posibilidad de que se trató de un camino de 1 m de ancho de acuerdo a la

acumulación de rocas registradas en la excavación (Figura 18).

La siguiente capa (10 – 20 cm), continuó siendo un suelo de arena granular poco

compacto. Entre los 20 y 30 cm de profundidad, hacia la pared sur de las cuadriculas A y D se

registraron unas rocas iniciando su proceso de meteorización, de color rosa muy pequeñas. En

este estrato la frecuencia del material fue bastante bajo, registrándose solo algunas conchas.

Hacia la pared norte de la excavación se apreció un evidente cambio en la compactación del

suelo de textura arcillo-arenoso con un moteado blanco propio de la sal. En el último estrato (30

– 40 cm), el moteado blanco se distribuyó por todo el corte. Se trató de un suelo mas claro

amarillo, muy compacto difícil de excavar, donde sólo hubo presencia de unas pocas conchas

pequeñas.

Unidad de Excavación NS-4

La unidad de excavación NS-4 se localizó en la cuadrícula 12 del reconocimiento

superficial, hacia el centro del costado oeste de la misma. Aunque la frecuencia cerámica en esta

área se consideró baja en comparación a otras, donde el material clasificado solamente fue local

y que estadísticamente se ubicó dentro del área no-europea, se decidió situar la excavación en

esta cuadrícula más por las anomalías que aparecieron en las imágenes proyectadas por el

georadar, es decir por la concentración y distribución de las mismas, que por su frecuencia

cerámica.

102
F J

E B C

I D

A
H

Figura 19. Rasgos Unidad de excavación NS-4.

Se inició la excavación con un corte de 4 cuadrículas de 1 m x 1 m cada una, corte que

luego se fue ampliando con el fin de buscar algún patrón de las evidencias registradas en las

primera cuadrículas, hasta llegar a los 10 m2 y 20 cm de profundidad. Se pudieron apreciar tres

estratos, siendo el primero un suelo arenoso suelto de 10 cm de profundidad. En este estrato,

particularmente en los primeros 5 cm excavados, se registró la mayor frecuencia de material

cerámico, conchas y desechos de talla a través de todas las cuadriculas. Para los siguientes 5 cm

(5 – 10 cm), la frecuencia registrada de material arqueológico fue menor. En este nivel se

comenzaron a apreciar algunas huellas de poste y una concentración de rocas, aparentemente

acomodadas intencionalmente, como las que se observaron en la excavación NS-3.

103
Huellas Profundidad Dimensiones
NS-4/1 17 cm 22 cm x 17 cm
NS-4/2 17 cm 12 cm Ø
NS-4/3 13 cm 12 cm Ø
NS-4/4 17 cm 14 cm x 12 cm
NS-4/5 10 cm 10 cm Ø
NS-4/6 17 cm 11 cm Ø
NS-4/7 5 cm 10 cm Ø
NS-4/8 14 cm 11 cm Ø
NS-4/9 24 cm 14 cm Ø

NS-4/10 19 cm 14 cm Ø

NS-4/11 17 cm 13 cm x 11 cm
NS-4/12 16 cm 20 cm x 15 cm
NS-4/13 15 cm 14 cm x 10 cm
NS-4/14 15 cm 12 cm Ø
NS-4/15 19 cm 14 cm Ø
NS-4/16 22 cm 12 cm Ø
NS-4/17 20 cm 14 cm x 10 cm
NS-4/18 24 cm 18 cm x 16 cm
NS-4/19 26 cm 20 cm x 16 cm
NS-4/20 13 cm 20 cm x 16 cm
NS-4/21 25 cm 19 cm x 16 cm
NS-4/22 15 cm 17 cm Ø
NS-4/23 18 cm 15 cm Ø

Tabla 3. Dimensiones de las huellas de poste en NS-4.

En el siguiente estrato (10 – 20 cm), se apreció un suelo areno-arcilloso bastante

compacto de color pardo amarillo. La frecuencia cerámica entre los 10 y 15 cm de profundidad

fue baja en comparación con los niveles anteriores; no obstante, se observó con mayor intensidad

tanto la acumulación de rocas como en el número de huellas de poste. En el siguiente nivel, entre

15 y 20 cm de profundidad se hizo evidente el afloramiento de rocas, mientras que la frecuencia

cerámica fue aún menor, prácticamente nula. Una vez se llegó a los 20 cm de profundidad, se

observó el tercer estrato, compuesto por un suelo arcillo-arenosos muy compacto de color

104
amarillo claro. Aún cuando unos pocos fragmentos cerámicos se registraron en este último nivel,

se decidió finalizar la excavación en este punto, considerando que ya se había llegado al piso de

la unidad domestica y que por tanto al continuar excavando se habría hallado solamente el

estrato culturalmente estéril a la vez que se habría destruido la evidencia estructural de la unidad

(Figura 19).

En esta excavación se alcanzaron a registrar un total de 23 huellas de poste, en su gran

mayoría rectangulares con diferentes medidas y profundidades (Tabla 3). De nuevo el suelo de

las huellas fue una arena grisácea que contenía algunos fragmentos de cerámica, carbón y

conchas. No es posible hablar de un patrón claro en la distribución de las huellas; sin embargo,

se alcanzaron a identificar algunas huellas que por su cercanía y dirección parecen haber estado

alineadas, mientras que algunas de estas alineaciones parecen intersectarse señalando lo que

podría haber sido una estructura rectangular. Este tipo de alineación también alcanza a percibirse

en las anomalías de la imagen del georadar.

Otro de los rasgos distintivos en esta unidad de excavación fue la acumulación de rocas,

concentradas en dos espacios particulares del área excavada. Ambas concentraciones tuvieron de

ancho un poco mas de 1 m, similar a la que se halló en la excavación NS-3. Sin lugar a dudas, se

trató de la adecuación antrópica de estas rocas, probablemente, con el propósito de crear un piso

más solido y compacto que un suelo de solo arena.

Unidad de Excavación NS-5

La excavación NS-5 se ubicó hacia el oeste del área de estudio, entre las cuadrículas 58 y

54. Dado que para esta área no se tenían imágenes de las anomalías arrojadas por el georadar, se

105
estimaron únicamente los resultados de la recolección superficial. Era importante poder obtener

información de una segunda área de actividad que había sido clasificada como europea, para

poder tener un mayor rango de comparación entre unidades europeas y no-europeas. Por tanto, se

determinó que sería un buen complemento para el estudio realizar una de las excavaciones en

dicha área (UE2), ya que se había realizado una de las otras excavaciones en el sector UE1. Por

tanto se tendría dos unidades de excavación en el sector central no-europeo, dos excavaciones en

cada uno de los sectores europeos y una excavación en un área que al parecer no tenía afiliación

a ninguno de estos sectores.

F B C G
NS-5/3

NS-5/4
NS-5/2

E A D

NS-5/1

Figura 20. Rasgos Unidad de excavación NS-5.

La escogencia puntual de está área dentro de dicho sector se debió a que alrededor de esta

área la frecuencia del material arqueológico registrado fue considerablemente alto, indicando que

106
en el centro de esa concentración de cerámica y herramientas en metal, podría haberse ubicado

una unidad de vivienda o un área general de actividad europea.

Esta excavación se inició como un corte de 4 m2 que posteriormente, al igual que otras

excavaciones en el área de estudio de Nuestra Señora Santa María de los Remedios, se amplió

hasta 7 m2 buscando poder llegar a registrar algún patrón de rasgos (huellas de poste) propios a

estructuras. Dada las características del terreno y las evidencias que se registraron en esta área, se

excavó únicamente dos niveles en las cuadrículas B, C, D y E, dado que las rocas y su

disposición no permitieron continuar, aunado al hecho de que se hallaron 3 huellas, lo que

sugiere que este fue el piso de la unidad. Solamente se excavó un nivel en las cuadriculas F y G

por las mismas razones expuestas anteriormente, sólo que en esta ocasión se registró un lecho de

rocas y 1 huella completa y parte de otra en ese primer nivel. En la cuadrícula A se excavaron 4

niveles (20 cm profundidad) para contar con un control estratigráfico y de registro de la

evidencia cultura (Figura 20).

La estratigrafía resultó en un solo horizonte de arena suelta de color pardo rojizo (5YR

4/8) con abundantes rocas coralinas, al parecer depositadas naturalmente. En general, en el

primer estrato fue donde se hallaron algunos fragmentos cerámicos, líticos y restos de fauna

marina. En total se registraron 4 huellas de poste con diámetros entre 13 y 17 cm y a diferentes

profundidades (Tabla 4). En esta ocasión, las huellas fueron circulares y no rectangulares como

sí se observaron en las otras excavaciones; no obstante, se registró en las huellas la misma arena

de color ceniza y mas suelta, como se venía evidenciando en las huellas de las otras

excavaciones. No fue posible definir ningún patrón en lo que respecta a la distribución de las

huellas de poste, pero sí se pueden resaltar las características del terreno, un piso de roca

107
dispuesta naturalmente sobre el cual se registró esta unidad y que fue similar al de la excavación

NS1, considerada también europea.

Huella Profundidad Dimensiones


NS-5/1 9.5 cm 16 cm Ø
NS-5/2 7 cm 13 cm Ø
NS-5/3 19 cm 13 cm Ø
NS-5/4 9 cm 17 cm Ø

Tabla 4. Dimensiones de las huellas de poste en NS-4.

Selección de las unidades de excavación en la Ranchería de San Juan

La ubicación de las 5 unidades excavadas durante la segunda fase de campo se decidió de

acuerdo a los resultados del análisis del material recuperado durante la recolección superficial de

las 25 cuadriculas reconocidas en la Ranchería para la pesca de perlas de la Laguna de San Juan

junto, además de que se contrastó dicha información con la de la prospección con GPR

(georadar), como se hizo con la información de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del

Cabo de la Vela (Figura 21).

Figura 21. Localización de las unidades de excavación en la Ranchería para la pesca de perlas de La
Laguna de San Juan.

108
En general los resultados de los análisis de las evidencias obtenidas a partir de ambos

métodos de campo, señalaron que no existió una marcada diferencia entre áreas europeas o no-

europeas, por lo que fue más difícil para este yacimiento la elección de las unidades de

excavación. No obstante, al examinar algunas áreas que al sobreponer la frecuencia del material

arqueológico recuperado durante la recolección y las imágenes de las anomalías del georadar, se

lograron observar algunas unidades que parecían contener cierto tipo de actividad antrópica

interesante para compararse entre ellas con el fin de evaluar si hubo o no segregación de algún

tipo en el sitio en general.

Unidad de Excavación SJ-1

La unidad de excavación SJ-1 se localizó en la cuadricula 8 del reconocimiento general,

prácticamente hacia el centro de la misma (Figura 22). De acuerdo a la frecuencia del material

arqueológico, fue un área con considerable material local (no-europeo) y europeo. En cuanto a

las anomalías se registró un cambio en el suelo que parecería haber señalando algún tipo de

perturbación del terreno. Al contrastar los datos de la recolección y del georadar se estimó que el

área sería un buen candidato para su excavación.

Se excavó un corte de 4 m2 sin llegar a ampliarse, debido a que no se registró ninguna

evidencia o rasgos que señalaran que allí se habría levantado algún tipo de estructura durante el

periodo de estudio o en otro momento de la historia del lugar. Se descendieron 6 niveles de 5 cm

cada uno, llegando a una profundidad de 30 cm. Se alcanzó a registrar un primer estrato de arena

de color pardo-amarillo, semi-compacto entre los 0 y 10 cm de profundidad donde se halló la

mayor frecuencia de material arqueológico.

109
B C

A D

Figura 22. Unidad de excavación SJ-1.

El siguiente estrato (10-30 cm) estuvo compuesto por un suelo arcillo-arenoso bastante

compacto de color amarillo. A partir de esta capa el material va disminuyendo a medida que se

van excavando los distintos niveles hasta desaparecer en el último.

Unidad de Excavación SJ-2

La excavación SJ-2 se ubicó en el extremo suroeste de la cuadricula 7 de la recolección

general. Al igual que la anterior excavación (SJ-1), se decidió realizar el corte por las anomalías

registradas con el GPR y la frecuencia de la cerámica y del material arqueológico en general

hallado en está área. Aunque las anomalías no fueron tan claras como en Nuestra Señora Santa

María de los Remedios, así como tampoco fue clara una diferenciación entre áreas que pudiesen

110
corresponder a grupos europeos o no-europeos, es una de las áreas que presenta un mejor

contraste entre datos arrojados por ambos estudios (recolección y georadar).

A B
SJ-2/1

D C

Figura 23. Unidad de excavación SJ-2.

Está excavación solo tuvo un tamaño de 4 m2 ya que no se vio la necesidad de ampliarla

dado que no se observaron anomalías en el GPR o se registraron evidencias como huellas que

indicaran cierto patrón o configuración de algún tipo de estructura que pudo haberse construido

durante el período de estudio (Figura 23). Aún cuando la excavación tiene 40 cm de profundidad,

debe señalarse que los primeros 10 cm de suelo se encontraron bastante perturbados por

movimientos antrópicos modernos, por lo que se retiró como una sola capa. En el siguiente nivel

(0-5 cm), que se consideró como el primero de la excavación, se registraron en las cuadriculas A,

111
C y D áreas con gran densidad de restos de fauna marina, mientras que en la cuadrícula B la

frecuencia de óseos de fauna fue menor. Este nivel hizo parte de un estrato de 10 cm de un suelo

compuesto de arena suelta de color pardo-amarillo. El siguiente nivel (5-10 cm), continuó siendo

parte del último estrato mencionado, en éste hubo menor presencia de material arqueológico, en

especial en la cuadricula A; sin embargo, en la cuadrícula B, se detectó el inicio de una huella de

poste (Tabla 5). El nivel de 10 a 15 cm, hizo parte de un horizonte areno-arcilloso, de contextura

compacta, con partículas gruesas blancas al parecer de sal, donde no se evidenció material

cultural. Para el siguiente nivel (15-20 cm) no sólo no se registraron cambios considerables en la

composición del suelo, a excepción de la dureza, sino que solamente se halló evidencia de restos

óseos marinos y cerámica en la cuadrícula A. El estrato continuó apareciendo en el siguiente

nivel (20–25 cm), donde no se registró ningún tipo de evidencia arqueológica. Por último se

excavó el nivel 25-30 cm, donde el suelo se compuso de una arcilla amarilla bastante compacta

con partículas gruesas de arena, donde no se registró evidencia arqueológica.

Huella Profundidad Dimensiones

SJ-2/1 20 cm 15 cm Ø

Tabla 5. Dimensiones de la huella de poste en SJ-2.

Unidad de Excavación SJ-3

La unidad de excavación SJ-3 se localizó en el extremo noroeste de la cuadrícula 22 del

reconocimiento superficial. Está cuadricula no contó con la prospección del sitio con georadar y

la frecuencia del material cultural recuperado durante la recolección superficial no fue realmente

alto. Sin embargo, se decidió realizar la excavación en esta área con el fin de incluir y registrar

112
en lo posible evidencia de diferentes sectores del área de estudio en general. Asimismo, se pensó

que al haber tenido una baja frecuencia de material arqueológico podría estar señalando un

espacio que pudo corresponder a un área habitacional o a una estructura propia a este tipo de

enclaves para la pesca de perlas, o simplemente se trató de un área libre de cualquier

construcción y que habría podido ser utilizada para el desarrollo de otras actividades.

B C

A D

Figura 24. Rasgos Unidad de excavación SJ-3.

En la unidad SJ-3 se excavaron 4 cuadrículas de 1 m2, cada una se descendió por niveles

de 5 cm hasta llegar a los 40 cm de profundidad (Figura 24). Como sucedió en la anterior

excavación, los primeros 10 cm de suelo se hallaron perturbados y con basura contemporánea,

por lo que nuevamente se decidió retirar esta capa de arena, de color pardo-amarilla, como un

solo nivel hasta hallar un suelo más compacto y sin remociones. A pesar de estar alterado, se

113
recogieron restos óseos marinos, cerámica y varios elementos en metal. En los siguientes 3

niveles (II, III y IV), es decir hasta los 25 cm de profundidad, continuó el suelo de arena de color

pardo-amarillo. La mayor frecuencia de material registrado consistió de restos de fauna marina y

de carbón mineral, particularmente en el nivel II. En los dos siguientes niveles el suelo que como

se señaló seguía siendo arenoso y bastante suelto, el material arqueológico habría disminuido de

manera considerable, registrándose únicamente en las cuadriculas A y B. En el último nivel

excavado, el cual continuó siendo un suelo arenoso de color pardo-amarillo, no se registró

evidencia arqueológica alguna.

Unidad de Excavación SJ-4

La unidad de excavación SJ-4 se localizó en el extremo suroeste de la cuadrícula 3 del

reconocimiento superficial. Para la elección del lugar se tuvieron en cuenta tanto las anomalías

de las imágenes del georadar, como por tratarse de un área que se halló rodeado de material

cerámico, lo que podo estar indicando que allí se ubicó alguna de las estructuras del enclave.

Este corte estratigráfico correspondió a una excavación de 4 m2 que llegó hasta los 30 cm

de profundidad (Figura 25). Aquí se registraron únicamente dos estratos, el primero de ellos

correspondió a un suelo arenoso suelto de color pardo-amarillo de 10 cm de profundidad. El

material registrado en esta capa no tuvo una frecuencia muy alta.

114
A B

D C

Figura 25. Rasgos Unidad de excavación SJ-4.

El siguiente estrato estuvo compuesto por un suelo arcillo-arenoso bastante compacto, de

color pardo-amarillo, donde la frecuencia del material cultural recuperado fue disminuyendo

hasta desaparecer en el último nivel. Aparte del material cerámico y de los restos de fauna

marina hallados no se observó ningún otro tipo de evidencia o rasgo arqueológico que señalara la

existencia de alguna estructura.

Unidad de Excavación SJ-5

La excavación SJ-5 se localizó exactamente hacia el centro de la cuadrícula 12 del

reconocimiento superficial. La elección de esta área se dio por la alta frecuencia de material

arqueológico allí registrado que ha sido clasificado como europeo. Para la localización de este

115
corte no se contó con información de la prospección con georadar dado que ésta sólo se realizó

sobre las 8 primeras cuadrículas del área de estudio de la ranchería de San Juan.

B C

A D

SJ-5/1 SJ-5/2

Figura 26. Rasgos Unidad de excavación SJ-5.

Esta excavación tuvo un área de 4 m2 como las demás; sin embargo, alcanzó una

profundidad de 45 cm (Figura 26). Se registraron en total 3 estratos, donde el primero constó de

un suelo arena mezclado con basura moderna, bastante compacto por el paso de carros y

personas. Ya que dicho estrato tiene una profundidad de 10 cm, se decide tomar este estrato

como un solo nivel. Los siguientes tres niveles se componen de un suelo arenoso pardo-amarillo

compacto, donde se registró principalmente restos de fauna marina además de material

arqueológico y una huellas de poste. Ésta se halló en el nivel III (15-20 cm) con un diámetro de 7

cm y 5 cm de profundidad. Los niveles IV, V y VI correspondieron a un estrato arcillo-arenoso

116
compacto de color pardo-amarillo donde se registró junto con material arqueológico una segunda

huella de poste, exactamente en el nivel V (25-30 cm). Esta huella resultó ser más grande (12 cm

de diámetro) y mas profunda (9 cm) que la primera (Tabla 6). Dado que las huellas de poste no

se hallaron en el mismo nivel y no tienen cierta dirección o linealidad que las conectara entre si,

parecen no corresponder a una misma estructura. En este estrato, en el nivel VI, en la cuadricula

D, también se evidenció una pequeña concentración de carbón. Los dos últimos niveles (VII y

VIII) estuvieron compuestos por un estrato arcillo-arenoso de color pardo-amarillo bastante

compacto con partículas blancas de sal. En este ultimo estrato no se registró material cultural u

otro tipo de evidencia arqueológica.

Huella Profundidad Dimensiones


SJ-5/1 5 cm 7 cm Ø
SJ-5/2 9 cm 12 cm Ø

Tabla 6. Dimensiones de las huellas de poste en SJ-5.

Analizando la segregación en Nuestra Señora y en la Ranchería de


la Laguna de San Juan

Durante la construcción del proyecto de investigación se consideró que las evidencias

relacionadas con las estructuras físicas, la dieta y el acceso a algunas clases de artefactos o

materiales culturales podrían demostrar que ciertos grupos socioculturales habrían tenido ciertas

restricciones relacionadas con las variables mencionadas teniendo en cuenta las actividades de

esta empresa, así como ajustes o adaptaciones a las necesidades de la nueva comunidad

heterogénea emergente. En ese orden de ideas se buscó evaluar si efectivamente hubo o no

segregación como uno de los mecanismos de control durante este periodo Colonial Temprano.

117
Si la segregación hizo parte de la forma de controlar por medio de la separación física o

la limitación de los grupos a ciertos artefactos o bienes materiales, entonces la frecuencia y

distribución de las distintas evidencias arqueológicas registradas en relación con alguno de los

grupos culturales podrían documentar el grado de segregación en diferentes espacios o practicas

que se hubiese podido llegar a dar.

En primera instancia el material cerámico, las botellas coloniales y los fragmentos de

metal, recuperados durante la recolección superficial, proporcionaron un abundante registro

arqueológico que permitió trazar algunas primeras impresiones acerca del sitio en general. La

recolección de ese tipo de evidencias generó un patrón de la distribución de las mismas en el área

de estudio, señalando sectores con características particulares que habrían sido parte o

representado a los diferentes grupos culturales y sociales del asentamiento.

Ahora bien, con el fin de obtener una primera noción sobre las condiciones y

restricciones que cada grupo pudo haber tenido durante la colonia, se debieron correlacionar

ciertas evidencias con ciertos grupos coloniales, teniendo presente diferentes variables que ya

habían sido utilizadas en las clasificaciones de los materiales arqueológicos en otros estudios

(Deagan 1983, 1987, 2002; Deagan y Cruxent 2002; Goggin 1968; Hume 1969; Marken 1994;

Ortiz 2007; Therrien et al. 2002).

En algunos de dichos estudios (Deagan 1995; Deagan y Cruxent 2002; Salamanca-

Heyman 2009) se planteó que ciertos materiales habrían estado asociados con actividades

específicas propias a cada uno de los grupos en contacto, y que, además, ese material se habría

visto influenciado por la disponibilidad, la necesidad, la función y el estatus social (Deagan

1995), así como por el control y el poder (Thomas 1998). Por ejemplo, varios estudios realizados

118
en la Florida y en el Caribe sugirieron que la cerámica española, como la mayólica, se relacionó

con el estatus social de los hogares donde se utilizó, y que ese uso diferenció a estos hogares de

aquellos de los indígenas o de los esclavos africanos que no tuvieron acceso a tales objetos

(Deagan 1983, 1995; Deagan y Cruxent 2002; Jamieson 2001). Es así como, teniendo presente

las políticas de la Corona para cada periodo según lo visto, al comparar la evidencia arqueológica

registrada en las distintas áreas (europeas y no-europeas) se esperaba poder identificar si existió

cierto patrón en la relación entre el uso y el consumo de artefactos y las prácticas

segregacionistas entendidas como medio de control social.

Siguiendo la misma línea de análisis, con el fin de poder determinar si hubo o no

segregación de algún tipo, se partió de algunos supuestos sobre la relación entre los atributos

identificables y la población que vivía en los asentamientos coloniales. El primero de ellos radicó

en que las viviendas de la población no-europea (indígenas y esclavos africanos) habrían estado

ubicadas en áreas marginales del pueblo, mientras que las viviendas de los europeos se habrían

construido cerca a la plaza central, teniendo presente la norma general sobre como debía

fundarse cualquier emplazamiento español.

La segunda suposición se basó en que en aquellas áreas donde habrían vivido los

habitantes no-europeos habría existido una restricción en el uso y la variedad de la cerámica y en

el uso de objetos específicos utilizados en actividades domésticas, como herramientas y artículos

religiosos, de ocio o lujosos. Es decir que si la legislación segregacionista que se habría impuesto

o existido sobre estos grupos habría sido efectiva, la cerámica y los artículos utilizados por ellos

habrían sido fabricados localmente y nada lujosos, mientras que una parte de la cerámica y los

artículos hallados en las viviendas de los europeos o de gente con cierto poder social habrían sido

119
un producto extranjero con características lujosas, como la vajilla para servir, y probablemente

más diversa que la cerámica y los artículos de los africanos o indígenas. Sin embargo, no se

descartó encontrar cerámica indígena utilizada en áreas de cocina y almacenamiento en las

residencias europeas, por su fácil acceso y uso diario, además por estar estas actividades

posiblemente a cargo de mujeres indígenas.

Según Jamieson (2000), los artículos domésticos pudieron haberse utilizado para mediar,

controlar o resistir la acción social en las colonias. Ahora bien, si hubo o no un control sobre los

aspectos antes mencionados, debería haberse observado en la distribución de los restos

arqueológicos en y entre unidades o áreas discretas de unos y otros grupos culturales.

Del mismo modo, la distribución de las evidencias y el patrón espacial del asentamiento,

de acuerdo con unidades particulares, podrían haber indicado si hubo o no un control estricto en

el uso y la distribución de los espacios. Como observó Thomas (1998), en un estudio que realizó

en una plantación de algodón del siglo XIX en Tennessee, las viviendas de los esclavos fueron

ubicadas estratégicamente en áreas a la vista del amo, lo cual sugiere que la distribución de estas

áreas de habitación pudieron expresar el criterio del amo para administrar y controlar las

plantaciones (Armstrong y Kenneth 2000).

En general, puede asumirse que la función y distribución de los diferentes artefactos

foráneos (i. e., artefactos europeos) o de los mismos artefactos locales dentro de esas zonas de

contacto, podrían haber dado “cuenta de la materialidad con que se constituyeron las relaciones

entre grupos e individuos” (Therrien 2007, 28). Los patrones espaciales y el uso de ciertos

artefactos europeos, o el acceso a ellos, pudieron significar y reflejar la organización social

interna, que seguramente fue cambiando a lo largo del tiempo (Armstrong y Kenneth 2000) y

120
que pudo haberse regido por políticas segregacionistas que pudieron haber llegado a ser estrictas

o no tanto.

Por otro lado se asumió que la dieta del indígena y del africano debía haber mostrado un

mayor consumo de recursos locales que en la de los hogares europeos, donde el consumo de

alimentos podría haber sido variado entre locales y europeos. Por lo tanto se supuso que en las

unidades domésticas de los europeos los restos de fauna hallados deberían haber correspondido a

animales domésticos como ganado y cerdos y a restos de animales locales, seguramente

terrestres y de mar.

La comida permite explorar cambios a los cuales se debieron haber visto sometidos los

diferentes individuos que coincidieron en la época del contacto. Los restos de fauna, aportan

datos sobre la alimentación y si realmente existió algún tipo de adaptación sociocultural de los

grupos en cuestión en relación con las estrategias de subsistencia y del grado de control social.

Estudios como el que realizó de Rodríguez-Alegría (2005), dan cuenta de la comida como un

aspecto importante cuando se está hablando de control, segregación y de las relaciones sociales

en las colonias españolas. Así como otros estudios han demostrado que las relaciones de poder

que existieron en las plantaciones angloamericanas, así como la etnicidad y la economía

afectaron la dieta de quienes estuvieron presentes en esas plantaciones (Scott, 2001).

Evidencias en el área general de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del

Cabo de la Vela

Para el análisis del material y de la distribución espacial del asentamiento general, se

decidió, una vez que se tuvo en consideración cada cuadrícula y sub-cuadrícula por separado,

121
que sería más efectivo agrupar varias de éstas, de acuerdo con la proporción del material europeo

o indígena y la cercanía espacial entre ellas, en áreas discretas o sectores que habrían estado

relacionados con alguno de los grupos culturales mencionados. Por lo tanto, con el fin de

reconocer las áreas con mayor concentración de materiales europeos o indígenas, se identificaron

las cuadrículas donde esos materiales aparecían en porcentajes de 1 desviación estándar por

encima del promedio del sitio. De esta forma, se lograron distinguir dos clases de sectores:

aquellos con considerable material europeo y cuya cercanía los relacionaba entre sí (sectores

europeos) y aquellos con material indígena (sectores no-europeos).

10 m

Figura 27. Distribución de los sectores europeos delimitados por una línea morada y no-europeo
(indígenas y esclavos africanos) delimitado por una línea amarilla en el plano de las cuadrículas del sitio
de estudio.

Luego de realizar el anterior ejercicio, se encontró que en Nuestra Señora Santa María de

los Remedios del Cabo de la Vela existieron dos sectores donde se habrían establecido los

europeos y uno que habría sido ocupado por los grupos no-europeos. La Unidad Europea 1

(UE1) se ubicó hacia el oriente de la retícula, la Unidad Europea 2 (UE2) se localizó en el

122
extremo opuesto es decir al occidente, mientras que el sector no-europeo o indígena y/o de

esclavos africanos (UN-E) se emplazó en el centro (Figura 27).

Un recuento de los artefactos europeos e indígenas en Nuestra Señora

En Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela se halló material

cerámico local y foráneo, vidrio colonial, elementos en hierro oxidado propio de materiales

culturales europeos utilizados durante la Colonia, algunos líticos, en su mayoría desechos de

talla, y restos de fauna marina y terrestre. El material más común en el sitio fue la cerámica

indígena, seguida de algunos elementos europeos, como pedazos de loza y vidrios de botellas.

Para el presente análisis se utilizó únicamente el material cerámico (indígena y europeo),

el vidrio colonial (botellas) y los fragmentos o piezas de metal, los restos de fauna serán

analizados separadamente. La muestra total recuperada permitió la identificación de 27.523

fragmentos cerámicos que fueron clasificados como cerámica indígena y 668 fragmentos que

fueron agrupados como cerámica colonial. Básicamente, dentro de la tradición alfarera indígena

se registró lo que Reichel-Dolmatoff y Dussán (1951) clasificaron como Portacelli Tosca,

Portacelli Corrugado y Lisa (Fotografías 6 y 7). De acuerdo con los investigadores estos tipos

cerámicos habrían correspondido al periodo tardío dentro de la secuencia cronológica

prehispánica que se estableció para La Guajira. En cuanto al material colonial, se identificó

mayólica policroma, stoneware, columbia plain, panamian plain, loza delgada sin esmaltar, loza

gruesa sin esmaltar, olive jar y algunos fragmentos de cerámica para el almacenamiento, que no

se lograron identificar con exactitud pero, dado que tenían características de tipo europeo más

que indígena, se incluyeron en este grupo (Fotografías 8 y 9).

123
Fotografía 6. Cerámica indígena fina (Portacelli Lisa)

Fotografía 7. Cerámica indígena burda (Portacelli Tosca)

Con el fin de facilitar las comparaciones, se combinaron algunos de los tipos cerámicos,

de acuerdo con tratamientos de superficie, función y decoración similar, en una sola categoría.

Una vez hecha esta agrupación, se obtuvieron cuatro categorías cerámicas: cerámica indígena

burda (Portacelli tosca y corrugada), cerámica indígena fina (Portacelli lisa), cerámica europea

124
para servir (mayólica policroma, stoneware, columbia plain, panamian plain, loza delgada sin

esmaltar) y cerámica europea para almacenar (loza gruesa sin esmaltar, olive jar y los

fragmentos de almacenamiento).

Fotografía 8. Cerámica europea de servicio (loza delgada sin esmaltar).

Fotografía 9. Cerámica europea de servicio (stoneware).

125
Las anteriores categorías se tuvieron en consideración únicamente para el análisis de

aquellas sub-cuadriculas donde estos materiales aparecían en porcentajes de 1 desviación

estándar por encima del promedio del sitio, como se expuso anteriormente. Esto se hizo con el

propósito de obtener mayor seguridad entre la correlación de la muestra examinada y los sectores

europeos y no-europeos. Aparte de la colección cerámica, se lograron identificar diferentes tipos

de vidrio colonial (azul, lavanda, aguamarina, verde y transparente), por lo que para el presente

estudio se decidió agrupar este tipo de material junto con la cerámica colonial e indígena bajo

una misma categoría, asumiendo que los tres tipos de artefactos habrían tenido funciones

similares de almacenaje y servicio de productos alimenticios. Aunque el vidrio también habría

servido para contener líquidos como remedios o fragancias, la apariencia y tamaño de los

fragmentos registrados en este estudio sugieren que se trataron de botellas para el envase de

bebidas.

Total por tipo de material


Cer. Burda Cer. Fina Servicio Almac. Vidrio Total
N TOTAL 12841 3146 58 148 256 16449
N% TOTAL 78,1 19,1 0,4 0,9 1,6 100

Tabla 7. Frecuencias y proporciones del total del material cerámico y vidrio analizado en Nuestra Señora
Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela.

De los 16.449 fragmentos cerámicos y de vidrio recuperados y utilizados en este análisis,

la proporción de cerámica burda (78.1%) fue notablemente la más alta de la muestra (Tabla 7),

seguida por una proporción mucho menor de la cerámica fina con un 19.1%. Lo que significa,

como se ha mencionado, que la cerámica indígena tuvo una mayor ocurrencia que la colonial en

el asentamiento administrativo de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la

126
Vela. Como se podrá observar más adelante, esta situación al contrastarla con la de la ranchería

de la Laguna de San Juan revelará resultados interesantes.

La cerámica burda y fina, que habría sido elaborada por grupos indígenas, corresponde

con un tipo de vasijas cuya función estuvo destinada al almacenamiento y servicio de alimentos,

básicamente se trató de una cerámica culinaria. A grandes rasgos puede describirse como una

cerámica que fue manufacturada sin evidentes variaciones, más bien sobria y donde

esencialmente la diferencia entre la cerámica burda y la fina habría radicado en el acabado de la

superficie, una tosca y la otra lisa (Reichel-Dolmatoff y Dussán, 1951). De acuerdo a Raichel-

Dolmatoff y a Dussan, la cerámica Portacelli Corrugada, cerámica que hace parte de la colección

alfarera registrada en el área de estudio, no habría sido fabricada en la región sino que de algún

modo habría llegado desde fuera sin detallar exactamente de donde. Esta sugerencia podría ser

consistente con la idea que habrían planteado Cruxent y Rouse (1961) al considerar que la

cerámica de Nueva Cádiz en parte fue elaborada localmente mientras que otra habría llegado a la

isla junto con los indígenas que habían sido trasladados desde las Bahamas y desde las Grandes

Antillas para trabajar como buzos en la pesca de perlas.

Frecuencia por tipo de artefacto por sector


Sector Cer. Burda Cer. Fina Servicio Almac. Vidrio Total
UN-E 8602 2117 1 33 27 10780
UE1 212 123 4 6 86 431
UE2 4027 906 53 109 143 5238

Proporción por tipo de artefacto por sector


Sector Cer. Burda Cer. Fina Servicio Almac. Vidrio Total
UN-E% 79,8 19,6 0,0 0,3 0,3 100
UE1% 49,2 28,5 0,9 1,4 20,0 100
UE2% 76,9 17,3 1,0 2,1 2,7 100

Tabla 8. Frecuencias y proporciones del material cerámico y vidrio por sectores en Nuestra Señora Santa
María de los Remedios del Cabo de la Vela.

127
Figura 28. Proporción estimada y rangos de error con respecto a la cerámica no-europea burda (izquierda) y
fina (derecha) en cada sector.

Ahora bien, al comparar las proporciones de cerámica no-europea burda entre las

diferentes unidades, los datos indican un contraste importante en el uso de este tipo cerámico. De

acuerdo a los datos se aprecia que en los sectores UE2 y UN-E se utilizó más cerámica burda que

en el sector UE1. Es evidente una diferencia significativa con el 99% de confianza entre las tres

unidades, donde al parecer su uso en el sector UN-E habría sido mayor.

Con relación a la cerámica indígena fina, se advirtió que habría estado presente en ambos

contextos culturales con diferencias significativas, lo que supone que este material estuvo al

alcance de todos en el asentamiento pero con ciertas limitaciones. Con un 99% de confianza se

puede afirmar que quienes habitaron el sector UE1 tuvieron mayor acceso a este tipo de vasijas,

128
generando una diferencia significativa con respecto al resto, incluso al otro sector europeo

(Figura 28). Lo anterior parece lógico dada las difíciles condiciones con las que se contaban para

movilizarse por el territorio y más para importar vajilla y artículos suntuosos desde europea.

Figura 29. Proporción estimada y rangos de error con respecto a la cerámica europea de servicio (izquierda)
y de almacenamiento (derecha) en cada sector.

La cerámica colonial de almacenamiento como pudo suponerse no habría tenido las

particularidades que las piezas de la vajilla de servir colonial. Esta cerámica, como el tipo olive

jar, presenta características menos delicadas dada su función. Por un lado la composición de su

pasta, que a pesar de contener partículas minerales, es compacta, homogénea y bien cocinada;

sus paredes son gruesas y su superficie tiene un acabado alisado mas no esmaltado. Mientras que

la cerámica de servicio básicamente estaría compuesta por la típica loza cuya superficie se

129
encuentra cubierta de un esmalte en estaño y diferentes minerales que le habrían dado el

particular diseño decorativo que se aprecia en este tipo de vajilla.

Solamente 58 fragmentos del total de la muestra correspondieron a cerámica de servicio y

148 fragmentos a cerámica de almacenamiento. La proporción de esta categoría cerámica es muy

baja comparada con el resto del material registrado en el enclave. Aunque hay motivos para

suponer que gran parte de la loza colonial fue llevada junto con los habitantes de Nuestra Señora

cuando estos se trasladaron una década más tarde hacia su nueva localización a orilla del Río de

el Hacha. En todo caso se puede observar que la distribución de la misma a través del sitio

sugiere que la cerámica colonial se utilizó ciertas las áreas puntuales.

Como se aprecia en la tabla 8, tanto la cerámica colonial de servicio como la de

almacenamiento tuvieron una proporción muy baja en la unidad no europea (UN-E). Mientras

que entre contextos europeos, aun cuando la proporción de cerámica no fue alta, se estima que no

existió una diferencia significativa en lo que respecta al uso de ambas clases de cerámica europea

(Figura 29). No es extraño que dicha situación se hubiese dado teniendo presente que aquella

cerámica habría pertenecido a los españoles quienes la trajeron a América para su uso personal.

Indudablemente la frecuencia de material cerámico se inclina por el local o indígena. Aun

cuando los europeos hubiesen preferido la loza o vajilla europea, en general el difícil acceso a

ésta habría obligado al colono español o europeo a consumir sus alimentos en vajilla de cerámica

local, en este caso Portacelli. Sin embargo, pudo ser el caso que se hubiese escogido más una

clase de cerámica fina dentro de dichos tipos y se hubiesen acondicionado o modificado según

ciertos rasgos europeos, pero aun así la norma habría continuado siendo el uso de esta tradición

cerámica tal vez más por necesidad que por gusto.

130
Los vidrios también han sido otro de los objetos importantes en el análisis sobre el acceso

o limitaciones que los diferentes grupos culturales que habitaron en Nuestra Señora tuvieron a

ciertos productos. El vidrio al igual que la cerámica es posible clasificarse bajo diferentes

criterios como el técnica de fabricación, la forma del pico de la botella o de la base, o por su

color entre otros (Ortiz, 2007). En esta ocasión para su clasificación se tuvieron en cuenta

características generales que permitieran asegurar que el vidrio recuperado hubiese sido colonial

y no reciente. Es así como al contar en gran parte solamente con segmentos de vidrio fue difícil

especificar su forma, manufactura y función; sin embargó, con base en el color se consiguió

identificar los fragmentos de vidrio que habrían pertenecido al periodo colonial (Fotografía 10).

Con el tiempo las técnicas de elaboración del vidrio fueron cambiando, el color fue una

de las características que se fue perfeccionando buscando cierta pureza por medio de la adición

de materiales químicos haciendo que el vidrio cuyo color inicial siempre fue el verde oliva o

muy opaco cambiara de color y fuera cada vez más transparente (Ortiz, 2007). Ahora bien, los

fragmentos de vidrio registrados en este asentamiento en su mayoría fueron de color verde oliva

opaco, que de acuerdo a Ortiz las botellas de este color habrían sido comunes durante los siglos

XVI, XII y XVIII asociándose únicamente para el envase de licor. Esto sugiere que el registro

del vidrio como recipiente de productos de consumo fue acertado, además de indicar el patrón en

el consumo de bebidas alcohólicas entre la población que habitó este centro administrativo.

131
Fotografía 10. Material en vidrio (Fragmentos botella verde)

Ahora bien, tanto los vidrios como los elementos en metal se agruparon de igual forma

que la cerámica y con el mismo fin, como vidrio y elementos de metal en general sin llegar a

detallar las características de cada uno en el análisis. Se compararon las proporciones de los

vidrios en cada uno de los sectores anteriormente mencionados (UE1, UE2, UN-E) (Tablas 7 y

8). A estas proporciones se les dieron rangos de confianza a niveles del 80 %, el 95 % y el 99 %,

indicando, como ya se vio para la cerámica, la significancia en las diferencias que se pudiesen

llegar a observar entre las proporciones para cada sector.

132
Figura 30. Proporción estimada y rangos de error con respecto al material europeo de vidrio en cada sector.

La proporción de vidrio colonial en el asentamiento es significativamente diferente entre

sectores (Figura 30), claramente la presencia de estos elementos se encuentran relacionados con

los sectores europeos. Con un nivel de confianza del 99% se puede afirmar que los vidrios en la

unidad europea UE1 tuvieron una mayor ocurrencia que en la del sector UE2, mientras que en el

sector no europeo UN-E se registró un uso de estos elementos muy limitado en la vida diaria de

sus habitantes. Sin lugar a dudas, la frecuencia y proporciones del vidrio sugiere que se pudieron

haber presentado restricciones no sólo en el uso de botellas sino en el consumo de bebidas,

posiblemente alcohólicas, entre los pobladores no europeos. Lo anterior podría indicar que en

esta situación habría existido cierto grado de separación cultural y posiblemente social.

133
Frecuencia y proporción de artefactos en metal
Sector N N%
UN-E 0 0
UN1 4 28,6
UN2 10 71,4
Total 14 100

Tabla 9. Frecuencias y proporciones del material en metal por sectores en Nuestra Señora Santa María de los
Remedios del Cabo de la Vela.

Para el análisis de las piezas o fragmentos en metal que se hallaron tanto en Nuestra

Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela como en la ranchería de la Laguna de

San Juan se utilizaron características generales que permitieron, cuando se pudo, identificar la

posible función del objeto.

Fotografía 11. Material en metal (escudo).

Aun cuando la clasificación se basó en los rasgos morfológicos de los elementos

recuperados, éstos al igual que la cerámica y el vidrio se agruparon bajo la variable metal. La

134
idea general al observar con detenimiento su morfología tuvo que ver con la necesidad de

asegurar que las piezas cronológicamente correspondieran con la temporalidad del asentamiento.

En cuanto a los elementos en metal solamente 14 fragmentos fueron recuperados, de estos una de

las piezas correspondió a un cuchillo con la apariencia de ser un arma, otra a una medalla y otra a

lo que parce haber sido parte de un escudo, además de otros elementos en hierro que por el grado

de oxidación y fragmentación no fue posible identificar la función con precisión (Fotografía 11).

Como se aprecia en la Tabla 9 estas piezas en hierro solo se registraron solamente en los

sectores que han sido señalados como europeos. Sin embargo, aunque la frecuencia de piezas

metálicas es baja, se observa que fue en la unidad europea UE-2 donde se habría hecho un mayor

uso de este tipo de objetos.

La población y su distribución espacial en Nuestra Señora Santa María de los Remedios de


Cabo de la Vela

Se pueden señalar algunas interpretaciones con respecto a la distribución espacial o

disposición de los diferentes grupos culturales dentro del sitio, pero antes es importante

mencionar brevemente el contexto histórico del sistema y la ocupación del espacio durante la

colonización. Como lo señala Eugenio García, las fundaciones españolas tuvieron un papel

fundamental “como núcleo estable para la defensa, la administración del territorio,

evangelización, difusión cultural, explotación de los recursos y continuidad de la penetración

hacia nuevas tierras” (1996, 46).

Lo anterior parece sugerir que las ciudades no fueron levantadas sin algún tipo de

planeación. Aunque solo hasta 1573, con las Ordenanzas de Descubrimiento, Nuevas

135
Poblaciones y Pacificación de Indias3, se establecieron normas urbanas que habrían sido el

modelo a seguir, antes de esta fecha las primeras fundaciones al parecer se habrían establecido

siguiendo patrones diferentes según su localización geográfica y función. La idea principal fue

definir un esquema básico cuya traza sería regular, levantada a cordel, con calles que se cortarían

entre sí en ángulo recto, formando manzanas y una plaza mayor en el centro, como cuadrícula

urbana. No obstante, en ocasiones se presentó la irregularidad en la traza, ya fuese como

producto del crecimiento natural de la población o de la localización de la ciudad dentro de una

geografía que dificultaba la cuadrícula urbana (Salamanca-Heyman, 2009)

En principio, el plano urbano debía partir de una plaza mayor que, en lo posible, se

ubicaría en el centro de la población o ciudad. Alrededor de aquella se articularían las diferentes

edificaciones con sus habitantes, de tal forma que las personalidades y construcciones

importantes se localizarían en la plaza o cerca de ella y, a medida que se fueran alejando, la

importancia del espacio urbano y de sus ocupantes disminuiría. En síntesis, el resultado de la

construcción de pueblos y ciudades fue una organización jerarquizada del espacio, bajo la

autoridad administrativa y política del poder urbano (Salamanca-Heyman 2009). Esa

construcción planificada, con una disposición y segregación del espacio definida, pudo significar

básicamente el ejercicio del poder y el control colonial (Jamieson 2000).

3
Felipe II publicará dichas órdenes con el fin de unificar las normas dictadas con anterioridad.

136
Figura 31. Distribución del material indígena en el área de estudio.

Ahora bien, apoyados en la evidencia, es posible señalar algunos patrones en cuanto a la

disposición y organización espacial de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de

la Vela. Las concentraciones de cerámica indígena, en efecto, muestran una distribución clara

dentro de la retícula y al parecer indicarían la ocupación de ciertas áreas del centro del sitio por

parte de grupos culturales no-europeos (Figura 31).

Entretanto, en la figura 32 se observa la distribución de las áreas europeas dividida en dos

sectores, cada una hacia uno de los extremos de la retícula. Aunque la densidad cerámica

europea es considerablemente menor a la indígena, es clara la zonificación de cada agrupación.

Es interesante, igualmente, no perder de vista aquellas áreas desprovistas de cualquier tipo de

material. Estas no sólo podrían indicar límites físicos del asentamiento, sino áreas que pudieron

haber sido utilizadas o dispuestas bien sea como espacios públicos o como límites entre sectores.

Tales áreas se logran distinguir hacia el centro, entre algunas de las áreas europeas e indígenas.

137
Figura 32. Distribución de la frecuencia del material europeo en el área de estudio.

Al contrastar las áreas tanto europeas como no-europeas con las áreas sin material

arqueológico, se ha podido identificar un claro patrón de la disposición de los grupos sociales

dentro del asentamiento. En algunos casos se sobreponen áreas europeas con áreas no-europeas

(indígenas o de esclavos africanos), pero en general podría resumirse que cada grupo tuvo su

espacio dentro de la organización espacial. Posiblemente la distribución de las áreas, junto con el

uso asociado a ciertas evidencias, podrían estar indicando algunos aspectos en la intensidad de

las prácticas segregacionistas que pudieron haberse dado en este asentamiento.

138
Dieta de los pobladores de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la
Vela

Al inicio de la presente investigación se estimó que los restos de fauna podrían haber sido

un claro indicativo de segregación entre los grupos culturales que habitaron los dos enclaves

estudiados. Se supuso que los europeos habrían tenido dentro de su dieta una mejor alimentación

gracias al acceso a animales de mayor tamaño provenientes de Europa como el ganado bovino,

porcino o aves de corral, mientras que la población indígena y los esclavos africanos habrían

consumido recursos locales como moluscos, peces, reptiles o aves silvestres e incluso algunos

tipos de mamíferos silvestres. Si se tiene en cuenta que los habitantes de Nuestra Señora y de la

Laguna de San Juan venían de Nueva Cádiz, donde vivieron durante varios años llegando a

establecer una ciudad que administrativamente alcanzó un auge social y económico importante,

se pensaría que las adaptaciones y costumbres en los diferentes ámbitos de la vida diaria que en

dicho lugar sus pobladores habrían llegado a tener pudieron haber sido incorporados de la misma

forma en el Cabo de la Vela y en la ranchería.

Ahora bien, de acuerdo al estudio de restos de fauna que Wing (1961) realizó en la ciudad

de Nueva Cádiz, donde buscó comprender cuales habrían sido los hábitos alimenticios de las

personas que ocuparon la isla durante la colonia, encontró que la dieta dependió tanto de

animales locales como de animales que fueron traídos por los españoles y por pobladores que

provenían de las islas del Caribe y Sur América, puesto que esta empresa de perlas se abasteció

de buzos pescadores de perlas que habían sido capturados de las Bahamas, Antillas Mayores y de

otros lugares al sur de los llanos orientales. Concretamente, a partir de los restos de fauna que

fueron hallados durante la excavación de 15 trincheras, Wing (1961), determina que la fauna

marina, incluyendo pescados y tortugas, habrían sido el alimento principal en la dieta de los

139
pobladores de este asentamiento, seguido por mamíferos silvestres como los venados y conejos,

y por las aves. En menor proporción halló que los animales domésticos, en primera instancia los

cerdos y luego las gallinas, habrían sido otro de los recursos alimenticios del que echaron mano

los habitantes allí presentes durante la primera mitad del siglo XVI, antes de trasladarse hacia la

península de la Guajira.

Los resultados del estudio de Wing (1961), aun cuando no especifican quien comía qué,

fueron bastante claros en señalar cuales habrían sido los alimentos sobre los que los habitantes

coloniales (europeos y no-europeos) dependieron para su subsistencia, señalando que el consumo

de estos recursos tuvieron que ver más con su fácil o difícil acceso que por la condición cultural

de los grupos que se alimentaron con dichos productos. Ahora bien, como se mencionó en líneas

anteriores, se pensó que la dieta alimenticia registrada por Wing en Nueva Cádiz pudo haberse

reproducido de manera bastante similar en el centro administrativo de Nuestra Señora y en las

diferentes rancherías que pudieron haberse establecido a lo largo de la costa hasta Riohacha,

particularmente en la de la Laguna de San Juan; no obstante, se verá que la realidad para los

pobladores de estas ocupaciones fue relativamente diferente y por lo tanto el acceso o restricción

de los diferentes alimentos registrados para cada uno de los grupos culturales no fue tan estricto

como se contempló en un principio.

Se debe resaltar que los análisis que se presentan a continuación sobre el registro y

distribución de los restos de fauna recuperados durante la recolección superficial en ambos sitios

se encuentran hasta cierto punto sesgados por la manera en que se recolectó la evidencia de fauna

en este caso. Es así cómo, con el fin de recuperar una muestra representativa que permitiera tener

una idea general de lo que se pudo haber consumido en los diferentes sectores, se tomaron varias

140
muestras de las distintas especies distinguibles de la fauna marina, más no de todos los restos

presentes ya que se repetían de manera considerable y cuya recuperación total fue difícil por la

abundancia y tamaño de algunas especies. Ahora bien, en los casos donde la muestra de fauna

era única, como la terrestre (fauna pequeña y posiblemente restos de fauna incorporada por los

españoles como bovinos) se recogió toda, así como la de la fauna marina poco común (restos

óseos de tiburón y tortuga). No obstante, puesto que el sistema de recuperación fue similar para

cada cuadricula y sub-cuadricula, es decir que el sesgo en el registro fue consistente en toda el

área reconocida, los cálculos de las frecuencias por sectores no sólo no se verán afectados de

manera categórica sino que serán similares y por tanto se podrán comparar entre si (Crock y

Carder, 2011).

Los análisis en numerosos estudios zooarqueológicos se basan en el número mínimo de

individuos (NMI); sin embargo, para el presente estudio se toma el número de restos (NR) de

fauna presentes dado que en general la evidencia recuperada consistió de fragmentos no

diagnósticos que hicieron difícil determinar el NMI. Por lo tanto, se tomó la frecuencia del

número total de elementos registrados por cuadrícula. La clasificación de todos los restos de

fauna tanto de las recolecciones superficiales como de las excavaciones, junto con la descripción

detallada de las especies (Anexo 1) fue llevada a cabo por Andersson Corredor (2017). En el

informe presentado por el arqueólogo, se exponen los resultados de la clasificación del material

arqueofaunístico durante la etapa de laboratorio, que se orientó básicamente hacia la

implementación de medidas para el tratamiento y conservación del material óseo recuperado en

campo, hacia la identificación taxonómica lo más completa posible teniendo en cuenta las

características morfológicas y el contexto arqueológico, así como el estado de conservación y los

procesos tafonómicos de la muestra recuperada.

141
Taxón NR %NR
Actinopterygii (Clase) 85 10,16
Anadara (Gen) 8 0,96
Arca (Gen) 15 1,79
Argopecten (Gen) 1 0,12
Bivalvia (Clase) 4 0,48
Cervidae (Fam) 24 2,87
Chione cancellata (Esp) 1 0,12
Conus (Gen) 2 0,24
Cymatium (Gen) 11 1,31
Fasciolaria tulipa (Esp) 1 0,12
Gastropoda (Clase) 300 35,84
Indeterminado 182 21,74
Lucina pectinata (Esp) 1 0,12
Lyropecten (Gen) 8 0,96
Mammalia (Clase) 2 0,24
Melongena (Gen) 43 5,14
Modulus (Gen) 1 0,12
Nassarius antillarum (Esp) 1 0,12
Neritina (Gen) 2 0,24
Odostomia (Gen) 1 0,12
Orthalicus (Gen) 1 0,12
Phyllonotus (Gen) 67 8,00
Polyplacophora (Clase) 5 0,60
Protothaca pectorina (Esp) 2 0,24
Prunum (Gen) 10 1,19
Rodentia (Orden) 2 0,24
Sconsia (Gen) 2 0,24
Selachimorpha (Superorden) 1 0,12
Strombus Gen) 9 1,08
Testudines (Orden) 5 0,60
Turritella (Gen) 3 0,36
Vasum (Gen) 16 1,91
Voluta (Gen) 21 2,51
Total 837 100

Tabla 10. Frecuencias y proporciones de los taxones identificados a partir de la muestra registrada durante la
recolección superficial en Nuestra Señora Santa María de los Remedios del cabo de la Vela.

142
El análisis de los restos realizado por Corredor (2017) se hizo teniendo en cuenta la

tafonomía y taxonomía del elemento. Según el investigador, debido a que gran parte de la

muestra de fauna recuperada fueron fragmentos de conchas (bivalvos y gasterópodos) y en

menor medida restos óseos en mal estado de conservación, se optó por utilizar variables básicas

como el tipo de elemento, el taxón, las acciones tafonómicos evidentes (antrópicas y no

antrópicas), además del estado de conservación, las cuales permitieron caracterizar las especies y

de esa forma su posible uso dentro de la dieta o actividad económica de los pobladores

coloniales. Se hizo así un análisis comparativo de los elementos (completos o fragmentados),

separándolos a partir de características distintivas o diagnósticas, todo ello con la ayuda de guías

especializadas en especies marinas y terrestres del caribe colombiano (Correal & Van der

Hammen, 1997; Diaz y Puyana, 1994; Etxeberria, 1994; Hillson, 2005; López, 2008 y Peña y

Pinto,1996).

De la muestra total recuperada durante las recolecciones superficiales correspondiente a

837 fragmentos, se lograron identificar 33 taxones distintos en donde se enmarcan diferentes

Géneros y Especies; sin embargo, en algunos casos sólo se lograron identificar taxones muy

generales como la Clase Actinopterygii, debido al mal estado de algunos elementos o la falta de

guías útiles. No obstante, se intentó alcanzar el nivel de análisis más específico que el estado de

la muestra permitió para realizar así una lectura del registro arqueológico más precisa (Tabla 10).

Dentro de los elementos identificados se pudo señalar que los taxones de la Clase

Bivalvia y de la Clase Gastropoda fueron los que tuvieron una mayor representación (63,8%)

dentro del total de la muestra, seguida por el grupo de especies de los peces, específicamente los

que se clasificaron dentro de la Clase Actinopterygii (10,2%), los cuales son considerados hoy en

143
día como el grupo de peces con mayor tamaño que además aportan un gran valor nutricional al

consumo de alimento humano. En menor cantidad (0,6%) se aprecian restos de fauna de tortugas

(Testudines), que a pesar de su baja proporción debe tenerse presente que esta especie de reptiles

pudo haber proporcionado más carne a partir de un solo individuo que la que ofreció una sola

concha. En cuanto a los restos de fauna de animales terrestres se observa que la proporción es

muy baja, donde la especie Cervidae (2,9%) es la de mayor ocurrencia entre las especies de la

Clase Mammalia seguido del grupo taxonómico Rodentia (0,2%) (Tabla 11).

Fauna Fauna
Indeterm. Total
Terrestre Marina
NR 28 627 182 837
%NR 3,3 74,9 21,7 100

Tabla 11. Frecuencias y proporciones de la fauna marina y terrestre registrada durante la recolección
superficial en Nuestra Señora Santa María de los Remedios del cabo de la Vela.

Lo anterior sugiere que los habitantes del asentamiento español debieron basar su dieta en

especies marinas de fácil acceso, mientras que los productos sembrados o criados por ellos

mismos, teniendo en cuenta las características del terreno árido de acuerdo a los documentos

escritos y a lo registrado en campo, fueron actividades difíciles de realizar, que en últimas pudo

haber reducido el acceso a otro tipo de alimentación. De alguna manera su consumo fue similar

al del asentamiento de Nueva Cádiz en lo que respecta al mayor consumo de fauna marina.

Como lo señala Salamanca, los españoles al llegar a América debieron enfrentar grandes

dificultades para la cría y producción de alimentos provenientes de su tierra. El acceso a los

productos alimenticios habría determinado la capacidad de mantener dietas anteriores y la

necesidad de ajustar y reemplazar los productos que no habrían estado disponibles. La

adaptación a un nuevo entorno, junto con la introducción de nuevas especies, habría satisfecho la

necesidad de las dietas acostumbradas (2009: 227).

144
Al leer con detenimiento las fuentes documentales que hacen referencia al asentamiento

de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela y a las rancherías para la

pesca de perla, se observa que éstas precisan las características del territorio donde se habrían

asentado los pobladores subrayando las difíciles condiciones de la tierra tanto para el cultivo

como para la cría de animal alguno. En uno de estos documentos se menciona que una de las

razones para trasladar a los vecinos del Cabo de la Vela a vivir en la costa cerca del Rio de el

Hacha, es porque en el Cabo “[...] la tierra es muy estéril y carece de todas las cosas que son

necesarias para permanecer una población […]” (Friede, 1955, VII: 152). Mas adelante, otra de

las declaraciones de nuevo hace referencia a la aridez del suelo señalando que “[…] el dicho

pueblo del Cabo de la Vela que está poblado. Es muy estéril de agua y tienen en esto mucha

necesidad en el dicho pueblo. Y Asimismo lo es estéril de toda labranza y crianza […]” (Friede,

1955, VII: 162). Las fuentes recolectadas por Friede también hablan sobre las condiciones de los

indígenas particularmente sobre su alimentación, en una de ellas el escribano Juan de Rivas en

defensa de unos vecinos que recibieron unas denuncias pidiendo se liberen a unos indígenas por

los malos tratos hacia éstos, el escribano alega que al contrario de lo que menciona la denuncia, a

estos indígenas se les trata como hijos, por lo que entre otros cuidados hacia ellos, está el “[…]

mantenimiento que se les da es antes demasiado, pues a cada indio se les da cada día tres arepas,

que pesa una libra de pan, demás del pescado que siempre tienen sobrado de lo que pescan y

traen del mar y otros mariscos y carne que se les da de montería, y dándoles vino a sus veces

[…]” (Friede, 1955, IX: 285). Gracias a estas declaraciones es posible apreciar no sólo las

dificultades a las que se vieron enfrentados europeos y no-europeos durante su estancia en el

Cabo de la Vela y en la ranchería, sino cual habría sido posiblemente la dieta a la que debieron

ajustarse unos y otros.

145
UE1 UN-E UE2 Total
F. Marina 74 421 138 633
F. Terrestre 0 7 20 27

UE1% UN-E% UE2% Total


F. Marina 11,7 66,5 21,8 100
F. Terrestre 0,0 25,9 74,1 100

Tabla 12. Frecuencias y proporciones de la fauna marina y terrestre por sectores europeos y no europeos en
Nuestra Señora Santa María de los Remedios del cabo de la Vela.

Con el fin de facilitar el análisis sobre el consumo de ciertas especies sobre otras en

relación con los grupos culturales o en este caso con los sectores europeos y con el sector central

no-europeo (Tabla 12), se decidió agrupar los restos de fauna bajo dos categorías amplias: fauna

terrestre y fauna marina. Bajo esta división, según la distribución de los restos en el área, se

buscó inferir si existió acceso restringido o no a ciertos animales y por tanto si hubo o no una

segregación sociocultural basada en este tipo de prácticas.

Figura 33. Distribución de las densidades de restos de fauna marina en el área general Nuestra Señora Santa
María de los Remedios del Cabo de la Vela.

146
De acuerdo a las proporciones y mapas de distribución de las frecuencias de los restos de

fauna se puede sugerir que los restos marinos (Figura 33), indiscutiblemente tuvieron una mayor

presencia (66,5%), concentrándose en general hacia el centro del área de estudio en el sector no-

europeo (Tabla 9). En cuanto a los restos de fauna terrestre se observa que a pesar de ser baja su

frecuencia (n=28) comparada con la de la fauna marina (Tabla 12), su presencia se hizo evidente

(74,1%) hacia el sector europeo (UE2) localizado al occidente del área de estudio (Figura 34).

Figura 34. Distribución de las densidades de restos de fauna terrestre en el área general Nuestra Señora
Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela.

En lo que respecta a la proporción en el consumo de animales marinos o terrestres para

cada uno de los sectores señalados, se advierte que los restos de fauna marina habrían sido los

alimentos que se aprovecharon con mayor frecuencia entre todos los habitantes del asentamiento

español sin importar si fueron europeos o no-europeos (Tabla 13). Ahora bien, a pesar que los

restos de fauna terrestre se registran en baja proporción con respecto al consumo de la fauna

147
marina tanto en el sector no-europeo (1,6%) como en el sector europeo EU2 (12,7%), es visible

que el acceso a esta especie de animales fue en todo caso mayor para el sector UE2. Sin

embargo, el haberse registrado fauna terrestre en el sector no-europeo sugiere que el acceso a

esos animales posiblemente no fue restringido a un grupo cultural sino de difícil consecución.

F. Marina F. Terrestre Total


UE1 74 0 74
UN-E 421 7 428
UE2 138 20 158

F. Marina% F. Terrestre% Total


UE1 100 0 100
UN-E 98,4 1,6 100
UE2 87,3 12,7 100

Tabla 13. Frecuencias y proporciones de los restos de fauna marina y terrestre para cada uno de los
sectores en Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela

El consumo o mejor el acceso a los restos de fauna no parece haber sido una de las

estrategias que pudo haberse considerado durante la colonia como uno de los mecanismos de

segregación para marcar los limites entre quienes ostentaban el control de quienes eran

considerados solamente como fuerza de trabajo. Se alcanza a observar que el sector europeo

hacia el occidente del área habría tenido un mayor acceso a restos de fauna terrestre, que a pesar

de haberse registrado en menor proporción se consideran como especies que ofrecen más

cantidad de carne por individuo que la que pueden brindar los bivalvos o gasterópodos

individualmente. Aún cuando estas últimas especies de fauna marina tuvieron un NR

considerablemente mayor al resto de las especies registradas, la cantidad consumida debió ser

grande para haber logrado obtener tanto la porción de proteína como el nivel nutricional que los

animales terrestres proporcionaron. No obstante, otras especies marinas como la Actinopterygii,

uno de los grupos de peces con mayor tamaño y cuya carne tiene un gran valor nutricional como

148
se mencionó al principio de esta sección, se aprecian en mayor proporción en el sector no-

europeo (57,6%) en comparación con el de los sectores europeos (42,4%), lo que pudo indicar

que el acceso a alimentos con suficiente carne y valor nutricional dependió más de su

consecución que por normas restrictivas.

Evidencias en el área general de la Ranchería de La Laguna de San Juan

Al igual que para el área de estudio de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del

Cabo de la Vela, para el análisis del material y de la distribución espacial para la Laguna de San

Juan, se agruparon varias de las cuadriculas y sub-cuadrículas, según la proporción del material

europeo o local y la cercanía espacial entre ellas, en áreas discretas o sectores que se

identificaron con alguno de los posibles grupos culturales mencionados. De nuevo se

reconocieron las áreas con mayor concentración de materiales europeos o locales, identificando

las cuadrículas donde esos materiales aparecían en porcentajes de 1 desviación estándar por

encima del promedio del sitio. Aunque para la ranchería la distribución por sectores no fue tan

claro como para Nuestra Señora, se lograron identificar algunas pequeñas zonas con considerable

material europeo y cuya cercanía los relacionaba entre sí de algún modo (sectores europeos),

asimismo con aquellos sectores con material local o indígena (sectores no-europeos). Por lo tanto

estos sectores se han designado, indistintamente de su ubicación en el área de estudio, como

Unidades Europeas (UE) y Unidades No-Europeas (UN-E).

Aún cuando se registraron zonas menores que podrían haberse identificado con alguno de

los grupos que estuvieron presentes en la ranchería para la pesca de perlas, no existe una clara

diferenciación entre cuadriculas o sub-cuadrículas con material europeo o no-europeo. Varias de

las sub-cuadrículas con porcentajes de material europeo o no-europeo por encima de 1

149
desviación estándar en algunos casos se superponen, por lo que no fue posible identificar en la

ranchería algún sector europeo o no-europeo de un tamaño mayor a unas cuantas sub-cuadriculas

cercanas. Lo que finalmente se ha podido sugerir, como se verá mas adelante, es que no existió

una división evidente de los grupos culturalmente hablando, lo que a su vez podría haber

significado que en el área de la Laguna de San Juan y en general en este tipo de enclaves, la

separación o segregación espacial entre los grupos realmente no se dio en este ámbito

posiblemente debido a su estructura social y de trabajo y por tanto por las actividades allí

desarrolladas.

Un recuento de los artefactos europeos y no-europeos en el área general de la Ranchería de


la Laguna de San Juan

En líneas generales el material recuperado durante la recolección superficial en la

ranchería, se identificó con cerámica local Portacelli (tosco, liso, corrugado) (n=1393) y bastante

cerámica española o de producción local pero con ciertos rasgos característicos de la producción

española (n=1103). El material que se halló en este sitio, a pesar de ser en cantidad

considerablemente menor que en Nuestra Señora, en general presentó loza y objetos coloniales

en mayor frecuencia (n=2258). Además el material local (no-europeo) que pudo haberse

utilizado más se trató del tipo más fino (Portacelli liso) (n=974), mientras que la cerámica local

que se ha caracterizado como burda (n=419), que tuvo una frecuencia altísima en el centro

administrativo español, en la ranchería su frecuencia fue baja. Otro de los materiales con una alta

frecuencia fueron los objetos en metal (n=645), donde sorprendentemente se halló un número

considerable de piezas para la fabricación de edificaciones, posiblemente viviendas. Se

registraron puntillas de diversos tamaños, algunos ganchos de metal y varios fragmentos gruesos

150
y delgados en este material, que por su alto grado de deterioro ha sido difícil la identificación de

su uso.

Fotografía 12. Material en Metal (clavos y anzuelo)

En síntesis, aunque el área es menor en la ranchería de la Laguna de San Juan, y la

frecuencia del material recuperado es menor en comparación con Nuestra Señora Santa María de

los Remedios, parecería que en la ranchería el uso y acceso a los artefactos habría contado con

cierto patrón particular diferente al del centro administrativo. Por lo que es interesante señalar el

contraste entre la proporción (61,8%) de loza y objetos coloniales y la local (38,1%).

Total por tipo de artefacto


Sector Cer. Burda Cer. Fina Servicio Almac. Vidrio Total
N 52 175 169 2 79 477
N% 10,9 36,7 35,4 0,4 16,6 100

Tabla 14. Frecuencias y proporciones del total del material cerámico y vidrio analizado en Nuestra Señora
Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela.

151
Ahora bien, las proporciones puntuales (Tabla 14) para aquellas áreas (sub-cuadriculas)

que se identificaron con los conjuntos de artefactos europeos y no-europeos por encima de 1

desviación estándar son similares a las del total del material recuperado, donde el europeo es

mayor (52,4%) al no-europeo (47,6). Aun cuando este dato es interesante considerando que la

ranchería de la Laguna de San Juan solo habría sido un enclave para la pesca de perlas y no un

asentamiento con las características del centro administrativo donde se habría esperado que la

vajilla suntuosa hubiese tenido una mayor presencia, también es sugestivo el hecho de hallar una

distribución homogénea de los artefactos de ambos tipos a través de las diferentes áreas (Tabla

15).

Frecuencia por tipo de artefacto por sector


Sector Cer. Burda Cer. Fina Servicio Almac. Vidrio Total
UN-E 29 96 94 1 47 267
UE 23 79 75 1 32 210

Proporción por tipo de artefacto por sector


Sector Cer. Burda Cer. Fina Servicio Almac. Vidrio Total
UN-E% 10,9 36,0 35,2 0,4 17,6 100
UE% 11,0 37,6 35,7 0,5 15,2 100

Tabla 15. Frecuencias y proporciones del material cerámico y vidrio por sectores en la ranchería de la
Laguna de San Juan.

Al contrastar las proporciones de cerámica burda, entre unidades europeas y no-europeas

se aprecia que hay un 99 % de confianza de que no existió una diferencia significativa en el uso

de las vasijas de este tipo entre grupos culturales. Con respecto a la cerámica no-europea

considerada como fina, se puede señalar que el comportamiento es similar al de la burda, es decir

que no se aprecia diferencias significativas entre las unidades con un nivel de confianza del 99%

(Figura 35). Es interesante ver como no sólo no existe una diferencia entre los habitantes de la

152
ranchería en el uso de este tipo de cerámicas locales sino que el acceso a la cerámica fina es

ciertamente mayor.

Figura 35. Proporción estimada y rangos de error con respecto a la cerámica no-europea burda
(izquierda) y fina (derecha) en las cuadriculas no-europeas y europeas.

La proporción en la utilización de la cerámica de servicio colonial en ambos contextos

(35,7% europeo y 35,2% no-europeo) no solo es poco más o menos similar sino que es parecida

a la de la cerámica no-europea fina señalada anteriormente. Las vasijas de almacenamiento

colonial continúan con el patrón de uso hasta ahora señalado para todos los tipos cerámicos

registrados para la ranchería de la Laguna de San Juan, es decir que no se aprecian diferencias

entre unidades discretas europeas y no europeas. Asimismo, la ocurrencia de cerámica de

almacenamiento colonial (0,4%) en general es considerablemente menor a la cerámica fina

indígena y a la vajilla de servicio colonial, lo cual llama la atención si se tiene en cuenta el

153
contexto de la ranchería. Es claro que los resultados de estos análisis no concuerdan con lo que

se hubiese esperado dada la especifica función por la cual se habría establecido este tipo de

enclaves. Si se trató de una población que habría servido básicamente para la extracción de las

perlas, debería haberse observado cierta clase de menaje básico y muy poco fino en el consumo o

uso de ciertas vasijas habiendo sido consistente con la faena diaria de este tipo de asentamiento y

no a lo que aquí se estaría presentando. No sólo se produjo un particular patrón en el empleo de

artículos mas refinados sino que continuó observándose la no presencia de diferencias

significativas con niveles de confianza del 99% en el uso de este tipo de lozas entre las unidades

analizadas para el área en general (Figura 36).

Figura 36. Proporción estimada y rangos de error con respecto a la cerámica europea de servicio (izquierda)
y de almacenamiento (derecha) en las cuadriculas no-europeas y europeas.

154
Al comparar la proporción de vidrio se aprecia que, con un nivel de confianza del 95%,

existió una similitud en el uso de los objetos fabricados en este material entre las unidades

europeas (15,2%) y no-europeas (17,6%). Al observar el patrón en el uso de los artefactos

registrados en la ranchería, no sorprende que el vidrió se relacionara indistintamente con los

grupos culturales que allí habitaron (Figura 37). Ahora bien, en Nuestra Señora Santa María de

lo Remedios los vidrios o mejor aún las botellas habrían sido un producto casi exclusivo de los

europeos mientras que en la ranchería de la Laguna de San Juan al parecer el consumo de

bebidas envasadas en estas botellas, en su mayoría de color verde, se habría distribuido de modo

equivalente entre todos.

Figura 37. Proporción estimada y rangos de error con respecto al material europeo de vidrio en las
cuadriculas no-europeas y europeas.

155
Frecuencia y proporción de artefactos en metal
Sector N N%
UN-E 120 52,9
UE 107 47,1
Total 227 100

Tabla 16. Frecuencias y proporciones del material en metal por sectores en la Laguna de San Juan.

En lo que respecta a los objetos en metal se registra una diferencia leve entre las

proporciones de las unidades europeas y no-europeas, siendo la de estas ultimas mayor; no

obstante, no es significativa (Tabla 16).

Básicamente puede sugerirse que al hacer la comparación tanto de la proporción de

cerámica local burda y fina, como de la cerámica de servicio y almacenamiento colonial y de los

elementos en vidrio y en metal entre cuadriculas europeas y no-europeas ha sido posible observar

que no existe una diferencia significativa entre la disposición del material que se ha relacionado

con alguno de los grupos culturales que allí se presentaron y las unidades señaladas. Lo que se

alcanza a apreciar, en general, es que en Nuestra Señora existió una marcada correspondencia

entre los materiales europeos y los contextos europeos o los materiales no-europeos y los

sectores identificados aquí como no-europeos, mientras que en la Laguna de San Juan no es clara

la separación entre unos y otros. Es posible que se estén identificando dinámicas sociales que

tienen que ver con una no tan segregada espacialmente sociedad colonial en la ranchería, donde

las diferencias entre sectores no habrían estado determinadas por el acceso a cierta clase de

cultura material.

156
La población y su distribución espacial en la Ranchería de la Laguna de San Juan

En lo que respecta a la distribución espacial de la ranchería de la Laguna de San Juan, en

primer instancia no se observa una clara división por sectores coloniales y locales. Asimismo no

hubo un área de tamaño considerable que demostrara que existió un espacio libre como una

especie de plaza. Esto no sorprende dada las características y función del sitio, pues se trató de

un lugar con fines particulares, una especie de campamento para la extracción de perlas, un área

exclusiva de trabajo, donde habitaban en su mayoría esclavos indígenas y negros y algunos

europeos como los canoeros y los dueños de canoas.

Figura 38. Distribución de la frecuencia del material europeo en La Laguna de san Juan.

La disposición de la frecuencia de material cerámico europeo en el área de estudio

(Figura 38), no permite sugerir algún tipo de patrón puntual; sin embargo, se puede señalar la

cercanía que existe entre algunos sectores con frecuencias considerables hacia el centro de la

zona reconocida superficialmente y hacia el costado sur, lo que podría demarcar probablemente

algún área o unidad discreta en particular. La función que éstas áreas pudieron haber tenido son

difíciles de determinar si se tiene en cuenta que la distribución de las diferentes categorías de

157
material cerámico (europeo y no-europeo), como se ha mencionado, se superponen haciendo

además complicado establecer áreas definidas a grupos cultural específicos.

Figura 39. Distribución de la frecuencia del material no-europeo en La laguna de San Juan.

Aun cuando la frecuencia del material no-europeo es menor a la del material cerámico

europeo, la distribución (Figura 39), como se sugirió en líneas anteriores, es similar en ambos

casos siendo notoria la disposición hacia el centro del área de estudio. Al comparar, la

distribución del material arqueológico entre la ranchería y el centro administrativo, se alcanza a

observar que espacialmente existe cierta diferencia entre los dos sitios. Mientras que en la

ranchería de La laguna de San Juan no se aprecia una distinción radical entre la disposición del

material que se ha denominado local y el europeo, en el sitio de Nuestra Señora Santa Marina de

los Remedios del Cabo de la Vela sí se observan sectores cuyas frecuencias cerámicas se

relacionan en cierto modo más con la cerámica local o con la europea. Lo anterior sugiere que

para el centro administrativo existió cierto grado de separación entre áreas culturalmente

diferentes, en tanto que la división espacial parece no haberse dado en la ranchería para la pesca

de perlas.

158
Dieta de los pobladores de la Ranchería de La Laguna de San Juan

Como se observó no existe una clara división de sectores europeos y no-europeos en el

área de estudio, se reconocen algunas zonas con mayor concentración de material cerámico y en

general colonial pero no lo suficientemente distinguibles de aquellas zonas con concentraciones

de material no-europeo, por tanto definir sectores o áreas con mayor o menor consumo de restos

marinos o terrestres fue igualmente complicado.

Taxón NR %NR
Actinopterygii (Clase) 41 10,3
Ancilla glabrata (Esp) 2 0,5
Batillaria minima (Esp) 9 2,3
Bivalvia (Clase) 5 1,3
Bos primigenius (Esp) 1 0,3
Cervidae (Fam) 1 0,3
Chione cancellata (Esp) 4 1,0
Conus (Gen) 1 0,3
Cypraea (Gen) 4 1,0
Donax (Gen) 1 0,3
Fasciolaria tulipa (Esp) 3 0,8
Gastropoda (Clase) 31 7,8
Indeterminado 180 45,3
Mammalia (Clase) 2 0,5
Melongena (Gen) 103 25,9
Nassarius antillarum (Esp) 1 0,3
Polymesoda (Gen) 3 0,8
Testudines (Orden) 5 1,3
Total 397 100

Tabla 17. Frecuencias y proporciones de los taxones identificados a partir de la muestra registrada durante la
recolección superficial en La Laguna de San Juan.

Asimismo se aprecia que las especies registradas en la ranchería para la pesca de perlas

no fue tan variada como en el centro administrativo de Nuestra Señora. Por consiguiente se

159
lograron identificar 217 restos de fauna clasificándolos bajo 17 taxones y sin identificar

quedaron 180 fragmentos (Tabla 17).

Dentro de los elementos identificados se puede señalar que la especie Melongena, un tipo

de concha grande que además de consumirse es utilizado como adorno, fue la que tuvo una

mayor frecuencia (25,9%) dentro de los restos de fauna registrados (Tabla 17). De nuevo, como

sucedió en Nuestra Señora Santa María de los Remedios, la Clase Actinopterygii, fue la otra

especie con un mayor consumo dentro del área de estudio con un 10,3 %, que como se ha

señalado es el grupo de peces con mayor tamaño y una especie con gran valor nutricional dentro

de los alimentos de consumo humano. Aun cuando no es muy alta la proporción (1,3%) de restos

de tortugas (Testudines), de nuevo debe tenerse en cuenta ya que esta especie de reptiles puede

proporcionar carne en mayor cantidad que la de un bivalvo o gasterópodo. En lo que respecta a

los restos de fauna terrestre su proporción (1,0%) sigue siendo muy baja como se observó en el

centro administrativo de Nuestra Señora, donde se identificó 1 fragmento de la especie Cervidae,

2 fragmentos de la Clase Mammalia y 1 solo fragmento de Bos primigenius.

Fauna Fauna
Indet. Total
Terrestre Marina
NR 4 213 180 397
%NR 1,0 53,7 45,3 100

Tabla 18. Frecuencias y proporciones de la fauna marina y terrestre registrada durante la recolección
superficial en La Laguna de San Juan.

La distribución de los restos de fauna en general se encuentra bastante sectorizada hacia

el norte del área tanto para la fauna marina como para la fauna terrestre; no obstante, la fauna

marina se registró en otras zonas del área de estudio en menor frecuencia (Figura 40). Dado que

por el momento es difícil relacionar el consumo de restos de fauna con algún grupo cultural en la

160
ranchería para la pesca de perlas, hasta analizar en detalle las excavaciones más adelante, sólo se

puede sugerir que la dieta predominante en este enclave fue la marina (53,7%). Lo anterior sin

duda tiene lógica si se aprecian las características del terreno y de la vegetación, similares al de

Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela, además de tener a las

diferentes especies marinas como recurso alimenticio mas accesible dada la cercanía al mar.

Figura 40. Distribución de las densidades de restos de fauna marina en el área general de la Ranchería de
La Laguna de San Juan.

Los restos de fauna terrestre como se ha visto fue un alimento que poco se consumió en

general durante la colonia temprana a través de los distintos enclaves en la península de la

Guajira. La vegetación y la falta de agua para el consumo humano hizo difícil no sólo el cultivo

de productos que hubiesen podido haber ampliado la dieta diaria de los españoles, indígenas y

esclavos africanos, sino que la crianza de animales domésticos se hizo imposible. No obstante,

según se señaló en los apartes de los documentos históricos que hacen referencia a la dieta de

estos asentamientos, al parecer se enviaban ciertos alimentos que incluía la carne de ganado

desde zonas cercanas como Montería. Aún así, el ingreso de animales como ganado vacuno o

porcino según el registró arqueológico fue realmente mínimo, prácticamente nulo (Figura 41).

161
Figura 41. Distribución de las densidades de restos de fauna terrestre en el área general de la Ranchería
de La Laguna de San Juan.

Es muy posible que las difíciles condiciones geográficas del área de estudio hubiesen

ofrecido una limitada variedad en la dieta a los habitantes de Nuestra Señora Santa María de los

Remedios del Cabo de la Vela y a los de la ranchería para la pesca de perlas de La Laguna de

San Juan, lo que a su vez pudo haber dado a lugar a una estrecha diferencia en el acceso al

consumo de alimentos entre europeos y no-europeos. En definitiva, la creación de normas sobre

la comida y su acceso no fue, según se ve por lo menos a través del análisis de la muestra de

restos de fauna que se recuperó durante la recolección superficial, un motivo de segregación que

hubiese puesto limites a la relación entre unos y otros.

Interpretaciones sobre la Segregación en las Unidades de


Excavación

Con el fin de poder refinar los análisis e interpretaciones que se han hecho tanto para el

centro administrativo de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela como

para la ranchería para la pesca de perlas de La Laguna de San Juan, se buscó por medio de la

excavación de unidades discretas recoger evidencias que brindaran información detallada para

evaluar el grado de segregación en estos enclaves. En el texto se hará referencia a las unidades de

162
excavación como discretas y no como unidades domésticas ya que los hallazgos en varias de

éstas no permitieron señalar con certeza si se trataron de áreas residenciales o no.

Para Nuestra Señora Santa María de los Remedios en tres de las cinco unidades

excavadas (NS-2, NS-4 y NS-5) se lograron registrar huellas de postes que sugieren que allí se

construyeron áreas de vivienda, mientras que en las otras dos se registró material cultural

relacionado más con desechos de fauna y algunos fragmentos cerámicos. En la pesquería de La

Laguna de San Juan se alcanzó a registrar una huella de poste en las unidad de excavación SJ-2 y

dos en la unidad SJ-5, en el resto de las excavaciones se recuperaron restos de fauna, fragmentos

de cerámica y de vidrio. Por lo anterior se optó por referirse a estas excavaciones sólo como

unidades discretas en cierto modo se habrían asociado probablemente con uno de los grupos

culturales, en especial en Nuestra Señora.

En esta sección las unidades discretas serán entonces las unidades básicas de análisis que

se compararan entre sí buscando evaluar si hubo o no diferencias en las proporciones de los

materiales cerámicos no-europeos que se han agrupado como burdo y fino, material cerámico

europeo que se ha agrupado como de servicio y de almacenamiento, fauna marina y fauna

terrestre, vidrio y líticos. Como se anotó, la diferencia en la proporción de cualquiera de estas

evidencias que pudieron haber estado presentes en las unidades discretas, podrían indicar si hubo

para alguno de los distintos grupos culturales alguna clase de restricción en el uso o acceso a

estos materiales. Dado el contexto de este tipo de enclaves la utilización o no de ciertos

artefactos o alimentos, como se ha expuesto, podría significar cierto grado de limitación

alrededor de algunas actividades diarias, como por ejemplo la comida, más que desigualdad

social entre los grupos. En particular, en el caso del acceso a los diferentes recursos

163
alimenticios, a diferencia de otros tipos de bienes de consumo, es posible sugerir que éstos

fueron limitados más por las duras condiciones ambientales en ambas áreas de estudio que por el

control sobre ellos. No obstante, las relaciones de poder y desigualdad que se pudieron generar

en todos los ámbitos de esta colonia, incluso en el de la comida, al parecer fue mas el resultado

del rol del asentamiento como centro de extracción de recursos, cuyo orden social y organización

económica y política habrían estado dadas más por el control de la fuerza de trabajo y no por la

creación de jerarquías que hubiesen buscado diferenciar a unos individuos de otros por su estatus

social. Es así como este tipo de categoría o condición social realmente no fue la base de esta

sociedad en contacto emergente, sino que más bien el aprovechamiento sobre la mano de trabajo

habría sido el eje del desarrollo de esta empresa y por lo tanto para poder mantenerlo fue

necesario crear una serie de restricciones que originaron una cadena de divisiones en lo laboral

mas que en lo social.

Ahora bien, por lo general cuando los estudios arqueológicos desean hablar sobre

jerarquía o desigualdad social siempre se refieren al análisis de líneas de evidencia relacionadas

con el prestigio, acumulación de riquezas o control de recursos. Cuando se busca entender si

existió desigualdad social entre unidades del mismo grupo social, estos tipos de análisis son

bastantes pertinentes; sin embargo, es diferente en el caso de Nuestra Señora Santa María de los

Remedios del Cabo de la Vela y para sus rancherías para la pesca de perlas, ya que los grupos

socioculturales heterogéneos no buscaban adquirir un mayor status social, por lo menos durante

el periodo Colonial Temprano, sino el desarrollo de un centro de explotación de un bien preciado

como las perlas por medio del trabajo forzado. En consecuencia, el acceso sobre recursos básicos

o a bienes de prestigio como la loza fina local o europea, en este caso son indicadores de

restricciones sobre la libertad de los grupos forzados al trabajo –indígenas y esclavos africanos- y

164
no una herramienta para demostrar diferenciación socioeconómica entre los grupos. De ser cierto

lo que se ha mencionado, las diferencias en la proporción de las evidencias entre las unidades

discretas podrían estar señalando un sistema de control en el comportamiento de la gente para

garantizar la estabilidad y ejecución de las funciones que cada individuo habría tenido en dicho

sistema de explotación.

Interpretaciones sobre la segregación en las unidades de excavación en Nuestra


Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela

Para identificar las diferencias en el acceso o uso de la cerámica local burda y fina,

cerámica europea de servicio y de almacenamiento, fauna marina y líticos, se utilizaron las

proporciones de estas evidencias con el fin de compararlas según la categoría entre las unidades

de análisis relacionados con rangos de error del 80%, 95% y 99%, lo que produjo gráficas de

bala que permiten observar si hubo o no diferencias significativas en el uso o acceso a los

artefactos elaborados a partir de los materiales mencionados o si existió consumo diferenciado de

los recursos de fauna. Hay que recordar que en Nuestra Señora Santa María de los Remedios se

logró dividir el área en tres sectores, los UE1 y UE2 que se relacionaron con grupos europeos y

el UN-E que se relacionó con el sector no-europeo. En cuanto a las excavaciones en área, la

unidad NS-1 se localizó en el sector UE1 y la NS-5 corresponde al sector europeo UE2, las

excavaciones NS-2 y NS-4 se localizaron en el sector central no-europeo y la unidad NS-3 se

realizó en un área que no se encuentra relacionada con alguno de los grupos europeos o no-

europeos. Con esta distribución en mente, las comparaciones de las diferencias más que hacerse

entre unidades de excavación se hicieron entre unidades de análisis que se habrían relacionado

entre si de acuerdo al grupo cultural. Por consiguiente, se agruparon las excavaciones NS-1 y

NS-2 como unidad de análisis europeo (UE), las excavaciones NS-2 y NS-4 como unidad de

165
análisis no-europeo (NE) y la excavación NS-3 que no tuvo relación con alguno de los grupos

simplemente se mantuvo así (SU).

Frecuencia por tipo de artefacto por unidad


Unidad Cer. Burda Cer. Fina Servicio Almac. Total
E 35 35 5 0 75
NE 466 149 59 9 683
SU 15 2 5 1 23

Proporción por tipo de artefacto por unidad
Unidad Cer. Burda Cer. Fina Servicio Almac. Total
E 46,7 46,7 6,7 0,0 100
NE 68,2 21,8 8,6 1,3 100
SU 65,2 8,7 21,7 4,3 100

Tabla 19. Frecuencias y proporciones del material cerámico por unidades (excavaciones agrupadas) en
Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela.

Al contrastar la proporción de la cerámica burda registrada en cada unidad se aprecia una

diferencia significativa entre la unidad europea (UE) y la no europea (NE). La proporción de

cerámica de la unidad de análisis no-europea (NE) es más alta en comparación a la europea,

existiendo incluso una diferencia significativa del 99% de confianza entre estas unidades (Figura

42). Si se observan los resultados de la recolección superficial sobre la cerámica burda para cada

uno de los sectores europeos y no-europeo se aprecia una similitud con los presentes. En ambos

casos es consistente el uso de vasijas Portacelli Corrugada y Tosca entre los dos grupos

culturales, siendo mas alta su presencia en las unidades no-europeas.

166
Figura 42. Proporción estimada y rangos de error con respecto a la cerámica no-europea burda (izquierda) y
fina (derecha) en cada unidad (excavaciones agrupadas) en Nuestra Señora.

La cerámica fina local se presenta en mayor proporción en la unidad europea, haciendo

visible la diferencia entre las unidades en donde se registraron artefactos cuyo resultado de

manufactura fue fino (Figura 43). No es de extrañar que exista una diferencia significativa del

99% entre estas tres unidades y que en la unidad europea hubiese sido donde se registró la mas

alta frecuencia de este estilo cerámico teniendo en cuenta que estos resultados habrían sido

similares a los análisis de la cerámica fina de la recolección superficial. Estas diferencias, al

igual que las de la cerámica burda entre unidades europeas y no-europeas, sugieren que el uso de

este tipo de vasijas no estuvieron restringidas al uso exclusivo de uno u otro grupo en particular;

sin embargo, sí hubo un uso significativamente mayor de vasijas con acabados mas finos por

167
parte de los habitantes europeos mientras que la cerámica burda habría tenido una mayor relación

con los grupos no-europeos.

Figura 43. Proporción estimada y rangos de error con respecto a la cerámica europea de servicio (izquierda)
y de almacenamiento (derecha) en cada unidad (excavaciones agrupadas) en Nuestra Señora.

Al observar la tabla 19 se advierte que la proporción de la cerámica de servicio europea

sea considerablemente baja para las unidades europea (6,7%) y no-europea (8,6%), mientras que

para la unidad que por su ubicación dentro del área de estudio se considera como no adscrita a

alguno de los grupos o sectores europeo o no-europeo es la que tuvo una mayor proporción

(21,7%) de cerámica de servicio. Podría decirse que no se encontraron diferencias significativas

a un nivel de confianza del 99% entre las unidades europea y no-europea, en tanto que con la

tercera unidad (SU) sí existió un diferencia significativa del 95%. De nuevo se aprecia que no

existe una correspondencia entre el tipo de materiales y los grupos coloniales. Como se observa

168
en este caso no hubo distinción en el uso o acceso de este material cerámico europeo en relación

con el grupo ibérico (Figura 43).

La proporción de cerámica de almacenamiento colonial fue el mas bajo para aquellas

unidades donde se registró (no-europeo y sin unidad). Asimismo se aprecia que la diferencia en

la proporción en el uso o ocurrencia de estas vasijas entre dichas unidades no fue

significativamente diferente a un nivel de confianza del 99%. Lo que debe señalarse es que a

pesar de la baja proporción de la cerámica de almacenamiento solamente ésta se halló en la

unidad no-europeas y en la unidad no adscrita a algún grupo cultural.

Figura 44. Proporción estimada y rangos de error con respecto a la fauna marina en cada unidad
(excavaciones agrupadas) en Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela.

169
Frecuencia y proporción de fauna marina
Unidades NR NR%
E 427 6,4
NE 4601 68,6
SU 1681 25,1
Total 6709 100

Tabla 20. Frecuencias y proporciones de la fauna marina (excavaciones agrupadas) en Nuestra Señora
Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela.

Aun cuando el consumo de fauna marina se registró en todas las unidades, se observa que

entre todas existió una diferencia significativa de este recurso a un nivel de confianza al 99%.

Fue la unidad no-europea (NE) la que presentó una mayor proporción (68, 6%) en el consumo de

restos marinos, visiblemente se aprecia un contraste altamente significativo con respecto a las

otras unidades (Figura 44). En síntesis el consumo de restos de fauna parece haberse concentrado

hacia el centro del área de estudio donde se localizó el sector no-europeo, lo que debe analizarse

en detalle junto con los resultados de las otras variables.

Frecuencia y proporción de líticos


Unidades NR NR%
E 36 8,2
NE 394 89,5
SU 30 2,3
Total 440 100

Tabla 21. Frecuencias y proporciones de los líticos por unidades (excavaciones agrupadas) en Nuestra
Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela.

170
Figura 45. Proporción estimada y rangos de error con respecto a los líticos por unidades (excavaciones
agrupadas) en Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela.

La proporción en el uso de artefactos líticos en el asentamiento de Nuestra Señora Santa

María de los Remedios del Cabo de la Vela es consistente con el grupo cultural al que se supone

se les debería correlacionar, es decir al no-europeo (Tabla 21). La mayor proporción se registró

en la unidad no-europea (89,5%), seguido en mucha menor proporción en el uso o desecho de

líticos en la unidad europea (8,2%). La diferencia significativa de las proporciones entre las

unidades europea y las no-europea, a un nivel de confianza del 99%, demuestra mas que una

separación o segregación cultural, posiblemente una continuidad en el uso de practicas

prehispánicas que habrían sido permitidas durante la colonia (Figura 45). Hay que resaltar el

171
comportamiento de las bajas proporciones de la mayoría de materiales y recursos en la unidad

europea (E), siendo algo atípica en comparación con las otras unidades. Sin embargo, pudo

deberse a las condiciones del suelo de rocas coralinas sobre el que se registró

Interpretaciones sobre la segregación en las unidades de excavación en La Laguna


de San Juan

El análisis de las proporciones de los diferentes materiales culturales registrados entre las

5 unidades excavadas en la ranchería para la pesca de perlas es distinto al del centro

administrativo de Nuestra Señora ya que para la pesquería, como se vio, no se registró una clara

distribución de sectores europeos y no-europeos. Es por esto que ésta área se ha estudiado como

un sólo conjunto, donde al parecer se entremezclaron dentro de un mismo espacio habitantes

europeos, indígenas y esclavos africanos. Por lo tanto las unidades no se correlacionaran de

acuerdo con sectores europeos o no-europeos, sino con áreas en donde la proporción de material

local o colonial fue mayor a 1 desviación estándar (1SD) sobre el promedio de estos. Es así como

las unidades SJ-1, SJ-4 y SJ-5 se correlacionan de cierto modo con sub-cuadriculas donde se

registró proporciones de material colonial sobre 1 SD. Por otro lado, la unidad SJ-2 estuvo

correlacionada con una sub-cuadricula con proporciones de material tanto colonial como local

con 1SD sobre el promedio, mientras que la unidad SJ-3 se localizó en una sub-cuadrícula que

no se relaciona con proporciones de material colonial o local que hubiese estado 1SD por encima

de del promedio.

172
Frecuencia por tipo de artefacto por excavación
Excavaciones Cer.Burda Cer. Fina Servicio Almac. Vidrio Total
SJ-1 4 18 109 15 5 151
SJ-2 1 12 24 1 8 46
SJ-3 7 14 30 8 1 60
SJ-4 2 7 1 0 1 11
SJ-5 1 6 26 15 8 56

Proporción por tipo de artefacto por excavación


Excavaciones Cer. Burda Cer. Fina Servicio Almac. Vidrio Total
SJ-1 2,6 11,9 72,2 9,9 3,3 100
SJ-2 2,2 26,1 52,2 2,2 17,4 100
SJ-3 11,7 23,3 50,0 13,3 1,7 100
SJ-4 18,2 63,6 9,1 0,0 9,1 100
SJ-5 1,8 10,7 46,4 26,8 14,3 100

Tabla 22. Frecuencias y proporciones del artefactos por cada unidad de excavación en La Laguna de San
Juan.

Figura 46. Proporción estimada y rangos de error con respecto a la cerámica no-europea burda
(izquierda) y fina (derecha) en cada unidad de excavación en La Laguna de San Juan.

173
La proporción de cerámica burda para cada una de las unidades discretas fue

relativamente baja en comparación con los materiales europeos. Aún cuando se aprecia una

mayor proporción de este tipo de material en la unidad SJ-4 y SJ-3, no parece existir una

diferencia significativa entre todas las unidades. En cuanto a la cerámica no-europea fina se pudo

observar una mayor proporción en la unidad SJ-4, con una diferencia significativa con respecto a

las otras unidades. La proporción de material local en la unidad SJ-4, que se correlacionó con

una sub-cuadrícula con material colonial con 1SD por encima del promedio, sugiere que no

existe una clara separación en el uso de materiales coloniales o locales entre unidades, o en el

área en general (Figura 46).

Figura 47. Proporción estimada y rangos de error con respecto a la cerámica europea de servicio
(izquierda) y de almacenamiento (derecha) en cada unidad de excavación en La Laguna de San Juan.

174
La proporción de material cerámico europeo de servicio fue notoriamente mayor al resto

de tipos cerámicos registrados en el área de estudio en general y para cada una de las unidades

discretas (Tabla 22). Al comparar las proporciones de cerámica de servicio entre unidades se

observó que en la unidad SJ-1 se registró la mayor proporción (72,2%) mientras que en la unidad

SJ-4 (9,1%) fue significativamente menor. Con respecto a las unidades SJ-2, SJ-3 y SJ-5 la

diferencia entre estas es mínima; sin embargo, en relación con la unidad SJ-1, la diferencia se

hace significativa a un nivel de confianza del 95% mientras que con la unidad SJ-4 es del 99%.

Es interesante ver que al analizar el comportamiento de la unidad SJ-4 con respecto a las

proporciones de materiales europeos y no-europeos parecería haber existido un uso preferencial

o limitado por el no-europeo, lo que es contrario al patrón de distribución de la cerámica

clasificada para el área general durante la recolección superficial como se ha mencionado, pues

para esta área se habría considerado un registro con una mayor frecuencia de material europeo

(Figura 47).

Por otra parte la cerámica de almacenamiento europea no se registró en proporciones tan

altas como la de servicio; no obstante, se pudo apreciar un mayor porcentaje en la unidad de

excavación SJ-5 generando una diferencia moderadamente significativa con respecto al resto de

las unidades, en especial con la SJ-4 donde no se registró ningún fragmento de este tipo (Figura

48). En la unidad SJ-5 se apreciaron proporciones de cerámicas europeas mayores a las no-

europeas, aun cuando debe resaltarse que a pesar de la diferencia en la ocurrencia de los tipos

cerámicos se observa con claridad que en esta unidad y en general en todas se presentaron

evidencias arqueológicas que habrían correspondido tradicionalmente a uno u otro grupo

cultural. Lo anterior podría indicar que más que una segregación espacial y restricción en el

acceso a ciertos artículos durante el periodo Colonial, que se habría se tratado de áreas que

175
pudieron haberse relacionado con actividades especificas dentro de la ranchería y por tanto la

consecuente aparición en mayor proporción de unos materiales sobre otros en determinados

sectores. Es decir que a diferencia de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de

la Vela la separación o sectorización no se tradujo en grupos culturales sino en áreas de actividad

distintas.

Figura 48. Proporción estimada y rangos de error con respecto a la fauna marina (izquierda) y a la fauna
terrestre (derecha) en cada unidad de excavación en La Laguna de San Juan.

La Figura 48 sin duda es bastante clara al mostrar una diferencia entre las altas

proporciones de los restos de fauna marina y las muy bajas proporciones de restos de fauna

terrestre para cada una de las unidades discretas (Tabla 23). Ahora bien, no se observan

diferencias significativas en el consumo de animales marinos entre las distintas unidades con

excepción de la unidad SJ-2 en la cual se muestra una diferencia a un nivel de confianza del

176
99% a pesar del alto porcentaje de este tipo de restos marinos allí registrado. Por el contrario, la

fauna terrestre sin lugar a dudas fue mínima siendo mas alta su proporción en la unidad SJ-2

generando una diferencia significativa con respecto al resto de unidades a un nivel de confianza

del 99%.

Frecuencia de la fauna por excavación


Excavaciones Fauna Marina Fauna Terrestra Total
SJ-1 209 4 213
SJ-2 212 16 228
SJ-3 242 3 245
SJ-4 40 0 40
SJ-5 516 5 521

Proporción de la fauna por excavación


Excavaciones Fauna Marina Fauna Terrestra Total
SJ-1 98,1 1,9 100
SJ-2 93,0 7,0 100
SJ-3 98,8 1,2 100
SJ-4 100,0 0,0 100
SJ-5 99,0 1,0 100

Tabla 23. Frecuencias y proporciones de fauna marina y terrestre por cada unidad de excavación en La
Laguna de San Juan.

En este caso el consumo de fauna marina o terrestre no tuvo una fuerte diferencia entre

unidades, lo que indica que los habitantes de la ranchería principalmente se alimentaron de lo

que el medio marino les ofreció y en menor medida de animales terrestres tanto domésticos

(ganado vacuno) como silvestres (venado).

177
Figura 49. Proporción estimada y rangos de error con respecto al material europeo de vidrio en cada
unidad de excavación en La Laguna de San Juan.

En todas las unidades discretas excavadas se registraron fragmentos de vidrio en

proporciones bajas, se observan diferencias moderadamente significativas entre las unidades SJ-

2, SJ-4 y SJ-5 que tienen las mayores proporciones y las unidades SJ-1 y SJ-3 con porcentajes

de vidrio bajos (Figura 49). Asimismo se debe tener en cuenta que las unidades SJ-1 y SJ-3

fueron unas de las unidades que tuvieron mayores proporciones de cerámica europea (servicio y

de almacenamiento). La identificación de unidades con materiales de diferentes procedencias

culturales dentro de una misma unidad demuestran que en el área de la ranchería no existió una

clara restricción en el acceso y consumo de diferentes artefactos y recursos alimenticios.

178
Consideraciones finales

Cuando se hace referencia a la arqueología del periodo colonial, se piensa en una

dinámica de tensiones sociales entre los diferentes grupos que hicieron parte en la creación de

nuevas estructuras e instituciones multiculturales. A través de los años se ha buscado entender

como se forjaron las relaciones entre estos grupos y cuales pudieron haber sido las perdidas y

ganancias de cada uno. Sin embargo, la explicación estuvo inclinada hacia una posición algo

dogmática en cuanto a suponer que éstas se basaron en el poder y el control social absoluto por

parte de los europeos.

Esta investigación a través del análisis de las evidencias arqueológicas recuperadas en el

asentamiento español Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela y en la

ranchería de la Laguna de San Juan adscrita a este centro administrativo del siglo XVI, dos sitios

coloniales destinados a la empresa para la pesca de perlas, buscó reconstruir la intensidad con la

que allí se desarrollaron las relaciones de poder de acuerdo a la segregación como estrategia que

fue utilizada como mecanismo de control social desde los inicios de la colonia. Es decir que se

reconoció a la segregación como una de las posibles prácticas que se habría forjado con el fin de

marginalizar en diversos aspectos a unos grupos de otros y de esta forma conseguir mantener un

orden social que permitiese sin mayor dificultad la extracción de recursos, en este caso

suntuosos.

Aún cuando esencialmente se buscaba evaluar las condiciones de las prácticas de

segregación como estrategia de poder en cada uno de los asentamientos, se creyó igualmente

pertinente establecer si realmente el marco analítico bajo el cual se desarrolló esta investigación

fue efectivo para determinar si realmente el ejercicio del poder y por ende la percepción sobre los

179
elementos sobre los que pudo reproducirse y sus particularidades dependieron del contexto en el

que este fenómeno se materializó. Bajo estos términos se documentó la naturaleza y grado de

interacción entre los diferentes grupos culturales, lo que permitió señalar cómo el

segregacionismo sí se dio efectivamente al inicio de la colonia estableciéndose de forma

diferente según los aspectos sociopolíticos y socioeconómicos particulares a cada sitio y por

tanto en cada etapa.

Definitivamente, los resultados demuestran que las relaciones interculturales dentro de un

contexto de poder, donde se impusieron sin lugar a dudas medidas para el control social, fueron

modificándose con el tiempo y variando según la geografía y la función con la cual se habían

fundado los pueblos. El haber adelantado el estudio en dos áreas relacionadas entre si pero

diferentes en muchos sentidos como se vio a lo largo de los análisis, ha permitido que la

reflexión sobre las relaciones de poder llegara a conclusiones interesantes considerando un rango

de resultados mas amplio. Se pudo validar que las dinámicas coloniales no son fijas a pesar de

las políticas que la Corona estableció, sino que las actividades y por tanto las prácticas que se

realizaron en cada uno de los enclaves dieron origen a una colectividad que supuso un estructura

social particular según el lugar.

En cuanto a los análisis básicamente para cada sitio se usó el material cerámico, de vidrio

y de metal, así como los de recursos de fauna y la distribución espacial de cada grupo cultural

(europeos y no-europeos). Una vez clasificado el material de acuerdo a su procedencia europea o

no-europea, se examinó la evidencia comparando su presencia o ausencia por sectores. Estos

sectores se identificaron como unidades o áreas relacionadas entre si tanto por su cercanía y por

180
la proporción de material local o colonial mayor a 1 desviación estándar (1SD) sobre el

promedio del material que se halló en cada sitio de estudio.

En general, los sectores con evidencias europeas y no-europeas estuvieron restringidos

dentro de unos limites bien establecidos en el centro administrativo de Nuestra Señora. Lo

interesante de la distribución, sin embargo, es la disposición de los grupos, que al contrario de

ajustarse al orden colonial urbano, aquí el centro no se destinó para quien ostentaba el poder y el

control sino para aquellos a quien debía vigilarse, es decir, para los esclavos o grupos con status

sociales muy por debajo de los europeos. A pesar de no haber seguido las normas de la

construcción de la ciudad en retícula, ni las de la organización en la forma en que supuestamente

se debía ocupar el espacio, donde la elite debería establecerse en el centro y la población con

menos o nada de poder hacia la periferia, podría decirse que el ejercicio del control si existió,

teniendo en cuenta que el grupo colonial tuvo una ubicación estratégica, posiblemente de

vigilancia de las diferentes actividades que estuviesen realizando los esclavos. En lo que respecta

a la disposición de los espacios en la ranchería, la evidencia y los análisis muestran que no fue

exactamente un área organizada según el ideal colonial. Ni siquiera se percibe una distribución o

segregación clara por sectores como en Nuestra Señora Santa María de los Remedios. Tanto los

artefactos como las áreas coloniales y locales se entremezclan haciendo difícil distinguir una

separación o marginalización de los grupos en el espacio.

Asimismo el material cerámico y de vidrio, como otra línea de evidencia para reconstruir

el grado de segregación en Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela

indicaron claras diferencias entre sectores europeos y no-europeas. Se registró una mayor

proporción de algunos materiales sobre otros en sectores particulares enfatizando la separación

181
de los grupos culturales como se señaló en la distribución espacial. La evidencia registrada y

analizada señala cierta correspondencia entre sectores europeos y material cultural europeo y

entre sectores no-europeos y material manufacturado localmente. Mientras que para el sector

europeo UE1 se halló en mayor proporción material de servicio y almacenamiento colonial,

seguido por material local fino y vidrio, en el sector europeo EU2 el comportamiento del

material siendo similar al de UE1 tuvo algunas variaciones menores como el haberse registrado

cierta proporción de cerámica local burda mayor a la que se habría presentado en el otro sector

europeo. En cuanto al sector no-europeo UN-E, indudablemente se observa una proporción

diferencial de los materiales arqueológicos analizados en contraste con la de los sectores

europeos en general. En UN-E es visible como, a pesar de haberse registrado materiales europeos

y no-europeos, la cerámica local burda tiene una proporción significativamente mayor al resto de

material tanto en el mismo sector como en el resto del área en general.

Los análisis del material recuperado en las excavaciones realizadas en Nuestra Señora

indicaron una similitud entre sus resultados y los de la recolección. Se aprecia, entonces, que en

las excavaciones que fueron consideradas como europeas por su localización, hubo una mayor

proporción de material colonial y local fino, mientras que la cerámica burda fue relativamente

menor. Por el contrario, en las excavaciones localizadas en el sector no-europeo, se observa con

claridad que la proporción de cerámica local burda es considerablemente mayor junto con la fina.

La cerámica de servicio y de almacenamiento, aún cuando se registra, es baja su proporción; sin

embargo, lo que llama la atención es que en estas excavaciones se halla cerámica de

almacenamiento colonial mientras que en las excavaciones europeas este tipo de material no se

registró indicando tal vez una distinción de actividades que pudieron estar relacionadas con los

grupos culturales. Si se considera que las mujeres indígenas habrían sido quienes estuvieron a

182
cargo de la cocina y alimentación en este tipo de enclaves, no es raro hallar estas evidencias en

las excavaciones del sector no-europeo.

Los resultados de los análisis arqueológicos en la Laguna de San Juan sugieren una

situación significativamente diferente a la de Nuestra Señor Santa María de los Remedios del

Cabo de la Vela. En la ranchería el acceso y restricción al material cultural por parte de los

distintos grupos europeos y no-europeos confirma lo que se habría señalado para la distribución

de dichos grupos en el espacio, es decir que al parecer no existió un legítimo interés por

marginalizar socialmente algún sector de la población pesquera restringiendo ciertas actuaciones

entre sus integrantes. La presencia de material tanto colonial como local en cada unidad que se

clasificó como europea UE o no-europea UN-E reveló similitudes en el acceso a la cerámica

local burda y fina, a la cerámica colonial de servicio y de almacenamiento, y al material en vidrio

y en metal. No existió en caso alguno una diferencia determinante ni en el acceso al material ni

en la proporción de los materiales entre unidades europeas y no-europeas.

En lo que respecta al material recobrado de las excavaciones realizadas en la Laguna de

San Juan, los análisis señalaron un patrón semejante al de la recolección. Solamente en la

excavación SJ-4 se apreciaron diferencias en la presencia y ausencia de ciertos materiales y en la

mayor proporción del material no-europeo en comparación con la del europeo. Una posible

explicación a este hecho pudo ser que la actividad que allí se habría desarrollado tuvo que ver

con el área destinada a la cocción y almacenamiento de alimentos teniendo en cuenta que

básicamente se registró cerámica local burda y fina. Asimismo la distribución interna de las

unidades europeas y no-europeas sin patrón o sectorización aparente, no permite señalar una

correspondencia de esta excavación con alguno de los grupos. No obstante, aún cuando esta

183
excavación es distinta, en líneas generales no se observaron diferencias significativas entre las

proporciones de los materiales registrados en cada corte. Para las otras excavaciones la presencia

de los materiales es similar entre ellas en cuanto a su proporción. La cerámica de servicio

colonial definitivamente tuvo una mayor proporción en cada una de las excavaciones en

contraste con el resto de los tipos cerámicos. Al parecer el hecho de que la excavación SJ-4,

localizada en el extremo norte de lo que se delimitó como el área general de la ranchería, tuviera

un comportamiento distinto de la evidencia registrada en las otras cuatro excavaciones, que se

localizaron hacia el centro y sur del área, sugiere que la distribución y la presencia o ausencia de

la evidencia no se debió a restricciones en el acceso al material o en la marginalización de alguno

de los grupos sino a la distribución de las áreas según las prácticas comunes que allí se llevaron a

cabo. Es decir que el área habría sido divida mas por el lugar de las habitaciones - prisión, de las

habitaciones donde residían los canoeros, mayordomos, mujeres y pajes indígenas, de la cocina y

almacenamiento. Ciertamente existió una sectorización pero por motivos diferentes a la

marginalización de los individuos por su afiliación cultural. Es indiscutible negar que sí hubo un

control social en este tipo de enclaves que tuvo como premisa el aprovechamiento de la fuerza de

trabajo indígena para la extracción de un recurso muy apetecido en el mundo europeo. Por lo que

la organización y división de los habitantes en la ranchería respondió a las necesidades de la

empresa y no precisamente a la restricción de algunos espacios y materiales para subrayar la

superioridad de los europeos sobre los demás. El haber hallado material colonial en gran parte

del área demuestra que la limitación en la libertad de los buzos e indígenas en general tuvo más

que ver con la autonomía de movimiento para controlar sus acciones con el fin de evitar que

éstas interfirieran con la empresa que con las segregación por motivos sociales o raciales.

184
Ahora bien, la consecución de diferentes especies de fauna para su consumo tuvo de

algún modo cierta restricción en cada uno de los enclaves estudiados. La complejidad del paisaje

desértico sobre el cual se asentaron los integrantes de esta empresa para la pesca de perlas fue el

mayor limitante para la obtención de una dieta variada que supliera las necesidades y gustos de

europeos y no-europeos. Es por esto que el mayor número de restos recuperados durante las

recolecciones y excavaciones pertenecieron a especies marinas. Fauna que claramente habría

sido la de mas fácil acceso, aun cuando se registraron algunos restos de fauna terrestre silvestre

que seguramente complementó la dieta de algunos habitantes.

En Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela se advierte que la

proporción de fauna marina fue el alimento que primó en cada sector identificado; sin embargo,

en el sector no-europeo fue donde se apreció la mayor concentración de estos recursos. Mientras

que los restos de fauna terrestre, a pesar de su baja frecuencia, tuvieron una mayor presencia en

el sector europeo UE2, muy bajo en el sector no-europeo UN-E y nulo en el otro sector europeo

UE1. Dentro de las especies marinas consumidas se identificaron algunas de mayor tamaño y por

lo tanto con un aporte proteico y nutricional mayor, como fue el caso del grupo de peces

Actinopterygii. Lo interesante es que esta especie se registró en mayor proporción en el sector

no-europeo. Es así como, la distribución de las especies identificadas como recursos alimenticios

en el centro administrativo de Nuestra Señora demuestra que estos no fueron uno de los factores

que podrían haberse considerado como parte de las normas restrictivas, ya que no existieron

diferencias significativas en el acceso a alimentos que suministraron una dieta parcialmente

balanceada.

185
Para la ranchería de la Laguna de San Juan la mayor proporción de especies

correspondió, al igual que en Nuestra Señora, a la marina. Dado que este asentamiento, como ya

se ha señalado, no pudo ser sectorizado de acuerdo a los grupos culturales presentes, fue difícil

relacionar el consumo particular de alguna de las especies con alguno de los grupos. Sin

embargo, se aprecia una clara distribución de los restos localizándolos hacia el extremo norte del

área donde se sugirió que se hallaba lo que pudo ser el espacio de la cocina, confirmando que

está zona pudo efectivamente servir de área para el almacenamiento y procesamiento de

alimentos. Por otro lado, puede afirmarse sobre los restos de fauna terrestre, aun cuando su

frecuencia fue baja, que su consumo tuvo un comportamiento parecido al de la fauna marina, en

cuanto a que no se distinguió una afiliación con alguno de los grupos europeos o no-europeos.

Dentro de la fauna terrestre, cabe resaltar el registro de una mínima cantidad de restos de ganado

vacuno y porcino, que no se dio en Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la

Vela. En definitiva, como se ha expresado, las difíciles condiciones de la tierra y el acceso

limitado a una dieta variada no fue en ninguno de los enclaves una estrategia de control.

Los análisis, en efecto, demostraron no sólo la presencia de prácticas segregacionistas si

no su intensidad y causas posibles. Al inicio del documento, a partir de diferentes propuestas

conceptuales sobre la segregación, se expresó la intención de tomar este concepto como una

estrategia de control social enmarcada dentro de la relaciones de poder en la colonia. Se señaló

como la segregación puede o pudo ser una práctica de marginalización generada por distintas

razones, que no necesariamente significaron situaciones de poder entre distintos grupos sociales

o culturales. No obstante, la segregación sí puede entenderse como una estrategia de control

cuando un grupo de individuos se encuentra involucrado en una situación forzada de separación

186
o restricción, como fue el caso concreto de los enclaves coloniales para la extracción y

comercialización de recursos.

Es así como, los resultados del estudio permitieron reconstruir que tan restringidos se

hallaron los grupos no-europeos y en qué situaciones participaron o accedieron a ciertos espacios

y objetos sin limitación alguna. Por ejemplo, la segregación presente en el asentamiento español

de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela, efectivamente, refleja la

existencia de desigualdades entre los grupos presentes. Sin embargo, es importante subrayar que

se trató de una segregación promovida por la necesidad de un control que mantuviera un orden

social para el buen funcionamiento de la empresa. En otras palabras, el hecho de que las

restricciones no se presentaron en cada aspecto de la vida del esclavo (indígena y africana),

demuestra que el grado de segregación no fue llevado al extremo permitiendo por tanto cierta

integración en algunas de las esferas de la vida social entre los miembros que habitaron en

Nuestra Señora, como lo propusieron van Ham y Tammary (2016) cuando señalan que en su

concepto la segregación no sólo involucra separación sino integración también.

En contraste en la ranchería de la Laguna de San Juan las prácticas de segregación fueron

notoriamente menores. Los resultados sugieren que este comportamiento se debió limitar o

restringir a las actividades que tuvieron que ver exclusivamente con la pesca de perlas, ya que en

aspectos de la vida social como la comida o el acceso a ciertos objetos de la cotidianidad no se

presentó ninguna restricción aparente. Ciertamente, existió tanto Nuestra Señora Santa María de

los Remedios del Cabo de la Vela como en la ranchería de la Laguna de San Juan el ejercicio del

poder; sin embargo, al respecto se aprecian diferencias entre los dos enclaves. Mientras que en

Nuestra Señora se observaron medidas de control algo más estrictas por medio de la

187
marginalización y restricción, en la ranchería éstos no fueron perceptibles en los aspectos

estudiados. Lo anterior pudo deberse al contexto sociopolítico en el que se hallaba cada uno de

los asentamientos. Seguramente, Nuestra Señora se rigió por las políticas que la corona dispuso

para el manejo de la empresa de pesca de perlas bajo una mayor rigurosidad. Hay que recordar

que en este enclave habitaron aquellos funcionarios administrativos cuyas actividades estuvieron

más ligadas con la comercialización y envío de las perlas a España y por tanto su relación con la

Corona debió ser más estricta. Al contrario, en la ranchería de la Laguna de San Juan la función

de los habitantes al no ser administrativa sino que tuvo que ver con la actuación directa de la

extracción de perlas, éstos ciertamente se habrían regido no tanto por las disposiciones legales de

la Corona sino por las disposiciones locales de la ranchería, que seguramente se fueron ajustando

según las necesidades. Esto generó situaciones de control diferentes que claramente se han

reflejado en los resultados sobre el acceso y restricción de las evidencias presentadas.

Ahora bien, el hecho de que los dos asentamientos analizados en el presente estudio se

encontraran dentro de ese primer periodo colonial permite sugerir algunas conclusiones. En

primer lugar de acuerdo a las políticas generales y segregacionistas que se revisaron puede

afirmarse que el área de estudio se rigió por la Teoría del Buen Ejemplo, donde supuestamente se

promovía la convivencia entre poblaciones españolas e indígenas. Parece ser el caso por la cual

la convivencia entre ambos grupos culturales no pareció tener una radical división entre ellos.

Éstas prácticas del Buen Ejemplo permitieron en efecto que algunas pautas en el ejercicio del

poder hubiesen sido laxas. Podría decirse que la imposición se hizo sobre tareas puntuales de la

pesca de perlas, lo que significó realmente que en las actividades cotidianas no imperó un

dominio riguroso. Es posible que el control sobre ciertos aspectos de esta empresa se dieron por

la necesidad de dominar a toda costa la fuerza de trabajo indígena con la cual no habría sido

188
posible el desarrollo de dicha empresa y no con el fin de justificar una desigualdad social por

motivos raciales, culturales o religiosos, entre otros. En definitiva se puede aseverar que la

dominación y por tanto la segregación se llevó acabo por motivos socioeconómicos relacionados

con la ambición de extraer recursos como lo señaló Keehnen (2012).

Es claro que, tanto en el asentamiento colonial de Nuestra Señora Santa María de los

Remedios del Cabo de la Vela, como en la ranchería de la Laguna de San Juan, se practicó el

control social por parte de los españoles. No podría haber sido de forma diferente dada la función

tanto administrativa como de extracción de recursos, y donde, además, parte del éxito de la

empresa dedicada a la pesca de perlas se fundamentaría en el control sobre sus buceadores y de

la población esclava en general. No obstante, la evidencia demuestra que el control absoluto no

fue posible en todos los ámbitos de la vida diaria del esclavo, y que ciertos espacios y actividades

al parecer pudieron estar sujetas a la función del enclave. Esto reconoce, ya para finalizar, que no

todos los centros españoles como este, estuvieron regulados por una ley imperial inamovible,

donde las relaciones de poder se esperaría hubiesen sido mas bien estrictas y nada flexibles.

189
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195
APENDICE 1. Clasificación y Descripción de la Fauna. Corredor, A.

Clase Actinopterygii (Klen, 1885)

Este grupo hace referencia a todas las especies de peces óseos con esqueleto interno, compuesto

principalmente por piezas calcificadas y muy pocas de cartílago4. Son el grupo de peces más

grande en la actualidad.

Debido a la amplia y diversa variedad de especies que componen esta Clase taxonómica y a la

capacidad que estas tuvieron a adaptarse a lo largo del tiempo a diferentes ambientes, pueden

encontrarse tanto en agua dulce (lagos, ríos) como saldada (mares y océanos). Gracias al valor

nutricional que los especímenes de esta clase aportan a humanos y animales, son alimentos

predilectos para el consumo en variadas preparaciones dependiendo del entorno cultural y

gastronómico.

En el sitio se identificaron 85 fragmentos de hueso hallados durante las recolecciones

superficiales, pertenecientes a especímenes de este taxón especifico, entre los elementos se

encuentran vertebras de variados diámetros (variadas tallas), además de algunos diagnósticos no

identificados.

Clase Mammalia

En la identificación taxonómica se lograron caracterizar en total 28 fragmentos (todos estos

recuperados en las recolecciones superficiales) que gracias a sus características físicas pudieron

4
Tomado de http://www.ibiologia.unam.mx/peces/evolucion_%20ACTINOPTERYGII.html

196
ser categorizados en este grupo general, sin embargo, varios de ellos, dado que aun conservaban

parte de su forma y sectores diagnósticos, pudieron abarcar taxones más específicos.

• Familia Cervidae (Goldfuss, 1820)

Fotografía 13. Elementos diagnósticos, Familia Cervidae

Esta Familia proveniente del orden Artiodactyla es la segunda más grande en este

taxón, solo superado por la Familia Bovidae. En Colombia se tiene registros de la

presencia de dos especies (Mazama americana5 y Odocoileus virginianus6 también

conocido como venado de cola blanca), que en gran parte de la época prehispánica

sirvieron como una de las fuentes principales de alimentación, gracias a la gran

cantidad de porción cárnica, principalmente en sus miembros anteriores y posteriores.

Son rumiantes y la mayoría están provistos de apéndices craneales caducos de

renovación periódica anual, los machos normalmente poseen un par de estos

5
Erxleben, 1777
6
Zimmermann, 1780

197
apéndices frontales, aunque algunos géneros no presentan nunca estas estructuras

(ibídem, 288).

Se identificaron en el sitio durante las recolecciones superficiales efectuadas 24

fragmentos de estos óseos en regular estado de conservación, entre los cuales se

destacan varios fragmentos de asta, falanges, secciones de metapodos y varios huesos

del tarso (¡Error! No se encuentra el origen de la referencia.).

• Orden rodentia ()

Este grupo taxonómico agrupa a todos los animales mamíferos que se caracterizan por

tener solamente un par de incisivos en cada mandíbula, estos están separados de los

molares por un vacío, estos tienen una distribución dental similar a los miembros del

orden Lagomorpha (conejos y liebres), pero estos tienen dos incisivos adicionales en

la mandíbula superior 7

Fotografía 14. Secciones de incisivos, Orden Rodentia

7
Tomado de http://www.fao.org/docrep/x5052s/x5052S03.htm

198
De este grupo se identificaron algunas secciones de incisivos en mal estado de conservación,

durante las recolecciones superficiales llevadas a cabo en la sub-cuadricula 58A de Nuestra

Señora (Fotografía 14).

Clase Sauropsida (Goodrich, 1916)

Esta clase taxonómica agrupa a gran parte de los reptiles actuales y también aves, conociéndose a

la fecha unas 9000 y 10000 especies respectivamente. De este se identificaron varios elementos

pertenecientes a la orden Testudines, uno de las de mayor distribución en el mundo a excepción

de algunas aguas muy frías y grandes desiertos.

• Orden Testudines (Linnaeus, 1758)

Este taxón aglutina a todas las especies de reptiles llamados comúnmente tortugas,

cuyas representantes más predominantes en Colombia son la especie Trachemys

callirostris (conocida como hicotea) y Chelonoidis carbonaria (conocida como

morrocoy), aunque se han reportado más de 36 especies de tortugas de las cuales 28

son de agua dulce y 6 marinas (Bonilla, Luque Sanchez, Cuervo Martinez, Barreto

Calderon , & Zuluaga Rodriguez, 2012). Varias de estas han estado en la dieta de las

poblaciones amerindias desde hace cientos de años en donde se aprovechaba su carne

y su caparazón de manera ornamental.

Su característica osteológica más predominante es su caparazón, compuesto por placas

óseas de variados tamaños y formas según la especie, en donde se encuentran soldadas

varias de sus vertebras y sirven como coraza de protección contra depredadores. El

sector dorsal es conocido vulgarmente como caparazón o espaldar y el sector ventral

como plastrón.

199
De estos sectores encontramos en el registro arqueológico del sitio un total de 5

fragmentos de caparazón provenientes de las recolecciones superficiales

Superorden Selachimorpha

Este superorden agrupa a todos los animales conocidos comúnmente como tiburones. Se han

logrado identificar cerca de 500 especies entre las que más se destacan los tiburones ballena,

tiburón blanco, entre otros. En varias partes del mundo, la carne de este animal es muy apetecida

debido a su buen sabor, sin embargo no hay registros sobre consumo del mismo en este sitio.

De este grupo taxonómico se identificó durante la recolección superficial del corte 44D una

cabeza momificada en buen estado de conservación.

Fotografía 15. Cabeza disecada, superorden Selachimorpha

200
Clase Bivalvia (Linnaeus, 1758)

Es uno de los grupos de seres vivos más diversos y poblacionalmente con mayor distribución del

mundo, encontrándose cerca de 50000 especies de las cuales 30000 son oceánicas (Gosling,

2003). Si bien sus cuerpos son muy suaves están protegidos por estructuras pares llamadas

valvas que sirven de protección contra depredadores y como soporte para sus músculos y

órganos. Los usos de estos son diversos entre los que se encuentran gastronómico, ornamental

(trabajo de las conchas) y actualmente cosmético (uso de uno de sus componentes llamado nácar,

materia principal en la elaboración de gran variedad de cremas faciales).

En total en el sitio se lograron identificar 2439 fragmentos de concha pertenecientes a este taxón

general. 2291 fragmentos del total poseían aun características que permitieron conocer niveles

taxonómicos más específicos (4 géneros y 8 especies), los restantes se categorizaron como

Bivalvia.

• Genero Anadara (Gray,1847)

Concha de tamaño mediano a grande, de forma oval-oblonga. Se encuentra

ornamentada con fuertes costillas radiales, su color va del blanco al marrón (Fotografía

16), dependiendo de las especies (Díaz Merlano & Puyana Hegedus, 1994, p. 47). Si

bien, se han realizado investigaciones sobre su potencial de producción comercial, no

es conocido a ciencia cierta su uso, pero este puede estar relacionado al consumo.

De este taxón se identificaron 9 elementos en buen estado de conservación, tanto en

recolecciones superficiales, como en excavaciones estratigráficas.

201
• Especie Anomalocardia brasiliana (Gmelin, 1791)

Concha pequeña a mediana (34 mm), inflada, triangular, con un apéndice rostrum

posterior. Superficie exterior con amplios pliegues concéntricos ondulados atravesada

por finos ribetes radiales. En buena conservación de color amarillento con líneas

radiales purpura o motas marrón.

Abunda en Colombia en playas de arena fangosa debajo del nivel del mar hasta unos 5

metros de profundidad. Su distribución se extiende por el mar caribe y la costa

continental de américa del sur hasta Uruguay (ibídem, 80). Puede ser utilizada para el

consumo humano.

Se identificaron 4 fragmentos de concha perteneciente a esta especie en distribuidos en

los cortes 2, 3 y 4.

Fotografía 16. Concha correspondiente, Genero Anadara

202
• Género Arca (Linné, 1758)

Concha inequilateral de tamaño mediano (50 mm). Posee la charnela alargada y

estrecha, con numerosos dientes pequeños, su cuerpo es de forma rectangular a

subrectangular según la especie de color marrón en variadas tonalidades. En Colombia

se conocen dos especies de este género Arca imbricat8a y Arca zebra9. Son comunes

bajo rocas y corales a profundidades que varían entre los 25 metros a los 100 metros.

En América se pueden hallar por todo el Atlántico occidental, desde Carolina del

Norte hasta el sur del Brasil (ibídem, 46).

Su carne puede ser utilizada para el consumo humano y en la actualidad es

comercializada en algunas regiones costeras americanas. De este se identificaron 42

fragmentos tanto en recolecciones superficiales, como en las excavaciones

estratigráficas llevadas a cabo.

• Género Chama (Linné, 1758)

Concha pesada, gruesa, cementada por la valva izquierda, cuyo vértice está curvado

hacia la derecha (Fotografía 17). Son comunes de hallar en la región del atlántico

occidental, desde la Bermuda y la Florida hasta el sur de Brasil (ibídem, 74). No se

hallaron registros sobre el uso de este espécimen por parte de algún grupo cultural.

Solo se identificó un elemento de este género taxonómico en la cuadricula C de la

excavación 3.

8
Bruguiére, 1789
9
Swainson, 1833

203
Fotografía 17. Concha correspondiente a Género Chama

• Especie Chione cancellata (Linné, 1767)

Concha subtriangular, pequeña (25 mm), gruesa, con fuertes crestas laminares

concéntricas y costillas radiales. Su color varía de blanquecino a gris, a veces con

manchas color marrón castaño. Abunda en la arena mixta o gruesa, también con

vegetación de pastos marinos, en aguas someras y de poca agitación. Común en la

costa del atlántico occidental (ibídem, 79). En la actualidad son recolectadas en

algunos sectores para el consumo.

En total se identificaron 6 fragmentos de esta especie de molusco en el sitio, 5 en las

excavaciones estratigráficas y el restante en las recolecciones superficiales.

• Especie Crassostea rhizophorae (Guilding, 1828)

Concha gruesa (hasta 120 mm), de forma variable, aunque generalmente alargada y

gruesa (Fotografía 18). Se encuentra comúnmente adherida a las raíces del mangle rojo

(Rhizophora mangle) o formando bancos sobre fondos someros particularmente en

204
aguas estuarios o de salinidad reducida (ibídem, 56). Es comúnmente consumida en

algunas regiones costeras por su gran parecido a las ostras.

Fotografía 18. Concha correspondiente a la Especie Crassostrea rhizophorae

• Género Donax (Linné, 1758)

Conocidos comúnmente como “chipi-chipi”, este bivalvo comestible se caracteriza por

tener una concha fuerte, de forma triangular, de tamaño pequeño a mediano. Márgenes

internos en las valvas dentados. Su ornamentación consiste en un patrón

predominantemente radial. Color variable entre marrón, blanco, violeta y amarillo

(ibídem, 93). No se conoce uso relacionado a alimentación humana.

Se conocen en Colombia 4 especies: Donax denticulatus (Linné, 1758), Donax

estriatus (Linné, 1767), Donax vellicatus (Reeve, 1855) y Donax cf. vagus (1964)

• Especie Lucina pectinata (Gmelin, 1791)

Concha grande (50 mm), de forma semicircular, comprimida y fuerte. Está

ornamentada con crestas concéntricas afiladas y espaciadas entre sí. Color blanco a

veces teñido de anaranjado. No muy común. Se halla en fondos areno-fangosos y

205
vegetados de pastos marinos entre 1 y 6 metros de profundidad. Se encuentran a lo

largo de la costa del Atlántico occidental (ibídem, 68). No se conoce un uso

relacionado al consumo humano.

Se identificaron 10 fragmentos de esta especie. De los cuales 9 se hallaron en el corte

estratigráfico y 1 en recolecciones superficiales.

• Especie Lyropecten nodosus (Lineé, 1758)

Concha grande (150 mm) y gruesa, ornamentada de 8 a 9 crestas radiales gruesas con

protuberancias nodosas, Su color muy vivo varía de anaranjado a rojo-marrón y vino

tinto, sin embargo debido a procesos tafonómicos puede tornarse más blanquecino o

marrón. Puede hallarse comúnmente sobre fondos arenosos y calcáreos entre los 25 y

120 metros de profundidad en las costas del Atlántico occidental y la isla Ascensión

(ibídem, 60). No se conocen reportes de consumo de esta especie. Se conocen algunas

referencias sobre el consumo de la carne de esta especie de bivalvo en costas de

Venezuela.

Se identificaron de este espécimen 49 fragmentos, de los cuales 41 se hallaron en las

excavaciones estratigráficas y los restantes en recolecciones superficiales.

• Especie Meleagrina margaritifera (Linné, 1758)

Concha de tamaño mediano-grande de color blanquecino a marrón. Altamente

explotada para la producción de perlas, hasta mediados del siglo XX, debido a esto se

encuentra en la actualidad en peligro de extinción, a pesar del hallazgo de otras

especies perlíferas tropicales.

En la muestra recuperada se hallaron 1862 fragmentos, siendo así la especie más

común en el sitio. Todos los elementos se hallaron en las excavaciones.

206
• Especie Pecten ziczac (Linné, 1758)

Concha grande (80 mm), semicircular, de color marrón rojizo (valva izquierda) a

amarillo-marrón (valva derecha); valva izquierda adornada usualmente con líneas

concéntricas en zig-zag (Fotografía 19). Común sobre fondos arenosos y calcáreos

entre 15 y 80 metros de profundidad (Ibídem, 58).

De esta especie se identificaron 14 elementos en las excavaciones estratigráficas.

Fotografía 19. Concha correspondiente a la Especie Pecten ziczac

• Especie Polymesoda arctata (Deshayes, 1854)

Concha comestible de tamaño mediano (40 mm), cuya forma varía de oblicua-ovalada

a subtriangular-oblicua, inflada, generalmente más larga que alta. Superficie

ornamentada ocasionalmente con surcos concéntricos. De color principalmente blanco

crema y a veces violeta y grises. Es una especie común en aguas salobres con salinidad

entre 3 y 20 ppm en fondos blandos de todo tipo a poca profundidad. Son abundantes

207
entre Costa Rica y el golfo de Venezuela (ibídem, 66). Muy apreciado para el

consumo humano

• Especie Protothaca pectorina (Lamarck, 1818)

Concha comestible de tamaño mediano (45 mm), de forma triangular-ovalada, poco

inflada. Posee numerosas costillas radiales cruzadas por estrías concéntricas, formando

un patrón reticulado. Su color es blanco amarillento con marcas irregulares marrón.

Pueden hallarse comúnmente en fondos de limo y arena fangosa en aguas muy

someras y de salinidad reducida. Se han reportado en la costa continental de

Sudamérica entre Panamá y el sur de Brasil (ibídem, 80). En la actualidad son

comercializadas para el consumo humano tanto en Colombia como en el exterior,

siendo una de las especies de bivalvos con más potencial comercial.

Clase Gastropoda (Cuvier, 1767)

Los gasterópodos son moluscos asimétricos que superan en el mundo más de 75000 especies. El

cuerpo se divide generalmente en 2 regiones: el pie de la cabeza y el manto (incluyendo la

concha), la cavidad del manto y la masa visceral. En la mayoría de los gasterópodos, el musculo

conocido como pie es el órgano locomotor y con este se arrastran y se adhieren a superficies10.

Gracias a su gran variedad de especies, han logrado adaptarse a diferentes nichos ecológicos

encontrándose en aguas dulces, saldas e inclusive en tierra firme.

10
Extraído de
http://www.biologia.ucr.ac.cr/profesores/Camacho%20Yolanda/Malacologia/Charla6.pdf

208
De la muestra colectada en el sitio, se identificaron 4585 fragmentos correspondientes a esta

Clase taxonómica, de los cuales 2130 lograron caracterizarse en taxones más específicos (14

géneros y 14 especies)

• Genero Acmaea (Rathlle, 1883)

Concha pateliforme, aplanada, lisa u ornamentada axialmente (ibídem, 112). En el

aribe colombiano se tienen registros de tres especies de este género: Acmaea

antillarum (Sowerby, 1831), Acmaea leucopleura (Gmelin, 1791) y Acmaea postulata

(Helbling, 1779). De éste taxón general se hallaron 4 fragmentos. Además se lograron

identificar algunos pertenecientes a la última especie mencionada.

• Especie Acmaea postulata (Helbling, 1779)

Fotografía 20. Concha correspondiente a la especie Acmaea postulata

Concha pequeña (20 mm), de forma ovalada, aplanada, con el ápice acuminado. Se

encuentra ornamentada con costillas gruesas alternadas con finos cordones (Fotografía

20). Presenta color blanco con puntos y manchas marrón rojizo. Suele hallarse sobre

209
rocas en la zona intermareal. Común en la región del Atlántico occidental, desde

Bermuda y la Florida hasta Colombia y las Antillas holandesas (ibídem, 113). No se

hallaron datos sobre el posible uso antrópico de esta especie.

• Especie Astraea tuber (Linné, 1758)

Concha de tamaño mediano-grande (50 mm) tan alta como ancha. Posee costillas

axiales terminando en un nudo grueso y base lisa. Su color varía entre verde, blanco y

marrón en líneas que se entrecruzan. Común entre rocas y corales hasta 10 metros de

profundidad. Se pueden identificar desde la costa de la Florida y las Antillas, hasta

Colombia y Venezuela (ibídem, 122). No se conocen registros sobre el consumo

humano de esta.

• Género Bulimulus (Leach, 1814)

Fotografía 21. Concha correspondiente al Género Bulimulus

210
Este género taxonómico, perteneciente a la familia Bulimulidae es característico de

zonas geográficas continentales, donde se ha identificado a partir de datos moleculares

que gran parte de ellos pertenecen al sector de caribe (Breure, 2016). Su concha es

mediana, cónica y su largo varía entre los 2 cm y los 5 cm (Fotografía 21)

Esta es una de las especies más representativas de las excavaciones en área llevadas a

cabo en el sitio con 508 elementos en regular y buen estado de conservación.

• Columbella mercatori (Linné, 1758)

Concha de tamaño pequeño-mediano (22 mm), ovalada, de espira baja. Ornamentada

con cordones espirales de color variable usualmente gris o marrón con bandas

espirales de punto blancos, rojos y azules (Fotografía 22) Muy común en praderas de

pastos marinos o debajo de rocas y corles en aguas someras poco agitadas. Se halla en

la región del atlántico occidental, desde bermuda y la Florida al sur de Brasil (Díaz

Merlano & Puyana Hegedus, 1994, pág.189)

Fotografía 22. Concha correspondiente a la especie Columbella mercatori

211
• Genero Conus (Linné, 1758)

Único género de la familia Conidae. Su concha varía mucho en tamaño según la

especie (de 16 a 70 mm). De forma predominantemente cónica y en pocas excepciones

bicónica. Su abertura es larga y estrecha. Poseen una glándula asociada que produce

una sustancia venenosa con la que narcotizan a sus presas (ibídem, 212). Debido a su

forma y en algunos casos colores muy vistosos puede usarse de forma ornamental, sin

embargo no hay registros de ello.

• Genero Cypraea (Linné, 1758)

Las especies de este género poseen generalmente una concha aporcelanada, lisa y

brillante. La apertura va a lo largo de la concha y dentada en ambos labios. Su color

varía de amarillo-naranja a marrón amarillento, salpicado con puntos blancos y

marrón dispersos . El último giro en los adultos recubre y oculta la espira y los giros

embrionarios. En especímenes jóvenes la concha es muy delgada, la espira es visible y

el labio externo es simple. Se conocen 6 especies en la costa caribe colombiana.

Suelen encontrarse bajo rocas y corales en aguas claras y someras (ibídem, 166). No se

encontraron registros sobre el uso de estos especímenes por parte de grupos humanos,

sin embargo es posible que debido a sus colores y forma atípica haya sido usada de

manera ornamental.

• Especie Fissurella barbadensis (Gmelin, 1791)

Concha de tamaño mediano (35 mm), cónica. Color crema o grisáceo con manchas

rosadas o púrpura entre as costillas, presenta en su interior bandas blancas y verde

pálido (Fotografía 23) Común sobre rocas en la zona intermareal (ibídem, 112). No se

halló registros sobre uso antrópico de esta especie.

212
Fotografía 23. Concha correspondiente a la especie Fissurella barbadensis

• Hemitoma octoradiata (Gmelin, 1791)

Fotografía 24. Concha correspondiente a la especie Hemitoma octoradiata

Concha de tamaño mediano (32 mm), ovalada, con 8 costillas radiales anchas dotadas

de nudos conspicuos. Presenta generalmente color gris e interior porcelanado verde

oliva a pardo con una banda blanca bordeando el margen y la zona apical (Fotografía

213
24). Localmente abunda en la zona intermareal, sobre rocas con algas en costas

expuestas al oleaje (ibídem, 108).

• Especie Melongena melongena (Linné, 1758)

Concha grande (200 mm), ovalada y gruesa. Se encuentra ornamentada con 1 a 3

hileras espirales de espinas triangulares hacia la periferia y otras más hacia la base. El

desarrollo de las espinas es muy variable. Color variable, usualmente blanco sucio a

amarillento con bandas marrón o purpura. Localmente muy común sobre todo tipo de

sustratos en aguas turbias y someras en zonas de manglar (ibídem, 194). Uso tanto

para el consumo humano como para el uso ornamental de su concha.

• Especie Nassarius antillarum (d´Orbigny, 1842)

Concha pequeña (12 mm), cónica-globosa, de giros convexos-angulosos. Ornamentada

con 8-14 costillas axiales y cordones espirales. Color blanco amarillento,

ocasionalmente con bandas espirales de manchas marrón claro Común sobre fondos de

arena con detrito orgánico en aguas someras hasta 10 metros de profundidad. Se halla

sobre el Atlántico occidental, desde Bermuda y la costa del suroriente de Norteamérica

hasta Brasil (Ídem). Debido a su forma pudo haber tenido un valor ornamental, sin

embargo no se hallaron registros de ello.

• Genero Nerita (Linné, 1758)

Globosa, gruesa, más ancha que alta, de variados colores según la especie. (Ibídem,

122) Perteneciente a la familia Neritidae. De este taxón general se identificaron 19

elementos, sin embargo se lograron caracterizar además 6 correspondientes a las

especies Nerita fulgurans y Nerita versicolor:

214
− Especie Nerita fulgurans (Gmelin, 1791)

Concha de tamaño pequeño a mediano (25 mm), ornamentada con numerosos

cordones espirales delgados. Presenta coloración difusa con manchas marrón, negro,

gris y amarillo; opérculo color gris a marrón claro (Fotografía 25) Abundante en la

zona intermareal rocosa, también en zonas de salinidad algo reducida (Ídem).

Fotografía 25. Concha correspondiente a la especie Nerita fulgurans

− Especie Nerita versicolor (Gmelin, 1791)

Concha pequeña a mediana (26 mm), ornamentada con cordones espirales gruesos y

lisos. Color blanco amarillento con manchas irregulares rojas y negras (). Muy común

en la zona intermareal rocosa (Ídem).

215
Fotografía 26. Concha correspondiente a la especie Nerita versicolor

• Género Orthalicus (Beck, 1837)

Esta especie de gasterópodo continental común en árboles, en el moho de las hojas y

debajo o cerca de rocas. Con frecuencia son grandes (70 mm), aunque tiene a ser más

pequeñas en zonas frías. La cara externa de la concha de esta especie es lisa, brillante

y con algunas protuberancias leves, presenta líneas que varían de color desde amarillo

al rosado hasta el marrón (Fotografía 27). Se encuentran desde la Florida hasta Brasil.

No se conoce referencia de uso antrópico de esta especie11.

Con 1228 elementos es la segunda especie de molusco más común en Nuestra Señora

Santa María de los Remedios del Cabo de la Vela(la primera entre los gasterópodos,

de los cuales 1227 se identificaron en los cortes estratigráficos y 1 en las recolecciones

superficiales.

11
Tomado de http://entnemdept.ufl.edu/creatures/misc/gastro/tree_snails.htm

216
Fotografía 27. Concha correspondiente al Género Orthalicus

• Género Phyllonotus (Swainson, 1833)

• Fotografía 28. Concha correspondiente al Género Phyllonotus

217
Concha grande y globosa; último giro amplio. Presenta un cayo ancho y extendido

sobre la región parietal. Su color varía de marrón grisáceo a amarillento (Fotografía

28). Común en aguas someras. No se conoce uso antrópico relacionado a este género

especifico de molusco (Ibídem, 176).

• Género Prunum (Hermannsen, 1852)

Concha pequeña a mediana, de forma ovalada-alargada y espira cónica poco elevada.

Presenta 4 pliegues en la parte inferior de la columnela. Su color varía entre crema,

amarillo, rosa o naranja (Ibídem, 205).

De este género se caracterizaron 17 elementos, de los cuales 15 debido a su mal estado

de conservación sólo lograron asociarse a este taxón general, sin embargo 2 lograron

ser definidos en el nivel de espécimen.

− Especie Prunum gattatum (Dillwyn, 1817)

Fotografía 29. Concha correspondiente a la especie Prunum gattatum

Concha pequeña (20 mm), ovalada. De color rosáceo con tres bandas espirales más

pálidas y numerosas manchas blancas en el dorso (Fotografía 29). Poco frecuente

bajo rocas y corales en aguas someras muy claras (Ídem).

218
• Género Sconsia (Gray, 1847)

Concha grande, gruesa, redondeada, de espira moderadamente elevada; surcos

espirales numerosos. De textura aporcelanada y color blanco. Ornamentada con hilos

espirales muy finos (Fotografía 30). Relativamente frecuente en fondos areno-lodoso

entre 20 y 80 metros de profundidad. Se encuentra en el caribe colombiano entre el

golfo de Urabá y el Golfo de Venezuela. No se conocen referencias sobre el uso

antrópico de esta especie (Ibídem, 171)

Fotografía 30. Concha correspondiente al Género Sconcia

• Género Strombus (Linné, 1758)

Concha grande y gruesa; con muesca en la parte superior, espira cónica y acuminada;

interior aporcelanado (Fotografía 31). Color es generalmente blanco a marrón (Ibídem,

157). En registros arqueológicos de variadas zonas del país, esta especie se ha

encontrado relacionada a sistemas de intercambio, principalmente entre el interior del

país y la región Caribe; uso ornamental.

219
Fotografía 31. Sección de concha correspondiente al Género Strombus

• Género Succinea (Draparnaud, 1801)

Género taxonómico de gasterópodos continentales terrestres de pequeño tamaño. Su

color suele variar entre blanco a marrón claro (Fotografía 32). No se halló registros

sobre uso antrópico de este taxón.

Fotografía 32. Concha correspondiente al Género Succinea

220
• Especie Tectarius muricatus (Linné, 1758)

Concha pequeña a mediana (28 mm), fuerte y gruesa; de giros convexos. Ornamentada

con cordones espirales dorados de nódulos redondeados. Color blanco grisáceo

(Fotografía 33). Frecuente en la zona más alta del supralitoral rocoso (Ibídem, 126).

Fotografía 33. Concha correspondiente a la especie Tectarius muricatus

• Especie Tegula fasciata (Born, 1776)

Concha pequeña (16 mm), más ancha que alta, de giros convexos y superficie lisa.

Color blanco, amarillo, anaranjado o marrón con manchas grises o negras alternadas

con puntos rosados y una banda pálida en la periferia (Fotografía 34). Localmente muy

abundante bajo piedras en aguas someras, también entre rizomas de Thalassia (Ibídem,

117).

221
Fotografía 34. Concha correspondiente a la especie Tegula fasciata

• Especie Tegula lividomaculata (C.B. Adams, 1845)

Concha de tamaño pequeño (15 mm), globosa, gruesa y fuerte. Presenta

ornamentación granulosa fina. Color amarillento con bandas axiales marrón rojizo

(Fotografía 35). Localmente común bajo rocas en la zona intermareal (Ídem).

Fotografía 35. Concha correspondiente a la especie Tegula lividomaculata

222
• Género Turritella (Lamarck, 1799)

Este género comprende a las especies de conchas alargadas y angostas, con giros

planos, redondeaos o carinados. Suele ser de colores blancos a marrones (Ibídem,

139). No se conocen usos relacionado a esta especie, aunque posiblemente pudo haber

tenido uso ornamental.

• Género Vasum (Röding, 1798)

Concha grande y gruesa, de forma ovalada-cónica. Se encuentra ornamentada con

espinas gruesas y tuberculos (Ibídem, 200). De esta especie se caracterizan para la

zona Caribe colombiana dos especies: Vasum muricatum (Born, 1778) y Vasum

capitellum (Linné, 1758), sin embargo debido al mal estado de varios elementos se

decidió adjuntar al taxón superior (Fotografía 36). No se encontró ninguna referencia

sobre uso antrópico sobre algún espécimen de este género.

Fotografía 36. Concha correspondiente al género Vasum

223
• Género Voluta (Linné, 1758)

Concha ovalada-cónica, con una hilera de tubérculos en la periferia. Presenta color

variable de rosáceo, salmón o anaranjado (Fotografía 37); suele presentar bandas

espirales en líneas y puntos marrón oscuro (Ibídem, 198). No se encontró ninguna

referencia directa sobre uso antrópico sobre algún espécimen de este género.

Fotografía 37. Concha correspondiente al género Voluta

Especie Dendropoma annulatus (Daubin, 1800)

Estos especímenes de solitarios o gusanos son conocidos como gusanos de concha. Cavan un

canal en el sustrato sobre el cual descansan la porción más baja de los giros. Poseen una concha

pequeña (8mm de longitud y 2 mm de diámetro), ornamentada con líneas de crecimiento muy

densas. Generalmente se encuentran de color gris con bandas longitudinales color marrón

(Fotografía 38). Muy común sobre rocas, conchas e incluso madera en la zona intermareal

(Ibídem, 143)

224
Fotografía 38. Espécimen correspondiente a la especie Dendropoma annulatus

Clase Plyplacophora (J.E. Gray, 1821)

Esta clase de moluscos son llamados comúnmente cucarachas de mar debido a su cuerpo

dorsoventralmente aplanado y ovalado. Se encuentra cubierto dorsalmente por ocho valvas

(placas) calcáreas superpuestas una sobre otra (Fotografía 39) y redondeadas por un cinturón

(perinoto) de escamas y/o espículas calcáreas (Ibídem, 259)

Fotografía 39. Valvas correspondientes a la Clase Polyplacophora

225

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