Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Stanislavski y
después...
02/08/2008 | Por Karina Mauro
Su influencia en la Argentina
Bibliografía:
' El Método ' era el término dado por Lee Strasberg a un estilo de actuar basado en las
enseñanzas de Stanislavski que él desarrolló y promovió por muchos años en el 'Actors
Studio' en Nueva York. Era el foco para una generación de actores jóvenes
comprometidos con un nuevo estilo experimental de interpretar su arte - seguramente
influenciado por la moda de Freud que estaba en su apogeo en ese entonces, y sazonado
con un poco de Zen para darle sabor. La idea era situar el actor en el papel guiado por su
interpretación emocional en respuesta al carácter y a la situación, más que ser fiel al
texto dado. Brando y sus compañeros salieron de esta escuela y hasta Marilyn Monroe
le dio una vuelta.
Un método es un camino hacia un fin, y hay caminos sin fin que conducen a él.
Exhibicionistas como los flashers, streakers, y strippers, tienen muy distintos métodos
de revelarse al mundo. Se puede decir lo mismo de los artistas aunque su meta y su
motivación sean muy distintas.
Es dificíl hablar del método propio, sobre todo cuando uno no es conciente de él.
Generalmente comienzo un trabajo sin absolutamente ninguna idea en mi mente de que
estoy a punto de hacer. Con la mente en blanco. Eso para empezar no es nada fácil.
Confrontado con el aspecto temible de una tela o una página inmaculada, en vacío, que
hace su mejor esfuerzo para intimidarlo a uno, no hay más remedio que atacarla
manchándola de alguna manera para poder conseguir trabajar en ella. Entonces
comienzo poniendo quizá dos marcas o manchas en el papel o la tela, e intento ver qué
pasa entre ellas. Agrego otra y todos los enlaces cambian. Comienzan a suceder cosas
entre ellas. Una cosa da pie a otra. Las ideas vienen a jugar y las cosas empiezan a
comunicar y a relacionarse. Con la escultura pasa lo mismo. Empiezo jugando con
formas y composiciones hasta que algo comienza a cuajar y la pieza me enseña el
camino que quiere tomar. Esto es obviamente un método muy arriesgado, y resulta que
muchas obras se pierden en el camino, algunas abortan a medio hacer, unas llegan a ser
realmente tercas y no quieren cooperar, mientras que otras sencillamente están
confundidas. Algunas incluso se ponen en huelga y hay que negociar con ellas. Otras las
dejo solas hasta que sienten ganas de encaminarse otra vez. Así lo hago , o por lo menos
es así cómo las obras lo hacen conmigo.
Tengo colegas que utilizan métodos totalmente distintos al crear una obra de arte.
Algunos tienen la obra concebida en su mente y totalmente resuelta antes de comenzar
en ella, y nada más queda plasmarla en algo. Piense en un escultor que trabaja en un
bloque de mármol. La escultura está ya dentro del bloque; es nada más una cuestión de
ir tallando el mármol para revelarla. Luego algunos artistas suelen comenzar y terminar
una obra en una sola tanda. Otros, (como en mi caso) trabajan en varias obras a la vez,
todas en diferentes etapas de elaboración, de la misma manera que un maestro de
ajedrez juega contra varios contrincantes simultáneamente. Hay los que trabajan de
manera parecida a la de un arqueólogo: saben dónde buscar, pero no saben exactamente
qué van a encontrar. Su método es de dar vueltas alrededor del lugar seleccionado hasta
que su intuición les dice dónde pueden estar localizados los objetos ocultos. Entonces
los excavan cuidadosamente, los destapan, y finalmente los hacen visibles.
El uso del azar como método ha sido un instrumento adoptado con frecuencia en los
últimos cien años y que fue convertido en culto por los surrealistas. El uso de elementos
del azar y de accidentes como métodos han permitido que la intuición desempeñe un
mayor papel en crear obras de arte, y han sido usados por artistas en todos los campos.
Escribieron un sinnúmero de teorías críticas que sobre el uso de dos actrices en el
mismo papel en la última película de Buñuel, Ese objeto obscuro del deseo,y cómo él
había resuelto cuidadosamente la idea brillante de mostrar la dualidad del temperamento
y de la naturaleza de la muchacha con este recurso. Pero fue el brillante uso del azar que
lo condujo a él. Según me dijo Juan Luis Buñuel, que estaba trabajando en la filmación,
habían contratado a la actriz Maria Schneider para el papel principal, pero a los dos
semanas de rodaje, resultó imposible seguir trabajando con ella. Otra actriz tenía que ser
encontrada rápidamente para reemplazarla. Después de entrevistar a varias candidatas
para el papel, se quedaron con dos, pero fueron incapaces de decidir entre una y otra. La
presión del tiempo era intensa, pues habían perdido ya demasiado tiempo. Como las
discusiones fueron interminables, Buñuel repentinamente dijo ' ¡Basta! - metan a las dos
de una vez, y ya vámonos a filmar' . Un momento de inspiración provocado por el azar
y captado por el genio de Buñuel.
Una parte importante del método de un artista consiste en definir cuándo una obra de
arte se da por acabada. Los expresionistas abstractos dirían que es el estado determinado
en que la obra se encuentra cuando dejan de trabajar en ella. Renoir dijo que él sabía
que una pintura estaría terminada cuando sentía que él podría pellizcar las nalgas de la
imagen del modelo. Con otros acabar una obra sería solamente cosa de rellenar los
espacios que quedan en blanco. Hay otros quienes intentan provocar ciertas reacciones
en el espectador, cuya participación es necesario para completar la obra. Es por ahí.
Se cuenta con muchas y diversas maneras en que un artista iniciará una obra de arte
naciente, pero su motivación básica es siempre la misma. La necesidad de comunicarse.
Y para esto se necesita un método. No basta sólo entrar en trance. No es por ahí.
La idea popular de que los artistas se quedan sentados en espera de ser iluminados hasta
que les llega la inspiración es tal cliché que es dificíl convencer a la gente que no pasa
así. El artista no es como el Sr. Micawber (en David Copperfield), que confiaba
eternamente en que 'algo bueno va suceder', o como un atleta sentado que un buen día
dice ' hoy me siento inspirado y con las ganas de correr la milla en cuatro minutos',
porque si él no está en las mejores condiciones físicas nunca lo va hacer, no importa qué
tanto se sienta inspirado. Por supuesto los artistas tienen sus momentos óptimos en que
las cosas salen bien sin más ni menos, y resultan buenas obras gracias a ello. Pero
siempre hay que estar al tanto y en buena forma para aprovecharlos, porque nunca se
puede saber cuándo el momento llegará.
Dickens y Dostoyevsky entre otros escribieron libros por entregas mensuales para las
revistas - con las presiones (en otras palabras el pánico) de una fecha fija para terminar
que debe ser un estímulo fuerte para ellos y que afecta la trama de su historia. El
Marqués de Sade necesitaba la relativa tranquilidad de la cárcel para escribir porque su
vida cotidiana de orgías y desmadres no le dejaba mucho tiempo para concentrarse en su
quehacer literario.
Hay que ver cuántos métodos diversos se utilizan entre los directores de cine. Woody
Allen nunca comunica a sus actores cuál es la trama de la película en que están
trabajando, sólo se enteren de sus diálogos referentes al papel que les toca. Él piensa
que así sale la actuación más fresca y espontánea. Buñuel no se detenía en hallar
ángulos o efectos rebuscados de los emplazamientos de la cámara. Tenía una historia
clara para contar y ponía la cámara a contarla. A Fellini le gustaba mucho improvisar,
mientras según dicen Hitchcock no se molestaba siquiera en mirar el encuadre a través
de la lente de la cámara porque tenía cada detalle y movimiento cuidadosamente
resuelto de antemano.
Todos los métodos son válidos mientras sean el mejor instrumento para llevarnos a
donde queremos. Un método es una estrategia para alcanzar una meta determinada, y
aunque la meta puede variar desde lo sublime hasta lo absurdo, el método puede todavía
tener su propio mérito. Tengo un cariño especial por los inventores - sobre todo los que
inventan objetos ingeniosos de uso dudoso. Entre tantos que he visto, mi favorito es una
bicicleta que puede subir árboles. Este ingenioso invento esta cuidadosamente elaborado
con unos ganchos grandes como tenazas afiladas que salen por la rueda delantera. En
teoría funciona muy bien, (-Acordémonos del teórico francés que le dice a su colega
inglés 'Pues sí, funciona en la practica, ¿pero funcionaría en teoría?) pero el hecho de
que el esfuerzo requerido rebasaría la fuerza humana no disuadió al inventor de
perseguir su meta. Al llegar al árbol y poner la bicicleta en posición vertical, logra
enganchar el tronco, y con un esfuerzo sobrehumano llega a subir unos cuantos
centímetros del árbol. Habrá que perfeccionarlo más. También tenemos tenedores
motorizados que enrollan el espagueti, eliminando así la necesidad de darle vuelta a la
mano, y relojes despertadores que arrancan las sábanas de la cama para que uno no se
quede dormido, y así como estos, muchas maravillas más. Estas invenciones pueden
hacer pensar ¿porque pierden el tiempo en esto? Pero aunque no fuera la intención, hay
que ver la poesía envuelta en ellos.
Hay métodos que se emplean en el arte que son paralelos a estas invenciones, como
cuando el viaje creativo se convierte en la meta más que en el destino. Es, por ejemplo,
el método básico adoptado por los pintores de la escuela del expresionismo abstracto.
Pamela D. Chabora
Una parte muy importante de toda personificación es y debe ser, tan mecánica como el ponerse
una peluca o el pintar debajo de los ojos los pies de un cuervo. Pero comparativamente pocos
personajes dramáticos consisten simplemente en costumbres. Es la pasión lo que nos interesa y
nos mueve; por lo tanto la reproducción de pasión es la tarea más alta y esencial del actor. ¿Con
qué métodos, entonces, puede ser esta reproducción eficazmente lograda?
-William Archer, “Mask or Faces?”
¿Es realmente necesario que los actores experimenten verdadera emoción en el escenario? Según
Roxanne Rix, una especialista en Alba Emoting, asistir a “estudiantes de actuación de manera
segura y efectiva para expandir su rango y expresividad emocional, es un asunto que preocupa a
los instructores de cualquier nivel.” La controversia entre aquellos que apoyan el entrenamiento
emocional y aquellos que se oponen sigue siendo un asunto importante. Muy significativo en este
debate es el Método de técnicas de actuación de Lee Strasberg. Esta discusión se focaliza en la
memoria afectiva o emocional y las técnicas de personalización de Lee Strasberg, y en Alba
Emoting, “una técnica psicofisiológica que ayuda a actores crear y controlar emociones reales”,
desarrollado por la neuropsicóloga Susana Bloch.
Habiendo entrenado y exitosamente utilizado ambas técnicas, Método y Alba, juntos y separados,
espero poder demostrar el valor inherente en su utilización combinada. La referencia
“Mente/Cuerpo” en el titulo, se relaciona a la neuropsicología, que sugiere un dialogo sinérgico que
ocurre entre el cuerpo y la mente. La personalización y técnica de memoria emocional de
Strasberg, puede ser juzgada como una perspectiva menta-a-cuerpo, mientras que Alba Emoting
comienza con un patrón fisiológico (cuerpo), que sucesivamente afecta el estado emocional
(mente). Combinando el Método y Alba, los actores pueden desarrollar una abundante reserva de
herramientas que pueden ser utilizadas en numerosas circunstancias. En éste capitulo, comienzo
proporcionando una descripción detallada y una revisión de las herramientas del entrenamiento
emocional antedichas y luego considero las implicancias para el futuro del entrenamiento
emocional.
LA MEMORIA EMOCIONAL DE STRABERG
Los esfuerzos pioneros de Stanislavsky en el entrenamiento emocional, incorporando los
descubrimientos científicos de Ivan Pavlov y Théodule Ribot, abren la agenda, pero es Lee
Strasberg quien realmente impulsó una tradición de entrenamiento emocional en los Estados
Unidos. En la década de 1960, Strasberg ya había adaptado y establecido sus propias técnicas de
entrenamiento emocional, utilizando memoria afectiva, personificación y substitución. Su trabajo
en el entrenamiento emocional intensifico la controversia entre aquellos que creen en el
emocionalismo para el entrenamiento de un actor y aquellos que no. A finales de los años setenta
el entrenamiento emocional recibió apoyo científico a través del trabajo del científico de las
emociones, Paul Eckman y la neuropsicóloga Susana Bloch . A comienzos de los noventa, el
entrenamiento emocional fue estimulado por la introducción de Alba Emoting de Bloch, un método
psicofisiológico para inducir emociones básicas (puras) . La investigación de Bloch introdujo la
aplicación de neurociencia en la pedagogía actoral. Los avances en la neuropsicología han ayudado
mucho en la clarificación respecto la conexión mente/cuerpo. Los investigadores de las emociones,
tales como Bloch, han agregado al trabajo de Strasberg en las técnicas de la memoria afectiva (o
emocional) y el trabajo de personalización para avanzar en investigaciones en ésta área.
Strasberg enfatiza en la emoción como la herramienta básica para el entrenamiento de actores. El
psicólogo Micheal Schulman, en el libro Strasberg´s Method de Morain Hull, dice que la memoria
emotiva “involucra la respuesta a estímulos imaginarios.” El actor, acota, “intenta revivir el
estimulo específico del evento pasado, en vez de simplemente recordar el evento o la emoción. El
actor usa la memoria afectiva para evocar las emociones más poderosas y frecuentemente este
ejercicio lo lleva a recordar con gran intensidad incidentes olvidados.” En su trabajo con la
memoria afectiva Strasberg descubre que los recuerdos emotivos más potentes y útiles están
guardados ocultos en el pasado del actor, destilados y purificados con el tiempo. Mientras más
atrás, dice, “más intenso el recuerdo emotivo” . También descubre que uno no podría contactarse
con la memoria afectiva solamente a través de pensar en la emoción en sí misma. Mas bien, el
actor debe enfocarse en los detalles sensoriales de ese recuerdo, como el olor, el sonido, el gusto,
el tacto y la imagen de cada objeto en la memoria del actor. Dentro de los detalles sensoriales
estaría lo que la maestra en la enseñanza del teatro, Uta Hagen, describe como el
“desencadenante” que evocaría una emoción. La memoria sensorial es una herramienta tremenda
para entrar en el proceso de memoria asociativa del cuerpo.
En 1978 trabajé con Lee Strasberg en el Strasberg Institute en Hollywood en la búsqueda de
aprender su técnica. Lo primordial de la experiencia del trabajo en primera persona con él Método,
previo a cualquier trabajo sensorial o de memoria emocional, fue la profunda preparación física a
través de ejercicios de relajación. Comenzaba cada día con al menos una hora de relajación en
una silla para abrir la vasija. Al identificar tensiones, a los estudiantes se les pedía que hicieran un
sonido para así conectar la liberación de la tensión a ese sonido. De acuerdo con las técnicas de
condicionamiento desarrolladas por Pavlov y luego por B.F. Skinner, eventualmente podrían
repetir el sonido y así liberar la tensión que inhibía la expresión completa y la vulnerabilidad
emocional en el escenario. Además de la hora de relajación, los estudiantes pasaban otra hora y
media trabajando con una serie de ejercicios sensoriales, que en muchas ocasiones implicaban
mímicas de o una re-creación de alguna experiencia sensorial especifica. Los estudiantes
avanzaron desde la recreación de una tasa de café (o la bebida de la mañana) a un buen olor o
mal olor, al espejo, a la ducha, y finalmente al famoso ejercicio del “momento privado” . Mientras
que cada tarea sensorial era explorada, un repertorio de recuerdos emocionales eran desarrollados
y almacenados para su uso en el futuro. En algunas circunstancias en el entrenamiento hacíamos
caminatas de la memoria emocional. En voz alta (guiado por el instructor) o en silencio,
narrábamos con un detalle sensorial vívido, una experiencia emocional especifica. Strasberg, o
alguno de sus asociados, guiaban a los estudiantes de actuación a través de la caminata de la
memoria emocional. A medida que el recuerdo incitaba la reexperiencia de la emoción, los actores
liberaban la tensión bloqueadora y notaban el elemento sensorial que inducía la emoción. Las
experiencias de la memoria emocional eran luego integradas al repertorio de recuerdos
emocionales para ser ocupadas más adelante en distintos papeles.
Desde mi directa experiencia en los años 70 con el trabajo de memoria emocional de Strasberg,
varios estudios neurocientíficos se han realizado que confirman la efectividad de las técnicas de
memoria afectiva para actores profesionales. A principio de la década de los noventa,
investigadores descubren que los estados emocionales tienen un gran impacto en el sistema
inmune. En 1993 en el programa de Bill Moyer, Healing and the Mind en PBS, hubo un segmento
respecto como la emoción puede afectar el sistema inmune. Este segmento citaba los esfuerzos de
la Universidad del estado de Arizona del Instituto de Artes en conjunto con el neurocientífico
Nicholas Hall y sus colaboradores en el área de teatro en la Universidad de South Florida. Lo
importante es que se utilizaron las técnicas de memoria emocional de Strasberg como
herramientas para la investigación científica sobre emociones, para inducir emociones puras en los
sujetos a prueba. En un ambiente controlado, los investigadores utilizaron a actores entrenados
con el Método para explorar el impacto de la pena extrema o la alegría extrema en el sistema
inmune. Lecturas de electrodiagramas, test diagnósticos en la química de la sangre e información
sobre los signos vitales revelaron que las emociones tienen un impacto profundo en el sistema
inmune. La aplicación de esta información ha afectado no solo el área de salud, validando lo
previamente desaprobado de las perspectivas homeopáticas de la sanción, si no también la
sensibilidad de los especialistas en entrenamiento actoral sobre el intenso impacto en las
experiencias emocionales en los estudiantes interpretes.
Irónicamente, esta reciente información neuropsicología sobre el poder del impacto de las técnicas
de memoria emocional, ha servido simplemente para ensanchar la brecha entre el entrenamiento
emocional y aquellos que se oponen. Muchos críticos contemporáneos dicen que la energía y la
concentración del actor del Método están mal dirigidas. En vez de estar focalizando en otro actor,
el actor, utilizando técnicas de memoria afectiva, comúnmente se vuelca hacia adentro evocando
un emoción consumidora, casi de forma abusiva, revolcándose en una genuina emoción (una
arousal subjetivo y visceral del sistema emocional) en vez de estar concentrado en las acciones o
situaciones. Lawrence Park, profesor de actuación observa: “El actor simplemente no está en el
lugar correcto o en la persona del personaje para notar (a los otros actores) y responder
verdaderamente a ellos.” Los actores que utilizan técnicas de la memoria afectiva para evocar
emociones, son ocasionalmente acusados de ser inconsistentes o son generalizados en su
expresión, sin cambios en la intensidad, sin variaciones de la expresión en el momento. Incluso
Strasberg reconoció los peligros del trabajo con la memoria afectiva. En su entrenamiento
monitoreó cuidadosamente aquellos que entrenó y aquellos que no, basado en su historia
psiquiátrica. El decía: “Es una responsabilidad abrumadora lo que se pone sobre los hombros de
cualquier entrenador enseñando su uso- el determinar con precisión que miembros necesitaban un
tratamiento psiquiátrico, luego de exponerlos a un proceso de “como hacer”, asumiendo además
la responsabilidad de asegurar que no lo harían solos en casa.” Parke confirma la preocupación de
Strasberg, mostrando “que hay profesores y entrenadores que encuentran que este ejercicio es
útil para hacer pasar el tiempo y destruye la confianza en una clase de actuación, quien estaría
dispuesto a explorar la memoria afectiva con cualquier actor durante un largo periodo si es
solicitado y pagado por hacerlo.” Strasberg defendió su trabajo, cautelando no intentar recapturar
la emoción directamente. El sostuvo: “[E]moción no es controlable directamente” El reconoció la
posibilidad de contra-condicionar donde una memoria afectiva haya servido alguna vez y que haya
perdido su fuerza emocional; Además, dijo: “El verdadero valor emocional puede haber
sustancialmente cambiado.” Pero con este contra-condicionamiento o “asociación cableada”,
Strasberg argumentó que el actor podría construir una bodega o repertorio de recuerdos
emocionales y podría extraer de una variedad de recuerdos cuando fuera necesario: “No importa
lo que recuerda el actor, siempre y cuando existe un grado de creencia y un apropiado estimulo
para hacer que se comporte de la forma que lo haría en las condiciones de la obra- el actor, en
ultima instancia, une su evocación con las líneas de la obra.”
Como respuesta a la pregunta de cómo es posible estar en una obra y pensar en emoción,
Strasberg argumenta: “El actor trabaja en varios niveles de su ser en forma simultanea. Él
recuerda sus claves y si ve que algo sucede, él lo corrige y así sucesivamente. Todo esto compone
la realidad del actor.” Strasberg sostiene que el trabajo de la memoria afectiva se vincula a la
personalización. Cumpliendo una función similar a la memoria afectiva, la personalización es
utilizada para ayudar al actor que tome una conexión personal y especifica con las circunstancias y
necesidades del personaje. De acuerdo al profesor del Metodo, Dwight Edgard Easty, la
personalización se describe como “encontrar un común denominador con los deseos, relaciones y
encuentros de nuestra vida. El actor encontrará mayor afinidad con las circunstancias del rol a
través de una asociación directa con la circunstancia que es real para él por que proviene de su
propia vida y la presente en el guión.” Al encontrar un incidente similar, un deseo familiar, o una
relación parecida que se correlaciona con la acción y el tema central de la obra, el actor
mentalmente reemplaza la situación del autor con su propia situación. La idea es que si las
circunstancias ficticias del guión fallan al estimular el actor, la personalización ayuda a revolver la
imaginación del actor. La personalización, afirma Hull, “puede ser utilizada para remplazar a un
co-actor, un modelo del cual el actor habla o piensa, o una persona imaginaria fuera del
escenario.” Sin embargo, “lo más importante es utilizar al otro actor”.
ALBA EMOTING
Según Susana Bloch, Alba Emoting “ayuda al actor a reunir y controlar las emociones desde su
propia voluntad y está basado en datos psicofisiológicos obtenidos en condiciones de laboratorio.”
Los resultados, dice, muestran “que el manejo y monitoreo preciso y objetivo de los componentes
respiratorios y expresivos de las emociones contribuyen a la experiencia subjetiva de la emoción
para el actor (énfasis añadida). Bloch señala que el surgimiento de Alba Emoting puede presentar
una nueva perspectiva al debate respecto de la emoción. De todas las teorías y acercamientos
sobre el entrenamiento emocional que he experimentado, ninguna ha sido tan controversial y ha
tenido un impacto tan profundo como lo ha hecho Alba Emoting, una perspectiva psicofisiológica
del entrenamiento emocional para actores desarrollado por Bloch. Ejemplifica el potencial beneficio
de la intercomunicación entre la neuropsicología y el entrenamiento con actores.
La historia de Bloch destaca su conocimiento en el tema. Ocupa el lugar de Directora de
Investigaciones en el Centro Nacional de Investigación Científica en la Universidad de Pierre y
Marie Curie de Paris. Como psicóloga experimental y neurocientífica, ella se enfocó
primordialmente en el funcionamiento del cerebro humano, el aprendizaje animal y la percepción
visual. En los últimos dos años su búsqueda se ha orientado a el estudio psicofisiológico de las
emociones humanas. Ella ha desarrollado “un método que puede ayudar a los actores entrar en
las emociones y controlar estados emocionales”, el cual ha nombrado como Alba Emoting. El
trabajo de Bloch es paralelo y se destaca dentro de la investigación actual sobre la emoción y el
funcionamiento cerebral. Ella explica: “los científicos cognitivos se están refiriendo a la emoción
como ´cognición prendida`”. La información neurocientífica actual sobre la relación sinérgica entre
el cerebro y el cuerpo han llevado a un reconocimiento holístico de la emoción. Además, los
investigadores están comenzando a entender que las emociones tienen un profundo impacto en la
memoria, motivación, juicio, aprendizaje, salud y el uso personal en general. De hecho todos
nuestros procesos cognitivos están influenciados por nuestras emociones. Bloch percibe la
emoción como un “estado funcional de todo el organismo – intuitivamente holístico.”
Bloch ha dividido el estudio de la emoción en tres niveles: fisiológico, que trata con lo visceral,
endocrino, químico, molecular, y las reacciones respiratorias autonómicas; expresivo, relativo a lo
somático, muscular, postural, gesticular, facial, vocal y movimientos respiratorios controlados; y lo
subjetivo, destacando lo interno, afectivo, personal y “lo que podemos llamar sentimiento” Estos
tres niveles siempre estan interactuando y actuando entre ellos. Bloch es cuidadosa de hacer notar
que emoción y sentimiento no son uno ni lo mismo; El sentimiento es mas bien un producto de la
emoción. Además, un humano esta siempre viviendo una emoción, por tanto, esta siempre
sintiendo.
Desde sus esfuerzos por intentar utilizar una forma más innovadora de enseñar psicología a los
actores, Bloch decidió diseñar un estudio interdisciplinario de investigación, un taller sobre las
emociones utilizando a los actores como participantes. Con su colega neurocientífico Guy
Santibáñez-H y con un director destacado de Chile, Pedro Orthous, Bloch creó una serie de
proyectos que tratarían con las emociones básicas y la actuación. Intentaron medir lo que sucedía
en una persona que estuviera viviendo una emoción básica pura. Durante dos años midieron el
pulso cardiaco, la presión arterial, la temperatura, la respiración, y las posturas corporales y
faciales de actores profesionales y estudiantes de psicología, utilizando técnicas de memoria
emotiva e hipnosis profunda. En el análisis de los datos, reconocieron patrones específicos en la
respiración, en la expresión facial, en la tensión corporal y el comportamiento postural. Notaron
que estos patrones medibles también eran repetibles. En otras palabras, uno podía iniciar
voluntariamente la contracción de los músculos. El regresar a esos patrones efectores emocionales
controlables y al reproducirlos de una manera relativamente mecánica, se comenzaba a sentir la
verdadera emoción. Este proceso se llama inducción emocional. Muy significativo fue el
descubrimiento que al igual que un patrón efector emocional podía gatillar la inducción de una
emoción básica pura, un patrón efector diferente podía neutralizar la experiencia emocional,
permitiendo que el sujeto “salga” (“step out”) de las emociones. Esto permitió que el sujeto
pudiera “enfriar” la intensidad de la inducción emocional. Bloch y sus colegas aislaron los patrones
efectores emocionales para 6 emociones básicas: rabia, amor/ternura, amor/erótico, miedo,
alegría y pena. Ellos proponen: “Es la ejecución de los patrones respiratorios/posturales/faciales
de las emociones, lo que evoca la correspondiente activación subjetiva o el sentimiento del
interprete y del observador.” Los patrones faciales, posturales y respiratorios de las seis
emociones básicas se categorizan por tensión facial, especialmente alrededor de la boca y ojos,
por tonalidad y dirección postural, y por patrones respiratorios compuestos versus patrones en
forma de sacudidas (staccato).
De todos los patrones efectores controlables que inducen las seis emociones, el patrón de la
respiración es el estimulo clave en el método de Alba Emoting. Tres de las seis emociones básicas
(rabia, ternura y erotismo) están constituidas por el patrón respiratorio compuesto. La respiración
compuesta se caracteriza por un ciclo respiratorio básico de aliento que tiene un tempo y ritmo
especifico. Pero la frecuencia y el volumen de la respiración compuesta son muy distintos en estos
tres patrones. Para la Rabia, la respiración tiene un tempo alto y una amplitud alta, dado que los
músculos faciales están tensos, la respiración es hecha primordialmente por la nariz. Los labios
están fuertemente presionados juntos y los ojos están entrecerrados. El torso, que esta listo para
el ataque, muestro un tono muscular alto o tensionado. A pesar de que el erotismo también utiliza
un ciclo respiratorio compuesto, la frecuencia y amplitud aumentan con “la intensidad de
compromiso subjetivo” A diferencia de los patrones posturales y faciales de la rabia, los músculos
de la cara y el torso están relativamente relajados. La boca está abierta, los ojos cerrados o
semicerrados, la cabeza esta echada hacia atrás exponiendo el cuello. La ternura comparte ciertas
características con el erotismo, los músculos faciales y posturales están relajados en una actitud
de acercamiento. La boca esta entreabierta, la cabeza se inclina ligeramente hacia el lado, pero el
ciclo respiratorio esta en una baja frecuencia y mantiene un ritmo regular.
Las emociones de alegría, pena y miedo exhiben un patrón respiratorio de tipo sacadico. La
respiración sacádica implica una serie desigual de cortas inspiraciones y espiraciones en bruscos
“staccatos”. El patrón respiratorio para la alegría se caracteriza por una inspiración abrupta de aire
seguido por una seria de espiraciones “saccadicas”, hasta que todo el aire es expulsado. La
postura es relajada, con una fuerte perdida de tono en el grupo muscular antigravitacional, (los
músculos que nos sostienen derechos, como los muslos, espalda, los músculos internos del pecho
y el abdomen). Los ojos están relajados y semicerrados, la boca esta abierta con los dientes
superiores expuestos. La pena se caracteriza por el patrón respiratorio exactamente opuesto a la
alegría. El patrón saccadico ocurre en la inspiración y algunas veces continua dentro de la larga
espiración. Como en la alegría, la postura es relajada con la tendencia a dejarse llevar por la
gravedad. Los ojos están semicerrados o incluso apretadamente cerrados con las cejas contraídas
creando un fruncido. El resto de la cara esta relajada, literalmente encorvándose. De todas las
emociones básicas, el miedo tiene el patrón respiratorio, postural y facial mas complejo. “El patrón
respiratorio consiste en un periodo de movimientos respiratorios apneicos seguido por incompletas
exhalaciones pasivas, y a veces por una fase de espiración – inspiración de tipo ´suspiro`. La
postura y expresión facial se caracteriza por una extrema tensión, con gestos evitativos de
protección, ojos bien abiertos para aumentar la visión periférica y la boca también está bien
abierta.
Después de que los estudiantes son entrenados en los patrones efectores emocionales, luego son
enseñados a como controlar el nivel de la emoción pura. Luego mezclan diferentes niveles de las
distintas emociones puras para evocar emociones mixtas o revueltas, tales cómo la ironía, los
celos, la envidia o la ambición. Por ejemplo, los celos consisten en rabia, miedo y erotismo. Al
actor se le dice que contraiga el cuerpo mientras respiraba con el patrón de la rabia y al mismo
tiempo que abriera los ojos para utilizar cierta parte del patrón facial del miedo. Junto con la
explicación experimental de estos patrones efectores de las emociones puras, Bloch descubrió una
técnica para salir de (“step out”) la experiencia emocional. El desarrollo de este procedimiento fue
motivado por la observación de que los sujetos tendían a quedarse como “pegados” en la emoción
inducida. Al producir al menos tres “ciclos de respiración enteras, lentas y normales” y al alterar
las posiciones postura/faciales, los sujetos pueden regresar a un estado neutro, liberándolos así de
la “resaca emocional.” Para la salud psicológica y fisiológica del estudiante, el step-out es una
parte integral de Alba Emoting.
La experiencia de Bloch con los estudiantes en su investigación original, reveló que varios pasos
preliminares debían ser tomados previo a la real aplicación de los patrones efectores emocionales
a la caracterización y al trabajo de escenas. Se dió cuenta que la mayoría de los actores no podían
mostrar emociones puras y básicas, y que a menudo se equivocaban al calificar lo que ellos
realmente sentían. “no saben de lo que hablan en términos emocionales” Debido a la sensibilidad
y el peligro psicológico de manipular la respiración, los estudiantes son guiados con ejercicios de
auto-aplicación. Por ejemplo, los calentamientos están primordialmente basados en ejercicios
Alexander (manejando centralización, postura y el trabajo de F.M Alexander). En programas largos
e intensivos de Alba Emoting, los actores pasan por un entrenamiento extensivo de auto-
aplicación, desarrollando un perfecto control de su respiración. Deben ser capaces de modularlo
con diferentes ritmos e intensidades. También deben aprender a controlar correctamente su masa
muscular a través de contracciones y relajaciones localizadas, modulando los distintos grupos
musculares para poder adoptar precisamente los patrones efectores posturo/faciales.
Los actores frecuentemente no son concientes de sus posibilidades expresivas corporales. Por
ejemplo, en el comienzo de los entrenamientos generales, los actores generalmente contraían
ambos brazos cuando se les fue específicamente indicado que sólo contrajeren un hombro. La
capacidad para disociar distintos grupos y combinar las modificaciones posturales con distintos
ritmos de respiración, es muy importante en la preparación para el trabajo con las emociones
mixtas. Las nuevas habilidades adquiridas por tanto, complementan el entrenamiento físico
normalmente impartido en las escuelas de teatro. Una vez que el estudiante haya alcanzado un
estado ideal de auto-aplicación, las técnicas de Alba emoting son introducidas y sintetizadas con
un continuado entrenamiento de auto-aplicación y otros requerimientos actorales. Para Bloch, el
entrenarse en Alba Emoting proporciona a los actores una herramienta para identificar las
emociones específicas en el momento que lo necesitan. La técnica, añade, “le permite a los
actores controlar voluntariamente la expresión y comunicación de sus emociones de forma
objetiva y sin ambigüedad.”
Como respuesta a las acusaciones de conductas robóticas o de “tipo-marioneta” que pueden crear
estas manipulaciones de las respuestas emocionales, Bloch enfatiza en la libertad que le brinda al
actor tal control de las emociones. Según Bloch, los actores que han entrenado con Alba Emoting
han expresado gran libertad, seguros de que las emociones que necesitarán para los personajes
están abiertamente disponibles. “es como los arpegios…. Si soy pianista….debes tener las técnicas
para ser libre” La perspectiva psicofisiológica de Bloch, libera al actor de la mera dependencia de
la técnica de la memoria afectiva. “No tienes que preocuparte de sentir o recordar la muerte de tu
madre para que estés lo suficientemente apenada o lo que sea- debes tener libertad (emocional)
de la misma manera que tu cuerpo sabe exactamente como moverse.” Ella ve Alba Emoting como
una síntesis de la experiencia objetiva y subjetiva de la emoción, estimulando neurológicamente la
emoción verdadera, protegiendo al actor de trauma psicológico.
Aun así muchos críticos han sugerido que Alba Emoting peligrosamente bordea un
comportamiento externo, casi robótico. Temen que tal análisis y práctica de los patrones efectores
emocionales puede resultar en una imaginación reprimida y en una creatividad silenciada,
nutriendo clichés y estereotipos al reducir una compleja coloración subtextual a unas cuantas
emociones puras. El profesor de actuación Ramon Delgado, por ejemplo, dice “es un gran peligro
de total externalización”. El añade: “Los actores no son robots bio-mecánicos, son seres humanos
complejos respondiendo al estimulo real o imaginado en la obra, sus compañeros y ellos mismos.”
Algunos profesores de actuación llegan al punto de referirse al sistema de distinción de la emoción
como pasar por alto las respuestas del – momento en servicio a una “melodía emocional” pre-
programada. Bloch insiste, sin embargo, que entrenar en Alba Emoting no obstaculizará la
actuación más de lo que lo hace un bloqueo de movimiento preprogramado. Los patrones
efectores emocionales no inhiben las respuestas del – momento. No niegan la necesidad de un
cuidadoso análisis de caracterización o compromiso a la vida interna de un rol. Más bien, el
sistema debe ser utilizado como una herramienta para asistir la honestidad emocional,
específicamente en los puntos de alta emocionalidad en un papel. Con este sistema los actores son
concientes de un aspecto más de sí mismos. Alba Emoting provee una herramienta adicional,
psicológica y orgánica, para crear sentimientos genuinos sobre el escenario. El saber como
expresar una emoción especifica sabiendo qué emoción es, es permitir al actor acercarse más a
una interpretación de su personaje expresivamente consequente. Los actores pueden así tener un
control más sólido de la interpretación de su rol, en vez de tener que depender de la guía del
director y/o del capricho de sus propios sentimientos. Bloch explica:
Uno no debe olvidar que aquí hablo de un apoyo técnico para el actor que de ninguna manera
afecta su creatividad o imaginación. Muy por el contrario, la técnica actúa como detonante al
actuar como una red emocional que provoca imágenes y sentimientos subjetivos
correspondientes, manteniéndolos de manera controlada por periodos de tiempo más largos que lo
que se lograría de otra manera. Cualquiera que sea la opción del actor, no puede si no ser de
ayuda el saber que un pequeño cambio en la apertura de los ojos, por ejemplo, modificará su
expresión facial, o que en el estado de rabia el cuerpo esta preparado par atacar, o que es
imposible sentir alegría o ternura sin estar muy relajado.
Para aquellos que creen que esta técnica funciona en oposición al Método, Bloch se refiere a su
interacción con Sonia Moore y otros discípulos eminentes del sistema de Stanislavsky. Le han
asegurado que lo que ella hace no va en contra de Stanislavsky. Robert Barton valida que el
trabajo de Bloch se complementa con el trabajo de Stanislavsky. Argumenta además, que Alba
Emoting “es una respuesta directa a la petición de Artaud, que un actor se convierta en una atleta
emocional y que la respiración le proporciona una enorme sensación de poder en el actor.”
Cuando por primera vez fui introducida a Alba Emoting en un taller con Bloch en 1992, me
impresione con el poder de esta perspectiva de cuerpo-a-mente. Encontré que sus herramientas
de entrenamiento emocional eran liberadoras. Mientras más confiaba en los patrones, más
inevitable era la inducción de emoción genuina. Luego de varios intensivos entrenamientos de
verano en Alba Emoting, he incorporado ésta herramienta emocional en mi actuación, enseñanza y
trabajo de producción. En la actuación, Alba Emoting ha demostrado ser un aporte valioso al
básico trabajo del Método en el cual siempre me he apoyado. Los patrones efectores emocionales
no impiden ni niegan el Método de Strasberg; más bien Alba parece combinar bien con la
personalización y el trabajo de memoria afectiva. De hecho, un “souvenir” (como le dice Bloch a
una memoria emocional) es inevitable una vez que la emoción haya sido gatillado en el actor.
La combinación de personalización, memoria emocional, y Alba Emoting es complementaria y
poderosa. La personalización proporciona un foco interno y estimulación; los patrones de Alba
Emoting permiten dar la emoción básica apropiada. Juntos evocan un compromiso emocional
poderoso, sentimientos genuinos que pueden ser modelados y controlados en el momento. Por
ejemplo, como actriz para una conferencia de todo un día de Medicina en Ohio, sobre la Ética
interpretando un rol de una madre que recién dio a luz a un infante prematuro (de solo veintidós
semanas), me pidieron que enfrentara un hipotético comité de ética y que rogara por la vida de mi
hijo. El rol me exigía la interpretación de emociones muy fuertes durante todo un día, enfrentando
varios hipotéticos comités de ética en ésta situación de crisis. Si solo hubiera dependido del
entrenamiento en el Método (memoria emocional y personalización), probablemente hubiera
colapsado en la mitad del día. Sin embargo, debido a que pude utilizar los patrones de miedo,
rabia y pena de Alba Emoting, pude sostener un genuino compromiso emocional durante toda de
la actuación sin sufrir una resaca emocional.
Para el entrenamiento del actor, Alba emoting se ha demostrado altamente útil para ampliar la
auto conciencia. Como profesora he incorporado una pequeña exploración del uso de Alba Emoting
en cursos de voz y movimiento y en cursos de actuación avanzada. La identificación de patrones
emocionales universales proporciona una oportunidad para los estudiantes de distinguir en ellos
mismos niveles crónicos o tónicos de ciertas emociones. El patrón del step-out ha llegado a ser un
vehiculo corriente en clases y en producciones para calmar y neutralizar al estudiante de
actuación. Además, Alba Emoting puede ser una herramienta increíble de diagnostico para los
profesores bien instruidos en los patrones, ayudándolos a reconocer y prever crisis emocionales y
proporcionar una ambiento seguro y saludable.
La mayor evidencia del poder de Alba Emoting ha sido revelada más profundamente en el trabajo
de producciones. Como directora, he encontrado varias instancias donde un actor en problemas ha
aprendido los patrones efectores emocionales específicos para conectar con un momento
desafiante del guión. Por ejemplo, en una producción de Of Mice and Men de Steinbeck, una actor
relativamente novato fue elegido para el papel de Lenny. Era jugador de fútbol que tenia mucho
instinto (pero nada de entrenamiento) y a veces le costaba, especialmente cuando Lenny tenía
que estallar en llanto como un niño debido a la perdida de su ratón o por la muerte de un
cachorro. Fue aquí cuando el patrón efector de la pena ayudo al actor a lograr un compromiso
emocional completo durante momentos claves de la actuación.
Aunque la controversia entre emocionalistas y anti-emocionalistas aun sigue, muchos especialistas
en entrenamiento actoral reconocen que no existe un único arte de actuación. Si dejamos de lado
el Método o Alba Emoting como indulgente o anticuado, corremos el riesgo de eliminar opciones
probadas.