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Pontificia Universidad Católica de Chile

Facultad de Derecho
Teoría del Acto Jurídico y Teoría de la Ley
Álvaro Vives – Felipe Hübner

CASO PRÁCTICO

1. Lisa es una joven de 20 años y entusiasta estudiante de derecho en la Pontificia


Universidad Católica de Chile, quien después de un par de años decidió abandonar el tedio de
la doctrina y la jurisprudencia para seguir su pasión en la vida, la música. Pensando que esta
nueva dirección en su vida requería empezar de cero, decidió mudarse con su hermano
Bartolomeo, quien hace cinco años vivía en Valparaíso.
2. Bartolomeo, un bohemio empedernido, supo exactamente con quién hablar cuando Lisa
le mencionó que quería reinventarse como saxofonista de jazz. Fue así como conversaron con
el inmigrante neerlandés, Morris Szyslak, dueño del club de jazz más popular de toda la
conurbación Valparaíso-Viña del Mar, el ‘Club de Moe’. Luego de que Lisa tocara
esplendorosamente la canción ‘Baker Street’ de Gerry Rafferty, Morris, maravillado por su
actuación, le dijo que podía unirse al Club y que por cada presentación que hiciera, le pagaría
$100.000 pesos chilenos, asegurándole al menos cuatro presentaciones al mes. Al mismo
tiempo, le propuso formar parte de una banda, en la que él tocaría el teclado y dos amigos suyos
la batería (Carlitos Carlson) y el contrabajo (Leoncio Leonard). Al grupo se uniría
esporádicamente Barney Gómez, un cantante con talento nato pero cuyo alcoholismo lo hacía
poco consistente. La banda se llamaría ‘Lesión Enorme’.
3. Lisa agradeció la oferta y decidió meditar un rato. Se tomó un café con Bartolomeo en
un local cercano y volvió al Club de Moe al cabo de media hora. Le comunicó a Morris que
aceptaba, a lo que este replicó “Magnífico!”. Lisa y Morris no escrituraron el acuerdo pues
tenían como testigos a Bartolomeo y a Yoko, la novia de Barney, que disfrutaba entonces de
su trago preferido (‘una ciruela, flotando en perfume, en un sombrero de hombre’).
4. Lisa, muy contenta por lo ocurrido, salió a festejar con Bartolomeo y un par de amigos,
adentrándose en la noche porteña.
5. Primero, fueron a un bar en el que Lisa conoció a Nelson Rufino, un joven guitarrista
que tocaba en una banda de rock. Rufino logró causar una gran impresión en Lisa por lo
profundo de sus conversaciones y su destreza en la pista de baile. Bartolomeo le aseguró que
Nelson era un renombrado músico internacional, de gran talento, por lo que entre copa y copa,
Lisa persuadió a Nelson para que tocara junto a ella en sus próximas presentaciones en el Club
de Moe. Sin embargo, cuando Lisa y Bartolomeo se movieron a otro bar, Nelson le confesó al
barman entre risas que recién lo habían confundido con Nelson Rafiño, famoso saxofonista
brasilero, y que detestaba a su madre por haberlo nombrado de un modo tan similar al carioca.
6. En el segundo bar, conocieron a Encías Sangrantes Murphy, quien aseguró ser el mejor
saxofonista de toda la Quinta Región. Encías los invitó a su mesa y ordenó una botella de
Whisky. Resultó ser un tipo muy simpático y con muchas historias. Sin embargo, al momento
de la cuenta, Encías llamó a Lui y Piernas –dos tipos de aspecto amenazador– y les dijo a los
jóvenes oriundos de Santiago: “deben saber cómo funciona el puerto, muchachos”. Bartolomeo

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y Lisa –luego de observar que Lui y Piernas portaban cadenas, manoplas y otros artículos
similares– decidieron pagar la botella, sin chistar.
7. Para pasar el mal rato, caminaron hasta que se encontraron con un bar que contaba con
múltiples publicidades de pisco ‘Alto del Carmen’, incluyendo las sillas, las mesas, los menús
y la ropa de los dependientes. Lisa y Bartolomeo decidieron entrar al local y tomarse ‘la última’,
pues Alto del Carmen era el pisco preferido de Lisa. Ambos pidieron piscolas, asumiendo que
usarían Alto del Carmen. Cuando estaban por terminar, Bartolomeo fue al baño, pero se
confundió y por error entró a la bodega. Dentro de esta se percató de que el pisco no era Alto
del Carmen, sino que ‘Pisco Playa Ancha’, de dudoso origen y calidad. Debido al cansancio de
la noche, Bartolomeo decidió no hacer alboroto, solo le comentó a Lisa lo ocurrido y pagaron,
sin dejar propina.
8. Al llegar al departamento, el celular de Bartolomeo empezó a sonar. Al sacarlo de su
bolsillo, Bartolomeo se percató que al centro de la pantalla aparecía un mensaje de su aplicación
de delivery. Cansado (y con la vista algo borrosa y la mente algo nublada), Bartolomeo abrió
el mensaje y, sin leerlo, presionó borrar. Cayó inmediatamente dormido.
9. Un par de días después de la alocada noche llegó el momento estelar de Lisa. Por fin
realizaría su primera presentación oficial en el Club de Moe; Bartolomeo, Nelson y otros
amigos llenaron las mesas más cercanas al escenario. Morris, complacido con tantos asistentes,
decidió regalarle rondas de cerveza a Lisa y sus amigos. Morris repetiría espontáneamente esta
práctica en cada una de las presentaciones.
10. Al poco andar, Lisa y Nelson se volvieron inseparables, hasta el punto de comenzar una
relación de pareja. Estaban tan enamorados, que al cabo de unas semanas de pololeo ya habían
tomado la decisión de celebrar un acuerdo de unión civil e irse a vivir juntos. Esta decisión tan
repentina se había producido a partir de una oferta que vieron en la página web de ‘Bienes
Raíces Nakamura’, empresa japonesa que ofrecía en venta un departamento ubicado en
Avenida Pedro Montt, Valparaíso, de dos dormitorios en ¥ 5.000.000. Bienes Raíces Nakamura
les explicó que debían suscribir el contrato de compraventa de manera online, puesto que la
empresa no tenía oficinas en Chile. La joven pareja sintió que estaba de racha, ya que el valor
promedio de un inmueble en ese barrio suele ser decenas de veces más alto (decenas de
millones de pesos), y sin dudar aceptaron, haciendo clic en el link correspondiente, enviando
todos los datos requeridos por la página web de la inmobiliaria. ¡Nunca pensaron que comprar
un inmueble podía ser tan fácil!
11. Ese mismo día, Lisa y Nelson se pusieron a buscar por Internet muebles y
electrodomésticos para decorar el que sería su futuro hogar. No podían creer su suerte al ver
que en la página web Londres, una conocida empresa del retail, se vendía un refrigerador
último modelo a tan sólo $50.000 pesos chilenos. El precio habitual de ese modelo, según
pudieron comprobar en otros sitios web, rondaba los $ 350.000. Temiendo que Londres pudiera
subir súbitamente el precio, Lisa y Nelson compraron de inmediato ¡Las cosas no podían ir
mejor!
12. Mientras tanto, Bartolomeo se aburría sin Lisa y sin su compañero de departamento,
Milenko Van Houten, quien estaba de viaje. Como es un mal cocinero, Bartolomeo
consistentemente pedía comida mediante la aplicación de delivery de su celular. Una noche,
mientras disfrutaba de una exquisita chorrillana del J. Cruz, Bartolomeo llamó a Milenko y le
propuso comprar un televisor nuevo, modelo Led 4K Ultra HD Smart TV de 75”, cuyo precio

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de mercado supera los $2.000.000 de pesos chilenos. Bartolomeo y Milenko acordando que
comprarían uno en cuanto vieran una buena oferta.
13. Bartolomeo, cinéfilo empedernido, no pudo aguantar la emoción al saber que pronto
podría ver horas y horas de películas en una pantalla de calidad. Estuvo días buscando en
Internet publicaciones con alguna oferta que le permitiera cumplir su sueño de alta definición
y sonido envolvente. Cuando ya se estaba dando por vencido, llegó a una página web poco
conocida en donde encontró un aviso que hizo que su corazón se acelerara: el televisor que
estaba buscando, casi nuevo, a tan solo $500.000 pesos chilenos. Absorto en su emoción,
Bartolomeo concluyó que era muy riesgoso esperar a consultarle a Milenko si estaba de
acuerdo, ya que una oferta de esa naturaleza no demoraría en desaparecer. Bartolomeo se
reunión con el vendedor, Antonio D’Amico (también conocido como “Toño el Gordo”) y
acordaron lo siguiente: Bartolomeo compraría el televisor en favor propio y de Milenko,
pagaría a Toño el Gordo $400.000 en efectivo y prometería que Milenko pagaría los $100.000
restantes al regreso de su viaje.
14. Bartolomeo también utilizaba la aplicación de delivery para comprar Focusyn (una
pastilla para la concentración) y Tomaco (un híbrido entre tomates y tabaco, de mal sabor pero
altamente adictivo), ambos considerados drogas prohibidas por la autoridad sanitaria.
Bartolomeo sabía que la compraventa de Focusyn estaba prohibida, pero pensaba erróneamente
que la comercialización de Tomaco estaba permitida, como una suerte de homeopatía o
medicina alternativa. Su ‘mano’, Segismundo Skinner (aka “El Profesor”, “Heisenberg”), era
un conocido personaje del bajo mundo porteño. Mediante la aplicación de delivery, Bartolomeo
encargaba a un mensajero comprar ‘medicina’ de la farmacia independiente de Skinner. Este
entregaba los productos (envueltos en una bolsa de papel color café) al mensajero, quien pagaba
el precio. Luego, el mensajero entregaba los productos a Bartolomeo. La aplicación de delivery
cargaba el costo de los productos, así como el servicio de delivery, a la tarjeta de crédito de
Bartolomeo. Ni los mensajeros, ni la aplicación de delivery sabían que los productos entregados
eran en realidad Focusyn y Tomaco.
15. Después de un mes desde su primera presentación, Lisa fue a cobrar a Morris su primer
salario. Lisa había tocado saxofón al menos tres veces por semana en el Club, además de los
ensayos con la banda. Morris, sin levantar la vista, respondió que lo que habían consumido ella
y sus amigos en cada una de las presentaciones había superado con creces lo que le
correspondía como remuneración, y como él siempre entendió que lo que se consumía era con
cargo a su sueldo, no adeudaba nada. Además, dijo Morris, era notorio que Lisa había
abandonado el derecho, porque de otro modo se habría enterado de que la nueva Ley N° 23.232
–aprobada días atrás en el Congreso– permitía pagar a los artistas mediante consumos regulares
en el lugar habilitado para la presentación de sus espectáculos. Se suscitó una acalorada
discusión entre Lisa y Morris, en la que ella reconoció no conocer la nueva ley.
16. Morris también agregó que algunas de las grabaciones de la banda habían despertado
el interés de una productora y que estaban muy interesados en cerrar un contrato. Sin embargo,
dada la situación ocurrida, Morris le dijo a Lisa que estaba fuera de la banda y que, como parte
de su aceptación, todos los derechos sobre las grabaciones de los ensayos eran de su propiedad,
pues él era el líder de la banda.
17. Después del lamentable incidente, Lisa intentó olvidarse del mal rato y se dedicó a
revisar su bandeja de correo electrónico. Estaba en eso, cuando se percató que tenía dos nuevos

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mensajes. En primer lugar, Bienes Raíces Nakamura le había enviado un correo, cobrándole
37 millones de pesos chilenos por el departamento (el equivalente a 5 millones de yenes
japoneses). Casi se desmaya al percatarse del verdadero precio, no podía creer cómo no se
habían dado cuenta que el precio estaba expresado en yenes. Lisa y Nelson no podían darse el
lujo de costear ese departamento.
18. Como si lo anterior fuera poco, el segundo correo electrónico también traía malas
noticias. La tienda Londres le había enviado un correo señalando que no despacharían el
refrigerador, ya que el precio excesivamente bajo se debía a un error de la publicación y bajo
ningún concepto podría entenderse que se quisiera vender a tal precio.
19. Lisa, abrumada, no sabía cómo arreglar todo este asunto y empezaba a arrepentirse de
no haber seguido la carrera de derecho. Estaba tan angustiada que le comentó su situación a
Bartolomeo, quien replicó que su día no andaba mucho mejor.
20. En la mañana había llegado a su departamento el vecino Nedberto Flanders, quien
señaló que el Gordo Toño había robado el televisor y que él era su legítimo dueño. Flanders
comentó que de hecho había demandado meses atrás al Gordo Toño, dando lugar a un juicio
que se encontraba pendiente. Flanders exigió a Bartolomeo la restitución del televisor, bajo la
amenaza de ejercer acciones civiles (reivindicatoria) y criminales (querella por receptación) en
su contra. Adicionalmente, Flanders, a pesar de su carácter afable, tenía una musculatura
envidiable, que hacía presagiar que cualquier conflicto físico terminaría mal para su contendor.
Bartolomeo, angustiado, decidió entregarle el televisor a Flanders. ¿Qué persona en su sano
juicio no lo habría hecho?
21. Bartolomeo llamó luego al Gordo Toño para contarle lo que había ocurrido con
Flanders. El Gordo Toño no pareció importarle el evento, rehusó devolverle los $400.000 a
Bartolomeo e insistió en que Milenko pagara sus $100.000 a la brevedad. El Gordo Toño le
recordó a Bartolomeo la cláusula penal que habían acordado con la venta: si Milenko no pagaba
a tiempo, Bartolomeo debería pagar $1.200.000 dentro del siguiente mes. Y si eso no ocurría,
Bartolomeo podía despedirse de su mascota, el perro Ayudante de Santa.
22. Bartolomeo también le comentó a Lisa que, al realizar el chequeo mensual de lo que
gastaba en su aplicación de delivery, se dio cuenta que le habían cargado $10.000 pesos por
cada uno de los pedidos realizados desde esa primera noche alocada en la bohemia porteña.
Cuando llamó para quejarse de esos cobros, la única respuesta que recibió fue que se había
informado a los usuarios –mediante un mensaje de la aplicación– respecto de los nuevos
términos y condiciones de uso, señalando expresamente que se cobraría $10.000 pesos más en
cada nuevo pedido. A juicio de la empresa, los usuarios habían manifestado tácitamente su
aceptación al continuar utilizando la aplicación. Y, en cualquier caso, el solo silencio de
Bartolomeo también constituía aceptación, por así declararlo la licencia original.
23. Al finalizar la conversación, Milenko llegó al departamento luego de su viaje al
extranjero y, al percatarse del tenso ambiente, preguntó qué sucedía. Luego de contarle toda la
situación, Bartolomeo le preguntó a Milenko qué harían para solucionar el problema del
televisor. Ante la pregunta, Milenko respondió indignado que él no había comprado el
televisor, por lo que Bartolomeo era el único que tenía que hacerse responsable.
24. Acongojados por todo lo que les había ocurrido, tanto Lisa como Bartolomeo recurren
a usted quejándose de la situación, a fin de que los asesore.

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Instrucciones

Usted es un asociado de primer año en el prestigioso estudio Hutz & Cía. Lleva tres meses en
la posición, y está nervioso por su desempeño en el mundo del derecho. Su jefe, el socio Leonel
Hutz, le comenta que acaban de llegar unos clientes nuevos: Lisa y Bartolomeo. El padre de
ambos, Homero, es administrador de una importante planta nuclear y uno de los principales
clientes del estudio, por lo que es muy importante prestarles un excelente servicio.
Los clientes le enviaron el siguiente correo electrónico a su jefe Leonel, que a su vez se lo ha
reenviado:
“Estimado Leonel:
Tal como conversamos, necesitamos un memorándum que analice los negocios jurídicos
ocurridos desde que Lisa llegó a Valparaíso. Sería ideal si pudieran abordar, al menos, los
siguientes capítulos:
1. La noche bohemia en Valparaíso.
2. El acuerdo entre Lisa y Morris.
3. La disputa con Bienes Raíces Nakamura.
4. La situación del televisor.
5. Las diferencias entre Bartolomeo y la aplicación de delivery.
Por supuesto, si logran identificar otros problemas legales, por favor indíquenlo.
En concreto, nos preocupa especialmente determinar:
1. Si se omitió algún requisito de existencia o de validez en esos negocios jurídicos.
2. Si existen acciones, excepciones o defensas que podamos invocar para mejorar nuestra
situación.
Saludos,
Lisa y Bartolomeo”
Su jefe le dice que le ha reenviado el correo, que se va de viaje a Punta Cana en las próximas
horas, y le pide que junto a un equipo de dos asociados más prepare un primer borrador del
memorándum para el domingo 14 de junio, a más tardar a las 18:00 horas. Las últimas palabras
de Hutz fueron: “esto es básicamente un caso de teoría del acto jurídico y teoría de la ley, no
se enrede con otros temas”.
3. La calidad del memorándum que envíen al socio determinará su relación profesional,
su bono de fin de año, y muy probablemente su futuro en el mundo de los estudios de abogados.
Con nerviosismo, pero entusiasmo, su equipo comienza a redactar…

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