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ANSIEDAD

LA ANSIEDAD Es una emoción compleja que se acompaña de respuestas fisiológicas, vivenciales,


conductuales y cognitivas, enmarcado todo ello en un estado de hiperactivación y alerta. Existe una
ansiedad normal, que se relaciona con las situaciones que vivimos y que constituye una respuesta, fisiológica
y adaptativa, proporcionada al estimulo que la origina. La ansiedad normal se convierte en patológica
cuando no cumple una función adaptativa o cuando por su intensidad, cualidad o duración, es
desproporcionada y excede los límites aceptables para el individuo. Existen otras señales de alerta
diferentes, como el miedo, en el que la amenaza que lo origina, es conocida, externa, inmediata y definida.
En la ansiedad, la amenaza no está definida, es desconocida, con frecuencia no se concreta en algo externo y
no siempre tiene un carácter inmediato. La ansiedad es, sobre todo, algo que se siente. No es un
pensamiento, sino un sentimiento de malestar difuso que se manifiesta tanto en el ámbito psíquico como en
el somático, con repercusiones en el funcionalismo del sujeto. El sentimiento psíquico que provoca la
ansiedad puede ser tan intenso que el sujeto crea que va a volverse loco o tenga sensación de muerte
inminente. En el ámbito somático origina multitud de síntomas que dependen, sobre todo, de una
disfunción del sistema nervioso autónomo. La ansiedad puede presentarse:

De forma continuada, aunque existan oscilaciones de la intensidad, como ocurre en el trastorno de ansiedad
generalizada

CLÍNICA DE LA ANSIEDAD Los pacientes con trastornos de ansiedad suelen acudir al médico por voluntad
propia. Es frecuente que consulten por síntomas somáticos derivados de su ansiedad y crean tener alguna
patología física que los origine. También pueden interpretar sus síntomas como relacionados con conflictos
personales o determinadas circunstancias ambientales que, sin embargo, no los justifican. Manifiestan sus
quejas de forma imprecisa. Los síntomas pueden manifestarse en lo psíquico o en lo físico

MANIFESTACIONES PSÍQUICAS

La vivencia psíquica de ansiedad puede expresarse de múltiples maneras:

—Trastornos de Ansiedad en Atención. Es el síntoma nuclear. Provoca una actitud de alerta, como
queriendo anticiparse a un peligro. Existen diversos miedos (a perder el control sobre sí mismo, a volverse
loco, a padecer una enfermedad somática grave o, incluso, a morir).
—Sensación de tensión. El sujeto se encuentra nervioso, inquieto, continuamente preocupado y es incapaz
de relajarse.
—Vivencias de extrañeza. En cuadros intensos de ansiedad puede alterarse la vivencia del tiempo y de forma
transitoria aparecen fenómenos del tipo de lo ya visto (déjà vu) o, por el contrario, de lo nunca visto
(jamais vu).
—En ocasiones, se acompaña de desrealización y despersonalización. La primera es una sensación de
extrañeza del entorno. La segunda, de extrañeza e irrealidad personal.
—Alteraciones cognitivas. Debido al elevado estado de activación, disminuye la atención y aparece
distraibilidad, dificultad para concentrarse y tendencia a la fatiga intelectual, por lo que la memoria
también puede verse afectada.
—Alteraciones de sueño. Retraso de conciliación, interrupciones por despertares y pesadillas, cansancio o
sensación de sueño no reparador.
—Alteraciones del comportamiento. El sujeto ansioso se vuelve malhumorado, irritable y adopta una actitud
hiper vigilante.
MANIFESTACIONES FÍSICAS

La ansiedad puede provocar síntomas en todos los órganos y sistemas del organismo por lo que puede
considerarse como la gran simuladora. A menudo, el paciente está convencido del origen exclusivamente
somático de los mismos y los vive como una amenaza a su salud física.

—Síntomas cardiocirculatorios: palpitaciones, taquicardia, opresión torácica, dolor precordial, sensación de


paro cardiaco... — Síntomas gastrointestinales: sensación de nudo en el estómago, espasmos faríngeos
(nudo esofágico), náuseas, vómitos, meteorismo, diarrea o estreñimiento, alteraciones del apetito...
—Síntomas respiratorios: dificultad al respirar con sensación de falta de aire, sensación de ahogo o paro
respiratorio, suspiros, accesos de tos nerviosa... Es frecuente la hiperventilación que puede provocar
síntomas secundarios a la alcalosis respiratoria derivada (parestesias en los dedos de las manos, los pies y
en la cara, vértigos y síncopes...).
—Síntomas genitourinarios: micción imperiosafunción sexual: impotencia, eyaculación precoz y frigidez.
—Síntomas neurológicos: mareos, vértigos, cefalea, inestabilidad, temblor, entumecimiento, parestesias...
Es preciso realizar diagnóstico diferencial con síndrome conversivo cuyos síntomas son pérdida de
sensibilidad y alteraciones motoras o parálisis. Pueden aparecer alteraciones tanto visuales (sensación de
borrosidad del contorno de objetos o deslumbramientos) como auditivas (hipersensibilidad e intolerancia
a los ruidos, zumbidos de oídos).
—Síntomas musculares: debilidad física, sensación de flojedad de piernas, lumbalgias y algias diversas.
—Síntomas neurovegetativos: sequedad de boca, midriasis, rubor o palidez, sofocos, sudoración, frialdad
cutánea.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Es esencial intentar distinguir entre las causas orgánicas y las psíquicas. Para ello, las siguientes pruebas
deberían ser incluidas en la valoración inicial de todo paciente ansioso:

—Glucemia, gasometría, pruebas tiroideas, electrólitos, calcio, función hepática, urea, creatinina,
sistemático de orina, ECG y auscultación cardiopulmonar. En caso de cefalea intensa, rubefacción
generalizada o HTA, valorar catecolaminas en orina de 24h
—Ansiedad normal reactiva a enfermedad física. Las enfermedades motivo de consulta en urgencias pueden
ser lo suficientemente preocupantes como para determinar una reacción de ansiedad, incluso intensa,
especialmente en pacientes predispuestos. Trastornos cardiacos:
—Prolapso de la válvula mitral. Se asocia con frecuencia a crisis de angustia, y su diagnóstico es compatible
con el de trastorno de pánico. Más frecuente en mujeres de 14-30 años, con palpitaciones, mareos y
síncopes. Se detecta un chasquido meso-telesistólico y con frecuencia soplo telesistólico: aumenta con la
maniobra de Valsalva y disminuye en cuclillas y al realizar ejercicios isomé- tricos. El ECG suele ser normal,
pero puede mostrar ondas T bifásicas o negativas en II, III y aVF.
—Otros trastornos cardiacos. Infarto agudo de miocardio, angina de pecho, rotura de aorta, taquiarritmias,
crisis hipertensivas. Patología pulmonar: descartar embolismo pulmonar, EPOC, neumotórax, asma.
Causas endocrino-metabólicas:
—Hiper-hipotiroidismo. La ansiedad es un síntoma frecuente en ambos cuadros y puede preTrastornos de
Ansiedad en Atención Primaria 21 T89 01 Capítulo 1 15/2/05 13:48 Página 21 sentarse incluso antes de la
sintomatología propia de los mismos. La palma de la mano, fría y húmeda, de las personas con ansiedad,
es diferente de la palma, caliente y húmeda, del hipertiroidismo.
—Hiperparatiroidismo. Existe hipercalcemia
—Feocromocitoma. Los antecedentes familiares de feocromocitoma, neoplasia endocrina múltiple o
colelitiasis, y la presencia de crisis de angustia, con cefalea, sudoración, enrojecimiento y palpitaciones con
ausencia de síntomas cognitivos y de evitación fóbica, nos harán sospechar este diagnóstico.
—Hipoglucemia. Con niveles de glucemia inferiores a 40 mg/100 ml.
—Hipercortisolismo.
—Síndrome confusional. Puede ser de etiología tóxica, metabólica, infecciosa o traumática. Se acompaña
casi siempre de un comportamiento ansioso asociado a fluctuación de la conciencia. CAUSAS PSÍQUICAS
DE ANSIEDAD
—Depresión. 3 de cada 4 depresiones tienen nivel importante de ansiedad. Los pacientes ansiosos se quejan
de falta de sueño, pero no de despertar precoz, falta de apetito, fluctuación diurna del estado de ánimo,
inhibición, pérdida del placer sexual.
—Trastorno obsesivo-compulsivo. Presentan los rituales o rumiaciones típicos. La ansiedad se aparece
cuando intentan controlar los síntomas del trastorno.
—Psicosis en general. Un paciente psicótico puede consultar por angustia, especialmente en las fases
iniciales del brote, cuando las vivencias de cambio del entorno y los trastornos perceptivos aparecen y
todavía no hay una explicación delirante de la experiencia.
—Trastorno por estrés postraumático. Existe en el tiempo un agente estresante claro, de gran intensidad. El
paciente vuelve a experimentar el hecho a través de sueños o imágenes y evita cualquier actividad o
situación que le recuerde el suceso traumático.
—Reacciones agudas a estrés. Los síntomas se presentan al cabo de unos pocos minutos, si no lo han hecho
de forma inmediata tras el impacto de un agente estresante excepcional.
—Trastorno por somatización. Suele presentar una gran variedad de molestias físicas sin que se encuentre
en la exploración una base organica . Al igual que los pacientes con trastorno por ansiedad generalizada,
muestran constantes preocupaciones, pero en ellos éstas se centran casi exclusivamente en las quejas
somáticas.
—Trastornos de adaptación. Los síntomas de menos de tres meses de evolución se relacionan con cambios
importantes en la biografía del paciente.
—Trastornos de personalidad. Se trata de personas predispuestas a presentar ansiedad, generalmente en
relación con conflictos con los demás.
—Trastornos fóbicos. La ansiedad aparece únicamente ante la exposición al objeto o situación fóbica. Es
muy raro verlos en urgencias. CAUSAS DE ANSIEDAD POR FÁRMACOS O SUSTANCIAS Fármacos y otras
sustancias
—Agentes serotoninérgicos. Puede aparecer intolerancia a estos fármacos; los síntomas principales son
cefalea, náuseas, vómitos, intolerancia gástrica a los alimentos y ansiedad subjetiva.
—Abuso de estimulantes. El uso de anfetaminas y cocaína puede producir síntomas de ansiedad e incluso
crisis de pánico: efectos simpaticomiméticos.
—Consumo excesivo de café. Causa frecuente, puede provocar incremento de la diuresis, intranquilidad e
hiperactividad, temblor, taquicardia, insomnio...
—Abstinencia de sustancias depresoras del SNC (morfina, heroína, alcohol, benzodiacepinas...).
—Otros fármacos: hipoglucemiantes orales, insulina, L-dopa, h-tiroideas, cicloserina, isoniacida, xantinas,
corticoides. La acatisia por neurolépticos se confunde fácilmente con ansiedad: incapacidad para
permanecer tranquilo, con inquietud motora o sensación subjetiva de inquietud.
TIPOS DE ANSIEDAD

La ansiedad no es una enfermedad con un cuadro sintomático único. Existen varios tipos de ansiedad, varias
vertientes de esta enfermedad que deben ser conocidas

Trastorno de Ansiedad Generalizado (TAG)

Normalmente cualquier persona puede sentirse puntualmente preocupada por algún problema en concreto
que surge en su ambiente laboral o en el plano personal. Es normal preocuparse si surgen problemas en el
ámbito económico o familiar, si tenemos un problema con nuestra salud , pero el Trastorno de Ansiedad
Generalizada suele infundir una preocupación casi constante en el individuo que, en la mayoría de casos
suele ser poco o nada infundada o excesiva. Mucha gente la sufre después de un acontesimiento
importante en su vida laboral o quehacer diario (después de una cita a ciegas, tras una presentación), y
también es habitual encontrarla en individuos que han experimentado una pérdida traumática. Pero lo más
habitual es que la ansiedad la experimenten personas que esperan o preven una catástrofe o un peligro 
próximo normalmente anticipando desastrosas consecuencias  en su salud, su situación económica o
sus relaciones personales . Esto hace que el individuo afectado acabe instalándose en un estado constante
de inquietud que interfiere en los mencionados ámbitos de su vida y que debe ser reconocido y tratado
adecuadamente. Este trastorno puede ser detectado a través de la aparición de síntomas como el insomnio,
fatiga o malestar estomacal.

TRANSTORNO OBSESIVO COMPULSIVO

Es un transtorno ansioso caracterizado, principalmente, por pensamientos no deseados y recurrentes.


Obsesiones y patrones de conducta que son repetidos constantemente y que finalmente, llevan a la
persona a desarrollar un comportamiento compulsivo. Pensamientos e ideas que voluntaria  o
involuntariamente vuelven una y otra vez a la mente del individuo  y pueden llegar a convertirse verdadero
instrumento de tortura para el mismo. En la mayoría de los casos, suelen basarse en hechos poco o nada
fundamentados, relacionados con factores como la posibilidad de ser dañados o infectados por alguna
enfermedad, haber transmitido esta misma o causado un daño irreparable. Estos pensamientos se repiten
en la mente del individuo y son agigantados hasta el punto que este tiene la creencia o certeza de que son
ciertos, pese a que pueden no tener ninguna base en absoluto. Los actos o rituales compulsivos son formas
de conductas estereotipadas que se repiten una y otra vez. Para el enfermo tienen la función de prevenir
ese hecho improbable que implica un daño. Existe una íntima relación entre los pensamientos obsesivos y la
depresión. Los enfermos con trastornos obsesivo-compulsivos tienen a menudo síntomas depresivos y en
enfermos que sufren un trastorno depresivo recurrente.este Trastorno hay que diferenciarlos y destacar los
que predominan. Según esto se puede dar varios tipos de predominancias que deben requerir
tratamientos distintos:

Predominio de pensamientos. Ideas, imágenes mentales o impulsos a . A pesar de que su contenido es


variable, suelen venir acompañados de un malestar subjetivo. La consideración indecisa de alternativas es
un elemento importante en las rumiaciones obsesivas.
Predominio de actos compulsivos (rituales obsesivos). La mayoría se relacionan con la limpieza (en
particular con el lavado de las manos), con comprobaciones repetidas para asegurarse de que se ha
evitado una situación potencialmente peligrosa. Estos rituales pueden ocupar muchas horas del día y
suelen venir acompañados de una marcada incapacidad de decisión.

Con mezcla de pensamientos y actos obsesivos. La mayoría presenta una mixtura de ambos, tanto de
pensamientos obsesivos como de comportamientos compulsivos.

TRANSTORNO MIXTO DE ANSIEDAD –DEPRESION

Se trata de un cuadro en el que los síntomas de DEPRESION Y ANSIEDAD están presentes pero con una
intensidad subsindrómica. Es decir, no alcanzan la intensidad suficiente como para cumplir criterios de
trastorno depresivo o de trastorno por ansiedad (1). La clasificación de este trastorno como uno de los tipos
de ansiedad es altamente discutido. Aquellos que no están de acuerdo con la misma alegan que el trastorno
está dentro de los límites de la normalidad y que no merece la clasificación de trastorno mental.

ESTRÉS POST TRAUMATICO

Surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento  estresante o a una situación (breve o


duradera) de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica que causaría malestar generalizado
en cualquier sujeto que haya sufrido una experiencia similar. Se trata de un trastorno discapacitante que
puede surgir como respuestas a acontecimientos traumáticos tales como violaciones, abusos sexuales, 
Este trastorno se caracteriza por episodios reiterados de  volver a vivenciar el trauma en forma de
reviviscencias o sueños que acaban formando un embotamiento emocional. En algunos casos, pueden pasar
años hasta que este trastorno presente sus primeras manifestaciones, y en raras ocasiones puede hacerlo a
través de estallidos dramáticos y agudos de miedo, pánico o agresividad, desencadenados por estímulos que
evocan un repentino recuerdo, una actualización del trauma o de la reacción original frente a él o ambos a la
vez.
Si las manifestaciones se dan con una tardanza considerable (décadas después), las secuelas de ese estrés
devastador pueden desembocar en una neurosis traumática.
Según el criterio del DMS-IV (Asociación Americana de Psiquiatría), los criterios para el diagnóstico del estrés
postraumático son los siguientes

1. la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos


caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás
2. la persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos. Nota: En los niños
estas respuestas pueden expresarse en comportamientos desestructurados o agitados

Reexperimentación persistente del acontecimiento a través de las siguientes formas:


1. recuerdos recurrentes e intrusos pensamientos o percepciones que provocan malos recuerdos
2. sueños recurrentes sobre el acontecimiento, que producen malestar. En los niños puede haber sueños
terroríficos de contenido irreconocible
3. el individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo (sensación
de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso
los que aparecen al despertarse o al intoxicarse). Los niños pequeños pueden reescenificar el
acontecimiento traumático específico
4. malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan
un aspecto del acontecimiento traumático
5. respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un
aspecto del acontecimiento traumático

 Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general


del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o más) de los siguientes síntomas:
1. esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático
2. esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma
3. Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma
4. reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas
sensación de desapego o enajenación frente a los demás
5. restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor)
6. sensación de un futuro desolador  no espera obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en
definitiva, llevar una vida normal)

 Síntomas persistentes de aumento de la activación arousal (ausente antes del trauma), tal y como
indican dos (o más) de los siguientes síntomas:
1. dificultades para conciliar o mantener el sueño
2. irritabilidad
3. dificultades para concentrarse
4. hipervigilancia
5. respuestas exageradas de sobresalto

 Estas alteraciones (síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes.


 Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas
importantes de la actividad del individuo.
Se considera al estrés postraumático como agudo si su duración es inferior a tres meses. En caso de
prolongarse tres meses o más, pasa a considerarse un estrés postraumático crónico. Asimismo, será
considerado de inicio demorado si han transcurrido más de seis meses entre el acontecimiento traumático y
el inicio de los síntomas.

TRATAMIENTOS PARA COMBATIR LA ANSIEDAD

La información dentro de una misma célula viaja de un extremo al otro mediante impulsos eléctricos.

Los ansiolíticos más utilizados pertenecen al grupo de las benzodiacepinas de alta potencia (Alprazolam,
Loracepam, Diacepam, Cloracepam, etc). Producen un efecto tranquilizante. Actúan reduciendo los síntomas
de ansiedad en cuestión de minutos y disminuyendo tanto la intensidad como la frecuencia de los episodios
de angustia. Los principales efectos adversos de las bezodiacepinas consisten en somnolencia, alteraciones
de la memoria, alteraciones de la atención y de la concentración. El deterioro de estas funciones cognitivas
suele ser transitorio ( se experiementa mientras se está tomando el medicamento) y sólo se produce con
dosis elevadas y prolongadas en el tiempo. Otro inconveniente es que su consumo prolongado puede
generar efectos de dependencia (adicción) y tolerancia (pérdida progresiva de efectividad).

Los antidepresivos común mente empleados hoy en día en el tratamiento de los trastornos de angustia son
los ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina). Constituyen el tratamiento de elección
primaria. Diversos estudios apuntan a la implicación de la serotonina como principal neurotransmisor
involucrado en los trastornos de ansiedad, aunque hay otros. El grupo de los ISRS está constituido por la
Fluoxetina, Paroxetina, Fluvoxamina, Sertralina, Citalopram y Escitalopram. Poseen una alta especificidad
contra la ansiedad y escasos efectos colaterales (principalmente la ganancia de peso, somnolencia, y
disfunción sexual). Apenas presentan interacciones con otros medicamentos y no crean dependencia. Como
inconvenientes de los ISRS citaremos los efectos secundarios de los primeros días (náuseas, cefaleas,
incremento transitorio de la ansiedad, etc..) Por ello es conveniente iniciar el tratamiento con dosis bajas, y
asociar tranquilizantes las primeras semanas. En algunos pacientes, dependiendo también del fármaco
elegido, pueden ocasionar alguna ganancia de peso, o cierta pérdida de apetito o respuesta sexual.
Normalmente, el médico informará al paciente sobre el carácter leve y transitorio de estos posibles
síntomas adversos. Otro inconveniente es que el efecto terapéutico no se inicia hasta las 2-3 semanas de
iniciar la toma del antidepresivo.
Existe con mucha frecuencia una reticencia inicial al tratamiento psicofarmacológico, fundamentada
principalmente en el desconocimiento del paciente respecto a la medicación y el temor por su parte a
hacerse dependiente de la toma de éstos medicamentos,

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