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CRITICA DE LIBROS

RECONSTRUIR LA DEMOCRACIA CONSTITUCIONAL

Antonella Attili
Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, México

PEDRO SALAZAR UGARTE, categorías generales y los conceptos espe-


La democracia constitucional. cíficos que los caracterizan. El objetivo fi-
Una radiografía teórica, nal es contribuir a la comjH-ensión de las
México, FCE-UNAM, 2006 causas o razones de la posible convergen-
cia, como también (en la segunda parte del
texto) entender a nivel teórico y de plantea-
El libro de Pedro Salazar presenta una re-
mientos lógico-analíticos los motivos de su
construcción teórico-analítica del modelo
desencuentro, de la conflictividad y even-
de la democracia constitucional a partir de
tual incompatibilidad, que hacen de la unión
las dos tradiciones que la integran, consti-
entre constitucionalismo y democracia una
tucionalismo y democracia. El estudio pro-
relación problemática. A saber, las tensio-
puesto desentraña el significado, las ca-
nes o conflictos (una general y cuatro espe-
racterísticas y las implicaciones de cada
cíficas) ante: 1) el valor (o no) democrático
una así como del modelo resultante. En su
de la constitución; 2) el equilibro a encon-
segunda parte analiza los problemas a los
trar entre el conjunto de los derechos fim-
que «las vetas cruzadas entre las dos co-
damentales y la autonomía política demo-
rrientes» dan lugar.
crática; así como 3) entre contenidos y for-
Tres claves de lecturas ayudan a recupe- ma de adopción de las decisiones; o 4) entre
rar los contenidos del libro y los objetivos los principios de supremacía yrigidezcons-
que orientaron al autor. titucionales, y los poderes democráticos le-
La primera, brevemente, sugiere ver en gislativos y de reforma constitucionales; y
la radiografió teórica, indicada en el subtí- finalmente, 5) la tensión entre los jueces
tulo, más propiamente una serie de imáge- constitucionales y los óiiganos de represen-
nes para percibir claramente y en su com- tación democrática.
plejidad el andamiaje conceptual y argu-
mentativo, la composición estructural El cuadro descriptivo-normativo fina-
interna del «cuerpo» democrático constitu- mente delineado de la democracia consti-
cional. En ambas tradiciones del pensamien- tucional o liberal y sus componentes, resul-
to político, el autor individualiza con preci- ta elaborar en realidad más de una multipli-
sión y esclarece sus valores fimdamentales, cidad de estudios, debido a la conjunción
los orígenes teóricos, los antecedentes y las de elementos que, al presentar significados
referencias históricas; identifica y ordena distintos, asumen impactos diferentes en la
con sistema los argumentos decisivos, las relación particular planteada, así como so-

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bre el conjunto en el que se insertan y ac- fundamentales (del liberalismo) universa-


túan. Varias imágenes, entonces, tanto del les (de la democracia) en su definición del
funcionamiento equilibrado del modelo re- soberano: es decir, de quién gobierna o es
sultante como de aspectos de cada uno ellos el titular, cómo o bajo qué modalidad y por
por separado, no menos que de las «patolo- qué o con base a qué principio encuentra
gías» diversas o desequilibrios problemáti- justificación su gobierno. Siendo el objeti-
cos en su combinación, de manera que el vo del texto una reconstrucción teórica de
estudio elaborado por el autor proporciona la democracia constitucional y—nos dice—
una diagnóstico complejo del conjunto. la búsqueda de «un ideal difícil» que com-
Podemos conocer un cuerpo (en realidad bine soberanía popular y gobierno de las
diversos cuerpos posibles) de delicada con- leyes, el tema de la soberanía se delinea
dición, precisamente por la incorporación como el hilo problemático que entreteje el
de distintos elementos en su estructura. análisis general.
La segunda propuesta para la lectura del Al plantear el problema por investigar se
trabajo se origina en el señalamiento de pregunta el autor «si es posible superar la
Hobbes como antecedente del modelo ius- relación de implicación recíproca entre so-
naturalista y contractualista. Dicho modelo beranía y absolutismo» (p. 69) en el mode-
comparte con los desarrollos sucesivos en lo hobbesiano y subraya el problema: «Lo
las corrientes liberal y democrática, subra- que tenemos que desentrañar es si es posi-
ya el autor, la afirmación de la racionalidad ble concebir un poder soberano pero que
moderna y sus principios teóricos y éticos sea limitado» (pp. 69 y 70). Acto seguido
fundamentales, a saber: individualismo, señala las alternativas que confrontará:
derechos naturales, consenso. Al respecto 1) aquella de negación recíproca entre so-
afirma que «el contractualismo es una me- beranía y derecho, donde la soberanía es
táfora tanto del constitucionalismo como de incompatible con la democracia constitu-
la democracia» (p. 61) y «a partir de los cional por limitar ésta jurídicamente al po-
elementos del modelo hobbesiano que bus- der y afirma la soberanía popular; 2) la se-
ca el origen y fundamento del Estado mo- gunda, en la que soberanía limitada es lógi-
derno, podemos identificar los caminos que camente consistente, por ser derecho y
llevan hacia la distribución del poder polí- soberanía «conceptos distintos y compati-
tico y hacia su limitación jurídica» (p. 62). bles bajo ciertas condiciones» (pp. 70-71);
Desde esta referencia a Hobbes en el preám- 3) la tercera, indica que la soberanía y los
bulo (pp. 57-71) el autor plantea el objeti- límites jurídicos «son conceptos compati-
vo de trazar el tema de la soberanía (en par- bles cuando es el mismo soberano es el que
ticular en el apartado II y III del mismo). Si limita, a través de una constitución, su pro-
bien lo enfatiza sólo en momentos de los pio poden> (p. 71). El tema de la soberanía
primeros tres capítulos, es en realidad el eje —^recuerda— es relativo al Estado moder-
de fondo del análisis realizado de las dos no, «referente institucional en el que se han
corrientes doctrinales y su sucesivo encuen- desarrollado los dos sistemas que confor-
tro. En efecto, la tradición que busca la li- man la democracia constitucional» (pp. 60-
mitación del poder y de sus funciones, como 61) y es un problema que surgió en rela-
aquella que busca su distribución, se defi- ción con la constitución del Estado como
nen y desarrollarán en oposición al poder sujeto político institucionalizado, monopo-
absolutista primero, oligárquico y elitista lizador de la prerrogativa de mando univer-
después. Esto es, a las versiones del poder sal, con lo cual el poder político adquiere
que excluyen los elementos de los derechos autonomíafi-entea todos los demás pode-

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res de la sociedad. Con la noción que san- de no aceptar controles y contrapesos de


ciona su carácter soberano, se abre la re- ningún tipo. De ahí el problema de los lí-
flexión sobre cómo definir el inédito poder mites a la soberanía.
de decisiones fiíndamentales y en última Con la tradición liberal el poder asume
instancia para una unidad política, y se le una organización reglamentada y limitada
reconoce una supremacía de derecho, no con respecto a la de la monarquía absolu-
sólo de hecho, y por ende su legitimidad. tista. Se caracteriza por la separación de los
Las respuestas a las preguntas sobre quién poderes, controles entre éstos, límites a las
gobierna, cómo, con cuálfiíndamentoy con ñinciones del Estado y el imperio de la ley
cuáles atribuciones y alcances, cambiaron —como reconstruido en la radiografía. Con
siguiendo tradiciones de pensamiento polí- ello mutan las condiciones en las que se rea-
tico distintas, pero siguen siendo centrales liza el ejercicio del poder político, marca-
en la definición de la política y de sus con- das precisamente por lo que establecen las
flictos en tiempos de la democracia consti- normas. Cambia también el sujeto recono-
tucional. cido como titular de la soberanía, el Esta-
Parece interesante ponerlo de relieve en do, en calidad de representante institucio-
la lectura del libro, ya que ofrece una clave nal de la unidad política y del interés gene-
interpretativa que liga en modo sugerente ral. El soberano sigue sieifdo el hacedor y
la evolución teórico-conceptual y los pro- ejecutor de la ley pero, ahora, sometido a
blemas políticos a los que responde desde vínculos legales del derecho público. Se li-
la aparición por separado de las dos corrien- mita nada menos que la anterior omnipo-
tes y después con su problemática combi- tencia y arbitrariedad del poder en las ma-
nación. En la segunda parte (en particular nos del monarca absoluto y se invierte aque-
en el capítulo VI) el tema reaparece en el lla primacía del poder por encima del
planteamiento de las tensiones entre las derecho. Ahora es «político» el poder legí-
posturas netamente constitucionalistas y timo, originado en el consenso de los indi-
democráticas, a propósito de la definición, viduos y que gobierna para bien de la so-
ftinción y alcance de la constitución. ciedad con el fin de asegurar vida y propie-
En las monarquías con gobierno de tipo dad, de defender las libertades de lo privado.
absolutista, la soberanía tomó una forma Tales caracteristicas expresan la percepción
específica llamada precisamente «absolu- de la sociedad autónoma del siglo XVIII, una
ta», bajo la cual su prerrogativa de dictar sociedad burguesa que defiende sus intere-
la ley se ejerce en ausencia de norma jurí- ses en el comercio, en la burocracia y en
dica que la vincule: el soberano es la ñien- sus libertades privadas de opinión, profe-
te misma de toda ley establecida. Ello im- sión religiosa, etc. Y lo hace en contra del
plica —subraya el autor— que la volun- poder. Es en esta fase particular que el tér-
tad del soberano decidirá cómo interpretar mino «constitucionalismo» toma el signifi-
las mismas leyes de naturaleza, transfor- cado garantista característico, analizado por
mándolas en leyes positivas. Ahí, la ley el autor: sistema de reglas y procedimien-
fundamental decididamente no es todavía tos para garantizar derechos. La soberanía
la constitución en la acepción de conjunto en el Estado liberal de derecho, ya sea en
de límites y garantías. La noción absoluta su versión parlamentaria o del Estado-per-
de soberanía establece la preeminencia del sona (organismo), muestra la individualiza-
poder o potencia respecto del derecho. ción del poder supremo o superior incues-
Puede decirse incluso que sostiene su pri- tionado y autónomo en las decisiones de-
macía en contra del derecho, en el sentido terminantes para la unidad política; aun en

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el marco doctrinal de la división de los po- derecho, como principio legitimador de los
deres y límites constitucionales, propios de regímenes de entreguerras y, sobre todo, de
este tipo de regímenes del xix. «Soberano» la segunda posguerra mundial. Si bien es
sigue siendo aquel (Parlamento o Estado) de origen revolucionario, la soberanía po-
que ejerce el poder de mando (originario, pular se ha visto transformada, debido al
exclusivo y universal), capaz de imponer el encuentro con el constitucionalismo en las
orden y la ley. Aquí podemos reconocer la democracias liberales contemporáneas: se
idea mínima de soberanía que el autor quiere somete al imperio de la ley y a los límites
rescatar, más allá de las versiones específi- constitucionales en el marco de una Ley
cas asumidas previamente (absoluta, libe- Fundamental (o Constitución), como tam-
ral pura, democrática pura) y quiere recu- bién al control de constitucionalidad de las
perarla a diferencia de las posturas (como leyes por parte de los tribunales constitu-
la de Ferrajoli) que la denuncian como po- cionales (quienes definen las coordenadas
der contrario a derecho y, por el contrario, entre las cuales se ejerce dicho poder su-
en tanto elemento necesario para la demo- premo). También acepta límites a poderes
cracia constitucional, su viabilidad y de- y funciones del poder político estatal, que a
seabilidad. través de sus instituciones públicas ejerce
La versión democrática de la soberanía dicha soberanía. Pero, precisamente enton-
aparece con el constitucionalismo revolu- ces, comenzaron los (nuevos) problemas
cionario francés y su principio de sobera- analizados por el autor. En particular para
nía popular. Añadió, a la reivindicación la democracia constitucional la cuestión de
constitucional de corte británico de la igual- la soberanía popular origina conflictos en
dad ante ley y el imperio de la misma, la materia de los constituyentes, las reformas
afirmación del principio de la soberanía constitucionales, la interpretación y la rea-
popular o de la nación en tanto poder cons- lización de los principios constitucionales.
tituyente ilimitado. Esto es, reivindicaba una La segunda parte del libro —decíamos arri-
concepción de soberanía sin vínculo y por ba—atañe precisamente a las tensiones (una
ende legitimante de un poder absoluto, aun- general y cuatro específicas) entre los dos
que de corte democrático y ya no monár- componentes teóricos de la democracia
quico. El problema residía en que la reivin- constitucional. Los aspectos problemáticos
dicación del poder del pueblo sobre la ley son analizados para esclarecer lo que está
fundamental revivía aquella concepción en juego y las razones de los conflictos.
temprano modema de una soberanía abso- Sobre todo para proponer, desde su con-
luta o sin limitaciones. De ahí la preocupa- cepción de la democracia constitucional y
ción que el principio de soberanía popular de la soberanía, y en la perspectiva teórica
causó por igual entre fuerzas monárquicas del libro, un posible equilibrio en la rela-
y constitucionalistas, así como la construc- ción —en términos generales— entre dere-
ción de diversas versiones del Estado libe- cho y poder.
ral de derecho, creadas para contrarrestar Ante la actual crisis de la soberanía, el
el principio popular como nueva instancia poder estatal afronta la necesidad de reno-
de legitimidad. varse para poder seguir desempeñando, bajo
Con los desarrollos del Estado de dere- nuevas formas, funciones relevantes en la
cho desde finales del XIX y las reivindica- sociedad global y ejercer la soberanía que,
ciones democráticas y sociales en el siglo eventualmente, será capaz de reformular y
XX, terminó afirmándose en las nuevas cons- esta alternativa rescataría aquella idea de
tituciones de los Estados democráticos de un contenido básico del carácter soberano

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del poder, referido al titular del poder su- existentes (a saber, las reglas del juego) fun-
premo, a las condiciones de su ejercicio cionen y aseguren las precondiciones de la
(gobierno) y a su carácter legitimo (legiti- politica, relacionada con el respeto de los
midad) para desempeñar sus funciones. derechos fundamentales (que otorgan sen-
La tercera línea de lectura es sugerida por tido, valor y sustancia a los procedimientos
el objetivo del autor (señalado en la «Intro- democráticos). También podemos recono-
ducción», en p. 45) de difixndir y promover cer en el Estado constitucional de derecho
los valores de la democracia constitucional, la posibilidad de institucionalizar los cam-
los principios de la libertad y de la igualdad bios originados por los procesos de forma-
en las pautas de organización política insti- ción de y transición a la democracia; y con
tucional. El objetivo general del libro es ello las condiciones para continuar con la
presentar su aportación a la elaboración de eventual construcción pendiente del Esta-
«un diagnóstico que nos dice cuáles son esos do de derecho.
elementos, de qué tipos de tensiones se tra- Sin embargo, el autor se muestra dema-
ta y cuáles son las implicaciones que con- siado optimista al afirmar que «el equili-
llevan las operaciones político-instituciona- brio entre los elementos en conflicto (bus-
les tendentes a superarlas» (p. 49). Es suge- cado por las instituciones deja democracia
rente encontrar esta difusión de los valores constitucional) solamente es posible cuan-
mencionados en el marco mismo del diag- do contamos con un diagnóstico que nos
nóstico que el autor elabora: en particular dice cuáles son los elementos, de qué tipos
al develar esa trama intrincada que condu- de tensiones se trata y cuáles son las impli-
jo a la construcción del Estado constitucio- caciones que conllevan las operaciones po-
nal de derecho y a la realización de sus va- lítico-institucionales tendentes a superarlas»
lores y principios.
(p. 49). Baste aquí señalar sólo un aspecto
El Estado de derecho democrático y so- de la problemática que lo anterior implica,
cial es la institución en la que tendencial- recurriendo a dos clásicos: Stan Laurel y
mente se afirma la primacía del derecho por Oliver Hardy {alias «E\ Gordo y El Flaco»).
encima del poder. Y ello mediante la afir- Al querer convencer a Stanley de acercarse
mación de principios irrenunciables y de- sin temor a un león. El Gordo le dice:
rechos inviolables, de objetivos y límites a
la fuerza, fijados por la constitución; insti- —Míralo sin miedo directamente en los ojos
tucionalizando las garantías civiles, políti- y verás cómo se queda tranquilo.
cas y sociales. Siguiendo a Bobbio y a Ho- Y añade enfáticamente:
vero, Pedro Salazar subraya y rescata la —Lo leí en un libro.
centralidad de un Estado de derecho para A lo que contesta El Flaco:
asegurar que las condiciones democráticas —¿Y si él no lo ha leído?

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