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Antonella Attili
Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, México
el marco doctrinal de la división de los po- derecho, como principio legitimador de los
deres y límites constitucionales, propios de regímenes de entreguerras y, sobre todo, de
este tipo de regímenes del xix. «Soberano» la segunda posguerra mundial. Si bien es
sigue siendo aquel (Parlamento o Estado) de origen revolucionario, la soberanía po-
que ejerce el poder de mando (originario, pular se ha visto transformada, debido al
exclusivo y universal), capaz de imponer el encuentro con el constitucionalismo en las
orden y la ley. Aquí podemos reconocer la democracias liberales contemporáneas: se
idea mínima de soberanía que el autor quiere somete al imperio de la ley y a los límites
rescatar, más allá de las versiones específi- constitucionales en el marco de una Ley
cas asumidas previamente (absoluta, libe- Fundamental (o Constitución), como tam-
ral pura, democrática pura) y quiere recu- bién al control de constitucionalidad de las
perarla a diferencia de las posturas (como leyes por parte de los tribunales constitu-
la de Ferrajoli) que la denuncian como po- cionales (quienes definen las coordenadas
der contrario a derecho y, por el contrario, entre las cuales se ejerce dicho poder su-
en tanto elemento necesario para la demo- premo). También acepta límites a poderes
cracia constitucional, su viabilidad y de- y funciones del poder político estatal, que a
seabilidad. través de sus instituciones públicas ejerce
La versión democrática de la soberanía dicha soberanía. Pero, precisamente enton-
aparece con el constitucionalismo revolu- ces, comenzaron los (nuevos) problemas
cionario francés y su principio de sobera- analizados por el autor. En particular para
nía popular. Añadió, a la reivindicación la democracia constitucional la cuestión de
constitucional de corte británico de la igual- la soberanía popular origina conflictos en
dad ante ley y el imperio de la misma, la materia de los constituyentes, las reformas
afirmación del principio de la soberanía constitucionales, la interpretación y la rea-
popular o de la nación en tanto poder cons- lización de los principios constitucionales.
tituyente ilimitado. Esto es, reivindicaba una La segunda parte del libro —decíamos arri-
concepción de soberanía sin vínculo y por ba—atañe precisamente a las tensiones (una
ende legitimante de un poder absoluto, aun- general y cuatro específicas) entre los dos
que de corte democrático y ya no monár- componentes teóricos de la democracia
quico. El problema residía en que la reivin- constitucional. Los aspectos problemáticos
dicación del poder del pueblo sobre la ley son analizados para esclarecer lo que está
fundamental revivía aquella concepción en juego y las razones de los conflictos.
temprano modema de una soberanía abso- Sobre todo para proponer, desde su con-
luta o sin limitaciones. De ahí la preocupa- cepción de la democracia constitucional y
ción que el principio de soberanía popular de la soberanía, y en la perspectiva teórica
causó por igual entre fuerzas monárquicas del libro, un posible equilibrio en la rela-
y constitucionalistas, así como la construc- ción —en términos generales— entre dere-
ción de diversas versiones del Estado libe- cho y poder.
ral de derecho, creadas para contrarrestar Ante la actual crisis de la soberanía, el
el principio popular como nueva instancia poder estatal afronta la necesidad de reno-
de legitimidad. varse para poder seguir desempeñando, bajo
Con los desarrollos del Estado de dere- nuevas formas, funciones relevantes en la
cho desde finales del XIX y las reivindica- sociedad global y ejercer la soberanía que,
ciones democráticas y sociales en el siglo eventualmente, será capaz de reformular y
XX, terminó afirmándose en las nuevas cons- esta alternativa rescataría aquella idea de
tituciones de los Estados democráticos de un contenido básico del carácter soberano
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CRITICA DE LIBROS
del poder, referido al titular del poder su- existentes (a saber, las reglas del juego) fun-
premo, a las condiciones de su ejercicio cionen y aseguren las precondiciones de la
(gobierno) y a su carácter legitimo (legiti- politica, relacionada con el respeto de los
midad) para desempeñar sus funciones. derechos fundamentales (que otorgan sen-
La tercera línea de lectura es sugerida por tido, valor y sustancia a los procedimientos
el objetivo del autor (señalado en la «Intro- democráticos). También podemos recono-
ducción», en p. 45) de difixndir y promover cer en el Estado constitucional de derecho
los valores de la democracia constitucional, la posibilidad de institucionalizar los cam-
los principios de la libertad y de la igualdad bios originados por los procesos de forma-
en las pautas de organización política insti- ción de y transición a la democracia; y con
tucional. El objetivo general del libro es ello las condiciones para continuar con la
presentar su aportación a la elaboración de eventual construcción pendiente del Esta-
«un diagnóstico que nos dice cuáles son esos do de derecho.
elementos, de qué tipos de tensiones se tra- Sin embargo, el autor se muestra dema-
ta y cuáles son las implicaciones que con- siado optimista al afirmar que «el equili-
llevan las operaciones político-instituciona- brio entre los elementos en conflicto (bus-
les tendentes a superarlas» (p. 49). Es suge- cado por las instituciones deja democracia
rente encontrar esta difusión de los valores constitucional) solamente es posible cuan-
mencionados en el marco mismo del diag- do contamos con un diagnóstico que nos
nóstico que el autor elabora: en particular dice cuáles son los elementos, de qué tipos
al develar esa trama intrincada que condu- de tensiones se trata y cuáles son las impli-
jo a la construcción del Estado constitucio- caciones que conllevan las operaciones po-
nal de derecho y a la realización de sus va- lítico-institucionales tendentes a superarlas»
lores y principios.
(p. 49). Baste aquí señalar sólo un aspecto
El Estado de derecho democrático y so- de la problemática que lo anterior implica,
cial es la institución en la que tendencial- recurriendo a dos clásicos: Stan Laurel y
mente se afirma la primacía del derecho por Oliver Hardy {alias «E\ Gordo y El Flaco»).
encima del poder. Y ello mediante la afir- Al querer convencer a Stanley de acercarse
mación de principios irrenunciables y de- sin temor a un león. El Gordo le dice:
rechos inviolables, de objetivos y límites a
la fuerza, fijados por la constitución; insti- —Míralo sin miedo directamente en los ojos
tucionalizando las garantías civiles, políti- y verás cómo se queda tranquilo.
cas y sociales. Siguiendo a Bobbio y a Ho- Y añade enfáticamente:
vero, Pedro Salazar subraya y rescata la —Lo leí en un libro.
centralidad de un Estado de derecho para A lo que contesta El Flaco:
asegurar que las condiciones democráticas —¿Y si él no lo ha leído?