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Todos sabemos por

experiencia la importancia
de energía a la vida.
Sabemos que debemos
comer y que el trabajo duro
no solo nos cansa, sino que
también nos da hambre.
Nuestros cuerpos generan calor, una observación que
condujo Lavoisier alrededor de 1780 a la conclusión de
que la respiración representó una combustión lenta de
alimentos dentro el cuerpo. Pronto quedó claro que la
respiración debe proporcionar la energía tanto para el
trabajo mecánico realizado por los músculos y la
síntesis química de los componentes del cuerpo.

Energía interna y
estado de un sistema
Todo sistema contiene
una determinada
cantidad de energía
interna, que indicamos
con el símbolo U.
La energía interna de un sistema incluye todas las
formas de energía que pueden intercambiarse
mediante procesos físicos simples (extranucleares)
o reacciones químicas.
Los átomos y moléculas del sistema poseen una
energía cinética de movimiento y una energía de
vibración y rotación. Incluimos, además, toda la
energía almacenada en los enlaces químicos
existentes entre los átomos y la energía de las
interacciones no covalentes entre las moléculas.
En realidad, debemos incluir todo tipo de energía
que pueda modificarse por procesos químicos o
físicos no nucleares. No es necesario incluir la
energía almacenada en el núcleo atómico, puesto
que esta no se altera en las reacciones químicas o
bioquímicas.
El estado termodinámico se
define mediante la
indicación de las
cantidades de todas las
sustancias presentes y dos
cualquiera de las tres
variables siguientes: la tem
peratura (T), la presión sobre el sistema (P) o el
volumen del sistema (V).
Se trata básicamente de una receta para expresar el
sistema de una forma definida. Así, por ejemplo, un
sistema compuesto por 1 m ol de 0 2 en estado gaseoso
en 1 litro a 273 K, tiene un estado definido y, por tanto,
un valor de energía interna definido. Este valor es
independiente de cualquier antecedente del sistema.
Todo esto puede parecer excesivamente abstracto, pero
tiene una relación muy directa con el funcionamiento
diario de nuestros cuerpos. Cuando ingerimos un
alimento como la glucosa, lo metabolizamos y
finalmente lo oxidamos hasta C 0 2 y agua. La
oxidación de un gramo de glucosa se asocia con un
cambio de energía definido (A ¡7), y parte de la
energía liberada está disponible para nuestro uso. Una
parte significativa de esta energía la gastamos como
calor (un subproducto del metabolismo mitocondrial
que permite a las aves y los mamíferos aislados
mantener sus temperaturas corporales normales) y el
resto, en realizar diversas clases de trabajo. Estas
últimas clases de trabajo incluyen no solo las que son
obvias, como caminar y respirar, sino también, otras
clases más sutiles, como el envío de impulsos a lo
largo de los nervios, el bombeo de iones a través de las
membranas, etc.

Prim era ley de la termodinámica


La energía se conserva. De acuerdo con
la primera ley de la termodinámica, en un
sistema cerrado, la energía interna (U) solo
puede cambiar por el intercambio de calor y
trabajo con el entorno; no obstante, la energía
puede convertirse de una forma a otra.

La energía libre G combina un término de entalpia, que


mide el cambio de energía a presión constante, y un
término de entropía, que tiene en cuenta la importancia
de la aleatoriedad.

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