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Estudio de la influencia de la meteorización

sobre las características de los materiales


petreos utilizados en el proyecto de las obras
pública

Juan Enrique Dapena García

Universidad Politécnica de Madrid.

E.T.S.I. Caminos

1978
II

RESUMEN

En la primera parte se recogen y sintetizan los trabajos publi-


cados sobre la meteorizacidn de las rocas, al objeto de conocer
factores que intervienen, procesos que ocurTren, métodos segful-
dos para su estudio, ensayos utilizados y resxiltados obtenidos.
A partir de ello, se estableció la metodologrfa a seguir en el
estudio de la meteorización y de la capacidad para meteorizar-
se, aplicando luego esta sistemática a las rocas graníticas y
pizarras.

La finalidad perseguida, una vez concretados los procesos de


alteración que sufren las rocas cuando están sometidas a la ac-
ción de los agentes atmosf árleos, será determinar 'l'aí^velocidad
a que se producen estos fenómenos, y la influencia que pueden
tener sobre las propiedades de estos materiales que se utilizan
en el proyecto de las obras públicas.

El trabajo está limitado por la amplitud del intervalo de varia


ción de cada uno de los factores que intervienen en el fenómeno
de meteorizacióñ, por el sistema utilizado para reproducir el
efecto de la meteorizacióñ natural, y por los propios medios p¿
ra estudiar este efecto.

Los factores que intervienen en la meteorizacióñ son la roca,


el clima, la actividad biológica, la topografía y el tiempo* De
ellos dnicamente el tiltimo se manifiesta como variable dnica y
absoluta.

El estudio de los procesos que ocasionan la meteorizacióñ se hi^


zo por dos caminos, aquállos én los que no se producían varia^
ción eñ la composición química, reprodúcióndolos en el laborat£
rio en unas condiciones detertainadas, mientras que en los que
se producían transformaciones en su composición, el estudio se
planteó interpretando el efecto dé la meteorizacióñ natural,
concretamente sobre macizos rocosos, tomando muestras de una
III

misma roca con diferente; grado de alteracirfn, y analizando la


composición del agua de lavado*

Las condiciones climáticas de España, precipitación total


anual y temperatura media anual, permiten afirmar que la ac-
cián de me teorización por hielo será dóbij. o insignificante,
y s<5lo en zonas muy limitadas, moderada. La acción de alte-
ración por procesos qtiímicos; es, en general según Peltier,
moderada o dóbil, mientras que según Veimert se distribuye en-
tre fuerte y dóbil.

Se define el grado de meteorabilidad de una roca frente a un


proceso de alteración determinado, como la variación que su-
fren sus características físicas o propiedades mecánicas en
la vmidad de tiempo cuando está sometida la roca a ese proce-
so.

Se estudia la evolución mineralógica que sufren los componen-


tes de los granitos con la meteorización mediante difracción
de Rayos X y microscopía óptica, y se determinan las transfor-
maciones químicas que la ocasionaron interpretando conjunta-
mente los datos del análisis químico glob'd.1 de la roca, aná-
lisis químico de las aguas, y análisis mediante microsonda e-
lectrónica para conocer las evoluciones sufridas en la compo-
sición dentro de un mismo cristal. Una vez clasificada la al-
teración de los cristales en cinco estados, se define un grado
de alteración, como el porcentaje de cristales alterados respec.
to al total, y se relaciona esta magnitud con las propiedades
físicas, y astas con las propiedades mecánicas obteniendo las
relaciones que ligan unas con otras.

Se estudia la meteorización de las pizarras del Cretácico In-


ferior; particulannente se determinan las causas que las ha-
cen muy alterables frente a procesos que varían su composición
química, achacando el origen de este fenómeno a la presencia
de siderita, sulfato magnósico y pirita. La siderita, en reía
tiva abiindancia, se descompone fácilmente en el medioarabiente
atmosfarico. El sulfato magnósico se hidrata, ocasionando un
•m

fraccioriamiento particular y muy rápido de las rocas en que


forma parte. La pirita, debido a la presencia' de thlobaci-
llus ferrooxidans, se oxida, y los pi*oductos resultantes a-
tacan a otros componentes de la propia roca, calcita y dolo-
mita, ocasionando su rápida alteración. Por último, se obtl£
ne la relación q\xe sigiaen las propiedAdeiS ffaloas dé estas
pi'zarirais con el-^^irgaSo de Éiet%ozri¡asiacci<i&iK»
A Dña. Encarnación Garefa de Dapena,

mi maclre.
vi

AGRADECIMIENTO

Una vez alcanzado el final del trabajo, siento como si hubiera


efectuado un largo viaje, empimando el tim<5n de un pequeño ba£
co de vela por dos mares desconocidos, el de los granitos y el
de las pizarras.

Nunca se hubiera llegado a buen puerto de no ser por la peri-


cia del capitán del barco, D. Santiago Uri«l Romero, y por la
inteiTvencidn de D. José Antonio Jiménez Salas, Director del '
Laboratorio del Transporte y M&cánica del Suelo "José Luis E_s
cario** en donde se realizd toda la singladura, quien, como el
viento, empujé la nave hasta el final.

Por el mar de las pizarras dispusimos de los conocimientos en


el arte de navegar de D. Ventura Escario, y en el de los gra-
nitos, con los de D. Modesto Montoto, ambos inefstlmables.

Mi agradecimiento a D. Alcibíades Serrano que me hacía pasar


de la teoría a la práctica recondándome el fin último de toda
investigación, a D. Ángel Uriel, con el que solté "amarras"
al comienzo del viaje y a D. José Mt Rdguezr Ortiz cuyos con-
sejos sirvieron para enderezar el rumbo en algiinas ocasiones.

También fueron inestimables las "ayudas a la navegacién" qu©


prestaron D. Julio Martín Viñas, Químico, maestro de su mate»
ria de la que tanto uso se hace en esta tesis. D. José María
Miiñoz, D. Carlos Barba y la Srta. Pura Gémez con cftya colabo-
racién contamos en los temas de Biología, MicrosGopía electr^
nica y Micrxjscopía éptica, y la de D. José Liiis G¿mez en el
desarrollo de los ensayos de laboratorio.

Por dltimo, a Carlos Oteo, Rodrigo Molina y iédos los compa-


ñeros d©l Laboratorio del Transporte que en todo momento su-
pieron crear el ambiente de trabajo y estímulo que toda inves-
tigacián necesita, así como a la Direccién G^xiéraLl de Ca-
rreteras, y Autopista; Vasco-Aragonesa por la colaboradén pre¿
tada.
VII

"Yo he recorrido a pie el camina gris de la vulgaridad


y he sentido el cansancio de no ser. He pasado por en
cima de aquellos que, no teniendo valor para llegar al
final, se tumbaron a dormir su cobardía, arropándose
con los harapos descoloridos de lo; fácil. He llegado
al final de este camino y he penetrado en el valle,don
de, escrito en cada puesta del sol, está el nombre de
los que fueron algo. Si al dejar de ser materia y a-
bandonar esté valle no consigo que mi nombre se escri^
ba junto al,suyo, al menos me iré con la satisfacción
de saber quiénes fueron y haberles comprendido".

'Memorias" de vm humorista.
VIII

I N D I C E
pagxna

ESTADO ACTUAL DEL TEMA.

Capí tillo 1. Factores de meteorizacidn 2


1.1. Ro c a 5
1.2. Clima 12
1. í. Topografía 16
1 .'^. Actividad biótica 20
1.5. Tiempo 25

Capítulo 2. Procesos que no alteran la composici<5n


química 27
2.1. Oscilaciones de temperatura 27
2.2. Grado de humedad 30
2.3. Oscilaciones de humedad-sequedad , kk
2.4. Oscilaciones de congelación-deshielo k6
2.5* Crecimiento de cristales de sales 55

Capítulo 3» Procesos que alteran la composición química 60


3.1. Hidratacián 6I
3.2. Intercambio de iones 68
3.3. Quelacidn 72
3.k. Hidrólisis Jk
3.5- Carbonatación 85'
3.6. Oxidación-reducción 86

Capítulo 4. Clasificación del estado de meteorización 95


4.1. Clasificación general del estado de meteorización 95
4.1.1. Meteorización de las rocas 95
4.1.2. Perfil de meteorización 95
4.1.3. Clasificación de la meteorización 98
4.2. Clasificación del estado de meteorización en rocas
graníticas 101
4.2.1. Meteorización dé roCas graníticas 101
4.2.2. Perfil de meteorización en rocas graníticas 104
4.2.3» Clasificación de la meteorización de rocas
graníticas 113
4.3» Clasificación del estado de meteorización en pi-
zarras 117
4.3.1. Meteorización de pizarras ll7
4.3.2. Perfil de meteorización en pizarras 120
IX

pagina

Capítulo 5» Estudio de la meteorabilidad debida a pro-


cesos que no alteran la composicián química
de las rocas 126
5.1. Métodos para estudiar,la inriuencia de las osci-
laciones de temperatura 127
5.2. Métodos para estudiar la influencia del grado de
humedad I30
5.2.1. Estudio de la reducción en la energía super-
ficial 132
5.2.2. Estudio de la influencia de los materiales
arcillosos 132
5.2.3. Estudio de la accián de la humedad en general I38
5.3. Métodos para estudiar la influencia de las osci-
laciones humedad-sequedad l48
5.4. Métodos para estudiar la influencia de las osci-
laciones congelación-deshielo 151
5.4.1. Estudio por simulación con sales I5I
5.4.2. Estudio de la congelación del agua intersti-
cial 152
5.4.3. Estudio del crecimiento de cristales de hielo 153
5.5. Métodos para estudiar la influencia del crecimien
to de cristales de sales I56

Capítulo 6, Estudio de la meteorabilidad debida a proce-


sos que alteran la composición química de las
rocas 157
6.1. Métodos para prever la alterabilidad por hidrata-
ción 158
6.2. Métodos para prever la alterabilidad por "inter-
cambio de iones" I68
6.3. Métodos para prever la alterabilidad por hidró-
lisis 176
6.4. Métodos para prever la alterabilidad por oxida-
ción-reducción 181

ESTUDIO DE LA MEl^EORABILIDAD DE LAS ROCAS.

Capítulo 7. Condiciones climáticas en España 187


página

Capítulo 8. Grado de alteración y meteorabilidad 19^*


8.1. Grado de alteración I9U
8.2. Meteorabilidad 197

Capítulo 9. Métodos para determinar la meteorabilidad


de una roca 199
9.1. Métodos para determinar la meteorabilidad de una
roca frente a los procesos que no alteran su com
posición química 199
- Características de la muestra 199
- Procesos de meteorización 201
- Cuantifieación del efecto de los procesos de
meteorización 205
9»2. Métodos para determinar la meteorabilidad de una
roca frente a los procesos que alteran la compo-
sición química 207
- Procesos de meteorización 208
- Cuantifieación del efecto de los procesos de
meteorización 209
Capítulo 10. Sistemas de análisis 211
10.1. Análisis por difracción de Rayos X 211
10.2. Análisis por microscopía óptica de luz polari-
zada 212
10.3» Análisis mediante microsonda electrónica 212
10.4. Análisis químicos 219

Capítulo 11. Procedimientos de ensayo 2Zk


11.1. Procedimiento de ensayo para la determinación
de la densidad seca, densidad de grano y porosi-
dad 225
11.2. Procedimiento de ensayo para determinar la den-
sidad seca en muestra granular 226
11.3» Procedimiento de ensayo para determinar la den-
sidad seca en probetas 227
11.U. Procedimiento de ensayo para la determinación de
velocidades de propagación dé ondas longitudina-
les ultrasónicas 227
XI

11.3, Procedimiento de ensayo parsi la deterttlnacidn


del hinchamiento libre 237
11.6. Procediraiento del ensayo a compresidn simple Zk^
11.7* Procedimiento para la determinación de la re-
sistencia al desgaste de los áridos por medio
de la máquina de Los Angeles Zkj
11.8, Procedimiento de ensayo para la détermlnacidn
de la compresibilidad de los granulos actuando
como escollera 2^7
11.9. Procedimiento de ensayo para la determinación
de la resistencia al corte de los granulos
actuando como escollera 25^

Capftulo 12. Estudio de la meteorabilidad de las trocas


graníticas 260
12.1. Geología 264
12.2. Climatología 267
12.3. Alterabilidad frente a procesos que varían la
composición química de la roca 268
12.3»1« Descripción petrográfica de los granitos 270
12.3.2* Evolución en las características mineraló-
gicas 277
- Análisis por difraccián de Rayos X 277
- Análisis de láminas delgadas 283
- índice de fisuracidn 284
- índice de transformación 283
- Grado de alteración 286
12.3.3. Evolución en los componentes químicos 306
- Análisis químicos mediante reactivos di-
ferenciales 307
- Análisis químicos mediante microsonda
electrónica 315
- Análisis de la alteración de la ortosa 316
- Análisis de la alteración de la plagiocla
sa 316
- Análisis de la alteración de la biotita 317
12.3*4. Evolución en las propiedades físicas 336
12.3.3» Evolución en las propiedades mecánicas 352
12.3»6. Meteorabilidad frente a los procesos que
varíafi 1^ cpmpo§ición química 365
XII

12.4. Alterabilidad frente a procesos que no va-


rían la composición quíifíica 36?
12.4.1. Alterabilidad frente a oscilaciones de
temperatura 378
12.4.2. Alterabilidad frente a variaciones en el
grado de hiimedad 379
12.4.3» Alterabilidad frente a oscilaciones de
htimedad-sequedad 384
12.4.4. Alterabilidad frente a oscilacionea^de
hielo-deshielo 386

Capítulo 13. Estudio de la meteorabilidad de las piza-


rras 388
13«0. Planteamiento del estudio 391
13.1. Geología 4oi
13.2. Climatología 403
13»3» Estudio de la meteorabilidad de las pizarras
de la facies Weáldica 4o4
13.3.1. Alterabilidad frente a procesos que varían
la composición química de la roca 4o6
a) Evolución en la composición mineralógica 4o6
b ) Evolución en las características físicas 4l7
c ) Evolución en las propiedades mecánicas 4l9
d) Meteorabilidad frente a los procesos
que varían la composición química 4l9
13»3»2. Alterabilidad frente a procesos que no
varían la composición química de la roca 420
13«4. Estudio de la meteorabilidad de las pizarras
con abundancia de piritas 424
a) Evolución en la composición mineralógica 429
b ) Evolución en las características físicas 436
c ) Meteorabilidad frente a los procesos que
varían la composición química 436
13.5» Estudio de la meteorabilidad de las pizarras
Aptenses 438
a) Evolución en la composición mineralógica 439
b) Evolución en las características físicas 445
c) Meteorabilidad frente a los procesos que
varían la composición química 446
XIII

pagina

13'6. Estudio de la meteorabilidad de las pizarras


Albenses kk6
13»6.1. Alterabilidad frente a procesos que no
varían la composicián química de la ro-
ca 451
a) Efecto de la saturación cuando existe
aire en el interior de los poros 451
b ) Efecto de la saturación en vacío k^k
c) Efecto de los ciclos de humedad-seque-
dad 457
13.6.2. Alterabilidad frente a procesos que varían
la composición química de la roca 462
a) Evolución en la composición mineraló-
gica 462
b ) Evolución en las características físi-
cas 474
c) Evolución de las propiedades mecánicas 476
13«6.3. Análisis del problema de la desintegración
rápida de estas pizarras 478
13.6.4. Meteorabilidad de las pizarras Albenses
frente a procesos que varían la composición
química 484
1 3 . 7 . Estudio bacteriológico de las aguas que bañan
las pizarras 485

Capítulo l 4 . Resumen y conclusiones 490


l4.1. Resumen 49O
14.1.1. Agresividad del clima en España 490
14.1.2. Grado de alteración y meteorabilidad 491
14.1.3. Métodos para determinar la meteorabilidad 492
a) Determinación de la meteorabilidad de
una roca frente a procesos que no alteran
su composición química 492
b) Determinación de la meteorabilidad de
una roca frente a procesos que alteran
sU composición quínjica 495
14.1.4. Sistemas de análisis para determinar la
transformación mineralógica y estado de
fisuración 496
XIV

pagina

l'^.1.5» Procedimientos de ensayo para determinar


la evolución de las propiedades físicas
y mecánicas con la meteorización ^98
14.1.6. Meteorabilidad de las rocas graníticas 500
ik.í .'. Meteorabilidad de las pizarras 506
l4.2. Conclusiones 512
1^.2.1. Sobre las características del clima en
España 512
14.2.2. Sobre la meteorabilidad de la roca 513
l4.2.3« Sobre la determinación de la meteorabili-
dad de la roca 51^
14.2.4. Sobre los medios para cuantificar la meteo
rabilidad 515
l4.2.5« Sobre el comportamiento de las rocas gra-
níticas frente a la meteorización 517
l4.2.6. Sobre el comportamiento de las pizarras
frente a la meteorización 519
l4i2.7. Sobre nuevas vías de estudio 521

BIBLIOGRAFÍA 523
XV

LISTA DE S Í M B O L O S

A = Área de una supe:rficie


^ = SngstrSm = l o '
a = asiento unitario
C = constante; centígrado; compresibilidad de la rbca| dé-
formación vertical de una probeta medida con cuadrantes
( ,,= mitad (ie i a longitud de una fisura
C^= compresibilidad del agua
Cg= compresibilidad de los cristales
c = cohesión; depresión media del sicrómetro en el mes más
caluroso
D = diámetro; índice de deterioración mineral
d a: diámetro
Eh» potencial de oxidación
E = nnódulo de deformación lineal
Ef= ntódulic» efectivo
Eq= nvód^c» durante el estado inicial de descarga
e = índice de huecos; carga de un electrón
ef= índice de poros al final del ensayo
©máxs índice de poros máximo
®min~ índice de poros mínimo
eo= índice de poros inicial
g = gramo masa
H = defonnación transversal de una probeta medida con bandas
h = altura de probetas
I = índice de THORNTHVAITE; intensidad de difracción en los
Rayos X
Id= índice de deterioración
Ip= índice de plasticidad
ij= índice de alteración
K = gradó Kelvin
k = conductividad térmica
kg= kilogramo masa
kp= kilopondio
m = niimero entero; radio del menisco
N = índice de Veimert; Norte
n 5= porosidad
XVI

p = peso; carga total


P = precipitacidn anual media
di
Pc= presidn de succión
Pv=s tensión de vapor saturante en contacto con el medio
rocoso
Pv()~ tensión de vapor saturante en contacto con una super-
l'icie i i bre
p = presión en general; presión absoluta de un gas
Pr= presión de vapor de agua sobre superficie curva de
radio r
Po= presión de vapor de agua sobre superficie plana
q = cantidad de agua
qij= resistencia a la compresión simple
r = distancia entre centros de iones; radio iónico
S = área de una superficie
^med~ área media
Sr= grado de saturación
T = temperatura absoluta
Tc= temperatura de congelación
t = temperatura 5C
V = voltio; volumen; voltimen molar del agua; velocidad del
viento; deformación vertical de iina probeta medida en
bandas; proporción de cristales de ^xn mismo mineral con
un mismo índice de transfonnación
V = velocidad de propagación de ondas longitudinales
w = humedad
WTS límite líquido
wpss límite plástico
Z = potencial iónico
o¿ =z c o e f i c i e n t e de e x p a n s i ó n lineal
3"= peso específico de una roca; tensión superficial del
agua; energía superficial
íf^= p e s o e s p e c í f i c o -del aire a l a p r e s i ó n atmosfarica
y¿= peso específico seco
^•3= p e s o e s p e c í f i c o de l a s p a r t í c u l a s sólidas
^^= peso específico del agua
JP = incremento diferencial
£= deformación longitudinal (unitaria)
$3= deformación longitudinal (unitaria) axial
XVII

A= longitud de oncja
p,= coeficiente de rozamiento, momento dipolar del agua,
miera
U= coeficiente de Poisson
vf= densidad
f^B densidad del agua
PJJ= densidad seca
p = densidad de grano
CTjO" = tensión total normal (por encima de la atmosférica)
0"'= tensidn efectiva nonnal
(j-^= resistencia a la tracción
l^= resistencia al esfuerzo cortante
9*= ángulo de rozamiento interno efectivo
4)= relación taaaño de grano/diámetro de la célula (en e n s ^
yos de compresibilidad de granulos)
XVIII

Galileo resixmía la constante variación y movimiento del U n i v e ^


so, diciendo; "algo se mueve". Este pensamiento puede extender
se y particularizar afirmando; "todo se transforma".

El Universo y, en particular, el granulo de materia en que vi-


vimos, la Tierra, está en perenne modificación. El pasado co¿
mológico de nuestro planeta y su futuro dentro de los designios
impuestos por el detenninismo del Creador se traduce en u n per-
petuo caminar de todos los elementos dentro de un contexto fí-
sico originado en aquella primera gran explosión de la materia
primitiva.

Todos los elementos del mtuido físico desde las partículas más
elementales hasta los núcleos más complejos se transforman, co-
mo si la quietud y perennidad fuese un ideal no alcanzable. No
existe, repetimos, nada perenne y la materia se transforma con¿
tantemente de acuerdo con el entorno físico en el que está in-
mersa.

Nuestro trabajo pretende solamente concretarse en vma muy mo-


desta incursión dentro de ese campo de variabilidad que es la
naturaleza, y dentro de ella queremos prever el gradiente de la
transformación y la dirección de la misma en el brevísimo ins-
tante que supone dentro del tiempo cosmológico la vida y la ac-
tuación del hombre.

Dentro de nuestra corteza terrestre no hay elementos inmutables.


Los agentes físicos de nuestro planeta actúan constantemente mo^
dificando el estado actual de los minerales. En la escala de
tiempos humana podemos afirmar, no obstante, que si no hay una
modificación del entorno o no hay una actuación de los agentes
transfónnadores no hay, evidentemente, alteración. Si no se mo^
difica o no actúan agentes como las presiones, las t empera tiaras,
los fluidos de cualquier tipo o agentes extra-terrestres, como
rayos cósmicos, radiaciones electro-magnéticas, etc. no habría
una modificación de los minerales. Esto, evidentemente, no es
asi. La parte más superficial de la corteza terrestre, donde
XIX

se desarrolla la actividad hiimana es, lógicamente, la zona su-


jeta a más cambios y donde los agentes transfonnadores actúan
constantemente en un incesante ciclo de transformación.
P A R T E I

ESTADO ACTUAL DEL TEMA


C A P I T U L O

FACTORES DE METEORIZACION

La Tierra, ya se haya formado a partir de úha esfera gaseosa,


según se explica en la teoría del "origen caliente", o ya ha-
ya sido a partir de una nube de polvo, como intenta explicar
la "accretion theory", ha sufrido desde un principio la acción
de la atmósfera que la envuelve, originando diversas modifica^
clones en su corteza a las que se denomina meteorización.

Fig. 1 Ciclo de los materiales de la corteza


terrestre. JIMÉNEZ SALAS Y JUSTO (l975).

La alteración de las rocas se estudia con diferentes


objetivos. Por un lado, como uno de los procesos dentro del
ciclo de los materiales en la corteza terrestre que JIMÉNEZ
SALAS Y JUSTO (l975) si ntetizan en la Fig. 1 , o coma causa de
la formación de los suelos sobre los que se desarrolla la ac-
tividad humana, que es en realidad su acción directa y que en
la figura anterior se recoge en los términos arena y arcilla.
Por otro como el conjuntro de procesos que sufren las rocas d ¿
bidos a la acción de los agentes atmosféricos cuando están tan
to limitando las excavaciones o formando parte de los rellenos
ejecutados en las obras públicas como en los paramentos de los
edificios construidos.

La meteorización en los dos primeros casos, se suele conside-


rar como un proceso lento, aunque de efectos muy notorios de-
bido al tiempo que lleva actuando, mientras que en las obras
públicas o edificación, y debido a la acción humana, los pro-
cesos suelen ser más rápidos, interesando además los primeros
estadios de la meteorización, sin necesidad de que se trans-
forme la roca en un suelo.

De esta forma, mientras CARROLL (l970) dedicada al estudio de


la fomnación del suelo estudia los procesos a escala geológica,
ARNAIZ Y MARTIN (l977) les preocupa la rápida alteración de
las piedras de los monumentos, partícula miente en los últimos
años debido a la acción de las atmósferas contaminadas.

En cuanto a objetivos, también son diferentes, pues mientras


a Garroll le preocupa la formación de material rocoso fragmen
tado hasta el tamaño de arcilla, dependiendo de las zonas cli^
máticas, NASCIMENTO (l970) enfoca los procesos de alteración
desde el punto de vista de modificación de la resistencia o
permeabilidad de la roca.

Sean cualesquiera los objetivos finales, los factores que in-


fluyen en la meteorización son los mismos para todos ellos, y
ya fueron definidos por YENNY (l9^l), clima, roca,, actividad
biológica, topografía y tiempo. Su acción provocará alteración
química o física, dependiendo fundamentalmente del clima y de
la roca. BERNIS (l972) recoge en esquema los factores de alte^
ración y los procesos a que dan lugar.
TEMPERATURA

PRESIÓN A6UA

HUMANO AGENTES OUIMiCOS

BIOLÓGICAS

Fig. 2 : Factores de alteración y procesos de


meteorización a que dan lugar. BERNIS (1972)
i.1. Roca

"La capacidad de meteorización de las rocas depende de


su textura, mineralogía y penneabilidad, de ahí que sea
la Petrografía la ciencia que ayudará al ingeniero a c£
nocer la meteorabilidad de estos materiales". JIMÉNEZ
SALAS (1976).

La meteorabilidad de una roca, en cuanto a su textura,


dependerá de la granulometría, tamaño, forma y perfec-
ción de los cristales, uniones intergranulares y cernen
to de la roca.

La meteorabilidad de iaa rocas va am axaaanto en el a¡Túen


siguiente, de cristales grandes a cristales pequeños,
de formas sencillas a formas complicadas, de formas pex^
fectas a imperfectas, de uniones intergranulares conti-
nuas a discontinuas, de cementos poco porosos y sólidos
a cementos muy porosos y degradables.

En cuanto a su mineralogía, será función del tipo y can


tidad de minerales presentes, del estado de alteración
en que se encuentren y de los productos secundarios que
tal alteración haya originado.

En la Figura 3 se recoge la serie de estabilidad de mi^


nerales propues ta por GOLDICH (1938), a la que se ha
añadido la fórmula química general de cada uno de ellos.

La permeabilidad será función de la porosidad, particu-


larmente de los poros accesibles y de las discontinuida^
des, que PARRAN Y THENOZ (1965) las dividen en dos cate^
gorías :

a) Fisuras, que foxTnan la microfisuración matriciál.


Son pequeñas discontinuidades, caracterizadas por
una débil abertura (e < Iju. ) y por dimensiones Ion
OLIVINO FELDESPATO CALOCO
( M g . F a ) : Si O4 (Ca)AI(AI,9i)Sie0a

^' \'
AUGITA FELDESPATO CALCO-ALCAUNO
Co(Mg,F«,AI)(AI,Si)2 0 e (Na,Ca}AI (Ai,Si)SieOa
UJ

u
v UJ
FELDESPATO ALCALINO
o:
o
(Na)AI (Al.SOSIjOg

I
ID
^ '
V)
HORNBLENOA UJ
SIMILAR A LA AUGITA PERO MAS
MAONESIANA

^f ^r
BIOTITA FELDESPATO POTÁSICO
K(Mg,F«)3 Al Si,0,(/OH)2 (K,Na)AISÍ30,

1r
MICROCLINA
(K,Na)AISl3 0 ,

\r
MOSCOVITA
K AljSijO^OH)^

^'
CUARZO
SIO,

Fig. 3: Escala de estabilidad de minerales frente a


la meteorización.
gitudinales del orden de magnitud de los cristales
y, en el caso de rocas isótropas, están igualmente
distribuidas en las tres direcciones.

b) Fracturas : Aparecen en menor proporción que las


fisuras matriciales, pero sus dimensiones son con
siderablemente más importantes. La distribución
de sus orientaciones en el espacio está limitada a
una o a un pequeño niimero de direcciones. Las di-
viden en dos categorías microfracturas ( e^O'l m m)
en general difícilmente discernibles a simple vista,
y macrofracturas ( e^ O'l m m ) a veces abiertas y
frecuentemente rellenas de productos de alteración.

Las macrofracturas drenan el interior de un macizo


de las aguas que provienen de lavar y atacar las
grandes superficies internas de los minerales a lo
largo de la microfisuración matricial. Las micro-
fracturas participan de las dos funciones, no obs-
tante sus superficies están menos desarrolladas que
las de microfisuración matricial, de esta forma se
puede considerar que su papel esencial consiste en
completar la red de drenaje a partir de la cual es
posible la impregnación de la matriz.

La importancia de la penneabilidad de una roca en


la meteorización se debe al papel jugado por el
agua en la alteración química. El agua es uno de
los principales agentes en las reacciones químicas,
es el medio indispensable para que se produzcan la
mayoría de las reacciones, así como el agente tran¿
portante de los productos de meteorización.
FARRA.N Y THENOZ (1965); estudiando comparativamente la
relación existente entre alterabilidad de la roca y
sus discontinuidades, afirman que el parámetro más im
portante es la permeabilidad, y no la superficie inte£
na de fisuras y fracturas, ya que solamente a partir
de un valor de aquel parámetro, el agua comienza a cii^
cular y es entonces cuando entra en juego la segunda
variable mencionada.

Estos autores, obtuvieron que el valor mínimo de la per^


meabilidad al aire, necesario para que exista circula-
ción de agua, es de O'10 mdy..

En base a esto, efectuaron una primera clasificación


distinguiendo dos grandes tipos de rocas.

15. Rocas muy compactas, en las cuales, no es posible


la circulación del agua. En ellas no tiene impo^r
tancia la superficie interna, ya que no se puede
establecer circulación entre las fisuras.

2-. Rocas menos compactas, en las que es posible la


circulación del agua. La alterabilidad, en este
caso, es proporcional a la superficie interna uni^
taria.

0LL1£R (1969) recoge los siguientes valores;medies'orienta^


tivos parirá la po±'osidad y pe'nneabilidad Tabla I: .
T A B L A I

Roca Porosidad "/o Permeabilidad relativa

Granito 1
Basalto 1
Pizarra 18 5
Caliza 10 30
Arenisca 18 500
Grava 25 10.000
Arena 35 1.100
Limo ko
Arcilla ^5 10

En la Tabla II se recoge la clasificación que hizo


WEIMER (1970) de los diferentes tipos de rocas en fun
ción de su composición y de los productos de alteración
originados en Sudáfrica.

De todos los tipos de rocas, los que en mayor abundan-


cia aparecen distribuidos superficialmente en la supeír
ficie terrestre son las rocas sedimentarias, y dentro
de ellas las pizarras (shale) según se recoge en la
Tabla III, tomada de LEOPOLD, VOLMAN y MILLER (l964).

Las rocas sedimentarias están constituidas por produc^


tos de alteración de las rocas ígneas normalmente. y,
por tanto, su comportamiento frente a los agentes atmos^
ferióos será distinta, teniendo en ellas mucha impor
tancia el estudio de su génesis JIMÉNEZ SALAS (1976).
T A B L A I I

GRUPOS DE MATERIALES NATXmALES tjTlLIZADOS EN SÜDAFRICA EN


LA CONSTRUCCIÓN DE CARRETERAS

MIEMBROS
GRUPO DEL CARACTERÍSTICAS
GRUPO

Anfxbolita Cuar;3o : escaso o ausente


Andesita Prodactos finales de descomposición; Mine_
Anortita rales del grupo de la smectita, particu-
Rocas Basalto laimente aiontm&T±Ilóiiii«» -
cristalinas Diabasa Son las rocas más susceptibles a la des-
básicas Dolerita composición y requieren un ensayo de dii
Gabro rabilidad previamente a su utilización en
Esquisto verde carreteras, particularmente en ambientes
Nerita cálidos y húmedos. H
Peridotiva O
Fonolita
Serpentina
Felsita
Rocas Granito Cuarzo: es el principal componente, salvo
cristalinas Orton^Bis en la sietSftlta.
Paraneis Productos finales de la descomposición:
acidas caolinrt y cuarzo.
Pegmatita
Riolita Requieren particular atención en amblen,
Sienita tes cálidos y húmedos.

Chert Cuarzos forma casi toda la masa, junto


Rocas con sílice amorfa.
Cornubianita
silíceas Cuarcita Solamente se desintegran
Vetas de cuarzo Son los más durables de todos los materia^
f

Arcosa Cuar.rso: En granos embutidos en diferentes


Rocas Conglomerados tipos de matriz.
areniscosas Micasquistos Predomina la desintegración en cualquier
Areniscas ambi.ente.
El tipo de matriz determina la utilidad en
carreteras. Solamente las arenlücas -
cuarcíticas, se pueden utilizar en capas
de rodadura.

Limolitas Compuestas de minerales arcillosos (mayor


Rocas del 409¿) pudiendo tener granos de cuarzo
Filitas
arcillosas Esquistos sericáticos y mica.
Pizarras Se meteorizan desintegrándose

Dolomita Compuestas principalmente de caliza o dolo^


Rocas
Caliza raí Éj,
carbonatadas
Mármol Se meteorizan desintegrándose o disolvién-
dose.

Tilllta Su composición, variable, depende del modo


Rocas Orauwá,oka de fomiación.
cataclásticas Tobas volcánicas Para su utilización se requiere una descri£^
AglomeraHópr, volcánico» ción geológica.
Brechas volcánicas

Minerales Hematit*i^ Residuos de ciertas operaciones en minas


metálicos Magnesita Materiales durables que se desintegran so^
Maipíetita lamente.
Calórete Suelos cementados secundariamente con matja^
Materiales Ferricrete
pedogenéticos ríales más resistentes en lo alto de los
Phoscrete estratos.
Silcrete
Su composición determina su utilización en
carreteras.
11

T A B L A I I I

„ Distribución porcentual en la
Roca
superficie terrestre '^

Pizarra 52
Granito y grano-
diorita 15
Are ni sea 15
Caliza y dolomita 7
Basalto 3
Otros 8

/
12

1.2. Clima

El clima agrupa al conjunto de factores atmosféricos


que regulan la intensidad de la meteorización, entre
ellos los más importantes son el agua, la temperatura
y: el viento.

Él término agua recoge, entre otros, los siguientes


conceptos: precipitación media anual, intensidad de
lluvia, escorrentía, relación precipitación/evapora-
ción, composición química. Su volumen es decisivo
para determinar la intensidad de alteración quxmica.

El ténnino temperatura engloba los siguientes conceg^


tos: temperatura media anual, temperatura media de
cada m e s , temperatura máxima y mínima.

El viento viene definido por su velocidad y contribu


ye por un lado a la evaporación, y por otro al arras
tre de partículas junto con el agua.

En función de la temperatura media anual j y de la pré^


cipitación media anual, PELTIER (1950) clasifica la
agresividad del clima para producir alteraciones por
congelación del agua. Figura 4 , y para promover cam-
bios en la composición química. Figura 5 . La acción
por congelación la hace depender fundamentalmente de
la temperatura media anual, y la agresividad química
de la precipitación media anual.

¥EIMÉRT (197^) definió un índice N, función de la hu


medad relativa, precipitación media anual y velocidad
del viento con el que determina si va a predominar la
alteración por desintegración, o si también va a exi¿
tir descomposición., Este índice tiene la siguiente
expresión para el hemisferio Norte:
13

PRECIPITACIÓN ANUAL MEDIA


2000 1750 1500 1250 1000 750 500 250 Rim.
^P- ^ Tj

-lO

..^^^^

< -
a
S
ot»^^
<
2 10^

,

INSI6 NIFICAN TE
20

25

Fig.4 : Intensidad de meteorización por osci^


laciones congelación - deshielo

PRECIPITACIÓN ANUAL MEDIA

2000 1750 1500 1250 1000 750 500 250 Mm.


"C-

DE IIL

<
i< o.

<
s
<

5 '°
K MODER IDA
' Id
>-

FUERTE

Fig.5 ! Intensidad de meteorización por pro^


cesos que varían la composición química.
ík

N = 3-7'2c (o'58 + O'l^ y)


Pa (¥ ^ N )

( = depresión media del sicrómetro en el mes más


caluroso.

V = Velocidad del viento ™/seg.

Pa = Precipitación anual media. m.m.

¥^N= Corrección especial función de la latitud. V^a


ría entre OtyO para 10?N y 0'85 para 405N.

En función del valor de este índice, define el tipo de


meteorización que se dará sobre cada tipo de roca, se-
gún recoge en la Tabla II.
^J

1 K.

T A B L A IV
RELACIÓN ENTRE LOS VALORES DE N Y EL TIPO DE ALTERACIÓN QUE SE PRODUCE EN LAS ROCAS

TIPO INTERVALOS DE VARIACIÓN DE N


DE
ROCAS N > 10 10 > N > 5 5> N > 2 2 >N

Rocas
Cristalinas Sstá muy acentuada la me - Predomina la descomposi- En la parte superior del per-
Básicas teorización por desintegra ción. fil de meteorización apare-
:ión, si bien se pueden a_l_ Se desarrollan ya miner¿ ce caolinita en las rocas bá-
terar ya algunos minerales, les secundarios. sicas también.
Rocas -a Cuando N<:;^1 el suelo residual
Cristalinas <D se lava, dejando sólo hidróxi_
Acidas tn dos de aluminio y férricos
(lateritas)
3
C5^

Rocas con 03 •
U
alto contenido Se desintegran a grava o Igual que 10 > N ^ 5 . Igual que 1 0 > N > 5 .
de sílice •H arena*
3 Puede producirse ligera s_ol La solución de sílice amorfa
Cf o* lución de sílice amorfa. es más abvindante.
H
m U4
3
Rocas o 3e desintegran a arena, cu)o Igual que 1 0 > N > 5 .
3
areniscosas rado de cobesión depende c e Algunos minerales primarios Igual que 5 > N > 2
E se pueden descomponer en cao^
m La matriz cementante.
•H o linlta.
O
0) a
u •H
Rocas O 3e desintegran a suelo arcJl Igual que 10 > N > 5
arcillosas +» Lioso. Los minerales primarios oc_a Igual que 5J>N>2
c
•H •H slonales, pueden aumentar
$^ el contenido en caolinita.
0) 0
•0
•p

Rocas o 3e desintegran a gravas. Predomina la desintegración, Predomina la desintegración


carbonatadas 3 3e puede producir solucion4í pero va en aumento la disolu. La disolución también es acii
T3 jcacionales aisladas, que i'¿ ción, no produciéndose repr¿ sada, y no se produce repre-
0 • •0
;< d T3 precipitarán rápidamente. cipitación. cipitación.
a o CS
Rocas •0
[La desintegración es muy aliuii Predomina la desintegración
catadas ti cas o •H
•0
o (4 iante si bien se pueden foi-mar pero comienza a ser acusada Igual que 5 >N >2
tO
•p arcillas si existen restos de la descomposición si existen
<M
C 0 0 rocas cristalinas. restos de rocas cristalinas o
a> a minerales primarios.
0.
a -H
Minerales cB -P
>4 Se desintegran a minerales Igual que 10 > N > 5
H Igual que 10 > N > 5
metálicos O H netálicos.
(0 0)
Materiales Predominan áreas de calcret^e y Predominan áreas de ferriorete
pedogenéticos [Je silorete. El grado de calci_ y existen de silorete. El gr¿
ficación o silificación determi^ do de concentración de hierro Igual que 5 > N >2
tiara la utilidad de estos njiate- o sílice detenninará la util¿
riales. dad de estos materiales.
16

1«3. Topo giraría

El agua de lluvia, cuando cae sobre la tierra, parte


se infiltra hacia su interior, y parte circula por su
superficie.

Las aguas superficiales producen socavación y arras-


tre de los productos de meteorización, modificando
el paisaje, y condicionando el comportamiento de las
aguas subterráneas. También el paisaje provoca que
la insolación sea diferente, dependiendo de la orien-
tación de las zanjas, así como promueve la formación
de fisuras de decompresión en las rocas próximas a la
zona excavada, faltas de su soporte lateral, lo que
pennitirá un más fácil acceso de los agentes atmosfó-
ricos al interior del macizo rocoso.

La aicjción del agua en el interior de la roca depende de


su movimiento en sentido vertical o lateral y de las
oscilaciones de la capa freática. La topografía y pei^
meabilidad condicionan el drenaje, de tal forma querro^
cas miiy poco permeables con una topografía muy abrupta,
sufrirán ton efecto similar a rocas muy permeables con
17

una topografía llana. En ambos casos la circulación


del agua es muy reducida. Un modelo de circulación de
agua en rocas diaclasadas se recoge en la Figura 6. To^
mada de DEERE y PATTON (l97l).

El hombre, en el desarrollo de su actividad, modifica


también las condiciones de drenaje del medio en que vi^
ve al ejecutar, entre otras obras, excavaciones y túne_
les, y con ello la meteorización del macizo rocoso.

susto Residual
( i ^ Hiv«i,Frg9fiM -
i j j i ' : ; ' : : ; - - - - - - - - ) R o c a Meteerizodo
ZONA DE
METEORIZACIÓN
lAylB
SUELO
RESIDUAL

ROCA
METEORIZADA
a)P0SiaON DE TAUUD EN PÍMOmetr( (zona ptrniMble)
EN EL SISTEMA DE (;IJUJ0
REGIONAL.
ROCA NO
METEORIZADA

^<^V\v MCOMDICIONES DE FLUJO DETALLADO ; DE PRESKWES


INTERSTICIALES.

Fig.6 ; Circulación de agua en roca diaclasada.

La acción de esta circulación de agua dentro del maci-


zo rocoso, transforma la composición de éste, que OLLIER
(1969) clasifica en cinco zonas, Figura 7 •
18

N.VEL ^aLLlílilll,
rREATICO

BASE DEL
SUBTEFtRANEA
ROCA SECA

0 ZONA DE SUELO HÚMEDO


@ ZONA INTERMEDIA
(D FRANJA DE CAPILARIDAD Y ZONA DE FLUCTUACIÓN
0 ZONA DE DESCARGA
0 ZONA DE ESTANCAMIENTO

Fig. 7 : D i s t r i b u c i ó n d e l macizo rocoso y circula,


c i ó n de a g u a .
19

En la zona de suelo húmedo, la meteorización es inten-


sa y rápida, sufre frecuentes cambios de condiciones,
generalmente con fácil acceso de aire y agua, y la pre^
sencia de organismos produce ácidos orgánicos y cólabo_
ran en otros procesos.

En la zona intermedia, existe movimiento de agua hacia


abajo, llegando a veces a secarse, y hasta a sufrir « £
vimientos ascendentes de agua. Aunque normalmente está
húmeda, en ella puede existir mucho aire. Predomina la
alteración química.

En la franja de capilaridad y zona de fluctuación, co-


existen el aire y el agua, sufriendo variaciones en
las condiciones, pasando en muchos casos de oxidantes
a reductor as y viceversa, manifestándose en majichas de
óxidos de hierro grises y amarillas. En general la o-
xidación se producirá por encima de la capa freática,
y la reducción e hidrólisis por debajo.

En la zona de descarga el agua está en movimiento muy


lento, siendo mayor hacia la superficie libre que en
profundidad. El flujo de agua puede transportar los
productos de meteorización en solución, intensifican-
do ésta. No obstante, en general las condiciones es-
tán siempre cerca del equilibrio, y las reacciones
químicas son muy lentas.

En la zona de estancamiento el agua está completamen-


te inmóvil y suele ser muy salina. La meteorización
es más lenta que ei la zona de descarga pero no cesa.
Se produce hidrólisis, aunque lentamente, y los pro-
ductos se remuevan por difusión iónica más que por a-
rrastre. Considerando el tiempo a escala geológica,
se puede comprender que buena parte de la alteración
que aparece en profundidad se haya producido por este
procedimiento.
20

Más abajo, existe un nivel en el que el agua subterrá-


nea casi no penetra, normalmente es irregTjlar y el a-
gua penetra solamente a través de juntas o líneas de
debilidad, mientras que la masa de roca permanece seca.
La base de la zona saturada es equivalente al frente
de meteorización en superficie.

1.^. Actividad biótica

La acción de las plantas y animales sobre las rocas,


directamente relacionada con el tipo de clima existen-
te contribuye, sobre todo en los procesos de meteori-
zación con cambios en la composición química de la ro-
ca, a acelerar estos. Además, el clima, la acción bió-
tica y la meteorización están interrelacionados según
se esquematiza en la Fig. 8.

CLIMA

^ A
1 1
^
ACTIVIDAD ('
í. METEORIZACIÓN
i

Fig. 8. Interrelación del clima, actividad


biótica y meteorización.

Las actividades vitales de los organismos regulan la


humedad y temperatura de la atmósfera, así como su com
posición.

También influyen sobre los procesos mecánicos, prote-


giendo las plantas de la erosión por arrastre, abrien
do las raíces camino para la acción del agua, y en
cualquier caso aumentando la fracturación, y por últi-
m o , se puede incluir aquí la actividad humana, en par-
21

ticular la desarrollada en la construcción d« obras


públicas, que arranca y deposita los materiales ro-
cosos, favoreciendo la acción de los agentes atmos-
féricos en los macizos en profundidad, y sobre ios
fragmentos, ya sean colocados para construir edifi-
cios, o bien para ejecutar pedraplehes o escolleras.

El metabolismo de plantas y animales suministra sus-


tancias acidas que modifican el agua de meteorización,
Dentro de este grupo se puede incluir la alteración
directa producida por el intercambio de elementos en-
tre la roca o suelo y las raíces de las plantas, en

BEGOIXrOA BE66IAT0A
THIOTHMX THIOTHRIX
TIOBACItOS TtOBACILOS
0RUPO8 «ipwrtflwai—t»)
^ V DE LAS
^ A---* PROTEÍNAS

', ^'^REDUCCWN OeSASIMILAOORA DE


HgS

BACTERIAS BACTERIAS
FOTOSINTETICAS FOTOSINTETICAS

Figura 9: Ciclo del azufre. BROCK (l973)

presencia de agua. Algunas bacterias desempeñan pape-


les muy importantes en los procesos de oxidación-re-
ducción de algunos elementos como el azufre, hierro y
manganeso, y ciertas algas, que viven en medioarabien-
tes sobresaturados de carbonato calcico, toman CO del
agua precipitando el carbonato.

El azufre y el hierro juegan impoi^tantes papeles en la


formación y descomposición de las rocas sedimentarias.
Ambos elementos se pueden encontrar en diferentes gra-
dos de oxidación, lo que se conoce por el nombre de ci-
clo del azufre y del hierro.
22

Ciclo del azufre. Figura 9•

Aunque el azufre puede existir en diversos estados de


oxidación, en la naturaleza sólo se dan tres de algún
significado, sulfhidrilo (R-SH) y SH (estado de oxi-
dación - 2 ) , S (estado de oxidación O ) , y SOi~(estado
de oxidación + 6 ) .

El sulfato es uno de los aniones más comunes del agua,


y está presente en muy grandes cantidades en el agua de
mar. La mayor parte de los microorganismos y las plan-
tas pueden utilizar los sulfates como su única fuente
de azufre, convirtiéndolo en compuestos orgánicos de
sulfhidrilo, del nivel de oxidación -2 (R-SH).

El sulfuro de hidrógeno se puede producir, microbioló-


gicamente, por dos sistemas diferentes: por la descom-
posición de compuestos orgánicos que contienen azufre
( R - S H -^R+SH ) , y por la reducción del sulfato (S0¿^~_>,
SH ) . En los ambientes dulceacuícolas, donde la concen
tración del ion sulfato es baja, y en cambio abunda la
materia orgánica, se formará SH_ por el primer procedí^
miento. El segundo será utilizado en los ambientes ma-
rinos. En ambos casos, como los organismos son anaero-
bios estrictos, del género Desulfovibio, necesitan to-'
mar electrones de la materia orgánica, de ahí que apa-
rezcan siempre en lugares donde la concentración de és_
ta sea elevada.

Debido a la abundancia del hierro en los sedimentos,


la producción de SH va casi siempre acompañada de fo^r
mación de SFe., que es el responsable de la mayor par-
te del color negro de los fangos anaerobios.

Estos sulfures entran a formar parte de las rocas se-


dimentarias, que cuando emergen nuevamente sufren los
procesos de oxidación propios del ambiente. TEMPLE y
23

DELCHAMPS (l953) sugiere el siguiente esquema de reac-


ciones en la oxidación de la pirita.

La primera reacción es totalmente química y representa


la oxidación de la pirita a sulfato ferroso;

S_Fe + H_0 + 7(0) -*SO.Fe + SO.H


2 2 4 H 2 ^^j

La oxidación química del sulfato ferroso es extremada-


mente lenta en las condiciones en que aparecen los sul^
furos naturalmente, pero no en presencia de bacterias,
thiobacilos ferro-oxidantes, según la reacción:

4so¿^Fe + 0^ + 2S0^H2 -^ 2(S0^)^Fe2 + ZA^O (2)

El sulfato férrico formado es reducido químicamente


por la pirita:

(S0^)^Fe2 + S^Fe -»• 3S0^Fe + 2S (3)

El azufre se convierte por los thiobacilos thio-oxidan


tes en ácido sulfúrico, de acuerdo con la siguiente
reacción:

2S + 30^ + 2H2O — > 2S0^H ^ ^ >

En resumen, la reacción total de oxidación de la pi-


rita es :

^S^Fe + 2H2O + I5O2 —»2(S02^)^Fe2 + ZSO^YÍ^ (5)

SOKOLOVA y KARAVAIKO (1968) sugieren un mecanismo de


oxidación de sulfures a sulfates en medios anaerobios.
En ellos pueden actuar los thiobacilos denitrifloan-
tes tomando el oxígeno, necesario para la oxidación,
de nitratos que deben de existir en el medioambiente.
2k

La oxidación y reducción biológica del azufre se reco-


noce porque en los compuestos résult,antes de estas re-
acciones, existe más abundancia del isótopo S que
34
del S, mientras que en la oxidación y reducción no
biológica no se da tal preferencia por d. isótopo U g e
ro .
Ciclo del hierro

El hierro se presenta en dos estados de oxidación fá-


cilmente interconvertibles, ferroso (+2) y férrico (+3)»
la fonna en la cual se encuentra el hierro en la natu-
raleza está influida! en gran manera por el pH y el poten
cial de óxido-reducción.

A pH neutro, el hierro ferroso se oxida espontáneamen-


te en el aire a hierro férrico, el cual forma un h i -
dróxido férrico muy insoluble.

A pH ácido, el hierro ferroso no se oxida espontánea-


mente al estado férrico, pero es oxidado biológicamen-
te por ciertas bacterias autótrofas del azufre y del
hierro (thiobacilos ferrooxidans), como proceso prima-
rio generador de energía en la fijación de CO . En es-
te proceso precipitan grandes cantidades de hidróxido
férrico, que recubre el interior de sus células. <

Debido a que en la oxidación del hierro de ferroso a


férrico se genera muy poca energía, esos organismos
deben oxidar grandes cantidades para crecer y, conse-
cuentemente, incluso un pequeño número de bacterias
pueden ser responsables de la precipitación de grandes
depósitos de este elemento. Estos oxidadores que son
acidófilos .estrictos, son corrientes en manantiales á-
cidos, y probablemente los responsables de la mayor
parte de los precipitados de hierro a valores de pH
ácidos. La reducción del hierro de férrico a ferroso
se produce por medio de la acción de microorganismos
que bajan el potencial de oxidorreducción del habitat
consumiendo oxígeno.
25

1.5. Ti empo

La meteorización se produce en el tiempo.

La magnitud de la meteorización producida en un tiem-


po determinado, lleva al concepto de meteorabilidad

Los métodos para determinar si una roca es meteoriza-


ble o no, y por lo tanto para calcular sü meteorabili^
dad, se realizan en base a un tiempo concreto.

Pero además de aumentar, normalmente, la meteoriza-


ción en el tiempo, también puede variar ésta, trans-,
formándose los productos resultantes de una primera
alteración.

oa.

-I

>

ZE0U1U
LA\MS BASÁLTICAS

COMPOSiaON

Fig. 10. Evolución délas rocas basálticas


( C A R R O L y HATHA¥AY, I963)
26

En este sentido se pueden considerar la evolución de


los primeros productos de alteración de los basaltos,
pasando de montmorillonita a caolinita, como recogen
CARROL y HATHAWAY en la Fig. 10.
27

C A P I T U L O

PROCESOS QUE NO ALTERAN LA COMPOSICIÓN QUÍMICA

Se estudian en este apartado aquellos procesos de meteoriza*


ción que producen solsunente debilitamiento o fracturación pe-
ro no variaciones en la composición -química, o pior lo menos
que puedan producir aquellas alteraciones sin que se produz-
can estas variaciones.

2.1. Oscilaciones de temperatura

La alteración debida solamente a cambios de temperatu-


ra ambiente, puede ser consecuencia de la baja conduc-
tividad térmica de la roca TABLA V, de los diferentes
coeficientes de expansión de los minerales que la com-
ponen TABLA VI o de su pequeña diferencia en el calor
específico TABLA VII. DURIEZ (196I).

T A B L A V

Conductividad Térmica K en calorías gramo/cm espesor/


cm superf.

Material K.

Cobre 1.
Basalto O'52 x lO"^
Pórfido 0«8i+ X 1 0 " ^
Cuarzo 1'ÓO x 10
Sílex 0»24 x 1 0 " ^
Yeso 0»31 x 1 0 " ^
Agua (209) O'lU x 1 0 " ^
28

T A B L A VI

Coeficientes de expansi<5n lineal

Material
Cobre l6 x lO"
Ortosa 18 x lO"
Cuarzo 7 x lo"
Calcita 25 x 1 0 ~
Yeso 38,1,28 x lO"
Hielo (-20 a -1? ) 51 x lO"

T A B L A VII

Calor específico en calorías-gramo

Material Calorías

Cobre O'0912
Granito O»20
Cuarzo O'184
Feldespato ortosa O'188
" labradorita O'193
" anortita 0'197
Albita O'198
Basalto O'20
Calcita 0'20
Agua (155) l'O
Hielo (09) O'492

Tambián los minerales oscuros absorberán el calor más


rápidamente que los claros.
29

Todos estos factores, provocan expansiones diferencia-


les, que se traducen en pequeñas tensiones dentro de
la roca.

A.demás, la roca puede sufrir variaciones de temperatu-


ra superiores a las que sufre el ambiente, debido a la
xnigosidad superficial, posición de la superficie respe£
to al viento etc. HUME (l924) observó que este incre-
mento era de 5 -C. en pizarras, de 20 2C. sobre peder-
nal , y que había arenas y gravas en lugares abrigados
que sobrepasaban en 23 -C. a la temperatura eonbiente.

A la baja conductividad térmica, se achaca la forma-


ción de fisuras en el pedernal de Egipto encontradas
por HUME (1924). También las fracturas de tracción pa-
ralelas, y la exfoliación encontrada por BOSWOTH (l922)
en el desierto de Peruvia, en cuarcitas. Los fragmentos
fracturados en sus caras exteriores expuestas, encontr^
dos en el desierto del Perú por BROWN (l92't), y la
fracturación encontrada por OLLlER (1963) en bolos de
roca silícea en el desierto de Australia Central.

OLLIER y TUDDENHAM (196l) denominaron "Boulder cleaving»*


a otro tipo de meteorización por insolación encontrado
en el Monte Olga, Australia Central. El mecanismo por
el que se rige este fenómeno se muestra en la Fig. 11.,
comenzando en la posición donde un bolo sobresale por
encima de una superficie general.

La parte superior no confinada, a^ está libre para éx


pandir por calentamiento, al contrario de la parte ba-
ja, además aquella se calienta más rápidamente, lo que
provocará tensiones entre las dos mitades, y su poste-
rior caída.
30

Fig. 11: Mecanismo del "boulder cleaving"

LEHNHOFF y SCHELLER (l973) estudian el mecanismo de


fraeturacián de la roca mediante aumento de tempera-
tura, al objeto de provocarlo para la fácil excava-
ción del material. Obtienen la variación de las pro-
piedades utilizadas en el análisis de tensiones para
tres tipos de roca, basalto, granito y cuarcita^ en un
intervalo de temperatura de 2k ?C a 700 5G., analizan-
do, mediante programas de elementos finitos para la
conducción del calor, las fracturas termoelásticas que
aparecen.

2.2. Grado de humedad

El agua puede entrar en la roca por capilaridad, por


gravedad o por difusión de vapor. Entra por capilari-
dad cuando el tamaño de los poros es suficientemente
pequeño, en este caso se consigue la saturación normal-
mente de forma muy rápida, en cuestión de dfas, ya que
debido a la presión capilar el aire del interior se
disuelve en el propio líquido.
31

Si existen microporos y macroporos, Fig. 1 2 . , el agua


inundará rápidamente los microporos, comprimiendo el

ANTES DESPUÉS
DE LA HUMECTACIÓN DE LA HUMECTACIÓN

Fig. 12. Relleno de los poros por el agua

aire en los poros más gruesos, donde puede desaparecer


al cabo de más tiempo, meses cosió mf nlmo, > también
por disolución.

Si existen cavidades gruesas (mayores de 1 m m ) solamen


te, el agua sólo permanecerá dentro de la roca cuando
esté sumergida.

Inversamente, las leyes de Kelvin muestran que puede


existir agua en los poros finos en presencia de un va-
por no saturante. La cantidad de agua q existente en
los poros en función de la presión de vapor p. la re-
presentan DEFAY y PRIGOGINE (l95l) según se recoge en
la Fig. 13. Este aspecto es importante pues manifies-
j

ta la mayor dificultad que tienen las rocas para per-


der el agua, y sobre todo que existe un gunplio inter-
valo donde la presión de vapor es suficiente para que
la roca conserve su contenido de agua.
32

Fig. 13. Cantidad de agua "q" contenida en los


poros finos en f"vmci<5h de la presi<5n
de vapor "p" .

La presencia de agua en el interior de la roca provoca


hinchamiento y disminución de resistencia.

El agua, debido a que los átomos de hidrógeno cargados


positivamente están colocados en vin extremo de la m o l ^
cula, y el átomo de oxígeno cargado negativamente en
el otro, es un líquido polar. El extremo de la molécu-
la cargado positivamente es atraído hacia la superfi-
cie cargada negativamente de una arcilla u otro mate-
rial, colocándose de forma similar una capa de molécu-
las, formando una capa magnética, que es a lo que se
denomina agua ordenada.

Si se considera el caso de fisuras, las capas de molé-


culas de esta agua adsorbida pueden provocar expansión
de las dos superficies dependiendo de la afinidad del s^
lido por el líquido. Esta separación se traducirá en xin
hinchamiento. Si en lugar de agua se utiliza otro líqui^
do polar de mayor tamaño de molécula, el fenómeno se verá
acentuado, según comprobó con ensayos ANÓN (1966) utilizan
do formaldehido, líquido altamente polar, y tetracloru-
ro de carbono, líquido no polar que no hizo efecto algu-
no .
33

Pero este agua al penetrar en las fisuras puede lle-


gar hasta los limites de ellas, donde se enlazan una
y otra cara, debilitando, debido a su naturaleza poiar,
los enlaces débiles existente», pbip lo que la pr«Bi(5n
de hJLnchatniento ejercida al colocarse sucesivas molé-
culas de agua adsorbida, provocará mayor efecto del
que realmente se produciría sin la combinación de ara
bos. Aún sin la presencia de fisuras, DUNN y HXJDEC
(1972) utilizan el concepto de adsorción y tensión
superficial de un sólido para justificar el incremen-
to de volumen.

La adsorción de un vapor o de un líquido es \in proce-


so espontáneo por el que la tensión superficial del
adsorbente se reduce. La tensión superficial es una
fuerza constrictiva sobre un sólido, equivalente a
una presión externa de varios cientos de atmósferas.
Cuando la tensión superficial se reduce, es como si es-
ta presión fuera parcialmente liberada, y el sólido se
expande en consecuencia.

La expansión es anisotrópica y dependerá también de


las fuerzas internas de cohesión, de la misma fonna
que el módulo de elasticidad y otras propiedades co-
hesivas del material. Será además más pronunciada en
direcciones donde la cohesión es más débil, por ejem-
plo normalmente a las capas planas de una estructura
laminar. Por ello, los minerales con planos orientados,
como las arcillas, son particularmente susceptibles a
este efecto.

La polaridad de las moléculas de agua y los cambios de


viscosidad con la temperatura aumentan la expansión
del sólido adsorbente. También, la alta superficie in-
terna de muchas rocas aumenta la expansividad.
3h

Cuando en una de las caras, o en las dos, de las fi-


suras existe arcilla, el hinchamiento que se pr'odu-
ce, más acentuado en general que oan cualquier otro mi^
neral, está gobernado por las fuerzas de la doble ca,-
pa y las fuerzas de los contactos. JIMÉNEZ SALAS y
JUSTO (1975).

"En una arcilla, los cationes de cambio son atraídos


hacia las partículas arcillosas debido a la carga n e g ¿
tiva de éstas. A esta atracción se opone la tendencia
de los cationes a repartirse por igual en la fase lí-
quida del sistema. El resultado es una distribución di-
fusa de los iones alrededor de las partículas arcillo-
sas: la concentración de cationes disminuye a medida
que nos alejamos de la superficie de la partícula. Se
forma una doble capa eléctrica; negativa en la partí-
cula arcillosa y positiva en la zona próxima a ella en
que la concentración de cationes es alta; de ahí su nom
bre de "doble capa difusa".

Entre dos partículas paralelas se originará una fuerza


de repulsión cuyo valor disminuye al aumentar su dis-
tancia según una ley de tipo exponencial. Fig. Í 4 . "
Esto provoca el hinchamiento observado.

1
1 + + + +
1+ 1 1 1
1
«WmCULA
1
ARCILLOSA
1
+ + + + (o)
1
1 + + + 1
1
_L
++ + +
1

DISTANCIA A LA CARA DE LA «RTICULA

Fig. Ik. Capa doble difusa


35

También se puede conseguir hinchamiento por acción


capilar. Las tensiones capilares dependen de la can-
tidad de humedad presente en una roca, particularmen-
te de aquellas expuestas al aire, y son función de la
presión de vapor en equilibrio con el agua capilar. El
menisco creado, que se representa en la Fig^ 15»

Fig. 15• Diagrama esquemático de situación


del agua intersticial en una fisura.

con r = radio de curvatura del extremo de la fisura, y.


c
r = radio de curvatura del extremo del menisco, se ri-
w
ge por la ecuación de Kelvin;

P = presión de vapor de agua sobrie superficie


plana.
P^ = presión de vapor de agua sobre superficie
curva de radio r^.
"^ = tensión superficial del agua (O^ 0072 J/m^) .
V = volumen molar del agua (0'0l8 m3/kg/m-mole).
R = constante de los gases.
T = temperatura absoluta.

Esto significa que si la presión de gas del vapor de


agua es mayor que la presión del vapor de agua del' me-
36

nlsco, el agua líquida aumentará hasta que-aB'*Jttií0^á3l©o^ ^ 1


equilibrio y viceversa. El radio del menisco d« equili.
brio en función de la humedad relativa se rBCOg.6 en la
TABLAxVIII., de datos obtenidos por ¥IEDERHORlf (1967)
utilizandp atmósfera de nitrógeno,

T A B L A V I I I

Valores del radio del menisco en. función de la humedad


relativa

(WIEDERHOHN, 1967)

Radio del Menisco (m)


100 X P / p ^ /
r 0 Na_Si 0 Solución
Humedad
relativa Agua pura (Saturada)

100 00

99 l.OxlO""^
90 l.OxlO"^
cO
75 3.7x10"^
30 8.8x10"-"-° 1.2 X 1 0 " ^
10 3.4x10-1° 5.2 X lO'-'-^
1 2.3x10"-'-° 2.4 X 10-1°
0.2 1.7x10 1.8 X 10--'-°
0.0017 1.2xlO"-'-° 1.3 X 10-1°

En el agua pura, el volumen de la molécula de agua lí-


-29 3 -10
quida es 3 x 10 m , ó 3»! x 10 m. de lado, lo que
significa que solamente muy pocas moléculas se pueden
-9
introducir en una abertura de 10 metros. Por otra paír
te, podría no existir la fase de agua líquida, y por
tanto tensiones capilares, para concentraciones de va-
por menores del 35 °/o de humedad relativa ¥rEDERH0RN
(1967).

Si se añade un soluto al agua intersticial, bajará la


presión de vapor de agua en equilibrio, según se reco-
37

ge en la Tabla para el Na„Si 0_. En este caso se debe


considerar que la humedad requeriría la presencia de
una fase de agua. Esta disminuci<5n por el soluto de la
presión de vapor de agua es básica para el uso de solu
ciones salinas saturadas en desecadores qué simulan la
hiomedad deseada CHENEVERT H.E. (I970). Como además el
agua natural tiene algunas impurezas, es de esperar al-
gunas variaciones respecto del estado de agua pura.

Pero ahora supongamos que una roca está completamente


saturada "in situ",y se expone a un ambiente con una hu-
medad relativa menor del 50% (donde podría no existir
agua líquida) y luego saturado otra vez,, Suponiendo
que los minerales no cambian químicamente, hay dos po-
sibilidades; 1. contraccidn-expansidn no permitiendo
entrar aire y 2. contracción-expansián con aire libre
para entrar en los poros.

El primer caso se limita a aquellas rocas con muy baja


porosidad y permeabilidad tal que no se abran huecos
a pesar de la inestabilidad de la presi<5n de vapor. En
este caso la expansión es imperceptible, mientras que
en el segundo, al entrar el aire, se produce ujia expan-
sión notoria.

En restunen, el hinchamiento puede producirse por colo-


cación de una capa de moléculas de agua frente a las
caras de las fisuras, por el debilitamiento de la ten-
sión superficial del propio material, especialmente en
partículas, y por las presiones capilares, al saturarse
la roca expandirá y contraerá al secarse.

Estos mismos mecanismos intervienen en la disminución


de resistencia.
38

Según el criterio de fracturación de Griffith, en un


material continuo con una fisura de espesor unidad
es :

2 E Y"
^t =
^^o J
donde C, = Tensión necesaria para causar el creci-
miento de la fractura.
E = módulo de elasticidad de Young.
Y = energía superficial
C = mitad de la longitud de fisura.

Aunque este criterio se define por las característi-


cas de resistencia a tracción, de observaciones expe-
rimentales se deduce que la resistencia a compresión
uniaxial está afectada por la fracturación frágil de
tracción e intercambio de energía, de esta forma, fe-
nomenológicamente, el criterio de Griffith, puede ser
usado para casos de resistencia a compresión; Si se
supone que se verifica una ecuación de la forma
(r= k ( ' ^ )"2" , donde o es la energía requerida por
o
unidad de avance de la fractura, y C^ es una medida de
una longitud de fisura crítica, cuando ¿disminuye
por la absorción de agua, la resistencia a la fractu-
ración será más baja, y de aquí la resistencia.

La reducción de energía de fracturación se puede ex-


plicar mediante el mecanismo de debilitamiento de en-
laces en el contorno de una fractura, utilizado por
MARTÍN VIÑAS (l973) para justificar el fenómeno del
colapso.

Las tensiones originadas cuando se carga una probeta


de roca, son resistidas por lo que se llama cohesión-
39

del material rocoso, pero en realidad esta tiene sü


origen en las fuerzas de los enlaces qufmicos que u-
nen los átomos entre si, sean de un mismo cristal o
se trate de enlaces intercristalinos. Aumentando la
carga suficientemente, los enlaces químicos son pri-
mero distorsionados y finalmente rotos mecánicamente,
aumentando o apareciendo'una fractura; en ese momento
se dice que las tensiones han superado la cohesión, y
la situación de los enlaces en la fractura es tal co-
mo se manifiesta en la figura 16.

ZOMA OE MACHOrtíURA
ENLACES ROTOS.

Figura 16. Esquema del estado de los enlaces


en una fisura.

Si se descarga la probeta, y se satura» al alcanzar


la tensión para la que la fisura tenía la disposición
de la figura, los primeros enlaces distendidos se rom
perán en contacto con el agua, aumentando la longitud
de la fractura, y disminuyendo la resistencia.

Este debilitamiento mecánico de los enlaces por el a-


gua es admisible porque puede explicarse mediante con
ceptos físico-químicos generalmente aceptados. Hay
bastantes tipos de enlaces químicos, pero todos ellos
son de naturaleza eléctrica; los de tipo iónico o se-
mi-iónico son los más frecuentes en los materiales pé^
treos; en ellos es indudable la naturaleza electrostá
ko

tica, en mayor o menor grado según la proporción dé


la parte iónica. Resulta lógico admitir, que las mo^
léculas dipolares próximas a un enlace, ejerzan una
determinada influencia sobre el mismo, distrayendo
parte de su energía electrostática, lo que ocasiona,
rá un debilitamiento, digamos mecánico, del enlace.

El valor del momento dipolar de la molécula no es


la única magnitud que condiciona su efecto sobre un
campo eléctrico, hay otras características molecula-
res que también cuentan, cuya relación está incluida
en la ecuación de Bebye y cuyo efecto conjugado fren
te a un campo eléctrico se acusa en la medida exper¿
mental de la constante dieléctrica. Parece lógico a ¿
mitir que el efecto de las moléculas dipolares sobre
los enlaces, considerados como un campo eléctrico,
guarde relación con la medida de la constante dielé£
trica que engloba los efectos, frente a un campo e-
léctrico, del carácter dipolar de la molécula junto
a las otras características moleculares que también
influyen.

Además de la reducción en la energía superficial,,


también influye sobre la resistencia la presión ca-
pilar . Como se ha visto, al disminuir la humedad,
la roca se comprime aumentando su resistencia.

Otro factor a considerar que actúa sobre la varia-


ción de la resistencia es la presión intersticial.

Si el fluido intersticial en una roca toma presión


a medida que la roca se comprime, se crea un gradien
te de presión hacia afuera, de aquí la disminución
de resistencia. OBERT y DUVALL (1967) aludieron a es.
ta posibilidad como una de las que podían explicar
la disminución de resistencia al aumentar la humedad.

SZABO (1966) consideró teóricamente el posible au-


mento de presión intersticial en rocas de baja per-
meabilidad e indicó que era básicamente una función
kl

E hume da
de la relación S i no se p r o d u c e caiabio
E seca
en el mádulo de Young en el estado húmedo, es po-
co probable que los poros estén tomando presión.

La magnitud de la disminución de resistencia se^ún


URIEL (1970) es la siguiente;

' ' 1 ' ' 1' 1f V 1


|f M

1.
^

1, 1 tr-> , i
+ u u+a
1
a=o
a

cr u
a lili •2rU.

T = (T- u (1 - 2 -g.) .

Este mismo autor, S. URIEL, en un trabajo no publicado,


calcula el valor de la presión intersticial, u, en un
estado de compresión simple, en función de las caracte-
rísticas de los materiales, descomponiendo el estado
inicial como suma de dos, y calculando el incremento del
volumen de huecos. (j^ O" - LL
a
T T t

a =a U + IX [L

a
nV^C u s((r-3u)
w t s

u = 3 n ^w'^ñ+l
C-C

donde n = porosidad
— íí p —1
C - compresibilidad del agua: 48.10~ (Ka/cm ) ~
C = compresibilidad de los cristales
C = compresibilidad de la roca; 3(l-2u)
E
k2

Por último, se puede tomar como causa de debilitamiento


con la humedad la reducción del coeficiente de fricción.
WALSH (1965) desarrolló una expresión teórica que rela-
ciona el módulo de elasticidad y el coeficiente de fri£
ción en fracturas de deslizamiento:

T.1 r>i 5 77^ 2.3/2 n

donde;

E = módulo cuando todas las fracturas están abiertas


o
E„= módulo de la parte lineal de la curva (módulo efec-
tivo ) .
E = módulo durante el estado inicial de- descarga.
q

¥IID (1967) aplicó esta relación a las rocas y obtuvo


poca variación del coeficiente para diferentes niveles
de humedad. No obstante, si el módulo de Young se ve
afectado por la humedad, probablemente también se vea
afectado el coeficiente de fricción.

La penetración del agua por acción capilar en el inte-


rior de la roca puede ocasionar un tercer fenómeno dife_
rente al hinchamiento y reducción de resistencia. TAY-
LOR y SPEARS (1970) explican el fenómeno de la siguien-
te manera:

"Durante los períodos secos la evaporación de la super-


ficie de los fragmentos de roca promueve altas succio-
nies, que dan como resultado un aiomento en la resisten-
cia al corte (de fragmentos individuales) en virtud de
las altas presiones de contacto. Con desecaciones ex-
tremas el volumen de huecos se rellenará con aire, que,
en inmersión rápida en agua, aumenta su presión debido
a las presiones capilares desarrolladas. Se da enton-
ces el fallo del esqueleto mineral a lo largo de planos
de debilidad, lo que trae consigo un aumento de la su-
perficie sometida a este fenómeno, con lo que la degra
dación se hace progresiva".
h3

URIEL,S, asocia el desprendimiento de lajas, que se ob-


serva en probetas de roca, particularmente de margas,
al sumergirlas en agua, al fenómeno de compresión del
aire en los capilares según los esquemas siguientes;

En fisura;
ROCA

En poros doblemente comunicados en el exterior;

ROCA

. BURBUJA DE
. AIRE Y GAS
CON UNA PRESIÓN
ELEVADA

MAYER (1963) achaca al proceso de compresión del aire


kk

y explosión, la rápida alteración que sufrió un talud


en pizarras, que al ser excavado estaba saturado, y
con una resistencia muy elevada,secándose posterior-
mente y al hiomedecerse de nuevo se desintegró rápida-
m e n t t^ .

2.3• Oscilaciones de humedad-sequedad

Se ha observado que muestras de roca sometidas a ci-


clos repetidos de hiimedad^sequedad llegaban a desinte-
grarse, particularmente el hecho se da en rocas arci-
llosas.

Los fenómenos vistos anteriormente de la acción de la


humedad sobre las rocas son válidos en este caso e in-
dudablemente la acción de fatiga provocada por los fe-
nómenos repetidos puede acentuar el debilitiamiento y
por lo tanto la desintegración.

OLLIER (1969) explica de otra forma la desintegración


por los ciclos de humedad-sequedad. Supone que en es-
tos procesos las moléculas de agua, que se había dicho
se colocaban rodeando las partículas de arcilla for-
mando una monocapa, podrían seguir formando capas de
moléculas unas encima de otras en cada ciclo de humec^
tación, aumentando la presión de hinchamiento y por
tanto la fisuración y desintegración del material ro-
coso. Fig. 17

Otra causa de disgregación por este mecanismo sería,


según BIROT (1962), el mayor va,lor del coeficiente de
dilatación del agua respecto de la. roca.
k5

(a)
JJJllLLl

(b) .'•..PARficULA \ bE.ÁRCILLÁv

a ) Estructura de la molécula de agua.


b) Moléculas de agua orientadas, agrupadas alrededor
de un fragmento de arcilla.
c) Moléculas de agua ordenadas alrededor de un frag-
mento de arcilla, y desordenadas en su estado na-
tural .
d) Cuando el material arcilloso esta drenado, solamen
te permanece el agua orientada.
e) Al humedecerse de nuevo, se constituye una nueva
capa de agua ordenada.

Fig. 17s Desintegración por el fenómeno de la doble


capa.
46

2.4. 0^cilaciones de GojxkeXeLcA6n'-'é^9h.íml^Q

Las causas que producen dasintegración al cong:©Íars«


el a^ua en el interior de una roca son el aumento de
volúinen y la presión de expansión que se produce al
pasar a hielo. /

/
La transformación de agua a'^ hielo a la presión atffloé'*'
férica va acompañada de uyí aumento de volumen del 99¿f
y la presión de expansión que se origina está comprég
dida entre 100 y 200 MPa, pero existen algunos Jacta-
res que influyen sobre estos valores y que explican
que las rocas no estén totalmente pulverizadas por ©1
hielo.

Según TOURENQ (1970)., la transformación del agua en


hielo se hace progresivamente por intermedio de vina
mezcla que se va enriqueciendo en cristales. Durante
esta transformación, la temperatura de la mBe¡^i& 89
mantiene a O 5G. lo que facilita su extrusión. En en-
sayos realizados por este autor sobre rocas de poro-
sidades muy diferentes, variando su porosidad del 2 ^
al 409¿, obtuvo las variaciones dó temperatura que se
recogen en la Fig. 18.

2 4 6 0 HOM8
— ^- TEMPERATURA AMBtEKfrE
" EN LA SUPERFICIE OE LA PROBETA
" A Son. OE LA SUPERFIOffi

Pig. 18, Variación de la temperatura en función


del tiempo
47

Lo má? probable es que las compresiones máximas apa-


rezcan después de la inflexión B. Una disminución
más rápida de temperatura entraña una reducción en
el intervalo A B , lo cual limita la posibilidad de ex
trusión del hielo. De esta forma un'a rápida caída de
temperatura puede provocar daños importantes, pero pa.
^sado el punto B, la temperatura no debe tener impor-
tancia, ya que según comprobó KIESLINGER (1960) el hie_
lo se contrae por debajo de O 5C, TABLA IX.

B L A I X

?C. Volumen

Agua 05 1.
Hielo O? 1'0895
" -50 1»0885
" -10? l'OBSO
" -20? 1«G866

Otro parámetro importante en el fenómeno de la conge-


lación es el volumen del hueco donde se encuentra el
agua que se congela. CHABRAL y MILLER (I965) comproba^
ron mediante ensayos en capilares de vidrio, qiie /ai. ^
agua.'permailBce en estado líquido para, táaperattufaa: tan-
to más bajas cuantos más finos sonvaqüellos^ La causa s^^gdn
ellos, está en el número de núcleos de hielo necesa-
rio para iniciar la transformación agua-hielo en un
volumen dado. Si este volumen es pequeño, el número
de núcleos de hielo también lo es, por ello en capi-
lares de radio pequeño la disminución del punto de fu
sión alcanza temperaturas muy bajas.
48

En la TABLA X se recogen algunos valores de la temper^


tura de congelación del agua contenida en tubos de d±te_
rente diámetro. A ellos hay que añadir que ensayos rea^
lizados sobre dos láminas separadas 10 JU.requirieron u-
na temperatura de -90-C. para congelar el agua compren
dida entre ellas.

T A B L A X

Diámetro T. de fusión
o
?c
^

1000 ^ 20.
, 20 - 30.
8 • - 38.

Otros autores, basándose en condiciones termodinámicas


y en resultados experimentales, justifican por otro c^
mino el rebajamiento de la temperatura de congelación
por debajo de O 2C. en los poros más finos. Esta dis-
minución la relacionan con los enlaces del agua situa-
da en estos poros, que pueden ser de diferentes tipos;

- enlaces osmóticos, a causa dé la presencia de


sales disueltas.
- enlaces por adsorción.
- enlaces por capilaridad.

y conducen a un desplazamiento de las curvas dé equi-


librio hielo - agua - vapor, y en particular del punto
triple, Fig. 19
k9

AOUA

HIELO

¡¡^-•'
^\ \ VttPOR

To

Fig. 19. Curvas de equilibrio, hielo - agua -


vapor.

El desplazamiento de la curva de equilibrio agua - va


por, se produce cuando predominan los enlaces capila-
res; según la ley de Lord Kelvin que da la hiJmedad re^
lativa del aire en contacto con un medio poroso.
M P
c
P ~ RT S
= e

P = tensión de vapor saturante en contacto con


V •
el medio poroso.
P = tensión de vapor saturante en contacto con
V
una superficie libre.
M = masa molecular del líquido..
T = temperatura absoluta.
S = densidad del agua,
a
P = presión de succión.
c

LEFUR (1964) demostró que la temperatura de congela-


ción en un capilar disminuye en una cantidad A l'o <1^6
viene dada en función de a = — por la expresión:
50

RT Ig a
. O _
^.''r. = -
L - RT Ig a
o c
o

T = Temperatura de congelación del agua libre


L = Calor molar de fusión»latente a esta tempera-
o '
tura.

que se puede expresar gráficamente según se recoge en


la Fig. 2 0 . , eii la que la temperatura de congelación
se expresó, por una parte en función de "a", y por o-
tra en función del radio de capilares, magnitudes que
están ligadas por la Ley de Kelvin y la Ley de Láplace.

o.01

CÓS-

ICO
zo'c ate

Fig. 20. Relación entre la disminución de la tem-


peratura de congelación del agua en los
poros y el diámetro de los capilares "^"
y la humedad relativa "a".

Sea por un camino o por otro, el agua puede llegar a


congelarse en el interior de los poros de la roca. El
equipo de la sección de Mecánica de Rocas de L.C.P.C.
estudió experimentalmente la variación del punto de
congelación del agua situada en el interior de rocas
51

ocn diferentes grados de porosidad, para ello utilizó


la medida de la velocidad de propagación de ondas Ion
gitudinales, basándose en la diferencia neta existen-
te entre la velocidad del sonido V en el agua, I8OO
m/seg., y en el hielo 3-970 m/seg.

Al comienzo del ensayo se satura la roca, y se hace u


na medida de V a O 5C. Después se disminuye la tempe
ratura en escalones de 2 -C., manteniéndola durante
12 h. para que se estabilice en el interior de la pro_
beta, midiendo en cada uno de los escalones la veloci
dad de propagación de ondas longitudinales. En la Fig.
21 se recogen los resultados que obtuvieron, siendo
de señalar el fuerte aumentó de V en el momento en
que el agua se transforma en hielo, que se designa por
V, . En cada escalón de temperatura se efectuaba un
deshielo en agua a +18 5C. y se medía la velocidad V^ .

El aumento de V lo achacan a dos causas simultáneas,


L
por un lado el reemplazamiento del agua por un medio
más rápido, el hielo, y por otro al cierre de las fi-
suras debido al desarrollo de compresiones en el mate^
rial como consecuencia del aumento de volumen que se
experimenta en la congelación del agua.

Como el efecto de congelación se superpone con el de


contracción de la propia roca debido a la disminución
de temperatura, TOURENQ (l970) realizó ensayos sobre
probetas secas y saturadas para distinguir ambos fenó-
menos. Fig. 22.
52

i?s e
-40»C

-40OC

Vi,
5500-
/ ETROCHEY ns:8.2%
5300'

5100

5900

Vi.
4T00 e
-TO -20 -30 -40"C

-40''C

.Eig»-.21. Utilización de la velocidad de propagación


de ondas longitudinales para determinar la
temperatura de congelación del agua eií ro-
cas porosas.
53

Vi

•II « A

eooo

sooo-

4000

3000

2000 —•—tr
10 CICLOS DE
HKLO

PROBETA 1 :

• ROCA SECA -t-20°C


o ROCA SECA HELADA A - 2 0 * C
EVOLUCtON DE V DEÉIDO UNICAIÍENTE A
LAS CONTRACCIONES TÉRMICAS
PROBETA 2 :

A ROCA SECA -t-ZOOC


A LA MISHA MUESTRA SATURADA DE AGUA
HELADA A - 2 0 « C
EVOLUCIÓN DE V DEBIDO A LAS CON-
TRACCIONES TÉRMICAS Y A LA TRANSFOR-
MACIÓN AGUA-HIELO.

Fig. 2 2 ; Efecto de la contracción del mármol de


Carrara debido a la disminución de tem-
peratura.

Las conclusiones que obtiene TOURENQ de este estudio


son las siguientes:

La dimensión de los poros tiene una influencia a-


preciable sobre la temperatura de congelación TA-
BLA XI.,aunque esta relación es difícil de establecer
ya que no existe nunca una única dimensión de poros
dentro de una roca. Se destaca el caso en que las di^
mensiones de los poros son inferiores a 0'05M.,en el
cual el agua no se llegó a transformar en hielo ni a
-38 ?C.
5k

TABLA XI

Poro- %
Roca l8 poros Porometrio 8 de congelocior
sidod
>3p

Givet 0.13 100 0 < 1.0)7

'•
VíUette 0,42 100 0 < ),0)7

Carrare 0,50 100 0


A
MosKt 0,50 100 0 < ).0l )7 —jT-
Marquise 0,75 93 0 < ).0i )7

Hauteville 0.90 93 0
^^ A » » •

Comblanchien 1,75 % 0 » » t
/ ^
Nanton 2 94 7 T
rf^ t f\
ManUlieu 2.4 93 0

<
VUlebois 2,6 94 0 ),U 17
r
Verger 4 12

Mandacou 4.5 89 7 y — ^
t^ •^ /\
Combet 5,02 73 20 7 «—
^ /
Auxerre 5.7 98 0 ? ™~
!\
Etrochey 7.2 92 10
N ,\
CaWisson 8 0
i\
Parachini 10,2 81 15
>fc é\
Euvjlle 11,5 62 36
^
Pagny 12,6 93 0 ^
MaWaux 17 80 0 ^^y-
Epernay 40,8 98 0

'
1K '^
St Vaast 41.8 74 81
\ k ^ •^
St Cyr 45,4 92 50 ' 7 "^^ '
V ^—1 L __L _.
fS \<) 0.S 411 V > 4<I<''W -<0 -20 -10 -(••C
55

Aumento progresivo del valor de V debido a qie el


i-/

agua ;en los poros se va helando sucesivamente,


según la dimensión de éstos, a medida que la tempe^
ratura va bajando.

En la mayor parte de las rocas que estudiaron,


el agua se congeló entre -2 -C. y -k ?C., es de^
cir, a temperaturas corrientes en invierno.

Él crecimiento de los cristales de hielo se puede


producir también en planos de fisilidad o de juntas.
En macizos rocosos en los que se establece un gradien
te de temperatura, con una capa freática de agua lí-
quida próxima, se pueden formar delgados lentejones
en estos espacios que van creciendo provocando levan
tamientos.YARDLEY (1951).

2.5' Crecimiento de cristales de sales

El crecimiento de cristales de sal procedentes de una


solución puede, en algunas circunstancias, causar la
disgregación de las rocas. El efecto disruptivo se pa^
rece al causado por el hielo, aunque la cristaliza-
ción de la solución es ¡completamente diferente de la
solidificación de un líquido, OLLIER (1969).

Está clara la formación de cristales de sales debida


a la evaporación, pero es bastante difícil explicar
por qué el crecimiento de cristal continúa contra la
presión de confinamiento de la roca. Este es el caso
del crecimiento de cristales de sulfato calcico en
el interior de los planos de fisilidad de pizarras, y
que ha ocasionado algunos problemas en cimentaciones.
56

El fenómeno se origina ál oxidarse las piritas situ^


das en el interior de rocas carbonatadas, por ejem-
plo pizarras. El agua que arrastra los productos de
reacción de aquéllas ataca también a los carbonates
quedando en disolución iones sulfato e iones calcio.
I
En zonas donde existe un gradiente de temperatura de-
terminado se pueden establecer migraciones de solu-
ción según este gradiente, hasta que a partir de un
ptmto se vaporice el líquido y se deposite la sal.
El fenómeno continúa y los cristales van creciendo
en tamaño provocando levantamientos de la parte su-
perior cuando ésta ejerce una ligera |)resión.

GRA.TTAN-BELLEW y EDÉN (l975) estudiaron el crecimien


to de estos cristales de yeso contra la presión dé
confinamiento. Los cristales de yeso aparecían con
dos morfologías, paquetes de fibras creciendo perpen
dicularmente a los planos de fisilidad de laá piza-
rras, y cristales planos creciendo paralelamente a
la fisilidad.

Después de examinar muchos casos de levantamientos en


pizarras, piensan que la principal causa es el creci-
miento de paquetes de fibras cristalizadas normales a
la fisilidad, no encontrando una explicación clara de
por qué algunas formas grandes de yeso se presentan
como cristales planos mientras que muchas de ellas a-
parecían como cristales aciculares.

Los cristales planos aparecen generalmente en pizarras


con jarosita y otros sulfates ferrosos y férricos, lo
que permite pensar que la presencia de sales de hie-
rro^ puede modificar la morfología de los cristales de
yeso.
57-

MCCARTNEY y ALEXANDER (1958), EIPELTAXIER (1958, 1959)


y RIDGE y SURKEVIClXjS (196O) demostraron que la morf£
logia del yeso puede alterarse con varios aditivos,
pero sus experimentos fallaron al intentar reproducir
morfologías similares a las encontradas en las piza-
rras. Se piensa que las condiciones físicas presentes
durante la cristalización pueden tener también algún
efecto sobre la morfología.

BECKER y DAY (1905) creen que en la cristalización


bajo presión, el crecimiento tiene lugar solamente
sobre un estrecho borde de la base cóncava del cris-
tal. Como la adición de nuevo material se limita a u
na pequeña sección de la base, el cristal se ve forza.
do a crecer hacia arriba. A medida que se desarrolla
la cristalización, la solución accede del espacio cir
cúndante por acción capilar y el cristal empuja len-
tamente hacia arriba y fuerza a la separación de las
capas de pizarra, de forma análoga al levantamiento
del suelo por acción de la helada.
58

2.6. Resvunen
/ •

En los procesos que no alteran la composición química és-


td.i salvo en algunos casos y de forma indirecta, no in-
fluye en el fenámeno, y su estudio se lleva a cabo inde-
pendizando los factores externos que los originan. De
ahí que se analicen los efectos de las oscilaciones de
temperatura, del aumento en el grado de hvunedád, de las
oscilaciones de humedad-sequedad, del crecimiento de
cristales d^ hielo y del crecimiento de cristales, de
sales.

Las oscilaciones de temperatura producen alteraciones en


las rocas debido a la baja conductividad térmica de éstas
que da origen a dilataciones diferenciales entre la super
ficie y el interior del material, y a los diferenteis
calores específicos y coeficientes de expansión lineal
de los minerales que las componen, que pueden producir
tensiones diferenciales en los cristales. A pesar de
ello, es un fenómeno al que no se le achaca ninguna des-
integración salvo en zonas desérticas.

El aumento en el grado de humedad produce variaciones en


las presiones intersticiales, debilitamiento de enlaces
en las fisuras y reducción de la tensión superficial del
sólido, lo que lleva consigo, de forma directa o indirec-
ta, una variación en el voliomen y resistencia de la roca.

Las oscilaciones en el grado de humedad pueden provocar


-desintegración por aumento de capas de agua ordenada en
torno a las partículas de arcilla, o por el mayor valor
del coeficiente de dilatación del agua, confinada en los
poros, respecto del propio de la roca.

La acción del hielo depende de la rapidez coni que solidi-


fique el agua, que es función del tamaño de los poros y
de la temperatura. El fenómeiíó puede producirse en el
tiempo si existe gradiente de temperatura.
59

Por último, la acci<5n de desintegración ocasionada por


el crecimiento de cristales de sales se produce a lo
largo del tiempo, y su efecto depende de la presién de
cristalización de la sal y del gradiente de tempera-
tura a que se someta la masa de roca en contacto con
la disolución.
6o

C A P I T U L O 3

PROCESOS QUE ALTERAN LA COMPOSICIÓN QUÍMICA

Se tratan aquí aquellos procesos de me teorización que produ-


cen cambios en la composición química de los minerales que
integran la roca.

La alteración química de las rocas se lleva a cabo por una


gran variedad de reacciones que pueden clasificarse dentro
de los siguientes tipos más importantes:, Hidratacióñ, Inter-
cambio de iones, Quelación, Hidrólisis, Carbonatación y Oxi-
dación-reducción.

Aunque estas reacciones químicas se analizarán separadamen-


te, no hay que olvidar que durante la me teorización de una
roca normalmente se producirán dos o más de ellas. Por ejem
pío, los silicatos se descomponen principalmente por h.idról¿^
sis, pero no son menos importantes las alteraciones que sufren
por intercambio de iones, incluyendo otros diferentes del' H .

El agua, el elemento más importante en la meteorización, po-


see dos propiedades características, su alto momento dipolar
que le confiere propiedades particulares como solvente, y la
capacidad que tienen sus moléculas para formar enlaces de hi-
drógeno entre ellas, lo que le confiere unas propiedades fí-
sicas determinadas.

La capacidad de las moléculas de agua para formar enlaces de


hidrógeno con los terminales de oxígeno de moléculas adyacen
tes, es responsable de su alta viscosidad, alta tensión su-
perficial y de los puntos de ebullición y congelación. KAVANAU
(1964) achaca a esta propiedad las extrañas relaciones entre
61

temperatura y densidad del agua, que es mucho mayor a k^C que


en el punto de congelación.

El agua a cualquier temperatura se presenta ligeramente diso-


ciada en iones H o iones OH", esta disociación es de 10 mo-
les de hidrógeno litro a temperatura ambiente. La variación
que sufre con la temperatura se recoge en la Fig. 23» Estos
valores del pH corresponden a un agua neutra, o sea que un
agua situada sobre esta línea tendría los mismos iones H que
OH en disolución.

S —1—r T—r 1—1 ']•• -! "T- I 1 -1 '

7 -
o
3
'
bJ
Z
6 ^^^^ —
0.

5
I I 1 1 1 I l i l i l í , .
O 20 40 60 ao 100 120 140 160 180 200 220 240

Fig. 23: Variación de la constante de disocia-


ción del agua en función de la tempe-
ratura.

3-1• Hidratación

La combinación del agua con los minerales de una roca se


llama hidratación. Es una reacción exotérmica, e involucra
UH donsiderable cambio de voliomen que puede ser importante
62

en la desintegración granular y exfoliación. Son tjC


picos, en obras públicas, los efectos de la transfor
mación de la anhidrita en yeso.

La hidra tai ión de los minerales favorece el que se produz-


canotras alteraciones por oxidación y carbonatación,
y facilita al intercambio de iones.

La presencia de agua en un mineral se indica en su ex-


presión química por un grupo ( O H ) , como eri la caolini-
ta, o por n. H2O como en el yeso.

La hidratación de los iones se puede considerar el pTí


mer paso que desemboca en la me teorización de los sild^
catos, por ello se va a considerar esté fenómeno con
algún detalle, según lo trata BLATT et al.(l972).'

Hidratación de los cationes. A medida que se va debi-


litando la estructura del mineral silicato, las molécu
las de agua rodean los iones, ya que el gradiente d^
potencial electrostático cerca de la superficie de un
ion es de muchos millones de voltios por centímetro, in
teraccionando fuertemente con ellos.

La energía electrostática existente entre una molécula


de agua y un ion compuesto por un único átomo, en con-
diciones ideales (en v a c í o ) , alcanzará su valor máximo
cuando las dos partículas están en contacto y cuando
los ejes del dipolo del agua se si-túen a lo largo de la
línea que los une.

Si la longitud del dipolo es pequeña comparada con la


distancia entre los centros de las partículas, la enex
gía potencial eléctrica para un ion monovalente está d^
da por :
63

r2

r = distancia entre centros


e = carga de un electrón en unidades electrostát¿
cas (esu ) .
= momento dipolar del agua 1?85 x 1 0 " ' esu cm.
^
y la energía potencial de un ion divalente será
el doble.

Lo más interesante es conocer por quien estará más


atraída una molécula de agua en presencia de un^'
i<Sn, si p o r él o por otra molécula de agua. Si se
aplica la fórmula anterior para un ion dipolar se o^
tiene que un catión monovalente debería tener un ra-
dio de 3'95 ^ para que la energía potencial igualara
a la combinación agua-agua. Pero ningún catión tiene
un radio mayor que los 1 ' 67 2^ del cesio y, por tan-
to, suponiendo exceso de agua, todos los cationes mon¿
valentes estarán hidratados. Para un catión divalente,
el radio crítico sería aún más. grande que para el mono^
valente, los cálculos señalan un valor de 5'17 A .

Tanto el momento dipolar del agua como la carga de un


electrón son constantes, por tanto la fuerza atractiva
ión-agua para iones de la misma carga varía según lina
función del cuadrado del radio iónico. Los iones más
grandes están menos hidratados, lo que puede explicar
se porque la carga electrónica del ion debe distribuí^
se sobre una gran área superficial cuanto mayor sea e¿
te, disminuyendo la fuerza de atracción que pueda exi¿
tir entre él y la terminal polar del dipolo de agua.
6h

La potencialidad de hidraltacidn de iones se puede expre-


sar por z/r, o sea la capacidad de hidratacián es direc-
tamente proporcional a la carga e inversamente propor-
cional al radio iónico. Al parámetro z/r CARTLEDGE
(1928) lo denominó "potencial iónico^'.

En la Pig. 2k se representa la carga iónica en función


del radio iónico para los iones más importahtea. Sobre
el gráfico también se dibujaron líneas uniendo elemen-
tos de la misma fila en la tabla periódica y, además,
junto a cada elemento se situó su valor de électronega-
tividad. El potencial iónico ayuda a comprender la d i -
ferencia de comportamiento de los iones en la meteoriza
ción. Si consideramos el caso del ion potasio, a pe-
sar de que u n dipolo de agua es atraído hacia el ion de
fonna k veces más fuerte que hacia otra molácula de agua,
se observa en la Fig. 2k que el ion potasio tiene un b a ^
jo potencial iónico y una baja electronegatividad, por
tanto su capacidad por atraer electrones será baja. Lúe
go se puede esperar que su capacidad para atraer termi-
nales negativos de los dipolos de agua tambián pueda ser
baja y el radio del ion hidratado no debe ser mucho m a ^
yor que el ion normal.

POTENCIALES IÓNICOS
COLUMNA EN TABLA PERtODtCA
E m. a y
2.0

1.9

8
1.0

i ,«< >í!« •- ral-—_ V


0.9 -

1.9 ^ - - ^ 2 L r 21 ^ •*
2.9 tT AMONES Oe COM-
, • ' . - ' - •
»-°i PLEJ08 iSOUatES
3 4
CARGA IÓNICA

Fig. 24 : Potenciales iónicos y electronégati-vidgides


de elementos.
65

La Fig. 25 recoge una serie típica de resultados, se^n


los cuales el radio del ion potasio hidratado es aproxi
raadamente 1'75 ^ » o sea 1,3 veces su radio normal. Por
el contrario, el radio del litio hidratado, con una
electronegatividad y un potencial iónico más alto, es
de aproximadamente 2'5 X , o sea 3'7 veces su radio ñor
mal HONK (1961). La tendencia hacia una menor hidrata-
ción con el aumento en el tamaño iónico es clara y real,
pero los valores absolutos del radio del ion hidratado
son, en parte, un artificio de la medida técnica, como pue
de observarse cuando resulta que algún radio del ion hi'!-
dratado, es menor que el radio del ion normal.

PRIKERA COLUMNA SEOUNOA COLUMNA

Fig. 25 : Comparación efitre radio iónico normal


y radio iónico hidratado.
66

Los iones de la segunda coltunna, también de importancia


en la meteorizacidn, magnesio, calcio, estroncio y ba-
rio, se hidratan en cantidades inversamente proporciona
les a su radio iónico. Su radio hidratado aumenta res-
pectivamente del bario al magnesio. De la misma forma
que los iones monovalentes, los de mayor radio cuando
normales, tienen los más pequeños radios Jiidratados. En
iones de tamaño comparable, los cationes divalentee» cuan
do hidratados, tienen un mayor radio iónico que los uni-
valentes. Por ejemplo, el litio tiene un radio de O'68
á, y el magnesio de 0'66 A, mientras que, cuando hidra-
tados, el litio tiene un radio de 2'5 ^» y el magnesio
de 2'96 S. En las reacciones de intercambio de iones,
los iones participantes están hidratados, de ahí la impo^
tancia del radio en este estado.

CARTLEDGE dividió el gráfico de potenciales iónicos en


tres áreas, separadas por dos líneas, que indican dife-
rente comportamiento de los iones frente al agua. Las
líneas corresponden a potenciales iónicos 3 y 1 2 , y son
casi paralelas a las que unen electronegatividades de
1'2 y 1'9 respectivamente.

La electronegatividad o el potencial iónico de un catión


condicionan su capacidad de hidratación que queda deter-
minada por la intensidad de reacción con el oxígeno de
un dipolo de agua. Para iones de carga similar, los de
mayor radio iónico tienen más baja electronegatividad y
más bajo potencial iónico. Los grandes cationes, como
el potasio, con dipolos de agua, se rodean de moléculas
de agua coordinada sin originar la disociación de ella.
Mientras que, cuando los cationes son más pequeños,
(AI+3 ) , el fenómeno de interacción con los dipolos de
agua, es diferente. El radio menor del catión y su más
alta electronegatividad (entre 1'2 y 1*9) Y potencial
iónico (entre 3 y 12) atraen con más fuerza a los elec-
trones de la capa externa del átomo de oxígeno Fig. 26.
Esta polarización o distorsión de la capa de electrones,
debilita el enlace entre el oxígeno y el hidrógeno en
67

la molécula de agua, hasta tal punto qu© la fuerza dé en-


lace entre uno de los hidrógenos y el oxígeno se debilitaf
formándose un hidráxido insoluble, Al (0H)>,. El idn hi-
drógeno, proyectado a la solucidn acuosa, avunenta la aci-
dez de la solución.

OXIGENO

CATtOM \ HIDROGENO

CATIÓN Z/r MENOR QUE 3.0


ELECTRONEGATIVIOAO DEL CATIÓN MENOR QUE 1.2

[ ] I I OXIGENO

CATlON
HIDROGENO
CATlON Z/r ENTRE 3.0 V 12.0
ELECTRONEGATIVIOAO DEL CATlON ENTRE 1.2 Y 1.9

C ) { I OXIGENO
CATlON ^ ^ ^ /
\\
N
\

CATlON Z/r MAYOR DE 12.0


ELECTRONEGATIVIOAO DEL CATlON MAYOR DE 1.9

Fig. 26; Diagrama esquemático de la relación


entre tamaño del catión, separación
catión-oxígeno, y fuerza de repulsión
entre catión e iones hidrógeno de una
molécula de agua dipolar.
68

El caso extremo de este tipo de interacción se obtiene


con los cationes más pequeños (S"*" ) , cuyas electronegativa^
dades son mayores de 1'9 y cuyos potenciales iónicos
son mayores de 1 2 . La fuerza de repulsión entre el c¿
tión y el ion hidrógeno llega a ser tan fuerte que se-
para a los dos hidrógenos del ion oxígeno, formando un
oxy-anión soluble (SOZ|~ ) y aumentando la acidez de la
solución.

Hidratación de los aniones : BLATT (l972). dice que se


observó experdmentalmente que el efecto de la hidrata-
ción sobre los aniones, es mucho meijioF: que el producido
sobre los cationes de tamaño y carga equivalente.

3.2. Intercambio de. iones

Teóricamente, es una simple reacción entre los iones de


una solución y los de los granos minerales. El intercam
bio de iones se define como la cantidad de iones inter-
cambiables, expresada en miliequivalentes por 100 grms.
de material, determinado para pH = 7 bajo condiciones e3c
perimentales. La reacción es del tipo.

Na - arcilla + H+ > H - arcilla + Na+

Considerado como una parte de los procesos de meteoriza,


ción, el intercambio de iones en rocas, rocas meteoriza
das, suelos y sedimentos no consolidados, es debido prin
cipalmente a las clases y cantidades de minerales en la
fracción limo (2-62 SL) y arcilla (menor de 2u) . Los ra¿
nerales arcillosos son los principales responsables de
la capacidad de cambio de las rocas meteorizadas y sue-
los.
69

Los principales grupos de minerales arcillosos son, e¿


tructuralmente, láminas de combinaciones de tetraedros
de sílice y octaedros de alúmina. El mineral arcilloso
actúa como un sustrato para el ion de cambio. Este, es
atraído hacia la superficie del mineral porque en su in
terior existe xma deficiencia de carga».

La meteorización de un mineral silicato alumínico prima


rio o mineral arcilloso, es el resultado de la perraanen
te sustitución química de iones H+ por cationes metáli-
cos que, antes de la meteorización, habían enlazado te-
traedros, aislados o en grupo, de sílice y aliimina. Ad_e
más del H + , otros cationes metálicos pueden ejercer la
función de cambio.

Cada tipo de material arcilloso tiene una deficiencia


de carga diferente que puede expresarse como su capac¿
dad de cambio de iones. La capacidad de cambio en min¿
rales no arcillosos tiene su origen en valencias super-
ficiales no neutralizadas. El humus, la materia orgán^
ca , y derivados, tienen una alta capacidad de cambio.

En la Tabla XII se recogen las capacidades de cambio de


diferentes minerales, tomadas de JIMÉNEZ SALAS Y JUSTO
(1975) y CARROLL (1970).
70

T A B L A X I I
Capacidad de cambio de iones en diferentes materiáS'

Sustancia m. e<j/lOOermsi Obsiorvaciones

Materia orgánica 130-350 Varía de acuerdo con cl_i


ma y vegetación
Basalto 0'5 En fragme.ntos de 2mm. W&
ría con el tamaño
Cuarzo (mineral G'04-0'3 Depende del tamaño de
ttasivo) grano,
Feldespato menor de 1 Depende del tamaño de
grano
Talco menor de 2
Pirofilita menor de 1'5
mita 10-40
Clorita k.k7 Varía ot>n el tamaño de
partícula, composición
y cristalinidad
Caolinita 2'2-15 Estructura desordenada
Glauconita 11-20
Haloisita (2 H2O) 5-10
Haloisita {k H2O) ^0-50
Ginipo de la montmo.
rillonita 36-100
Vermioulita 100-150 Varía con el catión en
tre capas.

El cambio de cationes se puede producir de cuatro formas


diferentes :

Cambio entre cationes en una solución en contacto con


un mineral y los cationes cambiables de este. EliCambiso
J9é produce en él agua que rodea el mineral.

Intercambio de contacto: cationes de un mineral se


cambian por los de otro mineral. Por ejemplo los H+
de algunas arcillas reaccionan con granos de mineral,
WINTERS.(1940).
71

3. Cambio debido a la asociación de un compuesto orgá-


nico y un mineral. Por ejemplo, aminas y montmori-
llonitá. Es el proceso de quelación del que se ha-
blará más adelante.

k. Absorción de iones de las partículas minerales por


las raíces de las plantas.

Los cationes metálicos Na , K , Ca y Mg son fácil-


+2 +2 +2 +2
mente cambiables, como los Zn , Cu , Co , Mn . Los
cationes divalentes están más fuertemente enlazados que
los univalentes, pero a pesar de todo, y a ello §e debe
la complejidad del cambio de cationes, todos, ellos di-
fieren en su relativa facilidad de sustitución, el or-
den puede ser L i * < Na"^ < H"*" < K"*" < M g * ^ / Ca"*"^. No obstan-
te los iones H parecen.tener preferencia por los luga-
res de cambio sobre los Na \ o K .

Otros dos factores intervienen, en la capacidad de cambio


de cationes: El primero es la fijación de ciertos catio-
nes en estructuras micáceas, y el segundo es la obtura-
ción de lugares de cambio por óxidos de hierro.

Las láminas estructurales de los minerales micáceos están


unidas por iones K . Por los procesos de meteorización
química, estos iones se lavan, y son reemplazados por h i -
drógeno o por iones hidronio, y la estructura se degrada
a illita, apareciendo un exceso de carga negativa. Si
hay cationes metálicos en las soluciones, pueden penetrar
en la estructura degradada, regenerándose la mica. ROLFE
y JEFFRÍES (1952) fueron los primeros en señalar la fija-
ción del potasio a gran escala.

El efecto de obturación por sustancias de los lugares de


cambio situados en superficies planas, bordes y capas de
minerales como montmorillonita, mica e illita, reduce
su capacidad de cambio. El oxido de hierro en suelos*
72

llamado óxido de hierro libre, está asociado con los


minerales arcillosos. FRIPIAT y GASTUCHE (1952) Kan
estudiado el óxido de hierro libre que se adhier,» a
las superfities externas de caolinita que tienen iones
( 0 H ) ~ y 0~ libros. Si la caolinita tiene iones
Ca+2^ Mg+2^ Na+ o K+ en las posiciones de cambio, la
estructura del complejo caolinita-óxido de hierro es
compacta, ordenada y no porosa. La saturación de la
superficie se produce muy rápidamente y el exceso de
óxido de hierro forma partículas de óxido puro. En
cambio, si la caolinita tiene solamente iones hidróg£
no, el compuesto resultante es poroso y de estnictura
desordenada. La capacidad de cambio baja cuando está
presente él óxido de hierro.

3.3. Quelación

Las moléculas neutras e iones orgánicos pueden ser a ¿


sorbidas sobre superficies y bordes de arcilla. En ar
cillas expansivas, pueden superponerse varias capas de
cationes orgánicos. Las cadenas de hidra*L _
tos de carbono con un grupo polar terminal, se orienta-
rán normalmente a la superficie de la partícula.

El número de moléculas orgánicas que pueden ser adsor-


bidas varía con factores tales como la naturaleza del
ion o molécula orgánica, los tipos de grupos funciona-
les sobre la cadena y su localización en la molécula, y
las especies de arcilla.

Debido a la adsorción de estas moléculas orgánicas, mu


chas partículas grandes se rompen por hinchamiento y ejc
fajiación. Este fenómeno se da particularmente en arc¿^
lias en las que la sustancia orgánica y el agua penetra
entre las capas y ocasiona una expansión que sobrepasa
las fuerzas que mantiene juntas las láminas. Las smec-
titas , de forma análoga al comportamiento que tienen
73

frente a los compuestos inorgánicos, tienen las más altas


capacidades adsortivas de sustancias orgánicas.

Los compuestos orgánicos se unen a las arcillas por ftjer-


zas de Coulomb, como es de esperar debido al campo de
fuerzas que rodea a cualquier partícula cargada. Las
moléculas orgánicas neutras, se unen por enlaces de hidro-
geno entre átomos de hidrógeno de la molácula y átomos
de oxígeno sobre lá' superficie de arcilla. A pesar de
todo, en algunos compuestos orgánicos son más efectivos
los enlaces de Van der ¥aals, y éstos son más fuertes con
grandes moléculas orgánicas que con pequeñas.

Los estudios de varios investigadores indican que la re-


sistencia de algunas sustancias orgánicas a la descompo-
sicién biolégica, por ejemplo bacteriana, puede aumen-
tarse cuando están adsorbidas por minerales arcillosos.
Probablemente se reduce la hidrólisis de estos materia-
les ya que las moléculas, cuando sbn adsorbidas por la
arcilla, orientan los grupos activos haciéndolos inacce-.
sibles a los encimas bacterianos que son los que ordina-
riamente los atacan.

También los compuestos orgánicos pueden establecer enla-


ces con iones meíálicos. Los enlaces están orientados
en sus ángulos naturales entre el metal y el quelador,
lo que atunenta la fuerza de retención. El ion metálico
está impedido de enlazar y combinar con otras sustan-
cias en solución.

La quelacióii del Ca de la calcita se puede comprobar fá-


cilmente en laboratorio agitando una pequeña cantidad de
calcita pulverizada en una solución acuosa de sal sódica
de EDTA (ácido tetra-acético etil diajnina), como a;gente
Ik

quelatante. El Ca pasa a la soíucián sin efervescenclaj


la reaccidn eleva el pH a 10 y 11 y el ián bicarbonato
permanece en solución, en contraste con el CO2 que. se
desprende en las reacciones con Cl R,

Los compuestos orgánicos son comunes en los medioambien


tes de meteorización, y el humus, que es probablemente
el material orgánico más fecuente, es un suministrador
de compuestos que son activos queladores. KELLER (l957)«

Se sospecha,^ además, que las plantas utilicen las reac-


ciones de quelación en su metabolismo, y que estas rea£^
ciones intervengan en la meteorización de rocas y mine-
rales que contengan iones que sirvan para nutrir a las
plantas.

3.4. Hidrólisis

Lo^ procesos de meteorización por hidrólisis están cára£_


terizados por la reacción entre los iones OH" y H+ del
agua y los elementos o iones de una roca o mineral KELLER
(1957).

BLATT (1972) describe a los granos de silicatos vistos


al microscopio cubiertos por una capa en la que el cri¿
tai está desordenado, que es un escalón intermedio en la
descomposición del cristal. Esta capa es más soluble que
las partes sanas debido a que los enlaces normales se
han roto al sustituir los cationes metálicos por iones
hidrógeno, y la presencia de estas capas señala el prin
cipio del fin del cristal.

KELLER (I957) expresa de una forma general la hidrólisis


de los silicatos según' las reacciones siguientes;
75

M Si Al O + H+GH" — M+ 0H-+ [si(0H)o_4j^+ ^ ( 0 H ) 6 ¡ °


n <-

M Si Al On + H'^OH" —». ( M , H ) Al°Si ^ 1 * 0 ^ +A1 (0H)3

El subíndice n se refiere a un número de átomos no espe-


cificado, y los superíndices £ y ^ se refieren a es -
tructuras de octaedro y tetraedro respectivamente. M
designa cationes metálicos.

Los grupos jsi ( 0 H ) O _ 4 | J J están poliaifrrizados. en dif¿


rente grado y de ello depende el número de liidróxilos,
de O a ^, que tengan.

El hidróxido de aluminio, coordinado octaédricamente,


también se presenta con diferentes grados de polimerlz^
ción.

Pentro del grupo ( M , H ) Al°Si Al*On se incluyen por lo ra£


nos tres compuestos diferentes, minerales arcillosos,
ceolitas y silicatos alterados.

También puede intervenir en las reacciones anterio-


res, el anhídrido carbónico disuelto en el agua.

Los procesos de hidrólisis tienen lugar desdé la forma-


ción de la tierra. Los iones OH" han ido, junto con los
cationes metálicos, al océano, dándole el carácter alca-
lino que tiene. Mientras que, los iones H* se combinan
con aniones alúmino-silicatados formando minerales arci-
llosos, que se caracterizan químicamente por ser difícil^
mente solubles y ligeramente ácidos, y confieren a la
tierra el carácter ácido.
i
) 76

La velocidad de las reacciones de hidrélisis depende


de que los iones que se produzcan precipiten como com
puestos relativamente inéolubles, o que se enlacen a
iones orgánicos queladores, o bien que sean adsorbidos
y asimilados por plantas y animales» Pero los princi-
pales factores que intervienen en las reacciones de h_i
drólisis son el agua de lluvia, que produce el lavado
de los produótos resultantes, y la introducción en el
sistema de iones H+ que, ó bien se combinarán con iones
OH" transformándose en agua, o bien desplazan a los ca
tiones metálicos de los compuestos donde están presen-
tes.

- El lavado continuado de las rocas por el agua de llu-


via o nieve lleva implícito dos funciones, traslado en
solución de las sustancias solubles que contienen, y
mantenimiento en el sistema meteorizante de xin medioam
biente químico similar al del agua. Cualquiería de ellas
afecta al tipo de productos qué se originan en la meteo^
rización. ! . • • ,

A disolución pueden pasar minerales originales dé la r¿


ca, y productos de reacciones ya sean hidírólisisj oxida
ción, carbonatación, u otras reacciones químicas* Las
sustancias que se\ disuelven se pueden determinar fácil^
mente analizando las aguas de fuentes y arroyos que dr¿
nan las rocas que se meteorizan. En ellas se encuentran
principalmente los iones Ña"*", K+,. Cá'*'^, Mg*^, Fe*^, Cl"-^,
SOtl^, CO32, C03H"-'^, H+, OH- y SiOj y AI2O3 en forma iónico
óoloidal. La Tabla XIII recoge el análisis de aguas de
arroyos que drenaban macizos rocosos con diferentes tipos
de rocas.
^'X
11

T A B L A X I I I
GcHnpoaici&B qufBii;-cii de 1 ¿ « áéSiiaíS quíe drélnéiti d i f e r e H t * » ,
tÍ4>o# d * r « e a « . • lOeMBRBE; » t a l Í1952) /
M — — — 1 — I ^ ^ W ^ . ^ — — I W i M M ^ M M p ^ . ^ ^ — • • • • • ! I I • — 1 » l l • l»HI «IIP I • — ^ ^ • ^ • W I I I W I I M I ^ — I lili l l l W I — i W ^ — ^ — ^ • • ^ — M ¿ É — ^ M ¿ — W ^ ^ ^ — — P ^

S««tanci* firsfflito Caliaia Yéao Pláurrfe


^APumita • • - • - - • • • • - • - - • • •

HCO5 + 00^2 15,9 86,3 101,8 163,6

ea2-»- 10,0 32,2 121, U 139,4


Me2+ 0,9: 17,1 4o„o 76,8

H24SÍ01I 11,9 10,1 10,2 6.1

soij^ 3,2 5,7 383,9 1212.0

Na+ + K+ O. 5 1-9 55.3 410.1

Cl- + NOs 0.6 h.l 14.5 12.1

Total ppm 43.0 158.0 727.1 : 2020.1

Las características del pH y Ejj del medioarableñte donde


se produce meteorización están estrechamente relacionadas
con la precipitación total anual y la intensidad de las
precipitaciones.

Aunque el agua de lluvia es aproximadamente neutra, pHs=7,


puede modificar su acidez-alcalinidad al caer desde las
nubes a la roca pasando por la'atmósfera más próxima a
la tierra y, antes de llegar aÜ. frente de meteorización,
atravesando el suelo. En este trayecto puede adquirir
carácter ácido disolviendo 002 y otros gases o en contac
to con ácidos orgánicos en los suelos; o también puede
hacerse alcalina tomando vapor y sales d©l océano, o sa-
les-alcalinas de ciertos suelos.

Cuando la lluvia sea abundante, su"-carácter será casi


neutro al alcanzar el frente de meteorización, dando orí
78

gen a la laterizacián. Por el Contrario, si la lluvia


es escasa, menor que la evaporación, o si está distri-
buida en intervalos de intensidad de precipitación.muy
alta, adquiere carácter ácido y no se producé el lava-
do propio del agua dulce. La meteorizaci(5n por hidró-
lisis es importante en el primer caso.

£1 agua tambián puede adquirir carácter básico en los


primeros estados de meteorizacicSn de los silicatos alu
minióos, segiín se recoge en la T^bla XlV-1 de STÉVENS y
CARROLL (1948). La hidrólisis de los feldespatos pro-
duce un pH de 8 a 1 0 , los piroxenos de 8 a 11 y los an
fíboles y feldespatoidos de 10 a 11.. El carácter alca
lino conferido al agua, es muy importante por lo que
afecta a las solubilidades relativas del AlpO- y . S I O A
que están presentes en las reacciones de hidráXisis.
La solubilidad del S:
SiOp y Al-G- es un fenómeno decisivo
en la meteori2aci<5n.

La sílice,' Fig. 2 7 , es ligeramente soluble para cual-


quier valor de pH, mientras que la aldraina salo es so-
luble para valores inferiores a 4 y superiores a 8'5'
La solubilidad de la sílice como cuarzo es de 6 ppm,
mientras que como sílice amorfa es 20 veces mayor, pero
de esta última forma es poco abundante salvo en las are-
niscas. Por ello, con aguas ligeramente alcalinas-, la
sílice se puede lavar en pequeñas cantidades mientras
la alilmina permanece.

En resumen. Tabla XIV-2, si la lluvia es g|,bimdante el


pH del agua que llega al suelo es casi neutra, al a t r ^
vesar el medio donde se producen hidrólisis de feldes-
patos puede tomar un ligero carácter alcalino, que pu£
de contribuir a la disolución de la sílice y permanen-
eicL de la alúmina.

Si la lluvia es escasa, y la evaporación anual es supe-


rior a la precipitación anual, todos los productos de
meteorización permanecen, originándose montmorillonita.
79

B L A X I V *-l

pH d e l a g u a de
Mineral percolación

A-nfiboles
Actinolita 11
Hornblenda 10
Carbonatos
Calcita 8
Dolomita 9, 10
Siderita 5; 6, 7

Minerales arcillosos y
iSxidos de A l .
Kaolinita 5» 6,, 7
Montmorillpnita 6, 7
Boehmita 6,7
Diaspora 6, 7
Gibbsita 6, 7

Feldespatos
Albita 9, 10
Oligoclasa 9
Labradorita 8, 9
Anortita 8
Ortoclasa" 8
Microelina 8, 9

Feldespatoides
Nefelina 10 11
Leucita 10

Micas
Biotita 8, 9
Mtiscovita 7 8

Olivino 1 0 , 11

Plroxenos
Aegirita 9
Áugita 10
Diopsida 1 0 , -11
Hypersthena 8
Cüaf*zo 6, 7
T A B L A X I V -2

Acci(5n del agua de lluvia sobre las rocas cristalinas acidas en


función del agua caída

Cantidad de lluvia abundante moderada Escasa

pH del agua en atmósfera neutra lig. acida acida


pH del agua en roca meteoriz. alcalina lig. acida acida
Procesos de me teoi'ización:
Iones metálicos se lavan se lavan no se lavan
Sílice se disuelve no se disuelve no se disuelve
Alúmina no se disuelve no se disuelve no se disuelve
00
Productos de me teorización Gibbsita Caolín illita, montmo-
rillonita, ceolitas
»1

sooo
' ..

1000 ALtMtNA '/


V
StUCE
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0.1 1 i.." i • 1' - 1 1 ^.d :


10 \t
PH

Fig. 2 7 : Solubilidad de la alúmina, MAGISTAD (1925);


del cuarzo, SIEVER (1962) y de la sílice
amorfa, MOREY et al (196^), en función del
pH..

illita y ceolitas.

Si la lluvia es moderada, la precipitación es suficien


te para remover muchos de los iones metálicos M, pero
el pH se mantiene ligeramente ácido debido a la cant¿
dad de iones H* que lleva en disolución procedentes
del CO0H2, arcillas y plantas, lo gue permite considje
rar insolubles el Alp Oo y Si O^ dando origen a mine-
rales del grupo de caolín.

El. agua de lluvia puede tomar ün carácter ácido de-


bido principalmente al QOo existente en el aire v a la
82

acidificación del suelo por las plantas.

En la: Tabla XV se recogen los valores de pH y composición


de diferentes aguas de lluvia, antes de llegar al suelo.
Pero en el interior del macizo su acidez aumenta.por di-
solución de más CO2 existente en la atmósfera del suelo
ya que, dentro de este,, la presión parcial de aquel pue-
da alcanzar 10 veces la del aire. Además de suministrar
iones H* , el CO3H2 puede reaccionar con los iones metá-
licos Ca"*"^, Mg+^ y Fe+2 de los minerales, o formando b i -
carbonato.

Los elementos sólidos fuente de iones H*** dentro del mvM-


lo son diferentes sales, -an particular Bul'tyxrÓBf lA^'^ax^
cillas ácidái,y.las plaiitaa^

La oxidación de sulfures origina sobre todo ácido «ulfií


rico que disminuye fuertemente el pH del agua que lo l a
va, pero estas reacciones son muy locales.

La arcilla acida es un mineral de arcilla que tiene una


alta proporción de iones H*" en los lugares de cambio de
iones, lo que pu«de acidificar el agua que la atraviesa,
pero su principal papel dentro de la meteorización es B U
transporte como coloid» y deposición sobre la superficie
de una partícula silicatada primaria a la que ataca. E£
te efecto fue tratado por WINTERS (l94o) utilizando ben-
tonita y oliyino y horhblenda,comprobando el intercambio
de los iones H+de aquella por los Ca+2 y Mg'*'^ de estos
últ imo s.

Las plantas son -una fuente continuada de iones H+ hacia


las arcillas coloidales en contacto con sus raíces, a c ¿
difloándolas al cambiar los iones H* por Ca"*"^, Mg^^y K*
ne'cesarlos para su nutrición. El H+del coloide ataca
posteriormente a los fragmentos minerales y res-tituye
T A B L A XV
Composición química del agua de lluvia CARROLL (1970)

Elementos Químicos mg/litro


Localidad Lluvia
PH Cl NO3-N NH3-N Na Mg Ca
./
mm/ano

Europe, north 560 5.^7 1.46 .47 0.27 o.4i 2.o:fe 0.35 0.39 1.42
Australia^, southeast 590 - tr 43 2.46 0.37 0.50 1.20
Australia, south 655 0.1^ 13.34 5.06 2.0') 2.20 4.21
Australia, soutwest 806 0.13 6.81 2.70 0.39 0.48 0.45
Perth, Western Australia 890 6,0 0.28 11 7 0.03 0.03 6 44 0.39 0.84 1.4o
Georgetown, Britisli Guiana 0.42 2 .93 0.86 0.02 1 .51 0.18 0.31 0,75
Kampala, Uganda 1300 7.8 0.6^ O .9 1.7 0.63 1 .7 1.7 0,05
Hawa il - 5.3 0.50 6 ,87 0.03 0.08 3 .91 0.39 Q.99 0.74
Bormuda 1^58 - 0.70 12.41 0.56 0.07 7 .23 0.36 2.91
Washington, D.C. 1052 - 0.89 0.35 2.4 0.43 0.23 0.18 0.23
Urbana, Illinois 0.80 0.69 1.27 0.09 0.90 0.07
Tacoma, Washington 2032 1.13 22.58 0.99 0.05 14.30 0.59 o..73
Cape Hatteras, North Carolina 1370 0.59 6.50 1.03 0.11 4.49 0.24 0.44 CX3
U3
Columbia, Missouri 1016 - 0.80 0.15 3.81 0,44 0.33 0.31 2.18
Grand Junetion, Colorado 226 - 1.58 0.28 2.63 0.33 0.69 0.17 3.4l
Fresno, Californi 24o - 0.36 0.35 2.94 2.21 0.30 1.11 0.37
San Diego, California 277 - 1.11 3 . 31 3.13 1.15 2.17 1.21 0.67
England, Lake Distriet 124o U.h5 ,06 3. 3 1.9 0.02 0.02 0.03
England, c i t i e s 750 4.8 ,8 10, 9 5.8
England, country 4.8 0.05 5.1 3.1 0.02 0.03 0.02
8k

el equilibrio de cationes metálicos. La tranferencia


de cationes a través de puentes coloidales entre raí-
ces y minerales no alterados fue estudiada por JENNY y
OVERSTREET, y la denominaron intercambio de contacto.
El mecanismo se esquematiza en la Fig. 28. La arcilla
coloidal y la materia orgánica que cubre los minerales
no alterados llega a formar una línea frontal de mete£
rización qué se renueva continuamente* con svuninistros
de iones H* de las raíces posteriores.

^ " J" .:
rS M CATIÓN
^•^ (M> Co,Mj,K,»te.)
f ) VOLUMEN DE OSCILACIÓN DE COLOtOE Y CATIONES.

Fig. 28: Esquema del movimiento de ¿atienes


por cambio de contacto entre partí
culas coloides adyacente:s. KELLER
y FREDERICKSON (I952)
85

La energía qup necesita esta reacción viene, en último


término, del sol a través de la planta. KELLER (19'57)
señala que el sol, a I30 millones de Km^. de distancia,
interviene en la meteorización química al final de las
raíces de las plantas« algunos metros por debajo de la
superficie de la tierra.

3.5' Carbonatación

Se ha mencionado ya anteriormente el efecto del C02di-


suelto en el agua de lluvia sobre la meteorización de
los silicatos.

3H2O + 3 CO2 —^ CO3H2 + 3H+ + 003^ + CO3H"'

La combinación de los iones carbonato, CO3 , o bicarb^^


nato, HCO3, con diferentes minerales se denomina carb¿
natación. Algunas rocas de calcio, magnesio e hierro
se meteorizan por este procedimiento. En concreto, la
reacción de la dolomía será ;

Ca Mg (003)2 + 2 CO2 + 2 H2O — > Oa ( H 003)2+ Mg (HC03)2

CARROLL (1953) afirma, de observaciones geológicas, que


él ácido carbónico es más fuerte como solvente que lo
qu^ su débil acidez indica. Por ejemplo, el circón, el
mineral pesado más resistente a la alteracifíii qmfrnica,
puede ser atacado por soluciones carbonatadasi.
86

3.6. Oxidación y reducción

Oxidación es el proceso por el que un átomo o grupo de


átomos pierde electrones y sufre un aiomento de su valen
cia o car^ja positiva, mientras que reducción implica la
disminución de la valencia o carga positiva de un elemen
to o compuesto, causado por la ganancia de electrones.
Ambos procesos se dan conjuntamente.

Se llama potencial de contacto a ia diferencia de poten


cial que se establece entre una sustancia y una disolu-
ción que contenga sus iones.

Potencial normal es el que corresponde a la semirreacción


ión-electrón, que tiene lugar en las pilas cuando el pro-
ceso se realiza a 25°C. También se denomina potencial de
oxidación.
Los valores de los potenciales normales son relativos, y
para establecer una escala absoluta se toma como poten-
cial cero de la escala al potencial normal del electrodo
de hidrógeno.

Todos los potenciales normales oscilan aproximadamente


entre ^3 voltios. La serie ordenada de todos los poten
ciales normales recibe el nombre de serie electroquímica-:
de tensiones.

Los elementos químicos aparecen en un estado de oxidación


que está en equilibrio con su medioambiente. El poten -
cial de oxidación es bajo en rocas ígneas y metamórficas,
y en pizarras negras y grises conteniendo pirita, es al-
ta en areniscas, calizas y pizarras rojas.

El potencial de oxidación de las rocas sedimentarias de-


pende del medioambiente donde se hayan formado y este de
87

pende de las condiciones climatológicas. £>flÍB/ odÁÜlC^^


nes de oxidación reducción de los medioaiBbientes de ai^
teorización actuales, se recogen en la Pig» 29, toniadiai
del libro de JIMÉNEZ SALAS y JUSTO (1975). Ltoe ittBdiOáa
bientes situados por encima de la línea J^%^ s O son oxi-
dantes, y los de debajo, reductores.

TODO-I

800-

•V>v
600-

-«00-

0 pH

Fig. 29 : Límites de los ambientes naturales def_i


nidos por pH y Ev,. BAAS BECKING et al ""
(1960).
88

Las aguas del mar y de loa ríos contienen de 5. a 8 inl/


litro de oxígeno disuelto, y un E. de 300 mV, mientras
que el agua en áreas donde se acumula materia orgánica
tiene un contenido de oxígeno disuelto práximo a cero,
y valores de Ej, próximos a -300 raV. Estas condiciones
de agua se dan cuando existe poca c±xv¡aiLaiiP±j6ia, y p€tT tmntp
aús-entoia d« sexüiBentos^grriesos; sd«' emtvi:-fOTmml«íPiáait»T±ei.
crx^ránlca s» acumula con «edimentos xié Ifdmo y^TKrdilíla»

Cuando los sedimentos se depositen en medioambientes ox¿


dantes, serán muy estables, pero si es reductor, lo cual
puede ser debido a la consiinción del oxígeno por bacterias
y ausencia de corrientes de agua, se depositarán juiíto con
materia orgánica y con azufre, en forma de sulfuro, orig_i
nado por la actividad de las bacterias anaerobias como ya
se ha mencionado anteriormente.

La variación en las condiciones ambientales en los sue-


los actuales, fue estudiada por BAAS-BECKING et al (1960),
en suelos con diferente grado de humedad. Tabla XVI.

T A B L A XVI

Tipo de suelo pH E^

Normal 2'8 - 10'¿+ + 400 a + 8OO m.V


Húmedo 3'7 - 8'5 + 1 0 0 a + UOO m.V
Inundado 5'O - 8'O - 350 a + 200 m.V

Los suelos inundados son pobres en oxígeno y, en general,


son reductores. En ellos viven bacterias anaerobias, y
el hierro férrico se reduce a hierro ferroso que se puede
89

mover en solución. Si la capa freática bada, el &it^


entra en ellos, y el hierro precipita, en estado frfrri
co. Estas variaciones pueden ser estaciottales como las
estudiadas por STARKEY Y WIGHT (19^5) Y que se recogen
en la Fig. 30.

-400 -

JUL. 9ET. NOV. ENE. MAR kHV. ML. SET. NOV.

Fig. 30: Variación estacional del Eh de


cuatro suelos.

Se observó que durante la descomposición de la materia


orgánica (oxidación) dentro de suelos húmedos, el Eh
permanece por encima de +^00 m.V, pero en suelos simi-
lares inundados, el Eh baja a + 200 m.V. Los cambios
estacionales de la capa freática, cambia las condicio-
nes de vida de la flora bacteriana, que son las que con
trolan en mayor proporción el Eh.

HEM (1959, 1960, 1963) describe en detalle las condici£


nes de equilibrio para las distintas clases de hierro,
manganeso y azufre. Según CARROLL (l9^0) el titanio tam
bien puede reducirse de Ti' Ti*^si el Eh del ambiente
90

disminuye. La solución de óxidos de hidrro adhéiridias


a las superficies externas de las arcillas tieit« ltie»ár
en ambientes acuosos en los que Ej^ est^ comprendido
entre + 180 m.V y + 23Q m.V, CARROLL (l958).

Oxidación de los sulfures de hierro.

La oxidación de los sulfures produce deslnte^ación por


hinchamiento en los lugares donde están, y por cristal^
zación de sulfatos en zonas diferentes.

Aunque los mecanismos de oxidación y expansión de los


sulfures (S~2) a azufre libre (S°) o a sulfato (S*°) no
se conoce exactamente, se hace un símil para deterniinaír
el aumento de volumen considerando el sulfuro de hierro
como una pila de láminas ( - A - B - A - B ) en las que sé aitiSan
los iones hierro entre los Intersticios de los iones azu
fre. La densidad de la pila de sulfures está estrecha-
mente ligada al radio del ion azufre 1*85 A , Y volumen
26-1 £ 3 .

Los iones sulfato tienen coordinación tetraédrica, cuatro


átomos de oxígeno rodeando a xlno de azufre, y su disposj;
clon se conserva en todos los eorapuestos, por tanto su
volumen 92'^ A se relaciona directamente con el raxiio del
sulfato 2*805 X , lo que representa sobre el suifui'o un
aumento en voltamen del 350^. Si además se considera que
muchas veces la oxidación va acompafi,ada de hldra^ación,
se puede obtener un aumento todavía mayor.

Pero el problema se plantea a la hora de justificar por-


qué se produce la oxidación y por taJito este cambio de
volumep. Se habló antes de la acción de las bacterias
como aceleradoras de esta reacción, y les productos que
se iban obteniendo. LUNGREN et al (l972) obtienen que pa
ra un pH=3 se produce una rápida subida en el valor dsi.-
po^t«ncÍ!al de 'ox-idafciónv que »« correaponde^-oaíit-.iatiiíí^iiloi^cro^
oiffliehto: de las., cálulas y por taiito-tin aumento on-iJ^-osE^^
+2 ""
dación bacterial del Fe del sulfato ferroso y mngisáTenaj
91

que el cambio de electrones puede tener lü^ár «íentro de


las paredes de la célula de la bacteria,, tz'ansfozwajad^
el proceso de oxidación en uno biológico, especialmente
en estos bajos valores del pH en los que la oxidación qu_í
mica es difícil.

Aunque el medioambiente sea seco, las bacterias puedan


realizar sus Tunciones oxidantes debido a que sus pare-
des están formadas por lipoproteinas y lipopolisacárl-
dos que son agentes htunectantes que permiten deslizar a
las bacterias en estas condiciones.

Los fenómenos de oxidación de las piritas en las pizarras


de Oslo, "alum shales", fueron comenzados a estudiar por
BASTIANSEN et al (l957). Ellos achacan a la presencia de
un sulfuro de hierro monoclxnico,. la pi3^^o'tiit8^» junto a
la propia pirita, la causa de la rápida oxidación de esta.
La presencia de dos sulfures en contacto provoca una ace-
leración en la oxidación de estos, pero el problema se
plantea al justificar J.a presencia allí de 1 a pÍ'1?l?o t'i'tfi,, y
lo achacan a los plegamientos sufridos por esas pizarras
en los movimientos Caledoniano y Pérmico, de ahí que la
forma del cristal sea plana y en contacto íntimo con la
pirita. MOUM y ROSENQUIST (1960) obtuvieron que la "ex-
plosión" en la atmósfera de pizarras con pirita se produ-
cía cuando el contenido de azufre BT¡ forma de pí^t^tt^
se aproximaba al 0*2%.

BERARD (1970) achaca la oxidación de las piritas al m o v ¿


miento ascendente de agua con oxígeno, procedente de la
capa freática,; debido al gradiente de temperatura que se
crea en algunas zonas.

MACAU (1963), en cambio, justifica las rápidas oxidacio-


nes ocurridas en calizas con pirita al efecto de pila
92

geológica. Estudia alternancias de ciallzas con pirita y


pizarras carbonosas cruzadas por una vía de ferrocarril,
y en las que se había excavado un túnel. Estas alter&a^
cias impregnadas con aguas cargadas de sales y cerrado
el circuí to ya sea por la propia via, o por los cables
de energ'a elp<trira de la f ra<>c i ón ferroviaria, origi-
nan una s e n e de corrientes y de fenómenos electrolíti-
cos que activan en gran escala el proceso de descompos^
ción de las piritas y la presencia de aguas agresivas.

Además de los productos de oxidación de las piritas sue>


les aparecer otros sulfates como materiales secundarios.
Estos fueron estudiados por FASISKA, WAGENBLAST y DOUGIffiTY
(197^) analizando muestras de roca en las que se había
producido la cristalización de estas sales utilizando la
técnica del microscopio electrónico para detectar las par
tículas de sulfato, la técnica de la energía-dispersiva
de Rayos X para hacer un análisis elemental de la partí-
cula, y la de difracción de Rayos X para determinar el
compuesto, detectando los sulfatos anhidros e hidratados
siguientes : sulfato de Titano, Ti (S04)2» sulfatos de
hierro, SOZ^Fe, SO^Fe.? HgO, sulfatos de calcio, SO^Ca,
SO^Ca, 2H2O, y sulfatos de aluminio, Al2(SOif)3,
Al2(SOZ,)3.l6H20.

3.7. Resumen

En los procesos descritos en este capítulo, la composición


química de las rocas juega un papel fundamental en todos
ellos y, aunque de forma indirecta, al realizarse todas
las reacciones en medio acuoso, dependen tambi<$n de la
facilidad de acceso del agua.

El agua puede actuar sobre los minerales reaccionando con


ellos, hidratacion, y entrando a formar parte de su estruc
tura cristalina, como ocurre con diferentes sulfatos. Pe^
ro, además, la presencia de agua junto a las estnicturas
93

de los silicatos en las que existen loneá metállcoé, pX*o-


voca vina interacción entre ambos que Justifica, Itasta
cierto punto, el complejo fenómeno del int«r»agl?lo á» io~
nes.

Esta tlltima reacción mencionada es el primer paso de la


descomposición de las estructuras silicatadaí^ y su inten-
sidad depende, en buena medida, del tipo de cationes que
forman parte de la red. Una clasificación dada, en orden
creciente de estabilidad, sería Ca*^ i Mg*^i K'*'< H* ^ Na*<. L i *

La reacción de adsorción de molóculas orgánicas sobre las


partículas de arcilla, quelaciónt aumenta la fuerza de re-
tención de los iones metálicos impidióndoles reaccionar
con las soluciones meteorizantes.

Por hidrólisis. los minerales, y en particular las estruc-


turas silicatadas, cainbian sus iones metálicos por_ iones
hidrógeno, acidificándose, alterándose y facilitando la
descomposición de la estructura cristalina. La intensi-
dad de esta reacción depende, no solamente del pH del agua
de lluvia, sino tambión de las modificaciones que sufre e ¿
ta magnitud al atravesar las capas con diferente, grado
de meteorización, afectando a la solubilidad de la alúmi-
na y sílice, último escalón en la descomposición de los s±
licatos.

La hidrólisis de los carbonatos es una reacción muy lenta


salvo si el agua lleva anhídrido carbónico en disolución,
en cuyo caso éste transforma los carbonatos en bicarbona-
tos, que se hidrolizan rápidamente, de ahí que a la reac-
ción se la denomine carbonatación.

Por último, los iones cuyo potencial normal sea inferior


al del óedio EÚ. que acceden, tenderán a oxidarse de una forma
que se puede esquematizar en una reacción de oxidación-re-
duce ion. Esta transformación es típica de los iones ferro-
so, ya estén formando parte de algunos de los minerales de
las rocas ígneas, las micas y otros, ya formen parte de m ¿
herales de rocas sedimentarias formadas en cuencas con un
94

potencial de oxidación muy bajo, es el caso do la si-


derita y pirita.
95

C A P I T U L O 4

CLASIFICACIÓN DEL ESTADO DE í O r r E O R I Z i t l J ^ S ^

k.l, Clasiricacidn general del estado de meteorizacidn.

4.1.1. Meteorizacién de las rocas.

La acción continuada del clima, agua de percolacldn y


organismos vivos a lo largo del tiempo sobre los mac^
zos rocosos, desencadena en éstos los procesos dé Bie-
teorizacián que se han visto anteriormente, alteránd¿
se la roca desde la superficie y disminuyendD en pro-
fundidad, en una secuencia que se denomina perfil de
meteorización.

4.1.2. Perfil de meteorización.

DEERE y PATTON (l97l) recogen descripciones de inten-


sidades de meteorización realizadas por diferentes au
torea sobre varios tipos de rocas y establecen una que
pretende ser general basada fundamentalmente en la pr_o
porción de núcleos rocosos existentes en las franjas
del suelo, y hecha de tal forma que sus divisiones se
correspondan con divisiones principales de escritores
anteriores. Tabla XVII.

Cada uno de estos niveles vendrá caracterizado por el


sistema de juntas y diaclasas, que habrá de reconocer^
se sobre el propio macizo; por el grado de alteración
de sus minerales tanto desde el punto de vista de péi;
dida de elementos como de apertura dé fisiiras; por el
grado de alteración química, que sólo tendrá en cuenta
la variación en la composición sufrida por los minora-
yo

T ;A B L A XVII

COMPARACIÓN DE CLASIFICACIONES im PERFILES DE MíMEORIZACION EN ROCAS ÍGNEAS Y METAMORFICAS USADAS EN INGENIERÍA

GRANITO GNEISS
iíIíEJ.SS ROCA Í G N E A GNEISS ROCAS ÍGNEAS UNA VARIE- ESQUISTO DEERE Y
DIORITA ESQUISTO ROCAS NO
.BASALTO GRANITO GRANITO Y METAMÓR- GNEISB METAMORFICAS DAD DE GRANITO GNEISS '-' PATTON
CUARCIFERA FICA BASALTO Y ARCILLOSAS
ARENISCA Y OTRAS ROCAS ARCILLA (1971)
ARENISCA
ARENISCA
ZONA GRADO GRADO ZONA ZONAS TX
i*>'ftj^fj;í^-^,^-^í>í'

VI I •; Jw-Sí»
ARCILLA
SUELO
lA POROSA O HORIZON
SUELO HORIZONTE HORIiZONTE A SUELO O .
SUELO CAPA DE SUELO • TE A
SUELO A: LA ZOJJA SUELOS ZONA SUELO
RESIDUAL GRANÍTICO SUPERIOR GNEISS IICOS SUPERIOR ARCILLOSO ARENA RESIDUAL
RESIDUAL
MADURO PROPIO MADURO '>>.,...•

IB
SUELO ARCILLA
HORIZONTE DURA O SUELO HORIZON
IB HORIZONTE B
B ARCILLA R%él- TE B
•JJESECHOS ARENA r

HESIDUALES IV TÍA DUAL " IC


GNEISS
f lA COMPLETA- HORIZON
SUELO ALTAMENTE ;iCK>MPLE- LA ZOÍ^: COMPLE'T A - ZONA SUELO ,;-.-.: SUELO
DESECHOS IWrBR-; i SApJlCiLITO MENTE TE C
IC RESTEiUAL METEORI- MENTE INTERfffi- SAPROLITO JJBSIDUi^'li RESIDUAL
TÉpIDUALES METEORI- (SAPRO-
JOVEN ZADA dtÉEQ-^ MEDa:4;-í;: METEORH DIA ZADO JOVEN -''í-y JOVEN LITO)
Ni¿ADO ífOCLEOS ZADO
DE ROCA
tllll T T T ., ) IV 'V TIB •XIÍI-A
GRANITO DESECHOS H-HWit TRANSI-
ALTA- RESIDUALES ALTAME1\ TE CIÓN DE
SUELO
>ÍENTE <CpN TE METEORI- SÜJSLO
RESIDUAL
MBTEO- irácLEOS METEOR:^ ZADO ^ glDÜAL
MODERADA- s V*" í JOVEN 1"-»

ai^ADO DE ROCA ZAÍX) ¡ T - O DE


MENTE ZONA ''f J S-AlPííO-
HA METEORI- trii LA Z 0 H 4 ' 'iTlb)"" INFERIOR III • ' III
^LITO A
CAPA PB ZADA GRAJÍITO NÚCLEOS PARCIALÍ- GNEISS MATERIAL MODERADA- ROCA ROCA ROCA
D E ROCA ZONA IH£ MENTE ROCA MUY NÉfTEO PAi^iClAL-
R'bCA " ^iODERA- MODERA-
CON DESE- MENTE 5 _ , DAMENTE: DESCOM- METEORI- METEO- ALTERADA
DAMENTE ilBíNTE
METEO- CHOS R E - METECS^.- METEORO i
^ PUESTO
TRAI^ICION ZADO RIZADA mzA- 'HETEO-
RIZADO gllDUALES ZADO ^ álZADA
'GRADA , ZADA '* 7 DA-
(bRUSS )
•i íi
-IV II í IV IIB
ROCA
PARCIAL- II FISURADA LIGERAMEN- ROCA ,
GÍÍANITO MENTE GNEISS TE FISURADA PARCIAL-
LIGERA- O PARCIAl^
I IB LIXJERA- MÍÍTEORI- LIGEIÍA-Ii METEORI- O FRAC- íaÍENTE
MENTE MENTE
JÍENTE ZADA MENTE '•: ZADO TURADA ^áSíTEO-
METEORI- METEORI-
METEORI- METEORO ÜlZADA
ZADA ZADO ZADA
ZADO
1 t V IV IXÍ XII
ESTRATOS ROCA
ESENCIAL- ROCA ISfO ROCA DE ROCA NO ROCA NO
ROCA GRANITO GNEISS; ROCA ROCA
III MENTE ROCA METEOÍII- FRESCO ROCA SOLIDA FISURADA MEtEO-
SOLIDA FRESCO FRESCA MADRE METE£
FRESCA ZADA O SOLIDA RlZADA
RIZAt"
DA
97

les; por la variación en sus características rísicad»


y por la variación en sus características ttecánícás.

£1 grado de alteración mineral puede estudiarse me -


diante microscopía óptica de luz polarizada, en el
caso de minerales primarios, análisis mediante difra£
ción de Rayos X que permite determinar ádamis los mi-
nerales resultantes de la alteración, y la microsco-
pía electrónica acompañada de microsonda, con la que
se pueden estudiar los minerales y la variación en la
composición que sufren debido a la alteración, dentro
del propio cristal. Las técnicas seguidas en cada uno
de estos procedimiahtos, fueron descritas por IifONTOTO
(1976).

La variación en la composición química con la meteoro


zación, se puede determinar de una foxnaa puntual con
la microsonda electrónica ya mencionada, y de una for
ma global, mediante análisis con reactivos diferencia-
les o con técnicas de espectrometría de absorción at_ó
mica.

Los r e s u l t a d o s de l o s a n á l i s i s q u í m i c o s v i e n e n dados
en p o r c e n t a j e da-1 T^re^st) rde aroca». d« cadec^uiÉo iobaislotro
o-henÉanstoa .R}xre lia ft»3nnaji> qt3mbi:na.tb3s >:eoii; A 1 oxi[gexs(r.j:-'Be
KO) cíkt) qué .se • :i^T«terttám cxn»aaer.:ea la? •vmríti^i.'ónxen 'iscré-r^
ftik9iaewÜoa> deatle l a 3^cK3,a aana-,. y :par •.\savto iam a" JOliLaL aa-
lA/sc^e hay que r e f e r i r t o d o s l o s r e s u l t a d o s .

JSsto s e puede c o n s e g u i r de d o s f ox*mas, o b i e n a p l i c a n


do e l c r i t e r i o de BARTH ( 1 9 ^ 8 ) que f i j ó una c é l u l a
s t a n d a r d de l 6 o i o n e s o x í g e n o que c o n s i d e r ó c o n s t a n t e ,
y por t a n t o , h a b r í a que r e f e r i r a e s t e número de i o n e s
t o d o s l o s e l e m e n t o s y a s í deteznninar l a v a r i a c i ó n hab^^
da en e l l o s , o b i e n tomando un e l e m e n t o como c o n s t a n t e ,
normalmente e l a l u m i n i o , d e b i d o a 1.a' ba;ja s o l u b l l i d a t i
de l a aJLiSmina e h i n t e r v a l o s dé pH- habltumles?*

• / / • •
98

La determinación de las características físícae y de


las características mecánicas se suele hacer siguien
do alguno de los procedimientos normalizados recono-
cidos internacionalmente.

k,l.'). Cl asif i elación de la meteorizac ion.

Cualquier magnitud que varxe con la meteorización,


puede servir para cuantificar ésta. De esta forma
se utiliza la variación en la superficie alterada
de los cristales vistos en láminas delgadas, la va
riación en los productos de alteración determinados
mediante Rayos X, la variación en los elementos ctjm
ponentes ya sea en un cristal con la microsonda elejc
trónica, o de una forma global con análisis químicos,
y por último muchas de las características físicas y
mecánicas.

HAMROL (19ÓI ) definió un índice de alteración -"-I que


se basa en la porosidad di? la roca, y que se obtiene
según la expresión :

L^ Pp- Pl
I = á i— 100
Pl

P]^ = peso seco de la muestra de roca

Pp = peso saturado por absorción rápida

Esta absorción rápida se obtenía sumergiendo la muestra


de rora en agua durante un corto período de'tiempo, va
riable con el tamaño, pero comprendido entre 1 y 2 horas,

El procedimiento para determinar este índice fue norm^


l'izado por la Comisión de Normalización de Ensayos de
Campo y de Laboratorio de la I.S.R.M. Dociimento 2 (l972)
99

NASCIMENTO (1970) relaciona la fisuraci<5n debida a la >


meteorización, con el hinchamiento que se produce en una
probeta al stunergirla en agua^ determinado mediante un
procedimiento normalizado también en el DOCUMENTO N2 2
(1972) de lá I.S.R.M.

Estos índices miden magnitudes absolutas de la roca, en


el primero se utiliza el volumen de huecos rápidamente
accesibles, y en el segundo es el hinchamiento, relacio-
nado íntimamente con la fisuración y composici<5n. Por
tanto, solamente servirán para cualificar el estado de
meteorización de forma comparativa con otras muestras de
roca de un mismo perfil de meteorización. Para utilizar
en diferentes perfiles, será ne-cesario comprobar que en
ellos la roca en estado sano tiene el mismo volumen de
huecos o el mismo hinchamiento.

Grados de meteorización.

OLLIER (19Ó5) clasificó la meteorización en cinco gra-


dos según una resistencia particular:

1. Fresca; No la rompe un martillo de geólogo


2. Se rompe fácilmente con el martillo
3. Se rompe con un golpe fuerte (por ejemplo las botas)
pero no con la mano.
4. Se rompe con la mano pero no se desintegra en agua.
5. La roca se desintegra en agua.

MELTON (19Ó5) establece una secuencia similar a la ante-


rior .

!• Fragmento fresco de roca, no presenta oxidaciones en


su superficie.
2. La superficie está ligeramente alterada pero el inte-
rior es sano.
3. El interior también está teñido por óxidos, el frag-
mento se rompe al golpearlo repetideunente con el mar-
tillo.
k. El fragmento está parcialmente descompuesto y puede
ser roto con la mano o con un golpe de martillo
5. Fragmento completamente descompuesto.

DIXON (1969) propone una clasificación. Tabla XVIII, ba-


sada en los siguientes criterios:
100

£s absoluta, es decir, no dependerá del conociíalen


to de las características de la roca fresca.
Es aplicable a todos los tipos de roca.
Se basa en propiedades físicas estrechamente reía
clonadas con la microfraeturacián.
Estas propiedades físicas se pueden medir fácilmen
te en el campo.
Denota los procesos que formaron los productos de
descomposición

T A B L A X V I I I

Denominación Abrev, Definición

Fresca F No muestra efectos de descomposi-


ción química.
Químicamente D Muestra efectos de descomposición
química, pero no es patente el
descompuesta
proceso exacto sufrido.
Químicamente Muestra efectos de descomposición
química, debidos a la meteoriza-
meteorizada
ción.
Químicamente Muestra efectos de descomposición
química, debidos a fluidos plut_ó
alterada
micos o volcánicos.
Extremadamente Se ha transformado en un material
disgregable pero que muestra la
descompuesto XD estinictura original de la roca.
alterada XA
meteorizada XW

JOHN (1962) Clasifica la meteorización de acuerdo con


la resistencia a compresión simple. Tabla XXX, aunque el
carácter absoluto que le da, refiriándola a todas • Xas r^^
cas, condiciona su aplicabilidad y la hace perder preci-
sión aún e n el caso de que la roca sana se encuentre en
el intervalo mencionado.
101

T A B L A X I X

Descripción R e s i s t e n c i a a l a compre_
s i ó n MPa •

MaLeriaJ sano 50 - 100


Moderadamente sano,
algo meteorizado 20 - 50

Débil, descompuesto
y meteorizado 10 - 20

Completamente descoin
puesto 2-10

h.2, Clasificación del estado de me teorización en rocas


graníti cas.

^.2.1. Meteorizacion de rocas graníticas.

Los granitos están formados básicamente por cuarzo, fe¿^


despatos y micas. Cada uno de ellos sigue unos procesos
de alteración diferentes, y tiene una capacidad de alte^
rarse también diferente, según se recoge en la Fig. 3 •
El conjunto del estado de alteración de cada uno de
ellos da el estado de alteración de la roca.

El cuarzo es el mineral más resistente de los que com-


ponen básicamente el granito. Su alteración se mani-
festará en una ligera disolución de los cristales y en
un aumento de fisuración intragranular cuya causa sup¿
nemos será el ajuste tanto de la historia tensional del
granito, como de la nueva situación creada por la alte-
ración de los minerales adyacentes lo que lleva consigo
una pérdida de resistencia y probable readaptación del
102

volumfen total del macizo.

Los feldespatos se clasifican en dos grupos, los pota


sicos, ortosa y microclina, de fórmula general (K,Na)
Al Sl30g, y las plagioclasas con la fórmula general
(Na,Ca) Al (Al, Si) SÍ2O8 de los cuales la albita es
la rica en sodio y la anortita la más rica en calcio,
pasando por composiciones intermedias de estos dos com
puestos en la oligoclasa, andesita, labradorita y bytow
nita.

Sus características, se recogen en la Tabla XX.

Sistema Peso
Denominac ion Composición Crista'- Especlfí Dureza
lino
Ortosa Silicato de Al y K 55 2560 6
Microclina Silicato de Al y K 69 2560 6-.6^5
Albita Silicato de Al y Na 6? 2610-2630 6-6'5
Oligoclasa Silicato de Al,Na y Ca 6s 2630-2600 6-6^5
Labradorita Silicato de Al,Ca y Na 6° 2680-2720 6-6 «5
Anortita Silicato de Al y Ca 6? 2720-2760 6-6^ 5

Los feldespatos son casi tan duroa como el cuaxi^p, pero tie-
nen planos de exfoliación muy marcados, especialmente
en las plagioclasas, que es probablemente lo que permi-
te la rápida penetración del agua y la alteración.

En el primer estado de la alteracl^éíx, loa, feldespatos


me debilitan al penetrar el agua e hidratar los
cationes, para 3 a continuación^producirse un inter-
cfimbio de iones entre los cationes del silicato y el
103

agua. Una vez atacada la estructura, comienza el at¿


que de los tetraedros que contienen los iones Si y A l ,
de acuerdo con el pH. Cuantos más iones de cambio ten
gan, más alterables son las estructuras silicatadas.

La microclina es el feldespato más resistente, segui-


do de la ortoclasa. Las plagioclasas se meteorizan
más rápidamente, y los miembros calcicos más rápidamen
te que los sódicos. LAPPARENT (I909) dice que las pía
gioclasas se alteran a laminillas de sericita que es
una mica potásica.

En feldespatos zonados, en la primera fase de altera-


ción, sólo las zonas calcicas se cambian a sericita,
mientras que las ricas en albita permanecen indemnes.

COLLIER estudió la alteración, midiéndola en base a la


pérdida de material, lo que no representa más de unas
unidades por cien,entre 1'6 y 4'7. DEJOU (l959) en
cambio, encuentra pérdidas del 18'18%.

El orden de partida de los cationes se sitúa de la s¿_


guíente forma.

Ca>Na>Mg>K - Si -Al

Según MILLOT (196^) en un primer estado de alteración


de feldespatos, se transforman en illita que es la
fracción fina de la sericita.

Los minerales del grupo de la mica son silicatos alumí_


nicos básicos con estructura cristalina laminar, que
les confiere capacidad para exfoliarse.

Las dos principales micas son la biotita o mica negra,


de fórmula K(Mg,Fe)3Al S Í 3 0 I O ( O H ) 2 y moscovita o mica
104

blanca, K AI3SÍ3010(0^)2.

Son blandas, fácilmente atacables por el a ^ a que pene


tra a través de sus planos de exfoliación, e induce al
intercambio de iones.

£1 primer estadio de alteración de la biotita es la


clorlta y el de la moscovita la illita, sin glandes
cambios en su estructura. MILLOT (1964) establece como
minerales arcillosos presentes en un primer estado de
alteración de los granitos, la illita y la olorita der¿
vada de los ferromagnesianos.

Los productos de alteración dé la illita y de la olor¿


ta son las arcillas interestratificadas illita-vermicu
lita, clorita-vermiculita y vermiculita.

Si el drenaje es malo, puede comenzar a desarrollarse


la montmorillQnita. Si el drenaje es bueno, se desarr^o
liará caolinita.

4.2.2. Perfil de meteorizaclén en rocas graníticas.

DBSRE y PATTON (1971) aplicaron el perfil general enun


ciado por elida al caso de rocas granítloas, Fig. 31
basado en la eonsistenela del material, y diaolasas.

Elllea hacen la siguiente deaoripoidn morfológica de


oada una d@ las aonaa.
105

ZONA

COtUVlOM U O T K O *

I*
MONIZONTC A M^
HOMIZONTE e

I « U I L O HKSIOUAL

:; /C;:.•Y•^/^J<^:;••:•:;^:^^•^<•^•:
IC
MOHIIONTC C
(•APUOUTO)

MA
THAMICtOM eC
• APUOUTO A
ROCA M t T C O m -
ZAGA

II ROCA MCTIOmiAOA

lia
ROCA
RARaALMENTI
MtTCORÍZAOá

I I I ROCA NO M C T C O -
RIZAOA

FI6 .31.-PERFIL TÍPICO DE M E T E O R I Z A C I O N DE R O C A S ÍGNEAS


106

Zona lA ; Zona empobrecida por infiltración de agua


que transporta, suelo abajo, materiales en suspensión
o solución. La parte superior es rica en materia org;á
nica.

Su textura es arenosa.

Zona IB : Zona de deposición de materiales sólidos


procedentes de XA, pero en cambio ha sufrido el lava,
do de elementos solubles. Puede enriquecerse de sil¿
C Í O , aluminio y hierro, que pueden actuar de cemento.
No se distingue el material materno, y no existe ind¿
cación alguna de la estructura original de la roca.

Zona IC : En ella no se distinguen todavía feldespa-


tos, que están alterados y las micas pueden estar par
cial o totalmente alteradas. Posee apariencia de r^
ca dura, y consistencia de suelo.

Se manifiestan las estructuras heredadas de la roca


madre, diaclasas, fracturas y minerales que tienen
orientaciones idénticas a las de sus posiciones orig2_
nales. Los núcleos de roca dura son menores del 10°/o.

Zona IIA : La alteración es muy acentuada en diaclasas


y zonas próximas, pero disminuye hacia el interior, don
de existen núcleos rocosos en una proporción mayor del
lO^é hasta el 959^o.

Zona IIB : Alteración notoria en diaclasas. En el in


terior ha comenzado la alteración de feldespatos y mi-
cas .

Zona III : Los feldespatos y micas se presentan inalte^


rados y las diaclasas muestran muy poca oxidación atr¿_
buible a me teorización.
107

Características mineralógicas.

WAHLSTROM (19^8) estudicS mineralógicamente la evolu-


ción de una granodiorata cerca de Boulder, en Color^
do, en SUraL de espesor. Fig. 32.

FELDESPATOS

ARCOSA O 0 0
» • *•
ROCA MUY
ALTERADA

* *
ROCA
ALTERADA
* *
* *

•.•V •
GRANOOIORITA
t *
FRESCA

Fig. 32 : Diagrama mostrando la composición


mineralógica de una granodiorita
en. 2k m. de espesor WAHLSTROM (ig'^S)

Analizó una muestra de granodiorita sana y siete mue¿


tras de la misma roca alterada. De ello deduce : La
hornblenda es el primer mineral que desaparece y está
acompañada por la alteración de biotita a verraiculita
perdiendo hierro ferroso en la oxidación. En la parte
superior desaparece la oligoclasa, y la microclina d i ¿
minuye un 50%. Aparecen nuevas sustancias como el óx¿_
do de hierro y lá dolomita, la presencia de esta últi-
ma la achaca a la diagónesis.
108

En láminas delgadas observa que la descomposición m±_


neral se inicia a lo largo de superficies expuestas
a la acción del agua de percolación. Otros lugares
de ataque son los planos, superficiales y de exfoli^
ción del cristal, aunque se aprecia la dificultad para
penetrar la aJteración hacia el interior,debido a la
protección que confiere el material alterado.

Características químicas.

WAHLSTROM (19U8) también estudió la composición quírai_


ca del perfil de alteración desarrollado en la grano-
diorita. Tabla XXI.

T A B L A X X I

Composición química de un perfil de meteoriza-


ción en granodiorita^ WAHLSTROM ^(1948)
Dist. en
pies a 0 1 10 17 20 22 23 24
roca sana
SÍO2 67.92 68.15 65.kb 61. kS 58.54 58.66 57.69 55.46
TÍO2 0.55 0.55 O.k'i 0.78 1.12 1.21 1.34 1.53
AI2O3 lJ^.70 lh.26 13.22 1^.35 19.08 18.02 18.44 21.37
Fe20 3 0.91 2.24 2.79 4.65 6.46 6.55 6.85 8.65
FeO 2.61 1.03 0.74 0.78 0.44 0.82 l.o4 0.37
CaO 2.9^* 1.17 2.0'!4 1.75 0.83 0.58 0.76 0.38
MéjO 0.98 1.19 1.31 2.18 2.01 1.69 2.71 0.56
Na20 3.31 1.95 0.53 0.U2 0.61 0.57 0.54 0.49
K2O 4.38 k.76 5.59 6.90 6.71 7.10 5.94 6.48
H2O+ 0.80 3.54 5.6k 5.81 3.25 3.32 4.03 3.58
H2O- 0.3f' o.ks o.ks 0.43 1.14 1.33 0.93 0.97
P2O5 0.18 0.12 0.13 0.24 0.38 0.29 0.32 0.20
CO2 . None 0.10 2.26 0.90 None None None None
MnO 0.03 o.o4 0.05 0.05 0.02 0.03 0.03 0.03

99 • ^^7 99. 58 100.68 100.73 100.59 100.17 100.62 100.07

SÍO2 sin
combinar 2k 31 28 25 21 20 22 20
109

La parte más alterada del suelo ha perdido casi todo


el sodio y calcio, por destrucción de la oligoclasa,
y el ion ferroso, por alteración de biotita y magne-
tita. También perdió por lo menos el 4 0 % del magne-
sio original, por destruct-ión de la hornblenda, y el
159¿ del silicio, por destrucción de oligoclasa y horn
blenda. En contraste, dice VAHLSTROM,que el aluminio
y potasio aumentaron en un ^0% debido a que la illita
y otros minerales lo mantienen en el suelo.

La cantidad de titanio se triplica, a pesar de que la


esfena se ha alterado, el titanio se inmoviliza como
TÍO2, anatasa, la cual es insoluble para valores de
pH superiores a 2. La cantidad de ion Térrico aumen
ta en orden de magnitud a causa de la oxidación natu
ral del paleosuelo y la insolubilidad del óxido de
hierro para valores del pH mayores de 3«

La dificultad encontrada por WAHLSTROM (1967) para t£


mar cantidades absolutas de material referido a un p_e^
so de muestra sana dado, la intenta salvar CARROLL
(1970) aplicando el criterio de BARTH (19^8).

BARTH demostró que si la composición de una célula


standard de I60 iones oxígeno de una roca fresca se
compara con una célula semejante, de una roca meteor^
zada, se pueden determinar fácilmente los iones perdi-
dos. Eso se basa en que en muchas rocas el oxígeno
ocupa el 929^ del volumen, y todos los cationes presen
tes (Si, A l , F e , M g , K, Ca, et) ocupan el 8% restante.
La estructura de muchas rocas silicatadas es tal que
100 cationes se asocian con I60 iones oxígeno. Si al^
gunos de aquellos cationes se pierden, el voliomen r^
sultante del material con I60 iones oxígeno, contiene
menos de 100 cationes.

Este cálculo lo aplicó para estudiar la alteración del


ll'O

granito en la Guayana Británica, según los análisis


de HARRISON (l93^). Tabla XXII.

I A B L A X X I I
Composición química de un granito saino y altamente
meteorizado . HARRISON (l93^) Y CARROLL (l970)

(a) (b) (c) (d) (e) (r)

SiG2 72.27 65.17 Si 63.07 52.61 37.60 -25.47


AI2O3 1^.01 21.30 Al lh.k7 20.25 1^.^7
Fe203 1.95 1.38 Fe 1.78 1.21 0.86 - 0.92
FeO 0.60 0.53
MgO 0.8'^ 0.70 Mg 1.10 0.82 0.59 - 0.51
CaO 1.15 0.23 Ca 1.10 0.15 0.11 - 0.99
NagO 2.70 0.19 Na k.31 0.29 0.21 - 4.30
K2O 5.03 3.27 K 5.66 3.39 2.ÍÍ2 - 3.24
H2O 0. 52 7.13 H 3.0'4 39.37 27.^2 +24.38
MnO 0.27 Mn 0.1 ()
TÍO2 0. 58 0.65 Ti 0.37 0.39 0.29 - 0.08

P2O5 o.o4 P
0 160.00 160.00 llk.jh -45.66
99.96 100.55

Calculó CARROLL la proporción de iones en una célula


standard de I60 iones oxígeno según el método de BARTH
que colocó en las columnas (c) y (d). Se consideró el
Al estable y así se transformó la (d) en la (e). Si la
columna (e) se resta de la (d), los niímeros en la colum
na (f). indican la pérdida y ganancia de iones durante
la me teorización del granito.
111

Características mecánicas.

DUNCAN y DUNNE (1967) realizaron un estudio de las pr£


piedades l'i'sicas, mecánicas y dinámicas del granito de
Dartmoor, Inglaterra y su variación con la meteoriza-
clc5n expresada por su humedad de saturación, densidad
seca e índice de huecos.

En las figs. 33, 3^ y 35 se recogen los valores de la


resistencia a compresión simple sobre muestra en esta
do natural en función de estas magnitudes físicas.

28 • r 1 ;^i 1 1'11 1 I I I

24.5

S 21
3

Ul 1•

1 175
m

z •
g
(fí
Ul
o:
a. 14
S

1
o
o
<
< 10.5
<

m 7

3.5
SUELO
ROCA N. RESK}UAL

1 I I I 1 I I I 1 1 II
0.1 1.0 10 100
HUMEDAD DE SATURACIÓN
(Is % )

Fig. 33 : Variación de la resistencia con la


me teorización medida por la humedad
de saturación.
112 21

£
175
z
_l
o.
i
z 14
z
o
!¿ _•_
o. 10.5
z
8
O
z
UJ • /
I-
« 35
lu
K

1.900 2.100 2.300 2.500 2.700


DENSIDAD SECA, kg/m»

Pig.3^: Variación de la re-


sistencia con la den
sidad seca en grani-
tos alterados.
21 - n — l i l i \—rTT

17.5
• \

2
SE 14
m
z
o
(A
T
S. • \

r'
n 7

3.5

0.01 0.1 1.0


ÍNDICE DÉ HUECOS, e

Fi¿í.35! Variación de la resisten


"" ' cia con el índice de , hu&
eos de granitos alte,rados.
113

^.2.3. Clasificación de la meteorización en rocas graníticas.

HAMROL (1961) relacionó el índice ^I definido por é l ,


con diferentes características mecánicas en rocas gra
níticas, <vnt:r(^ ellas el módulo de elasticidad. Fig.36.

E 1 1
• ENSAYOS DE COMPRESIÓN SIMPLE
MPo (Probcto Ractonsulor d* 5(5x100 en».!
• ENSAYOS DE COMPRESIÓN SIMPLE
(Probeta Cilindrico do ti'AS em.)
0 ENSAYOS TRIAXIALES
(Proboto Cilindrica do liMSea.)
^ ,
0.000

r í »

1.000

100

0
^ 0 ^
10
10 20 SO i,

Fig.36 : Relación entre el módulo de e l a s M


cidad y el estado de meteorización
en granitos.

NASCIMENTO (1968) determinó el hinchamiento de mues-


tras de granito, obteniendo valores de 1 0 " ^ para hincha
níiento unitario en granitos alterados, y de 10"^en gra
nitos sanos.
114

'Grádt) de alteración.

ESBERT y ORDAZ (l975) proponen una clasificación del


estado de alteración en función de la superficie alte^
rada im 1 O M granos de los mirKjrales, cuando se obser-
van al microscopio de luz polarizada, y de la longitud
fisural, definiendo un "índice de deterioración mine-
ral", de la siguiente forma?

Parten de una caracterización cualitativa de los diver


sos niveles de deterioración, englobando en estos tan-
to la alteración química (alteración mineral secvinda-
ria) como la física (destrucción de los granos por m i -
crofisurac i o n ) .

Estos niveles de deterioración para cada uno de los prin


cipales grupos de minerales petrográficos (cuarzo, fel-
despatos, máficos) se incluyen dentro de cinco catego -
rías (de O a 4) cuyo esquema de valoración se recoge en
la Tabla XXIII.Como se ha dicho, esta tabla se basa en
el estudio mi <;roscópi co de los granos minerales.

Señalan los autores, que estas escalas de degradación


son convencionales e independientes para cada grupo o
especie mineral en concreto, y que sus grados no se c_o
rresponden necesariamente con otros grados; (por ejem-
plo el grado 2 de los feldespatos no es.en principio
equivalente al 2 de los máficos o del c u a r z o ) , aunque
sí señalan, en ambos casos, estadios de deterioración
progresiva de los granos minerales.

Para la obtención del ""^Indice de deterioración mineral"


realizan, sobre láminas delgadas, un niómero estadística
mente representativo de contajes de cada componente m i -
neral esencial de la roca en cuestión, teniendo en cuen
l-a los grados de deterioración de los granos minerales
seg-úñ la escala mencionada en la Tabla XXIII.
T A B L A X X I I I

Niveles de Deterioración Mineral

Niveles de deterioración Niveles de detei'Iorac;¡ on Niveles de deterioración


Grados de feldespatos de cuarzo de máti eos

O No alterado, aparentemente; Aparentemente sano No alterado : sano


sano

Con microfisuras aisladas Con microfisuras de or- Alterado sólo tuargi nálnien
de orden inferior al del den inferior al tamaño te y/o <Mi las líneas de
t amaiio de grano . de grano. exfoli ac i ón.
Ligera alteración secun-
daria.

Con microfisuras de orden Con microfisuras de or^ Alteración marginal, con


del tamaño de grano. Intei^ den del tamaño de g r ^ pequeñas manchas de alt¿ \JX
conexiones entre microfi- jno. Interconexiones ración repartidas por el
suras. entre las microfisuras. interior del grano.
Alteraciones inferiores al Microf i suras.
50% de la superficie del
grano.

Microfisuras abundantes Microfisuracion abundaii Áreas de alteración infe-


Áreas de alteración supe- te y principios de sub riores al 509¿ de la super;
riores al 5 0 % de la super^ individualización gra- ficie del grano.
ficie del grano. nular. Microíisuras.

Microfisuracion abundante. Microf isurac ion abundají Áreas de alteración supe-


Aréas de alteración ocupan te . riores al 5096 de la su-
do prácticamente todo el Subindividualización perficie del grano.
grano. granular. Microfisuracion abundante
116

Dé aquí se obtienen una serie de porcentajes cuantita-


tivos. La suma resultante de multiplicar los diversos
grados (de O a ^) de los granos contabilizados por los
porcentajes respectivos proporciona un valor que refl¿
ja el es lado de degradación f)ara el componente mineral
considerado, y que quedará comprendido entre los lími-
tes teóricos de O (Todos los granos sanos) y 400 (el
100% de los granos corresponden al grado k de máxima
deterioración).

Definen, pues, como "índice de deterioración mineral D'J


como :

D ( f,q,m) = _
100

siendo P; los diversos porcentajes obtenidos de granos


de un determinado grupo mineral con grado de alteración
Gi .

Los mismos autores consideran que la suma de los índi-


ces D para las distintas fases ininerales de una roca
proporcionan una idea bastante aproximada del grado de
deterioración global de ella. Definen como "índice
Global de Deterioración" :

Id = Pf + Dq t Dm

De acuerdo con estos criterios establecen una clasifi


cación de las rocas graníticas según la siguiente esc¿
la de degradación o alteración progresiva. Tabla XXIV
117

T A B L A X X I V

Id ESTADO DE ALTERACIÓN DE LA ROCA

O - I'O Sana
I 'O - 1 ' '•> Muy poco al torada
1'5 - 2'O Ligeramente alterada
2'O - 2'5 Medianamente alterada
2'5 - 3'O Muy alterada
3'O - 4'O De muy alterada a saprolítica

^.3. Clasificación del estado de meteorlzación en pizarras.

^.3»1. Meteorización de las pizarras.

Las pizarras son rocas sedimentarias y como tal form¿


das a partir de los productos de desintegración de las
rocas n'f^neas, de allí que sus minerales componentes sean
los menos alterables de las focas primarias, como el
cuarzo, la mica moscovita y el feldespato microclina,
en muy pequeñas cantidades este último, y los minera-
les arcillosos derivados de la alteración de aquellas.
En la Fig. 37 se recoge la variación en la cantidad de
los principales grupos de minerales arcillosos en las
rocas arcillosas.

Pero, a esta composición hay que añadir los compuestos


que se formaron debido al medioambiente donde se depo-
sitaron los sedimentos, normalmente son carbonates de
calcio p magnesio y sull'uros o sulfatos, según haya s¿
do el ambiente reductor u oxidante, en el primer caso
también se depositará mnlM^ria orgánica.
118

100

90

ILUTA
80

70

CLORITA

600

EDAD EN MILLJONES DE ANOS.

Fig. 37: Proporción de minerales arcillosos


en las rocas arcillosas. WEAVER (1967)

De esta forma la alteración de las pizarras, considera


da como alteración de sus minerales, comenzará por
aquellos menos estables y éstos no son otros qi^e los
formados debido al medioambiente reductor. Si existen
sulfures al ponerse en contacto con la atmósfera, y
con el concurso normalmente de bacterias, sufren una
rápida oxidación, pasando a sulfates y ácido sulfiíri-
co que pueden ser lavados por el agua dé me teorización,
según él ciclo del azufre y a través de ella atacar a
otros minerales más estables como serían los carbona-
tós calcicos.
119

Sufrirán los efectos de la alteración, descontando los


feldespatos por su pequeña proporción, las micas, la
moscovita pasa fácilmente a illita, y lupgo ésta puede
regenerarse a moscovita o seguir alterándose en un pro^
ceso irreversible hacia otras arcillas. En la Flg. 38
se recoge un posible proceso de degradación de la mosc£
ita sugerido por BURST (19''8).

^\

MOSCOVITA BIOTITA
.K^2

-K-" v-K-" -K+.


+ Fe

ILUTA 6LAUC0NITA
K+»Jo1.4 K+»1.4al.8

-K+ .-K+

ILLITA MICAS MICAS GLAUCONITA


DEGRADADA ALUMINOSAS FERRÍFERAS DESORDENADA

-K+ rK+

ARQLLA GLAUCONITA
EN CARAS MEZCLADAS EN CAPAS MEZCLADAS
K+«05o1 K+sO.2 0 1

MONTMORILLONITA
K+<0.2

NÚMEROS DE IC+« EQUIVALENTES OE ÁTOMOS DE POTASIO


POR UNIDAD DE RETÍCULA. .

Fig.3S : Diagénesis de l a s micas BURST (1958)


120

BUCKMAN y BRADY (1969) intentan recoger en un esquema


la evolución de los minerales primarios hasta su degra,
dación total, Fig 39, en función de las condiciones
climáticas.

<
MICROCLINA CUMAS CALIDOS Y HUMEÓOS
ORTOCLASA
RÁPIDA REMOCIÓN DE BASES
Y OTROS
MUCHO Mg EN LA ZONA D E ^

EH¡MICULITAMMONTMORILLONITAMCAÍ0LINITA}-^0X|^^ DE Ft.AI.

S -Jii
S
,f,BNTA R^MOpipN p ^
^ DOLOMITA
FELOESRATOS RÁPIDA REMOCIÓN DE BASEÍS
AUOITA
gjHORNBLENOA CLIMAS CALIDOS Y HÚMEDOS
Y OTROS AUMENTO DEL ORADO DE METEORIZACION ,

Fig. '39 ; Condiciones para la formación de dif£


rentes arcillas. BUCKMAN y BRADY (1969).

4.3.2 Perfil de meteorización en pizarras

Características estructurales

DEERE y PATTON (1971) después de estudiar numerosas


clasificaciones de perfiles de meteorización en piza_
rras, reconocen la dificultad de establecer una gene^
rali, particularmente en hacer la distinción de los di_
versos horizontes del perfil del suelo. A pesar de
ello, establecen un intento de clasificación del mate^
rial de acuerdo con el perfil general de meteorización
definido r Fig. 4 o . , aplicable particularmente a mac¿^
zos de pizarras hómogéneo-s.
121

U
lono mi» pcnMoM* MtfwriioeMn.

Trmuici^n HA

e«iMa U k«iito«lt«.'
' MtrMoniwrte i*

Fig, 40: Perfil típico en pizarras meteori_


zadas.

El problema de esta d a s i fi-ación radica en la denomi_


nada zona de transición que inc'luye las zonas de tne-
teorización IC, H A y ÍID, }' que constituye un paso gra_
dual del suelo a la roca sana pero sin horizontes con-
cretos que permitan distinguirlos.

Los horizontes A y B abarcan primores metros superfi-


ciales, y contribu^/en a la reducción de la permeabili^
dad en las zonas superiores, mientras que el diacla^
sado la aumenta en la zona de transición. En las épo^
cas secas, la capa superficial se retraerá y se crea-
rán grietas exteriores quo se cerrarán en cuanto
lleguen las lluvias

La zona de transición IJA, puede llegar hasta los 7m.


de profundidad, y en ellos el grado dé me teorización
es menor. En ella aumenta la fisuración, ; pueden aparecer
espejos de deslizamiento con estrías FOOKES (1965)
clasifica la fisuración de la siguiente forma.
122

Grupo sin orientación preferente, condicionado por las


características del ambiente en que se han formado, o por
procesos físico-químicos posteriores.

(Irupo ' on orientación prefe ente, asociada a ln s es-


tructuras geológicas
Grupo con orientación preferente asociada al terreno
adyacente

Las fisuras con espejos de deslizamiento casi nunca so-


brepasan los 3ni. de longitud, siendo muy abundantes las
de 2m Es frecuente que se coloquen en serie escalona-
da interfiriendo superficies muy amplias

Características mineralógicas.

SPEARS y TAYLOR (l972) analizando pizarras de Wales, en


Inglaterra, consideran que la zona lA y IB puede alcanzar
los 2m. de profundidad, no interviniendo en esta magni-
tud la presencia de pirita, mientras que CAUSERO (1969)
considera que en las pizarras cartón este espesor puede
llegar a los 5m.

Ambos coinciden en una degradación total de la roca, au


mentando el contenido de cuarzo, la cantidad relativa
de caolinita, mientras que disminuía el contenido de cl£
rita y otras arcillas. CAUSERO señala la aparición de
yeso e hidróxidos de hierro como consecuencia de la oxi_
dación de la pirita.

Zona de transición IIA : ambos autores citados le confi¿


r^n un espesor que puede llegar a loa 5.m.

según CAUSERO, el material se presenta en estratos in-


tercalados de naturaleza diferente, yuxtaponiéndose la
pizarra gris compacta y la arcilla marrón. La pizarra
es similar a la roca sana, y la arcilla, marrón grisácea,
contiene frecuentes estratos de yeso, que a veces pueden
123

formar filones. Se observan también depósitos de hidróxj.


dos de hierro en las fisuras.

En las pizarras "cartón" se puede distinguir la zona


[IB, en la que aparecen en est 'atos de " a 20cm , se_
parados po' juntas 'on ai 'la marrón húmeda, asocia^
da al yeso y a los óxidos de Jiierro. Pudiendo alcan-
zar esta disposición hasta los 6m.

La zona III de la pizarra cartón, formada en el Lías,


que puede alcanzar una potencia de 40m. en Luxembux'go,
está constituida por una roca de color gris muy compa£
to, compuesta por i l u t a y caolinita, carbonato, cuar-
zo y pirita. Contiene betún que se quema a la llama,
desprendiendo humo negro, y con un contenido de hulla
explotable que puede llegar al 6^.

Características mecánicas

CAUSERO, encontró en la zona lA y IB de la pizarra c^r_


ton, una humedad natural de 20 a 359^, una densidad se-
ca del material de 1 ' 30 a 1'60 y unos límites de Atter^
berg contenidos entre los límites siguientes:Ó5^ L L ^ 70
y 30 ^ L P 4 3 5 , con un contenido en carbonates inferior
al 5'}í-

En la zona H A de la pizarra cartón, la humedad de las


arcillas es del 20 al 30^o frente al 1 5 ^ de la pizarra,
y la resistencia a compresión simple de ésta es de IMPa
frente a los 0'03 a 0'05 MPa de cohesión no drenada
que tienen las arcillas. SPEARS en las pizarras de WALES
encontró una disminución similar, del 90% en la resisten^
cia a compresión simple, y una disminución en el valor
del ángulo de rozamiento interno del 37^^entre la roca
sana y alterada,, y de un Sjfo en la cohesión.
124

La pizarra cartón sana, de la zona III, tiene un conte^


nido de humedad natu al del ó al 12^, densidad seca dé
1'75 a 2'10, siendo 1'9 el valor más frecuenté, unos lí.
mites de Atterberg, sobre material machacado en agua dé
4041^ L ^4-3 y 1'''^L.P.4 22 l..a resistencia a compre-
sión simple oscila entre lü y 50 MPa Fig 41, y el módu
lo de elasticidad entrol.CXX)y 5.000 MPa. Fig. 42.

Dada J^a variedad en la composición de las pizarras, cua-


litativa y cuantitativamente, debido a su origen sedlmen
tario, y que por tanto están muy influidos por las rocas
primarias de que proceden, el tipo de meteorización que
sufrieran ¿stas, y la naturaleza de la cuenca sedimenta-
rla, los perfiles descritos anteriormente tienen un ca-
rácter particular, como corresponde a dos casos
concretos, si bien son dos tipos de pizarras de gran im-
portancia en la minería y law obras públicas.

Las pizarras de Wales, carbonosas, presentan un interás


particular en las explotaciones mineras, y las pizarras
"óartán" francesas, con piriraw, pueden servir de mode-
lo para formaoionfis sedimentarvi ns españolas que contie-
nen también este mineral y que presentaron notables pro,
blemas en las obras públicas y odificacidn debido a los
productos secundarlos deii\a(1().s de la descomposición del
sulfuro de hierro; ácido suJlúrico y yeso.
50 50


1
i
•• » 1
• •• • — g —
20

20 1—i
• • • 1

« •
» • I

1

• •
• »* • •
i 10

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llJ 0.5 > 0,5 •
<
1 >
• <
-1
0,2 4 0,2 < (
• 1
!
• <

0,1
5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16.17 18 19 20

0,1
9 10 II 12 13

14
'í i15

HUMEDAD NATURAL % HUMEDAD NATURAL %


Figura ^ 1 : Relación entre la hu Fig. Ít2: R e l a c i ó n e n t r e l a humedad
medad natural y la n a t u r a l y e l móduli» d»^
resistencia a compresión e l a s t i c i d a d en l a s p i z a -
simple en las pizarras rras "cartón"
"cartón"
12Ó

C A P I T U L q

ESTUDIO DE LA METEORABILIDAD DEBIDA A PROCESOS QUE


NO ALTERAN LA COMPOSICIÓN QUÍMICA DE LAS ROCAS

So han descrito los Tactores que originan la roca meteorizada,


lue/^o 1 í)s procesos por los q.uu se })asa de la roca sana a la rjo
ca alterada y, por último, se presentó el ostado de ^lR^Poriza-
ción en que so encuentran las rocas, y es en este material en
ol que el Ingeniero ha do construir las obras. En función de
sus características así ejecutará un proyecto u otro, pero tam
V) i én necesita conocer cuáJ va a ser su compor I arñi nnto en la
unidad de obra en la que ha sido colocado, la cual condiciona-
rá los factores de meteorización a que se va a ver sometido o,
muchas veces, se incluirá en el propio proyecto alguna unidad
que o bien modifique la acción del (
^ 1 ima sobro la roca, o bien
acelere la desintegración.

Los recubrimientos que se suo I <>n colocar en los taludes tienen


por misión, entre otras, preservar do los cambios de humedad,
el drenaje, tan importante en las obras, retira de ellas ese
elemento tan altamente üie teor i zan te como es el agua, DAGENAIS
(197^0» Relator General dol Tema "Problemas asuciaaos con ti-
pos especiales de presas de matfipiales sueltos" en el XII Con-
greso de Grandes Presas, hablando de la ejecución de pedraple^
ríes con rocas de características mec'ánlcas bajas, explica que
se puede activar el proceso de alteración de rocas friables
por medios mecánicos bien elegidos, al ponerlas en obra, lo que
permite que luego tengan el comportamiento adecuado, siendo mí_
n ima la meteor i zac i óri a qué se ven sometidas.

Se van a recoger a continuación, los diferenx-es métodos de en


sayo que se han utilizado, y útil Lzátí, para conocer cuál va a
ser el comportamiento de uha roca cuando va a esiar Sometida
a alguno de los procesos qué 110 alteran su coniposición quími-
127

ca, o que si la alteran, puede independizarse un fenómeno del


otro.

Estos métodos normalmente se han puesto a puntó para utilizar


en obras concretas, algunos se realizan de forma general en
tipos de obras determinados; ello condiciona muchas veces el
t£unaño del material, y siempre los procesos a que se va a ver
sometido.

Los procesos de alteración en los que no varía la composicl<5n


química, casi siempre se dan en superficie, ya sea en el ext¿
rlor o en el interior de túneles y galerías, o a pioca distan-
cia dé ella. En éstos tiene mucha importancia la temperatu-
ra y la libertad para poder fisurarse, y estas condiciones a6^
lo están presentes en las capas menos profundas, en las que
de forma particular también se dejan notar los cambios tensio-
nale s.

Estos métodos se caracterizan por el tamaño de la muestra, el


medio donde s« desarrolla el proceso de simulación, el propio
proceso, el nilmero de veces que se repite y la forma de cuan-
tificacidn del efecto producido. A veces vienen condicionados
a un tipo de«naterial determinado y a la forma en que la roca
interfiere con la obra; esta última se clasifica para su tra-
tamiento aquí en macizos, taludes, pedraplenes, escolleras,
capas granulares, pavimentos y paramentos, y áridos para hor-
migones.

Como cada tipo de roca puede ser susceptible de forma diferen-


te a cada proceso de meteorizacián se recogerá, si existe, la
clasificaeién de la meteorabilidad freijte a un proceso determ¿
nado.

5.1. Métodos para estudiar la influencia de las oscilaciones


/ .
de temperatura

Este proceso, én la naturaleza, no se da nunca solo, pues,


la humedad relativa del ambiente siempre tiene un valor
128

apreciable. La influencia do este parámetro puede cuan


tificarse mediante la resistencia a compresión simple
según se recoge de la Fig. ^3 en la que se puede obser-
var que basta pasar de Ofo a 20fo en la humedad relativa,

o 20 40 60 80 ICO
HUMEDAD RELATIVA 20<>C.

Fig. h3 Disminución do ]a rosistuncla a com-


presión en aroirisras y <;uarc i ta (lOOl)
con la humedad rolat, iva del ambiente.
WIID (1967)
para que se produzca como mínimo el 50?¿ de la variación
total que se produce con la Stituraclón, y en España, se^
gún se puede observar en la Fig. kk, el valor medio de
la humedad relativa en el mes de julio, el más caluroso,
no baja del ko^o.

Por ello ha sido un fenómeno poco estudiado, a lo que


hay que añadir que los resultados obtenidos en los pri-
meros experimentos de laboratorio hacn'an pensar que las
rocas eran poco o nada susceptibles a estos procesos.
FIGURA 4 4
ISOLINEAS DÉ HUMEDAD RELATIVA MEDIA DIARIA
EN EL MES B E J U L I O CORRESPONDIENTE AL
PERIODO 1931-60
130

BLACWELDER (l933) sometió a cambios rápidos de 2009C de


temperatura a fragmentos de granitos y basaltos, sin
que hubiera observado alteración alguna en ellos.

GRIGGS ( I i'U) somel i ó f'r agmf?nl o ^- de ^^ranito a < ambios


rápidos de 1J09C, equivalentes a 2^4 años de insolación,
no obteniendo tampoco alteración apreciable mediante mi-
cropetrograf1 a.

Ambas temperaturas utilizadas son superiores á las que


se dan en España como oscilaciones máximas, según se re-
coge en la Fig. ''4 3 que nunca llegaron a los 60?C, y
son la oscilación entrp la mínima de febrero y la máxi-
ma de agosto.

El efecto que se espera de este fenómeno, os formación


de nuevas grietas y fisuras, por tanto un método para
controlarlo, como para controlar los efectos del hielo,
cristali iíac i ón do.- aales y acción de la humedad-sequedad,
s<;r-fa dotíjrminar la vai'i.Hción en el volumen de fisuras,
ya sea mediante Jos métodos clásicos de índice de huecos
o porosidad, como el do permoabI1Ldad al aire que se ve-
rá más adelante, o t-í^mbién determinar la superficie to-
tal accesible del matetial mediante las técnicas de ad-
sorción de gas DELOYE y STRUILLOU (1969) y LEES y KENNEDY
(1976).

5.2. Métodos para estudiar la Influencia del grado de humedad

Se ha visto, en el momento de estudiar los pi'ocesos de


metoorización, que la acción de debilitamiaito del agua
se centra en tres puntos, reducción de energía superfi-
cial, hinchamdento de materiales arcillosos y debilita-
miento de enlaces en los extremos de las fisuras, sin
contar la compresión del aire debido a las presiones
FIGURA 45
ISOLINEAS DEL VALOR MÁXIMO DE LA OSCILA-
CIÓN DE TEMPERATURA EN EL PERIODO 1931-60
IV

\_i ^AHO

ALMÍS
132

capilares del que no se conoce publicación referente


a su tratamiento experimental.

Los ensayos para cuantiTicar la acci<5n del agua sobre


la tensión superficial y los enlaces en las fisuras o
mi crof'i suras , entran en el campo de la in"\ est igac i ¿n,
mientras que la determinacján de la influencia de las
arcillas y de la acción del agua, en general, son to-
mados de la práctica.

5.2.1. Estudio de la reducción en la energía superficial.

Estos estudios fueron comenzados por REHBINDER (l957);


de ahí que a este fenómeno se le conozca con este nom-
bre, y continuados por HAMMOND (1963), ¥IID (1967) y,
por último, VAN EECKHOUT (l976). Todos ellos están rea
lizados en atmósferas con diferente grado de humedad
relativa, y controlado su efecto mediante el ensayo de
resistencia a compresión simple. La principal diferen-
cia estriba en el material utilizado, REHBINDER (l957)
y HAMMOND (1963), material sin huecos ni fisuras, mono-
cristales, alambres de policristales y barras de vidrio,
WIID (1967), en cambio, areniscas y cuarcitas, y VAN
EECKHOUT (1976) probetas de pizarras cilindricas y cúbi-
cas, realizando también ensayos brasileños y de flexión.
Los resultados obtenidos por este último se recogen en
la Fig. ke.

5.2.2. Estudio de la influencia de los materiales arcillosos.

En el planteamiento de este estudio hay que distinguir


dos casos diferentes, según el tipo de roca, cuyo estu-
dio se hace de forma distinta. Uno corresponde a las
rocas arcillosas fácilmente desmoronables, cuyo compor-
tamiento frente al agua está muy ligado a su composi-
ción mineralógica y en particular al tipo de arcilla,
y el otro corresponde a los otros tipos de rocas ya sean
ígneas, metamórficas o sedimentarias, en las que la fra£
133

o 10 20 so 40 so 60 70 80 90 <00
HUMEDAD

4 ? obtenido en ensoyos de compresión en pritmó*


(7 seca
¿ ? obtenida en ensayos de compresión en cilindros
(Tseco

o S obtenida en ensayos brasilisAos


O'seco
ala obtenida en ensayos de flexión
• Jarseco
• f l 1'4 obtenida en ensayos de flexión
[_! secoj

Fig. ^ 6 . Disminución de la energía absorbida y de


la resistencia máxima relativa con la
humedad para varios tipos de ensayos, en
pizarras, según VAN EECKHOUT
13^

ción arcillosa no es componente fundamental, pero en


cambio se encuentra presente en pequeñas cantidades ya
sfH como resallado de la alxeraíión de la zona en que
se encuentra, ya sea como relleno de juntas provenien-
te de otras zonas donde se meteoriza la roca.

Aunque los procedimientos de estudio que se mencionarán


para el segundo de los dos casos mencionados, pueden
ser aplicables al caso de rocas arcillosas, a éstas se
les puede aplicar de una forma más concreta los máto-
dos para conocer el comportamiento de suelos arcillosos,
citados por BURIEL y V. CUELLAR (1978),, que, junto con
los ensayos utilizados para conocer el tipo de arcilla:
Microscopio electrónico, difracción de Rayos X, Análisis
térmico-diferencial y tratamiento con etilen-glicol y gli
cerina, recogen de una forma exhaustiva índices de cla-
sificación basados en sus propiedades:

- índices basados en la granulóme tría y límites de Alter-


berg.
a) Sistema unificado de clasificación de suelos.
b) Clasificación de Higliway Research Board. Índice
de grupo .
c ) Actividad de las arcillas.

- índices que cualifican la naturaleza expansiva del m ^


terial.
a ) Límite de retracción en muestras remoldeadas.
b ) Volumen de sedimentación.
c) Método de Lambe.

- í n d i c e s b a s a d o s e n l a htimedad y d e n s i d a d natural
a ) Grado de saturación.
b ) Humedad natural y límite líquido.
/ c) Humedad natural y límite plástico.
135

B L A

ENSAYOS PARA ESTUDIAR LA INFLüEíjICIA DE LOS COMPONENTES ARCILLOSOS

REFERENCIA APLICACIÓN CARACT. DE LA MUESTRA PROCESO DE SATURACIÓN CUANTIFICACIÓN DE LA INFLUENCIA

Llevarla a un recipiente de equivalente de are-


Agitar la muestríi en agua dentro na, E.A., junto con 7 cm de solución tipo*, ha¿
500 grnis.íl/2" - 1/4" "de un Tyler a 309 ¿ 5 ose./rain. ta alcanzar la altura de I5 pulgadas. Mezclar
WASHINGTON 500 grras.(l/4" - N910 y dejar reposar 20 rain. Leer la altura de sedi-
durante 20 min. Pasar la solu-
ción por el tami:: 200 mentos H. El factor de degradación es:
D = 15 - H 100
15 + 1'75 H

Dejar saturar la muestra seca du- Dejar reposar durante 20 min. Leer el nivel de
A.S.T.M. En capas 110 grms. pasando por rante 10 min. en soluoión de tra-
granulares, el tamiz N94. arcilla, y el nivel de arena.
D.2419 bajo aetaE agitar d|urance 30 seg. E.A.= lectura superficie de arena J^QQ
lectura superficie de arcilla

Secar la muestra a 110_+3«C. Agi- .introducir la fracción de muestra, junto con sjo
AASHO En capas 500 grros. pasando .pa^l. tarla junto con lj(000 cni3 de agua -iución de trabajen*en un cilindro de plástico.
el tamiz N94, '^durante 2 min. Determinar su gra- Dejar humedecer durante 10 rain, y agitar otro IC
T-210-64 granulares, nulometrxa y secar. Preparar una min. Dejar reposar 20 min. y leer .'la superficie
fracción de 85 cnj3 de muestra. dé arena y de arcilla. índice de durabilidad:
Ts lectura superficie de arena
De = "^ 100
lectura superficie arcilla
©clocar la muestra, 1000 cxn? de agua y 7 om^ de
Secar la muestra a 110¿,59C. Agi- solución tipo én un agitador. Después de 1 min,
1050 grms.Í3/4" 1/2"1 tarla junto con LOOO cm3 de agua égíftar durante 10 min. Hacer pasar la mezcla
AASHO En capas 3/8")
T-210-64 550 grms.(1/2" durante 2 min. dslspués de dejarla por el tamiz 200. Colocarla en un cilindro g;r^
granulares, 900 grms.(3/8" Ne4)
humedecer 1 min. Secarla y volver dtpado, dejar reposar 20 min. y medir la altura
a recomponerla. d© sedimentos H. índice de durabilidad:
:lte ^ 30»3 + 20»8 ctg (0'29 + 0'15 H)

550 grms. pasando 3/4*^ Se sumergen en a(^a durante 16 Se, seca la amestiza al aire, y se determina gra-r
DAYb En capas horas. Inundada se somete a I85O
(1962) granulares, 550 grms, pasando N24 'íiülometria y E. A."y se clasifica según Fig, 47»
rev. del aparato Deval.

Los sumerge en 1 l i t r o d e agiia oxJj^


STRUILLOÜ En capas 100 g n a s . d e 10 a 2 0 genada a 110 vol, pH3c2'5 y l o m e t e Sé seca la muestra y mide . e l porcentaje que pa.
(1969) granulares. tísa. a 1109C durante ],8 h o r a s . sa por el tamiz 8 mm.

DAY En capas Láminas delgadas de ba- Deteirmina la cantidad de arcilla y clasifica el


{1962) granulares. saltos. material. TABLA XXVI.

DELGADO Para pavimen- Determina la cantidad de arcilla por microsco-


tos. Láminas delgadas.
(1972) pio y Rayos X.

.Solución tipo: Solución de 480©rms,de C3Caanhidr<v 2170 grma de gliceifina pura, 50 grma de formaldehido (40^). Agua hasta hacer 4000 cm3,
' Solución de trabajo: 85 cm3 de solución tipo en 4000 cm3 de agua.
136

- índices basados en el hinchamiento.


a) Ifinchamiento l i b r e .
b ) E n t t i m e c i m i e n t o en e l e n s a y o C.p.R,
c ) R e l a c i ó n e n t r e e l í n d i c e cié c o m p r e s i á n y e l de
e n t u m e c i m i e n t o en e n s a y o s a d o m é t y i c o s »
d) Presión df hinchamiento.
c) Límite de retracción de muestras en estado natural.

Los ensayos utilizados en la caracterización del comporta-


miento frente al agua del segundo tipo de rocas njenciona-
do, en lo que se refiere a la influencia de los materia-
les arcillosos, son de constante utilización práctica,
particularmente en cari-eteras, estando muy extendido en
España la determinación del equivalente de arena ASTM-D
2^19. Preocupa en capas granulares sobre todo la produ£
ción de finos que pueda dar lugar a que la capa no traba-
je en condiciones idóneas, mientras que en escollera el
factor fundamental es la desintegración que originan en
la roca de que forman parte, debido a la expansión que
sufren por hidratación, en estas últimas, los principales
problemas los presentaron las rocas basálticas.

El resumen d^ los procedimientos de ensayos se recoge en


la TABLA XXV. Salvo DAY, TABLA XXVI y Fig. 4 ? , ninguno
de los demás ensayos recoge una escala de clasificación
en función de la desmoronabilidad por esta circuntancia.

T A B L A X X V I

Calidad de los á ñ d o s basálticos en función de su conte-


nido en arcillas. DAY (1962).

% de arcillas Calidad

0-15 Buena
15-25 Dudosa
mas de 2 5 Pobre
137

EQUIVALENTE DE ARENA FINAU

15 20 29 30 40 90 60 70 80 90 100

100 10

90
o
^ o
< 80 8 ~
u A Ul
z 7 *"
" 70
K
<
2~ O
u 60 z
c 6 -
< B
Ul
50 5 4
p Z
Ul

Z 40
Ul - O

4^
'^'^ Ul
> 3O 3 3
3
O C
Ul Ul
20
2 u
K
O
10 a.
1

6 8 10 12 16 18 20

l>0liCENTAJE FINAL MENOR DEL 200

Fif5, U7. Clasificación del comportamiento de los áridos


basálticos en función de la variación en el equivalente
de arena, y en el porcentaje que pasa por el Tamiz 200.
DAY (1962), si el resultado se encuentra en la Zona A,
disminuye demksiado el equivalente de arena. Si cae en
la Zona C, aumenta demasiado el porcentaje de finos.
Tienen buen comportamiento las rocas basálticas que se
encuentran en la Zona B.
138

También es de señalar la clara distinción existente en-


tre los ensayos de aplicación en capas granulares, que
determinan el contenido de arcillas y plasticidad por
sedimentación, y los ensayos realizados sobre escolle-
ras basados «n análisis pe t lofíráf icos fundamentalmente.

5.2.3. Estudio de la acción de la humedad en general.

Los procedimientos que se incluyen en este apartado, TA-


BLA XXVII, no pretenden separar efectos, sino contabili-
zar todos ellos mediante la variación que inducen en una
magnitud. El más sencillo es el recomendado por AIRAPE-
TYAN, que utiliza la resistencia a compresión simple y
define un coeficiente de ablandamiento. En pizarras,
puede tener utilidad la TABLA XXVIII recomendada por
LUTTON, mientras que en rocas arcillosas sin fisilidad
puede ser aplicable la clasificación dada por MORGENSTERN,
que se recoge en la Fig. 4 8 .

En el caso que sean áridos para capas granulares, y da-


da la utilización que se da en España al ensayo para
determinar el coeficiente de desgaste, mediante la má-
quina de "Los Angeles", parece que puede ser interesante
el procedimiento propuesto por LARSON.

El método propuesto por MORILLA, aunque un poco farra-


goso, tiene 1^ particularidad de haber introducido el
ensayo CBR y la acción del agua en el mismo, de la mis-
ma forma que hicieron LARSON y LOUBSER; probablemente
Una simplificación del mismo, donde sólo se recoja la
influencia del agua sobre el CBR, pueda ser de gran
utilidad.
139

T A B L A X X V I I

ENSAYOS PARA DETERMINAR LA A C d O N DE LA HUMEDAD EN GENERAL

REFERENCIA APLICACIÓN CARACT. DE LA MUESTRA PROCESO DE SATURACIÓN CUANTIPICACION DE LA INFLUENCIA

Define un coeficiente de ablandamiento,ccomo


En escoll¿ Probetas cilindricas el cociente entre la resistencia a compresión
AIRAPETYAN ras y p«-
(1972) de cualquier tipo de simple de la probeta saturada y la probeta s^
draplenes. roca. ca.

En pedra- Fragmentos irregulares Los seca a IO5 +. 58C y Analiza el desmoronamiento clasificándolo en
LUTTON plenes d® de pizarras de 20 grms,
(1977) los sumerge en agua. seis grados segtin se describe en la TABLA XXVIII
pizarras. de peso.

Somete diferen tes fjL"*accio-


nes de muestra a los si- Define un índice;
Terraple- Se describen en las guientes procejsos: ^
MORILLA nes y pe- tablas correspondien- -3 días inmersifSn agua oxl
(1976) draplenes* tes. genada. No = ^ ^CBR-^ ^^V * ^'^'
-sedimentación jen agua des
tilada. I Ctiya explicación se recoge en la TABLA 3^XIX.
-sediment. en pol, de CIK
-sediment. en sol. de Cl Ca
-sedimenta en sbl, de Cl Mg

• ..Se determina:
Probetas cilindrica^, ''^-'í-'^-o ~ bumedad inicial.
MORGENSTERN h = 28 xma. , d = 28 mm^. " ¥j_ = humedad después de 2 h. de inmersión,
(197^) de rocas arcillosas. Wg = máxima cantidad de agua absorbida.
¥|^ =s LL. = límite líquido.
Cuantificación de la desmoronabilidad. Fig. k&.

Somete la mués tra a 25O rev.


Capas del Con granulomatrías c^ del ensayo LA, le añade 1 Mide é l p o r c e n t a j e q u e p a s a p o r e l t a m i z NS I 6 ,
LARSON firme de racterísticas del en- /Recomienda s e h a g a un e q u i v a l e n t e d e a r e n a d e
.(j-970) litro de agua. y la somete
carreteras. sayo "Los Angeles". -esta fracción. -
a o t r a s 250 r e v . d e l LA.

Capas del Similar a las normali


LOlffiSER zadas para el ensayo -Compara los resultados del ensayo "10 por cien
firme de i:FACT" sobre muestra seca y sobre muestra húmeda.
{1967) carreteras. "10 por cien FACT".
l4o

DESMORONABILIDAO Wg -- W L

MUY BAJA BAJA MEDIA ALTA MUY ALTA

V L L M H V H

WL < 2 0 20<WL<50 5 0 < W L < 9 0 90<WL<140 W L > 1 4 0

z LENTA V L L M H VH
UJ
1
i
<
A I L < 0,75
S S S S
z S. S
o
a RÁPIDA
1 V L L M H V H
o - 0,75 < AIL< 1,25

F. F F F F F
1
o -1
< .
o <i MUY RÁPIDA VL L M H V H
u
AIL > 1,25
s VF VF V F V F VF V F
UJ
>

Wo = humedad Inicial, muestra seca a temperatura ambiente


¥i = humedad después de dos horas de inmersión en agua
W p = límite plástico
WL = límite líquido
ws = máximo contenido de agua debido ail desmoronamiento

Fig. 48. Clasificación de los materiales arcillosos


según su desmoronamiento;

Muy baja: Vh ^ 2 0 : solamente se puede apreciar ligero


desmoronamiento. Se abren fisuras.
I4l

Baja : 20 ^ W L ^ 50: los materiales 3^, desintegran


en una masa granular discontinua.

Media : 50 ^ W L ^ 90: desintegración en una arcilla


medio-blanda que; no pierde su estructura gra-
nular.

Alta : 90 4, ¥ L ^ 1 4 0 : desintegración en una arcilla


blanda de apariencia homogénea.

Muy alta; W L y l40: materiales predominantemente montrao-


rilloníticos. Necesitan mucho tiempo de hume£
taciórx para alcanzar el contenido de agua
final de equilibrio, debido a los grandes cam-
bios de volumen que tienen lugar y la baja p e ^
meabilidadi Los materiales pierden su estruc-
tura original en el primer estado de humecta-
ción¿

Lento desmoronamiento: I I < 0,75! se desintegran en


una masa de granos finos a gruesos.

Rápido desmoronamiento: 0,75 ^ IL^-^»25! se desinte-


gran en una arcilla homogénea blanda.

Muy rápido desmoronamiento; J L S 1 » 2 5 ; se desintegran


en una masa homogéna muy blanda.
l42

T A B L A X X V I I I

Clasificación del desmoronamiento por inmersión de piza-


rras. LUTTON (1977).

I.i Comportamiento

1. Degradación en una pila de láminas o lodo.


2. Rotura rápida formando nuevos fragmentos.
3. Rotura lenta formando pocos fragmentos.
k. Rotura rápida desarrollando varias fracturas.
5t Rotura lenta desarrollando pocas fracturas,
ó. Sin cambio.

T A B L A X X I X

índices nuevos para clasificar la meteorabilidad.


MORILLA (1976).

Ensayo ca i i f icación

CBR normalizado. (TABLA X X X ) . NI


Variación del CBR con energía de compactación
( T A B L A XXXI).
Variación del CBR con humedad de compactación
( T A B L A XXXII). Nffl-
Variación del hinchamiento. (TABLA XXXIII),
Nur
Variación de la absorción. (TABLA XXXIV).
Calificación conjunta CBR: hüz +Nie^ +NMC. +NIB +Ntf NCBR
Inmersión en agua oxigenada. (TABLA XXXV). Nxi
Granulometrías por sedimentación. (TABLA XXXVI) N.

Estos índices se obtendrán asociando a cada calificación,


dada en diferentes tablas, el número siguiente: Buejho (k);
Medio-bueno (3); Medio (2); Medio-malo (l); Malo (o).
1H3

I •

TABLA XXX I VALORES OBTENIDOS EN EL ENSAYO CBR

Granulonatrla i/b" 1/2» CALIFICACIÓN


Tankílo náxlmo N* "i

> 20 20 - 15 15 - 10 Bueno
> 20 20 - 15 10-5 Medio-bueno
> 20 20 - 15 5-3 Medio
> 20 20 - 15 < 3 Medio-malo
> 20 15 - 10 10-5 Medio-bueno
> 20 13 - 10 5-3 Medio
> 20 13 - 10 < 3 Medio-aalo
> 20 10-5 5-3 Medio
> 20 10-5 < 3 Medlo-aalo
> 20 5-3 < 3 Malo
20 . IS 13 - 10 10-3 Medio-bueno
20 - 15 13 - 10 5-3 Medie
20 . 13 13 - 10 < 3 Medlo-aalo
20 - 15 10-5 5-3 Medio
20 <- 15 10-3 < 3 Medlo-aalo
20 - 13 5-3 < 3 Medle-«alo
13 - 10 10-3 5-3 Medie
13 - 10 10 - 3 < 3 Nedie-aalo
13 - 10 5-3 < 3 Male
10 - 3 5-3 < 3 Malo
< 5 -? 3 < 3 Malo

CBR para 80 golpes da áasa y huaadad 4ptlna Pro (itor Noraal


Ikk

TABLA XXXI• VARIACIÓN DEL CBR CON LA KNSRGIA DE COMPACTACION PARA HUMEDAD ÓPTIMA P.NORMAL

CBR^j/CBRjoo CBR^Q/CBR^OO CALIFICACIÓN

>0,80 > 0,80 Bueno


> 0,80 0,80 - 0,60 Medlo-buéno
> 0,80 < 0,60 Medio
0,80 - 0,60 0,80 - 0,60 Medio
0,80 - 0,60 < 0,60 Medio-malo
<0,60 < 0,60 Malo

"«50 1 Valor d* CBR oe«p«et«de een JÓ golpaa da nasa ytaiuiadad6ptlma Proctor Normal.
CBR„ 1 Valer da CBR ee«paetado con 75 (olpaa da «asa y humedad óptima Proctor Normal»

««100 1 Valer da CBR eompaetado een 100 golpea de masa y humedad 6ptt*a Procter Normal.

La %pU cacl6n de eata tabla debe haeerae sobre 3 granulomatriaa de tamafloa máximoa 3/4" •
1/2" y tamls Nt I» y hallar la media de los reaultadoa de las tres.

TABLA XXXII 1 VARIACIÓN DEL CBR CON LA HUMEDAD PARA ENERGÍA DE COMPACTACION P. NORMAL

CBRjj/CBRp CBRjjj/CBRo CALIFICACIÓN

>0,7 > 0,7 Bueno


> 0,^7 0,7 - 0,4 Medio-buen»
> 0,7 < 0,k Medio
0,7 - 0,4 0,7 - 0,1» Medio
0,7 - Ó,U < 0,4 Medio-malo
< 0,1* < 0,4 Malo

CBRQ I Valor del CBR aeg&n norma de enaaye, al que correaponde una humedad h^.
CBR,. i Valor del CBR .según norma da enaayo para humedad •• h J> (l )( a 2 )()•
CBR. j^ 1 Valor del CBR según norma de enaayo para humedad • h ^ « , ( 3 ) ( a i » ^ ) .

La aplicación de esta tabla debe hacerse sobre 3 granulometrlas de tánáflos máximos *m


3/lt", 1/2" y tamis Nt k y hallar la media de los resultados de laa 3*
ll!5

TABLA XXXIII i VARIACIÓN DEL KINCHANIBNTO MEDIDO EN EL ENSAYO CBR

HM HM. CALIFICACIÓN
0 J-

> 2 Jí > 2 )í Malo


> 1 Jí >2 # Medio-malo
>í % 1 %- Z% Medio
<1 % >2 1í Medio
<1 H 1 %- Z % • Medio-bueno
<i n <i n Bueno

»«« 1 Hlnehaalento medido en el ehaayo CBR para humedad h colneldente con el valer
mAxlmo de CBR.

HM^ 1 Hinchamlento medido para una humedad de reallzacKn del ensayo h. « h - ••


(1 * • 2 i).

La aplleaeión dé eat* tabla debe hacerae sobre 3 granulonetrlaa de tanafloa náxlnea ••


3/»»" , 1/2" y tamls N* 4 y hallar la .media de los resultados de laa 3.

TABLA XXXIVt VARIACIÓN DE LA ABSORCIÓN DE AGUA EN EL ENSAYO CBR PARA DIVERSAS ENERGÍAS D ^
COMPACTACION Y HUMEDAD ÓPTIMA PROCTOR.

*100 *75 *50 CALIFICACIÓN

0-2)( < 2 % 2 ~ k % Bueno


0-2)t < 2 lt > >* % Medio-bueno
0-2jt 2-l»j( 2 - k % Medie-bueno
0-2)t 2 - k % > k % Medie
0-2)( > U % > 1* % Medio-malo
2 - k ^ 2 . k % 2 - I* % Medio
2 - k 1í 2 - k H > 1* H Medie-malo
2 - k i > 1* % > U % Malo

*ioo 1 Absorción en i> de humedad tras la realiéaeitfn del entlayo CBR con humedad tfpti-
na Proetor y eompactación con 100 golpes de masa.

> Id. con 75 golpes de maca.


*75
1 Id. con 50 golpes de náza.
' .
.kc

TABLA X X X V 1 GRANVLOMKTRIAS POR SEDIMBITÁCION

S^P (c-V«r) CALIFICACIÓN INICIAL

< 2.500 Buano


2.500 - 3-500 Hadio-buano
3.5ÓO - '1.500 Madio
4.500 - 6.000 Madio-aalo
>6.000 Malo

S^^(c-2/gr) CALIFICACIÓN FINAL

-9.000 a -3.000 Callf.inicial - un grado


-3.000 a •3.000 Calif.inicial (no varia)
•3.000 a •9.000 Calif.inicial • un grado
>9.0O0 Calif.inicial • dos grados

2
*AD ' Sup*rflol« •speciflea •n em /^ d« la nuestra anaar-ada mn a^^ua destilada.

'
'TOT '* SAD - S. - SK - «Hg - S ^ .

Sa ' Suparfleia aapaeiflea an ca /gr da la auaatra anaayada an dlaolucitfn da ClNa


(28,66 gr/l).
Sj . Suparfleia aapaeiflea an ea /gr d^ la auaatra anaayada an diaoluci6n da CIK
(36,49 gr/l).

S ' (23,3'» «r/l).


Suparfleia aapaeiflca an ea /gr da la auastra anaayada an diaolueltfn da Cl_Mg
P

^Ca ' Suparfleia aapaelfiea an ea /gr da la auaatra anaayada an diaolución da Cl.Ca


(27,18 gr/l).

,7odas laa Buastraa iniciales pasan por al taals 200 tras un proeaso da aachaquae IdA'n-
tico. /
•1 «naayo sa haca da foraa slallar a la eatablaclda an la norma LCPC Md-S.I.-3-1.963.
1.47

TABLA XXXVI i ENSAYO DE INMERSIÓN EN AGUA O X I G E N A R

DISGREGACIÓN DE LA ROCA CALIPICÁCION

T<L01Í Bueno .
P de 10 a 20 ^ Hadlo-buano
P (!• 20 a 30 )( Medio
P d« 30 a UO )( Medio-malo
P > kO % Malo

P 1 Cantidad da flnoa en íi aue pasan Dor al tamiz n< 8 daapuis de dos días de Inaer
sltfn en H.O. de piedras gruesas ( > 5 e n ) .

a) SI durante la realización del ensayo se observa desprendimiento de humos o •


gases se aumentará un escalón la calificación anterior en el sentido de peor
calificación.

b) Si el agua oxigenada queda turbia o con coloración intensa se aumentará ótró


grado de calificación peyorativa.

c) Si la coloración de los materiales a n s i a d o s ha cambiado apreciablemente sea


aumentará otro grado.
l48

5.3« Métodos para estudiar la influencia de laa oscilaciones


de hiamedad-sequedad.

E n la TABLA XXXVII se recogen algunos de los procedimien-


tos usuales para estudiar la influencia de las oscilacio-
nes de humedad-sequedad sobre las carEbcterísticas de las
rocas.

Este proceso está poco experimentado en el laboratorio,


quizá por la importancia que puede tener ya la acci<5n de
la humedad simplemente, y donde más preocup<5 fue en el c&
so de escolleras basálticas, pues el ensayo propuesto por
FRANKLIN y CHANDRA fue en principio vin ensayo para detenn¿
nar la influencia de la humedad, con un solo ciclo, pero
con d o s , para corroborar la importancia del fendmeno cícljL
co, la desintegración fue mayor.

Estas acciones tienen mucha importancia en rocas arcillo-


sas, pero tambián tienen su influencia, hasta ahora no
cuantificada, sobre cualquier tipo de roca, particularroen
te si está alterada.

El ensayo propuesto por FRANKLIN, no hay que olvidar que


está cuantificado en las rocas arcillosas propias de In-
glaterra, pensamos será necesario contrastar con el com-
portamiento de los materiales de otras procedencias para
corroborar las clasificaciones dadas. Basta observar la
clasificación dada por MORGENSTERN, p a r ^ darse cuenta que
un material VH-S, en el slake-durability difícilmente po-
dría quedar reflejado. Posterio;Fmente GAMBLE (1971), Fig.
^93 hizo una clasificación de la durabilidad de las rocas
al desmoronamiento en función de los resultados de este en
sayo, que fue la finalmente aceptada.

Un aspecto importante que han de considerar estos proce-


sos es la humectación completa de la muestra en el semi-
ciélo de inundación, d^ esta forma la acción será más pro
funda.
l49

En cuanto a las características de la muestra y ensa-


yos para cuantificar la influencia podría tomarse: pro-
beta-compresión simple, muestra granular-Los Angeles,
muestra irregular-índice de huecos o desintegración si
I a hubi ere.

5 5 Í5
í lal ^3

ALTA

2S ; ¡ 1-—-[^
MEDIA
O
z 10
4 ;—---¡—I!-
BAJA

30 60 85 96 9S 100

% RETENIDO EN EL 2"CICL0 DE DURABILIDAD AL


DESMORONAMIENTO

Fig. k9. Clasificación durabilidad-plasticidad


de los materiales arcillosos pror)ues-
ta por GAMBLE (l97i)'
150

T A B L A X X X V I I

MÉTODOS PARA ESTUDIAR LA INFLUENCIA DE LAS OSCILACIONES. DE HUMEDAD-SEQUEDAD

REFERENCIA APLICACIÓN CARACT. DE LA MUESTRA HUMECTACIOI^ SECADO N9 CICLOS CUANTIFICACION DE LA ALTERACIÓN

CONDÓN 4 dxas inmers|ión k días secado Determinó la alteración que se iba


(De Ollier en agua. I al aire. produciendo en areniscas y pizarras
1969) con el número de ciclos.

6 horas en e¿
16 horas de in- tufa a 105i^ec"
FARJALLAT Para escollera 115 grms. en cuatro fra£; Analiza su estado después de los
mersión en agjua 2 horas a temp. 15
(1970) basáltica* mentós. ciclos.
natural. amb.

PARJALLAT Para escollera 2 días en agu^a Comportamiento satiáfactorio: la


30 fragmentos de 1 pulga- Secado al ai- muestra no sufre disgregación. En
(1972) basáltica. da. re. 30
hasta saturac ion. caso contrario es malo.

7 horas en e¿
15 horas de in- tufa a 105+,58C Se observa la desintegración. De-
(ÍIEBLE mersión en aéua. 2 horas a temp^ 20 termina la influencia de «tos ci-
En escollera Fragmentos entre 1" y ly", amb. clos sobre los asientos, el ángulo
CRUZ basáltica.
(1971) de rozamiento y la resistencia al
corte.
Varios días inmersión en glycol-
etileno.

500 grms. formados por 10 Desgaste en tiam- Determinan el porcentaje de mues-


PRANKLIN Y Taludes en bor de malla ' de Secado a tra retenido, y clasifican su al-
CHANDRA rocas arci- fragmentos comprendidos
entre kO y 60 grms. 2 mro. de lado, 105 ± 5SC. terabilidad según se indica en la
(1972) llosas. sumergido en ¡agua Fig. 49.
151

5.^. Métodos para estudiar la influencia de las oscilaciones


congelación-deshielo.

5.^.1. Estudio por stmulacián con sales.

Se realiza conol conocido ensayo de "Estabilidad de loa


áridos í'rente a la acción de las soluciones de sulfato
sódico o magnésico". Según la norma ASTM C 88-71a.
(Í^LT-l58/72 ). Únicamente resaltar los puntos si/ruien-
tüS I

la mayor muestra especificada está compuesta de I3OO


grma de tamaños entre 1-J- y 2 pulgadas, y I5OO grms, en-
tre 2 y 2-^ pulgadas. Se pueden utilizar muestras! mayo-
res utilizando 3000 grma y el tamaño tal que estélcom-
prendido entre tamices separados 1 pulgada,

los ciclos constan de inmersión en solución saturada,


y cristalización de la sal por secado, pero el proceso
do ruptura no se produce en la última fase del ciclp, sino en
la primera, cuando los cristales anhidros de sulfato
situados dentro de la roca se ponen en contacto con la
solución saturada, adsorbiendo agua para hidratarse y
provocando, debido a la saturación, su propio crecimien-
to ,

el resultado principal es la desintegración, obteni-


da por pérdida de peso sobre un tamiz especificado. Pe-
ro además la acción del sulfato se puede traducir en
macro y microfisuras, que no se reflejarán en esta des-
integración.

este ensayo es muy aconsejado en todas las recomenda-


ciones para utilizar los materiales tanto como áridos
en capas granulares, como en escolleras, e incluso para
dimensionaíf taludes, W E L G H ( 1 9 5 5 ) » a pe'sar de que casi
siempre hacen la salvedad que es demasiado agresivo, y
152

que no refleja el proceso que intenta cuaritificar.

5.4.2. Estudio de la congelación del agua intersticial.

El efecto de este ensayo se consigue si se baja rápida-


mente la temperatura en toda la muestra, para ello se
utilizan valores de esta magnitud muy bajos, y el tiem-
po suficiente para que se produzca la congelacidn total,
que debe ser muy rápida.

Otra precaución que se toma es que el ambiente siempre


está saturado, pues a la roca no le debe de faltar agua
durante el proceso de congelación, quedando parcialmen-
te saturado, de ahí que algunas veces dejen la muestra
en contacto con el líquido: Procedimiento AASHO.

El ntSmero de ciclos suficiente es lo que normalmente es


difícil de determinar, abundan los procedimientos que
recomiendan un número de 25» pero otros toman la cifra
de 50, esto dependerá de la zona donde vaya a estar la
roca, de ahí que AIRAPETYAN qiie trabaja en la Unión So-
viática se haya inclinado por un númqro mayor.

En el caso de las capas granulares dé carreteras parece


que un procedimiento para cuantificar el fenómeno de la
congelación es el ensayo de Los Angeles efectuado antes
y después de someter la muestra a cicJLos. ARCHIMBAUD y
TOURENQ recomiendan que se introduzca la muestra seca con
la granuloma tría que se obtiene de los ciclos pero que
se trate como si la granulometría fuera original. El
ensayo está poco aplicado pero consideramos puede ser
interesante.

En cuanto a probetas, el medir la resistencia según su-


giere AIRAPETYAN puede ser un modo de cuantificar la
fisuración, y también se podría definir un índice de
heladicidad como la razón entre la resistencia del ma
terial después de someterla a los ciclos dé hielo-des-
hiélo y sin someterla a este proceso;
153

Por último, habría que considerar el caso de las mues-


tras irregulares, en las que el efecto de la accidn del
hielo debía controlarse por la pérdida de peso si la
hubiera, y por la variación en el índice de huecos.

Las cararterísTicas de los métodos aquí mencionados, se


recogen en La TABLA XXXVIII.

5.^.3. Estudio del crecimiento de cristales de hielo en Juntas.

El estudio experimental de laboratorio del crecimiento


de lentejones de hielo en Juntas y diaclasas en macizos
de rocas fue realizado por BRANDL (1973) con motivo de
la ejecución de carreteras en alta montaña^ donde preten-
dían ajustarse lo más posible al terreno para ahorrar
cota de desmonte y alcanzar las pendierites aceptables.

Por el lugar, alta montaña^ y la proximidad de la capa


freática, tuvieron necesidad de conocer cuál sería el
comportamiento de las rocas del macizo frente al gradien
te de temperaturas.

Además de los ciclos de hielo-deshielo, según la nonna


ONORM B 3123» realizó el siguiente ensayo para cuanti-
ficar el efecto de crecimiento do lentejones de hielo
en juntas.

Expuso testigos de sondeo con diámetro de 11'6 a 13*'+


cm., y altura de 10 a 12 cm., con suficiente aislamien-
to lateral, a una corriente de frío regulable pudiendo
recibir agua desde abajo a + 4?C. La temperatura de
congelación fue de -245C durante los primeros siete
días y a continuación la hicieron oscilar durante 21
días entre - 7-C y + 185C, manteniéndose fineilmente du-
rante ik días a una temperatura de -24?C, Se midieron
cada día los levantamientos debidos a la formación del
hielo, según se recoge en las Figs. 50 y 51*
15^

OUmCION OCL INSAVO (OUSt

Fig. 50. Levantamiento por heladas en la fllita grafi-


tica negra.

30 40

DURACIÓN O EL ENSAYO ( D Í A S )

Fig. 51. Levanta:miento por formación de hielo en la fi-


lita gris
!:>:>

T A B L A X X X V I I I

ENSAYOS PARA EL ESTUDIO DE LA CONGELACIÓN DEL AGUA INTERSTICIAL

REFERENCIA APLICACIÓN CAEACT. DE LA MUESTRA SATURAC. INIC CONGELACIÓN DESHIELO N8 CICLOS CUANTIFICACION DE LA ALTERACIÓN

Proced. A A-¿6«C su- A 21PC su-


Inmersión 24 h. merg. merg. 50
Se determina la pérdida de peso
Tres tipos: Proced. B 2 Ü. a -lé^C que sufrió la muestra, calcula-
Granulos en ^ h. a 219C
AASHO En capas Árido fino. Sat. al vacío 16 da usando un tamiz dependiente
coijitacto con sumergido en
T103-62 granulares. Árido grueso. con soL de de la granulómetría inicial.
solución. solución.
Fragmentos de 100 grms. O «59^ etílico.

Proced. C: Igual al B, pero utilizando agtia'


en lugar de solució
óiji de alcohol etílico. 25
-1*"^

100 (M1-M4)
m s
L a v . a g u a s^ M
3 0 rain, de iii
f r í a . 3 0 nffljy Mo, Mj^, M4, módulo de finura or^
STRUILLOÜ Gratiiular pasando el
m
me:r • s i ó n e n pe^
(1969) taraíss d e 2 0 mm. i n m e r s i ó n en ginal, después de 30 seg. d© de¿
t r p leo a -15""c agua a 609C, gaste, y después de 30 seg. de
desgaste sobre muestra sometida
a ciclos.

Se seca la muestra a 105 i. 5-C y


2 1. de +30?C 2 h. de -30^C con toda ella se hace un en&ayo
ARCHIMBAUD Granulometría del 2 h, al vacío
En capas a -30?C. 5 h- a +30»C. í b "Los Angeles" (LAg). Con miieB-
y TOÜRENQ ensayo "Los Ange- 24 h. sumergí^ a +3ORC eVi 'Wt 25 tra inicial se hace otro ( L Á )
granulares. les". do en agua. a -309C en ajt
(i97l) mó 3f. satur. mósf. sat]U"f'¿,
LAg - LA
G = 100
LA
nTíiiiiULn.úi

Prob, cilindrica.
ONORM MaciZíQíá^ Fra^entos irregula-i 2k h. a -249C 24 h. a ^ K f 25 Variación del índice de poros.
roco^dá. ^Saturados.
B - 3123 res.
-T»'""''

B * r o - 001 Prob. cilindrica, Saturada al 5+1 h. a -20SC 4 h. a 1 Observación de la alteración


h ss 7 cm. vacío. 25 aparenté.
(1945)
••gm

AIRAPETYAN Escolleras y "ftiesistencia a compresión sim-


Prob. cilindrica. - 179 c + 1 50
(1972) p edraplene a ple.

Se examinarán las superficies pa^


UNE' Pavimentos. Adoquines. 4 h. a - 15°C 1 h. a 10<?C 20 detectar posibles grietas o re¿
7.070 quebrajaduras.
156

5.5. Métodos para estudiar.la influencia del crecimiento de


cristales de sales.

Únicamente se han llevado a cabo experimentos para deter^


minar la influencia de la cristalización del cloruro só-
dico en diferentes rocas utlJizadas en escolleras de di-
ques y muelles. TRICART (1960), describe los experimentos
llevados a cabo sobre rocas graníticas, sobre las que
se realizaron ciclos de inmersión en solución salina y
desecación, repetidos 12 veces, cepillando los produc-
tos de disgregación. Como no realizó ciclos paralelos
de laumectación-desecación no es posible saber a qué e-
fecto de deterioración corresponde.

En general, el estudio de la cristalización de sales se


hace a posteriori, se detecta un fenómeno, normalmente
levantamiento o desintegración, se busca la causa,
que en este caso sería la cristalización de sales, y se
sigue buscando la causa de que se haya formado allí
aquella cristalización de sales que normalmente se debe
a un gradiente de temperatura elevada y a un suministro
de solución salina proveniente de la alteración química
de la propia roca.

En estos casos se incluyen los ya descritos de cristali-


zación de sulfates en los planos de fisilidad de piza-
rras y la formación de cristales de sales en los para-
mentos de sillerías de edificios como el del Parlamento
de Londres, contruldo con dolomías, sobre el que se for-
maban cristales de sulfato magnésico, con fuerte poder
desintegrador. FOX (l935).

Se recuerda el efecto disruptivo qije producen los ci-


clos de sulfato sádico o raagnósjiico sobra las rocas, -
ejecutados como' ensayos de laboratorio, para repcroduclar
en alguna medida la acción de congelación del agua.
157

C A P I T U L O 6.

ESTXJDIO DE LA METEORABILIDAD DEBIDA A PROCESOS QUE

ALTERAN LA COMPOSICIÓN QUÍMICA DE LAS ROCAS.

Estos procesos, como se ha dicho, al mismo tiempo que trans-


forman la composición química de la roca, pueden originar un
aumento en la fisuración debido a la debilidad que introducen
y al cambio de volumen, ya sea aumentándolo como en la hidra-
tación, o disminuyéndolo como en la hidrólisis.

La reproducción de estos fenómenos en el laboratorio no está


lograda debido a la serie de factores que influyen en las rea£
ciones químicas. Quizás los avances mayores fueron conseguidos
por PARRAN y THENOZ (1963) con la reproducción en el laborato_
rio del intercambio de iones en granitos, pero pensamos no
han conseguido introducir en sus ensayos la influencia de la
variable tiempo tan importante en las reacciones químicas.

Por ello, JIMÉNEZ SALAS (1976) recomienda que "para Juzgar


de la alterabilidad de la roca resulta de primordial importan
cia un examen petrográfico, método con grandes posibilidades
q,ue distan mucho de estar suficientemente explotadas todavía
(cuantificación de la microfracturación, análisis químico di-
ferencial con la microsonda, etc), y que, una vez identifica-
da ia presencia y género del problema, los ensayos normaliza-
dos de laboratorio puede ser ya elegido j esp^clficamentc pa-
ta cada caso, el procedimiento práctico quo puede controlar
periódicamente la calidad de la roca durante la explotación".
158

6.1. Métodos para prever la alterabilidad por hidratacidn

Los principales problemas presentados en las Obras públd^


cas por hidrataci($n de minerales, entendida como un cam-
bio en la composición química de éstos, están relaciona-
dos con la presencia de pequeñas cantidades de sulfato
magnésico y, de una forma más'"'g'ené3fal, con la anhidrita.

Para prever la alterabilidad debida a variaciones en la


composición química por hidratacián se pueden utilizar,
en muchas ocasiones, los ensayos indicados para cuantifi^
car el fenómeno provocado por la interacción de los mln£
rales arcillosos que forman parte de una roca con el
agua, ya que la causa de alteración, atunento de volumen,
es similar, aunque el proceso se produzca de forma dif£
rente siendo, además, más lento en las sales que en la
arcilla.

Tal es el caso de la hidratación de la anhidrita, cuyo au


mente de volvunen se traduce en una expansión y posibles
desmoronamientos de la roca de que forma parte.

Es un caso frecuente la presencia de núcleos de yeso y


anhidrita diseminados en el interior de rocas arcillosas
de diferente naturaleza, justificable en base a la natu-
raleza sedimentaria de aquéllas y a los procesos de dia-
génesis a que se han visto sometidas posteriormente. En
estos casos es difícil determinar qué parte del fenómeno
corresponde a la arpilla y cuál es debida a la presencia
de anhidrita.

El caso más importante recogido en la bibliografía acer-


ca de los problemas de levantamiento en rocas arcillosas
yesíferas, se detectó en algunos de los túneles de ferro,
carril y autopista construidos entre Suiza y Alemania,
en los que, al cabo de varios años, se midieron levanta-
mientos de la solera que alcanzaban más de un metro en
159

algunos casos.

Los ensayos en que se basa el procedimiento de estu-


dio seguido son los tradicionalmente usados en sue-
los expanslvoH, determinación en células edométrlcas
del hinchamiento libre y la presión de hinchamiento,
así como la identificación de los diferentes minera-
les componentes de la roca mediante análisis de di-
fracción de Rayos X y observación de láminas delga-
das al microscopio óptico de luz polarizada.

Pero en el método seguido en el caso mencionado al-


canza especial relieve no sólo el tipo de suelo uti-
lizado en los ensayos, sino la interpretación de los
resultados, de ahí que con las conclusiones obtenÍT<
das de estos estudios se puedan Justificar las dos
hipótesis existentes, una que achaca los levantamien
tos a la hidratación de la anhidrita, y otra que ha-
ce responsable de este fenómeno a los tipos de arci-
lla presentes, en particular a la corrensita.

Aquí se expondrán las dos líneas de estudio seguidas


pueS)como se ha dichojsi con una se demuestra la in-
fluencia de la alterabilidad de la anhidrita, con la
otra se pretende demostrar su inalterabilidad o la
poca influencia que su alterabilidad tiene sobre el
fenómeno de levantamiento observa4o.

La exposición se dividirá en tres partes. En la pri-


mera se describirá la Geología d^e la Zona, tan impor-
l6o

tante para conocer el comportamiento de las rocas sed¿


mentarlas, en la segunda se recogen los problemas que
han presentado, y en la tercera el estudio de la alte-
rabilidad.

- Geología de la Zona

Estratigráficamente las rocas yesíferas aparecen, en


esta zona de Europa, en la formación Keuper del Trías.
Su edad es de 200 millones de años, WOHNLICH (1976).
Pero DALVESCO (1976) extiende su presencia por el Eo-
ceno, Jurásico Superior, Keuper, Triásico Medio y Per;
mico.

En e^ terreno se distinguen tres capas. Una superior


de lavado, fisurada, de 35 a 80 m, de potencia. Una
intermedia, sin fisuras, de 5 a 15 ni. de espesor, en
la que sdlo aparece yeso, y por último, una tercera
en la que el sulfato aparece en forma de anhidrita, y
que es donde los fenómenos de levantamiento en túneles
tuvieron mayor relevancia, KRAUSE (l976).

La anhidrita se puede presentar en gruesas capas de


hasta kO cm., sin fisuras, en las que sólo se altera
la superficie; o también en capas más finas converti-
das parcialmente en yeso, en las que la relación su-
perficie/volumen es muy desfavorable, que son las que
resultan peligrosas. WOHNLICH (l976).

Por su parte KRAUSE (l976) describe los terrenos del


Kefüper Medio como una zona en la que aparecen estratos
de yeso de 10 a 15 ^- de espesor, en las par^tes más
bajas, mientras qué en las zonas superiores, la can-
tidad media de roca yesífera es de 5%» aumentando has-
ta el 1 0 % en la zona media del Keuper Medio, en la que
los sulfates aparecen en capas de 10 cm. de espesor.
161

formando finas alternancias con margas.

- Problemas de alteración; levantamiento

Aunque las rocas yesíferas están presentes como se ha


dicho desde el Pérmico hasta el Eoceno, los fenómenos
de levantamiento sólo se detectaron en el Keuper y
Triásico Medio, DALVESCO (1976).

La particularidad de este fenómeno, aparte de su magni_


tud en algunos casos, es la velocidad constante con
que se produce, a pesar del tiempo que llevan ya cons-
truidas algunas obras, aunque se advierte una gradual
disminución del gradiente con el tiempo, KRAUSE (1976).

Algunos datos de túneles suizos se recogen en la TABLA


IXL.

B I X L
Período de Levantamiento Velocidad
Túnel medida total actual Autor
Años cm. cm/año

Wagenburg KRAUSE
Tunnel 27 102'9 (1976)
Galería de
ensayo
Wagehburg 32 30
Kapp e1e s b e rg
Tunnel 100 470
UPPER GROB
HAVENSTEIN 20 1 «1 (1976)
BOZBERG 31 _— 1'^ GROB
(1976)

Es de destacar el túnel de BELCHEN, para autopista,


que en pocos meses alcanzó un levantamiento de 90 cm.,
con una presión máxima de 3 MPa. GROB (1976)
162

- Estudio de la alterabilidad por hidrataclón;

Los terrenos del Keuper donde se manifiestan fenóme-


nos de levantamiento están constituidos por una fra£
rión arrillosa y otra de sulfatos. La fracción arci-
llosa está compuesta por illita,corrensita, y clorita.
De entre ellas la que tiene propiedades expansivas es
la oorrensita. HENKE (1976).

Los sulfatos están constituidos por yeso y anhidritai


a esta última se le pretenden achacar los fenómenos
de levantamiento DALVESCO (l976), WOHNLICH (1976),
KRAUSE (1976)

De estos dos componentes, sulfatos y arcillas, se de_


rivan dos caminos de investigación de la meteorabili-
dad:

1. Levapitámi'entos basados en la hidrataclón de la an-


hidrita. La anhidrita es un sulfato calcico anhidro,
que puede tomar, mediante un proceso químico de hidrgí^
tación, dos moléculas de agua para transformarse en ye_
so, aumentando su volumen en un 60^. Esta hidrataclón
se produce en fase líquida, de ahí que sea muy lenta
y que pueda no producirse, p hasta producirse una diw
solución de las cap^s.

El yeso pierde, a los 125 °C . , toda su agua de hidra-'


tación, rompiendo la estructura cristalina, dándole
un color blanco característico que permite distinguir;
lo por calentamiento de la anhidrita, así como cuan-
tificar, por medio de pesadas, la parte de agua perdi
da y de ahí la proporción de yeso presente, WOHNLIGH
(19jé).

HUDERG y AMBERG (l970) establecieron la base para a-


cusar a la anhidrita de levantamientos. Hicieron ensa
163

yos de muestras con este mineral 1, 2, 3» ^» 5 Y


con arcilla opalinus del Keuper M-, M„, M- , Los
resultados que obtuvieron se recogen en la Flg. 32.
en la que recalcan que contrariamente al rápido hin
''hamlentn de arcillas, el hlmharaiento de la anhidr_i
ta no disminuye durante arios

OIM

Fig. 52 : Variación de la presión de hinchamiento


con arcillas y anhidrita en el tiempo.

Es de destacar que la presión máxima alcanzada con la


anhidrita fue de 3'8 MPa y menor 2'0,MPa en las
muestras arcillosas.

Los resultados de los ensayos obtenidos sobre muestras


de arcilla opalinus y de anhidrita en el proyecto del
túnel BOZBERG-MOTORWAY se recogen en la TABLA XL.

B X L
Tipo HINCH. LIBRE PRESIÓN DE HINCH..
de MUESTRA fo MPa
muestra m medio máx. media máx.
Arcilla
opalinus 110-130 2'3 15-18 0'6 3-7
Anhidrita
paralela
á estratos 50 0'5 0'3
Anhidrita
p e r p e n á i c ul a r
a estratos 2'5 1'5
I6k

En los ensayos con anhidrita no se llegó a alcanzar


el valor máximo en el tiempo de ensayo, superior a
128 días, Fig. 53»» lo que parece confirmar la hipó-
tesis que los hinchamientos continuos con el tiempo
son debidos a este mineral.

Po
0.S

«RCILL* OPALINUI
o.«
HlNCM*!í>£ÜISJfa 0.S
a4
o.s
0.a
0.1

12(
OÍAS

Fig. 53. Resultados de los ensayos edométricos


llevados a cabo con los núcleos de los
sondeos realizados para el proyecto
del túnel BOZBERG. La arcillfi opalinus
es más activa que la anhidrita.

2. Justificación de los levantamientos por expansio-


nes de la arcilla, particularmente de la corrGns¿
ta. Disminución de la importancia de la anhidrita.
, . . ; « « - ' •

Los trabajos más interesantes están descritos por


HENKE (1976) y LIPPMANN (1976). El primero de ellos
realizó pruebas a escala natural en dos perfiles de
túnel,Fig. 5^» y varios ensayos edométricos. De los
ensayos en los dos perfiles de túnel, destacan:
los levantamientos se producen solamente en la zona
/
de/hasta 1 m. de profundidad, Fig. 55» y la buena co-
rl'elación obtenida entre el contenido de arcilla,
particularmente corrensita, y los hinchamientos, Fig.
56
165

1.771 1.171 1.772 i;l7S 1.77J 1.174 1.774


I I I 1 I I I ,i.4-L»!;iU^
i"
a is
-u^ ..4—+-"4-«üfi¿

za
1 0 - 1 0 0 m M JUO
O tJL
L»M I LI O
»U

2"* ' ° O 100 200 300 400 SOO 600 700 tOO tO010001100 Dl*>

~ ^ — LCVANT. MIDIÓ «LO LAKOO OCLA LINCA e t U T M L


OIL TUNCL seco
. . . . _ LCVANT. MCDIO A Im OCLA LINCA CCNTNAL OCL
TUNIL SICO

Pig, 5^« Medida de levantamientos a lo largo de


dos perfiles longitudinales dentro del
túnel.

200
^SUCLO Levantamiento medio a lo
• 190
• ^

120 -^ largo de la línea central


SO ^ del túnel húmedo.
40
10-10.0 m
O
-401
m • BAJO SUELO
COMIgWZQ DEL HUIieoCCiMICNTO
O SO 100 ISO 200 2S0
TIEMPO IDIASl

200i
8 Levantamiento medio
ISO
120 a 1 m. de la línea
\ .. S UEL \ central del túnel
80
". 11 BAJO SUELO
íz< 40
0 ^ •* OH
— 2 . 0 - 0.0 m
hiómedo.
5 1 • BAJO SUELO
lii

c só 10 0 1S0 2<W2S0
TICMPO (01 KSI

Fig. 55. Ensayos en el túnel WAGENBURG. Diagra-


mas tiempo-levantamiento del suelo y
de las capas de diferentes profundida-
des en el túnel seco y húmedo.
16^

I
O

z
ÜJ
s«í
I
z °
~ Q.

Q
Z
g
UJ
o:
a
100

z 20
UJ

i 16 Jm—
I a
ü a
z
12
UJ
o
8 / «
H
Ul 3
o: o
a UJ

10 20 30 40 50 60

CONTENIDO DE CORRENSITA %

Fig. 56. Relación entre la presión de hinchamien


to y el contenido total de arcilla, y
el contenido de corrensita.

Por último realizó ensayos edométricos con diferentes


contenidos dé anhidrita y corrensita, obteniendo may£
res hinchamientos en las muestras en que esta última
se manifestaba en mayor proporción y la primera en me.
nbr cantidad, Fig 57-

De todo ello, HENKE-concluye que la única explicación


que encuentra para los levaintamientos es el hinchamien
to de la arcilla conteniendo una cantidad considerable
de corrensita.
167

CURVA CONT. OE CONT. DE CONT. OE


SONDEO PROFUNa CONIMEN! ANHIORrr. YESO
1 301 O.Zn 3 8.T % 14.0 % INDIC.
2 301 0.3m 31J8 % 3T.S%
S 301 2.0» 24.1 % 42. S % •

4 301 6.2m n.«% 70.9%

SO

!••• ^' • r
100000 200000 300000 4 0 0 0 0 0 TIEMPOIMINUTCSI
5 6 7 8 9 1 0 TIEMPO (MtSES)

Fig- 57. Resultados de los ensayos edométricos


sobre muestras con distintas proporcio-
nes de anhidrita y corrensita. HENKE
(1976).

El estudio de la corrensita está descrito por LIPP-


MANN (1976).

A la corrensita le achaca un hinchamiento de 11 a


Iko/o, al pasar de estado seco a saturado, con«i-
d«»ándole ana tres estados: seco, con separación en-
tre moléculas de 2k S. ; con poca hvimedad, separación
29 %', y con suficiente humedad y separación entre mo-
léculas de 33 S. La presencia de anhidrita será un in
dicador de que,aún.oon humedad, la corrensita se en-
cuentra en la posición de 29 S, y precisamente el rá-
pido levantamiento encontrado por HENKE (1970) podría
justificarse con la poca agua existente inicialmente,
como se podía deducir de la presencia de anhidrita y
corrensita.
168

6,2. Métodos para prever la alterabilidad por "intercambio


de iones"

En muchos tipos de roca, particularmente en las intru-


siva.s, el primer ataque por meteorizaclón química, en
presencia de agua se produce por intercambio de iones,
avanzando luego el fenómeno destruyendo la estructura
de los minerales. Los principales estudios llevados
a cabo para cuantificar este proceso fueron realiza-
dos en el Instituto Superior Técnico de Lisboa, por
Aires Barros, y en la Facultad de Ciencias de Toulouse,
por Farran y Thenoz,

AIRES BARROS, GRASA y VELEZ (1975) y AIRES BARROS (1977)


estudian el comportamiento de diferentes rocas intrusi-
vas y sedimentarias sometiéndolas a ciclos de humecta-
ción-desecación, pero analizando la pérdida de peso y
el lavado de iones, o aumento de iones en el líquido
que servía para humectar la muestra. Con ello preten-
den medir la meteorabilidad total que sufrían estas
rocas cuando estaban sometidas en la naturaleza a los
procesos mencionados, contabilizando de forma conjunta
el efecto del proceso sin alteración química con el
del proceso con este tipo de alteración.

Para ello somete probetas cilindricas de roca de 42 mm,


de diámetro y 8 mm* de espesor, con una cara pulida, a
calentamiento durante 20 minutos a 70 9C y humecta-
ción durante 10 minutos en agua destilada a 10 «C, du-
rante 3.84o ciclos.

Determina la pérdida de peso de la probeta y la varia-


ción en peso de los componentes de la roca expresados
en KpO, Na^O, CaO, MgO, Fe_0 mediante espéctroquímica
de absorción atómica.

Para clasificar la meteorabilidad de las rocas define


un "índice dé- alterabilidad" K = (l + G.) Kmin.
169

Kmin. = pérdida de peso.


G. = lixiviación química total.
J

Así como el estudio de Aires Barros estaba enfocado a


¡a aplirarión de los materiales como escollera» y de
ahí la estaticidad del agua, FARRAN y THENOZ (l96:.)
pretenden establecer un ensayo que permita conocer la
meteorabilidad de las rocas formando parte de macizos
rocosos, para su aplicación fundamentalmente en la
construcción de túneles, de ahí que utilicen agua ci£
culando en el interior del material. El fenómeno que
consideran es el lavado que producen las aguas en las
superficies internas de los minerales a lo largo de la
microfisuración matricial. Lo aplican directamente a
granitos para los que obtienen un gran número de resul^
tados.

La cuantificación del fenómeno la hacen considerando


cuatro variables, dos que son condiciones externas, y
de las que depende la accesibilidad del agua,y las o-
tras dos que miden la reactividad roca-agua.

Las dos primeras son la permeabilidad y la superficie


interna unitaria. Las dos de las que depende la reac-
tividad son la duración de la filtración y el análi-»,
sis químico de la misma.

Para la determinación de la permeabilidad y superficie


interna ponen a punto dos ensayos que se describen a
continuación;

Para cuantificar la permeabilidad, utilizan la permea-


bilidad al aire. Para ello, preparan una probeta cilín
drica de la roca que ge va a estudiar con un diámetro
de 40 mm , y una altura de 30 mm. Esta probeta se co-
loca de tapón de un tiibo de vidrio vertical de 80 cm,
2 -" •

de altura y 7 mm . de sección, Fig. 58, el cual tiene


170

su extremo inferior sumergido en una cubeta de mercu-


rio a nivel constante.

PROBETA

VACIO PORTA MUESTRAS

[11 I CUBETA DE
' ' MERCURIO

Fig. 58. Esquema del permeámetro

Mediante un tubo lateral, situado cerca de la parte


superior y provisto de una llave R, se puede poner
en relación el sistema con una bomba de vacío, que
puede elevar el nivel de mercurio en el tubo verti-
cal hasta una altura función de la presión atmosfé-
rica y del grado de vacío realizado.

Cuando se cierre la llave R, se apreciará una caída


déla columna de mercurio debido al paso del aire a
través de la muestra, descenso que será tanto más rá^
pido cuanto más permeable al aire sea la probeta.

a perfecta estanqueidad lateral de la probeta la con


iguen utilizando un portamuestras con junta de mercu
rio,Fig. 59-
171

Fig. 59 • Portamuestras de junta de mercurio, (l) Base


del portamuestras donde se coloca ia probeta
centrada, según el eje del tubo de vidrio.
(2) "Junta rápida" de caucho. (3) Junta tóri_
ca. (4) Recipiente cilindrico apoyado en la
jvinta tórica, sirve para poder culjrlr de me£
curio la superficie lateral de la probeta,
procedente del canal.(5) Este mercurio tie-
ne por misión asegurar la estanqueidad total.
La estanqueidad de la junta existente (6) en
tre el tubo de vidrio vertical y el portamues_
tras se puede controlar periódicamente colo-
cando en lugar de una probeta de roca una rne.
tálica.

El cálculo de la superficie interna unitaria lo basan


en la porosidad de la roca, para cuya determinación pu
sieron a punto un porosímetro. Fig. 60.

El porosímetro está constituido esencialmente por un


tubo en \J , cuyo brazo derecho» de una altura aproxi-
mada de 70 cm., termina en una llfive R- . El brazo iz-
quierdo, de sólo 10 cm. de altura, termina en un reci-
piente cilindrico C dimensionado de tal forma que per-
mite utilizar las mismas probetas utilizadas en el pei^
meámetro.

El recipiente C se puede cerrar herméticamente con una


tapa semiesférica que se asienta sobre unajunta plana,
y que lleva en su coronación acoplado un tubo de sec-
ción calibrada, de 50 cm. de altura aproximadamente,
que puede cerrarse en su extremo superior con una lia-
ve R^.

...^
172

.R2 £

\=j

Fig. 60. Esquema del porosímetro.

En el punto más bajo de la ü se empalma otro tubo pro^


visto de una llave R„ y conectado con un recipiente
móvil H lleno de mercurio, a través de un conducto
flexible.

El procedimiento operatorio es el siguiente; se coloca


la probeta en C, y se cierra este recipiente, se eleva
el niyel de mercurio, moviendo H, por encima de las
llaves R^ y R„ que se cierran. Sé baja entonces el ni-
vel hasta la cara inferior de la probeta en C, cerran-
do entonces R„. En estas condiciones, la probeta e^stá
173

sometida al vacío, y el aire contenido en sus fisuras


se escapa. Este volumen de aire se puede medir en el
tubo calibrado haciendo subir nuevamente el nivel de
mercurio por encima del recipiente C.

Para hacer la medida a presión atmosférica, se abre


R- y se equilibran los niveles de mercurio en las tres
ramas. El volumen de aire extraído, dividido por el vo_
lumen conocido de la probeta cilindrica, representa la
porosidad relativa de la muestra.

Varias maniobras consecutivas permiten precisar el ins^


tante a partir del cual se termina el vaciado de la
probeta, lo que se consigue cuando se estabilice el
nivel de mercurio en el tubo calibrado. Prácticamente
es suficiente mantener la probeta un minuto al vacío.

La filtración de agua a través de la roca^para deter^


minar su duración y el análisis químico del líquido
final, la obtienen mediante un percolador de alta, prer-
sión en el que hacen pasar agua con un gradiente de
presión determinado a través de ella. Un esquepia de
percolador se da en la Fig. 6l.tomado de JAEGER (l972)

t AGUA DE FILTRACIÓN

AGUA OECOMPRIMIDA

CUBIERTA MUESTRA DE ROCA


PLÁSTICA
UA BAJO PRESIÓN

AGUA BAJO PREStON

Flgw 6 1 . E n s a y o de p e r c o l a c i ó n l o n g i t u d i j i a l .
( L a b o r a t o r i o de P a r í s ) . ,
17^

/
En base a los resultados obtenidos clasifican la m e -
teorabilidad de las rocas según se recoge en la TABLA
XLI.

RPÍIC'HF; ( 19'.O ) define un índice de meteoriza, ion (xi-


tin( I al de una roca como:

100 X moles (K^O+Na^O+CaO+MgO -H^O)

moles (SiO^+Al O , + K O+Na^O + CaO+MgO-H^O

en la que los moles se calculan a partir de análisis


químico de la roca o mineral.
T A B L A X L I

Clasificación de la meteorabilidad de las rocas FARRAN y THENOZ (I965)

Concentración de iones
Permeabilidad Permeabilidad Ca y K en interva-
Alterabilidad
al aire al agua los de volumen de agua
determinados

Nula menor de 0'10 - -


milidarcys

Débil mayor de O'IO no varía con


milidarcys el tiempo
dK

Media mayor de 0'10 disminuye len disminuye rápidamente


milidarcys tamente dK ,^
e <^0
dt

Fuerte mayor de 0'10 disminuye len disminuye lentamente


milidai'cys tamente dK ^_
e ^0
dt

Muy fu>erte mayor de O'IO disminuye rápi^ disminuye rápidamente


milidarcys damente dK
176

6.3• Métpdós para prever la alterabilidad por hidrólisis

STRUILLOU (1969) propone un método para determinar


la alterabilidad de los feldespatos y micas frente a
los proresos de disolución por hidi"5lisis, en las que
-k
se lava el (SiOr) , aplicable fundamentalmente a gvá
nulos

Según él, lá sensibilidad a este tipo de disoluciones


implica una prealteración fósil que haya provocado, a^
demás, la formación de los minerales arcillosos en
las fisuras, los cuales fijarán el agua impidiéndola
circular.

En estas condiciones supone que, dentro de la roca,


los desplazamientos de Los iones agresivos y de los
iones disueltos se hacen esencialmente por difusión
iónica, mientras que la circulación se produce a ni-
vel de fracturas abiertas.

La difusión iónica en fragmentos de roca será propor-


cional a la porosidad del matei'ial, e inversamente
proporcional al diámetro medio de los bloques.

Las repercusion.es de las disoluciones son función del


papel mecánico jugado, antes de su aparición, por las
zonas f eldespáticas parcialmente lavadas destruc1;ibles .

La importancia de las cadenas silicatadas alteradas


ya por hidrólisis la determina Struillou, calentando
el material a 700 °C , lo que provoca la deshidroli-
zación de las zonas cristalinas lavadas y, en conse-
cuencia, su contracción por aproximación de los tetrae^
dros silico-aluminosos deshidrolizados, según el esqu¿^
ma (d > d ) :
177

I í
Si OH HO — S i *- — S3 ii — O —
— S di +H O

4 d ^
II •—d,
I
-•
o 1

Rsta rontracción provoca una alteración de los enlaces


mecánicos dependientes de las zonas cristalinas alter^
das y, por consiguiente, una disminución en la solidez
de la roca.

Las v'ariaciones relativas de este factor pueden medirse


mediante un ensayó de desgaste después del calentamien
to. Para ello hay que operar de la forma siguiente;

- se prepara 1 Kg de gránulps entre 2'5 y 20 mm .


- se secan a 110 "C.
- se mide el modulo de finura M .
o
- se hacen dos lotes de 500 grms. cada uno, idénticos.
- se coloca un lote en un horno a ^50 ''C durante una
hora y el otro lote a 700 °C durante otra hora.

El calentar un lote a ^50 "C es para separar el efec-


to de deshidratación de hidróxidos y caolinita*

- se somete al desgaste durante 30 seg. en un vibro-


desgastador especificado.
- medir el módulo de finura M „ y M , correspondiente
a los lotes de 450^ y 700 °C respectivamente, des-
pués del desgaste. ^^^ ^^ _^ ^
- cacular el cociente; m = "^ —
M
o

Además del papel de las zonas feldespaticas alteradas,


•; m •', del tamaño de los granulos j"d" en metros j y de la
porosidad, n %, intervienen también los contenidos de
hierro no incluidos en las redes cristalinas ferro-
magnesianas en fo y el pH del agiía -de lavado.
178

La TABLA XLII recoge la lista de criterios propuestos


por Struillou para determinar la alterabilidad frente
a la hidrólisis de los feldespatos.

A B L A XLT 1

Criterios deprevisión a utilizar en condiciones de la-


vado peligrosas STRUILLOU (19*^9). ( Si tn < 5 las rocas
son prácticamente insensibles a las disoluciones).

Características del medio Criterios de previsión

Med'ios orgánicos y bioló- C^= (m-5).n.-—-


gicos .

Medios muy básicos. p H ^ 9 C^= (,.5).n.4-.2(P«-9)

Medios ácidos pH •< 7 con


feldespatos ácidos ferru- C^= (m-5).n.Fe.-^
ginizados.

Medios laterizantes C^, C ó C., según las


condiciones

ARNAIZ y MARTIN. (1977) estudian la alterabilidad de


areniscas micáceas y calcáreas, en las que se han pro_
ducido transformaciones químicas durante un tiempo co-
nocido, y en un medioambiente determinado, que las han
llevado a una degradación mecánica superficial.

El método que siguieron consistió en analizar química-


mente la roca en profundidad y en superficie, y rocas
situadas en diferentes medioambientes durante un tiem-
po conocido.
179

La alteración se manifiesta químicamente disminuyendo


la cantidad de anhídrido silícico,' lo que achacan a
la presencia de fluoruros, y a la de óxidos metálicos
que aceleran las reacciones

La determinación analítica de los constituyentes SiO„,


Al^O , Fe^O , TiO^, CaO, MgO, Na^O y K^O la llevaron
a cabo por el procedimiento fisicoquímico propuesto
por BERZOSA y MARTIN (1966) para el análisis de este
tipo de materiales. Otras determinaciones, tales como
la pérdida por calcinación y anhídrido sulfúrico, la
efectuaron por los procedimientos gravimétricos clási^
COS. La conductividad iónica según el método descrito
por HOWARD (1965) .

La determinación analítica de fluoruros en los materi^


les pétreos la realizaron por descomposición de la
muestra mediante un flujo alcalino, separación de la
mayor parte de la sílice y alúmina con carbonato amó-
nico, destilación del ion fluoruro y del ácido fluor-
silícico, a partir de una splución sulfúrica y en p r ^
sencia de sílice, HUCKABAY {19^^7 )i Y determinación éspec_
trofotométrica de fluoruros en el destilado mediante la
decoloración de solución de alizarincirconio, ASTM.D.
1179-61 (I96I).

Los"elementos metálicos traza"los determinaron en dos


pasos: semicuantitativamente con el método de espectro^
grafía de emisión por comparación de los espectrogramas
de las muestras con los de patrones preparados con ma-
trices sintéticas. Por espectrofotometría visible de
cromo (Cr ) con difenilcarbacida LIKENS (1972), de v ^
nadio con ácido fosfórico y wolframato sódico, RODIER
(1971), STANTON (1966), estaño con o-ditÍol KOLTOFF
(1968), CA|rALA(l971) y por espectrofotometría de absor^
ción atómica de cobre, manganeso y plomo (cámara de
grafito )'í
180

IÑIGUEZ (1961) estudia la alterabilidad de calizas y


areniscas por hidrólisis de las sales solubles y pos-
terior precipitación en zonas determinadas de la pro-
pia piedra, formando costras y disgregación en las zo-
nas lavadas .

El trabajo ló basa en las variaciones en la composición


química, expresado en óxidos, y de la composición mine^
ralógica, entre materiales sanos procedentes de cante-
ra, y los materiales alterados del propio edificio.

Los ensayos para determinar estas magnitudes fueron


los siguientes:

1. Análisis de sales solubles, dadas como porcentaje de


la muestra total, para ello hierve lOgrras.de muestra
en 500 ce. de agua destilada.

2. Los carbonates de calcio y magnesio los determina-


ron concentrando 250 ce. de solución en 50 ce. al
baño-maría, los carbonates por volumetría, y el óxido
calcico y magnésico por precipitación con oxalato y
fosfato respectivamente.

,;. En los 250 ce. restantes determinaron por procedi-


mientos colorimétricos la cantidad de SiO , S0„,
Cl, N_0_. Para el análisis de SiO_ utilizó la redue-
ción a azul de molibdeno, con sulfato ferroso amónico,
del complejo siiicomolíbdico formado, siguiendo el mé-
todo propuesto por DE SESSA (195Í), con lo que se au-
menta la sensibilidad, ya que las cantidades de sílice
soluble presentes en los extractos acuosos son muy pe-
que;ñas,.

El SO lo determinó por nefelometría, siguiendo el mé-


todo descrito por TOÉNMIES (195 3 ) .
I8i

La determinación de cloruros la realizó mediante la c£


lorimetí?£a propuesta por ZALL (1956), .basada en la rea£
ción de desplazamiento con sulfocianuro mercúrico e io-
nes férricos.

Los nitratos los determinaron según el método de CHAR-


LOT (1952) por colorimetría con el ácido fenildisul-
fónico.

Sodio y potasio los determinaron por espectrofotometría


de llama con un espectrofotómetro Beckmann.

La posible presencia de hierro, fosfato y aluminio la


investigó colorimétricamente, utilizando respectivamen
te alfa - alfadipiridilo, reducción a azul de rnolibdeno
del complejo fosfomolíbdico y aluminen.

Los análisis químicos totales se hicieron según el mé-


todo recomendado por JACOB.

Las preparaciones petrográficas de materiales alterados,


en las que no podía utilizar los métodos normales, si-
guió el procedimiento que utiliza para los suelos el
Dr, W. kúbiena, impregnando las muestras con kollolita.

6.h. Métodos para prever la alterabilidad por oxidación-re


ducción.

Los principales problemas presentados por las reaccio-


nes de oxidación-reducción, en obras públicas, van a-
sociados a la presencia de piritas y su oxidación,

Aunque las piritas son bastante estables, como ya se


ha dicho, se pueden oxidar rápidamente ai están en pre,
sencia, entre otros, de unas bacterias determinadgis y
de otros sulfuros, particularmente de la pirrotita.
182

Por tanto el problema de prever la alterabilidad de las


rocas conteniendo pirita consiste en la determinación
de alguno dé los factores que aceleran su reacción de
oxidación.

La presencia de pirrotita fue detectada por BASTIANSEN,


MOUN y ROSENQUIST (195?) analizando una muestra, prepa,
rada en tolueno para evitar su contacto con aire, en
los Rayos X.

Posteriormente, MOUN en comunicación personal nos re-


firió un método de análisis químico para determinar con
toda precisión el contenido de pirrotita de una muestra,
basándose en el hecho de que la pirrotita S^,^^Fe es a-
tacable por ácido clorhídrico, mientras que la pirita
lo es solamente por el agua regia, con la precaución de
preparar la muestra, a partir del tamaño gravilla, su-
mergida en tolueno para evitar se oxide en contacto con
el aire .

La presencia de bacterias que también aceleraban los


procesos dé oxidación de las piritas, fue detectada,
entre otros por QUIGLEY y VOGAN (1969), incubando agua,
que bañaba las rocas con este mineral que se alteraba,
en un medio de sulfato ferroso con pH' = 2'6 durante dos
semanas en un agitador. Apreciaron la presencia de abun
dantes bacterias autotróficas del tipo thiobacillus fe-
rrooxidans y ferrobacillus ferrooxidans.

Por último, TRIVIÑO (l97^) analiza la reacción entre


calizas con piritas utilizadas en la fabricación de hor;
migón, y el cemento de éste. Para ello, fabrica dos se-
ries de probetas de hormigón, somete una de ellas a tem
peratura constante, y la otra a ciclos de calentamiento-
enfriamiento en cámara húmeda. Obteniendo que estas ú l -
timas se desintegran, mientras que las sometidas a tem
peratura constante no. El análisis mediante Rayos X de
la zona en torno de los áridos, de las probetas desin-
183

tegradas, permitió conocer que las alteraciones pro-


ducidas consisten fundamentalmente en la producción
de ettringita.
184

P A R T E II

ESTUDIO DE LA METEORABILIDAD
DE LAS ROCAS
185

Las rocas se presentan en la naturaleza, y así interfieren


con las obras públicas, con un grado de meteorización dete£
minado. De esta forma, el ingeniero ha de aprovecharlas pa-
ra conseguir sus fine? de\la forma más económica posible.

Uno de los principales problemas que se le plantea a la ho-


ra de proyectar es conocer la evolución de los materiales que
va a utilizar en función del tiempo y de la agresividad cli-
mática, condicionada por la propia obra.

Aunque en excavaciones es imprescindible contar con ellos y


así diseñar el talud de tal forma que haga mínimo el coste de
excavación, el riesgo de accidentes y el coste de conserva-
ción, el problema se plantea a la hora de aceptar o rechazar
un material para relleno.

En los momentos actuales, no solamente se tienen en cuenta ^.


las características de los materiales, sino que estas ioara(ttje
rísticas pueden trañsformairse al ponerlos en obra si se ;ufeil¿^
stiatt los medios adecuados.

Se ha visto que en general en el perfil de las rocas, la zo-


na de roca meteorizada se solía dividir en dos pisos IIA y
IIB. El IIA es una mezcla de material granular y roca meteo-
rizada, mientras que el IIB es solamente roca meteoi^d^ada,
que se distingue del material granular fundamentalmente por
su consistencia.

Pues bien, el objetivo de este trabajo va a ser detemninar


la meteorabilidad de las rocas, tanto en el estado considera,
do como sano o fresco, como en el estado demominado meteori-
zado, distinguiendo en este último los diferentes grados de
meteorización, que si bien externamente en todos ellos con-
servan las características de roca, sus minerales componen-
tes se van degradando, o simplemente fisurándose viendo mo-
186

dificadas sus características físicas y mecánicas.

En este sentido se dará una metodología para conocer y cla-


sificar la meteorabilidad de una roca sea cual sea el esta-
do en que se encuentra en la naturaleza, y se hará una apl_i^
cación práctica a dos tipos de rocas que según LEOPOLD, WOL-
MAN y MILLER (1964), TABLA III, son las más abundantes en la
superficie terrestre, nos referimos a las pizarras y grani-
tos.

Además, estas rocas, representantes de dos de los tres gran-


des grupos en que se dividen estos materiales, por su origen,
sedimentario e intrusivo, por su estructura, físil y masiva,
y por su composición, los granitos formados de minerales pri_
marios y las pizarras constituidas por los productos de alte^
ración de estos minerales y condicionadas además por el medio
ambiente donde se han formado, necesitan un tratamiento com-
pletamente diferente para el estudio de su comportamiento fren
te a los agentes atmosféricos.
187

C A P I T U L O

CONDICIQNES CLIMÁTICAS EN ESPAÑA

Antes de describir la metodología propuesta para el estudio


de la meteorabilidad, se analizarán las condiciones climáti-
cas existentes en España de las cuales, aplicando el método
de Peltiero el de Weimert, se puede deducir el tipo de meteo^
rización y la intensidad con que actúa sobre las rocas.

Para Peltier, los datos básicos para clasificar la meteorabi-


lidad eran la temperatura media anual y la precipitación anual
media. En España se dispone del valor medio de estas dos magni
tudes en el perído 1931-60, M.O.P. (1964) Figuras 62 y 63.
Se observa que, salvo en los puertos de alta montaña, la tem-
peratura media anual no baja de O QC , y no sube de I9 -C ,
así como la lluvia está comprendida entre los 1 ,00 mm. anuales
de las rías bajas gallegas y San Sebastián, y los 200 mm. de
la zona de Almería. Con estos valores se puede acotar la in-
tensidad de los dos tipos de meteorización que se pueden pre-
sentar de una forma general debidos al clima, sobre los dos
gráficos de Peltier. Figs. 64 y 65.

Una vez conocida la intensidad de cada tipo de meteorización,


se. pueden separar sobre los mapas de las Figs, 62 y 63 las zo_
ñas en las que él clima puede producir una meteorización siml^
lar. Sobre la Fig. 62 , de las isolíneas de temperatura media
anual, se representaron las zonas en las que se puede esperar
un grado de meteorización moderada, débil o insignificante de-
bido al fenómeno del hielo. Será moderada en los Pirineos, pa-
ra valores menores de 2 5C., y en las zonas de alta montaña que
no se reflejan en la figura. Acción insignificante se dará
prácticamente en toda la mitad sur, donde las temperaturas so-
brepasan los 12 9C. de valor medio anual, salvo en las inme-
diaciones de. Sierra Nevada. Será débil, en el resto de España,
que. coincide prácticamente con la mitad norte peninsular.
188

La intengidad de meteorización química depende principalmen


te de la precipitación anual. Será fuerte para lluvias mayo-
res de 1300 mm. lo que se da en la zona del litoral entre
Santander y San Sebastián y en las rías bajas gallegas. No se
incluyen los Pirineos, a pesar de que su precipitación es e-
levada, debido a su baja temperatura que hace que allí la me-
teorización química sea solamente moderada, junto con aquellas
zonas cuya precipitación anual no baja de 5OO mm. En cambio
tendrán una zona de meteorización química débil el Valle del
Ebro interior, la Tierra de Campos en el Duero, Extremadura,
Castilla la Nueva, Levante, y el litoral Sur-Oriental de An-
dalucía, donde las precipitaciones son muy escasas.

También se puedaídelimitar las diferentes intensidades de


meteorización según los criterios de WEIMERT, a través del ín
dice de THORNTHVAITE, I, cuya equivalencia dio el propio WEI-
MERT, TABLA XLIII, considerando aceptable la aproximación exis^
tente entre la distribución de estos dos índices en África del
Sur.

T A B L A X L I I I

Equivalencia entre los valores de I y N.


. WEIMERT (197^) -•
Intensidad de méteoriz. química para va-
lores inferiores al N. correspondiente.
N.. —"^ I

0-2 mayor de O Fuerte


2-5 O -(-20) Moderada
5 - 10 (_20)-(-40) Débil

Se utilizó la distribución del índice de THORNTHWAITE en cur-


vas de igual valor efectuada por JUSTO y CUELLAR (1972) Fig.66,

El análisis comparativo de la aplicación a España de los cri-


terios de WEIMERT y PELTIER nos indica que aumentan las zonas
consideradas de meteorización química fuerte al utilizar el
189

índice N, y aumentan también aunque muy ligeramente las de me^


teorización química débil, todo a costa de disminuir aquellas
consideradas por PELTIER como de meteorización química modera-
da .
190

FIGURA 6 2
ISOLINEAS DE LA TEMPERATURA MEDIA ANUAL
EN EL PERIODO 1931-60

- ^

DISTRIBUCIÓN DE LAS INTENSIDADES DE


METEORIZACION POR HIELO SEGÚN LOS
CRITERIOS DE PELTIER (1.950)

MODERADA
DÉBIL
INSIGNIFICANTE

ESCALA GRÁFICA.

20 O 20 40 60 80 100 km
l i l i I I I
192

PRECIPITACIÓN ANUAL
2000 I7S0 ISOO I2S0 1000 730 900 290 min

Fig 64. Intensidad de meteorización por hielo en España,


según los criterios de PELTIER (1950).

PRECIPITACIÓN ANUAL
2000 1750 1500 1250 1000 750 500 250 mm

-10

4
3

2 s
o
UI
a .
< 'O
oe
3
h-
4
S 15
a
20

29

Fig. 65. Intensidad de meteorización química en España


según los criterios de PELTIER (l9:'0)
193 F
FIGURA 6 6
MAPA DE ESPAÑA CON ISOLINEAS DEL ÍNDICE DE
THORNTHWAITE.
1
X9^

C A P Í T U L O S

GRADO DE ALTERACIÓN Y METEORABILIDAD

8.1, Grado de alteración

Se define como grado de alteración de una roca el estado


en que se encuentra respecto de las características que
tiene la roca sana y las que tiene esa misma roca total-
mente alterada.

La alteración se manifiesta, de forma directa, por trans-


formación de los minerales y variación en el volumen de
huecos, ya sea de sus poros o de sus microfisuras, y de
forma indirecta modificando las características físicas
y propiedades mecánicas de la roca.

Petrográficamente el grado de alteración de una roca se


puede medir, de una forma directa, obteniendo el volumen
alterado o sano correspondiente a cada uno de los minera-
les integrantes dentro de uno de roca dado, mediante aná-
lisis de láminas delgadas en microscopio de luz polariza-
da.

El método seguido para cuantificar la alteración a partir


de análisis de láminas delgadas consiste, en un primer
paso., en asignar, por observación directa, a los crista-
les de cada mineral que forma la roca un número, índice,
de acuerdo con la intensidad de fisuración, y otro de
acuerdo con la intensidad de transformación química.

A partir de estos valores se puede determinar el índice


medio de fisuración y de transformación del mineral. Co-
nocido éste, y conocido el volumen de cada uno con el que
entra a formar parte de la roca, se pueden determinar los
índices medios de fisuración y transformación de ésta.
195

Se toma como grado de alteración de una roca, el obteni-


do asignando a cada mineral el mayor de los dos índices
mencionados, fisuración o transformación, expresado en
tanto po ciento.

El númerii asignado a cada cristal, de acuerdo con la f i-


suración o transformación que manifieste se hará con los
siguientes criterios;

La fisuración se caracterizará, en todos los cristales,


según la descripción que ESBERT y ORDAZ (1975) hicieron
para los cristales de cuarzo que componen los granitos,
cuando se observan al microscopio óptico de luz polari-
zada a h5 aupientos, de la siguiente forma:

índice Descripción de la fisuración

O: Si el cristal aparece sano.


1; Cristal con microfisuras de orden inferior al
tamaño de grano.
2: Cristal con microfisuras de orden del tamaño de
grano. Interconexiones entre ellas.
3: Cristal con microfisuración abundante y princi-
pios de subindividualización granular,
kt Cristal con microf i .-suración abundante. Subindi-
vidualización granuJar,

El índice de transformación asignado a un cristal se tom¿


rá en función del volumen que aparezca transformado, tam-
bién a ¡4 3 aumentos, de la siguiente forma:

índice ., Descripción de la transformación

O: Cristal sin signos aparentes de transformación.


1: Cristal en el que el volumen descompuesto es me-
nor del 25%.
2: Cristal en el que el volumen descompuesto está
entre el 25 y el 50%.
3: Cuando .el volumen descompuesto del criátal está
comprendido entre el 50 y 75%.
kt El volumen descompuesto del cristal es mayor del
75%. '
196

La cuantificación de este índice se podrá precisar más


utilizando, según recomienda JIMÉNEZ SALAS (l976), la
microsondaelectrónica» y clasificando la descomposi-
ción de cada cristal de acuerdo con los elementos qu^
micos perdidos, cuando este tipo de análisis permita
cuantificarios de forma precisa.

La determinación del grado de alteracidn a travé-ff- dw


las características físicas y propiedades mecánicas de
la roca, requiere conocer estas magnitudes (x) en el e¿
tado de roca sana, (X ), y de roca totalmente altera-
da (X-_^). Entonces, conocida esta magnitud en una ro-
ca en un estado determinado, Xg^ , su grado de alteración
será;
X X
G.a. = O " a 100
^o " ^100

La determinación directa del grado de alteración, me-


diante análisis petrográfico, normalmente es viable en
las rocas primarias, en las que, fundamentalmente por
su tamaño de grano, se pueden estudiar láminas delga-
das al microscopio óptico. En los demás tipos de ro-
ca, como en las pizarras, la transformación que sufren:
con la meteorización se podrá determinar mediante el e¿
tudio conjunto de análisis químicos y análisis de Ra-
yos X, pero la fisuración o aumento del volumen de hue^
eos sólo se podrá hacer por métodos indirectos, a pa^
tir de las características físicas o propiedades rnec¿
nicas, determinadas o bien sobre probeta;, o bien so-
bre muestra granular.

Sobre probeta son fácilmente cuantificables la densi-


dad seca, la velocidad de propagación de ondas lorigitu
dinales de ultrasonidos, la resistencia a tracción y
la resistencia a compresión simple.
197

feljebédo a la naturaleza destructible de los ensayos que


determinan la resistencia, ya sea a tracción o a com-
presión, plantean el problema de la determinación de
la verdadera magnitud a medir, que se soluciona ensa-
yando suficiente número de probetas en cada determina
ción, que han de ser homogéneas. Esta homogeneidad pu£
de controlarse con su aspecto, densidad seca y veloci-
dad de propagación de ondas longitudinales de ultraso-
nidos.

Entre otras magnitudes que se pueden utilizar para cuan


tificar el grado de alteración de una muestra granular
se encuentran la densidad seca, porosidad y particular^
mente el coeficiente de "Los Angeles", Magnitud esta
última en la que se basa la cuantificación de la cali-
dad de los áridos a utilizar en diferentes unidades de
obra de carreteras, según se recoge en el Pliego de
Prescripciones Técnicas Generales para el Proyecto de
Carreteras y Puentes (l975) del MOPU.

8,2. Meteorabilidad

La alteración de una roca puede ser debida a uno o más


procesos de meteorización, como consecuencia de la ac-
ción e intensidad de diferentes agentes meteorizantes,
dependientes del clima, actuando durante un período de
tiempo determinado.

El factor tiempo introduce el concepto de meteorabili-


dad que se puede definir como "el aumento en el grado
de alteración en la unidad de tiempo" y será función
del entorno físico y climático de la roca cuya meteor^
bilidad se quiere medir.

En procesos naturales de meteorización se puede tomar


como unidad de tiempo el año, por tanto un aumento de
un lOO^é en el grado de alteración en períodos de 1, 10,
198

2 1
100 y 1000 años, representan meteorabilidades de 10 , 10 ,
10 y 1 0 " , lo cual permite clasificar la meteorabilidad
de una roca, según se recoge en la TABLA XLIV, en fundi-
ción de las transformaciones que pueda sufrir durante el
perfodo de vida de la obra donde puede ser utilizada.

De esta forma, una meteorabilidad alta, indica que la r£


ca se descompondrá en los primeros años, una meteorabll_i
dad media indica que se alterará durante el período de
servicio de la obra, y si es baja, o muy baja, la alter^
cián que sufrirá será pequeña»

TABLA XLIV

Clasificación de la meteorabilidad de las rocas

Intervalos de variLación Clasificación


o
10 10^ alta
loi - 10° media
loO _ 10-1 baja
menor de ló muy baja

Gonla reproducción en el laboratorio de la acción de la


atmósfera sobre las rocas, mediante ciclos, se puede
cuañtificar la meteorabilidad de los materiales pétreos,
frente a un proceso determinado, calculando la varia-
ción en el grado de alteración por ciclo realizado. Ba£
ta con sustituir la unidad año por la unidad ciclo, pu-
diendo entonces utilizar la clasificación de meteorabi-
lidad de las rocas según se ha dado en la TABLA XLIV,
sin que esto suponga que un ciclo de un determinado en-
sayo, equival-e a ün año en la alteración producida en
la naturaleza por los agentes meteorológicos, ya que es-
ta equivalencia es solamente a efectos de su clasifica-
ción.
199

C A P I T U L 0 9

MÉTODOS PARA DETERMINAR LA METEORABILIDAD DE UNA ROCA

La meteorabi1idad de una roca, según se ha definido, viene r£


ferida a cada uno de los procesos de meteorización que se pu¿
den dar en la naturaleza, de ahí que para su estudio se plan-
teen métodos que intentan cuantificar por separado la acción
de cada uno de ellos sobre los materiales pétreos en sus di-
ferentes formas y situaciones.

La descripción de los procedimientos se realiza agrupándolos


de acuerdo con los dos tipos fundamentales de procesos, Ift*
que no modifican la composición química de la roca, y los que
sí modifican .su composición.

9.1. Métodos para determinar la meteorabilidad de una roca


frente a los procesos que no alteran au composición quí-
mica.

Se han recogido, en la primera parte, los diferentes mé-


todos para determinar la capacidad de una roca para re-
sistir este tipo de meteorización, que se definían, fun-
damentalmente, por las características de la muestra,
los procesos que reproducían la actividad climática a la
que se vería sometido el material rocoso, y el medio de
cuantificar esta influencia.

Características de la muestra.

Las características de la muestra vienen comiicionadas


por la representatividad del medio rocoso, por los ensa-
yos que van a servir para cuantificar los efectos de los
procesos de meteorización, y por los propios proceso^
que requieren un tamaño adecuado para que su acció^ se
haga notar en un volumen concreto.
200

Como este estudio va encaminado a determijiar la influen-


cia del clima sobre las características de la roca ma-
triz, se prescindirá de los efectos que pueda provocar
esta acción sobre juntas y macrof racturas, para centrar^
se en el tamaño de los granos, fisurasí y mi c rof i suras,
Todo ello permite utilizar muestras de tamaño reducido,
es m á s , deben utilizarse con este tamaño para evitar pc»^
sibles interferencias que enmascaren los resultados.

Además, la muestra ha de ser representativa del material


rocoso que se analiza, por ello ha de cuidarse de que
los procesos de preparación no alteren las característi-
cas de la roca, recomendándose la utilización de testi-
gos de sondeo. Cuando la roca vaya a ser utilizada en
forma de granulos, la muestra debe tomarse directamente
del material granular preparado.

Por último, las características geométricas de la mues-


tra estarán condicionadas por el ensayo que va a servir
para cuantificar el efecto de los procesos de meteoriza
ción, y por la acción de éstos que se supone actúan so-
bre toda la masa de ella requiriendo para ello, normal-
mente, un volumen pequeño. En el caso de utilizar la
resistencia a compresión simple para determinar la ac-
ción del proceso, hay que tener presente, que el diáme^
tro ha de ser mayor de diez veces el tamaño de grano o
de 5 cm., según las Normas recomendadas por la Sociedad
Internacional de Mecánica de Rocas, y si lo que se es-
tudia es una muestra granular, se recomienda la granu-
lometría B utilizada para determinar la resistencia al
desgaste mediante el aparato de "Los Angeles", cuyo vo^
lumen está repartido en dos fracciones iguales compren
didas entre los tamices 3/^" y i"" y entre los tamices
i" y 3/8".
201

Procesos de meteorización

Dentro de los procesos de alteración, ejecutados en el la-


boratorio para individualizar el conjunto de ellos que ac-
túa en la meteorización, hay que considerar dos aspectos
fompietamente diferentes. Por un lado el tipo de fenómeno
que se va a reproducir en el laboratorio, y por otro, den-
tro de los procesos repetitivos, el número de ciclos a
que se va a someter la muestra para conocer su meteorabi-
lidad.

Los procesos de meteorización que no producían cambios


químicos en la roca se habían agrupado en los tipos águien-
tes: calentamiento-enfriamiento, variación en el grado de
humedad, humedad-sequedad, hielo-deshielo, y cristaliza-
ción de sales.

La susceptibilidad al calentamiento-enfriamiento de una


roca se determinará en el laboratorio sometiendo la mues-
tra durante 18¿2 horas a 105+^5^0 en estufa, y durante 6+2
horas a una temperatura de 20¿5°C en desecador que, uti-
lizando cloruro calcico, mantiene una humedad relativa de
32¿7% a la temperatura indicada.

La susceptibilidad al grado de humedad se determina uti-


lizando muestras secas en estufa a 105+,5-C y saturadas por
inmersión en agua, para lo que es necesario, o bien sumer-
girlas un tiempo suficiente, 2k horas es un período muy
utilizado, que será función del tamaño de los poros, y
particularmente de la variación de ellos, o bien sometién-
dolas previamente a un vacío menor de 25 mm, durante un
período mínimo de dos horas, y en este estado dejar entrar
agua desaireada hasta que inunde totalmente el material.
Se especificará el procedimiento seguido.
202

Existe un fenómeno, que se produce al poner la muestra en


contacto con el agua, que requiere un estudio particular
para distinguirlo del conjunto de los citados ya que, por
sus características, es necesario tratarlo de forma dife-
rente. Se produce cuando, debido a las presiones capila-
res, se comprime el aire en el interior de los poros pro-
vocando la explosión del material. El análisis del mismo
se efectúa sumergiendo dos fracciones de muestra p$y;^'tás«fi40
de dos situaciones iniciales diferentes, bien en aire, o
bien habiéndolo sometido previamente a un vacío menor de
10 mm. Caso de ser la roca susceptible a este fenómeno
de alteración, se debe provocar el desmoronamiento sola-
mente en el material con aire en sus poros.

La susceptibilidad a los cambios repetidos en el grado de


humedad se realiza saturando la muestrja por inmersión en
agua, durante un período de 18+^2 horas, y secándola segui-
damente en estufa a 105+,5"C. En las que no sean sensibles
al efecto térmico, se inundarán inmediatamente de retirar-
las de la estufa para aprovechar el efecto de succión,
provocado al disminuir la temperatura en el aire que re-
llena los poros del material.

El "slake durability test", ensayo que está adquiriendo


enorme difusión actualmente, y con el que se obtuvieron
muy buenas correlaciones con el comportamiento frente a
la meteorización de taludes en rocas arcillosas próximas
a Londres, tiene un período de humectación demasiado cor-
to, 10 minutos, así como un reducido número de ciclos, 2,
a lo que se puede acusar de la falta de correspondencia
entre los resultados de este ensayo realizado sobre mar-
gas, que las calificaba de poco meteorizables, y la rápi-
da degradación obtenida en la práctica, por lo que pare-
ce que la utilización de este ensayó se debe limitar a
rocas arcillosas con una susceptibilidad muy elevada a
la meteorización.
203

El procedimiento que se va a seguir para determinar la


susceptibilidad a los cambios de estado del agua en el
interior de la roca, ciclos de congelación-deshielo, se
basa en el exhaustivo estudio llevado a cabo por Tourenq
\ \ rch ünbíj ud . I'ar tiendo de una muestra inicialmente en
estado saturado, bien sumergiéndola un tiempo suficiente,
o bien utilizando el vacío, se somete durante 18+^2 horas
a -2 5+.5T,, y, acto seguido, durante 6 + 2 horas en agua a
la temperatura ambiente, 20¿5''C. El paso gradual que ha-
cen los autores mencionados, de una a otra temperaturaf
se piensa es debido solamente al tipo de armario congela-
dor utilizado, y que, en cambio, el proceso manual segui-
do aquí es mucho más eficaz.

El efecto del crecimiento de cristales de hielo dentro


de las fisuras de un macizo rocoso, que se provoca debido
a un gradiente de temperatura, se sale fuera del estudio
de meteorabilidad de la matriz que se considera aquí, pe-
ro se sugiere el ensayo propuesto por BllANDL (1973).

La utilización del ensayo de cristalización de sales de


sull'ato sódico o magnésico, para determinar la susceptibi-
lidad a la congelación del agua en poros y microí'isuras
dc^ la roca, plantea los problemas propios de la sustancia
que se utiliza, con posilole reacción química con los mine-
rales, así como su difícil eliminación final, además del
diferente mecanismo de desintegración que se sigue en los
dos procesos, probablemente más drástico en la hidratación
de los cristales de sulfates.

La si:isceptibi lidad de las rocas al fenómeno de cristaliza-


ción de sales en sus poros y microfisuras es bastante com-
pleja, pues no sólo se produce por solticiones que entran
en la roca, como sería el caso de diques y escolleras en
obras marítimas, o por crecimiento de cristales de sales
en juntas, fisuras o microfisuras, como el conocido caso
de las pizarras de Oslo y Ottawa, sino que aun dentro de
una roca se pueden producir movimientos de sus propias
sales solubles solamente por efecto de la variación de la
204

humedad relativa con la temperatura. En efecto, para un


mismo grado de humedad absoluta en toda la piedra, si el
interior está más frío que el exterior puede estar aquél
saturado y con pequeñas partículas de agua que disolverán
sales, y que por efecto de la insolación pueden emigrar
hacia la superficie exterior evaporándose el agua y cris-
talizando. Este fenómeno es muy común en las edificacio-
nes .

El fenómeno de la cristalización de sales que entran del


exterior en disolución, puede reproducirse saturando la
muestra con la solución salina correspondiente, haciendo
cristalizar la sal por evaporación del agua a temperatura
suave. Probablemente se aproxime más a la realidad si se
somete a un proceso continuado de evaporación manteniendo
parte de la superficie de la muestra en contacto con la
solución, y el resto sometiéndolo a un gradiente de tem-
peratura, que provoque el crecimiento de los cristales
en el interior de la matriz por acción capilar y evapo-
ración en la superficie exterior.

El efecto del crecimiento de cristales de sales presentes


en las soluciones que bañan la roca es, en general, dife-
rente del que se provoca en los ensayos de laboratorio con
sulfato sódico o magnésico ya que, mientras que en éstos
la causa de la desintegración es la presión de hidratacián
de los sulfates, en aquél se deberá a la presión de cris-
talización de la sal presente en la solución, de ahí que
no se utilice este ensayo en estos fenómenos. De todas
formas, el caso más importante que se presenta en la prác-
tica es el de pizarras con pirita, y bastaría con estudiar
la roca, y determinar la situación de la capa freática y
las características de la fuente calorífica para poder
controlarlo.
205

El fenómeno citado de disolución, emigración y cristali-


zación de sales dentro de la misma roc^ podría reprodu-
cirse de forma similar a como se ha indicado anteriormen
te cuando se hablaba de la cristalización de sales, pero
poniendo la roca en contacto con agua en lugar de una s£
lución.

El efecto de cada uno de los procesos cíclicos menciona-


dos, dependerá del número de ellos que se ejecuten sobre
la muestra, salvo cuando se estudia la acción de la sa-
turación y del crecimiento de cristales de sales. Aun-
que la meteorabilidad, según se ha definido en el capí-
tulo 8 es una magnitud absoluta, que se obtiene dividien
do el efecto cuantificado por el número de ciclos reali-
zado, parece que un mínimo de 25 ciclos, cantidad muy
usada en lo3 ensayos reales llevados a cabo hasta ahora,
puede permitir aproximarse a la susceptibilidad real de
una roca a la meteorización.

Además de los procesos mencionados, en los que se inten-


ta estudiar el fenómeno de la meteorización inc^ividuali-
zando las causas, existen ensayos que intentan medir de
una forma global, el más común consiste en someter la ro^
ca real a la acción climática real ya sea observando la
propia obra, o ya sea previamente a la construcción de
éste, pero el problema que plantea es el tiempo que se
necesite en muchos casos. También se utilizan ensayos
que miden características de la roca directamente rela-
cionadas en la capacidad para resistir a los agentes at-
mosféricos, así la porosidad, el hinchamiento, la resis-
tencia a la acción de los sulfatos sódico o magnésico, y
la resistencia a la compresión simple, con las limitado^
nes que supone el considerar únicamente el material ro-
coso.

Cuantificación del efecto de los procesos de meteoriza-


ción.

El efecto de los procesos de meteorización que no alte-


206

ran la composición química de la roca se manifiesta por


debilitamiento, atimento en la fisuración e incluso desln
tegración. La determinación de la meteorabilidad frente
a un proceso s e ^ n se recogió en el Capítulo 8, requiere
cuantificar La magnitud de estos efectos.

El debilitamiento soleunente se puede cuantificar median-


te ensayos que midan características resistentes. La
fisuración, en cambio, puede controlarse por diversos
procedimientos, unos directos que intentan medir el vo-
lumen de huecos o la superficie de las fisuras, y otros
indirectos que miden alguna propiedad relacionada con
ella, y sirven fundamentalmente para detenninar la varia-
ción de esta magnitud.

Entre los métodos directos se encuentra la medida de la


porosidad absoluta, realizada sobre muestra pulverizada}
la medida de la absorción de agua, ya sea absorción rá-
pida, absorción durante un tiempo largo, o absorción ha-
biendo realizado previamente el vacfof la medida del vo-
lumen de aire encerrado en poros y fisuras. Tambión se
puede medir la superficie de las fisuras por técnicas
de absorción de gas, DELOYE y STRUILLOÜ (1969), estas
técnicas se basan en el hecho de que las moléculas supe^
ficiales de un sólido están unidas por un lado a las m^
léculas internas, pe,ro están más o menos libres por el
otro. Debido al desequilibrio resultante de las fuerzas
atómicas y moleculares libres, las moléculas superficie^
les atraen el gas, vapor o moléculas del líquido. E)n el
primer caso es cuando se denominan técnicas de adsorción
dé gas, y con ellas se determina la cantidad de gas ne-
cesario para formar una capa monomolecular sobre la su-
perficie a medir. Se contabiliza ¿1 numero de moléculas
utilizadas en formar esta capa, y a partir del área ocu-
pada por lina molécula, conocida, se puede obtener el área
absoluta de la superficie de fisuras del material.
207

Los métodos indirectos para cuantificar la fisuración uti^


lizan ensayos que miden una magnitud r&lacionada con esta
característica. Entre ellos, los más comunes, son los en
sayos que sirvan para obtener características resistentes.

Por último, el desmoronamiento podría considerarse como


una fisuración llevada al extremo, por ello podría medir-
se oon cualquiera de los métodos anteriores, incluidos
los indirectos.

En resumen, los únicos ensayos que pueden cuantificar to-


dos los efectos de los procesos de meteorización, que no
cambian la composicién de la roca, son los que miden pro-
piedades resistentes del material y, aunque no está dete^
minada la precisión cncm que pueden cuantificar el aiunento
en la fisuración, tienen la ventaja respecto de los méto-
dos directos de su mayor simplicidad y uso generalizado.
Además, en ellos se basan diferentes clasificaciones de
calidades de roca sana, DEERE y MILLER (1965), ROCHA (l97^)
JIMÉNEZ SALAS y JUSTO (l975)« Por todo ello, aquí se uti_
lizarán fvindamentalmente para cuantificar el efecto de e8_
tos procesos, el ensayo de compresión simple, cuando se
utilitíen muestras en forma de probeta cilindrica, y la va-
riación en la resistencia al desgaste, mediante el apara-
to de "Los Angeles", cuando se utilice muestra granular.

9.2. Métodos para determinar la meteorabilidad de una roca


frente a los procesos que alteran la composición química.

Los estudios mencionados en la primera parte de este tra-


bajo sobre la meteorabilidad química van enfocados, en ge^
neral, a determinar las consecuencias de estos procesos
que afectan de un modo particular a las obras. Por ejem-
plo, la alterabilidad por hidratación de la anhidrita, o
por oxidación de las piritas, pero en pocas ocasiones se
intentó reproducir estos procesos en el laboratorio, y con
trastar su comportamiento con los resultados de los «tura-
2 08

yos. En esta última línea de estudio ee encuentraln los


trabajos de Farran y ThenoB, y Struillou sobre la alte-
ración por cambio de iones y por hidrólisis respectiva-
mente, intentando reproducir el proceso en el laborato-
rio, cuantificando las variables que intervienen y detei^
minando iu velocidad.

Procesos de meteorización

Los factores que influyen en la velocidad de las reac-


ciones químicas que se producen entre los minerales que
componen una roca y el agua, por ejemplo característi-
cas y velocidad de ésta, aumento en la fisuración y per-
meabilidad de la roca, así como factores medioeonbienta-
les^ hacen que la reproducción en el laboratorio sea d i -
fícil, de ahí que los métodos que se van a seguir en es-
te trabajo seguirán el camino de, una vez detectados los
efectos de la alteración, analizar las causas y los pro-
cesos que los han originado.

El estudio que se va a llevar a cabo sobre la meteorabi-


lidad de los granitos y pizarras, se va a referir, en
cuanto a los procesos que alteran la composición química
de la roca, a la alteración que sufren «stos materiales
cuando, foi>mando parte de un maciso rocoso, son atravesa-
dos por el agua de lluvia que percola a través de ellos.

Para llevar a cabo este estudio se tomaron muestras de r ¿


ca de los propios macizos, a diferentes profvuididades,
con objeto de que hayan estado sometidas a percolación du
rante diferentes períodos de tiempo, y analizar los p r o c ¿
sos de alteración que han sufrido y los efectos a que di^e
ron lugar sobre la propia roca. De esta manera, sólo se
puede apreciar el tiempo que sufrieron alteración de una
forma cualitativa. Una mayor aproximación de esta varia-
ble se podría obtener detenninando de una fonna precisa
la composición y estado de alteración de la roca que for
209

ma un macizo, por ejemplo mediante un suficiente número


de sondeos, y determinar, por campañas de sondeos reali.
zados en períodos de tiempo fijados, la evolución sufri_
da en los diferentes horizontes que forman el macizo,
pero este procedimiento es en los momentos actuales di-
fícil de llevar a la práctica.

El estudio se completó determinando las características


del clima, particularmente la distribución del agua de
lluvia caída en un año, que se relacionaría con el tiem
po a que estaría sometido el macizo a la alteración, y
con el análisis de las aguas que atraviesan la roca, y
que recogerán los elementos solubles de las reacciones
que tienen lugar en su interior.

Se estudian también casos particulares de meteoriza-


ción química basados, principalmente, en la variación en
la composición mineralógica.

Cuantificación del efecto de los procesos de meteoriza-


ción.

Los cambios en la composición química de una roca llevan


aparejado un debilitamiento de la cohesión entre los mi-
nerales que componen ésta, descomposición del material y
fisuración como reajuste de las tensiones internas de la
roca a su nueva condición resistente o debida al hincha-
miento que sufren los minerales en presencia del agua.

El grado de alteración se puede obtener, en el caso de


las rocas graníticas, de una forma directa según se ha di_
cho mediante el análisis de placas delgadas al microsco-
pio óptico y, una vez conocido, determinar la evolución
de las características físicas y propiedades mecánicas
con este grado. De esta manera, conocida alguna de es-
tas magnitudes, podría determinarse el grado de altera-
ción que tendría la roca granítica.

En el caso de rocas sedimentarias, y en concreto para pi-


zarras, las transformaciones químicas sufridas por los m^
210

nerales que componen la roca son difíciles de determinar


en lámina delgada, y los otros procedimientos, menciona-
dos ya en el capítulo 8, no permiten cuantificar de for-
ma suficientemente precisa el grado de alteración, por
lo que solamente se utilizarán para conocer los procesos
sufridos, mientras que será la densidad seca del mate-
rial la que permitirá conocer el grado de alteración de
la roca, supuesto un estado sano y otro completamente al-
terado por observación directa.
211

C A P I T U L O 10

SISTEMAS DE ANÁLISIS

Aunque la clasificación del grado de alteración química se


va a hacer en base a características resistentes, se pretende
conocer qué factores han hecho variar esta resistencia, es
decir cómo ha variado su composición mineralógica y química, y
cómo ha variado su fisuración. "~~"~~^^=-=xr-

El análisis de la composición mineralógica se puede hacer de


una forma global sometiendo la muestra a análisis por difrac-
ción de Rayos X, o bien examinando láminas delgadas en el mi-
croscopio óptico de luz polarizada, en él se observará además
el grado de alteración con que se presenta cada cristal, y aún
dentro de un mismo cristal las zonas con diferente altera-
ción.

Para cuantificar ya la alteración manifestada ópticamente, se


recurrirá al análisis mediante microsonda electrónica, lo que
permitirá conocer la evolución en la pérdida de elementos con
la alteración.

Por último, de una; forma global, se conocerá la variación en su


composición química analizando la muestra mediante reactivos
diferenciales.

10.1. Análisis por difracción de Rayos X

El análisis por difracción de Rayos X se realizó en un


equipo Philips, modelo PW 1015 de 1 Kw en las siguien-
tes condiciones de trabajo;

- Anqdó de cobre a 50 kV y 20 mA, con filtro de níquel,


Velocidad de registro 2''/min. Velocidad de la carta
212

40. Ranuras de difracción y de convergencia 1^-0,


2-1°. Constante dé tiempo 2. Desmultiplicación = 4.
Discriminación:canal = 12 V, amplitud = 28 V y at£
nuación = k.

La muestra utilizada en este tipo de análisis seprepa^


ró seleccionando fragmentos representativos del conjun
to de material, en una cantidad aproximada de 100 grms.
que se pulverizaron hasta pasar por el tamiz A.S.T.M.
M? 100 en mortero de hierro o ágata, dependiendo de la
dureza y del grado de contaminación que podrían adqui-
rir, y de toda esta cantidad se separan, después de
mezclarla convenientemente,2grms. Estos 2 grms. de mues-
tra se colocan en un molde de extrusión de 2 cm. de diá^
metro, donde se comprimen hasta alcanzar una presión
total de 1000 Kg

10.2. Análisis por microscopía óptica de luz polarizada

Mediante un microscopio se observan con diferentes au-


mentos, por transparencia a la luz polarizada, láminas
delgadas de roca de unos 30 u d e espesor, montadas en
un portaobjetos de kk x 28 x 1 mm , y cubiertas por u-
na lámina de vidrio de menor tamaño y espesor.

10.3» Análisis mediante mícrosonda electrónica

El sistema, Fig. 6 7 , 68 y 69 está compuesto básicamen-


te por una fuente de electrones que los envía hacia la
muestra y dos detectores, uno de ellos recoge los elec^
trones reflejados sobre la muestra, Fig. 7 0 , y después
de pasar por un amplificador los transforma en una i-
magen sobre una pantalla, es lo que se llama microsco-
pio electrónico, pues permite alcanzar los 100.000 au-
213

méritos; con una elevada profundidad de campo, del orden


del mm.; y con un poder de resolución muy elevado, de
15 n m.

El otro detector, de silicio líquido, recoge los Rayos


X característicos, Fig. 70, y los envía a través de
un amplificador, selector y memoria selectiva, hasta
una pantalla donse se van contabilizando los impulsos,
en función de su energía en KeV, eje horizontal, cuyo
número será proporcional al tiempo que se haga incidir
el haz de electrones sobre la muestra. La identificación
de cada elemento se hará teniendo en cuenta los valores
recogidos en la TABLA XLV.

La Figura 72 recoge la imagen dada en pantalla de u n g r ¿


no de cuarzo de un granito, y la Fig. 73 el espectro de
microsonda electrónica de este cuarzo cuando se ha hecho
incidir el haz electrónico durante 100 seg. La penetra-
ción dé los electrones es función de su energía, que a
su vez es función del potencial utilizado, que en nues-
tro caso fue de 25 Kvol. La penetración que alcanza el
bombardeo de electrones es una semiesfera cuyo diámetro
es menor de O'1 K . Los Rayos X característicos se han
tphiadp de toda la superficie que se aprecia en la imagen,
que como corresponde a unos 600 atunentos, se puede tomar
de forma aproximada como O'04 mm .

La muestra, Fig. 71, cortada de un disco de granito de


5 cm. de diámetro, fue metalizada con un recubrimiento
de oro de unos 300 S. de espesor, mediante vaporización
del metal en una atmósfera de argón y en una cámara de
vacío en la que se sitúa la muestra.
K aerlea L saries
Atomic
Humber Blement ^.b 'M ^^1 Lub hxih tiiub
'• 1 "•a ^AJ
1 Hydro9en
^n '?!
3.0136
2 Helium 0.0246
3 Lithium O.OSS 0. 052
4 0. 1 1 0 !>
Berylllum 0.116 C
S Boron 0.192 0. 18S 0)
Carbón TTTST •JBT"
7 Hitrogen 0.399 O. 392 o
e Oxygen 0.531 0. 523
9 Fluorina 0.687 O 677 o
10 Bcon 0.874 0. 851 0.048 0.022 0.022
H-
11 So<1lum 1708 a.067 1. 041 0.055 0.034 0.034
12 Hagneslum 1.303 1.297 1. 254 0.063 0.050 0.049 0
13 Alumlnum 1.SS9 1.55Í 1.-Í87 1.486 0.087 0.073 0.072
14 Silicon 1.838 1.63; 1.740 1.739 0.118 0.099 0.098 O
15 Phosphorus 2.142 2.136 2.015 2.014 0.153 0.129 0.128
"SuTptíür" "2.47fl 2.464 2.308 2.306 0.193 "0.164 0.163 O
17 Chlorire 2.819 .;.815 2.622 2.621 0.238 0.203 0.202 (a
18 Argón 3.203 J.192 2.957 2.955 0.287 0.247 0.245
13 PoT:íií<sium 3.607 3.589 3.313 3.310 0.341 0.297 0.294
20 Calcium 4.038 4.012 3.691 3.688 0.399 0.352 0.349 9.344. 0.341
21 Scandiuin "4.496 4.460 4.090 4,085 0.462 0.4lÍ 0.406 0.399 0.395
22 TltaniuAi 4.964 4.510 0.530 0.460 0.454 3
4.931 4.504 0.458 0.452 (D
23 Vanadium 5.463 5.427 4.952 4.944 0.604 0.519 0.512 0-519 0.510
0.679 0.574
^
24 Chromium 5.988 5.946 5.414 5.405 0.583 0.581 0.571
25 Hanganese 6.537 • 6 . •«90 5.898 5.887 0.762 0.650 0.639 n ^47 0.636 H%
^6 I ron 7.1U 7.057 6.403 6.390 0.849 0.721 0.708" 0.717 0.704 P>
27 Cobalt 7.709 7.649 6.930 6.915 0.929 0.794 0.779 0.790 0.775 ce
28 Hickel 8.331 8.328 8.264 7.477 7.460 1.015 0.871 0.853 0.866 0.849 p.
29 Copper 8.980 8.976 8.904 8.047 8.027 1.100 0.953 0.933 0.948 0.928
30 Zinc 9.660 9.657 9.571 8.638 8.615 1.200 1.045 1.022 (D
TTSr T73T3—
31
32
Gallium
Germanium
lu.368
11.103
10.365
11.100
10.263
10.981
9.251
9.885 .854 ] .42
1.134
1.248
"iirr 1.122
1.216
1.096
1.186 (D
1.217 3
33 Arsenic 11.863 11.863 11.725 10.543 10.507 1.529 1.359 1.317 1.282
1.323
34 Selenium 12.652 12.651 12.495 11.221 11.181 1.652 1.473
1.434
1.419 1.379 H-
0)
Bromine 13.475 13.465 13.23v 11.923 11.877 1.794 1 599 1 'iffí 1..48Q H-
36 Krypton 14.323 14.313 14.ii: 1 2 . 6 ;e 13 597 1.931 1.727 11 .. 65 75 52 1.638 1 ,587 0%
37 Rubidiu.-!. 15.201 15.1=4 14.960 13.394 13.435 2.067 1.866 1.806 1.752 1.694 1. 692 !3
38 Strontium 16.106 16.083 14.164 14.097 2.221 2.008 1.941 1.872 1.806 1 805 Q'
15.834 (D
39 yttrium 17.037 17.011 16.736 14.957 14.882 2.369 2.154 2.079 1.996 1.922 1 920
40 Zirconium 17.998 17.969 • IV^fififi. 15.774 15.690 2.547 2.305 2.2'20 2.302 2.21? .124 .JZ.Q42. JOAÜ.
41 Niobiuin 18.987 18.951 18.621 16.614 16.520 2.706 2.467 2.374 2.462 2.367 2.257 2.165 163
42 Molybd«num 20.002 19.964 19.607 17.478 17.373 2.884 2.627 2.523 2.623 2.518 2.395 2.293 290
43 Technetium :ÍÍ.054 21.012 20.585 18.410 18.328 3.054 2.795 2.677 2.792 2.674 2.538 2.424 420 O
44 22.118 3.236 2.966 2.837 2.964 2,836 2.683 2.558 554 CA
Kuthcnium 22.072 21.655 19.278 19,149
45 Rhodiuní 23.224 23.169 20.072 3.419 3.145 3.002 3.144 3.001 2.634 2.696 €92
JJL221. 20. 2M
46 Palladium 24.347 24.297 23.816 21.175 21.018 3.617 3.329 3.172 3.328 3.172 2.990 2.838 :833
47 Silver 25.517 25.454 24.942 22.162 21.988 3.810 3.528 3.352 3.519 3.348 3.151 2.984 .978 (D
48 26.712 26.093 23.172 22.982 4.019 3.727 3.538 3.716 3.528 3.316 3.133 .127 0
Cadffllum 26.641
49 27.928 24.207 24.000 4.237 3.939 3.729 3.920 3.713 3.487 3.287 ,279
Indium 27.859 27.274
SO 29.190 25.270 25.042 4.464 4.157 ?.92a 4.131 3.662 3.444 ,435
Tin 29.106, •20.493 (D
51
52
Antimony
31.809
30.387 29.723 26.357 26.109
27.200
4.697
4.938
4.381
4.613
4.132
4.341
4.347
4.S70
4.100
4.301
3.843
4.029
TJRr 758
Tellurium 31.698 30.993 27.471 3.769
53 33.104 33.016 32.292 28.610 28.315 5.190 4.856 4.559 4.800 4.507 4.220 .926
lodine 3.937
S4 34.579 34.446 33.644 29.802 29.485 5.452 5.104 4.782 S.036 4.720 4.422 .098
Xenón 4.111
55 35.959 •t^ .gi9 34.984 30.970 30.623 5,720 5.358 5.011 5.280 4.936 4.620 272
4.286
T6 Cesium
Barium 37.410 37.255 36.376 32.191 31.815 5.995 5.623 5.247 snsT 5.156 •4.467
57 Lanthanuin 38.931 38.728 37,799 33.440 33.033 6.283 5.894 5.489 5.384 5.043 4.651 635
5.789 5.613 5.263 4,840 ,823
58 Ceriuffl 40.449 40.231 39,255 34.717 34.276 6.561 6.165 5.729
6.052 5,850 5.489 5.034
55 PrAe^cUTinium 41.998 41.772* 40,"/:'i6 36.023 35:548 6.846 6.443 5.968 .014
6.322 6.090 5.722 5.230
60 Keodymium 43.571 43.298 42.269 37.359 36.845 7.144 6.727 6.215 .206
6.602
215

Fig. 6 7 . Microscopio electrónico

í^í'^^í

Fig. 6 8 . Microsonda electrónica


FUENTE.
T
LENTES
FOCALIZADORAS
\

•D TANQUE DE
MEMORIA PANTALLA ^3
REFRIGERACIÓN
SISTEMA DE BARRIDO AMPLIFICADOR SELECTOR SELECTIVA DE
CON NITRÓGENO
Y AUMENTO 1024CANALES MICROSONDA
LIQUIDO

MUESTRA- — ^ ••-I DETECTOR DE S I L ' I C I O LIQUIDO DE ENERGÍA CARACTERÍSTICA

PANTALLA
AMPLIFICADOR DE
MICROSCOPIO

Pig. 69 . Esquema del microscopio y microsonda electrónica


FUENTE DE ELECTRONES
T

K3

RAYOS X CONTINUOS {CAUSAN EL RUIDO ELECTRONES SECUNDARIOS


JUNTO CON OTROS EFECTOS)

RAYOS X CARACTERÍSTICOS
(DAN EL ESPECTRO DE MICROSONDA)
ELECTRONES REFLEJADOS ( DAN LA IMAGEN )

RAYOS X DIFRACTADOS

EFECTOS TÉRMICOS EFECTOS ELÉCTRICOS

Fig. 70. Esquema de l a s radiaciones que emite la muestra al ser bombardeada por
la fuente de e l e c t r o n e s . Nótese que l a s radiaciones que se utilizan para
el microscopio son l o s electrones reflejados, y para la mirrosonda, los

Rayos X característicos.
218

Fig. 71. Muestra de granito G-2 preparada para efectuar


sobre ella el análisis de mi'^ rosonda elertróni_
ca. mediante recubrimiento de oro.

Fig. 72. Aspecto de O'04 mnr, de superficie de un grano


de cuarzo del granito G-2 visto al microscopio
electrónico con 620 aumentos, sobre la que se
efectuó una microsonda cuyo espectro se reco-
ge en la Fig. 73.
219

Fig. 73. Kspectro de microsonda electrónica obtenida


sobre un cristal de cuarzo, dejando actuar
la mlcroaonda durante 100 seg. El pico corres_
pondiente al cuarzo, en blanco, los otros
dos, sobre los que se situaron las barras de
referencia corresponden al oro. Escala util¿
zada 33 K. ~

10.4 Análisis químicos

Métodos analíticos aplicados para determinar la compo-


sición químií-'a de Las ro'^as:

- Si 0_ : se siguió el método general descrito en las


normas A.S.T.M. C 146-72 y A.S.T.M. C I69-69, atacando
la muestra con carbonatos alcalinos hasta fiisión totali
añadiendo, en frío, Cl H diluido para la deshidratación
del ácido silícico. El residuo que queda es el conteni-
do de Si O de la muestra.

Los errores a que pudiera dar lugar la presencia de


fluoruros y de compuestos de boro son despreciables
(A.S.T.M).
22Q

- Al O : se determina gravimétricamente, a partir de


un volumen medido del filtrado procedente de la sepa-
ración de la sílice, descrito anteriormente. El peso
obtenido corresponde a la suma de Al O + Fe O .
Por lo tanto, la alúmina se obtendrá restando a este pe^
so el contenido de Fe 0_.

- Fe O : se determina por volumetría con disolución


valorada de dicromato potásico, previa reducción de un
volumen determinado de la disolución que resulte del
filtrado obtenido de la separación de la sílice, descri^
to anteriormente, mediante cloruro estannoso.

- Fe O : se determina por volumetría con disolución va^


lorada de permanganato potásico frente a la disolución
resultante del ataque de una cantidad de muestra por
carbonato sódico, tratamiento con ácido sulfúrico y
ebullición.

- Ca O : en los filtrados procedentes de la determina-


ción de los óxidos de aluminio y férrico, descritos an
teriormente, se realiza la determinación del óxido de
calcio por volumetría con disolución valorada deK Mn O.,

- Mg O : sé determina en los filtrados de separación


del óxido de calcio, descrito anteriormente. Su deter-
minación es gravimétrica, pesando el pirofosfato de
magnesio-que se obtiene al precipitar con disolución
de ortofosfato diamónico y calcinación del producto ob-
tenido a temperaturas de 1000 - IO5O °C.

- Ti O : se determina a partir de un volumen determi-


nado del filtrado obtenido al separar la sílice, con-
forme a lo descrito anteriormente. Se sigue el método
colorimétrico basado en medir la intensidad del color
amarillo cié la disolución que se obtiene después de
precipitar con amonía:co, hervir, tratar con bisulfato
221

potásico hasta su fusión, enfriar, disolver en agua


acidulada y adición de perójjido de hidrógeno, que es
el oxidante que determina la coloración. Comparando
la intensidad de ésta con la de distintos patrones de
concentración en Ti -onocida, se calcula el "Ir de
Ti O en la muestra.

- P„ O : se determina por í'otocolorimetria basada en


la medida de la coloración del complejo fosfomolíb-
dico reducido por ácido ascórbico (es decir, la inten
sidad del azul de molibdeno), a una determinada longi_
tud de onda ( A = 725 mlvc)

La operatoria implica la disolución de una muestra, pje


sada con precisión, en una mezcla de ácido nítrico,
clorhídrico y perclórico. El método es válido para
concentraciones en fósforo comprendidas entre O'Ol y,
1 i,>.

- Mn O ! se determina volumétricamente, por ataque á-


cido, oxidante, de una muestra determinada que conduce
a la formación de ácido permangánico que, a su vez,
se valora frente a disolución valorada de arsenito só-
dico.

- Na O y K O : se sigue el método Lawrence Smith. Se


determinan fotocolorimétricamente, una vez transforma-
dos en cloruros por tratamiento con : carbonato calci-
co, cloruro amónico, calcinación hasta eliminación de
sales amónicas, tratamiento con ácido clorhídrico, neu
tralización con amoníaco, precipitación del calcio con
carbonato amónico y evaporación de los filtrados. Ope-
rando con la disolución resultante, y previo el cali-
brado del fotómetro de llama utilizado, por lectura
directa se deducen los contenidos en óxido de sodio y
de potasio.
222

Pérdida al fuego : se determinó gravimétricamente, por


calcinación de la muestra, tal y como se recibe, a tein
peratura no superior a 1000 °C , durante una hora.

Humedad; Pérdida de peso al señar la muestra a 1015 -5 "C


durante más de una hora.

Agua Total: calentando la muestra a una temperatura in-


ferior a 1000 "C y determinando el agua evaporada me-
diante condensación.

- Métodos analíticos aplicados para el estudio de las


muestras de agua

El pH se ha determinado con un medidor eléctrico de


pH (pH-metro).

Los distintos iones contenidos en las aguas, se han va-


lorado por las técnicas siguientes. Los sulfates, gra-
vimétricamente; los cloruros por el método de Mohr;
los carbonates y bicarbonatos por medio de una valora-
ción ácido-álcali; el calcio y magnesio por complexo-
metría; el sodio y potasio, por fotometría de llama;
el silicio, colorimétricamente como silico-molibdato
y el hierro también colorimétricamente (con sulfocia-
nuro).

Los resultados de los iones valorados se facilitan en


miligramos por litro (mg/l), equivalente a partes por
millón (p.p.m.). Sin embargo, se estima que, en gene-
ral, (salvo el caso de los álcalis y del silicio), el
límite de detección de los ra[étodos analíticos aplica-
dos no permite precisar con exactitud concentraciones
correspondientes a la cifra de las unidades (mg/l);
según esto, los resultados obtenidos de estos compo-
nentes del agua pueden estar afectados por un error,
223

+ +
que como máximo sería, Según los casos, de - 2 a - 5
mg/l. El error de los álcalis y del silicio, se esti-
ma inferior, como máximo del orden de - O'5 nig/l.

El valor de la concentración de hierro de las aguas


(equivalente a su ausencia), no está afectado por los
errores antes señalados, dada la alta sensibilidad del
método de detección aplicado.
22^

C A P I T U L O 11

PROCEDIMIENTOS DE ENSAYO

Se ha dicho anteriormente que el grado de alteración de una mue¿


tra de roca puede quedar definido, una vez conocida su ley de
variacidn, por una de sus características bien sea determinada
sobre probeta, o bien sea determinada sobre muestra granular.

Entre las características físicas que se pueden utilizar en pr£


beta o fragmento se encuentran la densidad seca, densidad de
grano y porosidad, y entre las propiedades mecánicas, la veloc¿
dad de propagación de ondas longitudinales de ultrasonidos, la
resistencia a tracción y la resistencia a compresión simple, así
como el coeficiente de resistencia al desgaste determinado C O H
el aparato de "Los Angeles" sobre muestra granular.

Sobre granulos, y con objeto de determinar la influencia del


agua sobre el comportamiento de ellos cuando trabajan en grupo,
se determinará su compresibilidad y resistencia al corte direc-
to.

Esta magnitudes se detemiinarán mediante unos procedimientos de


ensayo que pueden estar o no normalizados y^ aún estando recogí^
dos en una norma, su aplicación puede haberse hecho con ciertas
diferencias, que se pretenden recoger en los apartados siguien-
tes, así como la puesta a punto de alguno que, como pasa con la
compresibilidad de granulos, no está recogido en norma alguna.

La Sociedad Internacional de Mecánica de Rocas (l.S.R.M.) publi^


ca una serie de documentos ejecutados por la Comisión de Nor-
malización de Ensayos de Campo y Laboratorio (C.S.L.F.T.)
que recogen diferentes procedimientos ; dB ensayo a ejecutar
225

sobre rocas, a ellos se hará referencia utilizando normalmen-


te las iniciales mencionadas.

11.1. Procedimiento de ensayo para la determinación de la den-


sidad seca, densidad de grano y porosidad.

Se siguió el método recomendado por la C.S.L F.T. Docu-


mento n? 2. (1972) utilizando técnicas de desplazamien
to de mercurio. En resumen el proceso seguido se puede
esquematizar de la siguiente forma:

a) Selección de varios fragmentos de roca

b ) Lavado para la separación de las partículas sueltas


de cada fragmento -

c) Secado en estufa a IO5 - 5 -C hasta peso constante.

d) Determinación del peso de cada fragmento.

e) Medida del volumen, sumergiendo en mercurio.

f) Nueva determinación del peso de cada fragmento, pa-


ra comprobar que ni ha quedado ninguna partícula de
mercurio retenida, ni se ha desprendido material.

g ) Machaqueo de la muestra, formada por el conjunto de


fragmentos, en mortero de acero o de ágata si la con
taminación que puede generar aquél es necesario evi-
tarla, hasta que pase toda la muestra por el tamiz
n5 100 A.S.T.M.

h ) Se separa una fracción de 12 - 3 grms. de este mate-


rial pulverizado, que se seca hasta peso constante.
226

i) Se pesa la muestra con una precisión de O'0001 grms.

j ) Se determina el volumen de los granos mediante inmer,


sión en tolueno, para evitar reaccione el líquido
i-on la ro'-a, y se miden los pesos en balanza de pre-
cisión de diezmilésima de gramo. Se cuida de desal£
jar el aire de la muestra sumergida, sometiendo todo
el conjunto al vacío.

A partir de los valores calculados, se pueden obtener


las siguientes magnitudes:

x^ •, , , -, o Peso seco fragmento


Densidad seca de la roca j', =
Voliimen del fragmento.

^ .,,, n Pesosecodelos granos


Densxdad de grano P = "^
Volumen de los granos

f fd
Porosidad n = 100 ^ " Ío

11.2. Procedimiento de ensayo para determinar la densidad


seca en muestra granular

Se siguieron las recomendaciones sugeridas en el Docu-


mento n? 2 (1972) punto 6., en el que se define un ín-
dice de huecos estrechamente relacionado con la porosi-
dad y el grado de meteorización, con las siguientes va-
riaciones ;

a) Se utilizaron fragmentos de roca de tamaños compren-


didos entre 2'5 y 5 grms., hasta formar un conjunto
de 2500 grms. en cada determinación.

b ) La muestra se secó, previamente a su inmersión, en


estufa a IO5 í 5 °C.
227

c) Se sumergió en agua durante un período mínimo de 2k


horas.

d) Se determinó también el volumen de la muestra satura^


da, sumergiéndola en agua, con lo, que además del "ín
dice de huecos" I se detenninó la densidad seca de
V
los granulos.

11.3- Procedimiento de ensayo para determinar la densidad


seca de probetas

Se siguió el método descrito en el punto 2 del Docu-


mento n? 2 (1972). La precisión en las medidas de lon-
gitudes es de O'l mm., y el de los pesos de O'1 grms.,
con lo cual las variaciones en el valor de la densidad
se pueden obtener teniendo en cuenta las dimensiones de
las probetas a utilizar, TABLA XLVI.

11.4. Procedimiento de ensayo para la determinación de velo-


cidades de propagación de ondas longitudinales ultra-
sónicas

La velocidad longitudinal de ultrasonidos se determina


sobre una probeta con las características que se exigen
en el ensayo de compresión uniaxial, midiendo el tiempo
que tarda en atravesar el cilindro de roca un impulso
determinado.

V =
P T

V = Velocidad longitudinal de propagación del im-


pulso en m/seg.
L = Longitud de la probeta en m.
P
T = Tiempo real de propagación del impulso en se-
gundos .
T A B L A X L V I

d. A. h. V. Peso Densidad
2 3 / 3
mm. mm . mm. mm . ffrms. grms/cm .
53 2.206'1886 105'5 232.752'8973 628*62 2«7008
53'1 2.21^'5217 - 105'6 233.853'^915 628'52 2'6887 ÍÓ
•_.-- 0 0

Errores +0'1 - +0'1 -O'IO -0'0121

----- i 'j

En estás condiciones, las densidades no deberían variar en más de - 6 Kg/m .


229

En la ejecución del ensayó existen dos elementos prin-


cipales, la probeta y el equipo de ultrasonidos.

La probeta ha de ser cilindrica, con una longitud com-


prendida entre 2 y 2 • "í veces el diámetro, y con las ca-
ras externas, planas, paralelas y perpendiculares a su
eje, con las tolerancias admitidas por las normas
A.S.T M. , en cuanto a condiciones geométricas se refie_
re, en los ensayos de compresión uniaxial en rocas.

,h*í4'. El equipo de ultrasonidos utilizado, responde al esqu£


ma general representado en la F i g . 7^«

OSCILADOR DE
RELOJ AMPLIFICADOR
ULTRASONIDOS

r PRÓ^BETÁ "^ I
ROCA

TRANSDUCTORES

Fig 74: Esquema general del equipo de ultrasonidos


utilizado.

Oscilador: Emite impulsos eléctricos rectangulares de


duración t = 10 K s , que se repiten cada O'5 segundos,
y activan simultáneamente al transductor emisor para
producir un impulso mecánico y a. un reloj que inicia
la cuenta del tiempo-,

Cuando el impulso alcanza al transductor receptor, pr£


via amplificación de la señal, se desactiva el reloj
230

cuyo indicador presenta el tiempo transcurrido entre la


emisión y la recepción del impulso. Este proceso se re-
pite cíclicamente con cada onda de excitación, observan
dose una lectura mantenida en el indicador del reloj.

R e l o j : El indicador del tiempo tiene tres dígitos. Con


una escala se pueden apreciar las décimas de microsegun
do, pudiéndose utilizar entre O y 99M.S. Para cantida-
des mayores, entre 100 y 999 H-s., hay que reducir la
escala apreciando solamente el microsegundo.

Amplificador: Su misión es elevar el nivel del impulso


eléctrico enviado por el transductor receptor hasta al-
canzar un valor suficiente que pueda ¡actuar sobre los
circuitos de desactivación del reloj.

Una vez puesto el equipo en funcionamiento, se hace u-


na primera medida con una "probeta de calibrado", con
objeto de compensar los retardos introducidos.

Para determinar el material a utilizarjde ajuste entre


transductores y probeta de roca,se hicieron pruebas con
vaselina y presionando con las pianos el operador, y oon
láminas de caucho ^§ iifgr§íit§§ §§pe§gr@§ §pbre las que
se aplicaba un§L qgmpi'giiéfi VaPÍafelg-

Los ensayos en que §g utüigafea vaselina y pregi^n raass


nual, en principi§, ti§figí| gl iñ§@ygnͧPtg de est^ úlfi.
ma que puede hagep VSí'iai' gi g§©g§§?' á@ íñ Pgiígyla de
vaselina que queda pero, aún consiguiendp la repetibirr
lidad con este mecanismo, la vaselina impregna la roca
lo que de alguna manera modifica los valores de trans-
misión de ondas, debido a la susceptibilidad de esta
magnitud frente al relleno de poros.

La demostración de la contaminación a que sometía la


vaselina a la roca se hizo palpable cuando se sometió
231

una serie de cuatro probetas de roca a 50 ciclos de c^


lentámiento a IO5 - 5 ^C durante 6 - 2 horas y enfria-
miento a 20 - 2 °C durante 1 8 - 2 horas. Se medía la
velocidad de propagación de ondas longitudinales cada
r-inco cii los, y esta magnitud crecía continuamente, Fig.
75, cuando por las características del ensayo debía per^
manecer constante o disminuir si hubiera alguna fisura-
ción por cambio de temperatura. Este resultado, anómalo,
queda justificado si la vaselina, fluidificada al some-
ter las probetas al calentamiento de IO5 - 5 °0, va pe^
netrando en las microfisuras de la roca rellenando és-
tas, lo cual ha de reflejarse en los pesos de las pro-
betas en cada uno de los ciclos, como se recoge en la
TABLA XLVII.

T A B L A X L V I I

Variación del peso de las probetas sobre las que se m e -


día la velocidad de ultrasonidos cada cinco ciclos de
calentamiento-enfriamiento.

N9\^obeta
Ciclo^\N? ik 7 72 75
10 592*81 609 'J^i 431»21 427*68

15 592'82 609'31 43l'l5 427*63


20 592'88 609'36 431*19 427*68

25 592'93 609'44 431'24 427*74

30 592'97 609 'h6 431«26 427*80

35 593'00 609'50 431*32 427*84

ko 593*13 609*62 43l'4l 427*96

h5 593'18 609«64 431*49 428*01

Las pruebas^utilizando como acoplador membranas y presión


constante, se realizaron con cuatro tipos de lámina,
232

2300
10 15 20 25 30 35 40 45 50
IM2 DE CICLOS DE CALENTAMIENTO

Fig. 75- Relación entre las series de medidas de velocidades


de propagación de ondas longitudinales de ultra-
sonidos, utilizando vaselina sobre probetas del
granito G-3.
233í

la 0 era de celulosa \regenerada, material bastante rígi_


dov, utilizado como membrana semipermeable en los edóme-
t r o ^ d e succión. Las membranas n° 1, 2 y 3 eran de
cauchó%,^y se obtuvieron de las utilizadas en los ensa-
^'ns I ri a-. ia 1 t>s pa t'a T P ubi i las probetas. Los espesó-
les medios s \ t e( agen en La lAHL.A Ki. I I I . . •'
/

T A B L A X L V I I I
\^ — ^
Membrana Espesor en diámetros Esp esor medio
perpend:Lculares.
ng. --^, / /^

O 24o 24o 24o


1 532 513 522
2 678 672 675 ••
"•"-•s3 54o 545 ;542

Los ensayos de medida de velocidad ultrasónica, se rea-


lizaron sobre la probeta normalizada, de acero, propia
del aparato, colocando sucesivamente pesas que iban au-
mentando la presión en O'l Kg/cm . Se hicieron lecturas
en carga y en descarga, cuando ya se había estabiliza-
do el marcador, lo que se conseguía en un tiempo muy
breve, una vez colocada la carga. Los resultados se re_
cogen en la TABLA IL.

Una vez fijada la membrana, que se va a utilizar como


acoplador, se procedió a comprobar la repetibilidad de
los ensayos. Para ello, utilizando la probeta tipo, se
hicieron siete medidas intercaladas entre ensayos de
56 probetas de roca, en ocho días diferentes. Los valo^
res obtenidos se recogen en la Fig. 76. De ella se pu£
de deducir que la precisión del ensayo está comprendi-
.s .
da entre -0'-'5UÍ
T A B L A X. L

Ensayos de medida de velocidades longitudinales de propagación de ultrasonidos, u-


tilizando diferentes membranas como acopladores.

N? Membr. 0, 1. 2. 3
PRESIÓN CARGA DESCARGA CARGA DESCARGA CARGA DESCARGA CARGA DESCARGA
MPa. U.S ;.s ^s ^ 3

0 72'6 75'6 n 0 m a r c a n 0 1m a r c a no rn a r c a

O'Ol 48'6 43'o 57'8 45'2 60»7 57'1 47'6 45 «1

0«02 38'3 37'9 36«1 35'3 38 «8 36'2 37'9 36«3


0'03 36 «2 35'7 33'6 33'2 32119 33'6 35'1 34'2

0'04 35'0 3Z117 32'5 32'2 33'2 32 «3 33'8 33'2

0'05 3^'! 33'8 31'7 31'5 32'2 31'6 33'0 32» 5

0»06 33'5 3313 31'2 31'0 31'5 31'1 32 «3 31'9

0'07 32'9 32'8 30'8 30'6 30'9 30'7 31'6 31'3

0'08 32'5 32«4 30"^ 30 • 2 30» 5 30'3 31'2 31'0

0»09 32'1 32'0 30'0 30«0 30»2 30 «1 30'9 30«7

O'IO 31 '8 29'8 29'8 30'0 30»0 30'6 30 «6


235

o 10
o
z
UJ
<
I-
^L
HMJ
O
V)
UJ
a. 11 (1 (1 11 (1

o
<
> L-, 1 < 1 1 > • U>n imm^

-. J i 11 Hl
• • < <i < • ( i 1

-\
32,1 32,2 32,3 32,4 32,5 32,6 32,7 32,8 32,9 33 33,1 33,2 33,3 33^
TIEMPO EN / S

Fig. 76. Distribución de los valores obtenidos de la


velocidad de ultrasonidos en la probeta tipo
en una serie de ensayos.

Por último, se comprobó la influencia que tenía la al-


tura de la probeta sobre el valor obtenido en la velo-
cidad longitudinal de propagación de ultrasonidos, pa-
ra ello se utilizaron probetas graníticas de diámetro
53 mm, y con diferentes alturas. Los resultados se re-
cogen en la Fig. 77. Comprobándose que para valores de
esta dimensión, comprendidos entre 2 y 2'5 veces el diá,
metro, los resultados oscilan en - I50 m/seg.

La elección de un tipo u otro de membrana se hizo en


base a la elasticidad de la misma, lo cual se dedujo
de la proximidad de los valores en carga y descarga,
nos hemos basado en el criterio de que,cuando se hagan
series de lecturas, se pueda asegurar que la membrana
se recupera de una lectura a otra. Si tomamos la pre-
sión de O'05 MPa. como referencia, se observa que el
orden de recuperación sería M - 1 , M - 0 , M-3 y M - 2 . La
M-0 tiene el inconveniente de que, a pesar de su menor
espesor,tiene menor transmisibilidad, como lo demuestra
el tiempo registrado para una presión de O'l MPa, el
mayor de todas las membranas, de ahí que la tomada pa-
236

5000
-f 4 9 0 0 1 1 1 11
2 6 1 0 $ y $ 2 6 1 5 . Kg/m'
GRANITO G-3

4500

4000

9
«
M
E 3500
> +
+
3000
+

2500
+
-t
-1
~
+ +
2000
40 50 60 70 80 90 100 110 120 mm
LONGITUD DE LA PROBETA

Fig. 77. Relación entre la velocidad de propagación


de ondas longitudinales ultrasónicas y la
longitud de la probeta.
237

ra la ejecución de estos ensayos sea la membrana M-1,

11.5' Procedimiento de ensayo para la determinación del


hinchamiento libre

Se determinará la magnitud del hinchamiento libre sola^


mente en la dirección del eje sobre probetas cilindri-
cas, siguiendo el método recomendado por la C.S.L.F.T.
Documento n? 2 (l972). Si bien las probetas se secarán
a IO5 - 5 °C hasta peso constante, antes de someterlas
a ensayo.

Como el orden de magnitud de las medidas es de milési-


mas de milímetro, pueden verse afectadas por los cam-
bios de temperatura, de ahí la necesidad de ejecutar
estos ensayos en salas de temperatura constante, en
las que han de estar a la temperatura propia el apara^
to y el agua, así como el desecador donde se almacena^
rá la probeta para que alcance la temperatura de la
sala.

Los ensayos aquí realizados fueron hechos en cámara


isoténnica regularizada a 20'5 °C. Pero se hicieron
dos pruebas, que determinan la influencia de la tem-
peratura, en una de ellas se introdujeron en el apa-
rato 9 probetas de granito a 27 °C controlándose las
deforroaciones. Los resultados se recogen en la TA-
BLA L.

De estos valores se deduce una contracción unitaria de


13 X 10 con oscilaciones entre - ^ x 10~ en los
6'5 "C de variación de temperatura que tuvo la probe-
* _ 15 _1
ta, lo que representa un valor de »C = 2 x 10 °C
de contracción por grado de temperatura, que en rea-
lidad puede tomarse como coeficiente de dilatación
T A B L A L

Influencia de la temperatura sobre la deformación de probetas de grani-


to G-3.

PROBETA Longitud Contracción Contracción


N? mm. mm. unitaria

9^58 106«0 9.5 X 10-3 8'962 X 10-5

9^53 104'6 12'0 X 10-3 11«472 X 10-5.

9451 107'9 19'0 X 10-3 17*609 X 10-5

9450 108 «4 13'0 X 10-3 11*993 X 10-5 00

9443 100'65 13'0 X 10-3 12'916 X 10-5

94''*2 10i*'25 9'0 X 10-3 8«633 X 10-5

9^39 109'25 17'0 X 10-3 15*561 X 10-5

9^21 108«00 15»0 X 10-3 13*889 X 10-5

9^62 107*90 15'0 X 10-3 16'682 X 10-5


B L I

Datos de la naturaleza de las probetas

Ref. Diámetro Altura Vol. Peso Densld. Peso Humed. Peso Humed.
seco nat. nat. nat.
mtn. mtn. cm . grms . Kg/m^. grms« 9Ó grms. io

93 49«82 46'55 89' 7 235'5 2.625 237'1 0»68 236'0 0«21


8^ 49'82 48 «40 93'1 244'6 2.627 246'7 0'86 245'2 0'25

79 49«87 49'20 94'8 247'4 2.610 249'8 0'97 248'0 0«24


78 íf9»85 68'85 132'1 344'4 2.607 347'8 0'99 345*3 0«26
70 49 «80 69'80 134'8 354'9 2.633 357 «3 0«68 355»5 0'17

85: 49'82 81115 157'2 412* 5 2.624 415'6 0«75 4l3»4 0'22

91 49'80 89'60 172'0 45i'i 2.623 454'4 0V73 452»l 0'22

76 49 ' 72 91'60 176«7 464'6 2.629 467'8 0'69 465*6 . 0»22


24o

del granito G-3 ensayado, coiiipax>ablfe con el de la


ortosa c¿ = 1'8 x 10~ y mayor que el del cuarzo
o( = 0'7 X 10"^.

• a -íe^í' I tula p t IH i M S f- i->a I i zó soí (^ IM- fu • (> ro r)p t as •^^'


g r a n i t o li-'i c u y a s características se r e c o g e n en la
TABLA LI y consistió en someter estas rocas, enfria-
das hasta 27 - 2 °C después de haber sido secadas en
estufa a 105 - 5 °C, a inundación en ©1 aparato colo=
cado a 20'5 "C, utilizando agua a 16 - 1 "C.

Es de destacar la uniformidad de las probetas de roca


utilizadas, pues sus densidades oscilan en un interva-
lo de 25 Kg/m-^.

El sistema formado por aparato, probeta y agua, tiende


a tomar la temperatura de la habitación una vez comen-
zado el ensayo, los valores obtenidos se representan
en las Figuras 78, 79 y 80, habiendo recogido en la
TABLA LII los valores más significativos.

Es significativa la fuerte contracción total sufrida ®n


los momentos iniciales por las probetas, que es del 0£
den de magnitud del hinchamiento conseguido al cabo de
un día Los valores absolutos del hinchamiento total
mínimo son similares para todas las probetas, indepeiu^
dientemente de su altura, lo que puede jus'^ificarse
porque las más grandes tardan más tiempo en enfriarse.

En cuanto al tiempo de ensayo, a los 12 días el valor


del hinchamiento unitario era del orden d© 2 a 4 vec®o
el conseguido al cabo de un día. lo que puede explicarse
por la acción conjunta del mecanismo de hidratación do
la arcilla, acumulando capas de agua a su alrededor¡,
y la acción simultánea de debilitamiento que ejercen
las moléculas de agua en el borde d® las fisuras.
200i

180

160
lO

o 140
<
120
?
z
ÍO
llJ
2
O
ü
<
Q:
O
u.
UJ
o

160
180 200 220 2 4 0 260 280 300 320 340 360 380
TIEMPO EN HORAS
TIEMPO EN MINUTOS
3 4 5 6 7 8 10

O -20

lN
co
< -40
P-J I4_
z -60
5~; '
= ^
I"^""""-»' f. 17 9
3
\ P- 9 3
UL
UJ -80 P-
' ^ ^,^ > — " •"
o

-100

Fig. 7 8 . Variación de las deformaciones u n i t a r i a s p o r hin«;liainiento c o n el I ampo,


en probetas de granito G-3.
180

160

m 140 - p- •T»
O -
120
2
o:
í 100
z —
P- 70 -»-
Í3 80

o
< 60
a:
o
ü. J^
40
o

20

20 40 60 80 100 120 140 160 180 200 220 240 260 280 300 320 340
TIEMPO EN HORAS
TIEMPO EN MINUTOS
O 1 2 3 4 5 6 7 8 9 1 0

« -20
O

Q:
<
t -60

UJ -80
o

-lool-
Fig. 79. Variación de las deformaciones unitarias por hinchamiento con el tiempo en
probetas de granito G-3.
U3

100 12Q__140 160 180 200 220 240 260 280 300
TIEMPO EN HORAS
TIEMPO EN MINUTOS
3 4 5 6

4
<
Z

Ul
o

Figo 80o Variación de las deformaciones unitarias por hinchamiento con el tiempo,
en probetas de granito G-3.
\ \

\
T A B L A L I I

Datos de hinchamiento en difere¡ntes inl;ervalos de tiempo sobre probetas de granito G-3

N5 Altura Mínimo Ih. 7h,» Id,» 12d.


TOTAL UNIT. TOT. UNIT. TOT. UNIT. TOT. UNIT. TOT. UNIT.
M. X 10^
/*
X 10^
f X 10^
/^
X 10^
A X 10^

93 46'5 -38 -82 12 26 26 56 38 82 93 200


8k 2*8 » 4 -27 -56 7 14 18 37 19 39 86 178

79 49'2 -31 -63 6 12 14 28 15 30 58 118

-P-
78 68«8 -13 -19 30 44 46 67 47 68 115 167 •P-

70 69'8 -30 -43 27 39 32 46 33 47 67 96

85 81«5 -23 -28 27 33 38 47 46 56 115 l4l

91 89'6 -32 -36 46 51 54 60 62 69 82 92


76 91'6 -41 -45 44 48 47 51 47 51 75 82

101 45 -32 -67 8 17 19 40 24 50 79 165


102 70 -22 -31 28 42 39 58 40 57 91 131
103 90 -37 -41 45 50 51 56 55 60 79 87
245

A pesar de la uniformidad de las probetas, los hin-


chamientos unitarios finales pueden duplicarse, u
+ 50 x 10 -5 unidades.
oscilar en -

I i.6 Procedimiento del ensayo a compresión simple

El ensayo de compresión simple se realizó siguiendo los


métodos recomendados por la A.S.T.M., D-2938-71a y
D-3148-72 con las siguientes modificaciones.

La aplicación de la carga, en lugar de hacerse a ve-


locidad constante, se realizó mediante incrementos de
25 Kg/cm hasta alcanzar la presión de 200 Kg/cm ,
se continuó con incrementos de 50 Kg/cm hasta alcan-
zar los 700 kg/cm , y a partir de esta tensión, se
continuó hasta rotura en incrementos de 100 Kg/cm ,
dejando estabilizar las deformaciones para cada esca-
lón de carga, registrándose entonces los valores obte^
nidos para éstas.

La medida de deformaciones verticales se realizó con


cuadrantes colocados en los extremos de un diámetro
que registraban hasta la milésima de milímetro, lo
que supone una precisión en deformaciones unitarias de
cienmilésimas y con bandas extensométricas de 3 en-
de longitud y con una precisión en las medidas de de-
formaciones unitarias de millonésimas, situadas en el
centro de la probeta, y también en lugares opuestos.
Los valores obtenidos con los cuadrantes acusaban de
forma más notable los giros de la cabeza de la probe-
ta, debido a que el diámetro de ésta obligaba a colo-
car aquéllos sobre una placa circular de tamaño mayor.
Fig. 81.
r60 -1
Czy Yj,
^ 1 ^> Ci

'

o-

.in

-P-
0\
400 300 200 100 TOO 200 300 4PO 500 600 TOO 800 90O

DEFORMACIONES TRANSVERSALES UNITARIAS x 10 DEFORMACIONES LONGITUDINALES Ü N I T A R I A S x l o '

Fig. 81. Relación tensiones-deformaciones en una probeta de granito G - 3 . Las defor


maciones verticales se midieron con cuadrantes C^ ^ ^ p ^ bajidas dé resis-
tencia eléctrica V , V_, H^, H , estas últimas en posición horizontal.
247

Pero la media de la medida de deformaciones por un


procedimiento o por otro, daba valores muy próximos.

Aunque se toma como deformación la media de los valo-


res de las dos bandas extensométricas, en todas ellas
se analizaron los resultados de cada una por separado,
dándose por bueno el ensayo, cuando los valores de és_
tas no diferían, para la mitad de la carga de rotura,
en más de un 10 % de la media.

Las deformaciones horizontales se midieron solamente


con dos bandas de 3 cm. de longitud colocadas diame-
tralmente, a la mitad de la altura de la probeta.

11.7' Procedimiento para la determinación de la resistencia


al desgaste de los áridos por medio de la máquina de
Los Angeles

El ensayo se ejecutó según el método descrito en la


A.S.T.M. C 136-67 para la granulometría B, con muestra
preparada por machaqueo.

11.8. Procedimientos de ensayo para la determinación de la


compresibilidad de los granulos actuando como esco-
llera

La compresibilidad de los granulos actuando como esco-


llera se determinó utilizando una célula cilindrica de
acero de I80 mm. de altura, 152*4 mm. de diámetro in=
terior y 1 58'7 mm. de diámetro exterior, Fig, 8 2 . Esta
célula se completa con una tapa de 3 cm. de espesor y
de 152 mm. de diámetro sobre la que se aplica la car-
ga centrada con una rótula esférica, a través de un
yugo, que la recibe por un sistema similar al utiliza-
do en los edómetros de suelos.
2J+8

La medida de los asientos se realiza sobre el centro


del yugo, mediante un cuadrante que aprecia las milé-
simas de milímetro. Este sistema se complementaren
algunas ocasiones^ con un registrador continuo de de-
forma' iones.

Fig 82 Sistema utilizado para determinar la compre*


sibilidad de los granulos actuando como es-
collera .

La validez de este modelo, para determinar los asientos


de granulos considerados como escollera, se determinó
relacionándolo con ensayos realizados anteriormente
por FUMAGALLI (1969) • Estos consistieron en ensayar
249

muestras monogranulares similares a las aquí utiliza-


das, en moldes de diámetro D = 500 mm., obteniendo
los valores de los asientos para tres tipos de tamaños
de grano.

Los alores obtenidos por Fumagalli se recogen en la


Figura 83.de la que se obtuvo la, Figura 8k que rela-
ciona las deformaciones unitarias con el cociente en-
tre el tamaño máximo del granulo y el diámetro de la
célula, en función de la tensión aplicada. Fiimagalli
recomienda utilizar modelos en los que este cociente
4^ sea inferior a 0'2 por ello, utilizando la muestra
monogranular entre los tamices A.S.T.M. 3/k" -3/8" y
la célula definida, se obtiene un valor V a 0'13 que
se considera aceptable.
1 2 3

o 2 4 6 8 tO
DEFORMACIONES VERTICALES (Ex lOO)

Fig. 83. Curvas de compresión para diferentes valores


de^^en células de 500 mm. de diámetro.
FUMAGALLI (1969)
250

0,20

Fig. 84. Efecto escala y asientos en función de la


relación tamaño grano-diámetro célula.

La compresibilidad, expresada en asientos unitarios,


se verá afectada por las deformaciones de la propia
célula, la repetibilidad del ensayo, el índice de h u £
eos con el que se prepara la muestra y el coeficiente
de forma de las partículas y naturaleza del material.

El control de las deformaciones de la célula se reall


zó mediante 12 bandas extensométricas, seis horizonta-
les y seis verticales de 1 cm. de longitud, colocadas a
lo largo de dos generatrices diametralmente opuestas.
Figura 86. Se hicieron 10 ensayos, utilizando roca sie^
nita cuya granulometría se recoge en la Figura 85 com
pactada siempre de la misma manera, y vaciada y vuelta
a colocar en cada ensayo.
251

SERIE A.S.T.M.
• ON t
*H»ION N _, 10 - 10 - z
100
'- 1 —t—' 1 1 r-T-"
1
11
90 1
(\
\
80 \
í
~~l \
\
\
70
\1
\
1
\
<
1

60 ••"1 \ •.I
11
—H
!
Üj BO t
O
1
"^ 1
^^ 1
40 •"^
"^
'
""n
^"^i
30
"^
20
^^,
10

-J _ i- -A Jl -4 i 1 1

Fig. 85. Granulometría de las muestras utilizadas

Los valores obtenidos se recogen en la TABLA Lili. La


media de todas las deformaciones verticales unitarias
es 6'3 X 10 , valor a partir del cual se puede dedu
cir la carga que es absorbida por la célula.

P
= E Al
S

P = carga absorbida por la célula


S = sección transversal de la célula
E = módulo de elasticidad del acero
Al
Y~ - deformación vertical unitaria de la célula
1
252

V
1I T 7 \
"X

7cm
t 7cm 7cm
7cm
~N^
\

+
4] 10

•n
7cm 7cm
7cm 7cm
el
i i 12
-13 i
Fig. 86. Esquema de la situación de los extensómetros
eléctricos en la célula de compresibilidad de
granulos, para controlar la deformación de
ésta.

A B L i l i
Deformaciones registradas en los extensómetros elóctri^
eos X 10 al aplicar O'84 MPa en la superficie de los
granulos
-"-s^TENSOM.
1 2 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

1 -1 — -4 19 - 9 12 -3 29 -12 - - 5 18

2 -11 -13 59 -12 21 -2 38 -4 - -3 20


3 -13 — - 8 53 -5 25 -6 69 -5 — -3 19

4 -4 — -1 26 -9 n -12 32 -14 - -2 13
5 0 — - 5 46 -7 20 -4 56 -12 - -3 21
6 -7 — -4 44 -12 19 -2 62 - 7 - -1 30
7 -5 - -7 51 -8 23 -11 66 -10 — -2 26
e -4 - -7 68 -5 15 -9 49 -9 — -4 17
9 -3 — -5 50 -8 12 -5 42 -8 — -2 17
10 -6 - -3 58 -6 19 -5 52 -11 — -3 18
MEDIA -5.4 - -5*7 47'6 -8*1 17'7 -5'9 49'5 -10'2 - -2'8 19'9
253

s = n (i ^ f - q( i ^ f = -T- ^9'5993 o.^

E = 2'1 X 10 Kg/cm = O'21 x 10 MPa,

j - = 6' 3 X iü"^

P = ^ ^ 19'5993 . 2'1 . 1 0 ^ . 6'3 • lO'^ = 203'175 Kg.

Presión en que se descarga la muestra granular j

- | - = l'l Kg/cm^ = O'll MPa


^2

S = sección de la muestra = l8i'4588 cm

El incremento de volumen de la célula, que habrá que


deducir de los asientos obtenidos en la muestra gra-
nular, se obtiene a partir de las deformaciones hori-
zontales .

Av = h -g- [D2(1 + £ ) ^ - D^] = h - ^ D^- 2€

h = altura de la célula
D = diámetro interior
^ = deformación unitaria del diámetro

A v = 15 . -j- . 15'24^.2.40,10" = 0'218 cra"^

Asiento equivalente - ^ = h. 2 .£ = 12 tó.

Para determinar cómo compactar la muestra se hicieron


varias pruebas con roca pizarra,de granulometría simi-
lar a la especificada, vibrando sobre una base similar
a la utilizada para tamizar, en la que se modificaban .
el número de revoluciones por minuto y el tiempo de vi-
bración, colocando siempre una placa de 4469 grms. s£^
25^

bre la muestra. Los resultados obtenidos se recogen


en la TABLA LIV de los que se concluyójcomo valores
a utilizarjr.p.m. = 100, tiempo de vibración : 10
minutos.

T A B L A L I V

Valor de las densidades en Kg/i.3 . alcanzadas.

Tiempo (minutos)
r.p.m. ]LO. 20. 30. 40.

10 1 368 1 368 1 368 1 368


20 1 368 1 368 1 368 1 368
30 1 376 1 384 1 391 1 391
40 1 384 1 399 1 407 -
50 1 kk9 1 466 1 466 -
60 1 502 1 520 1 520 -
70 1 520 1 530 1 530 -
80 1 539 1 539 1 539 •-
90 1 539 1 549 1 559 • -

100 1 5^9 1 549 1 549 • • -

Con esto se estaba buscando determinar un medio de pre^


parar la muestra completamente mecánico, que permitie-
ra obtener densidades similares para efectuar un gran
número de ensayos. Se efectuaron con esta pizarra 86
determinaciones, en las cuales se compactaron vibran-
do en las condiciones antes dichas, a 100 r.p.m. du-
rante 10 minutos con una tapadera de 4.469 grms. y prepa^
-rando la muestra dentro de la célula en tres capas que
se compactaban con barra. Los valores conseguidos del
índice de huecos, vibrando, no superguron nunca el 0*70,
mientras que en las muestras compactadas con barra, se
superó siempre este valor, Figura 8 7 . Como además, la
variación del índice de huecos estaba comprendida entre
255
250

20 0

o
o
o
o 8
%
o
o o
o
o %
o
o o o
o _a_
150
O o %
o o o
o: o
o
< o
o
o

O o
1- o
o
(O
" 8
o
o
100

MUESTRA COMPACTAD* MUESTRA COMPACTADA


50
CON BARRA VIBRANDO

40

30

20

10

0,65 0,70 0,75 0,80


ÍNDICE DE HUECOS INICIAL e
Fig. 8 7 : Ensayo de c o m p r e s i b i l i d a d s o b r e p i z a r r a s sometidas a
u n a p r e s i ó n v e r t i c a l de 0 ' 8 4 MPa.
256

O'70 y o'8o cuando se vibraba, y solamente entre O'64


y O'70 cuando se compactaba con barra, fue este últi-
mo método el elegido para preparar la muestra.

La repetibilidad de los ensayos.calculada sobre mues-


tras de sienita preparadas por compactación, se obtuvo
efectuando 98 determinaciones con diferentes densida-
des. Figura 88. Se observa que para índices de huecos
bajos, del orden de e= O'70, la repetibilidad en los
+ -4
datos de los asientos unitarios totales es de - 25x10 ,
mientras que, con índices de huecos elevados, la repe-
tibilidad disminuye llegando a variar los resultados
en - 4 G X 1 0 " . Por ello, se utilizarán las máximas com
pacidades que sea posible obtener.

FUMAGALLI (l969),una de las conclusiones que obtienej


de los estudios realizados sobre ensayos de laborato-
rio en escolleras, es que el coeficiente de forma, en
tendiendo por tal el cociente entre el volumen de una
fracción representativa y el calculado para las esfe-
ras circunscritas a los granulos, tiene mucha impor-
tancia, y ha de ser lo más alto posible, y nunca menor
de O»20.

11.9. Procedimiento de ensayo para la determinación de la


resistencia al corte de los granulos actuando como
escollera

Con este ensayo se pretende medir la resistencia al


esfuerzo de corte directo,, residual y de pico, en
función de la tensión normal sobre el plano de corte.

El equipo para el montaje de la muestra^Fig. 89^esta-


ba formado por dos tipos de cajones, cada uno de ellos
constituido por dos mitades iguales,, las dimensiones
3 3
eran de 30 x 30 x I5 cm y de I5 x 15 x I5 cm . De e£
257

230
0

o
220
o

210
0
200 o T

" 0
190
0 *
180 0 •
0 0

170 0
o 0
160 0 0 0 o 0
B 0 o 0
0
150
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90 0 o
o
0 o
80
o

70
o
o
60

50
0,70 0,80 0,90 1,00

ÍNDICE DE HUECOS INICIAL, e

Fig. 8 8 : Variación de los asientos unitarios totales en


función del índice de huecos inicial,conseguido
al preparar la muestra granular, cuando se som^^
ten en la célula descrita a una presión de O'84 MPa.
258

tas dos mitades, la superior era fija y la inferior


móvil, sobre la que se ejercía la fuerza de corte.

SISTEMA DE APLICACIÓN DE CARGA VERTICAL

SISTEMA DE
APLICACIÓN DE
CARGA HORIZONTAL

CAJA PORTADORA
DE MUESTRAS

Fig. 89. Equipo para ensayar granulos al corte


directo.

La carga normal se aplicaba por medio de un sistema


hidráulico, hasta la placa que cubría la muestra, me-
diante una rótula esférica.

La fuerza de corte se aplicaba desplazando la parte in-


ferior del molde, mientras que con la superior se medía
esta fuerza.

Se efectuaron diversas medidas con diferentes índices


de huecos inicialesjcuyos resultados se recogen en la
Figura 9 0 , que demuestran que en el intervalo de c o m p ^
cidades utilizado, la resistencia al corte es práctica
mente independiente del índice de huecos inicial.
259

MUESTRA DE GRANITO G-1

•CTusO.IMPa A crg=0,2MPa °(ry=0,25MPa

0,3 I o o o———©•

A A I ^
S 0,2 f i '•

II . o (< •

-_^^-^^—__

I I I
0,71 0,73 0,75 0,77 0,79

ÍNDICES DE HUECOS INICIAL e

Fig. 90» Influencia del índice de huecos inicial entre


O'71 y O'79» en el ensayo de corte directo.
26o

C A P I T U L O 12

ESTUDIO DE LA METEORABILIDAD DE LAS ROCAS GRANÍTICAS

Las rocas graníticas, ba.io la acción de los agentes atmosfé-


I M o.'^ , siií'ren al.tetai iones de t i po t fsico y químico. La in-
tensidad de estos fenómenos dependerá del tipo de clima, del
acceso de los agentes climáticos al interior de la roca, del
tiempo durante el cual están sometidas las rocas a estos agen
tes y, fundamentalmente, del tipo de roca.

España está subdividida, litológicamente, en seis regiones,


de las cuales en cinco afloran granitos. La interacción de
las carreteras con estos macizos, en cada una de las regio-
nes, se recoge en la TABLA LV formada a partir de datos toma=
dos del MAPA LITOLOGICO DE ESPAÑA (1969).

T A B L A L V

Interacción de las carreteras españolas con los macissos


graníticos

Región Carret era Carretera Total


Radiai l Nacional Km
Km Km

Duro-Galaica 50 375 425


Central 70 270 3^0
Bético-Extremeña 10 135 1^5
Axial-Pirenaica - 5 5
Litoral-Catalana — 10 10

La importancia de los granitos de la región Duro-Oalaica y Cen-


tral, es palpable. Los diferentes tipos de esta roca que se
encuentran en estas dos zonas se obtuvieron de los "Estudios
Previos de Terrenos", publicados por la Dirección General
261

de Carreteras, en cuanto a lo que se refiere a la región Duro-


galaica, TABLA L V I , y visitando los yacimientos existentes en
diferentes lugares de la Sierra del Guadarrama, TABLA LVII»

T A B L A L V I

Tipos de granitos existentes en la región gallega

Tramo Composición Tipo de grano

1. Autopista
La Coruña-Por-
tugal.
Padrón - Tuy De dos micas Fino y medio
Padrón - Tuy Porfirpide de biotita Muy grueso con fe_
nocristales de
feldespato.
Padrón - Tuy De dos micas orienta- Medio.
do .
Carballo - Padrón De dos micas Fino y medio
Carballo - Padrón Porfiroide de biotita Muy gnieso con fe^
nocristales de
feldespato.
La Coruña - Puentes De dos micas Fino y medio
La Coruña - Puentes Porfiroide de biotita Gimeso con feno-
cristales de fel-
despato .

2. Accesos a Galicia

Chantada - La Estrada Dé dos micas Medio


La Gudiña - Allaris De dos micas Medio a grueso
Oencia - Chantada Granodioritas Medio
Vega de Tera - Pue-
De dos micas Medio
bla de Sanabria
Lugo - E l Pino Porfxdico Medio
Lugo - El Pino De dos micays Medio y grueso
262

T A B L A L V I I

Tipos de granitos existentes en el Sistema Central y


Montes de Toledo

Lugar ComposiricSn Tipo de grano

Paredes de Escalona Moscovítico Fino


S. Martín de Valdeigl£
sias. Biotítico Medio
Chapinería Biotítico Grueso
Valmayor 1 Biotítico Fino
Valmayor 2 Granodiorita Medio
Valmayor 3 Sericítico Grueso
El Jaralón Biotítico Grueso
Autopista Madrid-Cór;
doba, tramo Toledo- Biotítico Medio
Orgaz.

El tipo de granito que interesa tomar como modelo para el estu


dio, deberá ser uno tal que presente en estado natural diver-
sos grados de meteorización química, para ello se elegirá aquel
que permita una mayor alteración en lo que a su composición se
refiere, que en principio sólo se dispone de su composición en
micas, y situado en un clima de agresividad química fuerte o
moderada.

Se ha tomado como zona de estudio el Sistema Central, en donde


los granitos más abundantes son los biotíticos, frente a las
dos micas que componen los de la región gallega ya que, segxin
GOLDICH (1938) Fig. 5, la moscovita es más estable que la bio-
tita. Además, la agresividad climática es moderada y moderada
y fuerte en una y otra región, Fig. 6 3 , lo que puede conside-
rarse suficiente para obtener los grados de alteración química
necesarios para el estudio, en la zona elegida.
263

El punto donde se concretó la toma de muestras fue en la loc¿


lidad de Valmayor» en la que, además del amplio talud que
constituye el frente de cantera, Fig» *^1 » se dispone de un rje
lleno de 2,100,000 m de escollera con una altura máxima de
íiO m sobre P 1 caucn , Fi K. 9 2 , y 1 ongi t ud 1 , 2lU m . que forma
t'l t lerr-f de la presa de Vaimay nr,

Fig, 91* Frente de cantera de donde se extra.io la esco-


llera granítica que forma el cierre de la presa

^^^t ^OMmO OC COnOHtCKM


•SI.O

ESCOLLERA 1
h*st« 7 0 GM

QALCRIA
PCNIUCTRAL

LINCA DC EXCAVACIÓN

FLg, 9 2 . Perfil tipo de escollera en roca granít ica b i o t ¿


tica.
264

El perfil típico del macizo granítico responde al esquema de


la Fig. 31 propuesto por DEERE y PATTON (1971), si bien en
todo el frente de cantera el espesor de cada uno de los horj^
zontes es variable. La zona de suelo residual no sobrepasa
los 2 m. de espesor, existiendo partes en las que es prá<" t i c^
mente inexistente. La potencia del horizonte 2 A también va
ría, siendo mayor en las cotas más altas de la excavación de
2 a 6 m, y menorjde 1 a 2 m, a medida que se va bajando hacia
el cauce, debido probablemente a la mayor capacidad de arras-
tre de esta última parte.

En la Fig. 91 se pueden apreciar tres niveles, el inferior cu-


bierto de agua, y dos bermas intermedias antes de llegar a la
coronación. Pues bien, el horizonte 2B está por encima de la
berma superior, y se puede decir que comprende también parte
de la zona entre las dos bermas. El frente,entre la superfi-
cie de agua y la primera berma,se puede considerar, en la zona
de explotación, formada por roca no meteorizada III. Se ad-
vierte que en la Fig. 91 parte de los taludes en la zona iz-
quierda aparecen recubiertos de "montera", vertida para evitar
posiblesaccidentes.

El nivel freático en la zona excavada, a profundidad inferior


al cauce del río, se ha situado, después de la excavación, a
la cota que se aprecia en la Fig. 91» con pequeñas fluctuacio-
nes invierno-verano, con lo que se dispone de un elemento que
va a permitir conocer cuál es la acción del agua sobre la roca
granítica, tan importante en la alteración química de e'sta.

12.1. Geología

La mayor parte del Sistema Central está constituido por


un macizo de dimensiones batolíticas, dentro del cual,
a modo de islotes, quedan aisladas las zonas metamórfi-
cas .

El tipo de granito más frecuente, como se ha dicho, es


205

de grano medio, rico en biotita y en feldespatos, gra-


nodiorítico.

En estos existen inclusiones básicas esferoidales con


lámanos que varían entre los centímetros y" el metro y
constituidos por cuarzo, plagioclasa, ortosa y biotita
con abundancia,de circón y apatito.

Otros granitos,recogidos en el Mapa Geológico de Espa-


ña, son de grano grueso, más pobres en minerales micá-
ceos que el granodiorítico; porfiroides, en los que s£^
bre una masa granítica destacan fenoblastos de feldes-
pato alcalino; aplítico, con moscovita y grano fino.

En la TABLA LVIII se recogen las composiciones minera-


lógicas de diferentes tipos de granitos existentes en
el entorno de Valmayor, entre San Martín de Valdeigle-
sias y Colmenar Viejo (El Jaralón),y de la propia can-
tera de la escollera, donde se distinguieron tres tipos
El más abundante, biotítico grisáceo, junto con masas
graníticas rosáceasy verdosas. Todos estos lugares es-
tán muy próximos al contacto con el Terciario,
B L V I I I

T i p o s de g r a n i t o s e x i s t e n t e s e n d i l e r e n t e s p u n t o s e n el e n t o r m
de V a l m a y o r e n t r e S a n M a r t í n d e V a l d e i g l e s i a s y C o l m e n a r V i e j '

Localidad Descripción Textura Cuarzo Ortosa PJagí 0 B ioti ta M o s c o v . Ac ees


macroscópica c 1 a .•- a

C a n t e r a San Martín Granodiorita clara Grano medio- ho 30 •¿^ k 1


fino
C a n t e r a San Martín Granito biotítico Grano fino 30 35 25 8 - '•>
C a n t e r a P a r e d e s de Es Granito aplítico Grano fino 40 30 20 - 10 - •

caloña moscovito
C a n t e r a P a r e d e s de E¿ Granito aplítico Grano fino ko 30 18 12
caloña moscovito
Cantera chapinería Granodiorita Grano medio 30 20 35 13 2
Cantera chapinería Granito claro Grano medio 35 25 25 10 5
C a n t e r a El J a r a l ó n Granito pegmatítico Grano medio 30 40 25 5
C a n t e r a El J a r a l ó n Granito pegmatítico Grano medio 30 4o 25 5
Cantera Valmayor Granito rosa Grano fino 42' 3 48'1 5» < 313

Cantera Valmayor Granito verdoso Grano medio 0 3£X


25 45 25*
sericítico
Cantera Valmayor G r a n i t o moscovíti_
co g r i s Grano fino 24'9 29•5 36'2 9.3
Cantera Valmayor G r a n i t o moscovita^
co g r i s Grano fino 28'2 35'3 26'7 6'8t3'l X £
Cantera Valmayor G r a n i t o granodiorí^
tico g r i s Grano fino 31 '2 24 • 3 37' i 7'2

fi S e r i c i t a 35S Clorita
267

12.2 Climatología

La temperatura media anual es de lO'C y la precipitación


total de 800mm. Estos datos, según PELTIER (1950) indi-
can una agresividad climática por congelación, débil, y
química, mddeirada.

En la Tabla LIX se recogen los datos de días de precit^


tación menor de Imm., lo que nos indica, junto con la
precipitación del mes, los ciclos de humedad-sequedad a
que se va a ver sometida la roca. Los días de temperatu
ra mínima menos de 0°C se relacionan con los ciclos de
congelación-deshielo. Por último, con 800mm. de precip¿
tación anual, la roca sufrirá los efectos de variación
en su grado de saturación.

T A B L A L I X

Datos climáticos de la zona de Valmayor


Media de los valores tomados durante el período 3I-60
( M.O.P.U. )

Precipitación Precip.menor Temper.media Temp.mini-


Mes mm. 1 mm. n?días °C ma menor
c e n9 días

Enero 75 21 O 18
Febrero 75 21 2 12
Marzo 75 22 6 12
Abril 75 23 9 9
Mayo 75 24 12 2
Junio 55 2k 17
Julio 35 28 20
Agosto 25 28 21
Septiembre 55 25 17
Octubre 95 2k 11 3
Noviembre 85 2k k 3
Diciembre 75 20 1 15
268

Por tanto, el estudio de la meteorabilidad de esta roca


requiere determinar la influencia de la agresividad quí^
mica climática, y además la acción que sobre ella ejer-
cen el grado de humedad, los ciclos de humedad-sequedad
y lo.s ^i^lo^i de h i e t o-deshi P 1 o , seglln los métodos descri
tos anteriormente.

12.3. Alterabilidad frente a procesos que varían la composi-


ción química de la roca.

El método seguido fue el ya enunciado anteriormente, t£


mando muestras del lugar del que conocemos sua caracte-
rísticas climáticas, con diferente grado de alteración,
y de ahí, junto con el análisis del agua de lavado, in-
ducir el tipo de meteorización a que se ve sometida la
roca.

Previamente a la toma de muestras se efectuó una clasif^


cación sobre el propio macizo, considerando como granito
no meteorizado G-1, una roca de color grisáceo sin man-
chas de óxido de hierro aparentes, Fig, 93 derecha; gra^
nito ligeramente meteorizado, G-2, una roca con manchas
de óxido de hierro diseminadas en todo su volumen, Fig,

I^ig- 9 3 : Muestras de granito sano G-1, a la derecha, y de


granito ligeramente alterado G - 2 , a la izquierda
269

9 3 izquierda. Granito alterado, G--3» i^na roca teñida de


color pardo de óxidos de hierro, Fig. 9^» y,por último,

Fig, 9^: Probetas de granitos G-1, G-2 y G-3 a


la derecha.

granito muy alterado, G-^, una roca con coloración de


óxidos de hierro más intensa que el propio G-3» Fig.95
•70

Fig.95 • Comparación entre el granito G-1 y Q~k,


piedra coloreada central.

12,3.1 Descripción petrográfica de los granitos.

- Clasificación petrográfica de loa granitos

La "Unión Internacional de Ciencias Geológicas" Comisión


de Petrología (l973) recomendó la clasificación para las
rocas graníticas que se recoge en la Fig. 96.
271

(CUARZO)
Q

PELMSMTOS PUMIoaASA
ALCALINOS

Fig. 96 : Clasificacián y nomenclatura de rocas graníticas.

Nomenclatura

la. - Cuarzolita (silexita)


Ib - Granltoides ricos en cuarzo
2 - Granitos feldespáticos alcalinos
3 - Granito
k - Granodiorita
5 - Tonalita
6. - Sienita feldespática alcalina
6* - Sienita feldespática alcalina cuarcífera
7 - Sienita
7* - Sienita cuarcífera
8 - Monzoriita
8* - Monzonita cuarcífera
9 - Monzodiorita. Monzogabro
9« - Monzodiorita cuarcífera. Monzogabro cuarcífero.
10 - Diorita. Gabro. Anortosita
10* - Diorita cuarcífera. Gal?ro cuarcífera. Anortosita
cuarcífera.
272

La composición mineralógica se detei^niíió mediante mi-


croscopía óptica de polarización, con análisis mine-
ralógicos cuantitativos mediante contadores de punto y
error menor de l'U%. Los resultados se recogen en la
Tabla LX, La fig. 97 clasifica los granitos según su
composición mineralógico.

T A B L A L X
Composición mineralógico determinada mediante anál¿
sis modales de los granitos de Valmayor

Ref. Cuarzo Ortosa Plagioclasa Biotita Clasificación


9¿ % io io

G-l 25'2 23'2 36'2 15'4 Granito de ten-


dencia granodi^
rita.

G-2 29'7 26'4 32'7 11'2 Granito de ten-


. dencia granodijo
rita.

G-3 23'5 25 37'5 •Lk Granito de ten-


dencia granodi£^
rita.
G-i+ 31'2 24'3 37'3 7'2 Granito de tenden
cia granodioritao

- Textura

Las cuatro muestras de granito tienen textura holocrista.


lina, con tamaños de grano que oscilan entre 0'25 y ^ssiio ,
y cuya distribución por minerales se recoge en las figu-
ras 98, 99 y 100.
273

PUUMOCLASAS

Fig.97 ! Clasificación de los granitos de Valraayor,


Q + A + P = 100

Ref. Cuarzo Ortosa Plagioclasa Clasificación


G-1 29'8 27'^ 42'8 Granito de tenden-
cia granodiorítica
G-2 33'U 29'7 36'9 Granito de tenden-
cia granodiorítica
G-3 27'3 29'1 43'6 Granito de tenden-
cia granodiorítica
G-k 33'6 26»2 40'2 Granito de tenden-
cia granodiorítica
27^^

(a) CURVA ACUMULADA,8EI«RAL DE LA ROCA (c) CUARZO

% %
100 60

90 50

80 40

70 30

60 20

50 10

40

30
8 4 2 I l/Z
n
1/4 !/• I/I« l/Se I/S4 «.a.

(d) ORTOSA
20
%
60-
10|-
50-
I 1 I I 1 1
8 4 2 1 1/2 I/* !/• l/ra l/at i/»4 m.m.
40-

30-
(b)HI8T0aiAMA,GENERAL DE LA ROCA
20
%
100
lOh

90 I I I
O^
8 4 2 1 1/2 t/4 1/8 1/16 I/S2 l/e4 m.m.
80

70 (fi)PLA@Oa.
%
60 60

SO 50

40 40

30 30

20 20

10
lU

O •J L. O ,J.-— ==1 L 1 1™.»^


8 4 8 í I/É 1/4 l/B l/ie l/3« 1/64 m.*. 8 4 2 11/2 1/4 1/6 1/16 I/S2 l/M iiira

Fig. $B, Análisis granulómetrieo de G-1.


• 275

(a) CURVA ACUMULADA, GENERAL DÉLA ROCA (c) CUARZO

100 60

90 50

80 40 h

70 30

60 20-

50 10

40 04 '
8 4 2 1 1 / 2 1/4 1/8 1/16 I/S2 1/64 n.m.

30-

(d) ORTOSA
20
%
60 -
10

50
O I-" <-
8 4 2 I 1/2 l/t 1/8 l/l« 1/32 1/64 mm.
40

30
(b)HISTOGRAMA,GENERAL DE LA ROCA
20 -

100
10 -

90 j
•^^^^
0
8 4 2 I t/2 1/4 1/8 l/ie 1/32 1/64 tu.»
80

70 (e)PLA«OCLASA
"/o
60
60

50
50

40
40

30
30
20
20
10
10-
OLt OLl J 1 u
8 4 2 1 1 / 2 1/4 1/8 1/16 1/32 1/64 m.i 8 4 2 t 1/2 1/4 1/8 1/16 1/32 1/64 i

Fig. 99» Análisis granulómetrieo de G - 2 .


276

(o) CURVA ACUMULADA,3ENERAL OE LA ROCA (c) CUARZO

%
100 60

90 50

80 40

70 30

60 20

50 10

40 04
8 4 2 11/2 1/4 I/e i/ie i/S2 i/84 n.*.

30
(d) ORTOSA
20
60
10
50 "
OLJ I I I L. I I I
8 4 2 I 1/2 l/« l/a l/l< I/3S l/«4 m.m.
40 -

30
(b)HISTOGRAMA,GENERAL DE LA ROCA
20

100
10

90 ' ' ' '


0
8 4 2 1 1/2 1/4 l/e 1/16 1/32 l/3<3 m.in.
80

70 MPLAmOCLASA

60 60

50 50

40 40

30 30

20 20

10 10

OU
8 4 2 11/2 1/4 l/e 1/16 1/32 1/64 m.m. 8 4 2 11/2 1/4 1/8 1/18 1/32 l/®4 m.a.

Fig. 100. Análisis granulómetrico de G-3.


277

12.3.2 Evolución en las características mineralógicas.

En este apartado se pretende determinar cómo varían


con la alteración los diferentes minerales. Para ello
se dispone del análisis mediante difracción de Rayos X,
examen de placas delgadas a la luz polarizada, y análi^
sis mediante microsonda electrónica.

- Análisis por difracción de Rayos X

Estos granitos están constituidos principalmente por


cuarzo, ortosa, plagioclasa y biotita. La alteración,
en lo que al aspecto aspecto mineralógico se refiere,
transforma en sericita a las plagioclasas, y en clorita
a la biotita.

La utilidad del análisis de Rayos X se basa en la capa.


cidad que puede tener para reíale jar estas variaciones,
disminuyendo la intensidad de.los minerales que se ait¿
ran, y aumentando la de los productos de alteración. Las
Fig. 101, 102, 103 y 1 0 ^ recogen los difractogramas de
Rayos X de cada una de las muestras.

Las intensidades características de cada uno de los min¿


rales mencionados y de sus productos de alteración, son
las siguientes :

BROVN (1961) ^^ ^^

- Cuarzo I 100 35
3'3^3 4'26
i 26»43 20'72
Grados
- Ortosa Ol 02
I 100 100
3'79 3«328
Grados 23'4 26'59
278

- Plagioclasa P2 P3
I 100 90 80
S 3'205 3'175
Grados 27' 586 27'76 21'85

- Biotita Bl B2 B- Bk B5 B6

I V.S. V.S. S S S S
c 10«1 3'36 2«65 2*k5 2'183 2«002
R 8'75 26«27 3,3'30 36'50 4o»50 kk'13
Grados

Clorita Cli CI2


I
7'02-7' 18 3'52-3'59
Grados 12'58-12 '23 25'01-2i»'5

Sericita
1 V.S M
X 3.33
26'6
3*28
Grado s 26'9

Se han tomado solamente las intensidades 'más fuertes


dentro de cada mineral, y se obseirva que coinciden Cj,
^2» B2 y ^x 1 por lo que difíTcilmente se podrá., deter^
minar las variaciones en el contenido de sericita, co^
mo producto de alteración de las plagrioclasasi ya que
a la vez que aumenta Si, disminuye B2 por alteración
de la biotita.

El pico C2 del cuarzo» puede servir para caracterizáis


lo, pues es independientei del resto de los componentes,
pero en cEunbio corresponde a una intensidad muy baja.
£n los ensayos realizados, se mantiLene constante.

El pico Oi podría cualificar ^1 contenido de ortosa,


pero en los difractogramas se manifiesta con muy poica
intensidad, y coi&$tante.
279 PKSyPS] PM992G/05
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í-Hi
-r--.-n t.-fríT" r .t-i-i:.:l|.4íJ4 . U i l . l j ; 4 -
-4.-J'-^.';.: ^ 1 ¡4; .-.-!-U!-4-
'l+TTfiJTrrr-i '-•4 - ^ ' i -
--.-H--T-H-UJ-H- ^4L44i . • ! ' , ' . , • : 4 • .. i l • I' • ' • ¡ - 4 - ^ 4 - - ' • • . . . - . • . : : ^ 4 : , - - ' U U J - 4^44í4j^
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..Jed
283

De los tres picos de máxima intensidad de la plagio-


clasa el que mejor las caracteriza es el P2 (27'76)j
que disminuye con la alteraGión,ttientriasque el Pi
(27'58) aumenta debido a la influencia del S2 (26'9).

Por últimojla alteración de la biotita sé manifiesta


de forma clara en el pico Bi(8'75) QU© disminuye de
G-1 a G-k, y el aumento en el contenido de clorita
se refleja p.erfectamente en el Cli (l2'5*) «jue auis«n
ta de G-l' a'G-4..

Ein restunen, el análisis mineralógico mediante difra£


ción de Rayos X indica una alteración progresiva de
la plagioclasa, aumentando el contenido de sericita,
y una alteración de la biotita, aumentando el conteni_
do de clorita.

> Análisis d« lánlnas delgadas.

£1 análisis de las láminas delgadas,preparadas de cada


uno de los cuatro tipos de granito, tenia por objetó
cuantifioar la proporción de cada mineral existente en
cada muestra y, además, obtener el porcentaje de cada
mineral que se presentaba sin ningún tipo de alteración.

£1 contenido de minerales, Tabla LX, se determinó con-


siderando solamente los cuatro fundamentales, cuarzo,
ortosa, plagioclasa y biotita, incluyendo en cada uno
el pequeño porcentaje de minerales accesorios que nor-
malmente les acompañan. En el porcentaje de biotita,
se incluyen también los cristales de clorita formados
por alteración de aquella mica.

Las plagioclasas presentan una distribución zonal muy


acentuada, Fig. 109j por l,o que se determinó su composi^
ción mediante el método de Michel -Levy, obteniéndose
284

Anl2-18 en los bordes, y An28-42 en el ndcleo.

El porcentaje de cada mineral considerado como no al-


terado, se determinó considerando así aquellas partes
que se presentaban al microscopio óptico con ausencia
de fisuras o descomposición. El aspecto del cuarzo,
ortosa, plagioclasa y biotita no alterados se recoge
en las figuras IO5, 107, 109 y 113 respectivamente.

La alteración de cada uno de los minerales se manifesai


taba de diferente forma, el cuarzo aparecía con una
red de fisuras de dos órdenes según su anchura, Fig.
106, de forma análoga s« alteraba la ortosa, Fig. 108,
si bien en ésta última en vez de aumentar la anchura
de las fisuras, como en el caso del cuarzo probable-
mente por disolución, aparecían con las superficies
descompuestas.

Las plagioclasas se alteraban fisurándosejFig. llO^y


también descomponiéndose,Fig. 112, comenzando esta d£
gradación por el núcleo, Fig. 111, debido a la zona-
ción concéntrica que tenían muchas de ellas, y en las
que el núqleo contenía una proporción de anortita ma-
yor. El producto resultante de esta alteración era
la sericita.

Por último, la biotita se alteraba a clorita, Fig. 115,


comenzando esta transformación desde los bordes al
núcleo, a través de los planos de exfoliación, Fig. Il4,

- Índice de fisuración

El índice de fisuración de cada uno de los minerales


que forman parte del granito, obtenido multiplicando
el volumen de cristales con un índice de fisuración
285

determinado por este índice, clasificado según la des-


cripción dada en el Capítulo 9» se recoge en la Tabla
LXI. Si el índice de fisuración de cada mineral, se
multiplica por la proporción con que dicho mineral en-
tra a formar parte de la rora, y se suman los result^
dos obtenidos para cada uno de los minerales constitu-
yentes de ella, se puede obtener el índice de fisura-
ción de cada tipo de granito según se recoge en la Ta-
bla LXII. Se observa un aumento de la fisuración con
la alteración, similar en cuarzo y ortosa, mientras
que en las plagioclasas, ya sean zonadas o macladas,
se aprecian unos incrementos con la alteración mayores.
La mica biotita no presenta fisuración. De ello se
puede concluir que el grado de fisuración global del
granito aumenta proporcionalmente con la meteorización
ya que, debido a la baja proporción en que se encuen-
tran las micas en esta roca, la influencia de la biot¿
ta es muy pequeña.

- Índice de transformación

De forma análoga al 'índice de fisuración", el "índice


de transformación" de cada uno de los minerales se ob-
tendrá multiplicando el volumen de cristales con un ín-
dice de transformación determinado por este índice,
clasificado según la descripción dada en el capítulo 9
Los resultados se recogen en la Tabla LXIII. A partir
de estos valores, se puede obtener el índice de trans-
formación de la roca "multiplicando el correspondiente
a cada mineral, por la proporción con que éste entra a
formar parte de aquella, Tabla LXIV. En cuanto a la
transformación de cada mineral, se observa que el cuar-
zo y la ortosa no manifiestan este tipo de alteración,
mientras que en las plagioclasas varía sólo ligeramente
286

al aumentar la meteorización, estando menos descompues-


tas las mauladas que las zonadas. La mica biotlta ma-
nifiesta un claro aumento de la descomposición con la
meteorización, duplicándose el índice obtenido al pasar
de las micas del granito G-] al 0-3 pero que, debido a
1.1 pcquf'tiM pr'. pf) rf i ón con quf -c pr^s^ntan f^n IÓ tuca,
su inl'luencia sobre el índice de transí'ormac ion de la
roca es muy ligera, apreciándose en ésta solamente li-
geras variaciones.

- Grado de alteración

Las plagioclasas, como se ha dicho, presentan trans-


formación y fisuración, pero su evolución no es simi-
lar, Tabla LXV, ya que existen cristales con una fisu-
ración prácticamente inapreciable, que llegan a estar
totalmente transformados y viceversa. Estos casos son
particularmente notables en el granito G-3. En la Ta-
bla LXVI se recoge el "índice de alteración", definido
en el Capítulo 9 como el mayor de los dos, fisuración
y transformación, correspondiente a las plagioclasas,
y en la Tabla LXVII se recoge este "índice de altera-
ción" de cada uno de los minerales del granito. En to-
dos ellos,se observa un claro aumento con la meteoriza-
ción.

A partir de estos últimos valores se puede obtener el


"índice de alteración" de cada muestra de granito, mul-
tiplicándolos por la proporción con que entra a formar
parte de la roca cada mineral y sumando los resultados,
Tabla LXVIII. Se observa también un claro aumento de
este índice con la meteorización.

A partir de los índices aquí obtenidos, ya sean de fi-


suración, transformación o alteración, se pueden obte-
ner los grados correspondientes a cada uno de ellos
expresándolos en porcentajes, según se recoge en las
Tablas LXIX y LXX. Se observa que el grado de altera-
ción del granito aquí estudiado es menor del 50%, por
287

tanto será en este intervalo de alteración, y en es-


tos granitos, donde serán aplicables todas las cons¿
deraciones que se van a hacer a continuación.

La determinar ion de las características físicas y me^


canicas de cada muestra de granito permitirá determi^
nar la relación existente entre estas magnitudes y
el estado de los minerales y obtener, a partir de
cualquiera de ellas, el grado de alteración.
288

T A B L A L X I

ÍNDICE DE FISURACION DE LOS MINERALES DEL GRANITO

G-1 G-2 G-3


Cuarzo
X V% v% v%
0 38 11 0 1317 0 33«5 O
1 31»2 Ot312 16«2 0«l62 20f0 01200
2 23»o 01 46 34tl 01682 20«0 Ol400
3 7'9 01227 32» 8 0»984 20»8 01624
k 0 0 0 0 517 01228
índice de fisur. 01999 11830

Ortosa
0 21»0 0 15'7 0 8»e O
1 49'0 0U9 4l'7 0»4l7 47'3 01473
2 26»8 01536 36'0 0!72 25'5 O! 510
3 3'2 0'096 614 0»192 14»8 o» 434
4 0 0 0 0 3'6 OU44
índice de fisur. 11122 l',22?

Plagioclasas macladas
0 31'5 O 10», 9 0 10» 9 O
1 ¿1317 o<437 28» 2 0» 282 l4» 9 o» i49
2 16'4 O'328 47». 6 0» 952 2215 01 450
3 8'4 0'252 13'. 3 0»399 29' 4 o» 882
4 O O 0 0 22» 3 O». 892
índice de fisur. 1'017 11622 1ÍJJ2
Plagioclasas zonadas
0 25'6 O 16»3 0 llt6 O
1 3613 01363 36»9 0»369 15'2 0»152
2 2819 0»578 39» 3 0» 786 2218 01456
3 9'2 0«276 715 0»225 29'4 01882
4 O O 0 0 21'0 0184o
índice de fisur. 1{217 1»380 21330

i; índice de fisuracián.
V; Proporción de cristales, de un mismo mineral, que tienen
un índice de fisuracion determinado.
289

T A B L A L X I (Continuación)

G-1 G-2 G-3


Biot ita
i V9¿
0 100 0 100 o 100 o
1
2
3
k
Indi ce de fisur. 0 O o

i; índice de fisuracidn,
V: Proporción de cristales, de un mismo mineral, que tienen
un índice de fisuracidn determinado.
290

T A B L A L X I I

Í N D I C E DE F I S U R A C I O N DE LA ROCA

G-1 G-2 G-3


P.^ i.f .m. p.9¿ i .f .tn, v.% i.f. m.
Cuarzo 25*2 01999 01252 29'7 1'830 Oi^kk 2318 1?452 0|3^6

Ortosa 23'2 11122 0?260 26»4 1«329 0»351 2513 1'56I 0J395

Plag. macl. ISH 1»017 OJ184 l6'5 1»633 0«269 19'7 2»373 OJ^+ó?

Plag. zonad. 1 8 H 1«217 0»220 l6í2 1»380 0)224 I8f3 2'330 Of426

Biotita 15jk O O 11?2 O O 12 «9 O O

índice fisur. roca 01916 1»388 ll634

p: Porcentaje de cada mineral existente en la roca.


i.f.m.t índice de fisuracion de cada mineral.
291

T A B L A L X I I I

ÍNDICE DE TRANSFORMACIÓN DE LOS MINERALES DEL GRANITO

G-1 G-2 G-.3


Njo Njo Mjo
Cuarzo
O 100 O 100 O 100 O
1
2
3
k

índice transf. O O O
Ortosa

O 100 o 100 o 100 o


1
2
3
h

índice transf. 0 0 0
PlagioclasaE 3
macladai

0 26'9 0 24'2 0 30'9 0


1 49'0 01^90 38'5 0'385 32«1 01321
2 13!4 0'268 18'0 01360 2ií'2 0'484
3 , 5»0 O.'ISO 13'5 Of405 10'7 0!321
k •5'7 0228 ¿t'8 0«192 2'1 0!084

índice trang>f. 1'136 1'342 1Í210

V = Proporcián de cristales de un mismo mineral con un


mismo índice de transformación.
292

T A B L A L X I I I (Continuación)
G-1 G-2 G-3
V/o V/o YÍ>

Plagioclasas
zonadas

0 30 10 O 28 15 O 28'1 O
1 3^*17 0»347 2kn 0«24l 33'7 0«337
2 ll'O 0'220 16«0 01320 16'1 OÍ322
3 15»6 Of468 20«7 01621 18«1 01543
k 8'7 O'3^8 1017 0JJL28_ kíO QUóO

índice de t r a n s f . 1'383 l»6l0 11362

Biotita

0 44! 5 0 30!6 O 11«7 O


1 31'5 01315 33'9 0?339 i*3'3 01433
2 817 Oí 174 l4!l 0'282 23'3 0|466
3 6!2 0'186 10'4 0'312 1317 0!4ll
4 9'0 o;?6o 11»O O'44o 810 01320

índice de transf. 01793 H373 11630

V: Proporción de cristales de un mismo mineral con un


mismo índice de transformación.
293

T A B L A L X I V

Í N D I C E DE TRANSFORMACIÓN DE LA ROCA

G-1 G-2 G-3


V>.% i. t .m. p,% i. t .m. y,"/o i. t. m,
Cuarzo 25«20 O 29'70 O 23!80 O

Ortosa 23'2 O O 26'4 O O 25?3 O O

Pl.macladas 18'1 1'136 0?206 16'5 1'3^2 0'221 19'7 1'210 0?238

Pl.zonadas IS'I 1»383 0«250 16'2 l«6lO 0'26l 18'3 1*362 0»249

Biotita 1514 01793 01122 1112 11373 01154 12 ? 9 1^630 O! 210.


índice transf. O'578 O'636 0!Ó97

p: Porcentaje de cada mineral existente en la roca,


i.t.m.; índice de transformación de cada mineral.
29^

T A B L A L X V

DISTRIBUCIÓN EN PORCENTAJE DE LOS CRISTALES DE PLAGIOCLASA CON


DIFERENTES ÍNDICES DE FISURACION Y TRANSFORMACIÓN

Pl agioc lasas macladas Plagioclasas zonadas


Fisuración F isuracidn

0 1 2 2 k 0 1 2 3 k "^
« 0 9 '0 12'5 3'7 1 '7 0 26'9 0 7'6 11 '3 9'3 1'8 0 30«0
1 18'2 18'9 5'7 6'2 0 49'0 1 12'6 1 2 ' ^ 6«0 3'7 0 34.7
n
I
fe 2 1'5 7'4 4«0 0'5 0 13'^ 2 2'4 5'4 1«5 1'7 0 ll'O
K 3 0»8 2'7 1'5 0 0 5'0 3 1'7 5'4 6'5 2'0 0 15'6
^
h 4 2'0 2 '2 1'5 0 0 5'7 ¿1 l«3 1'8 5»6 0 0 8«7

% 31'5 ^3'7 16'4 8'4 O ?é 25'6 36'3 28 «9 9'2 O

0 6'7 7*1 io«7 0'7 0 24'2 , 0 414 lO'l ll'l 2'9 0 28 «5


S 1 o»7 6'7 24'5 6'6 0 38'5 1 2«4 5'4 13'9 2»4 0 24«1
^ 0 0'2 417 8'4 4'7 0 18'0 2 1«0 6«i 7'1 1«8 0 1610
0 9'5 4»o 0 0 13'5 3 0«4 13'1 7'2 0 0 20 «7
313 0'2 0 1'3 0 4'8 4 8'1 2<2 0 0'4 0 10'7

0/0 10'9 28'2 47'6 13'3 O ^ 16 »3 36'9 39'3 7'5 O

O 4«2 1'2 4«0 7'4 14'1 30'9 3'6 2'3 6'3 10'2 5'7 28'1

i^ 3'1
l'l
6«1
6'1
8«6
7'2
9'2
9«2
5'1 32'1
0«6 24«2
4'0
0»6
6»8
3'2
8'3 10'4
3'6 4«2
4'2 33'7
4»5 16'1
<=> 2
fe 0«4 1'5 2«7 3'6 2'5 10'7 0<8 2'1 412 4'4 6«6 18'1
5? 3
2'1 O O O O 2'1 2'6 O «8 0«4 0'2 O 4«0

^0 10«9 14»9 22'5 29'4 22'3 "/o 11'6 15«2 22'8 2 9 ' ^ 21'0
295

T A B L A L X V I

DISTRIBUCIÓN EN PORCENTAJE DE LOS CRISTALES DE PLAGIOCLASA


CON DIFERENTES ÍNDICES DE ALTERACIÓN

Plagioclasas macladas Plagioclasas zonadas


Fisuración Fisuración

O o

o 910 - - - 9*0 O 7.6 - - - .


1^
o 1812 31'^ 49 «6 1 12»6 23'7 36n
H
H U
115 7'^ 13'^ 22'3 2 2\h 5i4 16»8 24i6
w O'S 217 lt5 8t4 13'^ 3 117 5'^ 615 9»2 2218
< 2<0 2«2 1'5 O O 517 k 113 1'8 5i6 O O 817

°/« 31 Í5 ^3 '7 16 '4 8 'it O ^ 2516 36«3 28!9 9«2 O

!? 0 617 - 617 o 4«4 - ^ - 4'4


0
H 1 0'7 13'8 14'5 1 2'4 15!5 - 17!9
w 0
Ó^ 2 012 it«7 43«6 48'5 2 l'O 6«1 32!1 - 39 í 2
M
H 3 O 915 h\Q) 12«0 25'5 3 0'4 13«1 7«2 7'1 - 27'8
•J
<! 4 3'3 0»2 O 1«3 O 4«8 4 8«1 2<2 O 0«4 0 1017

% 10«9 2812 47«6 13'3 O 0/0 16«3 36'9 39'3 7'5 O

4'2 - - - 4«2 O 3?6 - - - - 356


o
H 3'1 7»3 - - 10»4 1 4«0 9«l - - -13'1
I^ 2 1»1 611 19«8 - 27'0 2 O!6 312 18}2 - - 22?O
3 0»4 lt5. 2»7 29'4 - 34'0 3 018 2Í1 4!2 29!2 - 36S3
4 2'1 O O 22'3 24»4 4 2'6 0!8 0«4 0!2 21'0 25'0
296

T A B L A L X V I I

ÍNDICE DE ALTERACIÓN DE LOS MINERALES DEL GRANITO

G-1 G-2 G-3


i V/o V/o V9¿
Cuarzo 0 38 •! 0 1317 u 33 «5 0
1 31 '2 01312 16<2 0«l62 20«0 0«200
2 23«0 Oi46 34»1 0«682 20«0 0/400
3 7'9 0«227 32 «8 0'984 2018 0.1624
h 0 0 0 0 5'7 01228
índice de alter. 01999 1'830 1 «452

Ortosa 0 21'0 0 15'7 0 8«8 0


1 49»0 01^9 4l«7 0«4l7 4713 Of473
2 2618 01536 3610 0»72 25'5 0(510
3 3'2 0*096 6'4 0»192 14«8 0'434
k 0 0 0 0 3«6 0|l44
índice de alter. 1 1122 1«329 11561

Plagioclasas macl adas


0 9'0 0 6«7 0 4»2 0
1 49 «6 0«496 ,1415 0«l45 1014 0«104
2 22'3 01446 48'5 0»970 27'0 o'54o
3 13'4 0«402 25'5 01765 34'0 IÍO20
k 5'7 0'228 4'8 £1112 24»4 OÍ976
índice de alter. 1'572 2»072 2164o

Plagioc:lasas zonadas
0 7'6 0 4'4 0 3«6 0
1 36'3 0'363 1719 0«179 13'1 0«13l
2 2U«6 o«492 39'2 0'784 22»0 o«44o
3 22'8 0'684 27'8 01834 36»3 11089
4 8«7 01348 IQ'7 0'428 25Í0 11000
índice de alteración 1'887 2»225 2!650

i = índice de alteración
V = Proporción de mineral, respecto del volumen total, con un
índice de alteración determinado.
297

T A B L A L X V I I (Continuación)

G-1 G-2 G-3

i V% V°/o Vjí

Biotita 0 kk'5 0 3 0 «6 0 11»7 0


1 31'5 0'315 3 3 «9 01339 21313 0»433
2 8'7 0'i7it l4»l 0»282 23'3 Ofk66
3 6'2 0«186 10'4 0»312 13'7 0«4ll
k 9'0 0'360 1 1 »0 gjhkg^ 8»o 0»320

índice de a l t e r a c i o n 0«793 1'373 H630

i; índice de alteración
V: Proporción de mineral, respecto del volvimen total, con un
índice de alteración determinado.
298

T A B L A L X V I I I

ÍNDICE DE ALTERACIÓN DE LA ROCA

G-1 G-2 G-3


p9¿ i .a.m. p9é 1 .a.m. (^ i .a.m.

Cuarzo 25'2 01999 01252 29'7 1'830 Qf^kk 23'8 1'452 0'346

Ortosa 23'2 1'122 Oi260 26«4 1'329 0'351 25*3 1 ' 5 6 l 0'395

Plagxoc. ^g,^ 11887 0»34l I6i2 2»225 0«360 18•3 2 ' 6 5 0 0'485

Plagioc. ^g,^ H572 01285 l6»5 2«072 O • 3^2 19'7 2i6i+0 0»520
ni3. C JL £LCt3. S

Biotita 15'4 0«793 01122 1H2 H 3 7 3 Q'154 1219 1«630 0»210


índice de alteración 1'260 1'751 1'956

p: Porcentaje de cada mineral existente en la roca,


i.a.m.: índice de alteración de cada mineral.
299

T A B L A L X I X

FISURACION Y TRANSFORMACIÓN DE LOS GRANITOS

Fiís u r a c l on Transfo nhacl($n

Muestra índice Grado índice Grado


G-1 01916 2219 01578 I4i4

G-2 1»388 jkn 01(536 15t9

G-3 1«63^ 4 o 18 0»697 \l\k

T A B L A LXX

(ALLTERACION D E L O S G R A N I T O S

Mués i t r a índice Grado

G-• 1 1|260 31«. 5

G- • 2 1»751 43'8

G- •3 1«,956 4819
'iOO

Fig. 105 : Aspecto de un cristal de cuarzo en el


que no se aprecian signos de figuración
N.C. (x 45)

Fig. 106 : Aspecto de un cristal de cuarzo alterado.


Se aprecia una intensa red de fisuración
de dos órdenes de ma¿ín i tnd se^ún el espe^
sor de las fisuras N.C. (x ^5)
301

Fig, 107 i Aspecto de un cristal de ortosa en el


que no se aprecian signos de alteración
N.C. (x i»5)

Fig. 108; Aspecto de un cristal de ortosa en el que se


ha iniciado la alteración. Se puede apreciar
la red de fisuras y dentro de ella algunas se
manifiestan alteradas. N.C.{x ^5)
302

Fig.109 ! Aspecto de un cristal de plagioclasa en el


que no se distinguen signos de alteración.
Se aprecia la zonación característiua de
las plagioelasas N.C. (x ^5)

Fig. 110: Aspecto de un cristal de plagioclasa, fisu


rado. Se aprecia una densa red de fisura-
ción, pero no sericitización, N.C, (x 4 5 )
303

Fig. ILl : Aspecto de un cristal de plagioclasa, en


el que se inicia la alteración. Se apre_
cia una aureola de descomposición en torno
al núcleo del cristal. N.C. (x Í45)

Fig. 112 : Aspecto de un cristal de plagioclasa alte^


rado. La transformación es total en toda
la superficie, manifestándose el núcleo
en franca descomposición, N.C. (x ^5)
304

Fig. 113 : Aspecto de un cristal de biotita en el que


no se aprecian signos de alteración. N.C,
(x k5)

Fig. í 11^ : Aspecto de un cristal de biotita en el


que se manifiestan signos de alteración
que avanza por los planos de exfoliación
N.C. (x 45)
305

Fig. 115i Aspecto de un cristal de biotita,alterado


en casi su totalidad, N.P. (x ^ 5 ) -

• • ^
if

Fig. ilt) : Aspecto del cristal de biotita de la


Fig, 115» visto con luz polarizada. Se
aprecian pequeñas zonas no alteradas.
N.C. (x í*5) .
306

12.3.3 Evolución en los componentes químicos.

Los minerales básicos, cuarzo, ortosa, plagioclasa y


biotita, que componen estos granitos, determinarán su
composición química total, que se verá enriquecida con
los minerales accesorios.

A cada uno de estos minerales, HURLBUT (1960) asocia


las siguientes expresiones químicas :

Cuarzo Si Og
Ortosa SÍ3O8K Al
Plagioclasa
(Oligoclasa) (90-70)?^ SÍ3AI OgNa (lO-30)°/o SiaAlgOgea
Biotita SJ-3O10 K (Mg Fe)3 Al (0H)2

En el análisis mineralógico se comprobó que las plagió^


clasas se alteraban a sericita, y la biotita a clorita.
La composición química de estos productos de alteración
es la siguiente !

Sericita SÍ^OIQ-K Al 5 ( 0 H ) 2
Clorita SÍ30io(^S ^^)5 (^1 Fe+3)2 (0H)8

La comparación entre la composición de minerales sanos


y alterados, indica una pérdida de iones Na y Ca debido
a la alteración de las plagioclasas, y la aparición de
hierro férrico en la clorita y de agua combinada forman
do parte de sericita y clorita. También habrá que te-
ner en cuenta la disolución de sílice, que se manifie¿
ta en la anchura de las fisuras que atraviesan los cri¿
tales de cuarzo, y que para un amplio intervalo de pH
es de 6 pp.m., como máximo.
307

El estudio de la variación real en la composición quí-


mica de los granitos que estamos tratando se hará, de
una forma global, obteniendo su composición química,
junto con el análisis de las aguas que los atraviesan,
v dp una forma particular utilizando la microsonda nlec"
trónica pai'a determinar la variación en ia composición
que experimentan los minerales al alterarse.

Conocido el porcentaje de minerales sanos y alterados,


y la variación en los elementos que experimentan los
minerales en la alteración, podría calcularse de una
forma teórica la composición química total, que debería
coincidir con la real.

- Análisis químicos mediante reactivos diferenciales.

El análisis químico de cada uno de los granitos expre-


sado en sus óxidos correspondientes, se recoge en la
Tabla LXXI.
T A B L A L X X I
Composición química de los granitos en óxidos
Oxides G-1 G-2 G-3 G-k

Si O2 68'3 69'7 68'5 72'77


AI2O3 15'1 1¿|'8 15'2 13'^6
0'4 0-3 0-6
Fe 0 3'8 317 3'8 } 3'09

Mg 0 1 '1 1 '1 1 '1 1 '20


Ca 0 2'3 l'S 2 '2 l'6l
Na^O 3'6 2'k 1'5 2 '^0
K^ 0 ^•0 5'0 5'5 3'25
Ti 0^ 0'63 0'45 0'47 0'49
0'17 0»15 0'15 0 '13
^2 °5
Mn 0 0'09 0 '06 0'08 0'09
H 0 (comb.) 0'23 0'39 o'^3 -
Humedad 0'09 O'OO 0 '15 0 '00
Sin dosificar O'l? 0 '13 0 '20 1 '3^
308

De acuerdo con los fenómenos de meteorización, se apr_e


cia con e'sta un aumento del ion férrico, a costa del
hierro ferroso, y una disminución del sodio y sobre
todo del calcio. También aumenta de forma clara el
contenido en agua combinada.

Disminuye , aimque muy ligeramente de acuerdo con


la baja proporción en que se encuentran, el contenido
en titanio, . 'sforo y manganeso.

La TablaLXXII recoge la composición de tres tipos de


agua. Agua del río que discurre por estos macizos,
agua de un manantial superficial, que se supone lava
solamente las zonas más alteradas del granito, lo que
en la Fig. 7 se denominó zona de descarga, y agua pr£
funda, perteneciente a la zona de estancamiento, del
esquema de la figura citada.

En líneas generales se observa un alimento del pH desde


las aguas más superficiales a las más profundas, justj.
ficable por el contacto de éstas con plagioclasas que
comienzan su alteración, y un atimento también en el r£
siduo seco, que indica mayor salinidad en las aguas
conforme aumente su profundidad.

Aumenta también, con la profundidad, el contenido en


iones calcio y sodio, que se puede achacar al contacto
existente entre el agua y los granitos menos alterados,
en los que se producirá la alteración de las plagiocl^
sas perdiendo estos iones.

La ausencia de potasio corrobora la estabilidad de las


ortosas y, como se verá en el análisis por microsonda,
la permanencia del contenido de este elemento en las
plagioclasas. Ambos supuestos coincidentes con el ana.
lisis químico de la roca, en el que este elemento no
disminuye.
309

T A B L A L X X I I

Composición de las aguas que atraviesan granitos

^, Agua zona de Agua zona de


Agua Río 5 4. *
° descarga estancamiento
pH 7'4 7'8 8'2

p.p.m» p.ptm.
p , p tul. p.p.m.

Si Op 16 22 ik

A1203 0 0 O
Ca+ + 21 32 ko
Mg++ 15 15 8
Na + 0'7 0'7 l'l
K+ 0 0 O
Fe + + + 0 0 O
Fe + + 0 0 O
SO5 27 ko 9k
HCO- 69 116 87
C0 = 0 5 5
Cl" Ik Ik 14

Residuo
seco 150 191 250

La ausencia de hierro y el contenido en magnesio en


las aguas, indica que en la alteración que sufren las
biotitas, los iones ferrosos pasan a férricos pero
continúan distribuidos en la masa de roca, de allí que
en el balance de ellos en conjunto, en el análisis
químico, no disminuyan, mientras que en el análisis
mediante microspnda de los cristales de biotita alte
rada, disminuya su contenido tanto en hierro como en
magnesio. Este último, además, se va en disolución, y
disminuye su proporción en el análisis químico global.
310

El análisis químico de la roca está referido aprox_i


madamente a lOOgrms. de sustancia, pero la alteración
disminuye el peso por unidad de volvuhen, como parece
lógico al marcharse elementos de la estructura de la
roca, por tanto un estudio más preciso podría hacerse
sobre un volumen de roca constante.

BARTH (19^8) demostró que una célula básica de l60


iones oxígeno permanece constante en la meteorización.
Es decir, que si al alterarse una roca pierde elemen-
tos, esta pérdida queda reflejada perfectamente calcu
lando el número de elementos combinados con l60 iones
oxígeno. Además, el propio BARTH dio el número de ca
tienes que se combinan con l6o oxígenos en una roca
sana, correspondiendo al granito 96'2 cationes por I60
iones oxígeno.

Número de Número de iones


Roca
Cationes oxígeno

Rocas ígneas media 9913 160


Basalto media 102'4 160
Granito 96'2 160
Cuarzo 80 160
Caolinita 71 160

Por ello aplicaremos a continuación el criterio de


BARTH obteniendo el número de iones combinados con
160 de oxígeno.

Cálculo del número de elementos combinados con I60


iones de oxígeno.
311

Pesos atómicos de los elementos existentes :

Si 28'06
Al 26'97
Fe 5'J'8Í4
Mg 2^'32
Ca 40'07
Na 23
K 39'10
H 1
Mn 5^'93
Ti ¿+7'90
P 31'02
O 16

Pesos moleculares de los compuestos

Si02 = 28'06 + 32 = 60'06


AI2O3 = 53'9^ + k8 = 101'94
Fe203 = 111'68 + 48 = 159'68
FeO = 55'8k + 16 = 71'84
MgO = 24 «32 + 16 = 4o'32
CaO = 4o'07 + 16 = 56'07
Na20 = k6 + 16 = 62
K2O = 78'2 + 16 = 94'2

TÍO2 = 4719 + 32 = 79'9

P2O5 = 62'04 + 80 = l42'04


Mn 0 = 54'93 + 16 = 70'93
HoO zz 2 + 16 :s 18

Número de iones de oxígeno que existen en el peso


total sometido a análisis, descontando la pérdida
al fuego, y factor X por el que hay que multiplicar
para obtener el número de cationes combinados con
160 de oxígeno.
312

0^ , = _Éil2_x2+ i5:i_x3+-£liLx3+ 21i_xi+ ilL_ + ^'3 + 211. +


^" 6o'06 IGI'94 159'68 71'8^^ 4o'32 56'07 62

+ ^ + 0'63vpx 0'17v^^ 0'09 + 0'23 =


9412 79>9 l¿+2'04 70'93 18

= 1'1372x2+0'1481x3+0'0025x3+0'0529+0•0273+0'04lO+0'0581+
+0'0425+0'0079x2+0'0012x5+0'0013+0'0128 = 2'9967

X, = 160 _ 5313921
^"^" 2'9967

O
G-2 = Í9:7_^2+_ÜL:I^3+_2L12_X3+ _I:Z-XI+ ^'^ + J ¿ L . +111 +
60«06 101'9^ 159*68 71'84 4o'32 56'07 62

+ _ 5 _ + 2 l ! i 5 x 2 + , Q'^px5+ Q'Q^ + £ ! 3 9 =
94'2 79'9 142*04 70'93 18

= 1'i6o5x2+o'i452x3+o'OOi9x3+0'05l5+o'0273+0'032l+0'0387 +
+0 i 0 5 3 1 + 0 ' 0 0 5 6 x 2 + 0 ' 0 0 1 1 x 5 + 0 ' 0 0 0 8 + 0 ' 0 2 1 7 = 3 ' 0 0 4 2

X^ ^ = hÉ2. = 53'2588
3'0042

O = £ i l 5 _ x 2 + 1 5 ' 2 ^ 3 ^ 0 ' 6 ^ 3 ^ _ 2 1 8 _ x l + _ i ! l _ +¿12 ^ 1*5 +


^"3 60'06 101'94 159'68 71'84 4o'32 56'07 62

+ _1L5 + 0 ' 4 7 . p . 0 ' 1 5 ^5+ 0 ' 0 8 ^ 0'43 ^


94»2 79'9 l42'04 70'93 18

= 1'l405x2+0'1491x3+0'0038x3+0'0529+O'0273+0'0392+0'0242+

+0'0584+0'0059x2+0'0011x5+0'011+0'0239 = 2'984

XG-3 = ^^Q = 53'6193


2'984
313

OG-h
60'06 101«9^ 159'68 '^0'32 56'07 62

94'2 79'9 1¿I2'04 70'93 18

= 1•21l6x2+0'1320x3+0'019^x3+0'0298+0'0287+0'0387+0'03^5+

+O'1039+O'O013+0'006lx2+0i0OO9x5 = 3*131

160 = 51'1019
^G-k =
3'131

Número de iones existentes en el peso analizado.

G-1 G-2 G-3 G'k

Si + ^ 1'1372 1'1605 l'l405 1'2116


Al + 3 0'2962 0'290^ 0"2982 0'264o
Fe + 3 0'0050 0'0038 0'0076 0'0388
Fe + 2 0'0529 0'0515 0'0529 -
Mg+2 0'0273 0»0273 0'0273 0»0298
Ca + 2 0'04l0 0'0321 0'0392 0'0287
Na+ 0'1162 0'077^ 0'o484 o'0774
K+ 0'0850 0'1062 0«ll68 0'0690
Ti + 4 0'0079 0'0056 0»0059 0'0122
P+3 0'0024 0'0022 0«0022 0'0009
Mn+3 0'0013 O'OOOS O'OOll 0'0013
H+ 0'0256 0'0434 0'0478 -
0-2 2'9967 3'00^2 2'98^0 3'131
3i4

Número de iones c o m b i n a d o s c o n l 6 0 de o x í g e n o . Tabla

LXXIII.

T A B L A L X X I I I

G-1 G-2 G-3 G-k

Si-^^ 6o'72 61'81 6l'15 6l'92


Al + 3 15'8l 15'^7 15'99 13'^9
Fe + 3 0'27 0'20 O'^l 1'98
Fe + 2 2'82 2'7^ 2'84 -
Mg + 2 1'46 1'45 1'46 1'52
Ca+2 2'19 l'7l 2'10 l"+7
Na+ 6'20 U'12 2'6o 3'95
K+ k^^k 5'66 6'26 3'53
Ti + 4 0'U2 0' 30 0'32 0'62
P+3 0'13 0'12 0'12 0'05
Mn+3 0'07 o'o4 0'06 0'07
H+ 1'37 2'31 2'56 -
O -2 l6o 160 l60 160

El número de cationes combinados con l60 iones oxígeno


es de 96 en G-1, 95'93 en G-2 y 95'87 en G-3, aproximan
dose bastante al 96'2 asignado por BARTH a los granitos,
lo que parece indicar que este criterio se cumple a pe-
sar de que se vayan algunos compuestos en disolución.

La evolución del número de cationes con la alteración,


es similar a la de los óxidos correspondientes, acen-
tuándose en lo que respecta a los iones hidrógeno que
forman el agua combinada. La cantidad de iones hidró-
geno puede actuar como indicativo de la alteración de
los granitos, su número aumenta con el intercambio de
315

iones y al hidratarse las micas, y así crece un 68°/o


del G-1 al granito G-2, y un 869^ del granito G-1 al
( . - • < .

- Análisis mediante microsonda electrónica.

Se ha determinado en la Tabla LXXIII la composición,


por elementos de estos granitos, y se sabe cuál es
la composición química teórica de cada mineral. La
microsonda nos permitirá conocer, de forma cualitati^
va, la distribución real de cada elemento en cada
cristal. Para ello analizaremos una superficie de
granito de 3'5x4•5 mrajFig. 117. al objeto de incluir
diferentes cristales, y una línea de su interior, Fig.
118, que precise las variaciones obtenidas.

La distribución superficial del ion potasio, calcio,


sodio, hierro y magnesio se recoge en las Figs. 119t
121, 123, 125 y 127, respectivamente, y la distribu-
ción en la línea marcada, en las Figs. 120 a 128.

Los iones potasio presentan claras concentraciones en


unas zonas determinadas que,analizadas juntamente con
la distribución de iones hierro, coinciden con orto-
sas, donde estos últimos no son importantes, y bioti-
tas, en donde ambos son importantes.

Los iones calcio tienen más densidad en algunas zonas


fuera de las concentraciones de K y F e , señalando la
situación de las plagioclasas.

Por último, los iones magnesio y sodio, con sólo tres


capas de electrones, se manifiestan de fonna más débil
por lo que no pueden compararse con los elementos c i t ^
dos anteriormente.
316

- Análisis de la alteración de la ortosa.

El aspecto de un cristal de ortosa, al microscopio


electrónico x 580, se recoge en la Fig. 129» El aná-
lisis de microsonda se llevó a cabo sobre una superf¿
2
cié del cristal de O'2x0*23 mm , obteniéndose el espe£
tro que se recoge en la Fig. 130, cuya interpretación
se hará con los valores recogidos en la Tabla XLV, en
el que se reconoce la ausencia de Na y Ca, y en cambio
abunda el potasio (en b l a n c o ) .

La distribución superficial de este elemento se recoge


en la Fig. 131» en donde se aprecia una disminución en
el contenido de potasio que puede achacarse a una ü g e ^
ra alteración de la ortosa,detectada tanto en la distri^
bución superficial como en la lineal, Fig. 132.

- Análisis de la alteración de la plagioclasa.

Primeramente se determinó la composición química de la


2
plagioclasa, sobre una superficie de 0'lx0'12 mm ,
Fig. 133» El espectro obtenido se recoge en la Fig.
1 3 ^ , en.el que se observa una intensidad débil en el
sodiojcomo corresponde a su situación en el sistema p_e
riódico. Resalta el contenido en potasio, casi simi-
lar al del calcio. Las distribuciones superficiales de
Na, K y Ca se recogen en las Figs. 135f 137 y 139» coin
cidiendo las magnitudes de densidades con las intensid^
des dadas por el espectro. En la distribución lineal,
se observa una abundancia de potasio en bandas^Fig. 138,
en las que disminuye el contenido de Na y Ca Figs. 1 3 6 y l 4 0 .

Se ha dicho antes que la alteración más ostensible de


las plagioclasas era la disolución de su parte central
cuando estaban expuestas a la intemperie, Figs. 1^1 y
1^2. El aspecto de la superficie del cristal cortado,
317

y de la superficie sometida a la alteración, se recoge


en las Figs. 1^3 y ikk. En esta última se aprecian gran
des fisuras que la recorren.

La com^xjs i ( i ón de La piagioclasa resistente a la altera


ción se recoge en la Fig. 1^5, obtenida por microsonda.
Se resalta la abundancia en el contenido de potasio, in
cluso frente al calcio.

La composición de la zona de plagioclasa alterable se


recoge en la Fig. lk6, en la que se ha superpuesto tam
bien la composición de la zona resistente a la disolu-
ción. Destacando la abundancia en el contenido de ca¿
ció y relativamente de sodio, frente a Luia pequeña p r ^
porción de potasio.

Por tanto, parece que la presencia de potasio en mayor


proporción, confiere mayor resistencia a la alteración
de las plagioclasas y, como se ha visto al analizar el
agua de lavado, este elemento es muy resi-stente a pasar
a solución.

Análisis de la alteración de la biotita.

El aspecto que presentaba la biotita sana y alterada


se recoge en las Fig. 1^7 y 1^8 respectivamente. La
mica alterada se manifestaba más exfoliable y quebrad^
za.

El espectro de microsonda que determina la composición


de la mica sana se recoge en la Fig. l49, en el que
resalta el contenido en hierro y potasio, mientras que
en la Fig. I50 se recoge el espectro de la composición
de la mica alterada, sobre el que se ha superpuesto, a
puntos, el de la mica sana, observándose una disminu -
ción en el contenido de hierro, potasio y titanio.
318

En resumen, el análisis mediante la microsonda revela


la abundancia del potasio en feldespatos y micas, ele^
mentó que disminuye en la alteración de la ortosa y
biotita, y que confiere gran estabilidad a las plagio,
clasas en las que se presenta particularmente en las
zonas externas de los cristales. También res^^lta la
abundancia del icSn calcio en las plagioclasas con una
meteorabilidad acusada, y la disminución del qontenido
de hierro con la alteración. No se comparan las in-
tensidades de los elementos sodio y magnesio q^^e apa-
recen en el espectro,, ya que éstos pertenecen ^1 pe-
ríodo III, mientras que los aquí tratados están incluí^
dos todos ellos en d. período IV del Sistema Periódico.

Estos resultados concuerdan, en líneas generales, con


la variación experimentada en la composición química
global de las muestras.
319

Fig. 117: Superficie de granito G-2. SI(G-2) a 30


aumentos.(3'5 x 4'5 mra. ) , sobre la que
se va a determinar la distribución super;
ficial de los elementos químicos caract¿
rxsticos de cada mineral.

Fig. 1 1 8 : Superficie de granito G-2 a 30 aumentos


en la que se ha trazado la línea sobre
la que se va a determinar el contenido
de los diferentes elementos químicos.
L^ (G-2).
320

Fig. 119 : Distribución de K en S^ ( G - 2 )

Fig. 1 2 0 : Distribución de K en L^ ( G - 2 )
321

Fig. 121 : Distribución de Ca en S I ( G - 2 )

Fig. 122 : Distribución de Ca en L^^ (G-2)


322

Fig. 123 : Distribución de Na en S^ ( G - 2 )

'±g. 124 : Distribución de Na en L-^ (G-2)


323

Fig. 125 : Distribución de Fe en S^^ (G-2)

Fig. 126 : Distribución de Fe en L-j^ (G-2)


32íi

'ig. 127 : Distribución de Mg en S-^ (G-2)

Fig. 128 : Distribución de Mg en L-,^ (G-2)


325

Fig, 129 : Superricie 83(0-2) de cristal de ortosa


(o ' 2x0 ' 23nim^ ) a 5^0 aumentos , con el nú
cleo alterado. Línea L-^ ( G - 2 )

Fig, 130 : Espectro de microsonda sobre 83(0-2) d«


ortosa.

Elemento Al Si Au K Fe Au
Pico 1 ') 3 k 5 6
C 0 1 tí r A A A B A A

KeV. 1,5 1,8 2,1 3,3 6,4 9,7


326

Fig. 131 : Distribución superficial del potasio,K, en


el cristal de ortosa alterado. Se aprecia
en el cuadrante inferior izquierdo, zona
alterada, la disminución en la densidad
de este elemento.

Fig. 132 ; Distribución en L 3 ( G - 2 ) del elemento K.


De la misma forma que en la distribución
superficial, la zona alterada presenta un
mínimo en el contenido de potasio.
327

:-m:.^.
W^
1
-5. , - * -
N.*^ • j'.

^
^
í?-, —

Fig. 13-J : Detalle de la superficie S 2 ( G - 2 ) de cris-


tal de plagioclasa a 1160 aumentos, sobre
el que se analizó la distribución superl^i
cial y en la 1 'nea L 2 ( G - 2 ) , de los elemen
tos Na, K y Ca.

Fig. 1 3 ^ : Espec tro de mi crosonda obteni do sobre la


superficie S ^ ( G - 2 ) de un cristal de pla-
gioclasa. Los picos representativos de
Na, K y Ca, tambí én están en este orden de
magnitud y de secuencia. (Entre Na y K se
encuentran A l , Si y A u )
328

• . • I

. . • • , ' V - • • •• • • • * . . • • •

^ ' • •• ^ • • • .. •• • . • ' '.^ • : . • • • .


• • • • • • • . , • •• . •
. * • • • • .. .• • * . . ' * . . . ' • • • • *. •* • . "
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• . • . . t- ' •» • • • . • •

. . : .. • ' •. 1*. : . * * • C . . . .

Fig. 135 : Distribución de Na en 82(0-2)

Fig. 136 ; Distribución de Na en L 2 ( G - 2 )


,., . ^ 2 ^

Fig. 137 : Distribución de K en 82(0-2)

Fig. 138 ! Distribución de K en 8 2 ( 0 - 2 ) . Existe


correspondencia entre los máximos de
esta figura y los mínimos en Na y Ca,
330

Fig. 139 ; Distribución de Ca en S 2 ( G - 2 )

Fig. l40 : Distribución de Ca en Lg ( G - 2 )


331

Fig, Xhl : Fragmento de granito sometido a la


acción directa del agua de lluvia. Se
aprecian los huecos producidos por al^
teración de plagioclaaas.

Fig, 1^2 : Hueco en cristal de plagioclasa producido


por disolución del núcleo, a 18 aumentos
(7x5'5 mm2)
332

Fig. l43 : Zona exterior del cristal de plagioclasa


resistente a la alteración S¿^, a 620 aumen
tos.

Fig. Ikk : Superficie del hueco formado dentro del


cristal de plagioclasa S^, a 620 alimentos.
Se aprecia el agrietamiento que produjo la
acción del agua.
Fig. 1^5 : Espectro de microsonda obtenido en la parte
resistente al ataque del agua de lluvia, Sfj,
de un cristal de plagioclaaa. Nátese la
abundancia del potasio.

Elemento Na Al Si Au K ca Au

Pico 1 2 3 k 5 6 7 8
Color Nar. Nar, Nar. Nar. B B B Nar.

KeV 1*08 1 '5 1'8 2'1 3'3 3'7 ^'0 9'7

Fig, 1^*6 : Comparación de espectros de microsonda toma-


dos sobre la zona de plagioclaea S 4 , resisten
te al agua de lluvia, y S 5 , soluble,en lleno.
Nótese la preponderancia en S/4.del potasio ao-
% t ^ «1 calcio.
334

"T,1¡r~,>!»#>.,l)i..i;í!-t,!;,..i ^•;W)„';fl*!;V;';^;'^'.' •~;,1u.t/:íJyi^f;fte',''Mí>i'w

Fig, lí^7 ! Cristal de mica sana, al microscopio ele_c


tronico X 6kO,

Pig. l48 ; Cristal de mica alterada, al microscopio


electrónico X 640.
335

Fig, 1^9: Espectro de mierosonda de biotitas no alt£


radas,

Elemento Mg Al Si Au K Ti Fe Ai>

Pico 1 2 3 k 5 6 7 8 9 10

Color B A A A A A A B A

KGV. 1,3 1,5 1,8 2,1 3.33,6 \56,ií 7,1 9,7

Fig. I5O! Comparación de espectros de microsonda o b t ^


nidos en biotita sana (a p u n t o s ) , y en bio-
tita alterada (en l l e n o ) .

y^
336

12.3.^. Eyqlucidí^ en las propiedades físicas.

Se determinaron las densidades secas, densidades de gra-


no y porosidad de cada uno de los grados de alteración
del granito, siguiendo los procedimientos recomendados
por la I.S.R.M. Documento N? 2 (l972), y se tomaron co-
mo magnitudes características de ellos.

También se determinaron las densidades secas y absorción


de agua sobre probetas de 5 cm de diámetro y relación
altura-diámetro mayor de 2, y estas mismas magnitudes S£
bre muestra granular de tamaños comprendidos entre los
tamices A.S.T.M. 3/^" - 3/8", preparada por machaqueo de
bloques.

Se puso especial cuidado en la obtención de las magnitu-


des características, siguiendo para ello el esquema que
se representa en la Fig. 151• La densidad seca se obtu-
vo sobre rodajas cortadas de probetas talladas a rotación,
para evitar aumento de fisuración en el material, compro^
bando además, con una observación minuciosa sobre cada
uno de ellos, su homogeneidad. La densidad de grano se
obtuvo utilizando tolueno, líquido inactivo frente a la
roca, para evitar las posibles disoluciones o reacciones
que podrían tener lugar con el agua.

En la Tabla LXXIV se recogen los resultados de la densi-


dad seca de cada uno de los fragmentos utilizados, y en
la Fig. 152 la distribución gráfica de ellos. Como
valor característico, que se utilizará para obtener la
porosidad absoluta, se tomó la media de los fragmentos
que se apreciaron homogéneos, Tabla LXXV.
337

Preparada la muestra para la obtención de la densidad de


grano, machacando las rodajas homogéneas hasta que todo
el ipaterial paLS^-pa. ppr el tsimiz n? 100 A.S.T.M., se hi-^
cieron seis determinaciones en cada una de ellas, cuyos
resultados se recogen en la Tabla LXXVl, y gráficamente
en la Fig. 153* Como las porciones utilizadas se habían
tomado de una muestra homogénea, las discrepancias de
los resultados solamente se pueden achacar a precisión del
ensayo, de ahí que se haya tomado, como valor caracterís^
tico de esta magnitud, la media delconjunto rechazando
los valores más dispares.

La porosidad absoluta se puede obtener a partir de los


valores característicos de las magnitudes anteriores.
El resultado se recoge en la Tabla LXXVII.

El análisis de estos resultados permite hacer las si-


guientes observaciones.

La densidad seca disminuye con la alteración, 0,6^^ al pa


sar de G-1 a G-2 y 2 ^ al pasar de G-1 a G-3» como corres^
ponde al aumento de fisuración obseirvado en las láminas
delgadas, y a la pérdida de elementos por descomposi-
ción de los minerales, particularmente biotita y plagio^
clasas.

La densidad de grano teórica,de cada uno de los granitos


que se están estudiando, podrá obtenerse directamente a
partir de la composición mineralógica, obtenida en el
análisis de láminas delgadas, y de la densidad de cada
uno de los minerales.

Si bien para el cuarzo y la ortosa los manuales de mine^


ralogía se muestran precisos al asignarles densidad,
2650 kg/m^ y 2570 k g /m respectivamente! , en cuanto a
las plagioclasas y biotita les asignan valores en un in
tervalo determinado.
338

Se tomará como densidad de la plagioclasas 2700 kg/m ,


límite superior del asignado a la oligoclasa, An p-, ya
que, como se ha visto anteriormente, este mineral en
los granitos aquí estudiados varía entre An-p^^g y
An_g_2,2» según el método de Michel-Levy, y al aumentar
la fracción calcica aumenta la densidad.

La biotita tiene una densidad que oscila entre 2800


kg/m y 3200 kg/m , y como casi siempre va acompañada de
elementos accesorios de densidad mucho mayor, circón
k680 kg/m , tomaremos aquí, para tener en cuenta esta
circunstancia, el límite superior mencionado.

En estas condiciones, los valores teóricos de la densi-


dad de grano se recogen en la Tabla LXXVIII, en los que
ya se aprecia una variación similar a la obtenida por me_
dio de ensayos.

A estas variaciones habría que añadir las debidas a la


descomposición de plagioclasas y biotita, si bien esta
última tendría poca influencia en el resultado ya que,
aunque los cristales de mica pierden hierro, debido a
la insolubilidad de estos cationes, quedan impregnando
la roca, por lo que ni se reflejaría en la densidad de
grano.

A las plagioclasas de estos granitos, se les puede asig;


nar la composición media de las oligoclasas, 80°/o
Si„Al OgNa y 20% Si Al_0gCa, en las que el Ca y Na repreí
sentan un 10% de su peso. Este 10%, en el 37,5% con que
entran las plagioclasas a formar parte del granito G-3»
representa que la densidad de grano podría llegar a
variar, por esta circunstancia, hasta 2700 x 0,0375 =
101 grms/cm . Pero la realidad, como se ha visto al
339

determinar la descomposición de los cristales, Tabla


LXIII, es que las plagioclasas están descompuestas en
una cantidad inferior al kofo, y que esta descomposición,
según los análisis de microsonda electrónica, no lleva
a la pérdida total de Na y Ca, por lo cjae puede estable-
cerse como límite superior de pérdida en la densidad de
grano de ko kg/m .

Si a estas circunstancias se añade la imposibilidad de


reflejar en la densidad de grano la variación en la can
tidad de material debida a disoluciones, se explica la
discordancia existente entre los valores obtenidos de
esta magnitud con el grado de descomposición de los gra^
nitos, Tabla LXIX.

Los valores obtenidos de la porosidad absoluta indican


que, a pesar del aumento en el grado de fisuración con
la meteorización, Tabla LXIX, el volumen de huecos per-
manece constante al pasar de G-1 a G-2, y solamente au-
menta, debido al incremento de la separación entre fisu
ras al aumentar la alteración hasta G-3.

Como el grado de alteración deducido en 12.3«3. se obtu


vo de láminas delgadas preparadas de las rodajas en las
que se calculó la densidad seca, la relación existente
entre estas dos magnitudes, Fig. 15^» se puede aproximar
con una recta, que será válida al menos para grados de
alteración inferiores del 509¿, pero que, además, permi-
tirá obtener los dos valores máximo y mínimo, con los
que calcular el grado de alteración de la roca a partir
de la densidad seca. (Máximo, roca sana, 272? kg/m ,
o
mínimo, roca 100% alterada 2500 kg/m ) . Los puntos si-
tuados en el eje horizontal corresponden a la densidad
3^0

seca d© la roca obtenida de los valores teóricos de es-


ta magnitud correspondientes a cada mineral. Aunque en
la figura se le ha asignado a los granitos G-1, G-2 y
G-i un único valor de la densidad seca, el correspondien
te a las muestras de las que se obtuvo el grado de alt£
ración, la realidad es que estas magnitudes varían en
cada una de las muestras dentro de un amplio intervalo
pero, por pertenecer al mismo tipo de granito y estar
sometidas a los mismos procesos de alteración, se ajus-
tarán a la ley definida anteriormente.
3^+1

MUESTRA GRANITO

TALLAR 4 PROBETAS
5cm. de diámetro.

CORTAR EN RODAJAS DE
2 0 0 o 100 grms.

SECAR Y PESAR

SATURAR AL VACIO Y
PESAR

PESO SUMERGIDO

SECAR

MACHACAR
hasta pasar tamiz 100

CUARTEAR LAMINAS DELGADAS FRAGMENTO PARA


MICROSONDA

DENSIDAD GRANO ANÁLISIS


ANÁLISIS QUÍMICO.
CON TOLUENO RAYOS X

Pig. 151 : Proceso seguido en la preparación de las m u e ¿


tras para realizar análisis mineralógicos, q u ^
micos y ensayos de determinación de propieda-
des físicas.
T A B L A L X X I V

Obt ene ion de la densidad seca de los granitos

Peso Peso Peso n ^d Kg/m'J


Fragmento
seco sumerg. satur. P sat.-Psec . Tfi of) P seco • )l»servac iones
grms . grms . grms . P sat.-Psum. Psat.-Psumerg,

1-A-l 130'56 8l'8 130'97 0*834 2655'3


l-A-2 123*76 77'2 124«19 0*915 2633'7 Abunda feldespato
l-A-3 113'93 71'0 ll4'27 0*786 2633'0 Abunda feldespato
1-B-l 120'16 75'4 120'51 0*776 2663*7
l-B-2 118'85 74'4 119'19 0*759 2653'5
l-B-3 113*07 70'8 ll3«4o 0*775 2654*2
1-C-l 119'53 74'8 119'87 0*754 2652*1
l-C-2 123'49 77'4 123'99 1*073 2650*6
1-D-l 126«38 79'0 126«80 0*879 2643*9
l-D-2 121'81 76«2 122'20 0*848 2648*0

2-1 124'79 77'8 125'15 0*760 2635'5


2-2 118'47 73'4 118'79 0*705 2610*0
2-3 120«66 75'3 120'99 0*722 264o*8
2-4 121'89 76'1 122'22 0*715 2642*9
2-5 120'28 74«9 120'63 0*765 2630*2
2-6 134'18 83'9 134«57 0*770 2648*1
2-7 119174 74'3 120'09 0*764 2615*0
2-8 114«35 71'4 114»70 0*808 264o'9
2-9 124«90 78'0 125'31 0*867 264o»0
2-10 115»6l 72'0 ll6'o4 0*976 2625'!
(CONTINUACIÓN)
Jd Kg/m^
Peso Peso Peso n P seco
Fragmento seco sumerg. satur Psat.-Psec.xioo
Observaciones
grms . grms . grms . P sat.-Pstim. Psat.-Psumerg,

3-70-1 100'40 62«7 101«05 1 • 693 2587'6


3-70-2 113''*2 70'9 Il4«17 1'733 2621'2
3-70-3 103'9'^ 65«0 104«64 1'766 2622«1
3-81-1 99'90 62'7 100'63 1'924 2633'8 Abunda mica
3-81-2 111«17 69'5 111«91 1'745 2621*3 Abunda mica
3-81-3 102'13 63'8 102'90 1«964 2612*0 Abunda mica
3-83-1 109'33 67'9 110«16 1«964 2587'1
3-83-2 lOl'OO 62'8 101*74 l»900 2593'7
3-8i^-l 10^'43 65'1 105'34 2'261 2595'2
3-84-2 109'05 67'9 109'90 2'024 2596*4
3kk

1 MUESTRA Q ]

+ Q-3
-t- + +
+ + + + + +
X
X
X X 6-2
X X X X X X

« 1

1. •
,
2580 2600 2620 2640 2660 2680 l<g/n^

Fig. 152 : Distribución de los valores obtenidos


para la densidad seca en cada uno de
los granitos.

T A B L A L X X V

Valores de la,densidad seca típicos

Granito MAm'
G-• 1 2654
G-• 2 2636
G- •3 2600
3^5

T A B L A L X X V I

Densidades de grano da cada uno de los granitos en Kg/m

Determinac. G-1 G-2 G-3

1 2726»0 2701'1 2700'9


2 2711'8 2690'4 2688'7
3 2722'2 2699'0 270^'2
k 2710»9 2700'3 2698«8
5 2726'0 2708'8 2705'8
6 2725'0 27l6'2 2708'2

Valor más 2704


2725 2700
probable

1 MUESTRA Q
•I-

+
"+1 nr +

6-2 X

XX Fx

Q-1

2650 2700 27S0


kfl/m'

Fig. 153 : Distribución de los valores obtenidos en la


densidad de grano sobre muestras homogéneas
de cada uno de los granitos.
3k6

T A B L A L X X V I I

Valores c a r a c t e r í s t i c o s de l a s propiedades f í s i c a s

Porosidad Densidad Densidad Porosidad


Muestra al vació seca grano absoluta
% Kg/m3 Kg/m3 9é

G-1 0«8 2654 2725 2'6

G-2 0'8 2636 2700 2'4

G-3 1'9 2600 2704 318

T A B L A L X X V I I I

Densidad ^ en °/o e n °/> e n


Mineral es Kg/m3 G-2
G-1 G-3

Cuarzo 2650 25'2 29'7 23'5


Ortosa 2570 23'2 26'4 25'0

Plagiocl asa 2700 36'2 32»7 37'5


Biotita 3200 15'4 11'2 14'0

Densidad 3 ^734 2707 2726


Kg/n
r o c a tt-g/m
n %

.(D

C LO
•H
ü
«
0
+>
H
<!

T)
O
T3
(0
!H

DENSIDAD

Fig. 1 5 ^ I Variación de la densidad seca con el grado de alteración.


•}im

En Ja Fig. 155 se recoge la distribución de los valores


de la (Jensidad seca de las probetas de los diferentes t¿
pos de gran^^tp sobre ij-as que se han pTptenido las propie-
dades mecánicas, cuyos intervalos de variación, así como
los grados de alteración equivalentes según la relación
de la Fig. 15^» se recogen en la Tabla LXXIX.

Se observa que, aunque existen solapes en los valores de


las densidades, y por tanto de los grados de alteración,
los valores máximos y mínimos siguen la secuencia en la
que se tomaron las muestras.

En la Tabla LXXX se recogen los valores de la densidad


seca obtenidos sobre diferentes fracciones de muestra
granular de cada uno de los granitos, G-1, G-2, G-3 y
G-k, en general disminuyen los valores extremos de los
intervalos de variación de la densidad seca de cada uno
de los granitos, achacado a la alteración suplementaria
que introduce el machaqueo para conseguir los granulos
cuyo peso oscila entre 2'5 y 5 grms.

Por último, además de las características físicas mencio_


nadas, se ha determinado la absorción de agua de la mues^
tra granular después de estar sumergida durante 7 días,
magnitud utilizada frecuentemente para caracterizar el
estado de alteración de las rocas. Su relación con la
densidad seca, y por tanto con el grado de alteración,
se puede aproximar a una recta según se recoge en la
Fig. 156, que definirá, por tanto, la variación de la ab
sorción eñ La muestra granular en función de la altera-
ción.

,/
3^+9

Pd(0-4)
T—T—I—T
(• 2 MUESTRAS)

Pd<Q-3)

I l i l i I—T I I I I I
p¿(Q-l)
[• I I 1—I I I I 1 1' I >
2590 2800 2690 2700 2790

Fig. 155 5 V a l o r e s de l a d e n s i d a d s e c a
o b t e n i d o s s o b r e p r o b e t a de
500 g r m s .

T A B L A L X X I X

Densidad seca de las probetas utilizadas en la


obtención de las propiedades mecánicas

Muest ra Densidad seca Kg/m Grado de alter. %

G-1 2720 - 2670 3 - 25


G-2 2700 - 2650 12 - 3^

G-3 2610 - 2590 51 - 60


G-k 2610 - 2570 51 - 69
350

T A B L A L X X X
Determinaciones de la densidad seca y absorción
en muestra granular

Densidad seca Absorc ián


Granito
Kg/m3 0/0

G-1 2606 0'567


2623 0'789
2642 0'560
2631 0'689
2636 o'84o
2639 0'675
2628 0'715
2635 0'637
2638 0' 660
2646 0'7l6
2632 0'876
2666 0'374
2629 0'599
2Gkk 0'343
2645 0'353
G-2 2636 0'597
2658 0'425
2655 0'467

G-3 2568 1'476


2567 1'255
2546 1'694
2609 1'022
2606 1'082
2605 1'283
2613 0'9l4
2608 1 '030
2593 1'155
G-4 2566 1'373
2560 l'56o
2523 2'o4o
2515 2'106
351
2,50

G-1

2500 2550 2600 2650


I f d Kg/iT?

Fig. 156 : Muestra granular. Relación entre densidad seca


y absorcián.
352;

12.3.5» Evolución en l^s propiedades mecánicas.

La transformacián sufrida por los componentes minera-


les del granito al meteorizarse por procesos que alt£
ran su composición química, se refleja en una varia-
ción en su comportamiento mecánico.

Las propiedades mecánicas determinadas fueron las más


comunes en los problemas de ingeniería: velocidad de
propagación de ondas longitudinales ultrasónicas, re-
sistencia a la tracción, resistencia a la compresión
simple -y módulo de elasticidad y coeficiente de Poisson,
todas ellas determinadas sobre probetas de 5 cm de di;á
metro. Sobre muestra granular, tipo granulometría B
del ensayo de Los Angeles, se determinó, el coeficien
te de Los Angeles, la compresibilidad cuando trabaja
en grupo, y la resistencia que opone el conjunto de
granulos al corte directo.

A partir de estas magnitudes, se puede determinar el


grado de alteración, segdn se recoge en el Capítulo 8,
por la expresión;

G. a. = Xo — Xa
C^ ^ 100
X o — XlOO
Los valores Xo y X^OO, que corresponderán al que ten-
dría el material estudiado en estado sano, X©, y com-
pletamente alterado, XioOf se obtendrán extrapolando
jLinealmente hasta el valor de la"-idensidad con un gra-
do de alteración O (2726 Kg/m ) y con un grado de alt£
ración 100 (2500 kg/m"^) .

Los resultados de los ensayos para determinar las veljo


cidades de propagación se recogen en la Tabla LXXXI, y
353

se representan en la Fig. 157. El grado de altera^


ción de cada una de ^as prpTaptaa obtenido a partir de
esta magnitud es:

Granito V m/seg Grado de Alteración

G-1 3861 11

G-2 3656 18

G-3 2500 53

G-4 1552 82

En la Tabla LXXXII se recogen los resultados obtenidos


en el ensayo a tracción brasileño, que se representan
en la Fig. I58. El grado de alteración de cada una
de las probetas es:

Granito
CTt Grado de alteración
MPa

G-1 6'62 16
G-2 5'56 36

G-3 4«2 60
G-k 3'84 67
354

Los valores de la resistencia a comprtesión simple se


recogen en lá Tabla Í^XXXIII, y se ^representan en la
Fig. 159, El grado de alteración correspondiente serát

Granito Grado de alteración


MPa

G-1 123'7 O
G-2 103'4 15

G-3 60'6 53
G^k 26 85

En la Fig. lóo se sitúan los valores obtenidos en el


gráfico de clasificación de rocas intactas propuesto
por DEERE y MILLER (1966). Todas ellas tienen un mó-
dulo relativo medio bajando en cambio su resistencia
desde alta para el G-1, media-alta para el G-2, media-
baja para el G-3 y muy baja para el G-'^.

En la Tabla LXXXIII se recogen además los elevados mó^


dulos iniciales obtenidos al comienzo del ensayo de
estas muestras.

Los valores del coeficiente de Los Angeles se recogen


en la Tabla LXXXIV y se representan en la Fig. I6I.
Los valores del grado de alteración de estas muestras,
obtenidos a partir de esta magnitud serán:
355

Granito c.L.A. Grado de alteración

G-1 25 28
G-2 31 35
G-3 ^5 52
G-4 62 73

Por último, se obtuvieron también magnitudes típicas


utilizadas en proyecto, pero cuyos valores dependen,
además de las características del material, de la pr£
paracián de la muestra y de la carga utilizada duran-
te el ensayo, por tanto no sirven para definir el g r ^
do de alteración. Nos referimos a la compresibilidad
de muestra granular preparada de los diferentes grani^
tos, cuyos valores se recogen en la Tabla LXXXV y se
representan en la Fig. l62, y al ángulo de rozamiento
y cohesión, en el origen y en el intervalo de carga
vertical entre 0,1 y 0,2 MPa, cuyos valores se reco-
gen en la Tabla LXXXVI. Para cargas menores de 0,1
MPa, la cohesión es nula y el ángulo de rozamiento
permanece prácticamente constante, independientemente
de la alteración de la muestra, mientras que en el in
tervalo entre 0,1 MPa, y 0,2 MPa a medida que aumenta
la alteración, aumenta la cohesión, de 0,02 a 0,15 MPa,
y disminuye el ángulo de rozamiento, de
356

T A B L A L X X X I

Variación de la velocidad de propagación de ultra.,


sonidos con la meteorización química

L V
REFERENCIA
mm. Kg/mJ m/ s e g •

120 124'7 2700 3861


210 110'U 2670 3656

333 122'9 2610 2600


302 122 2600 2596
30¿+ 119'5 2610 2766
308 120'3 2600 2378
351 107'9 2600 2335
321 108 2600 2648
339 109' 3 2610 2470
410 106'5 2570 1552

T A B L A L X X X I I

Variación de la resistencia a tracción con la me-


teorización química

L
REFERENCIA
mm. Kg/m3 MPa

150 124'8 2700 6'62


250 46'5 2620 5'56
374A 19'7 2593 3'57
374B 20 2637 5'37
374 C 18'4 2610 5'56
374D 19'5 2600 4'05
350A 22 2570 3'16
350B 23'5 2600 2'94
3500 25'4 2580 4'83
350D 26'1 2610 3'92
420 100 2560 3 «84
357

4000
G-1 •
G-2 X
G-3 +•
G-:4 • x/
3500

3000

+ /
- /
2500 /
/-t-

/ \lz.i t000+ 3 0 0 0 ^-2700


210
2000

*
1500

1000
2500 2550 2600 2650 2700
Kq/m

Pig. 157 ! Variación de la velocidad de propa-


gación de ondas longitudinales ultr^
sónicas con el grado de alteración
del granito.
358

10
G-l •
G-2 X
G-3 +
G-4 *

^ ^ ^ t

s + X ^
+ . X " ^ ! - = 7+5 / d - 2 7 1 0
210
•Ky^ -1- +
^ ^ ' ^ -h

2500 2550 2600 2650 2700


Kg/m'

Fig. 158 : V a r i a c i ó n de l a r e s i s t e n c i a a tracción


c o n e l g r a d o de a l t e r a c i ó n .
T A B L A L X X X I I I

Variación de la resistencia a compresión simple, módulo de elasticidad,


y coeficiente de Poissón con la meteorización qufmica

Referen L Y Eo máx.xlO~3 Eo mín.xlO"^ Eo15x10-3 Uo


H,., %x=0' 5)
cia nuil. MPa MPa MPa. MPa máx. míii. MPa.
Kg/m3
I66k0 108 123'7 59'31^5 57-868 53 "8 - - - -
25930 129 . 2720
2700 102«5 21'9ii 17'8;^3 4l'9 - - — -
259^0 131'5 2690 104«3 35'7ii 29'2^^ 46«2 - - - -
39433 122'9 2610 61'6 l4«5i3 6'l26 11'8 o«iii3 0«0426 0'46 31
39^02 122 2600 57'5 - ^'726 ll'l 0'0326 0'54 30
39koh 119'5 2Ó10 61 «6 - 626 12'2 - 0'0526 o«47 31
39^08 120«3 2600 61 «6 - 5'^26 15 - 0'0326 0'65 27'5
46710 106» 5 2570 25'1 2 • "^ 2i8 319 - o«Oi4i5 0«83 8 u.
h
46712 105'5 2570 27'1 0 ' 5Z| t 3 - 319 - 0*06413 0'88 15 ^

•.K^jímmm

<r/K

q (¿> = 0'5) = Valor de la carga para


la que el coeficiente de
Poisson vale 0'5«
36o

0- 1 •
0- 2 X
G- 3
G- 4
+
• y^
120

100 , ^ ' • ^ - ^ - ^ r - ^ - ^ - r ' VI

80
mo+ioo " ^-210
2710
ao
y/^1U

z
3
60 — - — • , — —. =

40 ,—„—.

20

2500 2550 2800 2650 2700 2760

Flg, 159 ! Variacián en la reaistenela a eompr©slán


simple con el grado de,alteración.
361

z
o
>-
UJ
o
3
O
o

RESISTENCIA A COMPRESIÓN SIMPLE

Fig. 160 : Variación de la resistencia a com-


presión simple y módulo de elasti-
cidad con el grado de alteración.
362

T A B L A L X XX I V

V á : r i á c i á r i del, t i p e f i c ^ e ^ t e ^^ d e s g a s t e de Los Ang£


l e s con l a i r i e t e o r i z a c i ó n q u í m i c a
C 9 ÍJ 9 A 9

Referencia Kg/m3 %

G-1 2666 24'5


G-2 2636 30'6
G-3 2607 h5
G-h 2556 63'9
G-k 25^8 61

80

^IK^-4
R-4«
60 0 ,^¿'d-2710
° ^^ 210

G-3
< 40
_i
o G-2 >S.

G-TVV
20

2500 2550 260Ó 2650 2700 2750


Kg/trfi

Fig. 161 ; Evolución del coeficiente de Los Ange^


les con la meteorización química.
363

T A B L A L X X X V

Variación del asiento unitario, a, para una carga


de Ü«84 MPa con la meteorización química

Kg/m^ e a X 10^
Referencia i

G-1 2636 0'686 90

G-2 2646 0'717 120

G-3 2^97 0'6iil 268

300

I ^
200
o
K
O

100

2450 2500 2550 2600 2650


Kg/m'

Fig. 162 : Variación del asiento unitario, a, en


muestra granular, para una carga de
O'84 MPa, con la meteorización química.
364

T A B L A L X X X V I

Variación de la cohesión y ángulo de rozamien


to en el corte directo, con la meteori-
zación química

(Tn <0'1 MPa O'l ^(Tn 4 © «2 MPa


Referencia c c
MPa MPa

G-1 53 0 k8 0'03
G-1 5h 0 48 0'02
G-1 56 0 ks 0'02

G-1 55 0 h9 0'02

G-3 57'5 0 36 0'16

G-3 56 0 32 0'2

G-3 57 0 35 O'll

^ni Presión normal.


c ¡ Cohesión aparente para los límites de la tensión
normal O'l y O'2 MPa.
365

12.3.6. Meteorabilidad frente a procesos que varían la composi-


ción químicaf

Se ha definido, en el Capítulo 8, la meteorabilidad


de una roca como el aumento en el grado de alteración en
la unidad de tiempo, debido a la acción de uno o varios
factores de meteorización, estableciendo una clasifica-
ción de la meteorabilidad tomando como unidad el año, en
los procesos naturales, o el ciclo, en los procesos de
laboratorio.

En el caso de meteorizaclón química que aquí estamos tra


tando, el proceso d@ alteración que sufre el material
rocoso varía a lo largo del tiempo con la composición
del agua que accede a cada zona del macizo; solamente la
parte más exterior recibirá el agua en las condiciones
características del agua de lluvia.

El proceso de denudación sufrido por los macizos rocosos


hace que afloren zonas que en otro tiempo estuvieron a
mayores profundidades, y así la historia de las trans-
formaciones sufridas por el granito G-4, puede comenzar
en un estado similar al G-1 siendo los G-2 y G-3 estados
intermedios hasta llegar al estado actual de este tipo
de muestra.

Resulta totalmente imposible fijar el tiempo que ha pa-


sado desde que ha comenzado la meteorizaclón del granito
que ahora se encuentra en el estado de alteración G-^,
pero sí se puede determinar el_ tiempo mínimo que debe
haber transcurrido para que la meteorabilidad sea una
determinada y los tiempos correspondientes que las mue£
tras G-1, G-2 y G-3, deben haber sufrido la meteoriza-
clón a partir de los grados de alteración obtenidos con
las diferentes magnitudes. Tabla LXXXVII.
366

T A B L A L X X X V I I

Grados de alteracién o^te^ildos según di-


ferentes características

Muestra Densidad seca V. de ondas (Tt '^u Intervalo

G..1 3 - 25 11 16 0 0-25
G-• 2 12 - 3^ 18 36 15 12 - 36
G-•3 51 - 60 53 60 53 51 - 60
G-• k 51 - 69 82 67 85 51 - 85

Según los intervalos de variación del grado de altera-


ción de cada uno de los granitos, que se recogen en la
Tabla LXXXVII, para que la meteorabilidad de esta roca
sea "muy baja", según la definición señalada en el Ca-
pítulo 8, ha de haber estado sometida a esta meteoriza-
ción un mínimo de 85O años, pasando en este intervalo
del grado G-0 al G-4.

Las rocas en el interior del macizo, en este caso, al-


canzarán el grado de alteración correspondiente a G-2 y
G-3 cuando estén sometidas a meteorización durante pe-
ríodos de tiempo no inferiores a 36O y 60O años, si se
supone que el grado de alteración varía linealmente en
el tiempo.
367

12.4. Alterabilidad frente a procesos que no varían la com-


posición química.

Se pretende comprobar cuál es el comportamiento de los


granitos frente a los procesos más corrientes de meteo-
rización que no influyen sobre la composición química
de la roca.

Se sometieron las muestras a procesos de calentamiento-


enfriamiento, saturación, humedad-sequedad y hielo-
deshielo. Este último se reprodujo mediante ciclos de
congelación y de cristalización de sales, siguiendo en
todos ellos los métodos descritos en al Capítulo 9»

Las muestras utilizadas fueron tomadas de los granitos


G-1, G-2, G-3 y G-4 preparando probetas de 5 cm de diá-
metro, y muestra granular como ya se definió anterior-
mente .

Los resultados del ensayo de compresión simple se rec£


gen en los Cuadros números 1, 2, 3, k, 5f 6, 7 y 8, y
se resumen en la Tabla LXXXVIII.
B

Resultados del ensayo de compresión simple sobre probetas sometidas a procesos que
no alteran la composición química de la roca

Muestra Tratam. L Densidad ,humed • qu Eomáx. 10"^Eomín.lO -3^0.5qu"^°"' i/o í/o (Te
n? mm. Kg/m3 J^'o's
"/o MPa MPa MPa máx. mín.
66ho A seca 108 2720 0M8 123*7 59'3z,5 57I868 53I8 - - -
6632 c/e 104 2710 - 117^9 6l'2ii 56*232^ 51^ - - - -
6633 sat. 1 0 ^ «5 2690 0'19 102*7 50'2ii '*3'39o 32*0 - - - -
6635 sat. 97'5 2710 0'21 101*4 7o'6ii 5l'8i,5 74^ - - - -
6637 sat. 96 «2 2710 0'21 104*3 35^911 3l'522 39*2 - - - -
663^* K/s 105 2700 0,12 113*3 39I11 38822 49*5 - - - -
6636 Vd 102 «5 2710 O'll 123Í 60*732^ 50'468 647 - - - -
6638 c/s 133'8 2690 - 99'4 3l'522 30*567 5o'3 - O'03ii 0*37

5930 seca 129 2700 - 102^5 2l'9ii 17^45 41*9 - - - 0•^

59^0 seca 131'5 2690 0«l6 104*3 35'7ii 29'89o 46*2 - - -


5932 c/e 133 2700 - 99^7 26'9ii 24'422 472 - - - -
5933 sat. 110'5 2650 0'30 72'5 18*511 18-422 38*9 - - - -
593^ h/s 109 2700 - 107*4 20*922 20'53Zt 42b - - - -
5938 c/s 130 2680 771 30'lii 24'568 29*2

Seca : Probeta sometida a IO5- +_^-C durante 24 horas.


c/e : Probeta sometida a 50 ciclos de calentamiento - enfriamiento.
h/s ; Probeta sometida a 50 ciclos de humedad - sequedad.
h/d : Probeta sometida a 50 ciclos de hielo - deshielo.
c/s : Probeta sometida a 5 ciclos de cristalización de sulfato magnésico.
sat. : Probeta saturada, sumergida en agua durante más de 24 horas.
"v'-^¿^c:.

T A B L A L X X X V I I I (CONTINUACIÓN)

Muestra Tratam. L Densidad humed. q^ Eomáx.lO-3Eomín.lO"3Eoi5quxlO"3 Üb il^ :M).5 CTc


mm, Kg/m3 % MPa MPa MPa MPa max. mm.

O "18 6l'6 1^31. ir8 0'll-^3 0'0426 0'46 3i'o


9^33 seca 122'9 2610 6'l26
O'24 ^^26 ll'l 0'0326 o'5^ 3o'o
9^02 seca 122 2600 57'5
12^2 O'0526 0'47 3l'^0
9^0^ seca 119'5 2610 O «21 6l'6 6|026
6l'6 5^26 15'o 0'O326, 0 ' 6 5 27^
9J^08 seca 120'3 2600 0»25
c/e 115'^ 2610 O «24 667 3613 3*326 ll'4 o'oii3 0 ' 7 6 2^0
9^28
13'4 0'12i3 0'0426 o'28 36'o
9^1^* c/e il6«9 2610 O'26 616 7^13 5^26
lo'4 O'0626 o'5^ 20'0
9^39 sat. 109 '3 2610 0'42 44'4 ^026
8'4 0'02 0'67 20t) o..
9^07 sat. 120'1 2610 O'39 469 3'926
100 0'o4 0'78 180
9^06 sat. 124 «9 2600 0'42 5l'3 ^V26
^b26 8'5 0'0326 O'89 15'0
9^05 sat. 124'8 2590 o' 37 5C»'3
7*3 o'2813 O'1639 O'80 1^0
944o h/s 119'^ 2600 0'27 42'9 l'9i3
0'l4i3 0'll26 O'57 20'0
9^54 h/s 102'4 2590 0' 22 462 6513 5^26 11*7
io'4 0'0l26 O'71 20^0
9444 h/d 124'3 2590 O' 21 56^5 3*026
4'3 0'07i3 0'83 15b
9418 c/s 122'9 2560 O'24 4o'7 2^013 1'326
Í7 0'0l6 0'87 12'5
9431 c/s 126'8 2550 0'23 33'l l'5io 1'020
0'48 l5'o
9441 c/s 118 25^+0 O'30 290 8'oio 2^9 5 0 5'0 O'OSio 0'06í|o

Seca Probeta sometida a 105- i 5-C durante 24 horas.


c/e Probeta sometida a 50 ciclos de calentamiento - enfriamiento.
h/s Probeta sometida a 50 ciclos de humedad - sequedad.
h/d Probeta sometida a 50 ciclos de hielo - deshielo.
c/s Probeta sometida a 5 ciclos de cristalización de sulfato magnésico,
sat. Probeta saturada - sumergida en agua durante más de 24 horas.
370

o
a.

z
ÜJ
(/)
UJ
z
z
UJ

o 200 400 O 200 400 O 200 400


DER LONG. U N I T . x l o S OEF LONO UNIT. x ^0^ DEF. LONG. UNIT. x l O ^

-^-.^ . ,,

• lyo

P
/
i
o
a. _L
i
z
tu
tfí

z
7/
o
55
z 1
1^
M -16635
G-1
^ ESTADO SATURAN

200 ,400 O 400


DEFLDIV|G, UNIT, X 10^ DEF. LONG. UNIT. xlO" DEF LONG. UNIT x l O "

CUADRO N" 1 '. Resultados de los ensayos de compresión simple sobre


seis prol?etas de granito G - 1 ; tres saturadas M-16633,
M-16635. M-16637 • sometido a 5 0 ciclos de calentamiento-
enfriamiento, M-16652;una humedad sequedad, M-T6634 y
una hielo-deshielo M-16€36.
3?l

TOO 200 O 200 400


DEF.TRANS. UNIT.xlO^ OEF LONG. UNIT. xlO^

- SE PROD UJO U N CHA SOUID 0

Q.

UJ

o
(/)
2.
UJ
í_

M-16640 A

G-1
ESTADO SECO

., 1 1
200 400 600 800
DEF LONG. UNITARIA x l O ^
CUADRO N" 2 : Resultados de los ensayos de compresión simple sobre probetas de granito G-1t
sometida a Sciclos de cristalización de sulfato nhcignesico, M-16638;y probeta
seca a 110». M - 1 6 6 4 0 A
Tr¿

^.
•100 -

o/
- 80 - /

o/ /

e
a.
a
- 60 -
o/ _ ^
1
z
V)
u
z
e - 40 •
z

M-25930 M-25932 f M-25933


y G-2 G-2 _
0< ESTADO SECO 50CICL0S CALEMT.
" ^^ JESTAPO. SATURA.
0 / T ENFRIAMIENTO
"o/ ~
'oh o'
0 / 0 /
1 1

200 400 O 200 400 O 200 400


5
OEF. LONC. UNITARIA « 10 5 OCF. LONG. UNITARIA « 10 OET. LONG.UNITARIAi 1 0 ^

-100 —

/o -

- 80 -

-60 -

a.
3
Z
UJ
*
(A
Ui
zo
m
z
ÜJ
t-

J M-25934
G-2 - 2 0 / -
M- 2593 8
G-2
5CICI.03 CF IST
M-25940
G-2

Ir
50 CICL. HUMEDAD ESTADO SECO
SA C£S

O
1 i
200 400 200 400 200 <«00
OEF. LONG. UNITARIA « lo' OfF LONG, UNITARIA » 1o' OEF. LONG. UNITARIA > 1 o '

CUADRO N'S; Resultados de los ensayos de compresión simple sobre seis probetas de
granito G-2;dos en estado seco, M - 2 5 9 3 0 y 4 0 r una en estado saturado.
M-25933; una sometida a 50 ciclos de calor enfriamiento, M-25932', otra
o 50 ciclos de humedad —sequedad. M - 2 5 9 3 4 : y otra sometida a 5
ciclos de cristalización de sulfato magnésico, M - 2 5 9 3 8
373

400 300 200 roo O 100 200 300 400 500 600 700 800 900
PEF. TRANSVERSALES UNITARIAS x 10* DEF. LONGITUDINALES UNITARIAS x 10 ^

CUADRO N**4 R e s u l t a d o s d e l e s ensayos de compresión simple sobre c u a t r o p r o b e t a s del


g r a n i t o G - 3 , d o s en e s t a d o seco M - 3 9 4 0 2 y M - 3 9 4 0 4 . y d o s en estado
saturado, M ' - 3 9 4 0 5 y M - 3 9 4 0 6
•yi'A

400 300 200 100 TOO 200 300 400 500 600 700 800
DEF. TRANSVERSALES UNITARIAS x 10^ DEF. LONGITUDINALES UNITARIAS x 1 0 ^

CUADRÓNOS : Resultados de Ips ensayos de compresión simple sobre cuatro probetas de


granito G - 3 ; una en estadoseco, IVI-39408
uno en estado saturado M-39(407? y dos sometidas a 50 ciclos de calentpm.-
enfriamiento M - 3 9 4 2 8 y M - 3 9 4 1 4
375

400 300 200 TOO O 100 200 300 400 500 600 700 800 900
DEF. TRANSVERSALES UNITARIAS x 1 0 * DEF. LONGITUDINALES UNITARIAS x 1 0 ^

CUADRO N * 6 : Resultados de los ensayos de compresión simple sobre cuatro probetas de


granito 6 - 3 } una en estado seco M1-39433* M - 3 9 4 3 9 en estado saturador
M- 39440 sometida a 5 0 ciclos de humedad-sequedad: y la M - 3 9 4 4 4 sometida
a 50ciclos de hielo-deshielo
37Ó

I
M- 39418
50 G-3
5 Ciclos, cristales sales
40 1 '

d Elong transversol Jd Acort. longitudinal


^ 3 0
M
«
e 20
c
«
10

M - 39 431
50
G-3

5 Ciclos cristales sales


40
d
a
2 30
Acor r.
Elon g. transversal longi tudlnaj
o 20

t-
10

'M-39441
G-3
50
5 C i c los c r i stoles sales

40

o
a 30 l A c srt. lor gitudi nal
Elbng . trons i/ersaie s
% 20

10

100 200 400 600 800 1000 1200 14O0

DEFORMACIONES UNITARIAS xIO'

CUADRO H"!— Resultados délos ensayos de compresión simple sobre tres probetas degranito
G - 3 , sometidas todas ellas a cinco ciclos de cristalización de s u l f a t o magnésico
377

400 300 ZOO 100 200 400 600 800


DEFORMACIONES TRANSVERSALES UNITARIAS • 1 o ' DEFORMACIONES LONCITUOINALES UNITARIAS i t o '

CUADRO N*'8: Resultados de iosensayps de compresión simple sobre una probeta de


granito G - 3 , M - 3 9 4 5 4 , sometida a 5 0 ciclos de humedad sequedad, y
dos probetas de granito 6 - 4 . M - 4 6 7 1 0 y M - 4 6 7 1 2 , en estad© seco.
378

12.4.1. Alterabilidad frente a oscilaciones de temperatura.

Se sometieron las muestras a 50 ciclos de calenta-


miento a 105 i 5SC y enfriamiento a 20 +_ 5-C, según
-t ilef'inió en el Capítulo 8, \ se realizaron ppste-
riorrnente ensayos de compresión simple sobre las pro-
betas, y dé "Los Angeles" sobre muestra granular,
los resultados obtenidos se recogen en la Tabla
LXXXIX y XC.

T A B L A L X X X I X
Alterabilidad del granito frente a ciclos de calenta-
miento-enfriamiento determinado mediante el ensayo
de compresión simple

Muestra J;^ ^^íí^^^ ?'^'/ Meteorabilidad


MPa MPa nat. c/e

G-1 123'7 117'9 0 2 Muy baja


G-2 103'^ 99'7 15 18 Muy baja
G-3 60<6 64'1 53 51 Muy baja

q = Resistencia a la compresión simple de una pro-


beta antes de someterla a ningún ciclo de al-
teración,

q (c/e)= Resistencia a la compresión simple de una


probeta después de someterla a 50 ciclos de
calentamiento-enfriamiento.
T A B L A X; C
r

Alterabilidad del grai^it»^ frente a ciclos de calen


tamiento-enfriamiento determinado mediante el ens^
yo de "Los Ayigeles"

,,, , c.L.A. c.L.A.(c/e) G.a. / „ . ,


Muestra „/ o/ ^ Meteorab,
% % nat. c/e

G-1 2^'5 25'2 27 28 muy baja

G-3 k^ 52 52 61 baja

c.L.A, ! Coeficiente de "Los Angeles" antes de


someter la muestra a ningún proceso de
alteración.
c.L.A.(c/e) : Coeficiente de "Los Angeles"^después
de sometpr la muestr3. a 50 ciclos de
calentamiento-enfriamiento.

En general se puede decir que la susceptibilidad del


granito a los ciclo? de calentamiento-enfriamiento
es muy baja.

12.4.2. Alterabilidad frente a variaciones en el grado de


humedad.

Considerando las porosidades absolutas, Tabla LXXVII,


si todos los poros estuvieran llenos de agua, las hu
medades que se deberían alcanzar serían:
380

W (G-jl,) a Q'98 io

V (G-3) a l'itó %
• ,. í !

mientras que los valores medios obtenidos de humeda-


des en las probetas sometidas a compresión fueron :
O «20^ en G-1, 0'309¿ en G-2 y 0'/f09¿ en G-3, que reprje
senta un grado de saturacidn del 209¿, 32^^ y 279é respe£
tivamente, e indican el porcentaje de poros accesibles
al agua en cada muestra.

La Tabla XCJ recoge el grado de alterabilidad frente


a la acción del agua, de cada uno de los granitos es-
tudiados, medida por el ensayo de resistencia a compre^
si<5n simpl^.

T A B L A X C I

qu qu^sat) G.. a .
Muest r a Me¡ t e o r a b i l i d a d
MPa HPa nat. sat.

G-1 123'7 102'0 0 16 alta


G-2 103'^ 72 «5 15 hz alta

G-3 60'6 ¿f8'2 53 65 alta

Esta meteorabilidad varía de la misma forma que el gr¿


do de saturación alcanzado, independientemente del gra^
do de alteración inicial de la muestra.
381

Además de la meteorabilidad frente a la saturación


se determinó el hinchamiento unitario producido en una
probeta al saturarse. Los resultados se recogen en la
Fig. 163. Es de resaltar el gran int-ervalo de varia-
ción de los valores obtenidos en probetas de granito
G-3, entre kO x lO"^ y 95 x lO"^.

Sobre muestra granular se determinó la influencia del


agua sobre la compresibilidad y la resistencia al cor-
te de un conjunto actuando como escollera. Para ello
se carga hasta una presión de O'84 MPa. y a continua-
ción se inundan.

-1-
90 +
80
n
I 4-
70 —

60 -»-
ce
<
50 -^ 4-

40
4=
2
< 30 —
X
ü X X
20

X
10

1 1
2550 2600 2650 2700
Kg/m'
DENSIDAD SECA DE LA PROBETA

Fig. 163 ; Hinchamiento unitario en los granitos


G-2x y G-3+.
382

Los valores obtenidos en el ejrisayo de compresibilidad


se recogen en la Tabla XG3ÍI que representan un incre-
mento medio por accidn de^r agua del 2 2 ^ en el granito
G-1, y del 36% en el granito G-3.

T A B L A X C I I

Incremento de la compresibilidad debido a la


accidn del eigua

Tipo de índice de Asentamiento para Incremento


muestra huecos inicial (pn » O'S^MPa Ío
seco inundado

G-1 0«810 123x10 ^ 150x10 22


G-1 0<710 115x10 142x10 23
G-1 -4 -4
0«727
90x10 HOxlO 22
-4 -4
G-3 0»64l 268x10 355x10 32
-4 -4
G-3 0'949 349x10 487x10 30

G-3 o»949 308x10" 450x10' 46

En la Tabla XCIII se recogen los valores obtenidos


en el ensayo de corte directo.
383

T A B L A X C X I I
Variación en la Qohesií^:fi y i'p^jíaralento con el grado dé
hvunedad de una muestra e^^anular en el ensayo de corte
directo

Tipo d© yj 5S'Í.Í1 ^ w • a. c,ii-a O'1 4ffn4 O« 3 MPa


muestra C r(seca) ^(sat) c(seoa) c(sat) ^(seca) y>(sat)
G-1 0 548 56S
•T!F5— " W 5
0»02 0>035 48S ¿^50
G-1 0 56s 50S
0102 0'07 48fi 398
G-1 0 550 5¿4 0
O'02 O «08 k9^- 4os

G-1
(media) 0 5^e 530 0»02 0»062 k8°- 4l9

G-3 0 57'5 56 0'16 0119 36 30'5


G-3 0 56 54 0«20 0'14 32 32
G-3 0 57 53 O'll 0«21 35 27

G-3
(media) 0 57 5h 0«16 0'27 3k 30

G-k O 51 45 O» 06 O «02 ko 37

En un intervalo de cargas bajo presión normal menor de


0*1 MPa, la cohesión siempre es nula, y el ángulo de
rozamiento disminuyo con la saturación. Esta disminu
ción es mayor de G-1 a G-4.

En un intervalo de cargas normales comprendido entre O'lMPa


y O'3 MPa, ia cohesión aumenta en G-1 y G-3» y disminu
ye en G-4. El ángulo de rozamiento disminuye en G-1,
G-3 y G-4.

La variación anómala de la cohesión, se puede explicar


considerando la dilatancia que se produce durante el
ensayo. En efecto, mientras en G-1 y G-3 es negativa
384

en un primer intervalo, er|.tre O y 10 "mm. de desplaza-


miento horizontal en la my^^tra seca, para luego cr£
cer, en el granitp G-4 peTmanece negativa éh
todo el desplazamiento de corte Fig. l6k, lo cual se
justifica por su baja resistenciat

Oh=0.25 MPa
o SECO
G-1
(-) HÚMEDO
•X-SECO
G-4^
® HÚMEDO

3
o
2
E
E
1
5 JO 2pmm.
O
o

i-'
Q -2
®

-3

Fig. l64 : Variación de la dilatancia con el des-


plazamiento horizontal en los granitos
G-1 y G-3 en seco y húmedo.

12.4.3. Alterabilidad frente a oscilaciones de hiomedad-sequedad,

Se sometieron probetas y muestra granular a 50 ciclos


de saturación a 20*5°C, desecación a 105*5^0 según el
proceso definido en el Capítulo 9» ejecutando pos-
teriormente sobre ellas ensayos de compresión simple
y resistencia al desgaste de Los Angeles para determi_
nar la susceptibilidad a este tipo de procesos.
385

Los resultados obtenidos se recpgen en las Tablas


XCIV y XCV.

T A B L A X C I V

Alterabilidad frente a ciclos de humedad-


sequedad determinado mediante ensayo de
compresidn simple

Muést ra • qu Qu (h/s) G.> a. Meteorabilidad


MPa MPa nat,• h/s

G-1 123'7 113'3 0 6 baja

G-2 103'4 107'^ 15 12 muy baja

G-3 60»6 44'6 53 68 baja

T A B L A X C V

Alterabilidad frente a ciclos de hvimedad-


sequedad determinado mediante el ensayo
de "Los Angeles"

vr,,^»-*--.^
Muestra c.L.A.
./ c.L.A.(h/s)
ni ^ G,a.
-^ / ... .••,••,,
Meteorabilidad
°/o % iiat. h/s

G-1 24»5 25'4 27 28 muy baja

G-3 45 50 52 59 baja
386

12.4.4. Alterabilidad frente a o|9ilacioneg de hielo-deshielo.

fie sometieron probetas de los diferentes tipos de gra


nitos a dos procedimientos descritos en el Capítulo 8.
El primero congelando a -2 5 +_ 5^C y descongelando en
agua a 20 _+ 5fie, y el segundo sometiendo las probetas
a cinco ciclos de cristalizaciiíSn de sulfato magnésico.
Los resultados se recogen en las Tablas IVC y IIIC.

T A B L A I V C

Susceptibilidad a los ciclos de congelacién-


deshielo sometiendo probetas a -25±5 C

Muestra ^ ^^Á^^'^'^ ^^'^ú/^ Meteorabilidad


MPa MPa nat. h/d
G-1 123'7 123'1 O O muy baja

G-3 60'6 56'5 53 57 muy baja

T A B L A I I I C
Susceptibilidad a los ciclos de congelación-
deshielo sometiendo probetas a cristalización
de sales

qu q u (c . a.) G. a.
Muestra Met eorabilidad
MPa MPa nat. c. s.

G^l 123'7 99'4 0 28 media

G-2 103'4 77'1 15 39 media

G-3 6Q^6 34'2 53 78 media


387

La susceptibilidad de^^tp? granitos a los ciclos


de hielo-deshielo» cua]^<^i;» se someten a temperatu-
ras b^jas, es pequeña, mientras que si se someten
a ciclos de crlstalizacid^i de sales, el deterioro
que se produce es mayor, confirmando el excesivo
efecto de este tipo de procesos.
3^8

C A P I T U L Q 13

ESTUDIO D E LA METEORABILID^^D D E L A S PIZARRAS

La d i s t r i b u c i ó n de los malcríales p i z a r r o s o s en E s p a ñ a se c o -
rresponde con terrenos primarios y secundarios.

Las p i z a r r a s p r i m a r i a s , que se e n c u e n t r a n en l í n e a s generales


en los z ó c a l o s de los m a c i z o s y c o r d i l l e r a s de la Península,
Macizo Ibérico, Cordillera Botica, Pirineos, Cadena Costero-
Catalana, se c o r r e s p o n d e n p r i n c i p a l m e n t e c o n el O r d o v í c i c o y
Silúrico, donde aparecen las v a r i e d a d e s d e f i l i t a s , pizarras
negras o g r a f i t o s a s , etc, pero t a m b i é n el Precámbrico, C á m b r i -
co y C a r b o n í f e r o poseen i n t e r c a l a c i o n e s de pizarras.

Las p i z a r r a s secundarias, s o n l>a«< «[ue <étt e*4;©-iB#©m©iit«- ip^ia*P•-


^beanop.|^(>b.l'eB£•l's k'i&p±i>ig^ixA*'ir£^fi>'tStfl^'-'^<»t^* «b'i^a-diíMiS ev^tt^-. o^t^as
a:,©fi## , :!9íic.4#<'ree4.:iíttr(VaíSt;aí».-í i»ti«a:>fp.i^T«nao li^'wírtoYá.-»*», Vwskyvs^
Arpei»IM><9ai,;.F¿j.gj, 1 6 8 . .

La t r a z a p o r la que d i s c u r r e la a u t o p i s t a V a s c o - A r a g o n e s a en
el t r a m o A r e t a - A l t u b e , va c o r t a n d o u n o t r a s otro todos los
estratos formados en el C r e t á c i c o , a l t e r n a n d o pizarras, cuar-
citas, areniscas y calizas, presentando una problemática muy
variada, r a z ó n p o r la cual sé t o m a r o n c o m o m o d e l o en el estu-
d i o de la m e t e o r a b i l i d a d de e s t a s r o c a s .

Este estudio pretende determinar la d e s m o r o n a b i l i d a d de las


pizarras a c o r t o p l a z o , es d e c i r , sometidas e s t a s r o c a s a la
a c c i ó n de la i n t e m p e r i e , cómo será su c o m p o r t a m i e n t o en el
período de v i d a p a r a el que se p r o y e c t a u n a o b r a , determinan-
do a d e m á s si e s t a acciór; es njuy r á p i d a , o si es l e n t a produ-
ciéndose a lo l a r g o d e l tiempo.
AMURRIO •

® PAMPLONA
(5) VITORIA

MARGAS APIZARRADAS (SHALES)

MARGAS APIZARRADAS ALTERNANDO CON ARENISCAS

MARGAS APIZARRADAS ( S H A L E S ) ALTERNANDO CON CALIZAS

FIG.-168- DISTRIBUCIÓN DE LAS MARGAS APIZARRADAS EN


LAS PROVINCIAS VASCONGADAS (TOMADO DEL
MAPA LITOLOGICO DE ESPAÑA) ESCAl A 1/500 '0 0

NOTA : EXISTEN AFLORAMIENTOS EN SUPERFICIES RE :)U ' DAS QUE NO APARECEN DEBIDO
A LA ESCALA UTILIZADA
39Q

Las pizarras son ropas fqrmadaa 901% productos de desintegración


de otras primarias, en un medio ambiente de sedimentación, de
ahí que su composición recp^Hi los minerales de descomposición
de éstas, y por tanto sus constituyentes serán más estables.

De acuerdo con la escala de estabilidad de la Fig. 3, aparece-


rán en estas rocas, cuarzo. Si Og, moscovita, K Al„ Si» 0^^^ (0H)2,
microclinai (Na, K ) Al Si_ Og, etc., además productos de alte-
ración de los minerales primarios como la illita, clorita,
(Mg, Fe, Al) (Si, Al)^^ 0^^^ (OH)g, Vermiculita, (Mg)^ (Si, kl)¡^
0-Q HgO, Montmorillonita, (Al, Mg, F e ) , (si, Al)j^ O^QJ y caoli-
nita Al¿^ Si^^ O^Q.

Uno de los problemas, menos tratado, en la meteorización de las


pizarras lo plantean las sales solubles y sul'furos, formados en
el seno de la cuenca sedimentaria, como consecuencia de las con
diciones de las agUas que forman el medio de sedimentaci8n, y
que están influidas también por las condiciones climáticas ex-
ternas .

Se determinará la presencia y comportamiento de la calcita, Ca


CO-, la dolomita, (CO ) Ca Mg, y siderita CO Fe. Este último
carbonato está asociado siempre a condiciones reductoras, por
tanto es probable encontrarlo en presencia de materia orgánica
y pirita. Se determinará también la proporción de sulfures, pi-
rita y pirrotita, y de los sulfates, yeso y anhidrita.

También habrá que considerar el contenido en materia.orgánica,


por la influencia que tiene en las propiedades de las rocas,
tanto porque su situación respecto a las partículas laminares
arcill.osas les imprime mayor fisilidad, como porque su presencia
indica unas condiciones de agua quieta y por tanto con una bio.
turbación en el medio circundante que es idónea para el deaarro,
lio de las estructuras laminares, así como denota unos potencia-
les de oxidación-reducción del ambiente muy bajos.
3? I

13.0. Planteamiento del eatudlb..


lili iiiM.iiM lili; 1 • |. ^ l " .1 ff!W^l II < ¡M'i Hil ]i j;ij.¡lii,i!ii||ij '

km • i'lpíUSífVis ' • •
El principal problema que pla?itean las pizarras, como
las roras en las que abunda la arcilla, es el estudio
de su composición mineralógica, ya que estos materia-
les no permiten un análisis de placa delgada en mi-
croscopio de luz polarizada.
El análisis de los minerales se efectuó mediante la
difracción de Rayos X, interpretados a la luz de los
resultados obtenidos en los análisis químicos, parti-
cularmente en lo que a sales solubles se refiere.

Sobre el difractograma obtenido por Rayos X, se bus-


carán los picos característicos de cada uno de los com
puestos mencionados anteriormente, y que se supone
pueden formar la roca, y se analizarán aquellos otros,
si existen, que no se correspor^dan con ninguno de ellos.

La composición mineralógica mediante Rayos X, se cuali-


ficará con las denominaciones ma, a , b , mb , i , -,
según que la proporción de los minerales sea muy alta,
alta, baja, muy baj^, indicios o nada, respecto del to-
tal de la muestra.

Se recogen a continuación para cada mineral los grados


en los que se producen las intensidades más fuertes
cuando existe, pero a veces coinciden estas bandas para
varios de ellos presentes, con lo que es necesario acu-
dir a otras en las que la intensidad es mucho más débil,
y a los resultados dados por los análisis químicos. Los
datos que dan en las Fig. l66, I67 y I68 se tomaron de
Brown (1961) y A.S.T.M.
392

CuaJízo Cl C2
I 100 35
% 3 ' 3''t3 4'26
Grados 26'i43 20'72

Moscovita Mi M2 M3
I VS VS VS
5 4'47 3'32 2'56
Grados 19'8 26«6 34'5

mita II I2 13
I S m s
S 4'47 '3'32 2'56
Grados 19'8 26'6 34'5

Clorita Gil Cl2


I >909¿ >909é
X 7'1 3'5
Grados 12'4 25

Vermiculita Vi V2 V3
I 80 100 90

s
Grados
1' 53-1'50
60' 44-61'76
14' 4
6'12
4' 60
19' 3

Montmorillonita Mt^ Mt^


I S S

s
Grados
14' 7
6' 0
4' 91
18'04

Caolinita Ki K2 K3
I VS VS s
X 2' 50-2'34 1'99 4«5-315
Grados 3!»'3-37'7 44» 5 19 •6-25'2

Pigux<a 166. Intensidades características de cuarzo


y arcillas en la difi^cci¿n de Rayos X,
393

• Calcita, ua T
I ' •;
J k r ' f><v
,,100
3'035
Grados 29 «1

• Dolomita Di
I 100
2 1886
Grados 30«6

• Siderita Si S2
I 100 25
s 2 «79 3'59
Grados 31'6 2ií«6

•Pirita Pl P2
I 100 8ií
1'633? 3" 709
Grados 5^' 2 32'6

• Yeso Yi Y2 ^3
1 100 51 57
7'56 i|»27 3'059
Grados 11' 7 20» 7 28' 8

- Hemihidrato Hi H2 «3 Hi+
I 100 100 100 90
6'07 3*02 2 ' 818 1» 855
Grados ik' 5 29'2 31'3 47'4

- Anhidrita Ani
I 100
3' 'í+gs
Grados 25' 2

Fig. 167• Intensidades características de carbonatos,


sulfates y sulfures en el ensayo de 4ift!ac-
ci(Sn de Rayos X.
39h

- Microclina Mcrx
I 100
S '3'245
Grados ^7'24
F±g. 168, Pico característico de la microclina en Rayos X.
Las sales solubles que pueden aparecer en las pizarras
son calcita, C03Ca, dolomita, (003)303 Mg, y siderita,
C03Fe, entre los carbonates, y yeso, SO^Ca 2H2O, y an-
hidrita SOZ<.Ca, entre los sulfates. Los sulfures que
se buscarán serán pirita, S2Fe, y pirrotita, Siii^Fe.

Los análisis químicos nos permitirán conocer la mate-


ria orgánica, el CO2 que forma parte de los carbonates,
el SO3 que forma parte de los sulfates, y el azufre
total existente, así como detectar la presencia de pi-
rrotita, con Ip que se puede obtener directamente la
cantidad de sulfures existentes.

El tipo de sulfates y carbonates se interpretará te-


niendo en cuenta los contenidos de cationes correspon-
dientes .

La máxima cantidad de calcita, C03Ca, presente en la


roca será:

- Si (?é Ca 0) > 1 ' 2 7 {% CO2)


{% C03Ca) = 1 (9é CO2) + 1*27 (9¿ CO2) = 2'27 {% CO2)

y quedará óxido calcico que formará parte de otro mine-


ral en la proporción {% Ca o) - 1*27 (% CO2)

- Si (?é' Ca o ) < 1 ' 2 7 {"Á CO2)


ifc C03Ca) = 1 (9é Ca o ) + 1 (% Ca O) = 1 ' 7 8 {% C a Q |
1''27

y quedará CO2 que formará parte de otro carbonato en la


proporción: {"/, OO2) - O'78 (% Ca O)
395

La máxima cantidad de dolomita, (COoL Ca Mg, presente


en la roca será:

1/ Ajuste de las cantidades que se combinarán con CO2


de Mg O y Ca Oí

Si (9Ó Mg O) )> 0»69 (96 Ca O ) .


Se formará la dolomita con:
(% Ca o) + 0'69 (9é Ca o) = 1' 69 (9¿ Ca O ) , y que-
dará para formar otro compuesto de Mg O:
(9é Mg o) - O? 69 (9é Ca o ) .

Si (9é Mg o) < 0«69 (9¿ Ca o ) .


Se formará la dolomita con:
(9é Mg o) + 1«43 (9é Mg o) = 2! 43 (9¿ Mg o), y que-
dará para formar otro compuesto de la Ca O:
(9é Ca o) - l'i+3 i% Mg o ) .

2/ Ajuste del 96 CO2 que forma la dolomita:

;Í (?é CO2) <^ M J 1' 69 (9¿ Ca o)


^ 95 I 2'43 (9é Mg o)
Entonces:
% (003)2 Ca Mg = (% CO2) + 9 5 (9¿ CQ2)

Si (?¿ CO2) > 44 J''^^ ^^"'^ °^


^^ I 2'43 (^é Mg o)
Entonces: .
^ (C03)2Ca Mg = 93 1^'^9 (9éCa 0)1 Jl'69 (96Ca0)
^ I 2» 43 (9¿ Mg O) I * 2» 43 (9<1 Mg O)

La máxima cantidad de siderita, CO^Fé, presente en la


roca, será:
396

Si (9é Fe o) > 1'64 (9é COg).

(o/o C03Fe ) = ! ( » / CO2) + i'64 (9é CO2) = 2'64 {96 CO2),


y quedará ¿xido ferroso que formará parte de otro mi-
neral en la cantidad: {% Fe O) - 1'64 {% CO2).

Si (9é Fe o) <^ 1'64 (?é CO2).

(9é CO'BFe) = 1 (9é Fe O) + 1 (^é Fe O) » l'6l (^ Fe O ) ,


iTOT
y quedará CO2 que formará parte de otro mineral en la
cantidad (^é CQ2) - 0'6l (^é Fe O ) .

£1 contenido de cuarzo se puede calcular de forma apr¿


ximada teniendo en cuenta la estructura de los.minera-
les arcillosos que componen lá roca» Si estos son illl^
ta, clorita, vermiculita, montmorillonita, todos ellos
trie apa, twnlando o«>^!^>»>a«A}t)tfi'al 'p&é^'ná&le^enité^'Té^ ^ida.
coi*pué&'éd, • Bé pu^de ci(jl($n^UxaiMPia* qn© ^^1 :pw«w dar ai ja^-aqti©
fb¥taai^á j>ftirt;e <a©^ laa mütieeralés aVcilsi^soA, o ^««««)»r£qNi,
s © * á t • • '• > -•'•"" •

9é Si 02 - 60 % AI2O3
51
y el resto constituirá el cuando:

9é Si O2 - 1'17 96 AI2O3

Si todo el AI2O3 estuviera combinado formando parte de


la moscovita, la cantidad teórica qu© existiría de asta
sería:

% moscovita = 398 54 96 AI2O3 o 2»6o 96 AI2O3


81 102

y de ella, un 109¿ aproximadamente correspondería al po-


tasio.

£1 contenido en limonita se puede obtener a partir de los


porcentajes de óxido férrico de los anLállals químicos, c£
mo si todo él estuviera en forma de goot&l;t<a.
397

La materia orgánica se cuantlflcé oxidando la muestra con


permanganato potásico. TSn (aquellas muestras que presenta
ban un contenido de piriiat, observable a simple vista, se
deteirminó la, presencia de '"plrrotitai atacando una fracci<5h
de ellas con ácido clorhídrico después de prepararla ma-
chacando del tamaño de gravilla a polvo mezclada con to-
lueno para evitar la oxidación rápida de estos sulfures en
presencia de aire. El contenido de azufre total se dete£
mina atacando la tntuestra con agua regia.

El proceso de preparación dé muestras que se se^irá en


aquéllas en las que la cantidad de pirita no sea visible
a simple vista, se recoge en la Plg. I69» en caso cóntrra-
rio, cuando esta cantidad sea elevada, se seguirá el
esquema de la Fig. 170.

La meteorabilidad química se estudiará según el método '


descrito en el Capítulo 9» analizando muestras con diferen
te grado de meteorizacién» y el agua que baña estas zonas
de alteración en la que se producen los fenómenos, y que
arrastrará los productos resultantes.

La transformación con la meteorización de los minerales


que componen las pizarras sanas, se tomó de diversos auto-
res. La evolución de arcillas y feldestxatps se consideró
seguía el camino señalado por Buclonan y Brady (1969). La
limonita 2Fe O .3H-O, que se puede producir al descompone^
se la siderita y pirita, está compuesta en parte, segdn
Brbwn (1961), por goothita oC-FegOo'HgO o bien por una moz,
cía de ésta y lepidocrocita If-Fe^Oo«HgO, Por último, la
pirita puede oxidarse foz*mando diferentes sulfates, que
segxin Quigley et al. (l973) pueden ser jarosita, natroja-
rosita, yeso y ácido sulfúrico. Calcita y dolomita se al.
teran disolviéndose en agua carbónica, y contribuyen con
sus cationes a la formación de algunos de los componentes
citados anteriormente, cuando no pasan a disolución.
398

FRAGMENTO MUESTRA

SECAR
•n Mtufa a 1 0 8 « t 6 * C .

DENSIDAD SECA
eon mareurlo

MACHACAR
con mortaro d* Morro

TAMIZAR
tomli A.ST.M. N» 100

CUARTEAR

Jk-

DENSIDAD DE GRANO ANALISIS DE ANÁLISIS


con tolueno RAYOS X QUÍMICO TOTAL

Jk.

JÜL
MATERIA AZUFRE
CARBONATOS SULFATOS
ORGÁNICA TOTAL

Fig, 169 í Esxiuema de preparación de muestras para la realiza-


ción de diferentes ensayos en pizarras con un cont¿
nido en piritas bajo.
399

FRAGMENTO MUESTRA
con pintos en obundonclo.

SEPARAR EN DOS PARTES

FRAGMENTO 1 FRAGMENTO 2

in-
seguir el esquema de lo
MACHACAR figura 169 utilizando mortero
en mortero de porcelano de porcelana en lugar de
hoeto grovlllo mortero de hierro.

JL
SUMERGIR
oceite de porofino

MACHACAR
en mortero de porcelano
hoeto polvo

JÉL
% PIRROTITA ANAUISIS DE
con acido elorhidrieo. RAYOS X

Fig. 170; Esquema para la preparación de muestras en las


que se quiere determinar el contenido de pirro-
tita.
400

En la toma de muestras con diferente grado de altera-


ción química seguiremos Ips c^rP^Tiqa de pEgRIJ y PATTON
(1971) que definen los perfiles de meteorización en
pizarras, complementándolos con la variación en el co-
I i)r que sufren las mismas (^on la alteración. Los agen
te^ pigmentantes más importantes pn las pizarras son
el óxido férrico, óxido ferroso y carbono de la mate-
ria orgánica. BLATT (1972) relaciona el color con es-
tos compuestos según se recoge en la Fig. 171}

MIS

PURPURA VERDE
F»,0, F«0

Fig. 171. Relación entre color y agente pigmen-


tante en pizarras.

de ahí que lop cambios que se observan en la colora-


ción, pasando norinalmente de colores oscuros y grises
a marrones-amarillentos, sean debidos a oxidaciones
del ion hierro e incluso pérdidas de materia orgánica.

El estudio de la iBéteorabilickadfrente a procesos que no


alteran ia composición química se hará según los méto-
dos descritos en el Capítulo 9 sometiendo las pizarras
a ensayos de laboratorio.
401

13.1. Geología

Los terrenos de la zona Vasco-Cai^tábrica se formaron


en la el apa sedimentarla que abarca paiste deL Malm,Cretá-
( leo Iritnrior hasta el Cenomanense, en el Golfo-
Vasoo-Cantábrico, cuyas aguas cubarían Vizcaya y todo
el Centro y Oeste de Guipúzcoa. La facies Weald,
característica de esta zona, es una consecuencia de
los movimientos en vertical y condiciones especiales
de sedimentación.

En el Albense Superior se producen importantes movi-


mientos epirogénicos que rejuvenecen el relieve, e in-
terrumpen la sedimentación en esta zona, que originan,
ya en el Cenomanense Superior y como consecuencia de
una primera fase de la orogenia alpina, el levanta-
miento del área que se corresponde con el Anticlinal
Vizcaíno, por el que discurre parte de la Autopista
mencionada.

Los tipos de pizarras que se presentan en el Cretáci-


co a lo largo de la traza, se recogen en la TABLA IIC.
De ellas escogeremos para su estudio una zona en los
estratos de la facies Weáldica, otra en el Aptense y
una tercera en los estratos más recientes, del Alben-
se. Por último , se es tudiajrá también la problemática
de las pizarras con piritas en abundancia que apare-
cen en diversos estratos del Cretácico.
Í402
T A B L A I I C

Tipos de pizarras del cretácico de Xa zona Vasco-Cantábrica y forma de presentarse

Características Fonna d^Q presentarse


En episodios En lechos intercalados
Composición Color Nivel dentro de dentro de En alternancia con Con lechos intercalados de

Micáceas negras ^1 I
Margosas negras calizas pararrecifales
^2
Arcillo-margosas negras areniscas y calizas
1
Micáceas negras Gi7 4 cuarcitas y areniscas
Gl6 cuarcitas tabulares
Arenosas negras ^15 areniscas
Aiscillo-arenosas negras Gi4 areniscas
Gi3 cuarcitas
Gil cuarcitas y areniscas
G9 cuarcitas
Gg cuarcitas y areniscas
Arenosas negras G7 ortocuarcita
Arcillosas negras G6 ortocuarcita
Arenosas negras ^5 areniscas
G4 ortócuarcitas
G3 ortócuarcitas y areniscas -
«2 ortócuarcitas y areniscas piz.arcill.
Arcillosas negras Gl cuarcitas y arenas are. -
U6 cuarcitas y areniscas
Margosas negras u areniscas f
Arcillosas ocre-rojizas ü piz.arenosas y areniscas
Arcillosas negras u areniscas y margas
u piz.arenosas y ortócuarcitas -
Margosas negras u margas

.II
NOTA: De U, a U^ pertenecen al Urgoaptense y Albense inferior, y del G. al G^ se depositaron en el Albense Superior
y en el Cenomanense Inferior,
ií03

13.2. Climatología

La temperatura media anual en esta zona es de ll^C, y


la precipitación anual es de 1100 mm,, datos con los
que PELTIER (1950) define una agresividad climática
por hielo, débil o insignificante, y agresd^vidad quí-
mica moderadat

La TABLA IC recoge diferente datos climatológicos


conío lluvia mensual, número de días con precipitación
menor de 1 mm., temperatura media mensual, y número
de días con temperatura menor de 0°C, que definirán
los procesos de alteración a que se van a ver someti-
das las rocas situadas en esta zona.

T A B L A I G

Datos climáticos de ijLa zona Areta-Altube.


Media de los valores tomados durante el período I93l«>^0

Precipita Temperatu-
Precipita. ción menor Tempera- ra mínima
Mes ción mm. de 1 mm. tura me- menor 05C
NS de días dia ^c N5 de días
Enero 120 18 5 3
Febrero 110 17 7 6
Marzo 80 21 9 3
Abril 90 19 9 -
Mayo 80 19 Ik -
Junio 90 22 16 -
Jul i 0 70 23 15 -
Agosto 100 22 18 -
Septiembre 110 21 17 -
Octubre 120 18 12 -
Noviembre 120 17 9 3
Diciembre 1^0 17 7 3
kok

El efecto del agua por saturación^ precipitación dis-


tribuida a lo largo del año, o por oscilaciones de hu
medad-sequedad, número de dias de precipitación menor
de 1 mm., será acentuado, mientras que tendrá poca Im
portancia el efecto de las bajas temperaturas, ya que
las temperaturas medias mensuales son elevadas, y el
número de días con temperatura mínima menor de O^C es
bajo.

13.3. Estudio de la meteorabilidad de las pizaarras de la


facies ¥eáldica

£1 estudio se ha centrado en un macizo de pizarras


por el que discurre la traza de la Autopista Bilbao-
Zaragoza, en el que se h a efectuado u n desmonte que
alcanza una altura máxima de 30 m., y una longitud de
800 m., situado en las proximidades a Bilbao, en la
zona denominada Venta Alta, entre los Km. 101 + 300
y 102 + 500 de referencia de la autopista.

El :p«rfil de meteorización de estas pizarras,en la


zona de cota máxima^estaba constituido por una parte
de roca sana, zona III, cubierta por una capa de alte-
ración de unos 10 m. de espesor de roca meteorizada.
En esta última se puede distinguir en los dos metros
superiores una roca muy alterada, pero en la que to-
davía se aprecian las estructuras de la roca origi-
nal , h o r i & IC, y entre los 2 y 10 m. de profundidad
una zona de roca muy alterada con fragmentos de roca
menos alterada, por lo que puede considerarse liWi^te,
IIA. En la base del talud aparecían surgencias de
agua, particulannente por encima de estratos de are-
niscas que cortarían las redes de filtración dentro
del macizo, que tenían la superficie cubierta de de-
pósitos de color rojo. Fig. 172.
í>03

Se tomaron cinco muestras en este tipo de pizarras,


que se denominarán T.1. Una en roca sana* P.IO, dea
en roca alterada, P.ll y P.12, tomadas en la zona IIA,
y dos en roca muy alterada, P.13 y P.l^, tomadas en
la zona IC. Tambián se tomaron dos muestras de agua,
una en octubre, cuando apenas habían comenzado las
lluvias, y otra en abril, después de un largo pwríodo
de prec ipitaciones.

Fig. 1 7 2 . Surgene ia en la» pizarras Aptenses


de Venta Alta en las proximidades de
Bilbao,
ko6

13»3.1« Alterabilidad frente a procesos que varían la cortiposi-


ción química de la roca,

a/ Evolución en la composición mineralógica.

En la TABLA C se recoge el contenido de materia or-


gánica^del CO2 que forma parte de los carbonatos, del
SO3 que forma parte de los sulfates, y de los sulfures

T A B L A C -

Compuesto P,10. P.ll. P.12. P.13. P.lk.

Materia orgánica 1 'O? 0'99 1'31 Q'71 1^01


o/, CO2 l'OÓ 0 0 0 0
^ S03 o'oe 0'20 Q'02 0«02 Q'03
Sulfures S2Fe Cy'aó 0'32 0 0 0

Se observa que con el aumento de la alteración se pro-


duce :
- Mantenimiento del contenido de materia orgánica.
- Disolución de carbonates.
- Muy pequeña proporción de sulfates en toda la muestra.
- Disminución en el contenido de siilfuros.

De lo que se puede deducir;


- La meteorización no modifica el contenido de materia
orgánica.
- Les sulfures se alteran oxidándose a sulfates que
atacan los carbonates de la roca, disolviéndolos, y
marchando en diselución, per lo que no se encuentran
sulfates o se encuentran en muy pequeñas cantidades.

En la TABLA . G I s^ recoge pl contenido de elementes


expresado en óxidos, y en la TABLA CU el análisis
químico de las aguas que bañan estas pizarras.
407

T A B L A C I

P.IO. p.ll. P.12. P-IP- F.lk.

S i Og 59'^ 68'2 60'5 6l'l 57(7


19'2 17'5 20'6 21'3 19»8
Al2°3
0 0 6'0 5'1 10'5
^®2°3
F@ 0 4«8 1.7 0'26 0«16 0«24
Mg 0 1'2 O'ifU 0'50 O'léS 0«42
Ca 0 0«66 0'08 0 0 0
NagO 0»61| l'O 0»92 0'75 0152
Kg 0 8'0 5«2 5.7 6tU 319
Ti Og 0«78 0>89 0'80 0«87 0«53
Pg 0 5 0«12 0'02 0112 0'05 0«11
Mn 0 0<06 O'Ol 0101 O'Ol o«o4
CO2 l'OO 0 0 0 0

^°3 o'oa Q'20 0102 0'02 0«03


Sg F e 0»26 0'32 0 0 0
Hg 0 (comb.) 2«8 2'1 2'6 2'5 3«3
m.O 1»07 0'99 1«31 0'71 1»01
Humedad o«8 l'U l^k 1'7 l'l

T A B L A C I I

Agua de A. T. I . A. T . I ,
lluvia Octubre Abril

p.H. 6'2 7.9

p.p.m. p . p . m.
p o p o rtic
S i 0¿ 2'1 10
Aiao3 - 0
Ca+ + 13 15H5 136
Mg++ Ik 39'5 3k
Na+ 0«3 3 0 «4 0«3
K+ 0 2'9 o
Fe++ 0 0 o
Fe +++ 0 0 o
S Olí 325'2 280
H CO3 To 230«3 221
co| 0 - 5
Cl" ik 21»3 3
Residuo seco 12^ 706
4 08

El análisis conjunto d^ e^ta^i tres tabJ^as permite afir;


mar lo sigTaientes

La sílice se disuelve en algo más que las 6 p.p.m. que


le corresponden a e'ste pH, segrín se vid en la Fig. 27i
pero en una cantidad muy próxima a esta, de ahí que la
variación obtenida, en el ailalisis químico, puede consjL
derarse debida a disolución.

La alúmina no se disuelve, tambián mostrándose d@ a»


cuerdo con la baja solubilidad de este compuesto a es-
te pH según los estudios de Magistad, recogidos en la
Pig. 27» por ello, ese ^uniento que sufre es debido a
la pérdida de peso total, que sufre la pizarra al alte-
rarse, de ahí que en la interpretación de la composi-
ción química, haya de tenerse en cuenta esta premisa
analizando los resultados en la óptica de una propor-
ción de alúmina constante.

Se observa una transformación del hierro de ferroso a


férrico con la alteración. En el agua no se aprecia
porque el hierro solamente es soluble en estado ferro-
so y se deposita en el férrico, por ello cubre la su-
perficie de los parame^tos por donde discurren estas
aguas, en la forma de hidróxido, según se aprecia en
la Fig, 172.

El contenido de Ca y Mg disminuye de la misma forma


que el COg de los parbonatos, si bien el Ca desapare-
ce de forma total mientras que el Mg solamente lo ha-
ce parcialmente, reduciéndose a la mitad, que perma-
necerá formando parte d^ loi^ compuestos arcillosos.

La proporción de álcalis también disminuye particu-


larmente el con^enidc? ®íi potasip, que se reduce a la
mitad en la roca. Las aguas también llevan sodio y
409

potasio, pero disminuye drásticamente la concentracián


de estos elementos cuando el agua que lava la roca es
abundante, como cojfresponde al pasar de septiembre a
abril en la toma de muestras.

También es explicable, con el contenido de pirita de


la pizarra, la proporción de SoQ existente en el agua
de lavado I y el aumento de H C0« frente al del agua de
lluvial cpn el contenido en siderita que, como se ha
dicho, es muy inestable, lo cual también Justifica los
depósitos de hierrp que cubren la superficie de los
taludes. La reaccidn que se produce es i

2 Fe*^ + if H COg + HgO + i 0^ Z^ Z FeíOH)^ + k CO^

Los difractogramas obtenidos mediante la acción de los


Rayos X se recogen en las Figs. 173» 17^1 175» 176, y
177» La interpretapión de ellos se resume en la TABLA
CIII y CIV.

El contenido en cuarzo y minerales arcillosos en estas


pizar^^s es similar y, de forma aproximada, obtenido
de la proporción de Si Op y A1_0- de las rocas. El por
centaje de cuarzo es1¡;á comprendido entre el 35 y ©1 ^89^»
y el de micas y arcillas entre 46 y 559¿.

El paso de moscovita a illita,se aprecia por una dismi-


nución en la intensidad d^ las bandas características de
la primera por efecto de la meteorización, es practica,
mente imperceptible en los difractogramas de Rayos X.

La calcita, cuya banda característica está a 29'1-, es-


tará presente en muy pequeñas cantidades, pues en esta
zona la intensidad de ellas es similar a la de los rui-
dos de fondo, lo mismo ocurre con la dolomita, que pro^
duce intensidad máxima a los 30'6?, mientras que la si-
4io

derita, cuya banda característica se encuentra a 31'62,


está presente de forma clara.

Con la alteración disminuye drásticamente la intensi-


dad de la banda de siderita» denotando su desaparición^
como corresponde a la inestabilidad propia de este mi-
neral •

Los compuestos del azufre presentes en la pizarra P.IO


son pirita y sulfates. El análisis mineralógico detec-
ta claramente la presencia de pirita, que químicamente
se obtiene en u?i porceJT.taje próximo a 10'39¿. Estos com
puestos desaparecen con la alteración, marchándose con
el agua de lavado, donde se encuentra el anión SOg en
la proporción de 325'2 p,p.m.
411

T A B L A CIII
COMPOSICIÓN MINERALÓGICA DE LAS PIZARRAS

MUESTRA P.IO P.ll P.12 P.13 P.l4

MAT. ORGÁNICA 1 '07 0'99 l-^ll 0«71 1 '01

CUARZO a a a a a

MOSCOVITA b b b b b
ILLITA a a a a a
CLORITA mb mb - - -
VERMICULITA mb . . _ •p

CAOLINITA

CALCITA > - - -
DOLOMITA - _ _ ,
SIDERITA b « - -
GOETHITA - i mb mb

PIRITA i i
YESO
ALBITA i mb

Intensidad del pico en el difractogr. de Rayos X: ai alta; bt baja;


mb; muy baja;i: indicios; -s no perceptible

T A B L A CIV

MUESTRA P.IO p.ll P,12 P.13 P.l4

MAT. ORGÁNICA 1 '1 l'O 1'3 0'7 l'O


CUARZO 31 48 36 36 35
MAT. ARCILLOSOS 50 46 54 55 52

CALCITA
DOLOMITA
SIDERITA

LIMONITA - - e^e 5'6 11«6


PIRITA O'3 0'3
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4l7

b/ Evolución en las características físicas.

Su determinó la densidad seca y líi densidad de grano


de cada una de las muestras segtíli el método recomenda-
do por la ISRM en su Dorumento n* 2. Los resultados
se recogen en la TABLA CV .

T A B LA C V

Valores de la densidad seca, densidad de grano y poro-


sidad.

MUESTRA Jf K^/mJ /d KK/mJ n -^


P.IO. 2782 2721 2.
P.ll. 2683 2279 15.
P.12. 2764 2213 20.
P.I3. 2756 1805 34.
P.l4. 2790 1807 35.

Se observa que la densidad de las partículas se mantie-


ne aproximadamente constante, lo que podría justificar-
se considerando que la alteración que aqi^í se produce
es la oxidación de sulfuros, e hidrólisis de carbonates,
desapareciendo, en general, estas sustancias, por lo
que la única modificación podría deberse a la pérdida
de las sustancias pesadas como la pirita, pero dado su
baja proporción, resulta prácticamente inapreciable.

En cambio, la dens;Ldad seca y la porosidad reflejan de


forma ostensible laip alteraciones sufridas por la roca.
En la Fig. I78 se recoge la relación entre una y otra
magnitud, que matemáticamente se puede expresar por la
ecuación:

-ÍK 2800 - |g
" = 35 ¿'Ó06 I "lidó
kX8

O- ! ';

Donde los valor9s 2800 y J,800 Kg/m de la densidad seca,


se pueden tomar cptno correspondi„entes a roca sana y roca
con un grado de alteracidn 3,íjí??á, con lo que ©ata recta d£
fine la variación de la póíf!ppí.dad absoluta con la meteori.
zaci($n química, en las cpndlciones enunciadas.

2i00-?d

moo 2000 2600 3000 ^nf

Fig, 178. Relación entre densidad seca y porosidad


en las pizarras T.l.
^19

c/ Evolucidn en las propiedades raepánicas.

Debido a la fisilidad manifestada por estas pizarras, es


prácticamente imposibile conseguir probetas con relación
altura-diámetro mayor de dpp, cuando éste es de 5 cm.
Por ello, solamente se ot>tuvo la resistencia a tracción,
some-^iendo a ensayo 1:?ra9;^leño rodajas de roca con un di¿
metro próximo a 5 cm. y longitud entre 1 y 4 era-, talla-
das con el ejQ perpendicular á los planos de fisilidad,
en la pizarra sar^ai P-10.

Los resultados se recogen en la TABLA CVI, de la que se


puede deduciíír como valor característico para la resisten
cia a tracción de «ste i,i^o de pizarras (f-* 7 MPa.

T A B L A qVI

Resistencia a trapcióñ de las pizarras P.IO

REFERENCIA D. L. Carga OT Tiempo rotura


cm. cm. .MRa - aee.
P.10-1 4» 90 4'29 2.34o 712
P.10-4 4«84 2 «00 1.060 7'0 5 m. 30 seg.
P.10^5 4'90 1'7? 86o á!5 6 m.
P.10-6 4186 i«6; 800 615 5 m. 15 seg.
P-,10-7 4f80 l'?5 700 7!4 2 m. 30 seg.
P¿10-8 4190 1'05 560 6!9 3 m. 35 seg.

d/ Meteorabilidad frente a Ips procesos que varían la compo_


sición qufmica.

Se ha dicho enteriormpnte que los valores de la densidad


seca 2800 y I8OO Kg/pi^. ^e pueden tomar como valores ex-
tremos de roca completamer^te sana y roca totalmente al-
terada. Pero, en el bien entendido, que el valor de la
roca sana sin meteorización pt^ede variar, probablemente,
entre 2800 y 2700 Kg/m3., y el v^lor I8OO Kg/m3. puede
*er el valor extremo del suelo residual.
/*20

Esto puede pernjitir c3.asificar el grado de alteración


de las muestras en futicldn del valor de la densidad se-
ca i asigimando un gr^dp de alteración O y 100 a las ro-
cas sanas y s^lteradas con densidades secas 2800 y 1800
Kg/m , por tanto la reí-apidn e^cistente entre estap dos
magnitudes será:

G.a 2800 r ¿d
100 2800 - 1800

Kg/m3.
Horizonte del macizo Dencfidad seca Grado de alteración
^ ^ — ^ • ,., , medj-a, __^ ,^.^_ _

III Roca sana 2.721 8

IIA Roca alterada 2.246 55


IC Suelp residual I.806 99

Por tanto, para que la ipeteórabilidad de esta pizarra,


cuando forma parte de un macizo sometido a un clima de
precipitacl,<$n total anual de 1100 mm. , sea muy baj^a (TA-
BLA XLIV), 1^1 tran^formacián en suelo residual no se de-
be alcanzar antes de 910 af^ps, y el paso a pizarra alte-
rada np se debe verificar antes de 470 años.

13.3.2. Alterabilide^d frente a procesos que no varían la compo-


picidn química de la roca.

Se pretendía conocer el efecto del agua cuando actuaba


de forma continua y cuarido actuaba en ciclos de hume-
dad-sequedad. Para determinar el comportamiento en el
primer casp sp sumergierpn 3 frag™e"*os de roca, des-
pués de haberlos sometido ai vacío durante 3 horas. Al
cabo de 3 mese? de inmersión los tres fragmentos perma-
necían inalterados y el agi^a relativamente limpia. La
absorción registrada en ellos se recoge en la TABLA
CVII.
421

T A B L A C V I I
1 I I 1 ) I ! II I .1 « l ^^^m^i^^m^mmm i i Mw^i^-^BMMaMw^M»

Absorción de agua de las pizarras T,l, a los dos me-


ses de inmersión.

Peso satu
MUESTRA Peso seco rado (dos Absorci ón
grms. meses,
--rr^ r grms .
P.10.4. 74^00 75'43 1 •93
P.10.5. 52^22 53'39 2 •24
P.10.6. 54'01 54'80 1 •46

El efecto de los ciclos de huinedad-sequedad se deterr.


minó sometiendo la muestra a inmersión en agua y secan
dola en estufa a 105 +, 5°^» según el proceso descrito
en el Capítulo 9.

Durante el proceso de saturación en el primer ciclo,


sin hacer el vacío previamente, no se observó altera-
ción alguna en la muestra, Fig, 179» más que una fisu-
ra en una de ellas, P.ID.3.» Fig. 180. A los diez ci-
clos de humedad-sequedad, dos de los trozos, P.10.2. y
P.10.3»! se habitan partido en varios fragmentos, mien-
tras que el P.10.1. permanecía todavía inalterado, Fig.
181.

A los 25 ciclos de humedadTsequedad, los tres fragmen--


tos se habían desintegrado en partículas más pequefias,
pero no se habían desmoronado. La comparación entre
el estado de estos fragmentos y de los que sé habían
sumergido en agua simplemente, que llevaban ya 4o día«
de saturación, se recoge ^n la Fig. i82.

Segün los criterios definidos en el Capítulo 8, la me-


teorábilidad de estas rocas frente a procesos de hume-
dad-sequedad puede conslde:parse s^lta, ya que antes de
diez ciclos pierden sii resistencia por desintegración.
422

Fig. 179. Muestras P,1,0,1^, P.10.2. y P,10.3» a las


tres horaB de sumergirlas en agrua. No se
aprecia alterac idn alguna mós que en la
P.10.3. en la que ae formó una fisura.

Fig. 18o. Muestra P,10.3. en la que se formó una fisu


ra a ios 10 minutos de sumergirla en agua,
probablemente según un plano de fisilidad.
it23

Fig. 181. MueBtras P. 10,1*, P»10 . 2 . y P.10,3. » lo» 10


ciclos de humedad-aequadad. Una de «lias,
P.lOtl. permanece Inalterada*

Fig. 182 * Muestra P,10.3* i a la derecha, sowetlda a


25 ciclos de humedad-sequedad, y muestra
P.IO.Í*,, izquierda, sumergida durante ko
días. Junto a la muestra se coloc¿ el va-
so donde permanece en IxViersldn, observán-
dose el prácticamente nulo desmoronamiento
que surre.
k2k

13.^. Estudio de la meteorabllidad de las p j z ^ r a ^ con abun-


dancia de piritas.

En la cuenca sadiment;.arLa del Golfo Vasco-Cantábrico en


la qu6f estamos estudii^ndp los diferentes tipop de piza-
rras que se han formado, hubo momentos de disminución
en las precipitaciones y,ppr tanto,en los aportes de
agrua a la cuenca, lo que provoca una caída pn el poten-
cial de oxldaciéni-reduccicSn del ambiente acuático aumen
tando la actividad de lap bacterias anaerobias, que da-
rían lugar a las piritas, y muriendo muchos de los or-
ganismos aerobios que junto con los aportes de materia
orgánica y la poca capac;Ldad de destrucción de la mis-
ma que tiene ese medioambi^nte, justificaría la presen-
cia de materia orgánica, pirita y elementos finos resis
tentes, ya sean cuarzo,' moscovita o arcillas.

Si las condicion^^ climátice^s llegaran a ser extremas,


también se acentuarían los efectos a que dan origen,
justificándose de esta fori^ja la presencia, normalmente
entre pizarras, de unos estratos de mayor o menor po-
tencia con un mayor contenido de materia orgánica y de
piritas.

Para el estudio de este tipo de pizarras ncs hemos cen-


trado en dos taludes de excavación contiguos, T.2, e-
xistentes entre el p.le,105 y p.k. 105 + 500, en las
proximidades de Arrigorriaga, ^n el tramo 01 de la au-
topista que une Bi^bao-Zaragozia, que están situados en
la facies Veáldica de comienzos 4el Cretácico Inferior.

El aspecto que presentaban a los pocos meses de excava-


ción era de degradación total en superficie; después
de un período largo sin lluvias y con temperaturas cáli-
das, estando además los taludes orientados al suroeste.
^25

la superficie se cubría de concreciones amarillas de


azufre. También en sus inme^iiaciones, fil secarse los
«hartos, sf> tapizaban de sales blancas, y de parte deJ
azufre. Estas concreciones superficiales depaparecie-
ron arrastradas por las primeras lluvias. El agua que
discurría por la superficie de los tfiludes en el primer
día de lluvia tenía un pH 5= i'5«

Estos estratos estaban situados al comiendo de los ta-


ludes, próximos a va^a^e^s« lo q\ie deMuestra que natu-
ralmente son muy eropionables,

Las muestras se tomaron de forma que la P.20. está


constituida por fragmentos grandes y compactos, en la
que se apreciaba una alteración menor, y la P.2Í2. en
cambio está tomada en la superficie de otro t^lud con-
tiguo, ya bastante degradado.

La muestra P.20. y la masa en general, estaba atravesa-


da por dos sistemas de fisuT'?is rellenos, unos 4e cuarzo
y otros de pirita combinada con cuarzo, como se com-
pirueba con el análisis mineralógico efectuado spbre los
rellenos de estas fisuras f.?0. fe y P.20 fp, cuyos
difractogramas se recogen en las Figs. 183 y 184.

La presencia de Qstas fisurai? rellenas podría justifi-


carse con la evolución del clima. Se había dicho que
la formación de estos sedime^itos se correspondía con
disminución de precipitaciones y aportas. Si las con-
diciones se prolongaran suficiente tiempo, podríají de-
jar en seco la cuenca, agrietándose los pedimentos,
mientras las bacterias anaerobias seguirí^in al agua me^
tiéndpse entre las grietas, donde colaborarían a for-
mar el relleno de piritas que hemos encontrado. Pos-
teriormente, en una nueva actividad climática, se pro-
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CUADRO N^ 9

HIPÓTESIS SOBRE LA FORMACIÓN DE LAS PIRITAS EN LOS ESTRATOS D E PIZARRAS

CLIMA APORTES SOLIDOS CONDICIONES DE LA CUENCA PROPORCIÓN DE ARENA, t LMO Y ARCILLA


A LA CUENCA Organismos Potencial
aerob» anaerob. oxid»-reduc.

- LLUVIOSO Gran cantidad sf no Positivo Arenas y pocos limos y arcillas


MENOS sí no Positivo A r e n a s , limos y arcillas
Menos cantidad
LLUVIOSO
- SECO Apenas exist. sf sf Pr<Sx. a cero Limos y arcillas con algo de m a t .
principio de aportes orgánica
u n largo pje
ríodo
- SECO Regresión marina no sf Negativo Limo, arcilla, materia orgánica y ^
mitad de un posible formación de pirita ^
largo perío^
do
- SECO Máxima regresión no pocos Negativo Apenas existe sedimentación.
final -de un A^fifietamiento en zonas escasas de agua
largo perí^. - Conc«ntrac. de or«. en eátas gtiétas
do
- Formación do piritas
- P r e c i p i t a c i ó n de cuarzo.
429

duciría el relleno de puarzo en nuevas grietas fonna-


das, donde no se encu^r^tira pirita, y en las antiguas
reí lenas df pirita, de ahí que aparezcan estos dos ti-
pos de rellenos. CUADRO N« 9•

Al comenzar una nueva actividad climática, comenzaría


un nuevo período erosivo de las rocas primarias, en
este momento quien gobiejrna el pH de las soluciofies
son los feldespatos, qi^e producen un pH básico, «n
las que, Fig. 27» la sílice es muy soluble, de ^hí
la abundancia de Si O s e n ellas. ^stas soluciones pe-
netrarían en las grietas de ],08 sedimentos foxnnados,
que tendrían unos pH ácidos, donde provocarían la
precipitación de la sílice, en grietas nuevas apare-
cerá sola, y en las antiguas, doncje se habían refu-
giado las últimas bacterias anaerobias, la sílice
acompañará a las piritas, y además aparecerán los
feldespatos menos alterables en ellas, para corro-
borar el predominio que en estos primeros momentos
dcj actividad meteorizante ejercen estos minerales,

a/ Evolución en la composicd^ón mineralógica.

La TABLA CVIII recoge'ol contenido de materia orgánica,


de CO2 que forma parte de los carbonates, y de SO3
que forma parte de los sulfates, así como el conteni-
do de sulfures, deducido del azufre total en la mues-
tra, teniendo en cuenta que no se «Intacta %m J>r«s*n-
el« de pirrotlta «n «lias.

I'
T A B L A C V I I I
' " '• " " 1 '

Compuesto P.20. P.22.

Materia orgánica 3'89 3174


CO2 0 O
SO3 o'74 0'53
Sulfuros 9'5 8*6
430

La composición química expresada en óxidos de sus ele<


mentos, se recoge en la TABLA CJX,

T A B L A .CIX

Composición química de las pizarras T.2. expresada en


óxidos • *

Óxidos P.20.
Si 0^ 53'2 46 «5
A1203 ?2»7 21» 9
U«8
^-aS
Fe 0 0'71 O •63
Mg 0 0«67 0^41
Ca 0 0 O
NagO 1'4 5«2

V
Ti Og
8
0«71
3'3
0'53
0'03 0'o4
"2^5
Mn 0 o«03 o «04
CO2 0 o
SO3 o*jk 0«53
S^Fe ^'50 8«6
H^O (Corab.) 2'6 2'4
m. 0. 3190 3'75
Hiunedad ;•? 1«8

En el análisis de esta,s dos tablas destacan los si-


guientes aspectos:

- El alto contenido de n^ateria prgánicaí próximo al 4^j


cuando la media en las rocas arcillosas se sltda en el
l'l^é, GEHMAN (1962), lo que indica xinas condiciones de
sedimentación de estas pizarras, fuertemente reducto-
ras .

- El alto contenido en piritas, sobre todo respecto al


porcentaje obtenido en el resto de las pizarras de la,
serie, que corrobora le^ afirmación anterior.
431

- La ausencia de carbonates, lo que jimto a la ausen-


cia de calcio, indica que pro1?ablemente nunca hayan
formado parte de esta roca o lo hc^yan hecho en muy
pequeña cantidad, y dadas las condiciones reductoras
podrían ser siderita.

- La presencia de sodio, en cantidades muy superiores


al resto de las pizarras, en la muestra P.22.

Del examen de los difractogramas obtenidos por accidn


de los Rayos X sobre las muestras de estas pizarras,
Fig, 185 y 186, se deduce:

- Presencia de cuarzo en cantidades significativas


solamente en la pizarra P,20., en la que existen
picos intensos a 20"9?, y 50'29, faltando en la P.22.

- Presencia de mpscovita-iHita en las dos muestras,


si bien el pico característico de est© mineral en
26'85 presenta una intensidad mucho mayor en la mues_
tra P.20. que en la P.22.

- Ausencia de calcita» dolomita y siderita. Contení^


do en C0„ nulo.

- Presencia de pirita con picos a 33'l'i 37*18 y 56»35,


siendo más intensos en la P.22. qu© en la P.20. A pe-
sar de ello, el contenido en sulfuros obtenido quími-
camente es similar.

- Contenido de feldespato en P.22., con picos de bas-


tante intensidad a 22'18, 23'69 y 24 «39.
432

El t i p o de feldespato que más se ajusta al difracto-


g^rama obtenido para P.22. es la a l b i t a , cuyos picos
más ininrisus, sefírún GOí)Dy|;AR v PUFFIN (1^5^), se dan
en líjs grados siguientes, PABLA CX.

T A B L A CX
I '. I I ! l i l i — ^ — — • ^ — — — — - » — — — — ^ —

Análisis por difracción de Rayos X en la albita.


I II I I ^ — ^ « — ' I I I I I
I —^.^•^Wi.W—.—^^—M^—*1^i—^•^•^^M^i^—^^"

I ^ Grados
8 4'02 21'9
7 3'77 23'^
8 -^'óe 2 4 »1
8 3'21 27'6
10 3'13 27'7
7 2»96 29'4

La composición mineralógica de estas pizarras se re-


coge en la TABLA CXI.

T A B L A C X I

Composición de las pizarras T.2.

P.20. P.22,

MATERIA ORGÁNICA 3'89 3174

CUARZO a (27) • -

MOSCOVITA
ILLITA 1(39) J(28)

PIRITA b(9'5) :b(9)

FELDESPATOS .(4M
433

La piaarra P,22. muestra Xa particularidad de estar


compuesta prácticamente por raoscovitá-illita y albita,
junto con pirita. En el supuesto de que los iones
sodio formasen parte de la albfta, SÍ3O8» Na Al, y los
potasio de la mica, las cantidades tepricas de cada
una de ellas que deberían de existir serían:

±
Moscovita-illita 28
Albita kk
Pirita 9
Materia orgánica U

La cantidad de Si Og y AI2O13 que correspondería a cada


uno de los minerales sería:

^ Si 02 9é AlgO^
Moscovita-illita 12'66 10'76
Albita 30«22 8'56

TOTAL 42'88 19'32

Todos estos resultados se ajustan suficientemente a la


composición química real obtenida en este tipo de piza
rras, por tanto, a pesar de que la albita posee una
estabilidad intermedia, Fig. 3» parece que puede exis-
tir en cantidades altas en este tipo de pizarras, con-
juntamente con la ausencia del cuarzo.
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436

b/ Evolucién en las características físicas.

En la TABLA CXII se recogen los resultados de la densi-


dad seca, densidad de grano y porosidad.

T A B L A ex I I

Valores de la densidad seca, densidad de grano y po-


rosidad en T.2.

MUESTRA h Kfi/™? ,^d %/íii3 n ?¿


P;.20. 2826 2725 3
(
P.22. 2859 2200 23

En estas pizarras, existen dos elementos que aumentan


en cantidad respecto al resto del conjunto y que pro-
ducen efectos opuestos sobre las propiedades físicas.
Son la materia orgánica y las piritas. La materia or
gánica tiene densidades próximas a 1000 Kg/ra3 P meno-
res, y en la pirita es de 5000 Kg/m3. La gran propor
cián de esta última presente en la roca es la que el¿
va la densidad de grano del conjunto casi en 50 Kg/m3
respecto a las pizarras sanas de T.l.

Los valores obtenidos de la densidad seca y porosidad,


se aproximan a ^los obtenidos en T.l. para pizárrap sa^
ñas y alteradas, ajustándose estos valores a la recta
que relaciona en T.l. densidad y porosidad. Fig. I87.

c/ Meteorabilidad frente a los procesos que varían la com


posición química.

Análogsünente a como se hizo en las pizarras de la fa-


cies Weald, se va a utilizar para determinar el grado
de alteración el valor de la densidad seca, tomando
como valores extremos también los de 2800 Kg/m3. para
^37

n^e

40
^"^~"^^:Í^^
30

^•»N^22
20

10

1
ISOO 2000 2500 SOOOUB/Bf»

Fig. 187. Situación de las pizarras T.2. respecto a


la relación densidad seca-porosidad defi-
nida para T.l.
^38

roca Qon una alteración del 100^, en el impuesto que las


rocas sanas puedan tener densida408 Cf>mpren4ida8 entre
2800 y 2700 Kg/m^..

Los gradios de alteración que le corresponde^ a cada una


de las mt^estras analizadas son:

Estado de Densidad seca Grado de


alteración Kf^/m^. alteración

Roca sana 2.725 7


Roca alter. 2.200 60

Por tanto, para qué la meteorabilidad de esta pizarra,


cuando forma parte de vui macizo sometido a un clima de
precipitación total anual de 1100 imn., sea muy l^aja se-
gün la clasificación dada en la TABLA XLIV, la transfor
mación en roca alterada no debe ifiloansEar antes de 530
años.

Estas rocas, en cambio, expuestas en las caras de los


taludes, a los agentes atmosféricos, se desintegran r¿
pidamente en sv superficie por las mismas transforma-
ciqnes explicadas, debido a la acción directa d^l cli-
ma que no sufre^i en el interipr del macizo, por tanto,
en est9.s condiciones, la meteprabii^-idad es alta.

13.5» Estudio de la meteorabil^-dad de las pizarras Aptenses.

£1 estudio se ha centrado en las pizarras de los talu-


des de excavación de la autopista Bilbao-Zaragoza del
."Desmonte Oketti", situado en el entorno del p.k. 2107,
tramo 02.

Una característica que se apreciaba a simple vista era


su mayor fisilid^d, comparada con las pizarras de T.I.,
T.2. y T.4., favorecida por el buzamiento de los pla-
nos de fisilidad en el mismo ^entido que la ladera del
monte.
^39

En el talud natural excavado| se apreciaba una zona superior,


de 3 a 5 m. , alterada, que podrífi corresponder a la zona H A
o IIB del perfil de Deere y Patton. Las muestras se tomaron
en la parte considera4a roca sana, P.30 y en la zona de ro-
ca alterada, P.32,

Se ha estudiado la alterabilidad de la roca fr«nte a proce-


sos que varían la coraposicidn química, pues frente a la ac-
ción del agua simplemente, son más meteori»ables que las T.I.,
que vimos se degradaban con 25 ciclos de hunodad-a«quedad,
por lo que también se consideran con una aB«ec(pptlbilida<f al-
ta a este tipo de fenómenos, consideradas como rocas sueltas.

a/ Evolución en la composición mineralógica.

El contenido de materia orgánica, carbonatos Mqpresados en


COp, sulfates en SO y sulfuros en forma de pirita, se re-
coge en la TABLA CXIII. De ella puede deducirse que con
la alteración desaparecen los sulfuros y carbonatos, el pr£
ceso sería, como ya se ha dicho, oxidación de las piritas,
ataque de los carbonatos por los productos resiiltantes de
la reacción y por el propio CO del agua de lluvia, y pro-
ducción de sulfates que se van en disolución.

T A B L A C X I I I

i ^
Compuesto P.30. P^ 3 2 .
Materia orgánica O'91 O'60
% CO^ 0160 O
% SO o«028 O'016
Sulfuros, Piritas O'92 O

En la TABLA CXIV se recoge el con-^enido de elementos expre-


sado en 'óxidos.
^39

En el talud natural excavado, se aprecijiba una zona superior,


de 3 a 5 m. , alterada, que podrípi corresponder a la zona IIA
o IIB del perfil de Deere y Patton. Las muestras se tomaron
en la parte considerada roca sana, P.TO y en la zona de ro-
ca alterad^, P.32.

Se ha estudiado la alterabilidad de la roca fr«nte a proce-


sos que varían la composicidn química, pues frente a la ac-
ción del agua simplemente, son raás meteori»ables que las T.I.,
que vimos se degradaban con 25 ciclos de htraiedad-a©quedad,
por lo que también se consideran con una t«M8c<pptibilida<t al-
ta a este tipo de fenómenos, consideradas como rocas sueltas.

a/ Evolución en la composición mineralógica.

El contenido de materia orgánica, carbonatoe ^Hqpresados en


COg, sulfates en S0„ y sulfures en forma de pirita, se re-
coge en la TABLA CXIII. De ella puede deducirse que con
la alteración desaparecen los sulfures y carbonatos, el pr£
ceso sería, como ya se ha dicho, oxidación de las piritas,
ataque de los carbonates por los productos resultantes de
la reacción y por el propio CO del agua de lluvia, y pro-
ducción de sulfates que se van en disolución.

T A B L A C X I I I
1 ' ^
Compuesto P. 30. P. 32.
Materia orgánica O»91 O«60
^ 00^ 0160 O
9é S0_ O «028 O «016
Sulfures, Piritas O«92 O

En la TABLA CXIV se recoge el contenido de elementos expre-


sado en 'óxidos.
kko

T ;A B L A C I V

Composición química expresada en óxidos de las pizi


rras T.3.

Óxidos PjJJO

Si Og 67 ^k 6l«8
AI2O3 16 • 2 19'7
0 '3 5«8
Fe O 3 '0 0'24
Mg O 0 '83 0«6l
Ca O 0 147 O
Na20 0 '82 0«76
K^O 4 12 6»1
Ti O2 0 .74 o«73
0 '06 o «08
Mn O 0 05 O • 03
0 60 O
SO3 0 03 O «02
S^Fe 0 92 O
H O (comb.) 1 38 2'60
m. o, 0 92 O'59
Humedad 0 ' it2 l'l

Los difractogramas obtenidos por acción de los Rayos X


sobre estas muestras, se recogen en las Figs. 188 y I89,
en los que se observa;

- Fuerte intensidad en los picos correspondientes al cuar-


zo, a 26'8? y 20'9?. De la composición química puede
deducirse una proporción de 48'459¿ aprox. en P.30. y un
3 8 ' 8 ^ de cuarzo en P.32.

Fuerte intensidad en los picos correspondientes a la mos


covita-illita. Según la composición química, puede apro.
ximarse el contenido de estos minerales a 42'12?éen P.30.,
y 51'22 en P.32.
kkl

\
- Siderita en P,30., dada por el pico a pSS, que disminu-
ye en P.32. sip anularse debido £^ que corresponde también
a la moscovita-illita.

De la evolución en la composición qufmica, analizando con-


juntamente el contenido en CO^ con la ©volucián en el hie-
rro que pasa de ferroso a férrico, se deduce que puede exi¿
tir un 1*6 9¿ de siderita.

- La.pirita, detectada en P.30. en el pico a S'^'S?, que djs


saparece en la P.32., forma parte de aquélla en un O'90^,
se^tln los resultados de los análisis químicos.

- Por último, los picos con pequeñas intensidades simila-


res, a 22'15, 23'6? y 2^'3- en la piaarra P.30., indican
que en ella se encuentran presentes feldespatos.

Estos datos se recogen en la TABLA CXV y CXVT.


kk2

T A B L A C X y

Composición mineralógica <3® 1*^ pizarras T, 3»


•••il^-WIIWIIW IWI»I « • « • • I • •! I •! 11 I I I I » «IW —l|l ! • • — i — M ^ — — ^ 1 » — — — ^ — ^ ^ T — • • • • ! •

jP^W>V P.32

Materia orgánica (0!9l) (OjéO)

Cuarzo a a

Moscovita b b

mita a a

Calcita -
Dolomita - -
Siderita b
Goethita - i

Pirita i -
Yeso

Albita mb i

a: alta; b; baja; mb: muy baja; i; indicios; -: no detectada

T A B L A C X V I

Composición mineralógica cuantitativa aproximada


de las pizarras T.3»

PjjHO LtJl
Materia orgánica 0?9 0'6
Cuarzo 48 39
Materiales arcillosos k2 51
Siderita 1'6 •»

Limonita - 6*k
Pirita 0.'9 ^
t i "• ; 1 * ¥ - , " • % ' ; - ' M-^ ; ¥ í ' - ' , » * ' • r - ,. • '*••*' '- .•' r * ; " - , ' ^' '4 , f ' ' ' ' • • ' i •• ' i f - ^ , • ; •- i '
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Lk
445

b/ Evolvición en las características físicas.

Estas características se recogen en la TABLA CXTII en


ella se observa que el peso específico de grano no va-
ría con la alteración, mientras que la densidad seca
disminuye de forma clara, y la porosidad aumenta. Es-
tas dos magnitudes se ajustan a la relación obtenida
para las pizarras en T.l. F^ig. I90.

T A B L A C V I
'I •, I i I . 1 I ' I, • |i I i i I ' ' '

V a l o r e s de l a d e n s i d a d de g r ^ n o , densidad seca y por£


s i d a d en p i z a r r a s T . 3 .

MUESTRA i?g K g / m 3 |^ Kfí/m^

P.30. 2778 2589 •7

P.33J 2793 2398 18

1SO0 200<? 2S00 3000


Itf/m»

Fig. 190. S i t u a c i ó n de l a s p i z a i ^ r a s T . 3 . r e s p e c t o a
l a r e l a c i ó n porosidad-densidad seca d e f i -
nida para T . l .
kké

c/ Heteorabilidad frente a loa procesos que varían la com-


posicióix química.

Si se siguen tomando como valores extremos de la densi-


dad seca.para roca sana y con a^-teFaciiSn del lOO^jlos
señalados anteriormente, se debe adpiitir, en este caso,
que la roca aun en estado sano puede tenor grados de
alteración del 25^, y los valores de esta magnitud se-
rían;

Estado de alteración Densidad saca Srrmdo de alte-


Kg/«P3. ración

Roca sana 2589 21


Roca alterada 2398 ^0

Por tanto, para que la meteprabiüdad de esta pizarra


cuando forma parte de vm. maciaso sometido a un clima de
precipitación total anual de 1100 mm. , sea muy b^ija se-
gún la clasificación de la TABLA XLIV, la transforma-
ción de roca sana en roca alterada no se debe alcanzar
antes de I90 años.

13f6. Estudia de la meteorabllidfid yte las piza^rras Albenses

El estudio de este tipo de pizarras se centró en loa


taludes de excavación existentes en el pk 2120 de la
autopista Bilbao-Zaragoza, lugiar donde se ciniza con
la carretera nacional de Bilbao a Vitoria y conocido
^, con el nombre de Venta de Ulpiano, que se denominará
T.4. Presentaba, además del interós de corresponder
. a los últimos estratos depositados en el Cretácico
Inferior, una alteración muy rápida superficial después
de abierto el talud, Fig. 19I» que llevó a construir
unos taludes muy tendidos para evitar el movimiento
de estos fragmentos resultantes de la alteración.
kk7

En las Figs. 192 y 193 se recogen las alteraciones ma-


nifestadas por* los trozos de roca 9. Xoa pocos dfas de
©íftar a la intemperie en v^-rano^ por-tanto tenían
una susceptibilidad a la meteorización muy alta. En
las Figs. 19^ y 195 se recoge el mismo fragmento de
la Fig. 193 abriendo las grietas con la mano.

El desmonte de estas pizarras, qu« se alteraba muy rá-


pidamente, dejaba al descubierto nodulos de diferente .
anchura aplastados en dirección perpendicular a los
planos de sedimentación, que se mostraban más resisten-
tes a la meteorización.

La parte superior del desmonte en estas pizarras, que


en su parte sana presentaban un color gris dscuro, ad-
quirían una tonalidad marrón y mostraban una potenpia
de 2 a 4 m. En cualquier caso, altera<te o sana, no
mostraban vuia flsilidad aparente. Las pizarras sanfis,
que alcanzaban una resistencia a compresión simple me-
dia de 52 MPa. , se alteraban rápidamente segtin super-
ficies concoideas en forma de puzzle, Figp 195, mien-
tras que las alteradas no lo hacían.

El estudio de la alteración se planteó tomando como


causa las hipótesis siguientes:

- La compresión del aire en los poros de la roca provo-


cada por la alta succión de los capilares. Su estudio
se llevó a cabo secando las muestras en estufa a IO3 *
5-C durante 24 horas, dejándolas enfriar al aire, y s£
metiéndolas seguidamente a la inmersión en agua, com-
parando su comportamiento con el de otra serie de tres
muestras, sometidas a un vacío menor de 2*5 nmi. des-
pués de secas, y en este estado imuMladas* Si la al-
teración se debiera a este fenómeno, las muestras no
kk8

se alterarían cuando se hiciera previamente el vacío.


También se ensayaron de la misma fona^i un fragmento
de nádulo, saturándolo al vacío y al aire, para obsei_
var su comportamiento.

- Debido a la expansión y contracción de los minera-


les arcillosos para lo que se someterían a ciclos de
humedad segiln el método descrito en el Capítulo 9«

- Debido a alteraciones químicas de sus minerales,


para cuyo conocimiento se estudia la evolución en sus
componentes con la meteorización química, tomando mués,
tras en la zona inferior, de la roca sana, P.40., y
en los 3 metros de coronación del desmonte donde la
roca mostraba un cambio de tonalidad, P.^2.y P.43.
Es de señalar que en la separación entre una zona y
otra de diferente alteración aparecía un delgado es-
trato de areniscas de 10 a 20 cm. de espesor, que de
alguna manera debió de cumplir la misión de superfi-
cie impermeable, cortando las filtraciones de agua.
El estudio de la meteorización, por procesos que al-
teran la composición química, se completó con el aná-
lisis de las aguas recogidas al pie del talud, proce-
dentes de la escorrentía sobre la superficie de éste.
Fig. 191. Alteración superficial observable en el ta-
lud, T.k., en pizarras albenses a las po-
cas semanas de haber sido excavado.

Fig. 1 9 2 . Alteración observable en los fragmentos de


roca, resultantes-dB la excavación, a los
pocos días de estar expuesto a la intempeT
rie .
450

Fig. 193. Bloque


alterado,

Fig. 194. Fase 1


de la separación
de fragmentos con
la mano.

Fig. 195. Fase 2


de la separación
de fragmentos con
la mano.
^51

También el estt^dio de los nodulos se realizd sobre uno


4e la parte de pizarra sana P.UON. ya! que no se pudie-
ron localizar nódu:j.os altf^-eidos,

13.6.1. Alterabilidad frente a procesos que no varían la comp£


sicipii química de la roca.

a/ Efecto de la saturación cuando existe aire en el inte-


rior de los poros. Se prepararon tres fragmentos de
muestra de pizarra sana P.^0. del desmonte T»^. y uno
que corresponde a la cuarta parte de un nodulo T . 4 N ^ ,
cuyas denominaciones y pesos sé recogen en la TABLA
C3CVIII.

T A B L A C X V I I I

DENOMINACIÓN PESO
FRAGMENTO grms.
T.k.k, kOZ^ll
T.4.5. 351'15
T.k.6. 187'62
T./+N.1. 621*65

Se secaron durante 2k horas en estufa a 105 ± 5°C y


después d^ enfriarlas al aire se inujidaron. Antes de
1^ inundación las muestras presentaban un aspecto sano
y compacto, sin que se apreciara grieta alguna, Fig.
196. A los 5 minutos de inmersión aparecían grietas
en toda la masa y burbujas de aire sobre la superfi-
cie de las muestras T,4., pero no de la T.^N.l.» Fig.
197. A los 20 minutos de inmersión las grietas de las
T.k. se habían ampliado, pero los fragmentos conserva-
ban su forma, Fig. I 9 8 . , mientras que T.^N.l. permane-
cía intacto. A las 3 horas las grietas habían aumenta
do lo suficiente para producir un ligero desmoronamien
to, Fig. 199.j pero conservando la fonna externa.
ky.

-s
'^--

Fig. 196. Fragmentos de pizarras sanas de T . 4 N , T.k,


y T.l. preparadas para someterlas a inunda-
ción.

Fig. 197. Fragmentos T.k.k. y T.4.6, a los 5 minutos


de inmersión en agua. Se aprecia en super
ricie el inicio de una densa red de fisu-
ras .
^53

Fig. 198. Fragmentos T.^N.l. inalterado y T.4.U. con


la red de fisuración francamente abierta a
los 20 minutos de inmersión.

Fig. 199. Fragmento T.4N.1. inalterado, T.4.^. y T.k.6.


ya desmoronados, a las 3 horas de inmersión.
En todos ellos se puede obseirvar su superfi-
cie tapizada de burbujas, y aún subiendo ésta
por el agua.
k5k

b/ Efecto de la saturación cuando se ha realizado el va-


cío previamente a ésta. Se prepararon tres fragmentos
de la pizarra sana P,4o del desmonte T.k., y uno que
corresponde a la cuarta parte de xm nodulo. Las deno-
minaciones y pesos se recogen en la TABLA CXXX. -

T A B L A C X I X

DENOMINACIÓN PESO
FRAGMENTO ffrms.

T.4.1. 510'97
T.4.2. 726'37
T.4.3. 516«56
T.4N.2. 750«00

Se secaron en estufa a 105 ± 5°C y, después de enfriar


las a la temperatura ambiente 20 ¿ 5°C, se sometieron
durante 3 horas a un vacío de 10 mm. de mercurio. A
continuación, en la misma cámara de vacío, se hizo en-
trar agua desaireada hasta que inundó todas las mues-
tras. El efecto observado fue todavía más rápido que
en el caso anterior. A los 5 minutos se habían ya se-
parado en fragmentos las muestras T.4.1. y T.4.5. mien
tras que la T.4N.2. permanecía inalterada, Fig. 200.
A las 3 horas permanecía el mismo estado de alteración,
Fig. 201, que se conservaba a las 3 semanas de inunda-
ción, Fig. 202 y 203.

Por tanto, parece que no puede achacarse a la compre-


sión del aire en el interior de los poros, al menos de
forma principal, el fenómeno observado de fracturación
rápida.
455

Fig. 200. Fragmentos de pizarra T,4, a los 5 minutos


de inmersión después de haberlas sometido
a 3 horas de vacío de 10 m n . de mercurio.

Fig. 201. Fragmentos de pizarra T.4.1. y T.4.3. jtinto


con pizarras T.l. a las 3 horas de inmer-
sión. Se aprecia el desmoronamiento mani-
Testado en las T.k, mientras que las T.l.,
sufriendo el mismo proceso, permanecen ina¿
taradas.
456

Fig, 202. Comparación entre el estado de una pizarra


P.4o. y una pizarra P.IO^ después de haber
estado sumergidas en agua durante 3 sema-
nas haciendo, previamente a la inmersión,
el vacío en ellas durante 3 horas.

Fig. 203. Estado de los fragmentos de pizarra T.4N.2.,


T.4. y T.l, a las 3 semanas de inmersión en
agua. T.J.. y T.4N.2. permanecen inalteradas,
Las T.4. están con la misma alteración mani-
Testada a las 3 horas de inmersión.
^57

c/ Efecto de los ciclos de humedad-sequedad. Los frag-


mentos que se habían inundado directamente después del
período de secado inicial, en los que se vio que comen
zó el desmoronamiento en todos los fragmentos de T.^.
pero no en el T.'+N.2., se sometieron a ciclos de hume-
dad-sequedad según el proceso que se describe en el C ¿
pítulo 9 .

Después del primer secado, las muestras permanecían con


el mismo estado de alteración, pero las T.k.h., T.k.^.
y T.k.ó. aparecieron cubiertas de unas películas blan-
cas, Fig. 204 que hicieron pensar eran sales que se
habían disuelto en la saturación, y ahora se habían
depositado en la superficie al secarse.

En el segundo ciclo de saturación, las sales se disol-


vieron rápidamente, Fig. 205. En esta Figura aparece
una de las T,4. sin inundar. En este ciclo se aprecia
un alimento en la apertura de fisuras en las T.4.4.,
T.4.5. y T.k,6. mientras la T.4N.2, permanecía inalte-
rada.

A los diez ciclos de humedad-sequedad, los fragmentos


T.^.it., T.ÍI.5. y T.k.ó. se habían desoscamado totalmen
te en pequeñas laminillas, Fig. 206, mientras que el
fragmento de nodulo T.^N.l. solamente se había deses-
camado de forma ligera y superficial, adquiriendo las
superficies de corte un color marrón, Pig. 208. En la
Fig. 207 se compara el estado de un fragmento de piza-
rra sana de T.4. después de ko días de inmersión, en
los que a pesar del desmoronamiento no había perdido
la forma, y el estado de la misma pizarra después de
10 ciclos de humedad-sequedad, a la derecha, junto
con el vaso que la había contenido. En él se aprecian
sobre sus paredes películas de sales blancas.
458

Por último, el nodulo T.^N.l., al cabo de 25 ciclos de


humedad-sequedad se había desescamado con mayor profu-
fs.ión superficialmente, y habían aparecido dos fisuras
perpendiculares que lo cruzaban por la mitad, Fig 209.
A los ko ciclos, este módulo se había partido por las
fisuras anteriormente mencionadas.
459

Fig. 204. A la Izquierda, fragmentos de pizarras P.4o.


después del primer ciclo de secado, se apre-
cian los depósitos superficiales blancos. A
la derecha, fragmentos de pizarra P.IO., en
el mismo ciclo de secado, completamente inal^
teradas.

Fig. 205. Comienzo del segundo ciclo, saturación. Se


dejó sin inundar la muestra del medio, para
apreciar la solución de los depósitos blan-
cos .
460

Fig. 206. Estado de las muestras T.k.k., T.4.5. y T.U.6,


después de diez ciclos de humedad-sequedad.
Se aprecia la total desintegración en peque-
ñas laminillas de cada uno de los fragmentos.

Fig. 207. Muestra P.ko. inundada durante ko días, a


la izquierda. Estado de un fragmento de la
misma muestra después de diez ciclos de hu-
medad-sequedad, en el centro, y aspecto del
frasco que contenía este liltimo fragmento,
a la derecha.
k6l

Fig. 208. Aspecto del fragmento de nodulo T.^N.l., de¿


pues de 10 ciclos de humedad-sequedad. La
superficie de corte adquirió color marrón, y
se observa ligera desescamación superficial.

Fig. 209. El mismo fragmento de üódulo después de 25 ci-


clos de humedad-sequedad. La desescamación su
perficial ha aumentado y aparecieron dos fisu-
ras apreciables, longitudinales y transversales
que dividían el fragmento en cuatro partes. A
la izquierda el fragmento T.4N.2., kO días su-
mergido, inalterado.
k62

13«ó. 2. Alterabilidad frente a procesos que varían la composi-


ción química de la roca.

a/ Evolución en la composición mineralógica.

La TABLA CXX recoge el contenido de la muestra en mate-


ria orgánica, contenido de CO2 que forma parte de los
carbonates, contenido de SO3 que forma parte de los sul^
fatos, y contenido de sulfures expresados en forma de
pirita, S2Fe, y obtenido a partir del azufre total exi¿
tente en la muestra, deduciendo el correspondiente a
sulfates.

T A B L A C X X

Compuesto P.^O. P.k2. P.43. P.40N.

Materia orgánica 2 "03 l>39 0'78 1'33


?é CO2 2'24 0 0 13'67
"/o S O 3 0'024 0'032 o«036 0'024
% de sulfures en
S2Fe 1'35 0 0 0»50

Se observa: Mayor contenido de materia orgánica que las


muestras anteriormente analizadas, y que la proporción
de este compuesto disminuye claramente con la altera-
ción.

Contenido en carbdnatos que se anula con la alteración.

Un muy bajo contenido de sulfates.

Un contenido de sulfures en la roca sana que se hace


prácticamen'te cero con la alteración.
k63

El conteíiido de elementos de estas pizarras, expresa-


dos en óxidos, se recoge en la TABLA CXXI y el conteni_
do de aniones y cationes de las aguas que se filtran
a través de las rocas, se recoge en la TABLA CXXII.

T A B L A C X X I
Composición química de las pizarras T.k. expresada en
óxidos de sus elementos.

Óxidos P.kO. P.k2. P. 43. P.40N.

Si 0^ 55 60 6l«2 34'2
AI2O3 20'9 20«6 20'7 9'6
0'7 4'2 4»1 0«3
^^2^
Fe 0 3'7 1 '7 0'64 21
Mg 0 1'3 l'l 0»95 3.3
Ca 0 2'5 o«39 0»3l 8
Na^O 1'2 1'4 0'93 1
5 5 5»2 2'5
^2«
Ti 0^ 0'90 0«88 0»76 0«67
0'08 0'05 0'08 o'o6
^ 2 ^
Mn 0 0'04 0'04 0'05 0'16
00^ 2«24 0 0 13'67
SO 0'02 0'03 0'03 0»02
S^Fe 1'35 0 0 0'50
H 0 (comb. ) 3'1 2'3 3'4 1'8
mi' 0. 2» 03 1 '40 0'78 1'33
Humedad 1»2 2'0 2»0 0'5
k6k

T A B L A C X X I I

Composición de las aguas recogidas al pie del talud


T.k,

Agua A.T.^.
de lluvia abril

PH 7 719

p.p.m. p.p.m.

Si O2 2'1 —
Ca-^* 13 117
Mg+ + Ik 34
Na"*" 0'3 0'4
K+ 0 0'4
Fe + + + 0 0
Fe + + 0 0
SO^ 3^ 503
HCO3 ko 198
CO^ 0 5
Cl" 3 46

Residuo seco 12^ 1065


465

El análisis conjunto de la variación en la composición


de las pizarras, y del agua, permite afirmar:

- Con la alteración, se transforma el contenido de ion


ferroso en ion férrico, prácticamente la transforma-
ción es total, lo que parece indicar que los compues-
tos de hierro son muy inestables.

- Con la alteración, el contenido en magnesio disminu-


ye ligeramente, mientras que este elemento se encuen-
tra en un contenido alto en el agua de los taludes,
igual que el calcio, lo que denota alta solubilidad de
los compuestos de que forma parte.

- También se aprecia una ligera disminución en el con-


tenido de sodio en la roca, en cambio el agua contiene
este elemento en una proporción muy elevada, sobre to-
do si se compara con el agua de A.T.l. y más si se ha-
ce con la de lluvia.Se relaciona este exceso con la can-
tidad presente de Cl~.

- Por último, tiene un alto contenido en ion sulfato,


lo que denota que los cationes anteriormente menciona-
dos que aparecían en el agua, estarán en buena parte
en la roca en forma de sulfato.

Si se compara la composición de la pizarra P.4o., con


la de los nodulos en el interior de ella, P.40N., se
observa:

- El contenido en Si O2 disminuye a casi la mitad en


el nodulo.

- El contenido en alúmina es prácticamente la mitad en


el nodulo.

- El contenido en potasio sigue la misma relación que


h66

la alúmina.

- El contenido en sodio es similar en uno y otro

- El contenido en SO , es similar en uno y otro

- El contenido de magnesio y calcio es tres veces su-


perior en el nodulo.

- El contenido en hierro es cinco veces superior.

- El contenido en carbonatos es seis veces superior.

Los difractogramas obtenidos, al someter cada una de


las muestras a la acción de los Rayos X, se recogen
en las Figs. 210, 211, 212 y 213- En ellos se pueden
hacer las siguientes observaciones:

- Contenido en cuarzo similar en piaarra sana y meteo-


rizada. Viene dado principalmente por el pico a 20'2-»
en el que no coincide con ningún mineral previsto en
la roca- ya quejaunque a 26'4? tiene la máxima inten-
sidad, coincide alli con la moscovita-illita. La can-
tidad aproximada de cuarzo, deducida de la composición
química, puede ser: P.40. (31?é), P.42.(36^), P.43.(38^)

- Presencia de clorita en muestra de pizarra sana, que


se altera a vermiculita, como denota el aumento en la
intensidad del pico a 6'15 en una de las pizarras alte-
radas .

- La presencia de calcita viene dada por el pico á 29'5 o


y la de siderita por el pico a 25'3-, todos ellos desa-
parecen prácticamente en las muestras alteradas. De
los análisis químicos se puede deducir iin contenido de
calcita próximo al h'fo.
khQ

" Los indicios de pirita en la muestra sana se recono-


cen en el pico a 32'65, el contenido de este mineral
obtenido por análisis químico es de 1'^^.

- Los picos correspondientes a calcita y siderita jun-


to con el de la dolomita, a 30'9-, aparecen con mayor
intensidad en el nodulo. Mientras que en éste disminu-
yen la intensidad de los picos característicos de la
moscovita-illita, pero no de la clorita a 12'6?.

El contenido de cada carbonato cuando, como en el nodu-


lo, están los tres presentes, es difícil de calcular a
través solamente de los análisis químicos. Se parte
de dos premisas ciertas, el contenido en carbonates es
elevado, ya que el contenido en CO del n<5dulo alcanza
casi el lh°/>, y, además, el contenido en siderita es ma-
yor que el de dolomita y calcita, deducido de las inten
sidades de los picos correspondientes., a estos minerales,
y del aumento en el ion ferroso, mientras el contenido
en pirita permanece baijo.

La cantidad de siderita presente en P,40N se calcula


tomando como Fe O, perteneciente á este mineral, la di-
ferencia entre el que contiene P.40N y P.40, lo que or¿
gina un contenido de CO Fe de 2?'^^ consumiendo 10'379¿
del COp presente. ,

El 3«39¿ de COg restante, fo rmara parte de la calcita


y dolomita, según este supuesto. De él se achaca alea-
toriamente un 1^ a la dolomita y tin 2*39^. a la calcita,
buscando que la calcita esté en mayor proporción como
indican los difractogramas de Rayos X, lo que correspon-
de a un 3'159¿ y un 5 ^2% respectivamente de cada carbona.
to.
468

Aunque de sulfatos no se detectan cantidades signifi-


cativas mediante el análisis mineralógico por difrac-
ci<5n de Rayos X, éstos existen en cantidades muy pe-
queñas como denota la presencia de S0_ entre O'02 y
0'04^ en todas las muestras.

La composición mineralógica se recoge en las Tablas


CXXIII y CXXIV.

T A B L A C X X I I I

Composición mineralógica de las pizarras


en talud T.4.

P.40 P.42 P.43 P.40N

Materia orgánica 2'03 1'40 O'78 1'33


Cuarzo a a a a
Moscovita b b b
mita b b b mb
Clorita a b - a
Vermiculita mb b b
Caolinita ; b b ;_
Calcita mb - - mb
Dolomita _ _ - b
Siderita _ « _ a
Goethita « _ _
Pirita mb - -
Yeso____ ____^ _ -. -
Albita i i i
469

T A B L A C X X I V

Composición mineralógica cuantitativa


aproximada de las pizarras en T.4.

P.hO P.k2 P.43 P.40N

Materia orgánica 2'0 1'4 0'8 1'3


Cuarzo 31 36 37 23

Mat^^_arcillosos _ 5^ 5^ _ 5^_ _ 25

Calcita 4'4 - - 3'2

Dolomita - - - 5'2

Siderita - - - 27^{^_.

Limonita - - 4'6 4'6


Pirita 1'4 - - 0'5
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47^

b/ Evolución en las características físicas.

Los valores obtenidos se recogen en la TABLA CXIV,

T A B L A C X I V

Densidad seca, densidad de grsuio y porosidad en las


pizarras T.4.

Densidad de grano Densidad seca Porosidad


Muestra ÉA W » 3 n i
p.Uo. 2780 2622 6
P.42. 27^2 2257 18
P.U3. 2761 2037 26
P.40N. 3019 3016 0

Análisis de los valores de P.UO., P.42. y P.43.

La densidad de g^ano se mantiene aproxiiBadaorante


««constante con la €Ü.teraci¿n.

La densidad seca dlsniinuyic*«oit 1« sltavacidn y lé>.


porosidad attmenta.

Estos valores se mantienen en la línea d« los ob-


tenidos en las pizarras T.l. y T.3.» y se ajustan a
la Ley obtenida para las pizarras T.l. entre la po-
rosidad y densidad seca. Fig. 215.
^75

Pig. 215. Sltiiaclón de las pizarras T.^. respocto a


la relación porosidad, densidad seca defi-
nida para T.l.

Análisis de los valores de P«^0 7 1P.40N.

La densidad de grano aumenta censiderableownte en


P.UON., lo que puede justificarse por la presencia de
siderita, CO^Pe, con lui peso espe-cíflco de 3800 Kg/a3.
£1 contenido de siderita supuesto te^rlcaoiente para
Pé^ON. es de 27'^?¿, lo que repreaenta un ausento de
27*'*^ respecto a P.Uo. Esto supondría un ataaento en
la densidad de §rrano de (38OO - 278o) O«2^4 • 2^9 Kg/m^,
o sea un valor teórico de esta magnitud para P.^ON.
de: /
2780 + 2Í*9 • 3029 Kg/m^
que se aproxima al valor real encontrado.

La compacidad de los n<$dulos es aniy elevada, apro-


ximándose a cero el valor de la porosidad.
k7é

c/ Evolución de las propiedades mecánicas.

Como se ha dicho anteriormente, est«0 pisarx^aa no pre-


sentaban unos planos de flsllldad naxxadofl, per lo qua
las probetas utilizadas en los ensayos se tallaron de
bloques, considerados isótropos, todas ellas en la BÍ£
ma dirección.

En la Tabla CXXVI se recogen los valores de la resis-


tencia a tracción de estas pizarras, obtanidos Badiaiite
el ensayo brasileño, que están comprendidos entre k y
3 MPa., más bajos que los obtenidos en las pizarras
P.IO.

T A B L A C X X V I
Reslsteiwla a tracción, ensayo
brasileño, délas pizarras P.^IO

D L Tl«fliipo ro<
Referencia cm cm MFa tura
*p.i»o-4 4'96 3189 *!09 -
P.40-5 Uí91 3I8O 5f05 8 m,n.
P.40-6 i» 195 3188 3Í93 k mLn,
P.liO-7 2*177 2f20 2ifl2 4*^5 « I n .
P.4o-8 U«70 2 «30 4171 6 mln.

Sobre probetas de altura dos iN»e«8 el diáaiatro, se de-


terminaron la velocidad de pTopmgme±6n de ondas lonifi-
tudinales de ultrasonidos, la resistencia a compresión
simple, y el modulo de elastieldad tangente en la mi-
tad de la resistencia a compresión sisóle. Loe resul-
tados se recogen en la Tabla CXXVIX.
477

T A B L A C X X V I l

O t r a s p r o p i e d a d e s m e c á n i c a s de l a s pizarras
P.kO

D L Densidad ^L q^ 55(0,50^) y(0,5qu)


Referencia cm cm kg/m3 m/seg MPa MPa

P.40-2 4»85 9'93 2667 2540 51'4 6250 0«25

P.40-3 419^ 9'76 2664 2568 52'6 6250 0«25

Solamente se determinaron las propiedades mecánicas de


las pizarras sin meteorizacián, muestra P.40. Las pi-
zarras alteradas, muestras P.42 y P.43, tenían una con
sistencia muy baja en las condiciones de humedad natu-
ral .
478

13.6.3. Análisis del problema de la desintegración rápida de


estas pizarras.

Se ha visto en ios taludes naturales que se producía


el fenómeno de desintegración rápida de estas rocas.

Se ha comprobado que no se debía a ningún proceso es-


trictamente físico, en particular a la explosión por
compresión del aire encerrado en el interior de los
poros.

El análisis químico y mineralógico no permite llegar


a afirmaciones concluyentes que garanticen el moti-vo
de la explosión observada.

Los ensayos de inmersión en agua realizados, después


de secar la muestra a IO5 +_ 5°C en estufa, manifesta-
ron el fenómeno observado en la roca natural de forma
más acentuada.

Además, una vez secada la muestra, se depositaron su-


perficies blancas que denotaban que existían sales
dtí.sueltas, de hecho en los análisis químicos se había
obtenido un 2'249¿ de CO2 y una cantidad muy pequeña
de SO3, 0^02k</o.

La cantidad de sales solubles en agua desmineralizada


existentes en el suelo se obtuvo agitando 10 grms. de
muestra en 5OO ce. de agua. La cantidad obtenida fue
l.'557°/o.

De esta misma solución, se retiraron 250 ce. para de-


terminar el contenido de sulfates, y se obtuvo un. 0'D219¿
en SOo, cantidad similar a la obtenida ya anteriormen-
te como formando parte de la muestra.
hl9

Se pensó que el fenómeno podría deberse al hinchamien


to producido por una sal con capacidad de hidratarse,
distribuida de una forma tal que, a pesar de su baja
proporción respecto al total de la muestra, pudiera
provocar la desintegración manifestada, ya que la si-
tuación de las partículas de sal en la masa influye
en el comportamiento de esta frente a la hidratación,
según demostró MARTIN VIÑAS (l973).

La determinación del tipo de sal se efectuó sobre el


residuo obtenido al evaporar la solución,en la que se
había producido la desintegración de la muestra, so-
metiéndolo a la difracción de los Rayos X. Fig. 2l4.

Se pudo comprobar la presencia de sulfato calcico,


hemihidrato y, lo que esnás importante, de sulfato
magnésico. La presencia de estas sales en estado de
deshidratación se puede justificar por el proceso de
obtención, calentando a 105 i 5°C en estufa.

Se achaca, entonces, el fenómeno de desintegración ob


servado, a la presencia de sulfato magnésico, esta sal
tiene capacidad para hidratarse llegando a tomar has-
ta 7 moléculas de agua, aumentando su volumen, con
una presión de hinchamiento elevada, que provocaría
la desintegración de la roca.

La baja proporción en que aparecen los sulfates en la


roca, 0'035°/t> en SOi^Ca, y menos si consideramos el sul^
fato magnésico, justifica la no aparición de estos
compuestos en d. difractograma de Rayos X.
V
\
\

O
I i
;__{..i-4:-;- -•-H^.-.-J,
i^8l

La i m p o r t a n c i a de los sulfatos calcico y magnésico, y


sobre t o d o d e e s t e ú l t i m o , en la z o n a , la r e s a l t a el
examen comparativo de la c o m p o s i c i ó n de las a g u a s del
río A l t u b e , T a b l a C X X V I I I . Se o b s e r v a , en la z o n a d e l
talud A . T . 4 . , u n gran contenido en sulfato calcico y
sobre todo en sulfato m a g n é s i c o . El magnesio presen-
te e n l a s a g u a s se r e d u c e d r á s t i c a m e n t e r í o a b a j o , al
mismo t i e m p o q u e los c a r b o n a t e s sustituyen en impor-
tancia a los sulfatos.

T A B L A C X X V X I I

Composición de las aguas del río Altubea su paso par c ¿


da uno délos tipos de pizarras estudiadas.

Cerca de Cerca de Cerca de Cerca de


T.k. T.3. T.2. T.l.
A.R.T.4. A.R.T.3. A.R.T.2. A.R.T.l.
pH 3'6 8 7'9 8

p.p.m. p.p.m. p.p.m. p.p<m.

Si 02 - 8 4'9 7'5
Ca+ + 98 k8 50 53
ííg++ 62 5 6 5
Na+ 0' 7 0»3 l'l l'l
K+ 0» h 0 0 0
Pe +++ 0 0 0 0
Fe + + 0 0 0 0
S05 ¿+91 58 52 54
H CO3 11 81 lio 110
005 0 5 5 5
Cl~ 14 14 78 28

Residuo
seco 397 201 269 278
482

Las características de las aguas del río Altube,


afluente del Nervión, en la zona cerca del talud T-1,
se aproximan a las de este último río, según los re-
sultados de los análisis de aguas obtenidos en la e£
tación de aforo de Galdácano, Tabla CXXlXjaguas
abajo de la confluencia de los dos ríos.

El rápido efecto del agua, sobre las muestras de ro-


ca seca a 105i55, se achaca a la deshidratación que
sufren los sulfates a esta temperatura y a su rápida
hidratacidn posterior, con considerable alimento
de volumen. La epsomita, SO.Mg + H^O, pierde cinco
moléculas de agua a 100? y seis a 120^, la séptima
molécula de agua sólo se desprende cuando se c á ü e n
ta a temperatura superior a 200^,

En la naturaleza, el sulfato magnésico está parcial-


mente hidratado provocando un fenómeno menos acentuado
Los ciclos de humedad-sequedad naturales pueden pro-
vocar desintegración por este proceso, ya que el sul^
fato magnésico puede perder su séptima molécula de
agua a una temperatura no muy elevada, 52-, y en pe-
ríodos lluviosos volver a tomarla y expandirse.
»'1MSTP!?I!1 n t OBRAS PURLICAS
CO-'ISATift DF AGUAS DEL r;Of?TE ANO 1976-77
ANÁLISIS Ot. LAS AGüAS
ESTACJO"! •lUX. 158 NtRVlüN t.\ GALUACANO

MFS OCT NOV i)IC ENE FE3 MAR A3R XAY JUN JUL AvjJ SEP
DÍA Ü6 28 15 10 28 Oí. 21 23 21 6 ¿5 20
HCÍA líf 13 11 11 10 10 11 11 14 17 19 11

CAUDAL M3/SEG 7t615 8.716 12.V2 12.45 8.873 8.462 17.18 10.35 11.00 5.506 ii.6:> 9.<:4á
19>1 7.2 7.9 6.1 6.8 9.2 17.3 19.3 16.2 20.1 IS.O 16.7
TEMPERATURA AGUA GC 5.3
TEMPERATURA AvñlEMTc GC 2'»«1 10.0 10.1 C 12.3 12.4 18.6 18.0 22.4
18.6 19.5 20.U
•ASPECTO V.3 9.8 C C
C C C C C C C C
OXIGENO DI SUELTO VG/L 02 9.4 9.7 9.5
9«8 7.9 9.2 9.9 8.3 Í.9 o.2
MATERIAS EN SUSPENSIÓN MG/L 30 7 14 149 26 43 723 38 58 71 li 26
PH 6.7 6.8 7.0 7.2 6.3 6.4 6.9 7.2 7.2 7.5 7t6 7.2
CONDUCTIVIDAD A 25 GC MICROMHOS/CM 669 296 310 568 403 547 314 315 370 497 J3S i&2
BOO PERVANGANATO
BO-5
MG/L 02
MG/L 02
30.0
4.6
5.8
6.3
6.2
5.6
6.8
7.6
9.4
4.6
i4.0
18.0
3.3
16.8
7.6
4.4
6.2
5.7
14.4
14.0
i2.6
6.9
9.2
á.6
CLOr-ÍUROS MG/L CL- 23.5 m.4
SULFATns MG/L S04 = 90 47
SÍLICE MG/L SI 02 6.0 3.0
FOSFATOS MG/L PÜ4=- i.65 0.30
ALCALIKIDAO MG/L C03 CA 105.0 96
J>
CALCIO MG/L CA+f 62.4 4d.O 00
MAGNESIO MG/L MG++ 7.7 3.4
SODIO MG/L m*
POTASIO MG/L Kf
AMONIO MG/L NH4* 0.37 0.7»

NITRITOS MG/L N02- 0.242 0.440


NITRATOS MG/L N03- 15.5 7.á
COL1FORMES NMP COL/100 CC 46000
DETERGENTES MG/L ABS 0.3 0.4

ACEITES Y GRASAS MG/L O o.009


MG/L CN- 0.01 0.04
CIANUROS M6/L C6H50H J.0C6
COMPUESTOS FENOLICOS MG/L F- 0.0Q6 0.4Ü
MG/L AS 0.41 0.01
FLUORUROS
ARSÉNICO
CADMIO MG/L CD
MG/L CU 0.02
COBRE MG/L CR O.00
2.2 0.01
CROMO MG/L FE
MG/L MN 0.01 Ü.7
HIERRO
0.07
MANGANESO
MERCURIO MG/L MG
PLOMO MG/L PB
SELEMO MG/L SE
ZINC MG/L ZN

INHICA VALOS DEL PARÁMETRO EN CUESTIÓN SUPtSIOK A 99.999


NO^rvCLATURA ESPECIFICADA IN LA MeVJirlA
k8k

13*6.4. M«teorabllldad de las pizarras Albenaes frente a


procesos que varfan la composición qufmica.

Las pizarras albenses, sin alteración, presentan una


me teo rabil i dad frente a los ciclos <le huswdad-seque-
dad o simplemente por aumento en su humedad, clasifi-
cada en la Tabla XLIV como alta, con una variación
en el ^rado de alteración por ciclo próxima a 100.
Lo que está de acuerdo con el fenómeno observado en
los taludes reción excavados, en los que la pizax>ra
se desintegraba superficialmente de forma rápida.

La meteorabilidad de estas pizarras frente a la ac-


ción del agua de lavado, ouandto>forman parte de un maei-
zo, se obtiene a partir del g^rado de alteración de la
roca deducido segdn los valores da la dBtisidad seca,
siguiendo los criterios señalados anteriormente para
los valores extremos de esta magnitud, lo que impli-
ca admitir grados de alteración en la roo« sana de
hasta un 20^.

Estado de alteración Densidad seca Grado de


kí:/m3 alteración

Roca sana 2622 18


Roca alterada 2257 54
Suelo residual 2037 76

Por tanto, para que la meteorabilidad de esta pizarra,


cuando forma parte de un macizo sometido a un clima de
precipitación total anual de 1.100 mm, sea muy baja,
Tabla XLIV, la transformación en suelo residual no se
debe alcanzar antes de 580 años, y el paso a pizarra
alterada no se debe verificar antes de 36O años, segrin
las definiciones de grado de alteración y meteorabili-
dad recogidas en el Capítulo 9> y suponiendo luia varia
ción lineal del grado de alteración con el tiempo.
485

13«7. Estudio bacteriológico de las aguas que bañan las pi-


zarras .

La pirita, que es un compuesto estable, se vid cómo d ¿


saparecía,al alterarse, se achacó a la presencia de
bacterias que aceleran los procesos de oxidación, ya
que no se detectó el sulfuro pirrotita, aunque las con
daciones para que pudiera formarse fueron sinilares a
las que lo originaron en las pizarras de Oslo, ya que
en esta zona, de forma análoga a Noruega, se produje-
ron levantamientos en el Cenomanense Superior, como
consecuencia de los comienzos de la orogenia alpina.

El reconocimiento de las bacterias se realizó sobre


muestras de agua tomadas en puntos de drenajes de los
taludes aquí estudiados y en cuatro puntos del río
próximos también a los puntos respectivos de la auto-
pista, que, como se ha dicho, baña estos macizos roco-
sos. Las referencias de las muestras son las siguien-
tes :

(15). A.T.l. Agua tomada en las pizarras T.l.


(17). A . T . 2 . ti n n II " T 2

(19). A.T.3. M II n II 11 T .3.

(21). A . T . 4 . II II n II n T h

(16). A.R.T.l. Agua d e l r í o a l a a l t u r a de T.l.


(18). A.R.T.2. II II n ti M II " T 2

(20). A.R.T.3. 11 ti n ti ti tt " T 3.

(22). A.R.T.4. ti II »i ti tt 11 •• T 4

(ih). A. LL.: Agua de lluvia de Bilbao.


486

Las bacterias que se pretenden estudiar en estas inue¿


tras forman parte de un grupo heterogéneo de microor-
gan I smos que i i fríen en i omúri el hecho de ut i 1 i zar en
su metabolismo compuestos inorgánicos de azufre. Las
bacterias que interesa detectar en éste trabajo son
del tipo sulfooxidantes y pertenecen al género thiob¿
cillus, que utilizan para su crecimiento la energía
procedente de la oxidación de compuestos inorgánicos
de azufre, parcialmente reducidos, por lo que se re-
quieren medios de cultivo especiales para su aisla-
miento.

Todos los tiobacilos, excepto algunos miembros de es-


caso interés en este estudio, utilizan tiosulfato só-
dico como fuente de energía .por lo que el medio sele£^
tivo empleado para su aislamiento ha sido el Starkey's,
Vishniac y Santer's, cuya composición es la siguiente
(pH inicial 5 ' 5 ) :

Na2 S2 0^ 5H2 O 5 gnns .


{N H^^)2S0l^ 3 grms.
K H2 POz^ 3 grms .
Ca CI2 O • 25grms .
Mg SO4 O ' 50gnns .
Fe SO¿| 10 mgrms .
Solución de oligoelementos.. 1 mi.
Agua destilada 1 1.

Se repartió el medio anterior en matraces de I50 m i .


a razón de 75 mi» y» una vez esterilizados, se inocu-
laron con 5 m i . de las muestras de agua previamente
agitadas. A continuación, se incubaron en estufa a
28°C. Al cabo de dos semanas se observó el creci-
miento que se manifestaba en el contenido de los ma-
traces, cualificándolo según su turbidez, Fig. 2l6,
487

en la que se observa una mayor intensidad en las a^uas


procedentes de los taludes, y prácticamente nula en el
contraste, en el agua de lluvia, (lU) , y en el agua t£
mada en el talud T,3« (l9)- En estas tres muestras
prácticamente no habf a variado el pH, de ^ * 5 ÍL 5I míen
tras que en el resto de ellas había bajado a 2*5, y
en las tomadas en el talud T.2. (l?) y en el río, al
finalt A.R.T.l. (l6), había caído hasta pH » 2,

Fig. 2l6 í Turbidez de las aguas provocada por el cr¿


cimiento de thiobacillua Terroexidana.

Con objeto de aislar las bactarias desarrolladas, pa-


ra su posterior caracterización, se hicieron siembras
en estría en placas conteniendo el mismo medio ante-
rior solidificado con 1^5^ de agar. Después de incu
badas durante 7 días se observaron colonias transpa-
rentes y de aspecto semejante para las muestras en
que existían.
i+88

Con estas colonias se inocularon dos series de matra-


ces, unos conteniend.o el medio general empleado ante-
riormente y otros con el medio especial de Leather
enriquecido con SOZ^Fe:

(NH4)2SOÍ+ 0«15 g.

Cl K G»05 g.
Mg SO4 7H2O O» 5 g.
H2K P02| O'05 g.
Ca ( N 0 3 ) 2 . . . . . O'01 g.
F e SO4 7H2O í g.
Agua destilada 1000 cmV
Solución de oligoele-
mentos 1 mi.

Se incubaron durante 8 días apreciándose crecimiento


de bacterias y disminución del pH, tanto en los ma-
traces con el medio general de cultivo como en los
del medio especial.

Se trata, pues, de bacilos pequeños, gramnegativos,


aerobios, estrictamente autótrofos, que derivan su
energía de oxidación de compuestos de azufre parcial-
mente reducidos, por lo que pueden situarse dentro
del género thiobacillus.

Dentro de este género^y por las características an-


teriores, pudieran pertenecer a cada una de las espe-
cies siguientes: T. thioparus, T. neapolitanus, T.
thiooxidans y T. ferrooxidans.

Las dos primeras se pueden rechazar ya que no tole-


ran un pH tan bajo como el producido en las pruebas
realizadas. El T. thiooxidans sólo oxida compuestos
de azufre, por tanto no crecería en el medio Leather
489

en el que el azufre está en su estado de oxidación


máximo, luego estas bacterias pertenecen a la especie
ferrooxidans, que oxida compuestos ferrosos.

Las reacciones que se producen en la oxidación de


la pirita se han descrito al tratar de la "Activi-
dad biótica" (1.4. )• De ellas la reacción (i) de la
pirita es fundamentalmente de naturaleza química.,
mientras que la oxidación del sulfato ferroso, reac-
ción (2), se lleva a cabo en medio ácido por el Thio,
bacilus ferrooxidans, y el producto resultante, sul-
fato férrico, promueve la oxidación de la pirita de
acuerdo con la reacción (3) para dar azufre elemental y
nuevamente sulfato ferroso que volverá a entrar en el
proceso.

Aunque los Tliiobacillus ferrooxidans también pueden


oxidar azufre, en condiciones favorables solamente
oxidan hierro, y son precisamente los Thiooxidans
los principales responsables de que se realice la
reacción (k). Por ello, la ausencia de estas últi-
mas bacterias justificarían entonces las eflorescen
cias de azufre observadas en las superficies de los
taludes en tiempo caluroso y húmedo.

Por último, el hidróxido férrico y el ácido sulfúri-


co, producidos en la hidrólisis del sulfato férrico,
serian responsables respectivamente, del precipitado
•color anaranjado observado en el entorno de las Sur-
gencias de agua en los macizos de esta roca y de la
disminución del pH.
i+90

C A P I T U L O Ik

RESUMEN Y CONCLUSIONES

l4.1. RESUMEN

1^.1,1. Agresividad del clima en España

Peltier clasifica la agresividad del clima según su c


capacidad para foxnnar hielo en fuerte, moderada, d£
bil e insignificante. En España, de acuerdo con las
temperaturas medias y lluvias anuales, esta acción
nunca se presenta como fuerte, salvo en las zonas de
alta montaña donde no existen datos suficientes; so-
lamente en la zona de los Pirineos se presenta como
moderadat débil en la mitad norte excluida la zona
costera y los valles del Duero y Ebro, y se puede
considerar insignificante en la mitad sur salvo en
Sierra Nevada que, por sus temperaturas, entra en la
zona de acción de hielo débil.

En cuanto a la alteración química se refiere, Peltier


la clasifica en tres grados, fuerte, moderada.y débil.
Fuerte se presenta solamente en las Rías Bajas galle-
gas y en la costa vasca. Moderada en el resto de la
mitad norte de España, salvo la cuenca del Duero y
el interior del Valle del Ebro, y en la mitad sur so-
lamente en la cuenca del Guadalquivir. En el resto,
se producirá meteorización química débil.

La aplicación del índice de ¥eimert a España a través


del índice de Thornthwaite, aumenta las zonas de agre_
sividad climática fuerte y sólo ligeramente las de
agresividad débil, a costa de las zonas donde el cli-
ma tenía un carácter moderado.
491

14.1.2. Grado de alteración v'"meteorabilídad. .:

El estado de alteración de una roea^es unía consecuen-


cia de la fisuración y descomposición de todos o pa£
te de los minerales que la componen. Inicialmente,
se puede clasificar el estado de fisuración o el de
descomposición mediante índices que varíen de O a 4,
y se denomina "índice de alteración" de ún cristal
al mayor de los dos.

A partir del "índice de alteración" de un cristal se


puede obtener el de cada mineral de los que entran a
formar parte de una roca y» conocido el porcentaje
con que se presenta aquel en esta, se puede determi-
nar el "índice de alteración" de la roca.

Se denomina "Grado de alteración", G.a., de una ro-


ca, a su "índice de alteración" expresado en tanto
por ciento.

Conocidos dos estados de alteración y sus caracterís_


ticas físicas y propiedades mecánicas, se puede ob-
tener la variación de estas con el grado de altera-
ción, al menos en un intervalo determinado suponien-
do una relación lineal entre ellas, que permitirá de^
finir dos valores teóricos, correspondientes a gra-
dos de alteración, G.a., Ó y 100, a partir de los
cuales se puede conocer el G.a. de un estado de la
roca determinado, conocida una magnitud X de este es_
tado, según la relación:

Q _ Xn (Valor en roca con 0^ alt>)-X(Valor en roca estud.)


X Q (Valor en roca con 0°/o alt. )-XJ^QQ(Valor en roca con
100^ alt.)
Se define como meteorabilidad de una roca frente a un
proceso de meteorización determinado, a la variación
492

del grado de alteración en la unidad de tiempo. Si


se toma el año como unidad de tiempo para cuantifi-
car la meteorabilidad de las rocas en procesos natu
rales, se puede clasificar esta magnitud según la
incidencia que tengan las alteraciones de la roca
en el período de servicio de la obra en la siguien-
te forma;

G.a./año Meteorabilidad

10^-10^ alta
10^-10° media
IQO-lO-l baja
menor de 10"^ muy baja

En el laboratorio se determina la meteorabilidad de


una roca frente a un fenámeno determinado, sometién
dola a un proceso de ciclos que reproduzcan ese fe-
nómeno. Por ello, en estos casos la meteorabilidad
vendrá definida como la variación del grado de alte^
ración por ciclo, clasificándose de acuerdo con las
alteraciones que se pueden detectar en el número de
ciclos habitual a que se someten las muestras en el
laboratorio, que varía entre 1 y 50, de la forma si^
guíente:

G.a./ciclo Meteorabilidad
102_10^ alta
10^-10° media
10°-10-1 baja
menor de 10" muy baja

lU.1.3. M M e d o B pfcra determinar la meteorabilidad de las rocas.

a) Deteznnlnación de la meteorabilidad de una roca


frente a procesos que no, alteran su composición quí-
mica.
^93

El estudio de estos procesos mediante ensayos de la-


boratorio se realiza sometiendo muestras de roca a
ciclos repetidos que intentan reflejar la accidn de
aquéllos* de ahí que las principales limitaciones
vengan impuestas por la representatividad de las
muestras utilizadas, y por la similitud entre los
procesos naturales y las series de ciclos que se reja
lizan en el laboratorio, particularmente la intensi,
dad y ntímero de éstos. De ahí que se haya propuesto
una clasificación de la meteorabilidad de una roca
frente a los procesos de laboratorio independiente
de la que se obtiene frente a procesos naturales, y
los estudios van encaminados a definir aquéllos de
tal forma que la meteorabilidad obtenida de una u
otra forma coincida.

Se considera una muestra de roca como representati-


va de una masa determinada, cuando el tamaño de aqué^
lia es más de diez veces el tamaño de grano, indepen
dientemente de la longitud de las fisuras, que tampo,
co deberían bajar de esta proporción. Por otro lado,
las muestras que se someten a ensayo también deben
cumplir una serie de condiciones geométricas en fun-
ción del tipo de éste. También, y para que la efec-
tividad de los procesos sea lo más rápido e intenso
posible, sé ha de tender a tamaños pfequezioB que cum-
plan las limitaciones mínimas anteriores. Por todo
ello, en el trabajo aquí realizado se utilizarán pro,
betas de pequeño diámetro, 5 cm., y altura entre 2 y
2'5 veces su diámetro; y muestras granulares de tama,
ños comprendidos en un ^O'/o entre los tamices A.S.T.M.
3 A " - l / 2 " , y en el otro 50^ entre los tamices A.S.T.
M. l/2"-3/8".

Para conocer la meteorabilidad de las rocas frente a


cada uno de los procesos físicos que se pueden dar
^9^

en la naturaleza, se han intentado independizar en


los procesos de laboratorio, aunque no se ha conse-
guido separar el efecto de la variación de la tem-
peratura del efecto de la variación de la humedad o
de la congelación.

Las características de los procesos de laboratorio


utilizados en este estudio se pueden resumir de la
siguiente forma:

Calentamiento-enfriamiento; El proceso consta de 50


ciclos de 2k horas cada uno, en el que la muestra
está sometida durante 18+^2 horas a 105+.5-C en una es-
tufa, y durante 6+2 horas a una temperatura de 20+^55C
en desecador.

Efecto del grado de humedad: Se satura la muestra


por uno de los dos procedimientos siguientes: o
bien por inmersión en agua durante un tiempo mínimo
de 2k horas, o bien sometiendo la muestra a un va-
cío menor de 2'5 mm. de columna de mercurio y rom-
piendo el vacío con agua.

Humedad-sequedad: El proceso consta de 50 ciclos de


24 horas cada uno, en el que la muestra está sumer-
gida en agua a temperatura ambiente durante 18¿2 h o -
ras, y secada en estufa a 105+.5-C durante 6+2 horas.

Congelación-deshielo: Como en el anterior, el proce-


so consta también de 50 ciclos de 24 horas cada uno,
en el que la muestra inicialmente saturada, se some-
te, durante 18¿2 horas, a -25+^55C, y se deshiela su-
mergiéndola en agua a temperatura ambiente, 20¿5-C,
durante 6¿2 horas.

La cuantificación de la meteorabilidad se realiza se-


gún se ha especificado en el apartado 14.1.2.
495

b) Determinación de la raeteorabilidád de una roca


frente a procesos que alteran su composición quími-
c a . ,; • : :,••;! • • ;• • •;,

Segiln las reacciones fundamentales que se producen en


ellos, se clasifican en procesos de hidratación, in-
tercambio de iones, quelación, hidrólisis, carbonata
ción y oxidación-reducción.

En los fenómenos naturales de interacción roca-clima,


raras veces se produce una sola de estas reacciones,
aunque normalmente alguna puede destacar del resto,
caracterizando entonces al proceso. Las consecuen-
cias están muy influidas por la morfología de la pr£
pia masa de roca.

El estudio de la meteorabilidad frente a estos proce-


sos presenta dificultades d« reproduc£bilidad en el la
boratorio, por ello se utiliza con mucha frecuencia
el estudio de rocas, sometidas a unas condiciones cli^
máticas determinadas, pertenecientes o bien a obras
de edad conocida o bien a macizos naturales. Por ello,
la meteorabilidad en estos casos se determina por al-
guno de los tres caminos siguientes:

1. A partir de edificios u otras obraA de ingeniería,


de edad y cantera conocidas, construidos con el mismo
tipo de roca que se va a utilizar, y situadas én un
entorno similar. Este camino de estudio se basa en
una determinación precisa de' la composición mineraló-
gica.

2. A partir de macizos rocosos, se puede determinar


en profundidad la variación en el grado de alteración
que, junto con las condiciones climáticas a que está
sometido, permiten deducir cuál va a ser su comporta-
miento en condiciones similares, aiuique solamente en
foxma aproximada ya que no úe conocen los tiempos ne-
cesarios para alcanzar los diferentes grados de alte-
ración.
k96

3. Por último, se puede determinar la meteorabilidad


de una roca sometiendo una muestra de ella, durante
un tiempo determinado, a la acción directa de los
agentes naturales, o bien a la reproducción de éstos
en el laboratorio, y a partir de su comportamiento
definir su meteorabilidad según se recoge en el apar-
tado 14.1.2. Por este camino solamente se obtienen
resultados prácticos cuando la acción de los procesos
es muy rápida y, por tanto, la meteorabilidad de la
roca frente a éstos es muy alta.

14.1.4. Sistemas de análisis para determinar la transforma-


ción mineralógica y estado de fisuración.

El análisis por difracción de Rayos X, pei*raite deter-


minar de una forma global la evolución en la composi-
ción mineralógica de una roca, a medida que avanza la
alteración. Para ello, en el difractograma se apre-
ciará una disminución en las intensidades de los pi-
cos característicos de los minerales que se alteran,
al mismo tiempo que aumentan las de productos de al-
teración. Pero, además del inconveniente que presen
ta la coincidencia de bandas características de mine^
rales diferentes, hecho muy frecuente entre algunos
minerales y sus minerales alterados, los Rayos X dan
una información global sobre la composición mineraló^
gica, no pudiendo determinar los diferentes estados
de alteración en que se presentan los minerales.
Este inconveniente queda superado mediante la micros^
copia óptica.
497

El análisis por microscopía óptica de luz polarizada


permite, mediante contaje de puntos, la determinación
de forma cuantitativa bastante precisa de la composi-
ción mineralógica de las rocas cíiíSífcaJíofX^ así
como determinar el porcentaje de pada.mineral que no
ha sufrido alteración, y la evolución de la alteración
dentro de cada cristal. Si bien su usó está limitado
a rocas con un contenido de arcillas bajo para que no,
impidan la observación por transparencia. Este incoH
veniente queda superado con la microscopía electróni-
ca, que permite, gracias a su profundidad de campo y
poder de resolución, la observación del estado de la
superficie de todo tipo de rocas, y de la red de fi-
suración.

El análisis químico global presenta algunos problemas


para la interpretación del problema de la meteoriza-
ción. Normalmente se expresa en el porcentaje de óxi-
dos referentes a un peso determinado de muestra, pero
este peso disminuye con la meteorización. Para subsa-
nar este incoveniente existen diferentes métodos, en-
tre ellos el de BARTH (l948) que se basa en la cons-
tancia de una estructura del60 oxígenos dentro de la
roca. Este criterio es bastante preciso cuando no se
disuelven compuestos que contengan oxígeno que for-
man parte de la roca. Pero lo que no permite este a-
nálisis, equivalente a la difraccáón de Rayos X en el
estudio de la composición mineralógica, sería determi^
nar cómo varía la composición química de cada mineral
al alterarse. Este incoveniente se supera mediante la
microsonda electrónica •

La microsonda, combinada con la microscopía electrón¿


ca, permite determinar la composición química de cada
mineral y, dentro de cada uno de ellos, la evolución
que sufre el contenido de elementos con la alteración.
ii98

1^.1.3. Procedimientos de enaavo para determinar la evolución


de las propiedades físicas v mecánicas con la metaori-
zacidn.

Las consecuencias inmediatas de la raeteorización de lag


rocas son una pérdida de peso, salvo en el caso de las
oxidaciones e hidrataciones, y un aumento en la fisurj^
ción, lo que se traduce en sus propiedadea físicas en
un aumento de su porosidad y disminución de la densi-
dad de las partículas. Esta disminución no siempre
es clara, pues la pérdida de iones n o m a l m e n t e se hace
en una cantidad muy pequeña, y las sustancia» que se
van en disolución no quedan reflejadas en esta mtigni"
tud, mientras que sí lo quedan en la porosidad» de ahí
que esta magnitud sea característica del estado de al,
teración, y a través de ella la densidad seca de la
roca.

Esta variación en las propiedades físicas tiene su re-


percusión en las propiedades mecánicas, disminuyendo
la velocidad de propagación de ondas longitudinales
ultrasónicas con la meteorización, disminuyendo su re,
sistencia y su módulo de elasticidad, en cuanto a pr£
piedades determinadas sobre probetas, y aumentando el
desgaste de Los Angeles y la compresibilidad, y dismi-
nuyendo la resistencia al corte en cuanto a propieda-
des que' se determinan sobre muestra granular.

La precisión de los ensayos para detei?minar estas raag


nitudes gobernará la detección de los procesos de rae-
teorización sobre ellas. El primer problema que se
plantea es la homogeneidad de toda la preparación a
utilizar, para ello debe hacerse la toma de muestra
"in situ" con todo rigor, y una voz preparada la m u e ¿
tra, ha de comprobarse la homogeneidad de cada probe-
ta o conjunto de granulos a utilizar.recomendando pa-
ra ello la determinación de su densidadff-t-aa,particu
larmente por métodos volumétricos.
499

Posteriormente,ha de estudiarse el ensayo, precisando


el número de variables que intervienen y fijándolas
en unos valores determinados, en los que se hará el, nú
mero precisp de ensayos para obtener el valor más pro-?-
bable de la magnitud a determinar.

De esta forma se estudia el ensayo para determinar la


velocidad de propagación de ondas longitudinales ultra-
sónicas , en el que se rechaza la utilización de parafi.
na, por la contaminación que produce en la roca, y sus-
tituyéndola por láminas de caucho, así como se sustitu-
ye la presión manual dada a los transductores, por una
presión estática de 1 Kg/cm . La precisión del ensayo
oscila entre +^ I50 m/seg. , determinada de la forma an-
terior sobre la probeta tipo.

El hinchamiento unitario, obtenido por inmersión de


una probeta en agua, presenta los principales inconve-
nientes en la falta de homogeneidad de la temperatura
entre medio ambiente, probeta y agua, de ahí la necesa-
ria estabilización previa de esta magnitud en todo el
sistema. También el hinchamiento depende del tiempo
de inmersión, llegando algunas probetas a 300 horas
sin conseguir estabilizar las deformaciones. Fig. 78.

En el ensayo para determinar la resistencia a compre-


sión simple la aplicación de la carga se hizo por in-
crementos dejando estabilizar las deformaciones en ca-
da uno de ellos, hasta alcanzar la carga de rotura, M ¿
diendo las deformaciones verticales y horizontales a
través de las variaciones en la resistencia eléctrica
provocadas en bandas colocadas al efecto.

Se puso a punto un ensayo para determinar la influen^


cia del agua sobre la compresibilidad de un con.iunto
de granos actuando como escollera. La célula se esco-
gió de tal forma que cumpliera las recomendaciones da-
500

das por FUMAGALLI (1969) para la muestra utilizada.


¡ Fig. 84. -

Se midieron las deformaciones que sufría la carcasa


con las cargas aplicadas, y la parte de carga absor
bida por el rozamiento entre muestra y carcasa.

Se hicieron pruebas de compactaclón para obtener el


método más adecuado que ofreciera repetibilidad en
las preparaciones y una densidad adecuada, y por dlti,
mo se determinó la influencia de esta densidad sobre
la deformación de la muestra. A la luz de estos da-
tos se interpretan los valores obtenidos posteriormen
te.

También se hicieron ensayos para determinar la influen


cia de una ligera variación en el índice de huecos al
preparar la muestra en el ensayo de corte directo,
como esta variación se mitiga al aplicar la carga nor^
mal, su influencia resulta inapreciable, Fig. 90.

14.1.6. Meteorabilidad de las rocas graníticas.

Se ha estudiado la meteorabilidad de un tipo de grani-


to frente a diferentes fenómenos provocados por la a£
ción del clima.

Se estudian fenómenos de meteorización sobre macisos


rocosos y sobre fragmentos de roca. En macizos roco-
sos se trata el lavado que produce en los minerales
el agua de lluvia al percolar a través de ellos. Los
fenómenos de calentamiento-enfriamiento, aumentó en
el grado de humedad, humedad-sequedad, e hielo-deshi¿
lo, se estudian sobre fragmentos de rae» ** petfOteño
tamaño.
501

La meteorabilidad del granito frente al lavado qup su-


fre por el agua de lluvia, cuando forma parte de un ma
cizo, se,determinó, estudiando el grado de alteración
que presentaban los minerales de un macizo real someti^
do a la influencia de un clima. Luego se determinó el
tiempo mínimo que tenía que haber pasado para que la
meteorabilidad del granito, en estas condiciones, fue^^
ra una determinada, de acuerdo con la clasificación
dada en 14.1.2.

El clima al que está sometido actualmente, y se supone


que es similar durante el último milenio, está
caracterizado por una temperatura media anual de 105C
y una precipitación total anual de 800 mm.

La composición mineralógica de la roca utilizada en el


estudio oscila entre el 25 y el 30^ de cuarzo, 20 al
25^ de ortosa, 35 al 40^ de plagioclasa y entre el 10
al 15^ de biotita junto con otros minerales accesorios.

El macizo granítico, excayado en parte formando un


frente de cantera, se presenta dividido en horizontes,
en los cuales el estado de alteración aumenta desde la
superficie hacia abajo, justificado porque en las ca-
pas superiores la acción del agua de lluvia es más in-
tensa y ha actuado durante un período de tiempo mayor.

Se han estudiado cuatro capas con grado de alteración


decreciente, apreciable a simple vista por el color
que manifestaban, en las que se tomaron las muestras
G-4, G-3, G-2 y G-1, correspondientes a cada una de
las capas, ordenadas de la más superficial a la más
profunda. Con esta secuencia se pretende conocer la
evolución de las características de la roca con el gr^
do de alteración.

El análisis de láminas delgadas al microscopio óptico


permitió observar la alteración que ocasiona en el
granito el agua de lavado que consiste, en general, en
502

un aumento en la fisuración de todos los minerales m_e


nos de la mica, y en aumento en la descomposición de
las plagioclasas y blotita. También se supone que,
aunque en cantidades muy pequeñas, el cuarzo se di-
suelve aumentando la separación entre las caras de
las fisuras. La ortosa, análogamente al cuarzo, en
el grado de alteración estudiado, menor del 60^, sola-
mente manifestaba una descompoBición incipiente en las
caras de las fisuras.

El análisis químico mediante mlcrosonda electrónica,


permitió detectar cualitativamente la disminución en
el contenido de iones calcio que sufren las plagiocla-
sas, y de iones hierro y magnesio que sufren las micas
al descomponerse, así como relacionar el aumento en
el contenido de potasio de estos dos minerales con una
mayor resistencia a la alteración.

Se determinó el grado de alteración de tres muestras


de roca en base al grado de alteración de los crista-
les, según se especificó en 14.1.2, De estas mismas
muestras se obtuvo la densidad seca, lo que unido a la
densidad teórica del granito completamente sano, obte-
nido de la densidad teórica de cada uno de sus minera-
les, permitió relacionar el grado de alteración con
esta magnitud física, relación que se aproxima a una
recta, al menos para grados de alteración menores del
60%, cuya ecuación es:

G.a 2726 - i'd


100 ~ 2726 - 2500
en la que
G.a. = grado de alteración
o
2726 Kg/m = Densidad seca teórica del granito
sin alteración
o
2500 Kg/m = Densidad seca del granito 100% al.
terado si la relación Jd - G.a.
fuera lineal.
503

Se dóteirminaron, sobre mtjéstra granular*y sobre probe-


tas cilindricas, diferentes características físicas y
mecánicas y, en todas ellas, la densidad seca. De e¿
ta forma se obtuve la relación de las diferentes mag-
nitudes con la densidad seca, que se puede aproximar
con una recta, al menos en los grados de alteración men
clonados, cuyas ecuaciones expresadas en función del
valor teórico de cada magnitud para roca con un 0^ de
alteración y un lOO^í de alteración serán las siguien-
tes:

a) Velocidad de propagación de ondas longitudinales de


ultrasonidos, V, en m/seg.:

2726 - Vd 4.220 - V
2726 - 2500 " 4.220 - 1000

b) Resistencia a la tracción, (T., en MPa.

2726 - "^d _ 7t? - Jr


2726 - 2500 " 7,5 - 2

c) Resistencia a la compresión simple, q , en MPa.


u
!726 - X d__ _ 120 - q^
2726 - 2500 " 120 - 10

d) Relación entre la resistencia a compresión simple,


q^, en MPa. y el módulo de elasticidad tangente,
E,, én el 50^ de la carga de rotura, también en
MPa.

log qu - log 10 _ log E -• log 1000


log 120 - log 10 ~ log 55000 - log 1000

e) Absorción de agua, a, en "/o.

2726 - V d a + 0.51
2726 - 2500 ~ 2,30 + 0,51

f; Resistencia al desgaste medida mediante el ensayo


de "Los Angeles".

2726 - y^d _ 2 - LA
~ 2726 - 2500 ~ 2-84
30k

La compresibilidad y resistencia al corte son dos mag-


nitudes en las que, además del estado de alteración
de la roca, influye la densidad con que se prepara la
muestra, por lo que no existe una relación dnica entre
aquellas magnitudes y el estado de alteración de la
roca, luego no se utilizarán para definir éste.

De acuerdo con las relaciones anteriormente expuestas


bastaría conocer una magnitud, de los granitos que aquí
estamos estudiando, para poder determinar su grado de
alteración. El ensayo de diferentes muestras de los
cuatro tipos de granitos que hemos utilizado, permite
establecer los intervalos del grado de alteración co-
rrespondientes a cada uno de ellos, y a partir de es-
tos valores determinar el mínimo número de años que de-
be de haber actuado el agua que percola a través del
macizo para que la meteorabilidad de este granito, for-
mando parte de un macizo con unas condiciones geométri-
cas determinadas, y sometido a un clima especificado,
sea "muy baja" frente al proceso de lavado según 14.1.2,
obteniendo 85O, 60O y 36O como el número mínimo de años
que los granitos G-4, G-3 y G-2 debieron de estar so-
metidos a la acción de este clima, en el supuesto de
una relación lineal entre el grado de alteración y el
tiempo.

Se ha determinado también la meteorabilidad de estas


rocas, frente a oscilaciones de temperatura, aumento
en el grado de humedad, oscilaciones en el grado de
humedad y ciclos de hielo-deshielo. Para ello se so-
metieron a los procesos correspondientes, descritos
en el Capítulo 9, probetas de 5 cm. de diámetro y mues-
tra granular de tamaños comprendidos entre los tamices
A.S.T.M. 3 A " - 3/8", al objeto de det erminar la va-
riación en el grado de alteración con estos procesos.

Los resultados se resumen en la TABLA CXXX, en la que


se observa que, en general, la meteorabilidad no si-
505

gue.una; ley clarafíCoríelt^rado'de^' alteración Inicial,


pero se mantiene muy baja frente a la acción del ca-
lentamiento-enfriamiento, humedad-sequedad e hielo-
deshielo, mientras que es alta frente a la saturación,
y media cuando se someten las muestras a ciclos de
cristalización de sales de sulfato magnésico para re-
producir el efecto del hielo, comprobando de esta for
ma el excesivo deterioro que produce este tipo de pr£
ceso.

T A B L A C X X X

Meteorabilidad del granito frente a procesos que no produ-


cen cambios en la composición química

Tipo de granito G - 1 G - 2 G -2
50 ciclos -Variación en el
Grado de alter. 1 a 2 O a 9
calent-enfriam.
-Meteorabilidad muy baja muy baja muy baja
-Variación en el
Saturación 16 27 12
Grado de alter.
-Meteorabilidad alta alta alta
-Variación en el
50 ciclos 1 a 6 O 7 a 15
Grado de alter.
humedad-seq. - Meteorabilidad muy baja muy baja baja
50 ciclos -Variación en el
hiélo-deshielo Grado de alter. O
-Meteorabilidad muy baja •" "• muy baja
5 ciclos -Variación en el
crist.sulf.raag. Grado de alter. 28 2k 25
- Meteorabilidad media media media
506

14.1.7. Meteorabilidad de las pizarras.

Se estudia la meteorabilidad de diferentes tipos de


pizarras, pertenecientes a una misma serie sedimenta-
ria, sometidas a difereiites transformaciones debidas
a la acción directa del clima sobre ellas.

Los fenómenos estudiados se refieren a la alteración


que pueden sufrir las pizarras debidos a la percola-
ción del agua de lluvia a través del macizo rocoso
del que forman parte,y la desintegración que pueden
sufrir debidos a ciclos de humedad-sequedad.

El problema del lavado,que experimentan los minerales


que constituyen las pizarras que forman parte de un
macizo rocoso^se estudió sobre cuatro de ellos perte-
necientes a estratos depositados en el Golfo Vasco-Can
tábrico, durante el Cretácico Inferiorjsufriendo en
el Cenomanense los plegamientos correspondientes a
la orogenia alpina. El primero, T.l, se formó a prin-
cipios dd Wealdense,el segundo, T.2, a finales de este
período y está situado a 3 km. de T.l, el tercero, T.3t
en el Aptense, a 15 km. de T.l, y por último, el cuar-
to, T.4, en el Albense, a 31 km. del primero.

La desintegración que pueden producir los ciclos de


humedad-sequedad se estudió sometiendo a procesos de
laboratorio, según se indica en l4^1.3, frttgnentos de
pizarra sin alteración, tomados ©n T.l y T.4, si bien
estas últimas presentaban en los taludes recien exca-
vados este fenómeno muy acentuado, achacado a la ac-
ción de la humedad, que requirió un estudio más proftm
do.

El clima de la zona en que están situados los macizos


se caracteriza por una temperatura media anual de 11^C,
y una precipitación total anual de 1.100 mm. Por tan-
to, el estudio de la acción del lavado va encaminado a
determinar los procesos de alteración que sufren los
507

minerales componentes de las pizarras por meteoriza-


ción cuando forman parte de un macizo sometido a un
clima con las características señaladas, y a obtener
el mínimo número de años que debió actuar este clima
sobre la roca para que la meteoral>ilidad sea una da-
da, según 14.1.2.

Las muestras,para llevar a cabo el estudio, se toma-


ron en los diferentes macizos en el horizonte III, r£
ca sana, P.IO, P.20, P.30 y P.40, horizonte H A , ro-
ca alterada, P.ll, P.12, P.22, P^.32, P.42, y en roca
muy alterada, horizonte lA, prácticamente suelo resi-
dual P.13, P.lh, P.k3.

La caracterización de cada una de estas muestras se


llevó a cabo en base a su composición mineralógica,
para lo que fué necesario realizar ensayos de difrac-
ción de Rayos X, que se complementaron con los análi-
sis químicos, de lo que se dedujo una composición mi-
neralógica cuantitativa. También se determinan las
propiedades físicas y mecánicas.

La composición mineralógica está constiti*á<ia de dos


grupos de minerales, unos procedentes de la altera-
ción de rocas primarias y depositadas en la cuenca
sedimentaria que en general son estables, cuarzo, mos.
covita, illita y otros tipos de arcillas. Y otros de^
pendientes de las condiciones de la cuenca, particu-
larmente del potencial de oxidación-reducción, entre
ellos se encuentran los carbonates, calcita, dolomi-
ta y siderita, los sulfatos y sulfures, y la materia
orgánica.

La proporción de pirita y materia orgánica puede ca-


racterizar las condiciones medioambientales en que se
han llevado a cabo los procesos genéticos, de estos
datos podría deducirse una constancia en las condicio-
nes climáticas durante la primera mitad del Cretácico
508

Inferior, T.l y T.3» con intercalaciones de cortos pe-


ríodos de condiciones más bien secas, en las que el
potencial de oxidación-reducción, E. , de la cuenca se_
dimentaria bajaría debido a la disminución en los apor
tes y permitiría el alza en las proporciones de estos
dos compuestos, según aparecen en T.2. En la segunda
mitad del Cretácico Inferior podría pensarse en un
clima en el que se fuera acentuando su carácter seco,
que culminaría en la zona T.k, situada prácticamente
al final de este período, con una proporción de mate-
ria orgánica y pirita elevada, aunque inferior a las
aonas T.2.

Además, se observa una mayor compacidad de las pizarras


más antiguas, porosidad n = 2%, frente a las interme-
dias y más modernas, n = 6%, que concuerdan con la ma
yor resistencia de aquéllos frente a los más recientes,
pudiéndose incluir todos entre las rocas de resisten-
cia media, según la clasificación de DEERE y MILLER
(1966), y con la categoría de "mudstone" según la cla-
sificación de Morgenstern y Eigenbrod (197^)•

Transformaciones debidas al agua que atraviesa los ma-


cizos de estas pizarras.

El análisis d© la composición mineralógica de las mues^


tras frescas y alteradas de un mismo talud, junto con
la composición química de las aguas que circulan por
el macizo y las del río que recorre todos ellos, indi-
can que al meteorizarse estas rocas por acción del
agua de lavado, permanecen prácticamente constantes
las cantidades de cuarzo, moscovita e illita sin ape-
nas apreciarse transformacióni alguna de ésta última
hacia otros tipos de arcilla, mientras que, cuando
abunda clorita, P.^O, puede evolucionar a vermiculita
y caolinita, P,42 y P^43.
509

Lo que se muestra claramente es la total descomposi-


ción de la pirita y carbonates, de los cuales la side-
rita es el más comdn, en los primeros estados de mete_o
rizacidn, tanto por la desaparicicSn de estos minerales
en las rocas alteradas, como por la abundancia de io-
nes sulfato y bicarbonato en las aguas de lavado, lo
que contribuirá al aumento observado en la porosidad
y debilitamiento de la matriz rocosa.

El proceso de descomposición de la siderita se origina


con el anhídrido carbónico disuelto en las aguas proce-
dentes de la atmósfera pero, en cambio, la pirita se
descompone muy lentamente a menos que está en presen-
cia de otros sulfures, MOUM y ROSENQUIST (1959)» o
existan bacterias sulfooxidantes del género Thiobacillus
que oxidan el azufre elemental, que es un producto in-
termedio en el mecanismo general.

Para la oxidación de las piritas en presencia de bac-


terias TEMPLE y DELCHAMPS (l953) han propuesto las rea£
clones que se recogen en el apartado 1.4., Actividad
biótica. Estas reacciones son las responsables de la
formación de ácido sulfúrico con la consiguiente dismi-
nución de pH hasta valores próximos a 2, y la forma-
ción de sulfates.

En las pizarras donde la pirita es más abundante, T.2,


próxima al 109¿, ésta se representa tanto diseminada
por la masa como rellenando grietas y juntas. Su al-
teración también es paulatina, y forman depósitos sal_i
nos blancos al secarse los charcos de las aguas de la-
vado, probablemente sulfates, así mismo se observaron
en superficie concreciones amarillas de azufre.

Estas pizarras con el ácido clorhídrico no producen


SH2, lo rque comprueba la ausencia de pirrotita, mien-
tras que el análisis bacteriológico de las aguas de
510

lavado de estos macizos, utilizando el medio Star-


key's Vishmiac y Santer's y el medio especial Leather,
detectí^ solamente la presencia de thiobacillus ferro-
oxidans . CSI'H.S bai ter las, nri rundí ( iones favorables,
oxidan con mayor facilidad el hierro que el azufre,
lo que justifica las concreciones que aparecieron de
esta última sustancia en unas condiciones medio-gun-
bientales determinadas.

Estas transformaciones químicas, oxidación de las piri^


tas y disolucidn de carbonates y sulfatos, convierten
a la roca ya en sus primeros estadios de meteoriza-
cidn, en un material deleznable y, por último, se trans^
forma en un suelo.

De los valores obtenidos para la densidad seca y por£


sidad de pizarras con diferente grado de alteración
se puede asignar a la roca totalmente alterada, G.a. =
1 0 0 , un valor de la densidad seca de 1800 kg/m , y de
2800 Kg/m a la roca completamente sana, con una poro^
sidad próxima a cero.

En estas condiciones, la relación que liga el grado de


alteración, G.a., con la densidad seca, jd en Kg/m
viene dada por la expresión;

G.a. 2800 - Pd
100 ~ 2800 - 1800

Como la relación existente entre la porosidad, n%, y


la densidad seca, jd Kg/m^, en los tres tipos de piza-
rras estudiados es lineal y común para todas ellas,
también se puede determinar el grado de alteración de
la pizarra, G.a., en función de la porosidad, n^, m e -
diante la expresión

G.a. _ n_
100 ~ 35

Para que la meteorabilidad de estos macizos, definida


como la variación en el grado de alteración en un año,
511

cuando están sometidos a un clima con una precipita-


ción total anual de 1100 mm., sea muy baja, según
lU,1.2., la transformación en suelo residual no debe
ocurrir antes de 580 años en las albenses, P.kO, y
910 años en las wealdenses, P.IO, en el supuesto de
variación lineal del grado de alteración con el tiem-
po .

Comportamiento frente a cambios de humedad.

Dadas las características resistentes manifestadas, se


esperaba que su comportamiento con la saturación fuera
aceptable, pero al sumergir fragmentos de 50 grms. de
las pizarras P.IO y fragmentos de 500 grms. de los P.4o,
estas últimas se desmoronaban totalmente en menos de 15
minutos, mientras aquéllas permanecían prácticamente
inalterables. De hecho, las pizarras P.IO a los dos
meses de stomergirlas en agua presentaban una humedad
de 2 % y aspecto muy compacto.

En principio se achacó esta rápida desintegración al


efecto de las fuerzas capilares que comprimirían el ai-
re en el interior de la roca según describe MAYER (1963)
pero,sometiendo los fragmentos de roca una vez secos
en estufa a un vacío menor de 2,5 mro. de mercurio du-
rante más de tres horas, y saturándolas rompiendo el
vacío con agua desaireada, el fenómeno se produjo más
rápidamente. Se pensó entonces en la acción de algún
componente mineralógico.

De la composición mineralógica, la vermictilita podía


ser el mineral más activo en los procesos de hidrata-
ción, en el caso de que sea lítica o sódica. Pero el
pico característico de la vermiculita^en el difracto-
grama de Rayos X, aparecía a los 6.^1 grados que corre¿
ppnde a las vermiculitas magnésicas mucho más estables.
512

La respuesta creemos se obtuvo al secar de nuevo la


muestra. En efecto, sometidos los fragmentos ya desmo-
ronados a 105i 55c durante 24 horas, aparecieron r£
cas y recipiente cubiertos de una capa de sales blan
cas que, sometida a la difraccidn de Rayos X, se com-
probé estaba constituida en una proporción similar
por sulfato calcico hemihidrato y sulfato magnésico
con una molécula de agua. Aunque la cantidad de m o l £
culas de agua asociada a cada sulfato puede variar en
la roca natural, es a éstos a los que se achaca el pro_
ceso de desintegracién observado, y en particular al
sulfato magnésico, a pesar de que el análisis químico
del material rocoso había detectado la presencia de
sulfates en proporciones inferiores al 1^.

Como las pizarras P.IO, de la facies Veald, se fisura-


ron suficientemente a los 10 ciclos como para hacer
que su resistencia sea nula, se puede considerar una
variación en el grado de alteración por ciclo igual a
1 0 , con lo que las sitúa con una meteorabilidad entre
alta y media según 14.1.2. Mientras que las pizarras
P.40 tendrán una meteorabilidad alta frente a estos ci^
clos de hume dad-se que dad, con una variación en el gr_a
do. de alteración por ciclo de laboratorio igual a 100.

1^.2. CONCLUSIONES

1^.2.1. Sobre características del clima en España

- 1 . - La agresividad climática, en cuanto a la formación


de hielo en el medio rocoso, es fuerte solamente en
la zona de alta montaña, moderada en el entorno de los
Pirineos, débil en la mitad norte excluida la zona c o ¿
tera y los valles del Duero y Ebro, es insignificante
en estas zonas y en la mitad:.8ur, según la definición
de Peltier.
513

2.- La agresividad climática, en cuanto a transforma-


ciones en la composición de las rocas, se presenta
fuerte solamente en el área de las Rías Bajas galle-
gas, moderada en la cuenca del Guadalquivir y en la
mitad norte de España, salvo en la cuenca del Duero
y en el interior del Valle del Ebro, y débil en estas
dos áreas y la parte no mencionada de la mitad sur.
También según la clasificación de Peltier.

14.2.2. Sobre la meteorabilidad de la roca

3.- Se definen cinco estados de fisuración de un cri¿


tal a los que se asignan dígitos del O al 4, así como
de transformación mineralógica. Se denomina "índice
de alteración" de ese cristal al mayor de los dos.

h.- Se denomina "índice de alteración" de un mineral


que forma parte de una roca, a la media ponderada de
los índices de alteración de los cristales de ese m i -
neral que constituyen la roca.

5.- Se denomina "Grado de alteración" de una roca, al


índice de alteración medio ponderado de cada uno de
los minerales que la componen en tanto por ciento.

6.- A cada grado de alteración le corresponden unas


propiedades físicas y mecánicas. Conocida una de e s -
tas magnitudes y los valores extremos correspondientes
a un grado de alteración O y un grado de alteración
100, se pueden deducir el grado de alteración de la r£
ca en el supuesto de una relación lineal.

?•- Se define como meteorabilidad de una roca frente


a un proceso de meteorización real detenninadó, a la
variación en el grado de alteración por año.

8.- Se define como meteorabilidad de una roca frente


a un proceso de meteorización cíclico de laboratorio,
a la variación en el grado de alteración por ciclo.
5l4

9.- Se clasifica la meteorabilidad de una roca frente a


un proceso real de meteorización como alta, inedia, ba-
ja o muy baja cuando sometida a un proceso, puede pasar
el grado de alteración de O a 100 en menos de XO años,
100 años, 1.000 años, o en más de 1.000 años respecti-
vamente .

10.- Se clasifica la meteorabilidad de una roca frente


a un proceso cíclico de laboratorio como alta, media,
baja o muy baja cuando sometido a ese proceso, puede
pasar el grado de alteración de O a 100 en menos de
diez ciclos, cien ciclos, mil ciclos o en más de mil ci^
clos respectivamente.

14.2.3. Sobre la detenninacidn de la meteorabilidad de.la roca.

1 1 . - Se propone como procedimiento para determinar la


meteorabilidad de una roca frente a procesos reales que
no cgimbien la composición de ésta, el someter luia mues-
tra con unas características geomátricas detenninadas a
diferentes procesos cíclicos de laboratorio definidos
según el tipo de proceso real, que se intente reprodu-
cir, calentamiento-enfriamiento, saturación, humedad-se^
quedad o hielo-deshielo y cuyo efecto se puede cuantif¿
car a través de la variación experimentada en el grado
de alteración.

1 2 . - Se proponen como procedimientos para determinar la


meteorabilidad de una roca frente a procesos reales que
ceunbien la composición de ésta, los tres siguientes:

1. Determinación de la composición mineralógica, y a par


tir de ella deducir cuál va a ser el comportamiento de
la roca de acuerdo con la experiencia precedente en ro-
cas situadas en un entorno similar.

2. Determinación de la variación en el grado de altera-


ción de la roca al estar sometida al proceso natural de
meteorización similar al que se va a ver sometida en el
futuro.
515

3. Determinación de la variación en el grado de altera-


ción de la roca sometida a procesos de laboratorio que
reproduzcan el proceso real.

Por último, se definirá la meteorabilidad según las con


clusiones 7 u 8.

l4,2.4. Sobre los medios para cuantificar la meteorabilidad.

13.- El análisis por difracción de Rayos X, básicamente


cualitativo, permitirá conocer las grandes transfonna-
ciones sufridas por los minerales, así como detectar los
que aparecen como productos de la meteorización.

ik.- El análisis al microscopio con luz polarizada per-


m i t e , en aquellas rocas con un tamaño de grano adecuado,
conocer de fonna precisa, mediante contaje de puntos,
el volumen de minerales alterados y fisurados asf como
la forma en que esta alteración se ha producido. Es el
sistema para conocer, de forma directa, el grado de al-
teración de la roca.

15.- El análisis químico global junto con el criterio


de Barth, o en la hipótesis de algún elemento insolubie,
permite conocer la evolución en la composición química
global con la meteorización.

l6.- El análisis químico mediante microsonda electróni-


ca permite conocer la transformación química sufrida en
un cristal, entre la parte sana y la parte alterada.

1 7 . - La densidad de grano, debido a la poca incidencia


que tienen en esta magnitud algunas transformaciones q u ^
micas, y a que las pérdidas totales por disolución no
se reflejan en ella, en general no: servirá para cuanti-
ficar la meteorización de una roca.

1 8 . - La densidad seca, en cambio, recogerá, con la inc¿


dencia que tengan, las pérdidas de elementos, disolucio^
nes, así como cualquier transformación que sufran los
516

minerales, además de las variaciones en el estado de f_i_


suración y porosidad, por ello se destaca como una de
las magnitudes que pueden caracterizar el estado de sa-
turación de una roca.

19.- Del estudio llevado a cabo sobre las magnitudes me_


canicas a medir sobre probetas.para determinar su prec¿
sión en reconocer las variaciones producidas por la m e -
teorizacián, se puede concluir, que:

a) La velocidad de propagación de ondas longitudinales


ultrasónicas puede ser utilizada en probetas en estado
seco con altura doble del diámetro, utilizando membrana
de caucho, en lugar de parafina, para acoplar el trans-
ductor a la probeta y haciendo la medida siempre bajo
una presión determinada 1 Km/cm , en cuyo caso la pre-
cisión que se puede conseguir en el tiempo medido es de
± 0 , 5 M.S .

b) El hinchamiento unitario, en cambio, a pesar de las


precauciones tomadas en la uniformidad del grupo de pr£^
betas a ensayar, y en la homogeneidad de la temperatu-
ra entre probeta, aparato y agua, llegó a duplicarse u
oscilar en jf 50 x 1 0 " ^ unidades.

c) La resistencia a compresión simple, por su amplia utd.


lización como magnitud para clasificar lá calidad de las
rocas, la normalización del hinchamiento del procedimien
to de ensayo, ISRM (1972), así como el poder reflejar
en su magnitud no sólo el estado de fisuración sino tam
bien cualquier debilitamiento en su masa, se recomienda
como magnitud básica en la cuantificación de las altera,
clones por meteorización.

20.- Las magnitudes mecánicas que se miden sobre mues-


tras granulares dependen del proceso de preparación de
óstas, por ello se recomienda tomarlas del conjunto de
granulos a utilizar, y tener en cuenta su proceso de
517

preparación cuando se vaya a utilizar en el estudio de


la matriz rocosa. Del análisis de los ensayos para d£
terminar estas magnitudes se puede concluir;

a) La compresibilidad de los granulos actuando como e_s


collera depende, además del tipo de roca, de la compa-
cidad dada, variando la repetibilidad de los resultados
en función del índice de huecos del conjunto, obtenien-
do que para e = 0|70 la variación del asiento unitario
oscila entre ± 25x10" y para mayores valores del índ±_
ce de huecos, e = O'95» esta variación llega a ser de
+_ 40 X 1 0 " ^ .

b ) Para compacidades comprendidas entre O!73 ^^e ^ O f 7 9 i


la influencia del índice de huecos sobre los resultados
del ensayo de corte directo en muestra monogranular es
prácticamente inapreciable.

c) El coeficiente de desgaste Los Angeles, por su uso


generalizado y.la normalización del procedimiento de en
sayo, se recomienda como magnitud para cuantificar las
transformaciones sufridas por la meteorización, cuando
se utiliza muestra granular.

1^.2.5» Sobre el comportamiento de las rocas graníticas frente


a la meteorización.

2 2 . - Del estudio de las alteraciones provocadas por la


meteorización sobre macizos graníticosjsometidos a un
clima caracterizado por una temperatura media anual de
105C y precipitación anual 800 mm.jpor tanto sometido
a procesos de meteorización por lavado.se concluyes

a) La fisuración del cuarzo y de los feldespatos aumen


ta con la meteorización, mientras que no se aprecia f ¿
suración alguna en la mica.

b ) La transformación mineralógica de las plagioclasas


y las micas aumenta con la meteorización, mientras que
es prácticamente inapreciable este fenómeno en cuarzo
y ortosa.
518

c) En la zona transformada de las plagiaclasas se apre-


cia, medianiie el análisis de microísorida .electrónica,
disminución del contenido"de iones calcio, frente a la
zona saria. ' '

d) También mediante microsonda electrónica, se detectó


disminución, en la zona transformada de las micas, de :
iones hierro y magnesio.

e) Las zonas más resistentes a la alteración dentro de


un cristal presentaban mayor contenido en potasio.

2 2 . - Se obtuvieron las características físicas y mecá-


nicas de muestras con diferente grado de alteración, ha_s
ta un G.a. = 60 aproximándose la relación existente con
una recta cuya expresión para cada variable es la si-
guiente :

a) Densidad seca jd Kg/m3 :

G.a. 2726 - f d
100 " 2726-- 2500

b ) Velocidad de propagación de ondas longitudina.


les de ultrasonidos V, en ra/seg:

G.a. U22O - V
100 ~ ^220 - 1000

c) Resistencia a la tracción, (TI. en MPa ;

G.a. 7' 5 - (T'tr


100 ~ 7'5 - 2

d ) Resistencia a la compresión simple, qu en MPaj

G.a. 120 - q^;^


100 " 120 - 10

e) Absorción de agua en fragmentos 3/^" - 3/8"


(ASTM):

G.a. _ a + O'51
100 ~ 2'30+0'51
519

f) Coeficiente de desgaste Los Angeles

G.a. 2 - L.A.
100 " 2 - 8k

23.- La meteorabilidad de este tip© granito, con grados


de alteración menores del 6 0 ^ , frente a procesos que no
alteran la composición química, determinada mediante en
sayos cíclicos de laboratorio,según la clasificación d ¿
da será;

a) Frente al fenómeno de calentamiento-enfriamiento,


muy baja.
b ) Frente al fenómeno de saturación, alta.
c) Frente al fenómeno de humectación-desecación, muy
baja.
d) Frente al fenómeno de hielo-deshielo, muy baja.
e) Frente al fenómeno de cristalización de sales, media.

ik, 2.,6. Sobre el comportamiento de las pizarras frente a la m e -


teorización.

Zh,- Se estudió la alteración provocada por el fenómeno


de lavado con el agua de lluvia al percolar a través de
macizos de tres tipos de pizarras, todas ellas pertene-
cientes a la misma serie sedimentaria que abarca todo
el Cretácico Inferior, pero formadas en el Wealdense,
Aptense y Albense, cuando estén sometidas a un clima ca
racterízado por una temperatura media anual de 11SC y
una precipitación total anual de 1100 mm. Otras piza-
rras estaban formadas básicamente por cuarzo (30-40^^)
y arcillas (5O-60), también contenían pequeñas cantida-
des de carbonates, pirita y materia orgánica. Pues
bien, el lavado provoca las siguientes transformaciones:

a) La illita permanece prácticamente inalterada.


b ) La clorita, cuando existe, pasa a vermiculita y cao-
linita.
c) Los carbonates desaparecen totalmente por disolución.
d) Los sulfures, en cantidades menores del 2^, también
desaparecen, oxidándose primero, ydisolviSndose des-
pués los sulfates resultantes.
520

e) Como consecuencia de esta meteorizacián, la roca se


transforma prácticamente en un suelo, evolucionando
en todas ellas de la misma forma la densidad seca
yg con la porosidad n, que se aproxima a la rela-
ción;

n 2800 - fg
35 " 2800 - 1800

f) Como consecuencia de esta meteorización, la roca sana se


transforma prácticamente en un suelo, con un grado
de alteración 100.

s) La relación que existe entre el grado de alteración,


G.a., y la densidad seca,Jd, se puede expresar m e -
diante la ecuación:

G.a. 2800 - fd
100 ~ 2800 - 1800

h ) La relación que existe entre el grado de alteración,


y la porosidad, n, se puede expresar mediante la
ecuación:

G.a. _ n_
100 ~ 35

25.- La alteración de la pirita, estable en condiciones


nonnales, se achacó a los Thiobacillus ferrooxidans, d e ¿
pues de no haber detectado pirrotita, y despuás de tin
análisis bacteriológico de las aguas que bañan estos
taludes. Achacándose a la actividad de estas bacterias
las concreciones amarillas aparecidas en la superficie
de los taludes.

26.- El estudio detallado de las posibles caaaas que


provocaban la desintegración rápida, durante la humec-
tación-desecación de los taludes con el agua de lluvia,
caracterizando a las pizarras sanas albenses con una
meteorabilidad muy alta, llevó a la conclusión qué úni-
camente podía ser posible debido a la presencia de p e -
queñas cantidades de sulfato magnésico, menores del 19¿,
que pasaban en los ensayos de laboratorio rápidamente a
disolución.
521

27.- Se calificó la meteorabilidad de las pizarras w e a ^


denses frente a procesos de humectación-desecación so-
metiendo fragmentos de ¿Lias a ciclos de hiomedad-seque-
dad de laboratorio, pudiéndose calificar estas pizarras
como de meteorabilidad entre alta y media, lo cual con
cuerda con la observación de taludes reales en los que
continuamente se están produciendo desprendimientos de
pequeños fragmentos.

14.2.7. Sobre nuevas vías de estudio.

28. Para caracterizar la agresividad climática sobre


las rocas se han utilizado los criterios de Peltier, y
los más recientes de Weimert deducidos del índice de
Thornlihíwaite. Se abre, entonces, una vía de estudio pa-
ra determinar directamente el índice de Weimert a par-
tir de los datos climáticos de cada zona en España, y
de los productos de meteorización que se originan en
cada tipo de roca.

29.- Aunque cuando la meteorabilidad de una roca es muy


alta frente a un proceso natural, ésta se puede determi^
nar de una forma directa en el laboratorio, queda abier
ta una vía de estudio que relacione, de una forma gene-
ral, los efectos que produce cada tipo de clima con los
resultantes de los procesos normalizados a que se some-
ten las rocas.

30.- En el estudio llevado a cabo, se ha pedido deter-


minar la meteorabilidad de una roca frente a procesos
de meteorización que provocaban la desintegración rápi^
da mientras que, en aquéllas más resistentes al clima,
se determinó un tiempo mínimo de ataque para qlie la inetreo-
rabilidad frente a procesos que varían la composición
química sea una determinada.

Por tanto, se puede continuar el estudio detenainando,


de una forma precisa, el tiempo necesario para pasar
de un grado de alteración a otro, en las rocas más re-
522

sistentes a ciertos procesos de meteorizacidn, utilizan


do para ello el'comportamiento del material en las su-
perficies expuestas de edificaciones u otras obras de
ingeniería de historia y procedencia conocida, someti-
das a unas condiciones climáticas determinadas.

31.- Por último, la investigación aquí llevada a cabo


sobre un tipo de granito y varios tipos de pizarras,
puede ampliarse, con metodología similar, a cualquier
tipo de roca.
523

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