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en PUNTILLAS

Un detalle corporal
del trabajo que realiza
Dentro de ese staff de varones que ha contribuido a Javier Solano
quitarle al ballet su malentendido carácter de patrimo-
nio femenino, Javier Solano se presenta como la figura
principal de la misma compañía. Su condición sólo la
alcanzan los más nobles. “Que sea bailarín no ha sido No hay en Venezuela cifras oficiales que precisen
incómodo para nadie de mi entorno. Mis dos hijas y las la cartografía del ballet. La compañía más numerosa
dos mujeres que he amado han sido determinantes para —la del Teatro Teresa Carreño— posee en nómina
continuar por más de veinte años. Sigo bailando, pero cerca de cuarenta bailarines hombres. No todos con
ahora también soy maestro repertorista, el encargado el mismo rango. Y, cuantitativamente, la producción
de repetir las obras ya montadas en el Teresa Carreño”. escénica durante un año está por debajo del requeri-
Los tres “clásicos” del ballet, con historias diferentes, miento de esta plantilla. Analizado así, sólo los mejo-
son retratos de cómo se ejerce un oficio en Venezuela, res tienen trabajo seguro. En las bellas artes también
donde el arte de bailar parece todavía un acto inconcluso. funciona eso de que sólo el más apto sobrevive.
El 29 de abril es Día Internacional de la Danza Lo contradictorio del ballet es que, a pesar de conside-
rársele “la madre de todas las danzas”, el oficio implica
Venezuela necesita bailarines tanto rigor en su formación física y artística que
Más allá de este retrato de una generación de bailarines muchos de quienes, en principio, muestran vocación op-
venezolanos que ha lidiado con el favor o no de su fami- tan, a medio camino, por disciplinas menos demandan-
lia, el ballet tiene retos como generador de crecimiento tes. Ahí la paradoja. Aunque los desertores dejan merca-
cultural de una sociedad. Son desafíos que trascienden do para los pocos que persisten, la mayoría de esos pocos
la experiencia individual. “El bailarín clásico tiende a sale a buscar caminos creativos fuera del país. Y algo más
desaparecer en Venezuela”, resalta Walter Castillo, el dramático: La carencia de talento criollo pone a pensar
más pragmático de los tres. “El sueño del ballet es contar en una realidad que se creía superada, la importación del
con el apoyo de alguien como el maestro José Antonio bailarín como figura principal. De éstos, por ejemplo, sólo
Abreu, una persona que, con la música, expone a un existen dos en el Teatro Teresa Carreño. “Son una espe-
mundo de posibilidades a los niños de bajos recursos, cie en extinción”, define Javier Solano.
les posibilita salir de los vicios y de la delincuencia. Aún así, los bailarines ya consagrados declaran que
Nosotros creemos que la danza tiene el potencial para de echar el tiempo atrás volverían a calzar los zapatos
hacer esa contribución social”. de media punta. Sin embargo, darían variaciones al
trazado de sus piruetas y de sus saltos.
Kenny Lane, lesionado en una de sus rodillas,
explica que hacer dinero bailando es casi imposible.
“Yo dependo de que mi condición física esté perfecta y
trabajo en exclusividad para el teatro Teresa Carreño,
pero como en Venezuela y en toda Latinoamérica hay
carencia de hombres bailarines, uno goza de invitacio-
nes externas de compañías que se interesan por nuestro
trabajo. Muchas veces son tigres mejor pagados que
el sueldo oficial (no revelado)”.

Estampas 26 ABRIL 2009 ?

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