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SALA CONSTITUCIONAL

Magistrado-Ponente: JOSE M. DELGADO OCANDO


 
 
El 22 de noviembre de 2000, los ciudadanos LUIS ANTONIO DE MAURICIO
VÁSQUEZ, JUAN CARLOS RODRÍGUEZ ALFONZO, JUDI CAMACHO,
VÍCTOR PÉREZ CEBALLOS, CONSTANTINO BARROETA y FAWZI ABDEL,
titulares de las cédulas de identidad nros. 5.139.396, 6.810.864, 3.458.691, 2.568.920 y
7.371.190, respectivamente, actuando con el carácter de Legisladores y/o Diputados del
Consejo Legislativo del Estado Yaracuy, asistidos por los abogados José Ignacio George
Soto y Juan Nepomuceno Garrido, interpusieron ante esta Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, recurso de nulidad por inconstitucionalidad contra la LEY DE
PENSIONES Y JUBILACIONES DEL ESTADO YARACUY, dictada por la entonces
Asamblea Legislativa del Estado Yaracuy el 21 de diciembre de 1995, publicada en Gaceta
Oficial del Estado Yaracuy nº 1986 del 27 de diciembre de 1995, así como contra el
REGLAMENTO DE PENSIONES Y JUBILACIONES sancionado por el mismo
cuerpo legislativo el 26 de junio de 1995, publicado en la Gaceta Oficial de la misma
entidad nº 1963 de fecha 16 de septiembre de 1995.
 
En esa misma fecha, se dio cuenta en Sala, y se acordó pasar las actuaciones al
Juzgado de Sustanciación.
 
Mediante auto del 30 de noviembre de 2000, el Juzgado de Sustanciación admitió el
recurso de nulidad interpuesto y, conforme al artículo 116 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia, dispuso la notificación por oficio a los ciudadanos Fiscal General de la
República y al Presidente de la Asamblea Legislativa del Estado Yaracuy. Igualmente se
ordenó el emplazamiento a los interesados mediante cartel, para que concurrieren a darse
por citados en el presente juicio. Por último, en virtud de que los recurrentes solicitaron que
se dictara sentencia sin relación ni informes y se declarara la urgencia del caso, conforme al
artículo 135 eiusdem, se ordenó la remisión de las actuaciones a esta Sala, a los fines de que
se dictara la correspondiente decisión previsa, una vez constara en autos las aludidas
notificaciones y el cartel publicado.
 
Efectuadas las correspondientes notificaciones, y consignada la publicación del
cartel antes referido, el Juzgado de Sustanciación ordenó la remisión del expediente a la
Sala, la cual el 29 de mayo de 2000, designó ponente al Magistrado doctor JOSÉ M.
DELGADO OCANDO, y se fijó el quinto día de despacho para dar comienzo a la
relación.
 
Cumplida la tramitación legal del expediente, pasa esta Sala a dictar sentencia,
previas las siguientes consideraciones:
 
I
DE LOS ALEGATOS DE LOS RECURRENTES
 
Los recurrentes fundamentan su acción en los siguientes alegatos:
 
En primer lugar, indican que para la fecha de la promulgación de los actos cuya
nulidad se solicita, se encontraba vigente la Constitución de 1961, la cual en su artículo
136, numeral 24, establecía la reserva legal señalando como consecuencia exclusiva del
Poder Nacional, el legislar la materia relativa a la “previsión y seguridad sociales”, así
como en el artículo 2º de la Enmienda nº 2 eiusdem, el cual establecía que “El beneficio de
jubilación o de pensión se regulará en una ley orgánica a la cual se someterán todos los
funcionarios o empleados públicos al servicio de la Administración Central o
Descentralizada de la República, de los Estados o de los Municipios...”.
 
Agrega que dichos principios fueron mantenidos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en las disposiciones contenidas en los artículos 156, numerales
22 y 32, 187 numeral 1, 137 y 147.
 
Denuncian que la entonces Asamblea Legislativa del Estado Yaracuy, al dictar la
Ley de Pensiones y Jubilaciones de dicha entidad federal, violó la reserva legal del Poder
Público Nacional. Agregan que “habiendo invadido y usurpado la Asamblea Legislativa
del Estado Yaracuy la reserva legal del Poder nacional, introduce además parámetros
‘perversos’ y condiciones muy diferentes a las establecidas en las disposiciones legales
que rigen la materia, logrando de esta manera establecer periodos más cortos de años de
servicio necesarios para obtener los beneficios de pensión y jubilación así como
porcentajes muy superiores a los parámetros de la Ley del Estatuto sobre el Régimen de
Jubilaciones y Pensiones de los Funcionarios o Empleados de la Administración Pública
Nacional, de los Estados y de los Municipios...”.
 
De igual manera, denuncian que la entonces Asamblea Legislativa del Estado
Yaracuy, al dictar el Reglamento de Jubilaciones y Pensiones sobre la base de la Ley de
Pensiones y Jubilaciones de dicha entidad federal, violó la reserva legal del Poder Público
Nacional. Señalan que dicho Reglamento “...contravino tanto la Constitución de la
República de Venezuela de 1961 como la vigente Constitución en las disposiciones
invocadas en los capítulos precedentes, en el sentido de que fija parámetros en cuanto a
los requisitos de procedencia de los beneficios que regula la jubilación y pensiones de los
diputados del ente legislativo estadal, estableciendo incluso mucho menos el tiempo de
servicio y edad de los requisitos exigidos en la ley nacional aplicable”.
 
También expresan que la actuación de la entonces Asamblea Legislativa del Estado
Yaracuy, al sancionar la Ley de Jubilaciones y Pensiones del Estado Yaracuy como el
Reglamento de Pensiones y Jubilaciones, usurpó funciones del Poder Nacional, por lo que
dichos actos resultan nulos conforme al artículo 138 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.
 
Por las razones anteriormente expuestas, los recurrentes solicitan que se “...declaren
la nulidad por inconstitucionalidad de las siguientes: 1. La Ley de Pensiones y
Jubilaciones del Estado Yaracuy, dictada por la Asamblea Legislativa del Estado Yaracuy,
en el año 1995; ... 2. Del Reglamento de Pensiones y Jubilaciones dictada por la extinta
Asamblea Legislativa del Estado Yaracuy, en el año 1995 ... 3. De todas y cada una de las
Pensiones y Jubilaciones de los Diputados acordadas por la Asamblea Legislativa del
Estado Yaracuy, concedidas bajo la vigencia de los citados instrumentos”.
 
Igualmente solicitan que “...de conformidad con lo preceptuado en los artículos 119
y 131 de la citada Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, se fijen los efectos en el
tiempo de las decisiones anulatorias, específicamente, a los efectos ex tunc, es decir, hacia
el pasado...”; que “...de conformidad con el artículo 135 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia, que la Sentencia correspondiente se dicte sin relación ni informes por
tratarse de un asunto de mero derecho”, y que de acuerdo a lo establecido en el artículo
135 eiusdem se “...de declare la urgencia del caso”.
 
Por último, solicitan que “...a tenor de lo preceptuado en el artículo 14 de la Ley
Orgánica de la Hacienda Pública Nacional, en concordancia con los artículos 51 y 52 de
la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República y el artículo 33 de la Ley
Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencias del Poder Público, se
exonere del pago de impuestos y contribuciones correspondientes al Consejo Legislativo
del Estado Yaracuy”.
 
II
DE LA COMPETENCIA
 
En el presente caso, se interpuso un recurso de nulidad por razones de
inconstitucionalidad contra la Ley de Pensiones y Jubilaciones del Estado Yaracuy, dictada
por la entonces Asamblea Legislativa del Estado Yaracuy el 21 de diciembre de 1995,
publicada en Gaceta Oficial del Estado Yaracuy nº 1986 del 27 de diciembre de 1995, así
como contra el Reglamento de Pensiones y Jubilaciones sancionado por el mismo cuerpo
legislativo el 26 de junio de 1995, publicado en la Gaceta Oficial de la misma entidad nº
1963 del 16 de septiembre de 1995.
 
Observa esta Sala que, durante la vigencia de la Constitución de 1961, correspondía
a la Sala en Pleno de la entonces Corte Suprema de Justicia, de conformidad con lo
establecido en los artículos 215, ordinal 4º y 216 eiusdem, en concordancia con los artículos
42, ordinal 3º y 43 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, la competencia para
declarar la nulidad total o parcial de las leyes estadales y demás actos generales de los
cuerpos deliberantes de los Estados que colidieren con la Constitución. 
 
Ahora bien, con la entrada en vigencia de la Constitución de 1999, se observa que
tal competencia atribuida anteriormente a la Sala Plena, se encuentra actualmente asignada
a esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia según lo dispuesto en el
artículo 336, numeral 2 de la Carta Magna, el cual dispone que es atribución de la Sala
Constitucional “Declarar la nulidad total o parcial de las Constituciones y leyes estadales,
de las ordenanzas municipales y demás actos de los cuerpos deliberantes de los Estados y
Municipios dictados en ejecución directa e inmediata de esta Constitución y que colidan
con ella”.
 
En razón de lo anterior, esta Sala observa que en el caso planteado, los recurrentes
interpusieron recurso de nulidad por razones de inconstitucionalidad de la Ley de Pensiones
y Jubilaciones del Estado Yaracuy y del Reglamento de Pensiones y Jubilaciones. En
consecuencia, esta Sala Constitucional resulta competente para conocer del caso de autos.
Así se decide.

III
PUNTO PREVIO
 
Corresponde a esta Sala pronunciarse respecto de la solicitud fundamentada en el
artículo 135 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, la cual argumenta la parte
actora en los términos siguientes:
 
“5. Solicitamos, de conformidad con el artículo 135 de la Ley Orgánica de
la Corte Suprema de Justicia, que la Sentencia correspondiente se dicte sin
relación ni informes por tratarse de un asunto de mero derecho.
6. De acuerdo a lo establecido en el artículo 135 eiusdem declare la
urgencia del caso, porque de continuarse en la infracción constitucional,
surgen las responsabilidades derivadas del ejercicio del Poder Público,
previstas en el artículo 139 de la CRBV a los nuevos legisladores del
Consejo Legislativo del Estado Yaracuy, que suscribimos la presente
demanda”.
 
Ahora bien, como se puede apreciar, los recurrentes solicitan a esta Sala que se
modifique la tramitación del proceso del recurso de nulidad incoado, fundamentando dicha
solicitud en las dos posibilidades que establece el artículo 135 de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia: la reducción de lapsos procesales, previa declaratoria de
urgencia del caso y la declaratoria de la causa como de mero derecho. 
 
En efecto, la norma antes invocada dispone lo siguiente:
 

“A solicitud de parte y aun de oficio, la Corte podrá reducir los plazos


establecidos en las dos Secciones anteriores, si lo exige la urgencia del
caso, y procederá a sentenciar sin más trámites.
Se considerarán de urgente decisión los conflictos que se susciten entre
funcionarios u órganos del Poder Público.
La Corte podrá dictar sentencia definitiva, sin relación ni informes, cuando
el asunto fuere de mero derecho. De igual modo se procederá en el caso a
que se refiere el ordinal 6º del artículo 42 de esta Ley”.

Respecto a la disposición antes transcrita, esta Sala Constitucional, en sentencia del


20 de junio de 2000, (Caso: MARIO PESCI FELTRI MARTINEZ vs. la norma contenida en
el artículo 19 del Decreto emanado de la Asamblea Nacional Constituyente, que creó el
Régimen de Transición del Poder Público), estableció lo siguiente:
 
“Siendo diferentes tanto los supuestos como su justificación, estima
necesario esta Sala precisar una vez más las notas relevantes de estas dos
situaciones; en tal sentido, se reitera que la solicitud de declaratoria de
urgencia y de reducción de lapsos ‘...procede cuando son invocadas por el
recurrente circunstancias fácticas o jurídicas que justifiquen dispensar
dicha tramitación, siendo posible también que, oficiosamente, proceda la
declaratoria cuando ello sea necesario a criterio del juzgador, previa
apreciación del contenido mismo del acto recurrido’. Así lo venía
sosteniendo la Sala Político-Administrativa de la entonces Corte Suprema
de Justicia en reiterada y pacífica jurisprudencia, y lo ha entendido esta
Sala Constitucional como puede apreciarse en el caso Allan R. Brewer-
Carías, Claudio Eloy Fermín Maldonado y Alberto Franceschi González vs.
Estatuto Electoral del Poder Público y Decreto que fijó el día 28 de mayo
de 2000 para la realización de determinadas elecciones, decisión nº 89 de
fecha 14 de marzo de 2000.
El procedimiento de mero derecho, por su parte, como se estableciera en
decisiones reiteradas del Máximo Tribunal de la República, sólo procede
cuando la controversia esté circunscrita a cuestiones de mera doctrina, a la
interpretación de un texto legal o de una cláusula contractual o de otro
instrumento público o privado. Ello viene a significar que la decisión podría
ser tomada con el examen de la situación planteada y la correspondiente
interpretación de la normativa aplicable al mismo. Muy particularmente
sostuvo la Sala Político-Administrativa de la entonces Corte Suprema de
Justicia, lo siguiente:
 
‘Es pues una causa de mero derecho aquélla en la que, al no haber
discusión sobre hechos, no se requiere apertura de lapso probatorio,
sino que basta el estudio del acto y su comparación con las normas
que se dicen vulneradas por él, a fin de que, concluida la labor de
interpretación jurídica que debe hacer el juez, se declare su
conformidad o no a derecho. Incluso, puede evidenciarse desde el
inicio mismo del proceso –de los términos de la solicitud de
anulación- el que la causa sea de mero derecho y, por tanto, ser
incluso innecesario el llamado a los interesados para que hagan valer
sus pretensiones –sea en defensa o ataque del acto impugnado- por no
haber posibilidad de discusión más que en aspectos de derecho y no
de hecho.
 
En casos en que no se evidencie lo anterior, y a fin de proteger el
principio de la contradicción en materia probatoria –rector de los
procesos en nuestro ordenamiento-, debe entenderse que la
declaratoria de mero derecho en recursos contra actos
administrativos de efectos particulares –como lo es el presente- y a
diferencia de lo que sucede en los juicios de nulidad contra actos de
efectos generales, es excepcional, toda vez que en aquéllos
normalmente existen hechos…’ (Decisión Nº 134 de fecha 23 febrero
de 1995, caso: Rosaura Pérez Vera vs. Consejo de la Judicatura).

Ahora bien, en el presente caso la discusión se centra en establecer si el


artículo 19 del Decreto que crea el Régimen de Transición del Poder
Público, emanado de la extinta Asamblea Nacional Constituyente -norma
mediante la cual se designan los integrantes de las Salas que componen el
Tribunal Supremo de Justicia- resulta o no violatoria de la normativa
constitucional vigente.  Siendo así, debe esta Sala admitir que se trata de un
caso de mero derecho para cuya resolución bastará analizar el marco
jurídico aplicable”.

En consonancia con el fallo anteriormente transcrito, esta Sala observa –como se


señaló- que el presente recurso de nulidad por inconstitucionalidad se interpuso contra dos
instrumentos jurídicos: la Ley de Pensiones y Jubilaciones del Estado Yaracuy y el
Reglamento de Pensiones y Jubilaciones. Por tanto, a juicio de la Sala se está en presencia
de un caso de mero derecho para cuya resolución bastará analizar el marco jurídico
aplicable. Así se declara.

IV
MOTIVACIÓN PARA DECIDIR
 
Tratándose -como se dispuso- de un caso de mero de derecho, corresponde a esta
Sala pronunciarse sobre el recurso de nulidad por inconstitucionalidad incoado y, a tal
efecto, observa:

Las disposiciones previstas en el artículo 156, numerales 22 y 32, de la Constitución


de 1999 establecen que:
 
“Artículo 156. Es de la competencia del Poder Público Nacional:
22. El régimen y organización del sistema de seguridad social.
(...)
32. La legislación en materia... (omissis)... del trabajo, previsión y 
seguridad sociales;...”.
 
 
 
Asimismo, la norma contenida en el artículo 187, numeral 1, ejusdem, dispone lo
siguiente:

“Artículo 187. Corresponde a la Asamblea Nacional:

1. Legislar en las materias de la competencia nacional y sobre el


funcionamiento de las distintas ramas del Poder Nacional.
(...)”.
 
De acuerdo con las citadas disposiciones constitucionales, a la Asamblea Nacional
en representación del Poder Nacional, le corresponde la potestad de legislar en materia de
previsión y seguridad social, uno de cuyos aspectos es la jubilación del funcionario público.
Sobre esta base, las jubilaciones y pensiones de los funcionarios y empleados públicos,
pertenecientes a cualquiera de las ramas del Poder Público, forman parte de los sistemas de
previsión y seguridad social, materia ésta sobre la cual la Asamblea Nacional tiene potestad
genérica de legislar por disposición expresa de las normas señaladas.
 
Por otro lado, el artículo 147 de la Carta Magna, en su tercer aparte, establece:

“Artículo 147.  Para la ocupación de cargos públicos de carácter


remunerado es necesario que sus respectivos emolumentos estén previstos
en el presupuesto correspondiente.

 Las escalas de salarios en la Administración Pública se establecerán


reglamentariamente conforme a la ley.

 La ley orgánica podrá establecer límites razonables a los emolumentos que
devenguen los funcionarios públicos y funcionarias públicas municipales,
estadales y nacionales.  

 La ley nacional establecerá el régimen de las jubilaciones y    pensiones


de los funcionarios públicos y funcionarias públicas nacionales, estadales y
municipales”.
 
 
De allí que, con la disposición descrita, el Constituyente reafirmó su intención de
unificar el régimen de jubilaciones y pensiones, no sólo de funcionarios y empleados de la
Administración Nacional, sino de las demás personas públicas territoriales, como los
Estados y los Municipios.
 
Por otra parte, estima esta Sala necesario puntualizar que, de acuerdo con lo previsto
en el artículo 162 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, no está
dentro de las atribuciones del Consejo Legislativo (Asamblea Legislativa en la Constitución
de 1961) legislar en materia de Seguridad Social. Así, dispone la señalada disposición que:
“Artículo 162. El Poder Legislativo se ejercerá en cada Estado por un
Consejo Legislativo conformado por un número no mayor de quince ni
menor de siete integrantes, quienes proporcionalmente representarán a la
población del Estado y de los Municipios. El Consejo Legislativo tendrá las
atribuciones siguientes:
 
1.Legislar sobre las materias de la competencia estadal.
2.Sancionar la Ley de Presupuesto del Estado.
3.Las demás que establezcan esta Constitución y la Ley.
(omissis)...”.   
 
 
En efecto, tal como lo señalan las disposiciones precedentes, dentro de las
atribuciones que posee el Consejo Legislativo está la de legislar sólo sobre las materias de
la competencia estadal; por lo que está impedido hacerlo en materia de jubilaciones y
pensiones de los empleados públicos pertenecientes a los Estados, pues -como se dijo- tal
potestad le está conferida en forma expresa al Poder Nacional. De tal manera pues, que
dentro de los asuntos sobre los cuales puede legislar el Consejo Legislativo no se encuentra
la de previsión y seguridad social.
 
En el caso de autos se ha demandado la nulidad por inconstitucionalidad de la Ley
de Pensiones y Jubilaciones del Estado Yaracuy y el Reglamento de Jubilaciones y
Pensiones, sancionados por la entonces Asamblea Legislativa de dicho Estado, es decir, que
el órgano legislativo estadal dictó una Ley y un Reglamento sobre uno de los aspectos de la
materia de previsión y seguridad social, cuya potestad genérica de legislar corresponde de
manera expresa al Poder Legislativo Nacional, tanto en la Constitución de 1961 como en la
de 1999, por lo que, en consecuencia, la Asamblea Legislativa del Estado Yaracuy invadió
el ámbito de competencias del Poder Legislativo Nacional, e incurrió así en una usurpación
de funciones, lo que lleva a esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia a
declarar la inconstitucionalidad de los citados instrumentos jurídicos, y así se declara.
 
Ahora bien, de acuerdo con lo previsto en el artículo 119 de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia, se debe determinar los efectos en el tiempo de las decisiones
anulatorias de normas. Aunque la doctrina y la jurisprudencia admiten los efectos generales
ex tunc de las sentencias que declara la nulidad absoluta de una norma como en los casos
prescritos en los artículos 25 y 138 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, en el caso de autos, esta Sala por razones de seguridad jurídica, para evitar un
desequilibrio en la estructura de la administración pública estadal y la preservación de los
intereses generales, así como en resguardo de los derechos de los beneficiados por la ley
Estadal y su Reglamento, fija los efectos ex nunc, es decir, a partir de la publicación de este
fallo por la Secretaría de esta Sala Constitucional, tal como lo hiciere en el fallo dictado el
11  de mayo de 2000 (Caso: Ley de Jubilaciones y Pensiones del Estado Lara).
 
A tenor de lo dispuesto en los artículos 119 y 120 se ordena la publicación de este
fallo en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela.
 
Las declaratorias que anteceden no prejuzgan sobre la responsabilidad en que
pudieren estar incursos los legisladores estadales al haber dictado una ley en flagrante
usurpación de funciones del Poder Legislativo Nacional. Así también se declara. 
 
V
DECISIÓN
 
Por las razones anteriormente expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
Constitucional, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley
declara CON LUGAR el recurso de nulidad por inconstitucionalidad interpuesto por los
ciudadanos LUIS ANTONIO DE MAURICIO VÁSQUEZ, JUAN CARLOS
RODRÍGUEZ ALFONZO, JUDI CAMACHO, VÍCTOR PÉREZ CEBALLOS,
CONSTANTINO BARROETA y FAWZI ABDEL, actuando con el carácter de
Legisladores y/o Diputados del Consejo Legislativo del Estado Yaracuy, asistidos por los
abogados José Ignacio George Soto y Juan Nepomuceno Garrido. En consecuencia, se
ANULA la LEY DE PENSIONES Y JUBILACIONES DEL ESTADO YARACUY,
dictada por la entonces Asamblea Legislativa del Estado Yaracuy el 21 de diciembre de
1995, publicada en Gaceta Oficial del Estado Yaracuy nº 1986 del 27 de diciembre de
1995, así como el REGLAMENTO DE PENSIONES Y JUBILACIONES sancionado
por el mismo cuerpo legislativo el 26 de junio de 1995, publicado en la Gaceta Oficial de la
misma entidad nº 1963 de fecha 16 de septiembre de 1995.
 
Se fijan los efectos de este fallo, a partir de la publicación del mismo por la
Secretaría de esta Sala. En consecuencia, se dejan a salvo las jubilaciones y pensiones
concedidas bajo la vigencia de la señalada Ley antes de la presente fecha.
 
Se ordena la publicación del texto íntegro de este fallo en la Gaceta Oficial del
Estado Yaracuy.
 
Conforme a lo dispuesto por los artículos 119 y 120 de la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia, se ordena publicar de inmediato el presente fallo en la Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela, con precisión en el sumario, del siguiente título
“Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia Que anula la LEY
DE PENSIONES Y JUBILACIONES DEL ESTADO YARACUY, dictada por la
entonces Asamblea Legislativa del Estado Yaracuy el 21 de diciembre de 1995, publicada
en Gaceta Oficial del Estado Yaracuy nº 1986 del 27 de diciembre de 1995, así como el
REGLAMENTO DE PENSIONES Y JUBILACIONES sancionado por el mismo
cuerpo legislativo el 26 de junio de 1995, publicado en la Gaceta Oficial de la misma
entidad nº 1963 de fecha 16 de septiembre de 1995”.
 
Publíquese y regístrese. Cúmplase lo ordenado.      
 
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los 25 días del mes de SEPTIEMBRE dos mil
uno. Años: 191º de la Independencia y 142º de la Federación.
 
El Presidente,

IVÁN RINCÓN URDANETA

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