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El presidente Iván Duque tiene varios ejes claves, como considerar la defensa de los recursos

naturales del país, especialmente del agua, como una de las prioridades en la estrategia de
seguridad, así como una mayor participación de los ciudadanos en iniciativas de cooperación con
las autoridades para prevenir el delito. 
Sobre la amenaza de los grupos armados ilegales que delinquen en el país, el Gobierno señala que
las disidencias de las Farc "superan ya los 3.000 integrantes, entre individuos en armas y redes de
apoyo, conocidas como milicias y que tienen capacidad de acción violenta". Del Eln, dice que "en el
último año creció en cerca de 1.000 miembros vinculados a estructuras violentas, llegando a ser más
de 4.000 sus miembros, mientras el Clan del Golfo conserva más de 1.600 hombres en armas, junto
a un número superior de personas vinculadas a redes criminales".
A ese crítico panorama se suman 23 grandes bandas de delincuencia común que tienen alcance
regional y 2.417 bandas "que afectan ciudades y municipios". El Gobierno resalta que el
narcotráfico y la minería ilegal siguen potenciando el accionar de los grandes generadores de
violencia, frente a lo cual plantea una estrategia de políticas de seguridad diferentes según el nivel
de afectación de las regiones. 
Pero uno de los apartes más interesantes del documento tiene que ver con la estrategia de defensa de
la soberanía y la integridad territorial. De entrada, el gobierno plantea una alineación clara con
"potencias" amigas y un mayor involucramiento de Colombia en las operaciones de la Otán: "Será
prioritario trabajar como Socio Global de la Otán en el intercambio de conocimientos en áreas como
inteligencia, operaciones de guerra regular, lucha contrainsurgente, narcotráfico, atención
humanitaria y gestión del riesgo de desastres".
A nivel internacional, las amenazas a la seguridad se han agudizado para Colombia, Y tras
mencionar los delitos transnacionales señala que entre las amenazas "sobresalen los regímenes no
democráticos, las crisis humanitarias y la migración masiva irregular, la injerencia de potencias
ajenas al hemisferio, el patrocinio y tolerancia estatal con organizaciones terroristas y de
narcotráfico en la región y la pretensión de despojar al país del territorio". Hasta ahora, el único
"régimen no democrático" del que la diplomacia colombiana ha hablado en la región es el de
Nicolás Maduro. 
"Más grave aún, es que dichas organizaciones (armadas ilegales) aprovechan la extensión y
porosidad de las fronteras y, en algunos casos, la tolerancia, complicidad o apoyo que reciben desde
el exterior para contar con santuarios de protección desde donde dirigen ataques en contra de la
población en territorio colombiano y el tráfico de cocaína". En varias ocasiones, Colombia ha
denunciado que el Eln utiliza el territorio vecino como retaguardia estratégica, e incluso señala que
'Pablito', jefe de esa guerrilla y responsable directo del reciente atentado en Bogotá, se refugia en
territorio venezolano.
En ese sentido, se plantea como prioridad "fortalecer las capacidades militares de defensa para la
disuasión":  "Es necesario fortalecer las capacidades militares y su articulación conjunta para
disuadir las amenazas y asegurar la defensa en el ámbito terrestre, marítimo, fluvial, aéreo y en el
ciberespacio.  En caso de una agresión contra el país, el Gobierno Nacional estará preparado con las
capacidades de defensa para contener y repeler a la fuerza agresora, así como para realizar
contundentes contrataques a la misma, de tal manera que se mantenga la integridad territorial y se
doblegue la conducta hostil".
https://www.eltiempo.com/justicia/conflicto-y-narcotrafico/las-amenazas-externas-a-la-
seguridad-que-ve-el-gobierno-de-ivan-duque-323904

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