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DEDICATORIA

A ti que me diste todo, sin pedir nada


A ti que dejaste todo por mí
A ti que entregaste todo por mí...
Gracias Mamá

Un millón de gracias y toda una vida de felicidad, a la única


persona del mundo que siempre estará conmigo en las buenas en
las malas, mi Mamá.

Hay solo una persona que siempre nos mira con los mismos
ojos. 
Para ella siempre somos lindos y hermosos.
Para ella somos los más inteligentes y talentosos del mundo.
Para ella somos casi perfectos, carentes de defectos.
Es nuestra Mamá
¡Ojalá que viva por siempre!
¡Gracias Mamá

Madre eres tú mi amor más grande, mi orgullo más inmenso y la


mujer de mi vida.
¡Gracias por todo lo que me has dado y gracias por ser mi Mamá!
INDICE

LAS LÁGRIMAS DEL RICO

EL CABALLO VIEJO

LA MUJER INTRATABLE

EL LOBO Y EL CORDERO EN EL TEMPLO

LA MOSCA Y LA CACEROLA DE CARNER

LA CORNEJA FUGITIVA

EL PERRO, EL GALLO Y LA ZORRA

LOS 2 PERROS

EL LOBO Y LA GRULLA

EL LEON Y EL DELFIN
EL NIÑO Y LOS DULCES

LA LIEBRE Y LA TORTUGA

LA PULGA Y EL HOMBRE

EL CONEJO Y EL CERDO

FAMILIA DE HORMIGAS

EL PAJARO RUISEÑOR

EL GATO Y EL RATON

EL CIERVO Y EL CERVATILLO

EL MONO Y EL DELFIN

EL ASTRONOMO

EL ASNO, EL PERRO Y EL LOBO

EL CUERVO Y LOS PAJAROS


EL VIEJO PERRO CAZADOR

EL JOVEN PASTOR Y LAS OVEJAS

EL PERRO Y EL REFLEJO

LAS RANAS Y EL PLATANO SECO

EL LABRADOR Y LA CULEBRA

EL LOBO Y EL PERRO DORMIDO

LAS DOS AMIGUITAS

EL ACEITUNO Y LA HIGUERA

EL ZORRO Y LA CABRA

EL HUEVO DE ORO

EL COYOTE Y LAS UVAS


LA HORMIGA Y LA MARIPOSA

EL VIENTO Y EL SOL

LA CIGARRA Y LAS HORMIGAS

EL HALCON, EL CUERVO Y EL PASTOR

EL HIJO Y EL PADRE

EL ZORRO Y LOS GALLOS

EL AMO DEL CISNE


PROLOGO

FINALIDAD:

EN FIN PARA DELEITAR EN CUALQUIER MOMENTO


JOVENES & ADULTOS POR SI TIENEN ALGO
RELACIONADO CON EL LIBRO & SABER SOBRE
ALGUNA EXPERIENCIA DE ALGUNA PERSONA QUE YA
LO VIVIO, LEER PARA CREAR IMAGINACIONES, PARA
DECESTRESAR & LIBERAR LA MENTE CUANDO
TENGAS TIEMPO LIBRE & QUIERAS REFLEXIONAR
SOBRE LAS COSAS QUE NOS SUCEDEN EN LA VIDA
LEER TOMANDO UN CAFÉ CON UN CLIMA AGRADABLE
ES UNA PERFECCION
CRITERIO:

ME MOTIVARON MUCHAS COSAS PARA HACER ESTE


LIBRO, UNA DE ELLAS FUERON MIS EXPERIENCIAS,
MI FAMILIA, LA MUSICA & EL ARTE LA CREACION DE
MUCHAS COSAS EN SI LO HISE PARA COMPARTIRLES
LO MAS MARAVILLOSO QUE ME SICEDIO EN LA VIDA
LO MUCHO QUE DISFRUTO DE ELLA ESTOY
AGRADECIDA CON LA VIDA QUE ME DIERON MIS
PADRES POR QUE SIN ELLOS NO PODRIA
COMPARTIRLES MIS METAS & SUEÑO
BIOGRAFIA:

MI NOMBRE ES SHERLYN ESTEFANIA MANUEL


OSORIO ACTUALMENTE CURSO 3 GRADO DE
SECUNDARIA TENGO 14 AÑOS NACI EL 11 DE
FEBRERO DEL 2003 TENGO MUCHAS ASPIRACIONES
O METAS CUANDO TERMINE LA SECUNDARIA
INGRESARIA A LA PREPARATORIA PERO AL IGUAL AL
TERMINAR LA PREPARATORIA ME GUSTARIA ENTRAR
A LA MILITAR Y PODER SEGUIR ESTUDIANDO PARA
QUE EN UN FUTURO SEA UNA GRAN CRIMOLOGA .
LAS LÁGRIMAS DEL RICO

Cierta tarde verano un grupo de "mujeres lloronas”, se les había


pagado, para que llorar la muerte de una de las hijas de un
acaudalado hombre. Una de las hijas muy sorprendida se acercó a
su madre y le pregunto:

- Madre ¿cómo nosotras que sufrimos la desgracia en carne


propia, apenas si lloramos? en cambio esas lloronas, que jamás la
conocieron, se deshacen en grandes lamentos.

La madre contestó:

- No te extrañes, hija mía: esas mujeres no lloran lágrimas, sino


dinero. Nunca olvides que las monedas son  las lágrimas del rico.

MORALEJA 
Con el dinero conviertes a sanos
en sufrientes

 
EL CABALLO VIEJO

Un caballo que ya estaba muy mayor fue vendido por su amo a un


molinero que lo empleó para que diera vueltas a la piedra de un
viejo molino. El caballo no hacía otra cosa desde la mañana a la
noche que girar y girar alrededor de aquella rueda, lo cual no sólo
le cansaba mucho, sino que lo ponía muy triste.

Y es que el viejo caballo recordaba lo veloz y famoso que


había sido en sus años de juventud, en los que había vivido
infinidad de aventuras y también cómo se burlaba de los otros
caballos que eran más viejos y lentos que él.

Ahora viéndose en esta situación en la que pasaba sus días atado


y dando vueltas a dicho molino, se arrepentía de aquella actitud
que había tenido cuando era poderoso:

"Después de las grandiosas vueltas que en mi juventud di en las


carreras, mira a que vueltas me veo reducido ahora. Este es un
justo castigo por burlarme de aquellos que veía más débiles e
inferiores"

MORALEJA
Mejor ser humilde cuando tienes poder, porque un día u otro lo
has de perder
LA MUJER INTRATABLE

Aunque en su juventud había sido una mujer jovial y llena de vida,


el paso de los años habían convertido a la esposa del alcalde de la
ciudad en una mujer intratable a la que el menor descuido de sus
sirvientes ponía de muy mal humor. Deseando descubrir si este
comportamiento se debía a algún elemento de su hogar, el alcalde
la envío a casa de su suegro para que se interesara por su salud y
de paso se reencontrara con algunos de sus antiguos sirvientes.

Una semana más tarde, cuando la mujer se encontraba en el


umbral de la puerta, el marido le preguntó ansioso qué tal le había
ido con los criados que trabajaban junto a su padre. Tras
acicalarse un poco, la mujer le respondió:

- No te lo vas a creer querido mío, pero los encargados del ganado


apartaban la vista cuando pasaba por su lado.

- Pues, si estos que tan solo te veían una vez al día no querían
cruzar su mirada con la tuya-dijo su marido midiendo muy bien
sus palabras-, no puedo ni imaginar que es lo que harían los que
tenían que estar contigo permanentemente.

MORALEJA
Permanece atento a las menores señales, ya que son las que nos
revelan los secretos más ocultos.
 

EL LOBO Y EL CORDERO EN EL TEMPLO 

Volvía un pequeño cordero a reunirse con su madre después de ir


a beber el agua limpia y clara del río, cuando de repente sintió que
una presencia extraña lo estaba siguiendo cada vez más cerca. Al
ver que era seguido por un lobo con la cara desencajada y las
babas colgando a ambos lados de su boca, el corderillo aceleró el
paso todo lo que le permitían sus finas patas, encontrando a pocos
metros la puerta de un templo abierta. Sin dudarlo un momento,
se introdujo en su interior, con la esperanza de haber despistado a
tan terrible perseguidor.

Al ver donde se había metido su ansiada presa, el lobo le grito


muy fuerte para que le escuchara, que si alguno de los sacerdotes
del templo lo encontraban, iba a ser la próxima víctima ofrecida a
los dioses.

- ¡Mucho mejor! – le gritó el cordero- me es mucho más grato


pensar en honrar con mi cuerpo a un dios, que acabar mi corta
existencia en el interior de tu boca.

MORALEJA
Si tienes que sacrificado en alguna ocasión, que sea con el mayor
reconocimiento posible
LA MOSCA Y LA CACEROLA DE CARNER

Había una vez un cocinero muy entusiasta que planeo preparar


una rica y deliciosa salsa de pura carne, en una cacerola especial.

Al terminar de preparar la rica salsa se dió cuenta lo sabroso y rico


aroma que tenía; sin duda era todo un arte culinario, ´pero de
pronto el cocinero recibió una llamada inesperada y salió tan
pronto como bala disparado, que olvido tapar la cacerola.

Una mosca glotona y hambrienta volaba muy cerca de la cacerola ,


se sentía atraída por el sabroso olor y empezó a volar alrededor
dando vueltas y vueltas y muchas vueltas más , hasta que cayó en
ella , y estaba tan feliz de haber caído en la rica salsa de carne ,
dentro de la cacerola que dijo:

“oh! que rico comí, bebí y hasta me bañe así que si en estos
instantes me muero ya nada me importaría después de todo el
gusto que me dí en esa cacerola de carne“. 

MORALEJA
Al irresponsable no le importa el fracaso si su llegada a él le
depara buenos momentos.
LA CORNEJA FUGITIVA

Tras mucho tiempo intentando dar caza a una corneja, un hombre


consiguió al fin su premio.

Para evitar que se escapara su tan codiciada pieza, le anudó un filo


hilo a una de sus patas y se la llevó a su hijo como regalo. A pesar
de que su pequeño dueño se desvivía por darle los mejores
cuidados del mundo, la corneja no acababa de sentirse cómoda en
su nuevo hogar.

Una tarde, mientras el pequeño limpiaba la jaula que le servía


como hogar, la corneja aprovecho que nadie la vigilaba para salir
por la ventana y volar hacia el lugar en que estaba construido su
nido.

Tan emocionada estaba por recobrar su libertad, que al posarse


sobre su árbol, el hilo que colgaba de una de sus patas se enredó
terriblemente en varias ramas. Al darse cuenta de la situación,
comenzó a aletear con todas sus fuerzas, enredándose cada vez
más. Prisionera en el lugar que tanto añoraba, dijo con
resignación:

-¡Que tonta he sido! Por culpa de mis deseos de vivir de nuevo en


libertad, voy a terminar mis días en el árbol que me vio nacer.

MORALEJA
Cuanto más grande sea lo que deseamos, mayores son los riesgos.
EL PERRO, EL GALLO Y LA ZORRA

Hace muchísimos años, un perro y un gallo se pusieron de acuerdo


para abandonar el triste lugar en el que vivían y viajar por todos
los rincones del mundo. Cansados de caminar llegaron a un gran
árbol, en el cual el gallo se encaramó a lo más alto para dormir
más tranquilo y el perro se quedó recostado a los pies de tan
magnífico tronco.

Tal y como todos los gallos hacen nada más ver un pequeño rayo
de sol, nuestro gallo se puso a cantar enérgicamente para anunciar
la llegada de un nuevo día. Escuchó tan melodioso cántico una
zorra y en un abrir y cerrar de ojos se plantó a los mismos pies del
árbol. Localizado el objeto de su deseo, le gritó desde abajo que
deseaba poder verle más de cerca y besar la cabeza del intérprete
de tan encantadora melodía. Una invitación a la que contestó el
gallo, que antes de bajar, hiciera el favor de despertar al portero
que había debajo del árbol.

Antes de que la zorra pudiera decir nada, el perro se lanzó sobre


ella, no dejando de ella nada más que el rabo.

MORALEJA
Si vencer a un enemigo poderoso no puedes, busca a alguien más
fuerte que quiera ayudarte

 
LOS 2 PERROS

Un rico labrador poseía dos hermosos perros. Mientras uno de


acompañaba en sus largas jornadas de caza, el otro se quedaba
cuidando el hogar en el que vivía su dueño. Todos los días cuando
salía a cazar, el labrador guardaba la pieza más jugosa de todas
las que había conseguido capturar, para dársela al perro guardián
nada más llegar a casa. Cansado de que esta situación se repitiera
constantemente, el perro de caza comenzó a decirle a su querido
compañero:

 No entiendo porque yo debo correr hasta lastimarme las patas


detrás de las liebres de los conejos sin obtener ningún premio y
mientras tu aquí parado sin hacer nada siempre consigues que
nuestro dueño te dé la más sabrosa de las piezas.

Cuando el perro de caza se quedó en silencio, el guardián le


respondió:

- Comprendo que estés molesto conmigo, pero el único culpable


que hay en todo esto es nuestro dueño. Ve y quéjate a él, ya que
fue el que te enseñó a ti a cazar y a mí a vivir apaciblemente.

MORALEJA
Intenta aprender un oficio para el día de mañana
EL LOBO Y LA GRULLA

Tanta hambre tenía un lobo, que no se dio cuenta que el hueso


que se estaba comiendo se había astillado antes de tragárselo.
Nada más introducido en su garganta, este se atascó, asustando al
lobo de tal manera, que corría desesperado por todo el bosque
buscando a alguien que pudiera ayudarle a salir de tan complicada
situación. Afortunadamente para él, se encontraba por el lugar una
preciosa grulla de largo pico, a la que pidió ayuda, prometiéndole
una gran recompensa si le ayudaba a solucionar su problema.
Accedió la grulla ayudarle, sacando el hueso de la garganta del
lobo rápidamente. Tal y como habían acordado le pidió su
recompensa, pero a cambio solo obtuvo la siguiente respuesta:

- Me encantaría poder pagarte lo acordado – dijo el lobo- pero no


tengo nada con que satisfacer nuestra deuda. Date por pagada
con que al sentir tu cabeza en mi garganta, mi instinto no haya
querido ordenar a mi boca que la cerrara dejándote si esa cabeza
de la que estás tan orgullosa.

MORALEJA
Jamás le hagas un favor a gente malvada, ya que nunca verás
recompensada tu generosidad
EL LEON Y EL DELFÍN

Caminaba tranquilamente el león por una playa a la orilla del mar,


cuando de repente apareció la brillante cabeza de un delfín
saliendo del agua. Al ver a tan fantástico animal, el león se acercó
hasta él para decirle:

- Quizá te parezca muy atrevido, pero puesto que ambos somos


los reyes en nuestros diferentes ambientes, creo que deberíamos
hacernos aliados.
Accedió de buena gana el delfín, pues nada tenía que perder con
ello. Días más tarde, el león se vio atacado por un enorme loro de
cola gris. Incapaz de defenderse por sí mismo, imploró al delfín
que acudiera a su rescate, pero este, al tener aletas no pudo salir
del agua en su socorro. Al ver que su aliado no llegaba, el león
comenzó a reprocharle su cobarde actitud.

- No debes atacarme de esa manera, ya que aunque yo he


intentado de mil y una maneras salir del agua para defenderte,
mis aletas me han impedido poder llegar a tierra. Si quieres
enfadarte, hazlo con la Madre Naturaleza, que fue la que me hizo
de esta manera.

MORALEJA
Antes de aliarte con alguien, sopesa bien sus habilidades, no vaya
a ser que cuando los necesites no estén capacitados para ayudarte
 El niño y los dulces

Era 21 de Septiembre y todos los niños contentos después de un largo


verano, regresaban a las escuelas. Al ser el primer día, la maestra llevó a
clase un bote lleno de chucherías para dar la bienvenida al nuevo curso
escolar. Uno de los alumnos salió el primero corriendo hacia los dulces.

Una vez que cogió todas las chuches que pudo, al intentar sacar la mano, el
cuello del recipiente no le permitió hacerlo. El niño lloraba y lloraba
amargamente, pero un amigo que estaba cerca le dijo: -Confórmate con
coger solo la mitad y así podrás sacar la mano con los dulces.

Moraleja: no seas egoísta, avaricioso y escoge solo aquello que necesites.


Como bien dice el dicho “quien mucho abarca, poco aprieta”.

La liebre y la tortuga
Una vez, una liebre se burlaba de las patas tan cortas y de la lentitud al
caminar de una tortuga, sin embargo, esta no se quedó callada y se
defendió lanzando una risa y diciéndole a la liebre: – Puede que seas muy
veloz amiga liebre, pero, estoy más que segura de que podré ganarte una
carrera.

La liebre, sorprendida por lo que le dijo la tortuga, aceptó el reto sin


pensarlo dos veces, ya que ella estaba muy segura de que ganaría a la
tortuga a ojos cerrados. Entonces, ambos propusieron a la zorra, que fuese
ella quien señalase el camino y la meta.

Días después, llegó el esperado momento de la carrera, y al sonar la cuenta


de tres, se inició la carrera de estos dos contendientes. La tortuga no
dejaba de caminar y caminar, pero a su lento paso, avanzaba
tranquilamente hacia la meta.

En cambio la liebre, corrió tan rápido que dejó muy atrás a la tortuga. Al
darse la vuelta y ya no verla, la liebre vio seguro su éxito sobre la carrera y
decidió echarse una siesta.

Poco después, la liebre despertó y vio si por atrás seguía sin llegar la
tortuga, pero al mirar hacia la meta, vio a la tortuga muy cerca de la final,
y en un intento desesperado por correr lo más veloz que pudo, la tortuga
llegó y ganó.

Moraleja: la enseñanza es que las metas se consiguen poco a poco, con


trabajo y esfuerzo. Aunque a veces parezcamos lentos, el éxito llegará
siempre.
La Pulga y el Hombre
Un hombre disfruta de un buen sueño cuando de repente comenzó a sentir
picazón por todo el cuerpo.

Molesto por la situación, buscó por toda su cama para ver qué era lo que
les estaba causando tanta molestia. Tras su búsqueda encontró a una
minúscula pulga y le dijo las siguientes palabras:

– ¿Quién te crees que eres insignificante bicho, para estar picándome por
todo mi cuerpo y no dejarme disfrutar de mi merecido descanso?

– Contestó la pulga: Discúlpeme señor, no fue mi intención molestarlo de


ninguna manera; le pido por favor que me deje seguir viviendo, ya que por
mi pequeño tamaño no creo que lo pueda molestar mucho. El hombre
riéndose de las ocurrencias de la pulga, le dijo:

– Lo siento pequeña pulga, pero no puedo hacer otra cosa que acabar con
tu vida para siempre, ya que no tengo ningún motivo para seguir
aguantando tus picaduras, no importa si es grande o pequeño que pueda
ser el prejuicio que me causes.

Moraleja: nos enseña a que todo aquel que le hace daño a otra persona,
debe estar dispuesto a afrontar las consecuencias. Ya que cuando uno
molesta, agrede u ofende a otros compañeros, debe saber que sus actos
irán seguidos de unas consecuencias.

El conejo y el cerdo

Había una vez en un colegio un conejo muy presumido que todos los días
llevaba sus zapatitos muy limpios, relucientes, brillantes.
En su misma clase también estaba el cerdito Peny, que tenía mucha envidia
al conejo por sus zapatos.

Pero el cerdito al vivir en una charca de barro sabía que nunca conseguiría
tener unos zapatos como los de su amigo conejo. Todos los días limpiaba y
limpiaba, pero nada seguían igual de sucios. Un día jugando en el recreo
tenía que hacer una carrera para ver quién era el más veloz. El cerdito
asustado, no sabía qué hacer, ya que sus zapatillas no eran como las de su
amigo.

El día de la carrera, el cerdito Peny no se lo pensó, y salió corriendo a la


par que el conejo.

Mientras corría, solo pensaba en ser el ganador y no rendirse nunca, tal y


como le decía su madre.

Al llegar a la meta, todos se quedaron asombrados por la rapidez del


cerdito Peny, no entendían como podía haberle ganado al conejo y sus supe
zapatillas.

Moraleja: da igual el zapato que lleves, el esfuerzo por conseguir una meta
que te propongas no está en los zapatos sino en ti. Debes ser feliz con lo
que tienes, sentirte a gusto contigo mismo y confiar en ti.

Familia de hormigas
Había una vez una familia de hormigas formada por la madre, el padre y su
dos hijitas.

Pronto se acercaba el invierno, así que toda la familia salió en busca de


comida ya que si no morirían.

Paseando por el prado, se encontraron con otra hormiga, pero esta no era
de su misma especie, ya que era de color rojo y le faltaban dos patitas.

Angustiada, la hormiga roja les pidió ayuda para que la llevasen hasta su
casa, ya que podría morir enterrada por la nieve.

La madre hormiga rotundamente dijo que no, ya que no pertenecía a su


especie y si se enteraba el resto de hormigas negras podrían echarle del
prado.Así que la familia siguió su camino, pero una de las hijas no pudo
aguantar y se dio la vuelta para ayudar a la hormiga roja, aun sabiendo
que podrían echarla del prado para siempre.

Una vez llegaron las dos a la casa de las hormigas rojas, estas sorprendidas
por la solidaridad de la hormiga negra, le regalaron toda la comida que
tenían. Gracias a esta recompensa, la familia de la hormiga negra pudo
sobrevivir todo el invierno gracias a la familia de hormigas rojas.

Moraleja: hay que ayudar a los demás cuando lo necesiten, ya que algún
día también nosotros podemos necesitar esa ayuda.
El pájaro ruiseñor

Era un pájaro ruiseñor muy alegre y divertido. Siempre andaba cantando


pero era muy muy despistado.

Una noche cenando con su madre, esta le dijo que no debía cantar hasta
más tarde ya que los cazadores pasarían a esa hora y si estos les oían
podrían matarle.

A la mañana siguiente como todos los días, el pájaro comenzaba a cantar


para así atraer a sus presas. Olvidando lo que le dijo su madre, los
cazadores le oyeron y se pusieron a disparar.

Afortunadamente al pájaro le dio tiempo a esconderse, ya que oyó el canto


de su madre avisando de que estaban los cazadores en la zona

Moraleja: hay que estar muy atentos y escuchar a nuestros padres cuando
nos hablen, ya que un descuido nos puede salir caro.

El gato y el ratón
– ¡Qué guapo y lindo estás ratoncito! Ven conmigo, pequeñito, ven… dijo
con dulce voz el gato. La mamá del ratoncito escuchó las intenciones que
tenía el hábil gato y le advirtió a su hijo diciendo:– No vayas hijito, tú no
conoces los trucos de ese bribón. El gato insistente le dijo nuevamente al
ratón: – Ven, pequeñito ven. ¡Mira este queso y estas nueces! ¡Todo eso
será para ti! El inocente ratoncito le preguntó de nuevo a su madre:

– ¿Voy mamá?… ¿voy?– No hijito, ni se te ocurra ir, sé obediente, le dijo


nuevamente su madre. El gato nuevamente volvió a engañarlo diciendo:–
Ven, te daré este sabroso bizcocho y muchas cosas más…– ¡Que no,
tontuelo! No vayas. – Insistió la mamá ratona.-No me hará nada mamá.
Sólo quiero probar un pedacito… – dijo por última vez el ratoncito, y sin
que su madre pudiera detenerlo, salió rápidamente de su agujero.

A los pocos instantes, se oyeron unos gritos que decían:– ¡Socorro, mamá,
socorro! ¡Me come el gato!

La mamá ratona no pudo hacer nada para salvar a su ratoncito que murió
devorado por el gato.

Moraleja: esta fábula nos enseña que debemos obedecer a nuestros padres
y respetar sus decisiones, ya que ellos siempre querrán lo mejor para
nosotros y el no hacerles caso nos puede pasar factura como al ratoncito de
la historia.
El ciervo y el cervatillo

Esta fábula trata sobre dos ciervos, uno joven y otro más mayor.

Ambos querían quedarse a vivir en el monte ya que tenia alimentos para


todo el año, pero esto solo podía ser posible si ambos luchaban, ya que
solo había provisiones para uno.

El cervatillo joven tenía muy claro que ganaría, ya que era más veloz y más
rápido que el ciervo anciano. A la mañana siguiente cuando se encontraron
para luchar, el ciervo anciano le propuso que se marchara, ya que sabía
perfectamente que él iba a ser el ganador. El cervatillo tozudo y enfadado
se dispuso a luchar hasta que fue perdiendo poco a poco sus cuernos.
Sorprendido de que el ciervo anciano le ganara, preguntó:-¿Como lo has
hecho?, no puede ser, si yo soy más. Joven y más veloz que tú. A lo que
respondió el anciano:

-mira mis cuernos y tendrás la respuesta. El cervatillo sorprendido se dió


cuenta de que los cuernos estaban intactos, eran mucho más fuertes y
robustos que los suyos.

Moraleja: debemos respetar a las personas mayores, ya que el ser una


persona mayor no quiere decir que sean patosos o lentos, sino todo lo
contrario, ya que nos pueden enseñar muchas cosas que aún no sabemos.
El Mono y el Delfín

Había una vez un marinero que se comprometió a realizar un viaje muy


largo. Para hacer más entretenida la travesía, se llevó con él a un mono
para divertirse durante la larga travesía. Cuando estaban cerca de la costa
de Grecia, una muy ruidosa y violenta tempestad se levantó e hizo
naufragar a la débil nave. Su tripulación, el marinero y su mono tuvieron
que nadar para así poder salvar sus vidas.

Mientras tanto, el mono que luchaba contra las olas, fue visto por un delfín;
el cual creyendo que era un hombre, fue a salvarlo deslizándose debajo él y
transportándolo hacia la costa. Cuando estaban llegando al puerto, el delfín
le preguntó al mono:– Mono ¿eres ateniense (nacido en Atenas)?, y él
mono por darse de muy presumido y mentiroso, le respondió:– Sí, y tengo
también parientes muy importantes viviendo allí –El delfín le preguntó de
nuevo si conocía el Pireo (el famoso puerto de Atenas). El mono creyendo
entonces que se trataba de un hombre, le contestó que no solo lo conocía,
sino que también era uno de sus mejores amigos. Él delfín indignado por
tantas mentiras que el mono decía, dio media vuelta y lo devolvió a alta
mar.

Moraleja: las propias mentiras del mentiroso son las que se encargan de
revelar la verdad en un pequeño descuido. Las mentiras tienen las patas
muy cortas, por tanto siempre saldrá a la luz la verdad.
El Astrónomo

En un país muy lejano, donde la ciencia es muy importante para sus


habitantes, había un anciano astrónomo al que le gustaba realizar el mismo
recorrido todas las noches para observar las estrellas.

Un día, uno de sus viejos colegas le dijo que había aparecido un extraño
astro en el cielo, el anciano salió de la ciudad para poder verlo con sus
propios ojos. Tan emocionado estaba el astrónomo mirando al cielo, que no
se dio cuenta que a pocos pasos de él había un agujero. Cuando se cayó al
agujero comenzó a gritar pidiendo ayuda.

Cerca del agujero pasaba un hombre, el cual se acercó hasta el agujero


para ver lo que sucedía. Informado de lo que había ocurrido, le dijo al
anciano:

-Te ayudaré a salir de ahí, pero ten mucho cuidado la próxima vez que
salgas por un lugar que desconoces, tienes que estar muy atento por donde
caminas ya que te puedes encontrar con cualquier cosa en el suelo.

Moraleja: antes de lanzarse a la aventura o ir por sitios desconocidos, hay


que conocer muy bien el lugar por el que se transita y ser precavidos.
El Asno, el Perro y el Lobo

Caminaban muy despacio y agotados por el sol un asno, con su carga de


pan, y su amo seguido por su perro. Es así que llegaron a una pradera
verde donde el amo cansado y agotado por la caminata realizada, echó a
dormir bajo la sombra de un árbol. El asno se fue a comer algo de pasto
que había en la pradera cuando de pronto el perro, que también estaba
muy cansado y hambriento, le dijo: Estimado asno, yo también tengo
hambre, ¿Me darías un poco de pan que hay en la cesta que llevas encima
por favor?

A lo que el asno le respondió:

– Mejor ¿Por qué no esperas un rato más hasta que despierte el Amo y te
dé el mismo de comer? El perro, al escuchar la respuesta del asno, se
dirigió a otro lado de la pradera. Es entonces que, mientras que el asno
seguía comiendo su pasto, apareció un hambriento lobo que se abalanzó de
inmediato sobre el asno para devorarlo. Sorprendido, gritó ayuda al perro:–
¡Socorro! ¡Sálvame amigo perro!

El perro, respondió:-Mejor, ¿Por qué no esperas un poco más hasta que


despierte el amo y te salve?

Moraleja: hay que ofrecer nuestra ayuda a los demás siempre y cuando la
necesiten si no queremos que nos pase lo mismo que al asno. Hay que
educar a nuestros hijos para que sean personas solidarias y compartan con
el resto de sus iguales.
El Cuervo y los Pájaros

Un día el dios Júpiter citó a todos los pájaros a una reunión para elegir
como Rey al más hermoso de todos. Los pájaros, muy halagados ante esta
gran oportunidad, de inmediato fueron a las aguas del gran río para lavarse
y acicalarse para estar presentables. El cuervo, dándose cuenta de su
fealdad, se le ocurrió un plan que consistía en recoger las plumas que los
pájaros dejaban caer al acicalarse, para luego pegarlas a su cuerpo. Es así
que el cuervo pasó varias horas colocándose las plumas para ser el más
bello de los pájaros.

Entonces llegó el día esperado y todas las aves acudieron a la cita, entre
ellos el cuervo, que destacó al instante por sus plumas multicolor. Júpiter al
verlo, decidió coronar al cuervo por su gran belleza, pero los pájaros se
sintieron muy indignados por haber elegido al cuervo.

Sin embargo, el cuervo pronto perdió sus plumas, sintiéndose avergonzado


ya que volvía a ser el mismo que era en realidad.

Moraleja: no tenemos que aparentar lo que no somos y no debemos por


que sentirnos inferiores por nuestro físico o aptitudes, ya que cada persona
es única y diferente, con sus virtudes y sus defectos.
El viejo perro cazador

Hace muchos años, vivía un viejo perro de caza, cuya avanzada edad le
había hecho perder gran parte de las facultades, como ser más fuerte o
veloz. Un día, mientras se encontraba en una jornada de caza junto a su
amo, se topó con un hermoso jabalí, al que quiso atrapar para su dueño.
Poniendo en ello todo su empeño, consiguió morderle una oreja, pero como
su boca ya no era la de siempre, el animal consiguió escaparse. Al escuchar
el escándalo, su amo corrió hacia el lugar, encontrando únicamente al viejo
perro. Enfadado porque hubiera dejado escapar a la pieza, comenzó a
regañarle muy duramente.

El pobre perro, que no se merecía semejante regañina, le dijo:-Querido


amo mío, no creas que he dejado escapar a ese hermoso animal por gusto.
He intentado retenerlo, al igual que hacía cuando era joven, pero por
mucho que lo deseemos ambos, mis facultades no volverán a ser las
mismas. Así que, en lugar de enfadarte conmigo porque me he hecho viejo,
alégrate por todos esos años en los que te ayudaba sin descanso.

Moraleja: nos viene a decir que debemos ser respetuosos con nuestros
mayores, ya que hicieron lo posible porque nuestra familia tuviera una vida
feliz.
 El joven pastor y las ovejas

Esto era una tarde cálida de invierno, cuando un joven pastor que estaba
cuidando a su ganado, gritó desde la cima del monte: ¡Que viene el lobo,
labradores! Estos, abandonando sus labores, acuden prontamente, y hallan
que es una broma solamente. Vuelve a clamar, y los labradores temen la
desgracia. Segunda vez que los burla. ¡Linda gracia!

Pero, ¿qué sucedió la tercera vez ? Que vino en realidad la hambrienta


fiera. Entonces el joven pastor comenzó a llorar y gritar , pero los
labradores esta vez no le creyeron y el lobo le devoró la manada.

Moraleja: debemos ser honestos con nosotros mismos y los demás. No vale
mentir y engañar a las personas, ya que algún día no te creerán por
haberles mentido. Hay que ser sinceros con los demás y con nosotros
mismos, para así evitar malos entendidos.
El Perro y el Reflejo

Había una vez un perro, que estaba cruzando un lago. Al hacerlo, llevaba
una presa bastante grande en su boca. Mientras lo cruzaba, se vio a si
mismo en el reflejo del agua. Creyendo que era otro perro y viendo el
enorme trozo de carne que llevaba, se lanzó a arrebatársela.

Decepcionado quedó cuando, por buscar quitarle la presa al reflejo, perdió


la que el ya tenía. Y peor aún, no pudo obtener la que deseaba.

Moraleja: no hay que envidiar a los demás y debemos ser felices con lo que
somos y con lo que tenemos, ya que como dice el dicho “la avaricia rompe
el saco”. Tenemos que conformarnos con lo que tenemos, y no pedir o
exigir más a nuestros padres, sino queremos que nos pase lo que al perro.
Las ranas y el pantano seco

Vivían dos ranas en un bello pantano, pero llegó el verano y se secó, por
tanto la abandonaron para buscar otro con agua. Hallaron en su camino un
profundo pozo repleto de agua, y al verlo, dijo una rana a la otra:

– Amiga, bajemos las dos a este pozo.

– Pero, y si también se secara el agua de este pozo, – repuso la compañera


-, ¿Cómo crees que subiremos entonces?

Moraleja: Antes de emprender cualquier acción, analiza primero las


consecuencias de ella. Ante un problema, debemos buscar otras
alternativas y reflexionar sobre cuál es la opción buena antes de tomar una
decisión de manera impulsiva que no sea la adecuada.
El labrador y la culebra

Al lado del hogar de un modesto labrador, una culebra había decidido


instalar su nido. Un tarde, el pequeño hijo del labriego, pensando que era
uno más de sus juguetes, agarró al animal de tan mala manera, que este le
mordió en defensa propia. Una mordedura de la que no se pudo recuperar
y que su padre quiso vengar cortándole la cola a la culebra. Enterado de
cómo habían sucedido los hechos, el labrador sintió tal culpa que fue en
busca de la culebra para pedirle perdón y ofrecerle miel, agua, harina y sal,
como muestra de su sincero arrepentimiento. A pesar de la nobleza de sus
intenciones, la culebra no solo no le perdonó, sino que además se permitió
el lujo de decirle:

– Agradezco que quieras venir a intentar remediar el error que cometiste


conmigo, pero no hay ninguna posibilidad de que tú y yo podamos ser
amigos. Mientras que a mí me falte la cola que tú me quitaste y a ti el hijo
que mi veneno te ha arrebatado, seremos incapaces de estar en paz.

Moraleja: es imposible reconciliarse con algún amigo si uno de los dos no


ha perdonado al otro. Con esta fábula aprendemos a que hay que saber
pedir perdón y perdonar cuando tengamos algún debate o discusión con un
compañero. De esta manera se resolverán tranquilamente y pacíficamente
cualquier problema.
 El lobo y el perro dormido

Disfrutaba un perro de un merecido descanso en la puerta de su casa,


cuando de repente un veloz lobo se lanzó sobre él con claras intenciones de
devorarlo. Para intentar librarse de tan negro destino, el perro le suplicó
con todas sus fuerzas que lo escuchara, aunque solo fuera una sola vez,
antes de que el lobo cumpliera sus deseos.

Entiendo que desees saciar tu hambre –comenzó diciendo el perro- pero de


un saco de huesos como yo, tu estómago no tardará en volver a sentirse
vacío; si en verdad deseas darte un buen festín, espera a que mis dueños
celebren sus bodas y seguro que me encuentras mucho más apetecible.

Tan convincente era su argumento, que el lobo se marchó tan contento.


Meses después, estaba el perro asomado a una ventana de la casa de su
dueño, cuando volvió el lobo para reclamar lo que tanto tiempo había
estado esperando. Molesto ante la insistencia, el perro contestó:

– ¡Lobo tonto, la próxima vez que aparezcas y yo esté durmiendo en el


portal de mi dueño, no esperes a que se celebren las bodas de mis dueños!

Moraleja: viene a decirnos que si hemos sido capaces de salir airosos de


algún tipo de peligro y si recordamos como lo hicimos, podremos hacerlo
en otras ocasiones.
 La zorra el oso y el león

Habiendo encontrado un león y un oso al mismo tiempo a un cervatillo, se


retaron en combate a ver cuál de los dos se quedaba con la presa.

Una zorra que por allí pasaba, viéndolos extenuados por la lucha y con el
cervatillo al medio, se apoderó de este y corrió pasando tranquilamente
entre ellos.

Y tanto el oso como el león, agotados y sin fuerzas para levantarse,


murmuraron:

-¡Desdichados nosotros! ¡tanto esfuerzo y tanta lucha hicimos para que


todo quedara para la zorra!

Moraleja: por ser egoístas y no querer compartir, podemos perderlo todo.


Las dos amiguitas

Era una vez 2 avestruces amiguitas que se hicieron tan pero tan amiguitas
que no podían pasar un día sin la compañía de la otra, hasta que cierto día
un pequeño desliz entre ambas puso a prueba su hermosa amistad:

– Hoy jugaremos a lo que yo quiera – le dijo uno de ellas a la otra.


A lo que la otra contesto:
– Te equivocas eso lo decidiré solo yo.
Y así con tales posturas, ambas se empecinaron en sus caprichos por
muchas horas y sin llegar a un acuerdo. Luego de discutir por un largo rato,
los dos avestruces amigos por fin entraron en razón y una de ella dijo:

-Dejemos los juegos por hoy y encontremos otra manera de llegar a un


acuerdo. Y diciendo estas palabras ambas acordaron alternarse diariamente
y que cada una decidiese por un día entero que juegos jugar.

De esta manera no hubo más problemas y conflictos y conservaron una


linda amistad hasta la muerte.

Moraleja: hablando tranquilamente se puede llegar a un acuerdo, donde


ambas personas salgan privilegiadas. Debemos educar a nuestros hijos en
el diálogo y la comunicación para resolver los conflictos que le sucedan en
la vida diaria, ya que es la mejor opción para llegar a una acuerdo.
El aceituno y la higuera

El aceituno ridiculizaba a la higuera porque, mientras él era verde todo el


año, la higuera cambiaba sus hojas con las estaciones.

Un día una nevada cayó sobre ellos, y, estando el aceituno lleno de follaje,
la nieve cayó sobre sus hojas y con su peso se quebraron sus ramas,
despojándolo inmediatamente de su belleza y matando al árbol.

Pero al estar la higuera desnuda de hojas, la nieve cayó directamente a la


tierra, y no la perjudicó en absoluto.

Moraleja: No debemos burlarnos de las cualidades ajenas, pues las


nuestras pueden ser inferiores. Debemos ser respetuosos y tolerantes con
el resto de personas.
El zorro y la cabra

Una vez un zorro estaba vagando por la oscuridad, cuando or desgracia


cayó en un pozo. Intentó salir pero no podía. No tenía otra alternativa que
permanecer allí hasta la mañana siguiente. Al día siguiente, una cabra llegó
por allí, miró al pozo y vio al zorro. La cabra preguntó “¿qué estás haciendo
ahí, señor zorro?”

El astuto zorro respondió:

“Vine aquí para beber agua. Es la mejor que he probado en mi vida. Ven y
pruébala por ti misma. Sin pensar ni siquiera por un rato, la cabra saltó al
pozo, apagó su sed y buscó una forma de salir. Pero al igual que el zorro,
también fue incapaz de salir.

Entonces el zorro dijo:

“Tengo una idea. Ponte de pie sobre tus patas traseras. Subiré sobre tu
cabeza y saldré. Entonces yo te ayudaré a salir también”.La cabra era
inocente e hizo lo que el zorro le dijo.

Mientras caminaba, el zorro dijo:

“Si hubieras sido lo suficientemente inteligente, nunca hubieras entrado sin


ver cómo salir”.

Moraleja: Mira antes de saltar. No hagas algo ciegamente sin pensarlo


antes
El huevo de oro

Había una vez un rico comerciante de tela que vivía en un pueblo con su
esposa y sus dos hijos. Tenían una gallina hermosa que ponía un huevo
todos los días. No era un huevo normal, sino un huevo de oro. Sin
embargo, el joven comerciante no estaba satisfecho con lo que solía
obtener todos los días. 

Quería conseguir todos los huevos de oro de su gallina en muy poco


tiempo. Por tanto, un día pensó y al fin concluyó en un plan. Decidió matar
a la gallina y juntar todos los huevos.

Al día siguiente, cuando la gallina puso un huevo de oro, el hombre lo


cogió, tomó un cuchillo afilado, cortó su cuello y cortó su cuerpo abierto. No
había nada más que sangre por todas partes y ningún rastro de ningún
huevo en absoluto. Estaba muy triste porque ahora no conseguiría ni
siquiera un solo huevo.

Debido a su codicia, comenzó a ser más pobre y finalmente se convirtió en


un mendigo. 

Moraleja: Si deseas más, puedes perder todo. Es necesario estar satisfecho


con lo que uno tiene y actuar sin codicia.
El coyote y las uvas

Una tarde muy soleada, un coyote iba caminando y el estómago le rugía de


hambre. De repente, nota en la cima de un árbol que hay un racimo de
hermosas uvas moradas e intentó alcanzarlas apoyándose en sus patas
traseras, pero no llegó.

Intentó alcanzarlas saltando, pero tampoco llegó; una y otra vez fallaba
hasta que sus patas ya no podían más y entonces cayó al suelo extenuado.
Estando tumbado en el suelo, se pudo dar cuenta que dos pajarillos la
estaban observando; levantándose, se sacudió el polvo y se marchó
diciendo.

-Mejor paso de esas uvas, seguro están verdes-

Retomó así su camino, y en cuanto ya había ganado distancia, los pajarillos


picotearon las uvas y éstas cayeron al suelo, donde se dieron un banquete.

Mirando de lejos, el coyote pensó:

-Tal vez si hubiese pedido ayuda, estaríamos comiendo los tres-.

Moraleja: A veces nuestro orgullo puede más que nuestro juicio, hasta el
punto en que somos capaces de despreciar las cosas, sólo porque parecen
inalcanzables.
La hormiga y la mariposa

Una hormiga trabajadora se encontraba reuniendo provisiones bajo el


fuerte sol de verano a orillas del río. De pronto, el suelo bajo ella cedió, y la
hormiga cayó al agua donde estaba siendo violentamente arrastrada.

Desesperada, la hormiga gritaba

-¡Ayuda, socorro, auxilio, me ahogo!-En eso, una mariposa se da cuenta de


la situación de la hormiga y rápidamente buscó una ramita, la agarró con
sus patitas y se lanzó hacia donde estaba la hormiga; tendiéndole la rama y
salvándola.

La hormiga muy feliz le dio las gracias y ambas siguieron su camino.Al poco
tiempo, un cazador furtivo se acerca por detrás de la mariposa con una
red; en silencio se disponía a capturarla, pero justo cuando ya tenía la red
sobre la cabeza de la mariposa ¡sintió un piquete muy doloroso en su
pierna! Gritando soltó la red y la mariposa al darse cuenta, salió volando.

Mientras volaba, la mariposa desconcertada giró su cabeza para ver qué


había herido al cazador, y se dio cuenta que era la hormiga a la que ese
mismo día había salvado.

Moraleja: Haz el bien, sin mirar a quien. La vida es una cadena de favores.


 El viento y el sol

Una vez, el viento y el sol tuvieron una discusión

-Yo soy el más fuerte, cuando yo paso, los árboles se mueven; hasta puedo
derribarlos si quiero-  dijo el viento.

-El más fuerte aquí soy yo, yo no derribo árboles, pero puedo hacerlos
crecer-  Le respondió el sol.

-Voy a demostrarte que soy el más fuerte ¿ves a ese hombre con
chaqueta? Se la voy a quitar con mi soplido-  dijo el viento.

Así, el viento sopló con todas sus fuerzas, pero mientras más fuerte
soplaba, más fuerte el hombre se aferraba a su chaqueta, y el viento se
cansó de soplar.

Entonces fue el turno del sol, y este, lanzando todos sus rayos hacia el
hombre, hizo que se quitara la chaqueta de tanto calor.

-Bien, tú ganas, pero debes admitir que yo hice mucho más ruido-  dijo el
viento al final.

Moraleja: cada persona tiene sus propias capacidades y a menudo vale más


la maña que la fuerza.
 La cigarra y las hormigas

Una cigarra cantaba y disfrutaba durante el verano. Día a día se despertaba


tarde y sólo se dedicaba a cantar, hasta que un día algo le llamó la
atención. Un grupo de hormigas pasaban por debajo de su rama cargando
pesadas porciones de comida sobre su espalda, entonces la cigarra bajó de
su rama y le preguntó a una.-Amiga hormiga ¿por qué trabajas tanto?--El
invierno se acerca, debemos guardas provisiones para poder pasar la
helada-  respondió la hormiga, a lo que la cigarra luego dijo.-¡Bah! Trabajar
tanto es para bobos, haz como yo, canta y disfruta del verano-

La pequeña hormiga sin decir más nada siguió su camino. En los siguientes
días, la cigarra seguía cantando y muchas veces componía canciones que
se burlaban de su amiguita la hormiga. Pero un día, la cigarra despertó y
ya no era verano, el invierno había llegado. La helada era la peor de todas
en muchos años, trató de abrigarse con hojas de su rama, pero no pudo.
Hambrienta buscó comida, pero no encontró. Entonces recordó que su
amiguita hormiga había estado guardando provisiones durante el verano y
se dirigió a su hormiguero, tocó la puerta y la hormiguita salió, entonces
dijo.-¡Hormiga, ayúdame; tengo hambre y tengo frío, dame refugio y
comida!--¿pero qué estuviste haciendo todo el verano cigarra?-  preguntó la
hormiga.-cantar y bailar-  contestó la cigarra.-¡Pues si eso hiciste en el
verano, ahora baila en el invierno!-Dijo la hormiga y cerró la puerta.
Mientras, la cigarra arrepentida se alejaba reflexionando en la lección que
había aprendido.

Moraleja: Si quieres disfrutar de la vida, primero debes trabajar duro.


El Halcón, el Cuervo y el Pastor

Lanzándose desde los cielos, un halcón cazó un corderito. Un cuervo la


observó y tratando de imitarlo, se lanzó sobre un carnero.

Sin embargo, no pasó lo mismo que antes, y al desconocer las artes, el


cuervo se enredó en la lana, donde sin importar que tan fuerte batía sus
alas, no logró escapar.

Viendo el pastor lo que sucedía, tomó al cuervo entre sus manos, con su
machete cortó sus alas, y a su casa lo llevó.

Fascinados sus hijos lo vieron, y curiosos del asunto a su padre


preguntaron:

-¿Papá, qué ave es esta?

-Para mí es sólo un cuervo, pero él se cree halcón.

Moraleja: Es bueno y necesario aprender a conocer nuestros propios


límites, incluso para superarlos; el primer paso es conocerlos.
El hijo y el padre

Un día, un joven iba por la calle de noche después de salir de su trabajo;


apurado recorría los rincones solitarios de la ciudad pues esa noche su
madre le había dicho que lo esperaba en casa con una deliciosa cena.
Faltando sólo unas cuadras para llegar, el joven ve a lo lejos la figura
desgastada por la edad de alguien que aguardaba en la esquina de una
acera para cruzar la calle mientras un semáforo estaba en verde.–Tonto
viejo, ¿por qué no cruzas si no vienen carros? ¡Yo sí cruzaré, tengo un
compromiso importante!-  pensó el joven acelerando el paso. Pero al llegar
a la esquina de aquella acera se dio cuenta ¡ese hombre era su padre!

-¿papá?--hola hijo--¿Qué hace acá?-Voy para la casa, vamos tarde, tu


mamá seguro se molesta--Papá, no vienen carros-

-sí ya veo-

-Papá aquí no hay policías-

-Pero es un barrio seguro, no hacen falta ni a estas horas de la noche--


Papá no hay cámaras--No me había fijado, ¿eso es bueno o malo?--¡Papá
nadie nos está viendo! ¡Vamos a cruzar que vamos tarde!--¡¿QUÉ?! ¡YO ME
ESTOY VIENDO!-
Moraleja: Siempre podremos engañar a los demás, pero nunca podremos
engañarnos a nosotros mismos. Una conciencia tranquila es la clave para
vivir en paz con uno mismo.

 El Zorro y los Gallos

Dos gallos luchaban para tomar el control del gallinero.

Después de una intensa pelea, uno de ellos salió derrotado, y no le quedó


otra alternativa más que esconderse entre los matorrales.

El vencedor exhibiéndose orgulloso, se montó sobre uno de los postes de la


cerca y comenzó a cantar a los cuatro vientos su victoria.

Fue entonces, cuando a su espalda, un zorro que esperaba paciente dio un


salto hacia la verja y de un mordisco feroz cazó al gallo ganador.

Desde entonces, el otro gallo es el único macho en el gallinero.

Moraleja: La humildad es una virtud que muy pocos practican, pero que
todos deberían dominar. A quien hace alarde de sus propios éxitos, no
tarda en aparecerle alguien que se los quita.
El amo del cisne

Algunas personas cuentan que los cisnes son hermosas aves capaces de
entonar bellas y armónicas canciones justo antes de su muerte.

Sin saber esto, un día un hombre se hizo a un hermoso cisne. Éste no era
sólo el más bello, sino el mejor cantante de todos. Por esta razón, el
hombre pensó que el cisne podría deleitar a quienes visitaran su hogar con
sus maravillosos cantos. De esta manera, el hombre buscaba generar
envidia y admiración en sus allegados.

Una noche, el amo organizó una fiesta, sacando a al cisne para exhibirlo,
como si se tratase de un valioso tesoro. El amo solicitó al cisne que
entonara una bella canción para entretener al público. Ante esto, el cisne
permaneció impávido, generando molestia e ira en el amo.

Los años pasaron y el amo siempre pensó que había malgastado su dinero
en la bella ave. No obstante, una vez el cisne se sintió viejo y cansado,
entonó una maravillosa melodía.
Al escuchar el canto de la melodía, el amo comprendió que el cisne estaba
a punto de morir. Reflexionando sobre su comportamiento, el amo entendió
su error al intentar apurar al animal a cantar cuando éste era joven.

Moraleja: nada en la vida debe ser apurado. Todas las cosas llegan en el


momento más oportuno.

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