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Hay solo una persona que siempre nos mira con los mismos
ojos.
Para ella siempre somos lindos y hermosos.
Para ella somos los más inteligentes y talentosos del mundo.
Para ella somos casi perfectos, carentes de defectos.
Es nuestra Mamá
¡Ojalá que viva por siempre!
¡Gracias Mamá
EL CABALLO VIEJO
LA MUJER INTRATABLE
LA CORNEJA FUGITIVA
LOS 2 PERROS
EL LOBO Y LA GRULLA
EL LEON Y EL DELFIN
EL NIÑO Y LOS DULCES
LA LIEBRE Y LA TORTUGA
LA PULGA Y EL HOMBRE
EL CONEJO Y EL CERDO
FAMILIA DE HORMIGAS
EL PAJARO RUISEÑOR
EL GATO Y EL RATON
EL CIERVO Y EL CERVATILLO
EL MONO Y EL DELFIN
EL ASTRONOMO
EL PERRO Y EL REFLEJO
EL LABRADOR Y LA CULEBRA
EL ACEITUNO Y LA HIGUERA
EL ZORRO Y LA CABRA
EL HUEVO DE ORO
EL VIENTO Y EL SOL
EL HIJO Y EL PADRE
FINALIDAD:
La madre contestó:
MORALEJA
Con el dinero conviertes a sanos
en sufrientes
EL CABALLO VIEJO
MORALEJA
Mejor ser humilde cuando tienes poder, porque un día u otro lo
has de perder
LA MUJER INTRATABLE
- Pues, si estos que tan solo te veían una vez al día no querían
cruzar su mirada con la tuya-dijo su marido midiendo muy bien
sus palabras-, no puedo ni imaginar que es lo que harían los que
tenían que estar contigo permanentemente.
MORALEJA
Permanece atento a las menores señales, ya que son las que nos
revelan los secretos más ocultos.
MORALEJA
Si tienes que sacrificado en alguna ocasión, que sea con el mayor
reconocimiento posible
LA MOSCA Y LA CACEROLA DE CARNER
“oh! que rico comí, bebí y hasta me bañe así que si en estos
instantes me muero ya nada me importaría después de todo el
gusto que me dí en esa cacerola de carne“.
MORALEJA
Al irresponsable no le importa el fracaso si su llegada a él le
depara buenos momentos.
LA CORNEJA FUGITIVA
MORALEJA
Cuanto más grande sea lo que deseamos, mayores son los riesgos.
EL PERRO, EL GALLO Y LA ZORRA
Tal y como todos los gallos hacen nada más ver un pequeño rayo
de sol, nuestro gallo se puso a cantar enérgicamente para anunciar
la llegada de un nuevo día. Escuchó tan melodioso cántico una
zorra y en un abrir y cerrar de ojos se plantó a los mismos pies del
árbol. Localizado el objeto de su deseo, le gritó desde abajo que
deseaba poder verle más de cerca y besar la cabeza del intérprete
de tan encantadora melodía. Una invitación a la que contestó el
gallo, que antes de bajar, hiciera el favor de despertar al portero
que había debajo del árbol.
MORALEJA
Si vencer a un enemigo poderoso no puedes, busca a alguien más
fuerte que quiera ayudarte
LOS 2 PERROS
MORALEJA
Intenta aprender un oficio para el día de mañana
EL LOBO Y LA GRULLA
MORALEJA
Jamás le hagas un favor a gente malvada, ya que nunca verás
recompensada tu generosidad
EL LEON Y EL DELFÍN
MORALEJA
Antes de aliarte con alguien, sopesa bien sus habilidades, no vaya
a ser que cuando los necesites no estén capacitados para ayudarte
El niño y los dulces
Una vez que cogió todas las chuches que pudo, al intentar sacar la mano, el
cuello del recipiente no le permitió hacerlo. El niño lloraba y lloraba
amargamente, pero un amigo que estaba cerca le dijo: -Confórmate con
coger solo la mitad y así podrás sacar la mano con los dulces.
La liebre y la tortuga
Una vez, una liebre se burlaba de las patas tan cortas y de la lentitud al
caminar de una tortuga, sin embargo, esta no se quedó callada y se
defendió lanzando una risa y diciéndole a la liebre: – Puede que seas muy
veloz amiga liebre, pero, estoy más que segura de que podré ganarte una
carrera.
En cambio la liebre, corrió tan rápido que dejó muy atrás a la tortuga. Al
darse la vuelta y ya no verla, la liebre vio seguro su éxito sobre la carrera y
decidió echarse una siesta.
Poco después, la liebre despertó y vio si por atrás seguía sin llegar la
tortuga, pero al mirar hacia la meta, vio a la tortuga muy cerca de la final,
y en un intento desesperado por correr lo más veloz que pudo, la tortuga
llegó y ganó.
Molesto por la situación, buscó por toda su cama para ver qué era lo que
les estaba causando tanta molestia. Tras su búsqueda encontró a una
minúscula pulga y le dijo las siguientes palabras:
– ¿Quién te crees que eres insignificante bicho, para estar picándome por
todo mi cuerpo y no dejarme disfrutar de mi merecido descanso?
– Lo siento pequeña pulga, pero no puedo hacer otra cosa que acabar con
tu vida para siempre, ya que no tengo ningún motivo para seguir
aguantando tus picaduras, no importa si es grande o pequeño que pueda
ser el prejuicio que me causes.
Moraleja: nos enseña a que todo aquel que le hace daño a otra persona,
debe estar dispuesto a afrontar las consecuencias. Ya que cuando uno
molesta, agrede u ofende a otros compañeros, debe saber que sus actos
irán seguidos de unas consecuencias.
El conejo y el cerdo
Había una vez en un colegio un conejo muy presumido que todos los días
llevaba sus zapatitos muy limpios, relucientes, brillantes.
En su misma clase también estaba el cerdito Peny, que tenía mucha envidia
al conejo por sus zapatos.
Pero el cerdito al vivir en una charca de barro sabía que nunca conseguiría
tener unos zapatos como los de su amigo conejo. Todos los días limpiaba y
limpiaba, pero nada seguían igual de sucios. Un día jugando en el recreo
tenía que hacer una carrera para ver quién era el más veloz. El cerdito
asustado, no sabía qué hacer, ya que sus zapatillas no eran como las de su
amigo.
Moraleja: da igual el zapato que lleves, el esfuerzo por conseguir una meta
que te propongas no está en los zapatos sino en ti. Debes ser feliz con lo
que tienes, sentirte a gusto contigo mismo y confiar en ti.
Familia de hormigas
Había una vez una familia de hormigas formada por la madre, el padre y su
dos hijitas.
Paseando por el prado, se encontraron con otra hormiga, pero esta no era
de su misma especie, ya que era de color rojo y le faltaban dos patitas.
Angustiada, la hormiga roja les pidió ayuda para que la llevasen hasta su
casa, ya que podría morir enterrada por la nieve.
Una vez llegaron las dos a la casa de las hormigas rojas, estas sorprendidas
por la solidaridad de la hormiga negra, le regalaron toda la comida que
tenían. Gracias a esta recompensa, la familia de la hormiga negra pudo
sobrevivir todo el invierno gracias a la familia de hormigas rojas.
Moraleja: hay que ayudar a los demás cuando lo necesiten, ya que algún
día también nosotros podemos necesitar esa ayuda.
El pájaro ruiseñor
Una noche cenando con su madre, esta le dijo que no debía cantar hasta
más tarde ya que los cazadores pasarían a esa hora y si estos les oían
podrían matarle.
Moraleja: hay que estar muy atentos y escuchar a nuestros padres cuando
nos hablen, ya que un descuido nos puede salir caro.
El gato y el ratón
– ¡Qué guapo y lindo estás ratoncito! Ven conmigo, pequeñito, ven… dijo
con dulce voz el gato. La mamá del ratoncito escuchó las intenciones que
tenía el hábil gato y le advirtió a su hijo diciendo:– No vayas hijito, tú no
conoces los trucos de ese bribón. El gato insistente le dijo nuevamente al
ratón: – Ven, pequeñito ven. ¡Mira este queso y estas nueces! ¡Todo eso
será para ti! El inocente ratoncito le preguntó de nuevo a su madre:
A los pocos instantes, se oyeron unos gritos que decían:– ¡Socorro, mamá,
socorro! ¡Me come el gato!
La mamá ratona no pudo hacer nada para salvar a su ratoncito que murió
devorado por el gato.
Moraleja: esta fábula nos enseña que debemos obedecer a nuestros padres
y respetar sus decisiones, ya que ellos siempre querrán lo mejor para
nosotros y el no hacerles caso nos puede pasar factura como al ratoncito de
la historia.
El ciervo y el cervatillo
Esta fábula trata sobre dos ciervos, uno joven y otro más mayor.
El cervatillo joven tenía muy claro que ganaría, ya que era más veloz y más
rápido que el ciervo anciano. A la mañana siguiente cuando se encontraron
para luchar, el ciervo anciano le propuso que se marchara, ya que sabía
perfectamente que él iba a ser el ganador. El cervatillo tozudo y enfadado
se dispuso a luchar hasta que fue perdiendo poco a poco sus cuernos.
Sorprendido de que el ciervo anciano le ganara, preguntó:-¿Como lo has
hecho?, no puede ser, si yo soy más. Joven y más veloz que tú. A lo que
respondió el anciano:
Mientras tanto, el mono que luchaba contra las olas, fue visto por un delfín;
el cual creyendo que era un hombre, fue a salvarlo deslizándose debajo él y
transportándolo hacia la costa. Cuando estaban llegando al puerto, el delfín
le preguntó al mono:– Mono ¿eres ateniense (nacido en Atenas)?, y él
mono por darse de muy presumido y mentiroso, le respondió:– Sí, y tengo
también parientes muy importantes viviendo allí –El delfín le preguntó de
nuevo si conocía el Pireo (el famoso puerto de Atenas). El mono creyendo
entonces que se trataba de un hombre, le contestó que no solo lo conocía,
sino que también era uno de sus mejores amigos. Él delfín indignado por
tantas mentiras que el mono decía, dio media vuelta y lo devolvió a alta
mar.
Moraleja: las propias mentiras del mentiroso son las que se encargan de
revelar la verdad en un pequeño descuido. Las mentiras tienen las patas
muy cortas, por tanto siempre saldrá a la luz la verdad.
El Astrónomo
Un día, uno de sus viejos colegas le dijo que había aparecido un extraño
astro en el cielo, el anciano salió de la ciudad para poder verlo con sus
propios ojos. Tan emocionado estaba el astrónomo mirando al cielo, que no
se dio cuenta que a pocos pasos de él había un agujero. Cuando se cayó al
agujero comenzó a gritar pidiendo ayuda.
-Te ayudaré a salir de ahí, pero ten mucho cuidado la próxima vez que
salgas por un lugar que desconoces, tienes que estar muy atento por donde
caminas ya que te puedes encontrar con cualquier cosa en el suelo.
– Mejor ¿Por qué no esperas un rato más hasta que despierte el Amo y te
dé el mismo de comer? El perro, al escuchar la respuesta del asno, se
dirigió a otro lado de la pradera. Es entonces que, mientras que el asno
seguía comiendo su pasto, apareció un hambriento lobo que se abalanzó de
inmediato sobre el asno para devorarlo. Sorprendido, gritó ayuda al perro:–
¡Socorro! ¡Sálvame amigo perro!
Moraleja: hay que ofrecer nuestra ayuda a los demás siempre y cuando la
necesiten si no queremos que nos pase lo mismo que al asno. Hay que
educar a nuestros hijos para que sean personas solidarias y compartan con
el resto de sus iguales.
El Cuervo y los Pájaros
Un día el dios Júpiter citó a todos los pájaros a una reunión para elegir
como Rey al más hermoso de todos. Los pájaros, muy halagados ante esta
gran oportunidad, de inmediato fueron a las aguas del gran río para lavarse
y acicalarse para estar presentables. El cuervo, dándose cuenta de su
fealdad, se le ocurrió un plan que consistía en recoger las plumas que los
pájaros dejaban caer al acicalarse, para luego pegarlas a su cuerpo. Es así
que el cuervo pasó varias horas colocándose las plumas para ser el más
bello de los pájaros.
Entonces llegó el día esperado y todas las aves acudieron a la cita, entre
ellos el cuervo, que destacó al instante por sus plumas multicolor. Júpiter al
verlo, decidió coronar al cuervo por su gran belleza, pero los pájaros se
sintieron muy indignados por haber elegido al cuervo.
Hace muchos años, vivía un viejo perro de caza, cuya avanzada edad le
había hecho perder gran parte de las facultades, como ser más fuerte o
veloz. Un día, mientras se encontraba en una jornada de caza junto a su
amo, se topó con un hermoso jabalí, al que quiso atrapar para su dueño.
Poniendo en ello todo su empeño, consiguió morderle una oreja, pero como
su boca ya no era la de siempre, el animal consiguió escaparse. Al escuchar
el escándalo, su amo corrió hacia el lugar, encontrando únicamente al viejo
perro. Enfadado porque hubiera dejado escapar a la pieza, comenzó a
regañarle muy duramente.
Moraleja: nos viene a decir que debemos ser respetuosos con nuestros
mayores, ya que hicieron lo posible porque nuestra familia tuviera una vida
feliz.
El joven pastor y las ovejas
Esto era una tarde cálida de invierno, cuando un joven pastor que estaba
cuidando a su ganado, gritó desde la cima del monte: ¡Que viene el lobo,
labradores! Estos, abandonando sus labores, acuden prontamente, y hallan
que es una broma solamente. Vuelve a clamar, y los labradores temen la
desgracia. Segunda vez que los burla. ¡Linda gracia!
Moraleja: debemos ser honestos con nosotros mismos y los demás. No vale
mentir y engañar a las personas, ya que algún día no te creerán por
haberles mentido. Hay que ser sinceros con los demás y con nosotros
mismos, para así evitar malos entendidos.
El Perro y el Reflejo
Había una vez un perro, que estaba cruzando un lago. Al hacerlo, llevaba
una presa bastante grande en su boca. Mientras lo cruzaba, se vio a si
mismo en el reflejo del agua. Creyendo que era otro perro y viendo el
enorme trozo de carne que llevaba, se lanzó a arrebatársela.
Moraleja: no hay que envidiar a los demás y debemos ser felices con lo que
somos y con lo que tenemos, ya que como dice el dicho “la avaricia rompe
el saco”. Tenemos que conformarnos con lo que tenemos, y no pedir o
exigir más a nuestros padres, sino queremos que nos pase lo que al perro.
Las ranas y el pantano seco
Vivían dos ranas en un bello pantano, pero llegó el verano y se secó, por
tanto la abandonaron para buscar otro con agua. Hallaron en su camino un
profundo pozo repleto de agua, y al verlo, dijo una rana a la otra:
Una zorra que por allí pasaba, viéndolos extenuados por la lucha y con el
cervatillo al medio, se apoderó de este y corrió pasando tranquilamente
entre ellos.
Era una vez 2 avestruces amiguitas que se hicieron tan pero tan amiguitas
que no podían pasar un día sin la compañía de la otra, hasta que cierto día
un pequeño desliz entre ambas puso a prueba su hermosa amistad:
Un día una nevada cayó sobre ellos, y, estando el aceituno lleno de follaje,
la nieve cayó sobre sus hojas y con su peso se quebraron sus ramas,
despojándolo inmediatamente de su belleza y matando al árbol.
“Vine aquí para beber agua. Es la mejor que he probado en mi vida. Ven y
pruébala por ti misma. Sin pensar ni siquiera por un rato, la cabra saltó al
pozo, apagó su sed y buscó una forma de salir. Pero al igual que el zorro,
también fue incapaz de salir.
“Tengo una idea. Ponte de pie sobre tus patas traseras. Subiré sobre tu
cabeza y saldré. Entonces yo te ayudaré a salir también”.La cabra era
inocente e hizo lo que el zorro le dijo.
Había una vez un rico comerciante de tela que vivía en un pueblo con su
esposa y sus dos hijos. Tenían una gallina hermosa que ponía un huevo
todos los días. No era un huevo normal, sino un huevo de oro. Sin
embargo, el joven comerciante no estaba satisfecho con lo que solía
obtener todos los días.
Intentó alcanzarlas saltando, pero tampoco llegó; una y otra vez fallaba
hasta que sus patas ya no podían más y entonces cayó al suelo extenuado.
Estando tumbado en el suelo, se pudo dar cuenta que dos pajarillos la
estaban observando; levantándose, se sacudió el polvo y se marchó
diciendo.
Moraleja: A veces nuestro orgullo puede más que nuestro juicio, hasta el
punto en que somos capaces de despreciar las cosas, sólo porque parecen
inalcanzables.
La hormiga y la mariposa
La hormiga muy feliz le dio las gracias y ambas siguieron su camino.Al poco
tiempo, un cazador furtivo se acerca por detrás de la mariposa con una
red; en silencio se disponía a capturarla, pero justo cuando ya tenía la red
sobre la cabeza de la mariposa ¡sintió un piquete muy doloroso en su
pierna! Gritando soltó la red y la mariposa al darse cuenta, salió volando.
-Yo soy el más fuerte, cuando yo paso, los árboles se mueven; hasta puedo
derribarlos si quiero- dijo el viento.
-El más fuerte aquí soy yo, yo no derribo árboles, pero puedo hacerlos
crecer- Le respondió el sol.
-Voy a demostrarte que soy el más fuerte ¿ves a ese hombre con
chaqueta? Se la voy a quitar con mi soplido- dijo el viento.
Así, el viento sopló con todas sus fuerzas, pero mientras más fuerte
soplaba, más fuerte el hombre se aferraba a su chaqueta, y el viento se
cansó de soplar.
Entonces fue el turno del sol, y este, lanzando todos sus rayos hacia el
hombre, hizo que se quitara la chaqueta de tanto calor.
-Bien, tú ganas, pero debes admitir que yo hice mucho más ruido- dijo el
viento al final.
La pequeña hormiga sin decir más nada siguió su camino. En los siguientes
días, la cigarra seguía cantando y muchas veces componía canciones que
se burlaban de su amiguita la hormiga. Pero un día, la cigarra despertó y
ya no era verano, el invierno había llegado. La helada era la peor de todas
en muchos años, trató de abrigarse con hojas de su rama, pero no pudo.
Hambrienta buscó comida, pero no encontró. Entonces recordó que su
amiguita hormiga había estado guardando provisiones durante el verano y
se dirigió a su hormiguero, tocó la puerta y la hormiguita salió, entonces
dijo.-¡Hormiga, ayúdame; tengo hambre y tengo frío, dame refugio y
comida!--¿pero qué estuviste haciendo todo el verano cigarra?- preguntó la
hormiga.-cantar y bailar- contestó la cigarra.-¡Pues si eso hiciste en el
verano, ahora baila en el invierno!-Dijo la hormiga y cerró la puerta.
Mientras, la cigarra arrepentida se alejaba reflexionando en la lección que
había aprendido.
Viendo el pastor lo que sucedía, tomó al cuervo entre sus manos, con su
machete cortó sus alas, y a su casa lo llevó.
-sí ya veo-
Moraleja: La humildad es una virtud que muy pocos practican, pero que
todos deberían dominar. A quien hace alarde de sus propios éxitos, no
tarda en aparecerle alguien que se los quita.
El amo del cisne
Algunas personas cuentan que los cisnes son hermosas aves capaces de
entonar bellas y armónicas canciones justo antes de su muerte.
Sin saber esto, un día un hombre se hizo a un hermoso cisne. Éste no era
sólo el más bello, sino el mejor cantante de todos. Por esta razón, el
hombre pensó que el cisne podría deleitar a quienes visitaran su hogar con
sus maravillosos cantos. De esta manera, el hombre buscaba generar
envidia y admiración en sus allegados.
Una noche, el amo organizó una fiesta, sacando a al cisne para exhibirlo,
como si se tratase de un valioso tesoro. El amo solicitó al cisne que
entonara una bella canción para entretener al público. Ante esto, el cisne
permaneció impávido, generando molestia e ira en el amo.
Los años pasaron y el amo siempre pensó que había malgastado su dinero
en la bella ave. No obstante, una vez el cisne se sintió viejo y cansado,
entonó una maravillosa melodía.
Al escuchar el canto de la melodía, el amo comprendió que el cisne estaba
a punto de morir. Reflexionando sobre su comportamiento, el amo entendió
su error al intentar apurar al animal a cantar cuando éste era joven.