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El llamado y la capacitación del misionero

Introducción
Aunque hemos sido llamados a la salvación y santificación, Dios llama algunos con una tarea específica de acuerdo a
dones y talentos. Equipar a los santos es tarea de los hacedores de discípulos. Toda capacitación debe ir orientada
en relación al respectivo llamado del candidato.
Uno de los problemas más cruciales por el cual ocurre la decersión misionera es la falta de un claro llamado a la obra
misionera. Por lo tanto se proponen tres etapas. Primero: la comprobación del llamado y capacitación del candidato
en su iglesia local. Segundo: la capacitación formal y no formal por la iglesia y otras instituciones. Tercero: la
supervisión y pastoreo mutuo en el campo de servicio misionero.
Ahora veamos tres aspectos necesarios en todo llamado misionero y su capacitación.

I. Motivaciones genuinas para la misión


A. Compasión por los perdidos.
B. Gratitud por la gracia salvadora de Dios.
C. Compasión por el sufrimiento físico.
D. Obediencia a la Gran Comisión.
E. Pasión por la gloria de Dios
F. Respuesta al llamado de Dios.

II. Fundamentos bíblicos


A. Iniciativa divina (Mt. 21:43).
B. Se da en el contexto de servicio a la luz de dones (Hch. 13:1-4).
C. Si uno piensa ser misionero, o sea enviado, le toca asegurarse de que es algo que Dios quiere. La obra
misionera es un trabajo divino. El es quien envía obreros (Mt. 9:35-38). Servir, sentir y suplicar por las
necesidades mundiales (actualmente unos 272 países y la variedad de etnias).
D. De los doscientos noventa y seis usos de la palabra griega para llamamiento ("Kaléo) en el Nuevo
Testamento, sólo dos tienen relación con la obra misionera en sí (Hch. 13:1-2; 16:6-10).
E. La voluntad de Dios no es un misterio; Dios ya ha revelado lo que es Su voluntad (Ro. 12.1-2). Salvación,
sumisión y separación.
F. Podemos hacer y vivir la voluntad de Dios, a través de la Palabra de Dios, Paz de Cristo, Persuasión del
Espíritu, Providencia divina en las circunstancias, Participación de otros hermanos, Preparación espiritual
(dones y talentos) y Preferencia personal.
G. El modelo del llamamiento de Pablo se realiza a través de un equipo pastoral y apostólico, el cual refleja
que no era un "llanero solitario" sino que se mantuvo en lo que hoy llamamos la interdependencia
misionera. No es independencia ni dependencia, sino participar unos a otros.

III. Oportunidades y recomendaciones para la capacitación


A. El hogar, la iglesia y los centros de capacitación.
B. Preparación integral es información y formación.
C. Opciones formales y no formales.
D. Vinculación con la iglesia local y agencias misioneras.
E. Proyectos de capacitación a corto plazo.

Conclusión
Las alternativas para la capacitación han de ser buscadas y consideradas de acuerdo al seguimiento pastoral y
práctico que el candidato obtenga. En el Antiguo Testamento tenemos los modelos de Moisés y sus ochenta años de
capacitación, Daniel y Ester que fueron colocados divinamente de acuerdo a sus capacidades y oportunidades. En el
Nuevo Testamento vemos el paradigma ideal de Jesús, quien después de treinta años de ser formado y transformado
realiza su ministerio de tres años; igualmente Juan el Bautista, pero termina su ministerio en seis meses. Y no
olvidemos a Pablo y sus catorce años de inspiración y revelación que lo capacitó para ser y hacer la obra misionera.

Bibliografía
1. Trabajando tu llamado a las naciones: una guía para el misionero biocupacional, Jonatán Lewis.
2. Publicaciones de COMIBAM y PM Internacional (ver listado actualizado).
3. Hasta lo último de la tierra, Ruth Tucker, Editorial Vida.
4. Comentarios del libro de los Hechos con énfasis transcultural.
5. El precio de la obra transcultural (reflexiones sobre la deserción misionera o el abandono innecesario del campo
misionero), Jonatán Lewis.

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