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COMPETENCIA DE LAS Y LOS JUECES DE LA JURISDICCIÓN ORDINARIA Y

AGROAMBIENTAL POR RAZÓN DE MATERIA EN LAS ACCIONES REALES


SOBRE BIENES INMUEBLES URBANOS Y RURALES.

(S.C.P. 0048/2019 Sucre, 4 de septiembre de 2019; en virtud a los entendimientos


jurisprudenciales y los argumentos desarrollados en el Fundamento Jurídico III. 2 del
presente fallo)
El Tribunal Constitucional anterior, bajo la Constitución Política del Estado
abrogada y la Ley del Tribunal Constitucional, no tenía la atribución para conocer los
conflictos de competencias suscitados entre la judicatura agraria y la ordinaria, no obstante,
en su labor de resguardar derechos y garantías constitucionales, a través de la acción de
amparo constitucional, tuteló el elemento competencia del derecho al juez natural. Así, a
través de la SC 0362/2003-R de 25 de marzo1 , entendió como único elemento
determinante de la competencia, a la ubicación geográfica del inmueble; así, si el inmueble
se encontraba en el área rural, debía aplicarse la Ley del Servicio Nacional de Reforma
Agraria; por el contrario, si el inmueble se encontraba en el área urbana, debía aplicarse el
Código Civil, con la aclaración, que la ordenanza municipal que declaraba la zona como
urbana, debía estar homologada por una resolución suprema.
El razonamiento señalado anteriormente, fue modulado por la SC 0378/2006-R de
18 de abril2 , en el entendido que, para determinar la competencia en las acciones reales
sobre bienes inmuebles urbanos y rurales objetos de litigio, además, de la ubicación
geográfica del bien inmueble, se debe tener en cuenta si la propiedad inmueble está
destinada al uso de vivienda, supuesto en el cual son aplicables las normas del Código Civil
y la competencia será de los jueces ordinarios; o si por el contrario, la propiedad inmueble
está destinada a la producción agrícola y/o pecuaria sujeta al régimen de la Ley del Servicio
Nacional de Reforma Agraria, en cuyo caso la competencia será de los jueces y tribunales
agrarios.
Posteriormente, el actual Tribunal Constitucional Plurinacional, en el ejercicio del
control competencial emergente de un conflicto de competencias jurisdiccionales entre la
jurisdicción ordinaria y la jurisdicción agroambiental, a través de la SCP 2140/2012 de 8 de
noviembre3 , respecto al razonamiento citado precedentemente, señaló que, si bien fue
efectuado en vigencia de la Constitución abrogada; sin embargo, resulta plenamente
aplicable, por cuanto, no contradice a los nuevos postulados del art. 397 de la CPE actual,
cuando determina al trabajo como fuente fundamental para la adquisición y conservación
de la propiedad agraria y otros aspectos inherentes a la función económica social (FES),
concluyendo en su Fundamento Jurídico III.3 que:
Tanto los jueces agrarios (ahora agroambientales) como los ordinarios tienen
competencia para conocer acciones reales, personales y mixtas; pero la diferencia está
en que los primeros conocen las derivadas de la propiedad, posesión y actividad
agraria, y en caso de producirse un cambio de uso de suelo, para definir la jurisdicción
que conocerá de estas acciones, no sólo se considerará la ordenanza municipal que
determine estos límites entre el área urbana y rural, sino esencialmente, el destino de
la propiedad y la naturaleza de la actividad que se desarrolla”.
De lo señalado supra, es evidente que el razonamiento desarrollado por la SC
0378/2006-R, permaneció de forma uniforme en toda la jurisprudencia constitucional, hasta
la actualidad y, en ese sentido, para definir qué jurisdicción es competente, no sólo se
considera si el inmueble se encuentra en área urbana o rural, sino fundamentalmente, el
destino de la propiedad y la naturaleza de la actividad que se desarrolla.
Si bien ese es el precedente aplicable a la generalidad de los casos, sin embargo, la
jurisprudencia constitucional contenida en la SCP 0015/2019, hizo referencia a los
supuestos: “en los cuales existe una causa principal que ha sido conocida por una u otra
jurisdicción y procesos posteriores emergentes o vinculados al cumplimiento de derechos u
obligaciones consolidados en el primer proceso (causa principal), en los cuales, por el
destino de la propiedad objeto del conflicto, la jurisdicción competente puede variar, con
relación a la causa principal”.
Dicha Sentencia, determinó en su Fundamento Jurídico III.2, que:
Considerando los principios de celeridad, seguridad jurídica (art. 178 de la CPE),
eficacia, eficiencia, accesibilidad, verdad material (art. 180 de la CPE), integralidad e
inmediatez (art. 185 de la CPE), debe entenderse que la jurisdicción que conoció la causa
principal es competente para conocer los subsiguientes procesos; pues sólo de esa manera
es posible dar una solución integral al problema jurídico planteado y resuelto en el primer
proceso. Un entendimiento contrario, podría generar que existan razonamientos hasta
discrepantes en procesos que tienen como base un mismo problema jurídico, lo que
evidentemente ocasionaría inseguridad jurídica y restaría eficacia y eficiencia a la función
judicial.
Consecuentemente, para determinar la competencia entre la jurisdicción
ordinaria y agroambiental, deben considerarse las siguientes reglas:
i) La ubicación geográfica del bien inmueble, urbana o rural, no es esencial para
determinar la competencia de las autoridades judiciales, sino, fundamentalmente, el destino
del inmueble y la naturaleza de la actividad que se desarrolla; entendiéndose que si la
propiedad inmueble está destinada al uso de vivienda, la competencia será de las juezas y
jueces ordinarios, en tanto que si la propiedad inmueble está destinada a la producción
agrícola y/o pecuaria, la competencia será de las autoridades judiciales agroambientales; sin
embargo,
ii) Cuando los procesos emerjan o estén vinculados al cumplimiento de derechos u
obligaciones consolidadas por una sentencia ejecutoriada pronunciada dentro de una
primera causa, será competente la jurisdicción que hubiere resuelto el primer proceso, aun
el bien inmueble tenga una actividad o destino diferente al que habilita su competencia bajo
la regla establecida en el punto anterior.
Entendimiento que, además, es coherente con el valor complementariedad previsto
en el art. 8 de la CPE, que contextualizado al ámbito judicial, implica que en el ejercicio de
la función judicial, las jurisdicciones deberán relacionarse sobre la base del respeto mutuo
entre ellas, para así, no obstaculizar, usurpar competencias o impedir su labor de impartir
justicia (art. 6 de la Ley de Organización Judicial (LOJ).

NOTAS:

I.1. Alegaciones del Juez Agroambiental de Sacaba del departamento de Cochabamba


Mediante Auto de 20 de abril de 2018, cursante de fs. 228 a 229, el Juez Agroambiental de
Sacaba del departamento de Cochabamba, se declaró sin competencia para el conocimiento
de la demanda de acción negatoria y reivindicación presentada por Juan Tirado Jaldín en
representación legal de Manuel Cossio Mamani contra María Luz Marquina Grágeda,
presuntos herederos de Javier Marquina Laime y Ana Grágeda de Marquina, y presuntos
interesados, respecto a un lote de terreno de 1006.34 m2 , ubicado en la comunidad de
Catachilla-Santiváñez, declinando competencia, por razón de materia al Juzgado Público
Mixto Civil y Comercial, de la Familia, Niñez y Adolescencia, y de Partido del Trabajo y
Seguridad Social e Instrucción Penal Primera de Santiváñez del mencionado departamento,
ordenando la remisión de obrados, de acuerdo a los siguientes fundamentos: a) El predio
objeto de la demanda si bien se encuentra en una zona rural poblada, fue construido con
destino habitacional, dado que, cuenta con varios ambientes, se halla plenamente cerrado,
tiene energía eléctrica y agua potable, además, no se desarrolla ninguna actividad agrícola;
y, b) La competencia entre las jurisdicciones agroambiental y la ordinaria civil no se
determina únicamente por la ubicación de la propiedad, sino también por la actividad y el
uso a la que está destinada, entendiendo que si cumple la función agraria, pecuaria o
forestal, le 2 corresponderá a la jurisdicción agroambiental, y si tiene como destino el uso
habitacional, ésta recaerá en la jurisdicción ordinaria civil. I.2. Alegaciones de la Jueza
Pública Mixta Civil y Comercial, de la Familia, Niñez y Adolescencia, y de Partido del
Trabajo y Seguridad Social e Instrucción Penal Primera de Santiváñez del departamento de
Cochabamba Por Auto de 2 de mayo de 2018, cursante a fs. 232 y vta., la Jueza Pública
Mixta Civil y Comercial, de la Familia, Niñez y Adolescencia, y de Partido del Trabajo y
Seguridad Social e Instrucción Penal Primera de Santiváñez del departamento de
Cochabamba, se declaró sin competencia para conocer la referida demanda de acción
negatoria y reivindicación “…suscitando conflicto de competencia contra el Juez
Agroambiental de Cochabamba o su suplente el Juez Agroambiental de Sacaba…” (sic), en
base a los siguientes fundamentos: 1) Por el principio de prevención, el juez que conoce
primero asume competencia por haberse anticipado en el conocimiento de la causa y no
puede eximirse del caso; y, 2) El terreno en litigio se encuentra en área agrícola conforme
establece el informe de 8 de septiembre de 2017, emitido por el Gobierno Autónomo
Municipal de Santiváñez del referido departamento, con la advertencia que la Sala Civil y
Comercial Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba por Auto de
Vista de 27 de octubre de 2015, anuló obrados dentro de un proceso ordinario,
manifestando que cualquier demanda referida a ese terreno deberá ser planteada ante el
Juez Agroambiental del citado departamento, siendo éste la autoridad competente para
tramitar y resolver la causa conforme a derecho. I.3. Admisión y notificación La Comisión
de Admisión del Tribunal Constitucional Plurinacional, mediante AC 0178/2018-CA de 11
de junio, admitió el conflicto de competencias jurisdiccionales (fs. 243 a 246), siendo
notificado el Juez Agroambiental de Sacaba, el 2 de octubre de 2018, y la Jueza Pública
Mixta Civil y Comercial, de la Familia, Niñez y Adolescencia, y de Partido del Trabajo y
Seguridad Social e Instrucción Penal Primera de Santiváñez, ambos del departamento de
Cochabamba, el 3 de igual mes y año. I.4. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional
Plurinacional Mediante decreto constitucional de 18 de diciembre de 2018 (fs. 263), la
Comisión de Admisión del Tribunal Constitucional Plurinacional, a solicitud del
Magistrado (a) Relator (a), con la finalidad de contar con mayores elementos de
convicción, solicitó a la Unidad de Jurisprudencia, Legislación y Gaceta de este Tribunal
un informe que contenga la sistematización de la línea jurisprudencial constitucional
actualizada sobre conflictos de competencia entre las jurisdicciones ordinaria y
agroambiental, disponiendo al efecto la suspensión del plazo para emitir resolución. Una
vez remitido el correspondiente Informe TCP/APEC/UJLG 099/2018 de 26 de diciembre
(fs. 267 a 270), mediante decreto constitucional de 3 4 de septiembre de 2019 se reanudó el
plazo para emitir Resolución; consiguientemente, la presente Sentencia es pronunciada
dentro de plazo legal. II. CONCLUSIONES De la revisión y compulsa de los antecedentes
que cursan en obrados, se establece lo siguiente: II.1. Auto Supremo 438/2015 de 17 de
junio, emitido por la Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia, dentro del proceso de
nulidad de documentos y cancelación en Derechos Reales (DD.RR.), acción negatoria y de
reivindicación seguido por María Luz Marquina Grágeda contra José Medrano Soto,
Patricia Salvatierra de Medrano, Gabriel Encinas, Leonarda Campero de Encinas, Silverio
Cossio y Einar Prado Paz, mediante el cual anuló obrados, determinando que el Tribunal de
alzada previamente a emitir resolución solicite la elaboración de un informe pericial, así
como un informe del Gobierno Autónomo Municipal de Santivañez que determine la
ubicación exacta del inmueble objeto de la litis, sus colindancias, y si se encuentra dentro
de la mancha urbana o fuera de ella, pues conforme a esos informes se establecerá cuál la
jurisdicción competente para dilucidar la causa, además si existe alguna carretera o
quebrada contigua (fs. 162 a 164 vta.) II.2. El Informe Técnico de 5 de agosto de 2015,
emitido por el Responsable de Catastro y Urbanismo del Gobierno Autónomo Municipal de
Santibáñez, señala que se procedió a la verificación del terreno a solicitud presentada por la
Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, verificando que
los tres lotes de terreno con una superficie de: 1200 m2 , 600 m2 , 193.22 m2 , ubicados en
la provincia Capinota, sección Santiváñez, comunidad de Catachilla, departamento de
Cochabamba, están dentro de la superficie de 2500 m2 , los cuales se encuentran en área
rural de Santiváñez (fs. 165 a 167). II.3. Cursa Certificación CERT.GAMS 108/2015 de 8
de agosto, emitida por el Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de Santiváñez,
remitida a la Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba,
certifica que los lotes de terrenos referidos en las Resoluciones Judiciales antes citadas, se
encuentran fuera del radio urbano del municipio de Santiváñez; es decir, los lotes de la
extensión superficial de 2500 m2 , se encuentran contiguo a la carretera Cochabamba-
Santiváñez (fs. 168). II.4. Mediante Auto de Vista de 27 de octubre de 2015, pronunciado
por la Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, dentro
del proceso ordinario de nulidad de documentos, cancelación de registro de DD.RR., acción
negatoria y de reivindicación seguido por María Luz Marquina Grágeda contra José
Medrano Soto, Patricia 4 Salvatierra de Medrano, Gabriel Encinas, Leonarda Campero de
Encinas, Silvero Cossio y Einar Prado Paz, anuló obrados hasta la presentación de la
demanda inclusive, al estado que la parte demandante ocurra con su acción ante el Juez
Agroambiental, con el fundamento que se tiene plenamente acreditado que el inmueble
motivo de litigio de 2500 m2 , dividido en 3 lotes, se encuentra ubicado en área agrícola,
fuera del radio urbano de Santiváñez; consecuentemente, de plena competencia del Juez
Agroambiental (fs. 173 a 176 vta.). II.5. Por Auto Supremo 517/2017 de 17 de mayo, la
Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia, declaró infundado el recurso de casación
interpuesto por María Luz Marquina Grágeda, bajo el fundamento que los extremos
demandados deben ser tratados en el ámbito de la jurisdicción agroambiental (fs. 185 a
189). II.6. Cursa la demanda de acción negatoria y de reivindicatoria presentada ante el
Juzgado Agroambiental de Cochabamba el 21 de marzo de 2018, interpuesta por Juan
Tirado Jaldín en representación legal de Manuel Cossio Mamani contra María Luz
Marquina Grágeda y presuntos herederos de Javier Marquina Laime y Ana Grágeda de
Marquina y presuntos interesados, respecto a un lote de terreno de 1006.34 m2 adquirido a
la sucesión de su padre Silvero Cossio, ubicado en la zona de Catachilla-Santiváñez (fs. 207
a 211 vta.). II.7. Por Certificación URB. 088/2017 de 8 de septiembre, el Responsable de
Catastro y Urbanismo del Gobierno Autónomo Municipal de Santibáñez, a solicitud de
Manuel Cossio Mamani certifica que el lote de terreno de 1006.34 m2 , ubicado en el
departamento de Cochabamba, provincia Capinota, Sección Segunda, municipio de
Santiváñez, comunidad de Catachilla, no se encuentran dentro del radio urbano de
Santiváñez, sino en la zona rural del referido Municipio (fs. 216). II.8. Cursa Acta de
Audiencia de Inspección Judicial de 17 de abril de 2018, llevada a cabo por el Juez
Agroambiental de Sacaba en suplencia legal de su similar de Cochabamba, a efectos de
verificar cual el destino de la propiedad, dentro de la demanda de acción negatoria y de
reivindicación seguida por Manuel Cossio Mamani contra María Luz Marquina Grágeda y
otros (fs. 227 y vta.). III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO En el presente
conflicto de competencias jurisdiccionales negativo, tanto el Juez Agroambiental de Sacaba
como la Jueza Pública Mixta Civil y Comercial, de la Familia, Niñez y Adolescencia, y de
Partido del Trabajo y Seguridad Social e Instrucción Penal Primera de Santiváñez, ambos
del departamento de Cochabamba, se niegan a conocer una demanda de acción negatoria y
5 reivindicación de inmueble; toda vez que, ambas autoridades jurisdiccionales se
inhibieron del conocimiento de la causa. En consecuencia, corresponde dilucidar cuál es la
autoridad competente para resolver la referida demanda de acción negatoria y de
reivindicación; para el efecto, se desarrollarán los siguientes temas: i) Competencia del
Tribunal Constitucional Plurinacional para conocer y resolver los conflictos de
competencias jurisdiccionales negativos; ii) Competencia de las y los jueces de la
jurisdicción ordinaria y agroambiental por razón de materia en las acciones reales sobre
bienes inmuebles urbanos y rurales; iii) Relacionamiento de la jurisdicción ordinaria con la
jurisdicción agroambiental en el marco de la función judicial única y complementariedad,
previo a suscitar los conflictos de competencias jurisdiccionales negativos; y, iv) Análisis
del caso concreto. III.1. Competencia del Tribunal Constitucional Plurinacional para
conocer y resolver los conflictos de competencias jurisdiccionales negativos El art. 120.I de
la CPE, señala: “Toda persona tiene derecho a ser oída por una autoridad jurisdiccional
competente, independiente e imparcial, y no podrá ser juzgada por comisiones especiales ni
sometida a otras autoridades jurisdiccionales que las establecidas con anterioridad al hecho
de la causa”. Ahora bien, debido a la pluralidad de jurisdicciones constitucionalmente
reconocidas conforme al art. 179.I de la Ley Fundamental, es posible que en el ejercicio de
la función judicial única se lleguen a suscitar conflictos de competencia entre la
jurisdicciones ordinaria, agroambiental e indígena originaria campesina; razón por la cual,
el constituyente y el legislador dispusieron previsiones para que sea la justicia
constitucional la que dirima estos conflictos, garantizando el elemento competencia del
derecho al juez natural. En ese sentido, el art. 196.I de la Norma Suprema, estipula que: “El
Tribunal Constitucional Plurinacional vela por la supremacía de la Constitución, ejerce el
control de constitucionalidad, y precautela el respeto y la vigencia de los derechos y las
garantías constitucionales”; en ese marco, el art. 202 de la citada Constitución en su
numeral 11, indica que el Tribunal Constitucional Plurinacional tiene la atribución de
conocer y resolver: “Los conflictos de competencia entre la jurisdicción indígena originaria
campesina y la jurisdicción ordinaria y agroambiental”. De igual manera, la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional, respecto a las atribuciones de este Órgano, en su art.
12, numeral 11, menciona que, conocerá y resolverá: “Los conflictos de competencia entre
la jurisdicción indígena originario campesina y las jurisdicciones ordinaria y
agroambiental”. 6 Por su parte, la Ley del Órgano Judicial, en su art. 14.I, señala que: “Los
conflictos de jurisdicción entre la ordinaria, agroambiental, especializada e indígena
originario campesino, se resolverán por el Tribunal Constitucional Plurinacional”. El
Código Procesal Constitucional, en sus arts. 100 a 103 regula el procedimiento para los
conflictos de competencias jurisdiccionales de carácter positivo, suscitados entre las
jurisdicciones indígena originaria campesina, ordinaria y agroambiental, estableciendo el
objeto, procedencia y el procedimiento ante el Tribunal Constitucional Plurinacional. Las
normas antes referidas desarrollan los conflictos positivos de competencia entre
jurisdicciones, más no así los conflictos en su vertiente negativa; sin embargo, este
Tribunal, a través de la SCP 1227/2012 de 7 de septiembre, precisó que: “…desde un punto
de vista procesal, el inicio del conflicto de competencias negativo, está dado por el
momento en el cual, la autoridad jurisdiccional a la cual, por declinatoria de competencia se
le reenvía el conocimiento de una causa, no se allane al conocimiento de la misma” (las
negrillas pertenecen al texto original). Consiguientemente, conforme a la normativa y
jurisprudencia glosadas, el Tribunal Constitucional Plurinacional es competente para
conocer el conflicto de competencias negativo, suscitado entre las diferentes jurisdicciones
que forman parte del Órgano Judicial. Dicho entendimiento se encuentra contenido en la
SCP 0015/2019 de 13 de marzo. III.2. Competencia de las y los jueces de la jurisdicción
ordinaria y agroambiental por razón de materia en las acciones reales sobre bienes
inmuebles urbanos y rurales El Tribunal Constitucional anterior, bajo la Constitución
Política del Estado abrogada y la Ley del Tribunal Constitucional, no tenía la atribución
para conocer los conflictos de competencias suscitados entre la judicatura agraria y la
ordinaria, no obstante, en su labor de resguardar derechos y garantías constitucionales, a
través de la acción de amparo constitucional, tuteló el elemento competencia del derecho al
juez natural. Así, a través de la SC 0362/2003-R de 25 de marzo1 , entendió como único
elemento 1El FJ. III.3, señaló que: “En la especie, ninguno de los Jueces recurridos -de
Instrucción y Partido, respectivamente repararon que conforme a los antecedentes que
informan el proceso interdicto, el inmueble cuya posesión estaba en conflicto, es rural, pues
si bien puede estar considerado por el Municipio de La Guardia dentro de sus planes y
proyectos la definición de área urbana, en la que estaría el bien litigioso, no es menos
evidente que la misma Alcaldía Municipal ha certificado que aún no cuenta con ninguna
Ordenanza Municipal debidamente homologada por Resolución Suprema que así lo
declare, en el marco de lo previsto por los arts. 8-III parte 6 LM, 31 del DS 24447
(Reglamento de la Ley de Participación Popular)”. 7 determinante de la competencia, a la
ubicación geográfica del inmueble; así, si el inmueble se encontraba en el área rural, debía
aplicarse la Ley del Servicio Nacional de Reforma Agraria; por el contrario, si el inmueble
se encontraba en el área urbana, debía aplicarse el Código Civil, con la aclaración, que la
ordenanza municipal que declaraba la zona como urbana, debía estar homologada por una
resolución suprema. El razonamiento señalado anteriormente, fue modulado por la SC
0378/2006-R de 18 de abril2 , en el entendido que, para determinar la competencia en las
acciones reales sobre bienes inmuebles urbanos y rurales objetos de litigio, además, de la
ubicación geográfica del bien inmueble, se debe tener en cuenta si la propiedad inmueble
está destinada al uso de vivienda, supuesto en el cual son aplicables las normas del Código
Civil y la competencia será de los jueces ordinarios; o si por el contrario, la propiedad
inmueble está destinada a la producción agrícola y/o pecuaria sujeta al régimen de la Ley
del Servicio Nacional de Reforma Agraria, en cuyo caso la competencia será de los jueces y
tribunales agrarios. Posteriormente, el actual Tribunal Constitucional Plurinacional, en el
ejercicio del control competencial emergente de un conflicto de competencias
jurisdiccionales entre la jurisdicción ordinaria y la jurisdicción agroambiental, a través de la
SCP 2140/2012 de 8 de noviembre3 , respecto al razonamiento citado precedentemente,
señaló 2El FJ. III.1, citó que: “Si bien es cierto que la delimitación de la competencia por
razón de materia en acciones reales sobre bienes inmuebles, de manera formal ha sido
definida a partir de la ubicación del inmueble objeto del litigio, sea en el área urbana o en el
área rural, aplicándose en el primer caso las normas de la jurisdicción ordinaria (Código
civil) y en el segundo las normas de la jurisdicción agraria (Ley del Servicio Nacional de
Reforma Agraria); no es menos evidente que materialmente dicha definición es de suyo
más compleja, puesto que dada la particularidad en la regulación del régimen del suelo y
subsuelo previstos en el art. 136 de la CPE y en especial lo previsto para la propiedad
agraria en el Régimen correspondiente (Título Tercero de la Parte Tercera de los
Regímenes Especiales de nuestra Constitución), exige que además se tomen en cuenta otros
elementos que son imprescindibles a la hora de determinar la jurisdicción aplicable,
partiendo de la premisa de que conforme con lo establecido por la Constitución, las tierras
son del dominio originario de la Nación y que corresponde al Estado la distribución,
reagrupamiento y redistribución de la propiedad agraria; que el trabajo es fuente
fundamental para la adquisición y conservación de la propiedad agraria; y la función social
que debe cumplir la propiedad agraria, por lo que el régimen legal de la tierra y en especial
la jurisdicción a aplicarse, no puede quedar librada única y exclusivamente a lo que
dispongan los Gobiernos Municipales en cuanto al uso del suelo y menos aún cambiar
automáticamente por el solo hecho de ampliarse la mancha urbana según lo que dispongan
los Gobiernos Municipales en sus respectivas Ordenanzas, máxime cuando a partir de la
vigencia de la Ley de Participación Popular y desde la perspectiva de éstos, el concepto de
propiedad urbana y propiedad rural ha dejado de tener vigencia, toda vez que la jurisdicción
municipal que daba origen a ese concepto se aplica a todo el territorio de la sección de
provincia, incluyendo o si se quiere fusionando lo urbano y lo rural”. 3El FJ. II.3, señaló
que: “Del razonamiento expuesto, se infiere que la definición de la jurisdicción por razón
de materia a aplicarse sobre las acciones reales de bienes inmuebles cuando se produce el
cambio de uso de suelo de propiedad rural a urbana, no puede quedar simplemente librada
exclusivamente a lo que dispongan los gobiernos municipales, sino también debe
considerarse otros elementos como el destino de la propiedad y de las actividades
desarrolladas; razonamiento que si bien fue efectuado por el extinto Tribunal
Constitucional; sin embargo, este resulta plenamente aplicable y coherente por cuanto no
contradice a los nuevos postulados de la actual Constitución Política del Estado cuando en
el art. 397.I establece que: ` El trabajo es la fuente fundamental para la adquisición y
conservación de la propiedad agraria. Las propiedades deberán cumplir con la función
social o con la función económica social para salvaguardar su derecho, de acuerdo a la
naturaleza de la propiedad´. En este sentido la función social está definida en el art. 397.II
de la Norma fundamental `…como el aprovechamiento sustentable de la tierra por parte de
pueblos y comunidades indígena originario campesinas, así como el que se realiza en
pequeñas propiedades, y constituye la fuente de subsistencia y bienestar y desarrollo
sociocultural de sus titulares. En el cumplimiento de la función social se reconocen las
normas propias de las comunidades´. Y la función económica social está definida a su vez
en el art. 397.III, la que deberá entenderse como `…el empleo sustentable de la tierra en el
desarrollo de actividades productivas, conforme a su capacidad de uso mayor, en beneficio
de la sociedad, del interés colectivo y de su propietario. La propiedad empresarial está
sujeta a revisión de acuerdo con la ley, para verificar el cumplimiento de la función 8 que,
si bien fue efectuado en vigencia de la Constitución abrogada; sin embargo, resulta
plenamente aplicable, por cuanto, no contradice a los nuevos postulados del art. 397 de la
CPE actual, cuando determina al trabajo como fuente fundamental para la adquisición y
conservación de la propiedad agraria y otros aspectos inherentes a la función económica
social (FES), concluyendo en su Fundamento Jurídico III.3 que: …tanto los jueces agrarios
(ahora agroambientales) como los ordinarios tienen competencia para conocer acciones
reales, personales y mixtas; pero la diferencia está en que los primeros conocen las
derivadas de la propiedad, posesión y actividad agraria, y en caso de producirse un cambio
de uso de suelo, para definir la jurisdicción que conocerá de estas acciones, no sólo se
considerará la ordenanza municipal que determine estos límites entre el área urbana y rural,
sino esencialmente, el destino de la propiedad y la naturaleza de la actividad que se
desarrolla” (las negrillas son agregadas). De lo señalado supra, es evidente que el
razonamiento desarrollado por la SC 0378/2006-R, permaneció de forma uniforme en toda
la jurisprudencia constitucional, hasta la actualidad y, en ese sentido, para definir qué
jurisdicción es competente, no sólo se considera si el inmueble se encuentra en área urbana
o rural, sino fundamentalmente, el destino de la propiedad y la naturaleza de la actividad
que se desarrolla. Si bien ese es el precedente aplicable a la generalidad de los casos, sin
embargo, la jurisprudencia constitucional contenida en la SCP 0015/2019, hizo referencia a
los supuestos: “en los cuales existe una causa principal que ha sido conocida por una u otra
jurisdicción y procesos posteriores emergentes o vinculados al cumplimiento de derechos u
obligaciones consolidados en el primer proceso (causa principal), en los cuales, por el
destino de la propiedad objeto del conflicto, la jurisdicción competente puede variar, con
relación a la causa principal”. Dicha Sentencia, determinó en su Fundamento Jurídico III.2,
que: …considerando los principios de celeridad, seguridad jurídica (art. 178 de la CPE),
eficacia, eficiencia, accesibilidad, verdad material (art. 180 de la CPE), integralidad e
inmediatez (art. 185 de la CPE), debe entenderse que la jurisdicción que conoció la causa
principal es competente para conocer los subsiguientes procesos; pues sólo de esa manera
es posible dar una solución integral al problema jurídico planteado y resuelto en el primer
proceso. Un entendimiento contrario, podría generar que existan razonamientos hasta
discrepantes en procesos que tienen como base un mismo problema jurídico, lo que
evidentemente ocasionaría inseguridad jurídica y restaría eficacia y eficiencia a la función
judicial. Consecuentemente, para determinar la competencia entre la jurisdicción ordinaria
y agroambiental, deben considerarse las siguientes reglas: económica y social´. De estos
preceptos constitucionales advertimos, que la propiedad agraria está siempre definida sobre
la base de criterios vinculados a la actividad que se desarrolla en la propiedad o en su caso
al destino que se le otorga”. 9 i) La ubicación geográfica del bien inmueble, urbana o rural,
no es esencial para determinar la competencia de las autoridades judiciales, sino,
fundamentalmente, el destino del inmueble y la naturaleza de la actividad que se desarrolla;
entendiéndose que si la propiedad inmueble está destinada al uso de vivienda, la
competencia será de las juezas y jueces ordinarios, en tanto que si la propiedad inmueble
está destinada a la producción agrícola y/o pecuaria, la competencia será de las autoridades
judiciales agroambientales; sin embargo, ii) Cuando los procesos emerjan o estén
vinculados al cumplimiento de derechos u obligaciones consolidadas por una sentencia
ejecutoriada pronunciada dentro de una primera causa, será competente la jurisdicción que
hubiere resuelto el primer proceso, aun el bien inmueble tenga una actividad o destino
diferente al que habilita su competencia bajo la regla establecida en el punto anterior (las
negrillas pertenecen al texto original). Entendimiento que, además, es coherente con el
valor complementariedad previsto en el art. 8 de la CPE, que contextualizado al ámbito
judicial, implica que en el ejercicio de la función judicial, las jurisdicciones deberán
relacionarse sobre la base del respeto mutuo entre ellas, para así, no obstaculizar, usurpar
competencias o impedir su labor de impartir justicia (art. 6 de la Ley de Organización
Judicial (LOJ). III.3. Relacionamiento de la jurisdicción ordinaria con la jurisdicción
agroambiental en el marco de la función judicial única y complementariedad, previo a
suscitar los conflictos de competencias jurisdiccionales negativos El modelo constitucional
boliviano, diseñó un sistema de justicia compuesto por una pluralidad de jurisdicciones,
todas cohesionadas por el principio de exclusividad jurisdiccional o función judicial única y
complementariedad, donde las jurisdicciones constitucionalmente reconocidas, están
obligadas a aunar los esfuerzos a los fines de acceso a la justicia y tutela judicial efectiva,
conforme se desarrollará en adelante. El art. 178.I. de la CPE, estipula que, la potestad de
impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta, en los principios de
independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad, celeridad,
gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad,
participación ciudadana, armonía social y respeto a los derechos. Seguidamente, el art.
178.I de la CPE, indica que: “La función judicial es única. La jurisdicción ordinaria se
ejerce por el Tribunal Supremo de Justicia, los tribunales departamentales de justicia, los
tribunales de sentencia y los jueces; la jurisdicción agroambiental por el Tribunal y jueces
agroambientales; la jurisdicción indígena originaria campesina se ejerce por sus propias
autoridades; existirán jurisdicciones especializadas reguladas por la ley”. 10 De la misma
forma que el citado texto constitucional, el art. 4.I de la LOJ, dispone que, la función
judicial es única en todo el territorio del Estado Plurinacional y se ejerce por medio del
Órgano Judicial a través de las jurisdicciones ordinaria, agroambiental, especiales e
indígena originaria campesina. Por su parte, el art. 6. de la LOJ, se encuentra dentro del
Capítulo I “Fundamentos y Principios”, mismo que hace referencia a la
complementariedad, en los siguientes términos: “En el ejercicio de la función judicial, las
jurisdicciones se relacionan sobre la base del respeto mutuo entre sí y no podrán
obstaculizar, usurpar competencias o impedir su labor de impartir justicia”. En esa línea, el
art. 29.I del mismo cuerpo normativo, refiere que la jurisdicción ordinaria se relaciona con
las otras jurisdicciones: “sobre la base de la coordinación y cooperación”. En el mismo
sentido, la aludida Ley en su art. 131.I, señala que la jurisdicción agroambiental se
relaciona con las otras jurisdicciones sobre la misma base de coordinación y cooperación.
De los preceptos antes referidos, corresponde precisar que nuestro sistema de justicia se
sustenta, entre otros principios, en los de función judicial única, complementariedad, y
pluralismo jurídico; en ese marco, todas las jurisdicciones que integran el Órgano Judicial,
tienen que relacionarse; por cuanto el mandato de coordinación y cooperación a los fines
del acceso a la justicia y tutela judicial efectiva, no es una cuestión únicamente reservada a
la jurisdicción indígena originaria campesina (IOC) o de ésta con las otras jurisdicciones,
sino que también se extiende a la jurisdicción ordinaria con la agroambiental o viceversa.
De acuerdo a lo señalado precedentemente, se debe concluir que, todas las jurisdicciones
constitucionalmente reconocidas, tienen el mandato de coordinar y cooperar con sus
semejantes, a los fines de garantizar el acceso a la justicia y tutela judicial efectiva,
apegadas al principio de celeridad. En mérito a lo anotado, corresponde que las autoridades
jurisdiccionales -de la jurisdicción ordinaria o agroambiental- antes de suscitar los
conflictos de competencia, negativos o positivos, se relacionen en el marco de la
coordinación, pudiendo, inclusive, realizar audiencias de inspección ocular de manera
conjunta, entre otras actuaciones pertinentes a fin de determinar los elementos objetivos o
materiales que permitan establecer con certeza qué jurisdicción es competente; actuaciones
que deben ser desarrolladas con celeridad y dentro de un plazo razonable. Así, sólo cuando
no sea posible determinar quién es la autoridad competente, corresponderá suscitar
inmediatamente el conflicto de competencias jurisdiccionales ante este Tribunal. 11
Entendimiento que ha sido desarrollado en la SCP 0015/2019. III.4. Análisis del caso
concreto El conflicto de competencias jurisdiccionales en cuestión, emerge de una demanda
de acción negatoria y de reivindicación interpuesta por Juan Tirado Jaldín en representación
de Manuel Cossio Mamani ante el Juzgado Agroambiental de Cochabamba contra María
Luz Marquina Grágeda, presuntos herederos de Javier Marquina Laime y Ana Grágeda de
Marquina y presuntos interesados, impetrando ante la autoridad jurisdiccional declare la
inexistencia del derecho propietario de los nombrados, sobre el lote de terreno de 1006.34
m2 , ubicado en la comunidad de Catachilla del municipio Santiváñez, provincia Capinota
del departamento de Cochabamba. El Juez Agroambiental de Sacaba en suplencia legal de
su similar de Cochabamba, mediante Auto de 20 de abril de 2018, cursante de fs. 228 a
229, se declaró sin competencia para el conocimiento de la causa, sostuvo que el inmueble
objeto de la demanda, si bien se encuentra en una zona rural poblada, fue construido con
destino habitacional, cuenta con varios ambientes, se halla plenamente cerrado, tiene
energía eléctrica y agua potable, además, en el mismo no se desarrolla actividad alguna de
agricultura, y la competencia entre las jurisdicciones agroambiental y la ordinaria civil, no
se determina únicamente por la ubicación de la propiedad, sino también por la actividad y
el uso a la que está destinada, entendiendo que si cumple la función agraria, pecuaria o
forestal, le corresponderá a la jurisdicción agroambiental, y si tiene como destino el uso
habitacional, ésta recaerá en la jurisdicción ordinaria civil, por tal motivo, declinó
competencia por razón de la materia al Juzgado Público Civil de la localidad de Santiváñez
del mismo departamento. La Jueza Pública Mixta Civil y Comercial, de la Familia, Niñez y
Adolescencia, y de Partido del Trabajo y Seguridad Social e Instrucción Penal Primera de
Santiváñez del departamento de Cochabamba, por Auto de 2 de mayo de 2018, cursante a
fs. 232 y vta., se declaró sin competencia para conocer la referida demanda de acción
negatoria y de reivindicación, fundamentando que por el principio de prevención, el juez
que conoce primero asume competencia por haberse anticipado en el conocimiento de la
causa y no puede eximirse del caso; y, el terreno en litigio se encuentra en área agrícola
conforme establece la Certificación URB. 088/2017, expedido por el Gobierno Autónomo
Municipal de Santiváñez del referido departamento, considerando además que la Sala Civil
y Comercial Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba por Auto de
Vista de 27 de octubre de 2015, anuló obrados dentro de un proceso ordinario por la
obligación de presentar cualquier demanda referida a ese terreno ante el Juez
Agroambiental del citado 12 departamento, por ser la autoridad competente para tramitar y
resolver la causa. Determinados los antecedentes anotados, se evidencia que existe un
conflicto negativo de competencias jurisdiccionales, por lo que, de acuerdo al Fundamento
Jurídico III.1 de esta Sentencia, se ingresará al análisis de fondo, para determinar qué
jurisdicción es competente para el conocimiento y resolución del caso. Ahora bien,
considerando los criterios para determinar la competencia de las jurisdicciones ordinaria y
agroambiental expuestos en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional, se tiene que, en la nueva demanda de acción negatoria y de
reivindicación de bien inmueble presentada ante el Juzgado Agroambiental de
Cochabamba, interpuesta por Juan Tirado Jardín en representación legal de Manuel Cossio
Mamani contra María Luz Marquina Grágeda, supuestos herederos de Javier Marquina
Laime y Ana Grágeda de Marquina, y presuntos interesados, respecto al lote de terreno de
1006.34 m2 , ubicado en la comunidad de Catachilla del municipio de Santiváñez,
provincia Capinota del departamento de Cochabamba, el citado Juez Agroambiental, a fin
de precisar cuál es el destino de la propiedad, determinó realizar la inspección judicial al
lugar del terreno, haciendo constar en Acta de 17 de abril de 2018 (fs. 227 y vta.), que el
predio se encuentra en la carretera principal que ingresa al municipio de Santiváñez,
observando que el mismo se encuentra amurallado con ladrillo de gambote, con dos puertas
metálicas de ingreso, una de garaje para el ingreso de vehículos y otra para el ingreso de
personas, en el interior de la propiedad existe un jardín con plantaciones ornamentales y
frutales de pacay, tunas y ciruela; asimismo, tres habitaciones construidas con material de
ladrillo y cemento con techo de teja “Duralit”, cuenta con energía eléctrica, agua potable
con dos piletas, lavandería y un depósito o tanque de agua en medio del jardín, haciendo
constar que el predio se encuentra en un lugar con varias construcciones de vivienda. En
este contexto, de los antecedentes se infiere que si bien de acuerdo a la Certificación URB.
088/2017 (fs. 216), emitida por el Responsable de Catastro y Urbanismo del Gobierno
Autónomo Municipal de Santibáñez, a solicitud de Manuel Cossio Mamani, el referido lote
de terreno de 1006.34 m2 , no se encuentran dentro del radio urbano de Santiváñez, sino en
zona rural del referido municipio; empero, de acuerdo al razonamiento desarrollado en el
Fundamento Jurídico III.3 de la presente Sentencia, este elemento no es el único que debe
considerarse para definir qué jurisdicción conocerá de una acción sobre bienes inmuebles,
pues, en todo caso corresponderá también analizar el destino de la propiedad y el tipo de
actividades desarrolladas en ella, concluyéndose que en el caso presente, conforme al Acta
de Inspección Ocular de 17 de abril de 2018, 13 el lote de terreno motivo del proceso de
acción negatoria y de reivindicación deducido por Juan Tirado Jaldín en representación
legal de Manuel Cossio Mamani, no está destinado al desarrollo de actividades agrarias o
pecuarias, sino a vivienda; por lo que, el citado proceso es de competencia de la
jurisdicción ordinaria. Por otra parte, la demanda descrita precedentemente, si bien versa
sobre una fracción del inmueble que fue motivo de la litis en un anterior proceso judicial, el
mismo fue anulado para que sea la jurisdicción agroambiental, la instancia que conozca la
causa por considerar que se encontraba en área agraria; sin embargo, de los antecedentes se
advierte que, no se trata del mismo proceso, tampoco emerge de dicha causa, menos está
vinculado al cumplimiento de derechos y obligaciones consolidadas por una primera
sentencia ejecutoriada, conforme lo determina la regla 2 del Fundamento Jurídico III.2 de la
SCP 0015/2019, citada en esta Sentencia; toda vez que, no se evidencia en obrados
constancia alguna que la demandante del anterior proceso anulado, hubiese interpuesto su
acción en la jurisdicción agroambiental. Por consiguiente, corresponde a este Tribunal
Constitucional Plurinacional, en aplicación del Fundamento Jurídico III.2 del presente fallo,
declarar competente a la Jueza Pública Mixta Civil y Comercial, de la Familia, Niñez y
Adolescencia, y de Partido del Trabajo y Seguridad Social e Instrucción Penal Primera de
Santiváñez del departamento de Cochabamba, para que sea esta autoridad quien conozca la
causa, y aplique al caso concreto las normas del régimen civil, garantizando así el derecho
de acceso a la justicia plural, pronta, oportuna y sin dilaciones, conforme establece el art.
115 de la CPE. POR TANTO El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Plena;
en virtud de la jurisdicción y competencia que le confieren los arts. 202.11 de la
Constitución Política del Estado; y, 28.I.10 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional, resuelve: 1° Declarar COMPETENTE a la Jueza Pública Mixta Civil y
Comercial, de la Familia, Niñez y Adolescencia, y de Partido del Trabajo y Seguridad
Social e Instrucción Penal Primera de Santiváñez del departamento de Cochabamba, para
que conozca la demanda de acción negatoria y de reivindicación deducida por Juan Tirado
Jaldín en representación legal de Manuel Cossio Mamani; y 2° Exhortar a las autoridades
judiciales a que, generen relaciones adecuadas de coordinación con la finalidad de
garantizar el acceso a la justicia y tutela judicial efectiva, apegadas al principio de
celeridad, a efecto que, antes de suscitar los conflictos de competencia, negativos o
positivos, se relacionen en 14 el marco de la coordinación, pudiendo, inclusive, realizar
audiencias de inspección ocular de manera conjunta. Regístrese, notifíquese y publíquese
en la Gaceta Constitucional Plurinacional. Se hace constar que el Magistrado, MSc. Carlos
Alberto Calderón Medrano es de Voto Disidente.
1. 1El FJ. III.3, señaló que: “En la especie, ninguno de los Jueces recurridos -de
Instrucción y Partido, respectivamente repararon que conforme a los antecedentes que
informan el proceso interdicto, el inmueble cuya posesión estaba en conflicto, es rural,
pues si bien puede estar considerado por el Municipio de La Guardia dentro de sus
planes y proyectos la definición de área urbana, en la que estaría el bien litigioso, no es
menos evidente que la misma Alcaldía Municipal ha certificado que aún no cuenta con
ninguna Ordenanza Municipal debidamente homologada por Resolución Suprema que
así lo declare, en el marco de lo previsto por los arts. 8-III parte 6 LM, 31 del DS 24447
(Reglamento de la Ley de Participación Popular)”.
2. 2El FJ. III.1, citó que: “Si bien es cierto que la delimitación de la competencia por
razón de materia en acciones reales sobre bienes inmuebles, de manera formal ha sido
definida a partir de la ubicación del inmueble objeto del litigio, sea en el área urbana o
en el área rural, aplicándose en el primer caso las normas de la jurisdicción ordinaria
(Código civil) y en el segundo las normas de la jurisdicción agraria (Ley del Servicio
Nacional de Reforma Agraria); no es menos evidente que materialmente dicha
definición es de suyo más compleja, puesto que dada la particularidad en la regulación
del régimen del suelo y subsuelo previstos en el art. 136 de la CPE y en especial lo
previsto para la propiedad agraria en el Régimen correspondiente (Título Tercero de la
Parte Tercera de los Regímenes Especiales de nuestra Constitución), exige que además
se tomen en cuenta otros elementos que son imprescindibles a la hora de determinar la
jurisdicción aplicable, partiendo de la premisa de que conforme con lo establecido por
la Constitución, las tierras son del dominio originario de la Nación y que corresponde al
Estado la distribución, reagrupamiento y redistribución de la propiedad agraria; que el
trabajo es fuente fundamental para la adquisición y conservación de la propiedad
agraria; y la función social que debe cumplir la propiedad agraria, por lo que el régimen
legal de la tierra y en especial la jurisdicción a aplicarse, no puede quedar librada única
y exclusivamente a lo que dispongan los Gobiernos Municipales en cuanto al uso del
suelo y menos aún cambiar automáticamente por el solo hecho de ampliarse la mancha
urbana según lo que dispongan los Gobiernos Municipales en sus respectivas
Ordenanzas, máxime cuando a partir de la vigencia de la Ley de Participación Popular y
desde la perspectiva de éstos, el concepto de propiedad urbana y propiedad rural ha
dejado de tener vigencia, toda vez que la jurisdicción municipal que daba origen a ese
concepto se aplica a todo el territorio de la sección de provincia, incluyendo o si se
quiere fusionando lo urbano y lo rural”. 3El FJ. II.3, señaló que: “Del razonamiento
expuesto, se infiere que la definición de la jurisdicción por razón de materia a aplicarse
sobre las acciones reales de bienes inmuebles cuando se produce el cambio de uso de
suelo de propiedad rural a urbana, no puede quedar simplemente librada exclusivamente
a lo que dispongan los gobiernos municipales, sino también debe considerarse otros
elementos como el destino de la propiedad y de las actividades desarrolladas;
razonamiento que si bien fue efectuado por el extinto Tribunal Constitucional; sin
embargo, este resulta plenamente aplicable y coherente por cuanto no contradice a los
nuevos postulados de la actual Constitución Política del Estado cuando en el art. 397.I
establece que: ` El trabajo es la fuente fundamental para la adquisición y conservación
de la propiedad agraria. Las propiedades deberán cumplir con la función social o con la
función económica social para salvaguardar su derecho, de acuerdo a la naturaleza de la
propiedad´. En este sentido la función social está definida en el art. 397.II de la Norma
fundamental `…como el aprovechamiento sustentable de la tierra por parte de pueblos y
comunidades indígena originario campesinas, así como el que se realiza en pequeñas
propiedades, y constituye la fuente de subsistencia y bienestar y desarrollo sociocultural
de sus titulares. En el cumplimiento de la función social se reconocen las normas
propias de las comunidades´. Y la función económica social está definida a su vez en el
art. 397.III, la que deberá entenderse como `…el empleo sustentable de la tierra en el
desarrollo de actividades productivas, conforme a su capacidad de uso mayor, en
beneficio de la sociedad, del interés colectivo y de su propietario. La propiedad
empresarial está sujeta a revisión de acuerdo con la ley, para verificar el cumplimiento
de la función económica y social´. De estos preceptos constitucionales advertimos, que
la propiedad agraria está siempre definida sobre la base de criterios vinculados a la
actividad que se desarrolla en la propiedad o en su caso al destino que se le otorga”.
3.

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