Fotosíntesis, rendimiento de grano y utilización de nitrógeno en
arroz y trigo
El arroz (Oryza sativa) y el trigo (Triticum aestivum)
son los dos cultivos más importantes
comercialmente, y representan más del 40% de la
producción mundial de alimentos. Fueron
domesticados en diferentes climas y difieren en gran
medida en sus entornos de crecimiento: el arroz se
cultiva tropicalmente en climas cálidos y húmedos,
mientras que el trigo tiende a cultivarse en climas
templados más fríos. Sin embargo, ambos cultivos
han sido criados en direcciones similares. Por
ejemplo, la introducción de rasgos semienanos en el
arroz y el trigo de variedades chinas y japonesas en
la década de 1960 hizo una gran contribución al
aumento del rendimiento en ambas especies (Evans,
1997). Dado que los cultivares semienanos pueden
usar grandes cantidades de fertilizante de nitrógeno
(N) sin alojamiento, la introducción de genes enanos
permitió la producción de variedades con alto
contenido de N en las hojas y mayor capacidad de
hundimiento. A su vez, los grandes aportes de N
fertilizante han llamado mucho la atención sobre el
impacto ambiental de las prácticas de fertilización
con N (Cassman et al., 1998). Por lo tanto, es
importante para nosotros aumentar el rendimiento
de grano al tiempo que limita el impacto ambiental
de la agricultura. Para lograr estos objetivos
conflictivos, primero debemos considerar la mejora
tanto de la fotosíntesis como del rendimiento de
grano para un contenido de N de cultivo dado. En
este artículo, revisaré brevemente el rendimiento y
el rendimiento fotosintéticos en arroz y trigo en
relación con la utilización de N.
HOJA DE FOTOSÍNTESIS
Fotosíntesis, biomasa y rendimiento en cultivos
Más del 90% de la biomasa del cultivo se deriva de
productos fotosintéticos. Por lo tanto, muchos
científicos de cultivos han creído que mejorar la
fotosíntesis al nivel de una sola hoja aumentaría los
rendimientos. Cuando se descubrió la fotosíntesis C4
en la década de 1960, esta expectativa aumentó. Por
ejemplo, las altas tasas de fotosíntesis C4 en el maíz
(Zea mays) y la caña de azúcar (Saccharum
officinarum) siempre se asociaron con una mayor
productividad que los cultivos C3. Por otro lado, se
ha observado con frecuencia una falta de correlación
entre la fotosíntesis y el rendimiento de la planta
cuando se comparan diferentes genotipos de un
cultivo (para trigo, Evans y Dunstone, 1970; para
arroz, Takano y Tsunoda, 1971). Esto también es
cierto porque los cultivares modernos se han criado
para diversos rasgos además de la fotosíntesis. Dado
que muchos estudios recientes sobre experimentos
elevados de [CO2] muestran una estrecha relación
entre la fotosíntesis mejorada, la biomasa y el
rendimiento, esto sugiere que aumentar la
fotosíntesis aumenta el rendimiento cuando no se
alteran otros factores genéticos (Long et al., 2006b).
Además, Murata (1981) revisó la relación entre la
fotosíntesis potencial de la hoja y la tasa máxima de
crecimiento de muchos cultivos y encontró una
correlación altamente positiva entre ellos. Esto
también indica que la fotosíntesis a nivel de una sola
hoja puede ser un factor importante para la
producción potencial de biomasa. Al mismo tiempo,
descubrió que el arroz y el trigo tenían mayor
fotosíntesis que otros cultivos C3.
Diferencia en las propiedades de Rubisco entre arroz
y trigo
Dado que la capacidad fotosintética está
estrechamente relacionada con el contenido de N de
la hoja, una fotosíntesis más alta en el arroz y el trigo
puede ser el resultado de la cría de cultivares con un
mayor contenido de N de la hoja dependiendo de la
fertilización con N abundante. Sin embargo, cuando

la fotosíntesis saturada de luz en el aire se representa
contra el contenido de N de la hoja (ambos
expresados por unidad de área de la hoja), existe una
gran variación entre las especies C3. Evans (1989)
descubrió que el arroz y el trigo muestran las tasas
más altas de fotosíntesis por unidad de contenido de
N de la hoja, hasta 10 veces más que algunos árboles
de hoja perenne (Fig. 1). Esta variación también es
evidente en los datos cuando se expresa sobre una
base de peso seco. Tales tasas más altas de
fotosíntesis en ambos cultivos pueden ser causadas
por una mayor asignación de N a Rubisco (Makino et
al., 1992) y una mayor conductancia del mesófilo
(von Caemmerer y Evans, 1991) en comparación con
otras plantas. Rubisco es la principal enzima de
fijación de CO2, y la cantidad y las propiedades
cinéticas de esta enzima afectan fuertemente la tasa
fotosintética. Además, Rubisco tiene una baja tasa
de catálisis y, por lo tanto, se invierte una gran
cantidad de N en la proteína Rubisco. Sin embargo,
tanto la cantidad como las propiedades de Rubisco y
la resistencia a la difusión de CO2 difieren mucho
entre el arroz y el trigo.
El arroz asigna del 25% al 30% de la hoja N a Rubisco
con mayor afinidad por el CO2 (20% menor Km por
CO2) que el trigo, mientras que el trigo asigna del
20% al 25% de la hoja N al Rubisco con mayor kcat
(50% más alto de Vmax para carboxilación) que el
arroz (Makino et al., 1988). La especificidad de CO2 /
O2 para la carboxilación y la oxigenación no difiere
entre las dos especies. La solubilidad del CO2 en el
agua disminuye a temperaturas más altas. Junto con
esto, los bajos niveles actuales de CO2 atmosférico
mejoran la fotorrespiración a temperaturas
elevadas. Por lo tanto, la presión de selección para
Rubisco con mayor afinidad por el CO2 puede
imponerse al arroz que se origina en regiones cálidas
y calientes. Por el contrario, dado que la solubilidad
del CO2 en el agua aumenta a bajas temperaturas, el
kisco de Rubisco puede ser más importante en el
trigo cultivado en ambientes frescos. Por lo tanto, los
Rubisco de ambas especies pueden haber
evolucionado para mejorar el rendimiento de la
planta en sus hábitats típicos, respectivamente. En
realidad, la fotosíntesis saturada de luz medida en los
niveles actuales de CO2 es más alta en arroz por
encima de 30 ° C, pero más alta en trigo por debajo
de 25 ° C cuando ambas especies tienen
concentraciones similares de N en las hojas (Nagai y
Makino, 2009). Dado que la diferencia en kcat entre
trigo y arroz es mayor que la diferencia en Km (CO2)
y dado que Rubisco limita fuertemente la fotosíntesis
a temperaturas frías (Makino y Sage, 2007), a
temperaturas frías, la tasa en trigo es
considerablemente más alta que en arroz.
No se ha encontrado variabilidad en las propiedades
cinéticas de Rubisco entre las variedades de arroz,
incluidas las variedades antiguas y modernas
(Makino et al., 1987). Se observó un kcat mayor
significativo solo para una variedad de genoma de
tipo C entre las especies de Oryza (Makino et al.,
1987), lo que sugiere que las propiedades cinéticas
de Rubisco no pueden ser objeto de cruces
convencionales entre cultivares. De manera similar,
en el género Triticum, la variación en el kcat para un
cultivar principal de trigo, T. aestivum, no es
significativa, mientras que hay algunas diferencias
correlacionadas con la constitución del genoma en
las especies Triticum y Aegilops (Evans y Austin,
1986). Además, Evans y Austin (1986) encontraron
que Rubisco de T. aestivum tiene un kcat más alto
que el de Triticum monococcum. Mayor kcat se
asoció con la posesión del genoma del citoplasma de
tipo B, que codifica la gran subunidad de Rubisco.
Aunque la subunidad grande está más conservada
que la pequeña, los resultados de Evans y Austin
sugieren que el gen RbcL puede ser el objetivo de una
mejora en la fotosíntesis. La tecnología reciente para
la transformación de plastidios, al menos con tabaco
(Nicotiana tabacum), permite una manipulación y
reemplazo más precisos de Rubisco. Por ejemplo, la
introducción de un gen en el cloroplasto que une las
subunidades grandes y pequeñas de Rubisco condujo
al ensamblaje exitoso de una nueva holoenzima
(Whitney et al., 2009). Tal transformación de
plastidios proporciona un tabaco transplastómico
con un Rubisco extraño con subunidades grandes y
pequeñas derivadas de diferentes plantas
superiores. Sin embargo, las técnicas de
transformación de plastidios aún no se han
desarrollado para las principales especies de cultivos,
incluidos el arroz y el trigo.
Diferencia en la difusión de CO2 en una hoja entre
arroz y trigo
El arroz y el trigo asignan diferentes cantidades de N
a Rubisco en respuesta a un suministro de N (Evans,
1989; Makino et al., 1992). Al aumentar el suministro
de N, el arroz asigna una proporción creciente de N a
Rubisco. Por el contrario, el trigo asigna una
proporción constante de N a Rubisco. Para mantener
el equilibrio entre las capacidades in vivo de Rubisco
y otros procesos fotosintéticos, puede ser necesario
un mayor aumento en el contenido de Rubisco en el
arroz para compensar los cambios en la
conductancia mesofílica (Evans y Terashima, 1988).
Se estima que la conductancia de mesófila en las
hojas disminuye la presión parcial de CO2 del
estroma en un 30% en general bajo condiciones de
alta irradiación (von Caemmerer y Evans, 1991).
Además, como resultado de esta resistencia a la
difusión de CO2, la disminución de la presión parcial
de CO2 del estroma se vuelve más severa al
aumentar el contenido de N de la hoja. En el trigo, se
observó un aumento exponencial en la actividad de
la anhidrasa carbónica al aumentar el contenido de
N en las hojas (Makino et al., 1992). Aunque hay poca
evidencia directa de la contribución de la anhidrasa
carbónica a la conductancia mesofílica, estas
respuestas diferenciales de Rubisco y anhidrasa
carbónica entre arroz y trigo podrían estar
relacionadas con el equilibrio in vivo entre Rubisco y
otros factores que limitan la fotosíntesis. La
conductancia del mesófilo también se ve afectada
por la permeabilidad de la membrana en función de
la densidad de aquaporina (Hanba et al., 2004).
Desafortunadamente, no hay datos disponibles
sobre la respuesta de este factor al contenido de N
en la hoja.
La conductancia mesófila está estrechamente
relacionada con el área superficial de los cloroplastos
expuestos a los espacios aéreos intercelulares (Evans
y Loreto, 2000; Terashima et al., 2006). El área de
superficie del cloroplasto depende en gran medida
del área total de células mesofílicas, y ambas son más
altas en el arroz que en el trigo. Por ejemplo, los
cloroplastos, incluidos los estromales, cubren más
del 95% de la periferia de las células mesofílicas en el
arroz (Sage y Sage, 2009), mientras que la superficie
expuesta del cloroplasto en el trigo se estimó en 76%
(Evans y Loreto, 2000). La proporción del área de
superficie total de la célula mesofílica al área de la
hoja en arroz varía de 23 a 44, mientras que los
valores en trigo están entre 8 y 24 (von Caemmerer
y Evans, 1991). En el arroz, tanto esta relación de
área como los espacios de aire intercelular aumentan
con la aplicación creciente de N (Chonan, 1970). De
acuerdo con estos datos anatómicos, la medición
directa de la conductancia del mesófilo utilizando la
discriminación de isótopos de carbono durante la
absorción de CO2 mostró que el arroz tenía una
conductancia mayor que el trigo, que aumentó con
el aumento del contenido de N en las hojas (von
Caemmerer y Evans, 1991). Además, las
mitocondrias y los peroxisomas están confinados en
las regiones interiores del citoplasma y encapsulados
por los cloroplastos y los estromulos en el arroz,
mientras que la gran vacuola en el trigo los presiona
contra la periferia celular (Sage y Sage, 2009). Por lo
tanto, las células de mesófila de arroz están
especializadas para maximizar tanto la difusión de
CO2 en el estroma como la refijación de CO2
fotorrespirado para prosperar en entornos cálidos
donde se estimula la fotorrespiración (Sage y Sage,
2009).
Mejoras en la fotosíntesis
Mejorar la fotosíntesis es de gran importancia
agronómica como la ruta más plausible hacia una
producción mejorada de biomasa. Aunque no se
observan diferencias genéticas en las propiedades de
Rubisco, recientemente se ha observado una gran
cantidad de variación aparentemente controlada
genéticamente en la conductancia estomática para
un contenido dado de N de la hoja o para una tasa
dada de fotosíntesis en cultivares de arroz (Hirasawa
et al., 2010). Dicha variación puede proporcionar un
punto de partida para los enfoques de mejoramiento
para mejorar la fotosíntesis. Mejorar la adaptación
fotosintética a las condiciones ambientales es
también otro objetivo agronómico. Por ejemplo, el
éxito de la extensión hacia el norte del cultivo de
arroz fue el resultado de la mejora genética de la
tolerancia fría (Nishiyama, 1993) y la pérdida de
sensibilidad al fotoperíodo (Izawa, 2007). No se ha
intentado adaptar la fotosíntesis potencial a
ambientes fríos. La eficiencia fotosintética y la
productividad de la biomasa en el arroz
disminuyeron en gran medida a temperaturas frías
(Nagai y Makino, 2009), y el rendimiento del arroz en
las regiones del norte de Japón está limitado por la
baja acumulación de biomasa en climas fríos entre la
primavera y principios del verano. Si un sistema
fotosintético de tipo trigo pudiera expresarse en el
arroz, la ganancia de carbono del dosel aumentaría
apreciablemente en climas fríos como las regiones
del norte de Japón y China. El reemplazo del trigo
Rubisco con una forma alta de kcat puede ser
efectivo. Como se describió anteriormente, dado
que el sistema fotosintético del arroz puede haber
evolucionado para adaptarse a ambientes cálidos y
calurosos, la ingeniería de la fotosíntesis C4 puede no
ser necesariamente adecuada en algunos puntos. El
arroz tiene un mayor contenido de Rubisco en la
forma de bajo Km (CO2) / bajo kcat (Makino et al.,
1988). Además, las células de mesófilo del arroz
están especializadas para eliminar eficazmente el
CO2 fotorrespirado (Sage and Sage, 2009). Estas
características son incompatibles con la ingeniería de
la fotosíntesis C4. Otra adaptación importante será
la concentración de CO2 atmosférico en constante
aumento. Elevar el CO2 puede ser más efectivo para
el trigo que para el arroz debido a la mayor forma de
Km (CO2) / alto kcat del trigo y la menor asignación
de N a Rubisco. Algunos experimentos con CO2
elevado muestran que la estimulación de la
fotosíntesis es mayor en el trigo que en el arroz (Long
et al., 2006a). Además, el contenido de Rubisco en
ambas especies excede el nivel necesario para la
fotosíntesis máxima en ambientes con [CO2] elevado
(para arroz, Makino et al., 1997; para trigo, Theobald
et al., 1998). Dado que se invierten grandes
cantidades de N en Rubisco, un intento de disminuir
la asignación de N a Rubisco puede conducir a una
mejora en la fotosíntesis por unidad de contenido de
N en la hoja. De hecho, el arroz RBCS antisentido con
un contenido de Rubisco teóricamente óptimo a
concentraciones elevadas de CO2 muestra tasas más
altas de fotosíntesis solo en condiciones de CO2
elevado (Makino et al., 1997). Esta construcción
puede ser uno de los cultivos modelo que se
desempeña mejor en condiciones de bajo aporte de
N en entornos próximos con alto contenido de CO2.
RENDIMIENTO DE LOS CULTIVOS
Los aumentos históricos en el rendimiento de
cereales han dependido de grandes aportes de
fertilizante N. El rendimiento del cereal está
determinado por el número de granos por unidad de
superficie, peso del grano y la proporción de granos
que se llenan. En el arroz, dado que el peso de un
solo grano es genéticamente constante,
independientemente de la aplicación de N y los
entornos de crecimiento (Yoshida, 1981), el
rendimiento se determina simplemente por el
producto de los dos elementos: el número de grano
y la proporción de granos llenos, ambos afectados
por N aplicación. Aunque con frecuencia se observa
una correlación negativa entre ellos cuando el
objetivo de rendimiento es alto (Matsushima, 1993),
en muchos casos el rendimiento del arroz está
limitado por el número de granos (Yoshida, 1981;
Yoshida et al., 2006). Por lo tanto, la cuestión
importante para lograr un alto rendimiento en arroz
es mejorar el número de granos con una alta
proporción de granos maduros. Sin embargo, en el
trigo, dado que el peso de un solo grano varía según
las condiciones de crecimiento, el rendimiento se ve
afectado tanto por el número como por el tamaño
del grano (Fisher et al., 1977; Jamieson et al., 1995).
Por lo tanto, los objetivos para un alto rendimiento
pueden ser más complicados en el trigo que en el
arroz.

El número de granos en ambos cultivos está

correlacionado linealmente con el contenido total de
N de la planta. Esto se debe a que el N es un recurso
importante, que limita el rendimiento y contribuye a
la determinación del número de granos (Sinclair y
Jamieson, 2006). Sin embargo, en el trigo, dado que
con frecuencia se observa una correlación negativa
entre el número y el tamaño del grano (Fisher et al.,
1977), la correlación entre el número de grano y la
acumulación total de N en el cultivo puede diferir
entre las variedades y las condiciones de
crecimiento. Por otro lado, se ha observado que la
correlación entre el número de grano y el N total en
el arroz es independiente de la variedad y las
condiciones de crecimiento (Wada y Matsushima,
1962; ver Fig. 2A). En el estudio de Wada y
Matsushima (1962), la absorción de N por las plantas
dependiendo de las condiciones de crecimiento
hasta el momento de la partida determinó el número
de granos, independientemente de la variedad. Sin
embargo, dado que estos resultados se basaron en
cultivares de arroz japonica y una variedad limitada
de condiciones de crecimiento, se ha prestado
atención a investigar si existen diferencias
genotípicas en el número de granos para una
acumulación de N dada (Horie et al., 1997).
Recientemente, Yoshida et al. (2006) informaron que
el número de grano por unidad de contenido de N de
la planta es claramente mayor en los genotipos de
arroz indica semienanos que en los genotipos de
arroz japonica. Dado que los genotipos de arroz
índico semienano tienden preferentemente a
diferenciar los granos en las ramas del raquis
secundario y terciario (Yoshida et al., 2006), estos
rasgos pueden estar gobernados por el alelo indica
Gn1 que aumenta el número de granos (Ashikari et
al., 2005). El alelo Gn1 de un genotipo de arroz índico
semienano aumenta el número de granos en más del
40% en un genotipo de arroz japonica. Además, la
introducción de rasgos semienanos en los genotipos
de arroz índica ha dado lugar a un éxito típico para
obtener un alto rendimiento. En los genotipos con un
gran sumidero de granos, la introducción del gen de
enanismo significa que los asimilados que antes se
necesitaban para el crecimiento del tallo se usan de
manera efectiva en el desarrollo de los granos. Por lo
tanto, tales genotipos semienanos pueden mostrar
un gran aumento en el índice de cosecha, definido
como la relación de la masa de grano con respecto a
la biomasa aérea total en la cosecha (Evans, 1997;
Sinclair, 1998)
Para los genotipos de arroz japonica, un nuevo tipo
de cultivar de gran rendimiento y gran grano se ha
lanzado Akita 63 (Mae et al., 2006). Si bien el número
de grano de este cultivar no difirió de los cultivares
japonica comunes en cualquier contenido de N de la
planta (Fig. 2A; como lo señalaron Wada y
Matsushima, 1962), el peso del grano individual fue
aproximadamente un 35% mayor. Dado que el peso
de un solo grano es genéticamente constante en el
arroz, un tamaño de grano tan grande sin reducir el
número de grano mejora directamente la capacidad
del sumidero, y la cantidad de N requerida para
lograr la capacidad del sumidero necesaria para un
alto rendimiento fue menor que en el cultivar
común. En consecuencia, este cultivar mostró un alto
rendimiento para un contenido dado de N de cultivo
(Fig. 2B).
Sin embargo, para estos cultivares de alto
rendimiento, con frecuencia se observa una
disminución en la proporción de granos llenos
cuando se cultiva con una fuerte aplicación de N
(Matsushima, 1993; Mae et al., 2006). Esto puede
deberse a que la capacidad de la fuente no se ha
mejorado, mientras que el sumidero de grano se ha
ampliado con éxito con la aplicación de N. Por
ejemplo, cuando se examinan las relaciones entre el
número de grano, la biomasa y el contenido de N del
cultivo en la cosecha, el número de grano aumenta
linealmente al aumentar el contenido total de N del
cultivo que pasa por el origen, mientras que la
biomasa total aumenta curvilíneamente (Fig.2). La
relación curvilínea en sí misma es causada
principalmente por la limitación del uso de la luz
debido a un exceso de área de la hoja que causa el
auto sombreado en condiciones de alta aplicación de
N. Sin embargo, los resultados en la Figura 2 indican
que la capacidad de la fuente limita el potencial de
rendimiento de los cultivares actuales de alto
rendimiento cuando el objetivo de rendimiento es
alto. Esto significa que una mejora adicional en la
capacidad del sumidero ya no es efectiva y la mejora
de la producción de fotosíntesis y biomasa es el único
objetivo restante para cualquier aumento adicional
en el potencial de rendimiento de los cultivares de
alto rendimiento de hoy.
La masa de grano en el arroz y el trigo modernos de
alto rendimiento ha alcanzado aproximadamente el
60% de la biomasa total sobre el suelo en la cosecha
(Evans, 1997; Long et al., 2006b; ver Akita 63 en la
Fig. 2, B y C). Este es el más alto en todos los cultivos
de cereales. Aunque no es evidente si es factible un
aumento adicional en el índice de cosecha (Miura et
al., 2010), mejorar sustancialmente el rendimiento
en ambos cultivos será difícil a menos que la
ingeniería genética mejore la capacidad de la fuente,
incluida la fotosíntesis. Además, dado que mejorar la
capacidad de la fuente podría conducir a una
disminución en la cantidad de N requerida para un
alto rendimiento, reducirá el impacto ambiental de
la agricultura