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DESVIACIONES DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA

EL DOGMATISMO

Durante siglos el estudio científico del desarrollo social y de los fenómenos políticos
fue prácticamente inexistente. Con el advenimiento y desarrollo del capitalismo y del
pensamiento burgués, se sientan las bases de la ciencia moderna y se logra el mayor avance
hasta antes de la aparición del marxismo en la comprensión de numerosos fen6menos,
desterrándose poco a poco y no sin grandes dificultades, las explicaciones metafísicas del
desarrollo de la naturaleza y de la sociedad.
La ciencia burguesa, sin embargo, no lleg6 concretamente a en' tender los problemas
políticos fundamentales, por ser incapaz de superar su contenido de clase y de escapar a
un dogmatismo que le impide ver la historia como una sucesión de formaciones sociales
regidas por ciertas leyes, comprender el papel de un modo de producción, la existencia de
clases sociales con posiciones e intereses antagónicos, el fenómeno de la explotación como
origen del capital y del capitalismo, el rol del Estado, y menos aún la solución de tales
cuestiones. Aun admitiendo el desarrollo y el cambio social, el pensamiento burgués se
volvió ahist6 rico y apologético al concebir al capitalismo como un sistema absoluto y
eterno, y al pretender dar a ciertos postulados y rasgos transitorios un valor permanente y
universal, como cuando establece que «el lucro es el móvil central de la actividad
humana», que «el hombre es el lobo del hombre».
Si bien el marxismo ayuda enormemente a comprender los fenómenos sociales, la simple
lectura o aun el estudio cuidadoso de los textos clásicos no basta para entender a fondo, y
menos aún para transformar la realidad concreta que nos rodea. Marx y Lenin, acaso como
nadie, fueron conscientes de ello, y recomendaban a sus compañeros de lucha conocer de
cerca los problemas reales y no tomar su análisis como un ejercicio académico sino
como una fase indispensable de la acción política, en la que una apreciación errónea
podía tener consecuencias prácticas funestas.
En México, donde la izquierda no ha sido hasta ahora capaz de construir un partido que
organice y dirija a los trabajadores de vanguardia y que cuente con el respaldo de la
clase obrera, el dogmatismo ha sido una grave desviación, a la que no son ajenos muchos
de los tropiezos de la lucha revolucionaria.
Nadie podría negar que la izquierda mexicana haya contado hasta hoy con un débil
apoyo de masas y ha estado muy dividida. Cierta mente, su atomización
parecería mas bien un signo de sectarismo que de dogmatismo, pero este suele
ser la fuente y el origen ideológico de aquel. Es más , al igual que otras
desviaciones, el dogmatismo no Sc presenta de ordinario en forma pura,
aisladamente; viene aparejado al espontaneísmo, al teori cismo o doctrinarismo,
al aventurerismo y desde luego, al sectarismo. Y precisamente cuando el
dogmatismo se hace acompañar de otras desviaciones resulta más peligroso y no
solamente determina el de bilitamiento y aun el estancamiento, sino aun lleva a
profundos e innecesarios desgarramientos e in cluso a la quiebra de una
organización política.

Que es el dogmatismo y que formas adopta


El dogmatismo, como desviación en la lucha revolucionaria, es una forma errónea
de actuar y de concebir el marxismo, el materialismo dialectico e histórico— o
sea la teoría revolucionaria, que atribuye a la realidad caracteres que
esta no tiene, que recoge de ellas aspectos fragmentarios o parciales
y (pie incluso pretende apresarla en rígidas formulas prefabricadas,
en concepciones formalistas, estáticas y supuestamente intocables,
inevitablemente llevan al absolutismo y acaban por convertir lo que es una doctrina
científica en una camisa de fuerza.

El dogmatismo suplanta el análisis de lo concreto con esquematizaciones y


generalizaciones superficiales, confunde las leyes que condicionan el desarrollo del
proceso social con aquellas que rigen los fenómenos naturales y no en tiende el
papel que, en su aplicación juegan la acción humana y la lucha revolucionaria.

A p e l a a l a a u t o r i d a d d e l o s textos clásicos del marxismo-leninismo como si se


tratara de obras sagradas y no de contribuciones científicas susceptibles de ser
estudiadas críticamente y de enriquecerse a partir del estudio creador de la
realidad.
Translada mecanicamente ciertas formulaciones de un contexto his torico a otro, sin
reparar en las diferencias de tiempo y espacio. Y a consecuencia de ello cae en posi -
ciones fetichistas que oscurecen y aun deforman los hechos, volviendo muy
dificil advertir las con tradicciones fundamentales y, más dificil aún, actuar
acertadamente sobre ellas.

No existe una forma de mani festación peculiar al dogmatismo. Sus


modalidades cambian de un país a otro y de un momento a otro. Los rasgos
que suelen caracterizar esta desviación son los si guientes:
· Confunde los objetivos de lar go plazo con los inmediatos, y las cuestiones
secundarias con las de principio;
· Menosprecia el trabajo práctico, la accion diaria y aun el análisis de las
condiciones concretas, por no comprender el verdadero papel de la teoría;
· Subestima las posibles aporta ciones burguesas, tan solo por ser tales —en
vez de enfrentarse críticam ente a ellas— y descalifica de ante mano a quienes
discrepen de ciertas posiciones;
· Sugiere que la vanguardia se hereda o se toma de los libros, en vez de
conquistarse en la lucha misma;
· Atribuye excesiva importancia a ciertas formas organizativas y tiende a considerar
que las masas, por el solo hecho de serlo, mantienen posiciones políticas avanzadas,
en vez de comprender que, sobre todo cuando sus luchas son espontaneas y no se
apoyan en un partido proletario, caen fácilmente bajo la influencia de la ideología burguesa;
· Confunde el centralismo democrático con la centralización autoritaria y
antidemocrática de los órganos y las facultades de decisión en los más altos niveles
de la India política, lo que con frecuencia se traduce en acuerdos arbitrarios que se
imponen de arriba abajo, que afectan injusta y gravemente los intereses y los derechos de
los afectados y que entorpecen y hacen mas difícil la lucha revolucionaria.
· Cae en la ilusión pequeñoburguesa de que las masas pueden ser ganadas fácilmente
y desde fuera del movimiento obrero, a una posición revolucionaria, y en vez de estimar
en sus organizaciones c incluso en el partido del proletariado una genuina vida
democrática, promueve la burocracia;
· Teme a la discusión y a la confrontación honrada y franca de opiniones y aun de
discrepancias sobre cuestiones fundamentales; impone los criterios de los dirigentes sin un
serio examen y como Si fuesen infalibles, y proscribe, en la práctica, la crítica y la
autocritica sustituyéndolas por un burdo remedo de las mismas, que vuelve
imposible determinar las cansas de múltiples problemas así como descubrir y superar los
obstáculos que impide resolverlos;
· Se muestra incapaz de advertir y de corregir los errores propios, exagera los ajenos,
y atribuye con ligereza y aun mala fe, a las organizaciones y personas con las que se
discrepa, posiciones que no son sostenidas por ellas;
· En fin, ve en el socialismo una especie de paraíso, de mundo cerrado y sin
contradicciones, más que una formación social históricamente suprior al capitalismo y,
a la que solo puede llegarse con base en una es trategia revolucionaria que descanse
a su vez en la aplicación creadora de la teoría de la revolución, a una realidad concreta.

Se comprenderá, ahora mejor porque el dogmatismo suele causar estragos en la izquierda y


aun pulverizar y destruir esfuerzos que ha tornado años desplegar y sostener. De ahí
la importancia política de saber descubrirlo y de combatirlo resueltamente.

Como combatir el dogmatismo

Es difícil encontrar, en el seno de la izquierda, a alguien que no haya caído en


posiciones dogmaticas en alguna ocasión. Aun en casos en que resulta difícil advertir la
desviación, esta suele estar presente, y por tanto hacer daño en la práctica. Por eso,
para enfrenarse a ella con éxito se requiere, mas que considerarla como un enemigo al
que deba asestarse un solo y certero golpe, concebirla como una actividad cotidiana,
que se realice sistemática y disciplinadamente incluso en las condiciones mas difíciles. 0
en otro sentido, supone no tanto reparar en las palabras sino en los hechos, en las formas
concretas en que se realiza la lucha política y en que se tratan, desde los problemas más
graves hasta los más sencillos. Y al margen de las formas que adopte la lucha, lo que
debe entenderse es que, pocas cosas son tan importantes para atraer a la causa de
la revolución a los trabajadores, como librarse de una actitud dogmatica y pontifical,
que por sí sola los aísla y los hace, explicablemente, desconfiar de quienes se dicen sus
aliados y defensores.
Por desgracia no existe una formula ya hecha con base en la cual puedan combatirse esta y
otras desviaciones. En la lucha política no hay formulas ni recetas de las que pueda echarse
mano para resolver un problema. Sabedores de ello, y de que cualquiera que sean el
método y el camino que se elija la tarea de qué hablamos no es sencilla, creemos que
tampoco es imposible y que, sin duda hay ciertas acciones que pueden contribuir
decisivamente a superar el dogmatismo. Algunas de ellas son las siguientes:
· Estudiar seriamente y dando el justo peso a las coincidencias y discrepancias con otros
grupos u organizaciones de izquierda;
· Cuidarse de no emitir opiniones ligeras y aun irresponsables sobre otros grupos o
personas de izquierda —a veces puramente emocionales y fruto de resentimientos
personales pues tales actitudes solo contribuyen a agudizar problemas y a ahondar di-
ferencias;
· Aceptar la discusión de tales diferencias, siempre y cuando el debate se lleve a
efecto con seriedad, limpia y aun escrupulosamente, y después de haber establecido con
claridad y precisión lo que ha de examinarse y los métodos, condiciones y propósitos
del cotejo de opiniones; y esti mular al máximo la crítica y la auto critica
genuinas y realmente revolucionarias;
· Consientes de que no pocas derrotas sufridas par la izquierda me xicana
obedecen en buena parte al desconocimiento de nuestra propia realidad, promover
y organizar el estudio sistemático —no esquemático y libresco—, de esa realidad;
· Acercarse, sin perjuicio ' de estudiar constantemente la teoría revo lucionaria,
a los trabajadores y sus problemas; tratar de aprender de ellos y de avanzar con
su ayuda en la forja de un programa socialista, que sea la alternativa
revolucionaria a las posiciones burguesas y pequeñoburguesas que utópicamente
pretenden resolver los más graves problemas a través de re formas más o menos
inocuas, en el marco del capitalismo monopolista Estado;
· Avanzar, sobre todo, en la tarea histórica de construir el partido del
proletariado, de combatir los pre juicios y desviaciones de origen principalmente
pequeñoburgués presentes en la izquierda mexicana, y de incorpo rar
crecientemente a los trabajadores, a las organizaciones políticas, a fin de que sean
ellos quienes se coloquen a la vanguardia y ejerzan la dirección en la lucha
revolucionaria.

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