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Sistemas de Protección a los derechos humanos de

las mujeres

En esta lectura realizaremos un recorrido sobre los sistemas de protección internacional (ONU)
e interamericano de los derechos humanos de las mujeres y su interrelación con los
mecanismos adoptados por los Estados nacionales. A su vez, veremos cómo el reconocimiento
y trabajo en el ámbito internacional sobre los derechos humanos de las mujeres estuvo y está
vinculado con los esfuerzos de trabajo teórico-político del movimiento feminista.

Sistema Internacional. Derechos humanos de las mujeres.

Sistema Interamericano. Derecho de la mujer a una vida libre de violencia

Referencias
LECCIÓN 1 de 3

Sistema Internacional. Derechos humanos de las


mujeres.

Sistema Internacional. Derechos humanos de las mujeres. ONU.


Convenciones, declaraciones y conferencias mundiales de la mujer

El sistema internacional de derechos humanos se funda luego de la Segunda Guerra Mundial, a través de la
Carta de la Naciones Unidas (1945) y la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos
(1948). Estos instrumentos jurídicos de derechos humanos establecen el punto de partida del
reconocimiento de la igualdad entre los seres humanos, así como la idea de universalidad de los derechos
humanos, es decir que el goce, ejercicio y titularidad de estos derechos no pueden ser negados por razones
de discriminación (sexo, raza, etnia, etc.).

En el marco del desarrollo de los sistemas y mecanismos de protección de los derechos humanos, la
presencia del movimiento feminista en la ONU se constituyó en un escenario de lucha por el reconocimiento
de los derechos humanos de las mujeres. De allí surgió la exigencia de una atención especial a la demandas
de las mujeres, que resultó en la creación de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, a
través del Consejo Económico y Social (ECOSOC) (1946), la cual se dedica de manera exclusiva al análisis
de la condición de la mujer en el mundo; se elaboran informes sobre la promoción de los derechos de las
mujeres y el impacto de su participación e inclusión (o exclusión) de diversos espacios sociales como la
economía, la política, la educación y el entramado de la vida social. La primera Conferencia Mundial sobre la
Mujer tuvo lugar en México en 1975 y fue una precuela para la posterior sanción de la Convención sobre la
Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, conocida por sus siglas en inglés como
CEDAW, en 1979. La Conferencia de México se dio en lo que se llamó el Año Internacional de la Mujer y
marcó un punto de inflexión en el ámbito internacional de los derechos humanos, pues se consideró a las
mujeres como actoras en el ámbito internacional por la defensa de sus derechos y no como meras
receptoras de políticas públicas para su protección. Sin embargo, a esta altura todavía no se habla de la
violación a los derechos de las mujeres como violación a los derechos humanos. La Conferencia desarrolló
tres objetivos prioritarios:

igualdad de la mujer;

desarrollo;

paz.

Se inauguró, con posterioridad a la Conferencia de México, el llamado Decenio de la Mujer (1975/1985), a


través del plan de acción decenal aprobado por la conferencia y que tendía al compromiso de los Estados en
la consecución de metas que implicaban garantizar el acceso igualitario de las mujeres a los ámbitos
educativos, laborales, políticos, de accesibilidad al sistema de salud, vivienda, alimentación, etcétera, con
relación a los hombres.

En paralelo al desarrollo de la Conferencia de México, se realizó el Foro de Organizaciones No


Gubernamentales (ONG) que se encontraban involucradas en la temática. La celebración de los foros de
ONG paralelos a las Conferencias de la Mujer se dio igualmente en las tres conferencias restantes y
significó “la base para el establecimiento de redes entre organizaciones de mujeres a nivel mundial y
proyectos para la eliminación de la discriminación y subordinación de género” (Articulación Regional
Feminista, 2009, http://www.bivica.org/upload/proteccion-mujeres- violencia.pdf).

La segunda Conferencia Mundial de la Mujer aconteció en Copenhague en 1980, un año después de que se
sancionará la CEDAW, que como hemos visto en otras lecturas “reconoce explícitamente que "las mujeres
siguen siendo objeto de importantes discriminaciones" y subraya que esa discriminación viola los principios
de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana" (UN-CEDAW, 1979, https://goo.gl/irxmPB) y
busca reforzar el pleno desarrollo humano de las mujeres, modificando las estructuras sociales, históricas y
culturales que a través de la desigualdad de género lesionan el acceso igualitario al goce de derechos civiles
y libertades individuales. Así lo expresa la Convención en su preámbulo: “reconociendo que para lograr la
plena igualdad entre el hombre y la mujer es necesario modificar el papel tradicional tanto del hombre como
de la mujer en la sociedad y en la familia” (UN-CEDAW, 1979, https://goo.gl/irxmPB).
Volvemos entonces a la Conferencia de Copenhague, en ella se buscó dar cuenta de las dificultades para
llevar adelante el plan de acción aprobado en la conferencia anterior. Se buscó resaltar el escaso
compromiso de los Estados en la superación de las situaciones de desigualdad a las que son sometidas las
mujeres en los diversos ámbitos de la vida.

La Conferencia denotó la brecha que existía (y que existe actualmente) entre el reconocimiento formal de
derechos y su cumplimiento material, es decir, lo que acontece en el campo de lo real.

Definió tres objetivos que giraron en torno a:

empleo;

salud;

educación.

El programa de acción que se aprobó hacía un llamado a favor de adoptar medidas


nacionales más firmes para garantizar la apropiación y el control de la propiedad por parte
de las mujeres, así como a introducir mejoras en el ámbito de la protección de los
derechos de herencia, de custodia de los hijos y de nacionalidad de la mujer. (ONU, 2017,
https://goo.gl/zCe4Dd).

La tercera Conferencia Mundial de la Mujer se desarrolló en Nairobi, en el año 1985, con la finalización del
llamado decenio de la mujer que había iniciado en 1975. Dicha Conferencia estableció recomendaciones a
los Estados para finalizar con las prácticas discriminatorias contra la mujer que fueron plasmadas en un
documento llamado Estrategias de Nairobi y que giró en torno a derechos jurídicos, sociales y de ciudadanía
que se definían como:
Igualdad de derechos para las mujeres, abolición de la esclavitud y la prostitución,
establecimiento de una edad legal mínima para el matrimonio y castigo por el infanticidio
femenino. Acceso para todas las mujeres a licencia de maternidad, atención de la salud
materna, planificación de la familia, nutrición y educación, aumento de los presupuestos
de salud nacionales. Incremento del porcentaje de mujeres en política y en posiciones
administrativas, aprobación de leyes para prevenir la violencia contra la mujer y eliminación
de la mutilación genital femenina. (Articulación Regional Feminista, 2009,
http://www.bivica.org/upload/proteccion-mujeres- violencia.pdf).

Previo a la cuarta Conferencia de la Mujer, en diciembre de 1993, durante la 85° Sesión Parlamentaria de la
Asamblea General de la ONU, se aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Hasta este momento, la temática sobre la violencia contra la mujer giraba en torno a la violencia en el ámbito
familiar, pues era la más visible. La adopción de la Declaración significó la delineación de la problemática
como violación a los derechos humanos de las mujeres. Retomó el trabajo plasmado en las Estrategias de
Nairobi, y mencionó su preocupación sobre la toleración por parte de los Estados y de la sociedad en general
de la sistemática violencia contra las mujeres como aceptada y naturalizada, a esto refiere en su preámbulo
cuando expresa y afirma lo siguiente:

Preocupada porque la violencia contra la mujer constituye un obstáculo no sólo para el


logro de la igualdad, el desarrollo y la paz, tal como se reconoce en las Estrategias de
Nairobi orientadas hacia el futuro para el adelanto de la mujer, en las que se recomendó un
conjunto de medidas encaminadas a combatir la violencia contra la mujer, sino también
para la plena aplicación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer…

Afirmando que la violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos
humanos y las libertades fundamentales e impide total o parcialmente a la mujer gozar de
dichos derechos y libertades, y preocupada por el descuido de larga data de la protección y

fomento de esos derechos y libertades en casos de violencia contra la mujer…1


[1] Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. (1993). Organización de

Naciones Unidas. Recuperado de

http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/ViolenceAgainstWomen.aspx

La Declaración también reconoce que la violencia contra las mujeres es la manifestación de relaciones
(históricamente) desiguales de poder entre hombre y mujeres, y un sistemático mecanismo de imposición
de una situación de subordinación de las mujeres, ejercida mayoritariamente por los hombres.

La Cuarta Conferencia de la Mujer tuvo lugar dos años después de la adopción de la Declaración, en Beijing,
en el año 1995. Esta se convertirá en la Conferencia más destacada y con mayor impacto mundial.

Si bien en las anteriores conferencias se hablaba de las condiciones culturales e históricas de la


desigualdad entre hombres y mujeres, es en Beijing donde irrumpe en el desarrollo de la conferencia ya no
solo el discurso sobre las mujeres, sino también sobre el concepto de género. Supuso incorporar la mirada
sobre las situaciones a analizar, teniendo en cuenta los roles social, histórica y culturalmente asumidos para
las mujeres y los hombres en la política, la economía, la sociedad y en los diversos aspectos de las
relaciones humanas.

De la Conferencia de Beijing surgió una Declaración en la que, entre otras cosas, los Estados reconocieron
que los derechos de las mujeres son derechos humanos y elaboraron una Plataforma de Acción Mundial que
propone doce puntos de trabajo de especial consideración:

1. La mujer y la pobreza.

2. Educación y capacitación de la mujer.

3. La mujer y la salud.

4. La violencia contra la mujer.

5. La mujer y los conflictos armados.

6. La mujer y la economía.
7. La mujer en el ejercicio del poder y la adopción de decisiones.

8. Mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer.

9. Los derechos humanos de la mujer.

10. La mujer y los medios de difusión.

11. La mujer y el medio ambiente.

12. La niña. (ONU, 1995, https://goo.gl/TawLBK).

Es importante destacar que esta Conferencia se alejó del concepto


universal de mujer y dio lugar al reconocimiento de la diversidad de
mujeres y de la complejidad de las situaciones de vulneración de
derechos por las que atraviesan.

Lo que más interesa destacar aquí, es la enorme implicación que se reclama desde la
Plataforma a los Estados para que la igualdad entre mujeres y hombres sea una realidad.
Aparecen con fuerza en la esfera internacional dos conceptos a tener en cuenta el
concepto de género que ya hemos comentado antes y el concepto de mainstreaming o
transversalidad del enfoque de género. Esto implica repensar la vida social, económica,
laboral, familiar, la salud y por supuesto el poder y la política, desde la perspectiva de
género, analizando y valorando las distintas   implicaciones de hombres y mujeres en
cualquier faceta del desarrollo humano. (Universidad Veracruzana, 2014,
https://goo.gl/UeaDKc).
Después de Beijing se han adoptado exámenes y evaluaciones quinquenales para determinar el
cumplimiento de los Estados a los compromisos asumidos en la Declaración y en el trabajo sobre los puntos
críticos expresados en la Plataforma de Acción.
LECCIÓN 2 de 3

Sistema Interamericano. Derecho de la mujer a una


vida libre de violencia

Otro sistema que incluye medidas de promoción y protección de los derechos de la mujer, en este caso a
una vida libre de violencia, está dado por el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

El Sistema Interamericano se da en el marco de la Organización de Estados de la OEA (Organización de


Estados Americanos - Organización Intergubernamental para los Estados con base en las Américas), a
través de la suscripción de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948) y del
Pacto de San José de Costa Rica (1969), el cual entra en vigencia en el año 1978 y pone en funcionamiento
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (1981). Junto a la Corte se integran otros organismos de
protección de los derechos humanos: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la
Comisión Interamericana de Mujeres. Estos organismos velan por el cumplimiento de los Pactos y
Convenios de derechos humanos suscriptos en el marco de la región interamericana; uno de ellos es la
Convención de Belém do Pará (1994).

El sometimiento por parte de los Estados a las decisiones, recomendaciones y protocolos facultativos de la
Corte, la Comisión y las Comisiones de seguimiento de los tratados suscriptos deviene obligatorio por la
ratificación del Pacto de San José de Costa Rica y demás tratados.

La particularidad que tiene el Sistema Interamericano es que lxs


ciudadanxs individuales de los Estados no litigian personalmente en la
Corte, pues lo que la Corte condena es a los Estados miembros por el
incumplimiento de los tratados y pactos y el consecuente perjuicio
para alguno de sus ciudadanos. La CIDH (Comisión) recibe las
denuncias contra los Estados y decide si eleva o no el caso a la Corte
Interamericana.

Toda esta información nos sirve para comprender en qué sistema está emplaza la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer o Convención de Belem do
Pará que analizamos en la lectura anterior. Y para comprender qué organismos internacionales tienen
competencia para velar por su cumplimiento (entre los que vimos, verificar la adecuación de las normas
locales de los Estados partes a las recomendaciones y directivas establecidas en la Convención).

La primera condena que la Corte Interamericana de Derechos Humanos impuso a un Estado por el
incumplimiento de las instrucciones de la Convención de Belém do Pará fue al Estado de Brasil, en el caso
María da Phena vs. Brasil:

En 1983 María da Penha, brasileña, biofarmacéutica, fue víctima de doble intento de


homicidio por su entonces marido y padre de sus 3 hijas, dentro de su casa, en Fortaleza,
Ceará. El agresor, Marco Antonio Heredia Viveiros, colombiano naturalizado brasileño,
economista y profesor universitario, le disparó por la espalda mientras ella dormía,
causándole paraplejia irreversible, entre otros graves daños a su salud. En ocasión
posterior, intentó electrocutarla en el baño. Hasta 1998, más de 15 años después del
crimen, pese haber dos condenas por el Tribunal de Jurados de Ceará (1991 y 1996), aún
no había una decisión definitiva en el proceso y el agresor permanecía en libertad, razón
por la cual Maria da Penha, CEJIL y CLADEM enviaron el caso a la CIDH/OEA. El Estado no
respondió a la petición y permaneció silencioso durante todo el procedimiento.

En 2001, la CIDH responsabilizó al Estado por omisión, negligencia y tolerancia en relación


con la violencia doméstica contra las mujeres brasileñas. Consideró que en este caso se
daban las condiciones de violencia doméstica y de tolerancia por el Estado definidas en la
Convención de Belém do Pará y que existía responsabilidad por la falta de cumplimiento a
los deberes del art. 7(b), (d), (e) (f) y (g), en relación con los derechos por ella protegidos,
entre los cuales, a una vida libre de violencia (art. 3), a que se respete su vida, integridad
física, psíquica y moral y seguridad personal; dignidad personal, igual protección ante la ley
y de la ley; y a un recurso sencillo y rápido ante los tribunales competentes, que la
amparara contra actos que violaran sus derechos (art. 4 (a), (b), (c ) (d), (e), (f) y (g)).
Consideró violados los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial de los
arts. 8 y 25 de la Convención Americana, en conexión con la obligación de respetar y
garantizar los derechos, prevista en su art. 1(1), debido a la dilación injustificada y
tramitación negligente del caso. (CLADEM, 2017, https://goo.gl/ifvjr1).

Con la condena al Estado de Brasil, las disposiciones y compromisos asumidos en la Plataforma de Acción
de Beijing y la obligatoriedad de observancia de los Tratados de Derechos Humanos suscriptos por los
Estados, con una trasversalización del género (gender mainstreaming), se ha dado lentamente un proceso
en la región que involucra la sanción de normativas locales que recepten las establecidas en la Convención.

Adecuar la normativa local al espíritu de la Convención y demás tratados (que en Argentina tienen jerarquía
constitucional) no implica solamente la sanción de leyes para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra la mujer, sino que requiere de otro cúmulo de legislaciones y políticas públicas que los Estados deben
implementar para fomentar la igualdad de género en el ámbito laboral, educativo, del sistema de salud, en el
campo económico, político y social.

Argentina sanciona, como vimos en la lectura anterior, la Ley de Protección Integral 26.485 (2009), la que a
su vez dialoga con modificaciones al Código Penal como el cambio de la denominación de la violencia
sexual de delitos contra el honor y la honra a delitos contra la integridad sexual (1999), se incorpora la
agravante al homicidio por razones de género, por el hecho de ser mujer o cuando exista relación de
violencia de género previa (2012), clasificada como femicidio.

Podemos también destacar otras leyes que tienen como finalidad la protección, promoción y garantía de los
derechos de la mujer, como ser:

Ley de Cupo o Cuotas: a los fines del fomento y promoción de la circulación de mujer en el
espacio público y político, en 1991, se sanciona la Ley de Cupo que modifica el articulado del
Código Electoral, la cual obliga a los partidos políticos a cumplir el llenado de sus listas de
candidaturas con un 30 % de mujeres. Hoy se está discutiendo aumentar la cuota a un 50 %.
Ley de Fertilización Asistida: esta legislación busca garantizar el goce y titularidad de los
derechos de toda persona a la paternidad/maternidad y a formar una familia, de manera
igualitaria e inclusiva. La Ley   establece que tienen derecho a las prestaciones de
reproducción médicamente asistida todas las personas, mayores de edad, sin

discriminación o exclusión de acuerdo a su orientación sexual o


estado civil. Esto también implica mencionar a la clase y situación
económica, pues hoy es una prestación obligatoria, un proceso
médico que antes, para muchas personas, era inalcanzable.

Leyes de respeto a los derechos sexuales y reproductivos: veremos con mayor profundidad
los alcances de estas legislaciones en la unidad 4, basta ahora con mencionarlas: Ley de
Salud Sexual y Procreación Responsable, Ley de Anticoncepción Quirúrgica o el Programa
Nacional de Salud Sexual.

 
LECCIÓN 3 de 3

Referencias

Articulación Regional Feminista por los derecho humanos y la justicia de género / Coordinadora de la Mujer
(2009). Instrumentos internacionales y regionales de protección a las mujeres contra la violencia. Bullaín, M.
J. (Comp.) La Paz. Recuperado de http://www.bivica.org/upload/proteccion- mujeres-violencia.pdf

Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM). (2017) Caso
Maria Da Penha. Recuperado de https://www.cladem.org/es/espanol/64-que-hacemos/estrategias-de-
accion/litigio/litigios-internacionales/litigios-internacionales-oea/171-caso- maria-da-penha-brasil-violencia-
domestica-contra-las-mujeres.

Convención sobre la Eliminación de todas las forma de Discriminación contra la Mujer (UN-CEDAW).
(1979). Organización de Naciones Unidas. Recuperado de:
http://www.un.org/womenwatch/daw/cedaw/text/sconvention.htm

Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. (1993). Organización de Naciones Unidas.
Recuperado de http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/ViolenceAgainstWo men.aspx

Organización de Naciones Unidas. (2017). Conferencias mundiales sobre la mujer. Recuperado de


http://www.unwomen.org/es/how-we- work/intergovernmental-support/world-conferences-on-
women#copenhagen.

Organización de Naciones Unidas. (1995). Plataforma de Acción de Beijing. Recuperado de


http://www.un.org/womenwatch/daw/beijing/pdf/BDPfA%20S.pdf

Universidad Veracruzana. (2014). Informe sobre las cuatro conferencias mundiales de la mujer.
Recuperado de https://www.uv.mx/uge/files/2014/05/Las-Cuatro-Conferencias- Mundiales-sobre-la-Mujer-
Mexico-Copenhague-Nairobi-y-Beijin.pdf

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