HECHO EN MÉXICO

Edmundo Jesus Hernandez Hernandez 4°F

El documental de “HECHO EN México” nos muestra un panorama de lo que es nuestras

tradiciones, música y cultura a través de una riqueza visual sobre los mexicanos; en
donde se hace un recorrido no sólo visual de numerosos lugares e historias de nuestro
país, sino también un recorrido musical en el cual se plasma una extensa recopilación de
melodías mexicanas, otro de los temas que aborda es el papel de las mujeres en la
sociedad, donde, a pesar de que aún hay machismo, paulatinamente se ha permitido que
el sexo femenino salga adelante y rompa estereotipos.

Se muestra que México a pesar de ser un país tan diverso, somos casi unos mismos;
como mexicanos compartimos origen y nos dirigimos hacia el mismo lugar, pues todos
tenemos corazón, alma, vida, sueños, sentimientos y esperanzas, pero también se hace
presente los problemas y que día con día los mexicanos se tienen que enfrentar para salir
adelante, tal como la migración de miles de personas año con año se dirigen hacia el
norte del vecino país, en la búsqueda de un mejor nivel de vida para sus familias, esto
debido principalmente a la situación tanto económica como social en la que se encuentra
México, a su vez este documental habla de cosas que muchos ignoramos, como tomamos
la decisión de hacer a un lado lo que pensamos, nuestras creencias por tratar de encajar
en una sociedad de etiquetas, de niveles sociales, tenemos que sentirnos totalmente
orgullosos de nuestras raíces.

Pero la película, por su misma multiplicidad, admite aún otras miradas y

lecturas: hecho no como algo finalizado, sino como el acto de hacer país en la vida diaria,
México como una práctica de la identidad y no como una “herencia” a perpetuar, sino a
conocer; México visto a partir de un sujeto nacional complejo, literalmente multifacético,
cuya identidad la película no deja de presentar tal como está: en crisis, es decir, en
cambio, en movimiento.

HECHO EN MÉXICO, una declaración de amor colectiva a un país único, el documental

es un fiel reflejo de lo que un extranjero encuentra en el territorio mexicano, un imaginario
único y surrealista, con una energía inigualable, quizás con una idea falsa de lo que
podemos lograr y al final darnos cuenta que esa una falsa ilusión en donde la realidad es
que solo recibimos malos tratos, que nos tratan de hacer menos, nosotros también somos
seres humanos.

“Es por necesidad, esto es una forma de vida, es un modo de protesta social” Así ven el
trabajo los miles de malabaristas, traga fuegos, payasos, limpiaparabrisas y actores de
calle. Son ellos los “informales” que al amparo de la calle y los transeúntes se inventan el
oficio de cada día. En México hasta el 2012 28.4 millones de personas laboraban dentro
de este sector; el a aceleramiento de la industrialización y la urbanización no cumplió la
promesa del bienestar y el desarrollo justo, por eso a pesar de los prejuicios sociales
escogieron ese oficio de calle, lleno de carencias en derechos. Ahí los que juzgan la paga
son las personas y en las plazas el permiso lo otorgan las autoridades locales; la paga no
es convencional, es decir, al dinero le suman sonrisas y anécdotas chidas. La plata no es
mucha, pero les permite comer y pagar algunas rentas. Este trabajo es una invención, el
que lo hace logra una comunicación común y retoma elementos de la cultura mexicana.
Como señalan “Basurita” y “Toropolo” payasos de parques y plazas, constantemente se
cambia de sitio en este trabajo, quien lo ejerce se vuelve un nómada en la vida laboral.
Trabajos como el de José Alberto García Vera, quien es traga fuegos, tiene peligros
contra la salud, sin embargo no gozan de derechos laborales como pensiones,
prestaciones de ley o seguro social, a ellos el Estado y el mercado los aparta y por eso
para muchos de ellos este trabajo es una forma de protesta social frente a empleos mal
pagados y organizaciones laborales donde los patrones no mantienen contacto con sus
empleados. Hecho en México refleja una forma de vivir, el trabajo es una expresión
urbana donde todo corre por cuenta de quien se aventura en ese estilo de vida.