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- Metafísica: una de las semejanzas que existen entre los dos filósofos en el
aspecto de su metafísica es que para los dos existen dos realidades; una realidad
física, que es finita, mutable e imperfecta, y otra realidad intangible; la cual es
perfecta, infinita e inmutable. Esta última realidad es la más importante, pues en
el mundo platónico allí se encuentran las Ideas y en el mundo tomista allí se
encuentran las Ideas y Dios.
Además, ambos consideran que en el mundo hay un ente superior, infinito,
eterno, sabio, bueno y perfecto. Sin embargo, para Platón este ente es el
Demiurgo, que no crea el universo, sino que lo gestiona y lo modifica a su
gusto. Son las Ideas las que son el fundamento ontológico de la materia, y estas
son las que usa el Demiurgo para gestionar la materia.
Para Tomás de Aquino, sí que existe un dios creador del universo, siendo este el
Dios cristiano. Él es el que da el primer impulso, es el primer motor, acto puro,
primera causa eficiente, etc y confiere a todas las cosas su esencia.
- Ética: Platón estudia la virtud o la areté para averiguar cuál debía ser la vida
buena propia del ser humano, mientras que Tomás de Aquino se plantea cuál es
el fin del hombre y qué le mueve a actuar. El filósofo escolástico determina que
el fin último es la felicidad natural, que nos lleva a la felicidad sobrenatural, es
decir, el Bien supremo que consiste en la contemplación de Dios.
Platón además se plantea si se puede aprender la virtud, y determina que no,
porque no es episteme o ciencia, pero tampoco es una doxa u opinión, por lo
que considera que es un don divino y una opinión verdadera.
Platón expone tres virtudes del individuo, mientras que Tomás de Aquino
distingue tres tipos de leyes.
Ambos coinciden en que el hombre tiende a buscar la verdad y vivir en
sociedad, además de perseguir el Bien. Por otra parte, también coinciden en que
la existencia del mal se debe al libre albedrío del ser humano que se aleja del
bien voluntariamente.
A pesar de que tengan prácticamente el mismo fin, los dos filósofos proponen
modelos políticos completamente diferentes.
Platón analiza detalladamente todos los modelos políticos, y determina que el
régimen perfecto es la filosocracia, es decir, el gobierno de los más sabios. Solo
acceden al poder aquellos que estén convenientemente preparados. Según él,
solo así se consigue que reinen la justicia y la armonía entre todas las clases.
Para él, la democracia es uno de los peores regímenes, estando solo por encima
de la tiranía, pues opina que las personas que no estén intelectualmente
preparadas no deberían poder votar a sus gobernantes.
Tomás de Aquino, sin embargo, considera que los hombres necesitan ser
dirigidos para alcanzar el fin último, por lo que su régimen político ideal es la
monarquía, aunque esta deba ser limitada por unos magistrados elegidos por el
pueblo. A Platón le escandalizaría esto, pues no solo proponía que los reyes, es
decir, los más ricos, accediesen al poder, sino que además este se regulase con
los votos de una población sin acceso a la educación.