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En el presente trabajo abarcaremos sobre la oración, viendo sus definiciones y su

estructura.
Primeramente, debemos señalar qué comprendemos por oración. Angela di Tulio
(2014: 89) señala tres definiciones de oración que han generado muchas críticas: “La
oración es la unidad más pequeña de sentido completo en sí misma en que se divide el
habla real” (Esbozo de la Real Academia Española); “Expresión verbal de un juicio”
(una de las definiciones de S. Gili y Gaya); y “Una oración expresa la unidad en la
intención del hablante”.
Sin embargo, Di Tulio señala desde el descriptivismo americano la definición
que da Bloomfield de oración, entendida en términos distribucionales (2014: 90): “Una
oración es una forma lingüística independiente, no incluida en virtud de ninguna
construcción gramatical, en una forma lingüística más amplia”.
Por otra parte, Di Tulio considera dos cuestiones para definir a la oración. La
primera, y la que comparten todas las definiciones de oración es considerar a la oración
como unidad de comunicación. Sin embargo, si concebimos a la oración como unidad
estrictamente gramatical, es necesario caracterizarla como unidad de construcción. De
esta manera, lograríamos definir el concepto oración a través de su estructura interna.
Entonces, debemos considerar a los dos constituyentes de la oración: el sujeto y el
predicado.1
Además, Di Tulio considera a la oración en términos funcionales, así, entendida
como toda aquella construcción que está formada por un sujeto y un predicado.
El Manual de la Nueva gramática de la Real Academia Española (2010: 17)
define a la oración como “unidades mínimas de predicación, es decir, segmentos que
ponen en relación un sujeto con un predicado. Este puede ser verbal, o no…”.
En cuanto a la estructura de la oración, Alarcos Llorach (1994: 227) señala que
“La forma verbal es el núcleo de la oración y en él se cumple la relación predicativa:
se dice de alguien algo. Los demás componentes que en la oración pueden aparecer en
torno al núcleo son términos adyacentes, cuya presencia no es indispensable para que
exista oración”.
Intentaremos ejemplificar: Martín vino a casa. En esta oración, identificamos a
el verbo núcleo (vino), y la preposición a y el sustantivo casa son los adyacentes,
además el sujeto (Martín) también es el adyacente.
Otro ejemplo: Yo voy a comer. En esta situación, encontraríamos una perífrasis
verbal, como sabemos, la perífrasis verbal constituye el núcleo del predicado de la
oración. Sin embargo, debemos señalar que el núcleo de la perífrasis es el verbo en
infinitivo, es este caso comer. Partiendo de la definición de Alarcos Llorach, el
pronombre personal Yo constituiría un adyacente.

1
Di Tulio (2014). Manual de gramática del español. Buenos Aires: p. 91

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