Grupo Nº4 Conclusión Planes de Movilización En atención a los criterios legales establecidos en la planificación El trabajo político patriótico en apoyo a la movilización: Asume la tarea político ideológico y del control de los medios de difusión masiva. Auxilia al Comité de Dirección de la Defensa Integral en la dirección del trabajo político-patriótico bolivariano, en primer lugar en la información a la población; en el enfrentamiento a la actividad de propaganda mediática y de guerra psicológica que desarrolla el enemigo contra la población, y en el control del empleo de los medios de difusión masiva, nacional y de los territorios durante los Estados de Excepción. Este grupo se conforma con cuadros y funcionarios del Poder Popular de las organizaciones sociales revolucionarias, de los medios de difusión masiva (radial, de televisión y de los órganos de prensa escrita). Es importante destacar que según dispone el artículo 29 de la LOSN, la movilización sólo procede una vez decretado el estado de excepción, siguiendo los pasos y requisitos que para ello establecen la Constitución y la Ley Orgánica de Estados de Excepción. En tal sentido, insistimos, sólo luego de decretado un estado de excepción, el Presidente de la República podrá ordenar la movilización total o parcial en cualquiera de los ámbitos que establece la Constitución y las leyes respectivas, en todo o en parte del territorio de la República. Ahora bien, siendo la movilización una consecuencia de la declaratoria de un estado de excepción, y dado que el único facultado para su declaratoria según establece la Constitución es el Presidente de la República, es concluyente que la autoridad encargada de la movilización sea, precisamente, el Presidente de la República en Consejo de Ministros, el cual, conforme lo dispone el artículo 30 de la LOSN, será asistido en esta actividad por el Consejo de Defensa de la Nación, los Ministerios y demás organismos involucrados. Los planes de movilización deberán ser elaborados y ejecutados por los Ministerios y otros organismos especializados, de acuerdo con sus competencias y a las directrices emanadas del Presidente de la República. En primer lugar, puede el Presidente de la República ordenar a la Fuerza Armada que colabore, asista o coadyuve en el funcionamiento de las empresas del Estado básicas o de servicios públicos. La actuación de colaboración no puede derivar, por ello, en atribuciones activas por parte de la Fuerza Armada, quien deberá limitarse a otorgar el soporte necesario a los empleados de las empresas básicas o de servicio público.2 En segundo lugar, y de conformidad con esa norma, podrá el Presidente de la República ordenar a la Fuerza Armada que intervenga a las empresas básicas o de servicios públicos, cuyo personal quedará sometido al régimen militar. Va de suyo que tal potestad, como aclara la norma, solamente puede ejercerse en el marco de la declaración de un estado de excepción. De allí que, en definitiva, esta intervención ha de ser acordada con ocasión de la movilización militar. Es importante destacar que la interpretación de este artículo debe realizarse en forma restrictiva o limitativa, desde que cualquier intervención de esta índole, podría afectar gravemente la actividad económica del sujeto objeto de la militarización. Ello es así, desde que el principio rector en materia de garantías constitucionales de carácter económico, es el de pro libertatis, según el cual, la libertad es la regla, y las limitaciones la excepción. En consecuencia, sobre la base de este principio, y en virtud de la proporcionalidad que rige la actuación de la Administración, sólo por causa debidamente justificada y si no existe otra medida que pudiera solventar la posible paralización del servicio o la actividad, podrá el Presidente de la República ordenar la militarización de estas empresas, siempre, insistimos, previa declaración del estado de excepción y decreto de la movilización militar. Ahora bien, para determinar qué empresas estarían sometidas a una eventual militarización, en virtud de la declaratoria de un estado de excepción conforme a la norma en referencia debe tenerse en cuenta la naturaleza de la actividad prestada y, sobre todo, si ésta fue declarada servicio público por la Ley. Al respecto, entendemos que quedarán sometidas a este régimen dos categorías de empresas. Primero, aquellas cuya actividad sea, legalmente, un servicio público. Además, las empresas del Estado cuyo objeto social igualmente esté declarado de interés general por el Legislador.