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La trascendencia del arte dominicano del siglo XXI debe darse sobre la base de una magia analítica y de
una categoría poética rica en oposiciones a los postulados del clasicismo y el romanticismo.
Debemos dejar fuera del cuadro, el espectáculo de la rigidez formal a cambio de símbolos exegéticos.
No se trata de hipótesis sino más bien del rigor de planteamientos estéticos que superen la frialdad de la
academia.
Es deber de los artistas nacionales comprometidos aportar lo mejor de sí a este siglo XXI, de pincelar la
angustia viva que se manifiesta a nivel mundial; de nada sirve seguir creando obras que no respondan a
esta convulsión.
Innegablemente, a pesar de que han transcurrido más de cien años, todavía, el arte dominicano contiene
muchas zonas oscuras foráneas, lo cual no le permite imponer factores subjetivos contundentes y
establecer un fundamento teórico, sensaciones estructurales académicas, con tal de que el artista sitúe su
arte en la categoría del sesgo crucial de la creación.
No se trata de que él explique el modo de realizarlo sino de subvertirlo en ideas y conceptos más allá del
campo visual.
Aportes
De lo que estamos conscientes es de que algo nuevo habrá de hacer el artista que viva en el siglo XXI
para no repetirse. No podemos describir cómo será esa experiencia estética; en lo que sí estamos claros
es que tanto el artista plástico como el instalador o fotógrafo artístico no podrán apartarse de una
perceptiva y de los procesos mentales correspondientes con tal de lograr un arte de valor mercantil y de
legado histórico.
Como sabemos el arte no se compone tan solo de impulsos, sensaciones y sentimientos el arte no se
compone tampoco de isomorfismo total; su naturaleza se centra en las aptitudes del artista en el campo
de la teoría, lo académico y en su visión con relación al mundo. El arte ayuda a definir categorías
metafísicas, filosóficas, poéticas, psicológicas y sociológicas, que sirven para ilustrar los estímulos más
excitantes de la creación pictórica.
Contenido humano
Si hablamos de arte, nos referimos al concepto estético, y como sabemos, no hay arte sin contenido
humano; por ello, en la época de los ochenta del siglo pasado, el catedrático en ciencias filosóficas, Dr.
Víctor Ivánov, escribió lo que sigue: “La estética no es, ni nunca ha sido, una ciencia....
La estética es como una giraldilla que sigue los vientos de la filosofía, la cultura y las teorías científicas,
y se vuelve ya metafísica, ya empírica, ya normativa o descriptiva; el núcleo estético del arte se estudia
bien desde el punto de vista del objeto receptor; o la belleza se considera sólo como un aviso de lo bello,
o lo ello del arte se percibe como la belleza natural de segundo orden.
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¿Qué son las artes plásticas y visuales?