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LA ACTIVIDAD FINANCIERA DEL ESTADO

Abog. CARLOS ENRIQUE MATOS GUZMÁN


Egresado de la Maestría en Derecho Empresarial – UNFV
Docente de Derecho Financiero – Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas - UPLA

I. IDEAS PRELIMINARES:

Históricamente el Poder Financiero se constituye como una manifestación del

Estado respecto a sus súbditos, de forma que el Ente Público podía establecer

libremente tributos de cualquier naturaleza en base a una relación de poder, de

allí que se hable del Poder Financiero.

El aspecto financiero de la política se manifiesta esencialmente en la influencia

sobre el nivel del gasto agregado nacional a través de las variaciones

impuestas a los niveles de gasto de las células económicas individuales o

asociadas en sus actividades (Sociedad, etc.). Se distingue así del aspecto

monetario, el cual se dirige a influir dicho nivel a través de las variaciones del

grado de liquidez de las células económicas.1 La actividad del Poder Público,

que se designa Política Fiscal. Se concreta en la obligación sobre los

componentes privados de la demanda agregada a través de variaciones

compensadoras de los gastos estatales.

II. EVOLUCIÓN HISTÓRICA:

Las pautas esenciales a través de las cuales se ha desarrollado históricamente

la actividad financiera podemos resumir las de la siguiente forma:

1 FOSSATI ERALDO, POLÍTICA ECONÓMICA RACIONAL, Editorial Aguilar, Madrid, España, 1962, Página107.
Tanto en la antigüedad como en la edad media nos encontramos ante una

actividad financiera de escasa entidad, ello es reflejo de la escasez de

cometidos asumidos como fines públicos por las organizaciones públicas

territoriales vigentes en aquel momento. En este sentido los poderes públicos

se centraron en tareas esencialmente bélicas y fueron ajenos al cumplimiento

de asistencia sanitaria o docente, en definitiva no existía un sistema de

ingresos estable y permanente porque no existían fines a cumplir por los

poderes públicos.

A partir del siglo XV con el surgimiento de un fenómeno cultural llamado "El

Renacimiento" se produce un cambio esencial en las pautas de

comportamiento sociales. Surge el estado moderno y con al también surge una

actividad financiera que deja de ser esporádica e intermitente para ser

continuista debido a la aparición de las instituciones: el ejército y la burocracia,

lógicamente la financiación de estas dos instituciones debía hacerse con unos

ingresos, que de manera permanente de recaudar se ciertas categorías

impositivas, pero es a partir de la primera guerra mundial y sobre todo tras la

crisis de 1929 cuando el estado abandona la concepción de estado policía, y

adquiere un protagonismo creciente en la actividad económica de cualquier

parte. Es ahí cuando la actividad financiera adquiere la filosofía de estado

intervencionista.

III. CONCEPTO:

Teniendo en consideración que el Derecho Financiero es aquel sector del

Ordenamiento jurídico que regula la actividad financiera del Estado y demás


entes públicos; en ese sentido el Estado, como todo grupo social organizado,

tiene unos objetivos o fines que cumplir y, para poder alcanzarlos, ha de

realizar unos gastos que exigen, a su vez, la obtención de los ingresos

necesarios para ello.

Pues bien, se llama actividad financiera a aquella actividad de obtención de

ingresos y su posterior empleo en forma de gasto para la consecución de

ciertos fines.

Naturalmente, tanto las entidades públicas como las privadas así como las

personas físicas desarrollan una actividad de obtención de ingresos y

realización de gastos, pero al Derecho Financiero lo que le compete es la

actividad financiera de los entes públicos.

En tal sentido, la actividad financiera puede identificarse, sintéticamente, con

los ingresos y gastos públicos teniendo presente que aquélla se caracteriza por

la nota de la instrumentalidad por cuanto presta a los órganos de la

Administración Pública que tienen actividad final los medios económicos para

ejercitarla, y en esta función agota su alcance.

Según Retchkiman K. Benjamín, la Actividad Financiera del Estado en base a

la Economía Pública es “aquella rama del conocimiento que se ocupa de la

asignación de recursos económicos, por medio de los gastos e ingresos del

Estado, de la distribución del ingreso y de la riqueza mediante los impuestos y

transferencias, de mantener la estabilidad económica usando las políticas


presupuestales y de deuda, de los programas de obras públicas y de empresas

del Estado”.2

Para el profesor FLORES ZAVALA “es la ciencia que tiene por objeto investigar

las diversas maneras por cuyo medio el Estado o cualquier otro poder público

se procura las riquezas materiales necesarias para su vida y su

funcionamiento, y también la forma en que estas riquezas serán utilizadas”.3

Carlos M. Giuliani Fonrouge dice que... el Estado debe cumplir funciones

complejas para la realización de sus fines, tanto en lo referente a la selección

de los objetivos, a las erogaciones, a la obtención de medios para atenderlas -

pecuniarios o en especie- y a la gestión y manejo de ellos, cuyo conjunto

constituye la actividad financiera.4

Para el profesor Héctor Villegas, la actividad financiera del estado es el

conjunto de operaciones del Estado, que tiene por objeto tanto la obtención de

recursos como la realización de gastos públicos necesarios para movilizar las

funciones y servicios que satisfagan las necesidades de la comunidad.5

Tomando ambas concepciones, de Giuliani Fonrouge y de Héctor Villegas,

podemos decir que es la actividad de obtención de recursos y aplicación de los

mismos por parte del Estado para cumplir con sus fines. Esta dada por las

entradas y salidas de la caja del Estado.

2
RETCHKIMIMAN, Benjamín. Teoría de las Finanzas Públicas. Tomo I. Editorial UNAM. México. 1997. Página 13.
3
FLORES ZAVALA, Ernesto. Finanzas Públicas Mexicanas. Editorial Porrúa. México. 1998. Página 10.
4
GIULIANI FONROUGE, Carlos M. Derecho Financiero. Tomo I. 9ª edición. Editorial La ley. Buenos Aires 2004. Pág. 4.
5
VILLEGAS, Héctor B. CURSO DE FINANZAS, DERECHO FINANCIERO Y TRIBUTARIO, Tomo Único, 7ma Edición
ampliada y actualizada, Ediciones Depalma, Buenos Aires, Argentina, 2001, página 9.
IV. CARACTERISTICAS DE LA ACTIVIDAD FINANCIERA DEL ESTADO:

4.1. La actividad financiera es una actividad económica, es decir se trata de una

actividad que se realiza a través de la gestión y movimiento del dinero

público.

4.2. No puede ignorarse que la actividad financiera por emanar de un grupo

político, ofrece un aspecto político sociológico pues la administración de

recursos escasos es fruto siempre de una decisión de la autoridad que

gobierna la vida de una sociedad.

4.3. La actividad financiera es una actividad jurídica en el sentido de que queda

sometida a principios y normas jurídicas cuyo análisis constituyen

precisamente el objeto de estudio en el derecho financiero.

4.4. Es una actividad pública tanto por el sujeto como por el objeto que se

relaciona con la satisfacción de las necesidades colectivas.

4.5. La actividad financiera es una actividad instrumental en el sentido que sirve

de cauce o instrumento para la satisfacción de la necesidad pública.

4.6. La actividad financiera presenta aspectos muy distintos que pueden ser

asumidos como objeto de conocimiento por distintas ciencias, así el jurista

le interesa realizar el marco normativo en que se desenvuelve dicha

actividad, para el economista, la actividad financiera es una realidad

susceptible de ser analizado con criterios económicos y para el sociólogo y


estudioso de la ciencia política la actividad financiera presenta aspectos

sociológicos que no pueden ignorarse.

V. NATURALEZA JURÍDICA DE LA ACTIVIDAD FINANCIERA DEL ESTADO:

Para la realización de sus fines el Estado debe realizar muchas funciones,

tanto en la selección de las necesidades públicas y objetivos como en lo

relativo a la obtención de los medios, ya sean pecuniarios o de otro tipo y a la

gestión de ellos.

Sainz de Bujanda6 ha destacado la naturaleza compleja de la Actividad

Financiera del Estado, la cual tiene un carácter político, por las características

del ente que las produce y de los fines que persigue, económico, por los

medios empleados, jurídico por la forma en que actúa y se desenvuelve y

sociológico porque ejerce una influencia sobre los grupos vitales que operan

dentro del Estado.

TEORÍAS ECONÓMICAS.-

Las explicaciones de tipo económico no son uniformes; coinciden en cuanto

consideran la actividad financiera estatal como fenómeno económico, pero

difieren en la formulación de las explicaciones. Así, para la escuela clásica

Inglesa (Smith, Ricardo, MacCulloch, Mill) y sus continuadores, la acción del

Estado se traduce en un consumo Improductivo, pues al intensificar la presión

tributaria sustrae a los particulares una porción de renta que podría utilizarse en

nueva producción de bienes. Otros autores (Senior, Bastiat) ven en esa acción
6
SAINZ DE BUJANDA, Fernando. Hacienda y Derecho. Volumen I, Instituto de Estudios Políticos. Madrid. España
una serie de actos de cambio o de equivalencia entre los servicios públicos y

las prestaciones de los particulares, que constituirían su precio; interpretación

objetada por ser imposible la formación automática del precio de los servicios

del Estado, no solamente por falta de libertad en su elección, ya que están

obligados coactivamente al pago de las contribuciones, y por desconocerse con

certeza la utilidad de aquéllos, que es elemento para la libre formación del

precio.

Mayor trascendencia ha tenido la teoría de la utilidad relativa o marginal,

creada por Sax y aceptada por autores de diversos países. Pretende que lo

mismo que en la economía privada, se procura la máxima utilidad posible; es

decir, aplica el concepto hedonista del mayor beneficio con el mínimo de

sacrificio. Según ella, los habitantes distribuyen su riqueza por intermedio de

sus representantes políticos, satisfaciendo en primer término las necesidades

públicas y privadas de mayor importancia y luego las de menor intensidad, en

forma tal que los fondos insumidos por el impuesto no hubieran tenido un

destino más remunerativo en manos de los particulares.

Por consiguiente, la unanimidad y la espontaneidad constituyen la única

garantía contra toda injusticia en la distribución de las cargas públicas, pero

como la unanimidad absoluta no es posible, hay que contentarse con la relativa

de la representación política.

La interpretación que analizamos no consigue demostrar que la apreciación

subjetiva individual de la relación entre el impuesto que se paga y la utilidad del

servicio obtenido, se trasforma en la valoración compleja y objetiva que deben


aplicar los gobernantes como norma de producción de bienes y servicios

públicos. No hay correlación entre necesidades individuales y colectivas, ni

éstas son la suma de aquéllas; aparte de que al efectuar el Estado una

selección de necesidades, el principio hedonista no resulta absoluto.

Cabe mencionar en este parágrafo la teoría de la reproductividad de los gastos

del Estado (van Stein) y la teoría de la productividad directa (Wagner),

relacionada con la acción indirecta o directa, respectivamente, para el

enriquecimiento de los ciudadanos. Pero, por cierto que merecen atención por

la autoridad de sus sostenedores, las opiniones que consideran al Estado como

factor de producción.

La insuficiencia de las doctrinas económicas en sus modalidades tradicionales,

determinó la inclinación hacia las teorías políticas y las sociológicas; no

obstante, uno de los financistas modernos más destacados por la originalidad

de su concepción, Gustavo Del Vecchio, ensaya un retorno al predominio de lo

económico, retornando la teoría de la selección de Pantaleoni. Sostiene que en

el campo económico y social se verifica ese fenómeno, como en biología, con

la subsistencia de ciertas fuerzas sociales, en tanto que otras desaparecen, y

que actúa en las finanzas mediante tres principios fundamentales: el principio

de los gastos fijos o de los costos unitarios decrecientes; el principio de la

uniformidad, y el principio de la igualdad. Rechaza la interpretación sociológica

y concreta su pensamiento diciendo que "la ciencia de las finanzas consiste en

la aplicación de la teoría económica a los hechos financieros, cuando la teoría

económica se adopte con sus caracteres actuales. La ciencia de las finanzas

es, por tanto, la misma teoría económica"; y esos caracteres modernos son
éstos: es una teoría dinámica y no estática; es una teoría de probabilidades y

no categórica; es fragmentaria.

A pesar de su originalidad, esta orientación no es inobjetable, señalándosela

como unilateral e insuficiente al no proporcionar base unitaria a toda la ciencia

financiera con una idea sintética y realmente autónoma.

TEORÍA SOCIOLÓGICA.-

Se considera creador de esta doctrina a Wilfredo Pareto en su Tratado de

sociología general, quien establece un nuevo elemento regulador de la

actividad financiera: el principio social. Según esta interpretación, la forma

general de la sociedad se determina por los diversos elementos que actúan en

ella, pudiendo distinguirse las siguientes categorías:

1) Los elementos de la naturaleza (suelo, flora, fauna, clima, ubicación

geográfica, riquezas minerales, etc.);

2) la acción ejercida sobre una sociedad por otras anteriores en el tiempo o

exteriores en el espacio;

3) los elementos internos, tales como la raza y lo que llama "residuos", que son

la calidad de los sentimientos, de las inclinaciones, de los conocimientos, de la

inteligencia y de los intereses predominantes en toda sociedad. La autoridad

debe comprender y apreciar adecuadamente esos elementos, para actuar

conforme a ellos; de esta manera se producirá una armonía y recíproca


comprensión entre clase gobernante y clase gobernadora, pudiendo así

satisfacer a todos la acción estatal.

En razón de la heterogeneidad de necesidades e intereses colectivos y ante la

imposibilidad de homogeneizar las necesidades individuales, los juicios

singulares quedan obligatoriamente subordinados al criterio y voluntad de los

gobernantes, que establecen el orden de prelación de las necesidades a

satisfacer, según consideraciones de conveniencia política y de utilidad social.

La necesidad pública no es aquella que, experimentada por la generalidad de

los habitantes, es satisfecha en la forma más económica por la acción del

Estado, sino la que -según criterio de la autoridad-los habitantes sienten o

deberían sentir como miembros del consorcio político y es satisfecha con el

gasto público, aunque no lo adviertan muchos de los llamados a contribuir.

La introducción del elemento social en el análisis de la actividad financiera fue

recibida entusiastamente por la doctrina y resultó compartida por autores de

mérito, como Borgatta, Fasiani, Sensini, Fasolis, Tivaroni, en Italia; Jeze, en

Francia; Seligman, en los Estados Unidos. Sin embargo, es posible que ello

obedeciera a una reacción contra la interpretación puramente económica, antes

que a la adopción indiscriminada del nuevo concepto, siendo discutible ubicar a

ciertos tratadistas exclusivamente en esta corriente.

Una de las principales críticas que se formulan a esta teoría es que considera

al Estado como "ente metafísico" cuando se trata de una realidad como lo son

las sociedades del derecho privado, las fundaciones, las corporaciones. Bien

está -se dice- rechazar las escuelas económicas y tener en cuenta las fuerzas
políticas y sociales, pero no es posible desconocer el Estado como ser real;

éste "es el sujeto activo de las finanzas y el punto de referencia natural, del

cual tiene que partir la ciencia de las finanzas en su renovación científica para

estudiar las relaciones entre el Estado y los contribuyentes, siempre desde el

punto de vista interior de la actividad financiera".

Por su parte Del Vecchio rechaza la concepción sociológica porque niega

categoría científica a la sociología, que a su juicio es de orden filosófico y sólo

revela síntesis correspondientes a determinados modos de ver individuales; y

por esto, así como se alude a la sociología de Pareto, podría hablarse de

aquéllas de Marx o de Simmel. En conclusión: no es cuestión de desechar la

sociología, debiendo reconocerse que los sociólogos han aportado interesantes

contribuciones; se trata de establecer -dice- "si uno o dos o diez sociólogos

juntos, pueden constituir una ciencia de las finanzas".

TEORÍA POLÍTICA.-

La insuficiencia de las doctrinas puramente económicas indujo a Griziotti, el

eminente maestro de Pavía, a orientar su enseñanza hacia un concepto

integral de las finanzas, asignando predominio al elemento político. Según él,

siendo políticos el sujeto de la actividad financiera (Estado), los medios o

procedimientos (prestaciones obligatorias y coactivas) y los fines perseguidos

(muchas veces extra fiscales), deben aceptarse que tal actividad tiene

necesaria y esencialmente naturaleza política.


No es exacto que según esta interpretación la actividad financiera sea

"exclusivamente de naturaleza política", porque al refutar al profesor Arena,

que propugnaba una teoría político-económico-corporativa, Griziotti puntualiza

que con ella necesariamente debía desembocarse en la teoría política, que es

"una expresión abreviada indicativa de la naturaleza de las selecciones y

directivas de la actividad financiera, y como preludio a la verdadera síntesis,

que es la síntesis integral político-jurídico-económico-técnica. de las finanzas".

No es el caso de prescindir de las fuerzas económicas, de las fuerzas altruistas

y de las fuerzas morales o de otra especie, sino de admitir el predominio de lo

político.

En una palabra: a diferencia de quienes no desconocen lo político- jurídico,

pero lo absorben o sumergen en lo económico; o quienes (Pareto y sus

adictos) atribuyen primordial importancia al elemento social; Griziotti considera

que la "loable preocupación" "de hallar en la economía un límite a los hechos

financieros", no se ajusta a la realidad, que día a día muestra el predominio de

las directivas políticas condicionantes de la actividad financiera. Naturalmente

que esto puede conducir al absolutismo estatal y a la ciega admisión de los

regímenes dictatoriales.

Tivaroni califica de "genial y sugestiva" tal interpretación, pero la cree

incompleta y superada por la teoría sociológica. Estima que la actividad

financiera tiene, indudablemente, carácter político, pero que esto no basta para

calificársela en forma tan absoluta como se pretende, por lo cual llega a esta

conclusión: "la actividad económica del Estado tiene naturaleza política, pero
calificada por principios sociales que predominan en todo Estado y en toda

época".

VI. AMBITO DE APLICACIÓN:

La naturaleza compleja de la actividad financiera del sector público está

configurada por los fines que persigue el Estado, a la hora de diseñar y ejecutar

las operaciones financieras. Complejidad ésta que subyace en la existencia

misma necesidades humanas que demandan su satisfacción por parte del

Estado. Necesidades éstas, denominadas en la doctrina como necesidades

absolutas por el jurista Héctor Villegas; y necesidades impostergables por

Giuliani Fonrrouge, las cuales redundan en el mismo argumento de

sustentación; esto es, el conjunto de carencias que surgen de la convivencia en

colectividad y deben ser satisfechas mediante la actividad del Estado. Esas

necesidades absolutas, que surgen de la agrupación del hombre en

colectividades, en un inicio estuvieron representadas por la defensa exterior, el

orden interno, y la administración de justicia, lo que las hacía de imposible

satisfacción individualizada. Surge la impretermitible situación de crear un ente

que en forma imperativa subordinara los intereses individuales de los miembros

de las colectividades, para aunarlos y unificarlos en una sola fuerza que se

inclinara por el interés colectivo por encima de los individuales. Y es así, como

desde las sociedades más primitivas hasta la actualidad, el hombre en

sociedad ha admitido su necesidad de doblegarse ante la autoridad pública,

con el firme propósito de garantizar la convivencia en sociedad.


Es entonces como el ser humano, en su necesidad de agruparse en colectivos

ubicados en un mismo espacio geográfico, y en subordinación de una única

autoridad con poder de mando, ha configurado un esquema de organización,

que con el discurrir del tiempo ha evolucionado, hasta el punto de convertirse

en las entidades modernas de organización socio política y económica que

constituyen los ESTADOS.

En consecuencia, es el Estado entonces quien es el llamado a desempeñar la

función de resguardar la soberanía interna de las invasiones extranjeras, de

dictar los dispositivos normativos que regulan la conducta del hombre en

sociedad en aras de resguardar el orden interno y quien organiza la

administración de justicia con ánimo de resolver la interferencias intersubjetivas

y así garantizar la reeducación y reinserción del infractor al orden social.

Se concibe la figura de Estado, como entidad investida de poder de mando,

como único sujeto de derecho capaz de asumir el desempeño de semejante

envergadura, pues son necesidades de imposible satisfacción individualizada

por los miembros de la colectividad aisladamente considerados, y al mismo

tiempo de ineludible satisfacción, pues de lo contrario sería imposible la

supervivencia en colectivo. Estos argumentos dieron paso a la concreción de la

institución de las necesidades públicas absolutas7 (Villegas, 1999), que si bien

es cierto sustentaron la necesaria participación estatal a inicios del siglo XIX,

en la actualidad, han trascendido y, hoy por hoy no son las únicas necesidades

públicas que surgen de la convivencia social organizada y que exigen

satisfacción del Estado. Con la ampliación de la participación del Estado en la

7
VILLEGAS, Héctor B. CURSO DE FINANZAS, DERECHO FINANCIERO Y TRIBUTARIO, Tomo Único, 7ma Edición
ampliada y actualizada, Ediciones Depalma, Buenos Aires, Argentina, 2001, páginas 9, 10 y 11.
economía, como agente económico, y la superación del principio de la no

intervención estatal de las teorías liberales tradicionales que sostenían que la

participación del Estado debía limitarse a la defensa exterior, orden interno y

administración de justicia, se abrió paso a la cristalización de otra gama de

necesidades públicas, cuyo sustrato subyace en los fines económicos y

sociales del Estado moderno, y consisten en el desempeño de las funciones de

asignación, estabilización, redistribución (Musgrave, 1992).

VII. MOMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA ACTIVIDAD FINANCIERA DEL

ESTADO:

Como toda empresa, el Estado requiere de la realización de diversas

actividades para cumplir con sus finalidades. De acuerdo con su

estructura a través del Poder Ejecutivo desarrolla complejas actividades

que van encaminadas a la realización de los servicios públicos y a la


satisfacción de necesidades generales8. Para lograr lo anteriormente

señalado el Estado ha implementado diversas acciones para recaudar

ingresos que sean suficientes para unas finanzas estables.

Para dar cumplimiento a los fines que constitucionalmente tiene

encomendados, el Estado requiere de recursos. En la actual economía

de los Estados tales medios provienen de una fuente: se obtienen de las

rentas que la hacienda pública percibe por su patrimonio, o del

desarrollo de una actividad industrial o comercial, o bien son

recaudados de la riqueza de los gobernados, con base en la potestad

de imperio del Estado. El Estado realiza una serie de actos que en

conjunto se denominan “actividad financiera” la cual consta de tres

pasos fundamentales que se traducen en la liquidación y recaudación

de los tributos (obtención de los ingresos), administración del patrimonio

y distribución de las sumas recaudadas9

En este sentido, De La Garza, citado por Sánchez Gómez, señala que la

actividad financiera del Estado cuenta con tres momentos

fundamentales, que son: a) El de obtención de ingresos, los cuales

pueden influir al Estado tanto por institutos de derecho privado, como es

la explotación de su propio patrimonio (empresas industriales, renta de

inmuebles, venta de bienes), como por medio de institutos de derecho

público, por ejemplo los diversos tipos de tributos o la contratación de

8
Se refiere a la actividad financiera del Estado que cubre diversos aspectos, tales como: económico, político, jurídico y
sociológico. Para mayor profundidad al respecto Sánchez Gómez (1999, p.6) hace interesantes cometarios al respecto.
9
Quintana y Rojas (1999). Derecho Tributario Mexicano. 4ta. Edición, México. Ed. Trillas. Páginas 28 y 29.
empréstitos y la emisión de bonos; b) La gestión o manejo de los recursos

obtenidos y la administración y explotación de sus propios bienes

patrimoniales de carácter permanente; y c) La realización de un

conjunto variadísimo de erogaciones para el sostenimiento de las

funciones públicas, la prestación de servicios públicos y diversas

actividades que el Estado realiza10.

VIII. CARACTERES DE LA ACTIVIDAD FINANCIERA DEL ESTADO:

8.1. Actividad productiva: Este carácter no siempre fue admitido como tal.

En la concepción clásica del laissez-faire se le otorgaba un carácter

improductivo de mero consumo de bienes, sin creación de riquezas, dado

lo cual el gobierno debía limitarse a funciones imprescindibles. A finales

del siglo XIX se reconoció la productividad de las funciones del estado y

de la actividad financiera pública. Actualmente se admite y sostiene el

carácter creativo de producto y riqueza, en cuanto consiste en una

10
Sánchez Gómez, N. (2009). Derecho Fiscal Mexicano. 7ma. Edición, México. Ed. Porrúa. Página 5
actividad de producción de bienes y servicios públicos, en sentido lato,

tanto más productiva cuanto más se inspire en principios de eficiencia en

la gestión.

8.2. Actividad distributiva: En el sentido de que la carga fiscal generada por

absorción de recursos constituye un costo social que de alguna forma

debe ser repartido, para ser soportado por los diferentes miembros de la

comunidad o grupos sociales. El principio rector debe ser el de la equidad,

interpretada como la igualdad de sacrificios. Para llegar a dicha equidad

se basa a su vez en el principio de la capacidad contributiva, según el

cual cada uno aporta al estado según sus facultades económicas.

IX. Finalidades de la Actividad Financiera:

9.1. Fines Fiscales:

Se materializan con la obtención de recursos con los cuales se

efectúan los gastos que irrogan las necesidades públicas. Son las

pautas numéricas (ingresos/egresos/déficit/superávit). Atiende los

fines públicos de modo indirecto.

9.2. Fines Extrafiscales: Es todo lo contrario, no se relaciona con lo

numérico, busca el bienestar de la comunidad pero sin mirar los

números. El Estado interviene directamente en las actividades

desarrolladas con la comunidad ya sea mediante la política de

gastos como también por medio de los recursos públicos. (Altos


impuesto a las bebidas alcohólicas para desalentar su consumo, en

este caso el Estado atiende directamente el interés público)

9.3. Fines Mixtos: Los otros dos son extremos, este conjuga ambos

aspectos. Tratan de que el estado y la necesidad de la Gente ande

bien. (Ej. En el caso de los recursos públicos, podemos tener un

impuesto que se aplica no solo para obtener medios financieros -fin

fiscal- sino también para atender directamente el interés público,

mediante exenciones o deducciones para determinados grupos

sociales -fin extrafiscal-)

X. BIBLIOGRAFÍA:

10.1. FLORES ZAVALA, Ernesto. Finanzas Públicas Mexicanas. Editorial

Porrúa. México. 1998. Página 10.

10.2. FOSSATI ERALDO, POLÍTICA ECONÓMICA RACIONAL, Editorial

Aguilar, Madrid, España, 1962, Página107.

10.3. GIULIANI FONROUGE, Carlos M. Derecho Financiero. Tomo I. 9ª

edición. Editorial La ley. Buenos Aires 2004. Pág. 4.

10.4. Quintana y Rojas (1999). Derecho Tributario Mexicano. 4ta.

Edición, México. Ed. Trillas. Páginas 28 y 29.

10.5. RETCHKIMIMAN, Benjamín. Teoría de las Finanzas Públicas.

Tomo I. Editorial UNAM. México. 1997. Página 13.

10.6. SAINZ DE BUJANDA, Fernando. Hacienda y Derecho. Volumen I,

Instituto de Estudios Políticos. Madrid. España


10.7. Sánchez Gómez, N. (2009). Derecho Fiscal Mexicano. 7ma.

Edición, México. Ed. Porrúa. Página 5

10.8. VILLEGAS, Héctor B. CURSO DE FINANZAS, DERECHO

FINANCIERO Y TRIBUTARIO, Tomo Único, 7ma Edición ampliada

y actualizada, Ediciones Depalma, Buenos Aires, Argentina, 2001,

página 9.

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