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Guía para seguir y orientar por el camino de la

ORACIÓN CRISTIANA

ORAR EN

TIEMPO DE

PANDEMIA
Año 2020 4 295
En este fascículo han intervenido, además de los autores citados, el equipo de la revista dirigido por el P. Pedro Tomás Navajas, ocd. Dep.
Leg. BU-213-1983 ISSN: 1336–1441

Dirección Pedro
pascual nos re- corre por dentro. Cristo sigue vivo,
ofreciéndose para nosotros, intercediendo por
pedrotomas@montecarmelo.com nosotros, con- vocándonos a la vida y a renovar
todas las cosas. Él está en los que sufren y en los
Tomás Navajas Diseño Germán
que alientan, en los que mueren y en los que
estudio@germandelgado.es y lloran la perdida de los que aman; él está en los
que consuelan en el Espíritu.
composición Delgado Edita Tel. +34

Editorial 947 25 60 MONTE 61 · Fax. Llevamos una larga temporada abrumados con
da- tos, cifras, conjeturas, síntomas sobre el
CARMELO +34 947 25 60 62 coronavi- rus. Vivimos con la sensación de que no
CARMELO
hay otra cosa fuera del virus; hasta tal punto se ha
impuesto en nuestro pensamiento, en nuestros
diálogos. Ve- mos difícil hablar de otra cosa o
hablar del virus de otra manera distinta a como lo
hacen los medios de comunicación.
CRISTO ¡ALELUYA! En este número de la revista ORAR queremos
aportar nuestro granito de arena para visibilizar la
experiencia pascual. Sabemos, no hace falta más
CON ÉL. HA que abrir los ojos para verlo, que el Espíritu Santo
ha hecho y está haciendo maravillas; de muchas
fa- milias ha hecho iglesias domésticas y de
muchos co- razones espacios de oración interior y
¡ALELUYA! de alabanza. Precisamente cuando las iglesias
están cerradas en
RESUCITADO. muchos lugares y el culto se ha reducido a
catacum- bas, brota en esta primavera la oración
hecha en espíritu y en verdad.

RESUCITEMOS A los Con la ayuda de hermanos y hermanas -lo que


aquí aparece es apenas una gota de agua en
amigos y amigas de ORAR. medio del océano- queremos contagiaros la
Este es el saludo gozoso que nos damos unos a certeza de la pre- sencia del Señor en esta hora
otros en este tiempo de Pascua y que hacemos de confinamiento. Él llama a nuestra puerta, como
ex- tensible al mundo entero. En medio de la un mendigo; quiere entrar para estar siempre con
pande- mia, nuestra alegría glorifica al Señor, que nosotros y regalarnos su paz y su alegría.
destruye la muerte y restaura la vida. Las puertas Nuestro punto de partida para vivir en medio del
del reino se nos abren y una efusión de gozo
mundo y amarlo, como lo ama el Padre, es siem- M
pre Jesús de Nazaret. ÉlI ORACIÓN ENaELcomprender
nos ayuda CORAZÓN DE

la situación actual y a encontrar pistas para ca-


minar y compartir. Aunque estemos sin salir de
casa, Jesús nos enseña a mirarnos en el libro de
la vida y a convivir con las personas,EN
compartiendo
TIEMPO DE
con ellas y aprendiendo cada día de los santos de
la puerta de al lado.

Hay muchos testigos que, en estos días de pande-


TODO LES SIRVE PARA EL BIEN
mia, están bendiciendo a Dios con la oración de la
AL RITMO DE LA PALABRA
vida, entregando vida a los demás al estilo de
Jesús. Hay vidas que hablan por sí solas, sin
palabras, sin ruido, solo con el callado amor; y las EL ALIENTO DEL
hay en cual- quier lugar, escondidas, silenciosas, PAPA FRANCISCO LA
como esas dimi- nutas flores que brotan en la DESPEDIDA DE LOS SERES
hierba, muchas veces ocultas. ¿Cuál es su
QUERIDOS
secreto? Dejarse guiar por ese manantial de VIDA EL ALIENTO DEL
que en todos brota, a veces con tanta fuerza que
PAPA FRANCISCO LA
arrastra a la entrega incondicional.
DESPEDIDA DE LOS SERES
¿Nos vamos a quedar con los brazos cruzados? QUERIDOS
Os invitamos a dejaros guiar por ese Espíritu de EL ALIENTO DEL
AMOR que nos habita e invita a reinventar la vida.
PAPA FRANCISCO LA
Hay mil maneras de hacerlo, incluso desde la DESPEDIDA DE LOS SERES
casa, en soledad, siempre desde un corazón que
QUERIDOS
ora y
EL ALIENTO DEL

PAPA FRANCISCO LA
página 2 DESPEDIDA DE LOS SERES

pág. 4LECTURA ORANTE EN QUERIDOS


EL ALIENTO DEL
TIEMPO DE PANDEMIA PAPA FRANCISCO LA
ACUÉRDATE DE JESUCRISTO DESPEDIDA DE LOS SERES

QUERIDOS
UN GRITO DE ALEGRÍA EN LA
LECTURA CREYENTE DE LA
PRUEBA TRIBULACIÓN
LECTURA CREYENTE DE LA
EL PRECIO DE LA PASCUA
TRIBULACIÓN
MI MUNDO ROTO LECTURA CREYENTE DE LA
TRIBULACIÓN
PERCEPCIÓN EXTRAÑA
AYER TE VI LLORAR...
¿DÓNDE ESTÁ DIOS?
AYER TE VI LLORAR...
SEÑOR EN
AYER TE VI LLORAR...
IGUAL SIEMPRE HAY POR
INTENTO DE DIÁLOGO CON EL
QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
DICHOSO BICHITO VIVIR
EL SIGNO DEL APLAUSO
ESPERANZADAMENTE
INQUIETOS
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO
INTENTO DE DIÁLOGO CON EL
DE PANDEMIA GRACIAS,
DICHOSO BICHITO VIVIR MANUELA TODOS
ESPERANZADAMENTE
INQUIETOS CONFINADOS, PERO MÁS

INTENTO DE DIÁLOGO CON EL DESIGUALES UNA NUEVA


MENTALIDAD YA NADA SERÁ
DICHOSO BICHITO VIVIR IGUAL SIEMPRE HAY POR
ESPERANZADAMENTE
INQUIETOS QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
EL SIGNO DEL APLAUSO
INTENTO DE DIÁLOGO CON EL

DICHOSO BICHITO VIVIR pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO


ESPERANZADAMENTE
INQUIETOS DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS
INTENTO DE DIÁLOGO CON EL
CONFINADOS, PERO MÁS
DICHOSO BICHITO VIVIR
ESPERANZADAMENTE DESIGUALES UNA NUEVA
INQUIETOS MENTALIDAD YA NADA SERÁ
IGUAL SIEMPRE HAY POR
INTENTO DE DIÁLOGO CON EL
QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
DICHOSO BICHITO VIVIR EL SIGNO DEL APLAUSO
ESPERANZADAMENTE
INQUIETOS pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS
DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS CONFINADOS, PERO MÁS

CONFINADOS, PERO MÁS DESIGUALES UNA NUEVA


MENTALIDAD YA NADA SERÁ
DESIGUALES UNA NUEVA IGUAL SIEMPRE HAY POR
MENTALIDAD YA NADA SERÁ
IGUAL SIEMPRE HAY POR QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
EL SIGNO DEL APLAUSO
QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
EL SIGNO DEL APLAUSO pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS
DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS CONFINADOS, PERO MÁS

CONFINADOS, PERO MÁS DESIGUALES UNA NUEVA


MENTALIDAD YA NADA SERÁ
DESIGUALES UNA NUEVA IGUAL SIEMPRE HAY POR
MENTALIDAD YA NADA SERÁ
EL SIGNO DEL APLAUSO
QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
EL SIGNO DEL APLAUSO
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS
DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS CONFINADOS, PERO MÁS

CONFINADOS, PERO MÁS DESIGUALES UNA NUEVA


MENTALIDAD YA NADA SERÁ
DESIGUALES UNA NUEVA
IGUAL SIEMPRE HAY POR
MENTALIDAD YA NADA SERÁ
IGUAL SIEMPRE HAY POR QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
EL SIGNO DEL APLAUSO
QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
EL SIGNO DEL APLAUSO
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS
DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS CONFINADOS, PERO MÁS

CONFINADOS, PERO MÁS DESIGUALES UNA NUEVA


MENTALIDAD YA NADA SERÁ
DESIGUALES UNA NUEVA
IGUAL SIEMPRE HAY POR
MENTALIDAD YA NADA SERÁ
IGUAL SIEMPRE HAY POR QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
EL SIGNO DEL APLAUSO
QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
EL SIGNO DEL APLAUSO
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS
DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS CONFINADOS, PERO MÁS

CONFINADOS, PERO MÁS DESIGUALES UNA NUEVA


MENTALIDAD YA NADA SERÁ
DESIGUALES UNA NUEVA
IGUAL SIEMPRE HAY POR
MENTALIDAD YA NADA SERÁ
IGUAL SIEMPRE HAY POR QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
EL SIGNO DEL APLAUSO
QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
EL SIGNO DEL APLAUSO
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS
DE PANDEMIA GRACIAS,
MANUELA TODOS CONFINADOS, PERO MÁS

CONFINADOS, PERO MÁS DESIGUALES UNA NUEVA


MENTALIDAD YA NADA SERÁ
DESIGUALES UNA NUEVA
IGUAL SIEMPRE HAY POR
MENTALIDAD YA NADA SERÁ
IGUAL SIEMPRE HAY POR QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
EL SIGNO DEL APLAUSO
QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
acerque y trabaje con nuestras pobrezas.
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO
El coronavirus, con los muertos y hospitalizados,
DE PANDEMIA GRACIAS,
con los parados y los empobrecidos es una
MANUELA TODOS
oportu- nidad maravillosa para descubrirnos
CONFINADOS, PERO MÁS hermanos sin fronteras. Para olvidar esos
DESIGUALES UNA NUEVA pronombres tan que- ridos: yo, mí, me, conmigo...
MENTALIDAD YA NADA SERÁ y empezar a conjugar en plural: nosotros, nuestro,
IGUAL SIEMPRE HAY POR pan nuestro... Esta es nuestra hora. No podemos
perder la oportunidad de contribuir, de la manera
QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR
EL SIGNO DEL APLAUSO en que podamos y que- ramos, a una nueva
humanidad.
pág. 36 LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA EN TIEMPO
Con la Señora de la Alegría, con san José, con los
DE PANDEMIA GRACIAS,
niños y ancianos, que son como faros que
MANUELA TODOS
iluminan nuestra noche, ¡feliz aventura, amigos y
CONFINADOS, PERO MÁS amigas de ORAR! Recibid todos, especialmente

DESIGUALES UNA NUEVA los más afec- tados por el coronavirus y los que
estáis más de cerca cuidando, curando,
MENTALIDAD YA NADA SERÁ
IGUAL SIEMPRE HAY POR acompañando, un abrazo entrañable, pascual.

QUIÉN SUFRIR Y A QUIÉN AMAR


EL SIGNO DEL APLAUSO Pedro Tomás Navajas - Director de
ORAR
pedrotomasnavajas@gmail.com
Virgen del Carmen, desde Burgos, tu
casa y la nuestra, nos miras con cariño
ama. Hoy todos somos llamados a crecer en hu- en esta hora difícil. ¡Cómo nos gusta
manidad. Atrévete a descubrir lo que el Espíritu te acoger tu tierna mirada! Hoy nos
pide aquí y ahora y que el miedo no te paralice. sentimos frágiles y desnudos.
Necesitamos la seguridad de tus brazos,
Si al caminar por cañadas oscuras, hemos perdido el cobijo de tu manto.
el rastro de la alegría y la fe se ha
empequeñecido, os recordamos que Jesús nunca
Ante los miedos del momento ¡cuánto
nos abandona. Su gracia y verdad son más fuertes
deseamos refugiarnos en tu regazo!
que nuestros des- alientos. Su misterio de amor lo
Como Jesús.
llevamos dentro y su alegría se abre camino en
nuestras tristezas.
Danos el valor de acoger el dolor de los
La crisis es una oportunidad para el encuentro. Si otros. Haznos capaces de derrochar
le damos a la Palabra de Jesús la ocasión de ternura, de cantar canciones, de abrir
entrar en contacto con nuestros problemas, crisis, caminos de esperanza.
miedos y esperanzas, nada estará perdido.
Cualquier situa- ción es buena para que Jesús se
página 4

ACUÉRDATE

DE

JESUCRISTO
LECTURA ORANTE EN TIEMPO DE PAND
PEDRO TOMÁS
NAVAJAS, OCD
impide moverte hacia Jesús y aprender de él
PANDEMIA qué es lo importante y qué es lo accesorio. Los
espacios reducidos, los tiempos largos, los llena
él de vida, de compasión y ternura, para que
aprendas a salir de este noche con más fuerza.

ACUÉRDATE DE JESÚS EN MEDIO DEL


SINSENTIDO. No dejes que el silencio te
ACUÉRDATE DE ÉL EN MEDIO DE LA paralice. En todo caso pregúntate qué te quiere
PANDEMIA. ¡El Señor ha resucitado! Pon en él decir Dios en este momento, cuál será
tu mirada. Mírale resucitado. Mira a tu Señor, su voluntad. Si encuentras cada día momentos
asómbrate de su luz, alégrate de su vida, ama al para estar con Jesús verás cómo vas
que tanto te amó, agradece al que por ti se quedando consagrado en la paz y en la alegría.
entregó, canta al que abrió delante de ti el Y si compartes la luz que vas encontrando con
camino de la esperanza. Mira al que te mira, la luz que otras personas encuentran, le nacerá
alégrate, ámale con todo tu corazón. Une tu voz a al mundo una esperanza mayor, una
la de Cristo en la hora de su resurrección, y que solidaridad más real. Jesús te envía a vivir una
resuene en el cielo el eco de vuestro canto: “El alternativa y a proponerla con valentía a la
Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no humanidad. Hoy, con el empuje del Espíritu,
temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, puedes ser lo que fue Jesús y vivir y amar
él fue mi salvación”. como él vivió y amó. ¿Percibes cuánta bondad
y ternura de Jesús se está sembrando estos
ACUÉRDATE DE JESÚS AQUÍ Y AHORA. días en el mundo?
Cuando tantas puertas y fronteras se cierran, en
tiempos de confinamiento y estado de alarma, ACUÉRDATE DE JESÚS EN ESTOS
abre tu corazón a Jesús resucitado. Saluda desde MOMENTOS DE CONTAGIO
tu balcón solidario a los vecinos, a los que están GENERALIZADO. Él conoce tu fragilidad,
en los hospitales, a los que investigan buscando compartida con la humanidad. Él desea que te
una vacuna que inmunice, a todos los que contagies de Espíritu; sopla sobre ti, para que
arriesgan su vida por los demás. Deja que Jesús unidas tus manos, ahora tan lavadas y
entre en tu tribulación, que es la del mundo. Que aisladas, a las de millones de personas, se
el coronavirus no te separe del amor de Jesús. inaugure la nueva creación. Siente la presencia
Jesús, que tiene entrañas de misericordia, te del Espíritu que acompaña a la humanidad en
abraza para que tú extiendas la ola de los los secretos de esta hora. Descubre en sus
abrazos. inspiraciones el paso liberador y sanador de
Dios, la Pascua. Dile que te muestre por dónde
ACUÉRDATE DE JESÚS EN MEDIO DE LA le nace a la noche la aurora. Sigue el rastro del
CRISIS. Jesús toma hoy la iniciativa, se pone Espíritu, que mantiene vivo el recuerdo de
en medio, viene a tu encuentro. Te saluda con Jesús.
la paz y la alegría, dones para una Iglesia
resucitada, para una humanidad levantada. El ACUÉRDATE DE JESÚS Y CANTA ALELUYA
coronavirus limita tus movimientos, pero no te EN ESTOS DÍAS DIFÍCILES, CARGADOS DE
VIDA. Estamos viviendo la pandemia en tiempos corazonadas del Espíritu? Jesús resucitado obra
de pascua. “Con Jesucristo siempre nace y ya en el corazón como señor del ser humano y
renace la alegría” (Papa Francisco). Canta sin de la historia. Todo es gracia. Haz tuyas las
herir a los que más sufren, como quien esparce palabras de fe de Tomás: ‘Señor mío y Dios
el perfume. Pasa del silencio a la alabanza. mío’.
Jesús es más poderoso que toda muerte.
Despierta tú, si todavía duermes, y el Señor te
alumbrará. ¿Te animas a seguir las

UN ALEGRÍA
LA PRUEBA

GRITO EN DE
SALMO 15

En medio de la pandemia, nos puede hacer bien orar este salmo,


que nos permite descubrir el lenguaje de los enamorados de
Dios. Con el salmista, que ha descubierto la intervención de Dios
en su vida, cantamos con gozo nuestra nueva identidad en medio
de la crisis “Que mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado”,
“Juntos podemos”.

página 6
CIPE
Protégeme, Dios mío, que me refugio en
ti; yo digo al Señor: “Tú eres mi bien”. Los
dioses y señores de la tierra no me
satisfacen. Multiplican las estatuas de
dioses extraños; yo no derramaré sus
libaciones con mis manos, ni tomaré sus
nombres en mis labios. El Señor es el lote
de mi heredad y mi copa, mi suerte está
en tu mano: me ha tocado un lote
hermoso, me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor, con él a
mi derecha no vacilaré. Por eso se me
alegra el corazón, se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena: porque no
me entregarás a la muerte ni dejarás a tu
fiel conocer la corrupción. Me enseñarás
el sendero de la vida, me saciarás de
gozo en tu presencia, de alegría perpetua
a tu derecha.

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se asoma en nuestro cuerpo. Así lo cantó san EL SENDERO DE LA VIDA


Juan de la Cruz: “El alma anda interior y
exteriormente como de fiesta, y trae con gran
Somos interioridad habitada: “Tengo siempre
frecuencia en el paladar de su espíritu un júbilo de
presen- te al Señor. Con él a mi derecha no
Dios grande, como un cantar nuevo, siempre
vacilaré”. Incluso cuando estamos en grave peligro
nuevo, envuelto en alegría y amor en
se abre camino la certeza de que Dios nos enseña
conocimiento de su feliz estado”.
el sendero de la vida. La vida de confinamiento
deja de ser para nosotros un oscuro enigma. La
vida se nos aclara y se convier- te en una seguri- dades en las que hacíamos pie se han
esperanza compartida con los vecinos. resquebrajado. ¿Qué podemos hacer?

Estamos en la lógica del amor, un amor entregado El salmista nos regala su luz. Sorprendentemente
que desarma a la muerte porque sus aguas no cae en la angustia ni en la depresión, pensando
torrenciales no pueden apagar el amor. En el que todo lo bueno se ha acabado y que Dios ha
horizonte de la resurrec- ción de Jesús adquiere el sido bo- rrado de la faz de la tierra. Por el
salmo todo su sentido. contrario, de sus la- bios brota uno de los más
bellos cantos de confianza y de paz que se han
cantado. No duda en reivindicar su derecho a la
ORAR EL SALMO CON JESÚS alegría.

Comparte con nosotros su grito orante: “Tú eres


¿Quién puede orar este salmo? El salmo nos mi bien”. Vive y canta la alegría que le ha sido
recuer- da a Jesús, que vivió amando al mundo, regalada. Sin ceder ante soluciones superficiales,
para gloria de Dios y dignidad del ser humano. El apunta a una expe- riencia honda. Ocupa su
Padre no dejó a su fiel conocer la corrupción, sino tiempo en saborear de forma contemplativa la
que le enseñó el sendero de la vida y lo sació de belleza que Dios le ha regalado.
gozo en su presencia. Jesús resucitado, vencedor
de la muerte, es el único que puede decir de
verdad este salmo. Nosotros, al orarlo, nos unimos LA INTIMIDAD CON DIOS
a Jesús.

Pero también este salmo lo pueden orar todos los ¿Nos atreveremos a decir con el salmista que nos
que, sacando fuerzas de flaqueza, arriesgan su ha tocado un lote hermoso y que nuestra suerte
vida para animar y acompañar a los que más está en su mano? ¿Podremos, en esta pandemia,
sufren las consecuencias del virus. cambiar la amar- gura en agradecimiento, el
lamento en alabanza? ¿Nos dejarán las cifras de
Lo podemos orar nosotros. Hagamos la prueba la crisis tratar con Dios, mirarle y dejarnos mirar
repi- tiendo muchas veces en medio de esta por él? La vida del salmista se fundamen- ta en
noche: “Tú eres mi bien, me encanta mi heredad; Dios, él es su heredad, su confianza más honda.
haznos encontrar la verdadera felicidad en ti,
enséñanos a descansar en tu amor”. La serena ¿Puede ser la opción de creer en Dios una fuente
alegría, reflejada en la vida de cada día con mil de dicha? Para el salmista sí lo es. Todo un
detalles de gratuidad, es el mejor testimo- nio del vocabulario de gozo aflora a sus labios: Dios es su
Dios con quien tratamos en la oración interior. consejero, su refugio, su bien, su heredad, su
presencia constante y protectora, su fiesta, su
vida, su camino, su felicidad eterna. Así lo cantaba
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también san Agustín: “Todo lo que tú puedes
UN GRITO DE ALEGRÍA darme fuera de ti, carece de valor. Sé tú mismo mi
heredad. A ti es a quien amo”.
Nosotros, al igual que el salmista, vivimos en tierra
La intimidad con Dios vivida en todo momento,
extraña. El coronavirus, con su letal zarpazo, en
tam- bién en las horas tranquilas de la noche, es
un tiempo inimaginablemente corto, ha cambiado
fuente de alegría, descanso y serenidad en medio
el mundo. Una ola mortal recorre el planeta. Las
de la pande- mia; se hace presente en la
interioridad más honda y

EL LA PRECIO

PASCUA
DE Ha LUCÍA CARMEN DE LA TRINIDAD, CD

Pascua, 2020. Año de gracia y bendición. Llegó cargada de


lluvia, de tormentas, de noches de viento interminables. Así
nos llegó en Antequera, y aún me sigo preguntando... Si
sabrá la primavera, que la estamos esperando...
Os comparto mi experiencia orante. Os ofrezco lo que el
Señor me regala en estos días, puro DON que deseo acoger
entre mis pequeñas manos.
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De pronto, todo ha cambiado. Primero, se me fue al cie- lo la hermana que ocupaba mucho de mi
tiempo y mis cuidados, de mis besos y mi cariño. Después, se cerró prácticamente el torno que
atiendo a diario. Y delante de mí, también como sorpresa y desafío a la vez, la dulce tarea de
confeccionar mascarillas para aquellos que ex- ponen su vida cada instante en hospitales cercanos.
Ahí paso toda mi jornada. Feliz. Entusiasmada. Arrimando, junto a todas mis hermanas de comunidad,
ese peque- ño grano de arena en estos tiempos recios que nos toca vivir. Y es esa mi oración.
Mientras fluyen de mis manos mascarillas que protegerán a otros hermanos del ata- que de un ser
invisible a nuestros ojos, mi corazón y mi mente velan junto a aquel que nos regala la vida nueva en
esta Pascua inolvidable.

Sigo el consejo de Teresa, mi santa madre, de imagi- nar un paso en la vida de Jesús, y hacerlo mío,
revi- virlo en mi propia carne. Buena pista para orar, que os ofrezco desde mi propia experiencia.

Hace pocos días, antes del confinamiento, por ra- zones del trabajo, me encontré ante una imagen de
Cristo que me conmovió las entrañas. Pocas veces había pensado en ello. Pero ahora no se me va ni
del corazón ni del canto... oro, alabo, doy gracias... por tanto amor y tanta misericordia, por tanto do-
lor y tantas ternuras. Descubrí a Jesús en el calabo- zo, aquella noche de su pasión. Y me quedé con
él. Así, sencillamente, me senté a su lado, sin palabras, sin más asombros que el palpitar de esas
cuatro pa- redes ajustando eternidades para que Dios esté un poco más a gusto en este mundo
nuestro.

Visualiza a Jesús. Está al límite de sus fuerzas en una noche que parecía no tener fin. Momentos
antes, cuando al cruzar el patio vio a Pedro sentado junto al fuego y aun danzando en el aire sus tres
“no co- nozco a ese hombre”, lo miró con cariño, que era lo que Pedro realmente necesitaba... Al llegar
al sitio, lo empujaron desde lo alto hacia un abismo oscuro y frío, un hueco infinito, porque infinito tiene
que ser el lugar que acoge a Dios. Y Jesús se sentó sobre el suelo de nuestras infidelidades, de
nuestros despre- cios, de nuestros sinsabores y olvidos. Quedó solo, dolorosamente solo en aquel
calabozo infinito.
Quiero estar aquí contigo, Jesús, acompañar tu soledad, sorprender tus lágrimas. No haré ruido,
porque tu mira- da baja me invita al silencio más profundo. Allá fuera sigue la vida, como si no pasara
nada. Hemos encerrado a Dios y continúa girando el universo. Proyectamos, calculamos, decidimos...
¿Y Dios? ¡Dios ya no nos hace falta! Todo va bien en las manos del hombre. Razonamos, usamos
nuestra inteligencia, nuestra libertad. Todo está sometido a nuestro dominio. Pero, ¿y Dios? ¡No, ya
Dios no tiene nada que hacer! ¿Y para qué rezar, si él ya no hace caso?

Jesús, ¿qué piensas en estos momentos? ¿Recuerdas el lago, las risas de Pedro caminando sobre el
agua, o ante la red repleta de peces, las veladas de Betania, los niños sobre tus rodillas, el pan
crecido entre tus manos bendi- cientes, las caricias de tu madre, el buen hacer de José?

Dijo el poeta de Fontiveros que “Fuera de Dios, todo es estrecho”. Sentada a tus pies, comprendo que
es así. La estrechez está ahí fuera, porque Dios está aquí encerrado. Jesús: luce el sol que nos
regalas, nos re- fresca tu lluvia bienhechora, cantan los pájaros y brillan los jazmines con sus primeras
flores... Pero qué estre- chura sin ti... El alma no encuentra la paz verdadera, la alegría auténtica está
lejos. El hombre siente una sed infinita que no puede saciar en ninguna fuente...

Permanezco aquí contigo. ¿Sientes consuelo al verme a tu lado? Nunca te había pensado aquí, y hoy
me ha sorprendido tu soledad. Pensativo, con el alma entre las manos y el sufrimiento rondando tus
mejillas.
Pronto te sacaremos de aquí: aún queda el Pretorio, el juicio, la cruz sobre los hombros, las caídas, el
fijar- te bien al madero para que no te puedas escapar... Y después, un lugar más lóbrego aún: el
sepulcro.

O quizá no pienses en nada... ¿Oras? ¿Hablas con nuestro Abba? Aquí te falta la brisa del monte al
amanecer cuando pasabas la noche orando a Dios. Y no puedes ver la luna, testigo de tus coloquios
con el Padre. Esa luna que crece y crece, que se lle- na por momentos porque se acerca la Pascua.
Sí, Je- sús, se acerca la Pascua, y este mundo roto y herido necesita un cordero. Pero tiene que ser
un cordero inmaculado, retoño de una hermosa cordera. Un corderillo blanco, manso y humilde de
corazón.

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Estamos confinados, en nuestras casas. Un simple golpe de tos, unas décimas, una ligera
opresión en el pecho, y puede ser la muerte llamando a nuestra puerta. Muchos hermanos ya
la han sufrido, y no los hemos podido despedir.
No podemos reunirnos para cantar, para celebrar, para bendecir a Dios. Hoy se nos clava en el
alma aquella palabra tuya: “Cuanto tú vayas a orar, entra en tu aposento, y después de cerrar
la puerta, ora a tu Padre”. Hasta el aire nos duele al respirar. Añora- mos a nuestros seres más
amados, lejos, muy lejos, aunque vivan en nuestra misma calle. Jesús: el hom- bre, tan
poderoso, tan creído en que ya no te nece- sita, no ha podido detener este pequeño virus que
va abriéndose paso hasta el corazón del mundo. El hombre no puede contener el mar de
sufrimiento que anega a la humanidad.
¡Y los pobres! ¡Cómo me duelen los pobres, Jesús! Tantos niños en la pobreza más extrema,
¿cómo de- fenderán sus vidas en estos momentos?
¡Qué noche tan larga, Jesús! Ahora, más que nun- ca, comprendo que la mañana de Pascua
tuvo un precio. Un precio demasiado alto, que solamente tú pudiste pagar por nosotros al
Padre: Dios encerra- do, Dios al borde de las lágrimas. Dios añorando el azul de su lago bajo el
cielo.
De pronto, en medio del silencio, percibo allá arriba, sobre este techo de tierra, como el palpitar
de un corazón inclinado sobre el agujero de este calabo- zo infinito... ¿Quién ha podido pasar la
noche ahí, velando junto a nosotros? –Solo en este momen-
Quiero adorarte, bendecirte.
to Jesús levanta la mirada, y con la voz velada por la sangre y las certezas, musita para sus
adentros y Jesús,
mi Señor y mi amigo. Aunque sé que lo sabes
todo, hoy quiero decirte que
para los míos: “¡Madre!”. La espera, así, se llena de calor y de esperanza.
Así paso mis momentos, momentos orantes, mien- tras confecciono estas benditas mascarillas.
No ol- estamos sufriendo. En cada esquina del mundo, bajo
videmos que ORAR es estar con Jesús. Tratar con él como con un amigo. Y, sobre todo, no
olvidemos que si hoy vivimos la alegría de la Pascua, esa alegría cada estrella, hay
alguien
tuvo un precio. que ya tan solo puede llorar.
Jesús: Te bendigo y te adoro eternamente.
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MI
MUNDO

ROTO LUCÍA CARMEN DE LA

TRINIDAD, OCD

Me siento tan pequeña, en este mundo roto.


Indefensa al abrigo de un sol que no calienta.
Qué perdida en el fondo de un mar sin sal ni
espuma. Qué tristeza transida de oscuras
soledades.

La vida se detiene frente a un ser que se


crece hiriendo los jazmines con negras
mariposas. La fuente que hoy se seca, ayer
fue canto y danza bajo una luna llena de
asombros y de besos.
Las lágrimas del mundo anuncian
primaveras por todas sus esquinas. Si
duerme el arcoíris... La lluvia está servida...
Al florecer la fuente, el
hombre, al fin, sabrá que Dios no nos
olvida.

Mil mariposas blancas esperan que


amanezca. La flor del azahar aguarda con
la brisa.

PERCEPCI
ÓN

EXTRAÑA
ÁNGEL MORENO DE
BUENAFUENTE
¿Qué me pasa, que no sé decir? ¿Habré Y escucho en mi interior la voz que me
perdido la percepción de la realidad? responde: Espera, sé valiente, que volverán
los peregrinos.
¡Todo sigue igual, y todo es
diferente! No hay nadie en la calle, Y pruebo a recordar los nombres del
todo es vacío. terreno: requejo, marojo, aligustre, jazmín,
enebro...
El campo reverdece, se abotona el nogal. La
flor del almendro y del cerezo cuajan en fruto. Y me doy cuenta de estar acompañado,
sin que haga ruido, por el Señor en el
Las fuentes se acrecientan, el bosque se paseo.
espesa, el sendero se alfombra, el prado
florece.

Mas no veo a nadie, los caminos están


solos. ¿Dónde está el tú? ¿En quién
poner los ojos?

¿Estaré en el jardín primero? ¿O


en el vacío del sepulcro abierto?
¡Algo nuevo ha sucedido! ¿Dónde ha
quedado la fiesta y la tertulia?

Si el manantial crece, no es posible el final, ni


cabe que el hombre haya sido expulsado de este
mundo.

Pero ¿para quién florecen los


espinos? ¿Por quién corren las
aguas del arroyo?

TESTIMONIO

¿DÓNDE
ESTÁ

DIOS?
JOSÉ CARLOS BERMEJO, DIRECTOR DEL CENTRO DE
HUMANIzACIóN DE LA SALUD SAN CAMILO

¿Dónde está Dios en medio de tanto dolor, angustia,


incomprensión, impotencia y sufrimiento? Dios está más visible que
nunca, si cabe. Lo estamos viendo en su bondad y misericordia en el
batallón de profesionales de la salud y del cuidado en centros de
mayores, que, en circunstancias límite y sin suficientes medios de
protección, están mostrando la ternura de Dios y su presencia
saludable: que da salud y cuidado. Dios está más visible que nunca
-como siempre ha estado- en la persona que sufre y está crucificada en
su cama, en su casa, en la residencia o en el hospital, esperando que
otro ser humano tenga lo suficiente y necesario para cuidarle
dignamente. Dios sufre en el que sufre, sana a través del cuidador.
¿Cómo y cuánto ayudan la fe y la mirada creyente que pone
esperanza en algún rincón del cielo? La dimensión espiritual es un
factor que protege la resilencia, la posibilidad de crecer en la situación
traumática. El dinamismo de la esperanza, propio del ser humano y muy
particular del creyente, refuerza el compromiso por el bien y la
paciencia en la adversidad. El dinamismo sanante de la esperanza
construye comunidad y esfuerzo por ayudarnos unos a otros, tanto
física como emocional y espiritualmente. La fe en Dios permite cultivar
la interioridad y la relación personal con lo más íntimo de nosotros
mismos y dirigirnos –desde lo hondo– a aquel que siempre ha estado y
estará de nuestra parte y con nosotros.

página 14
página 15

EL PASO DEL

SEÑOR EN ESTA

HORA
página 16
ÁNGEL MORENO DE
BUENAFUENTE

EL SEÑOR ORA
página 17

Ante el sobresalto que nos ha producido el coronavirus, que


se cronifica, uno puede reaccionar con miedo. Son
demasiados los muertos, y a veces muy cercanos los que
sufren, y no cabe pensar que uno está libre del peligro de
contagio. En este caso, además de ser responsable en los
cuidados, ayuda oír por dentro: “No tengas miedo, soy yo”,
“Hombres de poca fe, ¿por qué teméis?”, palabras de Jesús
resucitado a los suyos.
El encerramiento es terapia física y solidaria para no
capaces de comprender, de convivir, de orar por contaminar ni contaminarse, ejercicio
responsable,
los demás... ¡Cómo sana el perdón! aunque cueste haber perdido las relaciones inme- diatas y
no tener ante los ojos la presencia amiga. En este contexto, ayuda creer que el Resucitado
tiene poder para atravesar los muros de nuestro confina- miento y de acompañarnos.
El confinamiento se puede superar por lo que anida en el interior del ser, el techo se sobrepa-
sa por la trascendencia, el círculo de relaciones se amplía por la oración solidaria. Ayuda
mucho hacer ejercicios de memoria orante y recordar a Sin duda que sentirse, en las actuales
circunstancias,
quienes están sumidos en el duelo por haber su- frágil, vulnerable, candidato al contagio, no es
por-
frido la enfermedad, por haber perdido a un ser que uno arrastre complejos, es la realidad
humana,
querido, por sentir el riesgo de perder el trabajo la contingencia de la mortalidad, la estadística
de
en que se fundaba la economía familiar. Es mo- los números. En este contexto, ayuda
contemplar
mento de solidaridad. a Cristo glorioso, que muestra las manos con las señales de su pasión.
Cada día es posible atravesar la etapa de desierto si hay disciplina, pero sobre todo si se
celebra la re- Es momento de encontrarse uno a sí mismo, de
lación teologal. Es diferente sentir al alba el tedio conocer el fondo de su propio ser; de
averiguar la
de una nueva jornada ociosa que levantarse con la capacidad de soledad, de percepción
interior, de
referencia del salmista: “Oh Dios, Tú eres mi Dios, gozar de la creatividad espiritual, y sobre
todo de
por ti madrugo” (Sal 62). Es distinto permanecer la relación trascendente. Ayudan las palabras
de
abúlico que cultivar el don propio, como puede ser san Agustín: “Dios está más íntimo que
nuestra
la música, la lectura, las tareas domésticas, el en- propia intimidad”.
cuentro comunitario en torno a la Palabra, en ora-
No es momento de consejos pietistas, de reco- mendaciones mágicas, de augurios fatales ni de
fan-
ción, o personalmente. Se redescubre el potencial de la Iglesia doméstica.
tasmas hipotéticos. El creyente tiene la referencia
No es momento de aconsejar sino de dar testimo- pascual de Cristo resucitado, quien se
presenta en
nio; no es tiempo de recetas, sino de ofrenda; no vale medio de los suyos con las manos
heridas y con el
decir: “Hay que hacer”, “tienes que hacer”, sino vivir pecho llagado, y nos manda sentir en los
agujeros de
de manera solidaria, brindando de forma anónima y los clavos la experiencia sanadora. Poner
las manos
gratuita el regalo de la oración por otros, y la sonri- en las heridas cura, como lo están haciendo
tantos
sa y el servicio con los de cerca. Tiempo privilegiado samaritanos, llamados por Francisco “los
santos de
para tomar conciencia de lo esencial, de lo que sub- la puerta de al lado”. Pero poner las
manos en las
siste, del don de la persona compañera, y del sentido propias heridas, dejándose mirar y
perdonar, nos
de la vida. Ayuda contemplar al Crucificado, sabiendo convierte a nosotros mismos en
misericordiosos,
y creyendo que está vivo, y que nos acompaña.
MI EN DE

ORACIÓN LA EL

CORAZÓN

PANDEMIA
MIGUEL
MÁRqUEz, OCD
página 18

Yo oraba con una enferma de coronavirus, hospitalizada desde


hace varias semanas, y le decía al Señor en voz alta: “Señor,
Dios de la vida y de la enfermedad, cuida a Delia, dale tu paz y tu
gracia, para vivir este momento como una oportunidad de
descanso y de agradecimiento por tanto como le has regalado en
la vida...” y ella también participó orando: “Te doy gracias, Señor,
por esta enfermedad”... Me estremeció su oración como un
disparo inesperado. En aquella habitación ella solita, con paz,
con el dolor profundo del peso de la vida, más que de la
enfermedad, la lucha y el trabajo, vuelve la mirada a Dios y le da
gracias, vive estos días como una oportunidad y pide para su
familia un despertar al regalo de la vida.
Como un golpe seco y aplanador recibo la noticia misionera en Ecua- dor unos 20 años, luchadora y
de las muertes de algunos hermanos: Malaquías, rebelde, tenaz y ale- gre, que siempre me
Daniel y el último, Juan Jesús, en la mañana, recordaba aquella canción, hecha oración al
antes de la eu- caristía me avisan: ‘Se ha ido’. Un Señor: “Cada vez que te beso me sabe a poco...
silencio sordo y los pulmones buscando espacio cada vez, cuando te miro, cada vez encuentro una
para respirar, un peso de desolación interior, de razón para seguir viviendo, cada vez cuando te
tristeza e impotencia de niño perdido, y la miro es como descubrir el universo... te quiero, te
necesidad de acurrucarme ante el Señor, sin decir quiero y eres el centro de mi corazón, te quiero
nada (como en los días de la infancia, como en las como la tierra al sol”.
noches del amor primero), sin reclamar nada, sin
protestar... herido pero aceptando... Se nos va el Durante el día, entre nosotros permanece un am-
que sostenía a todos, el que no escatimaba biente de silencio hondo, bombardeado por mil
tiempo, esfuerzo y sacrificio, el que hacía de padre muestras de cercanía de todas partes, palabras de
y de madre, al que un día pedí que acompañara a cariño... reconfortantes, bálsamo, sensación pode-
los enfermos y ancianos y, con prontitud de fraile rosa de comunión, de complicidad teresiana...
presto para servir, se dejó arrancar para
En la noche, la opresión aplastante de la mañana,
sembrarse y cuidar otro jardín, el de los más
se ha ido tornando respiración agradecida,
vulnerables, enfermos y ma- yores, y lo hizo como
homenaje multiplicado en la voz y la palabra de
un hombre bueno y fiel.
hermanos y hermanas que, pese al dolor,
Discurre el día y otra noticia, como espada que agradecen tanta vida entregada. Y ante la
entra en la misma llaga, la muerte de María pregunta de mucha gente, ten- go que reconocer
Teresa García Mariscal, una vieja amiga de que el pecho se ha abierto alo- jando un gracias
muchos años, con 96 se ha apagado también; por tanto recibido de hermanos y hermanas que se
van con las manos vacías y el corazón lleno de
nombres, se han ido sin despedi- da, sin bendición aparece, invitando a sentarme a la mesa y
en la frente, sin unción con óleo descansar, para ren- dir la vida y aceptar, para
sacramental, sin mano apretada o silla la lado de dejarme hacer y querer lo que TÚ quieres, para
la cama... se han ido en soledad, tejida de multitud seguir ofreciendo la vida.
de milagros invisibles, aquellos del amor callado
del que hablaba Juan de la Cruz, que son los ‘Mudaré mi canción de
solos que dan luz al mundo y el verdadero tesoro
de la Igle- sia... Una soledad que a los que
melodía, y saldré de mi
quedamos se nos hace amarga y difícil de tragar, rincón, hacia lo inesperado,
y a ellos se les habrá tornado en fiesta de bodas,
en beso que ya sabe a plenitud, en alegría y risas,
en pura fragilidad,
en abrazos sin medi- das... ‘Si ellos se alegran de desarmado, abrazando el
ver a Dios, mucho más se alegra él de verlos a
ellos’, decía un hermano de la casa de los
rostro que aparece ante mí,
mayores... ¡Cómo consuela! disponible para ti... ese será
Estos días, más que nunca, vulnerables, frágiles y mi homenaje por ti’.
ate- nazados por la incertidumbre, sentimos una
lluvia fina, mansa, que cala cuerpo y alma Con Delia digo: “Gracias, Señor, por la enferme-
llegando a la raíz, al hondón, y allí una necesidad dad”. Gracias por ti, por cada hermano y hermana.
imperiosa de estrenar la vida, de arrimarnos a Abro una carta de las muchas de María Teresa y
donde brota lo verdadero, de reclinar el corazón sale un papelillo con un pétalo seco y una frase:
en el pecho de Dios, único y verdadero hogar “Dios viene... viene... viene siempre” y él también
patrio, única lumbre que reconforta y abriga; allí, vulne- rable y necesitado de abrigo y calor.
he ido sintiendo poco a poco después de un par
de días que la quiebra interior, la desolación y la
fracción del pan de mi vida, se ha tornado eucaris-
tía, GRACIAS, rostro y mirada que ante mí

LECTURA CREYENTE EN TIEMPO DE PA


SIRVE LOS DIOS, P

QUE TODO AMAN

BIEN LES JOSÉ ÁNGEL LALINDE


página 20

Miro a mi alrededor y observo rostros felices, otros tristes,


muchos preocupados, también cansados. Las situaciones ante
las que nos coloca la vida nos hacen interpretar la realidad con
objetividad, pero también con muchas dosis de subje- tividad.
¿Por qué personas cercanas a nosotros, cuyos problemas
agudos, vitales, insufribles se hunden en la miseria, mientras que
otros, ante las mismas crudas realidades sonríen, aunque les
llore el alma?
DE PANDEMIA No es fácil encontrar una respuesta satisfactoria o
convincente, o simplemente acertada. Pero sí es
cier- to que la cruda realidad que nos rodea, que
muchas veces nos acecha personalmente,
depende del color del cristal con que se mire.
¿Depende de eso: del co- lor del cristal? No.
Pienso que es algo mucho más importante. Si solo
se ve bien con el corazón, nues- tra mirada va a
depender totalmente de aquello o de aquel que
llene nuestro corazón.

Cuando la dificultad nos atosiga, solo la confianza


aligera nuestra carga. Cuando la alegría se nos
nu- bla, solo el abandono nos libera del peso que
nos arrastra. La confianza que ponemos en el
Señor, dejarnos acompañar por su silencio y en
silencio, dejar en sus manos nuestra pesada carga
para que él la aligere, nos pone en el camino de
comprender que aquello que nos acecha puede
servirnos para crecer: Lo que no me vence, me
hace más fuerte.

No se ve bien sino con el corazón. Por eso,


interpretar nuestros males es cuestión de amor: de
amar y de de- jarse amar... por él. Nos dice san
Pablo que "A los que aman a Dios, todo les sirve
para el bien" (Rom 8,28).
HAY FOTOS QUE HABLAN MÁS QUE Un corazón henchido de amor, un corazón henchi-
MIL PALABRAS. En esta, sacerdotes y do de Dios, un corazón que cuando se enfrenta a
voluntarios de Burgos, vinculados a lo duro y a las adversidades sabe lanzar miradas
CARITAS, preparan el seminario para de mi- sericordia. Dios es Padre misericordioso y
acoger a personas sin hogar. Hay mucha él, desde nuestros adentros, nos vuelve
gente que hace que los milagros ocurran. misericordiosos, es decir: a las miserias que nos
Ellos son la mejor respuesta a la enturbian nos enseña a poner el corazón. Él es
pregunta: ¿Dónde está la Iglesia en esta misericordioso y quiere que nosotros lo seamos
hora? con los demás.
Y es así: amar a Dios, tener a Dios presente en
cada aliento de nuestra vida, es garantía de que, Tener a D
ante las difi- cultades, nos ponemos en sus manos lleva a sab
y de él recibimos el alivio necesario. todo lo que
para nuest
Aprendemos desde niños a ser agradecidos. Le
da- mos gracias a Dios por todo lo que recibimos Estamos atravesando un momento difícil,
has- ta el punto de que, cuando la vida se nos complica- do, surrealista. El coronavirus y todo lo
tuerce, somos capaces de darle la vuelta a las que conlleva nos ha puesto frente al espejo de lo
situaciones difíciles, ponerlo todo en sus manos y que verdadera- mente importa. El coronavirus ha
confiar... solo confiar. Cuando superamos las llegado sin llamarlo y nos ha hecho cuestionarnos
duras pruebas y volvemos la vista atrás, se nos nuestro estilo de vida, nuestro endiosamiento,
ilumina la mirada. nuestro alejamiento de todo lo realmente valioso,
también de Dios. Y, sin dudarlo, este es un
Me viene a la memoria aquella anciana y mujer momento de turbación que nos hace bien, porque
gran- de que, en su debilidad, en la soledad ha hecho que caigamos de todas nuestras
sobrevenida tras la muerte de su marido, con seguridades y nos lleva a plantearnos todo tipo de
quien se sentía pro- fundamente unida, vive la vida preguntas y, probablemente, la pregunta clave:
con serena alegría, con agradecimiento, con Señor ¿qué quieres de mí? Quizás sepamos
cariño contagioso. Ella se muestra así, ella habla responder: Aquí estoy, Señor, para hacer tu
con alegría porque de lo que habla su lengua es voluntad.
de lo que rebosa su corazón.
AL RITMO DE

LA PALABRA

QUE DA

VIDA
JUAN JOSÉ
HERRERO, OCD

Cada mañana, al amanecer, una comunidad religiosa, con las


debidas distancias, se reúne para celebrar la eucaristía en este
tiempo de pascua y de pandemia. La escucha atenta de la
Palabra y los comentarios orantes de los hermanos son una
ayuda imprescindible para leer el momento presente de crisis con
ojos de fe. Estos encuentros son una bocanada de aire del
Espíritu. El martes de Pascua se leyeron las lecturas del día:
Hechos de los apóstoles 2,36-41, Salmo 32, Evangelio según san
Juan 20,11-18. Este es fue el comentario sapiencial.

página 22
Llegamos en la lectura de hoy al final del discurso vino todo e
“tipo” de la Iglesia naciente, puesto en boca de Pe- esos dos á
dro, cabeza visible, que recoge la puesta en dentro): ¿P
marcha del "kerigma". La Iglesia, con la fuerza del quién busc
Espíritu, tiene el valor de anunciar al pueblo judío sión” y una
que al final de la historia de la salvación, de sus
sueños y es- peranzas, Dios ha colocado al María Magdalena busca a Jesús en la tumba para
“crucificado”. Aquel que ha escandalizado a unos, llorar su desgracia, para recoger los restos de la
que ha sido conside- rado loco por otros, ha sido razón de su vida. Ella desea honrar a quien le
constituido “Señor” y “Mesías” por Dios. De nuevo, cambió y llenó la existencia, necesita escuchar su
los planes del Señor no se ajustan a nuestros nombre, cambiar “su mirar” en un “contemplar” y
planes, a nuestros deseos, a nuestros intereses y descubrir a Jesús “que vive”, que ha puesto “su”
por eso, Pedro, pide la conver- sión, el cambio de final a la historia, que no es la tumba. María
mentalidad, la apertura a Dios, a su acción Magdalena comprende que es algo nuevo, que no
desconcertante. El apóstol nos invita a dejar podemos verlo con los ojos de antes, ni buscar los
nuestros proyectos, nuestros finales de histo- ria y restos de nuestros “días de gloria”, que nadie nos
abrir las puertas para que sea Dios quien los ha robado a Jesús, ni nos lo ha guardado. No, el
escriba. Pero, eso sí, al final estará “el Señor vive cerca: basta con que afinemos el oído
crucificado”, aquel a quien rechazamos, de quien y le demos espacio para que pronuncie nuestro
nos reímos, a quien juzgamos y a quien nombre. La conversión que nos sigue pidiendo
condenamos. Pedro es esa apertura a la novedad, a lo distinto, a
Dios.

Y los Hechos terminan el relato con un triunfo muy


de la Iglesia: “Se les agregaron unos tres mil”.
Pero yo prefiero el final de Juan: María Magdalena
fue co- rriendo –ahora sí– a donde los discípulos y
les dijo: “He visto al Señor”.

No sé si tendremos que volver a contar los que re-


gresan a los templos, pero no me cabe duda de
que el Señor nos invita a la conversión y que esta
va por los caminos que nos enseña Juan con el
relato “sim- bólico” de la Magdalena.

EL PAPA
ALIENTO

FRANCISCO
DEL PAPA FRANCISCO

página 24

Queremos haceros llegar, como un bálsamo, algunas de


las palabras del papa Francisco, que en estos días
difíciles no ha dejado de alentarnos. No las hemos puesto
en orden cronológico, sino que las hemos colocado como
si fueran los párrafos de una carta escrita para cada uno
de voso- tros con inmenso cariño. Disfrutadlas.

“A la pandemia del virus queremos responder con la universalidad de


la oración, de la compasión, de la ternura”. Ángelus, 22 de marzo de 2020

“La respuesta de los cristianos en las tempestades de la vida y de la


historia no puede ser otra que la misericordia: el amor compasivo entre
nosotros y por todos, especialmente hacia los que sufren, los que
tienen que afrontar más dificultades, los más abandonados...” Regina Caeli,
19 de abril de 2020
“Que cada uno de nosotros esté cerca de los que están en la prueba,
convirtiéndose para ellos en un reflejo del amor y la ternura de Dios,
que libra de la muerte y hace vencer la vida” . Ángelus, 29 de marzo de 2020

“Abracemos espiritualmente a los enfermos, a sus familias y a quienes


los cuidan con tanta abnegación; recemos por los difuntos, en la luz de
la fe pascual” . Ángelus, 5 de abril de 2020

“Que esta noticia resuene en nuestros hogares y en nuestros


corazones: «¡Cristo, mi esperanza, ha resucitado!» (Secuencia
Pascual). Esta certeza refuerza la fe de todo bautizado y anima
especialmente a aquellos que se enfrentan a grandes sufrimientos y
dificultades”. Regina Caeli, 13 de abril de 2020
“En este periodo se han tenido que suspender muchos eventos, pero
florecen los mejores frutos del deporte: la resistencia, el espíritu de
equipo, la fraternidad, el dar lo mejor de sí mismo...” Ángelus, 5 de abril de 2020

“Hoy quisiera recordar lo que muchas mujeres hacen, incluso en este


tiempo de emergencia sanitaria, para cuidar de los demás: mujeres
médicas, enfermeras, fuerzas del orden y funcionarias de prisiones,
empleadas de tiendas de artículos de primera necesidad..., y muchas
madres y hermanas y abuelas que se encuentran encerradas en sus
casas con toda la familia, con los niños, los ancianos, los
discapacitados”. Regina Caeli, 13 de abril de 2020

“¡Tened fe! En medio del llanto seguid teniendo fe, aunque la muerte
parezca haber vencido. ¡Quitad la piedra de vuestro corazón! Que la
Palabra de Dios devuelva la vida allí donde hay muerte”. Ángelus, 29 de marzo
de 2020

“Que la Virgen María, testigo silencioso de la muerte y resurrección de


su hijo Jesús, nos ayude a creer firmemente en este misterio de
salvación: si se abraza con fe, puede cambiar nuestras vidas”. Regina Caeli,
13 de abril de 2020
página 25
Ilustración realizada a partir de una foto de la agencia EFE publicada en LAS PROVINCIAS página 26

LA
DESPEDIDA

DE LOS

SERES
QUERIDOS
Cementerio de Burgos. Cada día unos cuantos fallecidos,
muchos a consecuencia del coronavirus. Diego, junto a
otros sacerdotes, acompaña a las familias, reducidas en
cuanto a número, ora, sufre, crece en su sacerdocio. Nos
deja algunos de sus sentimientos.

“Descanse en paz. Amén”. Estas son las últimas muy concreta: dos o tres familiares que se acer-
palabras con las que encomendamos a Dios a can para despedir a su ser querido. Es un momen-
nuestros seres queridos. Palabras que indican una to de mucha intensidad; se abren las puertas del
confianza en Dios que da el descanso y la paz que cementerio, se recibe el cadáver y se cierran las
necesita el corazón del hombre. Ojalá nosotros puertas. Es el primer momento que tienen para
tuviésemos muchas ocasiones en la vida para hacerse a la idea de la muerte y también el último.
des- cansar en la paz que Dios regala. Muchas impresiones y emociones juntas. Solo una
palabra: el silencio. En ese momento me pongo a
Durante estos días han sido también las palabras rezar y les acompaño hasta la tumba. Después del
que han pronunciado mis labios, una y otra vez, enterramiento, cuando ellos deciden terminar, les
acompañando a los familiares en el último adiós a acompaño hacia la puerta y acojo con cercanía los
su ser querido en el cementerio de Burgos. Para sentimientos del corazón que surgen: dolor,
mí han sido momentos de mucha intensidad, en impotencia y mucha soledad.
los que he intentado mostrar el rostro siempre vivo
del Señor resucitado. No es fácil, pero he Como sacerdote descubro tres aspectos de mi
descubierto cómo Dios ayuda en la necesidad. vida ministerial:
DEJAR QUE PASE EL TIEMPO: es una ac-
Mi experiencia en el cementerio de Burgos ha sido titud de Jesús resucitado ante los discípulos de
Emaús: no tener prisa. En un mundo lleno de es- ofrenda y la oferta de la propia vida es algo que
trés es necesario perder el tiempo para ganarlo. no se olvida nunca. Hasta el punto de que hay
Aprendes mucho de esas familias humildes a las familiares que quieren fotografiarse contigo,
que no conoces de nada, pero que para ellos como si fueras un famoso o un héroe... Y es que
has sido parte fundamental en el duelo. en cierto modo, lo somos. Allí donde todos
cierran, la Iglesia abre; ¿dónde están los pode-
ACOMPAÑAMIENTO: acompañar es algo rosos y los famosos de la tierra? El sacerdote
esencial. A veces pensamos que las masas nos está donde se le necesita e incluso donde su
evangelizan, pero es el tú a tú, persona a per- presencia es fundamental aunque no se le llame.
sona, quien lo hace. El contacto, el mirar a los
ojos es especial. Jesús miró a Tomás incrédulo
Este tiempo de pandemia es un tiempo para
con mucha misericordia, sin echarle en cara su
sentir- nos Iglesia de Jesús Resucitado. Para mí
falta de fe. Simplemente acompaña su situación
está siendo un tiempo único para redescubrir mi
personal. vocación sa- cerdotal, que nace del costado de
Cristo muerto en la cruz y levantado para siempre
ACOGIDA: es lo que puedes brindar a to- dos. en la resurrección.
“Mi casa es la vuestra”, aquí me tenéis. La
DIEGO MINGO,
SACERDOTE
página 27

LECTURA

CREYENTE

TRIBULACIÓN

DE LA
LOS CARMELITAS DESCALzOS
SAVERIO CANNISTRà, SUPERIOR GENERAL DE

página 28

Saverio Cannistrà ha escrito una carta iluminadora acerca del


momento de pandemia que estamos viviendo. Hemos
extraído algunos párrafos de la misma, que pueden ayudar a
realizar una lectura creyente en tiempos de pandemia. Ojalá
os ayude, como nos ha ayudado a tantos.
... El riesgo, efectivamente, es afrontar este mo-
masivas de información, sin
mento, tan serio e importante, ya sea
prescindiendo por completo de la fe o, por el asimilarlas, evaluarlas y
contrario, recurrien- do a una religiosidad que tiene
poco que ver con el Dios revelado en Jesucristo.
procesarlas. Información que
El papa Francisco nos ha advertido: “¡No no nos forma, sino que nos
desperdicien estos días difíciles!”
invade y nos agobia.
Es normal que cada uno de nosotros, como cada Por lo tanto, es justo preguntarnos: ¿Tenemos una
ciudadano responsable, siga escrupulosamente palabra que provenga del silencio de la meditación
las normas para evitar la propagación del y que nos ayude para este tiempo? ¿Una palabra
contagio, acepte generosamente los pequeños cre- yente y orante que nos pueda guiar, que sea
sacrificios que esto conlleva y haga lo que esté a “lám- para para nuestros pasos y luz en nuestro
su alcance para ayudar a los demás y crear a su camino”? Confieso que ante preguntas de este
alrededor un clima de paz y humanidad. tipo la res- puesta espontánea sería simplemente:
no, al menos por ahora no la tenemos, y el
Es igualmente normal que, como creyentes, recu- reconocimiento de esta pobreza ya sería más
rramos a Dios orando por los enfermos, por quie- verdadero y valioso que muchos discursos fáciles
nes los ayudan, por los muchos fallecidos, por los y a veces engañosos.
científicos dedicados a la búsqueda de una
vacuna, por todos aquellos que están en Sin embargo, no podemos permanecer tranquilos
condiciones de po- breza debido a la crisis y ociosos cuando nos falta esta luz y es nuestro
económica. deber caminar y acompañar a otras personas en el
camino. Si nos preocupamos solo por la
Sin embargo, hay un nivel más profundo, que tiene emergencia sanitaria y la consecuente crisis
que ver con una lectura creyente de la historia, económica, ¿qué estamos ha- ciendo de
con la presencia de Dios en medio de las extraordinario?, ¿no hacen esto también los
tribulaciones y las pruebas de la humanidad. Es un paganos? (Mt 5,47). A nosotros se nos pide algo
nivel en el que quizás preferimos no entrar y más: “buscar gimiendo”, como dijo Pascal,
permanecer en silencio. implorar, llamar a la puerta sin casarnos hasta que
un rayo de luz, un destello de cielo se abra para
El silencio es oro cuando es el nosotros y nos permita andar en verdad.
espacio para la reflexión, para Para empezar, una tribulación no es algo bueno,
no es una gracia. Sus sinónimos son: angustia,
una búsqueda interior, para persecución, hambre, desnudez, peligro (Rom
escuchar en profundidad. Sin 8,35). Hay una fuer- za de muerte que actúa en
todas las formas de tribu- lación y esta fuerza nos
embargo, no lo es cuando es pone a prueba, nos empuja a la tentación
consecuencia de una inercia situándose entre nosotros y Cristo, entre nuestra
humanidad débil y herida y la fuerza de su vida
del espíritu y un bloqueo del resucitada. La sombra de muerte que el poder de
pensamiento, cuando nos la tribulación proyecta sobre cada uno de nosotros
es tal que oscurece la visión de aquel que está
limitamos a ingerir dosis más allá.
Nos mantendríamos separados de la luz y la vida
quien ya vino y vendrá, o más
si en esa misma sombra, en esa misma muerte no
hu- biera un rastro, una presencia, de la vida. La bien ya está viniendo “para
tribula- ción, de hecho, es siempre para el cristiano
el lugar por el que Cristo pasó, o más bien por el
asegurarme su tesoro, mi
que Cristo sigue pasando y nos conduce hacia la tesoro”. Sin memoria y sin
luz de la Pascua.
espera ¿qué quedaría de
Cuando decimos que hemos sido salvados, que
creemos en la salvación, creemos concretamente
nosotros, pequeños
esto: que el mal, la muerte, ya están humanos?
definitivamente derrotados. Pero también decimos
otra cosa, más difícil de aceptar y, sobre todo, de
vivir y testificar, a saber, que el encuentro con la
vida resucitada supo- ne siempre atravesar el mal
y la muerte.

Hemos olvidado el sentido de


la espera, no resistimos el
vacío y la tensión del deseo
del que surge la espera. De
hecho, esperar es propio de
quienes aman, y no saber
esperar significa, página 30

básicamente, no saber amar. La tribulación sigue siendo lo que es: experiencia


de dolor y angustia, de desconcierto y aflicción,
Esperar llena, no de objetos pero a la fuerza que empuja hacia abajo, que
sino del sujeto amado, nuestro aplas- ta y oprime, se contrapone una fuerza que
empuja hacia adelante y hacia arriba, atrayendo y
espacio vacío de él. Por esta levantan- do. Toda fuerza negativa, humillante y
aniquiladora de la tribulación consiste en la
razón, la espera es también el tentación de sepa- rarnos de Cristo. Y ciertamente
momento de recordar, de cederíamos a esta tentación si la tribulación no
fuera tribulación del cuerpo de Cristo. Si no fuera
repasar la trama del tiempo herida de su cuer- po crucificado y resucitado, no
para reconocer las huellas, los nos salvaríamos ni podríamos salir victoriosos de
la lucha; incluso si mañana, como por arte de
signos y las parábolas de magia, la pandemia se detuviera, incluso si todo
volviera a comenzar má- gicamente como si nada fuerza de llevarnos de regreso a él y a nosotros
hubiera pasado, no esta- ríamos salvados. mismos en él (cfr. Las Moradas, 4 M 3,2)?

En la tribulación hay un movimiento hacia adelan- La limitación de los desplazamientos no impide en


te, como si en un cierto momento la historia diera absoluto este movimiento hacia el futuro, al con-
un salto, una aceleración hacia el futuro. Creo que trario, podría promoverlo y estimularlo. Hoy nos
uno de los elementos de consuelo en la tribulación damos cuenta de que para nosotros no mover-
(cfr 2Cor 1,4) es precisamente este: ser capaces nos significa estar sentados en el presente como
de percibir la abreviación del tiempo, el acercarse en una caja vacía y frágil, que para no ceder debe
del Reino. ¿Podemos escuchar, en el silencio de estar llena de cosas, de objetos concretos, sólidos
este tiempo de emergencia, ese “silbo del pastor” y apropiables.
casi imperceptible y que, sin embargo, tiene la

AYER TE

VI

LLORAR...
FRAY EMMANUEL
MARÍA, OCD

Ayer te vi llorar... Llorabas con aquel profesional de la salud que


siente en su propio cuerpo el cansancio del
No llorabas por las injurias, blasfemias y trabajo y que a menudo siente la muerte, ora
desprecio de los mortales... No. No era este velando sus pacientes, ora arriesgando su propia
el motivo de tu llanto. No te preocupabas por vida. Sus fuerzas han llegado al límite; por eso
TI, sino por la humanidad herida. lloras.
No llorabas como un niño perdido, sin saber Llorabas con todos los que han muerto sin el
qué hacer frente al dolor. No eran lágrimas de auxilio necesario, sin la presencia de sus
desesperanza o de angustia ante la familiares en el lecho de muerte, sin la
desgracia, sino compasión de quien sufre con esperanza cristiana de la vida eterna.
y ante el dolor ajeno, sabiendo que mañana, Llorabas porque ellos se sentían solos y
todo lo que ahora vivimos, se habrá pasado. abandonados.
Ayer te vi llorar... Ayer te vi llorar...
Llorabas con aquel padre y aquella madre que Compadecido de la humanidad, que
ya no tenían cómo sostener a su familia. La ahora se percibe a sí misma indefensa
impotencia les llevaba a la desesperación. frente a una tempestad inoportuna, que
Sentían el peso de tener que transmitir ha cuestionado sus falsas seguridades y
seguridad en medio de la tribulación, sin poder le ha devuelto a la consciencia de que
hacer nada, tenían que parecer fuertes y toda la humanidad comparte el mismo
transmitir esperanza a sus hijos y no sabían destino.
cómo hacerlo.
Para el lector que se hace la pregunta: “¿Dónde
Llorabas con el joven que, enfadado con todo lo está Dios en medio de tanto dolor?”, le diría que
que estaba viviendo, se desesperaba frente a si por unos pocos segundo se nos permitiera
un futuro muy incierto. Todo lo que había cruzar el cielo y llegar a contemplar a Dios cara
planeado, tal vez ya no fuera posible. Ahora, a cara, seguro que veríamos una lágrima caer
preso de sus pensamientos, no encuentra de su rostro, pues él llora con nosotros.
sentido a su vida.
Por eso, hoy me limito a hacer una oración
Llorabas junto al niño que había perdido a sencilla y segura: “Señor, se tú nuestra
su abuelo a causa de la enfermedad y que salvación”.
su familia no sabía qué decirle para
consolarle;
a él, que se sentía privado de las caricias
de su abuelo y de su mirada complaciente.
INTENTO

BICHIT

O DE CON
DICHOSO
DIÁLOGO EL
FRAY PALABRA, OCD

Bichito, la que has liao... Has puesto el mundo patas arriba,


literalmente. La economía mundial se ha paralizado (no digo
nada de la nacional, claro, que la has dejado temblando y ya
veremos cuándo se recupera o se reanima del paro cardíaco en
que ha entrado). La cifra de infectados (que, para que no suene
tan mal, los llaman contagiados o, aún mejor, 'positivos') es
astronómica; y la cifra de los muertos (que eso suena más fuerte
y se los llama fallecidos o aun 'finados') es..., ¿cómo encontrar
adjetivo para describirla? inmensa, desorbitada, excesiva... (es
que has matado diez veces más que la gripe común y en un
tiempo récord, que es lo que ha dejado a todos pasmados); cifra
intolerable.

página 32

Ay, bichito, la que has liao... A base de agua y le- Y entre la muerte en soledad y la vida encerrada,
jía y de lavarse las manos continuamente, que no ¿qué hacer? ¿qué decir? ¿qué orar? Sin
hay otra cosa en el día que se repita tanto. Y to- entender...
dos confinados o encerrados o sin poder salir de
casa; que para muchos eso es lo peor. Resulta que te has colado en nuestro mundo, en
nuestras vidas, en nuestras muertes, en todo...
Pero, claro, hay cosas mucho peores, como ser
'positivo' o ingresar en una UCI o no salir de ella..., Ya no hay famosos, ya no hay deportistas endio-
bueno, salir sí, pero ya no volver a ningún otro sitio sados, todos igual de humanos e igual de débiles.
más, nunca...
Solo quedas tú dando la murga a todo el mundo,
movilizando ejércitos, sanitarios, voluntarios... - la espiritualidad: practicar la fe en espíritu, sin
ac- tos externos-públicos; experiencia de
Solo tú, que andas de acá para allá, en las encuentro.
mucosas, en los contactos, en el aire, en las
gotitas... En realidad, bichito, puedes servir (de lo poco que
puedes servir, vaya) para purificar nuestra fe.
Y seguimos restregando fuerte las manos con ja-
bón, alcohol, desinfectante, con... ¿Con qué más? Si nuestra fe se quedó anclada en el pasado, la
azu- zas para que se ponga rápidamente al
Te has colado de manera insidiosa, sin permiso, presente.
sin previo aviso, sin autorización...
Si nuestra fe se quedó en solo actos, sin experien-
En el siglo de la globalización sin fronteras, has cia de encuentro, nos quitas los actos: fe desnuda.
crea- do más fronteras, más temor entre unos y
otros. Si nuestra fe se ablandó en su experiencia, se en-
moheció, descubres el moho y el polvo
Desde ya los españoles ya no podremos viajar a acumulado.
150 países del mundo. O sea, más encerramiento.
Si nuestra fe se tambalea ante lo inexplicable, nos
Y todo esto ¿de qué va?, ¿tiene algún sentido?, redescubres el valor del milagro (¡descreídos!).
¿tie- ne sentido que tenga algún sentido? O
sinsentido. Y a los que nos sobra la palabra, nos la quitas,
nos enmudeces (¡no hay derecho!)... Para
Creo que nos has puesto delante de nuestras recordarnos que hay una sola Palabra y habló en
narices (sin permiso, sin autorización, y eso mo- eterno silencio y en silencio ha de ser oída...
lesta) el sentido de las cosas esenciales, que son
pocas y muchas veces las olvidamos por ser tan Mucho ruido teníamos. Tú nos has dejado en
esenciales: silen- cio. Tanto silencio agobia. Aunque sirva para
los geodestas, científicos y los que miden la tierra,
- la soledad: nacemos, vivimos y morimos solos el planeta, porque ahora apenas hay vibraciones
(¿quién nos llama a la vida, quién a la muerte?) en todo el planeta, y sus medidas resultan mucho
- el cuidado: cuidarse uno, cuidar de otros, cuidar más exactas ahora más que nunca...
el planeta (¿quién nos dio la tierra?)
Tampoco hemos contaminado durante estos me-
- la creatividad: que, en los peores momentos, se ses. Ruido es polución. Silencio es sanidad, salud.
llama 'resiliencia' (sobreponerse a la fatalidad)
No sabemos qué hacer con tanto silencio. Fe
- el encuentro: crear ámbitos de encuentro los que silen- ciosa. Oración silenciosa. Sentido de la vida.
viven juntos (no es lo mismo juntos que unidos)
Queríamos seguir como siempre, cada uno en lo
- la aceptación: aceptarse (y quererse) uno suyo, pero te colaste, bichito, y la que has liao...
mismo,
para así poder aceptar (y querer) a los otros...
VIVIR

ZADAMENTE

INQUIETOS
ESPERAN-
STJ
TERESA GIL,

ralización total de la agenda, aparecía ante mí un Pero como tantas otras veces, una descubre que
tiem- po y un espacio no previsto que tenía que la cabeza va por un lado y a un ritmo al que no
aprovechar. Y que pudiera aprovechar a otros. siempre se ajusta el corazón, el espíritu. Y yo diría
que tampoco el cuerpo. El miedo decide aparecer, compartir por ex- periencia es que ciertamente a
irrumpir de una forma desconocida, un miedo mí me ha pasado esto. Y me propongo, al
radical, a la muerte. ¡Me puede pasar a mí! Y de compartirlo, poder reconocer algu- nos
repente, todas esas certezas, palabras, claves o aprendizajes que me va dejando este tiempo.
interpretaciones que quieres ofrecer a otros, a ti no
te serenan. Sí, las acoges, las quieres escuchar
dentro y dejas que aparezcan y te acompañen EL MIEDO SE HACE
silenciosamen- te, sin el brillo o la emoción de
otras ocasiones. Pero abriéndote a la confianza. COMPAÑERO DE CAMINO
Como deseo, como prome- sa. Ese es el único
modo de orar posible. Ahí, llega la palabra de
Teresa, contundente: Desde el principio tuve cierta ansiedad, no tanto
por la enfermedad en sí o por la nueva situación,
sino porque la ‘cabeza’ me decía que esta era una
página 34 situación inédita, importante, seria, experiencia
Porque sí, para mí siempre es un “refugio de que merecía de toda mi atención para poder
sentido” la palabra de Teresa. Lo que puedo ofrecer una palabra de sentido, de inspiración, de
consuelo... Sentía que, junto a la pa-
Al hacer memoria de este tiempo para recoger el eco que va
dejando en mí, aquello que voy sintiendo como inspiración, como
esperanza o como luz en medio de esta “noche”, me doy cuenta
de que, sin proponérmelo, puedo identificar distintos tiempos o
fases que han venido a su vez acompañadas por una palabra de
Teresa de Jesús.

“Porque vida es vivir de manera que no se aún.


tema la muerte ni todos los sucesos de la vida,
[...] ¿Pues a qué se puede comparar la paz
interior y exterior con que siempre andáis? En NECESIDAD DE SILENCIO
vuestra mano está vivir y morir con ella, [...].
Porque, si siempre pedís a Dios lo lleve Poco a poco fue emergiendo una furiosa sed de
adelante y no fiais nada de vosotras, no os silencio. Tantas voces, palabras, interpretaciones,
negará su misericordia; si tenéis confianza en celebraciones virtuales, mensajes, noticias...,
él y ánimos animosos -que es muy amigo Su empiezan a ser para mí como ruido que ensordece
Majestad de esto-, no hayáis miedo que os mi propia voz. Y escucho con fuerza: “¡Deja de
falte nada” (F 27,12). habitar casas ajenas!”. Para mí, en este tiempo,
habitar la propia casa ha tenido sabor a silencio.
Y la oración que brota es la de la súplica: “líbrame Ponerme a la escucha de una primavera que se
del miedo”, “creo, Señor, pero aumenta mi fe”. Y la empeña en seguir su curso con una vida que
paz interior llega en forma de aceptación de la renace con una fuerza extraordinaria. Y silencio
propia verdad: mi vida tiene mucho sabor a “tierra” dentro. Contemplar el misterio de la vida y la
muerte juntas, al ritmo de una Semana Santa muy idea de cambio o transfor- mación, se hace
especial este año. Y acoger el silencio como protagonista. Ante la posibilidad de cambio,
manera de permanecer. Y escuchar dentro: aparecen voces resignadas y escépticas que
afirman que cuando todo pase, seguiremos igual.
“Que esté cierto que fuera de este castillo no Pero con una luz e inspiración diferente, a mí me
hallará seguridad ni paz; que se deje de andar brota una “inquietud sabrosa” que me recuerda lo
por casas ajenas, pues la suya es tan llena de que Pablo expresa en la Carta a los Romanos:
bienes, si la quiere gozar; que quién hay que
halle todo lo que ha menester como en su “Sabemos que hasta ahora la humanidad
casa, en especial teniendo tal huésped que le entera está gimiendo con dolores de parto.
hará señor de todos los bienes” Y no solo ella; también nosotros, que
poseemos las primicias del Espíritu,
Y la oración que brota es el silencio que permite gemimos por dentro aguardando la
que se vayan posando los sedimentos del miedo, condición filial” (Rm 8,22-23).
la incer- tidumbre, el dolor o el exceso de palabras
y afloren con nitidez sonidos de vida, en forma de Y la oración que brota es la que busca conectar la
canto de pájaros, olor a hierba mojada o las intención de cada día, con la intención de Dios. La
primeras flores de campo. Sonido de que expresa con esperanza la confianza de que
Resurrección. este “paso de la humanidad” puede ser un kairós.
Ora- ción que expresa, con la humildad de quien
sabe que tal vez “no sepa”, que quiere colaborar
para que la dirección de la transformación sea
INQUIETUD SABROSA O VIVIRME hacia esa revela- ción de los hijos de Dios, que
quiere “empujar” la vida nueva que lucha por
nacer. Desde la intención de cada día, desde “lo
ESPERANZADAMENTE INQUIETA poquito que es en mí”.

Y finalmente empiezan a aparecer los primeros Y así es como el miedo abrió el camino de la
bal- buceos. “Si me amas, ¿por qué no te dueles humil- dad, el “sabor a tierra” que pide una oración
de mí?” (CC 64, nov-dic 1576), resuena como un que nos despierte la confianza. El silencio abrió el
eco que me invita a abrir la mirada y el corazón, espa- cio de la propia casa en la que empieza a
acogiendo la certeza de que nada escapa de la predomi- nar el “sonido de la vida nueva” que pide
mirada de Dios ni queda ajeno a él. Empiezan a una ora- ción que nos despierte el oído. Y
llegar nuevas pala- bras, ahora ya a través de finalmente, brota esa inquietud sabrosa que nos
conversaciones “de carne y hueso”, en las que la abre a la esperanza y al compromiso, que pide
una oración de disponibili- dad, servicio y entrega.

LECTURA HUMANA Y SOLIDARIA


GRACIAS
,

MANUELA
FAMILIA, AMIGOS Y
COMPAñEROS DE MANUELA

Manuela es una joven enfermera riojana (de Quel). Trabaja en la UCI


del hospital uni- versitario Sagrat Cor, del Grupo Quirónsalud, en
Barcelona. Como tantos sanitarios, también ella sufre la infección del
coronavirus. Siente el malestar por todo su cuerpo, pero su deseo de
curarse para volver a curar es más fuerte. Esta vocación sanadora la
mantiene en lucha contra la enfermedad. Hace unos meses estuvo en
Uganda, acompañando y curando a los niños. África, los niños, se le
metieron en el corazón, le ayudaron a crecer en humanidad. Ahora
espera curarse para volver al tajo. La enfer- medad no ha podido con su
entrega. Su familia, como una piña, le hace llegar el cariño a la que,
conmovida por el dolor de los demás, conmueve el corazón de todos.
En ella están todos los que arriesgan su vida para darla a los demás.
JUNTOS ANDEMOS.

página 36

EN LIDARIA
TIEMPO DE PANDEMIA “Que la vida te dé
todo lo que mereces, que no te falte ilusión y nos la contagies”. JULIO E
INÉS
“Manuela, te has entregado en tu trabajo dando el mil por cien, hasta
el punto de contagiarte. Esta situación te acerca a lo que están
viviendo las personas a las que has cuidado. Ánimo y mucha fuerza”.
TERE Y FAMILIA
“Manuela: ¡Aúpa! No podemos estar a tu lado, pero te sentimos
cerca. ¡Qué bien si hubiéramos podido sobrellevar el virus en tu lugar
para que tus manos aliviaran el dolor de tus enfermos del hospital! Te
sentimos cerca y nos hace bien saber que tu trabajo ha servido para
el bien de tus compañeros y pacientes”. JOSÉ ÁNGEL
“Lo mejor para combatir el virus: Alcachofas, puerros, espárragos del
Soto. ¡Ánimo!” TOÑO Y NURI
“¡Ánimo Manuela! Toda situación, por difícil que sea, tiene un sentido.
¡Unidos venceremos al virus! Un abrazo”.
M. CARMEN
“Te admiramos y queremos, estamos contigo!”
IGNACIO
“Gracias, Manuela. Tu entrega nos permite seguir soñando con un
mundo más solidario. Un aplauso de cariño y de orgullo para ti y para
tantos que, como tú, están arriesgando la vida por curar a los
enfermos”.
PEDRO
“En tu corazón esta Kato, tu niño de Uganda, en tu corazón tu profesión;
en mi corazón el orgullo de ver lo capaz que eres".
TOÑI
“Paz y Amor. ¡Ánimo, Manuela!”
MARIA Y PEDRÍN continúa en pág. siguiente...
página 37
"Lo fácil es aplaudir cada tarde hermana”. ALBA Y ANA
desde el balcón; lo esencial es
“Te quiero mucho, tieta.
saber que tu aporte llega desde
Muchas gracias por cuidar a
el corazón..., y eso mola
todos los enfermos del
mucho". PEPE
mundo!!!” LAIA
“María Manuela. ¡Y tú, que te lo
“Me acuerdo mucho de ti. Estoy
querías perder...! Valiente,
pendiente de ti a todas horas.
decidida, cariñosa y más que te
Le pido al Santo Cristo que te
podría decir. GRACIAS”. FELI, JOSE
Y PABLO cuide”. TU ABUELA FELISA
"En momentos así es cuando nos
“Gracias, tieta, por curar a los
damos cuenta de quiénes son los
enfermos, gracias por todo lo que
verdaderos héroes, aunque ellos
haces para ganar al coronavirus.
siempre han estado ahí. Los que
Eres la mejor enfermera del
arriesgan sus propias vidas para
mundo!!! Tengo muchas ganas de
cuidar a otros sin pedir nada a
verte y jugar contigo. Te quiero
cambio son quienes realmente
mucho”. SERGI
marcan la diferencia. Ojalá sean
“Aunque al principio me escuchados y valorados en el
sorprendió tu vocación de futuro”. NUIMI
enfermera, has demostrado que
“¡Mucho ánimo, Manuela!
es lo tuyo!!! Vales más de lo que
Eres mucho más fuerte que
piensas y puedes con esto y con
el virus. Estamos contigo.
cualquier reto que se te ponga por
¡Todo irá bien! GUILLERMO Y MARÍA
delante. Te fuiste a Uganda a
“Cuando eres una enfermera
sabes que cada día cambiarás
una vida o una vida cambiará la
tuya”. PURA Y JAVIER
Detalle de una pintura del artista francés Gustave Doré. S. XIX página 39
Todos confinados, pero más
desiguales. No. El confinamiento no
es igual para todos y el Covid-19
sabe también, sabe de clases y
fronteras.

Colas de la vergüenza. No para ir a comprar,


porque hay a quienes no les queda nada para ir
a comprar. Colas de la vergüenza a las puertas
de un comedor social, de una oficina de Cáritas,
de un albergue o de un centro de servicios
sociales.

Vergüenza que desenmascara a una sociedad clamores de esperanza que nos


que especula, extorsiona, discrimina y vulnera traspasan.
los derechos de los más débiles y vulnerables. En ellos se concentran gestos de solidaridad
Vergüenza para los que, por primera vez, se que perforan nuestra conciencia. Manos
han visto obligados a pedir ayuda para amigas que comparten piso o habitación sin
sobrevivir. pedir nada a cambio. Miradas cómplices que
se ofrecen para salir a buscar ayudas de vida,
Todos confinados pero desiguales. Miles de para compañeras enfermas o incapacitadas.
personas no tienen conexión a internet, ni Almas heridas capaces de conmoverse, a
watsapp, ni tablet, ni Netflix, ni sofá, ni pesar de todo, por el dolor ajeno y dispuestas a
ventanas, ni agua, ni luz, ni comida en la ser consuelo para los que están igual o peor.
nevera... Humanidades violentadas, Lecciones de humanidad en tiempos de
invisibilizadas, ignoradas, maltratadas. pandemia. ¿Aprenderemos? ¿Vislumbraremos
tu PRESENCIA en su vivir?
Y a pesar de todo... Tu luz se hace
camino en sus corazones sufrientes. ¡Dichosos los que nada tienen,
De ellos, y no de otros, brotan de ellos es el Reino de los
Cielos! Que así sea.

TODOS

CONFINADOS,
PERO MÁS

DESIGUALES
MAR
GALCERAN

UNA NUEVA
MENTALIDAD
página 40

NUEVA
MENTALIDA

D Ya
nada

será
igual página 41

PABLO VIELBA

Un día más. Es lo que nos decimos a nosotros


mismos, aunque muchos ya hayamos perdido la
cuenta de lo que dura esta situación.
Con cuatro semanas, y subiendo, la cuarentena causada por el coronavirus se ha convertido en
nuestra realidad, una que ni el mayor de los pe- simistas se hubiera imaginado mientras hacia
sus propósitos para el año nuevo.
Y es que esta situación, mal que nos pese, ha cambia- do completamente nuestra forma de
vivir, y aunque alguno se vuelva loco si vuelve a escuchar el famoso “Resistiré”, ese será el
menor de nuestros problemas.
Miles de personas perderán sus trabajos o tendrán más dificultades para encontrarlo al
terminar los es- tudios, como es mi caso; la economía se resentirá a niveles tan bajos como los
de la crisis económica que sufrió nuestro país, hace ya más de una década; habrá más pobres
a los que le falte lo básico para sobrevivir.
Pero, ¿acaso son todos los datos tan malos? ¿No hay lugar para el optimismo? La respuesta
es: sí, siempre hay sitio para la esperanza.
Durante estos últimos días podemos ver cómo el número de infectados y fallecidos, aunque
aún muy alto, crece más despacio, y cada día hay más per- sonas que han superado el virus, y
son dadas de alta. En mayor medida, gracias a la enorme labor de nuestros sanitarios, que son
nuestra mejor línea de defensa contra esta enfermedad que amenaza nuestro estilo de vida.
Sin olvidarnos del resto de trabajadores esenciales, que se esfuerzan, día a día,
para que a los demás no nos falte de nada, y de tan- tas personas que están sacando lo mejor
de sí mis- mas para echar una mano a quien más lo necesita.
¿Surgirá de esta crisis una nueva mentalidad? ¿Servirá esta
lección de humildad para reconstruir un mundo mejor que el
que dejamos? ¿Nos enseñará este virus, que cruza sin
permiso toda frontera, a vivir sin fronteras y a acercarnos a
los más vulnerables de una manera más solidaria? El tiempo
lo dirá, o, mejor, lo dirá nuestro corazón.
Y como conclusión, recordaros que todos pode- mos poner nuestro granito de arena, limitando
nuestras salidas a lo imprescindible, usando guan- tes y mascarillas, alentando a los que están
más deprimidos por este aislamiento, y, por qué no, sa- liendo a la ventana en honor a todos
aquellos que arriesgan su salud para que nosotros la tengamos.
¡Un fuerte aplauso para ellos!
SIEMPRE HAY

POR QUIÉN

SUFRIR Y A

QUIÉN AMAR
JAVIER FUENTE
MARTÍNEz, OCD

No son momentos fáciles. Cuando ocurren


circunstancias como las que estamos viviendo, nos
sentimos descolocados.
página 42

Todos hemos vivido momentos malos y hemos pagar la hipoteca o no...


pasado dificultades. Y cada uno las hemos ido
gestionando con más o menos dolor y esperanza. Débiles son también tantas personas sin papeles,
Pero ahora la cuestión es global. Nos afecta a to- sin residencia, sin hogar, sin familia...
dos, afecta a todo y durante mucho tiempo. Y en el
Poner los ojos en ellos. Tener actitudes de com-
túnel, apenas se vislumbra la luz. Como cristia-
partir. Vivir con austeridad. De alguna manera
nos debemos ver todo con ojos de fe y hacer una
ellos dependen de nosotros. Ellos son los pobres,
lectura creyente de la realidad. Solo así podemos
los dé- biles, quizá nosotros somos los fuertes.
sacar fuerzas para seguir viviendo este momento y
los que nos quedan. Porque sabemos que hay ra-
ACTUAR COMO SAMARITANOS
zones por las que vivir y personas a las que seguir Esta actitud nos oxigena el corazón
amando. Somos necesarios. Todos nos necesita-
El samaritano no se hace muchas preguntas. Ve la
mos, hoy más que nunca.
situación, ve a la persona necesitada, se para, la
¿Qué puede motivarnos a vivir este momento? mira con cariño y le ofrece lo que tiene y la lleva a
¿Qué razones encontramos para gestionar estas la posada. No se cuestiona más. Hay alguien que
circuns- tancias? ¿Qué podemos aportar desde necesita mi ayuda, y eso basta. Está habiendo
nuestra fe? mu- chos buenos samaritanos. Con fe o sin ella,
pero siempre Dios con ellos. Son en estos
momentos las manos de Dios.

PONER LOS OJOS EN LOS MÁS Buenos samaritanos son los que hoy se juegan la
vida: médicos, enfermeros, sanitarios, fuerzas de
seguridad, transportistas, cajeras... los santos de
DÉBILES Esta actitud nos libera de nuestro la puerta de al lado.
“egocentrismo”
Su actitud motiva la nuestra. Ellos, desde el anoni-
Quizá nosotros estamos bien, pero no todos lo mato, nos hacen mirar la realidad con otros ojos y
están. Y si no todos están bien, yo tampoco estoy aportar lo poquito que podamos.
bien, no puedo estar bien. Si alguien sufre, yo tam-
bién sufro. “Nadie puede ser feliz a solas”, decía Quizá tengamos que quejarnos menos y agrade-
Raoul Follereau, el apóstol de los leprosos. cer más. Quizás tengamos que cambiar la mirada,
pararnos, compartir el “aceite y el vino” que cu-
Débiles son los que han sufrido ya alguna muerte ran, y mirar a los otros, ahora y siempre, con ojos
en su familia y no han podido ni siquiera de samaritano.
acompañar. Son los que más sufren estos
momentos.

Y débiles son aquellos a los que todo esto les trae PERMANECER, COMO MARÍA, AL
un sufrimiento añadido, no solo de la posible en-
fermedad sino del futuro incierto. El que no sabe si PIE DE LA CRUZ, EN ORACIÓN Actuar
va a tener o no tener trabajo, si le van a llamar o como María fortalece nuestra espera
no, si su negocio va a seguir o no, si va a poder
Cuando sentimos que no podemos “hacer nada”
siempre nos queda un arma secreta y poderosa: la anterior, nos pida hoy confianza y espera, como
oración. Una oración, a ejemplo de María en la un día se lo pidió a su madre.
cruz. No dice nada, pero permanece al lado.
Mirando y sufriendo. Y sobre todo esperando. Al final nos queda la confianza en Jesús
Porque María nos marca el camino de la resucitado y en su promesa, tantas veces repetida:
esperanza, que pasa por el dolor hasta llegar la “ESTOY CON VOSOTROS”.
resurrección.

Quizá el Señor, después de haber vivido lo

EL
APLAUS

O SIGNO
DEL MACU HERNÁNDEz

Todos nos sentimos sobrecogidos, sufriendo por los


propios y ajenos, asustados por el presente y por el
futuro. Nos sentimos pequeñitos, muy pequeñitos...
Todas nuestras seguridades, nuestro mundo
planificado se nos fue al garete de la noche a la
mañana. Ya no es cuestión de protestar, de exigir.
Nada ocurre como queremos ni esperamos ni
podemos. Un gran sentimiento de impotencia se
apoderó de nosotros.

página 44

Cada día hemos venido escuchando cifras, y entre dos aplaudimos. Cada uno regala lo que tiene.
las cifras se colaban nombres propios, y para mu- Todos queremos regalar algo, contribuir a salir
chos las propias décimas de fiebre y malestar que adelante. Para muchos nuestra contribución es
se habían filtrado en casa. Como una pesadilla, o ese aplauso sin remilgos, hasta que nos duelen
un sueño del que no conseguimos despertar... las manos, cada tarde.

Y en medio de todo esto, como la esperanza, esa Es un grito para decir GRACIAS, GRACIAS, GRA-
llamita pequeñita, surge EL APLAUSO. Cada día a CIAS a todos esos que nos estáis cuidando, que
las 8. Al principio, de noche. Ahora ya de día, con os jugáis la salud y la de los vuestros por servir a
las preciosas luces del atardecer. Parece una la comunidad, a esta sociedad nuestra. El aplauso
parábola de lo que está ocurriendo: viene la luz. nos agita las manos y el corazón. Estas últimas
Las noches oscuras ya dejan pasar cierta luz. tardes acompañan el aplauso las sirenas de la
Cada vez se dis- tinguen mejor las caras. Las policía y las ambulancias que, a esta hora, en
luces de la esperanza se celebran cada tarde con estos días que la presión ha bajado, se unen con
los aplausos. Aplausos de todas las edades. sus cantos desafi-
nados a nuestros aplausos y las músicas del
Una hora antes, un vecino, unos pisos más abajo, Resisti- ré, del Color Esperanza, y alguna
sale al balcón con su violín. Es la primera cita. To- espontánea más. Es una pequeña verbena sin
orden ni concierto, pero todo corazón. bus- co a ella... Rezo por ella, y pienso en ella con
cariño sin saber siquiera su nombre.
Por unos minutos, ya no estoy en mi
confinamiento. Salgo y, entre aplausos, me entero Los aplausos nos hacen niños, niños que
de que el her- mano de Felipe, mi vecino de necesitan de los otros niños. Ya todos nos
balcón del edificio de al lado, que he conocido en sabemos peque- ños. Se nos despierta el amar
los aplausos, ya está mejor. Sigue en la UCI pero como los niños. Con una alegría sencilla, que
ya le han despertado... La sonrisa de Felipe y Dori celebra los momentos pe- queños con un corazón
deja atrás la angustia de tantos días de UCI. Y agradecido, vulnerable, por sentirse cuidado y
saludo a Ángel y Bienve, dos ancianos valientes y querido.
animosos que salen a aplaudir cada tarde,
celebrando que estamos todos bien un día más. Un gesto pequeño, cargado de tanto. Un gesto
Hay una anciana, parece que vive sola. Sale cada que pasará a la historia de los días en que el
tarde, fiel a la cita, al balcón de enfrente, pero no hombre se hizo pequeño para hacerse grande.
consigo hacerle llegar mi saludo... Quizás no me
ve, o no se da cuenta de que es para ella, que la

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Juan de la Cruz - 7a edición Autores:


Sta. Teresa de Jesús y S. Juan de la
Cruz ISBN: 978-84-7068-478-4 190
pp. PVP: 9 €

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LA PASCUA DEL

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Eloy Bueno de la Fuente
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